Barco volador de la Brigada

Si Shyvanna hubiese tenido un buen día se habría reido con aquello de que quería inmiscuirse aún más, pero no lo tenía. ¿Por qué? Porque recordaba que Thoren se había inmiscuido…y así había quedado. O Aric… o Gio. Desvió la mirada hacia el pasillo vacío cuando se puso a discutir con el paciente, la verdad no quería oír más gritos e intentó evadirse de su discusión.

Le explicó lo del mojo y, repito, si hubiese sido otro día se habría ofrecido. Su cuerpo sin embargo estaba al límite y tenía asuntos más importantes. Cerró los ojos e hizo una mueca al oírlo gritar con tanta fuerza. ¿Por qué gritaba tanto?

-Sí- Dijo levantándose de la pared cuando mencionó lo de la cerveza y esperó a que él la guiara mirándose las uñas con desinterés -El Sanguis ha extendido un velo de muerte para alimentarse de las almas, lo que lo hace más poderoso. Estamos buscando formas de entrar para derrotarlo. Pero es a nivel espiritual…No me queda muy claro cómo haremos todo, tampoco me dicen mucho… Estaba enfocada en evacuar a los demás- Mencionó un poco irritada de no poder darle mucha más información porque simplemente no sabía o no había escuchado. Y no era del todo mentira que necesitaba poner en lugar seguro a sus dragones pero aún así le molestaba sentirse tan…fuera de lugar…Es que le puto aburrían los diálogos. ¿Por qué nadie contaba las cosas como Gio? -Gwen te contará, lo sabe todo-

Estaba poco parlanchina. Sí, sin duda, tenía un mal día como había dicho. Anda si no lo notaba yo.

- A ver lo que quiero decir es que todas las cosas serias en las que la Brigada se ha inmiscuido, tenía aparejado riesgo de muerte. No sería la primera vez. - le dije mientras la guiaba a las cocinas que estaban anexas a las bodegas. La pérdida de altura se seguia notando, casi a un ritmo vertiginoso. No tardaríamos en tocar mar.

Me detuve sujetandome de la pared justo al tiempo que ella concluia su explicacion, coincidiendo justo con una sacudida algo más fuerte del barco.

- El velo de la muerte. - me sonaba, sí....era de las pocas cosas a las que prestaba atención cuando me explicaba mi hermana, o mi primo Lyran, cuando hablaban de cosas de listos. Porque sonaba peligroso, evidentemente. Tras unos segundos de silencio acabé asintiendo, y finalmente le hice un gesto con la cabeza para que pasara a la bodega.

- Ya te entiendo con lo que has dicho antes. Evacuar es suficiente. La verdad no sé que podríamos hacer nosotros contra ese velo... - es que no sabia ni por donde empezar. - En algun momento tendrá que dejar de expandirse, no? No puede ser infinito.

"Seeh, cuando se nos haya comido a todos"

- Ay, tendremos que irnos a vivir al espacio. - cogí una jarra de madera y la rellené del barril de cerveza, nada de cerveza de bañera como la de Ben. La mia sabía en condiciones. Le di la jarra y esperé a que tomara un buen trago. - Esas mierdas escapan a mi comprensión. Si puedo pegarle, puedo derrotarlo. Pero si no puedo porque es algo espiritual? Tsh. - chasqueé la lengua, por mi cabeza pasaba aquel tunel a través del infierno que nos habian hecho atravesar para escapar de la muerte y...sinceramente, quien en su sano juicio querría repetir eso?

Una fuerte sacudida algo más prolongada seguida de un rotundo frenazo y oscilación nos indicó que habíamos amerizado exitosamente. Despues de eso, comenzó el suave vaivén de la embarcación.
- En fin, que te veo dispersa. Bebe y luego vete a descansar con tu hermana...te vendrá bien. Del viaje me encargo yo. - le guiñé un ojo antes de darme la vuelta (no porque quisiera ligar con ella, es que volvió a salirme solo bicos es asi) y salir de la bodega, con intenciones de ir a la sala de maquinas que estaba en la otra punta del barco.

-No lo sé, Lykaios. Yo no pensaba que el Sanguis iba a ir a por los demás cuando ya tenía Ouroboros. ¿Qué más podía querer?- Negó con la cabeza no muy convencida de lo que estaba diciendo. La verdad es que nada parecía ser real. Era una historia que era tan enrevesada como su propia cabeza en ese momento -Pueden animarnos- Bromeó sin ganas.

Estaba tan de acuerdo con Lykaios en ese momento. TAN de acuerdo -Fue más o menos mi pregunta…A nivel espiritual no puedo curar. Ya no sirvo ni para eso- Se llevó una mano a los ojos y se lo estrujó, como si con eso pudiera quitarse el cansancio. Le pilló por sorpresa la fuerte sacudida y se agarró de la pared para no caerse de lleno.

Cogió la cerveza y sonrió levemente -Un poco- Pero era más o menos lo habitual en ella, Lykaios no la conocía tanto. Se concentró en la cerveza y no en la forma en la que Lykaios le coqueteaba sin saberlo. Bebió dos largos tragos y suspiró después -Ok, gracias- Le dijo pero no le vio irse.

La cerveza le recordaba a Aric, a tiempos mejores cuando su única preocupación era intentar ser fiel. Pero aquellos pensamientos pronto desviaron a un tirón de pelo, un holmgang y luego a Freyja quitándole a Darren. Suspiró borrascosamente y se acabó la cerveza mientras su mente seguía alimentando su tren de pensamiento hacia lo que hizo cuando quería destruir a Freyja.

Khan y Catherine.

Podría haberlos matado. ¿Quería? No, su objetivo era Freyja.

Dejó la jarra por ahí y se fue de nuevo a la enfermería, perdiéndose por el camino y encontrándose con una pelirroja que le ayudó a llegar. Cuando lo hizo se sentó a los pies de la camilla con la espalda en la pared y casi sin ser consciente se durmió.

Después de ayudar a la rubia Pendragon a la enfermería, Mérida se fue corriendo como alma que lleva el diablo a ver a Gen.

Sí sí, que Ben era un bocazas y Mérida sabía todo el temita de las manos rápidas, alianzas y no pretendía permitir que los Pendragon impidieran la boda de Gen y Lykaios. No cuando ella los shippeaba como amaba a su hijo.

Llegó a la habitación de Gen y abrió de golpe esperando no encontrarla en temita con el capi -¡GEN! ¡LA RUBIA ESTÁ AQUÍ! ¡LA PENDRAGON!- Le acusó como si la rubiecita viniera directo a secuestrar a Lykaios. En su opinión, no tenía mucha pinta de querer vivir pero por si acaso mejor prevenir que lamentar.

Cuando Gwen finalmente despertó ya Artamir había vuelto de Roma y el barco había avanzado por lo que, tras despedirse y agradecer a Lykaios, se fueron del barco vía a Roma.

En la pequeña conversación que tuvo con Lykaios le explicó los territorios que formaban parte del imperio y donde recibirían a los irlandeses. Tambien le dio una insignia de su traje actual para que lo protegiera de futuros ataques y le informó que posiblemente uno de sus dragones lo escoltará a la zona que decidiera y que le informará por patronus.