Entrada del Castillo Principal de Ouroboros

La mirada de Lyosha se deslizó hacia Johan cuando le ordenó que la dejara. La mantuvo firmemente agarrada mientras lo miraba -No sabes lo que ha dicho- Expresó con un gesto nada agradable. A fin de cuentas, si algo no era Lyosha era “hereje”, por el contrario, la hermandad de los Souls Reaper no había encontrado una persona más leal que ella. Leal a sus objetivos, incluso por encima de su familia, incluso por encima de su vida. Los ojos de la revenant relampaguearon y observaron a Thalos cuando habló sonriendo de lado -Acércate y te cuento, moreno... Bueno, mejor acércate a Khaled. Erika sabe dónde está- Le guiñó un ojo con una sonrisa sádica a la pelirroja

-Niña, me ha ofendido el término. No sé de que Diana hablas, maldita sea- El resto del comentario le resultó no sólo curioso sino doloroso. No sabía porqué. Su cuerpo respondió por si sólo y movió los hombros cuando dijo lo de las alas. ¿Por qué todo el mundo estaba hablandole de alas? La paranoia creció al recordar las palabras de Belialt. ¿Acaso él sabía algo que ella no? Observó a Emily con intensidad cuando sugirió aquello de “todos pagaremos”. Fue entonces  cuando soltó a la muchacha con un movimiento brusco. El metal se deshizo de su agarre y volvió a formar parte de la silla para luego, mientras Lyosha se levantaba en toda su altura, unirse a su arma.

La alada se retiraba hacia el resto del grupo mientras Lyosha desviaba su mirada hacia Adramelech, cuestionándole sobre si sabía algo respecto a eso, pero lo dudaba. Una vez más tenía que aclarar dudas con Khaled pero no le apetecía. Cuando el muchacho negó, los ojos de Lyosha delinearon la figura de Emily para grabarla en su retina. “¿Brigadosos?”. Empezó a caminar hacia allí viendo la moneda y soltó un “tsk” al llegar –Si tienes un fantasma que te visita del pasado lo mejor es que lo enfrentes. Es la única manera que desaparezca. No te concentrarás en la misión si tu mente está aquí- Volvió la vista a Erika con una advertencia muy clara -Mi sugerencia, si os sale del culo tomarla, es que se queden y averigüe aquello que le causa desasosiego. Sino, eres un blanco fácil abajo- Alzó la mirada hacia Johan como esperando que le diera la razón.

El enfrentamiento entre Lyosha y Emily se rebajó un poco al separarse, aunque no entendía a qué venía eso ahora. Sonreí a la alada cuando se alegró de verme, y más cuando me hizo gracia ese extraño bailecillo fuera de contexto. - Yo también me alegro. Espero que el resto de compañeros de Brigada estén bien. No he visto a Lykaios y los demás desde que salimos del hospital. - asentí a lo de los brigadosos en el comedor, así que supuse que ya estaban todos recuperados. - Pues íbamos en misión a buscar un androide que necesitamos, no es un plan de ataque por el momento.- me pensé si era buena idea que la Brigada viniese, fijándome en esa magia localizadora que hizo con su mano. - A lo mejor es buena idea que seáis el plan B por si necesitamos ayuda allí abajo, ya que parece que localizas gente...- tenía curiosidad por saber cómo funcionaba el asunto.

- Créeme, para estas cosas es mejor que no estemos muy cuerdos. Si lo estuviésemos no iríamos. - respondí a Victorya sobre mis compañeros, metiéndome también en el saco de los "no cuerdos". - Tienes que decidir pronto, no tardaremos en marchar. - no quería meter prisa, pero quería que fuese consciente de la decisión que tomaba.

Desvié la vista de ella para escuchar a Thalos y Erika, intrigado por eso del anciano raro que usaba portales y que supuestamente era maestro de Reed. - Espera...¿ese es el que lo hizo crecer de golpe? ¿Y por qué se va con él? - Thalos parecía preocupado y especialmente rayado con el tema, así no iba a poder centrarse en la misión. Lyosha intervino en la discusión diciendo algo de fantasmas del pasado, y aconsejando que así descentrados no podían ir. Intercambié una mirada con Lyosha como queriendo decir que llevaba razón, aunque no quería dársela directamente porque ella era un tanto...peculiar. - Lo mejor va a ser que hagamos una avanzadilla, mantenernos comunicados y decir dónde estamos cuando lleguemos. Así el resto se puede incorporar más tarde, cuando haga falta. Quedaos aquí y resolvéis lo de Reed. Yo en vuestro lugar tampoco podría centrarme. - en ese momento entró en mi mente un mensaje de Catherine, dando información de última hora sobre S.A.M. Me puse más serio al conocer las noticias, ahora lo teníamos más complicado.

- Catherine me acaba de dar novedades...dice que SAM ha evolucionado, está creando mejores ataques. Han herido a Sean. Dice que cada vez es más sensible a la magia. Que intentemos usarla poco para que no nos detecte por intensidad, y que se mantendrá en contacto con nosotros. ¿Estáis preparados para bajar a tierra aún sabiendo esto?

Desastre, era todo cuanto podía decir de aquel parlamento que se había llevado a cabo esa mañana, tenía tantos mensajes por un lado y por otro además de tener que estar atento a los, ahora candidatos al consejo que se me había pasado totalmente contestarle a Johan.

En cuanto los guardias se ocuparon de Bellatrix gracias a la ayuda de Mei pude desaparecerme de la plaz para descansar escasos minutos hasta que llegó el mensaje de Catherine, Sean había sido atacado por SAM y mi pregunta era ¿cómo se le había ocurrido bajar sin decírselo a nadie? -me va a explotar la cabeza- dije para mi mismo pero estaba claro que no tenía tiempo de descansar, preparé mi equipo y marché hasta el lugar que me había dicho Johan, la entrada de la academia.

Había pasado un buen rato desde que recibí el mensaje pero por suerte estaban allí -Johan, amigo, siento la tardanza... demasiados asuntos que atender y nuevas que podrían entorpecer la misión, tenemos información de SAM, al parecer ahora es más fácil detectarnos por lo que tenemos que ser cautelosos- miré al resto de los presentes y saludé con una reverencia, a muchos ya los conocía de reuniones, el castillo le fay, de caer juntos por un acantilado... pero a la dama del cabello blanco junto al joven Soul no la conocía por lo que me acerqué a ellos, le tendí la mano al chico para darle un apretón y después me dirigí a ella -me temo que a usted no tengo el gusto de conocerla, me llamo Sayid, si está aquí supongo que será para unirse a nosotros-

La conversación de los otros dos comenzaba a inquietarme -La reencarnación existe, yo misma lo he visto- ¿Estaban hablando de reencarnaciones? ¿De qué clase de hombre estarían hablando? -¿Niña?- Dije hacia "Diana" soltando una risita y un poco preocupada. -Seguramente te saco bastante edad... y perdona si te he confundido con otra - Dije ofreciéndole mi mano, aunque realmente estaba convencida de que era Diana, pero por el momento me iba a limitar a memorizar su alma y comunicarlo a quién debía en cuanto pudiese.

-Mis compañeros están perfectamente, la única que está un poco en modo recuperación soy yo, pero nada de lo que preocuparse - Respondí a Johan con una sonrisa, intentando quitarle importancia. De cualquier manera parecía que me quisiesen incluir en lo que tenían entre manos, pero solo en caso de que algo saliese mal. -Claro, Johan, si necesitáis culaquier cosa podemos ir a echar una mano, pero… ¿Cómo sabremos que nos necesitaréis? - Le dije a Joha, dado que nuestra moneda funcionaba de forma diferente a sus dispositivos de comunicación. -Sí, puedo localizar a la gente que he visto alguna vez y, por el momento, no me ha fallado ninguna vez. Ni si quiera desde largas distancias, ya que puedo saber dónde está un compañero por Francia desde aquí - Dije un poco avergonzada, no me gustaba mucho hablar de mis habilidades pero sentía que en aquel momento esa información les podía valer de utilidad.

Asentí a Thalos lentamente mientras me describía a ese hombre, quedándome con todo. -Hmm anciano sospechoso… Se lo comunicaré a la guardia, ¿es el que se supone que está muerto?- Pregunté con curiosidad, aunque sabía que no era asunto mío.

Finalmente me fui de allí despidiendo a todos con la mano, Sayid incluido, y dando saltitos. El lugar oficial no me pillaba de camino a mis compañeros, así que le dije a uno de los guardias que me encontré por el camino lo que me dijo Thalos y fui directa a comedor.

Asintió suavemente a lo de estar cuerdos o no. La verdad era que se trataba de una misión de locos en un mundo de locos. Ya la cordura no servía de nada si lo que tenía que haber eran resultados. Resultados visibles que dieran una esperanza.- Tendré que hacer de ancla del grupo, entonces.- Murmuró, finalmente aceptando su participación cuando le metió el apuro para decidirse. No era que no quisiera o sí quisiera ir, es que no estaba muy convencida de que los métodos fueran eficaces y de que aquello no fuera una participación apresurada por parte del grupo.

- Estoy...centrado! Estoy centrado,maldita sea! - señalé a Erika y luego a Johan, con cara de cabreo. - No penséis ni por un momento en dejarme fuera de esto! Y tú.... tú tampoco! - le solté a Lyosha, quien se creía que era para venir dando consejos de ese tipo? Solo le habia hecho una maldita pregunta.

No me gustaba lo que oía, asi que los mandaba callar. Aunque basicamente, Lyosha, tenía mucha razón.
- Llevo una puta semana criticando a los del Consejo porque ahora están embarrados con un asunto del pasado que no les deja centrarse en el presente. Crees que ahora voy a ir y a hacer lo mismo? No, que le jodan.

Me estaba autoconvenciendo de que no, de que no iba a ser un blanco facil. Podría estar paranoico, preocupado, tal vez obsesionado.... pero podría disciplinar mi mente. Ya lo había hecho otras veces. Solo tenía que bloquearlo.

Miré a Emily que parecía que era la unica que no quería tacharme de inestable psicológicamente y mi ceño se suavizó un poco cuando preguntó. Asentí sin decirle nada, a su última pregunta. Con gente que no me conocía de cerca, curiosamente, era más fácil.

Ella se marchó y entonces llegó Sayid. Me negué a hablar más de aquel asunto, y pronto estuvimos todos reunidos.

Marchamos de la isla, rumbo a aquella misión necesaria y de resultado incierto.

El vuelo en el grifo fue bastante rápido y llegó a la plaza de donde había partido con Johan y su equipo para la misión. Aquella vez había tenido que trabajar con magos ahora le tocaba tragarse su orgullo y pedir ayuda. Le dolía, le ardía y le quebraba por dentro saber que tenía que recurrir a uno de ellos  cuando su propio hermano estaba en la torre. ¿Cómo se atrevía  a prohibirle salir sin escolta?

And I can't sleep
'Cause thoughts devour
Thoughts of you consume

Al avanzar por el pasillo percibió movimiento de los guardias. Era consciente de que su aspecto no era el mejor, en realidad, tampoco se había visto en el espejo. El corto cabello le llegaba por la barbilla y estaba hecho de forma desigual, carecía de su maquillaje regular pero tenía oscuras bolsas bajo los ojos que sólo se habían atenuado por la energía que había robado de los dos acólitos y Vanessa. Tenía sangre seca en la nuca de la herida que le había hecho el palo que le lanzó la pelinegra pero que se había curado tras la absorción.

Shadows creep
And want grows stronger
Deeper than the truth

Modificó levemente su armadura para que no fuera tan llamativa ni amenazadora cosa de que los guardias embutidos en metal no empezaran a vigilarla pero cuando caminó por el pasillo mirando todos los cuadros de los Descendientes y arrastrando su arakh por el suelo, Lyosha los sintió mirarla y rodearla. Era muy consciente de que había aparecido otros dos del otro lado del pasillo mientras ella pasaba de un cuadro a otro.

Who's in the shadows?
Who's ready to play?
Are we the hunters?
Or are we the prey?

Finalmente llegó a uno con la experticia que necesitaba. Se alejó un poco para observar al hombre que se movía en el cuadro. Ojos fríos y un gesto impertérrito incluso aunque el cuadro estaba en movimiento. Lyosha entrecerró los ojos estudiándolo con la mirada -Matvey Rasputin- Susurró con suavidad y en el momento en el que subió el arakh para apuntar al nigromante las armaduras de los cuatro guardias cayeron al piso y se arrastraron hacia ella gracias a su habilidad -¿Dónde lo encuentro?- Inquirió y alguno de los soldados gruñó que había muerto, entonces Lyosha dio un par de pasos más atrás para observar que había huecos en otros linajes o especificaciones. Soltó una risa baja, decepcionada de él-Mientes…Tengo poca paciencia. ¿Dónde encuentro a Matvey Rasputin?- Preguntó nuevamente.

Había decidido tomarme un paseo antes de ponerme en contacto con Amaya por lo de aquella supuesta maldicion.

Poca gente se veia por la zona, todo el mundo andaba muy ocupado ultimamente con sus propios asuntos personales....a mi se me ocurrió que quizá deberia atender a los mios, en lugar de seguir mirando para afuera constantemente.

Entonces a mi oido llegó el sonido de las armaduras y la voz de una mujer que, curiosa y coincidentemente, preguntaba por mi. Avancé un poco por el pasillo hasta reconocerla, la habia visto en la mision en el nucleo y sabía que era la Soul Reaper hermana del otro nigromante, ese que portaba un demonio sellado consigo.

Respondí a su pregunta haciendome visible al final del pasillo, caminando con pasos sonoros, no apresurados y las manos entrelazadas en la espalda , anunciando asi mi llegada, a lo que los guardias se quedaron pasmados.
- Ya me has encontrado. Quien pregunta? - sabía quien era, pero le daría el lujo de presentarse.

Me fije nuevamente en los guardias. Los miré con aire reprobatorio. - Os han robado las armaduras?

"A Amaya no le haría gracia

Los guardias habían intentando levantarse constantemente pero ella mantenía el metal pegado al piso. Empezaron a susurrar algo de Navidad y Lyosha esperó a que organizaran sus pensamientos pero pronto su bota empezó a golpear el piso, repiqueteando con impaciencia. La revenant giró la vista cuando escuchó la voz profunda del nigromante recorrer el pasillo y alzó levemente el mentón mientras movía la mano y liberaba a los guardias.

Reconoció aquellos ojos azules como los que le devolvían la mirada del cuadro y empezó a caminar hacia él manteniendo el arakh a un lado descansando. No respondió a la pregunta de los guardias y cuando llegó a un palmo del nigromante sintió un vacío interior horroroso -Lyosha…- Respondió, olvidándose de su apellido, de sus títulos, los heredados y los consagrados.

Feel the fury closing in
All resistance wearing thin
Nowhere to run from all of this havoc

Mantuvo la mirada firme en  él y su ceño se frunció. La tormenta que crecía en ella no hacía más que destrozarla con cada pensamiento que la alimentaba. Tragarse su orgullo era mucho más doloroso de lo que pensaba porque no se trataba de que estaba buscando ayuda en un mago sino en otra persona que aquella que había arriesgado su vida para traerla a ese mundo. Sintió que le ardían los ojos y apretó los dedos en el arakh -Pido…- Las siguientes palabras se le atragantaron en la garganta. Nunca…Nunca había hecho aquello.

Where can I go
When the shadows are calling
Shadows are calling me?
What can I do
When it's pulling me under
Pulling me underneath?

Apretó la mandíbula con tanta fuerza que se hizo daño. Los guardias se acercaron a ellos para acortar la distancia entre la mujer y el Descendiente y tener rango de acción en caso de que decidiera atacarle pero ella no volvió la vista hacia ellos, la mantuvo fija en el nigromante y sintió que finalmente se derrumbaba -… humildemente, vuestra ayuda- Soltó el arakh que repiqueteó en el piso haciendo eco en todo el pasillo y dejó caer la cabeza, pegando el mentón del pecho mientras sentía que algo se evaporaba en su interior.

- ¿Solo Lyosha?- pregunté curioso, bajando el tono de voz, porque sabiendo quien era me extrañó que no me dijese que era soul reaper y otras cuantas cosas mas. Analicé su expresión corporal, estudié su tono de voz, la direccion en la que miraban sus ojos, las pausas que generaba en su exposición, y en general el gesto y las ojeras asi como la dejadez con la que portaba su arma, me dieron bastante información de su estado psíquico. Pensé en que no era empático, como Anteia. Solo sabía leer las pistas que dejaba la gente.


Mis cejas se alzaron un poco cuando tras su silencio, prosiguió con un "pido....", porque eso, unido a lo peculiar de su presentación, me sonó chirriante. Rara vez un soul reaper pedía algo a un mago. Ellos eran mas de exigir, o de tomar algo sin avisar antes.... por eso aquel modo de comenzar captó mi atención mas de lo que habria cabido esperarse.

Miré a los guardias, que estaban temerosos de lo que pudiera hacer Lyosha. Con un gesto de mi cabeza les indiqué que relajaran un poco la postura. A estas alturas, dudaba que el plan de la mujer fuese atacarme....

Fruncí mi ceño cuando concluyó aquella frase, tras un titánico esfuerzo por su parte. Sin duda, se estaba tragando su orgullo y pidiendome ayuda porque...por qué? No era su hermano nigromante? A no ser que no buscase un nigromante. Pero si no por qué yo? No era por mi habilidad para contar chistes, eso seguro. No. Tenía que ser por eso.

Extendí la palma de mi mano y con un sencillo hechizo de atracción su arakh acabó en mi puño cerrado. La miré, esperando a que en algun momento levantase los ojos y me mirase.

- He de reconocer que me vence la curiosidad. Por qué necesitas ayuda mia? - si al final alzaba la mirada, vería que le estaba devolviendo el arakh por la empuñadura.

La revenant entrecerró los ojos ante la pregunta pero no respondió, no tenía porqué responder y no quería responder. Sentía la mirada del nigromante estudiando cada ápice de ella y se preguntó si era capaz de ver su alma o de la dualidad o sus dos corazones. ¿Qué era lo que veía? Los guardias parecieron retirarse y respiró profundo como si con ello pudiera absorber algún tipo de fuerza que la tranquilizara o dejara que su cabeza se aclarara.

No funcionó.

Sintió el tirón del movimiento del arakh y le recorrió un escalofrío. Era su arma. Era lo que la identificaba. ¿O no? ¿Seguía siendo la Matriarca de la hermandad de metal? ¿Seguían siendo una Soul? ¿Se podían ser tantas cosas al mismo tiempo? Alzó la cara cuando indicó que tenía curiosidad. Tomó la empuñadura en silencio, frunciendo el ceño. Tensó los labios y observó el arakh durante un largo rato.

-Asumo que sabes que soy una revenant. Es más, asumo que sabes algunas cosas sobre mí- Alzó la vista hacia él, clavando la mirada de forma seria -Estoy perdiendo la cabeza- Indicó y se reacomodó, irguió la postura siendo consciente de que el primer paso estaba hecho. Había reconocido su debilidad y había tragado su orgullo para pedir ayuda. Eso era un avance. No como el estúpido de Astaroth. Volvió la mirada hacia los guardias y tensó la mandíbula porque odiaba reconocerlo delante de tanta gente. Cualquier otra mujer se habría terminado sonrojando pero no Lyosha. Lo enfrentó nuevamente y bajó el tono de voz -El alma que antes ocupaba este cuerpo está reviviendo sus recuerdos tras conocer su historia. Esperaba que tú, como nigromante, pudieras ayudarme porque los telépatas no pueden hacer nada- Ladeó la cabeza como preguntándole -Así que…¿Puedes o no?- Era una pregunta simple con una respuesta simple y según lo que respondiera ella actuaría en consecuencia.

Recogió su arma cuando se lo ofrecí, había entendido que se despojaba a si misma tanto de su apellido como de su espada. Asentí despacio, dandole la razon respecto a lo de saber que era una revenant y tener algun que otro dato más sobre ella.

"intento que los asuntos de los no-muertos que ocurren en mi isla no se escapen demasiado de mi vigilancia"

- Te has ganado una fama aquí, para bien o para mal. - comenté, respecto al tema.

Por fin volvió a mirarme y pude estudiar nuevamente las ventanas a su alma, que tal como decía en palabras, se veia atormentada.

"perdiendo la cabeza....es normal. Los revenant son una práctica demasiado peligrosa y cruel"

Me la quedé mirando tras su explicación, estudiando aquellas palabras, con aire pensativo. "El alma que antes habitaba el cuerpo....reviviendo recuerdos...conocer su historia...."
- En teoría los unicos recuerdos que un revenant suele recurrir con frecuencia son recuerdos corporales, físicos, recuerdos guardados a nivel psicomotriz mas que otra cosa. La respuesta no es un sencilo "sí" en el que le doy a un botón y reseteamos tu existencia. Respecto a los ecos psicomotrices...el nigromante puede trabajar reforzando el sello del alma y el cuerpo. Se degrada con el tiempo. Pero puede hacerse- ladeé un poco la cabeza, lo mas adecuado es que eso lo hiciera el nigromante que la habia "creado". Khaled Svensson podría hacer eso perfectamente. - Debo preguntar por el motivo que te empuja a buscar fuera de vuestro propio nigromante. Sé de los portales que teneis en la Torre y de que pueden causar más de un accidente asi que dime.... es porque no te queda otro remedio o es un motivo personal?

"no es la primera vez que un nigromante desaparece sin dejar rastro, la verdad."

No respondió acerca de lo de la fama porque, para ser sincera, no le importaba. Puso el arakh detrás de ella, sosteniendo la empuñadura con ambas manos. Le sostuvo la mirada mientras le estudiaba. No le molestaba, a fin de cuentas, era exótica. Eso la hizo sonreír de lado pensando en el vampiro. ¿Se sorprendería de la historia que tenía para contarle?

Escuchó la explicación asintiendo, era cierto que una de las cosas que parecía extrañar su cuerpo era volar. Las alas, una especie de nostalgia. Y también reaccionaba cuando veía a Belialt, haciendo que todo su cuerpo se calentará. Pero al menos había una "solución". Ella movió la cabeza con suavidad, hacia un lado -¿Puedes hacerlo? ¿Cuánto me costará?- Sabía perfectamente que un nigromante no hacía las cosas por la bondad de su corazón. Al menos Khaled no era así, siempre tenía un az bajo la manga.

La mirada de Lyosha se endureció ante la última pregunta y también la línea de su mandíbula cuando apretó las muelas. Apartó la vista de Matvey para ver hacia el final del pasillo. Tomó una respiración, luego otra -Motivo personal - Volvió la vista hacia él y decidió ser sincera con la razón -Este cuerpo pertenecía a Diana. Un alado exiliado. Tuvo una relación amorosa con Beli…- Se detuvo. No pronunció su nombre. Y no porque tuviera miedo sino porque no quería verlo. No quería que ninguno de los dos la localizará. Ya no tengo por Khaled sino por el otro. Con su hermano ya tenía otro asunto que atender …-Con el demonio que Khaled lleva sellado en sí mismo. Si puedo evitar que me vea, lo agradecería- Mencionó en resumidas cuentas y tras eso liberó la fuerza que estaba ejerciendo sobre el pomo del arma, volvió a dejar el brazo relajado a su lado. Soltó el aire que habían obtenido y alzó suavemente las cejas con un gesto de pregunta -¿Qué tengo que hacer?- Preguntó nuevamente.

- Puedo hacerlo... - afirmé, despues de valorarlo algunos segundos. Nunca habia practicado un ritual para reforzar el sello de un revenant, nunca habia creado un revenant y esperaba no hacerlo nunca, pero los habia estudiado a fondo....y esto quieras que no era una oportunidad para realizar unas "prácticas" fuera de la teoria. Me preguntó por un precio, supongo que se creyó que esto era una transacción donde podía ponerme precio.

- No cobro dinero por estas cosas . - ni iba a pedirle su alma embotellada, ni a su primogénito....no entraba en esa clase de nigromantes. - Si luego te sintieras generosa, un dia, o dos, podías garantizarme acceso a la sala de los portales. Me gustaria estudiarlos y escribir sobre ellos.

Cuando dijo motivo personal por un lado me quedé mas tranquilo y sinceramente, no esperaba que me lo contase, e incluso iba a proseguir con los detalles. Por eso me sorprendió que me lo explicara. Estreché los ojos cuando se detuvo al pronunciar el nombre del diablo, sabia lo que significaba. La historia que me contó era cuanto menos....extraña. Antigua, y extraña.

"Una alada....una relacion amorosa con...un demonio? Si no es porque no parece de las que bromea, no me podria tomar eso muy en serio...."

- ....me parece que tu aclaracion me ha despertado mas dudas que otra cosa - le dije con gesto evidente de que lo que acababa de narrarme resultaba inverosimil. - Pues si quieres evitar que te vea...vas a tener un pequeño problema. El nigromante usa su propia sangre durante el ritual del sello. No quiero arriesgarme a ver que ocurre si utilizo la mia en tu ritual. Crees que puedes conseguir una poca?

Una especie de peso se levantó de los hombros de Lyosha y cerró los ojos con el ceño fruncido. Sentía algo en los ojos. Le ardían. ¿Era esa la sensación que tenía la gente cuando lloraba? Pero se contuvo, no iba a hacerlo. Irguió de nuevo la espalda y alzó la mirada hacia él cuando dijo que no cobraba nada. Dio un  paso hacia atrás como sin creérselo pero después vino la “sugerencia”. Algo en el fondo de Lyosha se iluminó -Siempre que esté yo presente durante todo el tiempo, no podrás usar ninguno de los portales  y tendrás que avisarme con mucha anticipación de tu llegada a la torre- Negoció porque era lo que había aprendido a lo largo de los años, a negociar. Pero se quedó con la frase “Si te sintieras generosa”. Eso le daba un amplio espacio de tiempo.

-Bienvenido a mi mundo, Rasputin- Dijo haciendo un gesto con la mano como abarcando su cuerpo entero y dejó escapar el aire sonoramente en un suspiro. Lo del problema no le causó mucha conmoción hasta que preguntó por su sangre. Lyosha lo miró a los ojos con un brillo letal en ellos. Es decir, sabía perfectamente que todo su renacimiento estaba cubierto en sangre y era raro que un nigromante realizar algo sin ella pero… ¿Darle la sangre de Khaled a ese tipo que no conocía? Se mantuvo muy quieta mientras seguía evaluándolo. ¿Por qué no cobraba? ¿Por la bondad de su corazón? Había dejado en sus manos la posición de elegir cuándo darle acceso a los portales. ¿Podía confiar en un mago? ¡Qué estúpida pregunta! ¡Estaba pidiéndole ayuda! ¡Si no confiaba entonces para qué iba hacia allí a solicitar apoyo!

...Pero eso implicaba verlo. Y ver esa sombra en sus ojos. Y si no lo hacia ella ¿Quién? Bendita fama, nadie la ayudaría. Nadie tenía el valor para hacerlo. Aunque podría extorsionar...Amenazar, chantajear. Se dio media vuelta. Aquello era una tontería cobarde -No- Murmuró y empezó a caminar para salir observando de reojo los cuadros que estaban desplegados mientras los guardias abrían el arco que habían hecho tras ella. Entonces… Se detuvo -Tal vez- Volvió la cabeza hacia el cuadro que había visto de reojo y tensó los labios. Una. Sola. Oportunidad.  Alzó el arakh y apuntó a una cara joven y tierna, le dio repelús -¿Dónde consigo a Sean Eire?-

- Sin problema. - respondí a sus condiciones para inspeccionar la Sala de los Portales. Eran medidas justas en esa relacion de desconfianza con los Soul Reaper.

La miré gravemente soltando un poco de aire entre los labios de modo apenas perceptible cuando me dijo "bienvenido a mi mundo", una historia compleja que resultaría interesante de indagar. Sabía lo que pasaba con los cuerpos de los alados una vez morían, asi que....si no se habia desvanecido en luz, era porque habían introducido el alma de Lyosha cuando aun vivía Diana. De algun modo, o habrian perdido el cuerpo.

"claro...entonces no fue un proceso al uso....entonces si lo hizo asi...quizá no sean solo los ecos fisicos! Algo más pudo quedarse agarrado ahi dentro, incluso en su propia alma...."

Mis ojos la recorrieron rapidamente al entender que eso podia hacer que su sello se degradara mas rapido o que los ecos fueran diferentes. No iba a indagar en por qué el nigromante había elegido el cuerpo de Diana para el alma de su hermana. Pero podia suponer....los demonios son caprichosos.

Sali de mis pensamientos con su tajante "no", y meneé un poco la cabeza. Cómo que no podía?
- ... son algo mas que ecos físicos, me equivoco?

Avancé pausadamente tras ella, pues se habia detenido frente....al retrato de Sean. Por qué?
- No "consigues" a Eire. Si quieres hablar con él, mándale una lechuza. Os podeis citar en la Biblioteca Central. Él trabaja allí...pasa alli mucho tiempo también.

Le recorrió un escalofrío tan fuerte cuando su pregunta fue formulada que se le temblaron las rodillas. Ese era el problema. ¿Por qué los demás no querían verlo? ¿Por qué él no lo entendía? Se le cerró el pecho, y sus dos corazones empezaron a latir con más fuerza. La pregunta había removido demasiadas cosas dentro y Lyosha cerró los ojos intentando controlar un torrente sin sentido de recuerdos. Una puntada certera detrás de los ojos que le hizo apretar la empuñadura del arakh y mantenerse en silencio mientras intentaba reprimirlos.

Un desierto. ¿Por qué estaba pensando en un desierto?

-No te equivocas- Respondió en un tono poco amistoso, tomado por el agobio. Abrió los ojos y apretó suavemente los labios cuando su mente volvió a pertenecerle... y siguió su camino hasta detenerse delante del escuincle. Lo sintió ir tras ella y se giró. Matvey tenía un aura parecida a la de su hermano pero, quizás, menos siniestra. ¿Era porque no tenía un demonio sellado en sí mismo? Le recorrió el rostro con curiosidad mientras escuchaba su respuesta, sonriendo de lado -Debe tener una casa…- Dijo, bajo, arrastrando las palabras, pensando en lo divertido que sería averiguar el paradero del niño y de su cuñada-No es la primera vez que tengo que cazar a alguien, Matvey- Volvió la vista al niño y entrecerró los ojos. Quizás… quizás actuaba con él cómo ella con su sobrina.

Decidió esclarecer un poco la situación -Busco a Zaphira, es la novia de mi hermano. Comparte apellido con este crío. Quizás, si no me escupe en la cara, pueda conseguir la sangre de una forma no violenta. De lo contrario, entonces indagaré otras… opciones- Miró una vez más al niño, pensando en esa inocencia que quizás aún no había perdido. Magos, chasqueó la lengua. Tras eso volvió los ojos azules hacia Matvey para cerrar la última parte del "trato" -Si consigo la sangre ¿A donde voy?-

"lo sabía!"

Pensé triunfal para mis adentros cuando dijo que no me equivocaba respecto de los ecos. Si, su caso era un tanto mas particular, mas peliagudo.... Por supuesto, disimulé mi entusiasmo. Por fuera seguía pareciendo frío cual roca, aunque con ese chispazo de inquietud en los ojos.

Claro que Sean tenia una casa, solo que no iba a decirle donde estaba para que fuese alli a molestarlo. Insinuó que podía "cazarlo" ella misma. Alcé una ceja pero me mantuve impertérrito en ese asunto.
- Cítalo en la biblioteca. No te recomiendo "cazarlo" en su casa, por muy experta que seas. - establecí los terminos, sin dejar lugar a dudas. Luego me dijo que a quien buscaba era realmente, a Zaphira Eire, porque....que? Tenia una relacion con Khaled? Pero que le pasaba a la gente con las relaciones raras? Todo se complicaba mucho mas. Zaphira estaba liada con el nigromante, que a su vez tenia sellado un demonio que se habia liado hace milenios con el cuerpo de la alada que ahora ocupaba Lyosha?

"voy a necesitar mucho vodka esta noche....esto tengo que anotarlo"

- Vale, espero que esa vía funcione, porque si se la tienes que pedir por favor asumo que te tocaría explicarle por qué no quieres confiar en que lo haga él mismo. - busqué a mi alrededor algo con lo que escribirle el lugar al que acudir en caso de obtener lo necesario para el ritual. Al final solo encontré un trocito de papel de regalo que me habia guardado porque...me gustó el estampado de caras de rana, caras de conejitos, papa noeles y arboles de navidad, y un tio haciendo halterofilia. Saqué mi pluma y le escribí la dirección de mi sótano, entregandosela. - Toma, ve ahi. A mi no tienes que "cazarme". - le di el papelito, soltandolo. Desvié la mirada hacia arriba, como pensando algo. - Tampoco es que fueses a lograrlo. - conclui con una calmada sonrisa de lado. Pasé de largo a su lado, continuando el camino por el pasillo hacia las afueras del castillo.

-No tomo órdenes tuyas- Le respondió con claridad sobre aquello de que debía citarlo en la biblioteca. Haría lo que le saliera de los cojones. Y lo que le salía era buscar a ese tal Sean porque seguro ella vivía con el cuando no se estaba tirando a Khaled.

-No voy a pedirle ningún favor a Khaled. Si no lo logro, entonces me tocará lidiar con la dualidad de almas que tengo y terminar por volverme loca- Expresó y al hacerlo en voz alta sintió cierta... Paz. De acuerdo, gastaría todas las opciones y sino simplemente se dejaría llevar y permitiría al ying y el yang tomara las riendas.

Vio el papel que encontró y arqueo una ceja ante la pintoresca escena -De acuerdo- Respondió con serenidad antes de ver su expresión hacia el techo y aquella sonrisa. Sus palabras le robaron un poco la de ella -Piensas muy bien ti mismo... Y me conoces muy poco- Soltó mientras lo veía alejarse. Se guardó la dirección de Matvey tras memorizarlos y salió del edificio con un destino en mente: Conseguir a la familia Eire.

Había ido caminando como un zombie bajo los comandos de Sam cuando la cúpula se habia roto, la jaula Faraday tuvo una brecha y pudo reconectar con la pila. Quería que hiciera algo, algo que tenía que ver con Sigrid y el código, y para ello tenía que ir al centro de Ouroboros asi que alli iba pero entonces....

Entonces paró todo, de golpe. Solté el arma que portaba (un estupido cuchillo de untar mantequilla) bastante alucinado por todo lo que acababa de ocurrir. Me detuve, practicamente hiperventilando, al recuperar el control de mi sistema nervioso y mi mente, que se habia visto controlada por aquella pila.

- Blair.

Sin saber por qué tenia conocimiento de lo que había ocurrido en Turin. Y un dolor de cabeza tremendo.... O sea que habian roto los escudos pero habian logrado infectar los nucleos a tiempo y todo habia terminado?  Empecé a retroceder, tenía que desandar el camino andado e ir hacia el hospital.

"He estado a punto de liarla. Más aun"

No teníamos buen pronóstico de futuro, la verdad. Me sorprendió no ver a nadie...debian haberse evacuado a no se donde. Solo algunos guardias de lejos me miraban raro, los que custodiaban la entrada al castillo.

- Juro que por mas sospechoso que parezca no eran mis intenciones, y remarco el no. Lo subrayo.

"no, parece que no cuela"

Pensé al verlos acercarse a mi, alabardas en ristre. Mejor irse pacificamente, estaba desarmado y eso... porque el cuchillo de la mantequilla no contaba. Asi que me entregué de modo pacifico para que me llevasen a donde tocara.