Sauna

Los días en la isla estaban siendo tranquilos por el pacto que habían logrado los Pendragón. El maestro apenas requería mi presencia y las tareas que me encomendaba eran sencillas y tardaba poco tiempo en hacerlas, así que mis días pasaban entre mi cuarto en las montañas y explorando la isla.
Durante mis visitas al mercado había oído muchas cosas, de lugares, de personas...la gente hablaba mucho, demasiado, sin importar quien escuchase. Entre rumores y cotilleos me enteraba de sitios que podían ser interesantes. Hacía unos días me había enterado que tenían una sauna,así que ahí estaba ahora.
Al llegar me atendió alguien del personal, primero accedí a una habitación para dejar ahí mi ropa a buen recaudo y me dieron una toalla. Me explicaron unas cuantas normas pero no presté demasiada atención y cuando salí me llevaron hasta la zona de las termas.
"Tienen unas putas termas gigantes"
A pesar de no estar muy convencido de haber llegado hasta ahí el lugar parecía acogedor y además estaba vacío. ¿Que le pasaba a la gente de esa isla?Si yo tuviese una puta sauna con termas de gratis la usaría...¿O acaso tenían esa mierda en sus casas y no necesitaban venir a un sitio público?.
"Putos pijos"
Dejé la toalla a un lado, sobre algún asiento y me metí en la piscina sintiendo el agradable calor del agua destensar mis músculos. Nadé tranquilamente durante un rato y finalmente busqué un lugar donde sentarme en uno de los rincones de la piscina, apoyando mis brazos en el borde de la misma.

Despues de una buena noche disfrutando de la ciudad y acostándome super tarde, me habia presentado en el campo de entrenamiento de Adael para su clase...con ojeras y to el sueño del mundo, pero se me cayó la cara de vergüenza al enterarme que la clase del dia iba dirigida a elementaristas del fuego.

Me habia disculpado una y mil veces por confundirme de clase y me habia ido, pensando en como habia desperdiciado mi mañana. Podria haberme quedado durmiendo!

Tras pasar por casa y ayudar a mi padre con los mellizos volví a escaparme. En unos meses, volveríamos a estar todos aun más ocupados. Me había enterado por mi madre de lo de Erika, asi que tenía claro que iría a visitarla en breves al hospital. Estaba reorganizando mi agenda del día mentalmente.

Decidí ir a la sauna a probarla antes de ponerme a entrenar,o de ir a visitar a Erika, mi padre tenía razon y en magia tenia que mejorar mucho todavia, y si Adael estaba liado con los del fuego pues...me buscaría otra pera de boxeo.

Al pasar por taquilla dejé mis cosas y luego me fui a la sauna aquella. Me daba un poco de palo pero me hacía ilusión probarlas. Además alli habia muchisimo vapor. De cualquier modo, estaba en mi elemento.

"joer, tengo que traerme aqui a mi madre un dia, que se relaje un rato"

Sonreí y sin mas me metí al agua, dejando escapar un suspiro de gusto. Me hundí hasta la nariz, soltando burbujitas, cerrando los ojos mientras me subía la temperatura corporal.

Seguí disfrutando del agua en mi tranquilo rincón apartado. Comenzaba a notar el sudor caer por mi frente y seguramente mi cara estaría ya encendida pero no importaba. Suspiré aliviado, como en paz, pues mi mente estaba completamente en blanco, mientras mantenía mis ojos cerrados.
De pronto el sonido del agua me hizo abrirlos frunciendo mi ceño y buscando al perpetrador de tal crimen. Interrumpir aquel momento.
Para mi sorpresa un pelo azul se intuía entre el vapor. Mi cabeza se ladeó tratando de ver mejor a aquella persona que se hundía casi por completo en la piscina. Sonreí de medio lado pues a pesar de no estar seguro había decidido comprobarlo. Traté de mover mi cuerpo con lentitud para no llamar su atención y sumergí mi cuerpo en el agua para bucear sigilosamente hasta quedar cerca de ella volviendo a la superficie.
Estaba tan cerca que estiré mis brazos hasta tocar sus costados con la yema de mis dedos recorriendolos hacia abajo hasta dar con sus caderas mientras acercaba mi rostro.
-Cuanto tiempo belleza...

Abrí los ojos (mentira, solo uno ) al notar movimiento en el agua y fruncí mi ceño extrañada porque fuera lo que fuera se acercaba.

"Algun pervertido?"

De pronto la cabeza de "Dean" emergió del agua y mi ceño se desfrunció un poco, sonriendo un poco para mi misma.
- Al menos un pervertido que conozco. Estaba preparando mi puñetazo subacuático, que lo sepas. - se me erizó la piel (pese al calor ) cuando bajo el agua pasó las yemas de sus dedos por mis costados.

Estreché la mirada, observándolo. Si que había pasado tiempo sin verlo, sí. Bajé mis manos hasta las suyas para sujetarselas y apartárselas, lanzandole una mirada obvia, sobre todo al acordarme de como habia sido nuestro ultimo encuentro.

"que este es un sitio publico!"

- Cómo has estado este tiempo?

Mis labios se apretaron en una curvada y socarrona sonrisa por su amable comentario.
-¿No irías a pegarle a tu pervertido favorito?
Sentí el cambio en su piel y mis ojos se desviaron hacia el agua aunque su rechazo ante mi caricia me hizo chascar la lengua y rodar los ojos por un segundo antes de captar su mirada.
"venga ya!"
Desplacé mi cuerpo un poco en agua para buscar nuevamente apoyo con mis antebrazos en el borde de la piscina.
-Aburrido.
Murmuré con sinceridad mirando a la peliazul de reojo.
-Hubiese preferido algo de compañía.
Aún a sabiendas de que no quería que la tocase me vi tentado solamente por lograr que me mirase de nuevo de ese modo, así que extendí uno de mis brazos para rodearle la cintura y atraerla a mí de un tirón.
-¿y tú?

- Favorito? Insinuas que tengo pervertidos de sobra donde elegir. Creo que te encuentras solo en ese campo, colega. - le dije alzando una ceja con evidente todo jocoso. Sí, no habían muchos como él.

Fruncí los labios dedicándole una mirada abroncadora cuando llamó aquello "aburrido", pero en realidad no me cabreaba en lo absoluto.
- Aburrido no, quieres que nos echen y no nos dejen volver? Resulta que acabo de descubrir este sitio y me gusta. Viene bien para las contracturas... - solté un ruidillo de gusto volviendo a dejar que el agua me cubriese hasta el cuello, apoyandome de espaldas a su lado.

Lo miré cuando dijo que habría preferido compañía.
- Yo habría preferido algo de acción.... - pero estabamos bastante liados en casa ultimamente como para poder pensar en algo mas que solamente entrenar. Era bueno, supongo. Me echó mano a la cintura para arrimarme a él y volví a mirarlo con cara de "aqui nooooooooooo" y el ceño fruncido. Miré a mi alrededor un tanto avergonzada, se veían formas de gente por ahi entre todo el vapor de agua. - Aunque compañía y acción también habría estado bien.

Fijé mi vista en aquella ceja alzada que junto a sus palabras daba la sensación de querer crear un efecto molesto en mi. Alcé la vista al techo de la sauna, borroso por los vapores, mientras mi lengua tocaba la punta de uno de mis colmillos superiores en una especia de sonrisa.
-¿Tengo que repetirte cada vez que te veo que tu culo es alucinante?-Negué repetidas veces como si fuese una pérdida de tiempo hacerlo, al parecer ella no lo veía-Hay pervertidos belleza, simplemente no los ves.
Me tentó hacer una referencia a su uni-ojo pero lo descarté, volviendo a clavar la vista en ella mientras mis manos jugueteaban lentamente con el agua.
-Posiblemente hayas bailado con alguno en una de las fiestas de pijos que hacéis aquí.
Entorné los ojos ante su bronca aguafiestas tipo madre y seguí sus movimientos con la mirada. Se me escapó un gruñido muy por lo bajo ante ese ruidillo que soltó ella volviendo a mirar al frente. A lo lejos se distinguía alguna que otra figura borrosa, debían haber venido hace poco fuesen quienes fuesen aquellas personas.
-Belleza... ¿Que estás imaginando en tu sucia mente para pensar que nos echarían para siempre?
Murmuré divertido con una traviesa y algo pervertida expresión cruzando mi rostro antes de que la enganchase para acercarla.
"Acción ¿eh?"
Alcé ambas cejas ante ese gesto suyo, su ceño fruncido no hizo más que sacarme una sonrisa desviando la mirada a aquella gente lejana por unos segundos para después mirar hacia ella. Afiancé la mano en su cintura y la otra se perdió bajo el agua para tomarla del muslo para moverla mejor. Tiré con fuerza dejándola de frente a mí entre mis piernas ignorando esa negativa suya por segunda vez. A mi me daba igual aquella gente.
-Así que acción y compañía...
Mis ojos se clavaron en el suyo y en aquel parche y mis labios se apretaron con una de mis comisuras levemente alzada. Mis manos continuaban pegadas a su piel y apreté un poco su muslo.
-Eso podemos arreglarlo.

-No, por favor, deja lo de mi culo en paz. - resoplé, no se por qué tenía la sensación de que se lo diría a mas de una. Aunque sí, mi culo estaba muy bien puesto, a decir verdad. Resultado de salir a correr por la isla, o algo asi.

Puse cara pensativa, habia bailado con algun pervertido en alguna fiesta pija? Aquello me recordó...
- Mierda. Ya llego tarde.

Me reí por sus palabras, claro, había imaginado de más? - Nada que se pueda hacer en una sauna pública. - no pareció tomarse en serio mi advertencia porque lejos de apartarse, hizo de las suyas debajo del agua y acabamos aun más pegados, y además estaba el asunto de aquella mirada suya. Entrecerré el ojo observándolo bien, estaba claro que a el no le importaba el lugar. Y a decir verdad, tenía su....punto excitante.

- El caso es que mi cabeza me sigue diciendo que es una muy mala idea... - bueno, no de las peores....pero era bastante mala idea enrollarse con el tipo raro del bar que tenía una pistola y problemas para controlar sus emociones. - Aunque aquí el auténtico problema es que me guste. -le dije en voz baja mientras mis manos, bajo el agua, habian ido a parar a la parte baja de su espalda. Eh, debajo del agua nadie veía lo que estabamos haciendo. Me acerqué un poco a él y probé sus labios con los míos, rozándolos solamente antes de besarlos.

Una risa jactante se escapó rápidamente y miré al techo aún con aquella sonrisa en los labios.Si quería que dejase de hablar de su culo lo tenía crudo.
-No creo que quieras que deje tu culo en paz.
Entonces al bajar la mirada de nuevo a ella pude notar que se estaba pensando algo. Seguramente en quién era el pervertido, apreté un poco mis muelas una con otra a punto de revelar quién quería haber agarrado su culo de infarto cuando murmuró aquello.
-mm... ¿tarde?-una de mis manos salió del agua extendiendo mi índice para apartar un mechón de su frente que tapaba el único ojo con el que podía ver-Si tienes algo mejor que hacer...-Desvié la mirada volviendo a hundir la mano en el agua. Pero aquellas palabras suyas me hicieron volver a mirarla chascando mi lengua.
-Así que me llamas pervertido a mí...cuando la que tiene la mente llena de sexo eres tú ¿eh?-Entrecerré la mirada a la par que ella, como jugando a ver quién juzgaba más al otro.
Hice mi cabeza un poco hacia atrás alzando ambas cejas por aquello de la mala idea asintiendo lentamente. Lo era, para ella. Para mí era un planazo, sobre todo porque por alguna estúpida razón ella estaba bastante receptiva a juzgar por ese acercamiento suyo.
No dije nada más, respondí al beso mientras mi mano viajaba de su muslo a su culo, ambas a decir verdad, apretándola contra mí mientras intensificaba aquel contacto. Era evidente que aquello me estaba gustando, no solo por el calor que sentía y la necesidad que se podía ver por mi manera de besarla, sino también porque de llevar en esos momentos algún tipo de ropa(que no llevaba XD) hubiese sentido una presión intensa contra la tela del bañador. Corté el beso enfocando a su ojo con los míos elevando poco a poco una de mis comisuras.
-ey...tu controlas el agua ¿verdad?
Miré alrededor observando a lo lejos esa mancha que parecía una persona entre todo el vapor y volví a clavar la vista en ella.
-¿Respiras bajo el agua?
La pregunta sonó especialmente guarra porque lo era, y seguramente recibiría un buen puñetazo de su parte, y aquello tampoco me parecía mal a decir verdad.

Su contacto tenía algo demasiado...atrayente, era como un maldito imán. Me mordí el labio inferior cuando me apartó el pelo de la cara, si que tenia mejores cosas que hacer, pero me apetecía estar ahi mas que otra cosa. Me dijo que aun mas pervertida era yo.

- Ah...yo...es que te has acercado tanto que... no sé, parece que tienes mucha práctica ya en estas cosas. - le insinué, dejándole claro que no pensaba que fuese algo especial.

Después del beso, comencé a notar algo contra mi que antes pues no...no notaba asi. Pero no tenía ninguna duda de qué se trataba, y aquello entre que me puso nerviosa y....me dio ganas de mas.

Pero me preguntó eso y lo miré extrañada, que tenia que ver eso ahora? Luego me preguntó que si respiraba bajo el agua y...fruncí el ceño, le pegué un puñetazo si, pero no en la cara que la tenia muy bonita, en las costillas y bajo el agua, modo ninja.
- Y tú?
Lo acerqué a mi nuevamente para besarlo, pero esta vez lo empujé debajo del agua. Y ahora si que me ayudé de mi control sobre el agua, para que me fuera mas facil llevarlo al fondo conmigo y continuar con el beso, usando unas corrientes que tiraron de él hacia abajo a la altura de sus caderas. A ver quien aguantaba mas la respiracion ahí.

Tonteamos un rato más, pero al final, el encargado de la sauna vino a decirnos que se nos habia pasado el tiempo. Nos jodió bastante a ambos, pero...no nos quedó mas remedio que abandonar el lugar.

Los días pasaron y mi habitación resulta que estaba en un edificio lleno de magos. ¿Qué esperaba? tal vez un poco de tacto por parte de la doctora pero no, todos los días escuchaba o me cruzaba con las putas chispitas de mierda de unos y otros. Pasaba el rato encerrado, leyendo. Me había leído ya pues no sé...como 4 veces el mismo libro, porque poca variedad literaria a parte de cosas MAGICAS tenían allí.
A veces salía a correr, pero estaba cansado, no dormía bien. Me daban calambres, el brazo fallaba y todo era una puta mierda en general. Un día se me ocurrió pasar al bar, pero fue mala idea. Al parecer las mierdas que me daban para el dolor y el alcohol no era buena idea mezclarlas. Tampoco era muy dado a beber.
Cada día intentaba entrar en un local nuevo, por ver que había o si me daba menos asco que los anteriores, así que ahí estaba, en una puta sauna. Al menos estaba solo, metido en la bañera y con los brazos cruzados mirando con gesto serio a la puta pared de enfrente que MAGICAMENTE proyectaba imágenes de cascadas en movimiento y chispitas y luces y me cago en todos los muertos de los magos.

El turno en el hospital había sido largo y necesitaba relajarme un rato, por eso decidí acudir yo sola a la sauna para darme un baño antes de volver a casa de los Knox. Me preparé en los vestuarios, poniéndome el traje de baño antes de entrar a la sala llena de vapor en la que estaba la gran bañera. Me quité la toalla al llegar al borde, sentándome ahí para meter primero las piernas. Fue entonces cuando me di cuenta de que había una cabeza emergiendo del agua, como si fuera un hipopótamo acechante. Ya no tendría el baño sólo para mí.

- Buenas. ¿Te queda mucho o estás ya modo garbanzo? - pregunté con una sonrisa mientras me metía en el agua, acostumbrándome a la temperatura. Me quedé en la pared de enfrente a la suya, hundiéndome hasta el cuello porque se estaba bastante a  gusto.  - No es por meterte prisa ni nada, eh. Tú a tu marcha...- añadí para que no pensase que lo estaba echando, tratando después de sacarle conversación para no ser dos simples medusas asociales en el agua. Me fijé un poco mejor en la cara del hombre, que me sonaba muuucho. A éste sí que lo había visto en el hospital, era uno de los humanos. Es más, era el paciente de la Alianza que estaba tratando Arleen, uno de los chipeados.

- Yo te conozco. En el hospital eras paciente de Arleen Royden. O bueno...Ibn Salah como se hace llamar ahora. Eso de cambiarse el apellido al nombre del marido me parece una chorrada, ¿sabes? es como si anulase lo que  ya eras. - alcé un hombro, reacomodándome después rodeándome las rodillas con los brazos. Mientras seguí con mi verborrea, con tono majo simpático. - Probablemente te importe todo esto menos que el pelo de un demiguise, pero es mejor que nos mantengamos hablando para saber si al otro le ha dado un jamacuco por la temperatura del agua. A veces traen al hospital gente desmayada por golpes de calor aquí. El tipo que caliente el agua se pasa. Es uno de estos elementaristas de fuego...se flipan un poco con su fogosidad.

Seguía con la vista fija en esa magia del demonio cuando escuché una vocecilla. Desvié la mirada sin cambiar mi gesto, una muchacha aparentemente amable se metía en la piscina. La ignoré apartando la mirada, pensando que ya habían arruinado el lugar silencioso que había descubierto, aunque claro, el puto mural chisporroteante mágico también lo había hecho antes.
Y siguió hablando así que suspiré, me tocaría entablar conversación porque parecía de esas personas que no se quedaban tranquilas si no hablabas con ellas.-Soy paciente de Arleen seh.-mi tono era serio de malas pulgas, como siempre. Crují mi espalda recordando que debía escribir en el puto cuaderno.-Es una palabra y ya.
Era escueto, supuse que ya se encargaría ella de dar bola y acaparar el tiempo de charla. Hizo una comparación con algo mágico y gruñí por lo bajo y luego habló de algo de un tipo de esos que manejan elementos. Finalmente introduje toda la cabeza bajo el agua intentando rebajar mi frustración por un momento.
Volví a salir a flote y terminé por apoyar mis antebrazos en el borde de la piscina negando-No soy muy delicado respecto al calor.-Era verdad, mis duchas eran extremadamente calientes. Las pocas veces que mi mujer trató de meterse conmigo, al principio de nuestro matrimonio, le era casi imposible soportar la temperatura.

No tardé mucho en darme cuenta de que el hombre no tenía muchas ganas de hablar, pues respondía con apenas dos o tres palabras a lo que yo iba comentando. Me apunté eso de que saliese en "defensa" de Arleen al no darle importancia a su cambio de apellido. - Bah, es como si ahora fuese de Sayid. - Al señor ex alianzoso parecía caerle bien su doctora. Estuve a punto de reírme al ver que Gelion metió la cabeza bajo el agua, como si quisiese huir de mí por un momento. - Tranqui, que tampoco me voy a quedar aquí una hora a cocerme como un garbanzo. En unos minutos me voy.- le aclaré para que no se agobiase por tener que socializar.

- Pues naaada...qué bien. - comenté un poco incómoda como si no supiese qué más decirle, aunque antes de irme cotillearía un poco. Lástima que no tuviese veritaserum o algo para hacerlo cantar. Volví a meterme en el agua hasta la barbilla, mirándolo con los ojos entornados. No se parecía tanto a Draven como podía deducirse por su apellido. - También conozco a tu hermano y a su pareja. Son bastante majos, me salvaron más de una vez cuando era cría. Pero supongo que os lleváis mal, nunca os he visto juntos. me aparté el pelo mojado de la cara tras sumergirme un instante, señalándole con la barbilla. - ¿Te cae bien alguien de aquí o eres de los que están deseando irse de la isla?

Encogí mis hombros por lo de que perteneciese a aquel hombre. Tampoco es que me importase, era más preocupante la aparente obsesión con el crío que aún no había nacido, que había impedido parte de mi tratamiento. Como si importase por ser de un tipo de los que mandaban o porque ella sintiese que podía fallar, como mujer. Mi mujer había fallado como mujer y me había dado hijos, igual que yo había fallado como marido hacia ella. Poco tenía que ver.

Al parecer la muchacha se percató de que no era de tener mucha compañía. Supuse que iba a dejar de hablar, pero no. Cogí aire por un momento. Si hablaba con ella tal vez se marchase antes. Yo que sé. Y entonces habló del tuerto de mi hermano.
-Apenas nos conocemos pero parece bastante imbécil.-Confesé abiertamente.-Y la chica pelirroja... debe ser un poco tonta por juntarse con él. ¿Conoces a su hijo también? Al parecer es el más listo de los tres.

A juzgar por como había dejado tirado a mi hermano en la base de la Alianza, al menos sabía que no tenía que juntarse con ese gilipollas integral. Escuché su pregunta, no tenía por qué mentir así que encogí mis hombros de nuevo.
-¿Te cae bien alguien de la Alianza o si estuvieses en su base querrías largarte cuanto antes?

Dejé de hablarle de Arleen porque parecía pasar del tema, bastante tenía ya ella con un paciente complicado. Abrí la boca toda indignada cuando llamó imbéciles a Thalos y a Erika, echándole agua con la mano casi sin querer. Bueno, queriendo. Ya debía haber supuesto que no se llevaban bien, pero no me gustaba que los insultara en mi presencia. - Pues te equivocas, podrías intentar conocer un poco mejor a tu hermano. Y no, apenas conozco a su hijo. - crucé los brazos a la altura del pecho, mirando después hacia otro lado un tanto incómoda. Vale, yo estaba algo mosqueada con Ian, pero no iba por ahí llamándolo imbécil, y sobre todo no pasaba de él de ese modo. ¿Por qué no podía la gente intentar llevarse bien? sólo tenían que poner de su parte.

Solté una risilla irónica cuando metió la pata hasta el fondo diciendo lo de la Alianza, poniéndome en pie en la piscina para acercarme andando por el agua hasta quedar delante de él. Planté una mano en la cadera y alcé la otra para señalarle con el índice de manera acusadora. - Si estuviera en su base querría largarme cuanto antes. ¿Sabes por qué? porque allí torturabais a la gente de todas las maneras posibles. Seguro que si estuviese allí no tendría atención médica personalizada de una doctora como la tienes tú, ni camparía a mis anchas por la isla, ni disfrutaría de una sauna. Así que...no me hagas comparaciones absurdas, Gelion Draven. Ahora ya sé cuál de los dos hermanos es el listo. - tras eso me di media vuelta, regresando a mi sitio para salir de la piscina sentándome en el borde un momento. Cogí la toalla que había dejado al lado, liándomela al cuerpo antes de ponerme de pie. - Disfruta del baño y piensa en lo que has hecho, que te tienes que reinsertar en la sociedad. - me despedí de él de manera menos maja de la que lo había saludado al entrar, saliendo de la zona de la piscina para marcharme poco después del edificio.

Otra bruja indignada. Le sostuve la mirada mientras me intentaba dar lecciones de moral. Inevitablemente una pequeña sonrisa de satisfacción cruzaba mi cara conforme hablaba y hablaba. Era algo que disfrutaba, sacar de quicio a la gente con un par de palabras.
Me estiré disfrutando del momento y cuando decidió que se marchaba se me escapó una risa por sus últimas palabras. Parecía mi vieja madre cuando me reprendía por decir algo sobre que la magia era divertida.
Tras un buen rato disfrutando en soledad por fin abandoné el lugar bastante más relajado gracias a la pelirroja moralista.