Bosque de Galloway

Desde que acompañé a Maxwell a Ouroboros no he vuelto a saber de él, pero espero que esté haciendo un buen uso de sus influencias como antiguo participante del torneo. Por mi parte he estado haciendo algo de investigación respecto al paradero de Rybar Dvorak, ahora que he asumido que no va a volver por su propio pie. No es que me apene que haya desaparecido, no es eso. Simplemente es un buen miembro a tener en cuenta para la organización. Perderlo supone un revés importante para nuestros intereses. Tal vez lo hayan matado y no volvamos a saber nunca más de él. La organización Blood Keeper está en un punto tan crítico que es necesario reunir nuevos miembros. Hay algún ex-auror de bajo rango, pero los pesos pesados se han ido, o los han matado. El único interesante que queda es Max. Galahad, el compañero de Rybar, perdió un poco el norte después de fracasar en el torneo. Puede que su repelente ego de caballero no soportase el ser derrotado por un hombre con el cuerpo mutilado. El otro compañero de Rybar, Benjamin Lytta, debe de haberse marchado con los traidores, a juzgar por lo blandito que parecía. Mejor, no necesitamos débiles mentales como él.

Por ese motivo debo de terminar una de las misiones que inició Rybar, la de reclutar bestias que puedan servirnos a nuestros intereses. Ya se hizo antaño. El Ministerio tenía a su servicio a un dragón, Smaug (que arrastraba al resto de dragones de Bastion Hollow), a la vampira Shinare, varios licántropos que usaba como perros de presa y alguna que otra criatura más estúpida, como orcos o trolls. También custodiaba mazmorras con cerberos. Incluso algunos desolladores mentales trabajaron en la fortaleza de Bastión de Magos, ahora abandonada. Nuestra asociación dio sus frutos en el pasado y fue bastante bien, así que no hay más que recordar los antiguos pactos y acuerdos que nos unen. Si nos prestaron su favor una vez, podemos colaborar otra. Tenerlos para cuando llegue la ocasión. Son aliados naturales, un poder necesario. Esta misión es la que me ha llevado por varios bosques del país, los cuales recorro volando sobre mi ave Roc. Este regalo de bodas hecho por el jefe de Estado Alemán ha resultado más que útil en muchas ocasiones, permitiéndome recorrer largas distancias y escapar si así lo requiere la situación.

Ordeno a mi ave que vaya descendiendo poco a poco en un claro del bosque, aterrizando con suavidad. Bajo del ave, soltando los enganches que usaba para que el viaje fuese más seguro y cómodo. Acomodo mi capa, volviendo a ponerme la holgada capucha que había caído durante el trayecto. Después le ordeno quedarse ahí, tengo que investigar un poco los alrededores. Si sucede como en otros bosques no tardaré en encontrar seres viles como orcos o goblins. La última visita tocaron goblins, una decepción de 'aliados' ciertamente. En esta ocasión debo caminar al menos durante media hora para dar con algún signo de vida. Un pequeño grupo de orcos, cuatro o cinco, sentados alrededor de una hoguera mientras despiezan un pobre ciervo. Espero que no sean tan estúpidos como para atacarme en cuanto me adelanto hacia ellos, saliendo de los arbustos. Acompaño la salida quitándome la capucha, alzando la barbilla en un gesto de superioridad, con porte regio y altivo. Como la reina que nunca debí dejar de ser.

- Buenas noches, guerreros. Nuestras alianzas fueron poderosas y temibles no hace tanto, como muchos recodaréis. Tanto en Inglaterra como en Francia fuisteis tratados correctamente por los monarcas mágicos, entre los que me incluyo. Se os permitía vivir por donde eligieseis, no como ahora, que habéis quedado relegados a esconderos, más denigrados todavía que los magos. Os propongo uniros a nosotros, los Blood Keepers, en una guerra sin cuartel contra los repugnantes humanos. Ya no estaréis solos en la lucha nunca más. Todos los seres mágicos unidos conseguiremos derrotar a esa escoria que pretende reprimirnos y hacernos desaparecer, cuando son ellos los seres inferiores, débiles, inútiles. Y no seremos como esos magos en contra de la violencia, no...a esos podéis destrozarlos si queréis. Si os unís a nosotros podréis desatar tantas carnicerías como queráis, seréis libres de hacer lo que os plaza con las víctimas, saquear, robar. Difundid la palabra. Los defensores del pueblo mágico han vuelto. Reunid a vuestras filas. - suelto todo el discurso de una, para evitar interrupciones. Los orcos que al principio se mostraban hoscos y algo hostiles no dudan demasiado cuando se les propone seguir con la carnicería y recuperar el terreno perdido. Pero esta vez no solos, sino con aliados, con organización. Es necesario que vuelvan a unirse. El orco jefe del grupo se levanta alzando su maza, lanzando un gruñido tras decir que ya era hora. Pero proponen condiciones, también quieren un terreno propio, beneficios para los suyos. - Si conseguimos resultados, los tendréis. - las promesas son fáciles de hacer. Luego ya veremos. Tras acordar unas cuantas directrices y puntos de reunión me alejo de allí, volviendo hacia donde dejé a mi ave. Vuelvo a montar en ella, partiendo del lugar en un veloz vuelo, de vuelta a la isla.

Aparezco en el bosque de Galloway tras haber pasado brevemente por el hogar del clan. Allí me han informado por fin del paradero de Jarkko, que regresó a nuestro territorio hará pocos días. Lo poco que me han contado es que regresó sano y salvo después de algún tiempo desaparecido, al parecer había tenido algunos problemas. También me dijeron que se había marchado de nuevo, y que podría encontrarlo en este bosque, que es el lugar al que les dijo que se dirigía. No sé exactamente a qué habrá venido aquí, ni por dónde empezar a buscar. El bosque es grande y puede que tarde varias horas, a pesar de tener el olfato y el oído más desarrollados.

Comienzo a caminar por en lugar sin demasiada prisa, para no perderme ningún detalle. No recuerdo haber estado aquí antes, a pesar de conocer tantos bosques por eso de usarlos como refugio durante las noches de luna llena. Al menos aquí estoy haciendo algo más útil que esperar en el pasillo del edificio del cónclave, que parece eterno. Espero que al menos hayan llegado a algún tipo de acuerdo y actúen de manera efectiva, unidos. Así es como debe ser. Por mi parte voy a hacer todo lo posible por conseguir más fuerzas en la lucha común contra la Alianza. Tengo muchos motivos para odiarlos, y no me importaría ser bastante radical con ellos. Firmar la paz dejó de ser una opción hace mucho tiempo, al menos desde mi punto de vista. Lo veo como una solución irreal, que no está a nuestro alcance. Sigo divagando durante varios minutos más, sin perder de vista cualquier cosa que suceda a mi alrededor.

Tras un par de horas acabo llegando a un campamento abandonado, un lugar en el que un grupo se asentó durante un breve espacio de tiempo. Hay restos de una fogata, troncos para sentarse, huesos de comida...pero tiene pinta de ser algo que sucedió hace bastante. Decido descansar allí un rato, cerrando los ojos para concentrarme en cualquier posible rastro de Jarkko.

Me habia despedido de Azazel en la cueva pidiendole que se cuidase esta vez, pues algunos miembros del clan me habian comunicado que Ian queria verme. Llevaba muchisimo sin hablar con él... asi que me preguntaba que podía querer. Y mas en este bosque. Me lo conocía, pero no tanto como Sherwood. Aunque si que habia pasado aqui algunas tempradas cuando vivia solo...

Caminaba con calma atento a los sonidos de mi alrededor, ya estaba totalmente recuperado. Pronto fui capaz de reconocer a otro licántropo en la lejania, y me dispuse a seguir el rastro. Cuando estuve mas cerca pude identificarlo como Ian asi que aceleré un poco mi paso.

"espero que esta vez Azazel no se meta en ningun lio....aunque no es como si ella los buscase...."

Siento que estoy llegando a donde está Ian y entonces localizo un campamento. Me acerco silencioso por lo que pueda esperar ahi, aunque solo encuentro a Ian que está con los ojos cerrados....y como estoy de buen humor, saco mi espada lentamente.... jugando al cazador. E instantes despues me lanzo sobre él saltando desde un matorral descargando un golpe con mi espada dirigido a su cuello. Sinceramente, espero que me haya "visto" venir.

Permanezco con los ojos cerrados durante varios minutos más, centrándome de manera aislada en cada sonido que me rodea. Al principio parece que sólo escucho el sonido de mi propia respiración y de mis latidos, pero rápidamente pasan a difuminarse para dar paso a los sonidos del bosque. Las hojas mecidas por el viento, las aves nocturnas, los animales cercanos entre los arbustos...¿o debería decir un gran animal?

Abro los ojos en ese momento, seguro de que hay algo amenazante demasiado cerca.  No me equivoco, pues enseguida siento que alguien se abalanza a por mí cual depredador saltando sobre su presa. Esquivo por poco, tirándome hacia un lado para rodar por el suelo, alejándome lo suficiente del atacante como para poner pie y rodilla en tierra y sacar las espadas dobles que penden de mi cinturón. No iba errado en lo del ataque, aunque debí haber prestado más atención al olfato. Me habría dado cuenta de que no es amenaza alguna, sino precisamente la persona a la que andaba buscando.

– Puto Jarkko.- protesto mientras me pongo en pie, volviendo a envainar las espadas, aunque ganas me dan de usarlas.
- Eso de vivir a lo salvaje se te está yendo de las manos. – aunque por otro lado he de reconocer que he probado parte de esa vida al estar en el clan, y no me disgusta. Dentro de unos meses dudo que pueda hacerlo, se supone que tendré muchas responsabilidades, y eso me agobia un poco.

– Llevo un montón de tiempo buscándote. ¿Dónde cojones te habías metido? No hay quien te localice...en el clan me dijeron que estarías por aquí, así que por eso vine. ¿Te ha pasado algo? – lo miro un tanto extrañado, acercándome a él mientras me sacudo un poco la tierra que se me ha quedado en la nariz al rodar por el suelo.

Mi espada hendió el suelo cuando Ian, agil cual "gato", rodó y esquivó mi ataque sorpresa, dejando ademas preparadas sus cimitarras. Satisfecho por su reaccion me incorporé, envainando mi arma y sonriendo mientras ponía los brazos en jarras. Me llamó "puto", pero no me lo tomé demasiado mal.

- ¿Cómo que yéndose de las manos? No es normal saludar así a los amigos del clan? - la verdad, era mucho mas feliz desde que los había encontrado.

Me cruzo de brazos mudando la expresion cuando me acusa de "desaparecido" o algo asi.
- Lo mismo podria decirse de ti....donde te metes? No te vemos apenas por Llangoed. Yo he estado...

Vale, algo desaparecido habia estado, porque me habian ocurrido varias cosas. Me habia echado algo asi como una novia que luego habia intentado matarme y me habia dejado herido en la playa...casi criando malvas. Sonreí algo timido pensando como comenzar.

-Bueno, si que pasó algo. He conocido a alguien...una drow que vive en Sherwood. - como decirlo? Se habia convertido en alguien bastante importante para mi. Pero por mi cara y el tono de mis palabras ,seguro que él ya se habia dado cuenta de por donde iban los tiros. - Y luego un ser demoníaco la poseyó e intentó matarme. He estado en el hospital. Pero ahora ambos estamos bien. - dije aquello de la posesion como si solo hubiesemos sufrido un pequeño contratiempo, nada mas. - ¿Y tú? Ha pasado algo?

- Seh, los saludos del clan son un poco burros, pero conmigo no cuenta eso del saludo del clan, nos conocemos desde antes. -  alzo las cejas en plan "¿recuerdas?" para que  caiga en que nuestra amistad viene de antes y está por encima del clan. Es cierto que nos han acogido desde el principio como si fuésemos uno más, enseñándonos y guiándonos para ir controlando mejor  nuestra voluntad durante las transformaciones, pero eso no quita para que sigamos sintiéndonos atados a otros lugares a los que pertenecemos. Por mi  parte sigo sintiéndome parte de los renegados, con los que voy a seguir colaborando.

- Ya, he descuidado bastante los entrenamientos estos últimos meses. Realmente no hay excusa, debería haberme pasado antes. - no sé muy bien por dónde empezar a contarle, porque ha habido cosas buenas, como lo de Catherine, y cosas tristes, como descubrir por fin el paradero de mi madre. Prefiero no pensar en ello ni contarlo,  además no creo que Jarkko la recuerde. Él ya tenía algunas lagunas de memoria antes de que que le quedasen secuelas por la máquina de control de los licántropos, perdiendo todavía más información de su frágil memoria. Ha ido recuperándola, pero dudo que se acuerde de ciertas cosas.

Dejo que empiece él a contarme qué ha sido de su vida desde la última vez que nos vimos en Llangoed, alegrándome por lo que me cuenta sobre la persona que ha conocido y frunciendo el ceño con preocupación por la historia esa de que casi la mata. - ¿En serio? entonces tuve que cruzarme con ella, porque estuve en el enfrentamiento contra el demonio aquel y las personas que había poseído. Con razón no aparecías por ningún lado. Deberías llevar una moneda comunicadora, o hacerte un tatuaje mágico para poder enviar mensajes cuando haga falta. Yo me hice uno hace bastantes años. - después entorno los ojos con media sonrisa, cruzando los brazos para que me cuente más. No me lo imaginaba con una drow, así que me produce curiosidad.

- Vas a tener que explicarme más. Por mi parte...ha sido algo parecido, aunque he ido un poco más rápido, creo. - no sé si se puede calificar de rápido el haber acabado con Catherine después de conocernos desde hace más de dos años, pero sí que se han precipitado los acontecimientos desde que hicimos las paces. - Estoy con Catherine, de la gente de Ouroboros. No sé si te sonarán de algo. Y...seremos padres pronto. - concluyo tras respirar hondo para decir la última parte, esperando su reacción un tanto expectante. Creo que es la primera persona de fuera de la familia a la que se le digo.

- Da igual, eso no quita que te pueda añadir saludos nuevos- le rebatí, que aunque si recordaba que nos conociamos de antes, aquello dificilmente me iba a servir de excusa....aunque si bien es cierto, él mantiene mucho mas que yo los vinculos del pasado. De eso apenas tengo yo, no puede decirse que pertenezca ya a los renegados, puesto que me he entregado al clan casi al cien por cien. Mis anteriores vinculos.... Eran él y Adam. Y ya está. - Por cierto, como está tu padre? Llevo tiempo sin saber nada de él...está bien?

Lo miré algo sorprendido por lo de despues y di un paso hacia él
-En serio estuviste....o sea....que eres uno de los responsables de que ella ahora esté bien? Oh...entonces tengo que presentártela! En verdad, ya le he hablado un poco de ti. - qué? era mi unico amigo, asi que no era de extrañar que lo hubiese hecho. - Una moneda? La perderia con cada luna llena. Preferiría un tatuaje...puede ser mas practico. O...seguir practicando eso de la conexion mental de la que habla tanto Oren....ya sabes

Hice un gesto raro con mis manos alrededor de mi cabeza. A Oren costaba entenderlo muchas veces.... Pero sonrei al escucharlo decir que habia conocido tambien a alguien, una tal Catherine de Ouroboros de los que nunca habia oido hablar, como si me habla de la Paca del barrio de Molinicos....aun asi me crucé de brazos y lo miré muy alucinado por lo que me dijo de que iban a ser padres ya. Menudo paso.

-Wow...cachorros?...Enhorabuena...? Tienes que contarme muchas, muchas cosas me temo... - pero miré la luna y negué. - No será hoy. - no me preocupaba transformarme esta noche con Ian, en un bosque. Ya teniamos el suficiente autocontrol para no pelearnos entre nosotros....al contrario. - Pero mañana por la mañana , no te libras....

Porque si, habian quedado muchas preguntas sin responder, pero podriamos continuar pronto. Decidimos dejar aquel claro para adentrarnos mas en el bosque, donde nuestras voces cambiarian por aullidos a la luna llena durante el transcurso de la noche en Galloway. Ésta seria una luna pacífica.

La pequeña hoguera crepitaba en la oscuridad del Bosque de Galloway. Erevan descansaba sentado en una pequeña manta de piel sobre el pasto. Ese día sus brazos habían vuelto a fallarle al tensar el arco, el ciervo había huido y había tenido que cenar un conejo que Gwynt, su halcón peregrino, se había encargado de cazar para los dos.

Se subió las mangas de ambos antebrazos, allí estaban, la mancha que simulaba madera negra quemada se había extendido ligeramente sobre su piel sana. ¿Por qué no paraba de crecer? No lo sabía, pero no podía evitar recordar la última imagen que vio de sus padres al mirar sus antebrazos.

Gwynt voló desde una rama hasta su hombro al verle cabizbajo, y le picoteó levemente la mejilla.

- Lo sé amiga, lo sé – le acarició cabeza con cariño – creo que deberíamos salir de este bosque… quizás fuera, en algún lugar, encontremos a alguien que sepa curar esto – dijo alzando ambos brazos. - pero será mañana. Ahora a dormir.

A la mañana siguiente Gwynt voló alto siguiendo los rápidos pasos de Erevan a través del bosque. Todo estaba listo para salir al exterior. Finalmente, llegó a la linde de Galloway pero no sabía hacia donde ir. Quizás lo mejor sería acercarse a una ciudad.

Despues de toda la problematica que habiamos tenido en Ouroboros, en aquella ceremonia, y con tanta gente, sin duda habia sentido una fuerte necesidad de volver al bosque a relajarme y a seguir practicando el autocontrol durante las lunas llenas, aunque era algo que por algun motivo aun no lograba conseguir del todo.  Lo cual me frustraba bastante... pero segun las guias del clan la frustracion era algo que no iba a ayudarnos

Paseaba por el bosque intentando entender  todo aquello, como no frustrarme, pero no lo lograba. No me habia internado mucho en el corazon de Galloway esta vez, me habia quedado por el extrarradio. Pronto mi olfato de lobo captó algo y, casi de modo inconsciente comencé a seguir aquel rastro.  Iba con aquellas ojeras mias pronunciadas que me quedaban tras las lunas llenas, y con el pelo castaño hecho un lio y la mirada en el suelo. Cuando me di cuenta que iba siguiendo un rastro me detuve y olfateé el aire.

"elfos"

Una raza poco comun pero que si te ibas a encontrar en alguna parte, seguramente seria en un bosque. ME gustaban los elfos. Es decir, estaba saliendo con una drow... aunque tenia entendido que no eran lo mismo .Aun asi si habia un elfo por la zona, quiza podia intentar acercarme a el y entablar conversacion...

Tirando de mi habilidad de cazador intenté acortar distancias con el maximo sigilo posible.  Pero sabia que me escucharia tarde o temprano.... Mis pasos me condujeron casi hasta la linde del bosque. Debia de estar muy cerca, el olor se intensificaba.... Finalmente me parecio distinguir una mancha de color anaranjada  entre tanto verde y entre tanto arbusto  y entorné la mirada, deteniendome.

"uhmmm... espero que no se asuste....quizá lo mejor sea avisar?"

Me mordí los labios, dudoso. Una vez mas no se me daba bien interactuar. Genial. Ahora parecia un stalker acechando desde unos matorrales.

Gwynt graznó desde el cielo, y Erevan la miró. Sabía lo que ese tono significaba y pocas veces lo utilizaba, problemas. Agudizó su oído, y escuchó unas pisadas muy suaves tras de sí que se detuvieron. Dudó durante un instante, ¿sería un animal salvaje o tal vez algún humano en busca de criaturas raras?

Lo cierto es que no sabía nada del mundo actual desde que se internó en el bosque y habían pasado unos 100 años si no había contado mal. Quizás era un peligro todavía peor... Decidió respirar hondo y girarse.

--¿Quién anda ahí? - dijo con aparente calma. Gwynt seguía sobrevolando la zona sobre él. Si fuera un animal salvaje ya habría atacado... Tenía que ser otra cosa. Sus ojos azul claro escudriñaron el bosque en busca de alguna figura.

Oi el grito de un halcón y miré haci arriba por un momento,aunque no localicé al animal. Estaria con el elfo? Por la cercania  de como lo escuché.... no debia de estar muy lejos, quiza volando por encima.

Pero volvi mi mirada al elfo, viendolo girarse y hablarle al aire. Sin duda, me habia oido. Tenian un oido muy fino...si. Al menos no se habia puesto a disparar flechas en mi direccion. Decidí que era el momento de dejar de parecer una amenaza.

-Nadie peligroso! - levanté mis manos y sali de mi  escondite, en plan "no soy una amenaza, mira" caminando despacio hacia el elfo. - Sólo un licántropo.

"eeeehhh si, nada peligroso"

- Tu eres un elfo, verdad? Los elfos no son enemigos mios.... me llamo Jarkko. Suelo visitar este bosque. Ya sabes...huir del mundanal ruido....

Tragué saliva y me detuve, no queria acercarme demasiado sin saber de que palo iba.  - Olí tu rastro y te seguí. No se suelen ver muchos elfos estos dias.

- Nadie peligroso relativamente, ¿no? - sonrió amistosamente al hombre que acababa de aparecer de entre los matorrales. Hizo un gesto al aire y su halcón peregrino bajó volando hasta posarse en su antebrazo. - Entiendo lo que dices de buscar la paz... el bosque de Galloway siempre ha sido tranquilo. Aunque lo mejor es observar el cielo nocturno desde aquí...

Carraspeó levemente, esperando no haber abrumado al recién llegado con toda su charla. Lo cierto es que hacía mucho que no hablaba con nadie más a parte de Gwynt, y era más bien un monólogo. Clavó sus ojos azul hielo en la figura del hombre, analizándole de arriba a abajo.

-La verdad - dijo finalmente - No tengo nada en contra de los licántropos. Recuerdo que antaño eran muy perseguidos por los humanos... - quedó pensativo durante un instante - Quizás ahora sea diferente... disculpa mi desconocimiento, llevo muchos años en este bosque - dijo con una sonrisa.

- Bueno, tengo algunas noches malas...pero estoy intentando trabajar sobre eso - respondí asi a su pregunta de "relativamente peligroso". Su halcón bajó y lo seguí con la mirada, decidiendo acercarme un poco mas ahora que no me parecia un elfo hostil. - Bonito halcon, lo usas para cazar?

Me detuve a una distancia mas prudencial para mantener una conversacion de modo normal pero cuando noté que me analizaba de arriba abajo con esos ojos tan claros me crucé de brazos, tenia la sensacion de estar siendo escaneado e instintivamente puse barreras, aunque fuesen posturales.

- Oh seguimos siéndolo. - eso en cuanto a si seguiamos perseguidos o no por los humanos. - Aunque no por todos...pero si la gran mayoria.

Fruncí mi ceño, el elfo no parecia tener mucha idea del mundo exterior.
- Como cuantos años llevas sin salir de aquí?

"Y estaba en la linde..."

- ... te disponias a salir ahora?

- Gwynt me ayuda con muchas cosas, pero sobretodo para cazar, sí - se quedó pensativo durante un instante. - ¿Aquí? Pues sí no he calculado mal el tiempo llevaré como 100 años... creo - soltó una suave y melódica risa, - ni yo me creo que lleve tanto tiempo aquí encerrado. Y perdona sí he sido descortés mirándote tan fijamente, no había visto a nadie en todo este tiempo a parte de mi reflejo en el agua.

Bajó la mirada con gesto melancólico pero el halcón le picoteó la mejilla levemente, y el elfo sonrió.
- Sí, me disponía a salir. Necesito encontrar un médico que pueda curarme. Mis conocimientos no llegan a tanto.

- Por cierto, me llamo Erevan, Erevan Siannodel. - le tendió la mano de forma amistosa. - Espero que estrechar la mano siga siendo costumbre... si no estaré quedando como un tonto. - rió.

¿Cien años? Acababa de decir cien años? Ahora fui yo quien lo miró de arriba a abajo. Cien años para mi era como decir....toda una vida. De la cuna a la tumba. Sin embargo él se veia como un hombre joven. Claro que....

"a veces parece que se te olvida que el tiempo no transcurre igual para humanos que para elfos...."

-No...tranquilo.... si llevas 100 años aqui sin cruzarte con gente apenas, lo entiendo...

Parecia que su situacion actual de aislamiento lo entristecia en cierto modo. Y a quien no? Por mucho que seamos de cierta manera, todos necesitamos de la gente aunque sea un poco.
- Déjame ayudarte, si te dispones a salir. Conozco como están las cosas afuera... no se si te habran llegado noticias pero este territorio, como casi todo el mundo, está en guerra. Quedan pocas zonas, tal como esta, a donde parece que aun no le ha tocado todavia el momento de sucumbir.

"un medico? Es un elfo. Que puede ocurrirle a un elfo?"

Me acerqué a él y extendí mi mano, estrechando la suya con cierto impetu. - Sigue siendo costumbre....Erevan? Yo soy Jarkko Cirth. Pero dejalo en Jarkko...nadie me llama Cirth.... vale, acompáñame....medicos eh...? Conozco mas gente por la zona de londres...

"no se si puedo llevarlo a mi clan, alli tenemos sanadores pero no se que tipo de problema tiene ni si podrian ayudarlo...ademas antes debo conocerlo mejor...solo por si acaso"

Echamos a andar. Le pedi que me siguiera y dejamos el bosque atrás. Me di cuenta de que si seguiamos caminando tardariamos muchisimo tiempo, asi que le propuse usar el teletransporte. Explicandole un poco de que iba, y que al principio podia marear bastante, sobre todo si nunca lo habia usado.... al final, le puse la mano sobre el hombro, pues el contacto era necesario, y nos desaparecimos de aquel area rumbo a otra zona mas poblada. Esperaba internamente que las tabernas no lo espantasen demasiado, pues alli nos dirigiamos.

Conseguí escabullirme del castillo infernal de los Descendientes tras aprovechar la confusión y el caos del final de la reunión, paliza a Rybar incluida, así que tras eso me alejé a paso rápido de los terrenos del lugar, para llegar al cabo de una hora o más hasta el bosque más cercano al lugar. Aquí se supone que he citado al jefe de los Soul para hablar del tema de la calaveras, pues me interesa mucho saber más acerca de esos míticos objetos. He podido ver una de ellas con mis propios ojos, en el báculo de ese hombre, pero parecía un objeto carente de vida en el momento.

Durante la larga caminata hasta el bosque no dejo de plantearme si ese material de las calaveras puede ser un opuesto a ese extraño mineral que genera un campo que bloque la energía mágica. No sé si podría usarlo en el diseño de la máquina que hice con mi compañera Lorelei hace unos años, pero la curiosidad por probarlo me puede. Eso e ir a los lugares que han mencionado en la reunión, por supuesto. Sólo falta saber si Khaled está dispuesto a colaborar conmigo, puesto que dudo que se lleve bien con los Blood, e incluso con los snob de los Descendientes. Me siento a esperar en la linde del bosque, sin adentrarme demasiado por si acaso el tipo decide no presentarme. No me ha dado ninguna garantía, pero tampoco es que tenga nada que perder por venir aquí.

Sigo a Tobías en la distancia durante una hora larga, justo desde que lo vi intentando escabullirse en la reunión del castillo Le Fay. El tipo había aprovechado convenientemente el jaleo para irse, pero no le iba a resultar tan sencillo pasar de todo, sea lo que sea que esté tramando. No es la primera vez que busco un ajuste de cuentas con alguien que me ha hecho daño en el pasado. La vez anterior acabó bastante mal, así que eso debería disuadirme, pero no lo hace. Creo que la situación es muy diferente y esta vez no hay demonios y posibles posesiones de por medio. Esta vez sólo es un tío sin escrúpulos que ha querido jugar a ser dios, y le ha salido el tiro por la culata. Y todo empezó jodiendo a otros, más concretamente a mí y a los hijos de Setelah.

Me acerco con sigilo cuando veo que se detiene en la linde del bosque, dando un pequeño rodeo para adentrarme un poco entre los árboles y así poder sorprenderle desde atrás. Acorto la distancia todo lo posible en cuanto lo localizo de nuevo, sacando la katana para colocarla en su cuello, muy despacio. - Las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando todo va mal, he aquí la prueba. - aprieto la katana contra su cuello, provocando que comience a caer un hilillo de sangre, aunque por ahora no llego a herirle más. - Ponte en pie y gírate. Rápido. - le ordeno apretando un poco más, hasta el punto de que ya debe empezar a dolerle. - ¿Te acuerdas de mí? ¿te acuerdas de lo que hacías en tu castillo, de tus experimentos? parece que ahora todo se revuelve para darte una patada en los morros. - y patada precisamente no le pego, pero sí un puñetazo en toda la cara tras apartar rápidamente la katana.

Espero por un buen rato a la llegada de Khaled, comenzando a asumir que ha pasado de mí y que no va a venir. Seguro que lo que ha escuchado en la reunión sobre mi persona ha hecho que se eche atrás y no quiera hacer negocios conmigo.  Bufo molesto, decidido a levantarme dentro de 10 minutos si no aparece.

"idiota...iré a Turín de todos modos, con o sin ellos"

Justo cuando voy a marcharme noto que algo me pincha en el cuello, haciendo que me quede estático al darme cuenta de que es una espada. Reconozco la voz, soy bueno para recordar esas cosas, y por ello no puedo evitar lanzar una risa burlona cuando me doy la vuelta lentamente, con las manos en alto. En ese momento confirmo que es ella, la mujer gracias a la cual descubrí el extraño material antimagia. Curiosamente el mismo mencionado por el repelente y flamante nuevo guardián, Setelah. - Claro que me acuerdo...resultó muy útil para dar un empujón a la investigación que Lorelei y yo traíamos entre manos. Para que luego se lleven el mérito esos humanos de mierda...-  sonrío con suficiencia, apartándome un poco para evitar que su puñetazo me golpee de lleno en las narices. Sí que me llevo un buen golpe en la mejilla, retrocediendo unos cuantos pasos de espaldas. Me llevo la mano a la zona golpeada, haciendo un sonido de reproche.  - Espero que los niños estén bien. - comento con el tono más falso del mundo, refiriéndome a los dos bebés de los que saqué el material cuando la secuestré hace 3 años. Muchos me odian, así que que se ponga a la cola.

 - Así que por eso me odiaba tanto el estúpido extravagante de los tatuajes...esos mocosos eran suyos. No he conocido antes a nadie con esa clase de poder. - trato de pillarla desprevenida al realizar esa asociación que he hecho entre ella y el otro, desenvainando rápidamente mi espada para lanzar una estocada contra su abdomen. Tal vez es lo que debí haber hecho la vez anterior, tras beneficiarme de lo que obtuve con ella.

 - No tengo intención de recibir las ganas de venganza de nadie. - no consigo acertar de pleno con la estocada, pero tampoco tengo intención de entretenerme a pelear con ella. Tengo que dejarla fuera de juego para regresar a mi castillo cuanto antes, pero me da la impresión de que va a ser difícil de vencer de manera rápida. Echo a correr de manera imprevista, metiéndome por el bosque para ver si así consigo despistarla, y que mientras me de tiempo a usar alguna estratagema.
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éxito: se la clavaa
fallo: no la hiere mucho

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