Planta de maternidad

Recuerdo del primer mensaje :

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Fruncí el ceño por la respuesta de Thalos y cuando habló de su magia la recordé, le recordé a él usándola contra los demás. Volví a mirar a Thalos cuando empezó a preguntar y apreté mis labios sin saber muy bien que decir.

Negué apretando mis ojos cerrados sintiendo que...bueno que quería chillar. Abrí los ojos de sopetón al contacto de mi tío al que miré con angustia. Cuando habló del pequeño vi a Anteia cargarlo y volví a buscar al peliazul con la mirada.-¿Yo?-No entendía. No entendía por qué preguntaban por mí.

Sentí algo más de calma pero, pero la angustia no se marchaba. Negué cuando dijo que estaba a salvo, negué cuando habló del crío que tenía entre sus brazos. Y apreté mis labios con rabia cuando habló de Reed. -¿Habéis dejado que se marche?-Espeté juzgando a cada uno de ellos con rabia por aquello, en especial mirando a Thalos.

Desvié la mirada a mi tía que al parecer quería que cogiese al pequeño. Conociéndola si no lo hacía pensaría mal sobre mi instinto maternal, que no tenía. Era una madre terrible. Aún así lo cargué acercándolo a mi pecho.-Va a matarle.-Murmuré mirando al pequeño acercando un dedo hacia su pequeña mano.-El bebé...no le servía...y mandó a sus alumnos acabar con nosotros y Reed...-Negué con la mirada perdida.-Le juzgué mal, no intentó hacerme daño la otra vez...-Comenté con la angustia aflorando en mi voz y entre lágrimas.-Nos usa para llevarle al límite, para...-No supe continuar. Apreté de nuevo los labios antes de aspirar por la nariz, tratando de contener el moqueo.-Y le habéis dejado volver.

- Su objetivo? Matarlos.... - estaba seguro de que era lo que acabaría haciendo, sobre todo si se trataba de esa persona, como mi mente me estaba convenciendo de que era. Hacer algo? No me digas? Mi torva expresión reflejaba ese pensamiento. - Lo único que puedo hacer es encontrarlo y acabar con él. Si no podéis ayudarme con eso entonces no podéis ayudarme - si, había entrado en bucle con eso.

"quizá desvincularme de ellos. Quizá se lo trague."

Miré a Erika y notaba que la culpabilidad me asfixiaba. De todos los escenarios, este era uno que jamás habia imaginado. Estaba algo más calmado, pero aquello no se extinguía, no había manera. La pelirroja me juzgó con la mirada por haber dejado marchar a Reed (otra vez) y la verdad yo me juzgaba más de lo que lo hacia ella.

- No he podido evitarlo. Me ha dado al bebé, me ha dicho que os aleje de los magos, y se ha marchado.... - apreté los puños sobre mis rodillas. Si, quizá...quizá era eso lo que tenía que hacer...

Con cada palabra que Erika decía sobre Reed notaba como me pesaba más y mas aquel yunque sobre el pecho. Que lo iba a matar...que Reed nunca pretendió hacerle daño a Erika y en ambas ocasiones la habia protegido de...eso. Que nos usaba como  objetos para llevarlo al límite.

"joder, y ese monstruo tiene alumnos?"

- Llevarlo al límite y que pierda el control de su poder? Y...él también es mago, Anteia lo vio en la eco. - dije refiriendome al bebé. - por qué el no le sirve? Que tiene Reed que él no? ....

Que tenía? Que no estaría vivo de no ser por la intervención de la sangre de un dragón. Me quedé en silencio, pensativo, era una conjetura muy cogida por los pelos, pero era la única. Aquellas alas negras en forma de oscuridad...

Algo en mi cara indicaba que me había dado cuenta de algo.
- A Ouroboros no puede entrar nadie que no haya sido invitado previamente, verdad? eso quiere decir que... ALGUIEN lo invitó! - me puse en pie, dejando explotar la ira de golpe.

"Erika no recuerda nada del lugar, y esto no es una maldita casualdiad"

Intenté calmarme, ella no necesitaba eso, asi que me dirigí a Lyran.
- Hablad con vuestros malditos contactos en esta isla, alguien tiene que saber algo. HAN DEJADO ENTRAR A ESA BESTIA!

"no voy a permitir que me los quite a ellos tambien. A Reed no... a Reed no..."

Estaba dividido entre la idea de pedirle que se fuera lejos de aqui con el bebé, que se largase con los Soul a dónde quiera que se hubiesen ido, y de no dejarla separarse de mi. Que era mejor para ellos? Dónde estarían mas seguros? Me asfixiaba la idea de un enemigo invisible, de no saber qué hacer.... arrastrarlos a las ruinas de la Torre de Sam en China Town? alli no habia magia. Alli...podría ahorcarlo y....


Me llevé las manos a la frente, echándome el pelo hacia atrás, tratando de detener la espiral. El infierno. La tortura en VR. No, ya no tenía 18 años.

- Hablé...con Khaled... - me giré hacia Erika, era visible el esfuerzo que estaba haciendo por mantener la calma. No sabía cuanto duraría eso. Tenía que parar cada pocas palabras para tomar aire- Recuerdas...antes de iniciar la misión...lo que te dije...? Khaled me dijo que....su alma no estaba en el infierno... así que creo que...es él. Así que iré....y traeré a Reed de vuelta porque...no va a hacerme eso otra vez.

"no, otra vez no"

Cesé mi contacto con Erika cuando reaccionó asi, estrés post-traumatico? Probablemente. Suspiré y me aparté un poco, dandole espacio.

- Preguntamos por tí porque llegaste herida... y por las apariencias, nadie le dejó marchar, Erika. Se marchó él sin dar más opción.

"Vale, sabemos que es un mago oscuro que usa magia peligrosa para juguetear con la muerte y con el tiempo...que tiene un objetivo....cero aprecio por la vida ajena...mente retorcida....uhm...."

Mi gesto se ensombreció cuando Erika dijo tan convnecido que lo iba a matar. Seria capaz? Si...Thalos dijo que habia sido auror.

"Los aurores son capaces de eso y más"

Lo había visto, asi que...me lo crei.

- Joder...para qué alguien querría usar a un bebé? Por eso...aceleró en crecimiento de Reed, porque él si le servía? - eran pregutnas que sabia se podian quedar sin respuestas, pero debiamos esclarecer lo mas que pudieramos,.

Thalos montó en ira, diciendo que lo habian dejado entrar. Pero...tenía razon en algo. Si habia aparecido en Ouroboros era que habia sido invitado.

- Llegaría con alguno de los grupos de refugiados. O con los Pendragon. No lo sé. Creo que los Descendientes estaban haciendo un censo, podemos indagar...verdad Anteia? - le pregunté, quizá en ese frente podiamos ser utiles.

Luego me llamó la atención que Thalos mencionase a Khaled, y me lo quedé mirando en silencio con expresión grave, pero no dije nada. Hasta ahí habian llegado?
- Para comenzar.... teneis que poner al bebé a salvo...y a Erika. - miré a Anteia....la idea de Ouroboros quedaba descartado pero... - Puedo...podemos...encargarnos nosotros del pequeño? -estaba consultando con Anteia. - Hasta que ellos puedan arreglar ese asunto.

La angustia de Erika, el estrés de Thalos y hasta su propia vergüenza por las palabras de la pelirroja habían hecho que sus poderes menguaran hasta que tuvo que retroceder su aura. Sabía que quizás estaba un poco pálida, pero debí centrarse en los demás. La escena que describía Erika era sin duda descorazonadora. No le gustaba verla llorar. No le agradaba para nada. Se acercó a ella y empezó a acariciarle el pelo, acercándose hasta dejarle un beso en la frente -Y lo vamos a buscar, lo vamos a encontrar y te juro por lo que me es más sagrado que ese hombre va a conocer su merecido- Las preguntas de Lyran no le daban mucha tranquilidad. Asintió a lo de indagar, creía que Adael estaba a cargo y si le informaba lo que había pasado seguro se ponía en marcha. O Sayid, él siempre había sido muy dulce con ella.  Lo del bebé la hizo asentir con suavidad -Claro que sí, me pediré una baja, Lucio entenderá- Sonrió a su esposo pensando que era lo mejor del mundo mundial.

De pronto Thalos parecía aún más agobiado y Anteia se incorporó lentamente -Le servía… ¿Para qué? ¿Qué es lo que quiere hacer?- Alzó las manos lentamente y miró a Lyran un instante para que se quedara con Erika y cogiera al bebé. Fue acercándose a Thalos con cuidado buscando su mirada, pero estaba muy agobiado, demasiado. Hizo un esfuerzo, porque ella misma estaba angustiada, pero tenía una determinación que sólo los Malfoy conocían. No iba a permitir que nadie más hiciera daño a su sobrina. Se detuvo frente a él y alzó las manos empujando su aura de calma hacia él con tanta fuerza que, por primera vez, desde que tenía conocimiento, se vio de forma física los leves brillos de color celeste. No habló, no de momento porque el esfuerzo era bastante, sino que simplemente dejó que el aura envolviera a Thalos durante unos minutos- Mírame…Ella está aquí, el bebé se encuentra bien. Debemos buscar a Reed y debemos eliminar al mago oscuro, pero si te ve así disfrutará de tu dolor y tu agobio y los usará en tu contra. ¿Eras militar, verdad, Thalos? ¿Qué sucede cuando se toman decisiones desde el punto en el que estás? - Presionó aún más su aura en él -No estás solo y vamos a resolverlo. Busca un lugar para llevar a Erika, no me despegaré del bebé y protegeré la ubicación con magia- Se señaló el anillo - Lyran pondrá barreras en la casa-

La mantuvo durante todo lo que pudo -Erika y tú han sobrevivido a enemigos fuertes, éste no marcará la diferencia. Respira y concéntrate en el siguiente paso- Le dijo y mantuvo un tiempo más el aura pero esta vez cerró los ojos, no tenía mucho más que decirle sólo quería que el sentimiento se redujera hasta que fuera capaz de manejarlo. No podía suprimirlo, ese nunca sería su poder y tampoco su deseo pero si podía ayudar a que lo digiriera era mejor. Cuando bajó las mano sintió un agotamiento extremo y negó suavemente con la cabeza, dirigió los pasos hacia Erika dejándole un beso de nuevo en la frente -Te quiero- Susurró antes de que Lyran y ella se retiraran de allí dejando que ambos padres se despidieran del bebé.

El miembro 'Anteia Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Se encargaron de explicarme que no habían podido convencer a Reed para quedarse. Aún así les dediqué una mueca molesta, no por ellos sino por la situación. Empezaron a preguntar por qué él, por qué no el otro, para qué y yo no sabía una mierda. Me agobié.-¡Y yo que sé!¡¿Creéis que me he parado a preguntarle mientras hacía que pariese prematuramente?!-Contesté claramente cansada de aquellas preguntas.

Cogí aire. Me costaba. Mientras tanto Thalos también explotó y empezaron a elucubrar con quién había llegado. ¿Qué más daba? Ya tenía a Reed antes de llegar a Ouroboros. Cuando mi tío sugirió quedarse con el crío y mi tía aceptó casi enseguida me quedé mirando a una pared. Deje todos hablasen mientras pensaba que era lógico. ¿Cómo iba a cuidarle yo que era la que había llevado a Reed en primer lugar con aquel hombre. Apenas miré cuando entregué al pequeño a Anteia.

Lancé una mirada a Thalos cuando habló de Khaled, iba a decirle que tenía yo tenía que hablar con él , me había contactado así que esperaría algún tipo de signo de vida, pero empezó a hablar de sus sospechas. -Tal vez nunca tuvo alma.-Sinceramente seguía dudando que fuese él, aunque la respuesta sonó más ruda de lo que debería. Estaba genuinamente enfadada por todo.

Anteia se acercó y aunque valoraba sus gestos de cariño simplemente fruncí mis labios. Entonces abrí los ojos al recordar algo pero para cuando fui a decirle lo que quería Lyran y ella ya se habían desaparecido. Suspiré profundamente antes de mirar a Thalos.-No le hemos puesto nombre. ¿Le hemos puesto nombre?-Pregunté ahora dudosa porque no sabía cuanto tiempo había pasado antes de despertarme. Tal vez el lo había hecho. Volví a suspirar desviando la mirada.-Sé que piensas que es él...pero no te pierdas en ese pensamiento. Daría igual fuese quién fuese, tenemos que apartarle de él.-me apoyé en la cama para incorporarme quejándome por lo bajo con intenciones de levantarme y ponerme a buscarle.

Me quedé mirando a Lyran cuando dijo eso de los Pendragon. Con ellos? Bueno, Reed tenía algo de dragón, por extraño que fuese. Cosa que su hermano pequeño, no....

Luego propusieron cuidar del pequeño un tiempo hasta que las cosas fuesen mas seguras, y ni yo ni Erika dijimos nada, probablemente ambos pensábamos lo mismo....que éramos unos padres de mierda y que estaría mejor con ellos. Así que no, no dije nada.

Ya me estaba costando mantener aquella espiral de pensamientos bajo control como para encajar el tono de voz de Erika. Nunca tuvo alma? No, sí que la tuvo. Ella seguía sin creerme. Y la pregunta de Anteia....tampoco ayudaba. No sabía que quería hacer, mas allá de buscar una venganza. Pero era algo, algo aparte, y no podía ser bueno.

- No lo sé! Ya sabéis que Reed tenia transformaciones descontroladas en dragón cuando era pequeño! Si no podíamos tener lámparas en el techo!

Casi exploto antes de que Anteia se parase frente a mi e hiciera aquello. Seguí aangustiado y rabioso, pero al menos la espiral pareció empezar a girar más despacio.

En algo tenía razón. Si me viera asi, solo disfrutaría de su triunfo, de el éxito de poder manipularnos asi. Era cierto.
- Sí...lo era.... - y muchas veces sentía que seguía siéndolo, que como dijo Gelion, no lo había abandonado. - ...Que tomas las decisiones erróneas de modo precipitado. - al menos estaba comenzando a pensar con claridad. No podía dejarme arrastrar por eso de nuevo. Qué coño, había vivido demasiado despues de eso como para permitirlo.

Finalmente asentí a la rubia, mas centrado y decidido.

Ellos se fueron finalmente llevándose a nuestro bebé, y me quedé mirando al vacio un momento.

"no....no le hemos puesto nombre..."

Me senté en su cama, de espaldas a ella.

- No....no tiene nombre. Alguno que te guste? - vi que se incorporaba y se lo impedí poniendo mi mano en su hombro, empujándola de vuelta a la cama. - No te muevas pelirroja, joder, quieres que se te abran las heridas y que vuelvan los medicos a toquetearte? En algo tienes razón. Sea él o no, hay que apartarlo.

"piensa, maldita sea"

- Conoce al enemigo antes de enfrentarte a él. Tiene poderes mentales? Sabemos que abre portales, le he visto usarlos. Antidesaparición....no se si funcionará. Tú también necesitas encontrar un lugar seguro, porque si encontramos a Reed, que viene despues? Ya lo hemos encontrado otras veces y acaba siempre igual. Lo llama y acude a él...como una mascota.

Iba a responderle que no sabía. Ni lo habíamos hablado durante el embarazo tan siquiera, ni tampoco había sentido la necesidad. Aquello hizo que pensase de nuevo en el tipo de madre que era, que había sido...porque Reed tampoco tuvo nombre al nacer. Pero el sentimiento de culpa se cortó por su empujón hacia la cama.

Mi espalda tocó el colchón justo a la par que gruñí por aquel gesto, fulminando a Thalos con la mirada. A pesar de que tenía razón, era obvio que no estaba en las mejores condiciones para salir de la cama, me incorporé de nuevo quedando en una posición media entre sentada y tumbada.

Entorné los ojos resoplando y tras un suspiro hablé.-Hace algo...para que hagas lo que quiere. No sé si es un imperius o algún tipo de control mental. -Apreté mis labios observando su expresión. Por como hablaba me hacía pensar que su cabeza empezaba a perderse.

-¿Yo?-Pregunté cuando dijo que necesitaba un lugar seguro.-No necesito un lugar seguro capullo. Yo necesito salir a buscar a nuestro hijo.-Alcé la mano con un dedo levantado antes de que replicase y me incorporé un poco más antes de mirarle con total seriedad.-Me da igual lo que digas. Yo tampoco sería capaz de mantenerte en esta cama si tuvieses fuerzas suficientes para ponerte en pie. Así que deja de tratarme como si fuese otra persona y asume que vamos a salir ahí juntos a buscar a Reed.-Señalé la puerta de la habitación.-Y no hará falta un sitio seguro para nadie porque vamos a arrancarle la cabeza a ese tipo, sea quien sea.-Finalicé casi con los ojos llorosos pero totalmente decidida para comenzar a salir de la cama de una maldita vez.

Lamentablemente a mi tampoco me venía ningun nombre a la cabeza.

- Bueno, no se va a traumatizar por pasarse unos meses sin nombre. - concluí al final, siendo bastante práctico. - Ya se nos ocurrirá alguno bueno. - resoplé por la nariz al oirla. - Control mental o similar. Putos trucos de magia.  Bueno. No me va a pillar de nuevas esta vez.

La miré con el ceño fruncido...no parecía entenderlo.
- Que te hace pensar que por levantarte despues de haber parido y que te hayan herido, vas a salir por ahi a buscar a Reed y lo vas a encontrar? O es que tienes un medio de llamarlo que yo no?

"agh!"

- Pues ponte en pie y demuestrame que tienes fuerzas y....

Estaba atento a la moneda. La saqué en cuanto la noté vibrar.

- La Base militar puede ser un lugar seguro.- empecé a leer el galéon y agarré el antebrazo de Erika, zarandeandoselo. - Es Anteia, dice que está con Reed en un lago pero no sabe que lago y que Azahar no sabe que es Reed.

Miré a la pelirroja, un lago...
- Ahora puedes desaparecer, verdad? - escribí una respuesta rapido, pero lo dirigí directamente a Azahar.

Solté un sonido irónico por lo de que no se iba a traumatizar por no tener nombre. Obviamente por eso no pero tal vez sí por tener unos padres tan de mierda que ni se habían puesto a pensar en eso y ahora tampoco le daban mayor importancia.

Le miré de mal humor mientras hablaba de la magia de ese modo, no por eso en sí. ¿Qué pretendía hacer contra un imperius o lo que fuese esa mierda que hacía el viejo? El me miró de vuelta con lo que suponía era una mirada parecida a la mía en ese momento.

Apreté los dientes mirándole como si fuese capaz de arrancarle ese ojo de mierda que le habían puesto.-Eres gilipollas.-Solté. Comencé a incorporarme, tocando suelo con ambos pies y busqué apoyo en la cama con la mano mientras cargaba el peso sobre mis piernas.-¡No! no tengo forma de llamarle ¿La tienes tú?!-Pedazo de imbécil, pensé. ¿No entendía que tenía que hacerlo?¿Que no podía quedarme ahí a esperar?

Seguía andando tratando de estabilizarme cuando habló de base militar y le miré sin entender.-¿Com...¿Qué base militar?-Pero entonces me preguntó si podía desaparecerme. Abrí los ojos por un segundo y después le lancé una mirada de indignación.-OH!¿Ahora si que necesitas que me desaparezca?¿En que quedamos cegato?

La vi ponerse en pie a duras penas, le costaba estabilizarse y no se la veia con fuerzas.

- Para! - le dije, no estaba en condiciones, por mas que quisiera creer que si. - Te vas a matar, eso quieres? - fui hacia ella descruzando los brazos y la sujeté por un brazo, aunque mas con intenciones de hacerle de apoyo que de retenerla.

No pareció entender lo de la Base Militar pero claro...ella se habia perdido bastante. Apreté los dientes, calma, intenta mantener la calma.
- Quedamos en que...Reed está con tu sobrina Azahar en el lago... -saqué el Galeon y se lo puse delante de los ojos para que lo leyera:

Azahar Knox:
creo que Ness. De que va todo esto? no respondo más eh

- ...y que tenemos una oportunidad de localizarlo. Puedes desaparecernos o puedo llevarnos con la moto voladora de Johan. - la di a elegir, el lago no iba a ser menos seguro que la isla.... lo que me preocupaban eran sus heridas recien cerradas. Fuera como fuera, estabamos a punto de realizar otra fuga hospitalaria.

-¡No!-Exclamé cuando me ordenó parar. Gruñí exasperadamente, me estaba poniendo de los nervios aunque tuviese toda la razón del mundo. La miré apretando mucho mis labios molesta cuando me sujetó de aquella manera.

-Thalos esto es mi culpa, ¡tengo que solucionarlo!-Joder, es que no...¿no era capaz de entenderlo?. Cuando dijo eso del lago y Azahar negué sin entender.-¿Como?¿Que hace... - Eché la cabeza hacia atrás para ver el galeón y miré a Draven muy extrañada.-¿Que hace...

Entonces preguntó aquello. Valoré durante un segundo que era lo más sabio, lo más prudente y lo más rápido y efectivo. Cerré los ojos suspirando, pareciendo que iba a dar mi brazo a torcer. -No te enfades capullo.

Le agarré del brazo y desaparecí.

Logré relajarme un poco después de escuchar a Catherine decir que estaba bien, y en cuanto salimos de aquella ceremonia me sentí algo más libre para poder hablar. Me había quedado con una mala sensación al escucharla hablarme en un tono un tanto seco, como si mis sospechas sobre que pudiese pasarle algo fuesen infundadas. Por un momento me sonó como si estuviese defendiendo a los Pendragon. - No me refería a que te hubiesen hecho daño intencionadamente. Sé que te necesitan. Eso no significa que si hay una enfermedad allí no pueda afectarte. Por eso me preocupé tanto, porque no entendía que estaba pasando y esa gente despareció de allí llevándose a Lucio sin decirme nada sobre ti. - aclaré en tono algo serio también mientras caminábamos en dirección al hospital. Se suponía que el galeno nos esperaba allí para hacer la ecografía, así que no quería estar de mal humor para ese momento.


La cogí de la mano cuando llegamos por fin a la planta de maternidad, echándole una mirada como queriendo decirle que se olvidase de todo eso ahora y no pensase en nada más relacionado con Ávalon y sus mierdas. - Ahora iremos a por Aedan y descansaremos en casa, no hace falta que me digas más. - quería saber y a la vez no, era algo insano. Lucio ya nos esperaba dentro de la consulta que antes ocupaba Anteia, invitándonos a entrar de manera amable. Le indicó que se tumbase en la camilla que había junto al ecógrafo mientras él lo preparaba todo.

Marcharme así de la boda me sabía mal por Sofía, tendría que disculparme con ella antes de marcharme de la isla. Ese remordimiento por haber actuado de modo impulsivo no era por haber renunciado, sino por haberlo hecho en una boda. Por eso mismo no tardé en aparecerme en el edificio del Consejo para presentar formalmente mi dimisión, designado a Oscurus como sucesor. Mis conocimientos de sanación no se desperdiciarían, me dedicaría a ayudar por el mundo después de la situación en que había quedado tras la catástrofe de S.A.M. Y me llevaría conmigo a la niña que había adoptado, la hija de los O'Connell.

Antes de marcharme tenía que poner algunos asuntos en orden para no perjudicar a nadie, y uno de esos asuntos era atender la consulta de Catherine. Les hice pasar al ver a la pareja en la puerta, aunque se me hacía raro eso de que había dos padres en aquel asunto. A saber cómo hacían en el parto... - Por ahora me estoy encargando de la consulta de Anteia. Ella está bien, pero todo lo del hospital es demasiado estrés ya para su estado. No sé quién se encargará de esto cuando me marche, pero seguro que lo solucionamos. - esperé mientras Catherine iba a la camilla, encendiendo el ecógrafo tecnomágico nuevo. Le indiqué que se subiese la ropa, echando el gel sobre su piel sin decirle eso de que estaba frío porque ya lo sabía de sobra.

- Bueno...vamos a ver qué tal va todo. Dime, ¿cómo te has sentido estas últimas semanas? ¿necesitas que te dé alguna poción para síntomas? - apoyé el ecógrafo sobre su vientre, haciendo que apareciese sobre éste un holograma que representaba las dos bolsas en las que estaban los mellizos. La diferencia de tamaños era evidente, pero era lógico teniendo en cuenta que cada uno había sido concebido en un momento diferente. Moví el chisme de un lado a otro para hacer mis comprobaciones, asintiendo para mí mismo como queriendo decir que parecía estar todo en orden. - Mm...todo va de la manera esperable. - Con el aparatejo tan avanzado podía distinguirse el sexo de cada uno de manera más sencilla que con uno aparato normal. Entorné los ojos para ver mejor, desviando después la mirada a la pareja. - ¿Queréis saber el sexo de cada uno?

Catherine siguió caminando en silencio, notando que con cada avance se sentía más cansada o quizás era saber que Ian estaba con ella, y, por ende, no tenía que estar en guardia todo el rato con sus sentidos en alerta, esperando algo que quizás no llegaba nunca pero que la mantenía en vilo cada vez que estaba en Ávalon. Movió suavemente los hombros como intentando quitarse ese peso de encima y espabilar un poco. Asintió brevemente a lo que le dijo Ian pero no le respondió porque le había prometido a Wthyr que la situación no saldría de allí. No es que Ian fuera a hacer algo con la información, probablemente, le interesaba menos que un pepino pero ella mantendría su palabra.

-Lucio renunció al Consejo- Murmuró antes de entrar al hospital mientras su mente reproducía de nuevo la escena, suspirando y pensando que quizás iba a reconstruir el castillo Le Fay y se iba a aislar allí por los próximos meses. Aunque… Eso era volver al sitio donde todo lo que podría ido mal en su vida, había ido. Lo observó dedicarle aquella mirada y asintió con suavidad de nuevo, deseaba enteramente abrazar a su bebé en brazos y revolverle el pelo.  

Paso dentro de la consulta asintiendo un poco a la explicación de Lucio pero pasó un par de segundos más mirándole a los ojos cuando dijo que se marcharía -Lucio… ¿Puedo pedirte, como favor personal, que te encargues tú de mi embarazo? Sé que… Sé…- Fue subiéndose a la camilla lentamente, pero sin cortar el contacto visual -Que estás harto y …Todo, te apoyo, enteramente y te entiendo mejor que nadie pero… Yo solo no puedo… No puedo arriesgarme, y no quiero a otra persona. No quiero acostumbrarme a otra persona, ya es suficiente con lo que tengo en mi plato-

Al acostarse miró hacia el techo con un gesto de cansancio, de obstinación, de frustración y un par de sentimientos más, pero ninguno de ellos positivos -Cansada, ansiosa. Quiero dormir más de lo que debo, quiero comer patatas fritas con kétchup y Ávalon no hay de eso… Los Pendragon hacen sus cosas militares, Jack es un dolor de cabeza cada vez que vengo… Así que…- Bajó la cara hacia él sin sonreír -Necesito algo para controlar mi ansiedad, ayer me dio… un ataque. Me dieron leche de amapola- Le explicó pero no dio más detalles de eso sino que se concentró en la ecografía.

Al oír la pregunta miró hacia Ian con una leve sonrisa -Sí…yo quiero… ¿Qué te apetece tener? - Se apartó un mechón de pelo de la cara y luego pensó que… Esa pregunta también debería hacérsela a Wthyr y la sonrisa se le borró del rostro, bajó la cara hacia Lucio con el ceño levemente fruncido - ¿Puedes poner el sexo de… del pequeño en un sobre junto con la ecografía? - Inquirió sintiéndose profundamente incómoda y soltando el aire en un suspiro levemente exasperado. Sabía que Ian no iba a tomárselo a bien así que se preparó para la tormenta que vendría a continuación cerrando los ojos lentamente.

Eso de que Lucio renunciase al Consejo no me lo esperaba para nada, y no me venía demasiado bien por conveniencia pura. Debía ser él quien atendiese a Catherine en ausencia de Anteia, pero si se iba...perdíamos un contacto interesante para casos de necesidad. Por eso mismo ella no dudó en pedirle por favor que le hiciese el seguimiento hasta que llegase el momento del nacimiento. - Te lo agradeceríamos mucho, Lucio.- traté de hacer presión para convencerle, caminando a la camilla junto a Catherine para quedarme a su lado mientras ella contaba todo lo que tenía encima. Estaba siendo todo muy diferente a como había sido con Aedan, así no había manera de que pudiese estar tranquila.

- ¿En serio? ¿te da un ataque e intentan drogarte? qué imbéciles. - mascullé por lo bajo antes de que comenzasen a aparecer las imágenes en el holograma, poniendo mi atención en tratar de distinguir algo. Supuse por el tamaño cuál era el feto que correspondía a nuestro hijo o hija, tenía sentido por ser el primero. Según Lucio todo iba bien, lo cual me dejaba más tranquilo. Asentí a su pregunta sobre saber el sexo ya, si era posible verlo. Bajé la mirada hacia Catherine con una leve sonrisa, algo más relajado cuando me preguntó lo que prefería yo.

- Ya sabes que me da igual, mientras esté bien. Pero...tal vez una niña. - me encogí de hombros, a ratos me había puesto a pensar algunos nombres de niña. Sería curioso tener una mini Cath correteando por la casa. Su cambio de gesto y lo que dijo del sobre me hizo fruncir el ceño a mi también, sabía por qué lo decía. No quería saber qué era el otro, sino entregarle el sobre al Pendragon para que lo viese. - Ah, no sabía que tenían contrato de confidencialidad. - rodé los ojos un tanto molesto, yo no iba a decirle a nadie nada del otro crío, ni me interesaba lo que fuese.

No podía negarme a la petición de Catherine si me lo pedía de ese modo, no podía dejarla tirada después de mostrar lo nerviosa que estaba con la situación en la que estaba. Ian debió darse cuenta de eso, pues también me insistió en seguir atendiéndola. Finalmente accedí, poniendo una mano sobre el hombro de mi ahora ex compañera de Consejo.  - Tranquila. Acordaremos citas mensuales en Ouroboros y vendré de donde esté para verte. Voy a estar trabajando de sanador por varios países, pero puedo venir a trabajar al hospital puntualmente, aunque no esté al mando. También podré asistirte en el parto. ¿Te parece bien si lo hacemos así? - pregunté amablemente, escuchando después su relato de cómo se encontraba. Puse gesto de disconformidad porque no era bueno tanto estrés, chasqueando la lengua con lo de la leche de amapola.

- Es mejor que no abuses de eso. Sólo en cantidades muy pequeñas y muy de vez en cuando. Tendrás que controlar los nervios de otro modo. Te recomendaría que te trasladases aquí para mayor tranquilidad. - ya había visto cómo se las gastaban los Pendragon y ese ambiente era demasiado complicado. - Te puedo hacer un documento médico para llevarlo y justificar tu marcha. - era una sugerencia, algo fácil de cumplir para que no le pusiesen pegas para marcharse. Desconocía si su relación con Wthyr era buena o mala, pero desde luego no podía considerarse tranquila o apacible. Giré un poco el ecógrafo tecnomágico, insistiendo en una zona de su vientre para lograr que se viese mejor lo que quería. Comencé por el feto más grande, más sencillo de distinguir. -  Pues...Ian ha acertado. Es una niña. Felicidades, pareja. - no me di cuenta de que había soltado lo de pareja hasta que fue demasiado tarde, pero me hice el loco y lo dejé correr. Había empezado a  mover el ecógrafo para ver lo que era el segundo, pero me detuve un instante cuando ella pidió que lo pusiese en un sobre.

- Oh...entiendo. Así lo haré. - no quise meterme ni comentar nada, simplemente seguí mirando en un tenso silencio después del comentario de Ian. Cuando logré ver lo que era apagué el ecógrafo, haciendo que la imagen holográfica desapareciese.  La máquina comenzó a imprimir dos imágenes móviles, como las fotos encantadas. Dejé papel para que se limpiase el gel, y uego me levanté de la silla en la que me había sentado. Fui al escritorio para meter una en un sobre con lo que Catherine me había pedido. Regresé de nuevo para darle el sobre, y la otra imagen de la otra ecografía en mano. - Todo perfecto. Simplemente intenta alejarte de cualquier cosa  o persona que te ponga en situaciones estresantes. Podemos vernos dentro de un mes, si no tienes ningún problema antes.

Respiró mucho más tranquila cuando Lucio le aseguró que harían citas mensuales para coordinar cualquier cosa. Además, ya había detalles que estando embarazada anteriormente conocía. Había sido una pesada con el embarazo de Aedan este, pese a que más extraño, se lo tomaba con calma. O con todo lo que pudiera.

Miró hacia Ian en silencio y con una mirada que transmitía un poco de reprimenda por su actitud -La pedí yo, tengo autorización de Anteia para tomarla porque cuando me enteré de esto- Señaló su vientre -Me entró un ataque de pánico en el que los dos tuvieron que ayudarme así que perdóname si me drogo un poco para que no me dé un infarto cuando mi mente decide jugarme malas pasadas por la situación que estoy viviendo- Le espetó porque, lo cierto, es que en ese instante su actitud a la defensiva constantemente estaba empezando a tocarle las narices y la idea de mandarlos a los dos padres a la mierda empezaba a cobrar mucha vida.

Inspiró con profundidad y apartó la mirada para ver a Lucio -No puedo trasladarme aquí con Jack respirándome en la nuca para decirme que cambio de marido por deporte, Lucio. No sé que voy a hacer…Algo haré, sí- Dijo vaga con un tono un poco afectado porque sentía que todo el mundo estaba juzgándola a diestra y siniestra. Al menos en Ávalon no tenía que lidiar con nadie porque no tenía que salir de la habitación y, sin embargo, en el momento en el que habría la puerta, era presa de los nervios. Tenía que hacer algo. Quizás hablaría con Johan para que le informara los terrenos menos complicados para erigir una nueva residencia -No tengo que darles explicaciones de entrada ni de salida, soy su Reina, y haré lo que me dé la gana- Le dijo a Lucio cuando mencionó que tenía que justificar su salida. En todo caso iba a necesitar otro para el Consejo de los 20.

Intentó centrarse en el momento pensando que su mala hostia sin duda tenía que ver bastante con su cansancio así que simplemente respiró varias veces tratando de calmarse y escuchó lo que dijo Ian asintiendo. No se sentía para nada preparada para ser madre de una niña, pero no es como que pudiera elegir. Que fuese lo que tenía que ser. Miró hacia Lucio para escuchar que era una niña. Tuvo un sentimiento agridulce en el medio del pecho. ¿Qué ejemplo iba a darle ella a una niña? Sintió un nudo en el estómago que siguió apretándose mientras se acomodaba el vestido. Ella no era ejemplo de nada más que de caos e irreverencia y no quería que su hija acabara odiándola como ella lo hacía con su madre. Aún así, logró meter el agobio muy dentro de ella a donde no pudiera acceder en ese momento -Gra…- La palabra murió en su boca cuando Ian soltó aquello de privacidad, volvió la cara hacia él ahora sí con un gesto ofuscado, pero no le dijo nada. No le apetecía hablarle en ese momento, pero se sorprendió de la poca empatía que podía tener con una persona y de su actitud en general. Parecía un niño caprichoso…Y estaba hasta los cojones de la gente caprichosa. Estaba hasta los cojones de todo el mundo.  

Tomó el sobre y lo reservó, la ecografía dejó que la cogiera Ian y entonces miró a Lucio cuando mencionó que se “intentara alejar”, la sonrisa que le regaló fue una triste y agotada -Ni siquiera te voy a decir que lo intentaré- Porque por donde lo viera, tenía el agua en el cuello -Espero que encuentres la tranquilidad que buscas. Ojalá más gente en el mundo fuera como tú. Si necesitas ayuda con algo no dudes en avisarme y…Nos mantendremos en contacto tanto como pueda. Gracias...por todo.- Le dijo asintiendo con suavidad y tras eso ambos se retiraron de allí.

Desde la marcha de Lucio el hospital estaba bastante desorganizado, pues Oscurus aún no se había pronunciado al respecto. No se sabía si finalmente aceptaba o no lo de heredar el cargo de su primo, y desde luego tampoco se le había visto aparecer mucho por el hospital. Tal vez estaba abrumado,  o necesitaba una intervención. Yo tampoco tenía mucho tiempo para visitas, entre las clases de la academia, los turnos del hospital y quedarme con Aedan ahora que sus padres estaban cada uno por un lado. Ni siquiera había tenido tiempo de quedar con Ben, al que llevaba tiempo sin ver.

El trabajo de ese día estaba siendo bastante intenso, y para colmo me había tocado en la planta de maternidad. Parecía que varias se habían puesto de acuerdo para ponerse de parto, y hubo que atender por lo menos a tres o cuatro. Una de ellas había tenido un parto prematuro, así que había tocado llevarse al recién nacido a la incubadora. Ni siquiera tenía nombre, así que se le etiquetó con el de la madre. Me dispuse a hacer la ronda para revisar a los bebés, aunque me aburriese un poco porque no aprendía mucho cuando estaba en esa planta. En medio de ese aburrimiento me puse a enviar algunos mensajes, para ver con quién podía quedar al salir del trabajo.

Llegó al hospital en su sexta o séptima contracción. Había sido estúpido, muy estúpido y muy temerario el haber subido a Ouroboros en grifo en su condición. Pero no tenía otra manera. No iba a dejar que nadie fuera de Anteia tocara a su bebé. O al demonio que llevaba dentro y le aplastaba las entrañas. Y si no era Anteia, la verdad no estaba para ponerse juiciosa y selectiva. La fuente se le había roto por el camino y casi se cayó del grifo, pero al fin llegó al hospital.

Tuvo que pedir ayuda a los enfermeros porque entre el frío de la altura y las contracciones, no tenía más fuerzas para gastar. De inmediato le acercaron una camilla y comenzó a recitar todas las cosas que podían servirle al personal médico. No había mucho en su expediente, así que necesitarían algo más. Recitó sus treinta y un semanas, sus síntomas, el frío tan grande que tenía y la dificultad que tenía para mantenerse erguida; el dolor agudo en la espalda, los calambres en las piernas y la falta de aire en los pulmones pasaron a segundo término cuando una nueva contracción se hizo presente. Mientras tanto, se preguntaba cómo era que las mujeres antes tenían doce hijos si ella no creía poder salir viva del primero...