Casa Knox Malfoy

- Ni los nombres...- murmuré intentando no entrar en estado de ira asesina, cerrando los ojos un momento. Sí, putos Pendragon. Ojalá ardiesen en el infierno lentamente. Todo era culpa suya, nos habían jodido a base de bien. Suspiré cansado antes de  mirar de reojo el plato de galletas saladas que tenía allí, cogiendo un buen puñado de ellas para echarme a la boca. Estaba hambriento después de tanto hacer fechorías por la ciudad. Tragué a lo pavo como un animal, poniendo después cara de no entender nada cuando me agarró del brazo con ese nerviosismo.

- ¿Quién te ha dejado en China? ¿quién te ha hecho todo eso? dímelo...que estoy con demasiadas ganas de pegar al 99% de lo que quede de población mundial. Puto asco de gente, joder. - lo de China ya me había parecido suficientemente raro, pero cuando soltó lo de su primo casi me atraganto con otro puñado de galletas que había cogido. Tosí un par de veces, dándome en el pecho para que se me pasase. A saber qué primo, ella tenía muchos porque los Knox eran una familia grande.

- Bueno...eso no es incesto del todo...antes se liaban mucho entre primos. Mientras no tengáis hijos que os salgan medio tontos pues...yo qué sé. - acabé soltando sin saber muy bien qué responderle, porque parecía realmente agobiada.  - ¿Lo conozco? - cogí su antebrazo para ver aquel tatuaje horroroso que me enseñaba, algo que no tenía nada que ver con liarse con un primo.

- Demonios y dragones, pff. Suena a que has estado de fiesta y has tenido una resaca muy gorda en la que has acabado muy lejos, te has liado con primos y has visto demonios y dragones juntos. Pero eso es imposible, porque sé que los Knox no sabéis beber y no llegaríais a eso. Así que entiendo que estés alucinando tanto. - no, obviamente no se lo estaba inventando, y se notaba que aquello le había afectado. Sonaba muy extraña su historia, y seguro que tenía una explicación.  - ¿Hay algo que yo pueda hacer con toda esa historia? - ofrecí cuando terminó de explicar, soltando su brazo. Una cosa era abandonar cualquier organización o grupo en el que hubiese estado, y otra abandonar por completo a quienes habían sido mis amigos.

Compartí las galletas con él y le acerqué el brick de zumo, para que pasara esa pasta salada mas facilmente, aunque lo que necesitabamos en realidad era cerveza.

- Una demonia llamada Karinah me dejó alli, en la puta Luján. Quién me lo ha hecho? Oh.... - no lo tenía todo muy claro pero...sospechaba algo, un enlace habia. Lo miré, el no parecía tan desquiciado como yo, pero si parecía mas desquiciado que la ultima vez que lo vi. Se habia estado metiendo en peleas.

Asentí, asimilando de buen grado eso del no incesto.

- Bueno ni si quiera es mi primo primo...es...joder, es Reed, el hijo de Erika, claro que lo conoces. Te acuerdas de él? Era tan pequeño. Pues ya no, magia negra, una movida que no me ha querido contar. Y me engañó y me dijo que era otro y pues no lo reconoci evidentemente y nos liamos. UGHHHHHHH!!!! Me siento gilipollas!! Me interesaba!!! Aunque está putoloco!!! Me enteré el otro dia...bueno, cuando desaparecí. Fui a ayudarlo porque estaba herido y su maestro lo convocó y me desaparecieron a mi por ese portal. Acabé en su guarida, un sitio extraño lleno de....críos...extraños...en plan un leprechaun, un tauren, una kelpie, la demonio....y Reed...Reed se transformaba en dragoncillo,.

Suspiré, dios, como habia necesitado sacarme eso de dentro del pecho.

- Que no me lo invento, Hacksaw! - pegué un tiron de mi brazo para que dejara de mirar el tatuaje y me enfurruñé, joder que iba en serio. Menos mal que recapacitó. - Me hicieron preguntas y cuando vieron que yo no les era util me sacaron y la demonio me dejó en...sí, China, eso ya lo he dicho. Conocí al maestro pero no hablo conmigo directamente era un viejo decrépito y les cortaba el rollo a sus padawan....se lo cortaba mazo. Pero los crios cuando estaban solos eran como...no se, una familia rarita y depresiva? Pero familia al fin y al cabo. Y luego cuando me fui es cuando lo vi, en la pared, la ventana...no se, ese sitio no paraba de temblar y habia un ojo de dragon mas grande que toda la casa Knox. Si eso no era CGI, o mi mente enferma alucinando....ese puto bicho...debia ser...casi la mitad de Ouroboros....

Miré a Ian mas calmada cuando se ofreció a hacer algo y hasta le sonreí timidamente.
- Con que me escuches ya es más que suficiente... - me froté el ojo, todo aquello era muy turbio. - Es algo turbio, mucho mas de lo que creo que podemos imaginar. La demonio responde ante alguien peor que él, ese mago oscuro, su maestro. El tal Gideon...habló de que había ido a visitarlos un mago de sangre para curar a los casos perdidos. Y él sacó a relucir el apellido Pendragon antes de que yo lo hiciera, porque insinué algo pero no di nombres. Si sumas dos mas dos.... - hice una mueca muy, muy incómoda. Y de pronto recordé algo. Las vibraciones, el seismo de hacía unos minutos. - Hace...hace nada ha habido como un terromoto. No notas la tierra rara? Toca....

- Ajá...Karinah que te dejó en Luján...claro. - asentí como si me quedase clarísimo todo, pero en realidad me costaba seguir sus explicaciones tan confusas. Al menos el punto principal lo estaba captando. Abrí los ojos como platos cuando me dijo que era Reed, el mocoso de Erika que al parecer no era tan mocoso. - ¡JODER! ahora entiendo mejor el trauma...no por primo, que casi no te toca nada, pero... - menuda impresión. Por muy adulto que fuese ahora, que a saber por qué, ella lo había conocido de crío. Contaba las cosas a tal velocidad que me costaba asimilarlo todo. Que se había liado con Reed, que le interesaba, pero que era un problemático loco. Me pasé una mano por los ojos, resoplando mientras intentaba pensar en qué hacer con toda esa información.

- Siento la decepción. Parece que ni a ti ni a mí nos va demasiado bien en asuntos de parejas. - lo mío con maldiciones de por medio era raro, pero lo suyo con leprechaun, demonios, niños crecidos y demás tampoco era muy normal. - Ya veo...como una especie de grupo raro con un maestro que se porta mal con ellos. ¿Y cómo llegó Reed hasta allí? ¿qué le pasó? - eso hacia a Thalos y Erika candidatos a peores padres del año, tal vez sólo superados por el mío cuando nos dejó tirados. - Sería alguna ilusión. No hay dragones tan grandes.- murmuré pensativo, mirándola y apoyando después una mano sobre su rodilla cuando dijo que escucharla ya era suficiente. La entendía, a veces no podíamos dar solución a todo con una respuesta, ni se podía tomar ninguna acción concreta.

- ¿Magia de sangre dices? - comencé a ponerme tenso por momentos, apartando la mano de su rodilla mientras me echaba un poco hacia atrás en el asiento. El apellido Pendragon me hizo levantarme cabreado, porque ahora también se habían metido con Azahar. - Son una puta plaga, una lacra. Los odio. - aún así no entendía la relación entre ellos, el maestro ese, Reed, los amigos raritos, el ojo de dragón que había visto Azahar...un puzzle de demasiadas piezas. Noté esa misma vibración de tierra que mencionaba Azahar, dándome muy mala espina cada movimiento.

- Está pasando algo. Deberíamos salir a ver de qué se trata, si la guardia saber algo. Avisa a tus padres para que estén atentos, yo avisaré al mío para que venga con Aedan. - sentí remordimientos al mencionar su nombre, pues en los últimos días no me había encargado de él como debería. No podía estar con él en condiciones.

El temblor no le pasó desapercibido ni a Lyran ni a ella, pero Anteia sabía que era porque la experiencia que había tenido en la boda de Catherine la había marcado para siempre. Ese día Matvey le había salvado, a sus hijos y a ella al trasladarla al castillo Le Fay porque…

La isla estaba bajo ataque.

Iban ya de camino a casa cuando llegó el patronus de Azahar y apretaron el paso con los críos para poder ir cuando llegó el segundo patronus. Lyran y ella ya habían hablado en el camino de lo que debían hacer así que dividieron caminos en cuanto entraron a la casa -¡Azahar!- Llamó mientras entraba sosteniendo a Ryland tras su chequeo. Fue directo al patio y cuando la vio, soltó un suspiro de aire contenido con todo el estrés que había acumulado estos meses. Se acercó a ella y le echó el brazo libre al cuello apretándola contra sí misma con fuerza y… más tiempo del necesario.

-Cuando estemos a salvo me cuentas todo- Murmuró alejándose observándola a los ojos antes de hacer un chequeo general. Pasó del tatuaje porque alguna explicación debía tener -La isla debe estar bajo ataque, no creo que sea seguro quedarnos- Se acercó a Ian y le dejó  un beso en la frente para luego fijarse que también estaba hecho un caos. Le acarició la mejilla -Creo que Adam estaba con Aedan en el bosque o el parque, salió a pasearlo- Miró hacia Azahar -Tu padre está arriba preparando maletas. Tú encárgate de la comida, lo imprescindible Azahar….y duradero-

Ella tenía que encargarse de los niños y tratar de coordinar… Los niños. Matvey tenía un hijo. Se quedó un momento pensando qué habría hecho el nigromante. Ian tendría las manos llenas, Lyran estaba con las maletas y Azahar… -Necesito que mires a los mellizos. Ahora… Ahora vuelvo- Acomodó a Ryland de nuevo en su pecho, en el canguro que llevaba y buscó su nube -¡Enviale un patronus a Thalos y a Erika!- Le dijo saliendo volando en la nube hacia el sótano de Matvey.

Vale. un trauma menos, era cierto, Reed casi no me tocaba nada familiarmente hablando, pero eso.

- No....ya ves. - reconocí a eso de que a ninguno de los dos nos estaba yendo bien con el rollo de las parejas. - Somos unos mierdecillas. No tengo ni idea de que le pasó para acabar alli. Culpa a sus padres. - encogí mis hombros, ahi ya me perdia mucho.

- Es que respiraba y todo, Ian, no era una ilusión estoy...casi segura. - asentí varias veces a lo de lacra, estaba de acuerdo. Pero, que podíamos hacer nosotros? No teniamos poder alguno. - Solo somos dos cantos rodados en mitad del camino.

Mi madre no tardó en llegar y fui a abrazarla con locura, ya le pediría perdón luego.
- Si, ya te contaré. - asentí a todas las ordenes que mi madre me daba, ella y su calma en una situacion asi hacian que mi cabeza se centrase nuevamente. - Vale, latas y cosas de esas. Descuida.

"un patronus?"

- Y...que les digoo?! - le grité cuando se iba volando, obvio no me respondió. Regruñí algo y al final envié un patronus a ambos. - Venga Ian, ayudame tu tambien.

Cogí a los mellizos y pasamos dentro, a la cocina, comenzando a empacar todo lo imprescindible. En cuanto llegasen, nos iriamos todos de alli.

- No es culpa nuestra. - respondí a Azahar cuando dijo eso de que éramos unos mierdecillas en el amor, pues a ella la habían engañado y a mí me habían obligado a divorciarme. Ninguno habíamos tenido elección. Asentí algo distraído a lo que dijo del dragón. Me había entrado más bajón que cabreo al darme cuenta de que ella tenía razón, que éramos dos pedrulos insignificantes en mitad del camino. No parecíamos dueños de nuestro destino. Suspiré levantándome de la silla en cuanto llegó Anteia, pensando en la suerte que tenía Azahar por poder abrazarla. Ella era como una madre para todos, pero claro...no era lo mismo que si fuese la mía. Agradecí su gesto de cariño en ese momento, sin rehuir lo más mínimo.

- Así que bajo ataque, otra vez. - qué harto estaba ya de tanto ataque. ¿Acaso no habíamos luchado lo suficiente como para merecernos algo de calma? ¿cuánto iba a durar aquello? - ¿Quién se supone que nos ataca ahora? - pregunté a Anteia después de que me informase sobre el paradero de Aedan y mi padre. Con él estaría bien, eso lo tenía claro. Nos quedamos sin respuestas tanto Azahar como yo, seguro que Anteia tenía que ir recogiendo a muchos críos más por todas partes. Así era ella.

Me dispuse a vigilar a los hermanos de Azahar y a ayudarla a echar en la mochila toda la comida que se pudiese. Los críos nos miraban extrañados, pero parecían tranquilos. En una pausa mandé un mensaje de moneda comunicadora a mi padre para preguntarle dónde estaba, que estaban atacando la isla. No tardé en recibir su respuesta, diciéndome que había bajado a tierra para pasear con Aedan, y que se dirigían ahora la casa Hacksaw.

- Ellos ya están a salvo. - informé a Azahar, mandando después otro mensaje vía patronus a Catherine por si acaso había subido a la isla a algo. Sabía que estaba en la cabaña, pero...no estaba de más asegurarse.

Mensaje patronus para Catherine:

Derrapé frente al jardin frontal de la casa de los Knox, colándome a su interior y volviendo a guardar la moto voladora.

- Anteia?

Pasé a la casa, llamando a la sanadora, porque no la vi de primeras. Pero si que vi a Azahar y a Ian, recogiendo. Ellos tambien se iban.

- Tan grave es? Recibimos el patronus del teniente Royden cuando estabamos en la base. ¿Están expulsando a los Pendragon de la isla?

Miré a los crios que iban con Azahar, ninguno era el mio, claro, el mio tenia que ser mucho mas pequeño....estaría con Anteia? azahar me dijo que estaba con ella. Oh, y lo otro.... vale, Reed.

- Si no tenéis donde quedaros podéis refugiaros en la Base. Aunque entiendo que no os hará ni pizca de gracia. ¿Dónde está Ryland?

Trató de mantener un campo empático pacífico y calmó porque los gritos de la gente estaban empezando a calar. Vio pronto el jardín trasero de la casa y bajó cogiendo al niño de la manito mientras caminaba hacia dentro de casa.

Allí ya estaba Thalos y sonrió -Ivanov mira... Saluda a Kyla y Darryl, niños... Venid- Los instó a jugar un poco juntos aunque Ivanov no parecía querer despegarse de Anteia. Se acercó a Thalos para mostrarle a Ryland en el portabebes, dormido -Veniamos del control, está todo bien- No tardó mucho en quitarse el portabebes para pasárselo.

Miró hacia Lyran cuando bajó por las escaleras con las maletas e intercambiaron una mirada quizás de... Resignación. Había sido "bueno" el tiempo que habían estado viviendo allí pero era un capítulo que ahora acababa. - Voy en la nube con Lyran... E Ivanov- Dijo al ver al niño cogiéndose de su pantalón de maternidad -Azahar, Ian, Thalos , nos vemos en la casa Hacksaw- Organizó todo y tras revisar que tuvieran todo vigiló la desaparición antes de girarse hacia Lyran -Me daba cosa dejarlo con el Ghoul. Es un bicho servicial...pero feo- Le puso ojitos de cachorro a su esposo antes de abrazarlo y despedirse de esa casa porque... No sabía si la volverían a ver, tras eso partieron de allí hacia tierra firme.