Barco volador de la Brigada

Observó a Ben y a Lykaios salir ilesos y su pecho se descomprimido un poco antes de escuchar al pelirrojo. Tensó un poco los labios porque lo cierto es que lo de las alas también le había sorprendido a ella -Si… lo vi. No sé que decirte Ben, lo siento- Reconoció.

Luego Smaug ni le dirigió la palabra, ella le entrego el palantir con la misma seriedad y cuando lo vio lanzarse maldijo pensando que podría haber esperado por ella y haber ido juntos a verlo. Alzó la vista a algún punto cuando escuchó el mensaje de Matvey y cerró los ojos luego. Eso traería consecuencias pero… estaba vivo.

"Gracias. Iré "

No se había dado cuenta de la hora hasta que Ben mencionó la cercanía del amanecer lo que explicaba su cansancio. Tras ello le ofreció el camarote y Catherine forzó una sonrisa en su rostro agotado sólo porque sabía que Ben estaba siendo majo -Gracias- Luego pasó la vista al peliazul que volvía de sus pasos para ofrecerle el brazo, accedió y no pudo evitar recargar algo de peso en él -Claro… - Luego soltó un suspiro -Ponernos al día… eso necesitaría mínimo una cena larga…- Le dijo porque la verdad no sabía bien por dónde empezar -Pero primero quiero darte las gracias, por bajar a por Wthyr. Sé…que…- Que era una persona difícil de llevar. Ojalá hubiese estado en su estado mental normal para que se diera cuenta de lo que era tener aliados. Se le humedeció la mirada un poco y apretó el brazo de Lykaios -Es complicado… pero sois tan… buenas personas- Y se le atoraron un poco las cosas que decir después de recordar lo imbécil que había sido Jack -Ojala el mundo tuviera más gente como vosotros- Murmuró.

Ladeó la cabeza ante el gritó de Lykaios sobre el Monte, pensando que le había leído la mente pero luego cayó en que la alianza Soul-Brigada debía haberse formado antes. Se mantuvo mirando la ciudad tras apreciar la construcción de Giordano -Lo del Vaticano será complicado. Wthyr sacó información de un guardia. Los anillos tienen una maldición, los mata cuando están lejos creo. El Papa tiene magia de sangre y mental y… la verdad es que Gio se ha estado comportando de forma rara últimamente. Creo que tiene un anillo y está bajo su control…- Volteó a mirarlo con el ceño fruncido -El Papa pretende construir un imperio mundial… y está fuertemente custodiado- Terminó de informar y luego frunció el ceño, llevándose una mano al vientre cuando sintió tensión que se alargó un poco más de lo esperado.

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Código:

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Nombre y número de la misión: M5 (FASE 2) Los Puristas No Son Bienvenidos
Dinero: 300
Puntos de stat y apartados a los que se destinan:  + 5 a repartir

- Pues quédate a cenar, tenemos buen cocinero. Te juro que un guiso de ese drow te deja como nuevo...seguro que te viene bien comer algo caliente. - hice un gesto de restar importancia. - Gracias a ti por salvar a Ben. No se si nosotros hubiesemos llegado a tiempo. Y ...con lo del portal nos quitasteis de encima a la mitad de las estatuas. Tampoco sé si habriamos resistido seguir enfrentándolas a todas de golpe sin sufrir mas bajas.

Empezó a excusar un poco a Whtyr. Yo con ese hombre no tenía nada en contra, pero sí con uno de sus lacayos, ese tal Ixion. Le sonreí cuando dijo que eramos buenas personas, pareciendome entrañable que dijera eso.
- Tú tambien lo eres.

El barco siguió desplazandose por el aire, la tormenta se habia despejado por fin y ya no llovía. Lo que me contaba Catherine del Papa....no me gustó nada. Ya sabiamos que el tipo no podia ser bueno, pero aquellas noticias eran desalentadoras. Bueno, para mi no. Simplemente sonaban mal.
- Sabiamos lo de las maldiciones de los anillos, por Cleo, pero no que...matasen tambien al portador. Tenemos que anular eso de algun modo. Se me ocurren algunas ideas al respecto. Recuperaremos a nuestro mecánico y derrocaremos al Papa. Giordano nos ha ayudado mucho...aunque no lo hacemos por una simple deuda. Pero lo hablaremos mañana mejor. - dije preocupado al verla sufrir un dolor.

Rapidamente dejé el vuelo en automático, tenía la ruta y el barco llegaría solo.
- Uh, tu te vas a descansar ya mismo. Te acompaño al camarote. - y con las mismas, le extendí mi brazo para que se apoyara en mi, y poder llevarla finalmente a resguardo para que descansara en condiciones.

Cuando mencionó al drow, Catherine tuvo el recuerdo del elfo oscuro que había pegado sartenazos a la estatua y también el delicioso aroma que había percibido por segundos en la cocina. Aquello le abrió el apetito, si… qué bueno estaría un buen plato de guiso con un poco de pan tostado. Y algún zumo. O bebida. Dulce. Quería dulce. Podía comer un poco de chocolate.

Parpadeó brevemente cuando mencionó a Ben y lo miró seriamente -No hubiesen llegado Lykaios- Simplemente, era algo que debía saber -Habia numerosos guardias. Nos atacaron 3. Uno aún está aquí- Le dijo señalando hacia la zona donde estaba atado con las cadenas antimagia -Pero no hablo italiano… Wthyr era mi traductor- lo de las estatuas la hizo analizar todo un poco más, recordando las palabras del Pendragon sobre su actuación en "segunda línea"

-Te sorprenderías- le dijo a Lykaios con una muy breve sonrisa pensando que quizás en el fondo no era tan buena, al menos así lo pensaba tras recordar lo que le había obligado a hacer al vikingo y también como había acabado la vida de Katarina. De una forma, le pareció irónico que Wthyr y ella compartieran demonios.

-Si tienes ideas, comentamelas. Yo la retrasé, le compré un par de horas pero no pude anularla. Wthyr también intento purificar la sangre del guardiani pero no lo logró…- alzó la vista hacia él cuando mencionó que recuperarían a Giordano y sonrió de lado pensando que era tan satisfactorio contar con su apoyo. Algo cálido que se esparcía desde su corazón y penetraba en sus huesos. Esperanza, quizás. Asintió con suavidad - Él tiene más información, no pudimos hablar mucho porque abrí el portal-

La figura de la torre no tardó en aparecer y Catherine estaba ligeramente familiarizada con ella porque la había visto en Ouroboros. Seguía pareciéndole increíblemente curiosa la forma en la que se movía esa torre y quería saber cómo lo hacía… porque entonces ella podría construir su castillo y viajar a cualquier sitio que le apeteciera. ¿Quién no quería eso?

Observó el brazo de Lykaios y lo tomó de nuevo -Lo haré… cuando me asegure de que Wthyr está bien… - Lo dijo en un tono que dejaba entrever preocupación, aunque también tenía miedo por la tensión que estaba empezando a notar. Salieron del panel de control más hacia la cubierta e inspiró profundamente antes de concentrarse y convocar al grifo - Subiremos luego, sino es molestia. Tengo un guiso y un camarote prometidos…gracias. Id a celebrar, os lo mereceis- Dijo forzando la sonrisa antes de subirse al grifo y finalmente abandonando el barco hacia la torre.

Eché una mirada de advertencia a Catherine cuando perdió la paciencia delante del demonio. Ella repetía mucho eso de no hacer a otros lo que no quería que le hicieran, o no obligar a nadie a hacer algo contra su voluntad...pero esos eran sus poderes. Le parecía biencuando los usaba contra sus enemigos. No le parecía bien cuando era de usar contra sus amigos. Parecía que olvidaba que Whtyr no era amigo mio. Porque si no, no estaría diciendome esas cosas que para mi no tenían sentido alguno.

"Esos quizás están basados en un deseo, no en un hecho real, y...."

Iba a seguir debatiéndole, cuando me dijo lo de Adele. La miré intensamente, con duda un momento, con el pensamiento colgando de un hilo. Sería la primera ante quien me confesaba.

"Adele usó magia contra mi. No se que me hizo, a día de hoy, pero me nubló el juicio. Sé que no era dueño de mis actos. Me avergüenza decir lo que pasó. Yo...no soy así. Asi que no me juzgues más por un acto que cometí sin ser dueño de mi mismo"

Con eso, nos marchamos por el portal hacia el barco de la Brigada, y aparecimos en la borda. Yo, vigilando de cerca a Valqar, por supuesto. Ese demonio tenía grandes aspiraciones como para dejarlo sin supervisión. El general de la brigada estaba al timon y no tardó en vernos aparecer, viéndolo venir hacia nosotros....

- Donde está Cleopatra?

Catherine me habia dicho que subirían luego, y yo me habia quedado ahi en la zona del timon, revisando por la borda la Torre, a los soul ya reagrupados, y vigilando desde esa posición de altura que no llegasen enemigos por ningun lado...

Pensaba que montar guardia no estaba de mas, aunque tenía ganas de ir abajo a unirme a la borrachera de despedida. Quizá luego. Vi el portal abrirse y por él entraron el extraño trío. Me acerqué a ellos porque tenia algo que objetar respecto a la presencia de Wthyr en nuestro barco pero....al acercarme el pestuzo a sangre me hizo hacer una mueca, ese tio estaba practicamente desangrado.

- Que hay con esas alas de dragon oscuro, macho? Puedes guardarlas ya o qué? - me fijé en sus ojos, estaban un poco creepys. Vete a saber.  Miré raro a Matvey por su pregunta.

- Cleo está descansando ahora mismo y encargándose de unas exequias. A que viene el interés? - y desvié la mirada a Wthyr con cara de pocos amigos. - Ni se te ocurra acercarte a ella. - fue todo lo que le dije. Para mi, caía en el mismo saco que Ixion en lo que a Cleo respectaba. - Voy a curarte...das asco...

Moví las manos en circulo un momento, activando tambien el poder del anillo para amplificar la sanación. Entre mis dos manos junté una esfera de agua que giraba de modo curioso. Me mordí los dos labios y canalicé magia a ese agua, haciendo que emitiese un poco de luz mientras se purificaba. Luego estiré las manos hacia Wthyr y la esfera de agua fue hacia él, comenzando a sacar hilillos cual ovillo de lana, que se dirigieron a sus múltiples heridas para comenzar a curarlas.

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cura a wiwi
10 dado+10 hab+ 6 base + 40 vilya= 66

El miembro 'Lykaios Knox' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

Sabía lo duro que debía ser para Wthyr reconocer que Matvey lo había rescatado y, además, ahora estaba bajo su control pero no apreció que el demonio se lo dijera a Matvey tal cual porque… Ella era orgullosa y reconocer ese tipo de cosas… Le hacían hervir la sangre. Aún así esperó por su voz, la verdadera, pero no respondió y Catherine sólo lo miró con rabia. Odiaba a los demonios.

Volvió la cara hacia Matvey cuando le dirigió aquel pensamiento y Catherine soltó una risa triste. “Por supuesto que está basado en un deseo…En la estúpida esperanza de que quizás después de todo lo que he hecho me merezca la pena vivir en paz. Ya no busco la felicidad Matvey…Es un mierda que te pintan como objetivo en la vida pero que no es real. Sólo quiero paz y quiero que mis hijos vivan en paz. No me disculparé por eso. No me disculparé por querer que mi matrimonio, como mínimo, sea un buen ejemplo de compañerismo para mis hijos. Si eso es lo que estás esperando…no puedo dártelo”

El demonio la mandó a callar y Catherine desvió sus ojos violetas hacia él con un gesto de profundo odio. Eso, Wthyr Pendragon, sí era ODIO -Yo no soy la que está doblegada por un nigromante, imbécil- Ni siquiera estaría allí de no ser por él. Tras eso cruzaron hacia el barco y Catherine soltó un leve quejido al llegar, por la constante presión. Ya…Ya tenía que descansar pero sólo…Sólo quería curarlo y quería pedir permiso para quedarse.

Aún así, la respuesta de Matvey sobre Adele hizo que girara la cabeza para mirarlo con un gesto mortalmente serio…”¡Sabía que no lo habías hecho a propósito! ¡Es un ser despreciable!”, pero analizándolo un poco más en profundidad, Catherine frunció el ceño y miró a Wthyr y luego el anillo de casada que ahora suplantaba el que les había dado Shyvanna. Quizás… La morena miró de nuevo a su padrino “¿Tenía un rubí  a la vista? ¿En algún sitio?”, inquirió antes de que llegara Lykaios.

La pregunta sobre Cleopatra le hizo fruncir el ceño, miró hacia el camarote por donde se había ido la morena apenas dirigiéndole la palabra. No es algo que le molestara realmente, tenía poca relación con algunos miembros.  Observó a Lykaios un momento y se acercó a él aunque la advertencia sobre Cleopatra hizo que frunciera el ceño y mirara a Wthyr -¿Le hiciste algo abajo?- Preguntó con sorpresa para luego agitar la cabeza y mirar a Lykaios -Antes que nada, Lykaios…- Aunque ya estaba curándolo -Wthyr ahora mismo está poseído por un demonio bajo el control de Matvey. No quiero imponer nuestra presencia en el barco sabiendo de sobra quienes habitan en él así que simplemente quería preguntar si podíamos quedarnos esta noche, aunque sea en la zona más alejada… Si no, no te preocupes, lo solventaré- Asintió con un gesto tranquilo -Pero me llevaré guiso- Apuntó porque… Tenía hambre y punto.

El demonio se reservó la respuesta para la insolencia de Catherine hasta después de cruzar el portal, una vez estuvieran en el barco. Era bastante ingenua si se pensaba que podía hablarle así a un demonio, por mucho que estuviese al servicio de un nigromante. La miró de modo bastante amenazador al pasar a su lado, fijándose después en el hombre de cabello azul con el que se había cruzado al salir de la arena. - No. - respondió secamente a lo de guardar las alas, no había motivo para ello. La palabra exequias fue suficiente para llamarle la atención, y era precisamente lo que había percibido desde que puso un pie en el barco...podía sentir la muerte en aquel lugar. Mucho menos le interesó lo que le dijo de la tal Cleo, pues ni el mismo Wthyr sabía de qué le estaba hablando.

- Él no la conoce, no sabe de qué le estás hablando. Pero no manda en este momento...- con eso esperaba que quedase respondida también la pregunta de Catherine sobre si había hecho algo a esa mujer. Ahora sí que hablaba como si se dirigiese al mago de sangre, cosa que no tenía nada que ver con el odio con el que había insultado al demonio antes de abandonar la zona de la torre. No dijo nada más por el momento, a la espera de que aquella sanación mágica con agua fuese restaurando poco a poco las heridas y haciéndole recuperar energías. Fue suficiente para poder sostenerse en pie de manera más firme, y para poder usar aquel cuerpo para algo más que no fuese avanzar unos pocos pasos. En ese momento se giró hacia Catherine, agarrando su cara por la barbilla para enfocarla hacia su cara de manera un tanto brusca.

- Cuida tus palabras de ahora en adelante, mortal Catherine Le Fay. - susurró con una voz profunda y gélida, sujetándole la cara con fuerza. - Debes de ser muy estúpida para hablar así a un demonio de los Verdugos...Rasputín no te ha enseñado bien. - la soltó con desprecio, replegando un poco las alas al caminar un par de pasos hacia atrás. Extendió la mano con parsimonia en dirección a las escaleras que conducían a los camarotes, haciendo uso de uno de los saberes propios de aquel tipo de demonio. El saber de la muerte hizo que el cuerpo del caído de la Calabria se reanimase a su servicio, convirtiéndose en un cadáver devorador de carne que convocó para que apareciese en cubierta. Abajo se escucharon gritos, pisadas de gente huyendo...


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PS: 60 + 66 curación Lykaios= 126/200

Dado probabilidad para ver si la lía

El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

- He comprobado que tiene ciertos conocimientos que podrían serme utiles ahora mismo. - en hacerle guardia a Valqar, por ejemplo. Eso le respondí a Lykaios, alzando una ceja cuando amenazó a Wthyr. Evidentemente, no se habia dado cuenta de que no era él quien setaba al volante.

Catherine no habia parecido pillar mi mirada de advertencia porque seguía insultando a Valqar y ahora si que la miré con reproche.

- Cath!

"...si...un rubí en el colgante. Cómo lo sabes? Y deja de insultar a Valqar, por lo que mas quieras. No es práctico ni inteligente faltar al respeto a un demonio. De verdad nada de lo que te digo cala en tu cabezota?"

Valqar habia perdido su paciencia con ella, y aunque no lo demostrara, sus palabras y ese modo de agarrarla fueron suficientes. Si quería darme problemas, me los podía dar, eso estaba claro. Pero algo pareció interesarla mas. Exequias? Tenian un muerto con ellos? Mierda....

Los gritos me dieron la razón.

Wthyr ya estaba como para sobrevivir a esta noche. Y Cath estaba cabreada y cansada.

- Acaba de resucitar al muerto que traíais. Y no resucitar en plan...bien bien.... Mas como cadaver devorador de carne. - murmuré algo en ruso con tono cansado. Miré a Cath, pudiendo imaginarme que se iba a poner terca, incapaz de separarse de Wthyr, incapaz de seguir insultando a Valqar. Le solté un caponazo en la cabeza a Catherine con mi bastón, lo suficiente fuerte para que le doliera, no lo suficiente como para escalabrarla. Era algo que nunca habría hecho en mitad del Consejo, delante de otros miembros del Cónclave. - Tú a cenar y a dormir, ya! O te hipnotizo!

Agarré a Valqar del brazo, y miré a Lykaios. Evidentemente, no podía quedarse. Y oh, no iba a dejar a un demonio sin supervisión....

- Lo siento por el muerto. No dejéis que os muerda. Decidselo a Cleopatra.

Abri un portal tras nosotros y obligué a Valqar/Wthyr a atravesarlo, marchándonos los dos de ahi.

Estreché los ojos porque el rarito del marido de Cath no quería guardarse las alas. ¿Como que no manda en este momento....?

Terminé de curarlo mientras Cath me preguntaba eso, y me soltaba la bomba demoniaca. Al oir eso, noté como si el frío me invadiera desde dentro. Clavé una significativa mirada en Catherine, acordándome....acordándome de cuando nos vimos obligados a transicionar por un portal al infierno para salvar la vida en la Ciudadela Alpha. Solo pensar que habia ahi un fragmento de ese horror...

Los pequeños de Imram y Mer. Mérida, que además habia sido poseída por un demonio. No, no podía imponerles eso.

- Lo siento Cath, con Wthyr habría podido hacer algo pero con un demonio...no puedo pedirle a los mios que traguen con eso. - lo del guiso podía darlo por hecho, aunque ella podría quedarse y el demonio irse supuse que no querría separarse. Asentí pero entonces todo se fue a la puta.

Oi gritos, el demonio parecio hacer algo, Matvey dijo lo que habia ocurrido y.....

Marco, en carne y hueso pero no en espiritu, empezó a subir las escaleras que llevaban a cubierta, donde estabamos nosotros. Lo habian arreglado y no estaba ensangrentado como antes, pero esa expresión vacía y hambrienta.... me giré estupefacto a Rasputin que habia abierto un portal y se disponía a largarse.

-ESPERA, QUE?!- aluciflipaba con estos - Ah joder, joder, lo siento mucho, Marco. Y como mato a un muerto sin hacerlo trizas? CLEO! CLEOPATRA! - Usé la magia de agua para envolverle las rodillas hasta la cadera y congelarla a esa altura, frenando su paseo hacia nuestra deliciosa carne.

Descansaba. Bueno, en verdad lo intentaba, sin mucho éxito. Tenía muchas cosas en la mente en las que pensar y a las cuales no quería hacer frente. Con los italianos habíamos preparado todo lo necesario para darle un último dos al cuerpo de Marco, la despedida que ellos necesitaban. Por mi parte insistí en Stephen… No recuperamos su cuerpo, pero teníamos parte de su armadura y otras baratijas que le habíamos quitado cuando le trajimos de mala manera al barco. Sería un entierro simbólico, por supuesto, pero suponía que alguien querría despedirse de él. Me revolví incómoda en la cama, quedando de lado. El barco se movía, lo notaba flotar, de la misma manera que las voces… los gritos… su nombre…. ¡Mi nombre!

Levanté de un salto cuando reconocí la voz de Lykaios reclamando mi presencia. Salí con la cazadora, pero poco abrigada, pues entendía que había cierta premura. Es más, estaba descalza en aquel momento cuando salí a la cubierta y la madera se sentía fría, aunque el ambiente todavía parecía caldeado. Reconocí al capi, a la descendiente y… un tercero que… -¡Por todos los muertos del Estigia, que se les ha escapado uno!- Maldita sea, tenía a uno delante ahora mismo … y no parecía muy muerto ahora mismo -Pero… ¿por qué habéis invocado a Marco?- Bajé la voz para que no me escucharan los de la Calabria, no creo que les hiciera mucha gracia esto. Escruté al muerto viviente mientras le rodeaba sin apartarle la mirada de encima, que por mucho que estuviera “atado” en agua me causaba cierta desconfianza, y me acerqué a Lykaios por uno de los laterales. Y entonces el muerto pasó a un segundo plano y clavé la mirada zafiro en Lykaios exigiendo una respuesta que fuera lógica ante aquello, porque no creo que a los mafiosos les hiciera mucha gracia todo eso.

-¿Qué? ¿Acaso no es verdad?- Pregunto con el ceño fruncido cuando Matvey le increpó. El pensamiento le llegó después y puso los ojos en blanco. "Porque Wthyr y yo conocemos los efectos, Shyvanna nos puso rubíes de Sodoma en los anillos de matrimonio y …bueno… aquí estoy, embarazada, cuatro meses después", resumió y ante lo que le dijo de que no le entraba nada en la cabeza, entrecerró los ojos "Pues si que me acuerdo que no necesito decir mi nombre al invocar demonios. Pero es que este es un pedazo de mierda. Wthyr le aterroriza que yo me muera porque repetiria la historia de sus otras esposas e hijos y está usándolo en su contra. Es cruel y un soberano hijo de puta. Eso es lo que quiero decirle pero me lo callo ¿Ves?"

Tras eso observó el gesto de Lykaios y supo la respuesta pero no pudo siquiera responder porque el demonio la cogió del rostro. Nada tenía que ver con la forma en la que Wthyr solía tomarla y aunque fijó sus ojos violetas en el rostro del Pendragon supo que no era él. Su orgullo y su ego estaban peleando con la lógica y el sentido común mientras desplegaba su piel de ébano bajo la mano de él, al menos hasta que pronunció de esa escalofriante forma la palabra "mortal",

Catherine movió la cabeza de forma brusca para zafarse del agarre y dedicó un pensamiento a Matvey. "Aún, aún no me lo has enseñado todo y quiero aprenderlo para hacerlo sufrir", le dedicó aquel pensamiento a su padrino alejándose un par de pasos. No entendió a donde se estaba dirigiendo y volvió la vista hacia el jefe de la Brigada -No te preocupes, lo entiendo. Yo tampoco soy muy fan pero era una de las pocas opciones que tenía para sacarlo de allí sin jugarmela -

De pronto escucharon gritos y Catherine extendió su baculo -¡¿Que has hecho?!- Le espetó al demonio pero fue Matvey el que respondió y que luego le dio un sopapo que fijo iba a dejarle un chichón en la cabeza. La morena se quedó estupefacta porque… hacía TANTO TIEMPO que no usaba ese gesto con ella que no supo como reaccionar. La amenaza era sincera, había agotado su paciencia también. Pero ¿Y la de ella? No pudo decir nada porque se fue.

"Quiero ese demonio fuera de Wthyr cuanto antes"

Fue el pensamiento que le dedicó a Matvey antes de cortar la conexión con él porque su cabeza ya empezaba a dolerle. Pero tenían un problema de grandes dimensiones allí y la pregunta de Lykaios hizo que suspira -Probablemente cortándolo en pedazos y encerrando cada uno en un sitio distinto- Mencionó mientras lo veía detener al muerto por las piernas. Catherine activo el Midas y dejó que los hilos de oro envolvieran aquel cuerpo, pero luego se sacó el anillo y se lo entregó a Lykaios, haciendo un gesto de molestia tanto por el vientre como por la cabeza, de forma física y mental -Asumo que esa no sería una opción- Indicó al recordar a los que habían entrado en el portal -Lo siento Lykaios… - Dijo al ver como Cleopatra lo miraba -Un Verdugo lo ha revivido, no nosotros. Matvey dijo que te llamáramos - Inspiró profundamente observando a Marco con un gesto de tristeza -¿Podrías devolver su alma al reino que pertenece?-

Las respuestas no  llegaron por parte del hombre de pelo azul, que seguía lidiando con la atadura de agua, sino por parte de la Descendiente. Arrugó la ceja, con duda y no pudo evitar evaluarla, tratando de recordar si, durante su estancia en la isla, a LeFay se le había concedido los saberes de la nigromancia. Con todo, supuso que no serían tan tontos como para invocar un demonio en el barco, con dos niños nacidos correteando por los camarotes -¿Y de dónde habéis sacado un demonio Verdugo? Os… han… ¿Ha sido el Papa?- Era la única opción lógica que se le ocurría con los datos de los que disponía en ese momento… hasta que se mencionó al descendiente de Rasputín. La cara de estupefacción debió ser descomunal, ¿por qué no se encargaba él de todo aquello? ¿por qué ha traído un Verdugo al barco? ¿por qué no se encargaba él mismo de todo aquello? ¿era acaso una maldita y asquerosa prueba de los Pendragon? Desvié la mirada hacia Lyakaios y luego suspiré, pasando directamente la mirada a Marco que se encontraba atado de todas las maneras que se les había ocurrido.

Fijé mi mirada azul en la perdida del revivido y avancé hacia él con lentitud y seguridad. -Es más fácil traerlos de vuelta que hacerlos regresar. Necesitan un guía, para que no se pierdan por los caminos entre los mundos- Extendí mi mano, con suavidad, sobre la cara cetrina del despertado. Este reaccionó con un gruñido entre la molestia por el sobresalto del contacto y el calor de mi propia temperatura corporal, incluso trató de morderme, pero le sostuve la cara con la otra mano, fijándola con firmeza. Si se complicaba, usaría las vendas. Estaba frío, como la muerte. Dejé que mi calor calmara al despertado, que fue cediendo, y busqué que nuestras miradas se encontraran, guiando el rostro con la mano.


Cuando las miradas conectaron, deslicé las manos hasta las de Marco y las apreté con fuerza, haciéndole ver que no le abandonaría otra vez. Cerré los ojos para concentrarme y recordar las palabras. Las vendas rodearon las muñecas del zombie y ascendieron con lentitud hasta los hombros y cubrieron el pecho del muerto. Estaba convocando a las vendas, al embalsamamiento, al dios que lo guiaría a volver al submundo, al menos, de una pieza. El rezo, en egipcio antiguo, sonaba como un susurro sosegado y seseante. Cuando abrí los ojos y el rezo había finalizado, un hombre, de cuerpo fibroso, alto y bronceado se personó ante el grupo. A pesar del aire imponente, de la cota, del usej, de schenti y de la cruz, debajo de aquella faz de chacal oscura, había una barbilla afilada,  que se me hacía muy humana.
El recién llegado, con la mirada de can, estudió a todos los presentes, pero se detuvo en aquella que le había convocado y, por supuesto, en el muerto resucitado. Arrugó el gesto, disconforme, nadie debía volver del submundo de aquella manera.

Alcé la mirada, cogiendo aire, para dirigirme al dios de la muerte. Anubis. -Mi señor, le he convocado para que se haga cargo de este alma perdida. Su corazón ya ha sido pesado por Osiris y perdonado por Maat. Es un alma buena, que se sacrificó por su familia- Silencio mientras se sometía la valoración -Su nombre es Marco- Susurré, casi como una súplica, esperando poder convencer al dios. -Por favor, acompañazlo de regreso-

Tras un incómodo silencio, este emitió un gruñido, muy humano. Un portal se abrió delante de todos y el alma transcendió al cuerpo, que cayó por efecto de la gravedad y de su propio peso inerte. Marco les dirigió una mirada confundido, ya sin sus implantes ciborg se le veía tan… humano. Anubis invitó al resucitado a pasar al más allá y el italiano entendió que aquello era bueno. Agradeció la ayuda a los presentes y se despidió con la mirada hacia los camarotes, donde sus compañeros descansaban. Tras aquello, avanzó, atravesando el portal, donde unas mujeres que vestían kalasiris y pelucas oscuras le recibieron. Incliné la cabeza a modo de agradecimiento y el dios y el portal desaparecieron al atravesarlo.

Suspiré, cansada, y dejé caer los brazos. -Dejemos descansar este cuerpo en paz- Me despedí de Lykaios, no tanto de Catherine y me encargué del cuerpo. No les presté mucha atención a la pareja, solo supe que, al rato, las voces en cubierta se silenciaron.

Podría haber sido una noche de mierda total pero estaba tan cansada y extenuada a nivel físico y mental que tras comer el guiso acabo cayendo desfallecida en la cama. Una pesadilla la despertó, una horrorosa. Un banquete y sangre… almas. Demasiada sangre… y un sentimiento violento que la espabiló.

Tras hacerlo contactó con Matvey y se colocó el Midas que le había devuelto Lykaios, su plan no le gustaba para nada pero entendía que la situación era de entrada y salida. Tras eso fue a desayunar e informó de todo a Lykaios y también a Adramelech pues a Lyosha no la conocía y, si lo hacía, pues le daba igual. Prefería comunicarse con el pelinegro, para añadirle ironías a la vida.

Mantuvo el contacto mental con Matvey durante todo el rato y supo que había encontrado a Giordano y la situación ahora sería de extracción. Estaba en la cubierta del barco, sentada en un banco observando hacia el horizonte con concentración mientras conectaba hacia la mente de los demás. El portal de abriría abajo… pero entonces divisó dragones.

Smaug estaba abajo, lo sabía… pero ese dragón plateado. Extendió su campo mental hacia allí, percibiendo la presencia no solo de Shyvanna sino de Gwen lo que la hizo alzar las cejas. Por Morgana… iba a tener problemas.

"¿Shyvanna?"

Preguntó por confirmar.

"¿Gwen?"

Me habían sacado de ese tanque y me habian dado ropa en condiciones. Fisicamente me encontraba....bien. Aquella cosa hacia maravillas. Porque creia que no lo iba a contar. Sobre todo cuando se me cerraron los ojos en aquel calabozo, muerto de frio y con las heridas abiertas. Aquello parecía tan irreal, que mientras desayunaba metiendome cucharadas enormes de alubias a la boca, me preguntaba si no era que estaba alucinando.

Estaba con mi primo, con Red, y con Mérida. Una bruja morena tambien estuvo con nosotros, pero no tardó en irse. La quimera daba vueltas por ahi pillando comida de todos, Lykaios paseaba de un sitio a otro pareciendo mantener una conversacion mental con alguien, y Crasu se aseguraba de que nadie se quedara con el plato vacio.

Me pusieron un poco al dia de lo ocurrido, de toda la operacion de rescate en el Coliseo. Pero seguia sin hablar mucho, pasando de las alubias al beicon, mirando a unos y a otros... al parecer no habiamos terminado. Y yo me habia pasado demasiados dias prisionero en ese sitio. Habia perdido la cuenta, en verdad no habian sido TANTOS...pero mirando de lejos...era...

Sacudí la cabeza, tratando de despejarla de pensamientos y voces. Me costaba mantenerme centrado en la realidad, el aqui y el ahora.

- Esto está bastante bueno. - random, pero suficiente. Clavé el tenedor en una de las setas. - Gracias por no dejarme alli.

Esta noche había sido movida pero había dormido divinamente como venía haciendo desde que estaba en el barco, acurrucada a Kendrick que parecía saber lo mucho que necesitaba descansar. El amanecer la pilló espabilando para darle el pecho y luego de amamantarlo se lo puso en el fular que le había dado Anteia, manteniéndolo contra ella en todo momento.

Ir hacia la cocina que estaba inundada de buenos olores era increíble, ver a Catherine ahí le parecía surrealista y hasta fuera de lugar, pero parecía algo…consternada o molesta o…quizás estaba de buen humor y satisfecha; la verdad no sabía leerle el rostro a esa mujer.

Se dejó caer entre Ben y Dyospiros, saludando a Crasu cuando le sirvió el plato de desayuno -Extrañaba todo esto- Murmuró comiendo mientras sonreía al drow. Poco a poco lo fueron poniendo al día y sabía que no sería fácil volver de un sitio en el que…bueno, le habían torturado.

-No tenemos por costumbre abandonar a los nuestros- Le dijo a Dyospiros y le recorrió el rostro con cierto enigmático sentimiento antes de volver al plato de comida -Menos aún en ese tipo de manos- Murmuró con el ceño fruncido y entonces miró al capitán que iba y venía. Había oído un poco de fondo lo que dijo Catherine pero ella mejor esperaba órdenes -Mira..este es Kendrick- Se lo presentó a Dyospiros moviéndose para quedar en un ángulo donde pudiera apreciar al bebé que también lo miraba con ojos tan azules como los de Mérida.

Seguía en silencio, mirando al frente, cuando Shyvanna respondió de forma tan tajante. Catherine bajó la mirada brevemente, soltando un suspiro y luego desconectó de ella pero mantuvo a Gwen esperando su respuesta. Se incorporó y fue a asomarse por la borda para apreciar la llegada de los dragones y Smaug.

En eso estaba cuando algo la tiró de la mente de Matvey y reconoció en seguida qué había sido porque… porque ya lo había vivido una vez. Dio la voz de alerta tanto a los Souls como a los de la Brigada, respirando lentamente para controlar los nervios. Estaría bien, estaría bien… estaría bien. Había tres nigromantes que podían ayudarle… que podían recuperarlo.

Empezó a temblar levemente y cuando vio el portal supo que tenía que descender. Abrió el suyo un poco más lejos del portal que había abierto Matvey y lo cruzó bajando hacia la explanada de la torre.

- Es cierto... cuándo llegaste? - le pregunté a Mérida, siendo consciente de que en el tiempo que me habia perdido, no sabia cuando ella se habia vuelto a incorporar al grupo. Ben sonreía, nos miraba, asentía y de vez en cuando nos daba una palmadita en la espalda. Pero de pronto se le ponía cara triste...que se le pasaba al volver a embutirse mas beicon en la boca, momento en el que volvía a sonreír absurdamente.

Levanté un poco las cejas por el estado mental del pelirrojo, cuestionándome por momentos si acaso él estaba peor que yo, mentalmente hablando, parecía en otro mundo.... Mérida reafirmó aquello, de no abandonar a los suyos.

- Empiezo a ser más consciente de qué implica pertenecer a la Brigada... Reconozco que estaba preocupado por vosotros. - hablar era bueno. Me hacía poder ignorar la deriva de voces que seguia escuchando a ratos. Dejé el tenedor y miré con curiosidad al cachorro humano de Mérida, de pelo totalmente negro. Solté un "wow" totalmente sincero por el contraste de su cabello, su piel clara y sus ojos azul cielo, mirandolo ahi pegado a ella. - Es...muy bonito. Tu hijo? Tiene tus ojos. Qué pequeño.

Lykaios se detuvo en ese momento, parando con ese paseo de lobo enjaulado que se había traido todo el desayuno, dejando de pegarle mordiscos a la salchicha que habia cogido de la fuente del desayuno para zarandearla, gritando algo en irlandés sobre lo bueno que estaba eso, antes de pasar al inglés y decir que habian vuelto de la misión express de rescate de Giordano y que ahora tenían más Pendragon abajo.

- Voy abajo a cotillear. - añadió. - Si alguien me quiere acompañar, está a tiempo.