Pasillos

Aparezco en los pasillos, tras la insistencia de mi padre. Me tambaleo un poco porque estaba bastante nerviosa, tanto por mi madre, como por Yaroslav, como por haber estado ahi sola tirada en una sala de espera aguardando por noticias, y finalmente por esa cosa tan rara que habia pasado, creia haber escuchado las palabras de Catherine en mi cabeza pidiendo ayuda. Una vez en territorio conocido, tomo aire, descanso unos segundos y comienzo a correr por los pasillos buscando a mi padre. Giro una esquina y me lo encuentro con Johan, y otro hombre más, al cual desconozco.

-Ya estoy aqui!

Corto mi carrera al llegar hasta ellos, y por mi cara debe de notarse la preocupacion que llevo encima. Abrazo a mi padre de modo breve, no hay tiempo para más, pero en serio necesitaba ese abrazo. Luego me despego y miro a Johan. -Está estable. Os llevaré con él. Y os explicaré cosas, y espero que alguien más pueda explicaros más cosas, porque yo misma tampoco se tanto.

Miro a Huey, dedicandole una breve mirada. Igual se piensa que estoy chalada. Luego vuelvo a mirar a mi padre. -Y ha pasado algo más, he oido algo en mi cabeza. Eh, no que esté loca ni nada, cosas de telépatas, ya sabes. Johan! Cuando esteis listos avisadme....y os transporto conmigo

Me espero un poco, porque me ha dado la impresion de que tanto Johan como Lyran estaban teniendo una importante conversacion con Huey, un tipo que ahora mismo se me antoja la mar de serio, y al cual miro sin llegar a presentarme. Porque me da palo.

-Eso si....pero no sabemos cuanto más tiempo esos escáneres seguirán sin llegar bajo tierra. De momento, el refugio está probando ser a prueba de ellos.

Miro a Huey, y veo que sonrie ante mi propuesta de ir a inspeccionar aquel sitio. Le devuelvo un gesto afirmativo con mi cabeza, esperando que sea Johan quien le ubique el lugar donde está el Moulin Noir al que tiene que ir. Entonces le enseño el galeon comunicador a Huey. -Si encontrases algo importante, o algun problema, mandanos un mensaje.Tienes moneda, verdad?

"eso, eso es muy importante"

Espero que Miller mencione a algun acompañante, porque siempre es mejor ir de dos en dos que de a uno, contar con apoyo alli afuera. Voy a responderle a Johan que ya le he metido prisa a mi hija justo cuando esta aparece por los pasillos corriendo, dandome un breve pero mas que bienvenido abrazo, el cual le devuelvo, seguido de un reproche. -Avisa la proxima vez que vayas a hacer algo como desaparecer rumbo a un sitio totalmente desconocido!

En mi voz que por lo general es siempre amable y tirando a tranquila, se aprecia un tono de severidad mas que palpable. Resoplo y acabo por asentir, un monton de explicaciones a mi tambien me vendrian bien. Me posiciono al lado de mi hija. -Cuando diga Johan. Y Miller, mucha suerte. Lleva cuidado.

La aparición de Azahar con buenas noticias sobre Yaroslav me quita en parte algo de la preocupación que tenía hasta el momento, después de haber temido por su vida. Aun así sólo ha dicho que está estable, no asegura nada más. Lo que no entiendo en absoluto es eso que dice de telépatas y voces en su cabeza, pero ya nos lo explicará más tarde. Ahora debemos marchar. - De acuerdo, llévanos allí. En cuanto a Miller...- me giro para volver a mirar a Miller que propone una frase para saber que quien le mando es de confianza. - Creo que de momento no te puedo enviar a Azahar, tiene que llevarnos a un sitio.

"y no tiene mucha práctica luchando, eso por no decir que dudo que su padre quiera que salga en una misión si no es estrictamente necesario"

- Puedo pedirle a alguno de los compañeros de la Brigada que te acompañe.

"no sé si tendrá amigos aquí, tampoco sé si será muy sociable y conocerá gente de la base suficiente, pero eso se puede arreglar"

- En el bar suele haber una chica alada, aunque no sé si estará allí ahora. Puedes probar a hablar con ella, preguntarle qué sucedió y quién fue. Ve yendo para allá, en un par de horas te envío a alguien que te diga esa frase. Mantén tus sentidos alerta...nunca sabemos cuándo nos están vigilando. - advierto a Huey antes de despedirme, diciendo después a Azahar que nos desaparezca de allí a su padre y a mí, rumbo al lugar que ella conoce, la isla de Ouroboros.

Voy alucinando de manera efusiva cual maruja cotilla de barrio conforme Indira me va contando todo lo que le ha pasado en el Moulin. - ¿Pero qué me estás contando? No...¿en serio? ¡Un viejo y una rubia malvada y tonta no nos van a joder la diversión del Moulin Noir! - alzo el puño, indignado al escuchar todo lo que le habían hecho a al dueña de uno de mis locales favoritos, aunque...la verdad es que para mi todos los locales son favoritos, soy un fiestas. - Indi, ¿Puedo llamarte Indi, no? ya hay confianza y tal...como te iba diciendo...no podemos dejar esto así. Vamos a ir a ese bar y vamos a recuperarlo, hasta que no plante ahí una maldita bandera de la Brigada no me quedaré tranquilo- alzo la voz más de lo debido, acabando por cruzarme de brazos con gesto enfurruñado. Además, mi propio grito hace que me duela más la cabeza, por culpa de la resaca.

"ay...estás mayor, Ben, las resacas te duran más...hay que solucionar esto con más resacas, para hacerse inmune"

- Tss..sí, la idea es fiesta de Halloween, aunque básicamente es una excusa para comer, beber, socializar, bailar, hacer amigos y ligar. Lo que viene siendo una buena fiesta. Yo quería celebrarla aquí abajo, para que nadie venga a jodernos la fiesta. La de la playa estuvo bien, pero no había tantos centinelas por todas partes como ahora. Y no sé tú, pero si estamos todos borrachos en centinela nos capturará sin tener que mover su metálico trasero. - me detengo mirando a Indira con gesto pensativo, una mano en la barbilla y los ojos entornados. - Tú podías ayudarme a montarlo, tienes experiencia. ¿Qué te parece? La comida, la música...los juegos que se puedan hacer...aún tenemos unos cuantos días para prepararlo, puede ser gran bien.

"que la gente está muy desanimada, necesitamos ser putofelices por un rato"

Miro con interés eso de la cicatrización pro de rodilla, agachándome un momento para cotillear. - Vaya con los alados, sois una caja de sorpresas. Y suertudos, ya quisiera yo tener eso. Así me nos curaríamos rápido después de las batallas. Además, no tenemos sanadores en el grupo. - vuelvo a levantarme para seguir caminando por el pasillo con las manos en los bolsillos, con bastante pachorra. Me dice que no quiere nuestra bandera de conquistadores en el Moulin, así que la miro con ojos de cordero degollado ofendido, aunque por otro lado la entiendo. Traemos líos allá donde vamos. - Vaale, entonces te ayudaremos a recuperarlo pero sin ir de conquistadores. Aunque...yo no puedo evitar serlo...- alzo y bajo las cejas un par de veces, poniendo una de mis caras de ligar al mirarla, acompañando este gesto con un cambio de tono de voz. Tonterías mías que me salen solas y a las que no doy importancia, por lo que después sigo hablando como si nada.

- Perfecto, pues podemos empezar a hacer cartelillos y a pegarlos por aquí. No se lo he preguntado aún a nadie, pero no creo que se molesten por preparar una fiesta.

"bahh...no hace falta pedir permiso. Se lo comunicaré a los mios con un mensaje por la moneda"

- Si algún día deja de hacer falta la brigada yo creo que sería organizador de fiestas o algo, creo que es divertido. - continuo el camino por el largo pasillo, sin saber muy bien a dónde voy. Tal vez a la cocina a choricear algo para la resaca. - Cocinar no se me da bien, que se encargue otro de eso. El alcohol corre de mi cuenta, sé donde conseguirlo...y sobre las actividades...¿qué se te ocurre? ¿qué podíamos hacer? sobre todo para que gente que normalmente no hablaría entre sí se conozcan, o algo con lo que estrechar lazos. ¿Tal vez algún juego?

- Yo...tenía una de esas monedas, creo. Espero no haberla perdido con las fiestas.- rebusco en el bolsillo del pantalón, el de la chaqueta, el bolsillo trasero, el interior...nada, no la encuentro. Me quedo con cara de póker a mitad del pasillo, es la tercera vez que la pierdo ya, no sé si querrán darme una nueva. - Mierda...necesitamos pedir monedas de esas. Son discretas, y no detectables como los móviles de los humanos. Le pediré a Lykaios que consiga un par. - cuando por fin parece ceder a eso de poder ir a recuperar el local le suelto un efusivo abrazo rápido de escasos segundos, satisfecho por haber conseguido que nos dejase intervenir. - ¡Gracias! necesito pegarle aalg...digo...hacer justicia...sí, hace mucho tiempo que no hago justicia. No te preocupes. No quemaremos tu local...

"je, eso le dije a Lykaios cuando me dejó el barco y luego se me fue de las manos, acabo ardiendo"

- Gymkana por parejas...lo veo bien. Mientras no sea yo el que reciba los sustos. No me gusta que me pillen desprevenido. - admito sonriendo a la vez que me paso una mano por la nuca, para las cosas de terror siempre he sido un poco cagao, aunque parezca contradecirse con lo de ser miembro de la brigada. -Creo que pasaremos del típico juego de coger manzanas con la boca, es cosa de críos. Y bueno, el resto pues que bailen y beban. O los ponemos a jugar a cosas de adolescentes criajos, como la botella, o lo de reto, beso, etc...

"oh, wait...ella es adolescente"

- Bueno, eso...en el fondo todos seguimos siendo un poco críos.- salgo de este modo del atolladero sobre lo de juegos adolescentosos, proponiendo después alguna cosa más que pueda servir para plantear una fiesta de Halloween en la base. - También podría contarse alguna historia de miedo. Y..por ahora no se me ocurre nada más. ¿Empezamos a prepararlo?

- Uff mezclas raras...menos mal que es dentro de unos días, así descanso un poco de beber, que llevo una temporada de borracheras...

"hasta yo mismo me echaría la bronca. Además, hace mucho que no veo a Lykaios y los demás, estoy desinformado de lo que pasa en el mundo"

Los laberínticos pasillos acaban guiándonos a uno más grande, que creo recordar que conduce a las cocinas. Si acabamos allí al menos podremos saber con la comida que contamos, que no debe ser mucha. Eso va a ser un problema, habrá que optimizar al máximo. - Pues hacer todo eso que hemos dicho ya. Encárgate de la parte de relaciones públicas y de los carteles, para ir pegándolos por aquí. Seguro que dibujas y escribes mejor que yo, que me salen dos monigotes chungos y además tengo faltas de horrorgrafía. - me río de mi mismo al imaginar como quedarían unos carteles hechos por mí, esperando que Indira lleve toda esa parte de la organización. - Fecha de comienzo aproximado...pon la semana que viene, para que la gente vaya dándose por aludida. Echaremos un vistazo rápido a la cocina y después iré a avisar a los míos. Eso sí, tenemos que tener mucho cuidad con la gente que entra, no queremos que se nos cuele ningún jodefiestas infiltrado.

"eso, como alguno vaya de malas le parto la cara por mala gente"

Continuo hablando de preparativos con Indira, hasta que finalmente dejamos atrás los pasillos para ver el lugar donde haremos la fiesta, saliendo ambos de esa zona de la base.

Salí de allí escopeteado. Como alma que lleva el diablo, con todo aquello detrás mía. En algún punto se acabó por unir todo en un gran bloque, arrojando lo que había de vino en el vaso por el camino. Yo no había mirado atrás. Ahora sí, tenía miedo. No sabría decir si estaba llorando, riendo o planteándome como podrían ejecutarme. Me perdí por los pasillos en la medida de lo posible, sin saber exactamente a donde iba. Empezaba a imaginarme cosas, una voz desesperada, como si viniera del bastón, una voz… -¡Vest, espera!- Pero una vez más lo creí fruto de mi imaginación y sencillamente lo ignoré. Qué imbécil fui.

Hubo un punto donde no pude continuar aquella huida a la nada, me dio otra vez la puñetera tos. No quise parar y me atraganté, en gran parte por aquellos sollozos míos de niño pequeño. Pensaba en que no había dado reto o verdad a nadie, y que quizás debería haber bebido, que no debería haber huido así como así porque tenía aún cosas a hacer. Acabé por apoyarme contra una pared sin saber si era mejor dejar que aquel resfriado me matara de una vez o intentar luchar un poco más. Estaba ardiendo, casi como si tuviera fiebre. Se me había subido todo a la cabeza. Alcohol, miedo, hormonas, vergüenza, la carrera…

Me busqué una esquinita y me escondí en ella lo que pude, sentándome y cubriéndome con… ¿La capa? No, no tenía la capa ahí. Un abrigo. SU abrigo. Me llevé las manos a la cara, intentando otra vez tapármela porque tanta vergüenza no cabía en mi. Era rematadamente idiota. El bastón, casi como con consciencia propia, se puso a mi lado como si intentara hasta darme apoyo moral. Y yo respiraba entrecortadamente, ahí. Ya se me pasaría. Era una rabieta de niño pequeño. No debía ser difícil desaparecer de la faz de la tierra, me iría a una islita, me haría una caseta y sería amigo de todos los animales, lejos de la guerra, lejos de cualquier forma de vida inteligente. Aunque en aquel punto hasta una seta parecía tener más cabeza que yo.

Mientras iba caminando por los pasillos, lejos de la musica, el jaleo y de la gente, me habia ido dando tiempo a pensar en lo ocurrido, en lo que me habia comentado Johan. Me cuesta minutos de paseo atar cabos para llegar a una conclusion mas o menos logica, pero me resulta igualmente...inverosímil. Por qué? Ni yo mismo lo sé.

Camino un ratete dando vueltas, hasta que finalmente mis ojos atisban algo. A Vor hecho una bola en una esquina de un pasillo que gira. Joder, pues si que parece afectado. Pero aunque no se lo que deberia hacer o lo que se espera de mi, por otro lado si que sé lo que debo hacer.

Aun estoy a una distancia considerable como para que me haya visto u oido, asi que me agarro a silbar la melodia de antes, la de su cancion, mientras camino hacia el como si tal cosa. Luego me planto frente a el con los pulgares en mi cinturon, mirandolo desde mi altura con una ceja alzada.

-Al final no tuve que amenazarte con un cuchillo para que cantaras. Eh, lo has hecho bien. No te preocupes. No me importa la letra. Me ha costado entenderla, pero al final me han ayudado a traducirla.

Esas palabras van con doble sentido. Puede que emocionalmente yo sea un cateto pero cuando pillo algo no me cuesta encontrar las palabras para decir las cosas de diferentes maneras. Me agacho, doblando mis rodillas y quedando en cuclillas para estar a su altura, pues él ahora mismo es un guiñapo hecho una bola dentro de mi abrigo.
-Perdona. Estas cosas no se me dan bien. ¿Estabas tan nervioso todo el rato desde antes, porque sabias que ibas a dar un concierto?

Y ahí seguía yo. Hecho una pelota drowuña. Un pequeño pedacito de basura en medio del camino, vaya que si. No me empané en cuanto Dyos llegó a poder verme. Estaba muy ocupado cortándome las venas mentalmente, yo con mi depresión de adolescente reprimido. Me preguntaba qué pasaría de ahora en adelante, si él sabía lo que le había dicho. ¿Me odiaría? ¿Se alejaría? ¿Llegaría a volver a verlo? Con aquella ansiedad dentro mía no pude si no agobiarme más, y más. No tenía ni idea de qué haría. Pero hubo un sonido familiar -y que agradecí en gran manera- que me sacó de aquel ensimismamiento mío, una melodía familiar, agradable, un… Silbido. Y aunque no sé si se puede decir “voz” a eso, le reconocí el tono.

Levanté la cabecilla muy tímido, maldiciendo el sombreraco plumífero que tan gloriosamente me cubría las sienes. Se fue acercando a mí habiendo reparado en mi existencia, aparentemente en una forma amistosa, hasta ponerse delante mía, con todo su porte. En cualquier otro contexto me habría parecido algo digno de elogiar, ahí, con sus manos descansando en el cinturón, con una expresión muy suya. Pero en aquel momento me culpaba de haber sido tan inútil de dejarme guiar por mis sentimientos, antes que la coherencia, y me decidí por aguantarme las ganas de siquiera pensar en ello. Habló.

Decía algo de amenazarme para que cantara. Y que lo había hecho bien, que no le importaba la letra, pero que… ¿Le habían ayudado a traducirla? Ahora así escrito alcanzo a adivinar el significado de tales palabras, pero en aquel momento solo solté una expresión extrañada, acompañada por una frase -en drow, no iba a dejar que el inglés me traicionara, cruelmente, de nuevo. que manifestaba muy bien mis dudas -T-Traducir… ¿Sabes hablar en élfico? Yo… Tengo solo retazos. Es un dialecto raro. Antiguo. O algo así. Era cosa de…Mi madre, tan elfa. Aunque solo cantaba mi padre.- Igual era una canción de amor. Era lo más probable. Me llevé una mano a la boca, ahogando un posible grito de sorpresa, pensando en qué carajos estaba pensando.

Él se agachó y yo le miré con ojillos algo asustados, encogiéndome un poco más. Se me cayó el sombrero hacia delante, tapándome la vista. Me tentaba quitármelo, pero al rozar con mi mano aquellas plumas creí más conveniente dejarlo ahí. Me hizo una pregunta… ¿No lo entendía? ¿No sabía porqué me había puesto así? Lo miré con la duda plasmada en el rostro, luego hice una mueca de extrañeza y me llevé la mano a la barbilla. -N-No… No es el concierto lo que me puso nervioso. No realmente… C-Creo. Igual me hacía más cosa hablar ante… Ante ti. Ellos están borrachos y lo olvidarán muy rápido, pero tu te acordarás de como sonaba… Si parecía o no un gato machacado.- Me limpié una lagrimilla con la muñeca, tímido.

-Lo que me ha puesto nervioso es… Lo del final. Llevaba mucho rato pensando en ello. No esperaba decirlo… Supongo que no estoy en mis… Caudales. Algo borracho. Me bebí medio vaso, ¡Ya ves tu! Estoy…Extraño, ¿Si? Tu también lo has visto.- Hice un esfuerzo para sonreírle. Aunque entre que el resto de mi rostro no acompañaba y que mi boca estaba llena de colmillacos asesinos, no pareció muy distinto a una de sus muecas asesinas. -En el fondo… Soy un enano. T-tal vez eso… lo justifica, ¿Si?- Me encogí un poco menos, respirando un poco y medio abrazado a mi mismo. -Tampoco son tiempos para sandeces como la que planteé. Hay una guerra ahí. Lo hace todo un poco más difícil

Ahí agachado delante de él, hago una mueca porque igual ahora soy yo el que está hablando raro o en sentido figurado y vete a saber si me ha entendido. Por si acaso prefiero asegurarme.
-Que va, de verdad crees que ahi adentro habia alguien que supiese elfico? Pero no me referia a eso en realidad, me han ayudado a traducir algo que el resto de la gente parece entender mejor que yo.


Lanzo un borrascoso gruñido-suspiro, rascandome la oreja. Veo que él se encoje y no creo que tenga motivos para hacerlo, asi que frunzo mi ceño y le quito el sombrero porque se le esta cayendo encima de la cara y quiero que me pueda ver. Asiento repetidas veces ante su cara de duda.
-Mira, yo creia que estabas nervioso porque te dolia la tripa, o porque eres asi. No pensaba que fuese por mi culpa. Yo no me he enterado cuando lo has dicho ahi adentro, me lo han tenido que explicar.

Dejo de rascarme la oreja de una vez, resoplando. Asi solo ayudaba a contribuir a mi imagen de vagabundo sarnoso, pero era mas bien una especie de tic, una mania, un gesto que hacia cuando no sabia muy bien de que iba la cosa y yo no estaba en control absoluto de la situacion.
-Los borrachos se vuelven sinceros. Mira a Szyraenk.

Termino sentandome en el suelo frente a el, porque asi medio agachado era un poco incomodo para las rodillas. Lo miro directamente, y parece que estoy un poco apenado. No se como sentirme al respecto. Mal no, desde luego. Lo que ha dicho no cambia las cosas para mi. Yo no habia sentido atraccion en toda mi larga vida, por nadie. Cariño, afecto, si. Amistad, lealtad, mucha. Pero en los ultimos años hasta eso habia sido dificil.

-Bueno, supongo que la juventud hace a la gente más lanzada. Y tambien te hace llorar por cosas que no deberias. No es una sandez, no le voy a quitar importancia, pero no merece la pena que llores por ello. ¿Que más da? Está bien poder sentir con fuerza. ¿No crees? Forma parte de estar vivo, ya te lo dije. Y yo deberia haberme dado cuenta antes, igual te he puesto las cosas dificiles?

"pero si le pusiste una daga en el cuello!"

-Si, la guerra lo hace todo definitivamente mas dificil. Y creo que a mi se me da mal todo lo que no tenga que ver con la guerra, no sé hacer otra cosa. Bueno. Silbar. Tambien se silbar.

Me quedé unos buenos segundos un poco helado en cuando me explicó él mismo el doble sentido que había utilizado antes, mirándomelo como si no lograra asumir las consecuencias que aquello podía tener. Él hacía servir el drow y agradecí con un mudo asentimiento aquello, aunque no me entendiera. -Ay, yo… Yo… E-Esto…- Solté porque definitivamente no tenía escapatoria. Estaba entre la espada y la pared. Bueno. No literalmente. Aunque lo había estado, por su culpa. Yo pensé algo como “Ay dios mío la qué liao” mientras procuraba no acurrucarme demasiado, observando sus movimientos y tratando de mantener la mirada, y él me quitó el sombrero. Yo… Yo me rasqué instintivamente la nuca, casi como si imitara su tic. Era un gesto inconsciente.

Me explicó que él no comprendía mis nervios. ¿¡Y los comprendía yo!? ¡Era algo natural! Algo natural y un poco de imbecilidad por mi parte, porque era absolutamente incapaz de hablar como una persona coherente. -¡No es tu culpa! Es solo que… Bueno… Yo no me las apaño aún. Muy crío, no se me da bien eso de pensar. O actuar como una persona coherente. O… No lo sé. Pero, ¡No es tu culpa, repito!- Le fruncí el ceño con algo de enfado fingido, aunque luego aquella expresión se rindió. Me di cuenta que se había estado rascando mucho la oreja y me pregunté si aquella sordez suya tenía arreglo. Pero que yo supiera solo podía sanar heridas, nada más allá.

-Szyraenk…- Me repetí, algo preocupado. -Estar borracho permite hacer cosas que de otra forma no estarías. Pero creo que en mi caso es… Algo psicológico. Soy un poco… Corto, yo. A la hora de hablar.- Él se sentó y yo traté de deshacer aquel muro que tenía hecho con las piernas, poniéndome a modo de indio. Estaba ya algo mejor, había dejado de sollozar como un criajo y al menos hacía mejor cara. Me pasé las yemas de los dedos por los lagrimales una última vez. Intuí algo de tristeza en su expresión y yo no pude si no mirar al suelo unos momentos, antes de que él hablara de nuevo.

Escuché un poco sus razones, analizándolas. Asentí un poco, los jóvenes… Éramos jóvenes. Hacíamos tonterías. Porque sí. Pero que no llorara… Traté de aparentar ser algo más fuerte poniéndome firme unos segundos, pero luego me encorvé un poco porque en el fondo tampoco estaba muy bien. -¡No es que tu me hayas puesto las cosas difíciles! Es que yo me busco cosas difíciles.- ¿Y lo bonito que era estar callado y no tocar las narices a nadie? -Sentir… Si, te hace más vivo. Le quita algo de esa monotonía a la vida. Especialmente para nosotros que vivimos tantos. Los elfos… Míralos. No sienten un carajo y se pasan una inmortalidad aburriéndose.- Cogí el sombrero y empecé a manosearlo, buscando algo de apoyo en él.

Le miré una última vez tal y como escuchaba aquellas palabras. -Deberías reconocerte más méritos. No todo el mundo se gana la amistad de una urraca o se las arregla para hacer un buen plato de un gazapo chillón.- Me llevé una mano al pelo, apartándome el flequillo húmedo de la cara. Qué pintas me gastaba. -No creas que en eso somos tan distintos. He intentado recuperar mis habilidades en otras cosas… De pequeño luchaba muy poco y me encargaba de hacer… trastos. Cualquier cosa con los escasos materiales de allí abajo. Pero he perdido esa costumbre. Me he pasado un año yendo aquí y allá, curando gente, que no es más que una habilidad para esos tiempos. Y… Bueno. Haciendo otras cosas. Luchar. Quizás es nuestra naturaleza.

¿Lo era? ¿Estábamos condenados a no poder encontrar reposo? ¿Qué ocurriría si un drow viviera en tiempos de paz? Szyraenk decía que todo era lo mismo, que… No había tanta diferencia. ¿Existía la paz, en realidad? A mi ese concepto me resultaba imposible. Mis días más pacíficos fueron allí abajo, en el zulo. Pero no era una existencia muy plena. ¿Era en realidad la paz tan aburrida? ¿Me haría sentir igual de encerrado? -Quizás… Solo busco reafirmar alguna amistad. Sentir que tengo algo por lo que luchar, y no sencillamente sobrevivir, no sencillamente una venganza o… Cosas ya tan inciertas como lo de mi hermano.- Llevé una mano encima del bastón, que se mostró elusivo. -Aunque aquí quizás nos acaben aceptando, no me gusta tener que suplicar algo de comprensión, estar agradecido de que se nos trate como un igual, esa ilusión…- Apoyé mi espalda contra la pared.

-Quizás considero que aquellos de mi raza solo pueden comprenderse entre ellos. Somos bichos raros. Demonios, negros. Lo que sea, tenemos mil motes. He estado buscando por mucho tiempo algún sentido de unidad. Aquello que le sugerí a Szyraenk… No me gusta dedicar mi vida a la lucha pura y dura. Necesito alguna motivación, necesito… Sentir que hago todo esto por alguna razón. Incluso si la guerra no nos permite ser totalmente felices, creo que aún se puede compaginar algún sentimiento de estima, ya sea fraternal, amistosa o amorosa. Qué… Poco esperanzadora es una vida con solo lo malo… ¿No crees?

Dice que no es mi culpa y tras una mueca un poco rara por mi parte como intentando convencerme de que no es asi, asiento y le hago caso.

-Reconozco que encariñarte de un drow como yo no es buscarse cosas sencillas. En serio? Te amenacé varias veces.- lo miro de arriba abajo con expresion evaluadora, porque de verdad que se buscaba las cosas dificiles.

-Pues eso, que no te sientas culpable. Mejor eso que nada.- aunque yo iba camino de acabar como uno de esos elfos, por como lo describe Vor.

Entonces el intenta hacerme ver que tengo mas habilidades que no aquellas de la guerra, como entablar amistad con una urraca o guisar algo especialmente inguisable. Veo por donde van los tiros y niego muy despacito, mirando hacia abajo y permitiendome una breve sonrisa.

-No, no me referia a eso en realidad. Tambien soy muy bueno haciendo castillos de naipes y liando tabaco. Pero... querer a alguien, vivir en paz, olvidarse de todo y dedicarse a la buena vida...no, creo que eso no se me da bien, no se hacerlo.

Vuelvo a rascar mi oreja, pensando en ello. Emito un largo "mmmmmmmm" de comprension cuando dice que quizá sea nuestra naturaleza vivir para la batalla. Pero en su caso parece capaz de vivir para algo mas.
-No creo que sea la tuya, no todavia.

Entrecierro un poco mis ojos, apoyando las manos sobre mis rodillas, y le hablo con voz muy decidida.
-Amistad, eso entiendo. Pero nosotros no mendigamos comprension. No lo necesitamos, y ellos no tienen por qué darnosla. No somos los unicos que no encajan aqui arriba. Y si lo hacemos, lo hacemos sin condescendencia. Que nos llamen demonios. Está bien. Hay demonios de verdad que pasean con piel de humanos. La gente no te va a odiar más por ser un drow que por ser un vampiro. Crees que me fiaría de el primer drow que viese? Estuve a punto de cortarte el cuello por ser un elfo oscuro.

Me da la impresion de que él se ha hecho una especia de coraza por la raza de la que es. Yo sabia que no era diferente para otras muchas criaturas magicas. Lo de la venganza lo entiendo, vivir para ello no es tan maravilloso como pueda parecer.
-Lo bueno de una vida con solo lo malo, es que no puede ir a peor. Solo a mejor. Desde el punto de abajo, es mas facil avanzar hacia delante. ¿Quieres sentir que perteneces a algo o que tienes algo por lo que luchar que no es ni tu hermano ni tu vida? Funda un clan. Yo me uno. Pero solo si cambias esa actitud que tienes hacia ti mismo. Por Loth...si vas a ser tú peor que yo.


Me sonrío de lado y me levanto, cruzando los brazos. Luego miro hacia el final del pasillo y arrugo la nariz.

Llegué a soltar un amago de risa en cuanto dijo que realmente si que me complicaba las cosas. Que me había amenazado varias veces. Aún era consciente de que desconfiaba de mi, que a veces mi… Forma impulsiva de ser lo sobresaltaba. Y cuando lo alarmaba acababa con una mano encima de sus armas. -¡Qué quieres que le haga! Sé ver a través de ello.- Si le quitabas de encima aquella vena un poco psicópata lograbas quedarte con un drow muy majo. Bueno. Quizás sencillamente te quedabas sin nada, pero yo le había visto algo digno de apreciar. Que no me sintiera culpable… -L-Lo intentaré… ¿De acuerdo?- Le comenté como un poco a morros.

Me explicaría luego que tenía alguna habilidad más. Liar tabaco… ¿Liar tabaco? Yo me lo miré con una ceja alzada. Él tenía una sonrisa. ¡Una sonrisa! Aquello era digno de enmarcar. No er de oreja a oreja, pero era una sonrisa. Definitivamente. Me explicó que a él eso de la paz no se le daba bien. Eso me borró a mi mi temporalmente iluminada cara, con una expresión algo triste. -Dyos, alguna vez vamos a tener paz. No más humanos dando por saco. Paz. Sólo paz. Prométeme que si ese día llega te permitirás ser feliz de una vez por todas.- Adopté un tono muy firme con aquello, mirándole con aquellos ojos míos tan brillantes cuando le daban la gana. Si aceptaba… Estaba dispuesto a hacer que aquel día llegara. Fuera como fuera. No es como si no lo intentara, pero… Buscaba cosas por las que luchas, algo que le diera valor a mi contienda. Que justificara aquellas muertes que poco a poco me iban arrancando el juicio a mí mismo.

Cuando le planteé aquello de nuestra naturaleza pensó y señaló que quizás no era la mía. No todavía. -Dale tiempo.- Le comenté yo con una expresión extraña. Si en aquellos días hubiera sabido lo que fuera a pasar… Ah, maldita sea. Fui un imbécil. Lo fui. Vaya que si lo fui. Sabía que aquella no era la mejor senda para mantener la cordura, ¿Aunque tenía más opción? Escuché sus siguientes palabras con bastante atención, pues su tono parecía bastante serio. Era una especie de… Advertencia. O consejo. Que no mendigábamos comprensión y que no éramos los únicos que no encajábamos. Que no se fiarían menos de mi que si fuera un vampiro. Un puto vampiro. Nos comparában con aquella asquerosa raza. Y luego aquello que planteó…

-A un elfo oscuro te lo ganas con alcohol, Dyos.- Le respondí yo, era lección de vida. -Y eso de mendigar comprensión… Es quizás cosa mía. Es… Raro. No te sabría explicarlo.- Pero en ocasiones no me sentía muy orgulloso de mí mismo. Me atosigaban los mismos miedos, las mismas pesadillas, aquellos complejos y aquel odio por mi mismo. Por todo lo que no había hecho. -Solo quiero sentirme… Útil. Aceptado. Algo. Mi hermano muerto. No tengo certeza de que siga ahí. Sé que si me escuchara, no querría que hiciera esto. E incluso mi padre dijo que se encargaría de ello, él sabe mejor que yo… ¿Qué sentido tiene todo entonces? ¿Si no puedo no ayudarle a él? Yo… ¡Yo necesito hacer algo más que quedarme de brazos cruzados! Pero he de hacerlo por algo.- Por alguien.

Iba a reprocharle que una vida solo con lo malo era horrible. Aún si eso significaba que si las cosas podían ir solo a mejor. Si se cerraba de esa manera, definitivamente, no. Pero la siguiente propuesta me hizo alzar mis orejillas y pensar bastante bien, fruncir el ceño… Un clan. Que él se uniría. Pero que cambiara la actitud. Yo… Me lo miré muy mucho. Sonrió y se levantó, cruzándose de brazos y mirando al pasillo. Yo me levanté muy torpemente, me agaché un poco y comprobé su expresión. -Mírate, últimamente sonríes más. Vas cogiendo práctica. Ahora no parece que vayas a matar a alguien, solo que te lo vayas a cenar. Es una mejora.- Le dije yo, buscando muy probablemente destensar el ambiente. Luego me quedé mirando yo al final del pasillo, a ver si se veía algo, y me crucé de brazos, imitando su porte.

-Tenemos que buscar un nombre. O reclutas. Ambos, mejor. Yo lo veo, “la empanadilla y el enano”. Y vamos añadiendo “ys” tal y como consigamos reclutar gente.- Me rasqué un poco la cara con la manga de su abrigo, que yo aún llevaba tan majamente puesto. -E-Esto, D-Dyos…- Bajé un poco la cabeza, aprovechando para recoger el sombrero y volverselo a poner a él. -Gracias. Creo… Creo que necesitaba eso, ¿S-Si? Si, si…- Me respondí a mi mismo. Las cosas podrían haber ido mejores, pero dentro de lo que cabía me gustaban los resultados y había recuperado mis enaniles ánimos. Yo bostecé.

-¿Deberíamos ir a la fiesta y demostrar quienes mandan? ¿Ampliar nuestras filas? ¿Sacar dinero? ¿Comprar suficiente alcohol como para hacer nosotros una fiesta, emborrachar a media Antípoda oscura y reclutarla? Me suena todo como una gran idea, pero tu eres el grandullón. Tu sabrás.- Le dije con un arrebato de confianza y un tono bien heroico.

-No! Intentar solo no. Hacer

Entonces me dice que algun dia tendremos paz y que si ese dia llega le prometa que me permitiré ser feliz. Yo me quedo serio pero entonces tengo una idea y sonrio de modo retorcido, asi de medio lado, y emulando sus palabras le respondo.
-Lo intentaré

"AJA"

Lo señalo acusadoramente como dandole a entender que eso de intentar no vale.
-Ves? Lo ves!? Digo que lo haré, no intentar. Cuando dices intentar es como si te dejaras la opcion a fracasar. Si, y eso siempre es mas facil, mucho mas.

No tengo nada que añadir a su "dale tiempo" respecto a que su naturaleza se volviese exclusivamente para la batalla y la sangre drow. No es algo evitable en un mundo en guerra, y menos para nosotros. Si tenia que pasar pasaria. Solo esperaba que no fuese pronto, y que tardase algo parecido a una eternidad en ser asi.
-Solo a los elfos oscuros raros.- y eso iba por Szyraenk y por mi tambien

Descruzo mis brazos cuando dice que ahora parece que sonrio más. -Que va, cosas tuyas.- Dejo de mirar al pasillo para mirarlo a él, y entonces me coloca el sombrero. Me da las gracias, y entonces supongo que algo habré hecho medio bien. Por lo menos parecia mas animado. Supongo tambien que las cosas no han salido del todo como a el le habrian gustado. Su idea de emborrachar a la antipoda oscura me mola hasta decir basta pero quiza es algo demasiado ambicioso por el momento. Me rasco la mejilla, pensando.
-Mmmmm.....reclutar y emborrachar drows luego. Ahora vamos a volver ahi a demostrarles que no se tumba a un drow asi como asi en una fiesta, y menos bajo tierra! No vas a beber mas, pero bostezar tampoco.

Lo agarro por un antebrazo, aun se oia musica asi que supongo que la gente seguirá alli. Seguro que iban borrachisimos. Podriamos aprovechar para reirnos de ellos. Le voy hablando de todo esto a Vor mientras desaparecemos por los pasillos rumbo al comedor.