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DESCRIPCION PRE- S.A.M: Localizado en las afueras del pueblo. Este bosque milenario ha sufrido grandes daños por su proximidad con el atacado pueblo de Bastion Hollow, perdiendo parte de su superficie y biodiversidad. Las partes más cercanas a la ciénaga de Norvel Twonk son algo pantanosas. Cuida tus pasos en este bosque si no quieres acabar perdido o siendo atacado por algunas criaturas mágicas de las que viven aquí.
ACTUALMENTE:
El bosque es ahora un lugar frondoso, artificialmente restaurado mediante las nanotecnologias de la I.A S.A.M-9917
ACTUALMENTE:
El bosque es ahora un lugar frondoso, artificialmente restaurado mediante las nanotecnologias de la I.A S.A.M-9917
- TRAS LA INTERVENCION DE S.A.M:
- Similares casos se daban alrededor de todo el mundo. Ecosistemas, por largo tiempo destruidos o mermados. Biomas perdidos, enclaves destruidos, algunos hace tiempo, otros recientemente y por lógica propia.
Y de modo similar, empezaban a ser restaurados. Ahora, que el control de la I.A se expandía por gran parte de la superficie allá por donde ya no quedaba resistencia, la restauracion de la naturaleza daba comienzo. Era el siguiente paso de la evolución, el siguiente escalon para la trascendencia.
Una horda de drones llegó al lugar. Pero no eran drones de guerra, en este caso traian consigo las mas evolucionadas tecnologias, desarrolladas directamente en la Ciudadela Alpha. Tecnologías para purificar y desintoxicar el agua. Para desenvenenar la tierra y los arboles, para hacer fértil de nuevo el suelo, para limpiar el aire, para regenerar lo destruido. Nanotecnologías para acelerar el crecimiento de árboles y matorrales, y lograr que creciesen en dias lo que tardarían décadas.
Como un enjambre de abejas salidas de la colmena, los drones trabajaban de modo incansable. El proceso de resurrección de este bosque duraría siete días. A su conclusión, los drones se retiraron. La vida animal no tardaría en acudir y repoblar de nuevo aquel lugar.
Ahora el bosque de Walden tambien formaba parte del todo.
Esta vez me habia alejado un poco más para mi transformacion, dirigiendome a un bosque del extrarradio. Camino por el siniestro y oscuro bosque, que esta lleno de crugidos y susurros extraños, que sin embargo no me molestan. La noche debia de haber sido tranquila porque no tengo ninguna herida, y al recobrar la consciencia al amanecer estaba tirado entre un monton de hojas secas, sin compañías indeseadas. Me habia puesto en pie y habia caminado, intentando ubicarme, orientarme...
"...creo que fue en un bosque así donde me mordió aquel licántropo blanco, hace ya unos años. Y estaba cerca de Bastion, también. Sería este?"
No solia poner mucha atencion a esos detalles, pero si recordaba que era un bosque tetrico y medio mortecino. Sigo andando por el bosque, tal como mi madre me trajo al mundo: en pelotas. Pero aunque suene cutre, la noche anterior habia tenido tiempo de poner a salvo mis pantalones...que...seamos sincero...a veces un hombre lobo no gana para ropa y no puede andar cargandose unos pantalones una vez por mes. Y menos yo, que soy pobre y ademas no se coser ni arreglar prendas. Asi que me los habia quitado y los habia dejado por ahi colgados en un arbol, junto otras de mis pertenencias, las cuales habia metido en un hueco de la madera. Al llegar al arbol, me enfundo mis pantalones y me pongo mis chanclas. Recupero mis efectos personales que tambien habia dejado ahi, pensando que...
"necesito una bolsa tipo doraemon, en serio. Seria genial"
Lo unico que no habia traido aqui era mi katana. Demasiado apreciada como para dejarmela tirada en mitad del bosque, y ahora mismo la echaba de menos. Escudriño a mi alrededor, si bien es cierto que estoy bastante cansado....primero Buckingham y ahora la luna llena. Pero habia sido noche de lobos y nada me asegurase que cierto individuo no andase por el área... asi que me siento en la base del arbol, cruzando las piernas tranquilamente a lo indio. Cierro los ojos, que ese bosque es bastante oscuro y no ayuda mucho la vista, potenciando asi la funcion de los otros sentidos, sobre todo el del oido, aunque el del olfato tampoco se queda muy atrás.
"y tambien necesito encontrarlo. Maldito Lucio. Ya podia haberme dado más pistas"
"...creo que fue en un bosque así donde me mordió aquel licántropo blanco, hace ya unos años. Y estaba cerca de Bastion, también. Sería este?"
No solia poner mucha atencion a esos detalles, pero si recordaba que era un bosque tetrico y medio mortecino. Sigo andando por el bosque, tal como mi madre me trajo al mundo: en pelotas. Pero aunque suene cutre, la noche anterior habia tenido tiempo de poner a salvo mis pantalones...que...seamos sincero...a veces un hombre lobo no gana para ropa y no puede andar cargandose unos pantalones una vez por mes. Y menos yo, que soy pobre y ademas no se coser ni arreglar prendas. Asi que me los habia quitado y los habia dejado por ahi colgados en un arbol, junto otras de mis pertenencias, las cuales habia metido en un hueco de la madera. Al llegar al arbol, me enfundo mis pantalones y me pongo mis chanclas. Recupero mis efectos personales que tambien habia dejado ahi, pensando que...
"necesito una bolsa tipo doraemon, en serio. Seria genial"
Lo unico que no habia traido aqui era mi katana. Demasiado apreciada como para dejarmela tirada en mitad del bosque, y ahora mismo la echaba de menos. Escudriño a mi alrededor, si bien es cierto que estoy bastante cansado....primero Buckingham y ahora la luna llena. Pero habia sido noche de lobos y nada me asegurase que cierto individuo no andase por el área... asi que me siento en la base del arbol, cruzando las piernas tranquilamente a lo indio. Cierro los ojos, que ese bosque es bastante oscuro y no ayuda mucho la vista, potenciando asi la funcion de los otros sentidos, sobre todo el del oido, aunque el del olfato tampoco se queda muy atrás.
"y tambien necesito encontrarlo. Maldito Lucio. Ya podia haberme dado más pistas"
Hades Pyro
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Me estiro duramente. Tras pasar la última parte de la noche acostado en un árbol esperando a que pasara la luna llena mi cuerpo se encontraba en malas condiciones. Las pociones matalobos me caían de lo peor, mi cuerpo necesitaba las transformaciones, sobre todo en mí.
Odie cada segundo de esa noche, pero mis deberes eran de necesidad mayor. No tenía fuerza, me siento un poco enfermo aún ahora, pero había contactado con algunos de los postulantes que tenía para mi clan. El último era en quien tenía más fe.
Llevaba ya varios minutos caminando hacia él. Lo había olfateado hace rato, la transformación dejaba un aroma particular en los lycans, y eran fáciles de encontrar.
Lo veo a la distancia, tirada sobre la base de un árbol y al acercarme le tiro a los pies un periódico del día.-Parece que causaste una buena impresión sobre la bruja humana de Londres- Le digo haciendo mención a la parte del artículo en que lo mencionaban.
Me siento a un par de metros de él mirándolo a los ojos y acomodándome relajado. -Tuviste una gran presentación, y me sorprende verte de pie, luego de usar tanta magia y pasar la transformación- Mi voz está suave, relajada, como si hablara con mi abuela. Para mí, la última vez que nos vimos había sido una cita romántica en la que todo había salido bien.
Odie cada segundo de esa noche, pero mis deberes eran de necesidad mayor. No tenía fuerza, me siento un poco enfermo aún ahora, pero había contactado con algunos de los postulantes que tenía para mi clan. El último era en quien tenía más fe.
Llevaba ya varios minutos caminando hacia él. Lo había olfateado hace rato, la transformación dejaba un aroma particular en los lycans, y eran fáciles de encontrar.
Lo veo a la distancia, tirada sobre la base de un árbol y al acercarme le tiro a los pies un periódico del día.-Parece que causaste una buena impresión sobre la bruja humana de Londres- Le digo haciendo mención a la parte del artículo en que lo mencionaban.
Me siento a un par de metros de él mirándolo a los ojos y acomodándome relajado. -Tuviste una gran presentación, y me sorprende verte de pie, luego de usar tanta magia y pasar la transformación- Mi voz está suave, relajada, como si hablara con mi abuela. Para mí, la última vez que nos vimos había sido una cita romántica en la que todo había salido bien.
Sigo sentado en la base del árbol, ojos cerrados, hasta que mis oídos finalmente captan unas pisadas y un aroma particular que ya podía reconocer. Abro los ojos rato antes de que Hades aparezca frente a mi, mirándolo cuando por fin lo tengo delante.
-Puntualidad, asi me gusta.
Me arroja cerca unos papelujos, que bien parecen un periódico. Al escuchar sus palabras, los tomo entre mis manos mientras él se sienta frente a mi a unos cuantos metros. La atmosfera de momento no es demasiado tensa, pero asi comenzamos la otra vez, y acabamos a hostia limpia. Leo parte de los artículos, lo mas rápido que puedo. La mitad son mentiras indignantes o verdades a medias, no me van a pillar desprevenido en eso, pero suelto un “¡JA!” cuando veo la parte en la que se nos menciona, con nuestro nombre, mas o menos.
- Es la Brigada de las Mil Grullas, anciana! Tsk! – dejo los periódicos a un lado, mirando a Hades. Y pensando en Mérida por un momento.
El tío me habla la mar de tranquilo, y yo ahora no voy a ponerme nervioso. Tras la batalla y la luna llena, había ya desfogado lo mio, y las ganas de atirarme a su yugular están un poco mas bajo control.
-Parece que sabes mucho. Es que pasabas por Trafalgar de turismo y nos llegaste a ver? Sí, armamos una buena. –La Brigada había cumplido. Aunque me disgustaba que se nos atribuyeran victimas civiles, puesto que era algo que habíamos evitado. –Lo de tu clan. Vengo a cumplir con mi promesa. Te dije que accedía a conocerlos.
“no tengo inconveniente en ello”
-Pero mi posición sigue siendo la misma, Hades. Sobre todo después de que amenazases a uno de los míos.-eso ultimo se lo digo con firmeza, sosteniéndole la mirada en todo momento.
-Puntualidad, asi me gusta.
Me arroja cerca unos papelujos, que bien parecen un periódico. Al escuchar sus palabras, los tomo entre mis manos mientras él se sienta frente a mi a unos cuantos metros. La atmosfera de momento no es demasiado tensa, pero asi comenzamos la otra vez, y acabamos a hostia limpia. Leo parte de los artículos, lo mas rápido que puedo. La mitad son mentiras indignantes o verdades a medias, no me van a pillar desprevenido en eso, pero suelto un “¡JA!” cuando veo la parte en la que se nos menciona, con nuestro nombre, mas o menos.
- Es la Brigada de las Mil Grullas, anciana! Tsk! – dejo los periódicos a un lado, mirando a Hades. Y pensando en Mérida por un momento.
El tío me habla la mar de tranquilo, y yo ahora no voy a ponerme nervioso. Tras la batalla y la luna llena, había ya desfogado lo mio, y las ganas de atirarme a su yugular están un poco mas bajo control.
-Parece que sabes mucho. Es que pasabas por Trafalgar de turismo y nos llegaste a ver? Sí, armamos una buena. –La Brigada había cumplido. Aunque me disgustaba que se nos atribuyeran victimas civiles, puesto que era algo que habíamos evitado. –Lo de tu clan. Vengo a cumplir con mi promesa. Te dije que accedía a conocerlos.
“no tengo inconveniente en ello”
-Pero mi posición sigue siendo la misma, Hades. Sobre todo después de que amenazases a uno de los míos.-eso ultimo se lo digo con firmeza, sosteniéndole la mirada en todo momento.
Hades Pyro
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Mi cuerpo está un poco tieso, no es por nada particular, pero aunque me he ablandado, sigo sin sentirme comodo e n presencia de pares masculinos. Eso es algo que no muy pronto se borrará de mí. Más allá de eso, Lykaios era inteligente y cabeza dura como yo. Por momentos, era como mirarse al espejo.
Sonrío de lado cuando corrige algo que habían dicho al periódico. No entiendo porque le da tanta importancia a un asunto tan vano, para mí leer el periódico muggle era como una sección de chistes y datos graciosos.
"Menos de diez muertos? Pero si en cualquiera de mis almuerzos caen por lo menos 15"
Asiento cuando me comenta mi presencia. -Que suerte la mía, salí a por un té londinense, y ahí estaba un grupo de magos semi muertos atacando a una decena de soldaditos. Las vueltas del destino son graciosas... - Le comento sanjando el tema, yo vigilo a mis pupilos, y siempre lo haré.
-No- Corto tajante. -Yo te dije que lo harías cuando estuvieras listo.- Le señalo su propio cuerpo, recuperandose lentamente gracias a su gen lycan pero con gesto despectivo. -Y no pienso llevarte en este estado a ver a mi familia.-
Esa palabra, casi podía sentir mi lengua trabarse al pronunciarla, una parte de mí aún extraña la soledad.
-Te respeto, te odio un poco, y te cuidaré en todo momento, aunque deba hacerlo de ti mismo en un futuro. Y eso es porque algún día, serás parte de mi familia.- Me rasco la barba mientras tomo aire para continuar. -Pero no ha llegado el momento todavía.-
"Amas demasiado tu parte humana."
Le tiro un pequeño paquete envuelto en papel de ese plateado de comida. Dentro, hay una especie de ensalada con muchas cosas proteinicas y nada de carne.
-Un regalo de nuestra cocinera. Se ve horrible, pero sabe bien, te dará energía rápidamente.- Lo observo luego de arrojarle el paquete, había pasado un mes desde que nos conocimos, y parece que no habían quedado secuelas en él tampoco.-Así que dime, como están tus pequeños amigos- Si, yo, Hades Pyro, estoy.... "charlando", asco.
Sonrío de lado cuando corrige algo que habían dicho al periódico. No entiendo porque le da tanta importancia a un asunto tan vano, para mí leer el periódico muggle era como una sección de chistes y datos graciosos.
"Menos de diez muertos? Pero si en cualquiera de mis almuerzos caen por lo menos 15"
Asiento cuando me comenta mi presencia. -Que suerte la mía, salí a por un té londinense, y ahí estaba un grupo de magos semi muertos atacando a una decena de soldaditos. Las vueltas del destino son graciosas... - Le comento sanjando el tema, yo vigilo a mis pupilos, y siempre lo haré.
-No- Corto tajante. -Yo te dije que lo harías cuando estuvieras listo.- Le señalo su propio cuerpo, recuperandose lentamente gracias a su gen lycan pero con gesto despectivo. -Y no pienso llevarte en este estado a ver a mi familia.-
Esa palabra, casi podía sentir mi lengua trabarse al pronunciarla, una parte de mí aún extraña la soledad.
-Te respeto, te odio un poco, y te cuidaré en todo momento, aunque deba hacerlo de ti mismo en un futuro. Y eso es porque algún día, serás parte de mi familia.- Me rasco la barba mientras tomo aire para continuar. -Pero no ha llegado el momento todavía.-
"Amas demasiado tu parte humana."
Le tiro un pequeño paquete envuelto en papel de ese plateado de comida. Dentro, hay una especie de ensalada con muchas cosas proteinicas y nada de carne.
-Un regalo de nuestra cocinera. Se ve horrible, pero sabe bien, te dará energía rápidamente.- Lo observo luego de arrojarle el paquete, había pasado un mes desde que nos conocimos, y parece que no habían quedado secuelas en él tampoco.-Así que dime, como están tus pequeños amigos- Si, yo, Hades Pyro, estoy.... "charlando", asco.
-Claro, te pega mucho tomar el té. –sabia mas bien poco de este tio, pero por lo que sabia, me imaginaba de sobra que el té no era su bebida. En absoluto.
-Solo soldados…. No viste, ya sabes, a los robots gigantes? –hago un gesto vago con mi mano indicando la altura de las maquinas, por encima de mi cabeza. Claro que eran mucho mas grandes.
No pierdo el tiempo en preocuparme por el hecho de que Hades pudiese estar siguiéndonos, rastreando nuestros pasos. Él se niega en rotundo a que conozca ahora a su clan, aunque en esta ocasión, los llama “familia”. Eso es algo mas cercano a mi concepto de clan. Mis hombros están rectos en todo momento mientras lo oigo hablar, al igual que mi espalda. Estoy cansado, si. La transformación siempre agota. La batalla también me había agotado. Pero no me encontraba en mal estado, había estado peor otras muchas veces.
-No tengo prisa.
Le contesto con el ceño algo fruncido. Es cierto, no la tengo. Podia esperar, pero igual cuando el considerase oportuno el momento, a mi no me lo parecía tanto. Me sorprende cuando dice que me tiene respeto, pues no es eso lo que me había demostrado al atacar de ese modo tan sanguinario a alguien de mi Brigada.
-Yo respeto tu fuerza, es todo lo que puedo decirte. No necesito que cuides de mi, sobre todo si tu concepto de cuidar a alguien es chuscarrar las manos de sus amigos.
“y sigue erre que erre”
Me tira algo cerca de mi, un paquete de comida? Lo miro y me cruzo de brazos, sin tocar el paquete. Huele bien. Levanto ligeramente mi barbilla. Noto mis tripas retorcerse. El muy cabrón ahora está intentando ganarse mi favor no a hostias, si no con palabras buenas y comida. COMIDA. Agarro el paquete y lo olfateo.
-Dale las gracias a tu cocinera. Lo usaré. –luego pregunta por mis “pequeños amigos” y yo suelto una carcajada. –Vamos Pyro, no me hagas creer que de verdad te interesan. Están bien. Recuperándose todos ellos. ¿Y tu familia? Por que no me cuentas algo de ellos?
Levanto la mirada del paquetito de comida que estaba desliando, dejando de dedicarle atención a eso para dedicársela al Pyro, con media sonrisa. –Que otras opciones tenemos…? Fingir que podemos hablar, o darnos de hostias?
-Solo soldados…. No viste, ya sabes, a los robots gigantes? –hago un gesto vago con mi mano indicando la altura de las maquinas, por encima de mi cabeza. Claro que eran mucho mas grandes.
No pierdo el tiempo en preocuparme por el hecho de que Hades pudiese estar siguiéndonos, rastreando nuestros pasos. Él se niega en rotundo a que conozca ahora a su clan, aunque en esta ocasión, los llama “familia”. Eso es algo mas cercano a mi concepto de clan. Mis hombros están rectos en todo momento mientras lo oigo hablar, al igual que mi espalda. Estoy cansado, si. La transformación siempre agota. La batalla también me había agotado. Pero no me encontraba en mal estado, había estado peor otras muchas veces.
-No tengo prisa.
Le contesto con el ceño algo fruncido. Es cierto, no la tengo. Podia esperar, pero igual cuando el considerase oportuno el momento, a mi no me lo parecía tanto. Me sorprende cuando dice que me tiene respeto, pues no es eso lo que me había demostrado al atacar de ese modo tan sanguinario a alguien de mi Brigada.
-Yo respeto tu fuerza, es todo lo que puedo decirte. No necesito que cuides de mi, sobre todo si tu concepto de cuidar a alguien es chuscarrar las manos de sus amigos.
“y sigue erre que erre”
Me tira algo cerca de mi, un paquete de comida? Lo miro y me cruzo de brazos, sin tocar el paquete. Huele bien. Levanto ligeramente mi barbilla. Noto mis tripas retorcerse. El muy cabrón ahora está intentando ganarse mi favor no a hostias, si no con palabras buenas y comida. COMIDA. Agarro el paquete y lo olfateo.
-Dale las gracias a tu cocinera. Lo usaré. –luego pregunta por mis “pequeños amigos” y yo suelto una carcajada. –Vamos Pyro, no me hagas creer que de verdad te interesan. Están bien. Recuperándose todos ellos. ¿Y tu familia? Por que no me cuentas algo de ellos?
Levanto la mirada del paquetito de comida que estaba desliando, dejando de dedicarle atención a eso para dedicársela al Pyro, con media sonrisa. –Que otras opciones tenemos…? Fingir que podemos hablar, o darnos de hostias?
Hades Pyro
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No le digo nada. Aunque podría preferir algo más fuerte, el té no era una opción tan mala. Cuando me habla de los centinelas le respondo levantando los hombros para quitarle importancia. -Los humanos se creen muy geniales con esos mamarrachos ¿no? Por la forma en la que los usan, no deben tener mas de unas decenas, y al paso en que los atacan.... - Estoy por decir algún insulto a la Brigada, pero me lo contengo. -Tu Brigada, no les quedarán más en un mes. Deberías atacarlos en ese tiempo mas o menos-
Tengo un plan completo, sé cuando Lykaios estará listo, y cuando iré a buscarlo, y sé, que se unirá a mí. Lo miro a los ojos cuando me responde que respeta mi fuerza, para nuestra clase, y para su futura participación en el Clan, es exactamente lo que necesito.-Bueno, en mi defensa, estaba en medio de una entrevista cuando comenzó a dispararme.- Asiento ante su agradecimiento. Probablemente no le diga nada, Cookie sabe que le agradece, todos lo hacen, esa vieja cocinera es la mejor de todos los tiempos. -No me interesan, tienes razón. No soy bueno con las... "charlas"-
Estoy un rato hablándole, le cuento más de Cookie, de Makael el cazador, del viejo Rynks, de los gemelos y al final, de mi esposa, Lorelai. Me guardo la información de mis hijos, solo los nombro, para mí son un secreto que debe mantenerse lo mejor posible. Cuando termino me pregunta sobre nuestras posibilidades, es ese momento en que debo serle sincero. -Hay pocas. No es... "necesario" pelear, aunque no me niego si quieres la revancha. Charlar.... no es lo nuestro. Hay otras cosas, muchas más, pero como dije antes lamentablemente aún no estás listo. Así que sí, cuidaré de ti en la distancia hasta que llegue el día en que nos necesites- Puedo sentir a todo mi clan a mi lado en cuanto le digo esas palabras -La historia para los lycan es siempre la misma. Toma algunas vueltas diferentes, pero todas terminan en muerte y sufrimiento. Yo voy a detener eso para todos los que tengan la fuerza para sobrevivir. Yo sé que tú lo harás, y es por eso que estoy frente a ti. Cuando llegue el día, estarás a mi lado, luchando contra la oscuridad, y modificando la historia escrita en nuestro adn.-
Tengo un plan completo, sé cuando Lykaios estará listo, y cuando iré a buscarlo, y sé, que se unirá a mí. Lo miro a los ojos cuando me responde que respeta mi fuerza, para nuestra clase, y para su futura participación en el Clan, es exactamente lo que necesito.-Bueno, en mi defensa, estaba en medio de una entrevista cuando comenzó a dispararme.- Asiento ante su agradecimiento. Probablemente no le diga nada, Cookie sabe que le agradece, todos lo hacen, esa vieja cocinera es la mejor de todos los tiempos. -No me interesan, tienes razón. No soy bueno con las... "charlas"-
Estoy un rato hablándole, le cuento más de Cookie, de Makael el cazador, del viejo Rynks, de los gemelos y al final, de mi esposa, Lorelai. Me guardo la información de mis hijos, solo los nombro, para mí son un secreto que debe mantenerse lo mejor posible. Cuando termino me pregunta sobre nuestras posibilidades, es ese momento en que debo serle sincero. -Hay pocas. No es... "necesario" pelear, aunque no me niego si quieres la revancha. Charlar.... no es lo nuestro. Hay otras cosas, muchas más, pero como dije antes lamentablemente aún no estás listo. Así que sí, cuidaré de ti en la distancia hasta que llegue el día en que nos necesites- Puedo sentir a todo mi clan a mi lado en cuanto le digo esas palabras -La historia para los lycan es siempre la misma. Toma algunas vueltas diferentes, pero todas terminan en muerte y sufrimiento. Yo voy a detener eso para todos los que tengan la fuerza para sobrevivir. Yo sé que tú lo harás, y es por eso que estoy frente a ti. Cuando llegue el día, estarás a mi lado, luchando contra la oscuridad, y modificando la historia escrita en nuestro adn.-
No me contesta a lo del té y lo miro con los ojos entornados, y cara de "no. Noo? En serio?" . En serio? El tipo sanguinario quema manos no opinaba que el té era un royo? No me cuadraba, no. Termino encogiendo mis hombros. Él me da un consejo sobre en qué periodo de tiempo deberiamos volver a atacar a la alianza.
-Es la idea, acabar con todos sus robotijos esos. Lo conseguiremos. Eso en cierto modo, tambien beneficiará a tu clan. Por qué no peleais? Esto tambien va con vosotros.
Mi ceño se frunce y le lanzo una mirada de cabreo porque se atreve a justificarse por su ataque a Vanessa diciendo que la chica interrumpió.
-Aquello no era una entrevista. Casi la dejas sin mano. Llámame rencoroso. No voy a olvidar eso nunca.
"ni a perdonartelo"
Dice que no es bueno con las charlas, y sin embargo habla mucho mas que yo. De su clan, los que tiene por familia. Menciona a varios integrantes, y a una mujer...su esposa. No puedo evitar que mis pensamientos se desvien un momento a cierta pelimorada a la que llevo más de medio año sin ver. Así que este tipo quiere a alguien.
"pues menudo capullo"
Apoyo mis manos en mis rodillas, mi expresion sigue siendo firme cuando termina su breve charla. -No quiero que cuides de mi por el mero hecho de que una noche hace unos años, en este mismo bosque, un licántropo me mordiese. No lamento mi condicion, no lamento haber sobrevivido, al contrario, estoy contento. No me considero una bestia pero entiendo que en luna llena necesito correr y estar libre, no sujeto. Todo lo que has dicho es muy bonito, pero en tu clan estoy seguro de que no hay nadie que no sea un hombre o una mujer lobo. Dices que vas a detener que el destino de los licántropos sea acabar en desgracia y muerte, pero solo para aquellos que tengan la fuerza necesaria para sobrevivir. Y esa es la diferencia que nos separa ahora mismo. Yo no hago distinciones.
Me pongo en pie, queria dejarselo claro. No sé a que está jugando conmigo, la verdad, y ahora mismo no se si seguir pensando que simplemente es un lunático, puesto que me ha hablado de su familia y por momentos ha parecido un tipo cuerdo, dentro de lo que yo considero cuerdo.
-Yo ya estoy luchando, Pyro, y no solo por los licántropos. ¿Por quienes lucháis vosotros?
Es un poco una interrogacion retorica, pues me se la respuesta. Doy por concluida la conversacion, dando media vuelta. Lanzo al aire el paquetito que me dio y lo guardo en el boslillo, decidido a abandonar la zona.
-Es la idea, acabar con todos sus robotijos esos. Lo conseguiremos. Eso en cierto modo, tambien beneficiará a tu clan. Por qué no peleais? Esto tambien va con vosotros.
Mi ceño se frunce y le lanzo una mirada de cabreo porque se atreve a justificarse por su ataque a Vanessa diciendo que la chica interrumpió.
-Aquello no era una entrevista. Casi la dejas sin mano. Llámame rencoroso. No voy a olvidar eso nunca.
"ni a perdonartelo"
Dice que no es bueno con las charlas, y sin embargo habla mucho mas que yo. De su clan, los que tiene por familia. Menciona a varios integrantes, y a una mujer...su esposa. No puedo evitar que mis pensamientos se desvien un momento a cierta pelimorada a la que llevo más de medio año sin ver. Así que este tipo quiere a alguien.
"pues menudo capullo"
Apoyo mis manos en mis rodillas, mi expresion sigue siendo firme cuando termina su breve charla. -No quiero que cuides de mi por el mero hecho de que una noche hace unos años, en este mismo bosque, un licántropo me mordiese. No lamento mi condicion, no lamento haber sobrevivido, al contrario, estoy contento. No me considero una bestia pero entiendo que en luna llena necesito correr y estar libre, no sujeto. Todo lo que has dicho es muy bonito, pero en tu clan estoy seguro de que no hay nadie que no sea un hombre o una mujer lobo. Dices que vas a detener que el destino de los licántropos sea acabar en desgracia y muerte, pero solo para aquellos que tengan la fuerza necesaria para sobrevivir. Y esa es la diferencia que nos separa ahora mismo. Yo no hago distinciones.
Me pongo en pie, queria dejarselo claro. No sé a que está jugando conmigo, la verdad, y ahora mismo no se si seguir pensando que simplemente es un lunático, puesto que me ha hablado de su familia y por momentos ha parecido un tipo cuerdo, dentro de lo que yo considero cuerdo.
-Yo ya estoy luchando, Pyro, y no solo por los licántropos. ¿Por quienes lucháis vosotros?
Es un poco una interrogacion retorica, pues me se la respuesta. Doy por concluida la conversacion, dando media vuelta. Lanzo al aire el paquetito que me dio y lo guardo en el boslillo, decidido a abandonar la zona.
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Dejo escapar una pequeña risita cuando me conecta que limpiar a los robots es en parte beneficioso para mi clan. Me parece un poco gracioso si, pero también me recuerda lo que paso la última vez que los licántropos se involucraron en peleas que no les interesaban, no dejaré que nadie de los míos pase por eso de nuevo. –Estas … tiernas batallas que mantienen es una eterna pelea que nunca terminara. Los humanos tarde o temprano encontraran otra forma de atacarlos. Y los veo con más decisión que a los magos… -
Le señalo el periódico. Los humanos sí parecían más enfocados. Rodeo los ojos cuando vuelve al tema de la humana. En estos últimos años se podría decir que he crecido un poco emocionalmente. Pero una parte de mí sigue siendo tan salvaje como la bestia en la que me transformo cada luna llena. –Imposible olvidarlo, tienes memoria para algo. Pero no me jodas, eres un puto mago y tienes muchos amiguitos- Un tono despectivo colorea la palabra –Seguro que le arreglaste la mano perfectamente, es más, la vi disparando bastante bien en el palacio hasta que ese soldadito humano se le acerco a hablarle.-
“Extraño, pero bueno, los humanos se conocen entre todos.”
-Ahora mismo- Repito en voz baja cuando termina ese pequeño soliloquio tan dulce y tierno. No puedo evitar compararlo con un pequeño adolescente que busca la paz y la justicia en el mundo. Me levanto y camino hacia él tomandolo del brazo fuertemente, se que es fuerte, y no lo dejaré irse hasta que le diga unas últimas palabras.
-No confundas la guerra con estos juegos de lucha que hacen tus amiguitos ahora mismo Lykaios.- Mi voz es dura y un poco ronca por la forma bruta en la que le digo esas palabras.-Crees que cuando la verdadera guerra comience podrás hacer estos jueguitos de distracción y salir todos airosos por la ventana montados en un bonito dragon?! ACASO… -
Mi voz se eleva, comienzo lentamente a embrutecerme, el viejo Pyro saliendo a la luz.-CREES QUE LOS HUMANOS NO SABEN DONDE VIVEN. PIENSAS QUE YA NO TIENEN BOMBAS ATOMICAS Y QUIMICAS.- Mi pecho late fuertemente mientras le digo estas palabras, paro un segundo para calmarme pero la furia sigue ahí, y se nota en mis palabras. –Esta será la última vez que me verás Lykaios, pero cuando la guerra de verdad comience y estos divertidos jueguitos ya no tengan gracia, cuando tu cementerio este más lleno que esa bocota tuya, en ese momento reocrdarás mi nombre. Soy Hades Pyro, y no hay un lugar en este mundo que quedará a salvo de mi fuego cuando la guerra comience.-
Tras decirle eso lo suelto con fuerza y me voy de ahí, creo que lo escucho hablar, peor no le presto atención, aún es un niño para mí.
Le señalo el periódico. Los humanos sí parecían más enfocados. Rodeo los ojos cuando vuelve al tema de la humana. En estos últimos años se podría decir que he crecido un poco emocionalmente. Pero una parte de mí sigue siendo tan salvaje como la bestia en la que me transformo cada luna llena. –Imposible olvidarlo, tienes memoria para algo. Pero no me jodas, eres un puto mago y tienes muchos amiguitos- Un tono despectivo colorea la palabra –Seguro que le arreglaste la mano perfectamente, es más, la vi disparando bastante bien en el palacio hasta que ese soldadito humano se le acerco a hablarle.-
“Extraño, pero bueno, los humanos se conocen entre todos.”
-Ahora mismo- Repito en voz baja cuando termina ese pequeño soliloquio tan dulce y tierno. No puedo evitar compararlo con un pequeño adolescente que busca la paz y la justicia en el mundo. Me levanto y camino hacia él tomandolo del brazo fuertemente, se que es fuerte, y no lo dejaré irse hasta que le diga unas últimas palabras.
-No confundas la guerra con estos juegos de lucha que hacen tus amiguitos ahora mismo Lykaios.- Mi voz es dura y un poco ronca por la forma bruta en la que le digo esas palabras.-Crees que cuando la verdadera guerra comience podrás hacer estos jueguitos de distracción y salir todos airosos por la ventana montados en un bonito dragon?! ACASO… -
Mi voz se eleva, comienzo lentamente a embrutecerme, el viejo Pyro saliendo a la luz.-CREES QUE LOS HUMANOS NO SABEN DONDE VIVEN. PIENSAS QUE YA NO TIENEN BOMBAS ATOMICAS Y QUIMICAS.- Mi pecho late fuertemente mientras le digo estas palabras, paro un segundo para calmarme pero la furia sigue ahí, y se nota en mis palabras. –Esta será la última vez que me verás Lykaios, pero cuando la guerra de verdad comience y estos divertidos jueguitos ya no tengan gracia, cuando tu cementerio este más lleno que esa bocota tuya, en ese momento reocrdarás mi nombre. Soy Hades Pyro, y no hay un lugar en este mundo que quedará a salvo de mi fuego cuando la guerra comience.-
Tras decirle eso lo suelto con fuerza y me voy de ahí, creo que lo escucho hablar, peor no le presto atención, aún es un niño para mí.
-Pero...que tiernas batallas ni que coño? Está palmandola gente!! Mucha! En bombardeos...masacres a lo loco! Asi que lo de tiernas te lo metes por el culo....joder con el sentimiento de superioridad.
Ha conseguido que me salga el acento irlandés barriobajero a más no poder. Porque sinceramente no me parece bien que el tio que es tan fuerte y todo aquello se atreva a llamar tiernas a peleas que llevan años entablandose, por todo el mundo, cobrandose un monton de victimas. Si el tienen sus masacres de lobo ok, pero son solo suyas y de su clan.
-Claro, porque para la Alianza es sencillo: matad o encerrad a todo bicho mágico. Los magos están divididos.
Yo me habia largado dandole la espalda, porque habia tenido suficiente de su charla y me veia que los tiros iban por el mismo lado de la ultima vez. Pero me agarra por el brazo obligandome a detenerme, y me giro para mirarlo con el ceño fruncido, pero un gesto de aburrimiento.
-Hades, tío, ya vale. Esto es la guerra. Estuve en Francia, vi lo que hicieron, no me hables de bombas. No me toques los huevos. - el me grita pero yo mantengo mi gesto, impasible. Ya puede levantar la voz todo lo que quiera, no voy a retroceder ni un apice ni a ceder un milimetro de mi espacio, o convencimiento.
Me suelto de su agarre al tiempo que el me libera, con la misma energia. Tras soltar sus ultimas amenazas sobre su auténtica guerra, se marcha de alli. Yo rechisto y alzo la barbilla.
-Lobos a mí, tch.
Tras esto paso el pulgar bajo mi nariz, arrugandola un poco y sorbiendo. Luego me doy la vuelta y echo a andar, dejando atrás el bosque.
Ha conseguido que me salga el acento irlandés barriobajero a más no poder. Porque sinceramente no me parece bien que el tio que es tan fuerte y todo aquello se atreva a llamar tiernas a peleas que llevan años entablandose, por todo el mundo, cobrandose un monton de victimas. Si el tienen sus masacres de lobo ok, pero son solo suyas y de su clan.
-Claro, porque para la Alianza es sencillo: matad o encerrad a todo bicho mágico. Los magos están divididos.
Yo me habia largado dandole la espalda, porque habia tenido suficiente de su charla y me veia que los tiros iban por el mismo lado de la ultima vez. Pero me agarra por el brazo obligandome a detenerme, y me giro para mirarlo con el ceño fruncido, pero un gesto de aburrimiento.
-Hades, tío, ya vale. Esto es la guerra. Estuve en Francia, vi lo que hicieron, no me hables de bombas. No me toques los huevos. - el me grita pero yo mantengo mi gesto, impasible. Ya puede levantar la voz todo lo que quiera, no voy a retroceder ni un apice ni a ceder un milimetro de mi espacio, o convencimiento.
Me suelto de su agarre al tiempo que el me libera, con la misma energia. Tras soltar sus ultimas amenazas sobre su auténtica guerra, se marcha de alli. Yo rechisto y alzo la barbilla.
-Lobos a mí, tch.
Tras esto paso el pulgar bajo mi nariz, arrugandola un poco y sorbiendo. Luego me doy la vuelta y echo a andar, dejando atrás el bosque.
Todo da vueltas durante el par de segundos que dura la desaparición de Reiv y de pronto el lateral derecho de mi cuerpo toca tierra en un golpe seco a la par que mi cuerpo se estira y encoje sin control alguno.
Suelto un gruñido aún algo humano mientras mis extremidades van tomando otra forma y empieza a aumentar el tamaño de mi cuerpo, rasgando mi ropa en la zona de la espalda, brazos y piernas, que van cubriéndose de un pelaje morado.
Arrastro mi cuerpo unos metros, buscando la espesura del mismo mientras la transformación prosigue y de pronto mi cuerpo queda inmóvil, pues ya no es mi cuerpo un gruñido grave gorgotea en mi garganta y el ser en el que me he convertido se alza poco a poco en sus patas traseras.
Suelto un gruñido aún algo humano mientras mis extremidades van tomando otra forma y empieza a aumentar el tamaño de mi cuerpo, rasgando mi ropa en la zona de la espalda, brazos y piernas, que van cubriéndose de un pelaje morado.
Arrastro mi cuerpo unos metros, buscando la espesura del mismo mientras la transformación prosigue y de pronto mi cuerpo queda inmóvil, pues ya no es mi cuerpo un gruñido grave gorgotea en mi garganta y el ser en el que me he convertido se alza poco a poco en sus patas traseras.
Mientras trataba de encontrar una razón para que su cabello no fuera morado en su forma lican, la encontró en ella misma, que no era exactamente una dragona de las rojas. Probablemente era un lobo café como debe ser.
-Si, supongo que necesito un lugar. Después de la base creo que iré de compras por la ciudad... veré si consigo un piso o algo, que no creo caerles del todo bien a los renegados.- Sonrió de lado mientras recordaba el altercado que tuvo justo antes de la batalla. Al tipo al que le había amenazado bien podía estar muerto o algo, pues no lo había visto después, y eso solo le traía satisfacciones a pesar de ya no ser tan bélica como lo era antes.
Justo cuando se regodeaba de muertes ajenas, la pregunta del moreno la sacó un poco de sus pensamientos.- ¡Claro que no!- Gimoteó con un sonrojo visible en el rostro.- ¡No te lo imagines! - Se adelantó a decir antes de que se le ocurriera, pero habiéndolo dicho era más probable que lo tuviera en mente.- Es más... No, no, es menos como los licántropos, no es puramente una transformación física. No soy la mejor referencia en eso, porque yo no nací de huevo. Nací humana.- Cada vez que el moreno preguntaba algo de dragones, la chica se confundía más. Podía siempre darle su versión, pero al no conocer demasiado del resto de los dragones corría con la suerte de dar respuestas a medias.
No pasó demasiado tiempo antes de que la voz de alarma del moreno la sacara de sus casillas. Cuando menos se dio cuenta, estaba en medio del bosque presenciando la transformación de la chica de cabello morado en un lobo gigantesco que les sacaba a ambos más de algunos centímetros. Colocó los huevos dentro de su mochila tan rápido como pudo. Quería tener las manos libres si lo que - De acuerdo, ya no se va a zampar a medio bar, ¿pero, te paraste a pensar que quizás nos va a comer a nosotros?
¿Por qué crees que no tengo amigas? Siempre terminan queriéndome matar.- Jadeó, desenvainando la espada para tenerla preparada. No era plata, pero había servido contra uno que otro hombre lobo en el pasado.
-Si, supongo que necesito un lugar. Después de la base creo que iré de compras por la ciudad... veré si consigo un piso o algo, que no creo caerles del todo bien a los renegados.- Sonrió de lado mientras recordaba el altercado que tuvo justo antes de la batalla. Al tipo al que le había amenazado bien podía estar muerto o algo, pues no lo había visto después, y eso solo le traía satisfacciones a pesar de ya no ser tan bélica como lo era antes.
Justo cuando se regodeaba de muertes ajenas, la pregunta del moreno la sacó un poco de sus pensamientos.- ¡Claro que no!- Gimoteó con un sonrojo visible en el rostro.- ¡No te lo imagines! - Se adelantó a decir antes de que se le ocurriera, pero habiéndolo dicho era más probable que lo tuviera en mente.- Es más... No, no, es menos como los licántropos, no es puramente una transformación física. No soy la mejor referencia en eso, porque yo no nací de huevo. Nací humana.- Cada vez que el moreno preguntaba algo de dragones, la chica se confundía más. Podía siempre darle su versión, pero al no conocer demasiado del resto de los dragones corría con la suerte de dar respuestas a medias.
No pasó demasiado tiempo antes de que la voz de alarma del moreno la sacara de sus casillas. Cuando menos se dio cuenta, estaba en medio del bosque presenciando la transformación de la chica de cabello morado en un lobo gigantesco que les sacaba a ambos más de algunos centímetros. Colocó los huevos dentro de su mochila tan rápido como pudo. Quería tener las manos libres si lo que - De acuerdo, ya no se va a zampar a medio bar, ¿pero, te paraste a pensar que quizás nos va a comer a nosotros?
¿Por qué crees que no tengo amigas? Siempre terminan queriéndome matar.- Jadeó, desenvainando la espada para tenerla preparada. No era plata, pero había servido contra uno que otro hombre lobo en el pasado.
Apareci en el bosque de Bastion, una aparicion estruendosa y mal resuelta, que me tiró tambaleante contra el tronco de un arbol. Al cual me agarré, por cierto, gruñendo, con las manos ya convertidas en garras de tal modo que en mi descenso hacia el suelo para acabar hecho un ovillo, marqué mis garras en la corteza y advertí de mi presencia con un grito que empezó humano y acabó no siendolo tanto. Sabia que lo mejor era intentar no resistirme a la transformacion, dejar la cabeza en blanco y ya está. Asi por lo menos lo unico que dolía era el cuerpo al transformarse. Pero queria acordarme bien de lo que habia dejado a medias, y de lo que habia pasado en el bar, para que a la mañana siguiente no fuesen solo recuerdos difusos.
Transcurrido unos pocos minutos desde que hubiese aparecido alli, la transformacion se habia completado totalmente. Primero sobre mis cuatro patas, respirando pesadamente y olfateando todo el ambiente. Luego solo sobre las patas traseras y aullándole a la luna. Hacia muchos meses que no le dejaba al lobo abrirse paso (a base de pociones) y esta noche estaba hambriento. Excepcionalmente hambriento. Los olores en el ambiente llenaban mis fosas nasales y estimulaban mis sentidos mientras comencé a correr. Un olor familiar, no enemigo. El de varias presas por todas partes del bosque, animales...pero el aroma de una presa mas deliciosa aun me hacia ignorar a los mamiferos menores. Habia un humano por alli. Y otro olor que me ponia totalmente rabioso y que debia de expulsar de alli.
Asi que empezaba a llegar a donde estaban Juliet, Reiv y la otra loba. Detuve la carrera y me aproxime a ellos como un cazador, mas lentamente y mas sigiloso, con los ojos rojos brillando en la oscuridad. No tardé en abalanzarme sobre el enemigo que veia mas amenazante, Juliet. Salté sobre su espalda con las garras de las patas delanteras por delante para clavarlas en sus hombros, con intenciones de derribarla.
Transcurrido unos pocos minutos desde que hubiese aparecido alli, la transformacion se habia completado totalmente. Primero sobre mis cuatro patas, respirando pesadamente y olfateando todo el ambiente. Luego solo sobre las patas traseras y aullándole a la luna. Hacia muchos meses que no le dejaba al lobo abrirse paso (a base de pociones) y esta noche estaba hambriento. Excepcionalmente hambriento. Los olores en el ambiente llenaban mis fosas nasales y estimulaban mis sentidos mientras comencé a correr. Un olor familiar, no enemigo. El de varias presas por todas partes del bosque, animales...pero el aroma de una presa mas deliciosa aun me hacia ignorar a los mamiferos menores. Habia un humano por alli. Y otro olor que me ponia totalmente rabioso y que debia de expulsar de alli.
Asi que empezaba a llegar a donde estaban Juliet, Reiv y la otra loba. Detuve la carrera y me aproxime a ellos como un cazador, mas lentamente y mas sigiloso, con los ojos rojos brillando en la oscuridad. No tardé en abalanzarme sobre el enemigo que veia mas amenazante, Juliet. Salté sobre su espalda con las garras de las patas delanteras por delante para clavarlas en sus hombros, con intenciones de derribarla.
La conversación que estábamos teniendo en la puerta del bar hubiese dado para más, especialmente la parte referida a lo de no caerles bien a todos los renegados, me apetecía cotillear sobre si había pasado algo que no supiese. Y también podría haber sido interesante preguntar más del tema de la ropa y la transformación, si acababan en bolas al regresar a la forma humana. Según ella no, era otro tipo de transformación. ¿Cuál? no me dio tiempo a indagar más, tuvimos que desaparecernos hacia el bosque para evitar que Genievre se transformase frente al bar. Suelto a la pelimorada nada más llegar a nuestro destino, apartándome de ella mientras sigue transformándose.
- Nos queda esa conversación pendiente. - murmuro a Juliet sin quitar ojo a la transformación de Genievre, a partir de ahora no podemos perderla de vista. Desenvaino mi espada, al igual que Juliet la suya tras guardar los huevos de dragón en la mochila. Pueden acabar mal si se pegan algún golpe fuerte. - Será mejor que los subamos a un árbol. - le quito la mochila de la espalda, haciendo un gesto con mi mano para levitarlos hacia las ramas más altas de ese árbol. Niego con la cabeza, mirando después a Juliet con un gesto de suficiencia.
- Qué va, no nos va a comer. Que yo tengo experiencia en esto de los licántropos. - y durante una buena temporada les tuve bastante manía y rencor, incluso llegué a matar a uno de esos del clan de la Luna Roja. En otros tiempos también hubiese intentado cazar a Genievre por ser miembro de la Brigada, pero eso ya no tiene ningún sentido para mí.
- Sólo vamos a retenerla y entretenerla un rato, que se adentre más en el bosque. No hay de qué preocuparse. Llámala, luego la llamo yo, para que no sepa dónde acudir- justo cuando voy a explicarle el plan de coordinación para distraerla nos surge otro peludo imprevisto, en forma de un gran lobo azul que nos estaba acechando sin que nos diésemos cuenta. Casi no me da tiempo a reaccionar por eso de que salta a nuestras espaldas, aunque intento apartar a Juliet de la trayectoria del placaje del lobo, empujándola por un lado para intentar tirarla al suelo antes de que llegue el otro.
- Nos queda esa conversación pendiente. - murmuro a Juliet sin quitar ojo a la transformación de Genievre, a partir de ahora no podemos perderla de vista. Desenvaino mi espada, al igual que Juliet la suya tras guardar los huevos de dragón en la mochila. Pueden acabar mal si se pegan algún golpe fuerte. - Será mejor que los subamos a un árbol. - le quito la mochila de la espalda, haciendo un gesto con mi mano para levitarlos hacia las ramas más altas de ese árbol. Niego con la cabeza, mirando después a Juliet con un gesto de suficiencia.
- Qué va, no nos va a comer. Que yo tengo experiencia en esto de los licántropos. - y durante una buena temporada les tuve bastante manía y rencor, incluso llegué a matar a uno de esos del clan de la Luna Roja. En otros tiempos también hubiese intentado cazar a Genievre por ser miembro de la Brigada, pero eso ya no tiene ningún sentido para mí.
- Sólo vamos a retenerla y entretenerla un rato, que se adentre más en el bosque. No hay de qué preocuparse. Llámala, luego la llamo yo, para que no sepa dónde acudir- justo cuando voy a explicarle el plan de coordinación para distraerla nos surge otro peludo imprevisto, en forma de un gran lobo azul que nos estaba acechando sin que nos diésemos cuenta. Casi no me da tiempo a reaccionar por eso de que salta a nuestras espaldas, aunque intento apartar a Juliet de la trayectoria del placaje del lobo, empujándola por un lado para intentar tirarla al suelo antes de que llegue el otro.
Alzada sombre mis patas, respiraba con fuerza a la par que proyectaba sonidos de bestia ciertamente agitada. Olfateé el terreno y ambas orejas se hicieron hacia atrás, girando con rapidez hacia aquellos que rondaban a escasos metros de mí.
Oí un fuerte aullido, al que respondí con otro y posteriormente recuperé la posición cuadrúpeda.
La espalda arqueada y la mirada fija en el humano al que mostré mis dientes. Alcé el morro al percatarme de algo aproximándose que se lanzó de lleno contra el otro ser, ese que olía a peligro. Gruñí al observar al humano realizar un movimiento rápido y me abalancé sobre el, tratando de clavar mis garras en su espalda para acorralar a mi presa contra el suelo.
Oí un fuerte aullido, al que respondí con otro y posteriormente recuperé la posición cuadrúpeda.
La espalda arqueada y la mirada fija en el humano al que mostré mis dientes. Alcé el morro al percatarme de algo aproximándose que se lanzó de lleno contra el otro ser, ese que olía a peligro. Gruñí al observar al humano realizar un movimiento rápido y me abalancé sobre el, tratando de clavar mis garras en su espalda para acorralar a mi presa contra el suelo.
El primer indicio de que algo iba mal fue un estruendo que sacudió lo profundo del bosque. Estaba segura de que no era algo pasajero, sino algo que les amenazaba de la misma manera que la chica que ahora era un lobo.
Permitió que el contrario pusiera a salvo los huevos, aunque tenía sus dudas de si se podían caer y romper de cualquier modo. No tardó mucho en que aquella criatura en el bosque se presentara a todo pulmón. El aullido de un par de lobos que parecían conocerse amenazaba claramente la velada, pues aullaban al unísono. Se concentró en el plan. Si podían al menos deshacerse de la chica antes de que se acercara algún lobo más, podrían volver sin rasguños.
De repente, borracha y empujada, sintió como caía al suelo, dándose la vuelta en la caída como única manera de enfrentar a lo que estaba a punto de comérsela.- ¡Pero que fácil te fue tirarme a los leones! ¡Ahora corre, insensato, antes de que te tire yo! - Gritó a todo pulmón por el empujón que le habían dado, forcejeando mientras retenía las fauces del lobo lejos de su cuello con la espada y trataba de empujarlo para sacárselo de encima.
Carajo, si yo me puedo ir volando... Lo voy a dejar a que se lo coman a él.- Murmuró antes de juntar ambos pies debajo del lobo y patearle con toda su fuerza para sacárselo de encima. El plan era al menos lograr estar de pie si quería tener una oportunidad contra aquellos seres.
Permitió que el contrario pusiera a salvo los huevos, aunque tenía sus dudas de si se podían caer y romper de cualquier modo. No tardó mucho en que aquella criatura en el bosque se presentara a todo pulmón. El aullido de un par de lobos que parecían conocerse amenazaba claramente la velada, pues aullaban al unísono. Se concentró en el plan. Si podían al menos deshacerse de la chica antes de que se acercara algún lobo más, podrían volver sin rasguños.
De repente, borracha y empujada, sintió como caía al suelo, dándose la vuelta en la caída como única manera de enfrentar a lo que estaba a punto de comérsela.- ¡Pero que fácil te fue tirarme a los leones! ¡Ahora corre, insensato, antes de que te tire yo! - Gritó a todo pulmón por el empujón que le habían dado, forcejeando mientras retenía las fauces del lobo lejos de su cuello con la espada y trataba de empujarlo para sacárselo de encima.
Carajo, si yo me puedo ir volando... Lo voy a dejar a que se lo coman a él.- Murmuró antes de juntar ambos pies debajo del lobo y patearle con toda su fuerza para sacárselo de encima. El plan era al menos lograr estar de pie si quería tener una oportunidad contra aquellos seres.
Los aullidos llenaron la noche del bosque de Bastion Hollow en perfecta sintonia. El frio recorria la superficie del lugar, acompañado de una helada brisa nocturna.
Algo habia arrebatado de mi a aquella presa, en el ultimo instante. Aquel ser que debia de ser abatido. Mi territorio. Mi bosque. El humano, mi presa. El olor del acero. Pero no es acero del que quema. No produce en mi hocico aquel terrible dolor del metal de la luna. Algunos cortes en el frenesi por intentar morder la yugular de la criatura.
La patada de la dragon hizo que retrocediese de un salto, solo para tomar mejor linea de ataque. Empecé a dar vueltas alrededor de Juliet. El olfato no engañaba, no como la vista. Aquello no era un humano al que fuese a clavarle el diente como mero postre. Era una amenaza. Gruñí torciendo mi cabeza hacia el otro lobo. Habia que abatir al humano tambien.
Lancé una dentellada contra los brazos de Juliet, aquellos que sujetaban la espada. Mis dientes chasquearon en el aire, habia sido una amenaza nada mas. La fuerza y el ataque real vinieron con un zarpazo contra ella, el cual lancé contra sus piernas. Si esto no funcionaba, ya habia embestido hacia delante con mi cabeza para placarla contra un arbol
Algo habia arrebatado de mi a aquella presa, en el ultimo instante. Aquel ser que debia de ser abatido. Mi territorio. Mi bosque. El humano, mi presa. El olor del acero. Pero no es acero del que quema. No produce en mi hocico aquel terrible dolor del metal de la luna. Algunos cortes en el frenesi por intentar morder la yugular de la criatura.
La patada de la dragon hizo que retrocediese de un salto, solo para tomar mejor linea de ataque. Empecé a dar vueltas alrededor de Juliet. El olfato no engañaba, no como la vista. Aquello no era un humano al que fuese a clavarle el diente como mero postre. Era una amenaza. Gruñí torciendo mi cabeza hacia el otro lobo. Habia que abatir al humano tambien.
Lancé una dentellada contra los brazos de Juliet, aquellos que sujetaban la espada. Mis dientes chasquearon en el aire, habia sido una amenaza nada mas. La fuerza y el ataque real vinieron con un zarpazo contra ella, el cual lancé contra sus piernas. Si esto no funcionaba, ya habia embestido hacia delante con mi cabeza para placarla contra un arbol
Mi plan de empujar a Juliet para sacarla de la trayectoria no funciona demasiado bien, el lobo acaba cayéndole encima igualmente, así que ha sido muy mala idea. La chica grita indignada por el empujón, que se supone que era para salvarla pero ha salido fatal. Me doy una palmada en la frente, pasando después la mano por la cara. Como no hagamos algo rápido nos van a zampar.
- ¡ El lobo debería haber pasado de largo! ¡No era mi intención! - me tiro rápidamente contra el lobo para atacarlo, conjurando fuego con una mano para utilizarlo en el filo de mi espada, creando una hoja llameante. Suelto un tajo contra el lomo de Lykaios, esperando apartarlo por la fuerza, o al menos cabrearlo para que venga a por mi y poder despistarlo.
- Vamos, capitán pulgoso, déjala. Como se transforme te puede zampar de un bocado. - bueno, igual exagero, pero sería una pelea igualada. No sé si ella estará preparada para transformarse en situaciones de estrés, pero nos vendría bien si la cosa se pone fea, más todavía. Estoy tratando de tentar a Lykaios cuando de repente la otra loba me ataca por detrás. La había ignorado un poco hasta ahora, mal hecho por mi parte. Acabo estampado de frente contra el suelo, con las uñas de Genievre clavadas en mi espalda. Suelto un grito de dolor seguido de un improperio, intentando reaccionar rápido antes de que su siguiente acción sea la de morderme, con todo lo que ello significa. Trato de retorcerme para darme la vuelta sin mucho éxito, optando al final por utilizar la habilidad que llevaba meses entrenando.
Zarcillos de oscuridad comienzan a surgir de la mano que tengo libre, la que no sujeta la espada. Éstos van enredándose alrededor de las patas del licántropo morado, subiendo poco a poco para tratar de inmovilizarla e impedir que pueda darme una dentellada. Lo que no sé es si mis sombras serán suficientemente fuertes para sujetarla el tiempo necesario para escabullirme.
- ¡Juliet! ¡cambio de planes! ¡ya no nos quedamos a jugar con ellos, en cuanto puedas corremos a lugar seguro y nos desaparecemos! - sería lo más lógico que he hecho en toda la noche, eso desde luego. Lo sencillo habría sido dejarla en el Moulin, pero hubiese sido más peligroso para los de dentro. Ninguno se habrá enterado de que los hemos salvado de las fauces de un licántropo, si morimos aquí nadie lo sabrá jamás. Es más, debería cobrarme esto como servicios de mercenario, nada de altruismo.
- ¡ El lobo debería haber pasado de largo! ¡No era mi intención! - me tiro rápidamente contra el lobo para atacarlo, conjurando fuego con una mano para utilizarlo en el filo de mi espada, creando una hoja llameante. Suelto un tajo contra el lomo de Lykaios, esperando apartarlo por la fuerza, o al menos cabrearlo para que venga a por mi y poder despistarlo.
- Vamos, capitán pulgoso, déjala. Como se transforme te puede zampar de un bocado. - bueno, igual exagero, pero sería una pelea igualada. No sé si ella estará preparada para transformarse en situaciones de estrés, pero nos vendría bien si la cosa se pone fea, más todavía. Estoy tratando de tentar a Lykaios cuando de repente la otra loba me ataca por detrás. La había ignorado un poco hasta ahora, mal hecho por mi parte. Acabo estampado de frente contra el suelo, con las uñas de Genievre clavadas en mi espalda. Suelto un grito de dolor seguido de un improperio, intentando reaccionar rápido antes de que su siguiente acción sea la de morderme, con todo lo que ello significa. Trato de retorcerme para darme la vuelta sin mucho éxito, optando al final por utilizar la habilidad que llevaba meses entrenando.
Zarcillos de oscuridad comienzan a surgir de la mano que tengo libre, la que no sujeta la espada. Éstos van enredándose alrededor de las patas del licántropo morado, subiendo poco a poco para tratar de inmovilizarla e impedir que pueda darme una dentellada. Lo que no sé es si mis sombras serán suficientemente fuertes para sujetarla el tiempo necesario para escabullirme.
- ¡Juliet! ¡cambio de planes! ¡ya no nos quedamos a jugar con ellos, en cuanto puedas corremos a lugar seguro y nos desaparecemos! - sería lo más lógico que he hecho en toda la noche, eso desde luego. Lo sencillo habría sido dejarla en el Moulin, pero hubiese sido más peligroso para los de dentro. Ninguno se habrá enterado de que los hemos salvado de las fauces de un licántropo, si morimos aquí nadie lo sabrá jamás. Es más, debería cobrarme esto como servicios de mercenario, nada de altruismo.
Tras lograr recuperar el piso y levantarse del suelo, se sintió mucho más aliviada de la situación. El lobo daba vueltas alrededor de ella y ella le seguía sin dejar de sostenerle la mirada. Tras el gruñido del lobo, no pudo evitar gruñirle de vuelta. Desde lo profundo de la garganta, un ruido gutural y bajo, amenazador. Si pretendía encontrar una presa fácil más valía que fuera olvidándose de aquello. Y él lo sabía, tenía que saber por el olfato que la criatura no cedería sin una gran pelea.
No pasó mucho rato antes de que una espada flameante atacara al lobo. Le gruñó también a quien la blandía. No podía esperar a que se metiera en sus propios asuntos. Pero aquello sirvió para recordarle que no debía ensañarse con el lobo, pues la persona que estaba detrás de aquel cuerpo descomunalmente peludo probablemente no la atacaría de tal manera en cualquier otra condición.
Se deshizo fácilmente de la primera dentellada de todos modos, dando un par de pasos atrás. La voz de Reiv gritando solo lograba distraerla, por lo que el zarpaso casi la alcanzó, arañandole solo un poco las piernas, y la segunda dentellada tuvo que detenerla con una pared de hielo entre los dos, que se quebró instantes después de la embestida del lobo. De cualquier forma, le dio un instante para correr al lado contrario del lobo, dejando de estar tan atrapada entre los árboles para mayor movilidad.
- Está bien, corre y te sigo... No olvides mis huevos, tu los subiste después de todo.- Murmuró ante la idea del moreno, obteniendo algunas cuantas ideas a partir de las técnicas que usaba contra el otro lobo. Era una oportunidad, pero el hielo no era tan inmediato como podían serlo las sombras.
Le tomó un momento prepararse, tiempo en el que estar alerta pudo haber mermado el hielo que se extendía por el suelo debajo del gran lobo azul. Las capas cada vez se hacían más profundas y duras cerca de él, pero más ligeras y frágiles cerca de la chica. En el instante en que se acercara a ella, el hielo cedería y, si actuaba con la suficiente rapidez, lograría que sus patas quedaran enterradas en una capa de grueso hielo que, al menos, le permitiría correr hasta Reiv para salir de aquel lugar.
Si no... lo más probable era que tendría al lobo encima de nuevo, pero era un riesgo a correr.- Ven aquí, lobito...
No pasó mucho rato antes de que una espada flameante atacara al lobo. Le gruñó también a quien la blandía. No podía esperar a que se metiera en sus propios asuntos. Pero aquello sirvió para recordarle que no debía ensañarse con el lobo, pues la persona que estaba detrás de aquel cuerpo descomunalmente peludo probablemente no la atacaría de tal manera en cualquier otra condición.
Se deshizo fácilmente de la primera dentellada de todos modos, dando un par de pasos atrás. La voz de Reiv gritando solo lograba distraerla, por lo que el zarpaso casi la alcanzó, arañandole solo un poco las piernas, y la segunda dentellada tuvo que detenerla con una pared de hielo entre los dos, que se quebró instantes después de la embestida del lobo. De cualquier forma, le dio un instante para correr al lado contrario del lobo, dejando de estar tan atrapada entre los árboles para mayor movilidad.
- Está bien, corre y te sigo... No olvides mis huevos, tu los subiste después de todo.- Murmuró ante la idea del moreno, obteniendo algunas cuantas ideas a partir de las técnicas que usaba contra el otro lobo. Era una oportunidad, pero el hielo no era tan inmediato como podían serlo las sombras.
Le tomó un momento prepararse, tiempo en el que estar alerta pudo haber mermado el hielo que se extendía por el suelo debajo del gran lobo azul. Las capas cada vez se hacían más profundas y duras cerca de él, pero más ligeras y frágiles cerca de la chica. En el instante en que se acercara a ella, el hielo cedería y, si actuaba con la suficiente rapidez, lograría que sus patas quedaran enterradas en una capa de grueso hielo que, al menos, le permitiría correr hasta Reiv para salir de aquel lugar.
Si no... lo más probable era que tendría al lobo encima de nuevo, pero era un riesgo a correr.- Ven aquí, lobito...
Mientras que el otro licántropo se centra en ese olor enemigo, por mi parte solamente me interesa clavarle el diente al humano.
Encojo un poco la zarpa para agarrarle con una mayor solidez y prosigo acercando mi cabeza hacia el. Varias cosas negras suben por mis patas, impidiendo su movimiento aunque ceden un poco cuando aplico fuerza.
De todos modos sigo acercando el morro a su cuello gruñendo y soltando alguna baba espesa sobre el chico. Uno de los lazos oscuros llega a mi cuello bloqueando su movilidad, por lo que comiendo a aullar y lanzar dentelladas y embestidas tratando de alcanzar a mi presa y por lo tanto lanzo babas por doquier, mientras mi hocico se aproxima más y más a su cuerpo en cada embestida que lucho contra esa cosa oscura.
Encojo un poco la zarpa para agarrarle con una mayor solidez y prosigo acercando mi cabeza hacia el. Varias cosas negras suben por mis patas, impidiendo su movimiento aunque ceden un poco cuando aplico fuerza.
De todos modos sigo acercando el morro a su cuello gruñendo y soltando alguna baba espesa sobre el chico. Uno de los lazos oscuros llega a mi cuello bloqueando su movilidad, por lo que comiendo a aullar y lanzar dentelladas y embestidas tratando de alcanzar a mi presa y por lo tanto lanzo babas por doquier, mientras mi hocico se aproxima más y más a su cuerpo en cada embestida que lucho contra esa cosa oscura.
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