Recuerdo del primer mensaje :
Estos calabozos se encuentran bajo las dependencias de la Guardia de Ouroboros, que son los encargados de proteger la isla. No cuentan con muchas celdas, pues raramente hay crímenes en la ciudad. Los detenidos son custodiados por guardias día y noche. Dentro de la celda se usan las llamadas "cadenas del penitente" para impedir que puedan utilizar cualquier habilidad mágica que les permita escapar.
En cuanto salimos de casa aparecimos directamente en la zona de juicios, primero tenía que saber que había pasado exactamente con la brigada y su paradero, al parecer algunos miembros habían sido encerrados en los calabozos por lo ocurrido, miré a Lucio preocupado y después nos dirigimos hasta los calabozos para ver si podíamos hacer algo por ellos y sobre todo ofrecerles una disculpa por la actitud de Jack, sentía que se lo debía porque después de todo fuimos nosotros los que convocaron a otras organizaciones para colaborar y ahora alguien del consejo los trataba de esa forma.
tardamos poco en llegar, la guardia no nos daba problemas ni nos detuvo en ningún momento, al llegar a los calabozos pude ver a una chica de cabello morado, no la reconocí pero si a la pelirroja que estaba con ella por lo que supuse que serían ambas de la brigada. El flirteo con el guardia era... extraño y había cierto olor en el aire que me hizo pegarme a Lucio, me sentí raro, al punto de querer volver a casa con él pero primero lo primero -Guardia... a su puesto, déjelas pasar, es una orden- aquel hombre de inmediato se pudo firme, nervioso... saludó con una reverencia y acató las órdenes -Pasad, ¿sois de la brigada, verdad? tenemos algo que deciros, pero mejor a todos juntos- les hice un gesto con la mano y esperé un poco para poder pegarme del brazo de Lucio y hablarle por lo bajo -Lucio... me siento raro... por favor dime que no soy solo yo- sinceramente se me subieron los colores viendo a la chica de cabello morado y me sentí fatal.
tardamos poco en llegar, la guardia no nos daba problemas ni nos detuvo en ningún momento, al llegar a los calabozos pude ver a una chica de cabello morado, no la reconocí pero si a la pelirroja que estaba con ella por lo que supuse que serían ambas de la brigada. El flirteo con el guardia era... extraño y había cierto olor en el aire que me hizo pegarme a Lucio, me sentí raro, al punto de querer volver a casa con él pero primero lo primero -Guardia... a su puesto, déjelas pasar, es una orden- aquel hombre de inmediato se pudo firme, nervioso... saludó con una reverencia y acató las órdenes -Pasad, ¿sois de la brigada, verdad? tenemos algo que deciros, pero mejor a todos juntos- les hice un gesto con la mano y esperé un poco para poder pegarme del brazo de Lucio y hablarle por lo bajo -Lucio... me siento raro... por favor dime que no soy solo yo- sinceramente se me subieron los colores viendo a la chica de cabello morado y me sentí fatal.
Mérida Pyro
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Al llegar y empezar a escuchar toda la mierda que estaban diciendo tensó los labios compartiendo el gesto con Gen. Griterío básicamente, pero es que aquí no estaban acostumbrados ellos. Por eso no había conseguido trabajo. A ese guardia no lo conocía de las veces que había ido a llevarle comida a Kyllian, supuso que era porque casi nunca pasaba por la zona de calabozos.
De pronto vio a Gen cambiar tan drásticamente que le costó mantener la cara neutral al saber lo que hacía. Asintió con suavidad mientras afloraba una sonrisa en los labios porque daba igual cuánto tiempo la conocía, las a ella también le afectaban las hormonas. De pronto, aparecieron dos Descendientes, a los que había protegido en Francia. El que curaba y el de la barrera. Y estaban en la boda esa a la que fue con Kyllian, cuando Sean se arrejuntó a Lucio sintió que se le apretaba el corazón -Sí… ¿Qué es lo que sucede?...Soy Mérida Pyro-
Avanzaron y cuando Mérida vio al elemental sonrió de lado, Balto pasó por su lado como un rayo -¡Guíanos muchacho!- Dijo dando dos palmadas y empezó a trotar hacia la celda donde Lykaios estaba con Cleo y Ben que pretendía fundir el hierro. Mérida puso las manos por encima de Ben intentando controlar sus llamas rojas -Shh..Apaga eso, vienen dos peces gordos- Le cogió las manos con las propias, cubriéndolas para que no viera lo que estaban haciendo. Entonces miró a Cleo y al jefe con un gesto que no les agradó nada -¿Qué sucede exactamente?...Por cierto jefe… ¿Cuándo no nos hemos involucrado?- Se rió, con un poquito de aquel sonido de cerdo y entonces miró a Ben a los ojos con cariño -Bien ahí con lo del plan de escape- Por eso que le había dicho a ella cuando estaba con Dyospiros.
De pronto vio a Gen cambiar tan drásticamente que le costó mantener la cara neutral al saber lo que hacía. Asintió con suavidad mientras afloraba una sonrisa en los labios porque daba igual cuánto tiempo la conocía, las a ella también le afectaban las hormonas. De pronto, aparecieron dos Descendientes, a los que había protegido en Francia. El que curaba y el de la barrera. Y estaban en la boda esa a la que fue con Kyllian, cuando Sean se arrejuntó a Lucio sintió que se le apretaba el corazón -Sí… ¿Qué es lo que sucede?...Soy Mérida Pyro-
Avanzaron y cuando Mérida vio al elemental sonrió de lado, Balto pasó por su lado como un rayo -¡Guíanos muchacho!- Dijo dando dos palmadas y empezó a trotar hacia la celda donde Lykaios estaba con Cleo y Ben que pretendía fundir el hierro. Mérida puso las manos por encima de Ben intentando controlar sus llamas rojas -Shh..Apaga eso, vienen dos peces gordos- Le cogió las manos con las propias, cubriéndolas para que no viera lo que estaban haciendo. Entonces miró a Cleo y al jefe con un gesto que no les agradó nada -¿Qué sucede exactamente?...Por cierto jefe… ¿Cuándo no nos hemos involucrado?- Se rió, con un poquito de aquel sonido de cerdo y entonces miró a Ben a los ojos con cariño -Bien ahí con lo del plan de escape- Por eso que le había dicho a ella cuando estaba con Dyospiros.
Tras la partida de Zaphira marujeamos un poco en casa comentando la jugada, decidiendo ir a comer y a comprarle también algún regalo. Aquello se quedó en nada porque un inoportuno asunto con Jack nos llevó hacia los calabozos. Últimamente no me llevaba bien con Jack por lo que nos había dicho en la boda de Sayid, pero aquello que había hecho era sencillamente inaceptable. Influía mi tema personal con él, no iba a negar que ya no lo tragaba a pesar de que antes sí que nos llevábamos bien.
- Mira, cada vez me cae peor. Deberíamos votar para relevarlo del puesto, en serio. - iba cotilleando por lo bajo mientras nos acercábamos a los calabozos, deteniéndonos en la zona de control en la que los guardias vigilaban quién entraba. Allí estaba la pelimorada de la Brigada, en actitud de tonteo con el guardia. Enseguida empecé a tener una sensación extraña, no podía apartar la mirada de la muchacha que estaba con el guardia, me tenía embobado. Agarré un poco más al brazo de Sean mientras me susurraba aquello. Vale, no era yo solo, a él también le pasaba. - Sí...no lo entiendo. ¿Qué pasa? ¿qué...? - me solté de él sin darme cuenta, avanzando un par de pasos hasta la chica. Quise decirle algo, pero me puse rojo sólo de pensarlo. - Ho-hola... ¿eres de la Brigada? hemos venido a verlos. Puedo escoltarte al calabozo yo mismo, si no te importa...- sonreí haciendo una pequeña reverencia, apartando un poco al guardia.
- Mira, cada vez me cae peor. Deberíamos votar para relevarlo del puesto, en serio. - iba cotilleando por lo bajo mientras nos acercábamos a los calabozos, deteniéndonos en la zona de control en la que los guardias vigilaban quién entraba. Allí estaba la pelimorada de la Brigada, en actitud de tonteo con el guardia. Enseguida empecé a tener una sensación extraña, no podía apartar la mirada de la muchacha que estaba con el guardia, me tenía embobado. Agarré un poco más al brazo de Sean mientras me susurraba aquello. Vale, no era yo solo, a él también le pasaba. - Sí...no lo entiendo. ¿Qué pasa? ¿qué...? - me solté de él sin darme cuenta, avanzando un par de pasos hasta la chica. Quise decirle algo, pero me puse rojo sólo de pensarlo. - Ho-hola... ¿eres de la Brigada? hemos venido a verlos. Puedo escoltarte al calabozo yo mismo, si no te importa...- sonreí haciendo una pequeña reverencia, apartando un poco al guardia.
Kyllian Evans
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Después de haber estado hablando y decidir que iríamos a por Mérida, Reiv se despidió, no le debía solo una cerveza, le debía todas las que quisiera y por el entrenamiento tampoco tenía que preocuparse. Catherine contactó enseguida con la mente de Mer y la localizó en los calabozos, estaría de visita o eso esperaba yo... porque si era para hablar de cuando se marcharían me sentiría fatal.
Pillé a jamalgoso en brazos y nos desaparecimos hasta la zona de los calabozos, al llegar solté al chucho que... bueno, potó por la desaparición y después se comió esa misma mierda, me dio un ascazo que lo flipas pero el chucho podría encontrar a Mérida antes que yo con lo agobiado que iba. empezamos a andar y reconocí un olor familiar, era el mismo que tenía Mérida en su cuerpo cuando la conocí pero mucho más débil. empecé a seguir al perro y por suerte o por desgracia nos topamos con la chica del pelo morado que estaba liada con Lykaios, la había conocido el día del cocido en las cocinas -Vamos Jamalgoso, busca a Mer-el chucho al menos todo lo que tenía de feo también lo tenía de listo y pareció entenderme. Pasé de la chica aquella, creía recordar que su nombre era Gen , no estaba para sermones de nadie y seguro los de la brigada ya me tenían en la lista negra. El chucho echó a correr por los calabozos, el guardia parecía tener cierto problema y al enseñarle mi identificación de la guardia me dejó pasar aunque no habría hecho falta ya que Lucio y Sea también estaban ahí.
No tardé mucho en encontrar a la pelirroja, sus amigos también estaban allí, si, pero yo iba a por ella -Mérida- dije su nombre pero tampoco sabía muy bien que decir -yo... ¿te encuentras bien?-
Pillé a jamalgoso en brazos y nos desaparecimos hasta la zona de los calabozos, al llegar solté al chucho que... bueno, potó por la desaparición y después se comió esa misma mierda, me dio un ascazo que lo flipas pero el chucho podría encontrar a Mérida antes que yo con lo agobiado que iba. empezamos a andar y reconocí un olor familiar, era el mismo que tenía Mérida en su cuerpo cuando la conocí pero mucho más débil. empecé a seguir al perro y por suerte o por desgracia nos topamos con la chica del pelo morado que estaba liada con Lykaios, la había conocido el día del cocido en las cocinas -Vamos Jamalgoso, busca a Mer-el chucho al menos todo lo que tenía de feo también lo tenía de listo y pareció entenderme. Pasé de la chica aquella, creía recordar que su nombre era Gen , no estaba para sermones de nadie y seguro los de la brigada ya me tenían en la lista negra. El chucho echó a correr por los calabozos, el guardia parecía tener cierto problema y al enseñarle mi identificación de la guardia me dejó pasar aunque no habría hecho falta ya que Lucio y Sea también estaban ahí.
No tardé mucho en encontrar a la pelirroja, sus amigos también estaban allí, si, pero yo iba a por ella -Mérida- dije su nombre pero tampoco sabía muy bien que decir -yo... ¿te encuentras bien?-
Apareció junto a Kyllian para ver el lugar lleno de gente, hizo un gesto de incomodidad y observó a la pelimorada con interés. Era agradable a la vista. ¿La había visto en algún momento? No lo recordaba. Le costó pero su heterosexualidad le golpeó y logró apartar la mirada para ver a Lucio sonriéndole y luego miró a Sean -Pasemos- Le instó ignorando deliberadamente a los demás y observó a Kyllian, siguió su estela pues sabía que él iba a por Mérida y donde estuviera la pelirroja estaría la Brigada.
Avanzó hasta encontrar a los tres allí y se preguntó dónde estaría la otra mujer. Escuchó la pregunta de Kyllian y arqueó una ceja. ¿Había pasado algo entre ellos? En fin… Suspiró y se enfrentó a Lykaios con el gesto bastante serio pero decidió no hablar en voz alta porque había un guardia y, sinceramente, sabía que las paredes tenían oídos.
“Vamos a hacer lo posible para que ese ilegalización se deshaga. Considero que Jack tomó una decisión precipitada pero no podía contradecirlo en público. Sabes que debemos mantener un cierto frente unido con todo el tema de los malditos Pendragon. Gastaré las vías legales para hacerlo…¿Recuerdas el documento firmado en el Le Fay?” Esperó a que le respondiera y fue acercándose a los barrotes para luego ver a Cleopatra y a Ben, parecían bastante agitados. Se humedeció los labios y volvió sus ojos universales hacia Lykaios “Haré lo que esté en mi mano. En cuanto a Leila no borraremos sus recuerdos, tengo una proposición que debo hablar con Mei pero no puedo borrarle porque implicaría hacerlo también a ustedes. Sino en algún momento hablarán de la isla y no…No quiero borraros a vosotros, quiero que siempre recuerdes que en Ouroboros tienes amigos”.
Mantuvo las manos metidas en los bolsillos y volvió a mirar a Mérida y luego a los demás. La pelimorada seguramente también era de la Brigada. Bajó la vista al piso pensativa y luego volvió a alzarla tomando una larga respiración y conectó con Cleo, Ben, Gen y Mérida junto Lykaios. “Ouroboros puede no ser vuestro hogar, pero es el mío…Y en mi hogar, mis amigos son siempre bien recibidos. Sean, yo y otros miembros intentaremos solucionar lo de la ilegalización”
Avanzó hasta encontrar a los tres allí y se preguntó dónde estaría la otra mujer. Escuchó la pregunta de Kyllian y arqueó una ceja. ¿Había pasado algo entre ellos? En fin… Suspiró y se enfrentó a Lykaios con el gesto bastante serio pero decidió no hablar en voz alta porque había un guardia y, sinceramente, sabía que las paredes tenían oídos.
“Vamos a hacer lo posible para que ese ilegalización se deshaga. Considero que Jack tomó una decisión precipitada pero no podía contradecirlo en público. Sabes que debemos mantener un cierto frente unido con todo el tema de los malditos Pendragon. Gastaré las vías legales para hacerlo…¿Recuerdas el documento firmado en el Le Fay?” Esperó a que le respondiera y fue acercándose a los barrotes para luego ver a Cleopatra y a Ben, parecían bastante agitados. Se humedeció los labios y volvió sus ojos universales hacia Lykaios “Haré lo que esté en mi mano. En cuanto a Leila no borraremos sus recuerdos, tengo una proposición que debo hablar con Mei pero no puedo borrarle porque implicaría hacerlo también a ustedes. Sino en algún momento hablarán de la isla y no…No quiero borraros a vosotros, quiero que siempre recuerdes que en Ouroboros tienes amigos”.
Mantuvo las manos metidas en los bolsillos y volvió a mirar a Mérida y luego a los demás. La pelimorada seguramente también era de la Brigada. Bajó la vista al piso pensativa y luego volvió a alzarla tomando una larga respiración y conectó con Cleo, Ben, Gen y Mérida junto Lykaios. “Ouroboros puede no ser vuestro hogar, pero es el mío…Y en mi hogar, mis amigos son siempre bien recibidos. Sean, yo y otros miembros intentaremos solucionar lo de la ilegalización”
No me pasó por alto que ninguno me dió su opinión. Estaban más o menos de una pieza según Lyka y de una pieza según Cleo, buenas noticias ya que poco supe de ellos después del ataque a la isla. Según el peliazul, no me borrarían la memoria entera, la pregunta obvia flotaba en el aire: “¿Cómo estás tan seguro?” Nada nos aseguraba que no lo harían, podían hacer lo que quisieran conmigo y saldrían impunes. Estaba bastante segura de que sobreviviría, siempre lo hacía, pero sobrevivir no es vivir y yo era muy consciente de eso. Alcé las cejas considerando cuánto me darían por revelar la ubicación de la isla, los secretos valían dinero. Ellos no querían que vuelva y yo no quería volver, ahí estábamos todos de acuerdo. Me crucé de brazos y apoyé un hombro contra una pared manteniéndome en la oscuridad cuando comenzaron a culparse a ellos mismos, no estaba de acuerdo con ellos pero ¿Qué les iba a decir? “No, de verdad, fue mí culpa” a lo que ellos podrían responder “Nono, fue nuestra culpa” y así en un bucle interminable de culpa. Por eso me limité a decir: -No estoy de acuerdo.- Arrastré las palabras lentamente para demostrar cuán en desacuerdo estaba pero las palabras de Cleo me desconcertaron.
No supe qué decir cuando pidió que los perdone, yo no los culpaba ¿De que los iba a perdonar? Pero tampoco me pareció simplemente ignorar sus palabras. -Creo que nos tenemos que perdonar a nosotros mismos.- Si ellos no me culpaban y si yo no los culpaba a ellos, supuse que ésa sería una opción válida. Lo que dijo Cleo (tan bajo que no sabía si había escuchado bien o no) era cierto, podría estar frente a la persona que más quería en el mundo pero las palabras no salían, las palabras adecuadas quiero decir, porque puedo hablar del clima tranquilamente pero tal vez lo que necesito decir o lo que debe saber sencillamente no sale de mí boca o no se ve en mis expresiones, tal vez porque no pienso en eso, porque lo guardo. -¿Cuál es el plan Ben?¿A dónde iremos?¿Abajo? Tendremos que enfrentarnos al infinito ejército de máquinas y sus zombies, si nos quedamos ¿Qué?¿Derrocamos a... quienes sean que manden en este sitio?- Ambas ideas tenían sus pros y sus contras. -Yo estaré de acuerdo con lo que la Brigada decida.- Incluso si eso implicaba quedar encerrada o morir.
-También pienso que cada uno enfrenta la mortalidad del ser a su manera, sobre todo en una guerra interminable.- Añadí cuando Ben mencionó que entendía la razón por la que no lloré. Otra cosa que pensé era que no tenía líquidos en el cuerpo que me quedaran para llorar ya que no comía desde... desde la última vez que desayuné con la niñ... Lila y eso había sido... ¿Hace un mes? Cada día los guardias dejaban la comida en mi habitación pero yo simplemente los ignoraba aunque tenía ganas de tirarles la comida por la cabeza, otras veces también dejaba la comida en la ventana para que algún animal lo coma y devolvía el plato vacío, no vaya ser que también me obliguen a comer. ¿Cómo era que seguía viva? Bueno, “viva” es un término relativo en este punto; estaba muy cansada y, cuando me ví en el espejo del baño, me ví la forma de mis costillas a través de la piel, era una suerte que use ropa medianamente holgadas. Se me ocurrió que sería una buena cosa para comunicar ya que hablábamos de la comunicación, pero sabía que se preocuparían y querrían que coma cuando yo no tenía ganas. -¿Darla?¿A quién?¿Quién puede estar al margen de esta guerra? Pensé en una ciudad subterránea de enanos que hay en Uganda pero las máquinas seguramente llegaron ahí también.- Dije negando con la cabeza.
-Hay... otra cosa que quiero que sepan... hace... ehem...- ¿Se los decía? No quería preocuparlos más de lo que ya estaban... -Me hice la operacion para ya no tener hijos.- Dije rápidamente. Eso no era lo que... bueno, si, no me molestaba que lo supieran, si me borraban toda la memoria me serviría saber eso, pero ¿Se los decía o no? -Y... yo... Hace tiempo que no como bien.- Más bien hace un mes que no comía, no se sentía bien, se sentía como una verdad a medias, pero cuando lo dije decidí no echarme hacia atrás y tal vez desviar un poco la conversación. -Tengo la sensación de que cuando me transforme, ahí si tendré hambre... mucha hambre.- En eso la voz de Mérida apareció en el lugar, seguida por la de Kyllian y tras él vino otra mujer de pelo negro que se quedó enfrente y acercándose a los barrotes de la celda de Lyka, Ben y Cleo como pensativa. Yo me quedé mirando aquella escena desde dentro de las sombras de la celda con barrotes de plata al final del pasillo, analizando, midiendo... Mis ojos verdes refulgentes delataban mi posición y la dirección en la que miraba.
-No escuché tu respuesta a mi pregunta en el juicio; ¿Los de la Alianza Humana son dignos de confianza?¿Ellos tienen una salud mental en condiciones?- Le pregunté a la morena.
No supe qué decir cuando pidió que los perdone, yo no los culpaba ¿De que los iba a perdonar? Pero tampoco me pareció simplemente ignorar sus palabras. -Creo que nos tenemos que perdonar a nosotros mismos.- Si ellos no me culpaban y si yo no los culpaba a ellos, supuse que ésa sería una opción válida. Lo que dijo Cleo (tan bajo que no sabía si había escuchado bien o no) era cierto, podría estar frente a la persona que más quería en el mundo pero las palabras no salían, las palabras adecuadas quiero decir, porque puedo hablar del clima tranquilamente pero tal vez lo que necesito decir o lo que debe saber sencillamente no sale de mí boca o no se ve en mis expresiones, tal vez porque no pienso en eso, porque lo guardo. -¿Cuál es el plan Ben?¿A dónde iremos?¿Abajo? Tendremos que enfrentarnos al infinito ejército de máquinas y sus zombies, si nos quedamos ¿Qué?¿Derrocamos a... quienes sean que manden en este sitio?- Ambas ideas tenían sus pros y sus contras. -Yo estaré de acuerdo con lo que la Brigada decida.- Incluso si eso implicaba quedar encerrada o morir.
-También pienso que cada uno enfrenta la mortalidad del ser a su manera, sobre todo en una guerra interminable.- Añadí cuando Ben mencionó que entendía la razón por la que no lloré. Otra cosa que pensé era que no tenía líquidos en el cuerpo que me quedaran para llorar ya que no comía desde... desde la última vez que desayuné con la niñ... Lila y eso había sido... ¿Hace un mes? Cada día los guardias dejaban la comida en mi habitación pero yo simplemente los ignoraba aunque tenía ganas de tirarles la comida por la cabeza, otras veces también dejaba la comida en la ventana para que algún animal lo coma y devolvía el plato vacío, no vaya ser que también me obliguen a comer. ¿Cómo era que seguía viva? Bueno, “viva” es un término relativo en este punto; estaba muy cansada y, cuando me ví en el espejo del baño, me ví la forma de mis costillas a través de la piel, era una suerte que use ropa medianamente holgadas. Se me ocurrió que sería una buena cosa para comunicar ya que hablábamos de la comunicación, pero sabía que se preocuparían y querrían que coma cuando yo no tenía ganas. -¿Darla?¿A quién?¿Quién puede estar al margen de esta guerra? Pensé en una ciudad subterránea de enanos que hay en Uganda pero las máquinas seguramente llegaron ahí también.- Dije negando con la cabeza.
-Hay... otra cosa que quiero que sepan... hace... ehem...- ¿Se los decía? No quería preocuparlos más de lo que ya estaban... -Me hice la operacion para ya no tener hijos.- Dije rápidamente. Eso no era lo que... bueno, si, no me molestaba que lo supieran, si me borraban toda la memoria me serviría saber eso, pero ¿Se los decía o no? -Y... yo... Hace tiempo que no como bien.- Más bien hace un mes que no comía, no se sentía bien, se sentía como una verdad a medias, pero cuando lo dije decidí no echarme hacia atrás y tal vez desviar un poco la conversación. -Tengo la sensación de que cuando me transforme, ahí si tendré hambre... mucha hambre.- En eso la voz de Mérida apareció en el lugar, seguida por la de Kyllian y tras él vino otra mujer de pelo negro que se quedó enfrente y acercándose a los barrotes de la celda de Lyka, Ben y Cleo como pensativa. Yo me quedé mirando aquella escena desde dentro de las sombras de la celda con barrotes de plata al final del pasillo, analizando, midiendo... Mis ojos verdes refulgentes delataban mi posición y la dirección en la que miraba.
-No escuché tu respuesta a mi pregunta en el juicio; ¿Los de la Alianza Humana son dignos de confianza?¿Ellos tienen una salud mental en condiciones?- Le pregunté a la morena.
Entendía a Cleo pero al mismo tiempo veía el problema de aceptar a pies juntillas las normas del Consejo. Si, hoy sería esto, pero y mañana? Y dentro de un año? La semilla de lo que condujo al ministerio de aurores a ser lo que fue, seguía ahí entre esos magos mas...comedidos.
- Estoy preocupado por el rumbo que pueden tomar las cosas en el futuro, eso es todo. - le respondí a Cleo, la maldita planteaba cosas demasiado certeras, porque por mucho que a mi me diese igual pirarme de aqui, sabia que a otros lo mismo no tanto. Los Renegados, por ejemplo...aunque tenia la impresión de que Johan estaría deacuerdo conmigo. - ¿Cómo que rendirnos? Que entiendes tú por rendirse, Cleo? Porque para mi, rendirme sería firmar ese papel, disolver la Brigada y quedarme aquí jugando a ser el ciudadano ejemplar que solo se rebela un poquito y cuando ellos quieren.... Ey, viviríamos más cómodos, eso si.
Pero evidentemente, no pensaba hacerlo. Tambien mandaba cojones que te metieran al calabozo por protestar el resultado de un juicio. Cleo me estrujó en un abrazo, y yo le puse una mano en la espalda.
"estoy bien"
Me dije a mi mismo, dedicándole luego una sonrisa a la egipcia cuando me separé de ella. Alcé los ojos hacia Ben, que muy en su linea, estaba cabreado. Me levanté y me crucé de brazos, pero me quedé al fondo de la celda, dejándole hacer a él.
- Los dos tenéis razón. - les dije a Cleopatra y a Ben, porque era la verdad que yo veía. - Ni quedarnos plantados aquí esperando a verlas venir, ni fingir ser unos criminales que no somos. Agotaremos recursos "de hablar" y si siguen siendo unos imbéciles con un palo metido por el ojete, entonces... - alcé los hombros. Era necesario terminar la frase? - Entonces cada uno seguiremos un camino diferente. Astaroth es un soul reaper. Sabéis de algun bando que le tenga más mania que ellos a los magos puristas? - le hice ver a Cleo que....si estaba preocupada por su chico....bueno, su chico probablemente estaba en el mismo barco que nosotros.
Noté algo en el aire, algo que inmediatamente me dijo quien estaba alli. Descrucé los brazos, esperando verla aparecer alli en cualquier momento...pero no, aun debia estar lejos. Ben estaba churruscando los barrotes, y Leila seguia hablando. No mas hijos? Bueno....dadas las circunstancias, parecia una buena decision...
- Deberías comer Leila....autodestruirte no hará ningún bien, a nadie. Y menos así. -la transformacion....aun quedaba para la luna llena.... - si te pilla aquí no creo que te dejen transformarte. Una ciudad de enanos...? Leila....cualquier familia de la isla habria podido cuidar de ella...protegerla....Kyllian mismamente, ya, tampoco es santo de mi devoción ahora pero... si solo lo hubiesemos hablado en profundidad....y a tiempo.
Oí pasos, sí, ahora si que se acercaban. Balto fue el primero en aparecer, y luego Mérida, que se encargó de aplacar a Ben. Me acerqué a los barrotes, mirando a Mérida. Puse mis manos sobre las barras que habia recalentado Ben, pero hice el efecto inverso creando una fina capa de hielo: les bajé la temperatura rapidamente. Bueno, eso los dejaría quebradizos, por si cambiaba de opinion al final. Mi elemental de agua se desvaneció, dejando de mearse por ahi. Se iba notando el drenaje de magia.
- Que nos han metido al calabozo un dia, por protestar el resultado de un juicio. Absurdo, lo sabemos. Involucrarse...? Oh, no no dije eso, dije...no os "preocupeis", es que nome daba tiempo a escribir bien. Donde está Gen? - miré lo que me dejaba ver la perspectiva desde la celda.
"peces gordos, tsk"
Desvié la mirada, efectivamente venian unos cuantos Descendientes, pero ninguno Jack. Luego llegó Kyllian, evidentemente con un unico interés, Mérida. Estaba al tanto de lo que habia dicho en el juicio.
- Se te ha bajado ya la tontería o vas a soltar otra frase hiriente como que tampoco quieres que nos acerquemos a ella a partir de ahora?
"ya está bien"
Entraron los demás, pero seguia sin ver a Gen. Que hacía? De pronto oi la voz de Cath en mi cabeza, ya me iba acostumbrando pero me habria gustado que se lo dijera a todos tambien. Ladeé la cabeza, que documento?
- Si te soy sincero no me acuerdo. - de verdad que no. Dirigí mi mirada con intensidad hacia la de ella cuando siguió comunicandose por ese canal. Asentí, no borrar esos recuerdos...al menos no tendriamos que luchar contra eso. Podría leerme?
"evidentemente, no solo amigos, tengo familia, acuérdate. A no ser que a la mitad de miembros del Consejo les de por continuar con la purga...cuantos piensan como él? No está solo. Oiste a la gente aplaudirle. Los Blood keeper se han mezclado entre vosotros"
- La primera facción que tachó a la Brigada de ilegal fue el Ministerio de Magia de Dublín. Seguido del de Londres. Pero sabes que es lo peor? - me agaché para rascarle el hocico a Balto, que lo estaba metiendo entre los barrotes para llegar a donde estabamos Ben y yo. - Que si volvieseis a necesitar nuestra ayuda, os la prestaríamos.
"esto no ha terminado"
- Deberíamos hablarlo cuando terminemos con SAM. Asi, cualquier decision que se tome, no estará condicionada por ese enemigo. Es gracioso eh...? Que ahora que se ve el final del asunto empiecen a pasar cosas asi. No somos capaces de mantenernos unidos ni bajo estas circunstancias. - la decepcion en mi voz era más que evidente.
- Estoy preocupado por el rumbo que pueden tomar las cosas en el futuro, eso es todo. - le respondí a Cleo, la maldita planteaba cosas demasiado certeras, porque por mucho que a mi me diese igual pirarme de aqui, sabia que a otros lo mismo no tanto. Los Renegados, por ejemplo...aunque tenia la impresión de que Johan estaría deacuerdo conmigo. - ¿Cómo que rendirnos? Que entiendes tú por rendirse, Cleo? Porque para mi, rendirme sería firmar ese papel, disolver la Brigada y quedarme aquí jugando a ser el ciudadano ejemplar que solo se rebela un poquito y cuando ellos quieren.... Ey, viviríamos más cómodos, eso si.
Pero evidentemente, no pensaba hacerlo. Tambien mandaba cojones que te metieran al calabozo por protestar el resultado de un juicio. Cleo me estrujó en un abrazo, y yo le puse una mano en la espalda.
"estoy bien"
Me dije a mi mismo, dedicándole luego una sonrisa a la egipcia cuando me separé de ella. Alcé los ojos hacia Ben, que muy en su linea, estaba cabreado. Me levanté y me crucé de brazos, pero me quedé al fondo de la celda, dejándole hacer a él.
- Los dos tenéis razón. - les dije a Cleopatra y a Ben, porque era la verdad que yo veía. - Ni quedarnos plantados aquí esperando a verlas venir, ni fingir ser unos criminales que no somos. Agotaremos recursos "de hablar" y si siguen siendo unos imbéciles con un palo metido por el ojete, entonces... - alcé los hombros. Era necesario terminar la frase? - Entonces cada uno seguiremos un camino diferente. Astaroth es un soul reaper. Sabéis de algun bando que le tenga más mania que ellos a los magos puristas? - le hice ver a Cleo que....si estaba preocupada por su chico....bueno, su chico probablemente estaba en el mismo barco que nosotros.
Noté algo en el aire, algo que inmediatamente me dijo quien estaba alli. Descrucé los brazos, esperando verla aparecer alli en cualquier momento...pero no, aun debia estar lejos. Ben estaba churruscando los barrotes, y Leila seguia hablando. No mas hijos? Bueno....dadas las circunstancias, parecia una buena decision...
- Deberías comer Leila....autodestruirte no hará ningún bien, a nadie. Y menos así. -la transformacion....aun quedaba para la luna llena.... - si te pilla aquí no creo que te dejen transformarte. Una ciudad de enanos...? Leila....cualquier familia de la isla habria podido cuidar de ella...protegerla....Kyllian mismamente, ya, tampoco es santo de mi devoción ahora pero... si solo lo hubiesemos hablado en profundidad....y a tiempo.
Oí pasos, sí, ahora si que se acercaban. Balto fue el primero en aparecer, y luego Mérida, que se encargó de aplacar a Ben. Me acerqué a los barrotes, mirando a Mérida. Puse mis manos sobre las barras que habia recalentado Ben, pero hice el efecto inverso creando una fina capa de hielo: les bajé la temperatura rapidamente. Bueno, eso los dejaría quebradizos, por si cambiaba de opinion al final. Mi elemental de agua se desvaneció, dejando de mearse por ahi. Se iba notando el drenaje de magia.
- Que nos han metido al calabozo un dia, por protestar el resultado de un juicio. Absurdo, lo sabemos. Involucrarse...? Oh, no no dije eso, dije...no os "preocupeis", es que nome daba tiempo a escribir bien. Donde está Gen? - miré lo que me dejaba ver la perspectiva desde la celda.
"peces gordos, tsk"
Desvié la mirada, efectivamente venian unos cuantos Descendientes, pero ninguno Jack. Luego llegó Kyllian, evidentemente con un unico interés, Mérida. Estaba al tanto de lo que habia dicho en el juicio.
- Se te ha bajado ya la tontería o vas a soltar otra frase hiriente como que tampoco quieres que nos acerquemos a ella a partir de ahora?
"ya está bien"
Entraron los demás, pero seguia sin ver a Gen. Que hacía? De pronto oi la voz de Cath en mi cabeza, ya me iba acostumbrando pero me habria gustado que se lo dijera a todos tambien. Ladeé la cabeza, que documento?
- Si te soy sincero no me acuerdo. - de verdad que no. Dirigí mi mirada con intensidad hacia la de ella cuando siguió comunicandose por ese canal. Asentí, no borrar esos recuerdos...al menos no tendriamos que luchar contra eso. Podría leerme?
"evidentemente, no solo amigos, tengo familia, acuérdate. A no ser que a la mitad de miembros del Consejo les de por continuar con la purga...cuantos piensan como él? No está solo. Oiste a la gente aplaudirle. Los Blood keeper se han mezclado entre vosotros"
- La primera facción que tachó a la Brigada de ilegal fue el Ministerio de Magia de Dublín. Seguido del de Londres. Pero sabes que es lo peor? - me agaché para rascarle el hocico a Balto, que lo estaba metiendo entre los barrotes para llegar a donde estabamos Ben y yo. - Que si volvieseis a necesitar nuestra ayuda, os la prestaríamos.
"esto no ha terminado"
- Deberíamos hablarlo cuando terminemos con SAM. Asi, cualquier decision que se tome, no estará condicionada por ese enemigo. Es gracioso eh...? Que ahora que se ve el final del asunto empiecen a pasar cosas asi. No somos capaces de mantenernos unidos ni bajo estas circunstancias. - la decepcion en mi voz era más que evidente.
Seguía intentando distraer al guardia sentada sobre su mesa, sonriendo y haciéndome la boba cuando llegaron dos hombres. A juzgar por la orden del chiquitajo eran tipos importantes, el caso es que me sonaban. Se acercó uno de ellos muy amablemente. Alcé ambas cejas al ver el rubor de uno y otro y asentí a su pregunta.
-Oh genial!muy amable.-Solté brincando de la mesa al suelo en un pequeño saltito.
La sonrisa se borró al ver a Kyllian al que seguí con la mirada mientras pasaba y tras él lo hizo otra mujer. automáticamente disipé las feromonas que dejaron de emanarse de mi cuerpo aunque el resto seguiría flotando por el aire. Gruñí pensando que yo estaba ahí haciendo el pringado cuando todo el mundo pasaba sin más y marché al interior tras ellos dejando al par de hombres en el sitio junto al guardia.
había un par de guardias más así que pasé de liarme demasiado y simplemente les embobé lo suficiente para que se quedasen atontados mirando como pasaba. Miré a la celda donde andaban mis colegas sonriendo brevemente al general., mientras agarraba los barrotes. Fríos.
-Ey...creo que es la primera vez que nos encontramos en un calabozo y yo no estoy dentro.-Comenté en un tono un poco ejem.
También estaba Leila en otra celda pero ver al felino acercarse a Mérida captó mi atención. Fruncí el ceño acercándome a la pelirroja cruzando mis brazos.
-Creo que sabes perfectamente si está bien o no.-Miré a Mer como preguntando si me daba permiso para darle un batazo en la cabeza, aunque Lykaios soltó aquella frasecilla y volví a mirar a Kyllian.-Mérida es mi hermana y como se te ocurra...
Y de pronto una voz en mi cabeza. Miré a todos lados porque...pues ni idea de quién era, descartando sería la mujer morena.
-¿Como que ilegalización?¿Qué?-Miré al resto de la Brigada sin entender una mierda.
-Oh genial!muy amable.-Solté brincando de la mesa al suelo en un pequeño saltito.
La sonrisa se borró al ver a Kyllian al que seguí con la mirada mientras pasaba y tras él lo hizo otra mujer. automáticamente disipé las feromonas que dejaron de emanarse de mi cuerpo aunque el resto seguiría flotando por el aire. Gruñí pensando que yo estaba ahí haciendo el pringado cuando todo el mundo pasaba sin más y marché al interior tras ellos dejando al par de hombres en el sitio junto al guardia.
había un par de guardias más así que pasé de liarme demasiado y simplemente les embobé lo suficiente para que se quedasen atontados mirando como pasaba. Miré a la celda donde andaban mis colegas sonriendo brevemente al general., mientras agarraba los barrotes. Fríos.
-Ey...creo que es la primera vez que nos encontramos en un calabozo y yo no estoy dentro.-Comenté en un tono un poco ejem.
También estaba Leila en otra celda pero ver al felino acercarse a Mérida captó mi atención. Fruncí el ceño acercándome a la pelirroja cruzando mis brazos.
-Creo que sabes perfectamente si está bien o no.-Miré a Mer como preguntando si me daba permiso para darle un batazo en la cabeza, aunque Lykaios soltó aquella frasecilla y volví a mirar a Kyllian.-Mérida es mi hermana y como se te ocurra...
Y de pronto una voz en mi cabeza. Miré a todos lados porque...pues ni idea de quién era, descartando sería la mujer morena.
-¿Como que ilegalización?¿Qué?-Miré al resto de la Brigada sin entender una mierda.
Saludé a las dos chicas con una ligera inclinación de cabeza, la pelirroja se presentó y supe que era la chica que había ido a la boda con Kyllian, también conocía la situación del feral y sobre el Juicio porque lo había hablado con Lucio -Tranquila, os lo explicaremos cuanto estéis todos juntos- dije a la pelirroja aún sin querer mirar a la otra porque empezaba a sentirme incómodo. Me pegué del brazo de Lucio para intentar calmarme pero él hizo todo lo contrario, se deshizo de mi agarre y fue a hacerle ojitos a la chica de pelo morado... eso si que me hizo sentir mal a la vez que contrariado porque con solo mirarla se me encendían un poco las mejillas pero Lucio... Catherine apareció por el pasillo junto con Kyllian y un perro muy raro que pasó corriendo -Déjalo pasar- dije al guardia, así que no le hacía mucha falta la identificación al feral.
Cuando la morena dijo que debíamos pasar lo hice, no sin antes darle un codazo a Lucio cuando pasé a su lado y a medida que caminaba por el pasillo el atontamiento se me iba pasando y me iba enfadando cada vez más con él -Estúpido Lucio, ¿pero tu lo has visto!?- le comenté a mi amiga antes de llegar al lugar en el que estaba la brigada. Kyllian había ido a por la pelirroja de antes y parecía que había tensión, me supo mal por él pero mejor me quedaba calladito porque no sabía lo que había pasado. Cath se puso seria y miró fijamente al líder de la brigada, supuse que no quería oyentes así que miré a los guardias que estaban vigilando mientras ella hacía de las suyas -Es una conversación privada- con eso esperaba que entendieran que debían marcharse y por si acaso levanté una barrera que abarcaba las celdas de los acusados y a nosotros para que nadie pudiera escucharnos.
Mientras ella hablaba en privado con el líder quedaba muy raro que nos quedáramos en silencio así que intenté hablar con el resto -Hemos venido a deciros que sentimos lo ocurrido, Jack es un hombre... con ciertos estándares un poco tradicionales pero no es una mala persona, aún así la decisión que tomó no es definitiva así que hemos venido a informaros de eso, espero que esto no afecte a nuestra buena relación, sois nuestros aliados y compañeros en esta lucha... no puedo hablar por mis compañeros pero si por mi- les hice una pequeña reverencia a todos -Lo siento muchísimo-
Supe que la conversación de Catherine había acabado al escuchar la voz de Lykaios, evidentemente no sería tan fácil como pedir disculpas , me faltaban muchas piezas del puzle así que esperé a que ella hablara.
Cuando la morena dijo que debíamos pasar lo hice, no sin antes darle un codazo a Lucio cuando pasé a su lado y a medida que caminaba por el pasillo el atontamiento se me iba pasando y me iba enfadando cada vez más con él -Estúpido Lucio, ¿pero tu lo has visto!?- le comenté a mi amiga antes de llegar al lugar en el que estaba la brigada. Kyllian había ido a por la pelirroja de antes y parecía que había tensión, me supo mal por él pero mejor me quedaba calladito porque no sabía lo que había pasado. Cath se puso seria y miró fijamente al líder de la brigada, supuse que no quería oyentes así que miré a los guardias que estaban vigilando mientras ella hacía de las suyas -Es una conversación privada- con eso esperaba que entendieran que debían marcharse y por si acaso levanté una barrera que abarcaba las celdas de los acusados y a nosotros para que nadie pudiera escucharnos.
Mientras ella hablaba en privado con el líder quedaba muy raro que nos quedáramos en silencio así que intenté hablar con el resto -Hemos venido a deciros que sentimos lo ocurrido, Jack es un hombre... con ciertos estándares un poco tradicionales pero no es una mala persona, aún así la decisión que tomó no es definitiva así que hemos venido a informaros de eso, espero que esto no afecte a nuestra buena relación, sois nuestros aliados y compañeros en esta lucha... no puedo hablar por mis compañeros pero si por mi- les hice una pequeña reverencia a todos -Lo siento muchísimo-
Supe que la conversación de Catherine había acabado al escuchar la voz de Lykaios, evidentemente no sería tan fácil como pedir disculpas , me faltaban muchas piezas del puzle así que esperé a que ella hablara.
La simpática señorita pelimorada aceptó que la acompañásemos en dirección a las celdas, lugar hacia el que caminamos siguiendo a Catherine y Kyllian. Durante el breve camino me quedé un instante con cara de extrañeza, sin entender muy bien lo que acababa de pasar o por qué me había dado tanta vergüenza hablar con aquella chica. El codazo de Sean terminó de espabilarme, se ve que se había dado cuenta de mi extraño comportamiento. Iba a decirle algo hasta que escuché eso de "estúpido Lucio" que le comentó a Catherine. -¡Oye! ¡que no es mi culpa! estaba siendo amable.- Me indigné brevemente, yo no tenía ni idea de lo que había sucedido. Él mismo había confesado que también se sentía raro. Seguí con ellos hasta las celdas, aunque unos cuantos pasos por detrás. Al llegar dejé que Catherine y Sean llevasen la voz cantante para hablar del asunto que nos había traído ahí.
Sean les prometió que arreglaría aquello, disculpándose con la Brigada por lo de Jack. - No conozco los pormenores de la sentencia... - desvié la cabeza un momento para mirar a la celda de Leila, y luego al resto. - Pero estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo para que no se os considere como ha dicho Jack. Además, por mi parte sabéis que siempre podéis contar con el hospital de Ouroboros. No negaremos atención a quien lo necesite, nunca. - y me daba igual fuese quien fuese, sentenciado o no. - Y eso implica que pueden volver a la isla porque el hospital está aquí. El que había en tierra se destruyó. - concluí llevando mis manos a la espalda, volviendo a callarme para que hablasen mis compañeros, que manejaban más el tema diplomático.
Sean les prometió que arreglaría aquello, disculpándose con la Brigada por lo de Jack. - No conozco los pormenores de la sentencia... - desvié la cabeza un momento para mirar a la celda de Leila, y luego al resto. - Pero estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo para que no se os considere como ha dicho Jack. Además, por mi parte sabéis que siempre podéis contar con el hospital de Ouroboros. No negaremos atención a quien lo necesite, nunca. - y me daba igual fuese quien fuese, sentenciado o no. - Y eso implica que pueden volver a la isla porque el hospital está aquí. El que había en tierra se destruyó. - concluí llevando mis manos a la espalda, volviendo a callarme para que hablasen mis compañeros, que manejaban más el tema diplomático.
Que Ben se levantara de aquella forma me asustó, no podía negarlo y hasta di un pequeño respingo. Bajé la mirada con aquello de que no me reconocía notando una profunda punzada de dolor. Había cambiado tanto todo, claro que ya no era la misma chica asustada que conocieron en Egipto, que quería y podía ir por libre, una chica apátrida. Ahora… ahora todo era diferente. Se mordió el labio y notó cómo se le empañaba la mirada. Con la respiración acelerada también le respondí, en un tono más alto y dolido del que normalmente hubiera usado con él -¡También tengo derecho a poder elegir donde quiero vivir!- Lyka lo había dicho, ese papel no me definiría, pero parecía que para Ben sí, que si acataba aquello era como firmar una sentencia que me separaría de ellos para siempre. ¿también pensaría así de los demás? ¿Les culparía? Permanecí sentada en aquel rincón, junto a Lykaios. Me acerqué las rodillas y me las pegué al pecho, en mi pequeño agujero de mierda -Nunca firmaría algo que pudiera separarme de vosotros…. O que pudiera dañaros de alguna forma- Suspiré con cierta resignación, había que reconocerlo. Estaba segura que no firmaría aquello, pues para ella la Brigada eran todo lo que tenía, pero ¿a qué estaba dispuesta? ¿A perder la oportunidad de ser una gran nigromante? ¿A no poder volver a ver a otros que se quieran quedar? ¿A no poder volver a la torre Soul? Suspiró y se retiró las lágrimas antes de que brotaran -Pero también quiero pensar en todas las cosas que podría… y que podríamos… perder… con esa decisión- Dije, más para mí misma que para los demás, en un tono bajo.
Alcé levemente la cabeza hacia Lyka cuando dijo aquello de rendirse. No lo estaban entendiendo -No me refiero a eso. Y lo sabes- Aquella frase le salió del alma, con un tono bastante directo. No estaba segura de si la intención de Lyka era utilizar la ironía para contestarla, pero ella lo había captado así, y a aquello respondió -Pero estoy segura de que podríamos negociar unas partes que nos puedan satisfacer a todos. Solo es eso. “Mira, no puedes venir a mear a mis fuentes, pero puedes usar el hospital de Ouroboros si lo necesitas”. Se me ocurre, por ejemplo- Alzó la mano mientras seguía hecha un higo en aquella esquina, tratando de explicar su punto de vista, aquel que pudiera agotar la vía diplomática. Estaba claro que iban a tener que ceder ambas partes, pero al menos nadie sería de menos. Lo único que parecía es que, de ellos tres, ella era la única que estaba dispuesta a dialogar -Si no llegamos a una comunión y si cada uno tira por donde le interesa volveremos al mismo punto donde estábamos hace años: a magos enfrentándose entre sí hasta la muerte- Aquello le recordó a Zach muriendo precisamente a manos de magos, que sí, que era de la zorra de Adele y no tenía perdón de ningún dios compasivo. Así ardiera para siempre en el Tártaro. Bajé la mirada con un suspiro, al menos Lyka parecía querer escuchar y hablar y si las cosas no salían bien… no le gustaba cómo sonaba aquello, porque sonaba a despedida. Y todas las despedidas duelen. Negué con la cabeza a lo de los Souls, tenía razón.
Suspiré con aquello que dijo Leila sobre perdonarnos a nosotros mismos. Alcé la mirada y miré a Ben y me pregunté si él sería capaz de perdonarme si decidía quedarme en la isla. Preferí no pensar en aquello, era como idear cosas que todavía no habían pasado y que, a saber si pasarían. En cualquier caso, aunque él se enfadara con ella, ella se lo perdonaría todo, aunque la dejase de hablar o la diera de lado. Volvió a suspirar y se mordió el carrillo por dentro, tratando de evitar ese pensamiento tan destructivo que no dejaba de atormentarla. ¿Aquello era el fin de la Brigada? Por Osiris, no. Leila siguió hablando, parecía que trataba de hacer entender a Ben que su plan impulsivo hacía aguas por todas partes, a menos a día de hoy y que cada uno enfrenta la muerte a su manera, ella, por ejemplo, cuando murió Zach en sus manos estuvo terriblemente deprimida y todavía no estaba segura de si había podido superar aquello, y mucho menos, de perdonar a la rubia. Lyka respondió a lo de comer, y yo tampoco quise añadir nada más a aquello, sin embargo -¿Al final te has hecho la histerectomía?- Suspiró, pensando que aquello era una decisión horrible, pero era su cuerpo y era su decisión, la cual estaba tomada y ya era irremediable.
La conversación se vio truncada cuando empezaron a escuchar pasos. -¡Merida!- Se levantó de su esquina y se acercó a los barrotes, cogiéndolos para tratar de asomar la cabeza por entre ellos. -¿Cómo estás? ¿Has hablado con Imram?- En ese momento se olvidó de sus propios problemas y pasó al otro tema que le interesaba y era cómo estaba su pelirroja favorita, porque todavía tenía frescas las palabras del moreno en el juicio y del daño que le habían hecho a Mérida. -¡Gen! Por todos los ojos de Osiris, cómo me alegro de verte- Sin embargo, el momento del reencuentro no duró mucho, pues por allí también hacía acto de aparición el moreno supuesto novio de Mer, que más que pareja lo único que hacía era joderla más la vida, siseó en cuanto le vio aparecer, mirándole con infinito odio y así le contestó -Quizás el que no debería acercarse a ella tendrías que ser tú-
Tras ellos tres llegaron los Descendientes: Catherine, Sean y Lucio. Escuchó a su jefe contestar frases inconexas y entendió que debía estar hablando con Catherine, de modo que volvió la mirada hacia la pareja. Habló la pareja para presentar sus disculpas y miró brevemente a Ben antes de dirigirse a los Descendientes, soltando los barrotes -Gracias Lucio, gracias Sean. Justo estábamos hablando de ello, de tratar de agotar la vía diplomática por todos los medios. Y si no pues…. Bueno, algunos Descendientes ya han tomado su decisión, me temo, antes de escuchar a los otros- No recordaba que tuvieran tantos problemas con Jack, pero también era cierto que nunca se había metido tan hasta el fondo con los Descendientes. Fue Lyka el que comentó aquello de que volverían si les necesitaban, asintiendo a ello. Suspiré y volví a mirar a Gen y a Mer -Jack ha decidido que la Brigada es una facción ilegal en Ouroboros, y que deberíamos abandonar la isla en cuanto se solvente el problema. Y si queremos quedarnos tendríamos que firmar un documento que nos desvincule totalmente de la Brigada…- Les expliqué a las chicas para que tuvieran toda la información
Alcé levemente la cabeza hacia Lyka cuando dijo aquello de rendirse. No lo estaban entendiendo -No me refiero a eso. Y lo sabes- Aquella frase le salió del alma, con un tono bastante directo. No estaba segura de si la intención de Lyka era utilizar la ironía para contestarla, pero ella lo había captado así, y a aquello respondió -Pero estoy segura de que podríamos negociar unas partes que nos puedan satisfacer a todos. Solo es eso. “Mira, no puedes venir a mear a mis fuentes, pero puedes usar el hospital de Ouroboros si lo necesitas”. Se me ocurre, por ejemplo- Alzó la mano mientras seguía hecha un higo en aquella esquina, tratando de explicar su punto de vista, aquel que pudiera agotar la vía diplomática. Estaba claro que iban a tener que ceder ambas partes, pero al menos nadie sería de menos. Lo único que parecía es que, de ellos tres, ella era la única que estaba dispuesta a dialogar -Si no llegamos a una comunión y si cada uno tira por donde le interesa volveremos al mismo punto donde estábamos hace años: a magos enfrentándose entre sí hasta la muerte- Aquello le recordó a Zach muriendo precisamente a manos de magos, que sí, que era de la zorra de Adele y no tenía perdón de ningún dios compasivo. Así ardiera para siempre en el Tártaro. Bajé la mirada con un suspiro, al menos Lyka parecía querer escuchar y hablar y si las cosas no salían bien… no le gustaba cómo sonaba aquello, porque sonaba a despedida. Y todas las despedidas duelen. Negué con la cabeza a lo de los Souls, tenía razón.
Suspiré con aquello que dijo Leila sobre perdonarnos a nosotros mismos. Alcé la mirada y miré a Ben y me pregunté si él sería capaz de perdonarme si decidía quedarme en la isla. Preferí no pensar en aquello, era como idear cosas que todavía no habían pasado y que, a saber si pasarían. En cualquier caso, aunque él se enfadara con ella, ella se lo perdonaría todo, aunque la dejase de hablar o la diera de lado. Volvió a suspirar y se mordió el carrillo por dentro, tratando de evitar ese pensamiento tan destructivo que no dejaba de atormentarla. ¿Aquello era el fin de la Brigada? Por Osiris, no. Leila siguió hablando, parecía que trataba de hacer entender a Ben que su plan impulsivo hacía aguas por todas partes, a menos a día de hoy y que cada uno enfrenta la muerte a su manera, ella, por ejemplo, cuando murió Zach en sus manos estuvo terriblemente deprimida y todavía no estaba segura de si había podido superar aquello, y mucho menos, de perdonar a la rubia. Lyka respondió a lo de comer, y yo tampoco quise añadir nada más a aquello, sin embargo -¿Al final te has hecho la histerectomía?- Suspiró, pensando que aquello era una decisión horrible, pero era su cuerpo y era su decisión, la cual estaba tomada y ya era irremediable.
La conversación se vio truncada cuando empezaron a escuchar pasos. -¡Merida!- Se levantó de su esquina y se acercó a los barrotes, cogiéndolos para tratar de asomar la cabeza por entre ellos. -¿Cómo estás? ¿Has hablado con Imram?- En ese momento se olvidó de sus propios problemas y pasó al otro tema que le interesaba y era cómo estaba su pelirroja favorita, porque todavía tenía frescas las palabras del moreno en el juicio y del daño que le habían hecho a Mérida. -¡Gen! Por todos los ojos de Osiris, cómo me alegro de verte- Sin embargo, el momento del reencuentro no duró mucho, pues por allí también hacía acto de aparición el moreno supuesto novio de Mer, que más que pareja lo único que hacía era joderla más la vida, siseó en cuanto le vio aparecer, mirándole con infinito odio y así le contestó -Quizás el que no debería acercarse a ella tendrías que ser tú-
Tras ellos tres llegaron los Descendientes: Catherine, Sean y Lucio. Escuchó a su jefe contestar frases inconexas y entendió que debía estar hablando con Catherine, de modo que volvió la mirada hacia la pareja. Habló la pareja para presentar sus disculpas y miró brevemente a Ben antes de dirigirse a los Descendientes, soltando los barrotes -Gracias Lucio, gracias Sean. Justo estábamos hablando de ello, de tratar de agotar la vía diplomática por todos los medios. Y si no pues…. Bueno, algunos Descendientes ya han tomado su decisión, me temo, antes de escuchar a los otros- No recordaba que tuvieran tantos problemas con Jack, pero también era cierto que nunca se había metido tan hasta el fondo con los Descendientes. Fue Lyka el que comentó aquello de que volverían si les necesitaban, asintiendo a ello. Suspiré y volví a mirar a Gen y a Mer -Jack ha decidido que la Brigada es una facción ilegal en Ouroboros, y que deberíamos abandonar la isla en cuanto se solvente el problema. Y si queremos quedarnos tendríamos que firmar un documento que nos desvincule totalmente de la Brigada…- Les expliqué a las chicas para que tuvieran toda la información
Me quedé sorprendido por el tono que usó Cleo conmigo, ella que era siempre dulzura y palabras amables. Sí, claro que tenía derecho a elegir dónde quería vivir, pero no me esperaba que le gustase tanto la isla como para querer quedarse. Su tono era dolido, pero yo también lo estaba. Era como una traición eso de preferir otro lugar. - Pues vale. Parece que ya has elegido. Ya está. - repliqué en tono de voz de fastidio, mirando de reojo a Lykaios cuando dijo eso de que ambos teníamos razón en nuestros puntos de vista. Luchar, aunque Lykaios quería agotar antes la vía diplomática. No quise discutir más con Cleo ni decirle nada más, me sentía mal por el ambiente que se había creado entre nosotros. Bufé frustrado cerrando los ojos un momento, escuchando a Leila desde su celda. - Yo qué sé. El plan es luchar y ayudar, que es lo que siempre hemos hecho. Seguiré a Lykaios, decida lo que decida. ¿Derrocar a quién? los que viven aquí parecen estar muy a gusto. - me quedé mirando al infinito mientras hablaba de los modos de enfrentar la mortalidad, suspirando pesadamente ante lo difícil que le parecía encontrar un sitio para dejar a la niña.
- Tenías la respuesta mucho más cerca, Leila. Ouroboros podrá no gustarnos a nosotros, pero no hay duda de que es el sitio más seguro y con más oportunidades para que un niño crezca. Si no querías dejarla con Kyllian seguro que había cientos de padres dispuestos a adoptar. Pero lo mismo...ya está, ya no tiene sentido seguir dándole vueltas... - mejor que se hubiese hecho la operación para no tener hijos, ella parecía tenerlo claro. Hice un gesto de extrañeza por eso de que no comía bien, a lo que respondí con sencillez. - Pues come. ¿Por qué no lo haces? - ¿era algo así como una huelga de hambre o era porque no le apetecía? no quedaba muy claro con lo que había dicho.
Escuché pasos acercándose por el pasillo de las celdas, alegrándome a medias por ver a Mérida allí. No quería que ella también se metiese en líos. Puso sus manos sobre las mías para que apagase el fuego, por lo visto se acercaba gente a joderme el plan de fuga. Maldije por lo bajo antes de deshacer las llamas con las que quería calentar los barrotes, y Lykaios se encargó de enfriarlos con agua. Total, ya casi teníamos la magia drenada por las cadenas y habíamos perdido la última oportunidad. - Pues ya no podemos fugarnos. Mierda.- mascullé antes de ver aparecer por allí a nada más y nada menos que tres Descendientes. Kyllian iba con ellos, y por su modo de hablar entendí que no estaba con Mérida antes de venir aquí. Gen apareció enseguida, y comprendí que ella y la pelirroja habían venido juntas para sacarnos. Me aparté de los barrotes cruzándome de brazos con cara de cabreo, apoyándome de lado en la pared de la celda mientras escuchaba a unos y a otros. Cleo, Lykaios y Gen le dijeron cuatro cosas a Kyllian, así que decidí aprovechar y ser directo. - ¿Tú crees que tiene sentido esa manía que nos tienes a todos por el accidente de Leila? en serio, háztelo mirar. - seguí de brazos cruzados y poco receptivo al escuchar el mensaje de Catherine en mi cabeza, al menos habían tenido la deferencia de venir aquí para buscar soluciones. Sean y el otro también iban de buen rollo, pidiendo disculpas y esas cosas.
- Me gustan vuestras palabras...pero más me gustaría ver los hechos. Sacadnos de aquí y mandad a tomar por culo al viejo. No tiene sentido que estemos aquí por haber armado un poco de jaleo en el juicio. Parece mentira que vivamos en un puto mundo en guerra como para que se castigue eso. Hay una misión que hacer y ya vamos tarde. Pasad de protocolos y vamos a lo que importa. - los reté con fiereza para ver si eran verdad sus buenas intenciones, porque ahora mismo las palabras y las promesas de ayudar no me servían.
- Tenías la respuesta mucho más cerca, Leila. Ouroboros podrá no gustarnos a nosotros, pero no hay duda de que es el sitio más seguro y con más oportunidades para que un niño crezca. Si no querías dejarla con Kyllian seguro que había cientos de padres dispuestos a adoptar. Pero lo mismo...ya está, ya no tiene sentido seguir dándole vueltas... - mejor que se hubiese hecho la operación para no tener hijos, ella parecía tenerlo claro. Hice un gesto de extrañeza por eso de que no comía bien, a lo que respondí con sencillez. - Pues come. ¿Por qué no lo haces? - ¿era algo así como una huelga de hambre o era porque no le apetecía? no quedaba muy claro con lo que había dicho.
Escuché pasos acercándose por el pasillo de las celdas, alegrándome a medias por ver a Mérida allí. No quería que ella también se metiese en líos. Puso sus manos sobre las mías para que apagase el fuego, por lo visto se acercaba gente a joderme el plan de fuga. Maldije por lo bajo antes de deshacer las llamas con las que quería calentar los barrotes, y Lykaios se encargó de enfriarlos con agua. Total, ya casi teníamos la magia drenada por las cadenas y habíamos perdido la última oportunidad. - Pues ya no podemos fugarnos. Mierda.- mascullé antes de ver aparecer por allí a nada más y nada menos que tres Descendientes. Kyllian iba con ellos, y por su modo de hablar entendí que no estaba con Mérida antes de venir aquí. Gen apareció enseguida, y comprendí que ella y la pelirroja habían venido juntas para sacarnos. Me aparté de los barrotes cruzándome de brazos con cara de cabreo, apoyándome de lado en la pared de la celda mientras escuchaba a unos y a otros. Cleo, Lykaios y Gen le dijeron cuatro cosas a Kyllian, así que decidí aprovechar y ser directo. - ¿Tú crees que tiene sentido esa manía que nos tienes a todos por el accidente de Leila? en serio, háztelo mirar. - seguí de brazos cruzados y poco receptivo al escuchar el mensaje de Catherine en mi cabeza, al menos habían tenido la deferencia de venir aquí para buscar soluciones. Sean y el otro también iban de buen rollo, pidiendo disculpas y esas cosas.
- Me gustan vuestras palabras...pero más me gustaría ver los hechos. Sacadnos de aquí y mandad a tomar por culo al viejo. No tiene sentido que estemos aquí por haber armado un poco de jaleo en el juicio. Parece mentira que vivamos en un puto mundo en guerra como para que se castigue eso. Hay una misión que hacer y ya vamos tarde. Pasad de protocolos y vamos a lo que importa. - los reté con fiereza para ver si eran verdad sus buenas intenciones, porque ahora mismo las palabras y las promesas de ayudar no me servían.
Mérida Pyro
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-Aaaaaaaah…- Sonrió abiertamente antes de reírse por lo que había malinterpretado -Está afuera con el guardia de la entrada, veníamos con un plan pero…- Soltó el aire un poco a la fuerza y entonces miró a Cleo, su rostro se veía un poco extraño y se acercó a ella con una sonrisa asintiendo a que había hablado con Imram. No quería preocuparla demás así que prefirió callarse, aparte, sería echar más leña al fuego.
Pero de pronto vio a Jamagoso a sus pies y cuando alzó la vista empezó a temblar. Se le revolvió el estómago de nuevo al ver a Kyllian allí porque sabía…Sabía que aquello iría a mal. Muy mal. Lo miró a los ojos con el ceño fruncido sin entender su cambio de actitud. ¿Cómo que si estaba bien? ¿Acaso no la había visto irse de su propia casa o es que estaba tan borracho que no se acordaba? No le dio tiempo a responder… Gen llegó allí y habló. La pelirroja se acercó a Gen, tomando su mano y tirando suavemente para que parara al ver su gesto. Sin embargo, el resto de la Brigada habló y a Mérida empezaron a llenársele los ojos de lágrimas porque sabía que aquellas palabras de Kyllian le habían herido igual que a ella.
El pensamiento o la voz de Catherine en su cabeza no le gustó -¿Ilegalización?- Preguntó con un hilo de voz, sintiendo que le faltaba el aire. Miró a Lykaios buscando respuestas mientras él le respondía sobre lo de Dublin…Y Londres. La cabeza empezó a darle vueltas y fue Cleo quien aclaró todo. Cada palabra que soltaba le daba sentido a todo lo que estaba ocurriendo y, al mismo tiempo, le destrozaba por dentro-No… No, no...- Soltó en un sollozo antes de llevarse las manos a la boca. Ahora sí se encontraba entre la espada y la pared. Porque conociendo la situación que había en tierra no se podía atrever a bajar, ya no tanto por ella, ella resistiría pero el bebé… Y sin embargo, con la reacción de Kyllian tenía miedo de quedarse sola en la isla. Aunque era muy consciente de que cuando había descubierto la noticia decidió que si él no quería saber nada ella lo haría… Pero con la Brigada de su lado y ahora… Ahora… El aire le faltaba…Necesitaba salir de ahí.
Avanzó entre todos, Brigada, Kyllian, Descendientes y guardias importándole tres pepinos a quien golpeaba en el camino. Dio un par de pasos antes de empezar a trotar y finalmente a correr para salir de allí en busca de aire. Cuando llegó afuera agradeció el aire limpio y frío pero no se detuvo allí, siguió corriendo hasta alejarse de las dependencias de la guardia.
Pero de pronto vio a Jamagoso a sus pies y cuando alzó la vista empezó a temblar. Se le revolvió el estómago de nuevo al ver a Kyllian allí porque sabía…Sabía que aquello iría a mal. Muy mal. Lo miró a los ojos con el ceño fruncido sin entender su cambio de actitud. ¿Cómo que si estaba bien? ¿Acaso no la había visto irse de su propia casa o es que estaba tan borracho que no se acordaba? No le dio tiempo a responder… Gen llegó allí y habló. La pelirroja se acercó a Gen, tomando su mano y tirando suavemente para que parara al ver su gesto. Sin embargo, el resto de la Brigada habló y a Mérida empezaron a llenársele los ojos de lágrimas porque sabía que aquellas palabras de Kyllian le habían herido igual que a ella.
El pensamiento o la voz de Catherine en su cabeza no le gustó -¿Ilegalización?- Preguntó con un hilo de voz, sintiendo que le faltaba el aire. Miró a Lykaios buscando respuestas mientras él le respondía sobre lo de Dublin…Y Londres. La cabeza empezó a darle vueltas y fue Cleo quien aclaró todo. Cada palabra que soltaba le daba sentido a todo lo que estaba ocurriendo y, al mismo tiempo, le destrozaba por dentro-No… No, no...- Soltó en un sollozo antes de llevarse las manos a la boca. Ahora sí se encontraba entre la espada y la pared. Porque conociendo la situación que había en tierra no se podía atrever a bajar, ya no tanto por ella, ella resistiría pero el bebé… Y sin embargo, con la reacción de Kyllian tenía miedo de quedarse sola en la isla. Aunque era muy consciente de que cuando había descubierto la noticia decidió que si él no quería saber nada ella lo haría… Pero con la Brigada de su lado y ahora… Ahora… El aire le faltaba…Necesitaba salir de ahí.
Avanzó entre todos, Brigada, Kyllian, Descendientes y guardias importándole tres pepinos a quien golpeaba en el camino. Dio un par de pasos antes de empezar a trotar y finalmente a correr para salir de allí en busca de aire. Cuando llegó afuera agradeció el aire limpio y frío pero no se detuvo allí, siguió corriendo hasta alejarse de las dependencias de la guardia.
Kyllian Evans
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En cuanto llegué los compañeros de Mérida obviamente no me recibieron con los brazos abiertos pero pude ignorarlos a todos, no contesté a ninguno mientras mis ojos seguían fijos en la respuesta de Mérida, una respuesta que no llegó y solo recibí una mirada que no pude interpretar porque la verdad es que había ido de forma impulsiva a buscarla pero aún no tenía la cabeza en su sitio -Mérida... siento lo de antes, yo...- no pude decir nada más pues su amiga la del pelo lila se puso en medio y tuve que mirarla, claramente enfadado pero al volver la mirada a la pelirroja ella tampoco hizo nada por evitar aquello así que simplemente acepté que no quería hablar conmigo.
Me aparté de ella y volví con los descendientes, Sean había hecho una barrera y yo vi mi oportunidad de marcharme -Voy a vigilar que no venga nadie- les informé y empecé a caminar por el pasillo llevándome una mano al rostro intentando que no se me humedecieran de nuevo los ojos. Una vez en la puerta me encontré con el guardia que estaba en el puesto de control -¿y a ti que te pasa?- a ese lo conocía de algún que otro turno y parecía que le iba a dar un ataquito de lo serio y rígido que estaba, me senté en la mesa y pillé la lista de los detenidos solo por entretenerme, había fichas con fotos y cuando las vi... bueno, digamos que más de uno acabó con bigote, cuernos y mierdas de esas.
No pasó mucho tiempo hasta que vi a Mérida salir corriendo y el perro tras ella, la vi alejarse y me mordí el labio pensando si debía ir tras ella... dejé la carpeta y al final salí corriendo tras ella.
Me aparté de ella y volví con los descendientes, Sean había hecho una barrera y yo vi mi oportunidad de marcharme -Voy a vigilar que no venga nadie- les informé y empecé a caminar por el pasillo llevándome una mano al rostro intentando que no se me humedecieran de nuevo los ojos. Una vez en la puerta me encontré con el guardia que estaba en el puesto de control -¿y a ti que te pasa?- a ese lo conocía de algún que otro turno y parecía que le iba a dar un ataquito de lo serio y rígido que estaba, me senté en la mesa y pillé la lista de los detenidos solo por entretenerme, había fichas con fotos y cuando las vi... bueno, digamos que más de uno acabó con bigote, cuernos y mierdas de esas.
No pasó mucho tiempo hasta que vi a Mérida salir corriendo y el perro tras ella, la vi alejarse y me mordí el labio pensando si debía ir tras ella... dejé la carpeta y al final salí corriendo tras ella.
Lyosha Svensson
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La habían obligado a tomar una ducha y no sabía cuánto la había necesitado hasta ese momento. Lo que detestó fue el chándal, camiseta y jersey blanco que le dieron porque era demasiado inmaculado para ella. Tenía la necesidad de ensuciarlo, era una urgencia extraña … y preferia que las manchas fueran rojas pero…
Debía ser inteligente. El calabozo le brindaría un poco de refugio mientras ideaba que hacer. La guiaron cuatro guardias sin ningún tipo de armadura lo que le parecía irónico porque al entrar sintió barrotes y barrotes de metal.
Pero lo que en realidad le sorprendió fue la cantidad de gente que había allí. La inmundicia mágica -Estais más ocupados de lo que creeis- Soltó hacia los guardias con una risita socarrona y avanzó a través del grupo. Los cuatro guardias abrieron un pequeño túnel para que pasara Lyosha y lo cierto es que la mujer pasó con el mentón en alto y mucha elegancia antes de ser encerrada en el calabozo más lejano. Allí se quedaron apostados los hombres mientras ella simplemente se acostaba en la cama soltando un suspiro cansado. Menuda tontería. Necesitaba ensuciar esa ropa… pero… pero…
Soltó un leve gruñido antes de darles la espalda y sentir el horroroso cansancio que ocupaba su cuerpo así que decidió darle lo que quería...pero no sé permitiría dormir profundamente porque… no confiaba en los que le rodeaban.
Debía ser inteligente. El calabozo le brindaría un poco de refugio mientras ideaba que hacer. La guiaron cuatro guardias sin ningún tipo de armadura lo que le parecía irónico porque al entrar sintió barrotes y barrotes de metal.
Pero lo que en realidad le sorprendió fue la cantidad de gente que había allí. La inmundicia mágica -Estais más ocupados de lo que creeis- Soltó hacia los guardias con una risita socarrona y avanzó a través del grupo. Los cuatro guardias abrieron un pequeño túnel para que pasara Lyosha y lo cierto es que la mujer pasó con el mentón en alto y mucha elegancia antes de ser encerrada en el calabozo más lejano. Allí se quedaron apostados los hombres mientras ella simplemente se acostaba en la cama soltando un suspiro cansado. Menuda tontería. Necesitaba ensuciar esa ropa… pero… pero…
Soltó un leve gruñido antes de darles la espalda y sentir el horroroso cansancio que ocupaba su cuerpo así que decidió darle lo que quería...pero no sé permitiría dormir profundamente porque… no confiaba en los que le rodeaban.
El portal de Khaled se había abierto en el centro de la plaza de Ouroboros, lugar donde todavía quedaban un par de soldados de la Guardia tratando de rearmar sus armaduras después de la pelea con la mujer de pelo blanco. No fue nada sutil a la hora de pedirles información, e incluso cogió a alguno de la pechera a fin de interrogarlo y que les dijeran dónde se habían llevado a la matriarca de la calavera de metal. Una vez que la información fue revelada no tardaron en ponerse en marcha y caminar por la nieve hasta los calabozos. No estaban muy lejos de allí.
Cuando llegaron se toparon con un guardia que todavía estaba grogui por alguna razón que desconocía, sobre su mesa había unos informes de los presos, de modo que se hizo con ellos sin miramientos y entró sin pedir permiso. Avanzó por los pasillos, localizando a los magos hablando de sus cosas y por tanto giró en el pasillo siguiente para avanzar por otro lado. Había encontrado la ficha de Lyosha, que ahora estaba decorada con bigote, parche y cuernos. Mira, con el mal carácter que tenía, no le iba tan mal. En aquellos documentos estaba también la celda en la que se encontraba la revenant, por lo que no les costó localizarla, a pesar del rodeo que tuvieron que dar para esquivar a los magos. Lo que les traía allí no era asunto de su incumbencia. Iba a terminar de avanzar hasta la celda cuando llegó el patronus de Johan. Rodeó los ojos y los puso en blanco, mascullando sobre lo pesados e inoportunos que son -Yo me encargo de esto. Total, dudo que Lyosha tenga muchas ganas de verme- Y recordó aquello que le dijo en la torre durante la fuga de esta. Le dio los papeles de la celda a Khaled y se giró para deshacer el camino, dirección a la salida de los calabozos.
Cuando llegaron se toparon con un guardia que todavía estaba grogui por alguna razón que desconocía, sobre su mesa había unos informes de los presos, de modo que se hizo con ellos sin miramientos y entró sin pedir permiso. Avanzó por los pasillos, localizando a los magos hablando de sus cosas y por tanto giró en el pasillo siguiente para avanzar por otro lado. Había encontrado la ficha de Lyosha, que ahora estaba decorada con bigote, parche y cuernos. Mira, con el mal carácter que tenía, no le iba tan mal. En aquellos documentos estaba también la celda en la que se encontraba la revenant, por lo que no les costó localizarla, a pesar del rodeo que tuvieron que dar para esquivar a los magos. Lo que les traía allí no era asunto de su incumbencia. Iba a terminar de avanzar hasta la celda cuando llegó el patronus de Johan. Rodeó los ojos y los puso en blanco, mascullando sobre lo pesados e inoportunos que son -Yo me encargo de esto. Total, dudo que Lyosha tenga muchas ganas de verme- Y recordó aquello que le dijo en la torre durante la fuga de esta. Le dio los papeles de la celda a Khaled y se giró para deshacer el camino, dirección a la salida de los calabozos.
Mientras Vanessa se dedicaba a amenazar a guardias agarrandolos para que le dieran informacion, yo escuchaba tranquilamente el patronus que me habia enviado Zaphira con informacion sobre mi hermana. Rodé los ojos contrariado por la actitud de Lyosha. Y la de Vanessa. No crucé palabra con ella y fuimos hasta las dependencias de la guardia.
Allí habia demasiada gente, entre ellos el chiquillo de Zaphira, pero estaban muy enzarzados en una conversacion que parecía intensa y no establecí mas contacto que una mirada y un leve movimiento de cabeza, antes de seguir con mi camino.....
Un patronus llegó, anunciandonos, antes de alcanzar la celda de Lyo, aquello de la reunion para la siguiente mision. Vanessa dijo que se encargaría ella, aunque dudaba mucho de su capacidad para mediar en estrategia.
- Sea como sea, Adramelech no debe ir, no contéis con él. Ese imbécil de licaón ya lo ha jodido bastante.... y no lo veo haciendo enmiendas. - le hice un gesto a Vanessa como indicándole que lo dejaba en sus manos, hasta que las mias estuviesen libres.
Llegué a la celda de Lyo viendola recostada de espaldas a la entrada, en una cama. Dibujé un circulo rapido y abrí un portal, cruzandolo, y al segundo otro se abrió dentro de la habitacion de Lyosha. Me paré a sus espaldas, golpee el suelo de piedra levemetne con mi baculo al apoyarlo, y finalmente le dirigí la palabra.
- Qué estás intentando demostrar con esto, Lyo?
Allí habia demasiada gente, entre ellos el chiquillo de Zaphira, pero estaban muy enzarzados en una conversacion que parecía intensa y no establecí mas contacto que una mirada y un leve movimiento de cabeza, antes de seguir con mi camino.....
Un patronus llegó, anunciandonos, antes de alcanzar la celda de Lyo, aquello de la reunion para la siguiente mision. Vanessa dijo que se encargaría ella, aunque dudaba mucho de su capacidad para mediar en estrategia.
- Sea como sea, Adramelech no debe ir, no contéis con él. Ese imbécil de licaón ya lo ha jodido bastante.... y no lo veo haciendo enmiendas. - le hice un gesto a Vanessa como indicándole que lo dejaba en sus manos, hasta que las mias estuviesen libres.
Llegué a la celda de Lyo viendola recostada de espaldas a la entrada, en una cama. Dibujé un circulo rapido y abrí un portal, cruzandolo, y al segundo otro se abrió dentro de la habitacion de Lyosha. Me paré a sus espaldas, golpee el suelo de piedra levemetne con mi baculo al apoyarlo, y finalmente le dirigí la palabra.
- Qué estás intentando demostrar con esto, Lyo?
Miró a Sean cuando le habló frunciendo suavemente el ceño -No- La verdad es que no le había prestado demasiada atención así que alzó un hombro como preguntándole de qué hablaba. Finalmente llegaron a donde debían y todos los comentarios de recepción a Kyllian le parecieron extraños. Frunció el ceño sin entender la actitud de nadie así que fue acercándose hacia él con una rara necesidad de protegerlo porque según Reiv estaba en modo autodestructivo. Abrió la boca para preguntarle qué pasaba cuando decidió irse. Aquello la pilló desprevenida pero se centró luego en Lykaios, tenía que hablar con él.
Asintió a Lykaios cuando dijo que no se acordaba. Catherine bajó la vista apenada cuando mencionó de los Blood Keeper. “¿Qué pasa si te digo que no se trata de esa facción, Lykaios, sino de la gente que siempre vivió aquí? Mi madre era así y no era una Blood Keeper”. Escuchó la voz de la feral y lo cierto es que ni siquiera se dignó a girarse para mirarla, la ignoró deliberadamente. Hizo una leve mueca a lo que mencionaba el líder de la Brigada y cuando Sean puso la barrera suspiró y le escuchó hablar asintiendo con suavidad y luego miró a Lucio con una sonrisa amplia. Leyó el mensaje que le llegó al brazalete de parte de Sayid y observó a Sean -Necesito el documento que redactaste en el Castillo Le Fay. Convocaré un cónclave- Miró a Cleopatra con una leve sonrisa -La vía diplomática no era mi fuerte, ahora, soy un poco mejor en ello- En ese momento hubo una especie de silencio cuando cuatro guardias sin armadura custodiaron a una rara prisionera. Aquello la hizo mirarla con curiosidad.
Pero entonces Ben habló y Catherine dirigió su vista hacia él -No- Respondió negando con la cabeza ante lo que decía el pelirrojo -Lo siento, pero no voy a denegar una orden directa. Sin embargo, la Brigada no estaba siendo juzgada en ese momento. Una de vuestras integrantes sí, es lo que apelaré. Vosotros también podréis llevar un caso, si no me equivoco- Para ese momento llegó el patronus de Johan y la morena tensó los labios brevemente. Miró a la pelimorada a los ojos con curiosidad después de que Khaled y otra mujer pasaran. Había demasiada gente. Le agobiaban-Estaremos en contacto- Se despidió con un asentimiento de cabeza de todos y se desapareció.
Asintió a Lykaios cuando dijo que no se acordaba. Catherine bajó la vista apenada cuando mencionó de los Blood Keeper. “¿Qué pasa si te digo que no se trata de esa facción, Lykaios, sino de la gente que siempre vivió aquí? Mi madre era así y no era una Blood Keeper”. Escuchó la voz de la feral y lo cierto es que ni siquiera se dignó a girarse para mirarla, la ignoró deliberadamente. Hizo una leve mueca a lo que mencionaba el líder de la Brigada y cuando Sean puso la barrera suspiró y le escuchó hablar asintiendo con suavidad y luego miró a Lucio con una sonrisa amplia. Leyó el mensaje que le llegó al brazalete de parte de Sayid y observó a Sean -Necesito el documento que redactaste en el Castillo Le Fay. Convocaré un cónclave- Miró a Cleopatra con una leve sonrisa -La vía diplomática no era mi fuerte, ahora, soy un poco mejor en ello- En ese momento hubo una especie de silencio cuando cuatro guardias sin armadura custodiaron a una rara prisionera. Aquello la hizo mirarla con curiosidad.
Pero entonces Ben habló y Catherine dirigió su vista hacia él -No- Respondió negando con la cabeza ante lo que decía el pelirrojo -Lo siento, pero no voy a denegar una orden directa. Sin embargo, la Brigada no estaba siendo juzgada en ese momento. Una de vuestras integrantes sí, es lo que apelaré. Vosotros también podréis llevar un caso, si no me equivoco- Para ese momento llegó el patronus de Johan y la morena tensó los labios brevemente. Miró a la pelimorada a los ojos con curiosidad después de que Khaled y otra mujer pasaran. Había demasiada gente. Le agobiaban-Estaremos en contacto- Se despidió con un asentimiento de cabeza de todos y se desapareció.
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Khaled Svensson escribió:Mientras Vanessa se dedicaba a amenazar a guardias agarrandolos para que le dieran informacion, yo escuchaba tranquilamente el patronus que me habia enviado Zaphira con informacion sobre mi hermana. Rodé los ojos contrariado por la actitud de Lyosha. Y la de Vanessa. No crucé palabra con ella y fuimos hasta las dependencias de la guardia.
Allí habia demasiada gente, entre ellos el chiquillo de Zaphira, pero estaban muy enzarzados en una conversacion que parecía intensa y no establecí mas contacto que una mirada y un leve movimiento de cabeza, antes de seguir con mi camino.....
Un patronus llegó, anunciandonos, antes de alcanzar la celda de Lyo, aquello de la reunion para la siguiente mision. Vanessa dijo que se encargaría ella, aunque dudaba mucho de su capacidad para mediar en estrategia.
- Sea como sea, Adramelech no debe ir, no contéis con él. Ese imbécil de licaón ya lo ha jodido bastante.... y no lo veo haciendo enmiendas. - le hice un gesto a Vanessa como indicándole que lo dejaba en sus manos, hasta que las mias estuviesen libres.
Llegué a la celda de Lyo viendola recostada de espaldas a la entrada, en una cama. Dibujé un circulo rapido y abrí un portal, cruzandolo, y al segundo otro se abrió dentro de la habitacion de Lyosha. Me paré a sus espaldas, golpee el suelo de piedra levemetne con mi baculo al apoyarlo, y finalmente le dirigí la palabra.
- Qué estás intentando demostrar con esto, Lyo?
El cuerpo aquel estaba demasiado cansado y tras la batalla con los guardias y Zaphira, recibió bien el camastro duro. Cerró los ojos y se dejó llevar a aquel duermevela que le había ayudado a no caer en horrorosas pesadillas sino en una especie de descanso. Sin embargo, poco tiempo duro. Un patronus de Johan anunciaba la reunión para la próxima misión a la que ella no iría. Era demasiado peligroso en su estado actual. Pero tampoco tenía forma de responderle así que simplemente lo dejó estar. Necesitaba descansar y buscar soluciones, tenía la cabeza ida.
Un escalofrío le anunció la llegada de Khaled apenas segundos antes de escuchar el báculo contra el suelo de piedra. O quizás es que el susurro de su voz había viajado hasta ella y la había puesto en sobreaviso. No se giró, no quería ni verlo ni que le viera pero aún así algo se retorcia en su interior -Vete- Maldita Zaphira, maldita Vanessa y malditos cada uno de los seres que habían traído a Khaled hasta su celda. Obligaría a Matvey a usar su sangre para fortalecer el sello. No había nada que una buena daga al cuello no solucionara.
Emití un sonido despectivo por toda respuesta a su "vete". Dejé de mirarla y me aparté, apoyandome de espaldas en los barrotes de su celda, en la que yo mismo me habia metido sin preguntar. Crucé las piernas una sobre otra, volviendo a fijarme en su espalda.
- Estás siendo infantil. - dije con voz fría. - Eligiendo un calabozo de magos antes que nuestra Torre. No se quien se inventó que estabas recluida, pero no fue idea mia, desde luego.
Le dejé ese punto claro, porque por lo que me habia dicho Vanessa, se habia "fugado" para acabar aqui metida tras atacar a unos guardias y pelearse con Zaphira...que por cierto, no debía haberle contado lo de su embarazo.
Seguía mirando su espalda. Aun me dolía la cabeza de pelear contra Belialt. A sus ojos, a veces, aun aparecían aquellas alas surgiendo desde sus omoplatos. Los cerré, permitiendome recogerme en mi propia mente.
- ¿Qué mensaje se supone que debo interpretar de tus acciones? Por qué le has pedido a Zaphira un vial con mi sangre?
- Estás siendo infantil. - dije con voz fría. - Eligiendo un calabozo de magos antes que nuestra Torre. No se quien se inventó que estabas recluida, pero no fue idea mia, desde luego.
Le dejé ese punto claro, porque por lo que me habia dicho Vanessa, se habia "fugado" para acabar aqui metida tras atacar a unos guardias y pelearse con Zaphira...que por cierto, no debía haberle contado lo de su embarazo.
Seguía mirando su espalda. Aun me dolía la cabeza de pelear contra Belialt. A sus ojos, a veces, aun aparecían aquellas alas surgiendo desde sus omoplatos. Los cerré, permitiendome recogerme en mi propia mente.
- ¿Qué mensaje se supone que debo interpretar de tus acciones? Por qué le has pedido a Zaphira un vial con mi sangre?
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