Planta de maternidad

Recuerdo del primer mensaje :

buscando imagen

El dato de interés que soltó Wthyr le hizo mirarle con cierta ¿sorpresa? Para luego negar con la cabeza -Ni idea- Mencionó, preocupándose un poco más por ello. ¿Y si no lograba dormir en paz? -¿Sabes qué pasa?- Le dijo con cierto temor, tensando los labios -¿Qué pasa si la poción me duerme en un sueño tan profundo que, aunque quiera, no pueda despertarme? ¿Te imaginas? ¿Quedarte encerrado en el mundo de los sueños?- Preguntó soltando un exasperado suspiro y restregándose la cara un poco, como para recordarse que estaba en la realidad. Inspiró nuevamente y expiró. Un par de ejercicios de respiración para calmarse -Sí, sí…No es por eso. Pero esa isla era de ella…¿ Y si canaliza algo? ¿Y si la despierta? No lo sé… Por no saber, no sé nada- Puso los ojos en blanco pero aquel gesto se disipó cuando llegó Anteia.

Supo, por su rostro, que era capaz de analizar todo -No es como la otra vez…No es... a... propósito. Te lo prometo- Tragó un poco en seco, sintiendo la caricia de sus manos antes de que saludara a Wthyr, observando el cambio de actitud con el ceño fruncido pero lo cierto es que no pasó a más. Quizás no había analizado que Anteia era casi una segunda madre para Ian, y para medio mundo. Se mordió el labio con suavidad y dejó que Wthyr explicara todo, volviendo la vista hacia él al escuchar aquel tono que le hizo sonreír brevemente. No podía ser tan intolerante a la tecnomagia si iba a casar a Giordano con Shyvanna pero mejor no dijo nada.

-Sí se puede… con la tecnomagia se pueden hacer muchas cosas- Le soltó incorporándose para ir a la camilla y sentarse en ella, para luego acostarse un poco cuidando de dejar las botas fuera de ésta y empezó a levantarse el jersey. La información que le dio a Anteia estuvo a medias y eso le hizo mirarlo con curiosidad. Bueno…estaba claro que no confiaba en nadie -Náuseas mañaneras…Nada importante- Murmuró, tampoco quería preocuparla demás -Sólo queremos ver que todo esté bien- Le dijo a la rubia mientras ésta se acercaba con la máquina -Iré a Ávalon a vivir, pero me gustaría que llevaras también el control del embarazo junto a la matrona de los Pendragon...¿Es muy difícil tener mellizos?- Le preguntó con cierto cariño a la rubia, respetando la palabra que le había dado a la mujer pero aún así necesitando su calma, su poder por si todo salía mal. Se bajó un poco los pantalones e hizo un gesto de molestia cuando le puso el gel frío en la piel pero no soltó nada más y miró a Wthyr para luego hacerle un gesto a la pantalla donde empezaría a salir todo.

El Pendragon tenía la misma actitud de soberbia de lo puristas y Anteia sólo pudo sonreír para sí misma ante la forma en la que le devolvió la mirada. Sus ojos se tornaron dulces mientras confirmaba sus sospechas sobre que aquello tenía que ver con un embarazo. Se sorprendió de los mellizos pero estaba claro que Catherine tenía algo en su genética, después de todo Rhaegar y Desmond habían sido mellizos -Entiendo-

La respuesta de Catherine con que no era a propósito hizo que frunciera el ceño y la mirara -Bueno, el insomnio puede llegar en cualquier trimestre del embarazo aunque es extraño durante el primer trimestre…Más bien sucede lo contrario… Pero en fin.. Así que debemos probar algunas estrategias para que logres dormir, es importante que descanses. Sobre todo si es un embarazo múltiple- Expresó con tranquilidad, ignorando el tono de Wthyr respecto a las máquinas aunque eso implicaba que en Ávalon, o ellos en sí, lo controlaban con magia y eso le picó la curiosidad a la rubia. Luego le preguntaría a Catherine.

Siguió a Catherine para revisar y encender la máquina, al menos la morena sabía que hacer -Sí, podremos comprobar el avance en el desarrollo. Hasta dentro de un par de semanas no podremos oír el latido en sí, pero igualmente nos servirá- Le sonrió a ambos, con bastante más amabilidad que antes, pero por supuesto… No dejaba de ser un momento incómodo, se centró entonces en los bebés. Le aplicó el gel a Catherine escuchando lo de las náuseas -Común, trata de comer con lo que estés más cómoda o te apetezca. El embarazo de mellizos es distinto, todos y cada uno de los embarazos son distintos. No esperes lo mismo que con Aedan- Le recomendó a ella mientras empezaba a mover el aparato, buscando cada uno de los fetos. Encontró uno primero, mucho más desarrollado y luego el otro. Empezó a marcar las cruces y tensó suavemente los labios porque los dos tenían una diferencia marcada de desarrollo. El corazón empezó a latirle rápido porque aquello era absolutamente distinto -Dadme un momento- Murmuró y se incorporó, fue hasta su escritorio y empezó a teclear dentro del ordenador buscando información sobre lo que estaba viendo y no tardó demasiado. Leyó el detalle específico que estaba buscando y entonces se encaró a los dos -Están bien, los dos… Sin embargo…-

Fue acercándose a ellos y, por si acaso, extendió su campo de empatía tratando de tranquilizarlos. Mostró en la pantalla el primer feto -Uno de ellos está más desarrollado y avanzado en el embarazo que el otro- Señaló el siguiente, el que correspondía más a ese “mes” del que hablaba Wthyr -Tienes un caso de superfetación. Te quedaste embarazada estando embarazada- Notó que Catherine perdió el color hasta de los labios y empezó a preocuparse en serio -Quédate tranquila. Es un caso muy extraño… Se han registrado sólo cinco en el mundo. Tú eres el sexto. La diferencia es de tres semanas aproximadamente. Tendremos que hacer una vigilancia más exhaustiva pero no habrá ningún problema en el desarrollo de ambos ¿De acuerdo? Estaré en cada paso- Con cierto respeto y tensión volvió la mirada hacia Wthyr…Porque si empezaban a sacar cuentas, como ella lo había hecho. Dejó de mirarlo y se acercó a Catherine para quitarle el gel, tras eso imprimió la ecografía con los marcajes -Necesitas descansar, comer y tomarte las vitaminas. Y tratar, por lo que más quieras, de estar tranquila, Cath...Y ya no por esta situación, es lo que le recomendaría a cualquiera. Cath...- Frunció el ceño al notar el cambio en su campo de emociones. Ansiedad...Pero, peor que nunca... Le tomó las manos y empezó a refregarlas para hacerla entrar en calor -Cath, respira-

- Era. Tú lo has dicho. - Tantas dudas tenía Catherine con los sueños, Morgana y Ávalon que no era capaz de responderlas. Quedarse atrapado en el mundo de los sueños sonaba horrible, como una especie de tortura. No tenía certeza alguna, y sí muchos pensamientos que me hacían pensar que aquello podía acabar mal. No se lo dije, por supuesto, y la llegada de Anteia vino bien para no tener que declarar que no había un plan claro a seguir. El cambio de tema a lo de la tecnomagia fue justo lo que necesitábamos, algo apropiado para el lugar en el que estábamos. Conversaciones que podrían tener cualquier matrimonio normal. - Veo más utilidades en la tecnomagia para crear armamento, pero para esto...en fin. - llegué a pensar que de poco iba a servir que los fetos estuviesen bien si había un espíritu asesino deseando vengarse. Tampoco lo dije, suficiente era con lo que había mencionado antes de que ellos no podrían defenderse.

Intercambié una fugaz mirada con Catherine cuando restó importancia a lo que le había sucedido, siguiéndome el juego en cierto modo. Al parecer ella tampoco quería contarle la verdad a Anteia. A partir de ese momento teníamos una especie de pacto de silencio. Por lo menos se dignó a mencionar a la vieja matrona de los Pendragon, ya no mataría de un disgusto a la mujer por rechazarla. Volví a cruzarme de brazos con un disimulado gesto de expectación, sin apartar la mirada de Catherine y Anteia mientras ésta la preparaba para ver la imagen en pantalla. Empecé a inquietarme cuando la sanadora pidió que le diésemos un momento, comenzando a pensar que algo estaba mal. ¿No podía salir algo bien para variar? - ¿Qué sucede? explíquese. - le metí prisa para contestar mientras iba a consultar algo a su mesa, poniendo cara de confusión total cuando dijo eso de la "superfetación". Sonaba fatal y encima había uno subdesarrollado. - El ritual de fertilidad... - murmuré por lo bajo, recordando el encargo que le había hecho a Gwen. Había funcionado, pero había algo extraño. Después mi mente se quedó procesando aquello de que se quedó embarazada estando ya embarazada, tratando de calcular los tiempos. Era imposible que en tan poco tiempo hubiese dos fetos. Tres semanas de diferencia había dicho. Cuadraba a la perfección. El más pequeño tenía un mes, y el más avanzado casi dos. Eso significaba que...

- Uno de ellos no es mío. ¿Es eso lo que quieres decir? es del otro. - solté finalmente con frialdad, detestando cada vez más al maldito licántropo. Incluso ahora tenía que estar presente. Hice lo posible por dominar el cabreo que eso me producía, ya me desquitaría más tarde de algún modo. - Todo habría sido en vano de no haber sido por el ritual en el templo de Ávalon. No lo habríamos logrado. - y Cedric y su hijo probablemente habrían muerto. ¿Sería consciente de eso? - ¿Qué va a pasar ahora? ¿Corre peligro de ser absorbido el menor? ¿Qué hay que hacer? es de vital importancia que nazca. - remarqué molesto porque no quería que nada interfiriese con su desarrollo, soltando el aire con irritación. Por la reacción de Catherine era evidente que ella no sabía nada, que no me había engañado. De ser así no me hubiese invitado a venir a las ecografías, lo habría ocultado. Me acerqué a ella al verla con tal ataque de ansiedad, utilizando la magia de control de sangre para ralentizarle el pulso y hacer que la taquicardia se minimizase. - Podría haber sido peor.

“Era”. Pues que alguien se lo informara al espíritu. Eso la hizo hacer un gesto  de molestia. ¿Por qué era tan ambiciosa? ¿P… Abrió los párpados al recordar la referencia que había hecho a un libro que había cogido de la biblioteca de Wthyr. ¿Y si tenía algo que ver?  Le miró un momento a punto de decírselo pero pasaron a otros temas con la llegada de Anteia. Le observó con una ceja arqueada -¿Armamento para qué? No estamos en guerra- Y por alguna razón una pequeña voz en su cabeza le decía: “No aún” y se parecía mucho a la voz de Jack.

Se removió incómoda ante el silencio de Anteia, especialmente cuando se incorporó. Algo no estaba bien, de lo contrario le habría dicho… ¿Verdad? ¿Verdad? Empezó a sentirse nerviosa y apretó las manos sobre el papel que recubría la camilla -¿Anteia?- La miró a los ojos con un gesto de preocupación y cuando empezó a explicar no entendió al principio. Y lo de quedarse tranquila hizo que la mirara con un ceja arqueada ¿Cómo esperaba que se quedara tranquila…SI LE ESTABA DICIENDO QUE ERA LA SEXTA MUJER EN LA HISTORIA DEL MUNDO CON UN CASO ASÍ? Miró hacia Wthyr con el mismo gesto aterrado cuando soltó lo del ritual de fertilización, comprendiendo que se refería a las ceremonias que habían hecho para asegurarse quedarse embarazada.

Intentó concentrarse y fue consciente de lo que estaba diciendo Anteia dos segundos después de Wthyr. Estaba embarazada de Ian…y de Wthyr. Los dos bebés. Ahí. Dentro de ella. Empezó a negar con la cabeza, rápidamente, quitándose las manos de Anteia de encima cuando insistía en tocarla…Y lo hizo con un gesto, cuanto menos, de resquemor. No quería que la tocaran. No podía respirar y las paredes estaban empezando a cernirse sobre ella -Estarían muertos- Le respondió a Wthyr sintiendo que el aire cada vez tenía menos oxígeno y aunque intentaba respirar más rápido para meter más dentro de ella, no podía. -¿DESCANSAR? ¿DESCANSAR? ¿NECESITO DESCANSAR? ¡TENGO UNA MALDICIÓN ENCIMA! ¡Y LA VIDA DE MUCHA GENTE ESTÁ EN JUEGO Y YO NI SIQUIERA ME DIO CUENTA DE ESTE TIPO DE COSAS! - Se sentó en la camilla llevándose las manos a la cara y cuando le soltó aquello de que respirara soltó un gruñido -ES LO QUE ESTOY HACIENDO. ES LO ÚNICO QUE SÉ HACER SIN CAGARLA- Gritó sacándose las manos de la cara mientras el estómago se le revolvía. Iba a vomitar. Pero sólo se quedó en eso, náuseas. Total, no tenia nada en el estómago. Que, por cierto, no...Ni siquiera estaba respirando bien. La estaba cagando hasta en eso.

El Pendragon parecía un poco más centrado pero Catherine no, Catherine había empezado a temblar y cuando siguió preguntando cosas la morena sólo negaba con la cabeza. ¿Cómo podía haber sido tan idiota? ¡Se había estado jugando la vida de Aedan! ¿Y ahora qué iba a hacer? Pensó en Ian… ¿Cómo iba a decírselo? ¿Cómo? ¿CÓMO?  HOLA IAN, ESTOY EMBARAZADA DE NUESTRO BEBÉ PERO NO PODRÁS ACOMPAÑARME EN LOS 9 MESES QUE SIGUEN PORQUE NO ESTAMOS JUNTOS PORQUE UNA MALDICI…Alzó la mirada hacia Wthyr cuando empezó a sentir su corazón calmarse -Estás…haciendo algo- Frunció el ceño y miró hacia Anteia que la observaba, de manera reservada y preocupada -Y tú…- Inspiró profundamente, un par de veces y con la ultima expiración empezó a llorar -¿Por qué nada puede ser fácil?- Preguntó negando con la cabeza y alzó la vista hacia Anteia mientras se secaba con las mangas del jersey -Perdón-

Observó a Wthyr cuando mencionó lo del ritual de fertilidad pensando que era el tipo de información que le gustaría saber porque eso podía ayudar a mujeres que por otros medios tuvieran más problemas para quedare embarazadas. Pero… Catherine empezó a gritar y la apartó de una forma histérica. Anteia se alejó un par de pasos dejandole sitio para que no se sintiera apresada y al interpretar sus palabras tensó los labios. Esa muchacha siempre parecía cargar el peso del mundo en sus hombros. Cuando volvió a elevar la voz arqueó las cejas sorprendida porque nunca la había oído hacer eso, intercambió una mirada con Wthyr en la que era evidente que estaba flipando en colores pero mantuvo el silencio.

Asintió con suavidad a la hipótesis del Pendragon.  Si un ritual podía generar la superfetación. Un caso tan extraño -Es necesario que mantengamos una vigilancia extrema. No sabría decirte con exactitud cómo se va a desarrollar. En cualquier caso, la absorción casi siempre se realiza antes de la semana 16 y de momento todo va bien. Cada uno tiene el desarrollo correspondiente a sus semanas, pero…Tenemos que hacer seguimiento, exhaustivo- Notó que Catherine cada vez iba a peor, cuando estaba en silencio era incluso más peligroso porque Anteia era muy consciente de que su peor enemigo era ella misma. Pero no se atrevió a acercarse sino que poco a poco extendió con más fuerza su campo de tranquilidad para amortiguar el efecto de su ansiedad -¿Vuestra matrona puede ver? ¿A través? - Inquirió -Es necesario hacer ese seguimiento y para estar seguros casi mejor hacerlo semana tras semana- Le sugirió a Wthyr porque Catherine no hacía más que mirar hacia abajo.

Le siguió con la mirada cuando se acercó a ella pero se dio cuenta de que no le tocó y sin embargo, poco después Catherine habló. Anteia asintió cuando dijo que ella también -No podía dejarte entrar en bucle. No es sano. Tienes que tratártelo, Cath, te lo dije- Murmuró con los labios en tensión. Esperaba que, si el tipo ese le importaba un ápice la morena, fuera consciente de sus palabras, pero no iba a dar más información -Cariño… - Susurró cuando la vio llorar y fue a por unos pañuelos para entregárselos, aún manteniendo la distancia -Todo va a salir bien. Entre la matrona de los Pendragon y yo haremos lo posible para que todo fluya con normalidad. Vamos a tratarlo como un embarazo de mellizos así que debemos recordar todas las condiciones de siempre- Fue hasta su escritorio y buscó los panfletos con toda la información -Pero sí es necesario que controlemos tanto tu horario de dormir, tus comidas y cualquier cambio que sientas ¿de acuerdo? Está demás avisarte que cualquier tipo de sangrado es de necesaria y obligatoria revisión, no importa la hora ¿Vale? - Se removió un poco incómoda, pero decidió tirarse al pozo, total, ya le había gritado. Sabía que Ian conocía cómo controlarla y cómo ayudarla a salir de esos bucles pero este… Miró hacia Wthyr un instante y luego a la morena -Tienes que tratar de tranquilizarte y controlarlos, sabes hacerlo… Y sino, me lo dices y te recetaré algo. No puedes… Estar así Cath, por tu bien y el de ellos. Los controles físicos y mágicos llegan hasta un punto, cariñito, es…- Elevó una mano y finalmente la puso sobre su propio pecho y luego se señaló la cabeza -Esto lo que te lleva a ese sitio- Le recordó y dejó escapar un suspiro. Si alguien sabía algo de salud mental era ella.

El ataque de pánico y ansiedad de Catherine también estaba dejando alucinada a la sanadora, a juzgar por su cara y por la mirada que intercambio conmigo. Se me hacía muy extraño verla perdiendo el control de ese modo, ya que siempre mostraba una actitud contenida y bastante discreta. También era cierto que lo raro sería verla tranquila después de la revelación que acababan de soltarnos. Yo mismo tenía dentro una contradicción de sensaciones, entre alivio porque habíamos estado a punto de fracasar y temor porque aún no podíamos cantar victoria. Además, sentía unas ganas tremendas de ir a descargar mi frustración con el culpable de que todo hubiese estado a punto de irse al traste. Podía localizarlo, sabía cómo.

- Es inútil decirle que se calme a alguien que está en ese estado. Como si no quisiesen o supiesen que deben hacerlo... - comenté con el mismo tono de fastidio de antes, recordándole a Anteia que no hacía falta que le dijese a Catherine que respirase. Le puse una mano en el hombro para que se quedase sentada en la camilla y no se moviese, pero guardando un silencio que parecía decir 'quieta' mientras ella gritaba. Claro que se había dado cuenta de lo cerca que había estado de irse todo al traste. Asentí lentamente ante su pregunta de si estaba haciendo algo, aunque desconocía qué era lo que estaba haciendo la otra mujer. El caso es que logramos "tranquilizarla" un poco.  Al final rompió a llorar, algo que no era tan malo porque al menos liberaría tensión. No, nada era fácil para nosotros. Era encontrarse todo el rato con obstáculos. Me mordí el labio inferior un tanto incómodo por no saber cómo reaccionar ante sus lágrimas, me costaba eso de consolar a alguien y mucho más si había público.

- Entonces todavía hay posibilidades de que lo absorba. - concluí tras un pesado suspiro con lo que dijo Anteia. Habría que esperar que no se torciese todo. - No, nuestra matrona no ve nada. No usamos aparatos, solo...pociones y piedras mágicas. - probablemente hubiese dado igual en los casos anteriores, no habrían sobrevivido ni aunque les hubiesen vigilado con aparatos. Capté la información de Anteia sobre lo que le sucedía a Catherine, al parecer tenía esos ataques recurrentes. Su cabeza debía ser una especie de campo de batalla constante. La mirada que me echó Anteia no me gustó nada, tenía muy claro que no me aceptaba y no le agradaba que me hubiese casado con su paciente Le Fay.

- En Ávalon estará bien atendida, no le quepa duda. - le dije a la rubia con tono distante mientras tomaba a Catherine por el brazo para ayudarla a levantarse. - Ahora es mi esposa, y sé lo que necesita para acabar con eso. Necesita sentirse fuerte y para ello no sirve únicamente tenerla entre algodones y horarios estrictos. - en mi cabeza ya tenía cierta idea de algo con lo que podía probar, pero sólo lo intentaría cuando estuviésemos en casa, en lugar seguro. Pasé una mano tras su cintura para sujetarla con firmeza, pues la notaba un tanto inestable para moverse sola. - Nos marchamos para que descanse. Sólo necesitamos saber si puede tomar leche de amapola para dormir, si puede moverse todo lo que quiera y si los entrenamientos mágicos pueden ser peligrosos.  - aguardé esperando que la sanadora me diese respuesta, para armar un plan en mi cabeza basándome en eso.

El resumen de Wthyr le había pegado casi como un bofetazo. ¿Y si lo perdían? ¿Qué pasaría? ¿Aedan moriría inmediatamente? ¿Y Cedric? Parecía que la ansiedad quería de nuevo abrirse paso pero el control de magia de ambos se lo impedía -Vendremos…a las revisiones con las ecografías, no te preocupes- Le sonrió, escuchando todo lo que le decía sobre el tema de la ansiedad que no …No ayudaba. Contuvo un suspiro. No siempre sabía cómo salir. No siempre…

Se incorporó un poco acomodándose el jersey y cogiendo los pañuelos que le dio Anteia para limpiarse los ojos. Se apoyó en Wthyr porque, en efecto, tenía un equilibrio algo precario y se sentía profundamente débil. Sólo quería dormir, en paz… Alzó la mirada hacia el Pendragon cuando soltó aquello de que sabía lo que necesitaba. Primero que nada… ¿Estaba otra vez hablando de lo de Morgana? Porque ninguno de los dos sabía una mierda…¿ Y cómo iba a hablar de horarios estrictos cuando la servidumbre iba a despertarla al amanecer?  

Miró a Anteia un instante y le dirigió un pensamiento en el que le avisaba que ella le informaría a Ian y que en Avalon estaría incomunicada. Entonces las preguntas de Wthyr fueron directas al grano, Anteia le informó que la leche de amapola sólo en casos extremos, que el movimiento estaba bien siempre que fuera algo ejercicio y no movimientos bruscos o golpes. Las recomendaciones básicas… En cuanto a lo mágico, insistió en que debía tomarse con la misma tranquilidad que el físico ya que si no dormía muy bien podría desgastarla más que aportarle. Les terminó dando otro par de documentos y tras despedirse, ambos se fueron de allí aún peor de como habían entrado.

Llegué alli junto con Anteia, que me guió hacia donde habian llevado a Erika. En ese momento habian un par de medimagos alrededor suyo, examinandola y terminando de curar y vendar aquellos horribles cortes que tenía. Un hechizo tras otro, frascos de pociones volando aqui y allá antes de suministrarselas o ponerselas por gotero....

Yo no habia querido soltar al bebé en todo el rato, me daba igual lo que me dijeran. Si lo perdía de vista, podría ser para siempre, como me había pasado con Reed tantas y tantas veces.

- Que es lo que le han hecho? Se va a recuperar? - pregunté a los que la estaban atendiendo, pero parecían ocupados.

Me acerqué lo que pude a ella, con un enorme nudo en el pecho que casi me impedía respirar a causa de la culpabilidad que sentía. Pues por un momento, habia pensado y creído que ella se habia ido porque habia querido, porque estaba enfadada conmigo y necesitaba alejarse. Porque había pasado ya antes, y porque era mas facil pensar que...era ella la que había querido hacerlo, y no que la hubiesen obligado. Tenía tantas preguntas.... pero podrían esperar.

Luego me giré a la rubia, sujetando al bebé contra mi. Ni si quiera tenía nombre...
- Revísalo tú, por favor...pero no te lo lleves. No puedo perderle de vista. - se lo dije tan en serio y tan firmemente, que casi parecía una ley, de no ser por el miedo que translucía mi voz, que en raros casos temblaba y este era uno de ellos.

Podía percibir perfectamente el desasosiego de Thalos, incluso sin extender demasiado su campo empático, su cara y lenguaje corporal lo decía todo. Cuando llegaron a la habitación Erika estaba siendo atendida con premura y la imagen le partía el corazón. Anteia atinó a acariciarle la espalda mientras se acercaban hacia Erika, tratando de reconfontarlo -Puedes estar seguro, es mi niña…Siempre…Siempre se recupera- Necesitaba ser…”mamá” en ese momento y no dejarse llevar por los demonios en su cabeza.

Tenían que dejarle espacio a los sanadores pero por lo que podía ver estaban haciendo un buen trabajo así que no quería molestar, se alejó un poco y pensó tenía que ponerle atención al bebé. Para entonces Thalos se giró y le pidió aquello en esa voz tan temblorosa que le partió el corazón, era primera vez que lo veía así -Claro que sí, no te preocupes. Espera un momento- Dicho eso salió de la habitación y fue a buscar todos sus instrumentos, incluida una pequeña camita y mantas nuevas… además de todo lo que necesitaba un bebé. Le envió un patronus a Lyran.

Tras unos minutos de espera volvió con todo y se acomodó en una esquina de la habitación para no molestar -Ven conmigo- Le pidió a Thalos tomándolo del codo -Puedes vigilarlos a los dos si te posicionas bien- Le dio a entender que comprendía su sentimiento pero que había que darle espacio a Erika. Esperó un poco y tomó al bebé de sus brazos, quitándole la mantita y empezó a hacer las revisiones pertinentes tras apoyarlo en una camilla extra. Peso, medidas, ojos, nariz, genitales, llanto y reacciones…Todo. Como había dicho Oscurus se veía bien. Estaba bien. Lo que no entendía Anteia era cómo. Después compararía notas para saber aproximadamente su edad gestacional. Apuntó todo en una nueva ficha y pasó de preguntar por nombre, simplemente puso bebé Draven Malfoy y le puso una pequeña bandita en el pie.

Lo limpió muy bien y le puso un pañal nuevo, tras eso lo envolvió en una mantita azul calentita y lo acunó un poco antes de volver hacia su sobrino. Lo empujó muy despacito hombro con hombro -Thalos…- Esperó a que conectara con su mirada -Está todo bien. Mientras ella despierta…lo mejor es que esté contigo- Señaló con la cabeza un pequeño sofá en la habitación mientras los sanadores se iban. Uno de ellos le hizo señas a Anteia y la  rubia, antes de ir, levitó el sofá y lo puso al lado de la camilla de Erika, igual que movió la cuna del bebé -Ve- Le insistió y le pasó al bebé. Después de eso fue hasta la parte exterior de la habitación para hablar con los sanadores sobre el estado de su sobrina, dejándole privacidad a la pequeña familia.

Llegué al hospital tras recibir el mensaje de Anteia, no sin antes pasar antes por la guardería para dejar a los pequeños. Benditas sean las guarderías en todas sus formas.

Me dirigí al área donde trabajaba mi esposa y no tardé demasiado en localizarla, a las puertas de una habitacion hablando con sus compañeros.

- Anteia

Llamé su nombre antes de llegar a ella, pasando frente a la puerta, eché un vistazo al interior por pura inercia y me pareció ver alli a Erika con Thalos. O sea que era cierto.

- No he entendido nada de lo que me has mandado en el mensaje, salvo lo de que Erika habia aparecido pero....lo otro? Que quiere decir que Reed es mayor?

"vale que llevamos tiempo sin verlo y eso pero.... ay por Merlin, somos unos tios horribles"

Escuchó a sus compañeros con lo que era el detalle del cuadro de Erika y se cruzó de brazos, frunciendo el ceño y con un gesto que dejaba entrever la preocupación por lo que le decían. De momento, estaba bien y estable pero era necesario mantener vigilancia…Y eso iba a hacer Anteia. Suspiró quedamente cuando se retiraron e iba a volver dentro para informarle a Thalos cuando Lyran llegó.

Le puso las manos en los hombros, mirándolo a los ojos un momento, y luego lo abrazó. Tenía ganas de llorar pero no podía porque Thalos estaba fatal y…No, ya lloraría en la noche, en casa pero mientras tanto lo abrazó y cerró los ojos sintiéndose mucho más segura con él alrededor.

-Tiene la edad de Azahar- Susurró recordando un poco de él de cuando lo vio en el piso de Catherine. Cómo se había relacionado con Azahar. ¿Sabía que eran familias? ¿Por qué había estado herido esa vez? Tenía que hablar con su hija -Erika ha vuelto en muy mal estado, Reed estaba bañado en sangre y herido..y con el bebe, con su bebé, Lyran…Nacido y en buenas condiciones- Se alejó para mirarle la cara cuando oyera eso, ver su reacción -Thalos habló de magia, de que la magia hacia cosas horribles a las personas pero…- Negó con la cabeza -No me salen las cuentas… ¿Conoces ese tipo de magia?-

Ella me respondio de primeras con un abrazo, lo cual queria decir que...la situacion era seria. Asi que le dejé los segundos necesarios para que me abrazase, rodeandola tambien por la cintura para corresponder el gesto.

- Reed...la edad de Azahar? - pregunté descolocado aun con su cabeza apoyada en mi pecho. Decidi que era mejor terminar de escuchar todo antes de hacer mas preguntas

Al parecer la cosa habia cursado con violencia. Fruncí el ceño, muy jodidamente confundido.
- Todo eso...ha ocurrido aqui en Ouroboros? bajo nuestras narices? - al separarnos la miré con gravedad. No teníamos ni idea de nada. - Sabemos quien le ha hecho eso a Erika? La misma persona que incendió la casa es quien se la llevó y quien la ha herido....o sin duda está relacionado.

Miré al interior de la habitacion...ella no iba a poder decirnos nada.
- Y Reed?

"Si es mayor ya no se ni qué cara tiene"

- Magia de alteración del tiempo de las personas. Algo he leído. Es por supuesto magia prohibida... - intenté recordar sobre aquello, habían varios métodos y varios propositos, diferentes desenlaces para los implicados. Recordé que en ese momento no entendí como había gente que podía hacer cosas de esas. Seria el mismo caso? - Tenemos que hablar con Thalos

-Creo- Murmuró porque apenas podía sacar las matemáticas, seguro su hija lo sabría. Tenían más o menos la misma altura, el gesto joven y quizás hasta la forma de hablar, no sabía porque lo había relacionado.

Al separarse levantó los hombros sin saber cómo responderle a Lyran -No lo sé. Se fue antes de decirnos nada que pudiera comprender, pero Thalos…Él sabe- No sabía cómo pero el sentimiento de culpabilidad que pesaba sobre su sobrino era tan grande que amenazaba con asfixiarla incluso aunque no extendiera su campo empático -Eso creo- Dijo al escuchar la teoría de Lyran porque ella había sacado unas parecidas, asintió con suavidad.

-Se fue…Estaba muy agitado, herido y no podía controlar su magia…Estaba haciendo un esfuerzo y se fue- Susurró antes de tomar la mano de Lyran y entrelazar sus dedos, escuchando lo de la magia y negando con la cabeza -Claro que es prohibida…No es sano crecer así…- Asintió a lo de Thalos y tiró suavemente de Lyran para ingresar en la habitación viendo al moreno con el bebé en brazos. Se acercó a Erika y le acarició el cabello, inclinándose luego para dejarle un beso en la frente -Debe quedarse descansando, me encargaré de supervisarla personalmente pero…- Miró a su peliazul un instante antes de ver a Thalos y se acercó a él, arrodillándose frente al moreno para mirar al bebé y luego a Thalos - ¿Quién le hizo esto a nuestra familia? Preguntó de la forma más suave posible.

Después de que Anteia se marchase, me quedé sentado en aquella silla junto a la cama de Erika. Dejé al bebé en la cuna que nos habían puesto al lado y me puse a mirarlo, bajandole un poco la manta, observándolo bien y hasta contandole los dedos de las manos. Anteia había dicho que sería mago... no era sorprendente que se encontrase bien, despues de todo? Seguía pensando en Reed y en cómo se había ido. Y en Erika, y en la ultima vez que la vi en este mismo hospital. Y en que nadie habia podido encontrarla hasta que Reed la habia sacado de aquel lugar.

Jugándose su propia seguridad, a juzgar por lo que habia visto en el hall.

No tenía más pruebas más allá de mis sospechas y lo que Khaled me dijo aquella vez. Era suficiente, para mi al menos. Lo que habia ocurrido en Londres hacía solo  unas horas...parecía tan lejano ya. Parecía que hubiese ocurrido hacía dias, y no horas. Agaché la mirada, masajeandome el puente de la nariz. Demasiadas cosas a la vez.

Vi a aparecer a Anteia en mi campo de visión, revisando a Erika. La escuché y levanté la mirada hacia ella.

"No pueden quedarse en Ouroboros."

"Y cualquier otro sitio, será seguro? Ya dio con ellos alli afuera, que te dice que no lo hará de nuevo? No tiene barreras..."

"Solo si no les quito ojo..."

"No puedo hacerlos prisioneros mios"

Desvié la mirada hacia Erika y luego hacia Anteia de nuevo, cuando preguntó aquello. Quería datos, era....lógico. Pero como se lo explicaba? No tenía por qué entrar en demasiados detalles. No, para nada. Y si quería localizarlo para acabar con él, necesitaría a los magos....

- Sólo lo vi una vez, aquí en Ouroboros. Aparece y desaparece cuando quiere. - podría haber dicho que estaba hablando con Reed, que  nuestra relación no era muy buena pero aquel dia lo hice sonreir de verdad, hasta que llegó y se lo llevó... - Es un viejo mago que al parecer iba a ayudar a Reed con eso de sus transformaciones en dragón pero lo unico que hizo fue....bueno, lo que has visto en el hall del hospital. Envenenarlo, cambiarlo. -desvié la mirada hacia la cuna tensando la mano en un puño. - Al parecer no le bastó con Reed y ha debido de intentar algo por el estilo con...

"no tiene nombre"

- Con él.

También podría haber dicho que era yo quien le habia causado esto a nuestra familia, y en gran parte habría sido cierto, aunque una respuesta poco productiva. Porque si hacía algo, tenía que hacerlo bien desde el principio, incluso si ese algo era asesinar a alguien. Después de eso, fue cuando entré en la Alianza. Era solo una casualidad que ahora tuviese que matarlo de nuevo, cuando estabamos intentando hacerla resurgir de sus cenizas.

- Tengo que encontrarlo y tengo que matarlo. - concluí, absolutamente decidido.

Con Anteia no tenía por qué disimular que me preocupaba demasiado que el crio se hubiese ido sin poder decir nada mas, de corre prisas y herido, ademas sin controlar su magia.

"eso es muy....muy peligroso...."

- Si su poder mágico ha crecido como su edad...pero su tiempo de práctica ha sido limitado...es algo que escapará a su control sin duda.... - reflexioné un poco para mi mismo.

Guardé silencio y asentí, entrando con ella. Me quedé tras Thalos, viendo como la revisaba, y luego me acerqué a ver al pequeño, susurrándole un "holaaaaaaaaa" muy estúpido por lo bajo.

"oss, que pequeño es"

El caso es que estaba escuchando a Thalos pese a todo. Me incorporé dejando de hacerle caras al bebé, para mirarlo a él algo más serio. Tenía mil preguntas pero tampoco quería aturdirlo.

- Crees que volverá? - desentrelacé las manos de mi espalda para mostrarle las palmas a Thalos. - Escucha...si te agobiamos puedes pedirnos que paremos de preguntarte. Pero queremos ayudar. Se trata de un mago oscuro, no? Sabes... por qué le hizo eso a Reed?

"el motivo puede ayudarnos a..."

Me quedé un poco pillado cuando Thalos fue tan tajante. No iba a llevarle la contraria pero... intercambié una mirada con Anteia, a ver si ella podía arrojar algo de luz sobre el asunto.

-Ya… por eso me preocupa. ¿Y si le pasa algo más? Se veía tan agobiado- Le murmuró a Lyran soltando un suspiro. Si lo hubiese sabido quizás habría tratado de ayudarlo más, de otra forma pero… su primera impresión no había sido ideal. Aunque ese día también había estado herido. ¿Ese hombre lo lastimaba? Tenía que preguntarle a Azahar dónde  y cuándo había conocido a Reed…Y toda, toda la información que pudiera darle de él. ¿Sabría que eran familia?

Escuchar que había sido aquí en la isla le dio muy mala espina. Tanta que miró a Lyran con más preocupación de la habitual pero no dijo nada. Se incorporó para dejarle algo de espacio y que así pudiera hablar con tranquilidad pero eso no le aportaba ninguna a ella. En su opinión, había lagunas -¿Por qué está empeñado con vosotros? ¿Por qué se llevó  Reed? No lo entiendo…- Iba a abrir la boca una vez más hasta que Lyran dijo eso del agobio y tensó los labios echándose un poco hacia atrás.

Supo que Lyran no iba a detener a Thalos y…ella tampoco. Miró a su marido un momento más y suspiró brevemente -Thalos, dime qué podemos hacer para ayudarte? Aparte de mover a Erika y al bebé de Ouroboros. No pueden quedarse aquí, sabrá cómo encontrarlos. Lyran puede hacer barreras pero sugiero alguna especie de Fidelio o hechizo de ocultación en un territorio ajeno a ese mago-

Abrí los ojos de sopetón y me incorporé un poco, lo poco que pude en posición de ataque. Entre mis manos una llama bastante pequeña se formó. Respiraba con agitación y no sabía ni dónde estaba, creía que seguía allí. Las máquinas pitaron y fui consciente de que tenía una mascarilla de oxígeno.

Extinguí la llama para arrancar aquel chisme de mi cara y miré alrededor con cierta desesperación.-¿Reed?-Vi a Anteia, a Lyran a...Thalos y entonces miré alrededor de nuevo, intentando saber dónde estaba. ¿Era Ouroboros?¿Era el hospital? Volví a buscarles, a Thalos.-¿Thalos?-Seguía confusa. Muy confusa. Algo pasó entonces. Cerré los ojos llevando la mano a mi rostro tapándolo. La playa, Belialt...la voz de Khaled y el mareo que siguió hizo que lo poco que me había incorporado lo recorriese de nuevo para quedar tumbada.

Tragué saliva antes de intentar levantar mi cuerpo de nuevo.-¿Dónde está?¿Y Reed y...-Vi la cuna y supe que él estaba allí, sin embargo Reed... Miré a Draven de nuevo con una pregunta obvia que no me atrevía a hacer. ¿Acaso estaba herido?¿Muerto? Mi respiración no se calmaba para nada.

Negué con la cabeza a la cancha que me ofrecía Lyran. Se habían terminado las treguas.

- Volverá- no me cabía duda. - No parará hasta ...

"vengarse de aquello? Matarme o...matarlos a ellos...."

- Sí, un mago oscuro. Fue auror. - me pasé una mano por la barbilla, con la mirada perdida en la sábana que cubría a Erika de cintura para abajo. - Creo que venganza. Pero quiere algo más, algo por el camino. Y no sé que es.... porque ​está dando vueltas....él siempre fue directo.

Parpadeé al oir a Anteia y mi gesto volvió a aparentar estar de nuevo en el presente.
- Por las habilidades de Reed, quizá. Para vengarse.- despacio levanté la mirada hacia la pareja, sobre todo mirando a Anteia que era quien había preguntado antes. - Debería estar muerto porque estaba seguro de que maté.
- fruncí el ceño con expresión de confusión, trataba de recordar pero...era tan complicado... - y lo enterré?

"le metí una bala en la cabeza, y eso después de cortarle el cuello, cómo....?"

- No lo sé, Anteia, pero dudo que eso le pare los pies mucho tiempo. - hice un gesto como dando via libre, sin embargo. Estaba intentando mantenerme entero, pero saber que mis peores miedos se podían confirmar y que además tenía a Reed bajo su poder me rompía por dentro.

Entonces Erika empezó a reaccionar. Me incorporé mirandola, mirando la llama de sus manos y luego a su cara, esperando....con el repentino temor de que le hubiese hecho algo en la cabeza.
- Erika? - respondí a su pregunta con pregunta, era ella? Debía de serlo, sí... Negué con la cabeza. - Reed se fue tan pronto como os dejó aqui....no podía controlar su magia. Y no sé a donde ha ido. Tienes alguna pista? Qué has visto, donde has estado... - me di cuenta de que estaba actuando de modo frio. Pero era lo unico que podía hacer para seguir de una pieza.

Intercambié una mirada con Anteia porque a mi tambien me habia dado mala espina eso de que se pudiese aparecer aqui. Eso nos dejaba con menos posibilidades.

Me quedé de pie, relativamente cerca de Erika y la cunita, pero dandoles su espacio, con mis brazos cruzados, escuchando a Thalos que parecía bastante más calmado y mirando de vez en cuando a Anteia, porque me resultaba sencillo transmitirle mis reacciones y ver las suyas solo con aquel intercambio de miradas.

Fruncí mi ceño porque la historia empezaba a liarse. Un auror que buscaba venganza de él al tiempo que algo mas....porque lo había matado...o eso creía? Ni él mismo parecía tenerlo claro. Chaqueé la lengua, tamborileando con mis dedos sobre mis brazos cruzados.
- La cosa se complica por lo que veo, pero creo que lo voy pillando.

Erika se despertó de golpe y di la vuelta por el otro lado de la cama, escuchando a Thalos. Luego miré a mi sobrina, con gesto de preocupacion. Le puse una mano en el hombro, la verdad es que el otro había tenido una reaccion bastante insensible con ella...despues de todo el tiempo que llevabamos sin tener noticias de su paradero y....
- Eh...tranquila. Reed estaba entero cuando se fue. Y tu bebé también lo está. Pero y tú, como estás?

-¿Hasta qué? ¿Cuál es su objetivo?- Presionó Anteia y miró a Erika. ¿Quería matarla? ¿Pero por qué había hecho crecer a Reed o adelantar el parto de la pelirroja? Tensó los labios al escuchar aquello de que había sido un mago oscuro. Pero Thalos no terminaba de encontrar la razón  y eso hacía a ese hombre más peligroso. ¿Qué habilidades tenía Reed? ¿Por qué lo quería? Miró a Lyran de nuevo porque sencillamente esperaba que comprendiera mejor que ella pero parecía que el problema no era de comprensión sino de explicación.

-Pero hay que hacer algo- Replicó a Thalos cuando Lyran dijo que la cosa se complicaba.  Cuando Erika reaccionó dio un respingo -Cariño- Le dijo con voz dulce reconociendo su estado de alarma y el porqué. Maldito mago. Fue a buscar al bebé a quien cargó en brazos porque al menos esa respuesta sí podía dársela, de éste bebé si sabía donde estaba. Las preguntas de Thalos fueron tan directas que lo miró mal pero sólo un instante al darse cuenta de que buscaba pistas para localizarle.

Lyran sin embargo fue más amable y Anteia fue acercándose a ella llevando consigo el uso de sus poderes y extendiendo un campo de calma, ya no sólo para Erika sino combatiendo con la angustiante aura de Thalos que se le clavaba como agujas en la piel. Y la intranquilidad de su sobrina le sabía a tierra en la boca.  Se sentó al lado de Erika, por donde estaba Lyran -Estás a salvo- Se guardó el “de momento” -Tu bebé está sano y está bien. De Reed, no puedo decirte nada cariño, no sabía que era él…de haberlo sabido habría actuado de otra manera- Movió al bebé para que lo viera e hizo un gesto preguntándole si quería cogerlo. Luego, cuando se calmara, iba a ponerle la mascarilla pero sabía que odiaba los hospitales. Pero hoy, en ese día y en ese estado, era un mal necesario que tenía que soportar.