Taller I+D

Conseguimos que nos dejasen salir de aquella cabaña, pero después nos dejaron aparcados en un edificio muy de pobres, algo así como viviendas colmena para refugiados. Casi prefería la cabaña cutre. Los días allí se hicieron largos, vigilados por los guardias, sin poder salir, con los críos dando el coñazo, la pequeña llorando y Blair y yo estresados. Seguro que el trascendido de Andreas estaba mucho mejor.

Una semana después los guardias nos dejaron salir, trasladándonos a todos en pack hacia un edificio de la isla que tenía mucha mejor pinta que el de viviendas. Parecía algo así como un complejo de investigación, así que supuse que de una vez por todas nos dejarían colaborar y ser útiles. La maldita IA se haría más fuerte cada día que pasase, no podíamos permitirnos perder el tiempo. Por el camino nos encontramos con bastante revuelo de guardias y poca gente en las calles. Al parecer había toque de queda.

- Ya están metiéndose en más líos. Como si no tuviésemos bastante con no poder poner un puto pie en tierra. Me sacan de quicio. - murmuré a Blair de manera confidencial, chistando después a los críos para que no fuesen escandalosos. - Portaos bien, si no os dejamos esperando fuera. Tenemos que trabajar. - nos plantamos frente a la puerta del edificio I+D, donde los guardias nos permitieron el paso. Me tomé el atrevimiento de preguntar qué sucedía. - ¿Se puede saber qué está pasando en la isla? ¿no nos habrá localizado ningún androide, no? - mi voz sonaba hastiada, todos me caían mal a mi alrededor. Me respondieron vagamente que no tenía que ver con eso, que era un asunto del Consejo. Resoplé aburrido, dedicándome a mirar las maravillas de aquel lugar que mezclaba ciencia y tecnología. En el fondo sentía algo de envidia, sabía que el progreso que alcanzaríamos combinando ambas sería grande.

- Bien...¿Y Andreas? ¿y los expertos en tecnomagia? conseguimos ponernos en contacto con otros líderes mundiales que sobreviven ocultos, con la ayuda de la chiflada de la cabeza. - mencioné refiriéndome a Mei.

Por raro que pareciera no me desagradaba pasar un tiempo en familia, el inconveniente era hacerlo vigilados por los malditos guardias, me hacían sentir en un puto Zoo, nosotros en esa jaula y ellos ahí fuera siempre mirando, solo les hacía falta ponernos un cartelito fuera en el que pusiera "no alimente a los humanos" aquello no mejoró cuando nos llevaron a unas habitaciones todos juntos, los chicos se aburrian, Michael había conseguido un libro de no sé qué historia de pociones, de normal no le habría dejado leer eso pero era mejor que tenerlo quejándose con Collins, hasta la niña lloraba ahora como cualquier recién nacido que se precie, acabando con la paciencia de todos aunque me alegraba de que diera señales de vida y podía reírme de Éamon cuando le cambiaba los pañales.

Tras una semana nos dijeron de salir pero no iría a ningún lado sin mis hijos, prefería tenerlos vigilados, así que nos llevaron a todos juntos a un edificio mucho mejor y por fin poder airearnos pero por el camino quedó claro que no eramos los únicos recluidos -Tranquilo, si la cagan se lo podremos echar en cara después, de momento tengamos la fiesta en paz que no quiero volver a esa dichosa habitación por lo menos en unas horas- respondí a su pregunta y asentí con respecto a dejar a los niños fuera si no se estaban quietos, los quería mucho pero cualquiera acabaría loco con unos adolescentes aburridos.

Éamon preguntó al guardia que pasaba y su respuesta fue vaga, probablemente un asunto interno que no debía salirse de control pero por el estado de las calles era algo grave. De nuevo el rubio preguntó sin mucha educación ante lo cual se llevó un ligero codazo -para, recuerda que tenemos que hacer puntos a ver si nos libramos de la hoguera cuando esto acabe- carraspee hablando a aquel guardia de forma más diplomática -Lo que mi marido quiere decir es que nos quedamos sin tiempo, nos vendría bien seguir trabajando, no sabemos que problemas tenéis pero lo de tierra también es importante-

El camino hasta el sitio fue tedioso porque iban a paso de hombre con artrosis velocidad caracol. Yo estaba de lo más ansioso por ver lo que tenía el complejo de investigación así que iba zigzagueando esperando poder sobrepasar a los guardias que nos llevaban pero me resultó imposible.

Murmuré distraidamente una especie de afirmación cuando nos dijeron que nos teníamos que portar bien porque ellos tenían que trabajar mientras ingresaba corriendo al lugar dejando atrás a mis padres. Volteé sobre mi eje para verlo todo con la boca abierta y fijé mi vista en unos brazos robóticos.

Me dirigí a uno de ellos y teclee la pantalla táctil. El brazo robótico se movió y las gráficas en las pantallas flotantes cambiaron. Me fijé que el brazo sostenía una especie de piedra brillante así que teclee su pantalla para acercar ese extremo a mí y con la llave stillson recalibré un poco la maquina para luego teclear un par de veces. Ésto activó la gema brillante la cual lanzó una especie de disparo lacer (el cual paso peligrosamente cerca de mi cara, tanto que pude sentir el calorcito en mi mejilla) que desintegró uno de los muebles que sostenía un par de libros y un mapamundi.

-¡Woooooooooooooooo!¡Si! De eso estaba hablando.- Dije emocionado luego de tanto tiempo lejos de la tecnología. Con el destornillador me puse a abrir el brazo para ver su mecanismo interno, me moría de ganas por ver su fuente de poder.

Tras el abandono de Gio me acerqué a la zona de i+d de la isla. Me había enmarronado pero era un buen sitio para trabajar, teniendo en cuenta que habían chamuscado la choza del Rey Moro.
Cuando traspasé las puertas alcé ambas cejas al ver a los guardias que acompañaban a los ministros. Vale que no eran buena gente pero parecía que se olvidaban de que yo trabajaba con ellos. Tampoco me iba a quejar de mi más que sobrada libertad para moverme en aquel lugar.
Paré mis pasos abriendo mucho los ojos al ver al crío ese descuartizando una de las máquinas de los magos.
-EH!
Miré a sus padres frunciendo el ceño señalando al muchacho.
-¿Pero no veis que la está liando?
Dejé la tablet en una de las mesas y fui hacia el criajo cojonero apartando su mano del trasto.
-¿quieres que te conviertan en sapo o algo así?Deja los juguetes de los magos.
Entorné los ojos y volví junto a sus padres cruzando mis brazos.
-¿Alguna novedad?

Aguante con cara de malas pulgas y dejé que fuese Blair la que hablase, desplegando toda su faceta de diplomática casi amable. Me limité a asentir, confirmando lo que ella decía. Por dentro me estaba cagando en todos sus ancestros. Gruñí un par de veces más mientras esperaba a que llegasen a los que esperábamos, aunque enseguida Collins entró en modo hiperactivo toqueteando todo e incluso destrozando cosas. - ¡Niño! ¡estate quieto, joder! ¿Qué tienes, cuatro años o quince? - no estaba su madre haciendo de diplomática para que ahora el crío se pusiese a romperle las cosas a los magos, y que encima tuviésemos que pagarlas. - La culpa de esto es tuya Blair, tanto llevarlo a clases STEAM y esas polladas modernas. - bufé cabreado, aunque días atrás le había dicho al chaval que los experimentos eran interesantes. También era culpa mía por hacerle creer dueño de todo.

Apareció entonces la soldado, Sigrid, a la que no veía desde lo de la Ciudadela. Sólo faltaba Andreas. A Gelion ya lo habíamos dado por perdido. Le eché una mirada asesina cuando nos recriminó por Collins. - De eso ya me encargo yo. - hice un gesto negativo con la cabeza, no sabía nada en absoluto. - Pues no demasiado. En la isla están histéricos por no sé qué problema y hemos estado encerrados casi todo el tiempo. Sólo hemos podido salir para que la loca que se mete en las mentes nos ponga en contacto con los pocos líderes mundiales de la Alianza que se han salvado de S.A.M, por el momento. Algunos están escondidos en búnkers, pero no podrán aguantar ahí demasiado tiempo sin salir. También hemos contactado con algunos científicos. ¿Qué pasa con Wilhelm, le han desconectado ya de la puta IA? ¿dónde lo tienen? - me separé un poco de Blair y de Sigrid para ir hacia Collins, haciéndole un gesto para que fuese con su hermano Michael.

Un par de guardias me escoltaron hasta el taller de I+D. Me había pasado una larguísima semana encerrado en aquel taller, aunque la medimaga habia tenido la deferencia de traerme cosas para tener algo de ocio, como juegos de mesa, y hasta se habia echado alguna partida de ajedrez conmigo. Le había encontrado el gustito a eso de ponerla nerviosa y cabrearla con mis frases de politico desalmado, era divertido por lo facil que resultaba.

Al final, los magos habian logrado generar un campo de faraday alrededor del lugar, y aquello me habia permitido salir de mi escondrijo en el taller.

Conforme mi cerebro habia ido descansando y habian pasado los dias, habia conseguido recuperar los recuerdos de lo que pasó en las calles de la ciudadela, antes de que Blair me "apagase".

Me alegraba de que al menos, no habia llegado a agredir a ninguno de los dos.

Y allí estaban en mitad de aquel extraño taller, laboratorio, o lo que fuera. Con uno de sus desagradables infantes. Ugh. Niños. Peor aun. Adolescentes. Y Miller también estaba con ellos.

- Pues no, no me han desconectado de la puta IA, pero ahora mismo estamos metidos en una enorme jaula de faraday...aquí no llega internet....ni tampoco Sam. A no ser que lograse enchufarme un cable, claro. Lo cual sería sumamente desagradable, debo decir.

Sonreí a la pareja y me acerqué a ellos, estrechando la mano de Eamon y luego dando un beso en la de Blair.

- No veo a Michael por aqui, está bien? - teníamos mucho de lo que ponernos al día, Sigrid incluida. Así que no dudé en pedirles un resumen, antes de poder dar el mío.

Los regaños no tardaron en llegar, pero poco caso les hice ya que estaba en un sueño, una pesadilla barata desde hace meses, y si fuera la vida real, en cualquier momento llegarían los regalos porque mi padre se sentiría mal por reprenderme. Sin embargo, sabía que lo que hiciera en éste sueño no tendría consecuencias en la realidad, me despertaría y todo sería como siempre. De pronto mi mano fue apartada del artefacto y cuando fui a fijarme ceñudo de qué se trataba, me encontré con una mujer de pelo oscuro corto y ojos marrones. Relajé la expresión para mirarla de arriba a abajo y sonreír con confianza.

-Tranquila dulzura, yo sé lo que hago… y, si me convierto en sapo, ya tengo princesa para deshacer el hechizo.- Dije mientras volvía a lo que estaba haciendo antes que la mujer me interrumpiera aunque no puede avanzar mucho porque mi padre me obligó a ir con mi hermano. Lo hice, de mala gana, claro. Me senté junto a Michael en el suelo del pasillo con la espalda pegada a la pared. Cuando el de las corbatas graciosas que trabajaba con papá preguntó por mi mellizo, miré en dirección a mi hermano y me hice el asombrado, hice como que lo buscaba por todas partes pero no lo veía aunque si lo escuchaba.

Michael se asustó pensando que los magos le habían lanzado una maldición de invisibilidad y yo me reí a carcajadas para agarrarlo del cuello con el brazo y decirle que era una broma mientras frotaba mis nudillos con fuerza en su mollera lo que hizo que se quejara. Lo dejé en paz mientras seguía riéndome y le pedí que me cuente sobre el libro que leía mientras yo trabajaba con cosas que me había encontrado en la choza del bosque y en la habitación del asqueroso gueto al tiempo que los viejos charlaban de sus cosas.

Mientras esperábamos Sigrid apareció con un aspecto un tanto mejor que nosotros, al parecer los magos la trataban bien y su ropa... desde luego era diferente pero con más clase que os trapos que nos habían dado a nosotros que al menos estaban limpios.

-¡Collins!- Exclamé al ver al chico hacer de las suyas en aquel lugar, no me hizo falta nada más pues Éamon se encargó de reprenderlo pero también de echarme la culpa por su educación -No tienes derecho a quejarte pos su educación si no has estado para tomar las decisiones- y eso era algo que me tocaba mucho las narices, por lo menos Michael se comportaba y estaba quietecito con su libro, Miller también se llevó una mirada de desprecio por lo que dijo pero pasó a ser irrelevante en cuanto hablamos sobre el plan.

El crio se marcó una frase de ligoteo que me dejó atónita y al final recibió una colleja -Ya basta Collins O'Connell, no me he gastado millones de libras en tu educación para que te comportes así...- al final se retiró con su hermano al cual dejé a cargo de Erin mientras los mayores hablaban y ellos se divertían como podían, en verdad los entendía, tanto encierro también acabaría por volverme loca a mi.

-Contactamos con cuantos pudimos pero estamos muy jodidos- saqué un pequeño papel de mi bolsillo para tendérselo a Miller, unos cuantos números y algún código que nos habían dado los pocos con los que pudimos contactar, solo esperaba que le sirvieran de algo.

Iba a decir algo más cuando Éamon mencionó a Andreas pero este apareció por detrás de nosotros muy fresco y como si nada pero no podía evitar pensar que parte de toda la mierda por la que habíamos tenido que pasar era culpa suya así que mi mirada no fue precisamente amable cuando me besó la mano, era más un "ya hablaremos después" -Los tres están bien, gracias por la pegunta, pero ahora debemos centrarnos en lo que podemos hacer, está claro que los magos ahora mismo no nos son de mucha ayuda-

La respuesta del crío no hizo mas que darme repelús. Entorné los ojos y simplemente le di una torta en la mano cuando volvió a ponerse a hacer cosas con el trasto ese.
-Que eso es para mayores.
Al menos su madre le abroncó,aunque ambos progenitores se pusieron a discutir y mis brazos se cruzaron pasando la vista de uno a otro. No podía culparles del comportamiento del crío, aparentemente tenían otro que parecía ser una persona normal. Miré al otro hermano y volví a entornar los ojos al ver al crío de las narices molestarle.
"Es un bully de mierda, ok"
Agarré el papel que me tendió Blair mientras me explicaban lo que habían conseguido averiguar.
-En la isla tienen movida con otros magos que han venido a matarles o algo así.
Murmuré mientras leía los pocos datos obtenidos.
-Creo que está...
Justo Wilhelm apareció por la puerta y dejé de hablar. Fruncía el ceño metida en mi mundo de códigos por si podíamos adaptar algo de aquello a lo que ya tenía escrito, mientras ellos se ponían al corriente.
-Creo que si nos ponemos manos a la obra y consiguen traer alguno de esos androides podríamos adaptar este código para bloquear la..

Dejé de hablar cuando un guardia entró uniéndose a los que ya estaban allí vigilando a la familia ministerial. Primero le dijo algo a sus compañeros y luego se dirigió a nosotros para decirnos que debíamos acudir a una fiesta o algo así. Mi ceja se arqueó.
"¿ahora hay que ir a una puta fiesta?"

Los críos me estaban irritando, especialmente Collins, aunque no tenía autoridad moral para decirle que no hablase así a Sigrid cuando yo había hecho cosas peores por creerme con derecho. Blair se encargó de reprenderle, cosa que agradecí. Podrían tener muchos conocimientos de colegios caros, pero el otro tipo de educación...eso era otra historia. - Ya, ya sé que no he estado. Les ha faltado disciplina a tiempo. - regruñí a Blair, cruzándome de brazos. Sólo les ordené que dejasen de pelear, y que se apartasen un rato mientras hablábamos. Sigrid nos dio algunos datos más sobre lo que pasaba en la isla, algo que me importaba bien poco y que me parecía una gilipollez. - Pues que los despachen pronto. Joder, qué lentos son actuando. Qué desesperación. - me giré nada más escuchar la voz de Andreas, sintiendo algo así como satisfacción por verlo vivo. Era uno de los nuestros, aunque tuviese metida la IA dentro.

- Entonces no puedes abandonar este sitio o te encontrará de inmediato. - me acerqué a mi antiguo compañero de gobierno, señalando con la cabeza a los críos para que viera que estaban por ahí entretenidos. - Hasta que no traigan un androide no podremos empezar en serio. Y nosotros no podemos bajar por nuestra cuenta. - era una mierda estar atados de pies y manos. - También deberíamos traer aquí al resto que trabajó en el proyecto S.A.M, a los pocos que queden con vida aún, y antes de que los encuentre y los elimine. O los incorpore a su sistema... - en ese momento entró un guardia informando de una fiesta, a lo que puse cara de asco. - No.- respondí secamente haciendo un gesto con la mano para que se fuese. Menuda idiotez. - ¿Alguna idea más o nos piramos ya a donde sea hasta que los magos muevan el culo?

Blair me dio "el lado frio", cosa que comprendía. Chasqueé la lengua y guardé mis manos en los bolsillos.

"no esperaba una fiesta pero auch"

- Basicamente - respondí a Eamon acerca de mis imposibilidades de abandonar esta jaula faraday gigante.

Entonces vino un guardia diciendo no se que de una fiesta. - Que le den a la fiesta. - respondí poco despues de Eamon, ni puta gracia nos hizo aquello.

- Yo he pensado algo. Pero creo que antes debería compartiros lo que ya le he contado a esos magos...Tengo algunas propuestas. Estáis bien despiertos los tres? Bien....

Les conté todo lo que sabía acerca de Sam, la ciudadela Alpha, todo lo que la IA había compartido conmigo. La situacion en la superficie (lo que sabia antes de ser "apartado" de la mente colmena) la restauración del medio, la imposibilidad de sacar la pila sin más, o las muertes en cadena que causaría una destrucción sin más. Reconducir el código base de la IA sería mucho mas inteligente que destruirla.

Salimos del taller, debatiendo entre nosotros como podríamos hacer eso, cuando tuviesemos lo que Sigrid necesitaba. "Salvando al mundo".

Aunque no le apetecía, porque sabía que el Ministro podía estar por allí, fue hasta el Taller I+D y empezó a buscar por la zona en la que generalmente estaba Tesla pero no había nadie. Tampoco donde trabajaban los aprendices y menos en la zona de Newton. Estaba empezando a extrañarse hasta que consiguió a uno de los hombres que solía trabajar con el último -Perdona…¿Alguno de los Descendientes se encuentra en el edificio?- Inquirió con educación pero el hombre le respondió que no tenía registro de que alguien hubiese pasado. Le extrañó. Le extrañó mucho.

Convocó un patronus que fue directo hacia Amaya, Vishous y Frederick para preguntar si habían visto al descendiente de Da Vinci. Mientras esperaba a recibir alguna respuesta se acercó a uno de los asientos, apoyándose allí y los tacones en el resposapiés mientras colocó sobre su regazo el envase mirando con curiosidad la nanotecnología y estudiándola sin tocarla. Supuso que necesitaría aprobación de algún descendiente.

Esperó lo que le parecieron horas y, oye, que la morena era muy paciente pero necesitaba investigar lo que tenía en las manos. No obstante, recibió respuesta de todos sus familiares diciendo que no sabían donde estaba y aquello le alertó. ¿A quién debía avisarle?... Se levantó de la silla un poco nerviosa. Sabía que Giordano no era muy dado con la gente pero… ¿Y si la amenaza era muy real? Controló sus nervios y cerró los ojos pensando en todo el Consejo y después dio con la solución. Convocó otro patronus y lo envió a la descendiente Mei para que diera el alerta. Tras ello se quedó allí, nerviosa, pero esperando.

Al final recibimos nuestro castigo divino (o de S.A.M) por eso de intentar salir de rango usando la alfombra voladora para desaparecer luego, estando a punto de acabar heridos por dos disparos de los androides. Por suerte pude cubrir a Leila y a mi mismo utilizando la habilidad de piel rocosa, evitando los daños justo antes de desaparecernos. La aparición fue un tanto aparatosa, yéndonos casi de morros contra la entrada del laboratorio I+D. No conseguí frenar la alfombra a tiempo y al final acabamos rodando por el suelo con el androide, pero ya a baja altura.

- ¡LEILA! ¡LO HEMOS CONSEGUIIIIDO! - le di un fuerte abrazo a mi compañera cuando por fin me puse en pie y la alfombra enfadada me abandonaba para irse volando. El androide estaba ahí en el suelo, más o menos bien pero algo atontado. Yo no podía dejar de pegar saltos por la adrenalina que tenía en el cuerpo. Además, no habíamos acabado heridos.  - Hay que meter al chisme este dentro del laboratorio para que hagan sus cosas de listos, y tenemos que saber qué ha pasado con el resto, para ver si volvemos. - hablaba muy deprisa y alterado, sin centrarme en nada en concreto. Saqué la moneda del bolsillo, tecleando mensaje con la moneda comunicadora, para todo el grupo.

- Le doy 20 segundos para contestar antes de volver a bajar.

"vamos, respondeeeeeeed, joder"

MENSAJE MONEDA BRIGADA escribió:TENEMOS AL ANDROIDE EN EL TALLER DE OUORBOROORS: DÓNDE VOSOTROS?

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DEF.M:  dado 20 + 50 stat + 10 hab. + 25 cota= 105, cubre su ataque y el de Leila (con la mejora de repartir defensas ganada en trama anterior)

DAños final misión: 45 Leila + 50 Ben= 95

El miembro 'Benjamin Red' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Defensa Mágica' :

Me agarré con uñas y dientes a Ben cuando noté que volabamos intentando no soltar los tobillos de aquello que sujeté en el tubo. Ben se encargó de la defensa y menos mal porque eso de volar me tenía petrificada. ¿Dónde quedaron las salidas tradicionales como corriendo o en coche?

El duro aterrizaje me hizo rodar por el suelo aún sujetada a Ben y temblando. Le devolví el abrazo lo que me tranquilizó un poco y me quité el sombrero pirata de la cabeza para voltearlo y dejar caer el agua acumulada para luego volver a ponermelo mientras Ben daba saltitos.

-¡¡¡EHHHHHHH!!!¡¡¡PESCAMOS A SU ANDROIDE!!!- Grité hacia el interior del taller para que alguien me escuche mientras Ben tecleaba en la moneda comunicadora.

-¿Estás seguro de que es él?- Le pregunté al pelirrojo mirando su moneda comunicadora sobre su hombro para ver si le contestaban algo, tenía mi propia moneda pero me dió pereza sacarla. Entonces miré la pesca del día por primera vez.

-¡Hey! Yo lo conozco…- Su aspecto me sonaba familiar…

No teníamos permitido estar en el taller a menos que nuestra madre nos acompañara, así de mal estaba la cosa, no podía avanzar en mis proyectos sabiendo que tenía su mirada sobre mí.

Lo bueno era cuando se concentraba en el trabajo, eso me daba un margen de tiempo para hacer mis cosas, claro que había variables, Michael podía ponerse modo soplón o ella podía distraerse del trabajo y revisar que yo esté en mi sitio antes de tiempo.

Algunas veces pasó que me agarró con las manos en la masa, ella y los otros que nos vigilaban o que trabajaban por ahí. Les expliqué que, si me dejaban, yo podía ayudar así que me dieron la opción de volver al gueto o ayudar obedeciendo.

Elegí ayudar a regañadientes y, aunque mi idea era seguir con mis proyectos personales, estaba algo emocionado por mi primera tarea, aunque cuando me dieron la escoba y la pala pasé de la desilusión a la rabia en un microsegundo. Por poco se los tiro por la cabeza, pero mamá estaba observando así que me limité a empezar a limpiar mientras rezongaba.

El mes lo pasé siendo un puto asistente, limpiar, llevar y traer cafés, pizzas (había algunas que eran de piña ¡Puaj!) y cajas, arreglar sillas que rechinan y cambiar las putas lamparitas y baterías o como sea que se llame en la versión mágica ¿Para ésto le había dedicado tanto tiempo a la ingeniera y a la física en el colegio?

Era denigrante, una puta burla, un mal sueño, pronto despertaría. En eso, ruidos y gritos comenzaron a oírse desde la puerta del taller. Me pasé la mano por la cara con fastidio para levantarme sin ganas de la silla. Al llegar al origen del alboroto ví a tres sujetos. La rubia que no conocía de nada me miró raro, pero luego señaló al que estaba tirado en el suelo.

Lo levanté pasando su brazo por detrás de mi cuello y lo llevé dentro para sentarlo donde yo estaba sentado antes. Se lo veía algo aturdido y su ropa estaba mojada, así que como yo era un asistente supuse que me tocaba la tarea de ponerlo presentable para los expertos.

No sabía si se trataba efectivamente de un androide y no sabía si era parte de mis tareas comprobarlo, aún así lo espabile con golpesitos en el cachete y lo ayude a sacarse la ropa mojada porque estaba manchando el suelo y no lo dejaría subirse así a la mesa de trabajo para que la ensucie también.

Si su cuerpo no me dió ninguna pista concluyente de que se trataba de un androide, la curiosidad pudo conmigo y abrí sus ojos para analizarlos con una luz en busca de algún extraño brillo inusual que lo delate, si eso no me convencía procedería a el test de empatía.

El griterío que se lió alli me hizo salir de donde quiera que estuviese haciendo quien sabe qué, y acudir a donde los magos habian aparecido con el famoso androide.

- Podeis avisar a Sigrid Miller? - pedí a uno de los guardias que nos vigilaban 24/7

Miré a Ben y a Leila, ambos caras conocidas para mi. Extraños aliados ahora.

- Os daría la enhorabuena por el trabajo pero fijo que me escupís en la boca así que pasemos a cosas más prácticas... como están las cosas por ahi abajo? Llevo tiempo desconectado - sonreí de lado, aquella frase tenia un significado absolutamente literal

Me acerqué a Collins y le di una palmada en el hombro al chico, que estaba examinando a James.

- Soldado James Stwardson....o....bueno, James, a secas. Ya no eres un soldado. ¿Sabes por qué estás aquí?

Leila y yo nos vinimos muy arriba por un momento, celebrando que habíamos logrado el éxito en la misión. El triunfo sabía mucho mejor después de haber estado a punto de fracasar. - Somos los putos amos. Choca. - choqué el puño con la compañera, sacudiéndome después la ropa chorreante del chaparrón que nos había caído. Todo terminó por cuadrar cuando recibí el mensaje de Lykaios diciendo que estaban bien, y que acababan de llegar al hospital. Tal vez tenían algunas heridas menores que revisar.

- El jefe y Emily también están bien. Vamos al hospital a verles. - me quedé mirando al androide atontao, rascándome la cabeza. Sí, era él. - Claro, es una copia de un soldado de la Alianza que dio mucho por culo en el pasado. Es su cara. Tal vez te suene por eso, de hace años. - el crío de los O'Connell salió para trastear con el robot, y yo le bufé molesto. - ¡No toques eso, niño, que lo rompes! en mis tiempos los críos no estaban tan enganchados a las maquinitas todo el día, y salían a jugar al aire libre más que ahora. - le solté quejándome como un viejuno, aunque cuando apareció Andreas supuse que se haría cargo del robot. A él también lo miré mal, no me acostumbraba a verlo pupular entre nosotros como si nada.

- Pues las cosas mal. Fatal. Vuestro amiguito S.A.M ha digievolucionado y ahora se transforma en nubes y dragones de nanobots muy chungas. Y hay cientos de personas medio zombies lanzando consignas de amor a la IA esa. La habéis liado parda, así que más os vale hacer algo útil con lo que hemos pescado, que nuestro trabajito nos ha costao. Ea, nos vamos. Hace algo útil. - cogí a Leila del brazo, desapareciéndome de allí con ella para ir al hospital.

Salir vivos y sin ningún rasguño de entre aquellas manos que querían alcanzarnos era motivo más que suficiente para chocar puños. Ben leyó el mensaje sobre que la brigada se encontraba en el hospital y asentí cuando dijo de ir a verlos. Miré al que el pelirrojo decía que se trataba de una copia de un soldado de la Alianza Humana algo dudosa.

Le señalé la copia a la primera persona que apareció en el taller, sin pensar que a Ben no le gustaría que lo toquen, aunque tiene sentido, ¿Tanto costó conseguirlo para que cualquiera se lo lleve? No puede evitar sonreír detrás de la máscara con sus palabras de viejo quejumbroso. La sonrisa se esfumó al ver a Andreas, agarré la máscara que cubría mi rostro y la mojada manga de Ben con fuerza escondiéndome un poco detrás de él pero sin mucho esfuerzo mientras le respondía.

Verlo evocaba malos recuerdos. Ben me tomó por sorpresa cuando me agarró por el brazo y nos desapareció de allí.