Terraza de Altair Kirgyakos

Emisarios oscuros que vagabundean moradas vacías, buscando a la persona que su amo les ha encomendado encontrar. Reticentes y aun asi  indiscutibles siervos, cuyos nucleos de existencia son sometidos ante el poder de un nigromante. Criaturas que se mueven por planos de existencia desconocidos para la mayoria de los mortales (y tambien de algunos inmortales) que responden a los atávicos susurros de la lengua negra.

Las barreras del espacio no son tales para ellos, mucho menos que para los magos.


Este ghoul habia sido encomendado a encontrar y a comunicar un mensaje a Altair Kirgyakos, adondequiera que estuviese, el ghoul lo encontraria, y a este lo habia encontrado bien cerquita.....en su propia residencia.

Por su relativamente inofensiva figura, su facilidad para ser dominados, y su capacidad de durabilidad en este plano...siempre y cuando se alimentasen de carne humana, claro. Y como tales, tenían....un olfato excelente.

El ser apareció a partir de una brecha interplanar consentida por el maestro. Justo en el hall de la entrada. No fue dificil encontrar a Altair una vez llegados alli...

Caminó arrastrando sus garras hasta entrar a donde estaba el descendiente, el aire lúgubre de la criatura en mitad de aquella fiesta desentonaba bastante.


Observó a todos los presentes pensando que serían unos bocados deliciosos, pero tan solo le interesaba Altair. Apretó los colmillos y clavó los orbes  en el Lobo, señalándolo con parsimonia....haciendo extraños y guturales sonidos antes de poder hablar la lengua del receptor.

-El maestro  ha convocado un cónclave...en tres dias.... es ineludible...el cónclave...equis cú. - los números romanos no eran el fuerte de la criatura, que habló con voz de ultratumba. Éste directamente pasó de intentar hacerlo bien. Pensarían que era Matvey quien se habia confundido al darle el numero del conclave. Se rió malignamente....

Tras entregar el mensaje, metió una larga zarpa en el bol de chesitos cogiendo un buen puñado, se abrió una brecha en el aire y con un chillido, el ser desapareció de alli. Habia entregado ya su mensaje.

ghoul:

Adele y Jack no tardaron en congeniar...o se le podia llamar congeniar realmente? Mas bien, él le tiraba ficha descaradamente, y la mujer pues...que se yo, a mi me parecia una atractiva asesina despiadada.

-Mm, que fiesta? - le pregunté a Adele agitando mi vodka y bebiendo.

La mujer con aspecto draconiano volvio, y Altair sacó un monton de cosas para picar que yo miré con cara de curiosidad. No, dudaba que fuesen a intentar envenenarnos aqui en Ouroboros.....plz Yaros dejate la paranoia por un rato. Altair nos invitó a la sala aquella donde lo habia preparado todo y di un par de pasos hacia alli, pero miré de reojo a Jack que invitaba a Adela afuera. Le di un codazo nada discreto al hombre y le susurré de modo nada discreto:

-Ten cuidado!!

Entonces si, sali con el licántropo y la mujer dragona a aquella nueva sala, y decidí que el queso seria bueno para empezar. Me agarré varios cachos y me los zampé, disfrutandolos a base de bien. Llevaba siglos sin probar queso. Cuando me lo terminé me quedé mirando a Julies con curiosidad, por lo peculiar de su aspecto. Antes de parecer rudo, aparté la mirada escuchando aquello del sake, y solté una carcajada.

-Conmigo no podrrá! - dije en referencia al sake. Agarré mi platito pero antes brindé a la salud de los anfitriones. Luego le bebí, saboreandolo. Nada de tragar a lo pavo. Quemaba y ardia por donde pasaba, pero estaba muy bueno. Volví a dejar el plato vacio sobre la mesita....y arquee la ceja al ver de pronto a una repelente criatura (el ghoul) señalando a altair y diciendo cosas como si fuera una agenda del movil version Gothic.

-Ha robado los ganchitos. - dije flipándolo cuando el monstruo se fue. A ver, despues de haberme peleado con poseidos y un demonio del copón, un ghoul no me espantaba. Pero se me hacia raro. - ¿O es que yo he bebido ya demasiado?

El puñetero ruso ignora mi ofrecimiento de colaboración de bandos en la guerra, decidiendo prestar atención únicamente al comentario que hice acerca de que ambos ya traían la fiesta de otro lado. - Que ya veníais de fiesta. - o es un poco cortito, o está muy borracho para responder, o está haciendo honor a sus dotes de espía ruso para no delatar sus verdaderas intenciones. No le vuelvo a preguntar, parece que hoy nadie tiene ganas de hacer negocios o hablar de posibles asociaciones. Encima va y le da un codazo a Jack cuando éste propone que nos vayamos a la terraza, advirtiéndole de que tenga cuidado de una manera muy cantosa.

- No le hagas ni caso, Jack. Está como una cabra. - entorno los ojos mirando mal a Yaroslav, agarrando el brazo de Jack para aceptar su invitación de salir fuera.  - Ahora entramos de nuevo, Altair. Ese sake merece ser probado - aviso al anfitrión de que tengo en cuenta la invitación, caminando después con Jack hacia la terraza. Sólo me giro un momento ante la llegada del ghoul, sabiendo perfectamente al miembro del Consejo al que pertenece. Frunzo ligeramente el ceño, extrañada por la repentina reunión que convocan. No puedo evitar sentir ciertos nervios, espero que no sea nada que me comprometa. Tendré que enterarme de lo sucedido en ese cónclave, y en algún momento tendré también que hablar con el nigromante, que se va a llevar una sorpresa que no creo que le sea muy grata.

Retomo la conversación que estaba teniendo con el recién llegado, que me explica cómo ha conocido al Tolstoi y cómo han llegado hasta aquí. - La historia de cómo he llegado yo aquí suena aburrida comparada con la tuya. Ah...el amor. A algunos les surge cuando menos se lo esperan. Pero vaya...qué desconsiderados el par de dos. Podían haberte invitado a unirte al trío en lugar de dejarte a dos velas. A no ser que te diese vergüenza. - bromeo con una sonrisa pícara, bebiendo un pequeño trago de mi copa al llegar a la terraza. Me apoyo con un codo en la baranda, observando desde allí las interesantes vistas de la isla. Desde aquí se puede ver prácticamente todo, dando una idea de la gran extensión que tiene. Giro levemente la cabeza para mirar a Jack de reojo, suponiendo que no puede disfrutar de las vistas. - Imagino que ya te lo habrán preguntado muchas veces, pero... ¿no puedes ver nada, no? - el aspecto de sus ojos sugiere eso, pero nunca se sabe, prefiero no quedarme con la duda. No he conocido personalmente a ningún invidente, y tengo cierta curiosidad.

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off: ahora por un lado van los turnos de los que están fuera en la terraza y por otro los que están dentro comiendo

Me sorprendí al ver que mis gustos no diferian demasiado a los de esa dama, al menos por el momento y en referencia al sexo.

-Vaya, a cada palabra que sale por esa boquita tuya me caes mejor. En realidad, la idea del trio me rondaba la cabeza, no te lo negaré. Pero estaban tan pastelosos... Parecían dos niños que descubrían el primer beso, así que pensé que sería mejor dejarles solos.

Bajo la luz de la luna y en esa justa posicion, con su sonrisa de picardia, Adele se veía espectacular. Aunque no tardó demasiado en cambiar de posicion para contemplar las vistas y, relacionando conceptos, acabó llegando al tema "taboo" al que todo el muno le cuesta asimilar. Pero bueno, en realidad yo no me considero ciego.

-Verás, ovbiamente no veo como los demás humanos. Anatómicamente hablando, sí, soy 200% ciego, es como si no tuviera ojos. No obstante, gracias a las corrientes eléctricas del aire y a un locuelo que llevo dentro, Seiju, puedo generar en mi mente una imagen perfectamente precisa 360° a mi alrededor. Así que técnicamente tan solo soy un miope en plan gore. Menudo porrón técnico te acabo de soltar...

Me acerqué a ella para acompañarla en la contemplación de las vistas, o al menos simularlo. Aunque a decir verdad quién querría mirar al horizonte ante tal bellezón. Sin embargo, apoyandome en la barandilla y con voz de pseudointelectual le dije:

-Tampoco es como si en este momento necesitara ver más allá.

Al oír esa frase, Seiju, quién estaba ajeno a todo hasta el momento no pudo evitar chincharme.

"Ohh Jack quiero un hijo tuyo, hahahahahahah"

Vi como Adele y Jack se fueron a la terraza, se me hacia gracioso ver a una embarazada comportarse de esa manera. Aunque después de todo no estábamos hablando de cualquier embarazada sino de Adele. No pude evitar reír al escuchar al ruso decirle al ciego que tenga cuidado con Adele, ese tío si que tenia razón.

''Cuanto apostamos a que el ciego termina cayendo de la terraza''

Mientras estábamos en la play room pude ver a Altair terminar de preparar todo. Ese tipo si que era buen anfitrión. Mientras hablaba internamente con el pandemoniun pude sentir la mirada del ruso en mi por lo que lo mire sonriendo levemente de lado para guiñarle un ojo antes de que corriera la vista. Me pareció divertido el pequeño cruce de palabras que tuvieron por el sake, esa cosa si era fuerte pero no pareció hacerle nada. Después de todo el ruso era... Bueno ruso y ademas ya estaba ebrio, un poco mas de alcohol no le haría nada, pero debía procurar no fumarle cerca porque seguro explota.

Mire fijamente al ghoul cuando entro, quedando con la mirada fija en él con una pequeña sonrisa en el rostro mientras intentaba hablar de forma entendible y me reí un poco al escuchar su extraño intento de decir los números romanos.

''Es tan feo... Quiero uno...''

Riendo al ver que antes de desaparecer roba algunos Cheetos. -Creo que el bicho tenia hambre... Y para que un ghoul se lleve comida que no sea carne humana debe ser porque esta muerto de hambre... Bueno... Mas muerto... -Se encoge de hombros para acercarse a la mesa y tomar uno de los platinos con sake para beberlo mirando de reojo al ruso examinándolo completamente.

Desvié mi mirada a Altair al escucharlo cantar.. o mas bien aullar notando como los efectos etílicos comenzaban a hacer efecto en el licantropo.

Compruebo que tiene ideas similares a las mías respecto a ciertas formas de diversión, ya que no parece escandalizarse en absoluto cuando le menciono lo del  trío, sino al contrario. Según él se marchó para dejarlos solos, así que descarta lo de abandonar por timidez. - Lo pasteloso sólo trae complicaciones. Es mucho más fácil y práctico disfrutar sin compromisos, ¿no crees? - nunca he sido defensora del matrimonio, y la única vez que lo estuve fue porque me convenía para ganar más poder.  Dudo mucho que me interesase casarme por el componente "romántico" del matrimonio.

Observo atentamente a Jack para discernir si le ha molestado la pregunta sobre su ceguera o no, aunque parece que se lo toma con naturalidad. Deben haberle preguntado mucho como para tomarlo de ese modo. El aspecto de sus ojos no me había engañado, pero nunca hubiese llegado a acertar que puede ver por medios tan extraños como los que menciona. - Nunca he escuchado sobre ningún caso así. - recuerdo a otro ciego que conozco, uno de los miembros de la Brigada. Ese perdió la vista por una maldición de magia negra lanzada por Rybar, aunque no parece el caso de Jack, pues no tiene cicatrices visibles alrededor de los ojos. Me llama la atención lo que dice del tal Seiju que lleva dentro, intuyendo que debe ser uno de esos magos que comparten cuerpo con espíritus o demonios.

- Así que eres un dos en uno. - comento con gesto pensativo ante el dato curioso que me acaba de dar, pensando en cómo debe ser eso. - ¿Lo controlas bien  o discutís mucho? Debe ser extraño eso de tener dos personalidades en una misma persona. - bebo un poco más de mi copa, ya casi terminada, sonriendo ligeramente ante su última frase. Definitivamente no es nada tímido, pues no se ha cortado al lanzar pequeñas indirectas. Lo cierto es que no está nada mal, tiene un porte bastante masculino que me agrada. Aprovecho que también se ha apoyado en la barandilla para posar una de mis manos en su antebrazo, haciendo contacto físico con él. - Hay ocasiones en las que la vista no es el sentido más importante, el tacto puede tomar su papel  en otros momentos.

Asentí ante la perspectiva de Adele frente al amor. Sin embargo no negaré el hecho de que siempre puede florecer inesperadamente.

-Gran verdad.

Le respondí mientras alzaba mi copa en son de brindis. Su frialdad respecto a mi ceguera no me molestaba, más bien me gustaba. No se andaba con rodeos.

-Bueno el motivo de mi ceguera es en gran parte Seiju. Pero me salvó la vida a cambio por así decirlo... Así que todos contentos. Por cierto te manda saludos.

Al ver su interés en Seiju le conté nuestra situación y lo culminé con una pequeña broma que me venía a huevo.

-En realidad somos como una simbiosis, los dos nos beneficiamos el uno del otro. No tiene ningún control aparente sobre mi cuerpo. Es como una persona que me habla dentro de mí. Y con respecto a las discusiones... Bueno se podría decir que tan solo las clásicas de hermanos.

En fin, míralo por el lado bueno,ahora ya somos tres ¿Te apuntas al trío?hahahahaha

Mientras hablábamos noté como por fin establecíamos el primer contacto físico y no pude ocultar una leve sonrisa.
Su respuesta ante mi indirecta fue simplemente sublime por lo que le retorné su propia medicina.

Apoye ligeramente mi hombro contra el suyo mientras le susurraba al oído ¿Así que te gusta llevar más allá tus sentidos eh? A su vez, recorría lentamente su espalda con mis dedos hasta llegar a su dorsal. Chasqueé mis dedos y deslicé un corriente muy débil junto con una delicada caricia con el dedo. Despacio, suavemente, intentando que se fundiera de placer con el momento.

La verdad es que hice trampa, utilicé sus nervios para incrementar el placer de una simple caricia. Tanto tiempo libre y libros de anatomía al final si que me sirvieron para algo.

Esta vez acercándome más aún a su oreja le susurré con voz cálida y concisa.

-¿Crees que esta podría ser una de esas ocasiones?

Alzo mi copa brevemente para corresponder a ese brindis, en un gesto de complicidad respecto a lo que ambos pensamos. No creo en el amor, y creo que es algo que lo complica todo. Cuanto más me cuenta sobre Seiju más me intriga. Quién lo diría...el espíritu o lo que sea que tiene dentro es causa y a la vez solución de su problema de ceguera, una de esas ironías del destino que tan bien quedan en las historias. De todos modos nadie podría quejarse si el ser en cuestión le salvó la vida. - Dale saludos de mi parte también. - respondo haciendo un ligero gesto de saludo con ésta, bajando levemente la barbilla.

- Hay quien diría que oír voces es de locos...pero aquellos que conocemos el mundo de la magia sabemos que no es así, no nos asustamos por cosas como esas. - no como aquellos humanos sin magia, que acusaban de brujería a aquellos diferentes como si eso fuese algo malo. Siempre persiguiéndonos y obligándonos a esconder nuestra magia. Su alusión al trío me parece de lo más apropiada, y también  me gusta su atrevimiento para soltar las cosas medio en broma medio en serio. Y también me provoca cierto morbo la idea porque nunca antes he tenido la ocasión de probar con  un dos en uno, y ciego (en parte). En fin, supongo que me va lo exótico y probar cosas diferentes.

- ¿Eso no tendrías que discutirlo primero con él? Puede que no le guste la idea, pregúntale. - ladeo levemente la cabeza, entornando los ojos para mirarlo. Después bebo lo que quedaba de mi copa, dejándola vacía en la mesa de al lado. Mantengo mi hombro apoyado contra el suyo cuando él hace el acercamiento después de que yo lo iniciase. Me muerdo el labio inferior ligeramente al sentir esa caricia por la espalda, sorprendida de que con tan poco me haya resultado tan agradable. Quizás sea yo que estoy demasiado receptiva, o puede que ambos hayamos bebido más de la cuenta. Le dedico una coqueta sonrisa al escuchar su susurro cerca de mi  oído, girando levemente la cabeza para acortar definitivamente la poca distancia que nos separaba, pues poco a poco nos hemos ido acercando. La tensión previa al momento es bastante palpable. - Podría serlo...para eso estamos vivos, para disfrutar de todo lo que nos ofrecen nuestros sentidos...- susurro antes de rozar sus labios con los míos brevemente, cerrando los ojos e iniciando un beso suave y lento al principio, sin pausa pero sin prisa.

"JODER SI ME APUNTO, Jack! Me gusta esta tía ¿Nos la podemos quedar? Hola guapa... Hehe..."

Era difícil concentrarse, Seiju no callaba. Parecía que le tenía más ganas a Adele él que yo. Despues de tanto tiempo, por fin volvía el contacto con el precioso cuerpo femenino. Qué recuerdos... Sisi... Las chicas del prostíbulo... La anciana a la que le llebava la comida... Como se llamaba... Ah si! La señora Kwon... Joder, maestro como los extraño...

Me quedé pillado por un momento ante todos esos recuerdos y el beso de Adele me dejó K.O. no estaba preparado para eso.
"Si! Ya es nuestra, MUAHAHAHAHA. Arrancale la ropa! A que coño esperas? Quiero ver esos maravillosos pechos! Maldito lelo yo ya se la hubiera metido cien veces."

"Mira que eres pesado eh cabrón. Callate ya que me cortas el rollo! Disfruta del momento y ya!

Mientras me besaba lentamente, no dudé en subir la mano hasta su nuca para darle un poco más de pasión al momento. Al cabo de unos minutos, cuando nos separamos, me acerqué muy despacio a su cuello para mordisquearla suavemente sin llegar a hacerle daño.

Ya no podía más, mi fuego interno estaba arañando las paredes de esta maldita entidad física llamada cuerpo. Resumiendo, estaba a mil, no podia resistirme a los encantos de esa mujer. Así que después de juguetear con su cuello, con una sonrisa a medio camino entre sadica y picara, junté mi frente con la suya y le dije -¿Dónde? Mientras le agarraba la cintura con una mano en gesto del arrebato de mi pasión.

Llevar la iniciativa suele funcionarme a menudo, como en este caso. Resulta que al final ambos queríamos lo mismo, pues Jack no sólo sigue el beso, sino que le imprime más pasión con el paso de los segundos. Así de fácil debería ser siempre, sin tantos rodeos absurdos como dan algunos, ni complicaciones o reglas que se autoimponen otros. Dejarlo fluir es lo más sencillo.

Los pequeños mordiscos en el cuello no hacen sino aumentar mis ganas de seguir por ese camino, dejando escapar un leve suspiro. Rodeo su cuello con mis brazos cuando el apoya su frente contra la mía, sonriendo con picardía cuando pregunta ese dónde. La noche puede terminar muy bien para ambos, según van las cosas. Al principio, cuando lo vi llegar, no pensé que fuese tan lanzado, ha sido una grata sorpresa el descubrir esta faceta suya.

- Tengo una habitación en este mismo edificio, no tardaremos mucho en llegar. -  y menos mal, porque el arrebato del momento así lo pide. Bajo los brazos del cuello de Jack para cogerlo de la mano, tirando de él para que me siga. - Creo que es hora de seguir con la fiesta en otro lado.-   Volvemos  al interior de la casa, acercándonos un momento a la zona en la que está Altair con el resto de invitados. Primero deberíamos despedirnos debidamente del anfitrión.

- Nosotros nos marchamos ya, Altair. Muchas gracias por la velada, ha sido divertido poder relajarse un poco y olvidarse de los problemas, para variar. Terminad muy bien la noche. Nos vemos pronto. - me despido del grupo, dirigiéndome a la salida del piso con Jack para marcharnos de allí, rumbo a la zona de habitaciones privadas del edificio.

En realidad no esperaba que fuera tan fácil. Es lo que quería, si, pero igualmente me pilló por sorpresa, supongo que planeaba que durara un par de "rounds" más...

-Oh... la idea no suena nada mal, me apunto.

La seguí para despedirnos, en realidad no me acababa de gustar la idea de irnos de la fiesta. No quería abandonar a Tolstoi, es más, quería conocerle más. Parecía buen tipo y un gran compañero de lucha con ese gran martillo suyo.

-Tolstoi, mañana o quizás más tarde te espero ¿Que me dices de formar equipo? En fin tengo trabajo ahora...

Le digo con una gran sonrisa traviesa. Me despedí de todos y seguí a Adele hasta la habitación.

Había apartado la mirada de la dragona rapidamente porque me habia pillado mirándola y me habia sonreido y guiñado un ojo, y me había ruborizado absurdamente. Cabe decir que no se me daba nada bien recibir ese tipo de gestos por parte de las mujeres, así de primeras. Pero por fortuna Altair me dio la excusa para salir del apuro.

-Ninguna bebida asiática de trrres al cuarrto va a poderr conmigo, te lo asegurro! - le dije al licántropo, poniendome un tanto belicosero con eso del alcohol. Pero lo cierto es que ya iba borracho, gracias a las bebidas de antes con Jack, y a las de ahora. Me habia pimplado otro vaso de vodka y ahora el sake, a palo seco.

Ví que el descendiente pasó olimpicamente de la aparicion del ghoul, como si aquellas cosas fuesen normales en su casa...y me encogí de hombros para seguir bebiendo sake. No iba a ser yo quien le dijese como tratar a los demoniacos invitados de su casa. Mas bien parecia ir bastante pedo porque se puso a cantar. Yo lo miré y sonreí un poco, era bastante divertido. Sobre lo del ghoul que dijo la dragona...

-Prrefierro que elija ganchitos a carrne humana, al menos esta noche

Me puse en pie para acercarme a la cosa que producía musica para ponerme en plan rebuscador de canciones y pasar una pista tras otra, y me tambaleé al hacerlo.

-Uh, crreo que tengo un poco de sangrre en mi alcohol

Pero no llegué a trastear en la musica porque entonces llegó Jack, diciendo que tenia que trabajar...y. se las piró con Adele. Lo miré con cara de camarrada ruso confuso y abandonado

-Ok.... - no compartí su sonrisa pero creo que iban a hacer manitas mayores él y la blood keeper maligna. Me volví a Julies y a Altair, dándome cuenta de que llevaba ya más de mediodía borracho y que iba siendo hora de ponerme al dia con las tareas de los renegados..... - Yo tambien deberría irrme, mis camarradas podrrían cene....necesitarrme...eso. Grracias por la fiesta, Altairr, y porr la bebida. Julies....un placerr.

Les dediqué una exagerada reverencia y me marché de alli, tambaleandome un poco.

Era divertido ver a todos medio borrachos, en especial julies quien se veía bastante atractiva con tantas copas de más. En verdad cualquier persona viéndola con cinco de alcoholemía en sangre se veía linda, y siendo julies tan hermosa era algo totalmente exitante para el lobo poder apreciar sus curvas y... ¿Puntas filosas?

Al parecer Jack se iba a hacer de las suyas, quizás esté lugar no era cómodo para ellos dos, rápidamente les ofreció quedarse - ¿están seguros de que quieren irse? Miren que acá hay un cuartos de sobra más allá... Saben a lo que me refiero jajaja- volteo para ver al albino y le sonrió algo atontado - y tú no te vas a ningún lado!!!- dijo Altair antes de sujetar a Tolstoi y empezar a bailar torpemente por la play room como dos locos.

Mientras bailaba de forma idiota le tiró un beso muy obvio a la dama dragona y se separó solo por un segundo del joven para abrir un cajón de la mesita el cual estaba casi lleno de porros listos para solo agarrarlos y fumarlos - no sean aburridos tomen lo que quieran! Cruzando esa puerta la guerra sigue, hoy puede ser su descanso -

Me reí un poco por el sonrojo del ruso luego que mi guiño y sonrisa. Nunca creí que algo así causara el efecto en alguien, encogiéndome de hombros ante el comentario del ghoul, no me interesaba mucho lo que comiera, que un bicho de esos estuviera con hambre no era bueno para nadie. Salude a Adele y a Jack con un pequeño gesto de mi mano antes de que se fuera y volví a guiñarle un ojo a Yaros cuando este se despidió riendo cuando Altair lo agarro para bailar un poco con él, para sacarle la lengua al licantropo cuando me tiro aquel beso riendo, pero suponía que el ruso se iría de todos modos.

Me levante para caminar lentamente hasta Altair para cerrar aquel cajón negando con la cabeza y sonriendo.- Debes descansar... Debes ir al cónclave y si sigues así terminaras despertando en una semana. Yo también me voy, debo vigilar la isla y bla bla bla... Envíame una lechuza cuando quieras... -Me acerque bastante a él pero termine por darle un pequeño beso en la mejilla, acariciando su otra mejilla con mi mano.- Sabes que casi siempre estoy disponible para tomar un trago... o dos -Dije sonriendo y mirándolo a los ojos.

''¿Volar ebrio no es ilegal?''

Camine tranquilamente hacia el balcón de la casa del lican para saltar por este transformándome en dragón andes de tocar el suelo y el en momento justo para que mi transformación no derrumbe nada. Alce vuelo y me aleje del lugar para volver a la rutinaria vuelta a la isla.

Al fin hogar dulce hogar, era hora de armar bolsos e irse de La isla flotante pues toda esta movida estaba provocando estrés en el hombre lobo, el ser descendiente no es una tarea fácil, la carga psicológica que contrae es mucha al igual que La carga física de tener que ser maestro de cada niñejo que llegara a La isla diciendo "oh! soy un lobo! soy un lobo! Ayúdenme! Soy un asesino! Buu!" Que tedioso que resultaba para el solo recordarlo.

El aire libre siempre es bueno, y más para un hombre lobo, el lobo dentro de él seguía siendo un animal a pesar de todo, cada sierto tiempo se le debía permitir salir pacíficamente, esa era La clave del control sobre esto, uno debía estar de acuerdo con su lobo y tratar de ser los dos uno mismo, así es La única forma en La cual podrías tener conciencia de tus actos y control sobre todas las transformaciones, sin amistad entre tus dos facetas, eres un hombre lobo inestable y peligroso.

En fin, al llegar a su departamento, Altair tomo una mochila negra de su armario y la puso sobre la cama para empezar a llenarla con lo necesario para su pausa; una muda de ropa, una ollita, sus navajas y cuchillos por si acaso, una toalla, un pequeño botiquín de primeros auxilios, una botella y una linterna, nada más. Para el resto de cosas el se las arreglaría de alguna manera sacando de la naturaleza, sus instintos lo guiarian hacia la supervivencia y con suerte, hacia la comida.

- bueno, solo faltaría llamar a Julies para que me ayude a bajar. No se me da muy bien el tema de la teletransportación y aún no me han salido alas... Me pregunto dónde estará... Quizás si me quedo en el balcón la vea, debe estar dele que dele dando vueltas al rededor de la isla... - dijo hablando solo mientras terminaba de ponerse una remera negra de slipknot y unos jean elastizados bastante cómodos con unas zapatillas negras con suela blanca. Al terminar fue hacia el balcón habiendo cerrado todo con llave cosa de saltar por el balcón cuando ella pasará, si es que la veia...

Había estado un largo rato dando vueltas por la isla.... Un largo rato equivale a días, y días y días dando vueltas sobre esta maldita isla donde nunca pasaba nada malditamente interesante. En mi mente estaba pasando el pasar por la casa de Altair pero tal vez estaría ocupado con alguna de sus chicas por lo que seguí dando vueltas hasta que afilando la vista logre ver al licantropo en su balcón cerrando todo con llave.

''¿Que tiene en mente este chiflado?''

Aunque no vendría mal el ir a buscarlo para espabilar un poco y hablar un rato sin nadie que nos molestara, y por lo visto, por el bolso que tenia preparado estaba en los planes del descendiente salir un poco de las molestias de la isla. Gruño al acercarme al edificio para avisar de mi acercamiento, aunque creo que media ciudad se entero de aquello. Pase por debajo del balcón evitando majestuosamente golpear cualquier edificio y con la intención de que Altair saltase en ese momento sobre mi lomo para alzar mi vuelo para pasar las nubes dejando una ruta despejada y esperando a que el hombre me digiera donde debía llevarlo.

Luego de esperar escasos minutos, la gran dragona roja de ouroboros lo diviso con su vista excepcional, el lobo miro a los cielos con los ojos achinados por la claridad del día y escucho el fuerte rugido de su amiga que anunciaba su presencia, no le apartó la mirada de ensima mientras pensaba "qué linda que se ve dragona siempre...". Observo sus movimientos descendentes en el cielo y se percató al instante de las intenciones de la mujer, sin temer a nada y con un pequeño obsequio en su mano para ella, salto del balcón con su mochila para caer tan perfectamente, como si fuera una coreografía, sobre el lomo de la roja bestia.

- hola Julies, ¿como has estado? Gracias por buscarme...- se notaba en el un tono triste, medio cansado de la vida, un tono apagado y respetuoso no muy propio de el. Estiró su mano hacia una pata de la reptil acostándose sobre su lomo para alcanzarla y darle un objeto envuelto en papel de regalo verde con un moño Rojo, adentro se allaba un vino fino, y una foto de los dos individuos de más jóvenes con algunos amigos. Además dentro del sobre de allaba un collar de cadena dorada con un dije plateado brillante con forma de luna llena. - esto es para ti, no es mucho pero tómalo como un gesto de agradecimiento por el aventon, ¿podrías llevarme a algún bosque en tierra firme? No te preocupes no tengo prisa - dijo mientras volvía a sentarse en su lomo cuidadosamente tratando de no estorbarle a sus alas pues de ser así podrían caer.

Nos aparecí a los tres en mi habitación. Dejé a Lykaisasosrs en una cama y obligué a Cleopatra a tumbarse en la otra para que descansasen. Observé sus vendajes en silencio, ignorando lo que me decían dado que seguía enfadado por sus temerarios actos hasta que finalmente me levanté y me fui sin decir nada a buscar a Lucio en la enfermería, pero dado que no estaba acabé volviendo a la habitación para prepararles algo de comer, un par de filetes para cada uno y verduras fritas (que me salieron un poco regu pero sabía un poco mejor que lo que me tocó comer en el hospital, acabé cazando por los alrededores por la noche).

De vez en cuando dirigía una dura mirada hacia los chicos, sintetizando qué les podía decir para corregir su comportamiento, pero tenían razón, yo habría hecho lo mismo por un compañero o amigo.

-La culpa es de los otros tres imbéciles...- Susurré concluyendo mis pensamientos. Me acerqué a ellos para darles el plato a rebosar a cada uno y me puse a rebuscar en mis estanterias documentos viejos. -No soy médico, pero creo que no necesitáis más vendas. Termináis de comer y os vais - Dije en un tono borde y bastante distante mientras abría el archivador de hace 17 años y esparcía su contenido por la mesa. Habían periódicos viejos y bastantes fotos de distintas razas, estas estaban mutiladas y siendo usadas por experimentos de la Alianza, conejillos de indias para estudiarnos y encontrar mejores formas de matarnos o desarrollar armas con las que hacer sus barbaridades. Saqué una libreta y un boli y seguí con mi investigación ignorando a las dos personas que estaban en las camas.