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Recuerdo del primer mensaje :
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No pude terminar de mandar los mensajes porque los compañeros trajeron enseguida una nueva camilla con otra embarazada. ¿Acaso había habido una orgía nueve meses atrás y yo no me había enterado? no era ni medio normal que hubiese tantas. Acudí con el resto del personal médico para atender a la embarazada, que reconocí enseguida porque solía ir con el grupo de renegados, había estado en varias misiones y en el castillo Le Fay. - Victorya, ¿verdad? - pregunté tras escuchar las semanas de las que estaba, esperando que alguien echase un vistazo a su expediente.
- ¿Treinta y una semanas? Es muy pronto, aún te quedarían 9... - calculé en voz alta, sin pensar que eso podía ponerla más nerviosa. Pedí que le trajesen una manta porque parecía estar helada, echándosela por encima para taparla un poco. A juzgar por la contracción que le vino sí que podía estar ya de parto, aunque había que revisarla para saber si todo estaba bien aunque fuese un parto prematuro.
- ¿Cuándo empezaron las contracciones? ¿Has contado cada cuántos minutos? - miré alrededor por si venía acompañada de alguien más, pero no vi a nadie. - Podemos avisar al padre, si quieres. - la miré de reojo, como esperando que me dijese quién era, disimulando mi instinto cotilla. Enseguida la llevamos a una sala para monitorizarla, dejándole un camisón de hospital para que se lo pusiese.
-------------------
opciones para parto:
1-2. Parto rápido y fácil, sin complicaciones.
3-4. Parto largo, pero sin complicaciones.
5-6. Parto largo que acaba en cesárea porque viene del revés.
7-8. Parto largo, pero madre bien. Niño se lo llevan para atenderlo de urgencia.
9-10. Hemorragia para la madre y niño se lo llevan para atenderlo de urgencia.
- ¿Treinta y una semanas? Es muy pronto, aún te quedarían 9... - calculé en voz alta, sin pensar que eso podía ponerla más nerviosa. Pedí que le trajesen una manta porque parecía estar helada, echándosela por encima para taparla un poco. A juzgar por la contracción que le vino sí que podía estar ya de parto, aunque había que revisarla para saber si todo estaba bien aunque fuese un parto prematuro.
- ¿Cuándo empezaron las contracciones? ¿Has contado cada cuántos minutos? - miré alrededor por si venía acompañada de alguien más, pero no vi a nadie. - Podemos avisar al padre, si quieres. - la miré de reojo, como esperando que me dijese quién era, disimulando mi instinto cotilla. Enseguida la llevamos a una sala para monitorizarla, dejándole un camisón de hospital para que se lo pusiese.
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1-2. Parto rápido y fácil, sin complicaciones.
3-4. Parto largo, pero sin complicaciones.
5-6. Parto largo que acaba en cesárea porque viene del revés.
7-8. Parto largo, pero madre bien. Niño se lo llevan para atenderlo de urgencia.
9-10. Hemorragia para la madre y niño se lo llevan para atenderlo de urgencia.
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Asintió cuando escuchó su nombre, aunque no tenía ni idea de si le habían preguntado algo o no. Mientras trataba de aguantar el dolor y procuraba no machacarle demasiado la mano al enfermero, volvió a asentir al tema de las semanas. Eso sí lo había escuchado, y ya sabía que era muy pronto, por eso suponía que estar en el hospital mágico era mejor que el regular, con todo el desabasto que un hospital humano puede tener, sobre todo después de un apocalipsis.
La manta tardó en hacer efecto, pero ayudó a calmarle los músculos. Al menos la sangre ya no la traía helada y podía procurar estarse tranquila, aunque entre contracciones también había cólicos, espasmos y dolor.- Dios, no tengo idea, no tengo idea.- Murmuro exasperada con la joven chica que la iba a atender, pues tenía pinta de ser más joven incluso que ella... y de no tener hijos.- Él ya lo sabe.- Sentenció, aguantando las ganas de desmayarse. Había mil y un cosas que podían salir mal ese día.- No quiero parecer una desgraciada, pero tienes que sacarlo o tranquilizarlo, porque así yo no quiero vivir.- Soltó un sollozo, recordando las películas viejas que solía ver donde les decían a las embarazadas que respiraran.- ¿Sí sirve de algo eso de respirar rápido o es un invento más de Hollywood? - Preguntó unos segundos después, cuando se calmaron de nuevo las contracciones, pudiendo levantarse a duras penas y cambiarse de ropa con ayuda. Terminó por recostarse y colocarse el brazo sobre los ojos. Algo muy dentro le decía que debió haber inventado la incubadora cuando tuvo la oportunidad.
La manta tardó en hacer efecto, pero ayudó a calmarle los músculos. Al menos la sangre ya no la traía helada y podía procurar estarse tranquila, aunque entre contracciones también había cólicos, espasmos y dolor.- Dios, no tengo idea, no tengo idea.- Murmuro exasperada con la joven chica que la iba a atender, pues tenía pinta de ser más joven incluso que ella... y de no tener hijos.- Él ya lo sabe.- Sentenció, aguantando las ganas de desmayarse. Había mil y un cosas que podían salir mal ese día.- No quiero parecer una desgraciada, pero tienes que sacarlo o tranquilizarlo, porque así yo no quiero vivir.- Soltó un sollozo, recordando las películas viejas que solía ver donde les decían a las embarazadas que respiraran.- ¿Sí sirve de algo eso de respirar rápido o es un invento más de Hollywood? - Preguntó unos segundos después, cuando se calmaron de nuevo las contracciones, pudiendo levantarse a duras penas y cambiarse de ropa con ayuda. Terminó por recostarse y colocarse el brazo sobre los ojos. Algo muy dentro le decía que debió haber inventado la incubadora cuando tuvo la oportunidad.
Al verla tan agobiada y dolorida le di unas palmaditas en el antebrazo cuando no supo contesar cada cuántos minutos le venían las contracciones. Ya tenía bastante la pobre primeriza con estar sin el padre y con el parto adelantado. - Bueno, tranquila, empezaremos a contar los minutos a partir de ahora. Puedo insistir y enviarle otro mensaje yo, eh. Lo que veas. - me tuve que contener para no preguntarle más para saciar mi curiosidad sobre quién era el sinvergüenza del padre que la había dejado sola en un momento así, porque si lo sabía y no iba era de ser muy mala persona.
- Me temo que la única opción que queda es la de "sacarlo", como tú dices. Al parecer ya has roto aguas y eso no tiene vuelta atrás. - entre un enfermero y yo la ayudamos a ponerse el camisón para volverla a tumbar en la camilla, inclinando un poco el respaldo para que no tuviese que estar sentada.
- Ehh...creo que no. Realmente eso de respirar rápido sólo serviría para marearte. - me encogí de hombros, tampoco tenía muy claro qué tenía que hacer ella. Esa no era mi planta ni mi especialidad, pero estábamos escasos de personal. Para colmo vino el doctor que se encargaba de los partos, diciendo que su turno había terminado y tenía que irse.
- ¡Pe-pero...! ¿¿va a dejarme sola con esto?? - pregunté en voz más alta de la que pretendía, acercándome a la puerta de la sala con la intención de que ella no me escuchase, aunque la discreción no era mi fuerte. El otro se marchó, dejándome a cargo de atender el parto y con muy poco personal de ayuda. - Estas cosas con Lucio no pasaban. - murmuré disconforme, girándome de nuevo hacia Victorya para ver qué más podía hacer por ella.
- Bueno...vamos a revisar que todo esté bien y ver más o menos lo que te falta. Intentaremos darte algún calmante en un rato. Ahora mismo no te duele mucho, ¿no?- disimulé mínimamente mi nerviosismo de novata mientras cogía el ecógrafo para ponerlo sobre su vientre tras descubrirlo, activándolo para que se viese el bebé en la pantalla. El latido parecía correcto, aunque no estaba bien colocado para salir. Puse cara de sorpresa, pero no le dije nada porque confiaba en que pudiésemos solventar la situación.
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dado 10: contracciones cada X minutos
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Mejor hacernos a la idea de que no va a venir. Me parece más sensaaaaato.- Masculló tratando de contener una contracción. No era que no creyera en Johan como para que fuera, pero no lo quería ahí en una sala de partos en la que ella misma no quería estar.
Al menos la opción de sacarlo le parecía bien. Serviría.- De acuerdo, me parece bien. Vamos directo, necesita salir ya.- Curiosamente, no había escuchado a las sombras decir ni pío, como si el propio dolor las estuviera entreteniendo lo suficiente para no hablar.
Quizás era que el viaje no había sido tan largo, o era el frío, pero ahora sentía menos tiempo de alivio entre contracción y contracción. Y como respirar rápido estaba descartado, trató de respirar profundo y lento, a ver si le daba por salir un poco más tranquilo. De no haber estado tan ocupada tratando de no morir, le habría dicho a Chloe que se calmase. No iba a decirlo para no alterarla, pero... ¿no se suponía que ahí sí había doctores de verdad? Escogió mal día para nacer.- No, no, no, el calmante ya. Y algo para el dolor, y prepara el quirófano o donde sea que traigan a los bebés a este mundo donde nadie quiere nacer.- Sería su nueva faceta de madre, pero estaba harta de la incompetencia de la gente y mejor ordenar las cosas ella misma a que salieran mal. Lo del ecógrafo no la tranquilizó, por la cara que hizo la chica. Estaba un poco claro que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, y solo quedó una pregunta por hacer.- ¿Dónde está Anteia?
Al menos la opción de sacarlo le parecía bien. Serviría.- De acuerdo, me parece bien. Vamos directo, necesita salir ya.- Curiosamente, no había escuchado a las sombras decir ni pío, como si el propio dolor las estuviera entreteniendo lo suficiente para no hablar.
Quizás era que el viaje no había sido tan largo, o era el frío, pero ahora sentía menos tiempo de alivio entre contracción y contracción. Y como respirar rápido estaba descartado, trató de respirar profundo y lento, a ver si le daba por salir un poco más tranquilo. De no haber estado tan ocupada tratando de no morir, le habría dicho a Chloe que se calmase. No iba a decirlo para no alterarla, pero... ¿no se suponía que ahí sí había doctores de verdad? Escogió mal día para nacer.- No, no, no, el calmante ya. Y algo para el dolor, y prepara el quirófano o donde sea que traigan a los bebés a este mundo donde nadie quiere nacer.- Sería su nueva faceta de madre, pero estaba harta de la incompetencia de la gente y mejor ordenar las cosas ella misma a que salieran mal. Lo del ecógrafo no la tranquilizó, por la cara que hizo la chica. Estaba un poco claro que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, y solo quedó una pregunta por hacer.- ¿Dónde está Anteia?
La reunión con Vishous había sido bastante útil para terminar de atar cabos sueltos, pues tenían pocos días para preparar esa misión. Tras despedirme de él me dispuse a contactar con Catherine por el asunto de los Pendragon y la magia esa de sangre que supuestamente se podía utilizar para localizar a gente. No llegué a enviarle el mensaje, pues me llegó otro a mí, aunque a la moneda comunicadora. Era de parte de Victorya, bastante escueto pero muy claro. Estaba en el hospital. Me desaparecí de inmediato para ir hasta Ouroboros, apareciendo en la zona de urgencias para preguntar por ella.
Enseguida me enviaron a la planta de maternidad, a la que llegué apresurando el paso hasta que me indicaron la sala en la que estaba. Entré sin llamar a la puerta ni nada, encontrándomela allí con Chloe haciéndole una ecografía. - ¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras mal? - pregunté con cierto tono de preocupación, sin entender muy bien lo que sucedía. Se suponía que todavía no era la fecha del parto, así que algo debía estar mal. Me acerqué a Victorya para ponerme a su lado, echando un rápido vistazo al monitor de la ecografía. - ¿Está bien? Se supone que no le toca nacer aún...- cuestioné a Chloe, intentando ignorar el hecho de lo incómodo que era estar en esa situación con esa chiquilla a la que había visto crecer y que obviamente no sabría nada sobre mis asuntos con la morena.
Enseguida me enviaron a la planta de maternidad, a la que llegué apresurando el paso hasta que me indicaron la sala en la que estaba. Entré sin llamar a la puerta ni nada, encontrándomela allí con Chloe haciéndole una ecografía. - ¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras mal? - pregunté con cierto tono de preocupación, sin entender muy bien lo que sucedía. Se suponía que todavía no era la fecha del parto, así que algo debía estar mal. Me acerqué a Victorya para ponerme a su lado, echando un rápido vistazo al monitor de la ecografía. - ¿Está bien? Se supone que no le toca nacer aún...- cuestioné a Chloe, intentando ignorar el hecho de lo incómodo que era estar en esa situación con esa chiquilla a la que había visto crecer y que obviamente no sabría nada sobre mis asuntos con la morena.
Permanecí con cara de confusión por no saber si se podía hacer algo para girar al niño aquel, ignorando por algunos segundos lo que me decía la paciente. Empecé a estresarme al ver que las contracciones le venían más seguidas, por lo que casi no tendría tiempo para pensar en alguna solución, habría que actuar. - Eh...sí, sí. Pediré que te traigan algo para el dolor. Tú de momento intenta no empujar cuando te venga una contracción. Hay un pequeño problema. - expliqué intentando parecer que sabía de lo que hablaba, poniendo cara de disculpa cuando preguntó por Anteia. - Está de baja, no puede venir. Y Lucio ha abandonado el hospital para irse de médico misionero por el mundo. Ahora mismo estamos un poco escasos de personal, pero lo solucionaremos. No puede ser tan difícil. - solté con una risilla nerviosa, tratando de convencerme más a mí que a ella.
En ese preciso momento irrumpieron en la sala sin llamar ni pedir permiso. Estuve a punto de reñir a quien quiera que hubiese entrado, pero mi sorpresa al ver entrar a Johan fue mucho mayor. Mi mente susurró un "oyoyoyoy" muy cotilla al comprender que el padre era él, cosa que no me habría esperado. ¿Desde cuándo? ¿Qué había pasado con Josephine? ¿Era una infidelidad? ¿Por qué decía Victorya que mejor que no viniese? Demasiadas respuestas y mucho salseo para comentar después, aunque adivinaba que a Anteia le daría un disgusto. A ella no le gustaban ese tipo de cosas libertinas en los matrimonios.
- Hola, Johan. - comenté entornando un poco los ojos, con un tono ligeramente juzgador. - Pues ambos están bien, pero parece que se ha adelantado el parto. Dos meses concretamente. - le señalé en el monitor, moviendo un poco la maquinita para que viese la posición. - Y no está colocado, así que o conseguimos que se gire o habrá que sacarlo pronto. - apagué la máquina, separándome un poco de la camilla. - Intentad que se mueva, yo voy a... a preguntar si pueden preparar un quirófano. Vengo enseguida. - me di la vuelta, saliendo de allí en busca de alguien que supiese qué hacer.
En ese preciso momento irrumpieron en la sala sin llamar ni pedir permiso. Estuve a punto de reñir a quien quiera que hubiese entrado, pero mi sorpresa al ver entrar a Johan fue mucho mayor. Mi mente susurró un "oyoyoyoy" muy cotilla al comprender que el padre era él, cosa que no me habría esperado. ¿Desde cuándo? ¿Qué había pasado con Josephine? ¿Era una infidelidad? ¿Por qué decía Victorya que mejor que no viniese? Demasiadas respuestas y mucho salseo para comentar después, aunque adivinaba que a Anteia le daría un disgusto. A ella no le gustaban ese tipo de cosas libertinas en los matrimonios.
- Hola, Johan. - comenté entornando un poco los ojos, con un tono ligeramente juzgador. - Pues ambos están bien, pero parece que se ha adelantado el parto. Dos meses concretamente. - le señalé en el monitor, moviendo un poco la maquinita para que viese la posición. - Y no está colocado, así que o conseguimos que se gire o habrá que sacarlo pronto. - apagué la máquina, separándome un poco de la camilla. - Intentad que se mueva, yo voy a... a preguntar si pueden preparar un quirófano. Vengo enseguida. - me di la vuelta, saliendo de allí en busca de alguien que supiese qué hacer.
Se tranquilizó un poquitín cuando dijo que le darían algo para el dolor. Al menos con eso de lado podría pensar con más claridad. Solo esperaba que sirviera de algo, porque a aquella situación no le veía mas que una salida.- ¿Cómo que no empujar? - Preguntó extrañada porque en las películas siempre decían todo lo contrario. Además, se le estaba clavando algo en algún lado y no le dejaba renegar a gusto.- ¿Cómo que un pequeño problema? - No la tranquilizó tampoco que no hubiera nadie en el hospital que tuviera experiencia. ¡Y que dijera que no podía ser tan difícil! Chloe no tenía cara de haber tenido un bebé nunca. Se preguntaba si sabía por dónde salían o cómo se hacían, porque se veía bastante agobiada.
Que Johan la encontrara a mitad de un colapso nervioso entre contracción y contracción no servía. Casi le lanza una almohada a Chloe por afirmar que los dos estaban bien, porque bien ella no estaba.- ¿Que se mueva???? - Esperó a que saliera Chloe porque estaba a punto de estallar contra ella por ser la que estaba en frente, no porque fuera mala persona y deliberadamente estuviera haciendo mal su trabajo.- Un hospital mágico y todo se ve exactamente como en el de los muggles. ¿No tienen a alguien que voltee bebés con la mente? ¿Por qué son tan rudimentarios? Los bebés deberían aparecer en el cunero como si nada.- Gimoteó tratando de callarse cuando sintió de nuevo el dolor.- ¿Qué haces aquí?- Comenzó a desesperarse.- ¿Qué hago yo aquí? No debería ser madre, seré horrible. No me lo deberían permitir.
Que Johan la encontrara a mitad de un colapso nervioso entre contracción y contracción no servía. Casi le lanza una almohada a Chloe por afirmar que los dos estaban bien, porque bien ella no estaba.- ¿Que se mueva???? - Esperó a que saliera Chloe porque estaba a punto de estallar contra ella por ser la que estaba en frente, no porque fuera mala persona y deliberadamente estuviera haciendo mal su trabajo.- Un hospital mágico y todo se ve exactamente como en el de los muggles. ¿No tienen a alguien que voltee bebés con la mente? ¿Por qué son tan rudimentarios? Los bebés deberían aparecer en el cunero como si nada.- Gimoteó tratando de callarse cuando sintió de nuevo el dolor.- ¿Qué haces aquí?- Comenzó a desesperarse.- ¿Qué hago yo aquí? No debería ser madre, seré horrible. No me lo deberían permitir.
Pasé por alto el tono juzgador de Chloe porque puse más atención a lo que dijo después, que sí que era ya el parto. Saber aquello me puso nervioso al pensar que podría ir mal, recordándome al primer hijo que hubiese tenido con Jo. Había sido incluso después, cuando sólo quedaba un mes. - ¿Pero por qué motivo se ha adelantado? - Encima soltó aquello de que ni siquiera estaba colocado, dejándonos a solas tras decir que iría a buscar a alguien que pudiese preparar un quirófano. Vamos, que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo y nos dejaba mucho más intranquilos sin instrucciones claras de cómo hacer que se moviese. Resoplé por lo bajo, aunque intentando mantener la compostura porque lo único que faltaba era que los dos entrásemos en pánico.
- Eso ha dicho, que se mueva. Como si fuese tan fácil. - tuve que reconocer que tenía toda la razón en eso de que debería ser más menos complicado todo al estar en un hospital mágico, pero tampoco sabía nada sobre el tema como para opinar. Lo de hacerlos girar con la mente me sonó raro, acabé negando con la cabeza porque no lo veía. Era un riesgo claro que no estaba dispuesto a correr. - Sería extraño, no creo que sepa. Y aunque supiese...no me atrevo a intentar meterme en su mente para que haga eso. Podría perjudicarle...- posé la mano sobre su vientre con cuidado, moviéndola despacio sobre la curvatura mientras canalizaba magia de sanación como si intentase que con eso sintiese algo y se removiese. La aparté de ahí y alcé la mirada ante su pregunta, poniendo cara de que era obvio el motivo por el que había venido.
- Me preocupé cuando vi el mensaje en el que decías que estabas en el hospital. No esperaba que fuese tan pronto. - cogí su mano para darle algo de apoyo al ver que le venía otra contracción, pensando en ir a conseguir las drogas yo mismo como tardasen mucho en volver con algo. Ya había dicho alguna vez eso de que sería una madre horrible, y parecía que se había convencido para no pensar así. Ahora con el dolor parecía salirle de nuevo ese pensamiento, tal vez por la desesperación. - No lo serás. Date una oportunidad al menos. ¿Quieres que salga bien y no le pase nada malo, verdad? eso ya es un primer paso. - esperé a que se le pasase un poco para hablarle, pensando en más modos de lograr que se colocase. - ¿Crees que puedes levantarte y andar? tal vez funcione. - le ofrecí mi brazo por si quería incorporarse, mirando de reojo hacia la puerta y después al reloj para llevar la cuenta de los minutos que transcurrían entre esa última contracción y la siguiente.
- Eso ha dicho, que se mueva. Como si fuese tan fácil. - tuve que reconocer que tenía toda la razón en eso de que debería ser más menos complicado todo al estar en un hospital mágico, pero tampoco sabía nada sobre el tema como para opinar. Lo de hacerlos girar con la mente me sonó raro, acabé negando con la cabeza porque no lo veía. Era un riesgo claro que no estaba dispuesto a correr. - Sería extraño, no creo que sepa. Y aunque supiese...no me atrevo a intentar meterme en su mente para que haga eso. Podría perjudicarle...- posé la mano sobre su vientre con cuidado, moviéndola despacio sobre la curvatura mientras canalizaba magia de sanación como si intentase que con eso sintiese algo y se removiese. La aparté de ahí y alcé la mirada ante su pregunta, poniendo cara de que era obvio el motivo por el que había venido.
- Me preocupé cuando vi el mensaje en el que decías que estabas en el hospital. No esperaba que fuese tan pronto. - cogí su mano para darle algo de apoyo al ver que le venía otra contracción, pensando en ir a conseguir las drogas yo mismo como tardasen mucho en volver con algo. Ya había dicho alguna vez eso de que sería una madre horrible, y parecía que se había convencido para no pensar así. Ahora con el dolor parecía salirle de nuevo ese pensamiento, tal vez por la desesperación. - No lo serás. Date una oportunidad al menos. ¿Quieres que salga bien y no le pase nada malo, verdad? eso ya es un primer paso. - esperé a que se le pasase un poco para hablarle, pensando en más modos de lograr que se colocase. - ¿Crees que puedes levantarte y andar? tal vez funcione. - le ofrecí mi brazo por si quería incorporarse, mirando de reojo hacia la puerta y después al reloj para llevar la cuenta de los minutos que transcurrían entre esa última contracción y la siguiente.
Cerró los ojos con fuerza por un instante, tratando de hacer que el niño se moviera por arte de magia. Pero ni siquiera sabía para dónde era que debía de moverse. Fatal todo. Estaba a punto de decirle a Johan que no fuera cobardica y que hiciera lo que tuviera que hacer, pero las contracciones volvieron a dejarla sin habla. Comenzaba a cansarse de tantas tonterías y de la incompetencia de mucha gente. En otro momento habría sido menos hater, pero en ese instante le valía un comino. Con el parir un hijo llegaban los nuevos poderes de mamá de no importarle nada el resto del mundo.
Le habria quitado la mano a Johan por incomodidad si no hubiera servido un poco con el dolor. Podía ser que el bebé no fuera a moverse por eso, pero sí aliviaba sus propios malestares.- Ya no puede hacerse nada, tiene que salir. Supongo que será demasiado pequeño aún.- Le preocupaba, pero al menos esperaba que las incubadoras sirvieran como correspondía.
Decidió no responderle a Johan a lo de no ser una horrible madre, porque la verdad lo que quería en ese momento era que saliera. No se le había pasado por la cabeza que podía salir mal. Quizás pararse no era una mala idea después de todo.- La vida sería más fácil si fuéramos caballos de mar.- Murmuró comenzando a incorporarse con ayuda de Johan, sentándose en el borde de la cama con dificultad. La posición del bebé le cortaba un poco la respiración, pero nada importante.- De repente te pega, ¿sabes? ¿Qué clase de educación va a tener, qué hará por las tardes? No hay nada. No tenemos nada que ofrecerle porque nos cargamos el mundo.
Le habria quitado la mano a Johan por incomodidad si no hubiera servido un poco con el dolor. Podía ser que el bebé no fuera a moverse por eso, pero sí aliviaba sus propios malestares.- Ya no puede hacerse nada, tiene que salir. Supongo que será demasiado pequeño aún.- Le preocupaba, pero al menos esperaba que las incubadoras sirvieran como correspondía.
Decidió no responderle a Johan a lo de no ser una horrible madre, porque la verdad lo que quería en ese momento era que saliera. No se le había pasado por la cabeza que podía salir mal. Quizás pararse no era una mala idea después de todo.- La vida sería más fácil si fuéramos caballos de mar.- Murmuró comenzando a incorporarse con ayuda de Johan, sentándose en el borde de la cama con dificultad. La posición del bebé le cortaba un poco la respiración, pero nada importante.- De repente te pega, ¿sabes? ¿Qué clase de educación va a tener, qué hará por las tardes? No hay nada. No tenemos nada que ofrecerle porque nos cargamos el mundo.
- Qué impaciente ha salido. - comenté con resignación con eso de que tenía que salir ya, suspirando por lo bajo al escuchar eso de que sería muy pequeño. Lo único que hacía falta es que no hubiese más problemas y que lograsen sacarlo antes de que todo se complicase.
- Creo que no sería una buena idea. Nos extinguiríamos.- me hizo reír un poco por el comentario de los caballitos de mar, aunque juraría que iba en serio y eso de estar de parto le estaba nublando la mente o algo. O tal vez no, porque le daba para ponerse a pensar en cosas que sucederían muy a largo plazo. La ayudé a incorporarse y después a ponerse en pie con cuidado, pasando una mano tras su cintura por si lo necesitaba.
- Ya habrá tiempo de pensar en educación y demás. Para cuando le haga falta ya estará todo solucionado, por eso tenemos que encargarnos de reconstruir el desastre de mundo que ha quedado. - al menos eso esperaba, que fuésemos por buen camino para lograrlo. - Además, fíjate en Nyara. Ella es feliz aquí, tiene a su madre y a su padre. - comenzamos a caminar despacio por la habitación, dando algunos pasos que probablemente no tuviesen utilidad para el cometido, aunque había que intentarlo.
- Ahora que lo pienso...creo que nunca me has contado qué tipo de infancia tuviste. Si fuiste una niña feliz, si tus padres no te hacían mucho caso, si recuerdas algo concreto...- comenté pensativo, tratando de hacer memoria sobre si habíamos tenido alguna conversación de ese tipo. Nuestra relación no había ido nunca por ahí, sino más bien por asuntos más prácticos.
No tardó mucho en abrirse de nuevo la puerta, pero esta vez no era Chloe. Un enfermero dijo que ya habían preparado el quirófano en caso de que fuese necesario, pero que primero debía pasar a la sala de paritorio por si podía lograrse así. Tras decir eso volvió a marcharse, señalando al cuarto de al lado para que fuésemos. - ¿Preparada?
Para ser hijo de Johan, la verdad era que no le sorprendía que saliera tan pronto, pero había sido tan quietecito durante el embarazo que tenía la esperanza que tuviera la sangre un poco más relajada o callada, como ella. Trató de levantarse pero no pudo erguirse del todo. Era complicado, aunque mucho mejor en ese instante que estar sentada como la habían dejado Chloe y el enfermero. Ponerse a hablar de educación y de actividades extra curriculares no era lo suyo, sería bastante complicado y en ese momento no quería complicarse todavía más la vida. Era como tortura sobre tortura.- Nyara se merece un mundo mejor.- Gimoteó, tratando de aguantarse una nueva contracción. Si el resto de la vida iba a ser como el parto, no iba a dar el ancho.
La pregunta de su infancia no le cayó muy bien, sobre todo a la mitad de aquello.- Me negaron hasta que pudieron, me metieron a la Alianza para disimular que era maga y luego les cortaron la cabeza por no haberme entregado antes y me culparon de haberlos engañado.- Murmuró, omitiendo el detalle de que eran un par de Muggles y el otro detallito de que no sabía si a su madre la habían matado o no, pero no le importaba. Ya no, era una perra desgraciada.- No tengo muy buenas referencias, no creas que fueron buenos padres.- Pretendió, en algún momento, preguntar por la madre de Johan, pero en eso llegó el enfermero con la silla de ruedas para llevarla al quirófano, o a donde fuera.
(...)
El parto fue demasiado largo, fueron horas de complicaciones que no sabía si eran por el apuro de Nyaro o por la inexperiencia de todo el personal presente, aunque no fue tan doloroso como las primeras contracciones ya que le dieron los calmantes y también las inyecciones para el dolor. Fue más la desesperación que otra cosa. Al final, tuvo que hacerse por cesárea, pues el pequeño comenzaba a sufrir dentro del vientre. En última instancia, todo salió perfectamente bien. Nació un niño de cabello negro, tez blanca y profundos ojos azules, con demasiados buenos pulmones.
La pregunta de su infancia no le cayó muy bien, sobre todo a la mitad de aquello.- Me negaron hasta que pudieron, me metieron a la Alianza para disimular que era maga y luego les cortaron la cabeza por no haberme entregado antes y me culparon de haberlos engañado.- Murmuró, omitiendo el detalle de que eran un par de Muggles y el otro detallito de que no sabía si a su madre la habían matado o no, pero no le importaba. Ya no, era una perra desgraciada.- No tengo muy buenas referencias, no creas que fueron buenos padres.- Pretendió, en algún momento, preguntar por la madre de Johan, pero en eso llegó el enfermero con la silla de ruedas para llevarla al quirófano, o a donde fuera.
(...)
El parto fue demasiado largo, fueron horas de complicaciones que no sabía si eran por el apuro de Nyaro o por la inexperiencia de todo el personal presente, aunque no fue tan doloroso como las primeras contracciones ya que le dieron los calmantes y también las inyecciones para el dolor. Fue más la desesperación que otra cosa. Al final, tuvo que hacerse por cesárea, pues el pequeño comenzaba a sufrir dentro del vientre. En última instancia, todo salió perfectamente bien. Nació un niño de cabello negro, tez blanca y profundos ojos azules, con demasiados buenos pulmones.
Los nervios fueron en aumento al ver que aquello se alargaba y que la situación podía complicarse. Por eso se me hizo interminable el tiempo que tuve que dar vueltas por la sala de espera hasta que terminó aquella cesárea. Al final pude respirar aliviado porque todo había salido bien, tanto para el niño como para la madre. Parecía estar sano, aunque era aún demasiado pequeño y debía permanecer en el hospital un poco más para estar en la incubadora. Apenas nos dejaron verle, pero pasados un par de días lo llevaron por fin a la habitación en la que descansaba Victorya. Fue entonces cuando me di cuenta de lo poco que sabía de bebés, puesto que con Nyara ya me había venido todo el trabajo hecho. Cuando la conocí ya andaba, Jo se había encargado ella sola de todo lo que conllevaba la crianza y sus responsabilidades. Sabía que aquello tuvo que ser duro.
Me senté a los pies de la cama, acercando la cuna para que ella pudiese verle mejor. Lo arropé un poco mejor cuando se removió haciendo algún ruidillo, comprobando que no le pasase nada. Era tan pequeño que casi no sabía ni cómo cogerle, y me preocupaba no hacerlo bien. Supuse que ella estaba igual que yo o peor, pero seguramente estuviese aún más perdida y sin saber qué hacer. - ¿Quieres cogerlo en brazos? ¿o prefieres que lo coja yo? - pregunté, aunque me imaginaba la respuesta. - Necesitamos ponerle un nombre ya. Si no parece como que ni nos hemos molestado en pensar cómo llamarle. - había estado pensando en algunos, pero no terminaba de decidirme. Lo malo eran los apellidos, eso sonaba mal con lo que fuese.
Me senté a los pies de la cama, acercando la cuna para que ella pudiese verle mejor. Lo arropé un poco mejor cuando se removió haciendo algún ruidillo, comprobando que no le pasase nada. Era tan pequeño que casi no sabía ni cómo cogerle, y me preocupaba no hacerlo bien. Supuse que ella estaba igual que yo o peor, pero seguramente estuviese aún más perdida y sin saber qué hacer. - ¿Quieres cogerlo en brazos? ¿o prefieres que lo coja yo? - pregunté, aunque me imaginaba la respuesta. - Necesitamos ponerle un nombre ya. Si no parece como que ni nos hemos molestado en pensar cómo llamarle. - había estado pensando en algunos, pero no terminaba de decidirme. Lo malo eran los apellidos, eso sonaba mal con lo que fuese.
El parto fue demasiado largo, demasiado complejo, aunque no tan doloroso en el momento. Los músculos le comenzaron a protestar una vez estuvieron fuera de quirófano y pudo "relajarse" después de un rato. En algún momento, según recordaba, había pedido algún tipo de muerte misericordiosa y rápida. No importaba que fuera dolorosa, pues eso ya lo estaba sintiendo. Al final, todo parecía haber salido bien.
Tras días en el lugar, por fin llegó el temido momento. El tiempo en el hospital le había servido para entrar en pánico sobre todo lo que los bebés requerían y que ella no sabía proveer. Esas cosas que nadie tiene: hogar estable, familia funcional, amor de los padres. Cosas de esas.
El bebé y Victorya ya se habían conocido formalmente. Aquellos ojos azules los conocía ya bien y, a decir verdad, le gustaban, porque sentía que se parecía a ella aunque las putas enfermeras trataban de cogerse al padre diciéndole que se parecía a él. No. Era más de ella, si a ella le preguntaban. Ante la pregunta de Johan, no había respuesta correcta.- Cógelo.- Susurró, aún cansada por el esfuerzo de su nacimiento. Seguía pensando que todo el lugar era una farsa si los partos y las cesáreas eran exactamente igual que las humanas.- ¿Tienes alguna opción? - No iba a dejar que le pusiera Sirius ni como fuera que se llamara su abuelo. Necesitaba un nombre único, digno de alguien que iba a alcanzar grandes cosas con su ayuda. Un líder aún mejor que su padre, que en realidad no era malo pero a ratos parecía que lo hacía por obligación más que por vocación. Si le leyera la mente en ese momento, sabría que todo el mundo le parecía poca cosa para la criatura que acababa de nacer. Ya nada era suficiente.- Las enfermeras preguntan y dan opciones todo el rato, pero ninguna es suficiente.
Tras días en el lugar, por fin llegó el temido momento. El tiempo en el hospital le había servido para entrar en pánico sobre todo lo que los bebés requerían y que ella no sabía proveer. Esas cosas que nadie tiene: hogar estable, familia funcional, amor de los padres. Cosas de esas.
El bebé y Victorya ya se habían conocido formalmente. Aquellos ojos azules los conocía ya bien y, a decir verdad, le gustaban, porque sentía que se parecía a ella aunque las putas enfermeras trataban de cogerse al padre diciéndole que se parecía a él. No. Era más de ella, si a ella le preguntaban. Ante la pregunta de Johan, no había respuesta correcta.- Cógelo.- Susurró, aún cansada por el esfuerzo de su nacimiento. Seguía pensando que todo el lugar era una farsa si los partos y las cesáreas eran exactamente igual que las humanas.- ¿Tienes alguna opción? - No iba a dejar que le pusiera Sirius ni como fuera que se llamara su abuelo. Necesitaba un nombre único, digno de alguien que iba a alcanzar grandes cosas con su ayuda. Un líder aún mejor que su padre, que en realidad no era malo pero a ratos parecía que lo hacía por obligación más que por vocación. Si le leyera la mente en ese momento, sabría que todo el mundo le parecía poca cosa para la criatura que acababa de nacer. Ya nada era suficiente.- Las enfermeras preguntan y dan opciones todo el rato, pero ninguna es suficiente.
Tal y como había supuesto, ella prefería que fuese yo quien cogiese al bebé. Me levanté un momento para inclinarme sobre la cuna, intentando cogerle en brazos de forma un tanto rígida y torpe. - Vamos a ver... creo que vamos a tener que aprender a marchas forzadas. ¿Te han dicho aquí algo especial que haya que hacer con un crío tan pequeño? - Al menos sabía que era importante sujetarle bien la cabeza. Logré por fin acomodarlo aunque se removiese un poco, volviendo a sentarme al borde de la cama pero esta vez más cerca de Victorya.
- Por el momento se porta bien, quitando esas prisas por nacer. - murmuré con una leve sonrisa, pasando la mirada de él a la madre. Me hizo gracia eso de que las enfermeras le diesen opciones que no le gustaban, sobre todo eso de que no le parecían suficiente.
- ¿Eso significa que ya empiezas a apreciarlo un poco? porque si no le pondrías cualquier nombre, como pequeño felpudo o niño pnj 1. - bromeé sólo para ver su reacción, si le daba igual cómo me refiriese a él o no. Después hice un gesto con la mano para levitar una hoja de papel que había dejado en una de las mesillas de la habitación, dirigiéndola hacia el regazo de Victorya. - Me puse a escribir algunas ideas de nombres mientras ambos dormíais. Échale un vistazo a ver si te gusta alguno. - alcé los hombros un instante, dándole tiempo para que leyese la lista.
- Por el momento se porta bien, quitando esas prisas por nacer. - murmuré con una leve sonrisa, pasando la mirada de él a la madre. Me hizo gracia eso de que las enfermeras le diesen opciones que no le gustaban, sobre todo eso de que no le parecían suficiente.
- ¿Eso significa que ya empiezas a apreciarlo un poco? porque si no le pondrías cualquier nombre, como pequeño felpudo o niño pnj 1. - bromeé sólo para ver su reacción, si le daba igual cómo me refiriese a él o no. Después hice un gesto con la mano para levitar una hoja de papel que había dejado en una de las mesillas de la habitación, dirigiéndola hacia el regazo de Victorya. - Me puse a escribir algunas ideas de nombres mientras ambos dormíais. Échale un vistazo a ver si te gusta alguno. - alcé los hombros un instante, dándole tiempo para que leyese la lista.
- Lista nombres:
- Ravkan
Razviel
Kalnael
Ravnael
Vaenor
Raenor
Ryder
Rhyder
Vander
Sobre los brazos de Johan, la criatura se veía aún más pequeña de lo que quería admitir. Había nacido demasiado antes y aún así ya estaba fuera de peligro. Era valiente y guerrero, de eso ya no tenía duda. Se valería por si mismo y sería independiente tan pronto empezara a crecer. Si bien no sabía a ciencia cierta cuál sería la participación de Johan en la vida de ambos, el que dijera que ambos tendrían que aprender rápido no la sacaba enteramente de la duda.- Nada en particular, está bien y se está reponiendo fácilmente, solo es pequeño por ahora. La impaciencia le jugó un poco en contra.- Pero estaba aliviada de ser su propia persona una vez más, no de ser una mujer embarazada, que se sentía como estar inválida y no tener manos por nueve meses. Siete en este caso.
Lo miró sobre los brazos de Johan. Quizás era ella muy seca para darle ese tipo de amor, pero lo quería a su manera. Aún así, no podía responder a la pregunta de Johan. Eso de apreciarlo... Sí, pero era demasiado extraño para ella permitirse tener tantas vulnerabilidades. Además, no es que lo despreciara, solo un poco a sí misma.- No estoy en contra de llamarle de manera genérica mientras conseguimos un buen nombre.- Quizás niño pnj 1 era muy largo, pero si le decían uno quizás sirviera por un tiempo. Ella también había pensado en nombres, pero ninguno le encantaba. Al menos le gustó tomar la lista de Johan y leerla.- No escribiste Viktor por ningún lado, pero veo que te van las r's y los nombres que parecen de ángeles. ¿Cuál te gusta más de estos? - En cierto modo, ella ya le había echado un ojo a Ryder. Parecía un nombre poderoso y le gustaba como se escuchaba en su cabeza. Repasó la lista en voz alta para ver como se ajustaban los nombres a su voz, y si le gustaba como sonaban de su boca.
Lo miró sobre los brazos de Johan. Quizás era ella muy seca para darle ese tipo de amor, pero lo quería a su manera. Aún así, no podía responder a la pregunta de Johan. Eso de apreciarlo... Sí, pero era demasiado extraño para ella permitirse tener tantas vulnerabilidades. Además, no es que lo despreciara, solo un poco a sí misma.- No estoy en contra de llamarle de manera genérica mientras conseguimos un buen nombre.- Quizás niño pnj 1 era muy largo, pero si le decían uno quizás sirviera por un tiempo. Ella también había pensado en nombres, pero ninguno le encantaba. Al menos le gustó tomar la lista de Johan y leerla.- No escribiste Viktor por ningún lado, pero veo que te van las r's y los nombres que parecen de ángeles. ¿Cuál te gusta más de estos? - En cierto modo, ella ya le había echado un ojo a Ryder. Parecía un nombre poderoso y le gustaba como se escuchaba en su cabeza. Repasó la lista en voz alta para ver como se ajustaban los nombres a su voz, y si le gustaba como sonaban de su boca.
- Entonces iré a preguntar a las enfermeras cuándo podemos marcharnos. Iremos a mi casa, la posada no es un lugar seguro y mucho menos para criar a un bebé. - era algo que ya había estado pensando antes del nacimiento, era la mejor opción, aunque no tenía ni idea de lo que podría parecerle a ella. Hasta el momento no habíamos convivido, apenas algunas noches de manera esporádica. El resto de las veces era por cuestiones técnicas o misiones. - A no ser que prefieras hacer otra cosa...- dejé caer para no imponerle tampoco lo de venirse conmigo. A Jo no le había hecho mucha gracia la propuesta de mudarse a vivir a la casa con Nyara.
Empecé a mover al crío un poco en brazos al parecer que quería empezar a llorar, intentando que volviese a dormirse. O a lo mejor quería comer, a saber. - Creo que no le gusta que le llamemos niño genérico aleatorio. Pobre. ¿Viktor? me suena a nombre de maligno, pero...podemos ponerlo como segundo nombre. - al menos sonaba mejor que el mío, "Bean". Hice un sonido de disconformidad cuando dijo que parecían nombres de ángeles, porque no era eso en lo que estaba pensando.
- En todo caso de elfos, pero tienes razón. Suenan muy...como que no pegan. Cualquiera de los que elijas de esa lista está bien, me gustan todos. - le dejé la decisión final sobre el nombre, poniéndome después en pie con el niño. - Tómalo un momento en brazos, mientras pregunto si os pueden dar el alta ya. - hice el traspaso a los brazos de Victorya con cuidado, asegurándome de que lo cogiese bien antes de soltarlo. El hijo aleatorio aún sin nombre hizo un ruidillo antes de acomodarse sobre el pecho de ella, quedándose más tranquilo. Salí de la habitación para ir en busca de la enfermera, tardando algunos minutos en regresar con el papel de alta firmado y algunas instrucciones para padres primerizos.
- Dicen que tendremos que traerlo a revisión dentro de un par de semanas, y tenerlo vigilado, pero que nos podemos marchar. Ah, y que tú todavía debes descansar. - comenzamos a prepararlo todo para marcharnos, pero en ese momento sentimos una especie de temblor en el suelo, algo que no me dio buena espina. No pasó mucho tiempo hasta que recibí un mensaje patronus de Vishous, confirmando que había problemas en la isla. No decía de qué tipo, pero daba la impresión de que estaban evacuando a la gente y que necesitaba algún lugar para meter a su numerosa familia. Le envié otro mensaje de vuelta, diciéndole que podían refugiarse en mi casa en el territorio de Bastion Hollow. Si había peligro tenía que recoger también a Jo, Nyara y Justin. - Creo que vamos a vivir modo comuna otra vez, hasta que sepamos qué está pasando. - Tras eso terminé de recoger todo, cargando al pequeño en brazos y sujetando a Victorya por la cintura. Desaparecimos de allí, dejándolos acto seguido en la casa del campo. Tras eso volví a desaparecer, para ir al piso de Jo.
Empecé a mover al crío un poco en brazos al parecer que quería empezar a llorar, intentando que volviese a dormirse. O a lo mejor quería comer, a saber. - Creo que no le gusta que le llamemos niño genérico aleatorio. Pobre. ¿Viktor? me suena a nombre de maligno, pero...podemos ponerlo como segundo nombre. - al menos sonaba mejor que el mío, "Bean". Hice un sonido de disconformidad cuando dijo que parecían nombres de ángeles, porque no era eso en lo que estaba pensando.
- En todo caso de elfos, pero tienes razón. Suenan muy...como que no pegan. Cualquiera de los que elijas de esa lista está bien, me gustan todos. - le dejé la decisión final sobre el nombre, poniéndome después en pie con el niño. - Tómalo un momento en brazos, mientras pregunto si os pueden dar el alta ya. - hice el traspaso a los brazos de Victorya con cuidado, asegurándome de que lo cogiese bien antes de soltarlo. El hijo aleatorio aún sin nombre hizo un ruidillo antes de acomodarse sobre el pecho de ella, quedándose más tranquilo. Salí de la habitación para ir en busca de la enfermera, tardando algunos minutos en regresar con el papel de alta firmado y algunas instrucciones para padres primerizos.
- Dicen que tendremos que traerlo a revisión dentro de un par de semanas, y tenerlo vigilado, pero que nos podemos marchar. Ah, y que tú todavía debes descansar. - comenzamos a prepararlo todo para marcharnos, pero en ese momento sentimos una especie de temblor en el suelo, algo que no me dio buena espina. No pasó mucho tiempo hasta que recibí un mensaje patronus de Vishous, confirmando que había problemas en la isla. No decía de qué tipo, pero daba la impresión de que estaban evacuando a la gente y que necesitaba algún lugar para meter a su numerosa familia. Le envié otro mensaje de vuelta, diciéndole que podían refugiarse en mi casa en el territorio de Bastion Hollow. Si había peligro tenía que recoger también a Jo, Nyara y Justin. - Creo que vamos a vivir modo comuna otra vez, hasta que sepamos qué está pasando. - Tras eso terminé de recoger todo, cargando al pequeño en brazos y sujetando a Victorya por la cintura. Desaparecimos de allí, dejándolos acto seguido en la casa del campo. Tras eso volví a desaparecer, para ir al piso de Jo.
Miro el paisaje a través del vidrio de los grandes ventanales que permite contemplar a la naturaleza despertar. Pero mi mirada no está enfocada en los vivos colores, en su lugar vaga perdida entre muchos pensamientos. La ausencia de Anteia Malfoy me deja confundida, Altaïr me aseguró que ella era de fiar, yo misma sentí que los dioses me decían que mi nueva camada estaría bien bajo su toque cada vez que experimentaba esa extraña calma cuando estaba con la chamana. Éstos cachorros son el futuro de mi clan, es un embarazo extremadamente riesgoso, tengo que hacer oídos sordos al llamado de la luna, a cada momento mi conexión con lo salvaje se hace más débil junto con mi cuerpo, tengo que envenenar a mis hijos y a mí con ese tóxico brebaje y aun así me abandona. Siento el rechazo de la curandera a atenderme como una traición, la confianza que tenía depositada en ella se esfuma y el resentimiento me hace desear destruirla sabiendo que me divertiría mucho verla pedir piedad con lo aburrida que estoy.
Mi mandíbula está apretada por la furia pero esbozo una fugaz sonrisa al imaginar a la sanadora desconsolada y clavo la mirada dura y opaca como el carbón en la mujer que está junto a mi cama. -Muéstrame las incubadoras.- Estoy acostumbrada a hablar dando órdenes por eso el tono dominante me sale natural aunque estoy acostada, con el gigantesco vientre al descubierto y vulnerable. A pesar de esto llevo puesta la cota de mithril suelta debajo de la bata de hospital, además tengo mis armas y objetos varios al alcance y bien escondidos así que no estoy tan indefensa.
Mi mandíbula está apretada por la furia pero esbozo una fugaz sonrisa al imaginar a la sanadora desconsolada y clavo la mirada dura y opaca como el carbón en la mujer que está junto a mi cama. -Muéstrame las incubadoras.- Estoy acostumbrada a hablar dando órdenes por eso el tono dominante me sale natural aunque estoy acostada, con el gigantesco vientre al descubierto y vulnerable. A pesar de esto llevo puesta la cota de mithril suelta debajo de la bata de hospital, además tengo mis armas y objetos varios al alcance y bien escondidos así que no estoy tan indefensa.
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La talentosa y perturbadoramente hermosa elfa, recientemente dotada con el don de la licantropía, se adjudicó la tarea de atender a Kiana, realizó los controles pertinentes e hizo aparecer en la habitación privada un objeto mágico cuya función era crear el ambiente adecuado para el crecimiento de seres. Se trataba de una esfera casi transparente que levitaba de forma autónoma y que cabía cómodamente en la palma de la mano. Traer al mundo y cuidar unos bebés estaba alejado del costado bestial que buscaba abrazar pero el clan de la Luna Roja prometía revelar los secretos del descontrol y Phann Liadon aceptó enseguida.
-El procedimiento será el siguiente: antes del parto te bañaremos como a tí te gusta.- Se apresuró a decir lo último conociendo el mal carácter de la licántropa. -Luego te ingresaremos al quirófano, allí te colocaremos vías intravenosas para suministrar pociones, entre ellas una anestesia local que adormecerá la parte inferior de tu cuerpo lo que permitirá que estés despierta. Se te hará una incisión en el abdomen, a ésta altura.- Dijo señalando justo encima del área púbica. -Y crearemos un conducto por el cual podamos extraer a los bebés de forma segura.-
Agarró la pequeña esfera flotante con el dedo pulgar e índice y se lo acercó a la paciente para que pudiera verlo. -En cuanto el bebé esté afuera, se lo limpiará, se le cortará el cordón umbilical, se le verificarán los signos vitales y se lo cubrirá con esto, así con cada bebé.- Dijo señalando la esfera translúcida entre sus dedos. -Ésto es un cooperinte, un objeto mágico que envolverá al bebé en una atmósfera muy parecida al vientre materno que le permitirá nutrirse, terminar de desarrollarse, estar protegido, ser monitoreado y manipulado.- Dicho esto, hizo desaparecer la viscosa esfera mágica.
-En total, sospecho que la cirugía durará algunas horas. Finalizado el parto, serás ingresada en cuidados intensivos junto con los bebés para mantenerlos a todos muy atentamente vigilados por un tiempo. Vamos a aprovechar ese tiempo haciendo ejercicios que ayudarán a tus músculos a recuperar la elasticidad y la fuerza.- Explicó con su melodiosa voz de forma firme y pausada para transmitirle tranquilidad a la pareja del Descendiente de Licaón.
-El procedimiento será el siguiente: antes del parto te bañaremos como a tí te gusta.- Se apresuró a decir lo último conociendo el mal carácter de la licántropa. -Luego te ingresaremos al quirófano, allí te colocaremos vías intravenosas para suministrar pociones, entre ellas una anestesia local que adormecerá la parte inferior de tu cuerpo lo que permitirá que estés despierta. Se te hará una incisión en el abdomen, a ésta altura.- Dijo señalando justo encima del área púbica. -Y crearemos un conducto por el cual podamos extraer a los bebés de forma segura.-
Agarró la pequeña esfera flotante con el dedo pulgar e índice y se lo acercó a la paciente para que pudiera verlo. -En cuanto el bebé esté afuera, se lo limpiará, se le cortará el cordón umbilical, se le verificarán los signos vitales y se lo cubrirá con esto, así con cada bebé.- Dijo señalando la esfera translúcida entre sus dedos. -Ésto es un cooperinte, un objeto mágico que envolverá al bebé en una atmósfera muy parecida al vientre materno que le permitirá nutrirse, terminar de desarrollarse, estar protegido, ser monitoreado y manipulado.- Dicho esto, hizo desaparecer la viscosa esfera mágica.
-En total, sospecho que la cirugía durará algunas horas. Finalizado el parto, serás ingresada en cuidados intensivos junto con los bebés para mantenerlos a todos muy atentamente vigilados por un tiempo. Vamos a aprovechar ese tiempo haciendo ejercicios que ayudarán a tus músculos a recuperar la elasticidad y la fuerza.- Explicó con su melodiosa voz de forma firme y pausada para transmitirle tranquilidad a la pareja del Descendiente de Licaón.
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