Recuerdo del primer mensaje :
Los casos más críticos reciben una supervisión más profunda
Desde el principio sabía que había sido mala idea eso de bajar a la misión sin estar todavía recuperado de la vez anterior, pero por terquedad acabé bajando. No aguanté demasiado, siendo de los primeros en caer en el subterráneo de la Ciudadela Alpha. Después de aquello no supe nada más, los ataques de los androides y aquel ataque en forma de rayo me fulminaron con rapidez. Allí habría acabado de no ser por Juliet, que me llevó al hospital rápidamente.
No supe cuánto tiempo había pasado desde aquello, pero cuando comencé a despertar pude reconocer el lugar donde estaba por los sonidos de las máquinas. Otra vez vuelta al principio. Quise abrir los ojos, pero todavía me costó varios minutos más. Poco a poco iba siendo consciente de mi cuerpo, notando que alguien me había cogido la mano. Moví la mía levemente, apretando un poco la de Juliet por instinto pero sin decir nada. Las drogas en vena me tenían bastante adormilado, y aún necesité más tiempo para despertarme del todo. Cuando lo hice miré hacia un lateral de la cama, encontrando a Juliet apoyada sobre el colchón. Si estaba allí sentada quería decir que no había acabado muy mal parada de la misión, y eso me tranquilizaba. Esperaba que no llevase ahí demasiado tiempo. El caso es que sabía que me merecía cualquier cosa que me dijese, no había excusa.
- Siento no haberte hecho caso...- murmuré débilmente dándole la razón con las advertencias que ella me había hecho para que no fuese. Puede que las disculpas ya no tuviesen mucho sentido y que la paciencia tuviese un límite. Solo quería que aquello pasase rápido para poder volver a la normalidad. Cerré los ojos un momento, intentando tomar algo de aire antes de hablar de nuevo. - Seguro que venciste...tú siempre vences...- añadí de manera costosa, mirándola con bastante orgullo.
No supe cuánto tiempo había pasado desde aquello, pero cuando comencé a despertar pude reconocer el lugar donde estaba por los sonidos de las máquinas. Otra vez vuelta al principio. Quise abrir los ojos, pero todavía me costó varios minutos más. Poco a poco iba siendo consciente de mi cuerpo, notando que alguien me había cogido la mano. Moví la mía levemente, apretando un poco la de Juliet por instinto pero sin decir nada. Las drogas en vena me tenían bastante adormilado, y aún necesité más tiempo para despertarme del todo. Cuando lo hice miré hacia un lateral de la cama, encontrando a Juliet apoyada sobre el colchón. Si estaba allí sentada quería decir que no había acabado muy mal parada de la misión, y eso me tranquilizaba. Esperaba que no llevase ahí demasiado tiempo. El caso es que sabía que me merecía cualquier cosa que me dijese, no había excusa.
- Siento no haberte hecho caso...- murmuré débilmente dándole la razón con las advertencias que ella me había hecho para que no fuese. Puede que las disculpas ya no tuviesen mucho sentido y que la paciencia tuviese un límite. Solo quería que aquello pasase rápido para poder volver a la normalidad. Cerré los ojos un momento, intentando tomar algo de aire antes de hablar de nuevo. - Seguro que venciste...tú siempre vences...- añadí de manera costosa, mirándola con bastante orgullo.
Levantó el cuello más rápido que un avestruz cuando sintió a Reiv apretarle la mano. El corazón se le paró y tardó casi un minuto en relajarse porque no veía otros indicios de que fuera a despertar. En su cara se formó un puchero triste que trató de reprimir porque eso de llorar en el trabajo no era muy profesional. Terminó por agachar la cabeza de nuevo contra el colchón, respirando profundo para que se le pasara todo el sentimiento que se estaba guardando, o más bien reprimiendo.
De pronto, una voz que conocía muy bien le llamó. Levantó la cabeza de nuevo en un abrir y cerrar de ojos, viéndose reflejada en los ojos del moreno. Estaba despierto. Le parecía imposible. Giró la cabeza para ver el reloj de la pared por cinco o diez segundos mientras hacía el cálculo de cuanto tiempo había pasado. La sorpresa hacía que la cabeza le fuera lenta y la incredulidad que todo pareciera fantasía. Finalmente, volvió la mirada al moreno cuando volvió a hablar. Y aquella mirada, que casi le parecía de orgullo, fue lo que la hizo despertar. El puchero volvió a sus labios, y aunque volvió a tratar de reprimirlo, esta vez la emoción se le salió de las manos. Se levantó rápidamente y se abrazó a él con cuidado mientras comenzaba a llorar.- Te lo dije, te dije la vez pasada. Ya no ibas a tardar tanto en despertar. ¡Lo sabía, lo sabía!- Murmuró entre sollozos. Aquello iba a ser como tratar de cerrar una presa llena; iba a tener que dejar que las emociones fluyeran antes de lograrlo. No pasó demasiado tiempo, pero lo sintió eterno. Incluso lloró un minuto o dos por los compañeros del hospital a los que no había podido salvar mientras mantenía la cabeza en el hombro del moreno. Finalmente, se separó solo un poco para limpiarse la cara con el dorso de ambas manos, volviendo a abrazarle y a dejarle un beso en la mejilla.
El silencio se extendió porque ahora se sentía cohibida, pero hizo su esfuerzo por tranquilizarse y volver a la normalidad. Se sentó de nuevo en la silla, pero más cerca de él, con una mano entrelazada a la del contrario y la otra acariciando la mejilla del moreno.- Siento no haberte protegido mejor... Estaba distraída, era un lugar horrible.- Murmuró, aunque sabía que no tenía justificación. Perdió la concentración cuando aquel dragón comenzó a gritar. Y luego agachó el rostro. No habían vencido, solo habían ganado algo de tiempo. Se estrujó para buscar algo bonito de lo que hablar, que no se le ocurría nada hasta pensar en Svart, y luego en el Mercado.- Dicen... que hay un pino enorme y decorado en el Mercado. Y que es como una feria de Navidad. Creo que nunca he ido a una, ¿tu sí?
De pronto, una voz que conocía muy bien le llamó. Levantó la cabeza de nuevo en un abrir y cerrar de ojos, viéndose reflejada en los ojos del moreno. Estaba despierto. Le parecía imposible. Giró la cabeza para ver el reloj de la pared por cinco o diez segundos mientras hacía el cálculo de cuanto tiempo había pasado. La sorpresa hacía que la cabeza le fuera lenta y la incredulidad que todo pareciera fantasía. Finalmente, volvió la mirada al moreno cuando volvió a hablar. Y aquella mirada, que casi le parecía de orgullo, fue lo que la hizo despertar. El puchero volvió a sus labios, y aunque volvió a tratar de reprimirlo, esta vez la emoción se le salió de las manos. Se levantó rápidamente y se abrazó a él con cuidado mientras comenzaba a llorar.- Te lo dije, te dije la vez pasada. Ya no ibas a tardar tanto en despertar. ¡Lo sabía, lo sabía!- Murmuró entre sollozos. Aquello iba a ser como tratar de cerrar una presa llena; iba a tener que dejar que las emociones fluyeran antes de lograrlo. No pasó demasiado tiempo, pero lo sintió eterno. Incluso lloró un minuto o dos por los compañeros del hospital a los que no había podido salvar mientras mantenía la cabeza en el hombro del moreno. Finalmente, se separó solo un poco para limpiarse la cara con el dorso de ambas manos, volviendo a abrazarle y a dejarle un beso en la mejilla.
El silencio se extendió porque ahora se sentía cohibida, pero hizo su esfuerzo por tranquilizarse y volver a la normalidad. Se sentó de nuevo en la silla, pero más cerca de él, con una mano entrelazada a la del contrario y la otra acariciando la mejilla del moreno.- Siento no haberte protegido mejor... Estaba distraída, era un lugar horrible.- Murmuró, aunque sabía que no tenía justificación. Perdió la concentración cuando aquel dragón comenzó a gritar. Y luego agachó el rostro. No habían vencido, solo habían ganado algo de tiempo. Se estrujó para buscar algo bonito de lo que hablar, que no se le ocurría nada hasta pensar en Svart, y luego en el Mercado.- Dicen... que hay un pino enorme y decorado en el Mercado. Y que es como una feria de Navidad. Creo que nunca he ido a una, ¿tu sí?
Quise corresponder rápidamente al abrazo de Juliet, pero el movimiento de mi brazo para subirlo hasta su espalda fue bastante lento, resultando hasta cansado. Cuando soltó ese "te lo dije" pensé que se refería a lo de no haberle hecho caso, pero al poco entendí que se refería a lo de tardar en despertar. - Será porque ya estoy entrenado. - respondí en voz baja, intentando quitarle hierro al asunto. Me dolió verla llorar así, aunque entendí que necesitase descargar tensión acumulada. - Ya ha terminado...ya está. - Apoyé mi mejilla sobre su cabeza cuando ella siguió llorando sobre mi hombro, intentando abrazarla con un poco más de fuerza. Al separarse parecía más calmada, aunque parecía algo cortada por haberse permitido un pequeño rato para llorar. La seguí con la mirada hasta que volvió a sentarse en la silla, agradeciendo que se quedase cerca. - La cosa es que no tendrías que haberme protegido si no hubiese ido modo estorbo. Ya no más.- había ido por si tenía que protegerla a ella, pero resultó que se las arreglaba muy bien sola.
Al principio no me di cuenta de que no me había contestado a lo de haber vencido, todavía no estaba lo suficientemente espabilado como para cazar al vuelo su omisión. Me quedé algo más conforme al escuchar que había un mercado navideño, pues eso significaba que no habían pasado tantos días desde que llegué al hospital. - Tampoco he ido a ninguno...o al menos no lo recuerdo. Tal vez de crío. - me quedé pensativo unos segundos mirando hacia el techo, tratando de hacer memoria sin éxito. Después desvié la mirada hacia ella, acariciando con el pulgar la mano que teníamos entrelazada. - Pues tenemos que ir. Dame unos pocos días más y vamos juntos. ¿Quieres?
Al principio no me di cuenta de que no me había contestado a lo de haber vencido, todavía no estaba lo suficientemente espabilado como para cazar al vuelo su omisión. Me quedé algo más conforme al escuchar que había un mercado navideño, pues eso significaba que no habían pasado tantos días desde que llegué al hospital. - Tampoco he ido a ninguno...o al menos no lo recuerdo. Tal vez de crío. - me quedé pensativo unos segundos mirando hacia el techo, tratando de hacer memoria sin éxito. Después desvié la mirada hacia ella, acariciando con el pulgar la mano que teníamos entrelazada. - Pues tenemos que ir. Dame unos pocos días más y vamos juntos. ¿Quieres?
Apenas y se pudo reír a lo de estar entrenado, porque el llanto la ahogaba y se sentía pesado en su pecho. Aunque al mismo tiempo era un alivio. Era un alivio enorme. Podía hacerlo de nuevo si no tenía la incertidumbre, de eso estaba segura. Sirvió de mucho el consuelo que le brindó para poder tranquilizarse al final, a pesar de que era ella la que debería estarle consolando. Y así lo hizo, porque no iba a dejar que echara en menos su trabajo aún cuando, ciertamente, ella misma le había pedido encarecidamente que se quedara.
Fuiste muy útil. Fuiste muy valiente. Sin ti... sin ti no habría salido bien de ahí.- Dijo con sinceridad, pensando de nuevo y con pesar en la sala de las incubadoras.- Y salvaste a mi tío. Está bien ahora. Gracias a ti. Gracias.- Le sonrió con sinceridad. Le era difícil admitirlo, pero él era su roca y sin él ahí no sabía como habría salido de aquella primera habitación. Él le había evitado un poco de dolor. Pensó entonces en darle su piedra, la llevaba atada al cuello, pero el pensamiento de que fuera a usarla para desaparecer de nuevo del hospital le cruzó por la mente. Se la daría después... Prefirió seguir hablando de la feria.- Nadie ha salido de aquí desde... no sé cuando... y no se cuándo lo hicieron, el Mercado quedó destruido, lo vi. Pero no se habla de otra cosa que del pino de navidad y de la rueda de la fortuna. De eso creo que sí tengo un breve recuerdo, pero no sé si estoy equivocada.
Entonces, cuando escuchó su propuesta, su corazón se alegró entero. Le miró como a quien ve algo precioso y preciado. Le resultó hasta tierno y después de unos segundos, asintió con un ligero rubor en las mejillas.- Quiero. No querría compartirlo con nadie más.- Susurró, levantándose con cuidado para acercarse al rostro del moreno y dejarle un suave beso en los labios. Suave por no forzarle y porque ella misma aún tenía la timidez encima. Después dejó la frente junto a la de él.- Vas a estar bien, pronto vas a salir de aquí, pero tienes que tener paciencia esta vez, ¿de acuerdo? Necesito que te recuperes completamente.
Fuiste muy útil. Fuiste muy valiente. Sin ti... sin ti no habría salido bien de ahí.- Dijo con sinceridad, pensando de nuevo y con pesar en la sala de las incubadoras.- Y salvaste a mi tío. Está bien ahora. Gracias a ti. Gracias.- Le sonrió con sinceridad. Le era difícil admitirlo, pero él era su roca y sin él ahí no sabía como habría salido de aquella primera habitación. Él le había evitado un poco de dolor. Pensó entonces en darle su piedra, la llevaba atada al cuello, pero el pensamiento de que fuera a usarla para desaparecer de nuevo del hospital le cruzó por la mente. Se la daría después... Prefirió seguir hablando de la feria.- Nadie ha salido de aquí desde... no sé cuando... y no se cuándo lo hicieron, el Mercado quedó destruido, lo vi. Pero no se habla de otra cosa que del pino de navidad y de la rueda de la fortuna. De eso creo que sí tengo un breve recuerdo, pero no sé si estoy equivocada.
Entonces, cuando escuchó su propuesta, su corazón se alegró entero. Le miró como a quien ve algo precioso y preciado. Le resultó hasta tierno y después de unos segundos, asintió con un ligero rubor en las mejillas.- Quiero. No querría compartirlo con nadie más.- Susurró, levantándose con cuidado para acercarse al rostro del moreno y dejarle un suave beso en los labios. Suave por no forzarle y porque ella misma aún tenía la timidez encima. Después dejó la frente junto a la de él.- Vas a estar bien, pronto vas a salir de aquí, pero tienes que tener paciencia esta vez, ¿de acuerdo? Necesito que te recuperes completamente.
Ladeé la cabeza no muy convencido de haber resultado útil, por mucho que ella lo dijese. Eso cambió un poco cuando me recordó a su tío, momento en que me vino a la mente lo sucedido en la sala de las cápsulas. La escena había sido lo suficientemente dolorosa para crearle un trauma, pero supo sobreponerse y no se paralizó. Siguió peleando. Evité mencionar lo del desconocido que ella atacó, al menos no pensaba decir nada por ahora. - Thranduil...¿ya está recuperado? - al estar más ubicado recordé también al resto de la misión, preguntando después por los que me interesaban.
- ¿Mi hermano regresó a la isla con Josephine y con mi padre? ¿Y Kyllian? - apenas habíamos coincidido con ellos en la misión, así que no tenía ni idea de lo que había pasado después de la sala de los rayos aquellos. Podía sentir cómo la maldita descarga eléctrica me había empeorado el corazón que ya tenía jodido desde antes de bajar. Me llevé una mano al pecho con disimulo al sentir una punzada de dolor en el lado izquierdo, aunque podía delatarme la alteración en el sonido de la máquina que me monitorizaba. Traté de respirar profundamente para calmarme, pero eso también era costoso. Intenté distraerme con lo que me contaba ella, entornando levemente los ojos por una cosa concreta que dijo.
- ¿Mercado destruido? ¿por qué? Espero que no tenga que ver con los Pendragon. - me daba la impresión de que me estaba perdiendo algo, o quizás había entendido mal a lo que se refería. No insistí mucho en el tema, prefería verla ilusionarse ante la idea de ir juntos a ese mercado navideño. También prefería ser yo el que estaba en el hospital en vez de ella, pensamiento que me sorprendió al compararlo con el de mi yo individualista del pasado. Cerré los ojos un momento cuando dejó aquel beso en mis labios, sintiendo esa familiar sensación de calidez cuando nuestras frentes quedaron apoyadas la una sobre la otra. Subí mi mano hasta su mejilla, dejando una caricia antes de responderle.
- Te lo prometo. Esta vez no voy a hacer el idiota escapándome, ni yendo a batallas cuando no debo. Sólo espero llegar a tiempo para poder hacer ambas cosas. Aunque tenga que tomar las drogas que sean.- porque podía ser incompatible eso de cumplir las dos promesas, la de no escaparme y la de llevarla al mercado. En el fondo también temía que las secuelas me durasen incluso después de salir del hospital, pero no quise pensar en ello por el momento. - Me tienes que contar todo lo que me perdí de la batalla, y cómo lo conseguisteis. - la miré expectante por saber más, aprovechando esos segundos para descansar de hablar.
- ¿Mi hermano regresó a la isla con Josephine y con mi padre? ¿Y Kyllian? - apenas habíamos coincidido con ellos en la misión, así que no tenía ni idea de lo que había pasado después de la sala de los rayos aquellos. Podía sentir cómo la maldita descarga eléctrica me había empeorado el corazón que ya tenía jodido desde antes de bajar. Me llevé una mano al pecho con disimulo al sentir una punzada de dolor en el lado izquierdo, aunque podía delatarme la alteración en el sonido de la máquina que me monitorizaba. Traté de respirar profundamente para calmarme, pero eso también era costoso. Intenté distraerme con lo que me contaba ella, entornando levemente los ojos por una cosa concreta que dijo.
- ¿Mercado destruido? ¿por qué? Espero que no tenga que ver con los Pendragon. - me daba la impresión de que me estaba perdiendo algo, o quizás había entendido mal a lo que se refería. No insistí mucho en el tema, prefería verla ilusionarse ante la idea de ir juntos a ese mercado navideño. También prefería ser yo el que estaba en el hospital en vez de ella, pensamiento que me sorprendió al compararlo con el de mi yo individualista del pasado. Cerré los ojos un momento cuando dejó aquel beso en mis labios, sintiendo esa familiar sensación de calidez cuando nuestras frentes quedaron apoyadas la una sobre la otra. Subí mi mano hasta su mejilla, dejando una caricia antes de responderle.
- Te lo prometo. Esta vez no voy a hacer el idiota escapándome, ni yendo a batallas cuando no debo. Sólo espero llegar a tiempo para poder hacer ambas cosas. Aunque tenga que tomar las drogas que sean.- porque podía ser incompatible eso de cumplir las dos promesas, la de no escaparme y la de llevarla al mercado. En el fondo también temía que las secuelas me durasen incluso después de salir del hospital, pero no quise pensar en ello por el momento. - Me tienes que contar todo lo que me perdí de la batalla, y cómo lo conseguisteis. - la miré expectante por saber más, aprovechando esos segundos para descansar de hablar.
Negó suavemente a lo de si Thranduil estaba recuperado, mirando el sutil cambio que tuvo desde la incredulidad, cuando pensaba que no había servido de nada su participación, y la mención del elfo.- Está estable, pero aún no ha despertado. En realidad está perfecto, debería poder levantarse en cualquier momento.- Le resultaba hasta misterioso el por qué no se había levantado ya, aunque no podía dejar de pensar en que quizás era una secuela.- Johan y Josephine volvieron bien. Creo que les vi por aquí hace poco. Kyllian volvió conmigo, ya le curaron sus heridas, debe estar mejor ahora.- Iba a continuar hablando de eso, pero se dio cuenta de lo que trataba de ocultarle. Ese leve movimiento hacia el corazón, el sonido de las máquinas.- Es normal. Tienes que descansar más.- Susurró, a sabiendas de que la descarga que lo había noqueado había sido bastante fuerte. Lo suficientemente fuerte para matar... Su mirada se tornó sombría de nuevo. Llegaba un punto, después de tantas muertes a tu alrededor, en que encontrabas el factor común.
Tan ensimismada estaba que casi se ahogó al darse cuenta de que no había sido tan cautelosa como pensaba. Titubeó un momento, pensando en una excusa, que pronto se la dio Reiv mismo.- Si... Aparecimos y fue un dragón lastimado que no pudo alzar vuelo. Pero ya deben haberse ocupado de eso.- Zanjó el tema lo más rápido que pudo, pero con naturalidad. En la UCI le podría evitar ciertas noticias si hablaba con las enfermeras.
Con la frente apoyada en la de él, sonrió ante su caricia. Era agradable tenerlo despierto. Sonrió a la promesa, que estaba 95% segura que ya lo había prometido en otras ocasiones, pero esta vez parecía sincero.- Oh, si... ya me dieron acceso a las drogas, eso puede arreglarse.- Bromeó soltando una risita. A ella, en lo personal, le parecía mejor sentir un poco de dolor que estarse drogando y no tener control de nada, pero era cuestión de gustos. Soltó un suspiro profundo cuando el moreno preguntó cómo lo consiguieron, porque eso implicaba que iba a tener que mentir a lo grande. Le dejó un beso en los labios, suave de nuevo, y después se sentó en la silla. Bajó un poco la camilla con los botones, para estar más a la altura y luego tomó la mano del contrario.- Bueno... En realidad... Aún no sé cómo pasó todo. He estado aquí casi desde que volvimos, no he tenido tiempo de que me cuenten toda la historia. Te traje aquí, te dejé en buenas manos y me regresé. La cosa seguía echando rayos, pero el grupo era menos. De alguna manera los desactivaron y Sigrid llegó al núcleo. Había muchos centinelas cuidándolo. Y cuando llegaron, la cosa se derrumbó. Tuvimos que arrastrarnos fuera.- Agachó la mirada un momento, pensativa.- En realidad no fue una victoria que se sienta como tal. El hospital está a tope, todos terminaron con heridas, todo el mundo está muy cansado...- Un ligero brillo y una pequeña sonrisa zurcó su rostro a pesar de las malas noticias.- Pero ya empezó a nevar. Hace frío y todo parece... mejor que la última vez. Al menos hay algo así como... esperanza en el aire. Bueno... al menos a mi alrededor.
Tan ensimismada estaba que casi se ahogó al darse cuenta de que no había sido tan cautelosa como pensaba. Titubeó un momento, pensando en una excusa, que pronto se la dio Reiv mismo.- Si... Aparecimos y fue un dragón lastimado que no pudo alzar vuelo. Pero ya deben haberse ocupado de eso.- Zanjó el tema lo más rápido que pudo, pero con naturalidad. En la UCI le podría evitar ciertas noticias si hablaba con las enfermeras.
Con la frente apoyada en la de él, sonrió ante su caricia. Era agradable tenerlo despierto. Sonrió a la promesa, que estaba 95% segura que ya lo había prometido en otras ocasiones, pero esta vez parecía sincero.- Oh, si... ya me dieron acceso a las drogas, eso puede arreglarse.- Bromeó soltando una risita. A ella, en lo personal, le parecía mejor sentir un poco de dolor que estarse drogando y no tener control de nada, pero era cuestión de gustos. Soltó un suspiro profundo cuando el moreno preguntó cómo lo consiguieron, porque eso implicaba que iba a tener que mentir a lo grande. Le dejó un beso en los labios, suave de nuevo, y después se sentó en la silla. Bajó un poco la camilla con los botones, para estar más a la altura y luego tomó la mano del contrario.- Bueno... En realidad... Aún no sé cómo pasó todo. He estado aquí casi desde que volvimos, no he tenido tiempo de que me cuenten toda la historia. Te traje aquí, te dejé en buenas manos y me regresé. La cosa seguía echando rayos, pero el grupo era menos. De alguna manera los desactivaron y Sigrid llegó al núcleo. Había muchos centinelas cuidándolo. Y cuando llegaron, la cosa se derrumbó. Tuvimos que arrastrarnos fuera.- Agachó la mirada un momento, pensativa.- En realidad no fue una victoria que se sienta como tal. El hospital está a tope, todos terminaron con heridas, todo el mundo está muy cansado...- Un ligero brillo y una pequeña sonrisa zurcó su rostro a pesar de las malas noticias.- Pero ya empezó a nevar. Hace frío y todo parece... mejor que la última vez. Al menos hay algo así como... esperanza en el aire. Bueno... al menos a mi alrededor.
Asentí levemente al rápido repaso que hizo de cómo estaban las personas por las que le había preguntado, aunque no dijo nada de Sirius. Posiblemente se hubiese desvanecido en sombras para escapar, su huida era más fácil. No sabía si habían venido a verme, pero supuse que sabían que estaba aquí. Hice un sonido de fastidio al notar que se había dado cuenta de mi gesto al llevarme la mano al corazón, apartándola despacio. - O que me pongan uno nuevo como el de Josephine, acabamos antes...- solté un leve suspiro, repitiéndome mentalmente que debía tener paciencia. Después presté atención a su explicación del dragón herido que apareció, pensando que no tenía mucho sentido eso de la aparición de un dragón herido. En el subterráneo no se podían transformar, ni podían aparecer con ellos desde allí. - Ya...claro...la aparición de un dragón. - la medicina del gotero ya se había acabado, así que tenía la mente algo más clara para darme cuenta de detalles raros de su narración. La parte mala es que empezaba a dolerme más el pecho al respirar, pero quería aguantar un rato más.
Preferí no indagar más por el momento, aunque por mi tono anterior debió suponer que no me lo había creído del todo. - Deberían darte acceso a todo el hospital. Es más, debería ser tuyo el hospital. - divagué con eso de que ya tenía acceso a drogas, reacomodándome un poco en la cama después de que ella la bajase un poco. Tiré un poco de la sábana para taparme porque empezaba a tener frío, entrelazando mi mano con la suya cuando empezó a contar todo lo de la batalla. - Entonces Sigrid consiguió lo del código...si se derrumbó todo quiere decir que el núcleo está fuera de servicio. - murmuré empezando a hacerme ilusiones al pensar que ya podríamos movernos libremente por el mundo, igual que antes. - Estoy orgulloso de ti. Ojalá hubiese estado ahí en ese momento. - Seguro que había más que heridos, y que muchos habían caído. Su sonrisa sirvió para alejar un poco ese triste pensamiento, y más lo que dijo sobre la esperanza y lo que había cambiado en el ambiente. Era como quitarse un peso de encima.
- Casi no me lo creo, después de tanto tiempo. - negué para mí mismo como si lo estuviese asimilando, empezando a hacer planes en mi cabeza. - Primero iremos al mercado navideño. Y luego a la montaña con Svart, quiero atacarte a bolazos de nieve. - sonreí tras mi declaración de intenciones, alzando su mano un momento para dejar un beso en ésta. Me tomé un pequeño descanso antes de seguir hablando, recuperando algo de aire. - Después podemos bajar a tierra para tener nuestra propia casa...hasta podríamos montar un refugio de dragones para que tengan alternativa a los Pendragon. - recordé lo que le había dicho Shyvanna tras el incidente de la sala de las cápsulas, y supuse que Juliet ya no querría estar cerca de ellos. Agradecía a la rubia lo de haberme curado el brazo y su hospitalidad en la mansión de la montaña, pero me daba la impresión de que la relación se había roto.
Preferí no indagar más por el momento, aunque por mi tono anterior debió suponer que no me lo había creído del todo. - Deberían darte acceso a todo el hospital. Es más, debería ser tuyo el hospital. - divagué con eso de que ya tenía acceso a drogas, reacomodándome un poco en la cama después de que ella la bajase un poco. Tiré un poco de la sábana para taparme porque empezaba a tener frío, entrelazando mi mano con la suya cuando empezó a contar todo lo de la batalla. - Entonces Sigrid consiguió lo del código...si se derrumbó todo quiere decir que el núcleo está fuera de servicio. - murmuré empezando a hacerme ilusiones al pensar que ya podríamos movernos libremente por el mundo, igual que antes. - Estoy orgulloso de ti. Ojalá hubiese estado ahí en ese momento. - Seguro que había más que heridos, y que muchos habían caído. Su sonrisa sirvió para alejar un poco ese triste pensamiento, y más lo que dijo sobre la esperanza y lo que había cambiado en el ambiente. Era como quitarse un peso de encima.
- Casi no me lo creo, después de tanto tiempo. - negué para mí mismo como si lo estuviese asimilando, empezando a hacer planes en mi cabeza. - Primero iremos al mercado navideño. Y luego a la montaña con Svart, quiero atacarte a bolazos de nieve. - sonreí tras mi declaración de intenciones, alzando su mano un momento para dejar un beso en ésta. Me tomé un pequeño descanso antes de seguir hablando, recuperando algo de aire. - Después podemos bajar a tierra para tener nuestra propia casa...hasta podríamos montar un refugio de dragones para que tengan alternativa a los Pendragon. - recordé lo que le había dicho Shyvanna tras el incidente de la sala de las cápsulas, y supuse que Juliet ya no querría estar cerca de ellos. Agradecía a la rubia lo de haberme curado el brazo y su hospitalidad en la mansión de la montaña, pero me daba la impresión de que la relación se había roto.
Negó rápidamente a lo del corazón que le habían puesto, como al de Josephine. Se le hacía más complicado que esperar a que el suyo se recuperara.- No te preocupes por eso. Tienes que descansar. Si vemos que no te estás recuperando como deberías pues... aún tengo dos deseos.- Susurró, apretando su mano con suavidad mientras lo decía. No iba a permitir que quedara con las secuelas, sobre todo si eran graves e iban a traerle problemas.- Digo, le podría decir que te dejara como nuevo de una vez, pero debes descansar.- Al final supo que no había convencido al moreno como debía, así que solo agregó un comentario que hizo pasar por despreocupado.- No sé bien cómo sucedió, no te preocupes por eso. Ya está arreglado.- Ella también miró el gotero y se dio cuenta de que le haría falta otra tanda de medicamentos en nada.
Rio por las ocurrencias de Reiv mientras negaba suavemente con la cabeza, porque no sabría que hacer con todo el hospital.- Ya pondremos nuestro hospital algún día. Y tú tu taller de... algo.- Bromeó, aunque la verdad no creía que fuera a ser muy buena con eso, pero dejó el pensamiento porque ahora tenía la mano entrelazada a la de él y le hacía sentir bien. O al menos así se sintió hasta que se dio cuenta de que Reiv comenzaba a hacerse ilusiones. Trató de ocultar la mortificación que tenía por estarle mintiendo y porque terminaría por saberlo. Pero es que si se preocupaba estaría más decaído y de menor humor para los tratamientos que le hacían falta. Necesitaba descansar y confiaba en que se repondría más pronto si no estaba comiéndose la cabeza con lo de la misión fallida. Y sin embargo, sabía que en algún momento a alguien se le saldría un atisbo de verdad y no podría ocultarla... como lo que le acababa de pasar con lo del Mercado, que al menos había podido sortearlo sin tantas complicaciones.
Reiv, tu siempre estás ahí. Siempre estás conmigo. Y estoy aliviada de que no estuvieses ahí cuando se derrumbó. Fue... Fue demasiado para muchos.- Comenzó entonces a escuchar sus planes mientras sonreía. El Mercado era lo primero, por darle gusto a ella, supuso.- Svart se ha vuelto muy bueno volando, lo vi antes de venir aquí y se veía bien.- Bien, porque ya le había curado sus escamitas lastimadas. Ya no debería tener dolor... Salió de sus pensamientos cuando el moreno dejó aquel beso en la mano, y tuvo que agachar un poco el rostro por la pena, pero sin dejar de mirarle. Aquellas muestras de afecto la dejaban sin habla y a la vez le daban energía para correr un maratón. A veces se le olvidaba que el moreno tenía sus dejes de romántico. Y le gustaba el futuro que pintaba juntos, porque estaba convencida de que una misión más sería suficiente para alcanzarlo. Ahora estaba más decidida que nunca. Una sonrisa grande se formó en sus labios, aunque tenía un amargo recuerdo si se ponía a pensar en los Pendragón y en como les había decepcionado a todos en cuestión de días. Era casi curioso como había echado a perder todo en tan poco tiempo.- Me gusta más la idea del refugio de dragones que el de la banda de mercenarios. Quizás hasta te apoye esta vez y no solo te de por el lado para que lo olvides tu solo. Ahora que tienes tiempo deberías ir pensando en los detalles. Seguro que hay muchas cosas por hacer.- Bromeó soltando una suave risa. Le gustaba la idea, y le recordaba a la isla aquella donde se habían dado su primer beso. Se habían prometido vivir juntos ahí, o algo así.
Rio por las ocurrencias de Reiv mientras negaba suavemente con la cabeza, porque no sabría que hacer con todo el hospital.- Ya pondremos nuestro hospital algún día. Y tú tu taller de... algo.- Bromeó, aunque la verdad no creía que fuera a ser muy buena con eso, pero dejó el pensamiento porque ahora tenía la mano entrelazada a la de él y le hacía sentir bien. O al menos así se sintió hasta que se dio cuenta de que Reiv comenzaba a hacerse ilusiones. Trató de ocultar la mortificación que tenía por estarle mintiendo y porque terminaría por saberlo. Pero es que si se preocupaba estaría más decaído y de menor humor para los tratamientos que le hacían falta. Necesitaba descansar y confiaba en que se repondría más pronto si no estaba comiéndose la cabeza con lo de la misión fallida. Y sin embargo, sabía que en algún momento a alguien se le saldría un atisbo de verdad y no podría ocultarla... como lo que le acababa de pasar con lo del Mercado, que al menos había podido sortearlo sin tantas complicaciones.
Reiv, tu siempre estás ahí. Siempre estás conmigo. Y estoy aliviada de que no estuvieses ahí cuando se derrumbó. Fue... Fue demasiado para muchos.- Comenzó entonces a escuchar sus planes mientras sonreía. El Mercado era lo primero, por darle gusto a ella, supuso.- Svart se ha vuelto muy bueno volando, lo vi antes de venir aquí y se veía bien.- Bien, porque ya le había curado sus escamitas lastimadas. Ya no debería tener dolor... Salió de sus pensamientos cuando el moreno dejó aquel beso en la mano, y tuvo que agachar un poco el rostro por la pena, pero sin dejar de mirarle. Aquellas muestras de afecto la dejaban sin habla y a la vez le daban energía para correr un maratón. A veces se le olvidaba que el moreno tenía sus dejes de romántico. Y le gustaba el futuro que pintaba juntos, porque estaba convencida de que una misión más sería suficiente para alcanzarlo. Ahora estaba más decidida que nunca. Una sonrisa grande se formó en sus labios, aunque tenía un amargo recuerdo si se ponía a pensar en los Pendragón y en como les había decepcionado a todos en cuestión de días. Era casi curioso como había echado a perder todo en tan poco tiempo.- Me gusta más la idea del refugio de dragones que el de la banda de mercenarios. Quizás hasta te apoye esta vez y no solo te de por el lado para que lo olvides tu solo. Ahora que tienes tiempo deberías ir pensando en los detalles. Seguro que hay muchas cosas por hacer.- Bromeó soltando una suave risa. Le gustaba la idea, y le recordaba a la isla aquella donde se habían dado su primer beso. Se habían prometido vivir juntos ahí, o algo así.
- No, es una manera muy triste de gastar un deseo de esos de la lámpara. - me negué rápidamente a eso de que perdiera un deseo para reparar del todo mi corazón fastidiado, primero tendría que hacer todo lo posible por recuperarlo del todo. Asentí más de acuerdo con ella cuando dijo lo de descansar, y me quedó más claro que no quería darme demasiada información sobre lo del mercado. Tampoco estaba seguro de querer escucharlo ahora, mejor quedarse con las ideas de planes futuros. - Taller de algo...hay que darle una vuelta a eso. - murmuré también en tono de broma, sintiendo después una punzada de dolor en el pecho que coincidió con lo que dijo ella sobre lo horrible que fue el derrumbamiento del lugar. Al menos había servido para acabar con todo de una vez por todas. Escuchar hablar de Svart me sacó una leve sonrisa, él permanecía feliz y ajeno a todo. Me hizo gracia eso de que bajase un poco la cara con gesto de vergüenza cuando le di un beso en la mano, como si fuese una damisela sonrojándose por esas cosas. Se notaba que habíamos tenido poco tiempo para coqueteos últimamente y ya lo echaba de menos.
Al principio no caí en la cuenta de lo que quería decir con la banda de mercenarios, hasta que recordé que era algo que le había propuesto hace mucho tiempo. - ¡Eh! es cierto...al final me diste largas con eso. Y encima reconoces que querías que me olvidase. - fingí indignación con ella, aunque no me importaba mucho porque eso había dejado de interesarme. En el fondo siempre había sido un poco veleta y había cambiado muchas veces de parecer. - ¿Crees que deberíamos decirles algo a los Pendragon o hablar con ellos? se supone que los dragones de la montaña están con ellos ahora. - me quedé pensativo al respecto, pero enseguida me di cuenta de que la pregunta era mala idea porque podía remover los malos recuerdos de la sala de las cápsulas y lo de Shyvanna. Volví a llevarme la mano libre al pecho haciendo un gesto de dolor, notándolo ahora con más intensidad al igual que la opresión. Tardé unos segundos en volver a hablar, aunque con la respiración un tanto entrecortada. - Creo que...voy a intentar... descansar un poco.- esperaba que pasase alguna enfermera por allí para reponer la droga que se había acabado, pero mientras tanto cerré los ojos e intenté respirar despacio.
Al principio no caí en la cuenta de lo que quería decir con la banda de mercenarios, hasta que recordé que era algo que le había propuesto hace mucho tiempo. - ¡Eh! es cierto...al final me diste largas con eso. Y encima reconoces que querías que me olvidase. - fingí indignación con ella, aunque no me importaba mucho porque eso había dejado de interesarme. En el fondo siempre había sido un poco veleta y había cambiado muchas veces de parecer. - ¿Crees que deberíamos decirles algo a los Pendragon o hablar con ellos? se supone que los dragones de la montaña están con ellos ahora. - me quedé pensativo al respecto, pero enseguida me di cuenta de que la pregunta era mala idea porque podía remover los malos recuerdos de la sala de las cápsulas y lo de Shyvanna. Volví a llevarme la mano libre al pecho haciendo un gesto de dolor, notándolo ahora con más intensidad al igual que la opresión. Tardé unos segundos en volver a hablar, aunque con la respiración un tanto entrecortada. - Creo que...voy a intentar... descansar un poco.- esperaba que pasase alguna enfermera por allí para reponer la droga que se había acabado, pero mientras tanto cerré los ojos e intenté respirar despacio.
Más triste sería si gastara el primero en recuperar un anillo pero no gastara el segundo en quien me lo dio. Se hará si lo vemos necesario.- Insistió, aunque pareció entender que descansar y recuperarse era lo primordial, y que a su tiempo verían si había necesidad de usar el deseo.
Sonrió suavemente cuando el moreno admitió que lo del taller le vendría bien.- Sabes reparar casas. Haces cosas...- Murmuró, recordando la cabaña que había puesto en punta en Hogsmeade. Quizás ahora, sin la Alianza, podrían volver, y las habilidades del moreno serían muy buenas para la reconstrucción de Ouroboros y los lugares destruidos en la tierra. Vio la mueca del moreno y se puso de pie con rapidez, llevándole la mano al corazón. Esta vez ya se estaba preocupando, por lo que de inmediato tomó la tabla con las indicaciones médicas que estaban al pie de su cama y se dedicó a leerlo. Había algo en el diagnóstico que decía cirugía de corazón, así que supuso que ya lo habían considerado en los medicamentos, aunque no sabía muy bien qué le estaban recetando. Dejó la carpeta de lado, y tras la plática de Svart y los besitos, se dispuso a quitar el bote vacío junto al suero y comenzar a cerrar la vía para prepararla para la siguiente.
Rio abiertamente a lo de la banda de mercenarios, porque en efecto, había esperado que solito se le olvidara todo.- Era una idea horrible; ¿te imaginas que Thalos hubiera querido unirse o que encontraras a tu archi enemigo y tuvieran que trabajar juntos? Me alegra que al final no se llevara a cabo.- Sonrió ante su indignación fingida y le dejó un besito en la punta de la nariz, tratando de compensar a pesar de no sentir culpa alguna. Sonrisa que se vació un poco al hablar de los Pendragón... Se mantuvo cabizbaja un momento y después elevó la mirada algo triste hacia Reiv.- Nos seguirán aquellos que no tengan tan fuerte esa unión de familia. Los rotos...- Susurró, sintiendo esta vez la punzada en su propio pecho, pero concentrándose en la que él tenía.- Voy por tu medicina, no tardo nada.- Susurró, llevándose en manos la botella vacía. Tras algunos minutos con las enfermeras, ayudándolas a preparar la medicación, regresó con Reiv y colocó con cuidado la vía al suero, para que el relajante y los medicamentos llegaran directamente por la vena. No tardaría en caer rendido. Había hecho un gran esfuerzo aquel día.
Tomó la mano de Reiv entre las suyas y le dejó un suave beso en los labios, despidiéndole con una sonrisa para que pudiera dormir. Los días siguientes fueron más llevaderos y mucho más tranquilos de lo que habría imaginado en un inicio. Después de unos momentos, esperando a que durmiera, salió de la planta de cuidados intensivos para seguir con su interminable turno.
Sonrió suavemente cuando el moreno admitió que lo del taller le vendría bien.- Sabes reparar casas. Haces cosas...- Murmuró, recordando la cabaña que había puesto en punta en Hogsmeade. Quizás ahora, sin la Alianza, podrían volver, y las habilidades del moreno serían muy buenas para la reconstrucción de Ouroboros y los lugares destruidos en la tierra. Vio la mueca del moreno y se puso de pie con rapidez, llevándole la mano al corazón. Esta vez ya se estaba preocupando, por lo que de inmediato tomó la tabla con las indicaciones médicas que estaban al pie de su cama y se dedicó a leerlo. Había algo en el diagnóstico que decía cirugía de corazón, así que supuso que ya lo habían considerado en los medicamentos, aunque no sabía muy bien qué le estaban recetando. Dejó la carpeta de lado, y tras la plática de Svart y los besitos, se dispuso a quitar el bote vacío junto al suero y comenzar a cerrar la vía para prepararla para la siguiente.
Rio abiertamente a lo de la banda de mercenarios, porque en efecto, había esperado que solito se le olvidara todo.- Era una idea horrible; ¿te imaginas que Thalos hubiera querido unirse o que encontraras a tu archi enemigo y tuvieran que trabajar juntos? Me alegra que al final no se llevara a cabo.- Sonrió ante su indignación fingida y le dejó un besito en la punta de la nariz, tratando de compensar a pesar de no sentir culpa alguna. Sonrisa que se vació un poco al hablar de los Pendragón... Se mantuvo cabizbaja un momento y después elevó la mirada algo triste hacia Reiv.- Nos seguirán aquellos que no tengan tan fuerte esa unión de familia. Los rotos...- Susurró, sintiendo esta vez la punzada en su propio pecho, pero concentrándose en la que él tenía.- Voy por tu medicina, no tardo nada.- Susurró, llevándose en manos la botella vacía. Tras algunos minutos con las enfermeras, ayudándolas a preparar la medicación, regresó con Reiv y colocó con cuidado la vía al suero, para que el relajante y los medicamentos llegaran directamente por la vena. No tardaría en caer rendido. Había hecho un gran esfuerzo aquel día.
Tomó la mano de Reiv entre las suyas y le dejó un suave beso en los labios, despidiéndole con una sonrisa para que pudiera dormir. Los días siguientes fueron más llevaderos y mucho más tranquilos de lo que habría imaginado en un inicio. Después de unos momentos, esperando a que durmiera, salió de la planta de cuidados intensivos para seguir con su interminable turno.
Los días que siguieron a la invasión se confundían unos con otros en interminables turnos. Lo único que hacía era trabajar y volver a casa el tiempo justo para dormir antes de regresar al día siguiente. Mi familia seguía allí ingresada y sin despertar, aunque quería pensar que ya estaban fuera de peligro. No tenía muchas ganas de hablar con nadie, así que durante los turnos me limitaba a cruzar con los demás las palabras justas para poder entendernos en el trabajo.
Ese día me tocaba dar unas cuantas altas para los que habían mejorado, así que comencé primero por las de la planta de ingresos. Allí revisé a varios, pero pedí a un compañero que fuese él quien se encargase de Vishous por si Sofía seguía dentro. No quería volver a parecer pesada abriendo la puerta mientras parecían tener una conversación privada, como la vez anterior. Luego seguí con la planta de UCI, echando un ojo a los que estaban mejor para pasar a la otra planta. El hermano de Johan fue uno de los que trasladé, aunque avisándole de que fuese con cuidado y que esta vez no hiciese locuras como irse de misión. Unos pocos días más tarde también acabé dándole el alta definitiva, también un poco por insistencia suya. Repetí lo mismo, a ver si alguien me hacía algo de caso y no se pasaba mis recomendaciones por el forro.
No había prestado mucha atención a las fechas ni había querido mirar el calendario, pero supuse que tenía que avisar a Ian para que supiese lo que iba a hacer. Saqué la moneda comunicadora del bolsillo, pulsando las letras del canto de manera lenta para escribir un mensaje.
Moneda comunicadora para Ian escribió:He pedido hacer guardia todos los festivos para poder quedarme aquí. Lo siento, pero no voy a reunirme a cenar o comer. Espero que lo entendáis.
Suspiré con tristeza tras eso, perdiéndome por algún lugar del hospital par seguir trabajando.
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OFF:
20 PS*8 días off rol= 160 PS para todos los pjs que entraron el día 17 (los que estaban de antes tienen más PS). Los que estén completos ya pueden tomar este post como alta y dar por sacados a sus pjs.
Habían transcurrido ya algunas horas desde la operación en la que Arleen, Oscurus y el Pendragon me habían salvado la vida. Mi cuerpo todavía no despertaba del todo, al igual que mi mente, pero poco a poco comencé a ser consciente de los sonidos que me rodeaban. Al principio no podía ni abrir los ojos y me sentía aturdido, débil. Emití algún sonido de queja al intentar moverme, tardando todavía algunos minutos más en ver algo aunque fuese borroso.
Mi cabeza se puso a trabajar de manera lenta y pesada, tratando de saber dónde estaba, intentando reconstruir lo que recordaba. Un hospital...aquello me recordó que era el lugar en el que trabajaba. Empezaron a venirme a la mente algunas imágenes sueltas y desordenadas de una batalla. Disparos. Caos y sangre por todas partes. Un dragón volando... - No...no te lo lleves...- extendí la mano hacia arriba, dejándola caer casi al instante. Quise incorporarme, pero estaba demasiado mareado para hacerlo. - No te lo lleves así, se va a desangrar...Zaphira...- seguí murmurando con voz rasposa, recordando fragmentos de lo que había pasado en la plaza. - Sean...- pronunciar su nombre dolía por alguna razón inexplicable. No sabía qué había pasado con él, y la culpa y la incertidumbre empezaron apoderarse de mí. Me sentía mal en muchos sentidos, pero uno de ellos comenzó a tomar relevancia de manera repentina. Todavía tenía que terminar de expulsar la anestesia de la peor forma, de modo que giré como pude hacia un lado para vomitar un poco desde el borde de la cama.
------------------------
1-2: Despierta confuso y alterado, irá recordando progresivamente
3-4: Infección post operatoria (no es culpa de wiwi)
5-6: No secuelas, pero expulsa malamente anestesia
7-8: Mano no metálica tiembla (chunga pa operar como el Dr Strange)
9-10: Despierta perfectamente y recuerda todo desde el primer momento
Mi cabeza se puso a trabajar de manera lenta y pesada, tratando de saber dónde estaba, intentando reconstruir lo que recordaba. Un hospital...aquello me recordó que era el lugar en el que trabajaba. Empezaron a venirme a la mente algunas imágenes sueltas y desordenadas de una batalla. Disparos. Caos y sangre por todas partes. Un dragón volando... - No...no te lo lleves...- extendí la mano hacia arriba, dejándola caer casi al instante. Quise incorporarme, pero estaba demasiado mareado para hacerlo. - No te lo lleves así, se va a desangrar...Zaphira...- seguí murmurando con voz rasposa, recordando fragmentos de lo que había pasado en la plaza. - Sean...- pronunciar su nombre dolía por alguna razón inexplicable. No sabía qué había pasado con él, y la culpa y la incertidumbre empezaron apoderarse de mí. Me sentía mal en muchos sentidos, pero uno de ellos comenzó a tomar relevancia de manera repentina. Todavía tenía que terminar de expulsar la anestesia de la peor forma, de modo que giré como pude hacia un lado para vomitar un poco desde el borde de la cama.
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1-2: Despierta confuso y alterado, irá recordando progresivamente
3-4: Infección post operatoria (no es culpa de wiwi)
5-6: No secuelas, pero expulsa malamente anestesia
7-8: Mano no metálica tiembla (chunga pa operar como el Dr Strange)
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Era la mañana después de navidad y tocaba volver al trabajo, como buena PNJ mi nombre no importa demasiado pero seguramente aparecerá en algún momento. Durante el cambió de turno consulté con mis compañeros que ya se marchaban a por un merecido descanso sobre los pacientes que aún quedaban en planta y si había algo relevante que tuviera que saber antes de empezar mi ronda por las habitaciones y la UCI, fue solo mencionarlo para que vinieran a contarme lo que había ocurrido durante la noche anterior.
Al parecer se comentaba por todo el hospital el mal despertar que había tenido nuestro director y el pequeño roce que tuvo Oscurus con el descendiente de Merlín, además, según los informes tuvieron que intervenirlo de urgencia llamando a los famosos Pendragon que fueron su única opción por la gravedad del asunto además de solicitar a Arleen que se presenciara en el hospital -¿Ha llegado Aldaron?- pregunté al personal que negaba haber visto al director en funciones, resaca supuse, bien merecida pero ahora me tocaba encargarme de los pacientes.
Pasó un buen rato hasta que pude acercarme a la UCI, era ya pasado el mediodía cuando una de las máquinas empezó a hacer ruido, las enfermeras se acercaron de inmediato llamando después por mi ya que el descendiente de Galenus había despertado. Se estaba moviendo, girado como podía en la cama dejándolo todo perdido tras haber vomitado -Rápido, ayudadlo a moverse, no debe hacer esfuerzos- de forma eficiente porque este es un hospital que te cagas aunque todo el mundo se queje, el personal atendió al descendiente, me acerqué para comprobar sus constantes en el monitor y cuando se calmó echando todo lo que necesitaba echar comprobé sus reflejos oculares, apunté con la linterna a sus ojos y aparentemente no había daño cerebral - soy la doctora Bárbara, ¿sabe dónde se encuentra? ¿puede decirme su nombre y su edad?-
Al parecer se comentaba por todo el hospital el mal despertar que había tenido nuestro director y el pequeño roce que tuvo Oscurus con el descendiente de Merlín, además, según los informes tuvieron que intervenirlo de urgencia llamando a los famosos Pendragon que fueron su única opción por la gravedad del asunto además de solicitar a Arleen que se presenciara en el hospital -¿Ha llegado Aldaron?- pregunté al personal que negaba haber visto al director en funciones, resaca supuse, bien merecida pero ahora me tocaba encargarme de los pacientes.
Pasó un buen rato hasta que pude acercarme a la UCI, era ya pasado el mediodía cuando una de las máquinas empezó a hacer ruido, las enfermeras se acercaron de inmediato llamando después por mi ya que el descendiente de Galenus había despertado. Se estaba moviendo, girado como podía en la cama dejándolo todo perdido tras haber vomitado -Rápido, ayudadlo a moverse, no debe hacer esfuerzos- de forma eficiente porque este es un hospital que te cagas aunque todo el mundo se queje, el personal atendió al descendiente, me acerqué para comprobar sus constantes en el monitor y cuando se calmó echando todo lo que necesitaba echar comprobé sus reflejos oculares, apunté con la linterna a sus ojos y aparentemente no había daño cerebral - soy la doctora Bárbara, ¿sabe dónde se encuentra? ¿puede decirme su nombre y su edad?-
Había visto a muchos pacientes despertar de ese modo tan fastidiado, pero yo no estaba acostumbrado a esas cosas porque por lo general solía estar bastante sano. No me enteré mucho de cuando se acercó el servicio médico, aunque me atendieron para sujetarme hasta que terminé de expulsar todo lo que me quedase. Cuando acabé necesité algo de tiempo para recuperarme y recobrar un ritmo de respiración más normal, escuchando por fin todo lo que sucedía a mi alrededor. El servicio de limpieza se encargó de dejar aquello de nuevo en orden con sus hechizos de limpieza, y los médicos se encargaron de dejarme de nuevo tumbado en la cama para empezar a examinarme.
La linterna en los ojos me resultó molesta, así que traté de apartar la cabeza de manera instintiva. - Sí...sí lo sé...en el hospital. Te conozco. - no tenía ganas ningunas de responder a preguntas, pero sabía que era el protocolo. Seguro que yo también fastidiaba a los pacientes cuando lo hacía. - Lucio Galenus. 1 de febrero de 2005. - murmuré la fecha de nacimiento para que supiese que no estaba tan perdido como podía parecer, simplemente me había sentado mal el despertar.
- Gracias, Bárbara. - le hice un gesto para que me subiese un poco la cama y así poder estar más incorporado, apresurándome en preguntarle aquello que me había atormentado desde que recuperé el conocimiento. - ¿Sean está bien? ¿Dónde está? quiero verle. - temía que la doctora pusiese alguna cara que indicase que algo había ido mal, aunque intenté pensar que Zaphira lo habría traído al hospital de inmediato. Debíamos haber ganado, si no el hospital no seguiría en pie. - ¿Cómo están los demás? ¿Giordano?- los segundos que tardase en responder se me harían eternos, aunque traté de no alterarme más de la cuenta.
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cuando todo estuvo en orden y comprobé los reflejos del descendiente lo dejé unos segundos para que pudiera acostumbrarse a todo y contestar a mis preguntas, por suerte parecía haber vuelto a ser él mismo, suspiré aliviada cuando me reconoció y entonces le subí la cama -ya vuelves a ser tu, nos has tenido a todos preocupados, te explico la situación del paciente- dije guiñándole un ojo porque seguramente quería saber qué le había ocurrido. Le conté todo lo sucedido, que había estado en coma por unos días, su despertar, pérdida de memoria y la intervención de emergencia por el trombo que se le había formado en la cabeza, todo con lenguaje super técnico y de médicos listos que seguro él entendía.
-El descendiente de Merlín se encuentra... bien, más o menos, su vida no corre peligro pero ha tenido un pequeño cuadro de ansiedad, ha estado todos los días contigo pero también necesita descansar, está en planta- mentirle no serviría de nada si después miraba los informes y al menos así estaría menos tenso, le hice una señal para que supiera que iba a mirar sus heridas además de realizar un par de exploraciones más -El resto de los descendientes se encuentran bien, Sayid fue dado de alta ayer, eres el último, del descendiente de Da vinci no sabemos nada, no se ha pasado por el hospital de momento así que estará bien- terminé mi informe y entonces lo miré de nuevo -estarás en observación unos días, tu estado ya no es de riesgo pero debemos asegurarnos que todo está bien, te subiremos a planta y avisaremos a Sean- le di una palmadita en el hombro y sonreí -Bienvenido de nuevo Lucio-
-El descendiente de Merlín se encuentra... bien, más o menos, su vida no corre peligro pero ha tenido un pequeño cuadro de ansiedad, ha estado todos los días contigo pero también necesita descansar, está en planta- mentirle no serviría de nada si después miraba los informes y al menos así estaría menos tenso, le hice una señal para que supiera que iba a mirar sus heridas además de realizar un par de exploraciones más -El resto de los descendientes se encuentran bien, Sayid fue dado de alta ayer, eres el último, del descendiente de Da vinci no sabemos nada, no se ha pasado por el hospital de momento así que estará bien- terminé mi informe y entonces lo miré de nuevo -estarás en observación unos días, tu estado ya no es de riesgo pero debemos asegurarnos que todo está bien, te subiremos a planta y avisaremos a Sean- le di una palmadita en el hombro y sonreí -Bienvenido de nuevo Lucio-
El turno de mañana había comenzado más o menos bien, ventajas de ser joven y no tener casi resaca. Además, recordaba bastante de lo sucedido la noche anterior. Tras acabar el turno de tarde había decidido regresar a la habitación del edificio de refugiados para descansar. No me apetecía ir a ninguna cena, y necesitaba dormir algo antes del turno de mañana siguiente. Ya en la habitación me tiré en la cama botella de vino en mano para beber y olvidar un rato toda la tensión acumulada en días anteriores. No pasó mucho rato hasta que me emborraché, mandando aquel patronus a Vishous para ver si quería quedar al día siguiente. La respuesta en forma de otro patronus no se hizo esperar, el hechizo regreso de vuelta con una respuesta que tenía la voz del Royden.
Me encogí de hombros levemente decepcionada cuando declinó de buenas a primeras, pero al menos me había avisado para poder hacer otro plan. Mi ojo clínico no me había engañado, eso de cortejar a Sofía dejaba claro que se había enamorado de ella, así que el conquistador pasaría a ser alguien de una sola mujer. Salía del mercado y era alguien a tachar de la lista. Al menos le había servido de algo mi charla de la boda y se había atrevido a quitarse la coraza. Al parecer había más gente en la cena y habían escuchado mi mensaje, pero no me pareció que hubiese dicho nada malo. Únicamente había alabado físicos masculinos que lo merecían y había propuesto un encuentro sexual sin compromiso. Luego me recomendó un par de tíos de su guardia como si fuese el camarero recomendándome el menú del restaurante, pero yo era más de elegir en el buffet sin recomendaciones. Pensé en responderle en ese momento, pero si tenía visita tal vez le molestase y no quería eso. Tras acabar la botella dormí de un tirón, dándome una ducha al despertar para espabilarme e ir al trabajo.
Lo primero que hice fue ir a ver a mi padre en la planta de UCI. Él seguía sin despertar pero había mejorado un poco. Le puse los goteros con las pociones que necesitaba, revisándole bien antes de pasar a otros pacientes. Los Knox habían sido dado de alta para Navidad, así que pasé a la cama de Jarkko. Hice una mueca de extrañeza al ver que alguien le había pintado la cara con rayas, pensando en cómo podía pasar algo así si habíamos reforzado la seguridad del hospital desde que intentaron matar al Black. Suspiré resignada, ya preguntaría quién había sido. No le dañaba, pero no me gustaba que se burlasen de alguien que estaba grave e inconsciente. Revisé sus constantes vitales y repuse las pociones que necesitaba, evaluando su progreso. Después cogí un algodón para limpiarle las rayas de la cara con un poco de alcohol, acabando por apartarle un poco el pelo de la cara para llegar bien a todos lados. No le había tocado antes el pelo a pesar de ser tan amigo de la familia, pero me pareció muy suave y bonito. No podía negarse que era bastante atractivo, y en medio de ese pensamiento me sorprendí dejándole un beso en la frente. Me aparté despacio, escuchando de fondo el jaleo de Lucio y los otros médicos. Al parecer había sobrevivido, pero supuse que Aldaron seguría al frente del hospital un poco más de tiempo.
Me encogí de hombros levemente decepcionada cuando declinó de buenas a primeras, pero al menos me había avisado para poder hacer otro plan. Mi ojo clínico no me había engañado, eso de cortejar a Sofía dejaba claro que se había enamorado de ella, así que el conquistador pasaría a ser alguien de una sola mujer. Salía del mercado y era alguien a tachar de la lista. Al menos le había servido de algo mi charla de la boda y se había atrevido a quitarse la coraza. Al parecer había más gente en la cena y habían escuchado mi mensaje, pero no me pareció que hubiese dicho nada malo. Únicamente había alabado físicos masculinos que lo merecían y había propuesto un encuentro sexual sin compromiso. Luego me recomendó un par de tíos de su guardia como si fuese el camarero recomendándome el menú del restaurante, pero yo era más de elegir en el buffet sin recomendaciones. Pensé en responderle en ese momento, pero si tenía visita tal vez le molestase y no quería eso. Tras acabar la botella dormí de un tirón, dándome una ducha al despertar para espabilarme e ir al trabajo.
Lo primero que hice fue ir a ver a mi padre en la planta de UCI. Él seguía sin despertar pero había mejorado un poco. Le puse los goteros con las pociones que necesitaba, revisándole bien antes de pasar a otros pacientes. Los Knox habían sido dado de alta para Navidad, así que pasé a la cama de Jarkko. Hice una mueca de extrañeza al ver que alguien le había pintado la cara con rayas, pensando en cómo podía pasar algo así si habíamos reforzado la seguridad del hospital desde que intentaron matar al Black. Suspiré resignada, ya preguntaría quién había sido. No le dañaba, pero no me gustaba que se burlasen de alguien que estaba grave e inconsciente. Revisé sus constantes vitales y repuse las pociones que necesitaba, evaluando su progreso. Después cogí un algodón para limpiarle las rayas de la cara con un poco de alcohol, acabando por apartarle un poco el pelo de la cara para llegar bien a todos lados. No le había tocado antes el pelo a pesar de ser tan amigo de la familia, pero me pareció muy suave y bonito. No podía negarse que era bastante atractivo, y en medio de ese pensamiento me sorprendí dejándole un beso en la frente. Me aparté despacio, escuchando de fondo el jaleo de Lucio y los otros médicos. Al parecer había sobrevivido, pero supuse que Aldaron seguría al frente del hospital un poco más de tiempo.
Acabé horrorizado con todo lo que me fue contando la doctora sobre mi estado, pues yo no recordaba nada después de haber caído en la batalla. Me llevé las manos a la cabeza intentando procesar todo aquello y lo cerca que había estado de no contarlo. Me parecía increíble eso de haber perdido la memoria, la sola idea de quedarme como alguien sin identidad me produjo un escalofrío. Debía haber asustado mucho a Sean con aquello.
. - Por Merlín...he tenido suerte. - murmuré siendo totalmente sincero, pues podría haber sido todo mucho peor. Al menos dijo que Sean estaba bien, lo que me quitó un peso de encima pero sólo a medias. Lo de más o menos no me gustó, saber que estaba ingresado me puso más nervioso. Siempre era yo el que le atendía cuando le pasaba algo, pero esta vez no había podido estar. No podía permitirme estar fuera de servicio, si yo caía...él también lo hacía. - Pues llévame a la habitación que esté. Quiero verle con mis propios ojos. - insistí en lo de que me llevase, asintiendo despacio a lo de Sayid, Gio y el resto. Todo en orden. Cerré los ojos unos segundos para descansar e intentar calmarme, pidiendo que por favor me llevasen ya a la planta correspondiente. Al final hasta sonreí un poco cuando me dio la bienvenida de nuevo. - Tenéis jefe para rato. Díselo a Aldaron también. - supuse que mi amigo querría saberlo, y que el resto de los Descendientes ya se enterarían. - Intentaré ser buen paciente y descansar, no quiero ser lo que critico, esos que se fugan y no hacen caso a las recomendaciones. - aquello me iba a costar, sobre todo si veía que me necesitaban en el hospital. Especialmente si era Sean quien me necesitaba. Finalmente me prepararon para bajarme a la otra planta, sacándome de la UCI.
. - Por Merlín...he tenido suerte. - murmuré siendo totalmente sincero, pues podría haber sido todo mucho peor. Al menos dijo que Sean estaba bien, lo que me quitó un peso de encima pero sólo a medias. Lo de más o menos no me gustó, saber que estaba ingresado me puso más nervioso. Siempre era yo el que le atendía cuando le pasaba algo, pero esta vez no había podido estar. No podía permitirme estar fuera de servicio, si yo caía...él también lo hacía. - Pues llévame a la habitación que esté. Quiero verle con mis propios ojos. - insistí en lo de que me llevase, asintiendo despacio a lo de Sayid, Gio y el resto. Todo en orden. Cerré los ojos unos segundos para descansar e intentar calmarme, pidiendo que por favor me llevasen ya a la planta correspondiente. Al final hasta sonreí un poco cuando me dio la bienvenida de nuevo. - Tenéis jefe para rato. Díselo a Aldaron también. - supuse que mi amigo querría saberlo, y que el resto de los Descendientes ya se enterarían. - Intentaré ser buen paciente y descansar, no quiero ser lo que critico, esos que se fugan y no hacen caso a las recomendaciones. - aquello me iba a costar, sobre todo si veía que me necesitaban en el hospital. Especialmente si era Sean quien me necesitaba. Finalmente me prepararon para bajarme a la otra planta, sacándome de la UCI.
La mañana había sido más que buena, rematando con un paseo por los jardines para aprovechar los juguetes de regalo de Aedan y para estrenar mi cámara de fotos con una sesión breve antes de ir al hospital. Allí me separé de Catherine para que ella fuese a ver a Sean, y yo dejé a Aedan un rato en la guardería para poder subir a ver a mi padre. Justo al llegar vi a Chloe alejarse de la cama de Adam para ir a la de Jarkko, así que no me vio en ese momento. La dejé porque parecía ocupada revisando camas, así que me quedé junto a mi padre antes de ir a preguntarle a ella. Él seguía sin dar señales de vida, excepto por el pitido rítmico de la máquina que indicaba que su corazón seguía latiendo. Me vino a la mente lo que había hablado con Catherine durante la entrega de regalos, de lo culpable que me sentía por mi forma de ser en el pasado. Según ella aún estaba a tiempo...eso si él despertaba. Quería hablarle, pero así no tenía sentido.
Aparté la vista de mi padre antes de volver a buscar a Chloe con la mirada. Se encontraba unas cuantas camas más allá, todavía con Jarkko. Arqueé la ceja al verla inclinarse para dejarle un beso en la frente, decidiendo acercarme después de modo sigiloso. Acababan de llevarse a Lucio de ahí, así que por ahora nos quedábamos bastante a solas. El resto de ingresados seguían sopas. - ¿Qué haces? ¿también quieres ligar con Jarkko?- pregunté a sus espaldas cuando llegué hasta ella, haciendo un gesto como de no entenderla. Yo había pasado un poco de ella en los últimos días, tardando bastante en contestarle al mensaje de que no venía a cenar. Eso me había molestado un poco. - Podías haber venido a cenar anoche. No sé qué estarías haciendo. Últimamente te veo más despistada que de costumbre...- dejé caer por si me quería contar algo, señalando después hacia la cama de nuestro padre. - ¿Hay novedades? ¿Cuándo despertarán?
Aparté la vista de mi padre antes de volver a buscar a Chloe con la mirada. Se encontraba unas cuantas camas más allá, todavía con Jarkko. Arqueé la ceja al verla inclinarse para dejarle un beso en la frente, decidiendo acercarme después de modo sigiloso. Acababan de llevarse a Lucio de ahí, así que por ahora nos quedábamos bastante a solas. El resto de ingresados seguían sopas. - ¿Qué haces? ¿también quieres ligar con Jarkko?- pregunté a sus espaldas cuando llegué hasta ella, haciendo un gesto como de no entenderla. Yo había pasado un poco de ella en los últimos días, tardando bastante en contestarle al mensaje de que no venía a cenar. Eso me había molestado un poco. - Podías haber venido a cenar anoche. No sé qué estarías haciendo. Últimamente te veo más despistada que de costumbre...- dejé caer por si me quería contar algo, señalando después hacia la cama de nuestro padre. - ¿Hay novedades? ¿Cuándo despertarán?
Pegué un pequeño bote en el sitio al escuchar a Ian a mi espalda, pegándole enseguida en el hombro por haberme asustado de ese modo. Más fuerte tendría que haberle pegado por decir eso de que si también quería ligar con Jarkko. - No vuelvas a hacer eso. ¿Y qué dices de ligar? también es amigo mío, puedo demostrar cariño si quiero. - su comentario me había sonado entrometido y no me había gustado, pero intenté dejarlo estar. Me separé un poco de la cama del Jarkko para hablar con Ian, cruzándome de brazos en actitud algo defensiva cuando me sacó eso de haber ido a cenar anoche.
- Ya te escribí diciendo que me iba a quedar trabajando...salí tarde. Además, no tenía ganas de celebraciones. Papá sigue aquí y yo sólo quería irme a casa un rato a descansar. No puedes reprocharme eso. - por lo general era yo la que cedía y la que tenía siempre buenas palabras, pero últimamente notaba que me estaba cansando de eso y que respondía más a menudo. - ¿Más despistada que de costumbre? - pregunté con incredulidad levantando una ceja, sin saber a qué venía eso. - Tú tampoco es que me hayas preguntado ni cómo estoy últimamente. - nada, ni se había enterado de que querían echarme, ni sabía que apenas había salido del trabajo desde que salimos de la misión. Desvié la mirada para que no notase todo mi agobio acumulado, alzando un hombro sin tener muy claro qué responder. - Están fuera de peligro, creo. Pero evolucionan despacio porque llegaron muy mal. No puedo decirte mucho más.
- Ya te escribí diciendo que me iba a quedar trabajando...salí tarde. Además, no tenía ganas de celebraciones. Papá sigue aquí y yo sólo quería irme a casa un rato a descansar. No puedes reprocharme eso. - por lo general era yo la que cedía y la que tenía siempre buenas palabras, pero últimamente notaba que me estaba cansando de eso y que respondía más a menudo. - ¿Más despistada que de costumbre? - pregunté con incredulidad levantando una ceja, sin saber a qué venía eso. - Tú tampoco es que me hayas preguntado ni cómo estoy últimamente. - nada, ni se había enterado de que querían echarme, ni sabía que apenas había salido del trabajo desde que salimos de la misión. Desvié la mirada para que no notase todo mi agobio acumulado, alzando un hombro sin tener muy claro qué responder. - Están fuera de peligro, creo. Pero evolucionan despacio porque llegaron muy mal. No puedo decirte mucho más.
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