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Recuerdo del primer mensaje :
Los casos más críticos reciben una supervisión más profunda
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El miembro 'Adam Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Dejé escapar un sonido de hastío por lo bajo al escuchar eso de que tuviese paciencia, que me lo dijese me molestaba aún más. Lo que menos me apetecía era razonar y pensar con claridad. Yo también tenía derecho a cabrearme de vez en cuando y mandarlo todo a la mierda. Justo de eso me dieron ganas al escucharle decir lo de los dramas innecesarios, girándome hacia el lado en el que estaba él para mirarle indignado. ¿Quién era él para decirme cómo tenía que sentirme? claro que sabía que era afortunado por haber sobrevivido, pero eso no quería decir que no pudiese estar de mal humor por otros motivos.
- Déjame en paz. No eres el más indicado para criticar a la gente por estar de malas. - le solté de manera bastante cortante, antes de que me diese un ataque de tos por incorporarme y hablar más de la cuenta. Al menos se iba y no tendría que discutir con él por tener la empatía en el culo.
Me despedí de Aedan dándole un abrazo cuando mi padre lo acercó a mí, pasándole una mano por el pelo para peinarlo un poco antes de decirle que iría pronto a casa con él. Se lo tomó bastante bien y se fue con su abuelo. Por ahora lo adoraba, ya veríamos en unos años. Luego le dije un frío 'hasta luego' a Adam antes de que se fuese, volviendo a tumbarme boca arriba para mirar resignado al techo mientras intentaba contenerme para no toser más. Tardé un buen rato en dormirme al estar dándome vueltas a varias cosas, pero al final acabé haciéndolo.
.
.
.
Pasaron un par de días más hasta que me bajaron a las habitaciones de ingresos comunes, y otros dos o tres hasta que finalmente me dieron el alta ya más recuperado. En todo ese tiempo esperé la visita de Cath, pero el maldito Ávalon la tenía atrapada y absorbida. Salí del hospital de un humor de perros, aunque al menos ya podía irme con Aedan.
- Déjame en paz. No eres el más indicado para criticar a la gente por estar de malas. - le solté de manera bastante cortante, antes de que me diese un ataque de tos por incorporarme y hablar más de la cuenta. Al menos se iba y no tendría que discutir con él por tener la empatía en el culo.
Me despedí de Aedan dándole un abrazo cuando mi padre lo acercó a mí, pasándole una mano por el pelo para peinarlo un poco antes de decirle que iría pronto a casa con él. Se lo tomó bastante bien y se fue con su abuelo. Por ahora lo adoraba, ya veríamos en unos años. Luego le dije un frío 'hasta luego' a Adam antes de que se fuese, volviendo a tumbarme boca arriba para mirar resignado al techo mientras intentaba contenerme para no toser más. Tardé un buen rato en dormirme al estar dándome vueltas a varias cosas, pero al final acabé haciéndolo.
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Pasaron un par de días más hasta que me bajaron a las habitaciones de ingresos comunes, y otros dos o tres hasta que finalmente me dieron el alta ya más recuperado. En todo ese tiempo esperé la visita de Cath, pero el maldito Ávalon la tenía atrapada y absorbida. Salí del hospital de un humor de perros, aunque al menos ya podía irme con Aedan.
Abrió un portal frente a la Guardería, donde dejó a Ivanov momentáneamente con sus dos elementales porque… como a alguien se le ocurriera ponerle un dedo encima con malas intenciones, los lobos iban a arrancarle la puta mano y avisarle a ella en el proceso. Tras eso fue a la UCI con otro portal, era mucho más fácil que caminar. Preguntó por Mei y la guiaron en seguida a la zona que correspondió. Tensó brevemente los labios y pidió una silla para poder sentarse a su lado.
Entrelazó sus dedos con ella -Lo siento- Murmuró con suavidad -Tendría que haber ido yo- Ya había sentido el poder del Papa y quizás si Wthyr y ella compartían su unión podrían haber hecho algo. Igual si hubiese estado del lado de Mei con ese poder del que habían hablado. Pero no, ella había tenido que quedarse porque muchas vidas pendían de la de ella.
Cerró los ojos, porque la imagen de Mei no le ayudaba a concentrarse, y sondeó levemente la mente de su amiga. Pero la conexión parecía rota, como si lo que sea que hubiese hecho el Papa directamente la hubiese incomunicado con el mundo. Catherine tragó en seco y soltó la mano de Mei para alzarla nuevamente y esta vez tocar su sien. La llamó, aunque sin emitir sonido, simplemente enviando su pensamiento hacia ella pero la mente de su compañera parecía un…No tenía cómo describirlo. Era como si su mente hubiese explotado, de manera literal, y lo que quedaban eran retazos zumbando aquí y allá. Catherine procuró empezar a recoger esos pedazos, uniéndolos poco a poco, uno a uno pero aún así… No encontró a Mei.
Tras más de una hora haciendo aquel tedioso trabajo apartó las manos de ella, portando un severo dolor de cabeza. Se llevó ambas manos al rostro y cerró los ojos conteniendo las lágrimas.
“Lo que le ha hecho a Mei… Es… Ha…”, es que no tenía palabras para la crueldad que había hecho aquel hombre. “Oscurus no sé siquiera si yo puedo realmente surtir efecto. He hecho lo que he podido por ahora, pero de momento debo descansar e ir a Ávalon. No tienen tanto avance como aquí así que debo ir a ayudar. Veré de volver mañana y seguir haciendo lo que he hecho. Hay que dejarla descansar todo lo posible. Si necesitais mi ayuda para algo más, envíame un patronus”
Se incorporó y abrió otro portal para buscar a Ivanov y partir hacia Ávalon.
Probabilidad: Éxito = Contacta con ella. Fallo = Nanai.
Entrelazó sus dedos con ella -Lo siento- Murmuró con suavidad -Tendría que haber ido yo- Ya había sentido el poder del Papa y quizás si Wthyr y ella compartían su unión podrían haber hecho algo. Igual si hubiese estado del lado de Mei con ese poder del que habían hablado. Pero no, ella había tenido que quedarse porque muchas vidas pendían de la de ella.
Cerró los ojos, porque la imagen de Mei no le ayudaba a concentrarse, y sondeó levemente la mente de su amiga. Pero la conexión parecía rota, como si lo que sea que hubiese hecho el Papa directamente la hubiese incomunicado con el mundo. Catherine tragó en seco y soltó la mano de Mei para alzarla nuevamente y esta vez tocar su sien. La llamó, aunque sin emitir sonido, simplemente enviando su pensamiento hacia ella pero la mente de su compañera parecía un…No tenía cómo describirlo. Era como si su mente hubiese explotado, de manera literal, y lo que quedaban eran retazos zumbando aquí y allá. Catherine procuró empezar a recoger esos pedazos, uniéndolos poco a poco, uno a uno pero aún así… No encontró a Mei.
Tras más de una hora haciendo aquel tedioso trabajo apartó las manos de ella, portando un severo dolor de cabeza. Se llevó ambas manos al rostro y cerró los ojos conteniendo las lágrimas.
“Lo que le ha hecho a Mei… Es… Ha…”, es que no tenía palabras para la crueldad que había hecho aquel hombre. “Oscurus no sé siquiera si yo puedo realmente surtir efecto. He hecho lo que he podido por ahora, pero de momento debo descansar e ir a Ávalon. No tienen tanto avance como aquí así que debo ir a ayudar. Veré de volver mañana y seguir haciendo lo que he hecho. Hay que dejarla descansar todo lo posible. Si necesitais mi ayuda para algo más, envíame un patronus”
Se incorporó y abrió otro portal para buscar a Ivanov y partir hacia Ávalon.
Probabilidad: Éxito = Contacta con ella. Fallo = Nanai.
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El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Al atravesar el portal lo hizo en un pasillo algo alejado de urgencias, siendo seguida por el autómata. En cuanto inspiró se dio cuenta de que… había vuelto. Sana y salva. Le dolía el tobillo y sabía que urgencias estaba patas arriba pero detuvo a uno de sus compañeros para que le dijeran donde estaba Gio.
En cuanto mencionó la UCI asintió y se dirigió hacia allí haciendo uso de su magia para mejorar su dolencia en el pie, pero no sirvió de nada y siguió cogeabdo siempre sosteniendo con fuerza todo lo que le pertenecía al Descendiente. El autómata decía que la abuela aún estaba dormida así que prefirió dejarla allí mientras se movían.
Ingresó finalmente hacia la habitación donde estaba el Descendiente mirándolo por encima antes de coger el reporte. Leyó todo lo que le habían hecho y suspiró. Vivo estaba… le dirigió entonces una mirada mucho más intensa y se preguntó… ¿Qué pensaría de la noticia de su victoria? ¿Le daría paz? Decidió en ese momento no mencionar bajo ninguna circunstancia la maldición, de esa forma no se preocuparía demás.
Pidió una camilla para la abuela de Gio informándoles tanto del estado como de la relación con el Descendiente y fue hacia una mesilla quitándose los brazaletes, el bastón y el aparato que siguió mirando con suspicacia -Ganamos- Murmuró desviando la mirada hacia Giordano y alargando una mano hacia su antebrazo, apretándoselo con suavidad -Eres… libre y ese tipo ya no te va a hacer sufrir más- Se alejó para sentarse en una silla cercana, recostándose y extendiendo las piernas con cansancio. Había sido un día extremadamente largo…desde la pelea con Amaya hasta ahora. Ya no sabía ni cuánto más podría soportar de ni haber sido por esos cafés que había bebido. Cerró los ojos y dejó que su mente vagara en silencio esperando porque el Descendiente despertara, quería ser ella la que le diera la noticia.
Comenzaba la cuenta atrás.
Un año y un día.
Off: se cura el tobillo o está muy cansada?
En cuanto mencionó la UCI asintió y se dirigió hacia allí haciendo uso de su magia para mejorar su dolencia en el pie, pero no sirvió de nada y siguió cogeabdo siempre sosteniendo con fuerza todo lo que le pertenecía al Descendiente. El autómata decía que la abuela aún estaba dormida así que prefirió dejarla allí mientras se movían.
Ingresó finalmente hacia la habitación donde estaba el Descendiente mirándolo por encima antes de coger el reporte. Leyó todo lo que le habían hecho y suspiró. Vivo estaba… le dirigió entonces una mirada mucho más intensa y se preguntó… ¿Qué pensaría de la noticia de su victoria? ¿Le daría paz? Decidió en ese momento no mencionar bajo ninguna circunstancia la maldición, de esa forma no se preocuparía demás.
Pidió una camilla para la abuela de Gio informándoles tanto del estado como de la relación con el Descendiente y fue hacia una mesilla quitándose los brazaletes, el bastón y el aparato que siguió mirando con suspicacia -Ganamos- Murmuró desviando la mirada hacia Giordano y alargando una mano hacia su antebrazo, apretándoselo con suavidad -Eres… libre y ese tipo ya no te va a hacer sufrir más- Se alejó para sentarse en una silla cercana, recostándose y extendiendo las piernas con cansancio. Había sido un día extremadamente largo…desde la pelea con Amaya hasta ahora. Ya no sabía ni cuánto más podría soportar de ni haber sido por esos cafés que había bebido. Cerró los ojos y dejó que su mente vagara en silencio esperando porque el Descendiente despertara, quería ser ella la que le diera la noticia.
Comenzaba la cuenta atrás.
Un año y un día.
Off: se cura el tobillo o está muy cansada?
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El miembro 'Arleen Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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entró con -40. x dias offrol de recuperación = 80/150 PS
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Aun pasarían algunas largas horas desde que Arleen llegara allí hasta que yo comenzara a dar señales de vida. Fue poco a poco, cuando empecé a salir de la nube de analgésicos en la que me encontraba y mi mente empezó a aclararse despacio.
Primero, recapitulando mis ultimos recuerdos como retazos de una pesadilla. Poco a poco, siendo consciente de que eso era...solo eso, un sueño. Empezando a sentir el cuerpo, las molestias y las incomodidades, y llamando a mi cabeza a despertarse, a abrir los ojos, a recuperar el control sobre mi cerebro y las órdenes que le daba.
Todo pasaba en ese breve momento en el que transitas del sueño a la realidad, amargo y dulce al mismo tiempo. En este caso, más de lo segundo, porque lo que habia estado paseando en mi cabeza no era nada en lo que deseara permancer por mas tiempo del necesario.
Al abrir los ojos e identificar el techo del hospital de Ouroboros la realidad me cayó como jarro de agua fria, logrando estremecerme desde la espina dorsal hasta la misma punta de los pies. Respiré profundamente, estaba vivo, entero, estaba en Ouroboros de nuevo. ¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Cómo estaban los demas? Lo ultimo que habia pasado por mi mente antes de despertar no era alentador para nosotros.
Me intenté incorporar, aunque al hacerlo la maquina que tenia enchufada al pecho para medirme las constantes empezó a pitar al detectar la repentina subida de pulso. La maldije con la mirada, por qué las hacian tan ruidosas? Detuve mis movimientos al ver alli a Arleen, con los ojos cerrados. Dormida, agotada...con la misma ropa de...
Menos mal. No debía de haber pasado mucho tiempo desde que me habian sacado de Roma.
- Toc toc. ¿estás?- le susurré, para llamar su atención. Algo un tanto absurdo, dado como habia pitado la máquina.
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Aun pasarían algunas largas horas desde que Arleen llegara allí hasta que yo comenzara a dar señales de vida. Fue poco a poco, cuando empecé a salir de la nube de analgésicos en la que me encontraba y mi mente empezó a aclararse despacio.
Primero, recapitulando mis ultimos recuerdos como retazos de una pesadilla. Poco a poco, siendo consciente de que eso era...solo eso, un sueño. Empezando a sentir el cuerpo, las molestias y las incomodidades, y llamando a mi cabeza a despertarse, a abrir los ojos, a recuperar el control sobre mi cerebro y las órdenes que le daba.
Todo pasaba en ese breve momento en el que transitas del sueño a la realidad, amargo y dulce al mismo tiempo. En este caso, más de lo segundo, porque lo que habia estado paseando en mi cabeza no era nada en lo que deseara permancer por mas tiempo del necesario.
Al abrir los ojos e identificar el techo del hospital de Ouroboros la realidad me cayó como jarro de agua fria, logrando estremecerme desde la espina dorsal hasta la misma punta de los pies. Respiré profundamente, estaba vivo, entero, estaba en Ouroboros de nuevo. ¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Cómo estaban los demas? Lo ultimo que habia pasado por mi mente antes de despertar no era alentador para nosotros.
Me intenté incorporar, aunque al hacerlo la maquina que tenia enchufada al pecho para medirme las constantes empezó a pitar al detectar la repentina subida de pulso. La maldije con la mirada, por qué las hacian tan ruidosas? Detuve mis movimientos al ver alli a Arleen, con los ojos cerrados. Dormida, agotada...con la misma ropa de...
Menos mal. No debía de haber pasado mucho tiempo desde que me habian sacado de Roma.
- Toc toc. ¿estás?- le susurré, para llamar su atención. Algo un tanto absurdo, dado como habia pitado la máquina.
¿Qué hacías cuando sabías que en un año y un día…Todo podría irse al garete? Arleen tenía la cabeza apoyada en los dedos y se presionaba la sien con algo de fuerza, masajeándose un poco. ¿Qué se podía hacer sabiendo el escaso tiempo que tenías? Porque un año…Un año no era nada. Había desperdiciado muchos meses de su vida. Vaya que sí…Y los últimos habían sido los peores. Ya no podía perder el tiempo en la búsqueda de respuestas, tenía que concretar y contentarse con lo que tenía.
Antes de darse cuenta se había quedado dormida en una posición que acabó siendo poco “ella”, de forma casi desparratada en la silla. Sus sueños fueron extraños, bastante, porque parecían una agenda entre lo que debía y lo que quería hacer. El hospital era una de las cosas que aparecía constantemente. Terminarlo, ponerlo en funcionamiento, y dejar a alguien encargado. No a Jo, Jo no quería estar en tierra. Oscurus ahora era jefe del hospital de la isla. Necesitaba a alguien. Y también tenía que redecorar su loft. Rápido. No iba a mudarse abajo porque no sabía si lo quería pero no tenía tiempo que perder. Tenía que aprovechar lo que tenía.
Vishous… Él también tendría un año. ¿Se lo diría a Sofía? ¿Qué iba a pasar con su sobrino/a? La sola idea de que quedara huérfano le rompía el corazón…
Un pitido estridente la sacó de su sueño en cuanto iba a comenzar a llorar y tardó un poco en reubicarse. Pero sólo un poco, el hospital era su segundo hogar y estaba entrenada para reconocer ese pitido. Aún así parpadeó y miró alrededor, fijándose en la máquina antes que en el Descendiente y vio cómo el pulso había subido. Iba a hablar cuando oyó la voz de Gio, Arleen desvió la vista hacia él y asintió lentamente, se llevó ambas manos a la cara tratando de sacarse de encima la sensación que había sentido con el sueño sobre Vishous. Tenía que hablar con él… En cuanto pudiera.
-Está muerto…Volvimos todos, pero no sé realmente el estado del resto de los Descendientes. Sé que Rasputín estaba en pie, cuando volví, Vishous estaba con él- Se incorporó, haciendo una leve mueca al descargar el peso en el tobillo herido pero lo ignoró para acercarse a la mesa donde había dejado todo. Cogió el aparato raro y lo elevó para mirarlo con suspicacia -¿Era esto? Creo que he podido… hacer algo, desactivarlo. Reconocí el patrón pero no estoy muy segura- Murmuró y luego miró hacia la zona donde estaba la cortina y sonrió levemente, porque antes no había estado allí -He traído a tu abuela. Está allí descansando, estable-
Antes de darse cuenta se había quedado dormida en una posición que acabó siendo poco “ella”, de forma casi desparratada en la silla. Sus sueños fueron extraños, bastante, porque parecían una agenda entre lo que debía y lo que quería hacer. El hospital era una de las cosas que aparecía constantemente. Terminarlo, ponerlo en funcionamiento, y dejar a alguien encargado. No a Jo, Jo no quería estar en tierra. Oscurus ahora era jefe del hospital de la isla. Necesitaba a alguien. Y también tenía que redecorar su loft. Rápido. No iba a mudarse abajo porque no sabía si lo quería pero no tenía tiempo que perder. Tenía que aprovechar lo que tenía.
Vishous… Él también tendría un año. ¿Se lo diría a Sofía? ¿Qué iba a pasar con su sobrino/a? La sola idea de que quedara huérfano le rompía el corazón…
Un pitido estridente la sacó de su sueño en cuanto iba a comenzar a llorar y tardó un poco en reubicarse. Pero sólo un poco, el hospital era su segundo hogar y estaba entrenada para reconocer ese pitido. Aún así parpadeó y miró alrededor, fijándose en la máquina antes que en el Descendiente y vio cómo el pulso había subido. Iba a hablar cuando oyó la voz de Gio, Arleen desvió la vista hacia él y asintió lentamente, se llevó ambas manos a la cara tratando de sacarse de encima la sensación que había sentido con el sueño sobre Vishous. Tenía que hablar con él… En cuanto pudiera.
-Está muerto…Volvimos todos, pero no sé realmente el estado del resto de los Descendientes. Sé que Rasputín estaba en pie, cuando volví, Vishous estaba con él- Se incorporó, haciendo una leve mueca al descargar el peso en el tobillo herido pero lo ignoró para acercarse a la mesa donde había dejado todo. Cogió el aparato raro y lo elevó para mirarlo con suspicacia -¿Era esto? Creo que he podido… hacer algo, desactivarlo. Reconocí el patrón pero no estoy muy segura- Murmuró y luego miró hacia la zona donde estaba la cortina y sonrió levemente, porque antes no había estado allí -He traído a tu abuela. Está allí descansando, estable-
- Tienes mala cara - fue lo primero que le dije cuando la vi despertar, incorporandome con gesto de incomodidad para quedar sentado.
"muerto"
Aquellas palabras me causaron una sensación extraña, algo que no habia esperado. Inspiré aire por la nariz silenciosamente y lo expulsé por la boca con algo más de fuerza, como mentalizándome de algo.
- Entonces se ha acabado. - bajé la mirada de ella a mis manos, observándolas y flexionando los dedos. Me fijé en que aunque me habían quitado toda la ropa y trastos que llevaba, el dije lo habian dejado....y lo requemada que estaba la piel de alrededor. Desvié la vista hacia ella. Mas bien, su cojera. - Estás herida. Ve a que te curen. - y tomé el dispositivo que me dio, examinándolo. - No recuerdo haberlo hecho yo. Pero...mira, lo hice yo. - y solté una risa breve, enseñándole un grabado en una de las esquinas que descubrí al darle muchas vueltas en las manos. Era una firma: la tipìca picha alada. - Me borraría aquella memoria.
Me quedé en silencio más tiempo del debido, pensando. Desactivado? De momento sería suficiente.
-Gracie. Tendrá que bastar. - la miré confuso cuando dijo lo de mi abuela. - Entonces esa parte no la he soñado tampoco?
"muerto"
Aquellas palabras me causaron una sensación extraña, algo que no habia esperado. Inspiré aire por la nariz silenciosamente y lo expulsé por la boca con algo más de fuerza, como mentalizándome de algo.
- Entonces se ha acabado. - bajé la mirada de ella a mis manos, observándolas y flexionando los dedos. Me fijé en que aunque me habían quitado toda la ropa y trastos que llevaba, el dije lo habian dejado....y lo requemada que estaba la piel de alrededor. Desvié la vista hacia ella. Mas bien, su cojera. - Estás herida. Ve a que te curen. - y tomé el dispositivo que me dio, examinándolo. - No recuerdo haberlo hecho yo. Pero...mira, lo hice yo. - y solté una risa breve, enseñándole un grabado en una de las esquinas que descubrí al darle muchas vueltas en las manos. Era una firma: la tipìca picha alada. - Me borraría aquella memoria.
Me quedé en silencio más tiempo del debido, pensando. Desactivado? De momento sería suficiente.
-Gracie. Tendrá que bastar. - la miré confuso cuando dijo lo de mi abuela. - Entonces esa parte no la he soñado tampoco?
Alzó la vista hacia él cuando señaló que tenía mala cara. Era comprensible. Tenía cansancio acumulado, su mente no paraba de dar vueltas a mil cosas y sentía una especie de extraña seguridad, un subidón de adrenalina al saber que en esos 366 días tenía que hacer que su vida valiera la pena. Dejar una especie de legado a través de sus acciones porque no podría tener descendencia. -Supongo que me falta café- Mencionó con un deje pensativo.
-Sí- Respondió a si aquello había acabado. Para él si, en efecto, la muerte de ese hombre daba cierre a muchas cosas para los que fueron extraídos de Roma antes de la maldición. Fue entonces que se dio cuenta de que Gio se había salvado por los pelos. Aunque no por ello con menos riesgo -Sí, luego voy. Quería devolver esto y que me dijeras tu opinión y… bueno, ver qué estabas bien. Vivo… consciente- Resumió antes de mover un poco los hombros y relajar la espalda. Tenía un ligero tirón en el cuello por la posición en la que había quedado al dormir.
Se inclinó para mirar su "firma" y acabó riéndose un poco. No sabía bien de dónde venía esa obsesión con el aparato masculino. Freud seguro tendría algo que decir pero Arleen… Arleen no le interesaba en lo más mínimo -No cambies… nunca. ¿Vale?- Le dijo acercando una mano a su hombro y apretándolo con suavidad
En ese momento, Arleen se unió a su silencio, retirando la mano para meterlas en los bolsillos de la chaqueta. Algo que tampoco era muy común en ella pero estaba cansada y demasiado pensativa. Observó el aparato y se dio cuenta del largo trecho que le faltaba por aprender… y del poco tiempo que tenía. Pero era importante, para el futuro de la humanidad, que Giordano pudiera seguir enseñando -Contactaré con Belle…para que se una a nuestras clases- Murmuró con la vista sobre el aparato. Ella había nacido con dones que Arleen no, pero era humilde y quería aprender. Serían una excelente pareja y estaba segura de que harían inventos increíbles.
Volvió la mirada hacia el otro lado y sonrió negando con la cabeza -No lo soñaste pero…- Empezó a caminar hacia el otro lado para correr la cortina lentamente mostrándole a su abuela -Cayó afectada poco antes que tú… normal que haya sido confuso- Se acercó a la mujer para ver un poco sus signos vitales, asintiendo brevemente -Se pondrá bien, seguro os darán el alta en conjunto- Se humedeció los labios y luego sonrió con cierta… alegría -No sabía que tenías familia- y en ese instante tuvo que forzarse a contener la sonrisa porque fue consciente de que en esos 366 días iba a tener que encontrar la manera de perdonar y arreglar su relación con su madre.
-Sí- Respondió a si aquello había acabado. Para él si, en efecto, la muerte de ese hombre daba cierre a muchas cosas para los que fueron extraídos de Roma antes de la maldición. Fue entonces que se dio cuenta de que Gio se había salvado por los pelos. Aunque no por ello con menos riesgo -Sí, luego voy. Quería devolver esto y que me dijeras tu opinión y… bueno, ver qué estabas bien. Vivo… consciente- Resumió antes de mover un poco los hombros y relajar la espalda. Tenía un ligero tirón en el cuello por la posición en la que había quedado al dormir.
Se inclinó para mirar su "firma" y acabó riéndose un poco. No sabía bien de dónde venía esa obsesión con el aparato masculino. Freud seguro tendría algo que decir pero Arleen… Arleen no le interesaba en lo más mínimo -No cambies… nunca. ¿Vale?- Le dijo acercando una mano a su hombro y apretándolo con suavidad
En ese momento, Arleen se unió a su silencio, retirando la mano para meterlas en los bolsillos de la chaqueta. Algo que tampoco era muy común en ella pero estaba cansada y demasiado pensativa. Observó el aparato y se dio cuenta del largo trecho que le faltaba por aprender… y del poco tiempo que tenía. Pero era importante, para el futuro de la humanidad, que Giordano pudiera seguir enseñando -Contactaré con Belle…para que se una a nuestras clases- Murmuró con la vista sobre el aparato. Ella había nacido con dones que Arleen no, pero era humilde y quería aprender. Serían una excelente pareja y estaba segura de que harían inventos increíbles.
Volvió la mirada hacia el otro lado y sonrió negando con la cabeza -No lo soñaste pero…- Empezó a caminar hacia el otro lado para correr la cortina lentamente mostrándole a su abuela -Cayó afectada poco antes que tú… normal que haya sido confuso- Se acercó a la mujer para ver un poco sus signos vitales, asintiendo brevemente -Se pondrá bien, seguro os darán el alta en conjunto- Se humedeció los labios y luego sonrió con cierta… alegría -No sabía que tenías familia- y en ese instante tuvo que forzarse a contener la sonrisa porque fue consciente de que en esos 366 días iba a tener que encontrar la manera de perdonar y arreglar su relación con su madre.
Su afirmación sobre el final me dejó una especie de sabor amargo en la boca, y no amargo como el del cafe, que ese era un buen tipo de amargura.... Se había acabado, quizá para mi. Pero habia arrastrado a varios miembros del Consejo que a saber cómo estaban ahora, solo sabía de Matvey. En retrospectiva, eso me hacía...olvidar aquel sentimiento que me había provocado conocer que había estado solo todo este tiempo. Al final me habían demostrado que estaban dispuestos a poner su vida en juego por mi, y mis errores.
Sí, era posible que ya no estuviera enfadado con ellos. Pero eso no lograba hacer que me sintiera mejor. Ahora su, para mi desconocido estado de salud, que seguro que no era bueno por lo que pude ver en batalla, era una losa sobre mi pecho. En momentos así, odiaba tener "familia".
- Mmmm. - le di algunas vueltas más, activando mi magia para comunicarme con el dispositivo. Fue breve, porque seguía agotado..... y dejé el prisma sobre la cama. - Hay que romperlo. - encogí mis hombros dibujando una sonrisa en el rostro, de lado, que pretendía ser la viva imagen de la felicidad y del "estar bien" - Vivo y consciente, lo estoy.
Inquieto, porque tenia que comprobar como estaban los demas. La miré alzando una ceja porque supuse que ese "no cambies nunca" era un cumplido pero yo no lo tenía tan claro.... asi que esbocé una incómoda mueca de "gracias".
-Cuando las retome. - dije refiriendome a las clases, porque de momento no tenia prisa, ni a decir verdad...ganas. Tenía que poner en orden muchas cosas que habia dejado metidas a presion en una caja en mi mente, solo por lo acuciante que era la situacion de vida o muerte en la que estaba hacía tan solo un dia.
- qué fuerte. - farfullé incrédulo por lo de mi nonna. - es...la madre de mi madre. Probablemente seamos la unica familia de sangre el uno del otro. - se quedaría en Ouroboros? No, probablemente, esa mujer querría volver a Italia. No habia quien la arrancase de alli. - es una sargenta. A mi padre lo llevaba enfilado... da miedo. - pero conmigo siempre habia sido buena, muy buena. - Cuando se ponga bien... os invitaré al taller a comer. Tengo permiso médico para levantarme e ir a verla? - le pregunté a Arleen, porque tenia cables y cosas pegadas por ahi y si me los arrancaba fijo que se ponía a pitar todo y no me apetecía mandarlos callar.-
Sí, era posible que ya no estuviera enfadado con ellos. Pero eso no lograba hacer que me sintiera mejor. Ahora su, para mi desconocido estado de salud, que seguro que no era bueno por lo que pude ver en batalla, era una losa sobre mi pecho. En momentos así, odiaba tener "familia".
- Mmmm. - le di algunas vueltas más, activando mi magia para comunicarme con el dispositivo. Fue breve, porque seguía agotado..... y dejé el prisma sobre la cama. - Hay que romperlo. - encogí mis hombros dibujando una sonrisa en el rostro, de lado, que pretendía ser la viva imagen de la felicidad y del "estar bien" - Vivo y consciente, lo estoy.
Inquieto, porque tenia que comprobar como estaban los demas. La miré alzando una ceja porque supuse que ese "no cambies nunca" era un cumplido pero yo no lo tenía tan claro.... asi que esbocé una incómoda mueca de "gracias".
-Cuando las retome. - dije refiriendome a las clases, porque de momento no tenia prisa, ni a decir verdad...ganas. Tenía que poner en orden muchas cosas que habia dejado metidas a presion en una caja en mi mente, solo por lo acuciante que era la situacion de vida o muerte en la que estaba hacía tan solo un dia.
- qué fuerte. - farfullé incrédulo por lo de mi nonna. - es...la madre de mi madre. Probablemente seamos la unica familia de sangre el uno del otro. - se quedaría en Ouroboros? No, probablemente, esa mujer querría volver a Italia. No habia quien la arrancase de alli. - es una sargenta. A mi padre lo llevaba enfilado... da miedo. - pero conmigo siempre habia sido buena, muy buena. - Cuando se ponga bien... os invitaré al taller a comer. Tengo permiso médico para levantarme e ir a verla? - le pregunté a Arleen, porque tenia cables y cosas pegadas por ahi y si me los arrancaba fijo que se ponía a pitar todo y no me apetecía mandarlos callar.-
-No me arriesgué porque… no sabía bien cómo funcionaba y no quería… estaban los Pendragon… y si eso explotaba o algo, quizás lo veían como una afrenta y… - Se quedó en silencio un instante mirándolo y luego tensó los labios -Y no me gusta romper cosas, lo mío es arreglarlas- Alzó los hombros, reconocer que no quería hacerlo y además que no sabía qué esperar o cómo romperlo era un pequeño paso en la dirección correcta así que se dio una palmadita mental en la espalda.
Estaba bien no ser perfecta.
Estaba bien.
No era perfecta.
Volvió la vista hacia él cuando sonrió, haciéndolo por inercia -Eso está bien de momento- Y como ya se había mentalizado, un poco, en que no valía la pena perder el tiempo decidió decir lo que estaba pensando -Lo que has vivido deja cosas… deja cicatrices dentro, Gio. Y esas no se curan con magia de sanación ni con pociones. Yo…- Se removió un poco incómoda, recordando la horrible semana después de irse de la casa de Sayid. La sensación de alejarse de la bebida. Lo despistada y pérdida que estaba - Aprendí que está bien hablar cuando se está preparado y… y pedir ayuda a alguien, a quien consideremos. Porque no siempre tenemos las herramientas para enfrentar eso que tenemos dentro - Apretó las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho y no porque la sinceridad fuera algo que la pusiera nerviosa, era reconocer que había fallado en algún punto de su vida y que se había traicionado hasta a ella misma -Así que si un día quieres hablar… puedo oírte, no sé si ayudarte, creo que no puedo ayudar a nadie porque yo misma estoy aprendiendo a… hacerlo conmigo pero puedo escucharte y hablarte desde lo que yo he estado viviendo- y de la Epifanía que aquella maldición le había revelado. Entendió que necesitaría tiempo al oír aquello de retomar las clases así que solo asintió. ¿Necesitaba espacio? Lo entendía. Ella necesito alcohol durante un tiempo. Botellas y botellas.
Al mostrarle a su abuela le cambió un poco el gesto y eso aligeró a la morena -¿Miedo?- Preguntó sorprendida porque a ella le había parecido adorable con lo de la comida pero entonces recordó que llevaba armas de fuego y que… y que estaba en la misión, dándolo todo -¿Pero en sentido figurado o tenía educación militar?- quizás lo segundo.
Sonrió asintiendo a aquello de la comida. Supuso que la comida de su abuela si se la comería, eso estaría bien. Le hacía falta -No llevo tu caso pero… Hay que vivir- Murmuró alzando suavemente los hombros como diciendo "las reglas están para romperlas" y se movió hacia las máquinas para empezar a desconectarlas, tras ello se inclinó para sacarle los cables y dejarlo libre -Pero tienes que descansar…y deberías volver a la cama con los monitoreos. Ve… y ahora te los coloco otra vez. Al menos un día más deberías pasar aquí- Susurró y le dio el suero porque la vía no se atrevía a quitársela, sabiendo que le estaban poniendo pociones importantes. - ¿Puedes levantarte?
Estaba bien no ser perfecta.
Estaba bien.
No era perfecta.
Volvió la vista hacia él cuando sonrió, haciéndolo por inercia -Eso está bien de momento- Y como ya se había mentalizado, un poco, en que no valía la pena perder el tiempo decidió decir lo que estaba pensando -Lo que has vivido deja cosas… deja cicatrices dentro, Gio. Y esas no se curan con magia de sanación ni con pociones. Yo…- Se removió un poco incómoda, recordando la horrible semana después de irse de la casa de Sayid. La sensación de alejarse de la bebida. Lo despistada y pérdida que estaba - Aprendí que está bien hablar cuando se está preparado y… y pedir ayuda a alguien, a quien consideremos. Porque no siempre tenemos las herramientas para enfrentar eso que tenemos dentro - Apretó las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho y no porque la sinceridad fuera algo que la pusiera nerviosa, era reconocer que había fallado en algún punto de su vida y que se había traicionado hasta a ella misma -Así que si un día quieres hablar… puedo oírte, no sé si ayudarte, creo que no puedo ayudar a nadie porque yo misma estoy aprendiendo a… hacerlo conmigo pero puedo escucharte y hablarte desde lo que yo he estado viviendo- y de la Epifanía que aquella maldición le había revelado. Entendió que necesitaría tiempo al oír aquello de retomar las clases así que solo asintió. ¿Necesitaba espacio? Lo entendía. Ella necesito alcohol durante un tiempo. Botellas y botellas.
Al mostrarle a su abuela le cambió un poco el gesto y eso aligeró a la morena -¿Miedo?- Preguntó sorprendida porque a ella le había parecido adorable con lo de la comida pero entonces recordó que llevaba armas de fuego y que… y que estaba en la misión, dándolo todo -¿Pero en sentido figurado o tenía educación militar?- quizás lo segundo.
Sonrió asintiendo a aquello de la comida. Supuso que la comida de su abuela si se la comería, eso estaría bien. Le hacía falta -No llevo tu caso pero… Hay que vivir- Murmuró alzando suavemente los hombros como diciendo "las reglas están para romperlas" y se movió hacia las máquinas para empezar a desconectarlas, tras ello se inclinó para sacarle los cables y dejarlo libre -Pero tienes que descansar…y deberías volver a la cama con los monitoreos. Ve… y ahora te los coloco otra vez. Al menos un día más deberías pasar aquí- Susurró y le dio el suero porque la vía no se atrevía a quitársela, sabiendo que le estaban poniendo pociones importantes. - ¿Puedes levantarte?
-Chica lista. No como Ixión, dio mio... - me llevé la mano a la frente al recordar aquel momento en el que casi salimos todos por los aires por intentar destruir el obelisco. - Nunca intentes destruir algo de lo que no conoces su metodo de defensa.
"Estará vivo?"
- Ya sabes lo que dicen....no se puede hacer una tortilla sin romper unos cuantos huevos... - respondí a eso de que era mas de arreglar que de romper. Lo dije un tanto ensimismado, porque ultinamente sentía más ganas de romper cosas que de crearlas. Chasqueé la lengua. No era bueno del todo...ese pensamiento.
Lo cierto fue que evité mirarla mientras ella me dio aquella especie de charla en la que, basicamente, decía que podía contar con ella si algun dia queria hablar. En el momento presente me resultaba impensable hablar de ello con nadie. Bastante era afrontar la idea de recapitular eso para que aquello no se me desmadrara en la cabeza, para que no me acosara dia y noche. Me daba demasiada vergüenza y todo el asunto me hacia sentir muy culpable. Pero sabia que tampoco querría anularlo con magia... porque al fin y al cabo eso era poner solo parches, parches que acababan rompiendose y dejaban la herida peor.
- ¿y cuando sabes que estás preparado?- le pregunté, totalmente perdido al respecto. Se te encendía una lucecita en la cabeza? La observé finalmente cuando mencionó lo de su experiencia. - ... ni tú ni yo somos los mismos que hace un año. Es imposible no cambiar. - Ella había perdido a su bebé asi que...seguro que sabía de lo que hablaba.
- Oh, en ambos sentidos. - respondí a lo de mi abuela, afortunadamente el tercio de conversacion cambió con aquello. Le agradecí aquello y asentí. - Juro que seré bueno. - le guiñé un ojo y me levanté, agarrando el baston que ella habia dejado en la mesita, para que me ayudara a caminar. - Puedo, claro que puedo. Ves? Uno delante y otro detrás, no se me ha olvidado andar, querida Arleen. - iba despacito, porque la verdad la sensacion de la paliza aun era intensa, pero sin duda saldria adelante. Al llegar junto a la cama de la anciana la observé atentamente, me quedaría alli un rato sentado en una silla a su lado. - Descansa de una vez, pareces una mula coja...no querrás que te quede pie equino, verdad?
"Estará vivo?"
- Ya sabes lo que dicen....no se puede hacer una tortilla sin romper unos cuantos huevos... - respondí a eso de que era mas de arreglar que de romper. Lo dije un tanto ensimismado, porque ultinamente sentía más ganas de romper cosas que de crearlas. Chasqueé la lengua. No era bueno del todo...ese pensamiento.
Lo cierto fue que evité mirarla mientras ella me dio aquella especie de charla en la que, basicamente, decía que podía contar con ella si algun dia queria hablar. En el momento presente me resultaba impensable hablar de ello con nadie. Bastante era afrontar la idea de recapitular eso para que aquello no se me desmadrara en la cabeza, para que no me acosara dia y noche. Me daba demasiada vergüenza y todo el asunto me hacia sentir muy culpable. Pero sabia que tampoco querría anularlo con magia... porque al fin y al cabo eso era poner solo parches, parches que acababan rompiendose y dejaban la herida peor.
- ¿y cuando sabes que estás preparado?- le pregunté, totalmente perdido al respecto. Se te encendía una lucecita en la cabeza? La observé finalmente cuando mencionó lo de su experiencia. - ... ni tú ni yo somos los mismos que hace un año. Es imposible no cambiar. - Ella había perdido a su bebé asi que...seguro que sabía de lo que hablaba.
- Oh, en ambos sentidos. - respondí a lo de mi abuela, afortunadamente el tercio de conversacion cambió con aquello. Le agradecí aquello y asentí. - Juro que seré bueno. - le guiñé un ojo y me levanté, agarrando el baston que ella habia dejado en la mesita, para que me ayudara a caminar. - Puedo, claro que puedo. Ves? Uno delante y otro detrás, no se me ha olvidado andar, querida Arleen. - iba despacito, porque la verdad la sensacion de la paliza aun era intensa, pero sin duda saldria adelante. Al llegar junto a la cama de la anciana la observé atentamente, me quedaría alli un rato sentado en una silla a su lado. - Descansa de una vez, pareces una mula coja...no querrás que te quede pie equino, verdad?
-¿Ixion?- No sabía de quién estaba hablando pero le hizo sentir bien que le llamara lista. Se anotó el consejo de forma mental. Aunque le parecía también bastante lógico pero… aún así, lo guardó en su mente. Aquella metáfora de los huevos la dejo un poco ensimismada. Tenía razón… vamos, que ella hacía tortillas buenas y era parte del proceso pero nunca lo había pensado de esa forma.
Se dio cuenta de su silencio y no siguió adentrándose en el tema porque ella también había necesitado su espacio. Apartó la vista cuando preguntó cómo sabías si estabas preparado. Se fijó en las máquinas como para hacer tiempo -Hice cosas que nunca pensé que haría y me arrepiento de ellas. Me perdí a mí misma, creo, pensando que estaba dando con la solución… en el fondo de varias botellas de vino…- Guardó silencio durante un momento -Y necesité de alguien ajeno que me gritara cuatro cosas- Frunció el ceño, pensando en Gelion y todo lo que le había dicho cuando lo había secuestrado -Después de haberla liado mucho… mucho. No sé Gio… sólo… estoy aquí ¿De acuerdo?- Dijo finalmente, agotada y cuando mencionó que no eran los mismos, Arleen volvió el rostro hacia él un momento -Creo que nunca he sido yo misma… sino lo que los demás querían que fuera- No sabía si eso tenía sentido para él o no, pero para ella era una realidad con la que había empezado a lidiar. Autodescubriéndose cada día un poco más y ahora … ahora debía hacerlo con más prisa.
366 días.
El tema de su abuela le parecía aún más interesante así que le sonrió -Me encantará conocerla. Espero que hable inglés… sino me llevaré un diccionario- Musitó Arleen cruzándose de brazos al verlo caminar, hablándole muy seguro de que no lo había olvidado. Intento buscar algún parecido familiar entre ellos pero la verdad es que el cansancio estaba empezando a pasarle factura. Y él se dio cuenta. Asintió con suavidad -Vale… vale… Cuídate. Luego paso a verte- Le dijo y se dirigió hacia fuera, buscando a alguno de sus colegas que le ayudará con una curación.
Además dio las órdenes para que movieran tanto al Descendiente Da Vinci como a su abuela a la zona VIP reservada para los Descendientes, al menos por el tiempo que les quedaba.
Cuando los sanitarios se acercaron a Gio lo encontraron dormido en una silla y lo trasladaron a la camilla. Sacando a los dos, Gio y su nonna, hacia su habitación privada por derecho ( a saber cuánto se quedaban)
Se dio cuenta de su silencio y no siguió adentrándose en el tema porque ella también había necesitado su espacio. Apartó la vista cuando preguntó cómo sabías si estabas preparado. Se fijó en las máquinas como para hacer tiempo -Hice cosas que nunca pensé que haría y me arrepiento de ellas. Me perdí a mí misma, creo, pensando que estaba dando con la solución… en el fondo de varias botellas de vino…- Guardó silencio durante un momento -Y necesité de alguien ajeno que me gritara cuatro cosas- Frunció el ceño, pensando en Gelion y todo lo que le había dicho cuando lo había secuestrado -Después de haberla liado mucho… mucho. No sé Gio… sólo… estoy aquí ¿De acuerdo?- Dijo finalmente, agotada y cuando mencionó que no eran los mismos, Arleen volvió el rostro hacia él un momento -Creo que nunca he sido yo misma… sino lo que los demás querían que fuera- No sabía si eso tenía sentido para él o no, pero para ella era una realidad con la que había empezado a lidiar. Autodescubriéndose cada día un poco más y ahora … ahora debía hacerlo con más prisa.
366 días.
El tema de su abuela le parecía aún más interesante así que le sonrió -Me encantará conocerla. Espero que hable inglés… sino me llevaré un diccionario- Musitó Arleen cruzándose de brazos al verlo caminar, hablándole muy seguro de que no lo había olvidado. Intento buscar algún parecido familiar entre ellos pero la verdad es que el cansancio estaba empezando a pasarle factura. Y él se dio cuenta. Asintió con suavidad -Vale… vale… Cuídate. Luego paso a verte- Le dijo y se dirigió hacia fuera, buscando a alguno de sus colegas que le ayudará con una curación.
Además dio las órdenes para que movieran tanto al Descendiente Da Vinci como a su abuela a la zona VIP reservada para los Descendientes, al menos por el tiempo que les quedaba.
Cuando los sanitarios se acercaron a Gio lo encontraron dormido en una silla y lo trasladaron a la camilla. Sacando a los dos, Gio y su nonna, hacia su habitación privada por derecho ( a saber cuánto se quedaban)
Arturo Lizarraga
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Nacionalidad
La camilla está siendo llevada con celeridad a un sitio adecuado para disponer al paciente peliblanco. Una vez en la cámara de emergencias, los tratamientos habituales y pertinentes son realizados. El cuerpo del paciente muestra los resultados de la rápida acción. La piel azulada por el desangrado poco a poco vuelve a su color original. Las heridas cicatrizaron en son de la magia de sanación que fue lanzado. Los signos vitales también se normalizaron aun más luego de chutarle una variedad de pociones medicinales.
Una vez fuera de peligro, es llevado a la planta de cuidados intensivos para su recuperación. Sitio donde se encuentran unos cuantos más, que ya habían sido estabilizados también.
Entre el barullo que inunda el hospital en estos momentos, una inadvertida “abeja” se adentra en el edificio y vuela surcando sus pasillos, esquivando el mar de gente que va y viene conforme el conflicto se desarrolla allá en el Vaticano. Un millar de términos médicos y mágicos son pronunciados a cada minuto, y esto no pinta que vaya a parar pronto. El antofilo vuela sin dilación por un determinado rumbo, un objetivo, una persona, cuando lo encuentra se adentra por su boca.
Entonces se levanta y mientras sus ojos brillan ligeramente, pronuncia con una voz con estática—el Protocolo de Educación ha vuelto, reiniciando conexión con el anfitrión, tarea pendiente; restablecer protección mental, tarea primaria; restaurar consciencia—ahora los ojos dejan de brillar y las pupilas vuelven a su lugar, que estaban al otro lado del que deberían—………………….ustedes me deben una explicación, pero será para otro momento—dice al aire, cosa que será extraño para el resto, pues no hay nadie a su alrededor cercano.
El repentino despertar pasó factura en la forma de un mareo, que le hace recostarse de nuevo para recomponerse y ahora sí, voltear a los alrededores para saber dónde se encuentra. Resulta que está en el hospital de Ouroboros y que el desastre del Vaticano ya se ha resuelto, aunque los detalles son vagos, tocará preguntar luego. Enterado de esto, se quitó un peso de encima. Al menos a hasta lo que respecta sus responsabilidades.
Han pasado algunos días y se le ha dado de alta. Una vez fuera del hospital, como si le estuvieran vigilando, le llega un mensaje. Ir y apoyar a Adael por lo que fue a cierta dirección según el mensaje.
Una vez fuera de peligro, es llevado a la planta de cuidados intensivos para su recuperación. Sitio donde se encuentran unos cuantos más, que ya habían sido estabilizados también.
(…………………………………..)
Entre el barullo que inunda el hospital en estos momentos, una inadvertida “abeja” se adentra en el edificio y vuela surcando sus pasillos, esquivando el mar de gente que va y viene conforme el conflicto se desarrolla allá en el Vaticano. Un millar de términos médicos y mágicos son pronunciados a cada minuto, y esto no pinta que vaya a parar pronto. El antofilo vuela sin dilación por un determinado rumbo, un objetivo, una persona, cuando lo encuentra se adentra por su boca.
Entonces se levanta y mientras sus ojos brillan ligeramente, pronuncia con una voz con estática—el Protocolo de Educación ha vuelto, reiniciando conexión con el anfitrión, tarea pendiente; restablecer protección mental, tarea primaria; restaurar consciencia—ahora los ojos dejan de brillar y las pupilas vuelven a su lugar, que estaban al otro lado del que deberían—………………….ustedes me deben una explicación, pero será para otro momento—dice al aire, cosa que será extraño para el resto, pues no hay nadie a su alrededor cercano.
El repentino despertar pasó factura en la forma de un mareo, que le hace recostarse de nuevo para recomponerse y ahora sí, voltear a los alrededores para saber dónde se encuentra. Resulta que está en el hospital de Ouroboros y que el desastre del Vaticano ya se ha resuelto, aunque los detalles son vagos, tocará preguntar luego. Enterado de esto, se quitó un peso de encima. Al menos a hasta lo que respecta sus responsabilidades.
(…………………)
Han pasado algunos días y se le ha dado de alta. Una vez fuera del hospital, como si le estuvieran vigilando, le llega un mensaje. Ir y apoyar a Adael por lo que fue a cierta dirección según el mensaje.
Una vez trasladado a la UCI y con el correspondiente coctel de pociones corriendo por mis venas, mi sistema no tardó en volver a ponerse en marcha. Por desgracia, con ello volvieron las voces....adios al vacío silencioso de la inconsciencia.
Desperté confuso, sin saber donde estaba, ni "cuando" estaba. Estaba agotado, absolutamente agotado. No sabía por qué, no recordaba nada después de llegar al hospital y toparme con las raices del Sangis, invasoras hasta aqui. Realmente, no habia hecho nada.... De pronto me incorporé, sobresaltado.
"Deben de seguir ahi"
Me observé, sí, seguia en el hospital. Frenéticamente, empecé a quitarme las vendas de los antebrazos para comprobar que las runas del sello continuaran ahi. Detuve mis rapidos movimientos al ver que asi era. Las cicatrices de las quemaduras tenían mejor aspecto, ya no estaban en carne viva ni sangraban, pero seguian siendo cicatrices visibles. Bien visibles.
Necesitaba ubicarme. Habían pasado ya los dias que le habia dado a Wthyr? Que habia ocurrido con aquel arbol? Donde estaba Ivanov? Donde estaba Stavron? Que demonios quería ese arbol?
"Y yo tumbado en una cama"
Maldije y, como mal enfermo que era, sali de la cama, buscando mi ropa y mis cosas con intenciones de largarme de aquella sala.
Desperté confuso, sin saber donde estaba, ni "cuando" estaba. Estaba agotado, absolutamente agotado. No sabía por qué, no recordaba nada después de llegar al hospital y toparme con las raices del Sangis, invasoras hasta aqui. Realmente, no habia hecho nada.... De pronto me incorporé, sobresaltado.
"Deben de seguir ahi"
Me observé, sí, seguia en el hospital. Frenéticamente, empecé a quitarme las vendas de los antebrazos para comprobar que las runas del sello continuaran ahi. Detuve mis rapidos movimientos al ver que asi era. Las cicatrices de las quemaduras tenían mejor aspecto, ya no estaban en carne viva ni sangraban, pero seguian siendo cicatrices visibles. Bien visibles.
Necesitaba ubicarme. Habían pasado ya los dias que le habia dado a Wthyr? Que habia ocurrido con aquel arbol? Donde estaba Ivanov? Donde estaba Stavron? Que demonios quería ese arbol?
"Y yo tumbado en una cama"
Maldije y, como mal enfermo que era, sali de la cama, buscando mi ropa y mis cosas con intenciones de largarme de aquella sala.
Caminó con lentitud, apoyándose en el báculo mientras sentía que algo la perseguía…Que la presencia del Sanguis allí no era buen presagio. Estaba aterrorizada de que alguna de las visiones se hiciera realidad y sentía la necesidad de huir, de escapar del hospital cuanto antes. Ya no era seguro, no para ella y sus bebés…
Pero aún así caminó… Un pie delante de otro, preocupándose por asentarlos lentamente antes de dar otro paso y así llegó a la habitación donde estaba Matvey…Quitándose cosas.
-¿Podrías dejar el culo quieto y acostarte en la puta cama?- Estaba hecho una piltrafa humana y ya había hecho suficiente con la constante batalla contra el papa, el demonio y todo lo que llevaba encima. Aunque comprendía su necesidad de irse… Vamos, si ella tenía aún la piel de gallina y estaba aferrándose al báculo como si pudiera salvarla de todo pero…
Pero tenían que hablar -He dejado a Ivanov en la guardería junto a mis elementales porque no me parecía prudente pasearlo por el hospital. Te lo trajimos en cuanto lo recuperamos pero no estabas aquí, te habías ido a Italia. ¿Te lo dijo Gio? A él alcancé a verlo. Lo envié yo a Roma a través de un portal- Le recorrió la cara una vez más con su propio gesto cansado y perturbado, pero aún así movió el báculo y señaló la cama -Puedes tomarte unas horas de recuperación. Todos han vuelto y están recuperándose, Oscurus dice que las próximas horas son cruciales pero que espera que salgan bien y darles de alta pronto-
Finalmente tomó una larga inspiración -No me sirves de nada muerto, Matvey. Descansa- Una forma retorcida de decirle que se preocupaba por él, pero sabía que Matvey lo entendería. Aprovechó para atraer una silla y sentarse allí, con calma, ubicándose de cara a la puerta por si tenía que reaccionar. Se llevó una mano al collar donde tenía la piedra de los portales para asegurarse de que estaba allí.
Pero aún así caminó… Un pie delante de otro, preocupándose por asentarlos lentamente antes de dar otro paso y así llegó a la habitación donde estaba Matvey…Quitándose cosas.
-¿Podrías dejar el culo quieto y acostarte en la puta cama?- Estaba hecho una piltrafa humana y ya había hecho suficiente con la constante batalla contra el papa, el demonio y todo lo que llevaba encima. Aunque comprendía su necesidad de irse… Vamos, si ella tenía aún la piel de gallina y estaba aferrándose al báculo como si pudiera salvarla de todo pero…
Pero tenían que hablar -He dejado a Ivanov en la guardería junto a mis elementales porque no me parecía prudente pasearlo por el hospital. Te lo trajimos en cuanto lo recuperamos pero no estabas aquí, te habías ido a Italia. ¿Te lo dijo Gio? A él alcancé a verlo. Lo envié yo a Roma a través de un portal- Le recorrió la cara una vez más con su propio gesto cansado y perturbado, pero aún así movió el báculo y señaló la cama -Puedes tomarte unas horas de recuperación. Todos han vuelto y están recuperándose, Oscurus dice que las próximas horas son cruciales pero que espera que salgan bien y darles de alta pronto-
Finalmente tomó una larga inspiración -No me sirves de nada muerto, Matvey. Descansa- Una forma retorcida de decirle que se preocupaba por él, pero sabía que Matvey lo entendería. Aprovechó para atraer una silla y sentarse allí, con calma, ubicándose de cara a la puerta por si tenía que reaccionar. Se llevó una mano al collar donde tenía la piedra de los portales para asegurarse de que estaba allí.
-Catherine. - dije deteniendome unos instantes en mi misión por retirarme vias y pegatinas del cuerpo, mirándola y evaluando su estado. Le fruncí el ceño al darme cuenta de como había hablado. - No he vuelto del reino de los muertos para recibir órdenes de alguien que habla tan mal.
Me acerqué a ella para evaluarla analizandola de arriba abajo, pero sobre todo le observé el rostro y el gesto.
- No pareces estar muy bien. ¿Cansancio?
Asentí con la cabeza por la información sobre mi hijo, y me permití exhalar aire con alivio.... el torbellino parecía haberse calmado por fin, al menos durante unos dias.
- Me informó Giordano en cuanto llegó. Wthyr tambien gritó que no habian tenido que ver. Fue cosa de Adele... Gracias por cuidar de él. Me reuniré tan pronto como pueda. Desde que fui a Egipto ha sido todo...una espiral descendente.
"Todos? Tengo mis dudas"
- Mei y Jack estaban en muy mal estado. Y... - Khan no estaba mal cuando lo envié. Pero... Stavron si, habia perdido mucha sangre. - Tengo que contarte algo, acércate. - le pedí que se acercara y se sentase conmigo, yo mismo me detuve un momento y me apoyé en la cama. - Cuando estaba sometido a Valqar y la magia del Papa estaba destrozándome, hui al reino de los espíritus, donde no podía alcanzarme. Alli fue donde logré recuperar el control....al hablar con tu padre. Y con Altair, de hecho.
Me acerqué a ella para evaluarla analizandola de arriba abajo, pero sobre todo le observé el rostro y el gesto.
- No pareces estar muy bien. ¿Cansancio?
Asentí con la cabeza por la información sobre mi hijo, y me permití exhalar aire con alivio.... el torbellino parecía haberse calmado por fin, al menos durante unos dias.
- Me informó Giordano en cuanto llegó. Wthyr tambien gritó que no habian tenido que ver. Fue cosa de Adele... Gracias por cuidar de él. Me reuniré tan pronto como pueda. Desde que fui a Egipto ha sido todo...una espiral descendente.
"Todos? Tengo mis dudas"
- Mei y Jack estaban en muy mal estado. Y... - Khan no estaba mal cuando lo envié. Pero... Stavron si, habia perdido mucha sangre. - Tengo que contarte algo, acércate. - le pedí que se acercara y se sentase conmigo, yo mismo me detuve un momento y me apoyé en la cama. - Cuando estaba sometido a Valqar y la magia del Papa estaba destrozándome, hui al reino de los espíritus, donde no podía alcanzarme. Alli fue donde logré recuperar el control....al hablar con tu padre. Y con Altair, de hecho.
Tuvo que sonreír, de lado, cuando le habló de esa manera porque eso quería decir que se sentía lo suficientemente bien para replicar le -Ah… lo que no estás acostumbrado es que a la gente te diga esas cosas en la cara, eh? - Alzó brevemente las cejas -Pero yo me tomo ciertas libertades- Mencionó pero lo dejo estar, quizás odiaba los hospitales tanto como ella y… y la verdad es que Lucio no estaba allí.
-Mucho- Dijo asintiendo -Luego tengo que contarte cómo he vivido dos meses en una cueva cuando afuera han pasado dos días pero el cansancio es del embarazo… de estar de aquí para allá todo el rato, de darle órdenes a los vasallos Pendragon, de verlos volver hechos trizas al templo… de ver a Mei destrozada…- Enumeró así por encima -Del lío de mi vida personal y… bueno, el embarazo y ahora el Sanguis en el hospital- Acabó su pequeño monólogo mirándolo con un gesto exhausto -Wthyr tuvo una visión sobre el Sanguis y el parto y estamos los dos un poco… paranoicos- Alzó los hombros suavemente, apoyándose bastante del báculo. Lo cierto es que esa visión era una de las tantas pero si se ponía a darle vueltas a todas y cada una de ellas no podría descansar nunca. Recordó entonces lo que dijo Ian y esperaba, de verdad, que lo que sea que hubiese visto el Pendragon fuera solo una evocación de sus miedos.
De perder la última oportunidad.
Parpadeó centrándose cuando Matvey hablo de Wthyr asintiendo con suavidad -Le he echado una maldición- Advirtió con total tranquilidad, como diciéndole que la había puesto en su sitio -Encantada… y es cierto, Wthyr y yo estábamos en Avalon pero no… en realidad, en mi presencia, Wthyr siempre ha renegado de Adele. No se porqué seguía en Ávalon- Soltó el aire con fuerza, al menos ese punto ya estaba cubierto. Y cerrado, o eso esperaba -¿Egipto? ¿Qué hiciste en Egipto?- Abrió los ojos un poco sorprendida porque…una vez más se daba cuenta que tenía que viajar un poco o algo… porque todos esos países le parecían muy interesantes pero nunca había tenido el valor de ir a conocerlos.
-Mei… mañana tengo que volver y seguir intentando ayudarla. Le hizo mucho daño- Dijo bajando la mirada con pesar, volviendo a pensar lo de siempre y conteniendo el nudo en la garganta -Sí hubiese estado con ella, quizás nosotras le habríamos hecho eso a él… Mei no está acostumbrada a ir a misiones ni batallas. No está en su forma de ser…- se llevó una mano al rostro, restregándoselo un poco, extrañándose luego de la reacción de Matvey pero aún así se acercó y se sentó, soltando un pequeño suspiro porque estando sentada, dependiendo de la posición, estaba más cómoda.
Ladeó la cabeza hacia él, escuchando lo de Valqar y analizando sus ojos como buscando al demonio detrás pero cuando mencionó a su padre parpadeó un momento antes de sonreír tristemente al escuchar lo de Altair. Movió la cabeza hasta apoyarla en el hombro de Matvey -Me alegro de que estén juntos… ¿Sabes que el fantasma de Rhaegar ronda nue… mi antigua casa? - No sabía si se lo había comentado. Inspiró profundo de nuevo antes de hacer una leve mueca por el movimiento de uno de los bebés -Así que Desmond no estaba allí… Sabes… - De pronto alzó la cabeza y le miró -Tu tenías mucha confianza con papá. Y… hablando de nuestras familias con Wthyr hay algo que… explicaría muchas cosas. ¿Te contó alguna vez si Elise le engañó? ¿O algo sobre Layla?
-Mucho- Dijo asintiendo -Luego tengo que contarte cómo he vivido dos meses en una cueva cuando afuera han pasado dos días pero el cansancio es del embarazo… de estar de aquí para allá todo el rato, de darle órdenes a los vasallos Pendragon, de verlos volver hechos trizas al templo… de ver a Mei destrozada…- Enumeró así por encima -Del lío de mi vida personal y… bueno, el embarazo y ahora el Sanguis en el hospital- Acabó su pequeño monólogo mirándolo con un gesto exhausto -Wthyr tuvo una visión sobre el Sanguis y el parto y estamos los dos un poco… paranoicos- Alzó los hombros suavemente, apoyándose bastante del báculo. Lo cierto es que esa visión era una de las tantas pero si se ponía a darle vueltas a todas y cada una de ellas no podría descansar nunca. Recordó entonces lo que dijo Ian y esperaba, de verdad, que lo que sea que hubiese visto el Pendragon fuera solo una evocación de sus miedos.
De perder la última oportunidad.
Parpadeó centrándose cuando Matvey hablo de Wthyr asintiendo con suavidad -Le he echado una maldición- Advirtió con total tranquilidad, como diciéndole que la había puesto en su sitio -Encantada… y es cierto, Wthyr y yo estábamos en Avalon pero no… en realidad, en mi presencia, Wthyr siempre ha renegado de Adele. No se porqué seguía en Ávalon- Soltó el aire con fuerza, al menos ese punto ya estaba cubierto. Y cerrado, o eso esperaba -¿Egipto? ¿Qué hiciste en Egipto?- Abrió los ojos un poco sorprendida porque…una vez más se daba cuenta que tenía que viajar un poco o algo… porque todos esos países le parecían muy interesantes pero nunca había tenido el valor de ir a conocerlos.
-Mei… mañana tengo que volver y seguir intentando ayudarla. Le hizo mucho daño- Dijo bajando la mirada con pesar, volviendo a pensar lo de siempre y conteniendo el nudo en la garganta -Sí hubiese estado con ella, quizás nosotras le habríamos hecho eso a él… Mei no está acostumbrada a ir a misiones ni batallas. No está en su forma de ser…- se llevó una mano al rostro, restregándoselo un poco, extrañándose luego de la reacción de Matvey pero aún así se acercó y se sentó, soltando un pequeño suspiro porque estando sentada, dependiendo de la posición, estaba más cómoda.
Ladeó la cabeza hacia él, escuchando lo de Valqar y analizando sus ojos como buscando al demonio detrás pero cuando mencionó a su padre parpadeó un momento antes de sonreír tristemente al escuchar lo de Altair. Movió la cabeza hasta apoyarla en el hombro de Matvey -Me alegro de que estén juntos… ¿Sabes que el fantasma de Rhaegar ronda nue… mi antigua casa? - No sabía si se lo había comentado. Inspiró profundo de nuevo antes de hacer una leve mueca por el movimiento de uno de los bebés -Así que Desmond no estaba allí… Sabes… - De pronto alzó la cabeza y le miró -Tu tenías mucha confianza con papá. Y… hablando de nuestras familias con Wthyr hay algo que… explicaría muchas cosas. ¿Te contó alguna vez si Elise le engañó? ¿O algo sobre Layla?
- A lo que no estoy acostumbrado es a oirte decir "puta cama" y quedarme callado. - le respondí con agilidad, que no se pensara que era por oir "verdades". - No tienes la exclusiva en soltarme las verdades a la cara, señorita. - reprendí finalmente.
La escuché enumerar aquellas cosas que la tenían agotada y asentí, entendiendo a qué se refería.
- Ya veo que tu embarazo ha avanzado mucho en poco tiempo. Alteraciones temporales? - solo habia experimentado con eso en la Torre de los Soul Reaper. Serían cosas similares? Esa cueva que mencionó....debía estar en Ávalon. Curioso. Emití un gruñido de desdén cuando mencionó la paranoia de Wtyr. Con razón lo estaba.
- Por qué autorizó a que plantaran aquí el Sanguis, si tanto miedo tiene de que ataque a su propia sangre, su única salvación? - era una interrogación retorica? Queria que me respondiera? Podía hacerlo, acaso?
- Mei fue alli para ayudarnos a todos nosotros. Es una guerrera, que discurre por caminos diferentes a los nuestros, pero lucha igualmente por su familia. Ha estado presente en mas de una batalla ya. - y resultó clave en la expulsión de los Pendragon aquel dia. - Tu presencia alli no habría cambiado el hecho de que...os habría derrotado igualmente a las dos. Fue primero a por los mentalistas, fue implacable. Asi que no sientas pesar. Te ha contado Wthyr como murió?
Debía estar muy agotada cuando buscó el contacto fisico con mi hombro de aquel modo.
"A partir de ahora podrás contar con alguien más"
Aquella pregunta me sorprendió y le devolví la mirada. Que tenía eso de paralelo con la familia de Wthyr? Pero no quería desviar más la conversación hacia ellos.
- ...Por qué no se lo preguntas tú misma? - porque al fin habia equilibrado la balanza. Quería pensar que al fin le habia devuelto lo que le habia quitado, aunque sabia que eso no seria cierto, porque el tiempo perdido, las epocas de la vida, eso no retornaba....era algo perdido para siempre. No encontraba consuelo en realidad en esa perspectiva.
La escuché enumerar aquellas cosas que la tenían agotada y asentí, entendiendo a qué se refería.
- Ya veo que tu embarazo ha avanzado mucho en poco tiempo. Alteraciones temporales? - solo habia experimentado con eso en la Torre de los Soul Reaper. Serían cosas similares? Esa cueva que mencionó....debía estar en Ávalon. Curioso. Emití un gruñido de desdén cuando mencionó la paranoia de Wtyr. Con razón lo estaba.
- Por qué autorizó a que plantaran aquí el Sanguis, si tanto miedo tiene de que ataque a su propia sangre, su única salvación? - era una interrogación retorica? Queria que me respondiera? Podía hacerlo, acaso?
- Mei fue alli para ayudarnos a todos nosotros. Es una guerrera, que discurre por caminos diferentes a los nuestros, pero lucha igualmente por su familia. Ha estado presente en mas de una batalla ya. - y resultó clave en la expulsión de los Pendragon aquel dia. - Tu presencia alli no habría cambiado el hecho de que...os habría derrotado igualmente a las dos. Fue primero a por los mentalistas, fue implacable. Asi que no sientas pesar. Te ha contado Wthyr como murió?
Debía estar muy agotada cuando buscó el contacto fisico con mi hombro de aquel modo.
"A partir de ahora podrás contar con alguien más"
Aquella pregunta me sorprendió y le devolví la mirada. Que tenía eso de paralelo con la familia de Wthyr? Pero no quería desviar más la conversación hacia ellos.
- ...Por qué no se lo preguntas tú misma? - porque al fin habia equilibrado la balanza. Quería pensar que al fin le habia devuelto lo que le habia quitado, aunque sabia que eso no seria cierto, porque el tiempo perdido, las epocas de la vida, eso no retornaba....era algo perdido para siempre. No encontraba consuelo en realidad en esa perspectiva.
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