Planta de cuidados intensivos

- Pues habla con ella, o te vas a pasar la vida enfadado con las grullas que se quieran quedar en Ouroboros? - le pregunté alzando una ceja a Ben, creía ver por donde iban los tiros, y ahora que se me iban pasando los efectos de los sedantes mi cerebro trabajaba de modo mas despierto....y el dolor también, claro. - aves migratorias con derecho a charca. - asentí para mi mismo.

- soy un chucho estupendo...- y gruñí, pero quejándome, porque me dolía la pata. Lo que decía Ben tenía sentido.

Adael se marchó despues de recabar la info que quería, un tio raro pero curioso. Despues de intercambiar miradas de besugos Ben y yo por no recordar si conociamos o no al tal Adramelech, el pobre Red pareció caer en la cuenta de que me faltaba algo, anatomicamente hablando. Me habría reido de su reaccion de no ser porque en realidad, algo jodido si que estaba por aquello.  Lo dejé hablar porque parecía confuso, tanto como yo cuando los medimagos me habían informado de lo que había pasado conmigo en el quirófano. Teniendo en cuenta que casi no lo cuento...podía darme por satisfecho con el resultado. Intentaba no pensar en qué podría haberse hecho mejor, o si podrían haberme salvado la extremidad...o...bueno, lo habia pensado ya bastante, y al final la conclusión siempre era la misma.

- No....Ben.... - le dije muy serio cuando preguntó si había sido porque no pudieron arreglar lo de la plata. - Ha sido el ataque de un tiburón blanco.

Oimos los gritos de Eamon, lo cual me hizo desviar la mirada en aquella direccion. El ministro...exministro, sonaba muy angustiado, preguntaba por su mujer...y todo eran negativas.
- Él si que ha perdido algo irremplazable....  - añadí en tono más serio, Ben se sentó a mi lado y lo miré con aire cansado. Sonreí de lado de modo genuino cuando se atrevió a soltar una broma. Eso era lo que había estado esperando de él.  Le solté una patada en el costado con la pata que me quedaba, pero me arrepentí porque aquello me repercutió con una oleada de dolor por todo el cuerpo.

"aaaaauch...."

- Está claro, ahora si que soy un pirata auténtico. Podré llevar una pata de palo y rellenarla de ron de contrabando... aunque yo prefiero el whisky....

Esperaba que me dijera que era mentira, que ella estaba perfectamente bien pero el silencio se me hizo eterno y me puse nervioso. Que se comenzara a mover y los pitidos de la máquina me intranquilizaron aún más. -Una que trabaja aquí.- Le respondí a lo de quién me había dicho eso. Encima dejaba frases a medias y parecía pensativo mientras yo no daba a basto con mi ansiedad. Su grito me hizo dar un brinco hacia atrás, lo sentí en todo mi cuerpo como un escalofrío. Era desconcertante para mí verlo así. No sabía si alejarme o acercarme a él.

-¡Eso es mentira!- Acusé a los miembros del servicio médico cuando volvieron a decir que había muerto pero me giré a mi padre extrañado de que no siga insistiendo para ver las lágrimas que corrían en su rostro horrorizado. No puse resistencia cuando tiró de mí y pronto me encontré entre sus brazos, acomode mi cabeza para apoyarla en su hombro pero mantuve mis brazos a los costados de mi cuerpo. Yo no quería creerlo, ¿Cómo podía concebir una vida sin mi madre? Yo buscaba la privacidad de mi habitación pero sentía su presencia en la casa o sabía que por lo general volvía a una hora.

¿Nunca más volvería? En eso rocé con mi mano el destornillador en mi bolsillo. -Espera, yo… yo puedo arreglarlo…- Dije con la expresión de haber encontrado la solución a nuestros problemas mientras me alejaba de mi padre para sacar la libreta con mis ideas. -Yo puedo… yo voy a arreglarlo.- Dije convencido mientras pasaba las páginas. -Voy a arreglarlo…- En cada hoja veía inventos inservibles, a cada hoja que pasaba mi enfado crecía. La vista se me comenzó a nublar por las lágrimas y me sentía tembloroso.

No quería llorar, Erin era la encargada de llorar, no yo. Pero las gotas cayeron sobre los dibujos en las páginas y eso me enfureció. Comencé a arrancar las hojas sin cuidado alguno con toda la fuerza que tenía. Ninguna de esas ideas iba a traer a mamá devuelta. -Inutil… ridícula… mierda… inservible… puras estupideces…- Mascullé con los dientes apretados. Eventualmente paré porque eso no servía para nada, había dejado papeles rotos sobre la cama de papá y por el suelo. Volví a apoyar la cabeza en su hombro con mis brazos a los costados mientras las lágrimas no dejaban de salir.

-Quiero ir a casa.- Dije tembloroso, entre sollozos bajos, casi conteniendo la respiración porque no quería armar un escándalo llorando a los gritos, pero me ardían los pulmones por dejar ir los gritos que quemaban por salir. En realidad quería que vuelva mi mamá, pero siendo que eso era imposible, pedí algo más posible. No me refería a las casas que nos habían dado en la isla, quería ir a MI casa, con MIS cosas. El lugar en el que me había sentido más cómodo había sido el taller, eso sería lo único que extrañaría.

Puse cara de estar perplejo por lo que se había imaginado Lykaios respecto a mi falta de respuesta al mensaje de Mérida. No tenía yo maldad como para ese tipo de cosas. - ¿Qué? ¡no estoy enfadado, para nada! ya se lo dije a Cleo...que cada uno haga lo que crea mejor para él. No es el fin del mundo que cada uno viva en un sitio. Intenté hacerle ver eso, creo que me entendió. Cuando estéis todos bien ya nos reuniremos para despedirnos. - eso, aves con derecho a charca. Sonaba correcto.

Mi empane era tal que ya no era sólo olvidarme de responder mensajes, sino que no me había fijado en lo de su pierna. Me sentí un poco culpable por ello, pero más aún al pensar que tal vez podría haberlo evitado estando allí. Putos androides. Suspiré con pesar y mirándole con cara de perro apenado, aunque me hizo sonreír un poco con la ironía del tiburón blanco. Me quedé pensativo, reflexionando sobre ese peligro constante. Podría haber sido peor.

- Necesitas aprender un poder que transforme la plata en otra cosa. Es la solución. Así no podrán hacerte daño más. Ojalá hubiese estado allí abajo. Lo siento. - quise disculparme aunque él dijese que no hacía falta, inclinándome para darle un abrazo. Me separé poco después, al escuchar los gritos y llantos de Éamon y su hijo. Así que al final era cierto que había caído uno de ellos...tampoco podía alegrarme de la desgracia ajena. Negué con la cabeza, sin llegar a apartarme de la patada que me soltó como respuesta a mi broma del pirata. Vi la mueca de dolor que hizo al moverse, así que llamé a la enfermera para que le trajese más drogas para el gotero.

- Pues whisky de contrabando. Ya tengo ganas de ir de nuevo de aventuras por el mundo con nuestro nuevo barco. En cuanto os recuperéis partiremos... ahora descansa. - esperé a que las drogas hiciesen efecto, hasta que se durmió. Sabía que pronto habría una fiesta, pero preferí quedarme por allí para vigilar a Cleo y Lyka, quedándome por esa planta hasta que hubiese noticias o les diesen el alta.

Collins entró en estado de negación, al igual que me había pasado a mí cuando me lo habían dicho. La diferencia es que yo sí que había visto el estado en el que quedó Blair, y sabía que había querido engañarme a mí mismo pensando que aún estaba viva cuando intenté sacarla de aquel lugar. Abracé a mi hijo con fuerza, llorando amargamente y compartiendo nuestro dolor en aquel momento. Él no reaccionó, al menos hasta que empezó a enfurecerse con su propio cuaderno, aquel en el que dibujaba sus inventos. Le dejé que rompiese todo lo que quisiera, que se desahogase. No había manera de contener lo que sentíamos ni encontraba palabras adecuadas. Volví a atraerlo hacia mí,  pidiéndole perdón entre sollozos por haberle fallado trayendo a su madre de vuelta. Aquello debía ser una pesadilla. Parecía un castigo por lo que habíamos provocado en el mundo con la creación de S.A.M.  Primero el problema de Erin, y luego perder a Blair.

- Nos iremos...nos la llevaremos de aquí...- prometí con la voz entrecortada sin soltarlo, y sin hacer caso a los sanitarios que se acercaron a nosotros. Uno de ellos dijo que no podía marcharme aún, pero que nos permitían salir un momento para ver a Blair y poder confirmar que éramos sus familiares antes de llevárnosla. Aquello sólo lo haría más real, pero necesitábamos hacerlo. Me ayudaron a ponerme en una silla de ruedas, saliendo de la UCI con Collins. Desde allí nos guiaron al lugar en el que la tenían, yendo también con Michael para darle la noticia. Después de aquel duro trance no logré recordar muy bien lo que sucedió, pero las drogas hicieron lo suyo para olvidar la realidad hasta que por fin me dieron el alta y pudimos marcharnos del hospital para poder despedir a Blair.


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OFF: sale Collins, y al día siguiente Éamon.

Mientras aprovecho el descanso que me otorga estar en esta situación, parece que de un momento para otro, todo mundo se puso de acuerdo para armar jaleo. Todavía me pesa el cuerpo, y los ojos.

De repente estos mismos son abiertos a la fuerza y la luz me quema. De alguna forma saco fuerzas para mover un brazo e intentar taparme la cara, pero debido a que sigue medio dormido, me doy un manotazo en toda la cara. La escena dura unos segundos y la mano resbala para dejar el ojo visible que dirige su atención al Descendiente—…...no me simpatizas—no es que lo dijera en serio, pero la siesta es sagrada, ¿sabes?.

Planeaba hacerme el dormido, como si eso no hubiera pasado pero noto que Adael no aceptará que me desentienda de él, por lo que hago un esfuerzo por acomodarme y sentarme—bueno, pinocho metálico…..mejor me dejo de tonterías—las bromas para otro momento—La incursión por la torre estuvo plagada de un juego en equipo terrible, pero nos las apañamos para avanzar hasta el núcleo. El maldito SAM aumentaba la dificultad conforme pasaban los segundos y apenas pudimos ingresar el código. Nos amenazó con atacar la isla para quebrarnos emocionalmente—y en algunos funcionó—pero ocasionó el efecto contrario. Aun a riesgo de que fuera verdad que había encontrado la isla, la única opción era atacar al super-androide que construyó como cuerpo propio—he resumido bastante todo el viaje, sin tanto detalle, solo lo más importante—¿eh?—ahora es cuando me percato de la lagrima que había derramado hace unos minutos, ya se ha secado, pero ahora que me he levantado lo percibo. Me lo termino de quitar con el brazo y me recompongo para seguir con el hilo de la plática—y a decir verdad, ha sido mi peor incursión, en el sentido de mi participación. No ha sido la primera vez que he estado en una misión de esta envergadura pero he tenido mejor desempeño en circunstancias similares—quejarse para variar no es tan malo—¿y aquí?, ¿cómo les fue?—inquiero expectante.

Personal médico llega a revisarme, hacen sus deberes y debido a que no soy el más herido de todos, se disponen a atender a quienes lo necesitan más. Como al mundano con su hijo al parecer, quien está armando escandalo al demandar la ubicación de su pareja. Luego de calmarse, se aleja con su hijo y es ayudado por el personal porque todavía no puede moverse por cuenta propia.

Stats - Ataques y Defensas:

"Hay un gran poder en este mundo.
Pasado, olvidado. Presente, ignorado.
Futuro, en blanco.

Alas negras cubren el cielo.
El fuego destruye la tierra.
La guerra agita el infierno

Los espíritus abren sus puertas desde el umbral de la muerte.

La energía del caos renace.

La serpiente que se muerde la cola."

"De oscuridad y azufre
De escamas y fuego
Caminará por la tierra
Un ser eterno

La balanza del mundo
caerá del lado en el que él esté."


Aquellas palabras se repetían en sueños una y otra vez, resonando con la voz de quien las pronuncio. También estaban presentes en el momento en que mi consciencia comenzaba a regresar, provocando un brusco despertar. Me incorporé de manera repentina, respirando agitadamente y con la vista al frente. La mascarilla de oxígeno cayó a un lado con el rápido movimiento, pero no le presté atención. Enseguida miré alrededor para saber dónde estaba, tratando de ubicarme. Un hospital...pero no era nuestra enfermería. Parecía el hospital de Ouroboros, o al menos un lugar seguro. Al lado tenía a Freyja, todavía dormida. Ni rastro de mis hermanos, ni de Goth, ni de Ixión. Eso podía ser una mala señal. Lo último que recordaba era que Shyvanna había caído defendiendo al androide, y que Darren estaba inmóvil en el suelo. - Freyja...despierta, no estás en el Valhalla. - la llamé con voz rasposa, intentando despertarla. Necesitaba información urgentemente, y poder marcharme cuanto antes aunque me sintiese como si me hubiese aplastado la pata de un enorme dragón.

Observé más allá de nuestras camas, fijándome en que había algunos heridos más de Ouroboros por allí, y que sacaban alguna que otra cama a otras zonas. Hice un gesto a uno de los sanitarios, esperando a que se acercase para preguntarles por el resto de la familia Pendragon. No eran malas noticias, afortunadamente. Shyvanna y Darren no estaban hospitalizados, únicamente Ixión y Goth. No me dieron muchos más datos, se fueron porque tenían bastante trabajo. Volví a dejarme caer sobre la cama tras notar una punzada de dolor la altura del hígado, gruñendo de mal humor de manera casi inaudible. Más valía que el esfuerzo hubiese valido la pena.

Así como Wthyr, ella misma estaba envuelta en una nebulosa de sueños que diferían mucho de su expectativa del Valhalla. Lo que más odiaba era que se repetía la imagen, esa en la que iba hacia Goth para cumplir su promesa, pero nunca llegaba. Se abría un vacío entre ellos y caía hacia el agujero negro…Y no paraba.

“Freyja...despierta, no estás en el Valhalla”

No, definitivamente, eso no era el Valhalla y sin embargo, ella sabía perfectamente que había dado todo de sí como guerrera. ¿Por qué no la premiaban? Había protegido a la familia real. ¿Qué más quería el mundo de ella? Más voces…Más voces y pitidos. Cuando abrió los ojos se llevó una mano a la cabeza, tapándose la luz que empezaba a molestarle. Se sentía para la…pues para la puta mierda, la verdad. Le dolía respirar profundamente y a medida que se movía se daba cuenta que muchas cosas más.

Tenía una mascarilla y muchas cosas puestas, a diferencia de lo que esperaba mucha gente por su normal actitud, no se quitó nada. Sabía perfectamente lo que implicaba estar en un sitio así y el trabajo que había detrás.  Miró de lado hacia donde estaba Wthyr y le chequeó de arriba abajo, parecía entero y no consternado ni en guardia. Entonces quería decir que era un lugar "seguro". Asumió que habían salido victoriosos -Te ves para la mierda- Le soltó, así nada más y volvió a cerrar los ojos sin ganas de mucho más -¿Dónde estamos?- Vivos, estaban vivos. Eso explicaba porqué no estaba en el Valhalla. Tendría que esperar el honor de la muerte en otro momento -¿Dónde está Goth?- Inquirió, importándole poco menos los mellizos -Y tus hermanos… ¿los sacaste?- Agh, le dolía la garganta  y respirar en general. Quería agua. Abrió de nuevo los ojos y miró alrededor buscando el líquido.

Ladeé la cabeza al ver a Freyja despertarse, mucho más tranquila de lo que hubiese esperado. En mi caso habría hecho lo mismo, de no ser por esa maldita profecía que no dejaba de repetirse en mi cabeza. La primera frase que soltó fue muy propia de ella, pero no por eso dejo de fastidiarme. Detestaba sentirme débil y que se viese.  - Gracias, Lothbrok, tú también. - respondí irónicamente sin dejar de mirarla, tratando después de respirar profundamente sin lograrlo por culpa de un ataque de tos. Maldije a la maldita máquina en cuanto pude volver a hablar, murmurando las palabras "hospital de Ouroboros" para ubicar a Freyja.

- Goth, Shyvanna, Darren, Ixión... me han dicho que están bien. - carraspeé antes de seguir hablando, mirando alrededor buscando algo que se pudiese beber.  - Mis hermanos ya han salido del hospital. Los demás siguen aquí, en planta. - no recordaba haber sido yo quien sacase a nadie, lo último que recordaba era el ataque brutal de la máquina, y  el dolor por aquella nube de nanobots entrando en nuestro cuerpo. Alguien más se habría encargado de nosotros, no habíamos logrado ser los últimos en pie.

  - Tampoco me han dicho mucho  más, pero diría que lo conseguimos, y que todo lo que hicimos sirvió para algo. - con eso le cerraríamos la boca a todos aquellos miembros del Consejo que ni siquiera habían hecho acto de presencia en las misiones.   - No sé tú, pero yo preferiría terminar de recuperarme en nuestro castillo. Deberíamos pedir el alta para irnos. - hice una mueca de disgusto, intentando reacomodarme en la cama sin mucho éxito.

-No esperaba menos- Dijo y se pasó una mano por la frente para luego mirarse los dedos con curiosidad, luego le miró de reojo -Me han quitado todo el maquillaje- Añadió imitando la voz de Shyvanna en una chiquillada total. Aunque claro, el maquillaje para ella no tenía el mismo significado que el de la rubia pero -no solo eso- sino que eran muy distintos. Nada tenía que ver con el hecho de agraciar su belleza o de potenciar sus rasgos, era otra cosa distinta. Su identidad, sus colores, su personalidad...una especie de demostración pública.

Ouroboros. Eso explicaba la calma del Pendragon. Ella simplemente se acomodó de nuevo en las mantas, descansando. Aunque el otro parecía inquieto. Asintió con suavidad a aquello de que Goth e Ixion estaban por allí, en mejores condiciones que ello seguro porque a su alrededor solo veía gente dormida. Como el peliazul que reconoció de la misión.

-Si es que este no es nuestro infierno y, en realidad, si hemos muerto- Dijo. No, definitivamente no había agua alrededor. Tendrían que solicitar asistencia así que empezó a buscar algo para llamar a quien fuese pero entonces Wthyr dijo algo que hizo que finalmente le mirara. Le recorrió la cara con sus dos ojos de colores distintos y después lanzó una carcajada burlona en su cara, lo peor es que no pudo -ni quiso- controlarse. Sin embargo, tras un momento el dolor en los pulmones se hizo insoportable y empezó a toser disparando los pitidos de una máquina -El principito quiere... "Pedir" un alta. No ordenarla …- Hizo las comillas con los dedos antes de llevarse la mano a la mascarilla y sacarla, como si con eso pudiera respirar mejor pero no… dos sanitarios llegaron y la morena los miro riéndose aún pero sufriendo y tosiendo al mismo tiempo mientras insistían en que se debía calmar pero ella no aguantaba el ataque de risa.

- ¿Llamas maquillaje a las pinturas de guerra? eso te hace más Shyvanna que la propia Shyvanna. - le repliqué sólo por el hecho de hacerlo, aunque sin muchas ganas de establecer una conversación banal. Solté un sonido de reproche cuando consideró que tal vez estábamos muertos, habría sido un final que dejaba mucho que desear. No supe qué es lo que me había perdido cuando se puso a reírse a carcajadas, cosa que me daba dolor de cabeza porque en ese momento me molestaba todo lo que había alrededor.

- ¿Qué es tan gracioso? - cuestioné con cara de indignación mientras ella seguía riendo, tosiendo y ahogándose, todo a la vez.  Al parecer le parecía muy divertido lo de "pedir el alta". - Es así como se dice, que no sepas expresarte no es asunto mío. - acabé chistando por lo bajo un tanto molesto, tentado de usar mi poder de control de sangre para marearla y que así dejase de reír. Los sanitarios se acercaron a ella por el pitido de las máquinas, pero les hice un gesto para que se alejasen.

 - Nos marchamos. - no era una pregunta, simplemente avisaba. Tampoco tendríamos que esforzarnos mucho, sería aparecernos en el castillo y allí podríamos descansar en condiciones.  - Dadle el alta también a Ixión y a Goth. Hoy nos iremos todos. - volví a mirar a Freyja, cruzando los brazos con cara de nada a la espera de que dejase su ataque de risa para poder largarnos.

- A no ser que quieras quedarte aquí...

Había huido conforme las barreras de la isla fueron atacadas. Y no solamente lo había hecho a toda prisa, mi comportamiento en aquel momento no había sido otro que el de un pánico terrible al pensar que tal vez volviese a estar bajo la influencia de la máquina.

Abandoné a Mérida y hui alejándome de la ciudad. Si acababa controlándome que al menos ese trasto tuviese las cosas difíciles para que le hiciese daño a la gente que quería o a cualquier persona en general.

Con impotencia miraba al cielo mientras los rayos caían incesantes. A ratos pensaba que si aquella máquina podía tomar mi voluntad ya lo hubiese hecho y que debería estar ayudando a proteger la isla y a todos los que se resguardaban en ella. Pero también me aterraba volver a cualquier lugar y que de pronto sucediese.

Desde el bosque, en el que paseaba inquieta también me asaltaron pensamientos horribles sobre el paradero de mis compañeros que habían bajado a la misión. ¿Acaso habían fracasado? ¿Todos acabaríamos perteneciendo a SAM? No, tal vez solo unos pocos que acabaríamos matando al resto. Terminé por sentarme a los pies de un árbol observando lo que conseguía ver desde allí. Hubo un momento en el que los rayos parecieron ralentizarse, algo extraño y poco después el ataque cesó.

¿Había acabado? Decidí esperar un tiempo prudente antes de volver a la civilización. Durante ese tiempo sentí el olor del General, muy leve en una brisa rápida. Me inquietaba, generalmente era fácil saber que se encontraba bien, no era difícil distinguir su presencia y mucho menos en vísperas de la luna. LA LUNA. Miré al cielo buscando y no fue difícil dar con ella, completa y brillante.

"Mierda"

Me incorporé con rapidez pero ¿era seguro volver?¿aún había posibilidades de volverme un peón? Dudé durante demasiado tiempo, tanto que la transformación fue inevitable antes de llegar a desaparecerme.
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Al despertar el cuerpo dolía horrores. No estaba en el bosque, pero si en los campos. Al incorporarme pude ver la razón, el ganado no había tenido suerte aquella noche. Seguro que sería otra razón más para despreciar a la Brigada. Debería haber llevado la matalobos conmigo aunque no tuviese intenciones de tomarla. Precisamente esa noche era la adecuada para hacerlo.

No tardé en ponerme en marcha, acercándome a una de las casas de las que robé un par de prendas de ropa tendida, un pantalón que anudé como pude porque me quedaba enorme y una camisa que igualmente no era de mi talla y salí corriendo. Más tarde regresaría al bosque a buscar mi moneda comunicadora, primero debía comprobar que todos estaban bien.

Desaparecí rumbo al hospital, lo más probable es que estuviesen allí. Al aparecer el olor de Lykaios era más intenso. Pregunté en recepción por la Brigada de las Mil Grullas y por la situación en general. La mujer me comentó como se encontraban mis compañeros. Cleo no estaba nada bien y Lykaios había perdido una pierna.

-Gracias.-Comenté a pesar de que la mujer no me miraba del mejor de los modos. Tal vez por mi aspecto, mi ropa, ir descalza o mi pelo completamente enmarañado y estar cubierta de barro y hierba seca. O tal vez por, bueno...pertenecer a una organización supuestamente ilegal. Marché en dirección a Cuidados Intensivos aprovechando para mandar un patronus a Mérida, que seguramente estaba preocupada al no haber dado señales de vida.

Cuando pasé a la zona de cuidados intensivos preguntando por ellos primero me llevaron junto a Cleo. Suspiré a los pies de su cama. Terminé por acercarme a ella y colocarle mejor la almohada.-Cleopatra ni se te ocurra marcharte con Anubis. Aún tienes cosas que meter en ese corazón para el juicio con Osiris ¿Me oyes?-Lo dije como una regañina pero solamente porque no quería ponerme sentimental y tras ello le di un beso en la frente antes de continuar hacia la zona donde estaba Lykaios.

Al llegar estaba dormido. Me resultó inevitable mirar hacia las sábanas, donde claramente faltaba algo. Me acerqué con cuidado, no pretendía despertarle, parecía estar descansando. Me sentí un poco estúpida mirándole sin más y más estúpida aún al notar que estaba sonriendo mientras alguna lagrimilla me humedecía los ojos quedando estancada en ellos. Mierda, me alegraba verle vivo. Había perdido una puta pierna pero me alegraba jodidamente verle vivo. Suspiré hondamente ante tal alivio y simplemente me senté en el lugar donde se suponía que debía estar su pierna.

Acerqué mi mano a su rostro apartando parte de su pelo que estaba revuelto por su frente mientras sonreía bobamente.

Si Wthyr creía que iba a tomar aquello como insulto, mira, estaba muy equivocado. Freyja estaba feliz de estar viva aunque dolía como una mierda aquello de volver a estar en tierras mortales. Oh, el Valhalla se veía ya muy lejano. ¿Habría otra guerra en la cual demostrar sus dones? Según lo que se rumoreaba, sí…pero..

-Tú- Alcanzó a decirle aquello cuando vio su cara de indignación fue aún peor, su sonrisa se mantuvo. Ay, el principito -Piel…fina- Le contestó empezando a sentir que necesitaba calmarse para meter aire dentro de esos pulmones maltrechos. Inspiró profundamente, soltando un quejido por lo bajo.

A ella no le importaba que los sanitarios vinieran a verla, eran los versados en el tema, pero Wthyr dio la orden de alejamiento y ya parecía más él. Le miró el rostro, con una silenciosa oración “Ahora sí pareces tú, principito”. Se incorporó en la camilla y se retiró el cabello hacia atrás mientras Wthyr daba órdenes a diestra y siniestra, a ella no le importaba la verdad, estaba más que acostumbrada a sus comandos.

Le sostuvo la mirada, las risas ya habían parado -¿Qué quieres? ¿Qué te aplauda? Bájate de la cama, principito. No te voy a cargar- Le soltó mientras ella empezaba a quitarse cada una de las vías y la mascarilla. Bajó las piernas y apoyó los pies en el piso, al hacerlo su punto de equilibrio se perdió y cerró los ojos ladeando la cabeza, soltando un siseo al sentir un estremecimiento interno -¿Castillo o Avalon?- Preguntó, no muy segura de dónde sería mejor atendida.

Razor reaccionó aunque se lo notaba algo débil aún. El moreno dejó escapar un resoplido con una sonrisa cuando el peliblanco declaró que no le agradaba. Inclinó la cabeza y arrugó el ceño tratando de comprender a lo que se refería con lo de “pinocho metálico”, pensó que la droga que le habían suministrado en el hospital le hacía decir incoherencias.

Escuchó su relato atentamente y asintió dándose por satisfecho. Mientras pensaba una respuesta para Arturo sobre cómo les había ido en la isla, llegó el servicio médico para revisarlo así que se apartó un poco de él para dejarlos trabajar, luego se retiraron a atender a los muggles. -De un momento a otro apareció un montón de gente en urgencias, llegaron ataques que rompieron las barreras de la isla y destruyeron varios edificios, dejando zonas en ruinas... ah y una Pendragon me mordió, casi me saca el dedo.- Dijo volviéndose a acercar y mostrándole unas leves marcas rojas en la mano. -Espero que no tenga nada contagioso.- Bromeó.

-¿Pudiste hablar con los de la Alianza Humana?- Le preguntó al perder de vista a los muggles.

El tiempo pasaba horriblemente lento en aquel lugar, y la verdad estaba empezando a pensar, los ratos que pasaba despierto, en que me iba a fugar de alli igual que me habia fugado del calabozo. De hecho, hasta los calabozos se me antojaban mas comodos que la cama de un hospital.... la luna llena habia pasado sin mucha pena ni gloria, entre la matalobos y los sedantes, y estaba sobando otra vez.

Lo malo era que esta vez parecía mas jodido fugarse por eso de que... bueno, corriendo no iba a ser. Y para desaparecerme aun no estaba en condiciones. En sueños vi a Gen, y empecé a farfullar su nombre por lo bajo mientras seguía medio dormido. Esperaba que viniese, pero un montón de androides se la llevaban y la encerraban en una de esas celdas, con unas cadenas de plata al cuello. Proyectaban la luna una y otra vez, la luna aquella falsa, para obligarla a convertirse y analizarla como rata de laboratorio....

El sueño se estaba volviendo muy incómodo cuando noté su mano sobre mi cara, una caricia que me devolvió un poco a la realidad. Al principio me costó un poco reaccionar, salvo por una leve mueca y una especie de gruñido, y aun me llevó un par de largos minutos conseguir espabilar del todo y abrir los ojos, y darme cuenta de que Gen estaba ahí de verdad.

"Red me había dicho que estaba bien.... "

Había sido solo una pesadilla. Sonreí al verla a mi lado. EStaba manchada de tierra y vestía muy raro. Pero aun asi...
- Hey preciosa...¿cómo estás?

Ya no me molesté en responderle a lo de "piel fina", porque entraríamos en un bucle sin fin de discusiones absurdas y necesitaba el aire más para poder respirar que para hablar. Sólo solté un sonido de desaprobación y fastidio mientras seguía de brazos cruzados.  - Hmpf...- demasiado cansado para agregar nada más. Al menos había dejado de reírse y los sanitarios nos habían dejado tranquilos.  - Eres una descarada, Lothbrok. - repliqué mientras me quitaba las vías y me sentaba en el borde de la cama. - Tal vez te tenga que cargar yo a ti. - añadí al ver que no era capaz de levantarse a la primera, aunque debía reconocer que yo tampoco lo hice. Ambos estábamos fastidiados. No estábamos en condiciones de hacer una desaparición a larga distancia.

- Primero al castillo. No querrás acabar dejando tus trozos escindidos por todo Ávalon. - mejor que no, que el Sanguis ya había probado sangre Lothbrok hace poco.  Me  baje de la cama por el lado en que estaba ella, tratando de disimular cierta inestabilidad por el mareo al levantarme. Eso unido a la horrible bata de hospital no ayudaba nada a mantener la dignidad que se nos suponía a ambos. Al menos en nuestro hogar no tendríamos que ir así vestidos y podríamos descansar a solas. Estiré la mano hacia ella para cogerla por el brazo, concentrándome en el lugar al que queríamos ir. Tras eso nos desaparecí a los dos de allí, rumbo al castillo de las montañas.

No se puede decir que entendiese nada de lo que decía en sueños pero estaba claro que no era nada agradable. Sonreí de medio lado cuando pareció reaccionar con un gruñido. Alcé ambas cejas en cuanto abrió los ojos, aunque parecía demasiado dormido.

-General.-Saludé sonriendo antes de terminar de apartar el pelo de su frente. Encogí mis hombros.-Siento no haber venido antes.-Confesé apretando mis labios en una breve mueca.

Señalé hacia atrás con mi pulgar.-He pasado a ver a Cleo, aún está dormida.-Mas bien sedada supuse pero dormida me parecía mucho menos preocupante. Suspiré antes de posar con suavidad la mano en su muslo.-¿Cómo estás tú?¿Han venido a verte los demás?

Desvié la mirada a su pierna y volví a mirarle alzando ambas cejas. No sabía muy bien que decirle, últimamente no había estado en el humor más optimo como para soltarle alguna chorrada como que tenía complejo de pirata por ir en un barco o que podían hacer chistes de nosotros tipo un ciego, un cojo y una manca van en un barco.

Debido a que estoy siendo “obligado” a estar despierto, mi conciencia de las cosas en general se está restableciendo. Aun sigo jodido, pero las atenciones recibidas están haciendo efecto. Puede que más de lo esperado, y que en ocasiones anteriores.

Adael me comenta sobre lo sucedido en la isla—entonces SAM no amenazaba falsamente—respondo mientras recuerdo el momento—pero nuestra decisión de luchar tampoco fue un error, de haber cedido, el ataque hubiera continuado hasta dejar solo cenizas—la IA ya no estaba dispuesta a recibir trascendidos, había dado su ultimátum y solo quedaba muerte como opción, para nosotros—vaya, sabía que eran rastreros pero eso es caer bajo—rio luego de escuchar que casi pierde un dedo.

Los mundanos que estaban armando jaleo, se calman luego de un rato pero aun así salen de la sala—un poco, pero la situación estaba tan tensa que si no fuera por SAM y sus esbirros, el grupo se hubiera matado entre si por las rencillas. Ellos por su puesto, me catalogaron como parte de sus enemigos, y de no ser por la tregua, supongo que igualmente me hubieran atacado—y ahora es el peor momento para hablar de cualquier tema con ellos.

Otro par más empiezan a hacerse notar, ¿es que ahora nadie va a callarse?, bueno, dejar de reírse al menos, sea lo que hayan hablado, ha sido por lo bajo. Aunque también hicieron un teatro de “somos demasiado geniales para ser atendidos aquí” y con algunos tropiezos se van—¿no es malo teletransportarse en esas condiciones?—pregunto a Adael. Me suena haberlos visto, antes de iniciar la misión, donde nos agruparon en 3 grupos y nos indicaron la ciudad donde se ubicaban cada uno de los núcleos. Se les notaba sus aires de grandeza. No importa si son mundanos o magos, siempre hay gente de esa calaña.

-¿Y entonces?, ¿cuál ha sido el resultado de la incursión?, he de suponer que ya han dicho algo breve pero informativo sobre la situación—¿o todavía no ha pasado mucho tiempo?, entonces faltará hacer exploración para tantear las consecuencias de todo lo ocurrido.

- Mmmm - respondí vagamente al contacto de su mano en mi cara, era agradable....y también respondí asi a sus disculpas por no haber venido antes. Habría pasado algo?  - Ben me dijo que sufristeis un ataque aqui tambien. - carraspeé, comenzando a estirarme un poco... y resoplé. Empezaba a notar todas las extremidades del cuerpo conforme me iba espabilando, ademas del maldito dolor de espalda.

- Dormida? - pregunté con algo de preocupacion. - Cuantos dias han pasado ya Gen....? Me he perdido la fiesta...verdad? Y Cleo también.

"seguro que es una mierda de fiesta..."

Bajé la mirada a su mano, seguro que ella se habia dado cuenta ya, no como Ben, que tardó diez minutos y ni si quiera, porque se lo tuve que decir yo.
- Solo Ben, que yo sepa. - respondí a eso de las visitas. No sabía si Imram habia estado por aqui. Había estado bastante en la droga. Me lanzó una significativa mirada y alzó sus cejas....se estaba mordiendo la lengua? Me reí de medio lado y levanté una ceja. - ¿Qué? Lo de borracho ruidoso ya lo tenía. Ahora solo me falta el loro a juego. Bueno...y el barco.

La miré poniendo cara de excusa, qué era eso de ir dejándose piernas por el camino?

- Fue una locura de misión, en serio. Y te lo digo yo, que....ya sabes como cotejo las cosas.

El joven maestro asintió mostrándose de acuerdo con el razonamiento del peliblanco. La letal máquina de metal no había amenazado en vano y había reducido a ruinas las otrora espectaculares construcciones, por el aire había flotado humo y cenizas en vez de luz y magia. No había palabras para explicar todo lo que sentía, parecía que no había fin para la larga lista de equivocaciones y, ver a compañeros como Sarah, amigos y conocidos convaleciendo en el hospital, hacía que se formara un nudo en su garganta.

Esbozó una sonrisa ladina por lo de rastreros y miró a Razor con cara de “te lo dije” cuando éste mencionó lo poco cooperativos que eran esos muggles. Sarah y él se lo habían advertido varias veces en la cena de Nochebuena pero el viajero dimensional se había obstinado en comprobarlo por sí mismo, bueno ya tenía su respuesta. Alzó los hombros de forma desinteresada como respuesta a la pregunta de si era riesgoso teletransportarse. -Lo lograron, los robots ya no son una amenaza, bien hecho.- Lo felicitó dándole unas palmadas en el hombro.

-Pero queda mucho trabajo por delante, vamos, no hay tiempo que perder.- Dijo tomándolo del brazo, instándolo a levantarse de la camilla ya que Arturo se veía sano como una manzana. -Se te van a atrofiar los músculos si sigues aquí. Para recuperar la salud no hay nada mejor que realizar actividades y respirar aire fresco, vamos, vamos, vamos.- Dijo guiándolo hacia la salida de la planta de cuidados intensivos, no estaba dispuesto a recibir un no por respuesta. -Las clases van a comenzar, hay un censo que hacer y la amenaza en la zona inexplorada sigue ahí.- Enumeró.

Me reí por lo bajo por sus ruiditos. No por reírme de él, es que estaba contenta de escucharle y ver esos gestos que hacía. Asentí a lo del ataque y aparté la mano de él suspirando.

-La cúpula...empezó a venirse abajo y había rayos y...-Prfff resoplé modo pedorreta-Estaba con Mer y no sé, empecé a volverme loca y...-Hice un par de gestos con mis manos alrededor de mis sienes-Me emparanoie con que iba a volverme otra vez esclava de esa coa, que la pila iba a activarse y los iba a matar a todos ...así que hui putolejos y luego tenía miedo de volver y...-Encogí mis hombros y entorné los ojos antes de empezar a hablar muy bajito-Me pilló la luna llena y no me había tomado la poción y me he cargado parte del ganado de la gente de los campos y ...-Tiré de mi camisa muy ancha y muy fea-Y les he robado!-Solté confidencialmente del tirón hasta suspirar finalmente. Era un alivio soltarlo.

Asentí a lo de Cleo y negué.-Aún es pronto para preocuparse, General. Estoy segura de que despertará.-Traté de sonar convincente, era cierto, había pasado poco tiempo y por lo que me habían dicho la paliza había sido muy bestia. -¿Que fiesta?-¿Había una fiesta? Nadie me había dicho nada. Hice un gesto con la mano como restándole importancia.-Bah...seguro que es una fiesta de pijos de las que hacen aquí. Haremos una fiesta cuando salgáis todos del hospital.

La respuesta del peliazul sobre el tema delicado de su pérdida de partes del cuerpo me alivió. Llevé una mano a mi pecho soltando un suspiro muy falso, pero muy muy falso.-Menos mal, entonces le diré a Ben que seguimos adelante con lo de transformar a Balto en Loro, así será más fácil bañarle.

Sonreí y apreté su muslo bajando la mirada cuando comenzó a hablar de la misión.-Ya...siento no haber bajado...si hubiese sabido que la pila no podía conectarse...-Mordí mi labio, tal vez Cleo no habría acabado así o él hubiese mantenido su pierna pegada a él.

-¿Crees que podemos replicar lo que hizo Len por mis dedos en tu pierna?- Alcé mi mano moviendo mis dedos protésicos que no se notaba un carajo que lo eran. -No es que me pongas menos sin pierna pero creo que te vendría bien ...