Piso 7 | Pareja Evans-Pyro

Me había quedado dormido debajo de la cama mientras realizaba uno de mis experimentos, estaba rodeado de botecitos pequeños llenos de sangre tapados con corcho, algunos tenian la sangre reseca y coagulada ya, otros tenian en su interior sangre fresca. Y habian simbolitos y trozos de texto en latin escritos por el suelo y la pared que estaban bajo la cama. Pero escuché una maldita voz que rapidamente me sacó de mi ensueño.

Claro que Desmond no me habia visto ahi donde estaba, seguro que debia de estar acojonado. Lo malo de los telépatas (o lo bueno) es que ven mas con la mente que con los ojos.

"que haces tu aqui?"

Pensé con una mala hostia impresionante, recien despertado de mi breve sueño. Llevaba bastante sin ver a Desmond, desde que supe que se habia recuperado de todo lo del castillo Le Fay. Yo todavia recordaba como me lo habia cargado en aquella ilusión, sin que ello despertase en mi ninguna emocion reconocible. Puse los ojos en blanco cuando dijo eso de que si me estaba tocando, y decidí darle una leccion.

La sangre almacenada en los frasquitos salió de ellos rompiendo los cristales y se unió para formar una serpiente voladora que salió de debajo de mi cama directamente para atacar a Desmond. Nada que fuese a matarlo esta vez, claro está.

-Contraseña incorrecta. Largo de aqui!!!

- Ese vocabulario, Desmond -susurré aun tirado boca arriba bajo mi cama, mirando a los muelles del somier con una sonrisita de diversion perversa en el rostro al oir a mi hermano blasfemar por el susto que le pegó la serpiente.

Pero no podría prolongar mucho mas esa diversion, pensé, al oirlo pegar el portazo. Ruidos de salpicones de sangre me indicaron que no habia acertado a mi objetivo. Fruncí el ceño y mi cama levitó hasta el techo, así que me pude poner de pie comodamente y caminar hacia la puerta, para abrirsela a Desmond. Mi cama aun seguía por ahi levitando y la sangre que habia caido al suelo tras perder su forma de serpiente comenzó a formar ordenados ríos en el suelo de la habitacion.

-Tengo contraseña desde hoy. Sí, puedes pasar.

Suponía que Desmond acabaria viniendo a verme por Catherine. Resoplé aburrido cerrando tras nosotros cuando entró, e hice la cama caer al suelo de nuevo. Me senté en esta esquivando los riachuelos de sangre del suelo que ahora subían por una pared para introducirse en un tarro con muchas runas escritas en él.

-Claro que es sobre Catherine. Quién si no. ¿Que ha hecho ahora? - lo miré de modo muy suspicaz, para despues volver a hablarle casi arrastrando mis palabras con una repentina mascara de frialdad en el gesto. -No te enviará Maxwell a que me hagas estas preguntas, verdad? No me mientas, te lo voy a notar en la cara. Y tengo el ánfora de las runas medio vacía, necesito mas sangre.

Me quedé mirando a Desmond y a sus suspicaces gestos.... al chico le costaba arrancar y despegar la lengua mas de lo esperado. Yo seguia sentado en mi cama, la hechiceria de sangre habia terminado para entonces, y estaba toda guardada donde debía de estar.

Lo escuché en silencio mientras habló, puede que yo no fuese bueno dando conversaciones pero si me interesa lo que tienen que decirme, tengo fama de buen oyente. Mi ceja se alzó con perspicacia al oirlo.

-Espero que de verdad no vengas a husmear porque Maxwell te lo ha insinuado. Catherine está con Ian, pero no me preguntes dónde. Llevan mucho tiempo juntos, ella me avisó de con quien estaba. Tranquilo. - me aventuré a ejercer un poco como hermano que reconforta.

- Una ondulación, desagradable o no?

Porque eso podía indicar muchas cosas, pero en lo que a mi respectaba, podia quedarse tranquilo. El moreno, no me inspiraba demasiada desconfianza. Pero que no me concerniese era otra cosa. Habian demasiadas cosas en mi mente, como un tablero de ajedrez con muchas fichas que se movian mucho, y la ausencia de dos piezas al final del tablero no hacia si no anticipar sucesos.

-Yo también te hablo en serio. Sólo me interesa una sangre en particular, ahora mismo. La de alguien en concreto. - sentencié en voz baja. Quizá tantos dias a solas en mi cuarto me habian terminado por volver un poco paranoico, quizá no. Quizá fuese la propia locura de los Le Fay.

-Pero es dificil - me quedé tendido sobre la cama hablando conmigo mismo, mordiendome la uña del dedo pulgar. Entones, recordé a Desmond y al hecho de que estabamos hablando. -¿De verdad Cat no se ha comunicado contigo en tanto tiempo? Ha blindado su mente. Está haciendo cositas que no quiere que sepas....

Lo miré de reojo  cuando parecio ofendido por lo que le dije acerca de seguro de no venir por parte de Max, un poco sorprendido por su mediano enfado.

-Sabes que es lo malo? Que si lo fueras, tampoco lo sabrías. - suspiré y volví a incorporarme. Paranoico yo? Para nada. Pero me quedé mirándolo a los ojos largo rato, con esos mios claros que a veces parecian mirar a todas partes menos a este mundo.

Fruncí mis labios y asentí lentamente cuando el solo llegó a la conclusion de que hacia nuestra hermana con Ian. Me alegré de no tener que decirlo yo mas específicamente.
- Eso sospecho yo también...

Él me preguntó, y ya que yo me habia incorporado y lo estaba mirando, torcí levemente el gesto antes de proceder a contarlo. Al fin y al cabo era algo que por mas que me hubiese gustado hacerlo solo, no habria podido conseguirlo por mi mismo.

-Creo que lo sabes bien. La sangre de Maxwell Blake.

Él volvió al tema de Cath e Ian, pero es que las cosas estaban intimamente relacionadas en realidad. Lo escuché y me encogí de hombros, yo que sabia? No tenía a mi hermana por una fresca, sabía lo retraída que era. No estaba haciendo esto por diversión, estaba siguiendo por primera vez, sus instintos, aquello que deseaba de verdad. Siendo feliz, quizá, que se yo.

-Porque quizá no se dio cuenta de lo que quería hasta que no podía tenerlo. - determiné con fría sencillez. - No es tan sencillo, Desmond. Y su prometido se va a enterar...y no va a romper el acuerdo felizmente. Por eso necesito su sangre, Desmond, para tenerlo controlado por si se le ocurre hacer algo que no debe, como medida preventiva. Porque... porque sabes lo que puedo hacer con un poco de sangre. Pero conseguir sangre de un ilusionista? Es tan dificil como cortarle las uñas a un gato.

Necesitaba un buen truco, una excusa para hacerlo sangrar sin que sospechase. Una batalla lo suficientemente fuerte como para lograr que sangrase de verdad...y que no fuese una maldita ilusion. Para ello no podía sospechar nada de mi.

-Sí. Crees que....un buen mentalista sería tan obvio para dejar pistas? - sin embargo, si que habian algunas cosas que solían ser comunes a aquellos que sufrían de una intrusión mental - Pero tu no tienes lagunas de memoria, supongo. Recuerdas todo lo que has hecho. -verdad?

Mis sospechas tenian cierto fundamento, aunque si bien era cierto, exageradas para la situacion actual. Habia empezado a pensar mal desde nuestro periplo al castillo de nuestro mismo apellido.
-Cuando fuiste envenenado Max entró en tu consciencia. Tengo entendido que eso estrecha los vínculos. - no comenté nada mas al asunto. Al contrario de él o Cat, para mi el asunto de la mente habia sido algo que siempre habia evitado, no habia desarrollado el poder tempranamente como ellos, e internamente era reticente a hacerlo.

-Responsabilidades y obligaciones? Con el consejo o con la boda? Para mi está claro que no debería casarse. - lo del Consejo, era otra cosa a parte.

Desmond sonrió y me explicó que un problema mas grande era su telepatía y por un momento puse mis ojos en blanco.
-No voy a pedirte que te acerques a él con un vial vacío y que le digas "oh, te has hecho un corte, puedo curarlo?". No. Había pensado que, si Maxwell se viese envuelto en una batalla lo suficientemente grande, podría acabar derramando sangre sin sospechar nada. Luego sólo habría que ir al lugar del crimen y hacer un poco de tarea de campo....

Pero lo que propuso luego me hizo estrechar la mirada. Era algo con lo que no habia contado. Un deje interrogante asomó a mi por lo general, apático rostro.
- A unos más que a otros. - dije observando su sonrisa. Había hablado en masculino así que supuse que se refería a Lyran. - Odio admitirlo, pero quizá tengas razón. Ese tipo sabe oclumancia....? - ése sabía, y yo, un Le Fay, no? La edad no era excusa. Tenía que aprender. -Tú te llevas bien con ellos. Pídeselo.

-No tiene por qué, si lo hace de modo tan sutil que tu consciencia está dormida. - asentí cuando oir mencionar a Mei. - Estás dispuesto a dejarte hurgar en la cabeza por Mei?

La chica aquella era rara. Pero me caia bien, porque solia estar callada, y ser silenciosa, atributos que hoy en dia no estan lo suficientemente bien valorados, en mi opinion. Encogi mis hombros por lo de la boda y el consejo, a ellos que mas les daba? Mientras mantuviese viva la dinastia Le Fay....lo mismo daba que fuese con un Blake que con un Hacksaw. Escuché a Desmond decir tonterias y puse los ojos en blanco cruzandome de brazos.

-Me alegro de que te caiga tan bien. Yo no estoy tan seguro de que fuese a cuidar de ella. Incesto? Ahí si que se te ha terminado de ir la cabeza..... Sí, se crió con nosotros. Lo recuerdo. Pero él era para Layla. Que esté muerta no convierte a Cat en segundo plato. Creo que de estar viva nuestra madre, le habria tirado los trastos a ella para engendrar a su propio Le Fay....

Con eso creo que le dejé claro el por qué creia que no debian casarse.. En lo ultimo, le di la razon acerca de lo de ser poderoso. Pero aun asi, queria, necesitaba su sangre.
-Mm, genial. Cuando esté disponible me avisas. - lo miré de reojo y finalmente volví a hablar con palabras calculadas. - Me vais a dejar el piso a mi solo al final. Catherine con Ian, y tú con Azahar.... -sí, le estaba lanzando una indirecta.

- A ti todo el mundo te parece simpático Desmond, no tiene gracia.

Le dije con tono aburrido cuando empleó como baza a favor de confiar en Mei que fuese "simpática". Aunque en realidad pensaba como el respecto a eso, la asiatica nunca nos habia dado un motivo para desconfiar de ella, ni se habia creado problemas extraños en el consejo. Era de nuestra edad, de nuestra quinta. -Como sea. Pero ten cuidado.

Aquella advertencia mia era toda una muestra de cariño, amor y preocupacion, aunque estuviese dicho con tono rancio.
-No pongas esa cara, Des...sabes que llevo razón. A la gente le interesa el poder que da nuestro apellido. Max no es la excepción. - y a mi no me da la gana de compartir a las buenas.

Me hacia gracia lo inquieto que habia dejado a mi hermano con tan solo unas palabras, por un lado, me encantaba el efecto que mis palabras podian tener en él, aun sin poderes ni nada. Era un tanto maquiavelico en cuanto a eso. Alcé las cejas cuando me confesó lo que le habia dicho quien yo asociaba como su ligue.

-Que pena. Yo que creia que por fin ibas a dejar de ser virgen... - no, espera.... - ¿eh? no, no la he visto... ¿no habrá dejado el cuarto de baño lleno de pelos?

Me levanté, dandole a Des un toque. Cogí mis cosas, yo tenia que ir a comprobar si Azahar nos habia dejado el baño manga por hombro, y él tenia que contactaro con el señor Lyran para ver si aquello era posible. Asi, salimos de mi cuarto y cada cual tomamos rumbos diferentes.

Me habia metido a aquel despacho que tan amablemente me habian ofrecido los Le Fay. Bueno, el Le Fay simpático de la familia. No es que Cat no fuese simpática, a ver, me habia mostrado su vida a base de ilusiones mentales, habia confiado en mi y esas cosas....pero en este caso me referia a Desmond, aquel chico cristalino y claro como el agua. En cierto modo me recordaba mucho a Azahar asi que le tenia especial cariño. Y también me recordaba un poco a mi cuando era joven, intentando mantener a los hermanos unidos, aunque para ello tuviese que hacer grandes esfuerzos.

Asi que si, me habia metido ahi a olvidarme por un momento que Ian llevaba tiempo sin decirme a qué puñetas se dedicaba, como el maldito hijo pródigo que se jactaba de ser, para olvidarme de que Azahar seguia cabreada con el mundo y que...espera, qué?

"quizá estás siendo demasiado negligente..."

Pero el libro que estaba leyendo sobre hechizos era sumamente interesante. Los Le Fay poseian una biblioteca asombrosa, y aunque yo ya habia leido tratados sobre magia negra, aquello eran cosas que nunca habian caido en mis manos. Momento en el que llamaron a la puerta. Miré el reloj y me di cuenta de que llevaba demasiadas horas encerrado asi que me puse en pie y fui hacia la puerta, abriendola y encontrandome a Desmond con un abandeja con té y una sonrisa nerviosa en el rostro. Lo cual me llevó a pensar que venia a pedirme algo raro....o algo que lo emocionaba bastante. Le sonreí y me aparté para que pudiese entrar.

-Me alegro de verte, Desmond. Como has estado? Eso es para mi también? - me apresuré a volver al escritorio y señalarle lo que habia estado leyendo. -Queria agradecerte otra vez que me hayas prestado este espacio, es...es en cierto modo emocionante poder volver a disponer de una biblioteca, y mas de una como esta. ¿Sabías que a los hechizos defensivos se les pueden fabricar diferentes capas con diferentes propiedades arcanas para parar segun que hechizos, o agresiones fisicas externas cualquiera? Siendo asi, podrias conjurarte un encantamiento a tu alrededor que funcionase como un maldito chaleco antibalas, que estuviese activo todo el tiempo....pero yendo a pecho desnudo!

-No se equivoca....el té suele ser lo mejor para hablar. Bueno, y la cerveza

Alcé una ceja al verlo sacar aquella tabla que me habia estado oculta del escritorio, no por sorna si no de pura curiosidad, pues hasta el momento no me habia dado ni cuenta de que la mesa tenia aquel accesorio. Pero obviamente era su casa y ellos eran quienes mejor debian de conocer sus trucos. Se puso a preparar el té y me fijé atentamente en como lo hacía, pues me resultaba muy familiar.

-Lo preparas como Anteia. T e ha enseñado ella a hacerlo asi?

El aroma del té pronto llenó la estancia. Me senté en una de las sillas de la mesa aun con el libro abierto por aquella interesante página que no tardaría en poner a prueba, pero mi mirada se ensombreció un tanto cuando lo escuché preguntar, o mas bien afirmar, aquel hecho de que la educacion en cosas de magia se habia visto cortada.

- Esa es la impresion que da, ¿verdad...? Nunca fue mi intención que ocurriese eso....es verdad que cuando Hogwarts desapareció los chicos pasaron un tiempo sin recibir educacion en materias, pero en la base de la Resistencia organizamos algo parecido a clases clandestinas. Claro que tampoco atendían a aquello demasiados niños....ni eramos muy constantes o consistentes.

"y mis posteriores intentos por retomar la escuela han sido bastante lamentables, así que ya quiero dejar ese maldito nombre atrás."

- Está...en la cuerda floja. Pocos magos y brujas de hoy en dia sabrían como acercarse a un hipogrifo para ganarse su confianza, o que si tu canalizador mágico parece funcionar peor que antes probablemente sea porque tiene chizpurfles. Por no hablar de la versatilidad de los encantamientos.... -pasé una mano por mi frente y luego por mi boca, me estaba poniendo pesado o aburrido, o las dos cosas a la vez.

-Hm, si, la típica escuela de un régimen fundada para adoctrinar y no educar, ya ocurrió algo similar con el colegio de Reino Unido en el pasado. No suelen durar mucho, no se sustentan por ningun lado. Abogar por la pureza hoy dia es como abogar por un algodón de azucar sin azúcares.

Cogí mi taza y le añadí tambien un poco de algo para darle dulzor, sujetándola entre mis manos para darle algunas vueltas mientras escuchaba. Estaba siendo muy derrotista con esa ultima frase.

- ¿Cómo que no usais los tutores? Vosotros os manejais en aspecto de magia bastante bien. Sé lo que hace Cat, tengo entendido que tú tambien eres telépata.- pero reflexioné lo que habia dicho. - Es como si para poder sobrevivir hubiesemos tenido que disimular lo que somos y enterrarlo. - reí un poco. - bueno, en cierto modo lo que he dicho no es tan metafórico

- El vino? Demasiado engañoso, en mi opinión. Te emborracha sin que te des cuenta. Pero dejemos de hablar de alcohol, en qué clase de adulto me convierte eso?

Bebí otro trago de té, la verdad es que le habia quedado bastante bien. Sonreí tras separar los labios de la taza porque me habia hecho gracia la referencia de Desmond sobre que prepararlo asi le resultaba mas mágico.

-Cosas de los Malfoy...

Y escuché al chico atentamente, todo aquello que tuvo que contarme sobre cómo aprendian alli, los tutores... la familia...meneé ligeramente la cabeza. Y asentí.

-Sí que es poderosa. Me mostró ciertas cosas...usando su capacidad para crear ilusiones. Ella tiene suerte de tenerte, la verdad. Sabes, no todo es cuestion de poder natural, fuerza innata. El cerebro domina todo, podemos entrenarlo y a su vez, domarlo. Asi que no menosprecies tus propias habilidades, Desmond. Hablas muy alto de los demás, pero no de ti mismo. Y creo que no es por modestia si no por falta de darte cuenta.

Reflexioné sobre su estilo de telepatía y me acabé el té.
-Entiendo. Es decir que alguien sin poderes mentales puede hacerte llegar un mensaje con pensar en ti si hay red previa, porque eres como una especie de antena hipersensible. Menudo dolor, no? Como aguantas todo eso? Recibir tantas emociones y no confundirlas con las de uno mismo... - suspiré. Me habria encantado preguntarle si habia recibido algo de Azahar ultimamente.

-Ayuda? Lo que sea. Pídemelo.