Jardines Dioscórides

Llegó corriendo todo lo que podía una embarazada de siete meses que parecía de cinco; colocándose el mandil y los guantes antes de pasar al área de preparación de pociones. Debajo de los muros de cristal del invernadero hacía siempre unos agradables 36 grados, por lo que siempre estaba feliz de llegar y aventar el abrigo por algún rincón de su oficina. El frío de Ouroboros iba a terminar por matarla algún día, así que no podía esperar para que toda la situación se arreglara de una vez por todas y pudiera llevar a su querido esposo a alguna isla paradisiaca en Grecia.

¿Ya está todo? - Preguntó mientras se adentraba a la sala, tomando la tabla con la lista de preparaciones que tenían pendientes. Había ya varias marcadas como completas: Veritaserum, por encargo de Jack, a saber para quién las quería y qué planeaba obtener con ellas... herbolizantes para el ejército, con una pizca extra de amor y de energía para que volvieran con bien a casa lo más pronto posible, esencias de díctamo, escrúpulos de Nahlrout, reabastecedoras de sangre... Todo lo necesario para que lograran hacer un buen papel y no tener que repetir su propia actuación en los funerales de los soldados caídos. Tal y como había pedido Matvey en su mensaje, el ejército bien preparado. Comenzó entonces a contar los frascos de cuatro en cuatro sobre las cajas de transporte, hasta llegar a la cifra total de tanda en tanda.- De acuerdo, estos vayan llevándolos a la Plaza, distribúyanlos con cuidado. Lo que sobre o no puedan cargar al final, por favor, que los acumulen en el hospital, y pidan que nos abran un poco de campo para tener todo listo una vez vuelvan.- También iban a necesitar, así que la producción no paraba.- La caja que resta me la llevo yo, vayan.

Al final, las cajas estaban listas. Los soldados que Vishous le había prestado para ayudarla a trasladas todo se habían ido ya con la mayoría de las pociones. Estaba todo empacado, ya solo quedaba vaciar el último caldero y en eso estaba Daeallia mientras el resto comenzaba a cerrar los frascos y empacarlos.- Chicos, han hecho un magnífico trabajo. Descansen el resto del día, los veo mañana para continuar.- Y tras desearles el mejor de los días, salió en su alfombra mágica, directa hacia la Plaza Central.

Tenía más de un trabajo ese día. A pesar de haber sacado a tiempo la gran cantidad de pociones que necesitaban para la expedición, tenía retrasado un pedido para el hospital y uno especial de su esposo querido. Ella, por el momento, no tenía opción de luchar a su lado, y tenía la sensación de que si lo hiciera terminaría por hacer tonterías como tratar de defenderla de daños que fácilmente se hubiera sacado de encima, más aún de los que no. Así que cuando pensaron en aquel plan para ayudarle durante la batalla estuvo más que encantada de colaborar.

Sin embargo, aquella poción tomaba tiempo y debía beberse fresca, así que no la pudo preparar de antemano.- Despéjenme está mesa, llévense las pociones de aquella caja al hospital y tráiganme un caldero.- Tomó entonces un cuenco de madera infusionado con amapola y salió del área de pociones hacia el invernadero. Una a una fue recogiendo hojas de enebro, incienso peruano, semillas vikingas, un par de pistilos de flor de la bestia, un poco más de amapola para calmar los dolores que seguro ya sentía su querido esposo… Se paseó por el invernadero cuan grande era, recolectando tan solo los últimos toques. Un poco de escala de dragón, que últimamente cuidaba como oro. Unos toques de higo en sal del Himalaya para darle sabor y vualá.

Volvió a paso lento hasta su mesa de trabajo que para cuando llegó ya estaba completamente despejada. En eso eran muy buenos sus queridos alumnos y le hacían caso en todo. Por supuesto que los iba a querer con locura. Finalmente, comenzó a moler los ingredientes en un mortero y a añadir pequeñas gotas de leche de amapola antes de infusionarla con alcohol que luego necesitaría reducir solo un poco a fuego lento. El resultado sería una bomba justo después de que lo infusionara en el caldero por más o menos tres minutos.

Cuando finalmente estuvo listo, lo colocó en un frasco con mucho cuidado de no dejar caer ni una gota. Había hecho suficiente para una dosis una vez que llegó a la consistencia adecuada así que debía ser muy cuidadosa con lo que hacía. Mientras se enfriaba un poco, en un pedazo de cinta colocó “Elixir de la Bestia” y un “Tu puedes, mi amor”, con una S y un corazón al lado. Lo colocó sobre la bandeja donde habían acordado que aparecería el portal de Vishous, y finalmente esperó por un momento a ver si aparecía y podía al menos tocarle la punta de los dedos a su querido esposo. Cuando vio que aquello sería una pérdida de tiempo, comenzó a estudiar el pedido que debía realizar para el hospital y a colocarle al lado las cantidades que necesitaría para hacer las pociones a mayor escala.

Unos días después, la mañana calurosa y nublada presagiaba lluvias. Eran el tipo de nubes gris claro que llevaban suaves precipitaciones, lo que era bueno ya que eso no barrería los nutrientes que le había administrado a la tierra con los fertilizantes que la Descendiente Dioscórides le había dado, de hecho aquella lluvia ayudaría a la tierra a mantenerse húmeda y maleable.

Realizar aquel tratamiento diariamente a los suelos de la isla era arduo, el joven maestro terminaba con barro hasta las cejas y sudado. Obviamente tenía el cuidado de evitar la tierra cercana a las raíces del Sanguis Ligno. Para conseguir algo de frescor, llevaba el traje enterizo para volar abierto y anudado a la cintura baja, solo haciendo uso del pantalón de la prenda. Con esas pintas llegó al área de trabajo de la experta en pociones llevando los recipientes en los que la bruja le había dado el fertilizante, acompañado por Azlan, su kneazle de pelaje negro salpicado de manchas color miel que descansaba sobre sus hombros con elegante equilibrio, y Arturo al que también le había dado envases para ayudarlo a llevarlos todos.

-Sofía, somos Arturo y Adael, te traemos los recipientes del fertilizante.- La llamó y el orgulloso felino movió la cola, golpeándole en el hombro. -Tu no estás llevando nada.- A lo que Azlan respondió con un suave resoplido. Desconocía si la Descendiente Dioscórides estaba enterada de las últimas noticias y tecleó un mensaje en su brazalete.

-Las imágenes que conseguiste del santuario están bastante bien ¿te interesaría dedicarte al periodismo?- Le preguntó al peliblanco una vez terminó con el mensaje. -En la isla tenemos nuestra propia publicación llamada Ab Aeterno. Por la mañana me gusta levantarme y escuchar el informativo matutino mientras me preparo para salir a trabajar.- Dijo mientras aguardaban a que llegara la experta en pociones.

He llegado al sitio designado, y sin ton ni son, me encargan una serie de envases de diversos tamaños mientras acompaño al Descendiente a una de sus labores en la región. Tenía curiosidad de preguntar sobre el Vaticano, pero he de suponer que lanzarán alguna clase de informe oficial para el público, aunque de seguro será una versión más suave para evitar susceptibilidades. Por cierto, esta vez no hice el trabajo pesado y aun así, el cansancio fue evidente—vaya, esto ha sido, ligeramente más intenso de lo pensado—parece que hemos terminado y llevamos las cosas a su dueño original. Resultó que en realidad es dueña, se trata de la Descendiente Dioscórides, por lo que ahora ato cabos con el contenido de los recipientes.

El pequeño peludo que nos acompañó, hizo una breve escena cómica junto a Adael, el cual es difícil no caer en alguna que otra risa—por cierto, todavía no me has explicado sobre este pequeñín—intento tocarle sin éxito mientras recuerdo que había preguntado sobre la raza de la criatura, que, a primera instancia, me parece un gato, pero no ubico su raza.

Gracias por la oferta, pero tengo en mente otra cacería ajena a la persecución de noticias, aunque a veces me gusta tomar fotos por gusto, la captura de fotos lo he desarrollado un pelín más profundamente debido a mis labores dentro de mi facción, digamos que hay misiones donde uno debe tener fotos adecuadas—digo esto último con algo de complicidad, pues como se podrán imaginar, las fotos que he tomado tienen como objetivo, una diversidad de acciones y reacciones para los implicados, según nuestra conveniencia.

Solo espero que no pregunte demasiado, y no es que no pueda explicarle, solo que creo que le pesará el saber. Como cuanto uno por mera curiosidad investiga que significa bukkake o coprofilia, te arrepientes de inmediato.

Estoy observando los alrededores cuando poco a poco un familiar cosquilleo en la frente se hace presente—oh, no, no, no—un dolor en la cabeza me empieza a aquejar, mi mano se posa en la frente en reacción—esperaba que esto hubiera cambiado—digo mientras dejo lo que cargo en el suelo, y luego busco algo con que limpiarme la nariz, que me ha sangrado ligeramente. Entonces, el dolor de cabeza se volvió migraña y mi visión se nubló, así como mi conciencia quedó fuera. Enseguida una voz ajena procede de mi boca y mis ojos empiezan a fulgurar un brillo dorado. Sonidos estáticos empiezan a escucharse de mi persona.

Panal - Linaje de Moisés:

Una vez terminado este particular show, mi conciencia vuelve—….jeh, ¿Qué cosas, no?

En esos días, la energía de la naturaleza que fluía a través de cada una de las criaturas vivas se volvía como una criatura salvaje que crecía y arrollaba con todo a su paso. Trabajar desde el amanecer era parte de la vida en el campo y generalmente resultaba físicamente exigente pero el secreto era empezar desde bien temprano para evitar el aplastante calor de la tarde. -Luego de comer podemos tomar una siesta, nos lo hemos ganado.- Despuntaba el día mientras se ocupaban del tratamiento de la tierra, trabajaron durante toda la mañana y la tarde se acercaba, podían tomarse un descanso... o una ducha por lo menos. -Ah, si, su nombre es Azlan, es un kneazle, una criatura mágica similar a un gato pero con las orejas y la cola como las de los leones ¿ves?- Le indicó señalando las grandes y puntiagudas orejas del felino y el extremo de la cola con más pelaje que el resto de la extremidad. El negro abundaba en Azlan excepto por manchas de color ambar que hacían juego con sus sagaces ojos de brillantes tonalidades del oro.

De repente, la penetrante mirada del kneazle, sus orejas, sus bigotes, su cola y básicamente todo su cuerpo prestó atención a los movimientos que el peliblanco hizo con la intención de llegar a él pero una mariposa que voló cerca cautivó todo su depredador interés así que saltó de los hombros del joven maestro y fue tras el insecto. -No lo tomes personal, es joven, curioso y juguetón. Verás que, cuando se conozcan un poco más, te seguirá a todas partes.- Comentó con liviandad, quitándole importancia. -Lo encontré hace un año y medio, más o menos. Había nevado mucho y estaba solo, era una bola de pelos negra en medio de un paisaje totalmente blanco. Era tan pequeño que cabía en la palma de la mano y sobraba espacio.- Era palpable el cariño que sentía por el felino en el tono de voz y en la forma en la que lo miraba acechar con paciencia a la mariposa que aleteaba libre entre las coloridas flores.

Probablemente estuviera exagerando un poco pero no lo hacía intencionalmente, había olvidado algunos detalles y, como encontrar a Azlan fue un momento importante en su vida, su mente tendía a inflar fragmentos de la historia, por ejemplo el tamaño del kneazle la primera vez que lo vió era pequeño pero en realidad era ligeramente más grande que una mano. -Al principio tuve algunos problemas para tenerlo pero conseguí la licencia de propietario kneazle y ya todo está en regla.- Dijo apartando la mirada para centrarse en Arturo. Asintió comprendiendo las palabras del guerrero, tener registro visual era útil en varios sentidos, el periodismo era uno de ellos. -Es sin compromiso, si algún día te levantas con ganas de publicar algo puedes decirme y veremos qué hacer, piénsalo. Por ejemplo, podrías contar tu experiencia con la sustancia negra de la zona inexplorada o sobre lo que prefieras.- Sugirió con serenidad. -Y deberías tomar fotos ¿tienes algo con lo que puedas hacerlo?- El dispositivo que le había prestado para la misión del Muro de los Lamentos era un instrumento de la Academia de Ouroboros que no podía ser usado para fines privados.

-Sofiiiaa- Canturreó elevando la voz, llamando a la Descendiente Dioscórides pero se giró hacia el tuerto en el momento que notó su repentino malestar. -¿Qué ocurre?- Frunció el ceño al verlo como abstraído de la realidad y la sangre en su nariz pero eso fue lo de menos comparado con el radical cambio en sus ojos y en su voz. El moreno se tensó manteniendo agarrados los recipientes que llevaba y con los ojos fijos en el peliblanco del que salía una extraña voz que al principio parecía decir incoherencias pero abrió los ojos como platos al reconocer algunas palabras. El Descendiente de Moises contuvo el aliento al comprender que estaba hablando de su linaje y exhaló recién cuando Arturo volvió en sí. -¿Qué fue eso?- Preguntó lentamente mientras dejaba salir el aire de sus pulmones.

Todo trabajo bien hecho, se merece un buen descanso—concuerdo con el Descendiente. Y aunque tengo entrenamiento previo, trabajo pesado, es trabajo pesado. Y por fin, me revelan el nombre del inquieto chiquitín, así como su especie—yo diría más que es una variante de un lince—difiero al verlo con más detalle, que sin duda, es un hermoso ejemplar, a pesar de ser el primero que veo—los knee..kneazles ¿son una especie común o son regionales?—la curiosidad se apodera de mi.

Y parece que mi particular conexión con los animales parece hacer efecto. Tengo un historial de poder conectar con perros que ante la mayoría son bravos, menos conmigo, aunque tiene sus excepciones, por lo que el dicho de que no se puede caer bien a todo el mundo, también es válido entre los animales. Como amante de los animales, me pongo en modo “cariñitos” para atraer más a la peculiar criatura, pero cuando todo indicaba que había llamado su atención, de repente se distrae con una mariposa, dejándome como payaso con mis intentos de atraerlo con frases cliché y voz más aguda de lo normal—descuida, es un felino después de todo, probablemente se crea el faraón de la casa—no me sorprendería si fuera así, una curiosa y frecuente tendencia entre los felinos domésticos. Luego me comenta cómo encontró al gato, y es notorio que se ha encariñado bastante—¿Licencia?, ¿no basta con solo un registro?—luego caigo en la cuenta—ahh es mágico, ¿no?, pero si es así, ¿cuáles son los problemas que puede provocar esta raza?—es la duda que me surge si es necesario una licencia particular, y por como lo cuenta, no se dan tan fácilmente.

Fíjate que no suena mal, pero, ¿no es material confidencial el asunto del bosque negro?, me imagino que hasta que se resuelva se permitirán informar al público—y ese es un asunto pendiente que también debemos afrontar prontamente—mira, lo intentaré pero no prometo nada, ¿ok?, además, tengo planeado salir de la isla para perseguir una meta propia, aunque viendo mis últimos fracasos, tendré que esperar un poco más—en mi ultima participación apenas hice nada—y si, tengo mi fiel celular Anansi—saco el aparato con aspecto cuasi-futurista—proporcionado por mi enemigo de confianza, El Grupo Orochi—lo sé, suena raro de cojones, pero créanme que apenas tuve elección sobre el mentado aparato.

Proseguía el camino con Adael hasta que la migraña y la hemorragia nasal presagiaron un regreso, un regreso que ellas creen triunfal me imagino, enseguida todo se volvió negro y de manera intermitente varias imágenes pasaron por mi cabeza. Una antigua ciudad, una montaña con aires divinos, y el árbol de la vida, la kábala. Mi cuerpo y sus funciones vuelven a ser míos y me recompongo—…¿recuerdas que te platiqué a ti y a la otra Descendiente sobre las Abejas?, pues…Adael Cohen, Descendiente de Moisés—le señalo de manera formal—te presento al autoproclamado Protocolo de Educación, al Zumbido, y mejor conocidas simplemente como Las Abejas—me señalo a mí mismo, énfasis en la cabeza—ellas dicen que “un gusto en conocerte”, pero es una falsa modestia, de seguro ya conocen hasta cual marca de papel higiénico usas—veo como algunas revolotean cerca de él, aunque ellas permanecen invisibles para la gran mayoría, incluso para magos, digamos que tienen un glamour más potente y pocas veces se dejan ver, pero en raras ocasiones hasta un mundano común puede verlas.

-Y todo aquel que pueda oler, se merece que nos duchemos.- Porque el trabajo pesado, sobre todo durante esos días de calor, implicaba terminar sudado. -Mmm... tal vez, excepto por la cola.- Concedió que el kneazle se parecía más a un lince que a un león ya que tenía el pelaje de las orejas en punta y ninguna melena. -Están distribuídos por todo el mundo.- Rió por lo bajo y asintió porque el peliblanco adivinó que Azlan se había apropiado completamente de la casa del joven maestro. -Sus pelos están por todos lados.- Se miró a sí mismo para comprobar que se le había pegado a la ropa y a la piel a causa del sudor varios pelos que se le habían caído al pequeño felino, esa época del año se caracterizaba por la renovación del pelaje.

Volvió a asentir respondiendo afirmativamente a la pregunta de Arturo sobre si los kneazles eran criaturas mágicas. -Bueno, son una excelente compañía para aquellos que son de su agrado pero tienen una extraña habilidad para detectar y desconfiar de personas sospechosas y pueden ponerse agresivos con ellos aunque los magos competentes son capaces de salir adelante.- Explicó mientras observaba a Azlan avanzar a la carrera pero sin ruido en dirección a la mariposa que se había posado en una gran hoja de un vivo tono de verde. El pequeño felino lanzó el zarpazo pero el insecto fue más rápido y retomó el vuelo, aún así el bigotudo cazador no se rindió y mantuvo la atención fija en su presa. -Así es pero me gustaría que tú cuentes la experiencia de tener que tratar personalmente con aquella sustancia porque haces muchas preguntas, si te haces esa misma cantidad de preguntas a tí mismo, sin duda consigues muchos detalles de cada suceso. También podrías relatar tu experiencia en la misión del Vaticano. Eso si, vas a tener que registrarte oficialmente en la Academia de Ouroboros porque Ab Aeterno es de la isla.-

Asintió satisfecho con la respuesta del guerrero. -Te enseñaré trucos que te darán ventaja en el campo de batalla, ya verás.- Aseguró con la intención de evitar que el tuerto se desanime pensando en sus supuestos fracasos y observó el extraño aparato llamado “celular Anansi” pero frunció el ceño al escuchar que se lo había dado un enemigo aunque enseguida se encogió de hombros, era posible que existiera el respeto entre los adversarios o simplemente podía haber robado el dispositivo. -¿Qué puede hacer tu celular Anansi, además de tomar fotos?- La mayor parte de la tecnología le resultaba desconocida al moreno así que miró con curiosidad el aparato.

Asintió lentamente, con la cautela equivalente a como si cualquier movimiento incorrecto podría hacer explotar una bomba, recordaba la cena de navidad con Arturo y la Descendiente Darwin pero parpadeó confundido al enterarse que conocían su intimidad. Le incomodó pensar que aquello que, según indicaba el peliblanco, estaba en su cabeza, supiera tanto sobre él. -¿Me llamaron... “dulzura”?- Tan desconcertado estaba que esa fue la primera pregunta que logró formular. -¿Te encuentras bien? Parecías poseído.- Inquirió manteniendo la mirada color caoba sobre el guerrero y entrecerrando los ojos.

Tienes razón, puede que ahora seamos un peligro oloroso—no puedo negar ese hecho, necesitamos un buen baño—con que son trotamundos, ¿eh?—complemento lo dicho por Adael sobre la distribución de los felinos mágicos—entonces su intuición está a un nivel sobrenatural me imagino, porque se supone que esa capacidad lo tienen muchos animales, e incluso se tiene la creencia entre los mundanos que gatos y perros pueden ver espíritus o al menos, cosas extrañas que pasan de largo del ojo humano—detalles como que identifican a personas con malas intenciones o que se quedan mirando a la pared como si algo estuviera ahí—en mi mundo, yo conocí a varios cait sidhe, pero estos solo se encuentran en áreas del norte de Europa, así que me imagino que el adorable Azlan no forma parte de los seres feéricos, ¿me equivoco?—el felino como era de esperar, apenas nos mostraba atención alguna mientras la mariposa estuviera cerca, a pesar de que la plática giraba en torno a él.

Bueno, un agente secreto que se precie, es bastante preguntón, y más si uno es del tipo cazador de monstruos o detective paranormal—ahh lo del Vaticano, dudo que mi experiencia sea de utilidad o interés alguno—por lo que veo, todavía estaré un buen tiempo en la isla, así que supongo que no habrá problemas con el registro—estoy sin apoyo ni recursos, tendré que conseguir lo posible para siquiera enfrentarme a Orochi—será interesante ver que técnicas tienen aquí, que no haya en mi mundo—respondo ante el comentario de Adael—su función principal es la de llamar a larga distancia, tecleas una serie de números que sirven como identificador, y te conecta casi al instante con otra persona en prácticamente cualquier parte del mundo, también puedes hacer videos con el mismo, mira aquí te lo muestro—aprovecho esto último para activar esa función y empiezo a grabar a Azlan mientras hace de cazador, y realiza un par de intentos más, así como algunas volteretas chistosas propias de un felino. Una vez grabado una breve pero decente porción, muestro el resultado—aquí está—se lo presto indicándole como ponerle “play” al video para más comodidad—otras aplicaciones son la de escuchar música, y escribir cartas digitales a otras personas y algo parecido a una plática escrita instantánea, hay más funciones, pero esos son las principales.

Y una locura sucedió mientras esperábamos a la Descendiente Sofia, ya saben, cosas turbias como cambiar de mono a estéreo de improviso—ellas se referían a mí, su anfitrión—respondo a su pregunta mientras me repongo—sí, sí, no hay problema, es su manera de facilitarme tradición antigua u oculta, lo único malo es que me producen una jaqueca al momento de hacerlo—intenté limpiarme la sangre de la nariz—hace poco volvieron a mí, mientras me recuperaba de lo del Vaticano, aunque esperaba que fuera más pronto, luego de haber resuelto lo de SAM—al principio no estaba muy seguro de tenerlas, pero esta unión y su criptica y errática ayuda, han formado una especie de vínculo, así que admito que me preocupaba su situación cuando no volvieron y aún más después de enterarme de esa IA descontrolada. Por otro breve momento la “posesión” vuelve y esa extraña voz hace eco de nuevo—recopilando acontecimientos previos al ataque de la inteligencia artificial llamada SAM e intento de captura. Formulando un informe de eventos. Iniciando conteo de caídos de la colmena. Dictamen de protocolos furtivos…pronto. Fin del comunicado—estoy consciente de nuevo—bueno, creo que no aparecerán durante un buen rato.  A saber, qué peripecias tuvieron que padecer para sobrevivir a ese loco genocida digital.

Era notorio el olor a transpiración en el moreno lo que, de cierta forma, confirmaba las palabras de Arturo sobre ser un peligro oloroso. -La verdad, ni idea.- Contestó respecto a si Azlan formaba parte de los seres feéricos. -El registro implica que adoptes como propios los objetivos del Consejo de los 20 que son conservar, transmitir, y ampliar el conocimiento para que el mundo se gobierne con sabiduría.- Aclaró. La comunidad resguardada que vivía en la Isla Flotante se dividía las labores, así fueran agropecuarias, la Guardia de Ouroboros era la encargada de la seguridad y los medimagos trabajaban en el hospital para que el Consejo de los 20 pueda hacer su trabajo de erudición.

Asintió satisfecho cuando el peliblanco se mostró interesado en estilos de combate que pudieran ser distintos en el universo del que provenía. Ladeó la cabeza y siguió con la mirada el artefacto que el tuerto le mostraba mientras escuchaba la explicación en silencio. Activó el video como le fué indicado y la comisura de su labio se alzó al ver filmadas las simpáticas acrobacias de Azlan para, luego de examinar un poco más el aparato, devolverselo a su dueño.

El guerrero decía estar bien pero el joven maestro no estaba muy convencido, menos aún al volver a escuchar esa voz rara salir de su boca y ver sus ojos inundados por el brillo dorado. -¿Te hablan a tí hablando a través de tu boca?¿Por qué no te pasan la información por medio de la conexión con tu mente?- Le preguntó después de que Arturo recobró la conciencia y comentó que se tomarían su tiempo para volver a aparecer. Eso parecía algo escandaloso, si lo que querían Las Abejas era comunicarse con su anfitrión en una situación en la que el sigilo era la clave, sin duda sería un inconveniente que comiencen a hablar a viva voz.

Habrá que investigarlo en otra ocasión—será curioso descubrir los orígenes taxonómicos de estos felinos mágicos—como ya te mencioné, tengo un objetivo propio, no planeo dejarlo a medias ni abandonarlo, pero me adheriré a sus principios hasta que haya cumplido esta misión auto-impuesta, ¿no hay problema?, en cuanto a los 3 principios, será muy interesante, académicamente, un intercambio de conocimientos mágicos entre mundos, por ejemplo, por aquí traigo una suerte de grimorio que te indica cómo hacer una especie de brebaje berseker que aumenta tus poderes temporalmente, sin provocar que desconozcas aliados de enemigos—la pregunta seria, ¿tienen los ingredientes específicos en este mundo?—y supongo que no vendrá nada mal las diferencias históricas entre las comunidades mágicas, académicamente es otra de las cosas que más me llama la atención, sin contar las peculiaridades mágicas—me pregunto si mis conocimientos como agente de una sociedad secreta, les será de rédito al Consejo. He estado trabajando de guardia, pero mi curriculum avala que tengo más capacidades que solo proteger.

Muy curioso también, es que tengan bastante tecnología en la isla, especialmente en el ala médica, sé que suena prejuicioso, pero esta disparidad entre fantasía medieval y tecnología moderna causa un ligero shock en mi idea de la propia isla—más de uno de los refugiados o nuevos visitantes habrá pensado en lo mismo, más sabiendo la historia de Ouroboros y su aislamiento de casi más de mil años.

Generalmente lo hacen, solo han querido presumir ante una persona de otro mundo—respondo ante las dudas de Adael sobre las Abejas. Solo requiero de un descanso ligero y algo de agua, por suerte, rara vez necesito de medicina para la migraña.

-Puedes unirte a la comunidad de la Isla Flotante y, al mismo tiempo, mantener tus propios objetivos mientras éstos no interfieran con los intereses de Ouroboros, claro.- Sería una gran decepción encontrar a Arturo destruyendo las fuentes de conocimiento por voluntad propia.

-Así es, sería excelente estudiar la información que quieras compartirnos sobre tu mundo.- La Isla Flotante vivía por y para desentrañar los misterios, descubrir esos secretos permitía una mayor comprensión de las fuerzas mágicas, lo cual, a su vez, revelaba la forma de utilizar esas nuevas herramientas para hacer el bien. Se encogió de hombros ante el comentario sobre los instrumentos pero realmente no era tecnología cualquiera, era tecnomagia; una combinación de tecnología y magia.

Asintió como respuesta a la explicación sobre el comportamiento de Las Abejas pero sin estar completamente convencido cuando de repente apareció una estudiante de la Descendiente Dioscórides, el joven maestro tenía la agenda apretada así que resolvió una pequeña parte de las cuestiones que lo habían llevado allí con la acólita pero habría preferido hablar directamente con Sofía así que le dijo a la alumna que volvería después para hablar con la experta en pociones y para buscar al kneazle que lo había perdido de vista, de éste modo, el peliblanco y el moreno se marcharon del lugar.

El Descendiente de Moisés mandó al tuerto a ducharse y a descansar, debía estar preparado para la clase del día siguiente, mientras que él se dedicó a continuar con el tratamiento a los suelos de Ouroboros. Concienzudamente aplicó los fertilizantes a la tierra evitando acercarse a las raíces de la sanguinaria planta y tomó una ducha para quitarse toda la mugre de encima.

Llegué allí, a los jardines, al extremo más terminal de la isla cercano a la biblioteca, usando unos pasadizos que me había enseñado Snagov. Aún iba escoltado por varios espíritus. El lugar parecía seguro. Solitario. Los susurros eran lejanos, pero no tardarían en llegar.

Pero sobre todo, aquel lugar estaba cambiado. No era para nada como los jardines que recordaba. Más bien se parecía a... Como decirlo? Era una visión complicada.



Movía los pies, uno tras otro, uno tras otro, obligandome a caminar. Los espíritus retornaron, nuevamente, sin noticias sobre el objetivo principal. Nada, Charles parecia....nunca mejor dicho, un puto fantasma.

Les habia pedido que encontrasen a Altair, pero de él tampoco encontraron nada. No podía destruirse un alma, no así sin mas. Pero si podían torturarla. Y si lo habían atrapado? Irme de alli...

No. Otros muchos podían estar en la misma situacion, otros difuntos. Dependían de nosotros, sus descendientes. Se lo debíamos. Si no, nuestro futuro sería el mismo...probablemente.

Los pensamientos nublaban ya mis pensamientos de nuevo, cuando llegué al final de los jardines dioscórides. Alli donde el velo ondeaba de modo tranquilo y quieto, misterioso. La muerte....ese ya no tan grande secreto. Y al otro lado, la vida.

Miré hacia atrás, por sobre mi hombro. Salvo los aliados, seguia solo. Aguardaría unos minutos más, por si algunos volvían con alguna información sobre Altair, o....

Me decidí a usar mi magia entonces, estando al borde. Ejercer el poder de control de almas sobre la de Altair, aun estuviera en la distancia. Quizá asi me percibiese. Quizá asi, si podía, acudiría.

Y esperé...


Esperé todo el tiempo que pude. Pero ni Altair acudió a mi llamada, ni volvieron mis guardas con aquella información. Solo Snagov, apremiante, volvió para decirme que habíamos sido descubiertos y que si iba a irme, era ahora, no habian podido descubrir nada sobre Charles. Le juré que lo arreglaría y que volvería....

Y miré hacia el velo. No se veía absolutamente nada de el otro lado. Las otras veces....ni usando los poderes de Valqar habia logrado abrir una brecha, ahora sin embargo, la pared estaba ahi, a mi alcance. Alcé mi mano, y la aventuré despacio hacia el otro lado. La atravesé facilmente, sintiendo...calor. Vida. Apreté la mandibula y con decisión atravesé el velo, escapando de aquel mundo.

Evidentemente, no conté con lo que esperaba al otro lado. Una caída libre al mundo de los vivos.
......
dados de información de espiritus en expedición (como hay 32 tiro ventaja)
0-5 no localizan nada, porque son descubiertos por otros espiritus enemigos
6-10 encuentran una pequeña pista que les indica que deben moverse a otro lugar para conseguir algo de info. Llevará mas tiempo averiguar algo.
11-15 encuentran rumores sobre el posible paradero
16-20 descubren cosas jugosas y creibles sobre los quehaceres y paradero de charles

Éxito fallo- encuentra a altair?
Éxito fallo - interrumpe algún enemigo? Si es que si, cuantos?

El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado (20)' :


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#2 'Probabilidad' :


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#3 'Dado (10)' :