Mar de Irlanda y costas

La evacuación de Avalon había resultado un golpe devastador. No solo por abandonar nuestro hogar después de tanto tiempo viendo como lo destruía nuestro dios más sagrado, también por las familias que tuvimos que sacar de ahí, los linajes que contaban con nosotros y les fallamos.

Los hermanos habíamos acabado repartidos por todo el territorio del imperio, que en mi fuero interno temía que en algún momento dejase de serlo. Al fin y al cabo los linajes ya no nos necesitaban, nadie lo hacía.

Había pensado en viajar a Grecia, encerrarme junto a los Oráculos tal vez por la familiaridad de un culto o su añoranza. Sin embargo me encontraba en Irlanda, las sacerdotisas (o más bien la parte de ellas que no se habían negado a abandonar Ouroboros) habían buscado refugio junto a los Druidas de la isla de Man. Puede que por costumbre o inercia viajé con ellas hasta allí, aunque su trato hacia mi no era el de siempre. Sentía sus ojos juiciosos clavarse en mi mientras recolectábamos las hierbas que los druidas pedían para sus rituales.

Era un lugar tranquilo, tanto que realizaba las tareas asignadas de forma mecánica y apenas hablaba con nadie durante el día y por la noche me acercaba a los acantilados también sin compañía. Desde ahí, a lo lejos se podía apreciar el espectáculo a medio camino entre tierra y cielo. El conjunto de islas escalonadas, rotas y maltrechas rodeadas de raíces y coronadas con dos grandes árboles. El destello y tonos que cubría en cielo, rojizos y grises mezclándose en movimiento era hipnótico.

Tal vez podría aparecerme ahora que parecía más calmado que al principio de la convergencia de las islas. Al fin y al cabo ahora no era nadie. Sin propósito, sin destino, sin dedicación, sin creencias. ¿Qué era? ¿Quién era? No tenía ni idea de como podía responder a aquellas preguntas ni de qué podía suceder si alguien accediese a esa nueva isla en la que Avalon y Ouroboros no se distinguían una de la otra excepto tal vez por viejas sombras de edificios pero estaba segura de que tampoco tenía ningún sentido continuar sin ser nadie.

Tras observar durante un rato bastante extenso aquella vorágine de destellos, raíces y movimientos de islas a lo lejos dejé los pensamientos existenciales a un lado por el momento. Me incorporé y marché al edificio donde nos hospedábamos cambiando mis ropajes para después llamar a Alud y volar junto a ella.

Pasaron más de un par de horas desde que despegamos hasta regresar. Me había aproximado tanto como había considerado prudente a las islas, inspeccionando su perímetro y diferentes espacios. Aquello ya no era Avalon, tampoco Ouroboros, aunque reconocía varios edificios y estructuras que aún quedaban en pie y por supuesto los dos grandes árboles que gobernaban aquel lugar.

En cuanto toqué tierra mandé a Alud en busca de Shyvanna para transmitirle el mensaje de lo que habíamos presenciado, por mi parte corrí hacia mis habitaciones y me dispuse a escribir una carta a mi hermano. La envié mediante lechuza e iba a tomar un baño y asearme después del vuelo, que no había sido fácil. Sin embargo sentada en el escritorio con papel frente a mi dudé. Tardé más de unos cuantos segundos en escribir, por intranquilidad si no encontraba respuestas o por tal vez hacer algo que no debía. Sin embargo otra carta salió en lechuza hacia su destinatario antes de quitarme la vestimenta de monta para proceder a asearme por fin.

Un ligero zumbido recorría el cielo desde el campamento de Ouroboros siguiendo la estela brillante que marcaba la posición de lo que antes era Avalon y Ouroboros. Tal y como había dicho Rosse en sus mensajes raros, aquello era una amalgama extraña roja y sangrienta que formaba un entramado de raíces. Markus no se acercó mucho y desvió el timón de su aeroplano-silla robada (en este caso a Oscurus, antes era la de Arleen) para sobrevolar desde la distancia la estructura. Markus ya había tenido malas experiencias con el árbol de modo que no se acercó, Markus no es tan estúpido. Y más si había un velo terrorífico mortífero de necesidad.

Uh nononono


De modo que Markus activó parte de su plan. Desde Telegram pensaban que Markus se iba a introducir dentro de esa cosa, pero Markus no es tan tonto. Tampoco como para meterse dentro del campamento Pendragon, que podía ver desde la distancia en la isla de Man. El radar se lo decía. Las últimas adquisiciones (construcciones) de Markus eran pequeñas máquinas que emulaban la grabación. La idea la había robado de Cath. La materia prima de ilusos PNJs. El resto, solo era magia al conectar la cámara con la Scooter.

Markus lanzó el primero de sus robots al aire. Desde la distancia controló su vuelo con magnetismo. Como si de un águila o una gaviota borracha fuera, el pequeño robot grababa su viaje desde el cielo hasta lo que antaño era Avalon. Lento, pero seguro….. muy seguro…… Así hasta que Admin diga qué pasa.

Admin le dirá a Markus que no puede ver ningún campamento Pendragon en la isla de Man porque no lo hay. Existen unas construcciones pertenecientes a los druidas que habitan en ellas.

Admin también informa que el robot de Markus ve exactamente lo mismo que el resto de seres que se han aproximado al conjunto de islas que antes eran Avalon y Ouroboros.
Las islas se han unido, cambiado su disposición en un conjunto escalonado de islotes unidos entre sí por raíces rojizas que continúan en movimiento. El antiguo lago de Ouroboros ahora cae en cascada desde uno de los islotes.
Además ve un velo que rodea la isla, tenebroso, oscuro y ondulante. A través de él puede intuir varias figuras humanas andando por el lugar, algunas figuras de dragones.

Admin dice que dejéis de enviar chismes porque ha repetido prácticamente lo mismo tres veces.
Un saludo de Admin a Markus.

Maldito fueras y fueses. Maldito seas Administrador. Siempre coartando las ideas de Markus. Tirano, ¡tirano! Markus saludará a los druidas del campamento no Pendragoniano con sus científicas manos, a pesar de que ellos seguramente ni lo vean. Druidas ciegos.

Pero Markus, que es un hombre sabio, sabe sabiamente que no debe aproximarse mucho más al interior de aquella estructura (bajo amenaza explícita). De modo que, después de no tener éxito con el tema de atravesar el cochino velo que Markus observa desde el visor, hace una captura de pantalla dándole al “Impr Pa” y con control+v lo manda al cacharro comunicador de los descendientes.

Pero, ante la insinuación de Admin sobre los chismes, Markus arruga el bigote con cara de malas pulgas, hace volver su pequeño robotito volando, porque nadie ha dicho que haya sido destruido, y , después de sacarle el dedo central a mole roja donde Administrador lo controla todo, se esfuma de allí mandando un mensajiti a Gio porque tienen que verse y solucionar esta movida to’ chunga.

El vértigo fue la sensación primera en llenar todo mi cuerpo nada mas emerger del otro lado del velo. Ah, estábamos volando? Eso era.... eso eran las costas de irlanda? No, no pude ni gritar. No es que se me hubiese olvidado respirar, es que no pude tomar aire al inicio de la caida, y despues ya resultó imposible.

Me precipitaba a toda velocidad hacia el mar. A esta distancia el impacto sería como estamparse contra el suelo. Me desintegraría, me haría puré de nigromante. Habían muchas maneras de morir y esa, por supuesto, acabar siendo pasto para los peces era....en fin, sí. Digna de un Rasputín, una muerte rara. Pero estaba fuera, y por fin....por fin no todo era rojo, por fin los susurros se alejaban. Por fin la sangre no era lo unico que azotaba mi olfato, y sentía el aire y....

Estaba dispuesto a abrazar la muerte bajo tales circunstancias. Pero le habia jurado a Snagov arreglarlo. Centré mi mente, mi descentrada mente, desaparición y aparición. Disminuir la distancia de caída disminuiría la aceleración y por lo tanto, la fuerza final del impacto. Realicé varias desapariciones, acercándome mas y mas con cada una de ellas a la superficie de impacto, tratando de mirar y tener en mente siempre el objetivo.

Por complicado que pareciera, lo logré. Al impacto contra el agua me protegí la cabeza cruzando los brazos, logrando asi mantener la consciencia al zambullirme en el agua para poder nadar de vuelta a la superficie. Un intenso dolor al respirar y al nadar me indicó, no obstante, que algun hueso de la pierna y las costillas había salido dañado.

Me quedé un rato a flote.....tratando de recobrar la energía, recibiendo por fin la luz del sol (aunque estuviese nublado). Pero por algun motivo...mi cabeza seguía atrapada ahi adentro. Y lo sabía, mientras mi mirada observaba la inmensa mole ahora desde abajo, desde afuera. La cupula del velo de la muerte....las raices que, vivas, buscaban alcanzar más puntos de la tierra.

"Vienen a por nosotros, a por todos nosotros. No pararán hasta cubrirlo todo....y que el mundo de los vivos se convierta en su mundo"


- El Velo....Avanza.... - entrecerré la mirada. Avanzaba. Traté de usar mi magia para abrir un portal, pero estaba drenado, absolutamente drenado y agotado. Llevaba sin comer....sin beber....mas de lo que un cuerpo mortal normal y corriente aguantaría. Atisbé la costa. No quedaba tan lejos. Habria que nadar.

____________________________
con cuanta fortuna aterriza?
20 bastante bien (15, no aterriza mal)

solo usar si saca de 10 en adelante. Logra abrir un portal rumbo a cualquier otro sitio? XD
exito si, ME LO DEBEEEEEEEEES!!! (pues no, se va a nado ?¿?¿)

El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

#1 'Dado (20)' :


--------------------------------

#2 'Probabilidad' :

Los druidas comenzaron su ceremonia encendiendo una gran hoguera en el centro del círculo sagrado. Con la luz de las llamas, invocaron a los espíritus de la tierra, el aire, el fuego y el agua para que los protegieran durante su ritual.

A continuación, entonaron cánticos sagrados y ofrecieron ofrendas a los dioses para que bendijeran su trabajo y les otorgaran su protección. Las ofrendas consistían en frutas y granos, así como en pequeñas figuras talladas en madera que representaban a los dioses.

Después de las ofrendas, los druidas comenzaron a construir un altar de protección. Usando ramas, piedras y gemas, crearon un círculo alrededor de la hoguera, sellando el espacio sagrado y protegiéndolo de los espíritus malignos.

Una vez que el altar estuvo construido, los druidas realizaron un ritual de purificación. La sangre de uno de sus toros blancos sagrados que pastaban en sus tierras fue vertida en diferentes puntos del lugar.

Finalmente, los druidas concluyeron su ceremonia con una danza sagrada alrededor del altar de protección. Con movimientos rítmicos y cantos armoniosos, invocaron la presencia de los dioses y pidieron su protección para la reunión de magos que se llevaría a cabo en los próximos días.

Además las sacerdotisas de sangre, al menos las que no continuaban reticentes a enfrentarse al Sanguis Ligno crearon escudos de protección mágicos y...hicieron lo que sabían hacer. Una gran mesa, decorada y bien surtida de alimentos tal y como marcaba el protocolo se instaló dentro del círculo protector.

Quedaban pocas horas para la reunión y después de la supervisión de los rituales había tenido deseos de volver al acantilado para observar casi de manera obsesiva como en días anteriores los cambios de las islas a lo lejos. Sin embargo permanecí en el interior de los edificios, también protegidos en la medida de lo posible. No podía arriesgar a ser poseída nuevamente.

Despedirse de Catherine en aquel estado le había costado demasiado, por mucho que supiese que la opción lógica y segura por el momento era alejarse de ella. Sólo las últimas palabras que le dedicó lograron que se fuese con más fortaleza y algo a lo que aferrarse, aunque la culpa por todo lo que le había acarreado seguía siendo una espina clavada. Acudió al lugar de reunión con gesto serio y aire malhumorado, después de pasar la noche sin pegar ojo dándole vueltas a demasiadas cosas. Y ahora otra maldita reunión en las que no terminaban de resolver nada. Ya ni siquiera recordaba bien lo que habían hablado en la última, con lo de la posesión de Charles y la estupidez de Leroy se había ido todo a la mierda.

- Demasiada comida. Apenas vendrá nadie. - comentó al pasar la lado de Gwen, tras mirar de reojo a la mesa con lo que habían puesto sobre ella. Parecía como si volviesen al momento del parlamento en Ouroboros, algo que se le hacía ya demasiado lejano en el tiempo a pesar de que había transcurrido poco...¿tal vez ya hacia un año? ¿más? - Como no salgamos hoy de aquí con una solución definitiva y clara...no pienso esperar más. - gruñó por lo bajo antes de acercarse a la mesa para echarse una copa de vino para beber un trago.

- Supongo que la espada se quedó clavada en la roca. Todo por el imbécil ese. - volvió a beber unos tragos más, casi apurando. Por el momento no venía nadie. Esperaba que el nigromante ni apareciese por allí, porque se suponía que debía ir con Catherine para que no estuviese sola. - ¿Y tú has pensado en algo? ¿o te fías de lo que quiera que dijese Da Vinci ayer? - cuestionó en tono ligeramente borde, terminado del todo la copa.

Estaba sumida en mis pensamientos cuando los pasos de mi hermano se hicieron eco. Giré a medias mi cuerpo para observarle permaneciendo primero en silencio. Claramente estaba molesto. La mirada se desvió hacia la mesa bien dispuesta, tal vez tuviera razón puede que ni siquiera apareciese ningún Descendiente de Ouroboros dadas las circunstancias.

Apreté los labios disconforme por ello antes de volver a clavar la mirada en Wthyr rotando ahora por completo para acercarme a la mesa y recolocar alguna cosa.-Buenos días a ti también hermano.-Solté neutra antes de suspirar.-¿Y que quieres que hagamos?¿Entrar a las islas y morir directamente o esperar que nos posea y nos matemos entre nosotros?-Volví a mirarle nuevamente, el tono era calmado pero serio. Si no entendía que necesitábamos a alguien más a parte de nuestras fuerzas marcharíamos todos al suicidio.

-Así es. El fuego de dragón tal vez la podría destruirla pero no a Charles. - Me aparté de la mesa.-Rasputín dijo que permanecería encerrado allí aproximadamente una semana.-Miré distraídamente a cualquier otro lado pensando si esta vez Shyvanna, Darren o Lake se presentarían a la reunión. O Catherine¿Cómo se encontraría?. Iba a preguntárselo cuando él fue el que cuestionó.

Abrí la boca para responderle pero paré al escuchar la segunda pregunta. Por un segundo mi ceño se frunció y miré a la copa vacía antes de alzar la vista a él de nuevo.-Cedric dijo que tenía una idea que comentarnos. Y DaVinci apenas era capaz de mantenerse en pie o hablar sin que su corazón palpitase irregularmente. -Crucé mis brazos apartando la vista de él de nuevo. -Supongo que si alguno viene expondrá sus ideas.-Estaba claro que si esa era la actitud que pensaba tener mi hermano la reunión no acabaría en buen puerto.-A mi solamente se me ha ocurrido pensar en alguien al que tal vez todos nuestros ancestros escuchen por encima de Charles pero no creo que sea fácil dar con él. Morgana enterró a Arturo en la isla.¿Crees que podríamos recuperarle de algún modo?-Continuaba sin mirarle y aún así negué.-En cualquier caso no podemos hacer nada si no encontramos el modo de protegernos de la posesión de Charles.

Bueno, la reunión ya era ese día... Y no por eso le entraban ganas algunas de asistir, todo sea dicho, pero honestamente, últimamente, ¿De qué tenía ganas? Realmente nada, se mantenía de pie a base de lo que viene a ser pura cabezonería, por el hecho de que se está negando a morir sin haber hecho algo, incluso aunque sepa que sobre todos estos asuntos espirituales, ella no tiene ningún conocimiento.

Por esto mismo, es que iría, viene montando sobre el grifo astral qué se compró en una tienda mágica cuando Ouroboros aún existía, más que nada para ser fácil de ver mientras llega y no poner en alerta a nadie.

Una vez hiciera esto, podría ver a los druidas haciendo... Lo que ella asume es alguna cosa espiritual para que esta vez no los interrumpan, no porqué le suene, si no por el mero hecho de que piensa que sería buena idea qué alguien haga algo como eso.

Así que con calma procede a entrar al sitio de la reunión, y curiosamente, ve una mesa preparada, cosa que le parece bien, porque entre tanto se había olvidado de desayunar, y francamente, aunque bien podría desconfiar de lo que le hayan agregado los pendragon a la comida, lo cierto es que ya no sabe si le interesa tanto.

Buenos días.

Está vez sí que los saluda, incluso inclinando la cabeza, pero los deja hablar por demás de lo que están hablando y no intercede, ya que tampoco tiene razón de ello.

Lo que sí es que va a escucharlos con atención mientras que prueba la comida servida, y se sienta en el extremo opuesto de la mesa a donde se encuentran ellos, pues está a la defensiva, pero al menos ya no está a la ofensiva como en otras reuniones, que ya es un progreso.

Sabía que el modo de entrar había sido bastante descortés al no dar ni los buenos días, pero estaba lo suficientemente cansado y malhumorado como para que no le importase. Soltó un suspiro de frustración cuando Gwen le salió con eso de qué quería que hiciesen, porque seguían sin tener nada claro a pesar de todos los intentos por atajar el gran problema que tenían. - No lo sé. Cualquier cosa menos dejar de divagar. Tengo la sensación de que si sólo planteamos hipótesis y no ponemos ninguna a prueba no lograremos nada. El resto de gente ni siquiera ha aparecido. - y tal vez no tenían intención de hacerlo, a excepción de los de siempre. Al final el retorcido Sanguis les iba a obligar a colaborar, todo lo contrario de lo que se había propuesto el día que invadieron Ouroboros.

- Entonces lo del fuego fue una pésima idea. ¿Ves? al menos vamos descartando posibilidades. - se rellenó la copa de vino nuevamente, observando unos segundos el líquido rojo antes de beber un poco más despacio que con la copa anterior. Una semana tenían...era poco tiempo para dar con la solución. La miró con interés cuando mencionó a Da Vinci y eso de que apenas podía tenerse en pie, cosa que había sido en parte por culpa de ella. - Tú también estuviste a punto de matarlo. Como yo a ella. Ahora mismo somos un peligro andante para todos, incluso para nosotros mismos. Charles nos ha repudiado, ya no le servimos. Supongo que al no poder acceder a nuestra sangre buscará a toda costa expandir más rápido sus raíces para drenar magia de otras maneras, y eso acabará expandiendo ese extraño velo de muerte por todas partes. - si no actuaban estaba claro que estaban condenados, tarde o temprano. Caminó hasta una de las rocas más cercanas para sentarse con la copa en la mano, mirando al frente con gesto pensativo por la pregunta de Gwen sobre Arturo.

- Lo sé, fue en las cuevas. Pero dudo que quede algo más que sus huesos...no creo que su espíritu quedase ligado a Ávalon. De lo contrario tal vez habría puesto orden en el Sanguis Ligno. Tampoco sé si es posible invocarle, o si estaría siquiera dispuesto a ayudarnos. - frunció levemente el ceño, pensando en aquello de evitar las posesiones. Algo había leído y oído al respecto, pero no estaba seguro de que fuese a funcionar. - La obsidiana de Troya...se supone que protege de posesiones. Otra opción es que te posea un demonio, pero es absurdo si no eres nigromante y no puedes manejarlo. - alzó una ceja ante la llegada de Rosse al lugar, fijándose en cómo se situaba en el extremo opuesto de la mesa al que estaban ellos. La desconfianza...

- Tranquila, hoy no mordemos. - comentó con sorna, haciéndole un gesto con la copa como queriendo decir que se acercase. - No mientras el mismo ente quiera exterminarnos a todos. - dio otro trago antes de aclararse la garganta para volver a hablar, un tanto impaciente por empezar con aquello.

Apreté los labios mientras Wthyr hablaba. Estaba claro , al menos en parte, lo que le sucedía. La frustración de mi hermano podía sentirse en el aire, en sus gestos y en el tono de voz. Suspiré asintiendo.-Sabes que si tomas cualquier decisión te seguiré. Si quieres que intente cruzar ese velo de alguna forma no tengo miedo de hacerlo aunque fracase.-Comenté con suma sinceridad. ¿Qué podía pasar? Sería una más en el ejército de almas de Charles pero seguramente acabaría formando parte antes o después.

Asentí esta vez por lo del fuego. En realidad ni lo había intentado. Me acerqué a la mesa nuevamente decidiendo servir una copa de vino dulce, no era vino de Avalon pero los druidas tenían una despensa bien surtida de sus cosechas y elaboraciones. Fruncí por un momento el ceño mientras servía y Wthyr hablaba al recordar la posesión de Charles y como había parado el corazón de DaVinci siendo una mera espectadora.-¿Cómo está Catherine?-Pregunté obviando parte de sus palabras a propósito mientras dejaba la jarra de vino sobre la mesa y tomaba la copa.-Le hemos traicionado y le dejamos sin soldados en el mundo de los vivos.-Aclaré a lo de repudiarnos sin mirar a mi hermano.-Deberíamos pensar que esto no entraba en sus planes, e improvisar siempre tiene fallos.

Al apartarme de la mesa pude ver cómo por fin llegaba alguien, el hipogrifo astral centelleó mientras tomaba tierra. -Podemos ir a comprobarlo pero necesitaríamos un medium o alguien experto en espíritus.-No tenía claro si la magia de Rasputín tocaba ese tema o si alguno de los Descendientes lo hacía.-Cuarzo,... rituales de sangre tal vez para desvincularnos pero tendría que investigar, no debe ser fácil romper un vínculo familiar.-Añadí a las ideas de mi hermano bebiendo después de mi copa observando de reojo a la Descendiente de McGonagall mientras el moreno se dirigía a ella. Incliné la cabeza respondiendo a su saludo.

-Buen día Descendiente. ¿Sabe si sus compañeros van a unirse a nuestro encuentro?-Observé la comida que probaba, al menos parecía menos desconfiada que hace meses.-Estábamos debatiendo ideas para estar seguros de que no sufriremos nuevas posesiones en nuestra misión pero también sobre como acceder a las islas¿Ha pensado algo?-Pregunté mientras observaba distraídamente al cielo. No parecía que viniese nadie, al menos desde ahí.

Mientras comía, con toda calma, iba escuchando, y por lo que estaba oyendo ellos no tenían un escenario mejor que compartir, cosa que en este punto, tampoco podía culparles, ellos tenían a un nigromante super-poderoso y aún así solo han logrado detenerlo por una semana hasta ahora, así que pedir mucho simplemente sería tonto.

Escucha cosas con fuego de dragón, pero que aparentemente no funcionan, o cosas con la obsidiana de troya, que sí no le falla la memoria es como ellos dicen, protege de los espíritus y todo eso, cosa que suena como una buena alternativa en ese momento.

Y también parece que ambos dejan brevemente su conversación para recibirla cada uno a su manera, el primero, el rey de la arrogancia, que parece estar de peor humor qué lo habitual, cosa razonable, claro, eso de haber atravesado a su... ¿Esposa? ¿Novia? ¿Amada informal? No sabe, le ha perdido el hilo a eso hace un rato, pero el caso es que seguro que le jode al menos algo.

Vaya, gracias por el detalle.

Como siempre, le ha respondido en un tono más o menos similar al de él, solo que agregando una media sonrisa, porque bueno, Rosse es Rosse.

Y como mismamente, no deja de ser un tanto cabezota, así que se mantiene sentada justo donde está, y procede a comer con más ahínco, como de alguna forma ocupandose en algo en ese lugar, mientras que también escucha la respuesta de la menor de los pendragon, más propia, como ha sido ella hasta ahora.

Deben hacerlo, al menos los qué puedan sostenerse en pie, claro...

Suspiró, aunque lo extraño, es que esta vez no los estaba culpando, y en su tono se nota, pues tras todo lo ocurrido es capaz de entender que ahora todos están en el mismo barco qué se hunde, quieran o no.

Y ya que está ahí, parece que van a comenzar las cosas solo con ella, bueno, supone que es lo justo, así que como respuesta, procederá a poner un poco a los pendragon al día, ya sin más alternativa.

Bueno, por ejemplo sobre lo que has dicho sobre un experto en espíritus, seguramente el viejo Rasputin sea capaz de ayudar, incluso su aprendiz hizo un ritual espiritual o algo junto a Catherine en algún punto, para contactarlo a él cuando se metió en el árbol, así que seguro él podría hacer algo con esos temas.

O al menos eso es lo que ella deduce del mensaje y la carta que recibieron por aquél tiempo, así que por ese lado no debería ser nada difícil, en lo que refiere a entrar al árbol...

Catherine en algún momento comentó sobre la posibilidad de crear un portal qué lleve ahí, como los que llevan al cielo o al infierno qué crean los nigromantes con piedras de los tres reinos, solo que supongo que podrían necesitar a un especialista en portales para algo como eso, ¿Ustedes no tendrán alguno entre sus linajes?

Preguntó, pues al fin y al cabo, que ella recuerde no hay un descendiente especializado en portales, cosa que es francamente un problema, pero no se puede tener todo ni siquiera cuando se necesita.

Aunque también, yo por mi parte no tengo demasiada comprensión de los asuntos espirituales, así que tampoco podría decirles nada más profundo.

Esas cosas son más del viejo Rasputin, y de Sofía, aparentemente, porque la última vez que se puso con cosas espirituales le hizo marearse bastante, y ella lo toma como una buena señal.

Apretó levemente los labios en un gesto algo molesto cuando la escuchó ofrecerse a hacer lo que él pidiese, incluso si no estaba de acuerdo. - No tienes por qué seguirme si no estás segura de hacerlo, ni tampoco pienso mandarte a hacer algo que te ponga en riesgo. - ya podía olvidarse de esa devoción aprendida de cumplir con lo que quisiese el rey o el hermano mayor, estaban en una situación excepcional en la que ya no tenía cabida casi nada de lo que habían aprendido durante años. La pregunta sobre Catherine era de esperar después de lo que habían presenciado, pero se sentía más culpable aún al tener que responderla. - Viva, a pesar de mí. Y sigue embarazada. - ¿se lo había contado a Gwen o a alguno de sus hermanos? no lo recordaba. Bebió un poco más de vino para pasar el mal trago, negando con la cabeza con un gesto de disconformidad por lo de traicionar a Charles. Él los había traicionado primero, obligándolos a hacer sacrificios durante años.

Dejaron cualquier tema más personal con la llegada de Rosse, que parecía que había venido allí a comer como si no hubiese un mañana. Al menos parecía dispuesta a colaborar y participar, y se había presentado, que no era poco. Se levantó de la roca en al que se había sentado para dejar la copa ya vacía sobre la mesa, cavilando mientras escuchaba a una y a otra. - Lo de las médium o experto en espíritus fue lo que dije la vez anterior...que si era posible deberíamos invocar a los espíritus más problemáticos fuera de su plano, enfrentarlos en el nuestro poco a poco. El linaje vasallo de Hammurabi puede invocar espíritus y crear portales, podemos contar con ellos. En Ouroboros tenéis al nigromante y su aprendiz, además de esa mujer licántropo que iba por ahí siendo poseída de manera extraña. - todavía recordaba cuando le soltó todo aquello de la profecía, poseída por a saber qué espíritu.

- Si vaciamos la zona del Sanguis de los espíritus más problemáticos tomaremos ventaja. Lo que necesitamos es un maldito modo de destruirlos una vez que estén en nuestro mundo, de atraparlos de manera definitiva o de desterrarlos al infierno para siempre. - también estaba lo que decía Gwen, debían evitar ser poseídos en el proceso, y no todos podían contar con la ayuda de un demonio para evitar posesiones. - Cuarzo, obsidiana, y...- entornó los ojos levemente al recordar vagamente algo que había leído una vez sobre rituales de sangre para desvincularse. Tal vez ni siquiera sirviese para desvincularse de un ente tan poderoso como el Sanguis, pero debía mencionarlo. - Hacer un nuevo juramento de sangre...uno más poderoso.

-Lo sé y tu sabes que si lo digo es porque realmente quiero hacerlo.-Respondí a mi hermano con total confianza y seguridad. Porque al menos mis valores se centraban en la lealtad a mi familia. Costase lo que costase. -No me importa el riesgo, a diferencia de vosotros tengo asumido mi destino llegue pronto o tarde.-Añadí aunque suponía que Wthyr ya lo sabía, por mucho que toda la familia no compartiese mi seguridad sobre ello.

Apreté los labios asintiendo conforme a las palabras de que Catherine estaba bien. Se notaba por su tono que se sentía culpable. Suspiré aliviada pero al escuchar lo siguiente abrí un poco de más los ojos dedicándole una mirada fija.-¿Cómo?-La duda y la sorpresa en mi eran obvias. Sin embargo la presencia de Rosse cortó aquella conversación.

Wthyr se encargó de entablar conversación con la Descendiente mientras por mi parte caminaba distraídamente asida a mi copa de vino dulce escuchando atentamente.-En conclusión, no hay nuevas ideas.-Solté mientras paraba mis pasos y bebía un poco.-Hay un velo de muerte rodeando la isla ¿Qué nos dice que si lo saltamos por un portal no nos afecte igualmente? No creo que podamos realizar un portal común y corriente.-Añadí paseando de nuevo observando el cielo y los alrededores. Fruncí los labios. Nadie. No iba a aparecer nadie más.

Giré el rostro para observar a mi hermano.-¿Con quién o hacia qué?¿Qué puede ser más poderoso?-¿El amor? Entorné los ojos por ese pensamiento ñoño con voz burlona que había asaltado mi cabeza. Continué andando rodeando la mesa.-No creo que sus compañeros se presenten. Tal vez deberíamos dejar de perder el tiempo e investigar cada uno por nuestra parte e informarnos.-Solté con cierto mal humor en el tono.

Lo primero que hizo fue asentir, porque claro, recordaba esa idea de ir llamando a los espíritus más problemáticos uno a uno para lidiar con los mismos de una forma más sencilla y aligerar de esta forma la carga qué pueda traer la misión de entrar y destruir al sanguis ligno.

Bueno, entonces deberíamos estar en camino con esa idea al menos con la mitad, y en el caso de la otra mitad, supongo que bien debe de haber alguna forma de desterrar a los espíritus o destruirlos incluso, aunque eso debería confirmarlo el viejo Rasputin también, o podrían probar el atrapa espíritus qué mencionó Giordano la otra reunión también.

Por dar un poco una idea por fuera de lo que es el viejo Rasputin, porque parece que ese hombre fuera el único que tiene una minima idea de que hacer, y eso es preocupante, la idea de que nadie más parezca saber...

Y en lo que refiere al juramento de sangre, quien sabe, la magia de sangre es cosa de ellos, así que deberían saber de que están hablando, por lo que de eso no pone mucha opinión, en su lugar procede a escuchar a Gwen.

Exactamente.

Se encogió de hombros cuando la pendragon menor llegó a la conclusión, porque pues que le iba a decir, si no habían más ideas, no le puede presentar más ideas, y sobre lo otro, bueno, solo una cosa puede decir con certeza.

Pues el viejo Rasputin ya salió de ahí, así que supongo que al menos es posible cruzarlo y no morir en el proceso, porque por desgracia Leroy se encargó de de joder a base de bien la otra oportunidad qué teníamos de protegernos, así que supongo que la opción es ver como hizo el viejo.

Ya cuando vea a Leroy le dirá lo idiota qué es, por el momento, solo es un apunte en la reunión, mientras ella come, pero no bebe, debe de encontrarse sobria mientras hace estas cosas, ya no se va a meter sustancias al cuerpo en una reunión.

Tal vez.

Le reconoció a la pendragon qué claramente ya se estaba poniendo de mala hostia, ¿Y por qué se lo reconoce? Porque tal vez tiene razón, y no puede quitarle eso, tal vez nadie venga, y en todo caso sería más productivo investigar en vez de almorzar.

Le pareció curiosa la reacción de Matvey cuando le dijo que le entendía perfectamente. Era raro pensar en su padrino con semejante mujer, era raro pensar en su padrino con una relación y era aún más raro al recordar que por un instante los Svensson le dieron una extraña vibra parecida a la de sus padres. Pero aún así…Le agradaba que Matvey tuviera…otra cosa, algo…Más que sólo su carrera. Quizás si era una romántica empedernida. Se había quedado pensando en cómo se había sentido cuando Wthyr cogió aquella botella de vino y las copas…Muy fuera de lugar pero, al mismo tiempo, con cosquillas por todo el cuerpo. Y en ello se quedó pensando mientras pasaba el día descansando tras la ida de Matvey. Tanto que acabó peinándose y trenzándose el pelo mientras pensaba cómo cruzar a la isla sin morir en el intento.

Al día siguiente había pedido un par de pociones a los medimagos que muy diligentes habían dicho que no…Lo cual comprendía porque ella allí no tenía voz alguna así que tuvo que callar. Ya luego le mandaría un mensaje a Sofía.

El portal que abrió Matvey lo atravesó lentamente, cogiéndose las faldas del pomposo vestido que había pedido de su armario en Italia. Se encontraba mucho mejor pero no por ello estaba absolutamente perfecta asi que necesitaba algo así, ligero y suave. Percibió enseguida la presencia de Wthyr y en menor medida la de Gwen, conectó mentalmente con su esposo dibujando una leve sonrisa.

“A tu derecha, Pendragon”, dudaba que se acordara. Ahora mismo debía estar muy agobiado con todo. Paseó la mirada por los presentes notando la escasa asistencia con el ceño fruncido. Por su parte se dirigió hacia Wthyr a sabiendas de que su presencia le irritaría, pero ella confiaba mucho en los poderes de su padrino como para no acercarse a Wthyr -Venimos con soluciones para las posesiones- Le informó para que se quedara tranquilo y luego saludó a Gwen y Rosse con la cabeza. Finalmente llegó donde él estaba, tomó un poco de su capa y tiró de ella para que se acercara a darle un beso.

“Y ahora vas a ser todo un caballero Pendragon y me vas a dar tu capa porque este sitio es más frío de lo que esperaba”, al separarse miró a Matvey y luego a las demás -Tendré que tatuaros a todos- Explicó volviéndose hacia Wthyr -¿Dónde están tus hermanos?-

Al llegar alli, a diferencia de Catherine que saludó a la gente y se acercó a Wthyr, yo ignoré un tanto la comitiva y me puse a pasear por ahi, andando alrededor del amplio círculo que habían preparado los druidas. Bien. Alli no habian mas espiritus malignos que los que portaban los vivos. Por si acaso, me aseguré yo mismo, no queriendo cometer el mismo error que en Beinn Dearg y extendí mi campo de percepción más allá.

"despejado.... por el momento"

Si algun espiritu corrupto o con malas intenciones se acercaba, tendria que percibirlo. Tras circular alrededor del limite de aquella circunferencia de proteccion, me acerqué a la mesa, y me serví una buena jarra de aquello.... lo que quisiera que fuera que habian preparado las sacerdotisas, y me lo bebí en varios tragos.

Solo después de eso hablé.

- Cortesía de Lyosha Svensson y el estudioso Matvey Rasputín. De nada... - Descolgué el fardo que llevaba colgado a mi hombro, dejando sobre la mesa de las viandas la máquina de tatuar para Catherine, y un rollo de pergaminos con todos los sigilos. Ademas del bote de tinta y los ingredientes para la mezcla. Y me serví otra copa de buen vino y agarré algo de comida, porque....maldita sea, llevaba muchisimo tiempo sin comer. Que fuese inmune a morir de hambre no queria decir que no sintiese hambre.
- Vigilaré mientras ella procede. - me senté a la mesa. Podía comer y percibir espiritus al mismo tiempo, sin duda.

Tal como creía, no había mencionado aún a ninguno de sus hermanos la sorpresa del estado de Catherine. No pudo responder a Gwen porque pronto tuvieron visita, la única por el momento. Se sirvió una tercera copa de vino mientras miraba a Gwen algo contrariado por escucharla decir que no había nuevas ideas.  - Es justo lo que acabo de decir, que si no podemos ir allí, lo mejor será ir haciendo invocaciones controladas para enfrentarlos poco a poco. ¿Para qué vamos a buscar soluciones para entrar ahí cuando es más "sencillo" hacer lo otro? además, según ella ...- señaló a Rosse con un gesto de la copa.  

- Da Vinci ha estado creando algo para atraparlos. A partir de ahí habrá algún modo de desterrar o destruir. Sobre lo que he mencionado antes... sería como un juramento de sangre para pertenecerle a alguien. Así no podrían poseerte tan fácilmente. Esa es la teoría. -

Asintió un tanto molesto a eso de que no se iba a presentar nadie más y que lo mejor sería trabajar cada uno por su lado, haciendo un gesto negativo a eso que dijo Rosse sobre Rasputín.  - Vuestro queridísimo nigromante tiene un demonio dentro. Por eso puede sobrevivir en planos en los que el resto no podríamos. En cuanto a Leroy...por su culpa ya no sabremos qué es lo que podría haberse hecho con nuestra espada. - porque no podían recuperarla por el momento, no mientras Charles siguiese allí atrapado.

Estaba a punto de dar por concluida la reunión cuando la voz de Catherine irrumpió en su mente anunciando su llegada de un modo que se le hacía algo familiar, aunque no recordaba exactamente de qué momento. Verla aparecer con Matvey y vestida de esa manera tan elegante, como si fuese a quedarse, era lo que menos esperaba. Se veía algo mejor que ayer, pero aún era muy pronto.  - ¿Qué haces aquí? sigue sin ser seguro...Deberías seguir descansando en el hospital, a salvo. - Se puso nervioso al verla acercarse, dando un paso hacia atrás instintivamente. Una solución para las posesiones, pero seguía sin entender para qué tenía que estar ella allí. Pasó la mirada de ella a Matvey cuando soltó lo del estudioso con tanta arrogancia. Se dio la vuelta rodando los ojos mientras dejaba la copa en la mesa tras darle otro trago.

- Una teoría que está por ver si funciona. - rebatió antes de que Catherine llegase a su altura, cosa que le hizo ponerse muy tenso por los recuerdos del día anterior. Hizo un amago de acercar su mano a la de ella para tomarla y atraerla hacia él con intención de besarla, pero se quedó en eso, un intento. En lugar de eso giró la cabeza hacia otro lado maldiciendo internamente mientras cerraba el puño. Se quitó la capa de encima para ponerla sobre los hombros de ella, alejándose después unos metros por seguridad. Al menos así los demás tendrían margen de actuación si pasaba algo.

- ¿Qué tipo de tatuajes evitan las posesiones? - echó un vistazo a la mesa en la que se habían dejado los pergaminos y los instrumentos de tatuar, un tanto desconfiado. Ojalá funcionase, y que no pasase nada durante el tiempo que tardase en hacerse el tatuaje. Le hizo un gesto a Gwen para que fuese la primera en probar aquello, cruzándose de brazos mientras enumeraba el paradero de sus hermanos.  - Shyvanna en Irlanda. Cedric en el campamento que tenemos aquí. Lake y Darren...asuntos de vigilancia de territorios. Los avisaré.