Movieron el cuerpo de la niña a una funeraria. Cuando se me permitió, entré para verla acostada. Al dejarme sola con ella la observé por un rato, me daba la sensación de que estaba dormida, que en cualquier momento abriría los ojos y me miraría. Me acerqué a su cuerpo inerte y tragué saliva.
-Hice lo que pude… pero duraste más de lo que alguna vez imaginé… y tuviste un lindo primer último cumpleaños, fue como una linda despedida. Bueno, en algún momento se te iba a acabar la buena suerte.- Durante el embarazo había desaparecido varias veces, había estado expuesta al apagón de magia, me había convertido, etcétera. Mucha buena suerte. Demasiada. Técnicamente no debería haber nacido. -Me enseñaste muchas cosas pero, sea donde quiera que estés, estás en un lugar mejor. Éste mundo no te merecía. Tranquila, no voy a traer otro ser al mundo, no soy tan cruel como para cometer el mismo error dos veces. Hasta luego… Lila… Lili.- Recién cuando lo pronuncié me dí cuenta de hace cuanto no la llamaba por su nombre. Hasta luego porque esperaba encontrarla del otro lado. Tras un pesado suspiro me alejé de aquella cáscara vacía. Eso ya no era mi niña, solo era un recipiente vacío. Lili estaba en mis recuerdos y allí se quedaría, pase lo que pase con el cuerpo. Sabía que ella querría lo mejor para mi, querría que yo esté bien, que yo disfrute de la vida que se puede ir en un chasquido y ahora ella estaba en un lugar mejor, estaba segura y ya nadie podría herirla. "No sonrías. No sonrías." Rebusque entre mi ropa la máscara pero no la encontré así que tuve que contener la sonrisa. Salí de la habitación con la cara seria en busca del que estaba a cargo del lugar mientras tecleaba en la moneda. No sabía a quién ni cómo avisarles, al final me decidí por algo conciso para los más cercanos, solo quería que lo sepan, tampoco quería parecer que los estaba obligando a venir, cuantos menos, mejor, esperaba que después no aparezca más gente preguntando por ella.
-Quiero cremarla.- Le dije guardando la moneda, ya me imaginaba a Emily llorando a moco tendido. Seguramente yo debería consolar a los que vengan cuando yo lo único que quería era pizza y ron. Me dió un montón de papeles para firmar y me explicó que ahora podrían venir a despedirse de ella que luego la trasladarían para hacer la incineración. La gente vino, estuvo triste y eso y finalmente la incineraron. Al fin era la hora de ir a dormir, no sabía qué día era ni qué hora, pero yo me fui a dormir.
-Hice lo que pude… pero duraste más de lo que alguna vez imaginé… y tuviste un lindo primer último cumpleaños, fue como una linda despedida. Bueno, en algún momento se te iba a acabar la buena suerte.- Durante el embarazo había desaparecido varias veces, había estado expuesta al apagón de magia, me había convertido, etcétera. Mucha buena suerte. Demasiada. Técnicamente no debería haber nacido. -Me enseñaste muchas cosas pero, sea donde quiera que estés, estás en un lugar mejor. Éste mundo no te merecía. Tranquila, no voy a traer otro ser al mundo, no soy tan cruel como para cometer el mismo error dos veces. Hasta luego… Lila… Lili.- Recién cuando lo pronuncié me dí cuenta de hace cuanto no la llamaba por su nombre. Hasta luego porque esperaba encontrarla del otro lado. Tras un pesado suspiro me alejé de aquella cáscara vacía. Eso ya no era mi niña, solo era un recipiente vacío. Lili estaba en mis recuerdos y allí se quedaría, pase lo que pase con el cuerpo. Sabía que ella querría lo mejor para mi, querría que yo esté bien, que yo disfrute de la vida que se puede ir en un chasquido y ahora ella estaba en un lugar mejor, estaba segura y ya nadie podría herirla. "No sonrías. No sonrías." Rebusque entre mi ropa la máscara pero no la encontré así que tuve que contener la sonrisa. Salí de la habitación con la cara seria en busca del que estaba a cargo del lugar mientras tecleaba en la moneda. No sabía a quién ni cómo avisarles, al final me decidí por algo conciso para los más cercanos, solo quería que lo sepan, tampoco quería parecer que los estaba obligando a venir, cuantos menos, mejor, esperaba que después no aparezca más gente preguntando por ella.
-Quiero cremarla.- Le dije guardando la moneda, ya me imaginaba a Emily llorando a moco tendido. Seguramente yo debería consolar a los que vengan cuando yo lo único que quería era pizza y ron. Me dió un montón de papeles para firmar y me explicó que ahora podrían venir a despedirse de ella que luego la trasladarían para hacer la incineración. La gente vino, estuvo triste y eso y finalmente la incineraron. Al fin era la hora de ir a dormir, no sabía qué día era ni qué hora, pero yo me fui a dormir.
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