Desenmascarando al enemigo

Con un suspiro me levanté del suelo y me retiré el pelo que caía de una forma molesta sobre mi frente y amenazaba con meterse en mis ojos para colocarlo detrás de la oreja con cuidado. Dejé las herramientas sobre la superficie de la caja clonadora que había traído Adael hacía ya un par de horas atrás. El sol estaba ya bajo en aquel momento y había pasado todo el día reparando aquel amasijo de hierros, tuercas y engranajes colocados de una forma tan caótica que podría pensar que aquel aparato era fruto de la mente alocada de Markus. No reconoció la elegancia característica de Gio en aquellos sistemas… era algo nuevo. Supuse que el propio Adael había tratado de crear su propio invento y, por el tipo de magia del que se alimentaba, Kyle debía haber trabajado en aquello también. Pero eran teorías, las mismas alocadas ideas que le hacían pensar que con aquel aparato se podían hacer cosas muy interesantes y no solo copiar gallinas, cerdos o vacas. Qué desperdicio de sistema, a decir verdad, pero…. Si ya les costó lidiar contra una horda de máquinas con autoconsciencia, cómo habrían de hacerlo con un ejército de clones. Y, ¿clones de quién?

Matvey no había dado señales de aparecer aquella tarde, por mucho que Adael dijera que ya estaban en la isla. Quizás estaba malherido. O sencillamente es que no consideraba que debía perder el tiempo con una doña nadie como ella. ¿Qué pretendía? ¿Labrarse un sitio en la isla? Vaya bobada, al final, los refugiados siempre seríamos proscritos y, antes o después, alguien se encargaría de echarnos de nuevo… otra vez. Cogí el teléfono que había dejado en una mesa cercana para comprobar si había nuevas publicaciones en el Instagram de la isla. Pero nada. Silencio absoluto.

Dejé el dispositivo electrónico sobre la mesa, junto la rama trasplantada del Sanguis y miré al horizonte anaranjado por el ocaso a través del agujero de la pared del centro de investigación. Disfruté un segundo de aquella paz, cogiendo aire por la nariz y recordando que aquellas sensaciones no las podía recrear una máquina tan bien. Tras ello, me puse a recoger, no tenía sentido seguir esperando a alguien que no iba a venir, y tenía que prepararse para la clase del día siguiente con Adael…

Un portal se abrió en el laboratorio, el lugar al que me habían pedido acudir para discutir sobre ciertos aspectos de la plaga de la isla. Había tardado en acudir a mi cita.... porque después de ponerme al día con Catherine y soltarle la bomba de su padre, había ido a la guardería a por Ivanov, lo había sacado de alli y había intentado pasar tiempo con él... aunque sinceramente, por dentro seguía sintiéndome .... mal. Quizá por el demonio, quizá porque la idea de estar con mi hijo al tiempo que mis conocimientos de nigromancia y unas marcas en los brazos eran lo unico que retenian a Valqar, era algo que me causaba cierto desasosiego. No había tenido demasiado tiempo de estar con él, no obstante.

Había vuelto a dejarlo en la guardería, aunque ahora no le faltaría escolta ...de la invisible; y había acudido al laboratorio.

Cuando lo crucé, me encontré con la muchacha de pelo morado que recogía sus bártulos. Esperaba ver alli a Tesla.

- Belle Simon? - pregunté. - He venido lo antes posible. - dije con mi habitual tono frío y quizá brusco, mirando alrededor, buscando algun signo del científico. - Contadme esas teorías que tenéis.

Desvié la mirada del atardecer cuando escuché mi nombre. Al principio me sorprendió, pues pensaba que era de las últimas, sino la última, de los estudiantes que se habían quedado allí. Al principio no reconocí la voz, aunque sí la figura que preguntaba por mí. Tras aquella observación devolví un instante la mirada al atardecer, y en silencio, despedí la presencia del sol hasta la mañana siguiente -No pasa nada. Me alegro que hayan vuelto. ¿Giordano está... bien?- Pregunté primero, para saber por el tecnomago. Luego, giré sobre mi propio eje para guardar las cosas en la mochila y dar la espalda a Matvey, atarme a la cintura la chaqueta, que no quería que se manchase al reparar el otro trasto, y saqué la tablet. Tras aquello me acerqué a Perejil mientras observaba cómo Matvey buscaba a Markus -Supongo que estará buscando al descendiente Tesla…- Sonreí recordando cómo se fue con la pataleta después de la discusión con Curie mientras negaba en silencio, todavía con media sonrisa dibujada -… pero no se encuentra bien, digamos. Yo puedo explicarle algunas de sus ideas, he estado trabajando con él y con…- Presenté el esqueje del Sanguis en la maceta y me encogí de hombros.

-Busquemos un lugar más cómodo. Y le contaré qué hemos descubierto- Indiqué a Matvey para que me siguiera a una de esas mesitas de trabajo que había por el taller de I+D, despejándola para dejar la mochila, la tablet y a “Perejil” -Supongo, que lo primero que sabrá es que el árbol se nutre de magia…- Le mostré cómo, después de convocar un sencillo hechizo de luz, las hojas de la planta se movieron hacia mí. Jugué con ella un rato, paseando la mano alrededor de las hojas -… y de sangre. Markus estaba estudiando si cualquier sangre valía o no. Pero… ¿le han hecho a usted algún tipo de magia de sangre, maldición o algo parecido recientemente?-

Me senté para ponerme cómoda, sacando los apuntes de Markus de la mochila, los físicos, donde estaban las anotaciones de lo que había pasado al árbol cuando le dimos la sangre de Matvey hechizada -Parece que al árbol no le gusta que le alimenten con sangre maldita… Tiene sentido, si lo pensáis, el árbol se nutre de sangre y la magia de sangre es poderosa. De poder controlarla… Esto era una de las teorías de Markus, claro, tendría sentido, porque conociendo las habilidades de los Pendragon, sería lógico que quizás esté vinculada. No lo sé-

Suspiré, esperando alguna respuesta por parte del nigromante. -Pero hay más. ¿Quiere un té, un café? Tiene aspecto de cansado- Porque yo sí, me puse a prepararme algo de beber caliente, hechizando las cafeteras para que trabajaran bajo mis órdenes -Por cierto, ¿han hablado con Curie recientemente? Sobre todo esto, quiero decir-

- Todo lo bien que puede estar, creo. - respondí a Simon, con sinceridad, porque fisicamente se estaba recuperando pero yo no hablaba mucho con él, en lo personal. Afirmé cuando adivinó por mi busqueda visual que buscaba a Tesla, pero me sorprendió saber que no se encontraba bien.

- Que le ocurre? - o era algo grave, o alguna patochada de las suyas.

Me aproximé a aquel esqueje de arbol, que por apariencia, parecia un fragmento del Sanguis. Mi ceño se frunció...no noté nada ante su presencia, cosa que si me habia pasado al llegar al hospital. La energía espiritual no estaba presente aquí.

Seguí a la muchacha hasta una de las mesas de trabajo y me senté despues de que ella lo hiciera, sin quitarle ojo al fragmento del arbol.

- De magia, y de sangre. Sus raices se expanden por la isla buscando ambas. - respondí. Luego pasé una mano por mi barbilla, su siguiente pregunta me hizo caer en algo. - Markus me pidió de mi sangre para experimentar con el árbol, y yo le di una poca. Supongo que lo alimentó con ella. Y....sí, he sufrido varias maldiciones de sangre en ese periodo. ¿Repercutió negativamente en esto? Lo debilitó?

"Pero los Pendragon...alimentan a su arbol y ellos tambien han sufrido maldiciones de Sangre en Roma"

- Habría que contrastar. No ha sido mi sangre la unica en ser maldita, ni la unica en servir de alimento a un Sanguis. Si este se ha visto afectado quizá sea porque es mucho más debil que el de Avalon.

Asi que habia más. Escuché su ofrecimiento y lamenté que no hubiese algo más intenso entre esas bebidas.
- Un café mismo me servirá, gracias... no, con Curie se habla poco de estas cosas. Algo que aportar?

La respuesta enigmática de Matvey me creó cierto desasosiego, a decir verdad. Todo lo bien que se puede estar es una repuesta ambigua con una interpretación casi infinita. Quizás debería hacerle una visita… al menos estaba vivo. Gracias a… En cuanto Matvey preguntó por Markus rodeé los ojos y dibujé una sonrisa divertida -Está bien… bien enrabietado. Creo que no le veremos el pelo en unos días, hasta que encuentre otra cosa con la que enredar- Expliqué, señalando con la mirada el esqueje, que era la cuestión del porqué estaban allí. Asentí a la pesquisa de que las raíces se extendían por la isla -Sinceramente, de todo ello, lo que más me preocupa, es que agote la magia de la isla. Es una isla flotante, no quiero imaginarme si el árbol consigue agotar la magia de Ouroboros…- Añadí con una risotada irónica antes de seguir con el tema de la sangre.

-¿Y alguna en concreto después de que saliera del invernadero? Porque sí, el árbol empezó a reaccionar negativamente contra su sangre, que estaba hirviendo. Por eso sabíamos que le estaban maldiciendo en aquel momento. El Sanguis empezó a moverse de una forma rara, como queriendo defenderse y entonces se quedó lánguida- Escuché la pesquisa mientras preparaba las bebidas desde la mesa, dejando hervir el agua -No es que creo que sea por alimentarse de sangre maldita en algún momento, sino porque creo que la estaban maldiciendo en ese momento. Ya le digo, hervía, era…. Como …. Raro-

Me giré sobre mí misma para apoyarme la parte de la baja en el borde de la mesa de la cafetera, para responder a lo de Curie con la que “se habla poco de estas cosas”. Aquello olía a salseo. -De hecho sí. Y con usted también, precisamente. Por eso fuimos a su casa para consultarles un par de cosas- Atraje con cuidado la tablet hasta mis manos, buscando la presentación que había hecho y que no había gustado mucho a Curie. La siguiente usaré Canva, se ve que funciona mejor -Markus tenía la teoría de que el árbol servía como una especie de pasaje de alma… almas, a otro mundo. Algo así como el Contenedor de Almas de los Cazafantasmas, (por qué no se me había ocurrido esto antes…)- Alcé la mirada hacia Matvey que dudaba que entendiera la referencia y encontré el sentido de no haberla usado antes. Suspiré -Pensó que si conseguíamos darle forma humana a esas almas, se las podría matar… otra vez, al no haber sido reclamadas por el árbol. Y para eso necesitaba a Curie para la… piedra filosofal. Alquimia- La cafetera pitó al estar lista. Conjuré un par de tazas para que se sirvieran sobre la mesa, una para cada uno -¿Leche?-

Yo sí cogí una botella de leche de cualquier despensa y me senté en el puesto que me había asignado. La tablet se apareció delante con el dibujo de una cábala con las palabras alma-cuerpo-mente escritas en ella. Serví el café al Descendiente -Curie tiene…. Una visión interesante sobre el árbol y la relación con los Pendragon. Ella opta más por el diálogo con los Pendragon dado que conocen más al árbol que nosotros. Y por supuesto, no le gusta la idea de andar sacando almas, que a saber qué, del árbol. No le falta razón, la verdad- Dije al terminar de servir el café y dejar la cafetera sobre la zona acorchada de la mesa. -Pero es que hay más, claro...- Pasé la imagen de la cábala para mostar un vídeo de un dementor.

Lo de la rabieta me dejó más tranquilo. Eran habituales en él y eso indicaba normalidad.

- a mi también me preocupa que agote la magia de la isla. Pero para eso tenemos el departamento de tecnomagos... No construyeron tus maestros una vez un amplificador de magia? - alce ambas cejas y negué despacio mirándola a los ojos. - Ouroboros no volverá a caer. Seguro que encontráis algo para lidiar con una baja batería mágica.

Afirmé cuando preguntó por la ubicación en el tiempo de aquella maldición de sangre y aquello de que estaba hirviendo me hizo entender el dolor que sentía.

- raro? No tanto. - aparté el pelo del cuello y parte de la ropa que lo tapaba, donde se podían apreciar aquellas marcas de la maldicion de sangre que habría acabado conmigo: bajo la piel las venas se apreciaban como rayos de color granate oscurecido. - crees que una manera de debilitarlo puede ser maldiciendo la sangre de alguien de quien se alimentó? Puede ser útil. Aunque duele un poco. - dije casualmente rascando un poco las cicatrices del cuello antes de volver a taparlas con el pelo y la ropa.

Oi pensativo todo lo de la piedra filosofal y ese punto de vista, ese enfoque.
- si, almas. Pero Curie se equivoca. Obtuvimos información del árbol de una Pendragon, y no conocen el modo de eliminarlo o hacer que deje de pedir sangre o consumir magia. - negué despacio. - yo creo que no es un pasaje al otro mundo. Creo que es como un Purgatorio alternativo. Un fragmento de purgatorio artificial en este mundo, de modo físico... En modo de Sanguis Ligno.

Lo de los Cazafantasmas me hizo mirarla extrañado.
- por favor. - respondí a si lo quería con leche, acercándola la taza. - no tengo claro el plan de la alquimia... Tampoco lo descarto... Absorber todas esas almas... Y si se defiende en ese momento y mata para obtener más?

Había más? En serio? Esa chica había hecho sus deberes. Oh, dementores. Aquello parecía demasiado fácil. Me eché hacia atrás en la silla.
- veo el mismo problema, se defenderá en cuanto le ataquemos. Maldecimos la sangre a la vez?

Podía funcionar. Bebí un poco de café echando de menos el vodka pero debía aparentar. Crucé mis brazos.
- no se ven dementores desde el apagon magico. Puedo ir a las tierras del norte a buscar algunos. Yo también quiero hacer algunas pruebas en ese árbol... Si es un fragmento de Reino de las almas o del purgatorio en este mundo, puedo transitarlo.

Aquello del amplificador me dejó pensando. Me apunté la idea, pues no me parecía tan mala al final de todo en caso de extrema necesidad aunque... -No sé si darle un chute de comida al árbol pueda ser buena idea. Lo apunto, es Markus el que tuvo aquella idea. Porque, ¿contamos con la magia del Descendiente Newton?- Pregunté con cierta inseguridad, porque al fin de cuentas, el problema era exactamente el mismo que con el amplificador. Qué problema... Suspiré un tanto preocupada por aquello. Tendría que hablar con Markus, si es que se le pasa aquel enfado. Habrá que agasajarle con pizza... Con piña.

No pude evitar sentirme violentada cuando Matvey empezó a quitarse la ropa, teniendo por un momento que se fuera a desnudar allí delante. Luego no, sencillamente enseñó las marcas y me sentí terriblemente estúpida y ruborizada.  -No estoy familiarizada con los efectos de las maldiciones en la sangre- Reconocí con sinceridad alzando levemente la mirada a las venas oscuras -No creo tanto que sea solo sangre de alguien maldito, sino de sangre de alguien al que están maldiciendo en ese momento. Me parece que tiene que ser simultáneo. Aunque no llegamos a probar la primera condición- Apunté también -¡Pero no tiene porqué ser usted otra vez!- Claro que a ver quién ves el guapo/a que se ofrece a ser maldito. Quizás con un crucio... Habría que verlo de otra manera.

Suspiré por aquello de que no había manera de acabar con aquello. O al menos los Pendragon tampoco sabían nada. De modo que Curie, en parte, estaba equivocada. Me pasé un mechón por detrás de la oreja, pensando seriamente en que a este ritmo, la isla podría volver a caer. No se me pasó por alto lo del Purgatorio. Pero en aquel momento lo dejé estar.

-Es otro riesgo que habría que correr, está claro, porque el árbol seguro se defenderá- Serví la leche, tal y como me pidieron y hasta donde me indicó el descendiente -Pero todavía contamos con un montón de ... Para probar- Añadí dejando la leche al lado del esqueje del Sanguis, que presidía de alguna manera, aquella reunión.

-Lo de los dementores es una idea de mi propia cosecha y desde la ignorancia de este tipo de magia- Reconocí, después de que dijera lo de que eran raros -Se me ocurrió después de que Curie dijera aquello de contactar con aquellas almas. Si son almas, pensé que, bueno ... El beso del dementor podría servir. Y, aunque Markus es más de usar la ouija para contactar con los que habitan el Purgatorio del Sanguis y, pensando que podría ser un espacio físico, a su manera, ¿qué tal la piedra de los tres mundos como llave de entrada y salida? He leído sobre sus propiedades, aunque no conozco sus limitaciones- dejé la cucharilla de remover el azúcar al lado de la taza y bebí del café, esperando que Matvey respondiera sobre aquello último. Después de aquello ya no había más, estaban en un callejón sin aparente salida.

- Es un arma de doble filo. Lo hará crecer más, y entonces demandará más magia, y llegará un punto que el amplificador no será suficiente. Pero nos dará tiempo, y en ese tiempo, averiguaremos como neutralizarlo sin que agote la magia de Ouroboros. Trabajad en ello. - le encomendé a Belle Simon aquella parte, si ella le transmitia eso a Tesla y al resto de tecnomagos de la isla, algo podrían lograr, seguro. - No....Newton está en coma. - dije frunciendo algo mi ceño, con algo de pesar.

No me costó percibir en la muchacha un alto grado de incomodidad cuando le mostré aquellas marcas. Era porque le desagradaban, o porque se pensó que iba a seguir abriendome el cuello de la ropa? En cualquier caso, se equivocaba.
- Sí, sí, lo he entendido, debe ser simultáneo- en eso estábamos de acuerdo. - ¿Y por qué no? Ya estoy familiarizado con esa sensación. Y Tepes podría aprovechar para ensayar su magia de sangre.

"lo único es que si funciona, no podré ser yo quien sirva como transmisor si a la vez tengo que adentrarme en otro plano..no es viable"

- Luego sí, habrá que buscar....voluntarios diferentes. - advertí, antes de pegar otro trago al café, que sin vodka, estaba muy flojo.

Luego guardé silencio, valorando la idea de los dementores. La verdad, me apetecía probarla, aunque solo fuera por ir en búsqueda de aquellas criaturas, a las que sin duda...podría dar más usos que solo asaltar un arbol, una vez los tuviese bajo mi yugo.

- Sospecho que no funcionará usar dementores. Piénsalo, si fuera tan facil acabar con un alma fijada a una cosa, ya no solo un alma si no unas cuantas....por qué no usar dementores para absorber las almas de los horrocruxes? Lo primero es que dudo que un dementor se sienta atraido por eso o que si quiera lo considere comida. Lo segundo, es que dudo que puedan extraerlas de ahi. Los dementores separan el alma del individuo, no de... - señalé la ramita. Lo que quiera que fuera ese arbol sagrado. - Y volvemos a lo mismo: es la misma tecnica que hacer piedra filosofal. Eliminar almas mediante extracción y conversion. - me detuve, dejé de mirar el café y la miré a ella. - No hay que destruirlas o consumirlas. Hay que liberarlas. Y después, destruir el árbol.

Después mencionó lo de la Piedra de los Tres Mundos, aquella gema mágica que en manos expertas, podía hacer muchas mas cosas además de portales en diferentes lugares del mundo.
- Plano terrenal, celestial y demoniaco. Pasado, presente y futuro. - chasqueé la lengua. Y si echaba un vistazo al futuro? No, en realidad no era algo que me atrajese lo más minimo.... - No necesitáis una piedra. Puedo abrir ese tipo de caminos. - en realidad....Valqar podía. - Es otro plan. Echar un vistazo desde adentro.

-No conozco la máquina… pero si puede amplificar la magia, quizás de alguna manera pueda también neutralizarla y controlar el crecimiento del árbol- Mascullé, mordiéndome la punta de la uña mientras pensaba en voz alta -Algo así como los satélites antimagia pero enfocados- Asentí cuando comentó lo de encargarse de ello, sin rechazar la idea. No sería ella la que contradijera a un Descendiente, ni mucho menos. Solo esperaba que, quizás, Newton pudiera ayudar a la isla si el amplificador salía mal. Sin embargo. -No lo sabía, lo siento- Añadí, apretando el puño y los dientes, con cara de sentir que la había cagado. No iba a preguntar si estaba bien porque, EVIDENTEMENTE no lo estaba. Más allá del cotilleo, me preocupaba quedarme sin la carta comodín.

-Porque no creo que sea un proceso agradable por el que pasar dos veces- Respondí con sinceridad. Lo del Descendiente Tepes me dejó un tanto descolocada y miré al ruso sin llegar a entender para qué necesitaba al joven amigo de Justin. -¿Y si maldecimos la sangre de los que han caído al árbol? El de la isla atacó a unos soldados. ¿Qué necesitaríamos? ¿Se podría hacer? No necesitaríamos voluntarios…- Seguí con la mirada la taza hasta la poblada barba del descendiente esperando la réplica a la idea de los dementores. Me gustó lo que presentó, yo no había caído tampoco en ello, a decir verdad. Pero, ¿cuántos horrocruxes existen? ¿alguien lo habría probado? -El fragmento del alma encerrado en un horrocrux se libera al destruirlo. Estoy pensando en… En Full Metal Alchemist…- No sabía si entendería, expliqué -Una serie de animación japonesa. Fijaban el alma en un objeto a partir de un sello, ¿quizás el árbol tenga un sello que sea el que ate las almas? No, no tendría sentido, el Sanguis no ata, es otra cosa, es un Purgatorio- Definitivamente, la idea de la alquimia quedaba atrás. Qué frustrante, no conseguir avanzar. Suspiré con cierta molestia y me dediqué al café.

-¿Y se puede hacer sin la piedra? ¿Cómo?- Arqué la ceja con curiosidad