Salón de Cónclave

Mi momento de soñar despierto acabó en cuanto la voz de Adael hizo eco en las paredes de aquella sala vacía -Hola Adael,  Pues Zaphira ha tenido que irse a hacer algo y Rubi...- me tomé un segundo para pensar, esperaba que se encontrara bien y que supiera llegar a la isla, solo debía suponer que le costaría un tiempo llegar -Rubi estará bien- contesté finalmente ofreciéndole una taza de Té al descendiente. Mi expresión fue de no entender muy bien la pregunta sobre los campos pues en teoría habían dejado un mensaje cuando marcharon el licántropo y Sayid a Francia,pero que no lo supiera tal vez explicara el que no nos acompañara -No en los campos pero acabamos de volver de una ciudad humana... ha sido un auténtico desastre, pensaba que por eso se convocaba este cónclave-

De nuevo la puerta se abrió y la voz de Lucio me hizo sonreír, a él no le ofrecí té, le iría mejor una infusión después de todo, la taza voló hasta estar frente a él y el azúcar dio un par de pasos esperando por su pedido -Acabará pronto, ya lo verás- dije con mis labios contra la taza y en voz baja también mientras pasaba mi mano bajo la mesa para tomar la suya.

-No sé quien lo ha convocado pero el asunto de la ciudadela debería ser lo más urgente ahora mismo, esa inteligencia artificial o lo que sea está ganando mucho poder y de nuevo la guerra puede alcanzarnos, tenemos que actuar antes de que eso ocurra y sea demasiado tarde- aunque tal vez si hubiésemos contado con más apoyo por parte de la isla habríamos salido mejor parados -Ahora sabemos lo que pasa cuando no arden las almenas-

Asentí a las afirmaciones de Lucio, seguramente Jack se quedaría para vigilar, igual con Tesla y Gio al que le debía café por el favor pero de Catherine no sabía nada hasta que caí en cuenta de qué Ian iba con nosotros en aquella misión y por tanto también había atravesado el infierno -Ian estaba con nosotros... espero que no le haya ocurrido nada ¿Debería enviarle un mensaje?-

La sensación de regresar a casa era agridulce. Por un lado a Sarah le agradaba volver, pero los eventos que siguieron al baile y las propuestas de nuevos linajes le hacían sospechar que algo estaba por venir. Había estado todo este tiempo muy desconectada, se habían escuchado ciertos rumores. ¿Hasta qué punto la posesión de Bellatrix, la pérdida de magia y los acontecimientos posteriores podrían estar relacionados? Quizás de ninguna manera, pero había demasiada casualidad en todo ello. Y por su experiencia sabe que si las casualidades no existen, ¿por qué habrían de hacerlo ahora?

Después de la desaparición de la magia, de la muerte de Snagov, Sarah decidió volver a retomar el contacto con los dragones, aprovechando los conocimientos que tenía. Trataba de aunar fuerzas y darse a conocer, tanto ella como Khan, el hijo de Snagov. En la actualidad tenía 14 años, y si todo seguía bien, en breve podría formar parte del consejo de los 20.

El último batido de las alas del dragón casi a ras de suelo hizo levantarse todo el polvo y nieve de la zona de aterrizaje y el trío pisó tierra firme, todo lo que una isla que está flotando en el cielo puede estar, por supuesto. De un salto bajó del dragón y con ella lo hizo el adolescente, de forma que el animal quedaba libre de recado y podía volver al monte homónimo. Habían regresado a toda prisa de buscar aliados draconianos fuera de Ouroboros, lo cual parecía haberse complicado más de la cuenta. Estaba claro que ella no tenía las mismas habilidades que Snagov, pero Khan apuntaba buenas maneras.
El adolescente se despidió y corrió en otra dirección, suponía que a localizar a la gente de su edad, Sarah por su parte fue en dirección del salón, esperando no llegar tarde. No le daba tiempo a arreglarse para la ocasión.

Llegar al salón y encontrar a 3 de los compañeros la decepcionó enormemente -Chicos… Se conoce que somos los primeros en llegar- “Qué remedio” pensó con molestia. ¿Eran acaso sus trabajos menos importantes que los de los demás que no estaban allí? Sarah decidió guardarse esos pensamientos en alto, quitarse los gruesos ropajes con los que venía de Escandinavia y dejarlos cerca, sobre la mesa, junto con el arco, y se dejó caer en la silla. ¿Hacía calor allí o era su imaginación?

Me había tomado mi tiempo desde que recibí el mensaje hasta llegar al salón del cónclave, de hecho pensaba que llegaba tarde pero en cuanto abrí la puerta solo había cuatro miembros del consejo sentados a la mesa -Pensé que llegaba tarde- dije en voz alta a mis compañeros mientras pasaba a sentarme al lado de Sarah, justo en frente de Lucio y Sean.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que vi a la pelirroja, no sabía de sus avances pero seguramente venía de lejos a juzgar por su ropa -Tan encantadora como siempre querida Sarah ¿Todo bien con tus asuntos? parece que vienes de lejos- moví la cabeza un poco más para descubrir que Adael se encontraba en otra de las sillas saludando con una reverencia para después dirigirme a los otros dos -¿Que tal os encontráis? el paseillo por el portal aquel ha sido horrible... Lucio me gustaría que me echaras un vistazo después, me ha costado lo mío tranquilizarme después de aquello-

Agradecí a Sean cuando hizo llegar hasta mí esa infusión, cogiendo la taza con una mano mientras la otra se encontraba con la suya bajo la mesa. No sabía si alguien se daría cuenta de aquello, pero cada vez me importaba menos que pudiesen fijarse. Deberían ir acostumbrándose. - Espero que en una hora o así lo hayamos resuelto. - murmuré a eso de acabar pronto con el cónclave, y con el día. Necesitaba dormir tres días seguidos. - Exacto. No nos hacemos una idea del problema que supone la IA de esa Ciudadela. Nos hemos visto muy superados allí abajo, nos habría hecho falta el Consejo entero para luchar contra aquello, y no sé si ni siquiera así hubiese sido suficiente. - lo cierto es que tenía miedo, nunca habíamos enfrentado un enemigo de ese tipo.

- Envía un mensaje si te quedas más tranquilo. No sé cómo acabó Ian, en ese momento estaba bastante...ya sabes. - me recorrió un escalofrío al recordar lo sucedido horas atrás. Parecía que había transcurrido mucho desde aquella horrible experiencia, pero en realidad todavía no se había acabado ese día sin fin. Comenzaba a anochecer, era algo. Saludé a Sarah cuando llegó a la sala, suponiendo que no se había enterado de mucho por eso de que estaba de viaje. - Supongo que comenzará cuando lleguen algunos más. Y tal vez deberíamos explicarnos primero los que hemos estado en la Ciudadela. - miré a Sayid significativamente cuando entró, suspirando y negando después. - Estamos, que no es poco. Sean ha salido mejor parado que nosotros, por lo que parece. Te echaré un vistazo cuando acabemos. - tal vez me pidiese drogas para dormir, y no se las iba a negar.

Con un suave movimiento de sus manos, las puertas del gran salón del cónclave se abrieron para dar vista a lo que en su interior se encontraba. Debía decir que, para ser casi siempre la última y la más tardada, había bastante poca gente. Debía ser por la conmoción de quienes acababan de llegar.- ¡Estaba tan preocupada! - Admitió, caminando hacia Sean, a quien le tenía una consideración especial, terminando por abrazarle con confianza por la espalda. Si algo sentía era confianza hacia todos los miembros del consejo. Sus pasos parecían hacerla flotar en el aire, mientras que la falta de su vestido esmeralda recordaba el romper de las olas del mar.- ¡No puedo creer, Lucio, que hayan ido a ese lugar! - Tras aquello, pasó el abrazo a Lucio, dejándole un beso en la mejilla.- Es todo de lo que se habla afuera, y ya saben que siempre soy la última en enterarme de todo. Dicen que a la enfermería han llegado tantos heridos... ¡Me han mandado llamar al hospital! ¿Sabes hace cuanto no me necesitan? Desde que tú estás al frente, claro está. Dijeron incluso necesitaban mi ayuda con un demonio... ¿Matvey no...? Qué estoy diciendo...

Se alejó con aparente tranquilidad de Lucio. Hablaba para todos mientras caminaba, aunque a veces su voz podía parecer más privada, abriéndose paso y comenzando a rodear la mesa para saludar a Adael con el mismo entusiasmo, luego dirigiéndose a Sarah a quien también le dejó una muestra de su cariño.- Sé que contemplamos en el último cónclave que la isla sería un lugar de paz, pero se está saliendo de control. Pareciera que la mitad de Londres está aquí, esto está estresando a las plantas y las criaturas de sobre manera. He tenido que contenerlas. Quizás no sea el tema para esta reunión, pero ciertamente es preocupante. ¿Alguien sabe del resto?- Finalmente, abrazó de igual forma a Sayid, dejándole también un beso en la mejilla antes de sentarse en la silla contigua, soltando un sonoro suspiro.- Es tan bueno que estén bien... Pero... debemos hacer algo pronto.

Catherine apareció tras las puertas del Salón de Cónclave y sintió de pronto un apretón en el hombro, algo afilado. Cuando alzó la vista vio a Donovan, el cuervo de su padre, que se apoyaba en ella como si hubiese estado esperandola durante mucho tiempo. Cuando miró en los brillantes ojos oscuros del cuervo Catherine sintió que la miraba con advertencia y frunció el ceño- ¿Qué?- Le soltó impertinente y el cuervo graznó. Catherine rodó los ojos e intentó ponerse en contacto con Desmond sin ningún éxito, es como si la bloqueaba. Pero…¿Cuándo había aprendido a hacerla de forma tan “fuerte”?

“Azahar…Tus padres han vuelto de Francia, están bien según sé. Ian está en terapia intensiva, fue poseido y atacado por un demonio… Y tengo un puto Cónclave… Por eso…¿Puedo pedirte un favor? Por alguna razón que no entiendo Desmond se ha llevado a Aedan del hospital, cuando se supone… En fin, no puedo ponerme en contacto con él. Me bloquea. Podrías…¿Ir a mirar al piso a ver si está allí? Estoy preocupada. Si lo encuentras por favor, avísame, y llévalo al hospital con Adam para que vea a Ian cuando despierte”

Finalmente hizo otro intento con Desmond y no logró nada. Se llevó las manos a la cadera y se tomó su tiempo para inspirar profundamente. Estaba empezando a dolerle la cabeza. Sintió de pronto una presión en el pecho que no supo explicar. Quería volver a llorar pero…No podía. Abrió las puertas del Salón con brusquedad -Buenas- Dijo con un tono que dejaba entrever que estaba de mala hostia. Es más, pudo sentir cómo las conversaciones parecieron mermar mientras ella avanzaba y las puertas se cerraban. Mantuvo la cabeza gacha para que no observaran su careto de llorona y se sentó en la silla que sabía que Sean estaba guardando para ella. Pronto Donovan voló hasta posarse en la parte superior de la silla y Catherine se quedó en silencio mirando hacia sus manos mientras acariciaba el anillo de su familia. Mientras entraba alcanzó a oír lo que decía Sofía y casi explota. Es más, se medio irguió cuando escuchó el graznido de Donovan que pareció un latigazo de regaño. Cerró los ojos y se concentró en seguir contactando con Desmond mientras mantenía el vínculo de Ian y Adam.

En un momento alzó la mirada y la pasó por alrededor viendo que faltaban muchos Descendientes -Matvey tardará en llegar. Está exorcisando- Dijo sin mirar a nadie en particular y con un gesto le robó la taza a Sean y empezó a tomarse el té ella.

El mago asintió distraídamente a lo que su colega le comentaba y a la tasa de té mientras recibía, a su vez, una delgada porción de pastel de fruta que llegó levitando hasta él para acompañar la infusión.

-Hm! Porque Giordano mencionó algo sobre chips y Altaïr no quería traer a dos humanos en específico y me pareció raro siendo que ya albergamos a muchos refugiados, además cuando le pregunté no me respondió.- Dijo pensativo mientras comía su tarta de frutas y varias migas saltaban de su boca para dejar su regazo hecho un desastre.

-En fin, ¿Salieron de viaje de estudio?¿A dónde fueron? Recuerdo que mi tía también hacía viajes de estudio y varios terminaban en el hospital.- Dijo para luego darle un sorbo al té. El mago giró su cabeza ante la llegada de Lucio y respondió su saludo con una sonrisa y una inclinación de cabeza para luego seguir con su pastel.

-Creí entender que fue Altaïr el que lo convocaba.- Respondió distraídamente. Poca importancia le dió a la ciudad que Galeno nombró, no la ubicaba, como muchas de las ciudades del mundo, él solo conocía Ouroboros y era muy feliz allí, con su pastel de fruta.

-¿Te refieres a chips como los que tenían Ling, Sayid y Rosse después de salir de los campos de concentración?- Preguntó dejando el pastel y apoyando su brazo izquierdo en el apoyabrazos de la silla para frotarse la barbilla pensativo. A Sarah la saludó con una sonrisa y una inclinación de cabeza pero la bruja se notaba decaída así que pasó su mano por sus hombros y buscó acercarse inclinándose de lado hasta que sus cabezas quedaron unidas en un gesto amistoso y con el que buscaba animarla cuando se sentó a su lado.

-¿Quieres agua fresca para aclimatarte?- Preguntó cuando notó lo fría que estaba.

-Si, por favor que no me estoy enterando de nada.- Pidió al medimago cuando éste propuso explicar su aventura. De vuelta en su posición erguida saludó a Sayid con una sonrisa y una inclinación de cabeza.

-¿Viajaron por otras dimensiones?- Preguntó picado por la curiosidad que las palabras del árabe generaron en él para luego beber otro sorbo del té. A continuación Sofía irrumpió en el salón visiblemente preocupada y el mago se levantó de su asiento para recibir su abrazo en toda su plenitud.

-No eres la única que se entera al último.- Le dijo sonriente en lo que duró el reconfortante abrazo.

-¡Oh! Tengo algo para tí, espero que te sea útil.- E hizo aparecer un anillo, el anillo de Yavanna, aquél que ayuda con el crecimiento de plantas. Extendió la mano sobre la que levitaba el accesorio en dirección a Sofía para que lo tome y, a continuación, volvió a su asiento para dejarla continuar con sus saludos. Dió un pequeño brinco cuando las puertas se volvieron a abrir pero ésta vez con brusquedad, mas al girarse y comprobar que se trataba de Catherine pudo ordenarle a su corazón que relajara el ritmo cardíaco. A la bruja también le dedicó una sonrisa y una inclinación de cabeza, aunque tenía el impulso de ir a abrazarla, se retuvo. Ella también parecía estar pasando un mal día, pero confiaba en que Sean le aliviaría el pesar de algún modo, del mismo modo que podría sanear el incómodo silencio que siguió a la entrada de la Le Fay.

-Por cierto, Azlan te hecha de menos, ansía pasar tiempo contigo, en gran parte porque yo no entiendo buena parte de lo que intenta decirme y también porque él tampoco entiende gran parte de lo que intento decirle. ¿Sabes que le gusta que lo duche?¿Eso es normal?- Comentó acerca de su cachorro de kneazle con la descendiente de Darwin la cual lo apoyó cuando lo trajo del bosque helado junto a Torre de la Alta Hechicería y cuando se lo confiscaron en la entrada a Ouroboros por no llevar licencia para kneazle.

-Se lleva excelente con las ovejas, deberías verlo; se les sube al lomo mullido y calentito por la lana y se acurruca allí por horas hecho un ovillo y, si la oveja se mueve, a él no le importa, la oveja puede recorrer la isla de punta a punta que él no se va a bajar de su lomo, de hecho va a disfrutar del recorrido.- Dijo sonriente y hablando cual padre orgulloso.

Sonreí a Lucio bastante seguro de que una hora no sería suficiente pero estreché su mano para que supiera que al menos estábamos juntos. El medimago estaba de acuerdo conmigo respecto a la ciudadela y no solo eso, me instó a enviar un mensaje a Catherine para saber si estaba bien o no -Voy a esperar un momento, no me gustaría agobiarla si tiene cosas que hacer-

Poco a poco otros miembros del consejo iban llegando y al hacerlo les iba ofreciendo una taza de Té, la siguiente en acompañarnos había sido la descendiente de Darwin, o eso parecía indicarme el tono de su voz -Bienvenida a casa Sarah, disculpa a nuestros compañeros pero ha ocurrido algo y deben de estarse ocupando de ciertas cosas, además creo que el torneo no ha terminado- El juego de té voló hacia ella por si decidía acompañarnos mientras esperaba.

El siguiente fue Sayid, haciendo el mismo apunte sobre la ausencia del resto en la sala pero él ya debería saber la razón pues se encontraba con nosotros -Yo estoy bien, gracias, desde luego no ha sido una experiencia agradable pero puedo darte algo para que descanses mejor en cuanto terminemos la reunión- dije al descendiente de Saladino antes de que tomara asiento.

La siguiente asistente llegó como una tormenta de verano, imprevista pero refrescante en cierto modo,  Su abrazo me hizo sonreír así que se lo devolví -Estamos bien Sofía, no te preocupes- el comentario siguiente sin embargo no me cayó muy bien, haciéndome sentir algo culpable cuando le reclamó a Lucio por haber bajado ya que en realidad había sido culpa mía. La taza de té voló hasta ella pero parecía preocupada por la creciente población de la isla dejándolo reflejado en su comentario en el preciso momento que la descendiente de le fay hizo su entrada con un saludo que decía mucho más de lo que parecía.

Dejé que se sentara a mi lado y desde luego que tomara mi taza, preparando otra para mi mientras contestaba a Sofía -La creciente población de la isla es un problema pero de momento debemos ocuparnos de otros asuntos más importantes, estoy seguro de que muchos de los refugiados quieren volver a sus hogares pero ahora mismo allí abajo es imposible vivir- el cuervo de Catherine graznó, había aprendido por mi fénix que las aves tenían su propia personalidad también -Buenas a ti también Donovan- dije para distraer al resto de Catherine que no parecía encontrarse muy bien, estiré mi mano hacia ella dando un leve toque a su brazo, era una señal para dejarla entrar en mi mente "¿Quieres hablar antes de que empiece el cónclave?" dije mentalmente para que solo ella pudiera escucharme.

Catherine alcanzó a mirar a Adael cuando le saludo y movió la cabeza hacia él saludándolo igualmente. Necesitaba relajarse.  Cuando robó la taza acarició la cerámica con las dos manos. Cómo deseaba uno de los chocolates calientes de Matvey, cómo deseaba estar metida en sus mantas riéndose junto a Ian y Aedan, no envuelta en temas políticos mientras no sabía si su esposo viviría y dónde estaría su hijo. ¿Qué hubiese hecho sin Azahar? Por Morgana, eran tan importantes los amigos fuera del Consejo. Bebió un sorbo y durante este desconectó su mente, gesto que su cuerpo agradeció pues el esfuerzo de mantener a raya al demonio para conectar con Ian la había desgastado y, por supuesto, todo lo que siguió después. Y así se mantuvo, navegando en la oscuridad que le era familiar, alejando el ruido para mantenerse durante ese pequeño espacio de tiempo ajena a todo lo que le rodeaba. Se lo había enseñado Mei. No lo dominaba como ella pero era capaz de relajarse un momento.

Pero alguien la sacó de ese trance: Sean. Cuando la tocó la conexión se estableció casi inmediatamente y Catherine dio un leve respingo mientras un ligero dolor de cabeza se instalaba detrás de sus ojos. Escuchó su pensamiento y miró la taza, sintiendo otra vez ese nudo en la garganta. “Ian está peleando por su vida y yo estoy encerrada aquí. Aedan está con Desmond y…No me fio, no me preguntes porqué pero no me fio. No puedo conectarme a él. Y yo estoy encerrada aquí. El mundo allá afuera se está cayendo y yo estoy encerrada aquí”. Entonces cayó en cuenta de algo, ya que había entrado después de que Adael informara el convocante.

-¿Quién ha convocado este Cónclave y por qué no está aquí?- Preguntó levantando y proyectando su voz para que se oyera en toda la sala -Nuestro tiempo no está para jugar con él. Tenemos participantes en el torneo y estamos agotados. No sólo quienes fueron a la misión sino quienes estamos lidiando con las consecuencias de ésta- Miró alrededor de la mesa con el ceño fruncido mirando a los Descedientes que le acompañaban. Estaban casi todos. -He tenido que poner parches mentales y aún hay gente que Mei y yo podríamos estar atendiendo en vez de estar aquí encerrada- Envió un mensaje a Mei y Jack que pronto fue respondido informando que controlaban el torneo y Mei añadió el descontrol de éste por un tipo que había entrado. Matvey estaba haciendo exorcismos y… Envió otro mensaje mental a Giordano y a Tesla requiriendo nuevamente su presencia o solicitando una excusa. Agregó a Altair al último mensaje mental inquiriendo a todos si ellos habían convocado el cónclave.

Se llevó una mano al entrecejo y se lo masajeó con suavidad. Ahora envió un mensaje a  Adam y a Jo para saber el estado de Ian. Necesitaba información y carecía de todo. Estaba volviéndose loca. Maldita misión. Malditos humanos. Se terminó el té y recordó de pronto el líder de la misión. O los líderes que habían participado. Envió un mensaje mental a Lykaios y a Johan para saber si habían traído alguna información de relevancia que pudiera servir para el cónclave y lo que estaba a punto de sugerir.

Una erradicación en masa.
Lo mejor era matar la infección de raíz.

Aparecí en las puertas del salón del cónclave junto a todos los miembros del Consejo que quedaban por asistir, excepto Mei, que se había quedado al cargo del torneo, los que ya estaban en el interior del lugar y otros que pude comprobar al entrar que todavía se encontraban ausentes. Entre ellos estaban Giordano, Markus, Altair o Bellatrix. Todos fuimos tomando asiento en nuestro lugar correspondiente, incluidos los nuevos miembros para los cuales era su primer cónclave.

Se respiraba un ambiente de preocupación y de tensión, cosa completamente legítima si eran ciertas las informaciones que nos habían dado los guardias. Una misión que había acabado con muchos heridos e incluso poseídos. Tal vez eso explicase la irrupción de un mago ajeno al torneo. - Al parecer vivimos tiempos más oscuros de lo que creíamos...- entrelacé las manos a la altura de la barbilla, examinando a los presentes con la mirada. Rosse y Ling miraban con admiración a Sayid, como hacían desde que los sacó de los campos. Los nuevos estaban algo cohibidos, y el resto no parecía tener muchas ganas de estar allí. - Sería bueno que los que han estado en la misión comiencen explicando bien qué ha pasado, para que podamos iniciar el cónclave y decidir qué estrategia seguir. Los que no estén presentes que se incorporen cuando les sea posible. Mei se ha quedado vigilando al torneo, no deben quedarle más que un par de horas para terminar, calculo... - esperé a que cualquiera de los que había ido a la misión hablase, no podíamos esperar a que apareciesen todos si el asunto del cónclave era urgente.

La forma en la que Catherine y yo nos comunicábamos con simples gestos era un signo de tantos años de amistad, tanto que con el saludo que dio al entrar pude saber que pasaba algo y no me equivocaba, su preocupación era real y como me temía, Ian no estaba en buenas condiciones después de lo ocurrido.

"Te entiendo, intentaremos tratar el asunto con tanta celeridad como nos sea posible, Lucio y yo tampoco hemos salido muy bien parados de la misión, estamos agotados, Sayid igual, pero en cuanto termine esto iré contigo a verlo, creo que puedo ayudar a aliviar su mente con mi magia blanca, pero necesitará de ti y de Aedan" con tanto jaleo Lucio y yo no habíamos tenido tiempo de cambiarnos o tomar un baño, mi ropa estaba manchada con mi propia sangre a pesar de que mis heridas ya habían curado y Lucio cubierto por la sangre de los demás, íbamos hechos un asco.

Respecto a Desmond, siempre había tenido una relación extraña con Cath pero lo había encontrado más de una vez en la biblioteca como siempre, era una lástima no poder ver lo que leía pero si que tenía un aura distinta, tal vez solo mi imaginación. Hice un movimiento con mi báculo y de este una estela azul iluminó la sala tomando la forma de un halcón, el cual abandonó la sala con la misión de buscar a Desmond "en cuanto sepa algo te lo haré saber de inmediato, no te preocupes, saldremos de aquí antes de que se acabe el mundo"

Mientras Catherine y yo hablábamos en privado, más o menos, el resto de descendientes fueron llegando, al menos los suficientes para poder dar inicio al cónclave, me puse en pie al igual que los pergaminos y las plumas que había hechizado para tomar nota de lo que se decía alzaban el vuelo listas para empezar -Ya que nuestro anfitrión no ha llegado, permitidme dar inicio al cónclave, en primer lugar dar la bienvenida a nuestros nuevos compañeros- dije por cortesía a los dos linajes que se enfrentaban por primera vez a este acontecimiento -Ahora pasaré a explicar lo ocurrido en francia- empecé desde el principio, es decir, desde el mensaje que enviaron los renegados en plena fiesta del torneo, lo siguiente fue el mensaje que dejó Sayid el primer día del torneo para todos nosotros y a pesar de eso solo dos acudimos a la llamada además de los que ya se habían marchado, no era necesario remontarme tan atrás, pero quería que algunos se dieran cuenta de que podríamos haber hecho más en lugar de ignorar la llamada o restarle importancia.

Pedí a Sayid que explicara su parte de los hechos, después de todo había llegado antes, este se levantó y narró con lujo de detalles el aspecto de aquella ciudad, la bienvenida que les habían dado y el terrible alcance de la IA, cuando el descendiente de saladino tomó de nuevo su lugar continué -La retirada fue tortuosa y arriesgada pero de no ser por eso tal vez ninguno de nosotros habría vuelto... también hemos recuperado a los tres ministros humanos, Giordano se está encargando de uno de ellos conectado con la IA, los otros dos se encuentras en un lugar seguro y estarán dispuestos a cooperar- una vez acabado mi informe, tomé asiento de nuevo, parecía que no pero hablar en frente de todos siempre me ponía extremadamente nervioso y era una de las pocas ocasiones en las que agradecía no verles las caras aunque eso no evitaba que me temblaran las manos.

-Tan encantador como siempre, querido Sayid- Le respondo en el mismo tono que me ha dicho él. Por mi parte no hay mal rollo ni nada, ¡pero si lo hay la culpa es suya! –Hemos pasado una temporada en Escandinavia. ¿Y tú no te cansas de estar todo el día tumbado al sol?- Bromeo con él. Poco a poco van llegando compañeros y se van descubriendo las cartas que hay sobre la mesa.

-Perdón, pero he estado un tanto desconectada. ¿Ciudadela? ¿Portales? ¿Qué ha pasado? ¿Demonios? ¿Matvey…? ¿El resto de compañeros? ¿La isla…? ¿Volvemos a correr peligro otra vez?- Estaba incrédula, a pesar de que la respuesta de Sean era que los compañeros estaban ocupados, ¿ocupados en qué?. No había hecho un año del derrumbe de la isla, la muerte de Snagov y todo aquello para volver a pasarlo de nuevo otra vez. De una forma inconsciente me puse de pie, alterada, con las manos en la mesa y esperando la respuesta de los compañeros que estaban allí. Entendía la preocupación de Sofía por la naturaleza ya que ambas estamos fuertemente vinculada a ella. Me calma su muestra de cariño, pero no puedo dejar de pensar que algo está mal. Catherine llega y nos da una pista del paradero de Matvey, estudiando su gesto cuando lo hace para vernos a todos. Me levanto definitivamente de mi sitio y me siento a su lado, chocando hombro con hombro. Cuando llegué a la sala estaban hablando de Ian, si estaba bien o mal y tal, y era una forma de mostrarle mi apoyo mental. -Me encantaría verlo, claro que me encantaría verlo. Tenéis pinta de ser adorables el uno con el otro, seguro que le estás tratando genial- La verdad es que me alegra un poco el tema del kneazle de Adael, me ayuda a despejar la mente. Vuelvo a mirar por el rabillo del ojo a Cath cuando interviene, haciéndole un masaje en los hombros. Esta muchacha con lo joven que está y lo estresada que vive -De hecho, creo que Catherine también debería venir a dormir un poco con las ovejas antes de que le explote la cabeza y poder dormir. Con tanta oveja lo vas a tener fácil…- Bromeo con ella intentando que desconecte de lo que sea que está elucubrando.

Con Netwon llega parte del resto del pelotón. Saludo y doy la bienvenida a las compañera nuevas, y a pesar de que faltan algunos, decidimos empezar. El relato avanza y mi cara va según lo hace la historia, cambiando de la incertidumbre al horror, pasando por el dolor y la incredulidad. El tema de una IA, una máquina antinatura haciendo de las suyas, creyéndose del director de orquesta de la evolución, de la vida. Se me revuelven las entrañas. ¿Cuánto ha tenido que sufrir la hermana tierra para ver surgir a semejante engendro? -¿Qué opciones nos quedan? ¿Volvemos a correr peligro? La última vez que los de la Alianza estuvieron andando con las suyas un satélite hizo que la isla se precipitara. Esta mal, todo está mal… ¿En qué punto hemos perdido del control de lo que somos para dejarnos gobernar por una máquina que ni siente ni padece? Es… es… como nuestra antítesis, nuestra contraparte. ¿Cómo se puede negociar con eso? Vosotros lo habéis visto, ¿cuáles son las alternativas?-

Me había acabado por adelantar a Markus e ingresé al salón del conclave. Llegaba tarde pero me daba lo mismo. En mi despiste, ni si quiera me habia cambiado de ropa, y a decir, verdad, no iba muy presentable, aunque no era de los peores....

Evité establecer contacto visual con ninguno de los presentes, y mucho menos con Catherine. Al menos, no estaba alli Bellatrix, ni tampoco Altair. De momento. No tendria esa suerte.

Llegué en mitad de la charla de Sarah, de modo que mientras hablaba, me enteré de que iba el asunto y tomé asiento en mi lugar. Era obvio que ibamos a hablar de eso.
- No se puede negociar con una Inteligencia Artificial. Es imposible. Por cierto, acabamos de obtener alguna informacion interesante sobre los humanos que han "trascendido" y están conectados a la I.A mediante una especie de pila cervical.

Pero le dejaría los honores a Markus, en cuanto llegase.

- Alternativas? Destruirla o cambiarla. - me callé, y levanté la mirada por fin, para dirigirla a Lucio, Sean, y Sayid, que de los presentes eran los que habian ido a aquel lugar.

“Gracias, Sean. No sabía que habías ido…” Indicó y le miró pero sabía que él no podía apreciarlo. Movió suavemente la mano y parte de la motas de polvo y suciedad desaparecieron, al menos, intentando ayudar dentro de lo posible. Recibió el mensaje de Adam y sintió que se tranquilizaba un poco “Gracias…en cuanto sepa algo de Aedan te lo digo. Le pedi a Azahar que buscara a Desmond. El cónclave aún no empieza”, le comunicó a su suegro.

Ignoró en lo posible las preguntas de Sarah porque no le apetecía responderlas. No quería hablar demás y que notaran que estaba hasta las narices de los humanos de mierda. Pero fue imposible ignorarla cuando se sentó a su lado, la morena cerró los ojos y se apretó el entrecejo con fuerza tratando de relajarse -Sarah…No somos un espectáculo- Indicó con voz tensa. Luego decidió hablar y enviar los mensajes recibiendo pintorescas respuestas pero lo que la sacó de quicio fueron los masajes de la pelirroja. Movió los hombros con brusquedad -Necesito respuestas. Necesito acción. Eso necesito-

Pero dijo algo que le interesó -¡Eso! ¡ESO! ¿Cuándo hemos perdido el poder para vernos doblegados ante esa maldita raza y sus inventos? ¡Tenemos aquí a Newton, Giordano, Tesla! ¡JODER LE DIMOS TODO! – Soltó un poco más fuera de sí y apretó las manos en un puño pero Jack puso las cosas en orden. Agradeció que diera inicio, se sentó y entonces escuchó todo lo que tenía que decir Sean y Sayid. Mantuvo los labios apretados en una fina línea de tensión.

Ni un humano.
No habían peleado contra un humano.
Todos eran…

Catherine cerró los ojos cuando Giordano entró y escuchó lo que decía. Se inclinó hacia delante -Destruirla- Votó, así sin más para luego fruncir el ceño -¿Pila cervical? ¿es como el chip de Ian? ¿Ese que le inhibía hacer magia? ¿Cómo…cómo funciona en un humano? Perdona, Giordano es que desconozco el tema y no lo entiendo- De pronto se le quedó mirando, pero no a “él” sino al vacío, sólo que él estaba en medio. Entonces se levantó de nuevo en la silla con un gesto raro y movió suavemente las manos. En el centro de la mesa empezó a elevarse una ilusión  de lo que ella misma estaba viendo, de lo que le compartía Johan -El Líder de la Resistencia parece haber llegado al núcleo en su misión- Informó mientras le mostraba a todos su verdadero enemigo. Primero mostró la [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], luego el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Miró el lugar y cerró los ojos con frustración -Confieso que me siento impotente en este momento. Ya tuve mi encuentro con los Centinelas y sé perfectamente de lo que son capaces…-

Me aparecí en la sala hecho un asco y con la toalla justo cuando Sean estaba terminando la historia, supuse que ya habían contado lo que pasó en Francia. Miré el reloj de la sala por primera vez en todo el dia, llegaba tarde pero ese era el menor de nuestros problemas actualmente. Esperé sentándome en el lado de presidir de aquella mesa a que Sean terminase y me fijé en los que habían asistido, estaban en las nuevas pero faltaban algunos de los integrantes.

-Muchas gracias por los detalles, señor Eire, descendiente de Merlín. He sido yo quien ha convocado este cónclave, como le dije a Da Vinci, que por cierto, dónde está? Y Markus y Rasputín?- Casi que podía adivinar dónde estaban, pero si ellos lo sabían como que mejor. Aquello de los cónclaves me hacía afilar las formas, como me habían enseñado mis ascendentes, se trataba de una tradición y me la tomaba bastante en serio.

-Señora Le Fay, si puede ir enviando todo lo que vamos hablando con los que faltan sería lo mejor, necesitamos todo el apoyo y las ideas posibles- Miré aquello que mostró Catherine. No reconocía ninguno de esos sitios, pero por el momento no teníamos nada más que aquella información.

-Yo también voto por una destrucción, pero esta vez hemos de organizarnos como es debido, no puede ser que el descendiente de Merlín esté en la línea de batalla en su condición y puede suponer un inconveniente si queremos destruir aquello - Me apoyé en la mesa mirando en dirección a Sean para que pudiese oírme mejor -Actualmente la isla está en el mayor pico de población que jamás hemos tenido, y no solo eso, sino también que no saben cómo comportarse ni nos son útiles; se comen nuestra comida, hacen uso de nuestras instalaciones e incluso están entrando a sitios que no deben como el Bosque Prohibido. Encárgate de tomar medidas con ese asunto, ya sea con alguna clase de conducta o un encantamiento protector de los tuyos, lo dejo en tus manos -

Volví a mirar lo que nos mostraba Catherine, pensando en una forma de destruir aquello -Y cómo se supone que vamos a llegar hasta ahí? Podemos tener acceso a algún tipo de mapa?- Señalé el lugar que nos mostraba ambos lugares.

Ingresé a la sala del Cónclave con el acto ya comenzado, pues vi las imagenes que estaba proyectando Catherine acerca de aquella Ciudadela a la que los Renegados habian acudido a caer como moscas. Intentaría engancharme de lo que me habia perdido en cuanto pudiese, porque al ver aquellas construcciones me di cuenta de que el tema parecia mas serio de lo que en un principio habiamos podido estiamr.

"Creia que cuando inutilizamos aquellos satélites ya se había terminado todo.....entonces, aquello era solo una pequeña parte de su artillería?"

Con ojos preocupados segui las imagenes mientras me sentaba en mi lugar, con mis espesas cejas fruncidas.

- Hago una intersección para informar... el exorcismo de Mérida Pyro ha sido llevado a cabo con éxito. El de Reiv Black tendrá que esperar, me han dicho que ha huido. Estoy rastreando la isla en su búsqueda, puede estar escondido.

Después me dediqué a escuchar a Altair, querian destruir aquella cosa que Catherine nos habia mostrado. La miré, notando la preocupacion y el agotamiento en su rostro.

- Entiendo que este conclave se ha convocado para informar al Consejo de la peligrosidad de ese lugar, de esa...máquina, y de los resultados de la mision de los Renegados y algunos de vosotros. Y para desarrollar un plan para destruirla.

Emití un largo y pausado "mmm" como de comprensión, juntando las puntas de los dedos de una mano contra la otra, con los codos sobre la mesa.

- Si vamos a trazar un plan, propongo disolver rápidamente este Cónclave y hacer una inmediata reunión del Consejo con los Renegados, u otros integrantes de la misión con conocimientos y habilidades necesarios.

"ellos llevan luchando mas tiempo contra esto, al fin y al cabo"

-

En cuanto terminé de hablar Altair ya había entrado en la sala y me había llamado señor Eire lo que hizo que mi rostro fuera de autentico desconcierto pues apenas unas horas atrás me había llamado ciego de mierda... era demasiado extraño. Catherine al parecer estaba enseñando algo que el líder de los renegados le había transmitido mentalmente además del aporte de Gio sobre la pila cervical que tenía uno de los ministros, el resto incluyendo a Sarah parecían preocupados por la situación y no era para menos.

La opción más popular parecía la de destruir la IA pero si eso suponía volver a aquel lugar del cual apenas habíamos conseguido escapar iba a ser muy complicado -Tenemos que prepararnos muy bien, creo que colaborar con los ministros humanos puede acelerar las cosas, ellos conocen mejor que nadie su propia tecnología o al menos un poco más que nosotros, los dispositivos antidesaprición de los centinelas son un gran obstáculo por no hablar de su sistema de comunicación, en un instante podemos vernos rodeados de cientos de ellos...- no podíamos tomarnos a la ligera todo aquello o de nuevo nos costaría muchas vidas.

De nuevo Altair abrió la boca y mis oídos no daban crédito a lo que oía ¿acaso me estaba menospreciando? como si mi ceguera me impidiera encargarme de los asuntos más importantes -Mi condición no me impide cumplir con mi deber y mucho menos acudir a la llamada de aquellos que nos prestaron su ayuda cuando lo necesitamos- el licántropo siguió hablando y con cada palabra mi ceño se iba frunciendo cada vez más -Esa población de la que hablas es gente que se ha visto desplazada por la guerra, gente que al igual que nosotros ha perdido a personas que les importan y han tenido que abandonar sus hogares para venir aquí para que alguien que disfruta de todas las comodidades los llame inútiles, señor KIRGYAKOS- no me parecían formas para hablar y sinceramente me había enfadado, mucho -Respecto a la conducta tomaré medidas, hablaré con Zaphira y el capitán de la guardia que son quienes se encargan de la población- pero al parecer por mi condición me tocaba el marrón a mi.

Estaba discutiendo conmigo mismo en mi cabeza sobre lo que había pasado y no dije una palabra más a menos que me lo pidieran y de todo lo que se dijo la idea más sensata era la de Matvey, nuestra experiencia en combate era más bien escasa y los que tenían más experiencia eran necesarios para aquella misión -Secundo la idea de Rasputín- dije esperando que el resto se uniera a la moción.

uno a uno todos los descendientes fueron llegando y cuando Newton hizo acto de presencia el joven Eire empezó con el cónclave que ya había tardado demasiado en dar inicio. El chico habló y explicó la situación pero pronto me tocó el turno a mi, narrando uno a uno los hechos desde que llegué al desguace, separándome de mi compañero descendiente, la agonía en la cárcel, los droides, las bombas, centinelas, sangre y una agonizante retirada que por poco y tampoco lo contamos después del paseo por el infierno, tan solo mencionarlo me ponía mal cuerpo.

Me senté y dejé que todos hablaran apoyando mi cabeza en mis manos, cruzadas entre ellas y con los codos sobre la mesa, de nuevo me sentía algo débil y mareado, tal vez abrumado o simplemente era el bajón del colocón. Volví a prestar más o menos atención cuando se nombró a la guardia y el asunto de gente que se colaba dónde no debía lo que me hizo pensar en mi invitada y en que no había prestado demasiada atención con lo de las guardias -no es culpa de nadie, hay mucha gente y pocos guardias por no hablar del torneo que ha requerido de mucho personal pero creo que antes que eso debemos solucionar la locura de ahí abajo o tendremos cada vez más refugiados- la cosa estaba tensa pero vi mi oportunidad con lo del mapa -Tengo a alguien que nos puede ayudar, una chica que ayudó en la misión, se infiltró en la cabeza de uno de los centinelas y pudo descargar un mapa de la ciudad, lo he memorizado pero me temo que mis habilidades artísticas dejan mucho que desear pero quizás ella pueda darnos algo de luz con este asunto-

Finalmente la propuesta del descendiente de Rasputín parecía la más adecuada por lo que apoyé la idea votando a favor.

Apareció frente a las puertas las cuales se abrieron para permitirle el ingreso al salón del cónclave. Caminó con su elegancia habitual y la ligereza de un espectro hacia su asiento dejando detrás de ella un halo de frío.

Luego de tomar asiento barrió con la mirada la estancia para ver a los presentes. Hizo aparecer sus antejos y miró las imágenes proyectadas por la descendiente de Le Fay. Nada allí parecía tener alma alguna. Mientras hablaban, ella se iba poniendo al corriente. El resumen del nigromante le fue útil para entender qué es lo que estaba haciendo allí.

-Una niña es nuestra esperanza. Alentador.- Comentó irónicamente cuando Sayid mencionó a la chica presentándola como si fuera muy joven.

-Estoy de acuerdo con Matvey. Cuanto antes se termine con ésta cuestión, antes podremos encargarnos de temas más importantes. Idearemos un plan para que los renegados se ocupen de llevarla a cabo con éxito.- Sentenció con voz queda y suave.

Mi tranquilidad y modales eran pura fachada, lo único que me apetecía ahora era darle un puñetazo a la pared, hacerme una paja e irme a dormir una semana entera, pero mi sentido de la responsabilidad no me dejaba, mi deber era estar allí.

-Efectivamente, el mayor problema son los trastos que nos impiden aparecer y desaparecer, sin embargo aquel demonio puedo crear un portal sin problemas, la señorita Alighieri también es capaz de hacerlos, supongo - Ese era un buen punto de partida, la posibilidad de poder salir de allí si algo se torcía.

Entrecerré los ojos al escuchar a Sean decir aquello -Parece que no te das cuenta de lo que hiciste en aquel lugar, me encerraste junto con un montón de centinelas a causa de tu “condición” y si no llego a ser un lobo gigante a saber qué habría sido de mí. Cualquier otro estaría seguramente muerto por tu culpa, serías capaz de llevar eso en tu consciencia?- Negaba lentamente mientras decía a Sean aquellas palabras, sin entender cómo era que no se había dado cuenta por sí mismo de algo tan obvio. -No quiero expulsar a nadie de la isla, pero que al menos se mejore el comportamiento de alguno de los individuos - Sentencié aquel tema, no había razón para seguir discutiendo aquello.

-Muchas gracias por tus servicios, Rasputin, y esperamos que la búsqueda de ese chico sea más efectiva que la de De Molay - Le solté no muy alto, para no interrumpir las explicaciones del resto de descendientes. -Correcto, así es - Respondí a Matvey al preguntar si era eso lo que pasaba

Escuché la propuesta de Matvey. Por mucho que me jodiese tenía razón, solo con el consejo no bastaba para afrontar esta situación. -Yo también lo apruebo, sois libres de formar parte quienes queráis, pero afrontad las consecuencias y quien no venga que intente mejorar lo ya comentado de la isla-