Recuerdo del primer mensaje :
La rubia había aceptado a dejar que su dragón se diera un paseo pero a él no pareció hacerle tanta gracia, me recordaba a las miradas de desaprobación Zaphira y solo por eso no salí corriendo. Invité a la chica Pendragon a acercarse y ella aceptó de buena gana sentándose en la manta para después aceptar mi chocolate -En estos tiempos prefiero que vuele solo lo necesario, ella suele volar por la isla y de vez en cuando la acompaño pero ambos estamos ocupados, queda poco tiempo para el ocio cuando hay tantas responsabilidades y asuntos que atender, sobretodo cuando tenemos una guerra pisándonos los talones- le respondí justo después de que me preguntara por la dragona, además, con ellos en la isla Zaphira estaría muy estresada y vería limitada su zona de vuelo...
Ella me preguntó por el hechizo pero negué con la cabeza cuando preguntó si dolía, después empezó a divagar -No te preocupes, todos tenemos malos días, pero una maldición de sangre no es algo tan literal cómo que lo llevéis en la sangre, no lo puedes sacar y ya está como con una transfusión o algo así ¿me entiendes? no es nada físico- ella volvió a disculparse, esta vez por su hermano, lo que recordaba de aquel día es que ella había perdido a su prometido y al parecer de una forma poco agradable pero no le preguntaría por ello, no lo creía conveniente ahora que parecía estar tranquila.
Sonreí de forma automática cuando dijo que el chocolate estaba bueno, iba a decir algo sobre mi prometido, que era muy bueno cocinando y quería presumir de él... pero no debía hacerlo, la muchacha ante mi no dejaba de ser una Pendragon ¿y si usaba eso en mi contra? ¿y si se lo contaba a su hermano? no... mejor no. Después de aquello empezó a hablar sobre sexo... otra vez, mencionando a sus hermanos pero algo no me encajaba -¿por qué tu y tu hermana rondáis tanto a Gio? sobretodo ella, cada vez que intento hablar con él aparece tu hermana... - aquello me salió sin pensar demasiado en las consecuencias, pero aquella chica hablaba con tanta confianza que bajé la guardia -Olvídalo, ha sido una pregunta estúpida... y las visitas supongo que están bien siempre que Giordano lo permita y sin volarle la puerta en pedazos- porque ya había decidido que no era asunto mío con quien se viera o dejara de hacerlo, seguiría el consejo de Savannah.
La chica se acostó sobre la manta y decidí hacer un encantamiento de calor para que la temperatura fuera un poco más agradable -Voy a empezar, relájate, puede que sientas un ligero cosquilleo- me arrodillé a su lado y empecé a canalizar magia, mis manos empezaron a brillar con un color dorado, esperé unos segundos por si aparecía otro rubio loco y al ver que no aparecía nadie puse mis manos sobre ella. Aquel color dorado pasó hasta su cuerpo y la cubrió por completo, cerré los ojos para concentrarme mientras recitaba el conjuro.
Pasó un buen rato hasta que por fin pude bajar las manos, uno de los efectos secundarios de aquella magia y sobretodo una sesión tan larga era que las personas solían quedarse dormidas debido al efecto de calma, abrí los ojos tocando el hombro de la rubia por si acaso -He terminado, puedes levantarte- dije moviéndola un poco y cuando reaccionó pude volver a hablar -No hay rastro de una maldición en ti, solo muchas preocupaciones ¿has podido dormir bien estos días?-
Ella me preguntó por el hechizo pero negué con la cabeza cuando preguntó si dolía, después empezó a divagar -No te preocupes, todos tenemos malos días, pero una maldición de sangre no es algo tan literal cómo que lo llevéis en la sangre, no lo puedes sacar y ya está como con una transfusión o algo así ¿me entiendes? no es nada físico- ella volvió a disculparse, esta vez por su hermano, lo que recordaba de aquel día es que ella había perdido a su prometido y al parecer de una forma poco agradable pero no le preguntaría por ello, no lo creía conveniente ahora que parecía estar tranquila.
Sonreí de forma automática cuando dijo que el chocolate estaba bueno, iba a decir algo sobre mi prometido, que era muy bueno cocinando y quería presumir de él... pero no debía hacerlo, la muchacha ante mi no dejaba de ser una Pendragon ¿y si usaba eso en mi contra? ¿y si se lo contaba a su hermano? no... mejor no. Después de aquello empezó a hablar sobre sexo... otra vez, mencionando a sus hermanos pero algo no me encajaba -¿por qué tu y tu hermana rondáis tanto a Gio? sobretodo ella, cada vez que intento hablar con él aparece tu hermana... - aquello me salió sin pensar demasiado en las consecuencias, pero aquella chica hablaba con tanta confianza que bajé la guardia -Olvídalo, ha sido una pregunta estúpida... y las visitas supongo que están bien siempre que Giordano lo permita y sin volarle la puerta en pedazos- porque ya había decidido que no era asunto mío con quien se viera o dejara de hacerlo, seguiría el consejo de Savannah.
La chica se acostó sobre la manta y decidí hacer un encantamiento de calor para que la temperatura fuera un poco más agradable -Voy a empezar, relájate, puede que sientas un ligero cosquilleo- me arrodillé a su lado y empecé a canalizar magia, mis manos empezaron a brillar con un color dorado, esperé unos segundos por si aparecía otro rubio loco y al ver que no aparecía nadie puse mis manos sobre ella. Aquel color dorado pasó hasta su cuerpo y la cubrió por completo, cerré los ojos para concentrarme mientras recitaba el conjuro.
Pasó un buen rato hasta que por fin pude bajar las manos, uno de los efectos secundarios de aquella magia y sobretodo una sesión tan larga era que las personas solían quedarse dormidas debido al efecto de calma, abrí los ojos tocando el hombro de la rubia por si acaso -He terminado, puedes levantarte- dije moviéndola un poco y cuando reaccionó pude volver a hablar -No hay rastro de una maldición en ti, solo muchas preocupaciones ¿has podido dormir bien estos días?-
El bosque de Darwin solía ser un lugar bastante tranquilo en el que perderse y entrenar, así que decidí ir hacia allí para intentar no cruzarme con nadie. Habían pasado algunos días desde el incidente en las montañas, donde habíamos Catherine y yo tenido unas cuantas palabras con el tal Wthyr. No supimos a ciencia cierta si él me había hecho algo con su magia o no, pero era mucha casualidad que el malestar desapareciese a la vez que él se marchaba. Teníamos que centrarnos en el tema de la misión, y para eso no ayudaba nada el saber que teníamos enemigos en las montañas, viviendo tan tranquilos. Al hablar con mi padre pude confirmar que había sido él quien atacó el lugar, cosa que no me pareció mal porque se lo merecían. Lo malo sería si decidieran acusarle formalmente.
Estaba practicando con las cimitarras cuando me pareció escuchar una voz conocida a unos cuantos metros. Decidí acercarme de manera sigilosa y entre los árboles al escuchar que estaba conversando con alguien más, sorprendiéndome al descubrir que se trataba de una de las hermanas Pendragon. Me detuve aún a varios metros, junto al tronco de un árbol y con una cimitarra en cada mano mientras observaba la extraña escena de la rubia tendida en el suelo y el otro hablándole de manera tranquilizadora. La indignación me hizo señalar mi posición, por lo que alcé la voz y una de mis cimitarras apuntando a ambos.
- ¡Sean! ¿Qué haces confraternizando con el enemigo como si no pasase nada? ¡Sólo quiere engañarte porque te ve más accesible que al resto! No te fíes de ella, lo único que saben hacer es mentir y manipular. Lo digo por tu propio bien y por el del resto del Consejo. Mira como con Catherine no intentan ser "amables". - negué con la cabeza soltando un 'bah' de reproche, dándome media vuelta después. Me había podido la rabia al ver aquella imagen, pero que hiciese lo que quisiese. Al final iban a envenenar a todos, uno a uno. - Me largo, tú verás. - tras eso avancé unos cuantos pasos, desapareciéndome de allí después.
Estaba practicando con las cimitarras cuando me pareció escuchar una voz conocida a unos cuantos metros. Decidí acercarme de manera sigilosa y entre los árboles al escuchar que estaba conversando con alguien más, sorprendiéndome al descubrir que se trataba de una de las hermanas Pendragon. Me detuve aún a varios metros, junto al tronco de un árbol y con una cimitarra en cada mano mientras observaba la extraña escena de la rubia tendida en el suelo y el otro hablándole de manera tranquilizadora. La indignación me hizo señalar mi posición, por lo que alcé la voz y una de mis cimitarras apuntando a ambos.
- ¡Sean! ¿Qué haces confraternizando con el enemigo como si no pasase nada? ¡Sólo quiere engañarte porque te ve más accesible que al resto! No te fíes de ella, lo único que saben hacer es mentir y manipular. Lo digo por tu propio bien y por el del resto del Consejo. Mira como con Catherine no intentan ser "amables". - negué con la cabeza soltando un 'bah' de reproche, dándome media vuelta después. Me había podido la rabia al ver aquella imagen, pero que hiciese lo que quisiese. Al final iban a envenenar a todos, uno a uno. - Me largo, tú verás. - tras eso avancé unos cuantos pasos, desapareciéndome de allí después.
Shyvanna Pendragon
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-¿Cuándo desconectas?- Preguntó con tranquilidad, oyendo que no tenía mucho tiempo de ocio y lo de la guerra la hizo suspirar -¿Sabes? Es tan rarito eso de que cogiera a los magos. Es decir… ¿Por qué si los humanos realmente no querían a los magos ahora la IA los convierte? Sólo lo usará contra nosotros…- Soltó un suspiro, se estiró y luego movió suavemente los hombros -Nos enfrentamos a ellos… Fue un poco extraño, para serte sincera- Recordar aquel momento hizo que tensara los labios. G se había defendido perfectamente pero Giordano no. Tal vez le faltaba entrenamiento.
Escuchó la explicación sobre lo de la maldición y asintió con suavidad, eso explicaría porque no se habían dado cuenta antes. Disfrutó del chocolate con mucha alegría, porque era una bebida riquísima. La pregunta de Sean no le pilló desprevenida -Probablemente porque es el único que no nos mira mal- Le respondió arqueando una ceja con cierta evidencia pero luego sonrió -Yo lo cierto es que no lo rondo tanto. La primera vez fue porque pensé que estaba amenazando a mis dragones y… Con mi Brigada nadie se mete. Soy particularmente protectora con ellos, luego él me explico de forma gráfica todo lo de SAM y se lo agradecí porque las palabras me pierden. Cuando empiezan a hablar y hablar y hablar, desconecto- Alzó los hombros con suavidad y luego escuchó lo de que era una pregunta estúpida -No es estúpida. ¿Ustedes son muy amigos no? ¿Estás celoso?- Le preguntó a Sean con una sonrisa -Yo es que soy muy desapegada. Asumo que vienen tus celos porque es Giordano…Porque yo le he llevado pizza a Markus y de él no me has hablado- Le guiñó un ojo y luego ladeó la cabeza, movió los labios de un lado a otro como sopesándolo -Tú tampoco eres hetero ¿verdad?- Inquirió. Él tampoco se había fijado en sus chicas y había estado prácticamente desnuda entre los dos.
En cuando dijo que iba a empezar ella asintió y cerró los ojos, empezó a sentir tal lo que había mencionado Sean y sonrió. Incluso se rió un poco pero intentó mantenerse quieta, aunque dentro de sus botas abría y cerraba los dedos de los pies con mucha rapidez. En efecto, se adormeció y hasta que no la movió con suavidad no se despertó, le miró con sus grandes ojos celestes con una sonrisa al menos hasta que preguntó lo de dormir. Entonces se le borró -No- Dijo en un corto monosílabo mientras fue incorporándose -Los recuerdos son muy recientes y me ocupo con mis amigas de olvidarlo… Me gusta el sexo y me hace mantenerme activa y…olvidarme de todo- Le explicó a Sean -Por eso fui a pedirle cosas a Giordano. Supuse que al ser tan creativo tendría de esas cosas… - Soltó un largo suspiró -No ayudó mucho así que hago lo que puedo. Me tomará t…-
Shyvanna giró la cabeza al escuchar los gritos de un muchacho pelinegro que no conocía. La rubia bajó la mirada y recordó a Darren, recordó Avalon. Cerró los ojos. Todo iba bien en Avalon ¿Por qué tenían que conquistar esa isla? -¿Y aún así me preguntas porque rondamos a Giordano? ¿Siquiera has visto como nos tratan en el Mercado? ¿Por qué tienen que juzgarnos cuando intentamos según las mismísimas reglas del Antiguo Código volver a nuestro puesto? Ni siquiera tenéis un experto en dragones allí, no conocéis la magia de sangre… O sea… ¿No teneis que intentar mantener 20 ramas del conocimiento mágico? Mira que no presto mucho atención a esas cosas pero me lo han repetido tanto que me lo he aprendido de memoria…- Soltó el aire exasperada y se llevó las manos a la cara, tirándose al piso de nuevo -¿Quién es? ¿Algo de la Le Fay?-
Escuchó la explicación sobre lo de la maldición y asintió con suavidad, eso explicaría porque no se habían dado cuenta antes. Disfrutó del chocolate con mucha alegría, porque era una bebida riquísima. La pregunta de Sean no le pilló desprevenida -Probablemente porque es el único que no nos mira mal- Le respondió arqueando una ceja con cierta evidencia pero luego sonrió -Yo lo cierto es que no lo rondo tanto. La primera vez fue porque pensé que estaba amenazando a mis dragones y… Con mi Brigada nadie se mete. Soy particularmente protectora con ellos, luego él me explico de forma gráfica todo lo de SAM y se lo agradecí porque las palabras me pierden. Cuando empiezan a hablar y hablar y hablar, desconecto- Alzó los hombros con suavidad y luego escuchó lo de que era una pregunta estúpida -No es estúpida. ¿Ustedes son muy amigos no? ¿Estás celoso?- Le preguntó a Sean con una sonrisa -Yo es que soy muy desapegada. Asumo que vienen tus celos porque es Giordano…Porque yo le he llevado pizza a Markus y de él no me has hablado- Le guiñó un ojo y luego ladeó la cabeza, movió los labios de un lado a otro como sopesándolo -Tú tampoco eres hetero ¿verdad?- Inquirió. Él tampoco se había fijado en sus chicas y había estado prácticamente desnuda entre los dos.
En cuando dijo que iba a empezar ella asintió y cerró los ojos, empezó a sentir tal lo que había mencionado Sean y sonrió. Incluso se rió un poco pero intentó mantenerse quieta, aunque dentro de sus botas abría y cerraba los dedos de los pies con mucha rapidez. En efecto, se adormeció y hasta que no la movió con suavidad no se despertó, le miró con sus grandes ojos celestes con una sonrisa al menos hasta que preguntó lo de dormir. Entonces se le borró -No- Dijo en un corto monosílabo mientras fue incorporándose -Los recuerdos son muy recientes y me ocupo con mis amigas de olvidarlo… Me gusta el sexo y me hace mantenerme activa y…olvidarme de todo- Le explicó a Sean -Por eso fui a pedirle cosas a Giordano. Supuse que al ser tan creativo tendría de esas cosas… - Soltó un largo suspiró -No ayudó mucho así que hago lo que puedo. Me tomará t…-
Shyvanna giró la cabeza al escuchar los gritos de un muchacho pelinegro que no conocía. La rubia bajó la mirada y recordó a Darren, recordó Avalon. Cerró los ojos. Todo iba bien en Avalon ¿Por qué tenían que conquistar esa isla? -¿Y aún así me preguntas porque rondamos a Giordano? ¿Siquiera has visto como nos tratan en el Mercado? ¿Por qué tienen que juzgarnos cuando intentamos según las mismísimas reglas del Antiguo Código volver a nuestro puesto? Ni siquiera tenéis un experto en dragones allí, no conocéis la magia de sangre… O sea… ¿No teneis que intentar mantener 20 ramas del conocimiento mágico? Mira que no presto mucho atención a esas cosas pero me lo han repetido tanto que me lo he aprendido de memoria…- Soltó el aire exasperada y se llevó las manos a la cara, tirándose al piso de nuevo -¿Quién es? ¿Algo de la Le Fay?-
Negué con la cabeza a la pregunta de desconectar -pocas veces, ser descendiente no es solo juego y diversión... aunque si lo pienso eso no ha pasado nunca, son responsabilidades, cuidar de la isla, de sus habitantes y resolver todos los problemas que surjan sea la hora que sea- aquello me sacó un suspiro porque esa era la razón por la que pasaba tan poco tiempo con Lucio. La pregunta sobre la IA me hizo mascarlo todo una vez más -Porque necesitas conocer al enemigo para saber como combatirlo, no sé si quedan muchos más entierra pero de momento somos lo que queda de la humanidad libre- cuando dijo que se habían enfrentado a ellos... me pareció extraño -entonces sabéis a lo que nos enfrentamos...pero ¿bajaste sola? no soy el más indicado para decirlo pero eso es peligroso, si la IA te captura y te ponen la pila no solo estará en peligro Ouroboros sino también vuestro hogar, la máquina puede acceder a tu mente-
Me dio una pinchazo en el pecho cargado de culpa cuando me dio las razones de rondar a Gio, en eso tenía razón, el resto del consejo prefería mantener la distancia con ellos, yo el primero pero no podíamos simplemente bajar la guardia después de esa espectacular entrada quemando casas y con un ejercito. Al final que supieran sobre SAM era trabajo de Gio, pero... eso quería decir que ¿habían bajado con él?... claro que no, Giordano era una persona sensata... -¡No estoy celoso!- contesté de forma inmediata en un acto reflejo, hasta me daba vergüenza y se me subieron los colores en un momento -Giordano es un buen amigo, solo me preocupo por él- y claro, con ellas rondando no me daba para arreglar definitivamente nuestra amistad, sentía que estaba todo pillado con pinzas y las hermanas se encargaban de tirarlo todo por la borda -¿eh?- la pregunta de ser hetero me tomó muy por sorpresa y me quedé pillado pensando qué demonios debería contestarle o desviar la conversación -yo... am.. a ver...- ¡rápido, piensa! -¿cómo que tampoco? ¿hay alguien que no lo sea?-
Después de la charla me puse manos a la obra y al terminar desperté a la rubia que se había quedado adormilada. entorné los ojos cuando me dijo, una vez más, lo del sexo -Bueno, no voy a cuestionar tus métodos, cada uno lleva su dolor como buenamente puede pero no puedes evitar dormir, tu cuerpo necesita descansar o caerás enferma- busqué mi bolsa y metí la mano removiendo de un lado a otro, tardé un ratillo mientras ella hablaba pero al final conseguí sacar una vela de color lila que miré con cariño, cuando volvimos la primera vez de Francia las había usado para calmar a Lucio de su paseo del infierno y ese mismo día me había pedido que fuéramos a vivir juntos.
Estaba a punto de darle aquella vela a la chica cuando apareció Ian gritando, me levanté para intentar darle explicaciones pero tal y como había aparecido se marchó, caí sobre la manta suspirando y entonces Shyvanna empezó a quejarse -Tenemos un experto, no es como vosotros, pero también domina la magia de sangre, solo no está preparado, el antiguo descendiente murió salvando a los dragones y habitantes de Ouroboros cuando la isla cayó... algunos dragones aún estaban de luto cuando llegasteis...- porque ahora no sabíamos nada de los dragones de la isla, todos estaban con los Pendragon a excepción de Zaphira -Oye... no te lo tomes a mal pero si hubierais llegado de una forma un poco más pacifica quizás no os juzgaríamos tanto, no sé, tal vez un emisario para hablar con el consejo sin mentiras ni ejercitos en nuestros campos, yo mismo os habría dado la bienvenida-
Señalé la dirección en la que se había ido Ian y me quedé mirando hacia allí -ese de ahí es mi cuñado de pega, es el marido de Catherine, cuando llegasteis atacasteis su casa con hielo, Ian y el hijo de Catherine estaban dentro, por poco no lo cuentan ¿que harías tu en esa situación? de repente llegan unos desconocidos a Avalon, plantan un ejercito en los campos que os dan de comer y se cargan casi la mitad, después atacan vuestras casa y seres queridos ¿les tenderíais la mano después de eso como si no hubiera pasado nada? por no hablar de las acusaciones en el parlamento, con lo mucho que quieres a tus dragones entenderás que no me tomara a bien lo que dijisteis de Zaphira, que no es mi dragón, es mi familia...- la miré de nuevo y le entregué la vela -tiene un encantamiento... un par, además de olor a lavanda, enciéndela cuando te vayas a la cama y te ayudará a dormir-
Me dio una pinchazo en el pecho cargado de culpa cuando me dio las razones de rondar a Gio, en eso tenía razón, el resto del consejo prefería mantener la distancia con ellos, yo el primero pero no podíamos simplemente bajar la guardia después de esa espectacular entrada quemando casas y con un ejercito. Al final que supieran sobre SAM era trabajo de Gio, pero... eso quería decir que ¿habían bajado con él?... claro que no, Giordano era una persona sensata... -¡No estoy celoso!- contesté de forma inmediata en un acto reflejo, hasta me daba vergüenza y se me subieron los colores en un momento -Giordano es un buen amigo, solo me preocupo por él- y claro, con ellas rondando no me daba para arreglar definitivamente nuestra amistad, sentía que estaba todo pillado con pinzas y las hermanas se encargaban de tirarlo todo por la borda -¿eh?- la pregunta de ser hetero me tomó muy por sorpresa y me quedé pillado pensando qué demonios debería contestarle o desviar la conversación -yo... am.. a ver...- ¡rápido, piensa! -¿cómo que tampoco? ¿hay alguien que no lo sea?-
Después de la charla me puse manos a la obra y al terminar desperté a la rubia que se había quedado adormilada. entorné los ojos cuando me dijo, una vez más, lo del sexo -Bueno, no voy a cuestionar tus métodos, cada uno lleva su dolor como buenamente puede pero no puedes evitar dormir, tu cuerpo necesita descansar o caerás enferma- busqué mi bolsa y metí la mano removiendo de un lado a otro, tardé un ratillo mientras ella hablaba pero al final conseguí sacar una vela de color lila que miré con cariño, cuando volvimos la primera vez de Francia las había usado para calmar a Lucio de su paseo del infierno y ese mismo día me había pedido que fuéramos a vivir juntos.
Estaba a punto de darle aquella vela a la chica cuando apareció Ian gritando, me levanté para intentar darle explicaciones pero tal y como había aparecido se marchó, caí sobre la manta suspirando y entonces Shyvanna empezó a quejarse -Tenemos un experto, no es como vosotros, pero también domina la magia de sangre, solo no está preparado, el antiguo descendiente murió salvando a los dragones y habitantes de Ouroboros cuando la isla cayó... algunos dragones aún estaban de luto cuando llegasteis...- porque ahora no sabíamos nada de los dragones de la isla, todos estaban con los Pendragon a excepción de Zaphira -Oye... no te lo tomes a mal pero si hubierais llegado de una forma un poco más pacifica quizás no os juzgaríamos tanto, no sé, tal vez un emisario para hablar con el consejo sin mentiras ni ejercitos en nuestros campos, yo mismo os habría dado la bienvenida-
Señalé la dirección en la que se había ido Ian y me quedé mirando hacia allí -ese de ahí es mi cuñado de pega, es el marido de Catherine, cuando llegasteis atacasteis su casa con hielo, Ian y el hijo de Catherine estaban dentro, por poco no lo cuentan ¿que harías tu en esa situación? de repente llegan unos desconocidos a Avalon, plantan un ejercito en los campos que os dan de comer y se cargan casi la mitad, después atacan vuestras casa y seres queridos ¿les tenderíais la mano después de eso como si no hubiera pasado nada? por no hablar de las acusaciones en el parlamento, con lo mucho que quieres a tus dragones entenderás que no me tomara a bien lo que dijisteis de Zaphira, que no es mi dragón, es mi familia...- la miré de nuevo y le entregué la vela -tiene un encantamiento... un par, además de olor a lavanda, enciéndela cuando te vayas a la cama y te ayudará a dormir-
Shyvanna Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Escuchó a Sean con atención, o lo que podía, mientras le miraba los ojos violetas y luego el cabello suave de color caoba. En algún momento se perdió en lo que le decía y se inclinó para cogerle un mechón de pelo -¿Qué te haces en el pelo? Lo tienes suave y brillante…Me gustaría tenerlo así… Pero debo llevarlo amarrado todo el rato porque cuando trabajas con dragones es un gran problema- Se lo mencionó y luego volvió a pensar en lo que le decía, en alguna parte de “bajaste sola” -No, con Gio y G. Nos quería mostrar lo que sucedía para que nos inmiscuyéramos en la guerra. Lo logró. Wthyr dijo que cuando nos pidieran ayuda acudiríamos…O eso entendí yo- Mencionó alzando los hombros con suavidad.
-Pareces súper celosoooooooooooo…Mira mira…. Estás todo rojo- Le señaló Shyvanna riéndose un poco. Pero lo cierto es que le envidiaba un poco. Era bueno tener amigos, de esos de verdad porque a fin de cuentas Giordano y Sean estaban en el mismo lugar. En Avalon muchas veces se acercaban a ella por interés -Giordano no es hetero. No sé que es… La verdad, homo, sapio, demi…Y Markus…Con él estoy MUCHO más perdida. Siempre que hablamos es sobre piñas o palomas…Y oye… - Se inclinó y le mostró el escote con mucho interés -Si eres hetero, como mínimo, les miras, me las arreglo para eso…Aunque estes casado y enamorado. Llaman la atención. Y Gio…Ni Markus…Ni tú. ¿O será cosa de Descendientes?- Meditó llevándose una mano a la barbilla, pensando que quizás era eso. Ouroboros la retaba, en momentos que no entendía. Aunque el feral la había observado… Se mordió el labio con curiosidad. Lo mejor era seguir en Avalon con la gente que ya conocía.
-Eh…Lo intentaré. Tal vez si que necesito sexo heterosexual- Analizó para luego escuchar toda la retahíla sobre que si había alguien -Pero técnicamente el puesto sigue abierto ¿No?- Preguntó, porque de vez en cuando era inquisitiva. Lo del pacifismo…Bueno… ¿Cómo controlabas a un Lothbrock? ¿Cómo controlabas a los dragones que ahora tenían más libertad? Respiró varias veces pero no iba a hablar mucho más, tras ello miró a Sean hablarle de lo que habían hecho. Shyvanna estudio su rostro, observándole con mucha atención -Sean…Lo dije en el parlamento. Si hubiésemos querido matarlos, lo habríamos hecho. Me dicen todo el rato que no lo diga pero… ¿Habéis preguntado a Sofía sobre su secuestro? ¿Creéis que teniendo dragones armaríamos una pira cuando podríamos haberos dejado el cadáver calcinado?... ¿Y qué opinamos del puñetazo de Altair a mi hermana?- Se apoyó sobre el brazo y luego la cabeza sobre la mano -Pero sobretodo. Os pedimos una semana y enviaron espías a nuestros campos…No soy estratega, ni hago muchas cosas por mi cuenta, ni pongo en peligro a mis dragones pero si algo he aprendido es que cuando me piden paciencia y no cumplo reci…Reci…- Parpadeó y se llevó una mano a la boca, sorprendida. De pronto todo tenía sentido. Su abuela había sido absolutamente estricta con los rituales y Aric…Aric y ella. Palideció y se incorporó pensando que debía volver a Avalon inmediatamente y hablar con su abuela…Porque…Tendría que haber sido ella -Un castigo…Recibo un castigo. Aric murió por…mí…-
-Tengo que irme…- Se levantó, pero parecía perdida. Apartó el cabello del rostro y volvió la vista hacia él cuando mencionó lo de la vela. La cogió, observándola -Espero que seas bueno. De los de verdad…- Murmuró, confiando en él, y entonces desapareció. Artamir que había mantenido su distancia, se había acercado al verla alterarse pero cuando se retiró no hizo más que volver al claro, tomar su forma de dragón y salir del bosque.
-Pareces súper celosoooooooooooo…Mira mira…. Estás todo rojo- Le señaló Shyvanna riéndose un poco. Pero lo cierto es que le envidiaba un poco. Era bueno tener amigos, de esos de verdad porque a fin de cuentas Giordano y Sean estaban en el mismo lugar. En Avalon muchas veces se acercaban a ella por interés -Giordano no es hetero. No sé que es… La verdad, homo, sapio, demi…Y Markus…Con él estoy MUCHO más perdida. Siempre que hablamos es sobre piñas o palomas…Y oye… - Se inclinó y le mostró el escote con mucho interés -Si eres hetero, como mínimo, les miras, me las arreglo para eso…Aunque estes casado y enamorado. Llaman la atención. Y Gio…Ni Markus…Ni tú. ¿O será cosa de Descendientes?- Meditó llevándose una mano a la barbilla, pensando que quizás era eso. Ouroboros la retaba, en momentos que no entendía. Aunque el feral la había observado… Se mordió el labio con curiosidad. Lo mejor era seguir en Avalon con la gente que ya conocía.
-Eh…Lo intentaré. Tal vez si que necesito sexo heterosexual- Analizó para luego escuchar toda la retahíla sobre que si había alguien -Pero técnicamente el puesto sigue abierto ¿No?- Preguntó, porque de vez en cuando era inquisitiva. Lo del pacifismo…Bueno… ¿Cómo controlabas a un Lothbrock? ¿Cómo controlabas a los dragones que ahora tenían más libertad? Respiró varias veces pero no iba a hablar mucho más, tras ello miró a Sean hablarle de lo que habían hecho. Shyvanna estudio su rostro, observándole con mucha atención -Sean…Lo dije en el parlamento. Si hubiésemos querido matarlos, lo habríamos hecho. Me dicen todo el rato que no lo diga pero… ¿Habéis preguntado a Sofía sobre su secuestro? ¿Creéis que teniendo dragones armaríamos una pira cuando podríamos haberos dejado el cadáver calcinado?... ¿Y qué opinamos del puñetazo de Altair a mi hermana?- Se apoyó sobre el brazo y luego la cabeza sobre la mano -Pero sobretodo. Os pedimos una semana y enviaron espías a nuestros campos…No soy estratega, ni hago muchas cosas por mi cuenta, ni pongo en peligro a mis dragones pero si algo he aprendido es que cuando me piden paciencia y no cumplo reci…Reci…- Parpadeó y se llevó una mano a la boca, sorprendida. De pronto todo tenía sentido. Su abuela había sido absolutamente estricta con los rituales y Aric…Aric y ella. Palideció y se incorporó pensando que debía volver a Avalon inmediatamente y hablar con su abuela…Porque…Tendría que haber sido ella -Un castigo…Recibo un castigo. Aric murió por…mí…-
-Tengo que irme…- Se levantó, pero parecía perdida. Apartó el cabello del rostro y volvió la vista hacia él cuando mencionó lo de la vela. La cogió, observándola -Espero que seas bueno. De los de verdad…- Murmuró, confiando en él, y entonces desapareció. Artamir que había mantenido su distancia, se había acercado al verla alterarse pero cuando se retiró no hizo más que volver al claro, tomar su forma de dragón y salir del bosque.
En efecto, la chica Pendragon tenía un problemilla de atención porque me había desviado el tema completamente llevando una mano a mi cabello, me eché hacia atrás para que lo soltara y me lo pasé por detrás de la oreja -No uso nada especial, es un champú que le compro a Sofía...- que olía muy bien pero no esperaba que mi cabello despertara esa curiosidad. Me llevé una mano a la frente cuando Shyvanna confesó que había bajado con Giordano, ese italiano loco... ¿cómo no iba a preocuparme por él si hacia semejantes tonterías? cualquier día le pasaba algo como aquella vez que se quitó un trozo de metal y empezó a sangrar a lo bruto.
Aquella discusión infantil sobre si estaba celoso o no me hizo cruzarme de brazos mirando hacia otro lado haciendo un mohín, aquella chica empezaba a recordarme en cierto modo a Catherine y no podía entrar en su juego o bajaría la guardia una vez más. La charla pronto derivó en la sexualidad de Gio y la verdad estaba muy perdido en esas cosas que decía la chica, durante mucho tiempo todos pensamos que al igual que a Markus ese tipo de cosas no le interesaban hasta que salió lo de la mazmorra y el asunto con Arleen que me había comentado Lucio -No es de descendientes... prueba con Altair y mandará al traste tu teoría- me quedé pensando en aquello y al final simplemente lo dejé aparcado en un ladito de mi mente como asunto pendiente porque de verdad que no sabía nada sobre sexualidades.
Una vez más negué con la cabeza, el puesto no estaba abierto, solo a espera de que el pequeño tuviera la edad suficiente para tomar posesión de su cargo. Las explicaciones de la rubia sobre lo que habían hecho no terminaban de convencerme, me seguía pareciendo totalmente innecesario lo que habían hecho, si yo quisiera pedir algo agotaría la via diplomática, llevas una tarta, ofrenda de paz, una charla.. no secuestrar a alguien y esperar que lo aceptemos con sonrisas. Suspiré mirando al cielo cubierto de nubes, eran demasiadas cosas -lo que está claro es que hemos empezado con mal pie...-
Todo parecía ir bien mientras tenía, por fin, una charla decente con un miembro de los Pendragon pero entonces a Shyvanna le entró el agobio, se levantó de golpe y tomó la vela para marcharse... el dragón apareció poco después y alzó el vuelo dejándome en aquel lugar un poco loco y sin saber que había hecho para provocar esa reacción en la chica. Me quedé un rato más escribiendo en mis pergaminos hasta quedarme sin comida y chocolate, cuando Rubi volvió conmigo, nos desaparecimos y volvimos a casa, tenía mucho que contarle a Lucio.
Aquella discusión infantil sobre si estaba celoso o no me hizo cruzarme de brazos mirando hacia otro lado haciendo un mohín, aquella chica empezaba a recordarme en cierto modo a Catherine y no podía entrar en su juego o bajaría la guardia una vez más. La charla pronto derivó en la sexualidad de Gio y la verdad estaba muy perdido en esas cosas que decía la chica, durante mucho tiempo todos pensamos que al igual que a Markus ese tipo de cosas no le interesaban hasta que salió lo de la mazmorra y el asunto con Arleen que me había comentado Lucio -No es de descendientes... prueba con Altair y mandará al traste tu teoría- me quedé pensando en aquello y al final simplemente lo dejé aparcado en un ladito de mi mente como asunto pendiente porque de verdad que no sabía nada sobre sexualidades.
Una vez más negué con la cabeza, el puesto no estaba abierto, solo a espera de que el pequeño tuviera la edad suficiente para tomar posesión de su cargo. Las explicaciones de la rubia sobre lo que habían hecho no terminaban de convencerme, me seguía pareciendo totalmente innecesario lo que habían hecho, si yo quisiera pedir algo agotaría la via diplomática, llevas una tarta, ofrenda de paz, una charla.. no secuestrar a alguien y esperar que lo aceptemos con sonrisas. Suspiré mirando al cielo cubierto de nubes, eran demasiadas cosas -lo que está claro es que hemos empezado con mal pie...-
Todo parecía ir bien mientras tenía, por fin, una charla decente con un miembro de los Pendragon pero entonces a Shyvanna le entró el agobio, se levantó de golpe y tomó la vela para marcharse... el dragón apareció poco después y alzó el vuelo dejándome en aquel lugar un poco loco y sin saber que había hecho para provocar esa reacción en la chica. Me quedé un rato más escribiendo en mis pergaminos hasta quedarme sin comida y chocolate, cuando Rubi volvió conmigo, nos desaparecimos y volvimos a casa, tenía mucho que contarle a Lucio.
Había salido tras pasar unos días comprobando como estaba el resto de la brigada. Todos parecían estar más o menos bien o en proceso de estarlo.
Lykaios parecía haber recuperado el humor y en alguna ocasión me lo había demostrado para bien. No había querido recordarle el tema de Leila, que seguía a la espera de juicio.
Salté una raíz bastante grande que sobresalía de la tierra. Hacía días que había tomado la decisión de salir a correr, por desestresar. Liberar la energía que retenía en las lunas en las que no me transformaba. O no permitían que lo hiciese.
No entendía la razón que el tipo que se encargaba de los licántropos tenía para dar la orden de que todos tomasen la matalobos. Estaba un poco harta de estar en aquel lugar a decir verdad, pero tampoco podía bajar a tierra firme de momento y arriesgarme a que la pila volviese a funcionar. Aún quedaban restos de SAM y estaba bastante harta de acabar secuestrada por unos y otros.
Paré al llegar a un grupo de árboles y apoyé la mano en uno de ellos mientras la otra reposaba en mi cadera e intentaba recuperar el aliento. Ya no me ahogaba tanto como días atrás pero mi fortaleza física no era de las mejores, menos mal que mi yo peludo me ofrecía pequeñas ventajas en ese aspecto.
Lykaios parecía haber recuperado el humor y en alguna ocasión me lo había demostrado para bien. No había querido recordarle el tema de Leila, que seguía a la espera de juicio.
Salté una raíz bastante grande que sobresalía de la tierra. Hacía días que había tomado la decisión de salir a correr, por desestresar. Liberar la energía que retenía en las lunas en las que no me transformaba. O no permitían que lo hiciese.
No entendía la razón que el tipo que se encargaba de los licántropos tenía para dar la orden de que todos tomasen la matalobos. Estaba un poco harta de estar en aquel lugar a decir verdad, pero tampoco podía bajar a tierra firme de momento y arriesgarme a que la pila volviese a funcionar. Aún quedaban restos de SAM y estaba bastante harta de acabar secuestrada por unos y otros.
Paré al llegar a un grupo de árboles y apoyé la mano en uno de ellos mientras la otra reposaba en mi cadera e intentaba recuperar el aliento. Ya no me ahogaba tanto como días atrás pero mi fortaleza física no era de las mejores, menos mal que mi yo peludo me ofrecía pequeñas ventajas en ese aspecto.
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Después de estar algunos días en el hospital fue dada de alta, pero aún así, iba constantemente allí. Dividía sus mañanas en visitar a Jarkko, marcarle la frente y luego cuidar de su planta. Tras eso iba a ayudar al pueblo a su reconstrucción y una de las noches se dedicó exclusivamente a rezar por los caídos. Habían perdido algunos miembros del clan y aquello, y la orden de no transformarse, había hecho que los ánimos decayera. Savannah había hecho lo posible por mantenerlos unidos pero la duda, la inconformidad y las ganas de volver a su verdadero ser empezaban a pasar factura. Incluso a ella.
Había salido de la casa del clan para ir al bosque. Se sentó en el lugar donde siempre dejaba su ropa antes de convertirse. Apoyó las manos sobre la hierba y transmitió algo de su energía, notando cómo el verde se volvía más vivo. El olor del bosque, en sí, le tranquilizaba pero no se parecía en nada a Llangoed. Quería volver, necesitaba volver. Alzó la vista hacia el cielo, donde las pobladas nubes daban un aspecto triste al día, la loba hizo una mueca. Olía a lluvia. Llovería dentro de poco.
Pero otro aroma llamó su atención y un nombre resonó en su cabeza. La peliblanca se incorporó y buscó la esencia con su nariz, moviéndose por el bosque hasta encontrar a una mujer pelimorada. El sonido resonó contra las paredes de su cabeza con más fuerza -¡Gen!- Dijo y salió a su paso, observándola con una curiosidad malsana. Respiraba pesadamente, lo que explicaba su olor tan fuerte, estaba haciendo ejercicios. Se colocó delante de ella y sonrió ampliamente -Los espíritus te han guiado hasta mí… El tiempo es per…perf…- Parpadeó varias veces pero finalmente perdió el control. El color dorado en los ojos de Savannah se disipó para dar paso a un luz blanquecina mientras unas raras líneas negras bajaban de sus pestañas inferiores hacia el contorno del ojo.
Había salido de la casa del clan para ir al bosque. Se sentó en el lugar donde siempre dejaba su ropa antes de convertirse. Apoyó las manos sobre la hierba y transmitió algo de su energía, notando cómo el verde se volvía más vivo. El olor del bosque, en sí, le tranquilizaba pero no se parecía en nada a Llangoed. Quería volver, necesitaba volver. Alzó la vista hacia el cielo, donde las pobladas nubes daban un aspecto triste al día, la loba hizo una mueca. Olía a lluvia. Llovería dentro de poco.
Pero otro aroma llamó su atención y un nombre resonó en su cabeza. La peliblanca se incorporó y buscó la esencia con su nariz, moviéndose por el bosque hasta encontrar a una mujer pelimorada. El sonido resonó contra las paredes de su cabeza con más fuerza -¡Gen!- Dijo y salió a su paso, observándola con una curiosidad malsana. Respiraba pesadamente, lo que explicaba su olor tan fuerte, estaba haciendo ejercicios. Se colocó delante de ella y sonrió ampliamente -Los espíritus te han guiado hasta mí… El tiempo es per…perf…- Parpadeó varias veces pero finalmente perdió el control. El color dorado en los ojos de Savannah se disipó para dar paso a un luz blanquecina mientras unas raras líneas negras bajaban de sus pestañas inferiores hacia el contorno del ojo.
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Mientras recuperaba mi ritmo respiratorio normal alcé la vista al cielo. En ese punto concreto del bosque las copas eran frondosas pero se podía distinguir el cielo gris que nos esperaba para el día de hoy.
Inspiré una vez más antes de centrarme de nuevo. Llevé las manos al cabello para desatar la coleta que tenía y comenzar a hacerla de nuevo antes de continuar. Fue entonces cuando escuché mi nombre, alcé ambas cejas antes de girar mi cuerpo para encontrar allí a una chica de pelo blanco que no conocía de nada.
-emmm¿Si?- el tono era de confusión.Me pregunté quién podía ser. Su atuendo no se parecía al de los habitantes de aquella isla, o tal vez así vestían los que vivían en las montañas.
No conocía de nada a esa chica y mi cara de confusión se transformó en extrañeza cuando se acercó. En ese momento captó el olor, era un licántropo. Tal vez era amiga de la otra mujer, la embarazada.
-Espi...ey...wow, espera...¿Espirituuu...-Mantuve sostenida la u durante unos segundos, bajando el tono cada vez más porque la muchacha había empezado a hablar raro y bueno...sus ojos eran muy chungos ahora.
La escuché,atenta. No sabía de quién era exactamente pero aquello era un mensaje. De pequeña había presenciado alguna profecía y aquello era parecido. Entrecerré los ojos conforme terminaba, intentando encontrar significado a aquello y por alguna razón la tomé de los hombros, tal vez para que reaccionase.
-Ey!chica, espabila!
Inspiré una vez más antes de centrarme de nuevo. Llevé las manos al cabello para desatar la coleta que tenía y comenzar a hacerla de nuevo antes de continuar. Fue entonces cuando escuché mi nombre, alcé ambas cejas antes de girar mi cuerpo para encontrar allí a una chica de pelo blanco que no conocía de nada.
-emmm¿Si?- el tono era de confusión.Me pregunté quién podía ser. Su atuendo no se parecía al de los habitantes de aquella isla, o tal vez así vestían los que vivían en las montañas.
No conocía de nada a esa chica y mi cara de confusión se transformó en extrañeza cuando se acercó. En ese momento captó el olor, era un licántropo. Tal vez era amiga de la otra mujer, la embarazada.
-Espi...ey...wow, espera...¿Espirituuu...-Mantuve sostenida la u durante unos segundos, bajando el tono cada vez más porque la muchacha había empezado a hablar raro y bueno...sus ojos eran muy chungos ahora.
La escuché,atenta. No sabía de quién era exactamente pero aquello era un mensaje. De pequeña había presenciado alguna profecía y aquello era parecido. Entrecerré los ojos conforme terminaba, intentando encontrar significado a aquello y por alguna razón la tomé de los hombros, tal vez para que reaccionase.
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Savannah
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La mano en el hombro fue inmediatamente tomada por una de las manos de Savannah, rodeó la muñeca y la hizo girar la mano con firmeza. Sus ojos, carentes de pupila, se fijaron en los dedos largos y elegantes -Suave- Murmuró una voz que no le pertenecía a la peliblanca. Giró la cabeza hacia Gen como un latigazo y extendió la mano libre para cogerle un mechón de pelo de la coleta desecha y entrecerró los ojos -Púrpura- Dijo otra voz y Savannah ladeó la cabeza en un análisis sobrenatural -Transición. El momento perfecto- Gruñó otra voz.
-Cuando el sol cae, el cielo se tiñe de púrpura y da paso a una noche limpia con su luna plateada. Skoll saluda a Hati, Hati sonríe, Skoll descansa. Una guardia completa. Una espada que se entrega. La magia del ciclo sin fin- Dijo Savannah casi en un cántico, en una voz suave, afinada y armoniosa -¿Serás amable conmigo?- Preguntó una voz infantil -¿Serás capaz de liderar?- Preguntó una voz más gruesa mientras el mismo bosque hacía silencio antela presencia de aquella magia
La mano que había mantenido hizo que la doblara hacia ella, posicionándola en su corazón -¿Lo sientes? Gruñe- Volvió a poner la cabeza en su sitio y soltó un suspiro -Libertad. Libéranos, Gen. Libéranos, Libéranos- Cantó, en una sola y en mil voces a la vez -Déjala libre. Déjame ser libre- Murmuró antes de que los árboles se removieran en una suave brisa que despertó los sentidos de Savannah. El iris dorado volvió a su sitio y Savannah tuvo que parpadear para humedecerse los labios. Miró la mano en el corazón de Gen y sonrió agradablemente -Ja…Tenían mucho qué decirte- Le dio un par de palmaditas a su mano y la apartó, acomodándose el gorrito blando de invierno sobre su melena.
-Cuando el sol cae, el cielo se tiñe de púrpura y da paso a una noche limpia con su luna plateada. Skoll saluda a Hati, Hati sonríe, Skoll descansa. Una guardia completa. Una espada que se entrega. La magia del ciclo sin fin- Dijo Savannah casi en un cántico, en una voz suave, afinada y armoniosa -¿Serás amable conmigo?- Preguntó una voz infantil -¿Serás capaz de liderar?- Preguntó una voz más gruesa mientras el mismo bosque hacía silencio antela presencia de aquella magia
La mano que había mantenido hizo que la doblara hacia ella, posicionándola en su corazón -¿Lo sientes? Gruñe- Volvió a poner la cabeza en su sitio y soltó un suspiro -Libertad. Libéranos, Gen. Libéranos, Libéranos- Cantó, en una sola y en mil voces a la vez -Déjala libre. Déjame ser libre- Murmuró antes de que los árboles se removieran en una suave brisa que despertó los sentidos de Savannah. El iris dorado volvió a su sitio y Savannah tuvo que parpadear para humedecerse los labios. Miró la mano en el corazón de Gen y sonrió agradablemente -Ja…Tenían mucho qué decirte- Le dio un par de palmaditas a su mano y la apartó, acomodándose el gorrito blando de invierno sobre su melena.
Mi agarre no hizo que su situación cambiara así que hice una mueca, no iba a zarandearla, no en esa situación mental tan delicada, fuese cual fuese. Dejé que tomase mi mano, a pesar de mi poder, siguiendo sus movimientos con mi ceño fruncido, pasando a mirarla de cuando en cuando. Suspiré con algo de fastidio cuando tocó mi pelo. No era agradable que me tocasen sin permiso aunque supuse que no le afectaría demasiado porque no tenía el poder en "activo".
"Transición?como?"
Estaba bastante perdida con todas aquellas voces que salían de su garganta. Obviamente no era ella, ni era una profecía, parecía algún tipo de posesión o un oráculo. A pesar de escuchar con tranquilidad, no entendía que decía, no reconocía ni las voces ni los nombres. La voz infantil me dio bastante repelús y la siguiente pregunta me hizo negar sin saber a que venía aquello.
-¿Liderar el qué...¿Qué... -Pero dejé de hablar en cuanto puso la mano en el corazón quedando muy quieta y seria. ¿Se refería a mi yo peludo? Bajé la mirada por un instante a mi pecho para después volver a mirarla, cuando habló con varias voces a la vez. Apreté mis labios confusa y perdida mientras ella parecía regresar a su ser. Permanecí quieta ante sus alegres palabras y poco a poco bajé la mano que reposaba en mi pecho.
-¿Quiénes?¿Qué...-Seguía confusa y mis gestos delataban como me sentía. Al mirar otra vez a la muchacha ahora me resultaba más inofensiva que hacía unos segundos.-¿Por qué sabes mi nombre?y...y...¿Quiénes me ...¿Qué ha sido todo eso?!-Acabé por decir algo alterada, sin entender un carajo.
"Transición?como?"
Estaba bastante perdida con todas aquellas voces que salían de su garganta. Obviamente no era ella, ni era una profecía, parecía algún tipo de posesión o un oráculo. A pesar de escuchar con tranquilidad, no entendía que decía, no reconocía ni las voces ni los nombres. La voz infantil me dio bastante repelús y la siguiente pregunta me hizo negar sin saber a que venía aquello.
-¿Liderar el qué...¿Qué... -Pero dejé de hablar en cuanto puso la mano en el corazón quedando muy quieta y seria. ¿Se refería a mi yo peludo? Bajé la mirada por un instante a mi pecho para después volver a mirarla, cuando habló con varias voces a la vez. Apreté mis labios confusa y perdida mientras ella parecía regresar a su ser. Permanecí quieta ante sus alegres palabras y poco a poco bajé la mano que reposaba en mi pecho.
-¿Quiénes?¿Qué...-Seguía confusa y mis gestos delataban como me sentía. Al mirar otra vez a la muchacha ahora me resultaba más inofensiva que hacía unos segundos.-¿Por qué sabes mi nombre?y...y...¿Quiénes me ...¿Qué ha sido todo eso?!-Acabé por decir algo alterada, sin entender un carajo.
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-Los espíritus de nuestros antepasados- Respondió con tranquilidad mientras evaluaba su rostro. Se metió las manos dentro de los bolsillos mientras sonreía -Eres increíblemente bonita. Como un atardecer, armoniosa- Aquel cumplido era absolutamente sincero y estaba profundamente de acuerdo con las palabras que había vociferado por los espíritus. El frío empezaba a arreciar y la humedad se le metía en los huesos pero estaba claro que ella necesitaba un poco más de explicación así que esperó a que preguntara todo.
Por si acaso, dio un paso hacia atrás para dejarle espacio -Soy la chamana del clan Fenrir, alfa de Hati. Supongo que nunca te has encontrado de frente con una chamana loba- Indicó con una sonrisa amable. Después miró alrededor haciendo una leve mueca, como evaluando el sitio -Vamos a caminar un poco- Le sugirió y empezó a andar -Sé tu nombre porque los espíritus me lo susurraron cuando le entregué Balto a Lykaios- Le expresó a Gen mirándola, pues andaba de espaldas, esperando a que se uniera -Cuando lo vi, me gritaron tu nombre. No sabía porqué...Pero en ese momento no podía buscarte, estaba recogiendo los pedazos que quedaron de mi manada después de que quemaran nuestro hogar- Le contó con profunda tranquilidad, pues Savannah era una persona que no solía perder el temperamento muy rápido o al menos había aprendido a controlarlo mejor en los últimos meses. Respiraba y emitía paz. Como una luna llena en un cielo despejado observando todo lo que ocurría a su alrededor con su plácida mirada plateada. -Nuestro alfa Skoll, Connor, parece creer que tienes algo que aportar a nuestra manada y los espíritus coinciden...Analiza las palabras, Gen. ¿Te sientes identificadas con ella? ¿Me permitirías presentarte la historia de nuestro clan para...Darle argumento a esas palabras que te han dedicado?-
Por si acaso, dio un paso hacia atrás para dejarle espacio -Soy la chamana del clan Fenrir, alfa de Hati. Supongo que nunca te has encontrado de frente con una chamana loba- Indicó con una sonrisa amable. Después miró alrededor haciendo una leve mueca, como evaluando el sitio -Vamos a caminar un poco- Le sugirió y empezó a andar -Sé tu nombre porque los espíritus me lo susurraron cuando le entregué Balto a Lykaios- Le expresó a Gen mirándola, pues andaba de espaldas, esperando a que se uniera -Cuando lo vi, me gritaron tu nombre. No sabía porqué...Pero en ese momento no podía buscarte, estaba recogiendo los pedazos que quedaron de mi manada después de que quemaran nuestro hogar- Le contó con profunda tranquilidad, pues Savannah era una persona que no solía perder el temperamento muy rápido o al menos había aprendido a controlarlo mejor en los últimos meses. Respiraba y emitía paz. Como una luna llena en un cielo despejado observando todo lo que ocurría a su alrededor con su plácida mirada plateada. -Nuestro alfa Skoll, Connor, parece creer que tienes algo que aportar a nuestra manada y los espíritus coinciden...Analiza las palabras, Gen. ¿Te sientes identificadas con ella? ¿Me permitirías presentarte la historia de nuestro clan para...Darle argumento a esas palabras que te han dedicado?-
Al menos la muchacha no pareció molestarse por haberme alterado un poco. Fruncí el ceño y la nariz en un claro signo de extrañeza.
-¿Nuestros?-Hice un gesto con la mano negando mientras sonreía tensamente-Creo que se han confundido de persona, yo soy france...Oh!Gracias!-Solté repentinamente cuando me piropeó, sin esperarme aquello-Tu también eres muy mona.
"Genievre vamos a centrarnos"
-A lo que iba, que yo-Me señalé en el pecho-creo que no tengo que ver con tus antepasados.
Encogí un poco mis hombros mientras sonreía como disculpándome por la confusión. Cuando continuó hablando me quedó mas claro lo que había ocurrido, no era un oráculo ni una profecía, una chamana. Intenté seguir su conversación aunque estaba bastante liada.
-En realidad nunca me he cruzado con una chamana. Pero...a ver...-Intenté aclarar para ver si estaba siguiendo lo que me contaba-Eres una chamana de un clan de lobos y...-Me puse en camino para seguirla-Y... de un tal Hati¿quién es Hati?
Me sentía tonta con cada pregunta pero es que no me estaba enterando ni de la mitad. Cuando habló del General me sorprendió aún más.
-Vaya...lo siento-Dije sinceramente a lo del desastre de su clan-¿Y de qué conoces a Lykaios?-Pregunté casualmente a pesar de que ella seguía intentando explicarme. Seguía andando a su lado y ante su pregunta simplemente quedé en silencio.No había entendido tampoco mucho de aquel mensaje, pero no podía ignorar que algo dentro de mí se había removido cuando lo había relacionado con mi otro yo. Me planté delante de ella con las manos por delante con intenciones clara de parar el paseo.
-Escucha...no sé quién es Skoll Connor y estoy segura de que no me conoce. Y ...bueno....nunca me he relacionado con ningún clan, así que dudo que los espíritus se refiriesen a mi.- Hice una mueca que de nuevo implicaba algo así como una disculpa antes de volver a explicarme-Soy de la Brigada de las Mil Grullas y me mordieron apenas hace unos años, de veras....creo que no soy la persona que buscas.
-¿Nuestros?-Hice un gesto con la mano negando mientras sonreía tensamente-Creo que se han confundido de persona, yo soy france...Oh!Gracias!-Solté repentinamente cuando me piropeó, sin esperarme aquello-Tu también eres muy mona.
"Genievre vamos a centrarnos"
-A lo que iba, que yo-Me señalé en el pecho-creo que no tengo que ver con tus antepasados.
Encogí un poco mis hombros mientras sonreía como disculpándome por la confusión. Cuando continuó hablando me quedó mas claro lo que había ocurrido, no era un oráculo ni una profecía, una chamana. Intenté seguir su conversación aunque estaba bastante liada.
-En realidad nunca me he cruzado con una chamana. Pero...a ver...-Intenté aclarar para ver si estaba siguiendo lo que me contaba-Eres una chamana de un clan de lobos y...-Me puse en camino para seguirla-Y... de un tal Hati¿quién es Hati?
Me sentía tonta con cada pregunta pero es que no me estaba enterando ni de la mitad. Cuando habló del General me sorprendió aún más.
-Vaya...lo siento-Dije sinceramente a lo del desastre de su clan-¿Y de qué conoces a Lykaios?-Pregunté casualmente a pesar de que ella seguía intentando explicarme. Seguía andando a su lado y ante su pregunta simplemente quedé en silencio.No había entendido tampoco mucho de aquel mensaje, pero no podía ignorar que algo dentro de mí se había removido cuando lo había relacionado con mi otro yo. Me planté delante de ella con las manos por delante con intenciones clara de parar el paseo.
-Escucha...no sé quién es Skoll Connor y estoy segura de que no me conoce. Y ...bueno....nunca me he relacionado con ningún clan, así que dudo que los espíritus se refiriesen a mi.- Hice una mueca que de nuevo implicaba algo así como una disculpa antes de volver a explicarme-Soy de la Brigada de las Mil Grullas y me mordieron apenas hace unos años, de veras....creo que no soy la persona que buscas.
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Savannah asintió con suavidad y cuando le dijo que era mona, Savannah se irguió un poco con orgullo y se acomodó el gorro de invierno -Gracias- Repitió para luego escuchar aquello de los antepasados -Todos estamos unidos, Gen. A ti te mordió un lobo, que fue mordido por otro, que fue mordido por otro o que nació puro…Todo estamos unidos al descendiente de Lycaon. Tu familia es muy grande…- Le dijo con una suavidad que destilaba quizás demasiada sabiduría para su corta edad.
-Comprensible. Somos pocas- Escuchó sus preguntas y asintió con suavidad -Hati es la luna. Skoll el sol. Nosotros somos los Fenrir, hijos del sol y la luna- Le explicó con palabras sencillas porque parecía pero que muy confundida. Agradeció que mostrara empatía por lo que había sucedido en Llangoed y aunque la miraba a ella su vista estaba puesta mucho más allá, en los recuerdos…En las lágrimas, en los sollozos y gritos de aquellos muertos recientemente que ahora se comunicaban con ella. Savannah perdió un poquito el color del rostro pero cuando mencionó a Lykaios volvió a tierra -Le devolví a su perro ¿Balto? ¿O algo así?...Nos vimos cuando yo escapé de Llangoed, conseguí a su perro y diría que es casualidad pero está claro que todo fue destinado para que llegara este momento- Le dijo a Gen.
Entonces tuvo que detenerse cuando ella se atravesó en el camino, sonrió de lado -Connor es Connor, no Connor Skoll. Fue el Alfa Skoll. Pero ya lo entenderás- Le dolía que la existencia de los clanes pasara tan desapercibido entre los licántropos. Fuesen mordidos, fuesen nacidos. Inspiró profundamente y entonces ladeó la cabeza -¿Por qué es tan difícil creerlo? Llevas en ti el espíritu del amanecer, la que incluso en la oscuridad ha visto el sol nacer- Murmuró con el ceño fruncido y guardó silencio al ver su gesto, se metió las manos en los bolsillos pensativa. Los espíritus se agitaban a su alrededor y murmuraban cosas. Savannah ladeó la cabeza hacia la derecha mirando a la nada mientras escuchaba y escuchaba y escuchaba argumentos, historias, profecías. La peliblanca frunció el ceño pensando en Ian, en lo que le había propuesto. ¿Por qué todos se escaqueaban?
-¿Cómo puedes saber que no eres quien estoy buscando si no sabes exactamente qué es lo que busco? Si una vez que lo sabes me dices que no lo quieres, es decisión tuya. Pero la ignorancia puede ser tu mayor enemigo- Hizo una leve mueca con los labios -Antes de que ellos hablaran te dije algunas palabras. No fue Connor, fue Samara, la antigua alta chamana. ¿Sentiste algo con ellas?- Inquirió, pacíficamente.
-Comprensible. Somos pocas- Escuchó sus preguntas y asintió con suavidad -Hati es la luna. Skoll el sol. Nosotros somos los Fenrir, hijos del sol y la luna- Le explicó con palabras sencillas porque parecía pero que muy confundida. Agradeció que mostrara empatía por lo que había sucedido en Llangoed y aunque la miraba a ella su vista estaba puesta mucho más allá, en los recuerdos…En las lágrimas, en los sollozos y gritos de aquellos muertos recientemente que ahora se comunicaban con ella. Savannah perdió un poquito el color del rostro pero cuando mencionó a Lykaios volvió a tierra -Le devolví a su perro ¿Balto? ¿O algo así?...Nos vimos cuando yo escapé de Llangoed, conseguí a su perro y diría que es casualidad pero está claro que todo fue destinado para que llegara este momento- Le dijo a Gen.
Entonces tuvo que detenerse cuando ella se atravesó en el camino, sonrió de lado -Connor es Connor, no Connor Skoll. Fue el Alfa Skoll. Pero ya lo entenderás- Le dolía que la existencia de los clanes pasara tan desapercibido entre los licántropos. Fuesen mordidos, fuesen nacidos. Inspiró profundamente y entonces ladeó la cabeza -¿Por qué es tan difícil creerlo? Llevas en ti el espíritu del amanecer, la que incluso en la oscuridad ha visto el sol nacer- Murmuró con el ceño fruncido y guardó silencio al ver su gesto, se metió las manos en los bolsillos pensativa. Los espíritus se agitaban a su alrededor y murmuraban cosas. Savannah ladeó la cabeza hacia la derecha mirando a la nada mientras escuchaba y escuchaba y escuchaba argumentos, historias, profecías. La peliblanca frunció el ceño pensando en Ian, en lo que le había propuesto. ¿Por qué todos se escaqueaban?
-¿Cómo puedes saber que no eres quien estoy buscando si no sabes exactamente qué es lo que busco? Si una vez que lo sabes me dices que no lo quieres, es decisión tuya. Pero la ignorancia puede ser tu mayor enemigo- Hizo una leve mueca con los labios -Antes de que ellos hablaran te dije algunas palabras. No fue Connor, fue Samara, la antigua alta chamana. ¿Sentiste algo con ellas?- Inquirió, pacíficamente.
Su explicación sobre "mi familia" hizo que una de mis cejas se arqueasen. Mi familia, la de sangre, seguramente había desaparecido por completo. No tenía noticias de ninguno de ellos y sobre la extraña desaparición de mi hermana había sacado mis propias conclusiones aunque nunca me había atrevido a confirmarlas. Mi familia, la de verdad, era la Brigada, si bien si sentía una especial conexión con Lykaios nunca lo había relacionado con el tema licantropil, más allá de la sensación que despertaba en mí en luna llena y por el resto de la Brigada albergaba un profundo sentimiento fraternal. No reconocía más familia a parte de ellos. Sin embargo no cuestioné aquello que dijo, más bien me interesó.
Al aclararme el tema de los Fenrir me percaté de que aquellas eran sus creencias, Sol y Luna, como nuestras dos formas. No conocía nada de los clanes, sabía que había varios ese era el único dato.
Apreté los labios al percatarme de que aquello que había dicho si le había molestado o herido de alguna forma y chasqueé la lengua.
-De veras que siento no entenderlo- Murmuré encogiendo mis hombros. -No sé de que espíritu hablas.-Pareció escuchar algo a juzgar por sus movimientos, no era algo de este plano porque yo no lo escuchaba así que supuse que volvían a ser sus espíritus.
Suspiré mientras se explicaba, definitivamente le había sentado mal y no era mi intención. Tal vez debía dejar que hablase y se explicase, aunque cuando yo estaba sola siempre tomaba decisiones estúpidas que hacían que terminase capturada o medio muerta, ella no parecía una gran amenaza. Clavé la mirada en sus ojos cuando preguntó lo último, no dije nada durante varios segundos . Fuese quiénes fuesen aquellas voces definitivamente algo se había removido en mi interior al escucharlas. Suspiré, desviando la mirada y después me puse a su lado comenzando a caminar lentamente de nuevo.
-Bien, te escucho...
Al aclararme el tema de los Fenrir me percaté de que aquellas eran sus creencias, Sol y Luna, como nuestras dos formas. No conocía nada de los clanes, sabía que había varios ese era el único dato.
Apreté los labios al percatarme de que aquello que había dicho si le había molestado o herido de alguna forma y chasqueé la lengua.
-De veras que siento no entenderlo- Murmuré encogiendo mis hombros. -No sé de que espíritu hablas.-Pareció escuchar algo a juzgar por sus movimientos, no era algo de este plano porque yo no lo escuchaba así que supuse que volvían a ser sus espíritus.
Suspiré mientras se explicaba, definitivamente le había sentado mal y no era mi intención. Tal vez debía dejar que hablase y se explicase, aunque cuando yo estaba sola siempre tomaba decisiones estúpidas que hacían que terminase capturada o medio muerta, ella no parecía una gran amenaza. Clavé la mirada en sus ojos cuando preguntó lo último, no dije nada durante varios segundos . Fuese quiénes fuesen aquellas voces definitivamente algo se había removido en mi interior al escucharlas. Suspiré, desviando la mirada y después me puse a su lado comenzando a caminar lentamente de nuevo.
-Bien, te escucho...
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-No te preocupes Gen… Lo cierto es que tras discutirlo con Ian y vivir en la isla me di cuenta de que los clanes están extintos y muy poca gente conoce su información. Así que aquí estoy…Simplemente tratando de guiar a los licántropos que conozco- Le explicó con mucha tranquilidad mientras escuchaba acerca de su negativa sobre los espíritus -Oh…Eh, la que dijo… - Cerró los ojos asintiendo mientras le susurraban de nuevo las palabras.
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We could live like legends
Esta vez lo dijo en su voz natural y luego abrió los ojos con una sonrisa cálida, una brisa primaveral en aquel frío invierno. La observó a los ojos, se preguntó si su belleza sería símbolo de algo. Eran tan atractiva. La miró ponerse a su lado y sonrió de nuevo -¡Genial!- Dijo, con una explosión de alegría. Eran esos altibajos los que tenía que controlar siendo chamana y alfa pero le eran imposibles -Somos un clan muy antiguo. Es más…¿Sabías que el primer descendiente de Lycaon dentro del consejo fue un Fenrir? Somos los licántropos que comprendemos y aceptamos la naturaleza licántropa como algo que nos pertenece. En contraparte, quizás, del clan Luna Roja, que cree en la supremacía del lobo y la bestia y se dedican a convertir a todo el mundo- Resumió, creyó, bastante bien mientras empezaban a caminar. Por un momento se quedó parada e inspiró profundamente -Mmm me encanta este aroma…- Se desvió un poco pero luego siguió caminando.
-Nuestro clan se asentó en Llangoed hace años y eramos tan herméticos que nos convertimos en leyendas y creo que es lo que nos ha llevado hasta este punto donde sólo quedamos apenas una docena. Como te dije, Llangoed se destruyó por un incendio… Y luego la batalla aquí arriba no ayudó así que somos pocos pero creo que nuestra existencia sigue siendo necesaria para guiar a los lobos- No quiso emitir comentario alguno sobre Altaïr porque básicamente no le apetecía. No era su misión -Pero estamos desequilibrados. No porque seamos pocos sino porque falta mi contraparte, el alfa Skoll. Skoll es quien sigue al sol y obtiene los beneficios de él. Al pertenecer a un clan tienes ciertos… - La miró con curiosidad, moviendo la cabeza de lado a lado -Los que siguen a Hati tenemos una recuperación más rápida tras la luna. Los que siguen a Skoll recuerdan lo que hicieron y tienen una regeneración mucho más rápida. También nos dedicamos a entrenar la consciencia y el lazo entre lobo y humano para que podamos controlarnos durante la luna llena- Se desvió por un pasaje que era un camino flanqueado por grandes pinos que dejaban ver el cielo. Caminó un poco más en silencio.
-El lado Hati cultiva la espiritualidad y nuestra conexión mental. El lado Skoll entrena al clan para su protección y…Hay otros beneficios…Pero creo que te he dado mucha información hasta ahora y no me han interrumpido – Hizo un gesto vago con la mano señalando alrededor para que supiera que se refería a los espíritus -Así que creo que voy bien…¿Tienes alguna duda hasta ahora?
I've seen that look in your eyes
It makes me go blind
Storm in the quiet
Feel the fury closing in
All resistance wearing thin
This is our time
No turning back
We could live like legends
Esta vez lo dijo en su voz natural y luego abrió los ojos con una sonrisa cálida, una brisa primaveral en aquel frío invierno. La observó a los ojos, se preguntó si su belleza sería símbolo de algo. Eran tan atractiva. La miró ponerse a su lado y sonrió de nuevo -¡Genial!- Dijo, con una explosión de alegría. Eran esos altibajos los que tenía que controlar siendo chamana y alfa pero le eran imposibles -Somos un clan muy antiguo. Es más…¿Sabías que el primer descendiente de Lycaon dentro del consejo fue un Fenrir? Somos los licántropos que comprendemos y aceptamos la naturaleza licántropa como algo que nos pertenece. En contraparte, quizás, del clan Luna Roja, que cree en la supremacía del lobo y la bestia y se dedican a convertir a todo el mundo- Resumió, creyó, bastante bien mientras empezaban a caminar. Por un momento se quedó parada e inspiró profundamente -Mmm me encanta este aroma…- Se desvió un poco pero luego siguió caminando.
-Nuestro clan se asentó en Llangoed hace años y eramos tan herméticos que nos convertimos en leyendas y creo que es lo que nos ha llevado hasta este punto donde sólo quedamos apenas una docena. Como te dije, Llangoed se destruyó por un incendio… Y luego la batalla aquí arriba no ayudó así que somos pocos pero creo que nuestra existencia sigue siendo necesaria para guiar a los lobos- No quiso emitir comentario alguno sobre Altaïr porque básicamente no le apetecía. No era su misión -Pero estamos desequilibrados. No porque seamos pocos sino porque falta mi contraparte, el alfa Skoll. Skoll es quien sigue al sol y obtiene los beneficios de él. Al pertenecer a un clan tienes ciertos… - La miró con curiosidad, moviendo la cabeza de lado a lado -Los que siguen a Hati tenemos una recuperación más rápida tras la luna. Los que siguen a Skoll recuerdan lo que hicieron y tienen una regeneración mucho más rápida. También nos dedicamos a entrenar la consciencia y el lazo entre lobo y humano para que podamos controlarnos durante la luna llena- Se desvió por un pasaje que era un camino flanqueado por grandes pinos que dejaban ver el cielo. Caminó un poco más en silencio.
-El lado Hati cultiva la espiritualidad y nuestra conexión mental. El lado Skoll entrena al clan para su protección y…Hay otros beneficios…Pero creo que te he dado mucha información hasta ahora y no me han interrumpido – Hizo un gesto vago con la mano señalando alrededor para que supiera que se refería a los espíritus -Así que creo que voy bien…¿Tienes alguna duda hasta ahora?
-Ya...supongo que forma parte de tu trabajo como chamana-Guía de licántropos, yo no había tenido ningún guía....bueno, podríamos considerar que Lykaios me había servido de guía, le había visto transformarse durante mucho tiempo hasta que yo misma lo hice, y sabía perfectamente como se veía uno y lo que hacía durante las lunas. Pero tras mi primera transformación a parte de la euforia que sentí todo fue un mar de dudas al respecto.
Volvió a repetir aquellas palabras y tras meditar unos segundos sobre ellas fruncí mi ceño.-¿Por qué se empeñan en ser tran crípticos?¿No pueden ser más directos y decir que necesitan de la gente?-Solté con una pequeña risa caminando con ella mientras me explicaba.
Apenas la miraba, observaba el bosque, tranquilo y con miles de sonidos distantes mientras ella hablaba.-A decir verdad el Consejo me importa poco, quiero decir...no conocía su existencia hasta hace muy poco tiempo y...a decir verdad no reconozco su autoridad.-Comenté con sinceridad. Asentí ante su explicación sobre su clan y con sus palabras sobre los Luna Roja comprendí algo mejor a la mujer con la que me había topado en el invernadero.
Crucé los brazos tranquilamente y miré a la chica cuando comentó algo sobre el aroma, cosa que hizo que aspirase rápidamente. -¿Árbol?-Pregunté extrañada pues tampoco sentía un aroma en especial ...bueno sí, pero no creía que ella pudiese a oler al peliazul a kilómetros de distancia ni que su olor le gustase como a mi. Eso esperaba.
Continuó y fruncí mi ceño, pensando en aquello de que les faltaba alguien. Pero un dato me sacó de mis pensamientos y la miré de vuelta como flipando.
-Wow,wow...espera....espera...¿Recuerdan lo que hacen?¿Eso es posible?-Y si era cierto....no, no había dicho nada de que controlasen sus actos. No sabía si aquello era bueno o malo, imagina que te comes a tu amigo y...no, definitivamente no era bueno.-Te...te sigo pero....-Chasqué la lengua sin saber muy bien como continuar.
-Has dicho que queda más gente en el clan...uno puede ser vuestro...Skoll-Solté el nombre un poco dudosa por no saber si lo pronunciaba del todo bien.-Yo...yo tengo un clan. La Brigada es mi clan.
Dije muy segura de aquello y suspiré encogiendo mis hombros-Tal vez pueda hablar con Lykaios y el sepa de alguien que pueda ayudaros.Se le da mejor la gente que a mi.
Volvió a repetir aquellas palabras y tras meditar unos segundos sobre ellas fruncí mi ceño.-¿Por qué se empeñan en ser tran crípticos?¿No pueden ser más directos y decir que necesitan de la gente?-Solté con una pequeña risa caminando con ella mientras me explicaba.
Apenas la miraba, observaba el bosque, tranquilo y con miles de sonidos distantes mientras ella hablaba.-A decir verdad el Consejo me importa poco, quiero decir...no conocía su existencia hasta hace muy poco tiempo y...a decir verdad no reconozco su autoridad.-Comenté con sinceridad. Asentí ante su explicación sobre su clan y con sus palabras sobre los Luna Roja comprendí algo mejor a la mujer con la que me había topado en el invernadero.
Crucé los brazos tranquilamente y miré a la chica cuando comentó algo sobre el aroma, cosa que hizo que aspirase rápidamente. -¿Árbol?-Pregunté extrañada pues tampoco sentía un aroma en especial ...bueno sí, pero no creía que ella pudiese a oler al peliazul a kilómetros de distancia ni que su olor le gustase como a mi. Eso esperaba.
Continuó y fruncí mi ceño, pensando en aquello de que les faltaba alguien. Pero un dato me sacó de mis pensamientos y la miré de vuelta como flipando.
-Wow,wow...espera....espera...¿Recuerdan lo que hacen?¿Eso es posible?-Y si era cierto....no, no había dicho nada de que controlasen sus actos. No sabía si aquello era bueno o malo, imagina que te comes a tu amigo y...no, definitivamente no era bueno.-Te...te sigo pero....-Chasqué la lengua sin saber muy bien como continuar.
-Has dicho que queda más gente en el clan...uno puede ser vuestro...Skoll-Solté el nombre un poco dudosa por no saber si lo pronunciaba del todo bien.-Yo...yo tengo un clan. La Brigada es mi clan.
Dije muy segura de aquello y suspiré encogiendo mis hombros-Tal vez pueda hablar con Lykaios y el sepa de alguien que pueda ayudaros.Se le da mejor la gente que a mi.
Savannah
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
-Te preguntas lo mismo que yo. ¿Es tan difícil decir, oye ella me parece que sería una buena alfa skoll?...Pero no, vamos a ser leyendas, Gen- Dijo, codeándola y luego guiñándole un ojo; soltando la bomba de una forma un poco más bromista que otra cosa. Después escuchó aquello del Consejo y asintió con suavidad. El Consejo mismo también había pasado mucho tiempo “escondido” -Lo comprendo. Aquí en la isla hay muchos sub grupos que responden a sus propios líderes. A mis propio clan le cuesta hacer caso a Altaïr porque me tienen a mí…Y yo…Bueno… Soy un poco cabeza dura-
-Naturaleza, tierra…Quizás alguna presa…- Se rió un poco cuando ella dijo algo tan común como árbol. Quizás no estaba acostumbrada a vivir en el bosque como ella y no añoraba los aromas como Savannah. Pero lo respetaba -Sí, es posible. No obstante…- Volteó a mirarla de forma seria para que fuera muy consciente de lo que estaba por decir -No puedes controlarte. No es una de las bendiciones al ser Skoll. Eso se entrena… Pero en el clan nos ayudamos a eso, tenemos una piedra específica para entrenarnos- Le explicó con la misma aura de calma y paz.
-No queda mucha, para serte sincera. Es decir, hay una familia de cuatro pero dos son niños y la mujer es skoll y mi padre también pero son demasiado viejos. Luego, los que están en edad son Hati. Excepto por uno pero…Él necesita tiempo. Necesita… Que las cosas se pongan en su lugar. Confío en él, pero él tiene que confíar en sí mismo. En el lobo y en él- Dijo pensando en Ian. Quería hablar con él de nuevo, era algo que tenía pensado hacer en los próximos días.
-Entiendo…- Murmuró escuchando cosas de los espíritus revolviéndose y Savannah puso los ojos en blanco por ello, se agarró el gorro y lo bajó un poco sobre sus orejas. Sabía que eso no servía de absolutamente nada pero el gesto físico la ayudaba a calmarse -La Brigada no es un clan que te ayude con tu lobo. Pero…No es que tienes que pertenecer a uno y renunciar al otro. Muchos Fenrir pertenecen a otras asociaciones, mis compañeros están en la guardia. Ian está casado con una Descendiente…- Alzó suavemente los hombros -Lykaios también podría unirse si así lo desea.- Se detuvo un momento y luego se puso en el camino de Gen -Vuestro barco estaba en tierra. ¿Sois viajeros? ¿Podeis... Podéis quizás...si os unís...ser emisarios? ¿Para los lobos del mundo?-
-Naturaleza, tierra…Quizás alguna presa…- Se rió un poco cuando ella dijo algo tan común como árbol. Quizás no estaba acostumbrada a vivir en el bosque como ella y no añoraba los aromas como Savannah. Pero lo respetaba -Sí, es posible. No obstante…- Volteó a mirarla de forma seria para que fuera muy consciente de lo que estaba por decir -No puedes controlarte. No es una de las bendiciones al ser Skoll. Eso se entrena… Pero en el clan nos ayudamos a eso, tenemos una piedra específica para entrenarnos- Le explicó con la misma aura de calma y paz.
-No queda mucha, para serte sincera. Es decir, hay una familia de cuatro pero dos son niños y la mujer es skoll y mi padre también pero son demasiado viejos. Luego, los que están en edad son Hati. Excepto por uno pero…Él necesita tiempo. Necesita… Que las cosas se pongan en su lugar. Confío en él, pero él tiene que confíar en sí mismo. En el lobo y en él- Dijo pensando en Ian. Quería hablar con él de nuevo, era algo que tenía pensado hacer en los próximos días.
-Entiendo…- Murmuró escuchando cosas de los espíritus revolviéndose y Savannah puso los ojos en blanco por ello, se agarró el gorro y lo bajó un poco sobre sus orejas. Sabía que eso no servía de absolutamente nada pero el gesto físico la ayudaba a calmarse -La Brigada no es un clan que te ayude con tu lobo. Pero…No es que tienes que pertenecer a uno y renunciar al otro. Muchos Fenrir pertenecen a otras asociaciones, mis compañeros están en la guardia. Ian está casado con una Descendiente…- Alzó suavemente los hombros -Lykaios también podría unirse si así lo desea.- Se detuvo un momento y luego se puso en el camino de Gen -Vuestro barco estaba en tierra. ¿Sois viajeros? ¿Podeis... Podéis quizás...si os unís...ser emisarios? ¿Para los lobos del mundo?-
Estaba de risas por el chistecito de los espíritus crípticos cuando ella soltó de jajas también aquella proposición. La sorpresa se reflejó en mis ojos, al igual que la confusión, mientras me daba un codazo. No tenía sentido, ninguno. Yo no tenía ni puñetera idea de nada de eso y me quería plantar de jefa. Sería una broma, eso, una broma. Seguí la risilla mientras evaluaba si se trataba de eso o en realidad me lo estaba diciendo en serio.
"Pero si no sé ni ser un licantropo en condiciones!Si casi no sé ser persona!"
Sentí un mensaje llegar y me puse a leerlo. Solté una risa negando al leer lo que decía Ben, el tío pervertido!como tiene la vergüenza de decir algo así... descarado pelirrojo.
-Perdona me ha...-Seeñalé el comunicador por un momento volviendo a atender a la chica. Pasaría después a verle.
Asentí al tema del consejo. Al menos no era la única que se sentía así. Ya no me sentía tan mal por haber pasado de las órdenes de tomar la poción la luna anterior. Además...no había habido ningún ataque que hubiesen denunciado, o al menos yo no tenía conocimiento de ninguno.
-Ya, eso suponía...¿y cuesta mucho entrenar?-No tenía claro si lo preguntaba por mi. No estaba segura de querer controlar aquella parte que a pesar de desconocer sus actos me hacía sentir tan libre conforme despertaba al día siguiente. Pero sabía que Lykaios tenía interés en aquello.
Al escuchar la situación de su clan quedé seria. Intenté transpolarlo a la Brigada, aquellos momentos en los que nos desperdigamos o parecíamos más desunidos. Ahora, con el tema de Leila y bueno... Mérida. Habló de un posible candidato para el puesto que me había ofrecido con anterioridad. Ahí confirmé que hablaba en serio.
-Entonces sería...como...¿un trabajo temporal?-No tenía claro si uno podía salir y entrar de un clan tan facilmente y menos de un puesto de responsabilidad como parecía aquel. FRuncí un poco el ceño cuando habló así de la Brigada. Claro que me ayudaban con mi lobo!Bueno...la mayor parte del tiempo bebíamos la poción y teníamos aquel horrible lugar en la bodega del barco... Suspiré.
-Hablaré con él.-Tal vez podríamos servir de algo para los lobos del mundo, si es que quedaba alguno a parte de los que estaban ahora mismo en la isla.Si es que quedaba alguien todavía...
De pronto un mensaje llegó y paré mis pasos atendiendo a la moneda.¿Sería Ben ofrendido por no haberle contestado?o pensando que ya había terminado con Lykaios?Que mala imagen tenía del pobre Lykaios, no habían pasado ni un par de minutos. Me sorprendió ver que el mensaje era de Mérida. Alcé la vista a Savannah sonriendo a modo de disculpa.
-Disculpa...parece que se han puesto todos de acuerdo al escribir-Solté medio de risas y puse una mano en su hombro.-Debo marchar, un miembro de mi clan acaba de despertar y... te, te prometo que pensaré en ello.-Comenté con sinceridad apretando por un momento su hombro antes de comenzar a andar. Giré a los pocos pasos para observarla de nuevo.-Si necesitas cualquier cosa estaré por la ciudad!
Y tras eso volví a salir corriendo tal y como había llegado al bosque.
"Pero si no sé ni ser un licantropo en condiciones!Si casi no sé ser persona!"
Sentí un mensaje llegar y me puse a leerlo. Solté una risa negando al leer lo que decía Ben, el tío pervertido!como tiene la vergüenza de decir algo así... descarado pelirrojo.
-Perdona me ha...-Seeñalé el comunicador por un momento volviendo a atender a la chica. Pasaría después a verle.
Asentí al tema del consejo. Al menos no era la única que se sentía así. Ya no me sentía tan mal por haber pasado de las órdenes de tomar la poción la luna anterior. Además...no había habido ningún ataque que hubiesen denunciado, o al menos yo no tenía conocimiento de ninguno.
-Ya, eso suponía...¿y cuesta mucho entrenar?-No tenía claro si lo preguntaba por mi. No estaba segura de querer controlar aquella parte que a pesar de desconocer sus actos me hacía sentir tan libre conforme despertaba al día siguiente. Pero sabía que Lykaios tenía interés en aquello.
Al escuchar la situación de su clan quedé seria. Intenté transpolarlo a la Brigada, aquellos momentos en los que nos desperdigamos o parecíamos más desunidos. Ahora, con el tema de Leila y bueno... Mérida. Habló de un posible candidato para el puesto que me había ofrecido con anterioridad. Ahí confirmé que hablaba en serio.
-Entonces sería...como...¿un trabajo temporal?-No tenía claro si uno podía salir y entrar de un clan tan facilmente y menos de un puesto de responsabilidad como parecía aquel. FRuncí un poco el ceño cuando habló así de la Brigada. Claro que me ayudaban con mi lobo!Bueno...la mayor parte del tiempo bebíamos la poción y teníamos aquel horrible lugar en la bodega del barco... Suspiré.
-Hablaré con él.-Tal vez podríamos servir de algo para los lobos del mundo, si es que quedaba alguno a parte de los que estaban ahora mismo en la isla.Si es que quedaba alguien todavía...
De pronto un mensaje llegó y paré mis pasos atendiendo a la moneda.¿Sería Ben ofrendido por no haberle contestado?o pensando que ya había terminado con Lykaios?Que mala imagen tenía del pobre Lykaios, no habían pasado ni un par de minutos. Me sorprendió ver que el mensaje era de Mérida. Alcé la vista a Savannah sonriendo a modo de disculpa.
-Disculpa...parece que se han puesto todos de acuerdo al escribir-Solté medio de risas y puse una mano en su hombro.-Debo marchar, un miembro de mi clan acaba de despertar y... te, te prometo que pensaré en ello.-Comenté con sinceridad apretando por un momento su hombro antes de comenzar a andar. Giré a los pocos pasos para observarla de nuevo.-Si necesitas cualquier cosa estaré por la ciudad!
Y tras eso volví a salir corriendo tal y como había llegado al bosque.
Savannah
Raza
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Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El rostro de Gen era un poema de caos y sorpresa, Savannah la miró con una sonrisa bailándole en los labios pero aún así su gesto era absolutamente serio, amable, pero determinado. Quizás evaluando su reacción. Miró con curiosidad el dispositivo que tenía en la mano cuando se echó a reír. Debía ser alguno de comunicación y Savannah solo negó con la cabeza, restándole importancia a que lo leyera.
-Algo, sí. Porque cuando estamos en forma de lobo pensamos como un animal, estamos genéticamente transformado en ellos entonces imponer tu consciencia humana, tus morales y valores suele ser complicado. No imposible, pero necesita entrenamiento- Expresó asintiendo con suavidad -Sin embargo, cuando ya tienes tu consciencia dicen que igualmente entiendes los instintos del lobos y te dejas llevar. Sólo que hay limites dentro de tu consciencia humana que le impiden al lobo hacer lo que quiera. Es liberador, según sé… Yo aún no me controlo- Le explicó con una sonrisa a Gen para que no se confundiera y creyera que era alguna especie de cosa superior o que venía directamente con el cargo de Alfa.
-No- Respondió negando con la cabeza a eso de que sería temporal. Ella misma se encontraba pensativa mientras los espíritus empezaban a cantar a su alrededor. Ladeó la cabeza como si hubiese escuchado algo que le molestara -Es decir, hay propuestas pero sólo uno debe quedarse con el puesto y lo ideal sería alguien que realmente le interese no que sea temporal- Explicó la peliblanca, quitándose los mechones de pelo de la cara -Lo agradezco mucho Gen- Indicó cuando dijo que hablaría con Lykaios, le parecía una buena opción, él había sido muy accesible y majo.
Vio que volvió la vista hacia la moneda y frunció suavemente el ceño y luego cuando se disculpó volvió a negar -No te preocupes- Dijo y entonces observó de nuevo su mano en su hombro, el mismo gesto que había hecho cuando estaba poseída. La miró a los ojos de nuevo y subió la mano para tocar la suya, volviendo a hacer el movimiento de llevarla a su corazón pero sin evaluar sus dedos -Adelante- Dijo, apartándose para que pudiera seguir. Savannah se quedó observándola mientras su figura se perdía en el bosque. Alzó la mirada al cielo sintiendo y escuchando a los espíritus que se arremolinaban a su alrededor -Lo sé. Pero no es mi deber obligar a nadie. Sé exactamente cómo se siente eso y muchos de vosotros también- Respondió al aire negando con la cabeza -Sí, pero soy yo la que está aquí y no vosotros. Haré lo que considere mejor para el clan y para todos los licántropos- Expresó en voz alta y entonces recordó a uno de los licántropos que había visto en aquel umbral. Lo había visitado en la mañana pero… Savannah desapareció en un instante dejando nada más que aire invernal donde había estado antes.
-Algo, sí. Porque cuando estamos en forma de lobo pensamos como un animal, estamos genéticamente transformado en ellos entonces imponer tu consciencia humana, tus morales y valores suele ser complicado. No imposible, pero necesita entrenamiento- Expresó asintiendo con suavidad -Sin embargo, cuando ya tienes tu consciencia dicen que igualmente entiendes los instintos del lobos y te dejas llevar. Sólo que hay limites dentro de tu consciencia humana que le impiden al lobo hacer lo que quiera. Es liberador, según sé… Yo aún no me controlo- Le explicó con una sonrisa a Gen para que no se confundiera y creyera que era alguna especie de cosa superior o que venía directamente con el cargo de Alfa.
-No- Respondió negando con la cabeza a eso de que sería temporal. Ella misma se encontraba pensativa mientras los espíritus empezaban a cantar a su alrededor. Ladeó la cabeza como si hubiese escuchado algo que le molestara -Es decir, hay propuestas pero sólo uno debe quedarse con el puesto y lo ideal sería alguien que realmente le interese no que sea temporal- Explicó la peliblanca, quitándose los mechones de pelo de la cara -Lo agradezco mucho Gen- Indicó cuando dijo que hablaría con Lykaios, le parecía una buena opción, él había sido muy accesible y majo.
Vio que volvió la vista hacia la moneda y frunció suavemente el ceño y luego cuando se disculpó volvió a negar -No te preocupes- Dijo y entonces observó de nuevo su mano en su hombro, el mismo gesto que había hecho cuando estaba poseída. La miró a los ojos de nuevo y subió la mano para tocar la suya, volviendo a hacer el movimiento de llevarla a su corazón pero sin evaluar sus dedos -Adelante- Dijo, apartándose para que pudiera seguir. Savannah se quedó observándola mientras su figura se perdía en el bosque. Alzó la mirada al cielo sintiendo y escuchando a los espíritus que se arremolinaban a su alrededor -Lo sé. Pero no es mi deber obligar a nadie. Sé exactamente cómo se siente eso y muchos de vosotros también- Respondió al aire negando con la cabeza -Sí, pero soy yo la que está aquí y no vosotros. Haré lo que considere mejor para el clan y para todos los licántropos- Expresó en voz alta y entonces recordó a uno de los licántropos que había visto en aquel umbral. Lo había visitado en la mañana pero… Savannah desapareció en un instante dejando nada más que aire invernal donde había estado antes.
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