Sala del Trono

Las cosas se ponían claramente interesantes, más a cada minuto que pasaba, aunque la tensión hacía exactamente lo mismo, él podía sentirla, esa situación estaba a punto de derivar en algo, que si bien tal vez no sería del todo bueno, sería cuando menos algo digno de ver.

Lo primero que le dijo el rey le interesó obviamente, después de todo, la información es lo suyo, es lo que lo mantienen siendo quien es y estando donde está, no desperdiciaría jamás una oportunidad de tener más, pero a pesar de esta verdad, prefirió mantenerse callado y esperar su turno para hablar.

En lugar de esto miraría a Freyja, sin poder evitar reír un poco ante lo que dijo, bueno, por supuesto no le interesaría tener labia... Al fin y al cabo, tanto como él no es un guerrero ella no es una diplomática, no necesita una lengua de plata...

Lo que sí tuvo que hacer fue responder cuando se le hizo una pregunta directa.

Una considerable mayoría.~

Habían bastantes humanos no magos, como... Era normal, puesto que ellos siempre fueron mayoría, pero nuevamente, dudaba que fuera un problema conquistarlos tras lo que había visto, no eran los rivales más dignos...

Por supuesto también escuchaba a Wthyr, esto mientras se acercaba a tomar posición junto al mapa, y sinceramente estaba de acuerdo con él, al menos en la parte de que su individualismo los hacía débiles, la forma descentralizada en que esa región funcionaba era su mayor debilidad, y lo que seguramente les haría caer ante la táctica que tomasen.

Oh, ¿Y como fue que...?

Estaba por preguntar sobre Ouroboros, puesto que es bastante claro que no estuvo ahí y no es muy consciente de que pasó... Pero parece que Catherine ya se está adelantando de hablar del hecho, o como mínimo a hacer recuento de bajas...

Lo que le hace suponer que tal vez está nombrando a gente querida que murió ahí, y que quizás por eso incluso a él le mencionó Ouroboros cuando no estaban hablando en absoluto de eso, esto le lleva a pensar que mejor se tragará su pregunta y volteará a ver al estimado rey.

Son grandes noticias su majestad... Irlanda es un gran punto estratégico, es grandioso escuchar eso y todo lo que tenga para contar...

Inquirió pues aún no olvidaba... Quería saber que era lo que tenía para decir.

Y bueno si se encuentran de acuerdo con tratar por una vía más diplomática...

Trató de retorcer un poco la situación para favorecer ideas propias, disfrazandolo todo como una sutil sugerencia que no se sale para nada del flujo de la conversación.

Si bien es cierto que hay gobernantes que no quieren perder su poder o aceptar superiores, no son todos los casos...

Inquirió con un suave ademán de su mano.

Así que siempre existe la opción de un acercamiento quizás más humanitario para con aquellos que puedan convenir, al final somos fuertes, pero podríamos serlo más de conseguir apoyo local, la población mágica sabría que necesita de nosotros, así podríamos hacernos de importante influencia quizás incluso de más recursos y puntos estratégicos... Generando más inestabilidad y polarización en la región, luego de eso, sería considerablemente menos costoso atar cualquier cabo suelto...

En otras palabras, tomar un control más tranquilo de las regiones más vulnerables, y usarlas a su favor para finalmente poner a cualquier rezagado en una situación de morir u obedecer, dañando poco tanto el propio ejército como a los países nórdicos, esa es su idea.

Aparté la mano del mapa para permitirles ver con más claridad los lugares a los que aspirábamos, pues comenzaríamos por el viejo continente antes de ir más allá. Hice un sonido de disconformidad por comentario de Freyja sobre estar por fin de acuerdo en algo hizo. Antes solíamos llegar a acuerdos con bastante facilidad, o al menos en lo que al campo de batalla se refería. - Somos mucho más poderosos cuanto menos nos enredemos en rencillas sin sentido. Eso también debería aplicar para el resto de la comunidad mágica. Si lo que dice Asiaín es cierto...tendremos que convencerles de que la fuerza de la Alianza puede volver y ser un problema de nuevo. - esos malditos humanos sin magia ni sustancia alguna eran más difíciles de eliminar de lo que parecía, ni siquiera acabando con la mitad de la población mundial habían desaparecido del mapa. Un estorbo.


Fruncí levemente el ceño al escuchar la pregunta de Catherine a Freyja, mirando de reojo a mi esposa cuando me envió aquel mensaje mental. No le iba a gustar lo que diría Freyja, eso seguro. La tensión por el conflicto en ciernes era palpable, por eso procuré desviar un poco el tema. Empecé a creerlo imposible cuando salió todo lo de Ouroboros, con el consiguiente recordatorio de lo que hicimos allí. De la muerte del capitán ese ni me acordaba, y la verdad es que me era bastante indiferente. Tuve que morderme la lengua para no decirle a las claras que lo de su hermano fue culpa de sus queridísimos compañeros de Consejo, y lo del intento de asesinato de Matvey...la culpa también fue de aquella loca de Bellatrix que no supo conspirar en condiciones.

- Ya hemos hablado de todo eso. No es el momento de recordar lo mismo una y otra vez. Las circunstancias ahora son diferentes.- repliqué a Catherine con tono serio para impedir que siguiese por ese camino que no convenía a nadie, retomando después la pregunta de Freyja sobre Irlanda. - Por ahora no. Necesito que Darren y tú estéis activos en la batalla. Irlanda será controlada por ahora por uno de los generales de la Guardia Pendragon. - después...habría que situar a cada uno de los hermanos en un lugar para controlar, o tener a gente de confianza para gobernar cada territorio con firmeza. Asentí a Asiaín al escuchar su visión sobre el modo de acercarse a ciertos territorios. La vía más rápida era controlar por la fuerza, pero según qué casos podía encontrarse resistencia y rebeliones.

- Hay varios modos de abordarlo. Tenemos la invasión directa en territorios con poca población o escasa resistencia. Una campaña rápida de apenas unos días. Luego está el caso de los países nórdicos, donde contactaremos con los cabecillas actuales para ofrecerles un puesto en el que se crean importantes pero en el que no tengan poder real. En el pasado muchos colonizadores aprovecharon la ayuda de los caciques locales para hacerse con territorios con más facilidad. Los grandes asedios muchas veces terminaban porque alguien de dentro del castillo los traicionaba. - recordé momentáneamente el error que cometió Guinevere Pendragon cientos de años atrás, cuando traicionó a la familia y rindió el castillo por culpa de Urien Le Fay. Había que aprender del pasado... - Tienen que necesitarnos, pensar que somos los que traemos la ansiada paz. El último caso es aquel en el que se resisten...los enemigos del imperio se enfrentarán a nuestras tropas. - y llevaban claramente las de perder. Ouroboros era una pieza incómoda en todo aquel puzzle, pero la pasividad del Consejo me hacía pensar que no supondrían un problema.

- Prepararemos una comitiva de "bienvenida" para partir a Oslo mañana por la mañana. Asiaín, Freyja, vendréis conmigo. - finalmente me decidí a mirar directamente a Catherine, pretendiendo involucrarla en todo aquello. - Te dije que te llevaría a conocer de primera mano la situación en otros lugares del mundo en los que nunca has estado, y ahora tienes la oportunidad de hacer algo más grande que lo que ha estado haciendo Ouroboros todo este tiempo.

El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

Freyja asintió -Indiferentemente de la cantidad debemos descubrir si tienen de su lado las malditas máquinas- Porque podían ser un grave problema para sus guerreros que de momento no se habían enfrentado a ninguno de esas bestias de metal, sus poderes iban enfocados al ataque cuerpo a cuerpo. Los ojos dispares de la vikinga se levantaron para encontrarse con la mirada llena de juicio de la reina. Un instante después observaron a Wthyr, le sostuvo la mirada un momento y volvió con la pelinegra -En un mundo mágico tienen poco uso- Alzó levemente los hombros como restándole importancia -O se van o se considerarán esclavos en nuestros dominios-

Se giró hacia el mapa para enfocarse en la reunión cuando las preguntas incesantes de Catherine le taladraron la cabeza. Wthyr salió a darle un poco de charla a la Reina pero las preguntas eran para ella así que se incorporó en toda su altura y se cruzó de brazos para observarla -Definitivamente, Su Majestad…- Se rió socarronamente -Habéis visto tan poca sangre en vuestra vida que unas pequeñas salpicaduras os marcan para siempre. Lamento lo de vuestro hermano pero… ¿Fue a manos de un Pendragon? ¿De un vasallo?- Inquirió y entonces decidió que su gesto ya no tenía porqué ser amable -No os vi retorceros cuando el salón del trono se llenó de la sangre de Katarina Cheschire- Ladeó la cabeza -Porque os hizo daño ¿No es así? Toda la gente de Ouroboros nos exilio y asesinó a nuestros antepasados. ¿Por qué lo vuestro es justo y lo nuestro no? Yo habría bañado de sangre esa isla, Le Fay…- Volvió la mirada hacia Wthyr con el gesto duro -Pero hay gente que aún juega a la política y mantiene la lealtad de su pueblo-

Soltó aire por la nariz en un gruñido y se concentró en las palabras de Asiaín, decidiendo ignorar a Catherine. La orden de Wthyr llegó alta y clara, los líderes de los escuadrones debían permanecer en activo y eso lo veía bastante bien. Darren era un excelente guerrero  y no se podía prescindir de los gemelos en batalla -Björn puede hacer las campañas cortas. Nos encargamos de los países nórdicos. Dividimos y ganamos tiempo. No podemos permitir que se corra la voz demasiado rápido o los demás países se blindarán-  Asintió a la orden de Wthyr -Una legión de bersekers vendrá con nosotros. Los justos pero …- La sonrisa en sus labios resultó pérfida -Eficaces- Con eso listo pensó que había poco que hablar. Ya empezaban el movimiento así que miró a Asiaín -¿Te vienes a mi salón y me hablas de los cabecillas que viste?- Inquirió al peliblanco notando que la situación entre los Reyes estaba fuera de sus manos.

La mención de las máquinas hizo que Catherine se removiera incómoda. Si se iban a enfrentar con las máquinas con el escaso conocimiento que tenían. Mejor ni hablar. La respuesta sobre los muggles de Freyja hizo que la Reina frunciera suavemente el ceño -Te prohíbo terminantemente derramar sangre muggle- Fueron palabras dichas en un tono suave pero era una orden, a fin de cuentas -No vas a iniciar una nueva guerra, Freyja. Este mundo también les pertenece así que idea una forma de que en tu estúpida nueva campaña, que traerá más problemas que otra cosa, los muggles tengan su propio espacio … Y si los esclavizas, habrá consecuencias- Propias, no sabía el qué pero habría.

Las siguientes preguntas fueron dichas casi sin pensar pero eran una espina que tenía clavada y cuando Wthyr le contestó puso los ojos en blanco pero no le respondió porque no valía la pena. No con él. Cuando Freyja se movió se le quedó mirando, sin temerle un ápice a su altura y tampoco a su musculatura. No se atrevería a tocarla en ese momento, pero de hacerlo Catherine sabría bien cómo defenderse. Lo que no se esperó fue su risa. Al pensar en la muerte de Desmond no pudo evitar pensar en Adam y en Jack, en todo el Consejo reunido y… Se le hizo un nudo en el pecho que se agrandó cuando mencionó  a Katarina pero…había una diferencia -Vuestra estúpida rencilla tiene mil años, Freyja. Madura. Katarina me hizo daño a mí, a mis bebés y todo pudo haber tenido consecuencias peores. Habéis PERDIDO vuestra maldita guerra. APRENDED a ser buenos perdedores-

Miró hacia Asiaín que continuó planteando la conquista como si las palabras entre Freyja y ella no hubiesen sido lo suficientemente tensas. Se quedó de piedra cuando escuchó a Wthyr la maravillosa estrategia de mentirles con un gobierno descentralizado cuando a fin de cuentas el poder lo tendrían todos ellos -La paz ya la habéis traído. Y en vez de ayudar a reconstruir el mundo os habéis dispuesto a generar otra guerra- No se podía creer ni la mitad de las cosas que estaba leyendo y cuando Wthyr conectó su mirada con ella nunca había visto un brillo tan frío en sus ojos. Grises, como un cielo nublado.

Si creía que sus palabras iban a hacerla sentir pequeña después de haber logrado una alianza entre diferentes grupos para trabajar en equipo, destruir a SAM y proteger lo que quedaba de humanidad estaba equivocado -Tengo algo más importante que crear y construir- Dijo llevándose una mano al vientre con un gesto de rabia y decepción -No necesito un imperio a mis espaldas para construir una familia. Ya lo he hecho antes- Se dio la vuelta y empezar a caminar hacia fuera del despacho tomando una decisión apenas dio un par de pasos -Viaja a Oslo, Wthyr, yo tengo otra ubicación que visitar- Su futura casa -Construid vuestro imperio de cenizas- Sentenció antes de salir por el pasillo en dirección a su habitación con el único deseo de empacar sus baúles e irse a la casa del bosque donde nadie iba a molestarla con mierdas políticas. Iba a pedir su sabático en el Consejo también. No necesitaba este nivel de estrés.

Las cosas resultaban... Tan divertidas.

Por una parte el rey parecía responder de forma afirmativa ante sus ideas, así que todo era miel sobre hojuelas en ese momento para Asiaín, no podía pedir que sus planes estuvieran llendo por un mejor rumbo.

Y bueno entre más lo escuchaba, más le parecía que las cosas iba a ir por el camino que quería, simplemente estaba claro, aunque había un problema, las cosas se estaban calentando demasiado, no quería que fuera a pasar algo realmente malo en ese sitio, no es el momento ni el lugar para semejante enfrentamiento, hasta el rey estaba interviniendo ahora...

Pero en fin, a la orden del rey no dudó en responder.

Sí su majestad, será un honor acompañarle.~

Luego de eso también estaba Freyja, quien tenía un buen punto, las máquinas siempre han sido un dolor de cabeza magno.

Para los países que las tuvieran es justo que iban a necesitar ayuda, la cosa es que si bien debería ser fácil conquistar a los países nórdicos, eso no quita que alguna vez podrían tener batallas costosas, pero para eso es que es mejor ir con tranquilidad y estar bien preparados.

Pero bueno, además de eso seguía la rencilla, se tiraban toda clase de cosas de lo más interesantes mutuamente, ya decía él que había algún problema con la reina, pero tristemente no es el tipo de problema del que pueda sacar provecho, una verdadera lástima, pero tampoco se puede tener todo en la vida.

Lo siguiente fue que Freyja le hizo una pregunta directamente, ante lo cual Asiaín sonrió y asintió con delicadeza.

Oh sí, por supuesto, todavía tengo bastantes detalles que pueden ayudar, y de los que sería fructífero hablar.~

También era consiente de que poco pintaba en ese conflicto con la reina y no se iba a meter, no le convenía en lo absoluto...

Pero lo siguiente hizo que hasta él se muestre algo sorprendido...

No por el discurso que se mandó la reina, ese le parecía muy fútil, porque sí decir algo de eso fuera a servir de algo, no estarían ahí, así de simple, lo que le sorprendió es que simplemente se marchase y también le hizo sentirse más tranquilo, una persona así causaría demasiada discordia en un momento en que está no es necesaria, así que mejor es que se haya ido y no tenga planes de volver.

Aún así le hacía cierta gracia, puesto que sí bien él no era un sádico, tampoco tenía moral realmente, y sólo tenía ganas de decirle que todo esto eran meras excusas, al menos para él.

¿La supremacía mágica? ¿Los ancestros? ¿Los magos? ¿Los muggles? Excusas, excusas, excusas... No tiene especial cariño por la sangre maldita que corre por sus venas, ni por los nobles que no le tienen ningún afecto, ni por la humanidad, ni por nadie, sabe el tipo de relación que tiene con este mundo y no tratará de fingir que es diferente.

Una relación de mutuo abuso, de la cual su maldición es la prueba máxima, así que hace tiempo que simplemente dejó de lado la idea de que el mundo puede reconstruirse, de que puede ser un sitio mejor, y todas esas tonterías, pues el mundo es como él, está enfermo y sin salvación a pesar de los mejores esfuerzos de quien sea, siempre vendrá algo peor cosa que habiendo salido de la isla solo le queda más clara.

Por eso, hasta que llegue el día en que todo se vaya al demonio, se llevará toda la gloria, todo el oro, y todos los bienes fútiles y perecederos que sus venenosos colmillos puedan arrebatar, es todo lo que este mundo tiene para él, así que no va pedirle más.

Por cierto, una vez ida la reina, también le hará un alegre comentario a Freyja.

Oh, algunos países ciertamente conservan máquinas de guerra, aunque claro sólo en los casos mejor preparados, pero estoy seguro de que será posible de solventar... Tengo plena fé en que con una buena planeación y algo de investigación extra todo podría ir perfectamente.~

El caso es que pueden contra los países nórdicos, eso es seguro.

Asiaín parecía muy dispuesto a acompañarnos en el viaje, a pesar de no ser un gran guerrero. Sus habilidades eran otras, las típicas de aquellos que no se desenvolvían muy bien en lo físico. En magia era distinto, su poder residía ahí, y también en su conocimiento de las artes políticas. - Recuerda llevar lo necesario para protegerte. Y pergaminos para contratos mágicos. - los de los humanos eran papel mojado, no servían de nada.

El choque entre Freyja y Catherine era inevitable, siendo ambas dos personas con ideas completamente opuestas y con bastante carácter. Por eso mismo no intervine y las dejé intercambiar palabras duras y cortantes. Habría sido incluso interesante verlas discutir, de no ser porque todo aquello me incumbía, y mucho. Le sostuve la mirada a Freyja un momento cuando me mencionó como alguien que aún juega a la política, algo que habíamos hecho durante el tiempo que estuvimos en la isla. Al final no sirvió de mucho, eran unos idiotas cerrados.

- ¿Habéis terminado ya de discutir sobre quién lo ha hecho peor? - pregunté alzando ambas cejas con cierto tono de hastío, como si pensase que aquellas discusiones eran inútiles. - Bien. Prosigamos. - presté atención a los planes de la vikinga respecto a la campaña relámpago y a los berserkers, pareciéndome buena estrategia. - Si cualquier cosa no va como esperamos, cambiamos de estrategia. La rapidez de reacción es clave. - por mi parte estaba ansioso por lanzarme a la aventura, así que eso compensaba en parte las fuerzas que aún debía recuperar. Solté un sonido irónico al escuchar a Catherine decir que ya habíamos traído la paz, o lo que ella entendía por paz.

- Todavía no lo entiendes. La paz es un simple espejismo. No existe. Únicamente hay períodos más tranquilos entre épocas de conflicto. Y llegarán más pronto que tarde si no construimos un gobierno fuerte que mantenga las amenazas a raya. No queremos que la fuerza tecnológica de los humanos vuelva a ganarnos terreno. - y si para abrirle los ojos tenía que recordarle que podían dejarnos sin magia de nuevo, lo haría. - suspiré pesadamente al ver cómo se llevaba la mano al vientre al decir aquella frase, sabiendo que aquello también formaba parte de nuestro futuro. - Precisamente por esa familia que queremos construir. - no pude evitar mirarla algo dolido cuando rechazó de ese modo mi invitación a viajar conmigo, dándome a entender que se marchaba por otro lado, con otro plan en el que yo ni aparecía. Fruncí el ceño viéndola marchar, escuchando a medias lo que decían Freyja y Asiaín sobre seguir la conversación.

- Nos vemos mañana, al alba. Partiremos desde el Sanguis. - dicho esto marché de allí para buscar a Catherine, al igual que hicieron ellos segundos después para seguir hablando de preparativos y demás.

El empujón la llevó a atravesar el portal y tuvo que valerse del báculo para no caer en el salón del trono. Tardó escasos segundos en reconocerlo y cuando volvió a ver a Wthyr su mirada estaba llena de pesar y preocupación que instantes después se convirtió en rabia mientras lanzaba su báculo hacia el portal, excepto que este se cerró antes de que lo atravesará.

El sonido del baculo cayendo al piso le atravesó el cerebro, ahora que las conexiones de habían cortado estaba mucho más ligera y sin presion mental pero eso no quería decir que la rabia que tenía en ese instante… no encontrara forma de joderla. Gritó con frustración mirando hacia el techo y dejó que su magia se expendiera como una ola partiendo de ella. El salón del trono se oscureció por unos instantes antes de que la bruja se callara. Perfecto, ahora le dolía la garganta.

Se llevó ambas manos a la cara y se presionó los ojos, sintiéndolos húmedos después de su conversación con Giordano. No podía creer lo que había hecho Wthyr… la había… la… es decir…entendía porqué, lo había entendido la noche anterior, pero la brusquedad con la que le había tratado la había dejado patitiesa. ¿De verdad pensaba que ella le había traicionado? Suspiro y bajo una mano para atraer a su báculo hacia sí misma. Era un imbécil mandon… ambos habían hecho muchas cosas la noche anterior sin necesidad de mandarla a la otra punta del mundo. Y ella estaba bien… estaba perfecta. ¿Verdad?

Se giró sobre sus talones y fue allí cuando se percató de que el Salón del Trono no estaba solo. Oh, no, para nada estaba solo. Había vasallos por doquier. Y ella estaba allí… tras ser desestimada de una misión por el Rey, con la ropa sucia de ayer, los ojos llorosos y un gesto de desencaje total. Tenía dos opciones: Hacer una ilusión… o simplemente tragar en seco. Optó por la segunda. -Perdonad. ¿He herido a alguien?- Creía que no, a fin de cuentas solo había sido una respuesta de liberación a su magia no un ataque pero todos en Avalon eran tan sensibles con sus poderes que empezaba a temer que si respiraba muy fuerte pensaran que estaba convocando una tormenta.

-No era mi intención interrumpir ninguna reunión - Agregó y apretó los dedos en el báculo, para luego llevarse la mano libre al vientre con un gesto de incomodidad. Se movían, como siempre, respondiendo a su propio estado de ánimo. Cerró los ojos un momento -¿Hay alguna forma de… conseguir un traslador? ¿Por favor?-

El mapa ondeaba desde temprano en aquella mañana. Después de haber tenido que dejar a toda prisa las campañas de conquista de los linajes vasallos de forma apremiante, el segundo Pendragon, con función de regente en sustitución del verdadero rey de Avalon en su misión italiana, quería escuchar, desde bien temprano, los reportes de los avances por parte de los representantes.  

En aquel preciso momento, eran los representantes del linaje de Atila los que informaban del avance de las tropas, después de haber tomado Viena  y Bratislava con éxito, hacia el oeste, avanzando, de nuevo, por los Alpes. El rubio asintió con la cabeza en silencio mientras comprobaba, sobre el mapa, cómo la mancha rojiza avanzaba imparable sobre el mapa de Europa. Aquella cartografía mágica estaba vinculada con la sangre de los soldados caídos, tantos de los aliados como de los enemigos, e indicaba, a tiempo real, el avance de la campaña. Las costas del mar Báltico estaban bajo control ya, apenas leves resistencias en las costas de San Petersburgo, por parte de los remanentes de resistencia rusa. Parecía que las negociaciones con el ex auror Galahad y la zarina Anastasia llevarían a buen puerto. El mar Egeo estaba en manos del linaje de Midas, y avanzaban al Bósforo. Ixión no se había presentado ante Darren, pero sabía de buena tinta, que su linaje estaba controlando sin muchos problemas las riberas del Tigris y del Éufrates. Macedonia resurgiría. La campaña sobre el Adriático estaba detenida, los croatas se estaban resistiendo al invasor, de la misma manera que los egipcios en las costas del Nilo: para ellos no había más regente que la descendiente desaparecida de la familia del faraón, la llamada Cleopatra, ignorando el vasallaje con la familia Pendragon.

El representante de Atila guardó silencio y dejaría paso al siguiente. A continuación expondría el representante del linaje de Pelayo. Shyvanna y él habían dejado la campaña en un buen punto: después de tomar prácticamente la totalidad de la Cornisa Cantábrica, desde Coruña hasta Irún, empezaban la conquista al norte por la costa francesa hasta Normandía y hacia el sur, para llegar a la meseta española. El objetivo era rodear el mar Cantábrico y el golfo de Vizcaya para el control de esos mares. El ascenso en dirección norte no era difícil, dada la mala situación del país después de los efectos de la IA. Lo que quedaba de Burdeos y Nantes estaban sitiadas cuando tuvo que regresar a Avalon por el incidente de Erik, tras lo cual, Darren se dirigió hacia el norte, con Freyja, para tomar la costa sur del mar Báltico, dado que el norte estaba dentro del tratado de Oslo. Había órdenes estrictas de no entrar en interior del país, ya que los emisarios indicaban la presencia de la gran ciudad gobernada por androides, próxima a París.

El rubio se interesó por el castillo de Roquetaillade, que quería regalar a Lake, de la misma manera que Versalles y sus jardines iban a ser para Gwen y Saint Michael, la ciudad del lago, para Shyvanna, como la joya de la corona de la expedición. Esperaba novedades en aquel frente. Novedades que no llegarían nunca, pues se vieron interrumpidas por la aparición de la reina. Con un grito oscureció la habitación. Aquellas molestas interrupciones, aquellos gritos fuera de protocolo no era algo que hubiera echado de menos mientras estaba fuera, bajo el clamor de la batalla o del vuelo del dragón. El rubio se adelantó a toda respuesta, caminando en dirección de la mujer morena de ojos llorosos. Con reverencia incluida, trató de ser el segundo bastón de apoyo para la incorporación de Catherine. -Mi reina. No irrumpe- Mentira. El rubio adquirió una pose marcial, colocando los brazos cruzados por detrás de la espalda -Pero debo ser descortés e interesarme por lo que acaba de pasar. No esperábamos su retorno tan pronto- ¿Algo del embarazo? Bajó el tono y preguntó por la necesidad de ver a la matrona. Un traslador, eso era lo que necesitaba. Entrecerró los ojos con aspereza y no respondió, hasta un rato -Quizá deba descansar antes de regresar a Italia. Roma descansará una noche más, si es así lo que usted desea-

Catherine miró a Darren, que poco tenía que envidiarle en altura a Wthyr, cuando le dijo que no interrumpía. El gesto era claro: Te agradezco tu mentira pero no me la trago. Al escuchar aquello de que no esperaban su regreso tan pronto, Catherine inclinó la cabeza hacia arriba, viendo el techo de nuevo y soltó una risa oscura y triste -Yo tampoco, pero el Rey ha considerado que…- ¿Qué?¿Qué es lo que había considerado Wthyr? Cerró los ojos cuando otra contracción la hizo hacer una mueca de disgusto, agradeció que Darren bajara el tono y se volvió a mirarlo asintiendo casi de forma imperceptible.

No, no estaba bien y no podía seguir negándolo pero eso no implicaba que no le doliera el trato de Wthyr. Intentó respirar, pero cada vez que se agitaba, le costaba más respirar. Se incorporó, alargando un poco la espalda y haciendo otra mueca mientras inspiraba profundamente y dejaba escapar el aire lentamente.

No había tenido muchas interacciones con Darren, por  no decir que aquella era la primera vez que hablaban solos. Le recorrió el rostro un instante y sintió unas inmensas ganas de llorar. Le hablaba en un tono firme, sí, pero de una forma extraña respetaba sus deseos. ¿Era por su título? No lo sabía…Y podía ser imprudente, podía ser una idiota y lanzarse de nuevo de viaje a Italia pero ya había demostrado su inutilidad para enfrentar al Papa -Entonces ve tú - ¿Por qué Wthyr no podía hablarle como Darren?

Alargó la mano hacia Darren y le cogió del brazo con fuerza, apretándolo a medida que la contracción se hacía más fuerte y ella inspiraba profundamente -Ve tu a Italia, a Roma. Monte Aventino. Evita el Vaticano a toda costa. Y…- Pareció perder el aliento un momento y frunció el ceño, maldiciendo por dentro, antes de mirar alrededor -Sé que…- Por Morgana, tenía que aprender de sus vasallos -Sé…- Que ahora iba a pedir una cosa rara…Una cosa…Pero esto ya no tenía que ver con Giordano sino con Wthyr y, por defecto, sus hermanas. Luego se comunicaría con Mei- ¿Quiénes sois los que tenéis poderes mentales?-

Emme

La campaña de reconquista en España había ido bastante bien, liberándola de esos sucios rescoldos de Alianza Humana que habían masacrado a buena parte de la población mágica antes de la llegada de S.A.M. En próximos movimientos intentarían seguir avanzando, aunque empezaban a encontrar resistencia en algunas zonas, y el descenso a partir de ahí sería más complejo. Se encontraban casi todos los vasallos reunidos en ese momento en la sala del trono con Darren, que en ausencia de Wthyr estaba al cargo de Ávalon en esos momentos. El rey se encontraba en algún tipo de misión en Italia junto a la reina, pero por el momento no sabían mucho al respecto. Al menos hasta que de la nada se abrió un portal en la sala que los puso alerta a todos. Apenas tuvieron tiempo de atisbar lo que había al otro lado, pero les pareció ver a Wthyr, Shyvanna y Gwen antes de que se cerrase.

La reacción de Catherine produjo un silencio seguido de murmullos en el lugar, parecía haber sucedido algo para que se pusiese así. No la conocía mucho, a decir verdad, pero por la amistad de años que tenía con Wthyr intentaría conocerla mejor. Fue el segundo en acercarse tras Darren, observando el estado en el que venía. Aquel gesto de llevarse la mano al vientre y la expresión le hicieron suponer que no se encontraba muy bien. - Mi reina, tome asiento y cuéntenos lo sucedido. - le sugirió en un tono bastante formal, puesto que no había confianza. Le hizo un gesto a Darren y a ella para que avanzasen algunos pasos más hasta una silla que había junto a la mesa en la que tenían el mapa. Imaginó que en ese momento no se fijaría en los detalles. - Está en lo cierto, debería descansar en primer lugar. Podemos escoltarla a los aposentos y encargarnos de lo que quiera que esté sucediendo al otro lado. - desvió la mirada hacia Darren a la espera de su respuesta sobre si iba a ir o no, según le estaba sugiriendo. No podían marcharse todos. - El linaje de Hipatia. ¿Para qué los quiere?- contestó a la última pregunta, avisando después a un guardia para que llamasen a Eretria, la sanadora ayudante de la matrona.

Aquella frase sin finalizar hizo sospechar al rubio que algo no estaba yendo bien, pero para que algo fuera o no bien había que tener un plan trazado previamente para que, en algún punto de los eventos, se torciera y se tuviera que reconsiderar. El rubio entrecerró los ojos esperando la respuesta a aquella pregunta -¿Qué ha considerado?- A decir verdad, Wthyr no consideraba muchas cosas últimamente. Y de no ser por la larga estancia que había pasado en el extranjero, seguiría dudando de su juicio. A Darren también le habían llegado los rumores del Pendragon embrujado.  La respuesta no tardó en aparecer, en forma de dolor claramente perceptible, atravesando todas aquellas capas que Catherine LeFay trataba de aparentar de reina regia, dura, impenetrable y estoica, a pesar de aquellos ojos hinchados y llorosos.

Hubo que ayudar a su majestad. El estado de su majestad era, visto desde fuera, preocupante. Pensó en la marca, apretando de nuevo sobre el corazón de la familia, de nuevo, amenazante, aquella sombra no se había marchado todavía, y ya había suficiente con las traiciones entre vasallos, para andar sumando preocupaciones, habladurías o tumultos. -Postergaremos la reunión para más adelante y elaboraremos los nuevos frentes. Ahora, marchaos- Ordené a todos los representantes de los vasallajes allí presentes mientras Rodrigo atendía  a la reina. No era menester que los otros anduviesen dispersando más rumores. Habría que hacer cortar unas cuantas lenguas, antes o después. Alcanzada la zona de reposo la regente empezó a mascullar, direcciones, órdenes. Darren estiró la espalda y tensó la mandíbula, con incomodidad, pensando en lo que podría estar pasando al otro lado, como Rodrigo respondía, de la misma manera que identificaba a los Hipatia como el linaje legeremente. No añadió nada, solo estudió la situación un instante y la valoró.

-No. No sabe nada- Era una respuesta directa a Pelayo, aunque en verdad estaba dirigida a cesar los balbuceos de Catherine. -Primero nos ocuparemos de esto- El rubio no dio pie a réplica a ninguno de los dos. Era casi una orden tajante. Había que ocuparse de aquellos dolores que bien podrían augurar un parto prematuro o un aborto -Mi hermano está con Gwen y con Shyvanna. Sea lo que fuere, puede esperar- Si el problema era con la gestación el peligro terminaría por matarlos a todos. Fue en aquel momento en el que la mirada verde del Pendragon cambió, solo un instante, y habló de una forma muda, que solo ella entendería si le estaba prestando atención: “Aquí no”, gritó muda, durante ese segundo de conexión.

No esperó mucho más tiempo. Salieron de la sala con la orden expresa de llamar a la comadrona y a Cedric. Avalon siempre tiene que estar protegida por un Pendragon. Con ayuda de Rodrigo se dirigieron a los aposentos de la reina. Allí hablarían, en confidencia, de qué es lo que afecta a Wthyr con tanta urgencia y la razón de que la mitad del linaje estuviera en aquella ciudad.

Cansada y con un dolor de cabeza potente, apareció en Ávalon donde sabía que estaba Eretria para dejarle a Ivanov y en seguida fue abordada por los vasallos a quienes dirigió al despacho de Wthyr para que le dijeran los detalles de lo que estaba ocurriendo. Se sentó tras el asiento y bebió un té que apareció mágicamente en la mesa y le había pedido a Eretria para la cabeza. De momento, Gwen y Shyvanna seguían descansando y no había ningún otro Pendragon ahí. No estaba ni Freyja ni Rodrigo.

Catherine sintió un peso horroroso en los hombros y cerró los ojos un instante mientras oía todo lo que le estaban contando. Wthyr debería estar allí. Le dijo mil veces que no deseaba ser Reina por esto…Porque sus decisiones afectaría la vida de muchas personas y sus muertes le pesarían en el alma. Tenía ganas de devolver toda la pizza y el té.

-Debería estar ahí- Murmuró a los vasallos y abrió los ojos con un gesto apesumbrado mientras la idea no paraba de darle vueltas -¿Así de la nada se han proclamado enemigos de Ouroboros?  - ¿Wthyr realmente arriesgaría el tratado con una decisión unilateral? - ¿Sin consultarlo? Así…nada más… Lo soltó en medio del campo de batalla… Pero antes estaban peleando contra el enemigo- Negó con la cabeza. Era control mental, vaya si lo sabía. Habían entrenado mucho pero no lo suficiente para sobrepasar el poder del Papa, uno que ella había sentido en sus carnes.

-¿Los descendientes de Hipatía saben cómo establecer un bloqueo mental externo? ¿Podrían proteger a los hermanos del ataque del Papa si vais un grupo? Está usando nuestras diferencias a su favor- Preguntó alzando la mirada hacia ellos y luego volvió los ojos hacia Hammurabi -¿Si te ordeno agarrar del pescuezo a Wthyr para traerlo a Ávalon, titubearías?-

Los cuatro líderes de las casas de Hammurabi, Cleopatra, Atila y Midas lograron regresar a Ávalon para pedir refuerzos tal y como habían acordado con Pelayo. Localizaron a la reina, ya que las hermanas seguían indispuestas al parecer. Se reunieron con Catherine Le Fay en el despacho anexo a la sala del trono, rodeando la mesa pero sin sentarse. - Mi señora...- comenzó de manera dubitativa el del linaje de Midas, algo nervioso. - No es buena idea que piense en ir. Ha sido algo repentino, proclamaron que se unían al Papa así de repente. Toda la guardia ha caído, y Rodrigo decidió quedarse. Cree que han sido controlados. - los demás asintieron, en un murmullo.

- No lo sabemos, Ixión ha caído y el resto de su casa no está acostumbrada a ir a la batalla. - respondió con cierto resquemor quien lideraba la casa de Cleopatra. Podían intentarlo, pero...no había garantías. El del linaje de Hammurabi había permanecido en silencio y con los brazos cruzados todo el rato, con los ojos oscuros fijos en la reina. Ya había luchado con ella en la invasión de los traidores, y sabía que no se asustaba ante las batallas. Tal vez eso le había hecho respetarla un poco más. Tardó unos segundos en responderle, se lo estaba pensando.

- Es deshonroso retirarse así de una batalla. Puedo hacer portarles para regresar con refuerzos, pero no sé si llegaríamos a tiempo. Ha pasado un rato desde que dejamos el lugar.

Alzó la mirada hacia el descendiente de…¿Midas? Wthyr le había enseñado un poco sobre los vasallos. Algunos eran más fáciles de identificar que otros -Sí, ya- Murmuró con un tono algo decaído -Creo lo mismo que Rodrigo. El Papa no es idiota y ha usado las diferencias que ya hay implantadas para usarlas a su favor- Era obvio.

Desvió la vista hacia aquel que respondió sobre Ixion, pero frunció el ceño -¿Pero él es el líder? Pensé que era el hijo…- Movió una mano lentamente como pidiendole que no le respondiera -Luego los entrenaré en ello. Los mentalistas deben estar en batalla, nuestra posición es distinta de la de los guerreros pero igual de importante- La comunicación era básica para el éxito.

Alzó la taza de té y bebió un corto sorbo mientras rumiaba sobre la decisión que iba a tomar -El honor en este momento no me interesa. Me interesa que el Rey vuelva en pie, me interesa que sus hermanos no sean marionetas de un maldito dictador y que éste ponga en jaque lo que Wthyr y yo estamos intentando construir- Dijo mirando directamente a los ojos oscuros de Hammurabi con bastante determinación -Volved a Italia y arrastrarlos a todos de vuelta a Ávalon. No voy a dejar que jueguen con ellos. Y cuando me refiero a arrastrarlos…Lo digo literalmente, si no lo desean, los empujáis por un portal, abrid uno a sus pies, engañarlos o lo que sea. En Ávalon el Papa no tendrá poder y sus mentes se aclararán. Tenéis que actuar rápido para que no caigáis en el control mental- Explicó y tomó un profundo respiro con el ceño levemente fruncido -Tenéis vuestras órdenes. Llevaos algún descendiente de Hipatía para que os mantengais en contacto con Rodrigo, si no hay caído en el control-

Se miraron un momento entre ellos por el comentario sobre la casa Hipatia, pero no dijeron nada. La piel oscura del líder Hammurabi se enrojeció levemente al escuchar eso de que el honor no le interesaba, poniendo cara de que claramente discrepaba.

- Depende. Huir siempre no es lo mejor. Conocemos a Wthyr desde hace más tiempo, y sabemos que no estará de acuerdo en sacarlo de allí a la fuerza. Sin embargo...comprendo que si han sido controlados no son dueños de sus decisiones, y eso cambia ligeramente mi visión del asunto. - terminó de aclarar, dando a entender que iría a proteger a sus señores, como correspondía a su juramento de vasallaje. Debían sobrevivir al menos hasta que fuesen capaces de actuar por sí mismos.

El resto de vasallos hicieron un gesto de despedida con la cabeza cuando la reina terminó de dar las órdenes de lo que era necesario, organizando la retirada. Al fin y al cabo Rodrigo los había enviado en busca de ayuda y respuestas, y algo así habían obtenido. - Así se hará. - añadió el de Midas, alejándose hacia la puerta junto al de Cleopatra y el de Atila. El de Hammurabi se entretuvo algunos segundos más, deteniéndose un momento antes de atravesar la puerta. - Los vengaremos si es necesario. - tras eso se dio media vuelta, abandonando el lugar para ir organizarse con alguno del linaje de Hipatia para tener comunicación mental. Después hizo un portal, y regresaron todos a la plaza.

El despertar había sido duro y doloroso aunque el dolor era bastante relativo cuando había pasado por aquella experiencia de sentir que moría. Tardé tiempo en arreglarme, me sentía especialmente lenta como si mi cabeza tuviese que procesar todo lo que había pasado y además perdí bastante tiempo en mirarme al espejo.

No solía hacerlo más que para inspeccionar la marca de la maldición, que seguía allí y continuaba dándome la sensación de que en ocasiones se movía ligeramente. Pero esta vez también prolongué aquello observando las pronunciadas ojeras y las nuevas marcas en mi piel, producto de aquella quemazón en las venas y los arañazos que me había producido a mi misma.

Una vez arreglada y decente recogí todo aquello que debía entregar a mi hermano, esperaba encontrarle en su despacho, así hablaría con él de todos aquellos asuntos pendientes que no encontraban tiempo para ser resueltos. Tomé el libro que encontré en el templo y el esquema de DaVinci sobre el obelisco del Vaticano. Por cierto...no entendía su letra, cosa curiosa porque la de sus letras si era legible pero aquello...

Pasé un momento por el cuarto de Shyvanna para ver que tal estaba pero seguía durmiendo así que marché al despacho por fin. Vi salir a varios líderes de casas del mismo, lo que confirmaba que estaba allí. Di unos cuantos golpecitos en la puerta con mis nudillos y abrí.-Wthyr tengo que...-Pero allí sólo estaba Catherine.

Aún así revisé la estancia por si se me había despistado mi hermano por algún lado, pero no. Apreté mis labios un segundo.-Mis disculpas m...Catherine.-Tal y como había solicitado que me refiriese a ella si no había vasallos presentes.-Esperaba encontrar a mi hermano. ¿Sabéis donde puedo encontrarle?

Observó con un gesto bastante serio al Descendiente de Hammurabi para luego ladear la cabeza, evaluando qué decir o hacer -Sé que huir no es siempre la opción. Razón por la que estuve a su lado en el templo y por la cual fui a Roma en primera instancia. Pero ¿Ahora?...Tal como decís el asunto se ve desde otra perspectiva-  Finalmente empezaron a retirarse pero entonces aquello sobre… “venganza” le hizo sentir incómoda pero porque… aceleró su preocupación. ¿Había tardado mucho en reaccionar?

Cuando se fueron se llevó las manos a la cara y ocultó su rostro en ellas. Día largo… Día demasiado largo. Escuchó los golpes en la puerta y empezó a apartar la cara para decir adelante cuando Gwen entró. No supo porqué pero sintió una horrorosa sensación de alivio y dejó caer la cabeza en su puño, no tenía que pretender tanto o…mejor dicho, no tenía fuerzas para hacerlo.

-Tenemos que hablar…Siéntate…¿Cómo te sientes? ¿Te encuentras mejor? ¿Quieres un té? - Murmuró y tras eso lanzó un hechizo silenciador alrededor del despacho. Esperó a que le respondiera, estudiando su rostro lentamente pero no iba a ser ella quien mantuviera la información de ella -Tus hermanos, todos, excepto Shyvanna están en Roma. Los vasallos ahora mismo van allí a sacarlos, el Papa los ha controlado mentalmente y los volvió contra Ouroboros…- Sonrió forzadamente - Aprovechando las diferencias. Así que he solicitado que los retiren, así se a la fuerza. Ixion, Freyja y Asiaín ya están en el Templo. Iba a terminar mi té e ir allí para verlos y revisar…- Dijo señalando suavemente su sien y finalmente apartó la cabeza del puño de forma lenta, cansada y fue a por otro sorbo de té.

Su gesto no pasó desapercibido cuando entré, lo tomé como una muestra de relajación al saber que no se trataba de alguien ajeno o no tan ajeno como otros habitantes de Ávalon al menos. Ya no mostraba tanta tensión a mi alrededor.

Al escuchar su orden pasé del todo a la sala y cerré la puerta antes de dirigirme hacia el escritorio.-Cansada.-Comenté con sinceridad y antes de tomar asiento negué su ofrecimiento de té, llevando una mano a mi estómago como si el simple hecho de pensar en beber algo me repugnase. Estiré mis ropajes una vez sentada y deposité el libro y la nota en mis piernas, esperando que contestase a mi pregunta.

Fruncí el ceño con extrañeza. "¿Todos? ¿Incluso Cedric?", Lancé una fugaz mirada a Catherine percatándome de su abultado vientre y por un momento me tensé pensando que había permanecido inconsciente durante meses, sin embargo recordé que habían visitado las cuevas. Seguí escuchando sus noticias mientras analizaba la situación.

Habían ido todos, y sin Shyvanna, ni más ni menos. Al escucha r que había solicitado que fuesen a sacarlos de allí me incorporé con cierto nerviosismo, apoyando las manos( una ocupada por los enseres) en mis caderas mientras paseaba por la sala, de un lado a otro. Maldito papa, y malditos hermanos ansiosos de batalla que tenía.

"Debería ir." Pensé fugazmente y lo repetí varias veces en mi interior, rumiando aquello. -Revisar si les ha controlado también.-Asentí, comprendiendo las intenciones de la morena. Apreté mis labios y finalmente asentí.-Me prepararé y marcharé a Roma a ayudar en lo posible.-Volví a asentir, convencida y miré a Catherine acercándome al escritorio.-El Descendiente de DaVinci dejó esto.-Dejé el dibujo con las indicaciones ilegibles de Giordano sobre el escritorio.-Supongo que es tarde para tenerlo en cuenta.-Suspiré, pensando otra vez en las prisas de mis hermanos.

Apreté nuevamente mis labios.-¿Los líderes de los Linajes te han dado problemas?-Pregunté por si tenía que ponerme seria con ellos, ante la ausencia de mis hermanos mayores.

-Era de esperarse- Mencionó y le recorrió el rostro lentamente. La imagen de Wthyr intentando salvarla, su desasosiego, y el dolor que ella misma había representado hicieron que bajara la vista hacia su pecho donde se había arañado con fiereza y descontrol. El rostro de la morena se llenó de tensión ante el recuerdo y un escalofrío volvió a recorrerle pensando que Desmond… Desmond quizás había pasado por eso, pero a diferencia de Wthyr, él no había podido hacer nada.

Salió de sus pensamientos cuando la observó levantarse, podía intentar mantener toda la fachada que quisiera pero esos pasos…El pensamiento le llegó tan raudo que parpadeó y frunció el ceño -No- La negativa fue firme y luego parpadeó, odiaba usar ese tono. Sonaba a…a una orden y ella no quería ordenarle nada a nadie -No me dejes sola aquí de nuevo, por favor- Corrigió un poco exasperada y volvió a tomar el té a ver si con eso bajaba su nerviosismo.

-Sí…O si destruyó su mente como hizo con mis amigos- Mencionó cuando resumió en pocas palabras lo que Catherine quería revisar. Lo siguiente hizo que negara con la cabeza y tensara los labios intentando organizar sus pensamientos. Decidió que no tenía las fuerzas para fingir que tenía todo bajo control y alzó la mirada hacia ella -No me dejes sola con Shyvanna y Asiaín-  Desvió la vista hacia lo que dejó Gio y ladeó la cabeza. En seguida envió aquella imagen a la cabeza del Descendiente de Cleopatra, antes de que se fueran, ordenándole que la enviara directamente a los hermanos a través del Descendiente de Hipatía -Gio está allí- Murmuró mirando el pergamino y dándose cuenta de que…no podía leer porque las letras se le difuminaban, puso los ojos en blanco y lo apartó estresada.

-No- Respondió a lo de los  líderes y se mordió suavemente la mejilla por dentro -Pero es la primera vez que les doy órdenes y no me agrada- Reconoció y terminó su té. Apartó suavemente la taza de ella y luego alzó la cara hacia la pelinegra -Podría usar tu ayuda para evaluar la consciencia de los heridos- Esperó analizar su expresión -Tus poderes mentales tienen una gran magnitud. Mei te escuchó. Yo te escuché… En las cuevas, por eso salimos antes-