Despacho de la General de la Guardia

Respondió a la reverencia con una inclinación de la cabeza a modo de agradecimiento por la respetuosa bienvenida y tomó asiento.

-Te lo agradezco pero mejor no.- Tuvo que negarse al ofrecimiento. -Debo volver lo antes posible a los campos porque es una calamidad lo que ocurrió ahí, todo murió, ¡puf! desapareció.- Incluso dudó que sentarse haya sido una buena idea pero ya lo había hecho.

-La sobrina de la señora Knox, una tal “Erika” fue secuestrada de Ouroboros y torturada por un mago oscuro, ¿sabes algo al respecto?- Fue al grano porque la elementarista del metal también parecía ocupada mientras que Azlan se sentó con una orgullosa postura en el regazo del joven maestro y fijó sus sagaces ojos de brillantes tonalidades del oro en Amaya.

-Así es, he recibido denuncias y he enviado dos escuadrones a ayudar y calmar a la gente- Porque lamentablemente, no tenía respuestas. Ni ella ni los Descendientes. Simplemente, maravilloso. Volvió a sentarse en su sitio, uniendo las manos delante de ella y apoyándolas en la mesa en un gesto de atención hacia Cohen.

Frunció el ceño al oír lo que le estaba preguntando, un caso muy viejo que, si no se equivocaba, se había resuelto pero no del todo. Se incorporó y fue a buscar el archivo de Erika Malfoy, lo que había comenzado como una desaparición y terminó en un secuestro con resultado sangriento.

Volvió sobre sus pasos y se sentó -El Teniente Royden, Vishous, reportó que la secuestrada apareció en malas condiciones en el hospital junto con su hijo recién nacido ileso. Llegó en brazos de otro familiar que desapareció poco después. Aún así, estaba muy afectada y no habló sobre lo que le sucedió. Tras eso, la familia se fue de Ouroboros. La identidad del mago sigue anónima- Alzó la mirada, arqueando las cejas. -¿Por qué pregunta por este caso antiguo con todo lo que está ocurriendo alrededor? - Hacerle perder el tiempo cuando había cosas más acuciantes como el árbol que estaba comiéndose gente o el reporte de los asesinatos del hospital. Aunque eso no le inmiscuía a él.

-Bien, bien.- Asintió, sería útil la ayuda de la Guardia. La siguió con la mirada cuando se movió por el despacho y escuchó con atención el informe mientras acariciaba el suave pelaje del lomo de Azlan.

-Ah, porque antes no tenía tiempo, recién ahora conseguí un respiro.- Realmente seguía sin tener tiempo pero se hizo un espacio a fuerza de fórceps. Le había preguntado al resto de miembros del Consejo de los 20 sobre aquel caso pero se encontraban en una situación parecida a la suya; sin respuestas y con problemas más urgentes.

-Se me ocurrió una forma de obtener información sobre el crimen pero quiero la ayuda de las Descendientes Darwin y Dioscórides. ¿Hubo testigos del secuestro?- Esperó la respuesta de la General antes de hacerle otra pregunta que también tuvo varios meses en el tintero. -¿Hay novedades respecto a S.A.M.?-

Sabía que todos los Descendientes estaban ocupados así que la excusa de Adael era procedente. Esperaba que Oscurus le respondiera pronto para poder quedar y atender ese otro asunto del que le había hablado Ben.

Leyó todo lo que correspondía al informe para que estuviera al día. Sin embargo, cuando vino con sugerencias para atender el caso Amaya cerró el expediente con gesto serio y se le quedó mirando en silencio. -La Descendiente Darwin está en misión en Escocia para resolver el asunto de la zona inexplorada. La descendiente Dioscorides asumo que tiene otras prioridades. No, no hubo testigos- Tras eso vino con lo de SAM y Amaya decidió guardar silencio negando con la cabeza.

Tras eso se incorporó y fue hasta las ventanas de su despacho que estaban con unas gruesas cortinas cubriéndolas. Las abrió. El despacho contaba con ventanales protegidos de piso a techo y hechizados para que no se viera desde afuera. Tenía una gran vista desde allí que enfocaba a las Montañas del Dragón y a la Residencia Pendragon desde donde se apreciaba no solo el árbol sino las raíces que le unían a Ouroboros.

-Descendiente Cohen- Su tono era tenso - ¿Por qué se ocupa de temas antiguos cuyo expediente está cerrado cuando su atención debe estar centrada en el problema que tenemos AHORA?- hizo énfasis en el "ahora" pero sin gritar -Sí saca 'tiempo' en un par de meses para enfrentar está crisis quizás no haya una isla que cuidar ni defender. ¿Es consciente de eso? - A la General nunca le había temblado el pulso para hablarle a los Descendientes. Ni a Sayid, ni a Jack, ni a nadie -Reevalúe sus prioridades, tiene unos grandes zapatos que llenar- Le espetó porque Amaya había sido pupila del antiguo Descendiente Cohen y por eso había perfeccionado su control de metal.

-El tratado de paz no funcionó, hay que buscar otras soluciones y estoy segura de que tenéis mucho que aportar a la mesa si os enfocarais en lo que importa. La isla os necesita ahora. Erika Malfoy ya está de vuelta, viva, el caso está cerrado. SAM no ha dado señales de vida en cinco meses. Deje de vivir en el pasado, espabile y enfrente el presente que es donde le necesitan-

Asintió pensativo, luego hablaría con Sarah y con Sofía, sin embargo la falta de testigos era un inconveniente. -Hay que convocar a Erika o a la señora Knox o a las dos.-

Ante la respuesta negativa respecto a novedades sobre S.A.M. alzó a Azlan en brazos y se levantó de la silla para dirigirse a la salida.

Abrió la boca con la despedida en la punta de la lengua pero se detuvo cuando Amaya lo llamó así que se giró y la miró. -Esta reunión express fue para ponernos al día laboralmente hablando.- Aclaró.

-Bueno.- Fue todo lo que se le ocurrió responder ante las sugerencias de la General. -Hasta luego.- Se despidió inclinando la cabeza, salió del despacho y cerró la puerta detrás de él para luego irse del cuartel.

-Ninguna de las dos reside ya en Ouroboros, no son sus ciudadanos y no voy a gastar efectivos en una misión antigua porque habéis sacado tiempo ahora. Llegáis tarde- la idea ahora que los refugiados se habían ido, que los Descendientes como Merlín cambiarán y restaurarán los hechizos que mantenían oculta la isla. Eso facilitaría que volvieran a ser una comunidad cerrada y sin problemas exteriores que desestructuraran su tranquilidad.

Frunció el ceño cuando mencionó que era una reunión para ponerse al día de forma laboral -Y no tengo ningún problema en daros noticias de lo que me diga, Descendiente, pero el encargado de la guardia es el Descendiente Ibn Salah, no usted- Y tampoco Newton, que bien que le gustaba comandar pero se le olvidaba que era ella la que daba las órdenes y por encima de ella solo Sayid que ya había vuelto al ruedo.

Tras eso el Descendiente se incorporó y solo le soltó un "bueno". Amaya se le quedó mirando estupefacta. ¿A eso se refería Benjamín? ¡JODER! ¡Lo PRIMERO que iba a sugerir es que los críos que aún se cagaba en sus pañales no formarán parte del consejo! Se liberaría de la antipática Le Fay, del durmiente Ling (aunque fuese su sobrino), de la inocente Xian y este muchacho sin sangre en las venas. Menuda regla estúpida la de aceptar descendientes con 15 años. Deberían tener 35, deberían ser medidos por sus méritos más que solo su apellido y entonces de ahorrarían tonterías. Muchas tonterías.

Lo vio irse y negó con la cabeza decepcionada. El Consejo de los 20 era cada vez más decadente. Una vergüenza para Ouroboros. Quizás por eso Arleen se había ido. Inspiró hondo para calmar su mente y se llevó la mano al cabello, apartando los mechones del flequillo hacia un lado y entonces se digno a responderle a Matvey nuevamente y a enviar por interno la información de la misión a la zona inexplorada, tras eso se retiró para reunirse con Oscurus.

Tras el rescate de Arleen, Chloe y Ben; Amaya había necesitado pasar un tiempo en el hospital y asegurarse de que estaban vivos. Adam y Lorcan también habían quedado jodidos como ella, pero al menos el lobo y la general estaban en mejor forma.

Al niño O’Connell lo había encerrado en una de las mazmorras inferiores a las que no tenía acceso nadie excepto los Descendientes y ella. Aún tenía que hacerse una idea de porqué no podía desfigurarle la cara a golpes y para ello había tenido una larga reunión con el descendiente Kirgyakos, tratando de enfocar su cabeza en asuntos de importancia pero que hicieran hervir menos su sangre. El Descendiente parecía querer hacer muchas cosas y ser muy proactivo, Amaya no se tragaba ni la mitad hasta que realmente lo viera hacer lo que decía.

En ese momento, se encontraba en su despacho frente a una pila de papeles mientras se masajeaba las sienes. El té que se había servido estaba frío en una esquina. Tenía que lidiar con los humanos porque era una misión colaborativa pero no se encontraba en disposición de hacerlo y Vishous  y Fred estaban ocupados con Arleen, ambos pidiéndose una baja. Aunque V ya lo estaba por Aura.

Amaya se echó hacia atrás en su silla soltando un largo suspiro mientras contemplaba el techo. Parecía que cuando una cosa se estaba finalizando empezaba otra. Ella podía con TODO, pero no con TODO a la VEZ. Así que miró las torres de papeles, cogió la de la misión inexplorada y le colocó un sello de “pospuesta”, de momento había otras prioridades. Envió una carta a Sarah para que supiera que iba a posponerla. En el expediente de los licántropos puso otro sello que lo identificaba como entregado al Consejo para acción y se quedó mirando el expediente de O’Connell.

Habían atacado a ciudadanos de Ouroboros…Sí, pero que por libre voluntad propia estaban en tierra. Tragó en seco y puso los ojos en blanco antes de mover el expediente y empezar a redactar una carta para Thalos, porque Gelion podía comerle… Al finalizarla, llamó a uno de sus cabos para que fuera a enviarla. Ese mismo cabo le informó de irregularidades en la residencia Pendragon y cerca del árbol, cosa que no le agradó y Amaya se incorporó cogiendo su casco para colocárselo en la cabeza y desaparecer con dos escuadrones hacia las Montañas del Dragón.