Zona de viviendas

En esta área se encuentran todas las habitaciones y también el área de comedor donde todos los días toman la comida juntos. Cuando se despeja el área tienen pequeñas ceremonias en nombre de SAM

Cuando Joram me había abrazado, me quedé mucho más tranquilo al comprobar que él estaba libre de cicatrices tambien. Menos mal. Aquello que me mostró la piedra vidente no habia ocurrido, y ahora quiza ya nunca ocurriría.

Habiamos ido en silencio, yo tampoco habia respondido a Joram porque aunque quería hacer lo que me pedía, no me pareció respetuoso de su parte.

Observé a mi alrededor, el lugar era bonito y parecía seguro, pero...
- No te cuestionas cómo os he encontrado? Porque...cuando ibas a avisarme de donde estabas? - no dejaba de mirar alrededor, hasta que no estuviesemos a solas no iba a poder hablar abiertamente con ella. - Vamos a tu cuarto, tenéis algun lugar privado?

- Leí tu carta. - le dije, para que supiera que lo sabía. - Tus sobrinos no están bien. Nicho llora a moco tendido porque se siente culpable, Belle tiene crisis de ansiedad constantes.  Entiendo que lo hagas conmigo pero, con tus sobrinos? Eres todo lo que tienen, eres como una madre para ellos. Y yo esperaba que pudieses decirme lo de la carta a la cara, despedirte a la cara - me detuve, porque sentí que no habia sido justo con esas ultimas palabras. - Concédeme al menos el regalo de la verdad y de un cierre...

"este sitio parece ideal, pero..."

Aunque le estaba pidiendo algo importante a Monica, no podia perder de vista a los enanos. Ni mucho menos me sentía comodo o seguro en aquel lugar.

Los críos fueron caminando detrás de nosotros, aunque la mayor parte del tiempo habíamos ido en completo silencio. El ambiente era tenso, incómodo. - Claro que me lo cuestiono, pero tampoco me extraña.- él era de todo menos una persona corriente, tendría su manera de localizarnos. Después de todo me había encontrado a mí después de mucho tiempo, justo cuando me entregó a Joram. Hice un sonido de contrariedad, aunque él llevaba razón en lo de saber dónde habíamos ido. También eran sus hijos, tenía derecho.

- Ya te lo he dicho...durante estos días. Hoy, mañana...no lo sé. - me detuve frente a la puerta de una de las cabañas, cruzándome de brazos sin llegar a entrar. - Aquí no hay nada privado, todo son habitaciones comunes. - si quería hablar tendría que ser allí mismo. Los pequeños se pusieron a jugar en el suelo con la tierra, y a Joram lo mandé a vigilarlos, más que nada para alejarle un poco y que no estuviese con la oreja puesta todo el rato.

- Sí. Tuvo que ser por carta. No estabas. - le recordé con cierto reproche, aunque lo que me dijo de mis sobrinos me hizo bajar la mirada con un gesto de remordimientos. Al parecer no les había servido de mucho lo que les dije en la carta. - Necesitaba alejarme. Mi presencia en casa, tal y como estaba, no era buena. Pero me los traeré aquí. - dije algo más convencida, pensando en el asunto de mis sobrinos. Tenían un padre, pero era como si no existiese. También pensé en que yo tenía la misma edad que Belle cuando me pasó lo de Termeritus...tampoco hubo nadie para ayudarme. El único que había hecho algo por mí era Setelah, y había acabado haciéndole daño al marcharme de allí de esa forma. - Lo siento... - comencé en un susurro, sintiendo que se me humedecían los ojos. ¿Un cierre? ¿Quería un adiós definitivo? - Lo de Joram hizo que reviviese muchas cosas que creía haber superado, y...luego tú desapareciste en cuanto salimos del hospital. Te eché de menos. Sé que no somos una familia normal y que te debo mucho, pero nunca sé cuándo vas a estar y cuándo no. Me duele decirlo porque te quiero, pero...no valemos para estar juntos.

Alcé un hombro por su respuesta, la verdad no me extrañaba que no le extrañase. Hice una mueca por sus dudas, mañana o pasado pensaba avisar? En unos dias?

"Eso podía ser demasiado tarde"

Miré la cabaña frente a la que se paró, poco convencido o nada.
- De verdad no hay nada privado? - eso dificultaba las cosas.... pero tendría que valerme. No era el maximo exponente de la discreción pero ahi la gente parecía ir a lo suyo.

"ya, bueno, ya se que no estaba"

Me pasé una mano por el cuello, le debía una explicación.

- Tuve que ir a San Francisco. Ya sabes lo que hay allí. - rodé los ojos haciendo un gesto con el cuerpo entero de que no estaba de acuerdo con lo de su presencia. - Creo que tu ausencia es peor. - negué con la cabeza a eso de que se los iba a traer aquí. - No, no puedes. - bajé la voz. - Este sitio no me parece seguro.

Me pidió perdon y vi como sus ojos se humedecían por las lagrimas. Que me debía mucho? Volví a negar y estiré mi mano hacia su brazo, cogiendola y acercándola a mi para darle un abrazo.
- No....tú no me debes absolutamente nada... soy yo quien está en deuda contigo - la estreché con fuerza, en parte sabía que tenía razon pero no quería dejarla marchar. - ....no es ni un poquito negociable? - en esa posición, aproveché también para apartarle el pelo del cuello a Monica y echar un vistazo...

Volví a insistir en que no había nada privado, haciendo un gesto para que mirase lo que tenía a su alrededor. Todo era como una gran comuna. Hasta había gente montándoselo sin importar que les escuchasen. Me recordaba un poco a la base subterránea de la Resistencia, pero aquí al menos había luz solar. Bajé la voz a un tono más confidencial, lo siguiente era un secreto. - Lo sé. La zona antimagia. Estuve contigo en las grutas de Turín, ¿recuerdas? - ahí, y luego nos habíamos enfrentado a S.A.M. en el núcleo. En realidad habíamos enfrentado muchos peligros juntos. - Podías haberme dicho que te ibas allí a...lo que quiera que hayas tenido que hacer. O llevarme contigo. - suspiré obligándome a callarme porque no quería hacer más reproches, ya no tenía sentido. Tampoco supe qué decir a eso de que mi ausencia era peor. Me sentía culpable por haber gritado a Nichollas.

- ¿No te parece buena idea traerles? hay comida de sobra y la gente es amable. Hay cosas que no me gustan tanto, pero... - tampoco era como para que fuese un sitio inseguro. ¿O acaso estaba metiendo a mis hijos en un sitio peligroso de manera imprudente? ese pensamiento me puso más nerviosa, y entre eso y la aparente ruptura acabé soltando unas cuantas lágrimas. Agradecí internamente su abrazo cuando me atrajo hacia él, escondiendo la cara en su hombro y rodeando su cintura con mis brazos. Sí que le debía, Setelah ya sabía a qué me refería. - ¿Tú a mí...por qué? - murmuré a lo de estar él en deuda, yo no había hecho nada, ningún favor que fuese digno de devolver. Me aparté lentamente, pasándome el dorso de la mano por las mejillas para limpiarme un poco. No quería dejar de verle ni que dejase de ver a sus hijos, pero tampoco sabía si volver a lo de antes. - Supongo que todo se puede negociar. - en ese momento entró una joven que había conocido nada más llegar al culto, así que intenté disimular mi cara de disgusto por la conversación anterior.

- Hola, Maya. Sí, enseguida vamos a preparar la mesa, puede ir adelantándose Joram para ayudar. Estaba con el padre de mis hijos, venía a verles, de visita...- desde luego no a quedarse, no después de haber expresado sus dudas sobre el lugar. Pero si se quedaba a comer a lo mejor cogía más pistas y me decía los motivos por los que no le gustaba el sitio. Yo tenía algunos, pero puede que hubiese más.

- Siento no haberte avisado, eso fue culpa mia. Le dejé el mensaje al loro pero no te puedes fiar de él, está visto...que solo dice lo que quiere. - la miré con duda, no podía llevarla conmigo a esos sitios...y lo sabía. - No, de hecho me veo en la obligación de convencerte de que os vayáis...al menos los niños. No por la gente montándoselo ahi en publico, eso no me importa, me parecen hasta graciosos, y así Joram no nos hará preguntas incómodas sobre el sexo porque ya lo está aprendiendo asi en directo. Todo muy natural.

"eso me gusta"

- Me preocupa más lo que no se ve. - seguía usando un tono confidencial. Después le di aquel abrazo, que ella por suerte no rehuyó si no que correspondió. Nos separamos y la miré, había llegado el momento de expresarle aquello - ¿Por qué? Te podría haber ahorrado el doble de sufrimiento...y no lo hice. Y me arrepiento y sé que no tiene perdón posible.

"ya es muy tarde"

Sonreí un poco con una comisura de la boca cuando dijo que todo se podía negociar. No era un sí ni un no.
- Tómate tu tiempo...entiendo que ahora tienes que centrarte en tí...me conformo con poder seguir formando parte de vuestras vidas. - era totalmente sincero con ella, aunque al final puse una mueca de disgusto. - Pero reconozco que lo de la nota ha dolido. - eso lo solté medio en broma medio en serio.

En ese momento llegó una joven de pelo castaño muy rizado, a la cual dediqué mi más cordial mirada, aunque nada mas lejos de lo que pasaba por mi cabeza. Eso si, prefería paracer el perfecto invitado.

- Hola! encantado. - le dediqué una de mis profundas reverencias. - Si es posible, me encantaría quedarme a comer con mi familia....asi veo un poco mejor como es el sitio en el que están, y quien sabe, quizá hasta me quede. - le dije, y miré a Mónica guiñándole un ojo. Luego hice como que miraba el recinto, y captó mi atención toda la decoración en pintura de las paredes. - Bonita elección de motivos, si... siento el feng shui recorriendo todo el lugar.

off: en cualquier momento podéis tirar percepción o lo que queráis.

Eso de fiarle los mensajes al loro no parecía la mejor manera de dejar recados importantes, pero ya daba un poco igual. Que hubiese venido a buscarnos y a preocuparse por nosotros era suficiente. Lo que no entendía era esa insistencia por marcharse de allí, no me parecía que fuese un sitio tan peligroso como decía. - ¿Qué quieres decir con la parte que no se ve? ¿tan arriesgado te parece como para irnos hoy mismo? - tras el abrazo me sentí un poco mejor, negando con la cabeza por lo que dijo de haberme ahorrado sufrimiento. Sabía a lo que se refería, era algo que solo él y yo sabíamos. Hubiese sido aún peor si Setelah no hubiese estado, y no lo culpaba por no haber podido impedir que sucediese aquello. Le hice una caricia en la cara para que no se torturase más por aquello, aunque la escena nos iba a acompañar para siempre.

- Y sigues formando parte de nuestras vidas. Lo de la nota...fue una huida rápida y no estuvo bien, lo sé. Podía haberte enviado un mensaje para que lo contestases, pero sólo quería irme rápido de allí. - con la llegada de Maya ya no seguimos hablando del tema, así que puse mi atención en que a la muchacha parecía incómoda ante la idea de que Setelah se quedase a comer. No confiaba en él, o algo así. - Es de confianza, no pasa nada porque se quede, ¿no? - pregunté con curiosidad, quedándome más tranquila en cuanto apareció Klaus por allí para decir que no había ningún problema. Él era de los más majos del lugar, por algo era el líder. Le saludé con una sonrisa al ver que no ponía pegas, llamando a los críos para que viniesen con nosotros.

- ¿Día de celebración? ¿qué celebramos? - miré alternativamente a Maya y a Klaus, que vestía casi tan extraño como Setelah. Podrían llevarse bien, ambos eran raritos. Lo del pastel de carne no iba a gustar a Setelah, tendría que rechazarlo. Los niños echaron a andar hacia la zona de la que venía el sonido de los tambores, así que me encogí de hombros e hice lo mismo, comenzando a caminar sin perderles de vista.

TIRADA DE PERCEPCION!
___

La conversacion con Monica habia quedado atrás con la llegada de Maya, a la que no pareció gustarle mucho la idea de que me quedase. Aportar? No comparten si no aportan. Mi ceño se frunció con fingida desaprobación. En realidad me daba igual pero me quería hacer un poco el ofendidito....porque iba a quedarme igualmente.

Se escuchó jaleo de risas y pisadas rapidas, seguido de un alegre saludo. Miré al hombre de cabello largo, dandome cuenta que era el mismo que aparecía como salvador en aquellos murales de las paredes.

"oh....este es Klaus?"

Lo miré serio al principio, aparentando estar levemente sorprendido. Si...ahora que lo mencionas.... Ojos pintados, pelo largo, barba...amable.... muté mi rostro a una tenue sonrisa.

"y extravagante"

Pensé cuando lo vi hacer aspavientos hacia un lado. No llegué a estrechar su mano, pero le dediqué una reverencia al estilo de como lo solía hacer, uniendo ambas manos bajo el pecho.

- Asi que  Klaus, verdad.... ? Eres...tal como te había imaginado. - me erguí tras aquella reverencia a modo de presentacion. Comenzó a sonar la musica y el hombre no pareció tener problemas en echar su brazo por encima de mi hombro y valorar mi ropa.
- Gracias, a mi la tuya tambien. - asentí y puse una mueca de disculpa por lo del pastel de carne. - Lo siento, soy vegetariano....  - echó a andar y le seguí el paso, mirando a Monica y encogiendome de hombros. Si Klaus era real, quiza las otras cosas que habia visto tambien lo eran. - Cierto, que celebráis? - alargué mi mano, para coger la manita pequeña de Sophie, y le hice un gesto a Monica con la mirada de que no perdiera de vista a los otros dos.

De paso, intenté fijarme en si alguno de los presentes en aquel raro grupo tenía signos de que le hubieran abierto el cuello hacía poco...con Klaus fue dificil, demasiado pelo. Pero los demás...no, no les vi nada. No confirmar mi sospecha no sabia si me dejaba mas tranquilo o no. Quiza....esa era la parte que la piedra vidente me habia mostrado y no era cierta. No se les podía creer siempre, eso sí que lo sabía.

El miembro 'Setelah Barrett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Probabilidad' :

el dado de antes no me sirve ups
percepcion por...intenta fijarse en si ve cicatrices de cirugía recientes en el cuello de alguno de los presentes

El miembro 'Setelah Barrett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Dado (10)' :

No percibes signos de cirugías en ninguno de los presentes.

Esa noche, nadie se opuso firmemente a la desolación que el dragón rojo hizo caer desde el cielo. Ahora rojizo por el efecto de las llamas que devoraban las zonas de cultivo, las areas verdes, los pastos, el ganado....

Tras unos minutos de ominoso silencio su rugido se habia vuelto a oir. Descendió en picado, ahora con el objetivo de aquellos edificios que parecían viviendas como objetivo. Quemó aquello como si de cerillas en mitad del desierto se tratase.

Sin intenciones algunas de dejar supervivientes, o quizá un par, para que aterrorizados contaran la historia y el resto de Londres supiera lo que le esperaba... había llegado el momento de hacer otra limpieza integral y remodelación de hogar. Pero para ello, no se bastaría solo, necesitaría mas dragones. Sabía donde habian dragones.

Se comió a un par de individuos que buscaban huir. Algunos tenían un regusto metálico pero se los tragó igual, los fuegos de su estómago los derretirían. Mas hierro. Derritió a otros tantos. Cuando su furia habia sido saciada, solo entonces, dejó aquel pacífico asentamiento.