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Matvey Rasputín
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¿Por qué estaba ahí? Se trataba de una vía de escape. A salvo de quienes querían inutilizarme. ¿Había llegado por mis propios medios? No poseía tales habilidades. Jamás. El demonio que había invocado, el mismo que me había poseído por un pacto para lograr mis objetivos, lo había provocado. El mismo sobre el cual no podía recuperar el control.
¿Cual era su nombre....? ¿Cual....cual era el mío...? Sentía el frío, observaba, sobrecogido y pequeño, aquel paraje. Mi cuerpo comenzó a avanzar, con soltura. Oía voces, susurros....más claramente que nunca antes en toda mi vida. Los que había aislado de pequeño, los que había evitado oir, los que había descartado. No solo eso. Podía verlos. El plano de los espíritus....era como una versión diferente del nuestro.
El demonio me hizo avanzar. Podía notar....los oia decirme que ese no era mi lugar. Otros curiosos, preguntaban. Algunos gritaban. Moví la mano, y con unas palabras, los mandé callar.
Obedecieron. Tal era el poder del Halaku. ¿Qué buscaba? No sabía a donde iba, no tenía el control. Había cruzado la línea que me había puesto mucho tiempo, la que había impuesto a mis escasos aprendices a lo largo de este tiempo y.... y no sabía cómo volver. ¿Quería volver?
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052042
STAVRON LE FAY
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
El tiempo en el reino de los espíritus pasaba de forma extraña. Bien porque avanzaba rápido y no te dabas cuenta o pasaba demasiado lento según contabas y tachabas días. Stavron Le Fay hacía un par de años que había dejado de contar los días y las horas, cuando Altaïr, su primogénito había cruzado finalmente el umbral. Se habían puesto al día e incluso en ese tétrico mundo de “paz” compartían y discutían teorías sobre la magia.
Y en eso estaba, cuando la presencia de uno de los demonios irrumpió la calma y tranquilidad de aquel territorio. Eran pocas, escasas, las veces que realmente un miembro de aquel reino decidía pasearse por ese sitio y sin duda debía tener una razón para ello.
Stavron empezó a caminar hacia los rumores, los murmullos y la extraña energía que emanaba…El cuerpo de Matvey Rasputin, su amigo. Se quedó en silencio analizando la situación, observando los detalles de su ropa y el estado de su cuerpo. Destrozado era una palabra acorde. Altair a su lado susurró el nombre de Matvey y Stavron habló en voz alta -Sí, pero no. Es su cuerpo el que camina entre nosotros pero no es realmente él- Expresó con cierto interés en saber en qué treta se había metido su amigo. Dirigió sus pasos hacia él -Parece que estás… lidiando con las consecuencias de un par de decisiones desesperadas, amigo mío- mencionó poniéndose a su lado mientras lo saludaba con un gesto de la cabeza.
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
El tiempo en el reino de los espíritus pasaba de forma extraña. Bien porque avanzaba rápido y no te dabas cuenta o pasaba demasiado lento según contabas y tachabas días. Stavron Le Fay hacía un par de años que había dejado de contar los días y las horas, cuando Altaïr, su primogénito había cruzado finalmente el umbral. Se habían puesto al día e incluso en ese tétrico mundo de “paz” compartían y discutían teorías sobre la magia.
Y en eso estaba, cuando la presencia de uno de los demonios irrumpió la calma y tranquilidad de aquel territorio. Eran pocas, escasas, las veces que realmente un miembro de aquel reino decidía pasearse por ese sitio y sin duda debía tener una razón para ello.
Stavron empezó a caminar hacia los rumores, los murmullos y la extraña energía que emanaba…El cuerpo de Matvey Rasputin, su amigo. Se quedó en silencio analizando la situación, observando los detalles de su ropa y el estado de su cuerpo. Destrozado era una palabra acorde. Altair a su lado susurró el nombre de Matvey y Stavron habló en voz alta -Sí, pero no. Es su cuerpo el que camina entre nosotros pero no es realmente él- Expresó con cierto interés en saber en qué treta se había metido su amigo. Dirigió sus pasos hacia él -Parece que estás… lidiando con las consecuencias de un par de decisiones desesperadas, amigo mío- mencionó poniéndose a su lado mientras lo saludaba con un gesto de la cabeza.
Matvey Rasputín
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Mis pasos se detuvieron en cierto punto en mitad de aquel lugar. El demonio torció la cabeza en dirección a aquellos dos espíritus, uno de ellos había pronunciado un nombre en susurros....uno que llegó a los oídos... atravesando la mente como un ancla, o como un arpón atado a una cadena salvavidas.
"Matvey"
Los ojos oscuros por completo enfocaron a esos dos espiritus en concreto, pues sin duda presentaban algo especial a sus orbes, de lo que carecían el resto de espiritus. La voz de uno de ellos sonaba tremendamente familiar. Pero cómo? Cómo era posible?
El demonio se puso frente a ellos con una expresión vacía. Al parecer, había dado con unos conocidos del nigromante. O algo más que conocidos....
"Stavron"
Levantó las palmas de las manos y se las miró, una mueca de esfuerzo comenzó a dibujarse en sus rasgos medio humanos medio demoníacos. Crispó los dedos... Valqar se resistía, como antes, queriendo continuar como dueño y señor de ese cuerpo por el que perfectamente podía ser su patio de recreo, el reino de los muertos.
- Stavron... - pronuncié, o pronunció el demonio...aun no estaba claro. Me empezaba a abrir tunel a traves de la oscura niebla, su nombre el nombre de Valqar. Lo recordé, era mío de nuevo. Las alas de sombras que me perseguían empezaron a desvanecerse, las palabras volvían a salir de mis labios... tenía que sellarlo, sellarlo, recuperar lo que era mío... era MÍO, mi poder, mi cabeza, mi cuerpo. No podía dejarlo escapar. Había aprendido demasiadas de mis debilidades. Aunque me partiera por dentro. Los sigilos y las runas del caos vibraron a mi alrededor. Alli la magia funcionaba diferente. Muy diferente. Las runas me rodearon, saqué la daga de hierro del cinturon que solia llevar siempre para los rituales y empecé a grabar en mis propios antebrazos unas heridas, símbolos para el sello. El nombre del demonio, los círculos y las runas necesarias. Terminé de recitar las ultimas palabras con rabia y para cuando lo hice, mis ojos se aclararon finalmente...
Y cuando lo hicieron, se clavaron en los dos Le Fay que tenía delante, mientras respiraba como si fuera la primera vez que tomaba aire en mucho tiempo...llevé una de mis manos al pecho, buscando algo. Estaba muerto? Lo último que recordaba en condiciones... era... caer, caer en la plaza del Vaticano. Y luego el dolor de la posesión. Lo demás eran recuerdos difusos, dos mentes y una de ellas demoniacas. Mucho que conciliar.
- ...no sé si estoy muerto o algo entre medias... - reconocí, alzando mi ensangrentada mano a Stavron, tratando de alcanzar la suya. Hice una mueca, de dolor, pero no físico, mientras contemplaba a Stavron y el peso de mis decisiones me golpeaba. Y por verlo. Por todos los demonios, cuánto lo necesitaba. Malditos Le Fay. Siempre que intentaba hacerles caso acababa peor.
"Matvey"
Los ojos oscuros por completo enfocaron a esos dos espiritus en concreto, pues sin duda presentaban algo especial a sus orbes, de lo que carecían el resto de espiritus. La voz de uno de ellos sonaba tremendamente familiar. Pero cómo? Cómo era posible?
El demonio se puso frente a ellos con una expresión vacía. Al parecer, había dado con unos conocidos del nigromante. O algo más que conocidos....
"Stavron"
Levantó las palmas de las manos y se las miró, una mueca de esfuerzo comenzó a dibujarse en sus rasgos medio humanos medio demoníacos. Crispó los dedos... Valqar se resistía, como antes, queriendo continuar como dueño y señor de ese cuerpo por el que perfectamente podía ser su patio de recreo, el reino de los muertos.
- Stavron... - pronuncié, o pronunció el demonio...aun no estaba claro. Me empezaba a abrir tunel a traves de la oscura niebla, su nombre el nombre de Valqar. Lo recordé, era mío de nuevo. Las alas de sombras que me perseguían empezaron a desvanecerse, las palabras volvían a salir de mis labios... tenía que sellarlo, sellarlo, recuperar lo que era mío... era MÍO, mi poder, mi cabeza, mi cuerpo. No podía dejarlo escapar. Había aprendido demasiadas de mis debilidades. Aunque me partiera por dentro. Los sigilos y las runas del caos vibraron a mi alrededor. Alli la magia funcionaba diferente. Muy diferente. Las runas me rodearon, saqué la daga de hierro del cinturon que solia llevar siempre para los rituales y empecé a grabar en mis propios antebrazos unas heridas, símbolos para el sello. El nombre del demonio, los círculos y las runas necesarias. Terminé de recitar las ultimas palabras con rabia y para cuando lo hice, mis ojos se aclararon finalmente...
Y cuando lo hicieron, se clavaron en los dos Le Fay que tenía delante, mientras respiraba como si fuera la primera vez que tomaba aire en mucho tiempo...llevé una de mis manos al pecho, buscando algo. Estaba muerto? Lo último que recordaba en condiciones... era... caer, caer en la plaza del Vaticano. Y luego el dolor de la posesión. Lo demás eran recuerdos difusos, dos mentes y una de ellas demoniacas. Mucho que conciliar.
- ...no sé si estoy muerto o algo entre medias... - reconocí, alzando mi ensangrentada mano a Stavron, tratando de alcanzar la suya. Hice una mueca, de dolor, pero no físico, mientras contemplaba a Stavron y el peso de mis decisiones me golpeaba. Y por verlo. Por todos los demonios, cuánto lo necesitaba. Malditos Le Fay. Siempre que intentaba hacerles caso acababa peor.
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052042
STAVRON LE FAY
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
Stavron no se movió más cuando el cuerpo de Matvey se giró hacia él y observó los ojos oscuros poseídos del demonio. ¿Qué le había pasado para llegar a ese límite? Altair se inclinó para preguntar algo pero su padre movió la mano para mandarlo a callar porque en ese instante Matvey empezó a hacerse runas. Las alas estaban reduciéndose y no era su intención romper ni con el ritual ni con su concentración.
Reconoció entonces la mirada azul de su amigo y sus labios se curvaron en una sonrisa socarrona -Siempre has estado en algo entre medias- Le dijo alzando los hombros en un gesto natural para Matvey y sus allegados cercanos. Finalmente avanzó esos pasos que había detenido antes al verlo alargar la mano. Inspiró con profundidad, o todo lo que podía hacer siendo un espíritu. Alzó la mano y la comparó con la de él, la acercó pero la de Stavron atravesó totalmente la de Matvey y la retiró, metiéndola de nuevo en sus fantasmagóricos bolsillos.
-Tu camino se ha torcido. Estás en un punto de inflexión en tu vida- Lo dijo como si fuera una certeza total -Tenemos todo el tiempo del mundo para que me pongas al día y me expliques por qué has buscado cobijo aquí- Dibujó otra sonrisa -Bueno, yo tengo todo el tiempo del mundo-
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
Stavron no se movió más cuando el cuerpo de Matvey se giró hacia él y observó los ojos oscuros poseídos del demonio. ¿Qué le había pasado para llegar a ese límite? Altair se inclinó para preguntar algo pero su padre movió la mano para mandarlo a callar porque en ese instante Matvey empezó a hacerse runas. Las alas estaban reduciéndose y no era su intención romper ni con el ritual ni con su concentración.
Reconoció entonces la mirada azul de su amigo y sus labios se curvaron en una sonrisa socarrona -Siempre has estado en algo entre medias- Le dijo alzando los hombros en un gesto natural para Matvey y sus allegados cercanos. Finalmente avanzó esos pasos que había detenido antes al verlo alargar la mano. Inspiró con profundidad, o todo lo que podía hacer siendo un espíritu. Alzó la mano y la comparó con la de él, la acercó pero la de Stavron atravesó totalmente la de Matvey y la retiró, metiéndola de nuevo en sus fantasmagóricos bolsillos.
-Tu camino se ha torcido. Estás en un punto de inflexión en tu vida- Lo dijo como si fuera una certeza total -Tenemos todo el tiempo del mundo para que me pongas al día y me expliques por qué has buscado cobijo aquí- Dibujó otra sonrisa -Bueno, yo tengo todo el tiempo del mundo-
Matvey Rasputín
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Estaba jadeando por el esfuerzo y tan pálido como uno de los espíritus de aquel lugar. Comprobé los simbolos que me habia grabado en la piel, no debia haber ningun error en el sello.
Parecian correctos... Negué con la cabeza al oir la frase de Stavron de que siempre habia estado algo entre medias.
- Pero nunca tanto. - alcé la mirada al tiempo de verlo hacer ese familiar gesto. Fue entonces cuando él tambien alargó su mano, y estuve a punto de estrechársela pero mis dedos atravesaron los suyos como el aire. - ¿Por qué dices eso? - le pregunté con el ceño fruncido y la voz ronca y baja, ¿que mi camino se habia torcido?
- No...no respondas. Estoy aquí. Es obvio que se ha torcido. Cuando el predicador no cumple con lo que predica...
"hice un pacto con un demonio"
Miré a Altair...sí...allí teníamos tiempo. No dejaba de preocuparme...lo que podía estar ocurriendo en el plano de los vivos. Mas allá del reino de los espíritus.
- Es tu hija, Stavron. No puedo ser quien ella necesita que sea. - recordaba su cara cuando me habia visto en el Monte Aventino. Había intentado volver y controlar al demonio pero en esos momentos fue un fallo tras otro, no lo logré.
- Le he fallado.
"Te he fallado"
- Te he fallado a tí. Le he fallado al Consejo. - al menos las voces se habían callado....por un rato. - ¿Sabías algo de la maldicion del linaje Le Fay y Pendragon?
Parecian correctos... Negué con la cabeza al oir la frase de Stavron de que siempre habia estado algo entre medias.
- Pero nunca tanto. - alcé la mirada al tiempo de verlo hacer ese familiar gesto. Fue entonces cuando él tambien alargó su mano, y estuve a punto de estrechársela pero mis dedos atravesaron los suyos como el aire. - ¿Por qué dices eso? - le pregunté con el ceño fruncido y la voz ronca y baja, ¿que mi camino se habia torcido?
- No...no respondas. Estoy aquí. Es obvio que se ha torcido. Cuando el predicador no cumple con lo que predica...
"hice un pacto con un demonio"
Miré a Altair...sí...allí teníamos tiempo. No dejaba de preocuparme...lo que podía estar ocurriendo en el plano de los vivos. Mas allá del reino de los espíritus.
- Es tu hija, Stavron. No puedo ser quien ella necesita que sea. - recordaba su cara cuando me habia visto en el Monte Aventino. Había intentado volver y controlar al demonio pero en esos momentos fue un fallo tras otro, no lo logré.
- Le he fallado.
"Te he fallado"
- Te he fallado a tí. Le he fallado al Consejo. - al menos las voces se habían callado....por un rato. - ¿Sabías algo de la maldicion del linaje Le Fay y Pendragon?
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STAVRON LE FAY
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
La respuesta de Matvey hizo que lo analizará en silencio. Sin duda, algo había sucedido para que acabará tan mal - Y, sin embargo, aquí estás. Tangible para muchos- Añadió como dato interesante en una conversación de espíritus. Tenía lo que él ansiaba pese a estar en paz con su decisión.
Decidió no responder cuando él se lo pidió, Stavron solía ser respetuoso porque había sido educado para ello aunque a veces, con Matvey, tiraba de confianza para saltarse sus solicitudes -Entiendo- Dijo simplemente con un asentimiento seco -Situaciones complicadas necesitan que pasemos por encima de nuestras creencias e, incluso, valores. Lo que me lleva a preguntarme ¿Qué está sucediendo?-
Para no haber recibido contacto continúo de parte de nadie en casi una década, los últimos años habían sido moviditos. Aún así la sonrisa que había permanecido perenne, pero sobria, en los labios de Stavron se borró cuando habló de Catherine -¿Ha muerto?- Preguntó con preocupación pero después cayó en cuenta de la forma en la que Matvey había conjugado o usado sus palabras y frunció el ceño -Sé que puede ser complicado, como padre siempre sentirás que estás fallando. Acostúmbrate- Se llevó la mano a la barbilla con curiosidad -No tienes porque ser lo que ella necesita que seas. Fuiste lo que necesitó en su momento. Catherine tiene que aprender a resolver situaciones por sí misma, ya es suficientemente adulta y quiero creer que ha madurado.
¿En qué le había fallado?
¿A él?
-Vas a tener que darme más información porque a mí no me has fallado en ningún momento- en cuanto mencionó al Consejo puso los ojos en blanco -Al Consejo se le falla siempre. No es una entidad que sea fácil de complacer- Se señaló a sí mismo como máximo ejemplo y luego detuvo las manos al escuchar lo de la maldición.
-No- Fue un solo monosílabo que respondieron tanto Altair como él al unísono. Pero entonces Stavron entrecerró los ojos recordando algo -¿Tiene que ver con Urien y el exilio?- Preguntó porque eso explicaba porque Desmond y Catherine habían traído el tema a colación y había pedido los diarios - No sabía que había una maldición pero lo que Urien Le Fay hizo fue… atroz. Tengo mis teorías al respecto tras tantos años de aburrimiento pero, por favor, cuéntame toda la historia.
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
La respuesta de Matvey hizo que lo analizará en silencio. Sin duda, algo había sucedido para que acabará tan mal - Y, sin embargo, aquí estás. Tangible para muchos- Añadió como dato interesante en una conversación de espíritus. Tenía lo que él ansiaba pese a estar en paz con su decisión.
Decidió no responder cuando él se lo pidió, Stavron solía ser respetuoso porque había sido educado para ello aunque a veces, con Matvey, tiraba de confianza para saltarse sus solicitudes -Entiendo- Dijo simplemente con un asentimiento seco -Situaciones complicadas necesitan que pasemos por encima de nuestras creencias e, incluso, valores. Lo que me lleva a preguntarme ¿Qué está sucediendo?-
Para no haber recibido contacto continúo de parte de nadie en casi una década, los últimos años habían sido moviditos. Aún así la sonrisa que había permanecido perenne, pero sobria, en los labios de Stavron se borró cuando habló de Catherine -¿Ha muerto?- Preguntó con preocupación pero después cayó en cuenta de la forma en la que Matvey había conjugado o usado sus palabras y frunció el ceño -Sé que puede ser complicado, como padre siempre sentirás que estás fallando. Acostúmbrate- Se llevó la mano a la barbilla con curiosidad -No tienes porque ser lo que ella necesita que seas. Fuiste lo que necesitó en su momento. Catherine tiene que aprender a resolver situaciones por sí misma, ya es suficientemente adulta y quiero creer que ha madurado.
¿En qué le había fallado?
¿A él?
-Vas a tener que darme más información porque a mí no me has fallado en ningún momento- en cuanto mencionó al Consejo puso los ojos en blanco -Al Consejo se le falla siempre. No es una entidad que sea fácil de complacer- Se señaló a sí mismo como máximo ejemplo y luego detuvo las manos al escuchar lo de la maldición.
-No- Fue un solo monosílabo que respondieron tanto Altair como él al unísono. Pero entonces Stavron entrecerró los ojos recordando algo -¿Tiene que ver con Urien y el exilio?- Preguntó porque eso explicaba porque Desmond y Catherine habían traído el tema a colación y había pedido los diarios - No sabía que había una maldición pero lo que Urien Le Fay hizo fue… atroz. Tengo mis teorías al respecto tras tantos años de aburrimiento pero, por favor, cuéntame toda la historia.
Matvey Rasputín
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- Un polizón en el mundo de los espíritus.... - desde aquí...podría acceder al Sanguis Ligno? Era....era el Sanguis Ligno una fracción del mundo de los espíritus representado físicamente en forma de árbol? Eso...eso expresaría su necesidad constante de sacrificios de almas. - Es posible que...todo esto haya sido para bien...
Farfullaba para mi mismo. Mis palabras parecian resonar haciendo eco en mis propios oidos, lo raro que era aquel lugar....
- En resumen....ganamos una guerra contra un enemigo de la humanidad, e iniciamos otra, una guerra civil. Los Pendragon volvieron a Ouroboros reclamando su antiguo puesto en el Consejo. Huelga decir...que las cosas no fueron tan bien como habríamos querido. Tratos, pactos, alianzas rotas, propuestas rechazadas y traiciones....Es muy complejo, han pasado muchas cosas en poco tiempo. - negué con la cabeza a su pregunta, no, no....Catherine estaba viva.
Él decía que no le había fallado pero yo no podía evitar pensar que así era. Sí, Catherine había madurado, pero esa no era la cuestión. La cuestión era que...tampoco podía evitar verla como su hija, pese a todo, pese a todas sus reticencias iniciales.
- Déjame que te cuente el relato... espero que eso de que disponemos de tiempo sea cierto. - si ese lugar se volvía hostil contra mi tendria que invocar los poderes de Valqar y no estaba cien por cien seguro de poder hacerlo sin invocarlo también a él y que volviese a tomar el control. Pero les conté la historia, de como aparecieron los Pendragon. El banquete inicial, sus solicitudes, las primeras hostilidades, nuestras negativas y aplazamientos, la guerra contra Sam en la que acabaron aportando algo... llegando hasta el momento en el que se activó la maldición.
- Damnatio memoriae. Es una maldición que afecta a ambos linajes, a causa del heredero perdido de Urien y Gwenievere, asesinada por su amor. Catherine logró una forma de hacerla visible...es una mancha negra que se extiende por su piel y los va matando. Se aceleró en ese instante y Cath casi pierde a Aedan. Para romper la maldición, se exige el heredero que se le negó al destino. Un hijo de Pendragon y Le Fay. Pese a la guerra que tenemos contra los Pendragon en Ouroboros, Catherine desposó a Wthyr Pendragon para anular dicha maldicion. Se ha convertido en Reina de Avalon y espera un heredero y... - se me frunció el ceño, apreté los puños, visiblemente ofuscado. - Quiero matar a Wthyr Pendragon, quiero acabar con todos y cada uno de ellos. Puedo hacerlo. Podía haberlo hecho ayer mismo. Convertí a uno de sus dragones en un siervo mío, puedo doblegarlos con el poder de los demonios....expulsamos a sus ejércitos de Ouroboros aunque nos dejaron de regalo un retoño de su Sanguis Ligno.
Relajé los musculos, recordándome controlarme a mi mismo.
- Pero no lo hice. Porque Catherine me pidió que lo salvara, porque de algun modo se ha vinculado a él mas allá del simple deber de romper la maldición. Y así es por lo que acabé pactando con este demonio. Dos vidas a cambio de un cuerpo. Me estaba muriendo...si no huía a este lugar, habría acabado conmigo. - dije al ser consciente de que, de volver, podría enfrentarme al mismo problema. No quería acabar en esas condiciones, porque no quería cederle el control a Valqar, y ese era un riesgo. - Aunque no lo haya matado...debo reconocer que me divertí usando un demonio para poseerlo y usar eso como método de salvación. Creo que lo he traumatizado para una buena temporada- pero eso era un secreto, una confesión del tipo de las que solo le hacía a ese espiritu ahi plantado delante de mi.
Farfullaba para mi mismo. Mis palabras parecian resonar haciendo eco en mis propios oidos, lo raro que era aquel lugar....
- En resumen....ganamos una guerra contra un enemigo de la humanidad, e iniciamos otra, una guerra civil. Los Pendragon volvieron a Ouroboros reclamando su antiguo puesto en el Consejo. Huelga decir...que las cosas no fueron tan bien como habríamos querido. Tratos, pactos, alianzas rotas, propuestas rechazadas y traiciones....Es muy complejo, han pasado muchas cosas en poco tiempo. - negué con la cabeza a su pregunta, no, no....Catherine estaba viva.
Él decía que no le había fallado pero yo no podía evitar pensar que así era. Sí, Catherine había madurado, pero esa no era la cuestión. La cuestión era que...tampoco podía evitar verla como su hija, pese a todo, pese a todas sus reticencias iniciales.
- Déjame que te cuente el relato... espero que eso de que disponemos de tiempo sea cierto. - si ese lugar se volvía hostil contra mi tendria que invocar los poderes de Valqar y no estaba cien por cien seguro de poder hacerlo sin invocarlo también a él y que volviese a tomar el control. Pero les conté la historia, de como aparecieron los Pendragon. El banquete inicial, sus solicitudes, las primeras hostilidades, nuestras negativas y aplazamientos, la guerra contra Sam en la que acabaron aportando algo... llegando hasta el momento en el que se activó la maldición.
- Damnatio memoriae. Es una maldición que afecta a ambos linajes, a causa del heredero perdido de Urien y Gwenievere, asesinada por su amor. Catherine logró una forma de hacerla visible...es una mancha negra que se extiende por su piel y los va matando. Se aceleró en ese instante y Cath casi pierde a Aedan. Para romper la maldición, se exige el heredero que se le negó al destino. Un hijo de Pendragon y Le Fay. Pese a la guerra que tenemos contra los Pendragon en Ouroboros, Catherine desposó a Wthyr Pendragon para anular dicha maldicion. Se ha convertido en Reina de Avalon y espera un heredero y... - se me frunció el ceño, apreté los puños, visiblemente ofuscado. - Quiero matar a Wthyr Pendragon, quiero acabar con todos y cada uno de ellos. Puedo hacerlo. Podía haberlo hecho ayer mismo. Convertí a uno de sus dragones en un siervo mío, puedo doblegarlos con el poder de los demonios....expulsamos a sus ejércitos de Ouroboros aunque nos dejaron de regalo un retoño de su Sanguis Ligno.
Relajé los musculos, recordándome controlarme a mi mismo.
- Pero no lo hice. Porque Catherine me pidió que lo salvara, porque de algun modo se ha vinculado a él mas allá del simple deber de romper la maldición. Y así es por lo que acabé pactando con este demonio. Dos vidas a cambio de un cuerpo. Me estaba muriendo...si no huía a este lugar, habría acabado conmigo. - dije al ser consciente de que, de volver, podría enfrentarme al mismo problema. No quería acabar en esas condiciones, porque no quería cederle el control a Valqar, y ese era un riesgo. - Aunque no lo haya matado...debo reconocer que me divertí usando un demonio para poseerlo y usar eso como método de salvación. Creo que lo he traumatizado para una buena temporada- pero eso era un secreto, una confesión del tipo de las que solo le hacía a ese espiritu ahi plantado delante de mi.
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STAVRON LE FAY
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
Asintió, dándole la razón -Yo también he sido polizón en el mundo de los vivos- Expreso con tranquilidad, como si fuera una cosa común -Lo cierto es que tampoco eres el único nigromante del mundo que se pasea por aquí, Matvey- Dejó caer para que supiera que tampoco era tan raro. No se trataba de un unicornio que permite que lo traten de mascota.
-Ah la claridad mental después del caos. Es comprensible que tú mente ahora presente respuestas que antes estaban ocultas- Dijo dándole la razón a su farfullo y entonces se dedicó a escuchar. Su rostro se transformó en un gesto de irritación cuando soltó aquello de que habían comenzado una guerra civil - Estupendo- La ironía marcaba cada letra. Se quedó más tranquilo al saber que Catherine seguía viva así que simplemente escuchó todo los detalles desde la llegada de los Pendragon hasta ese mismo día -Soberbios en su poder han sabido aprovechar la muerte de Snagov- una oportunidad de oro -Astutos y oportunistas. También aprovecharon la debilidad del Consejo a su favor. No puedes negar que han usado bien sus cartas políticas, Matvey, pero parece que su líder es más impulsivo que inteligente- Eso estaba claro.
La cuestión más complicada venía después con la información de la maldición que ataba ambos linajes, aquello hizo que su expresión se relajara a una especie de gesto de entendimiento. Miró hacia Altair un momento, intercambiando una larga y silenciosa mirada con él -Perdido no, Urien mató a ese bebé- Fruto del amor, en el vientre de su madre. Terminó cruzándose de brazos mientras escuchaba que su yerno ya no era Ian sino el crío que lideraba los Pendragon y que ahora su hija era reina de Avalon y Descendiente. Se quedó en silencio, analizando la situación. Avalon era más territorio Le Fay que Pendragon, pero seguramente lo habrían conquistado a base de repetir la historia de Morgana llevando a Arturo allí y esa retahíla se habría pasado de generación a generación, doblegando a cualquiera. Además… los Le Fay se habían mantenido alejados de la isla.
-Pero algún Descendiente tiene una especie de convicción de justicia que no incluye el asesinato ¿No es así?- Arqueó suavemente las cejas -¿Merlín? ¿Xian?- se acercó un par de pasos hacia él -Podría darte una charla moralista sobre por qué si los matas acabarás convirtiéndote en ellos. Pero no estoy vivo y tampoco delante del Consejo- Sonrió levemente -¿Catherine está embarazada esperando al heredero, no? Si la maldición sigue avanzando aún cuando está embarazada puedes usar tu magia negra para impulsar la maldición. Algún demonio seguro lo hace… te lavas las manos y culpas a ese antiquísima maldición- Asintió suavemente pensando que era una forma de hacerlo -A menos que quieras protagonismo y decir que los mataste tú. Pero lo dudo… una vez más, el Consejo marca su límite-
Aún así cuando mencionó que Catherine se había "vinculado" con él, Stavron ladeó la cabeza con curiosidad, Altair se acercó a ambos -¿Vinculado?- Para él esa palabra significaba algo en específico y por eso su tono fue muy particular al decirlo -Pero Catherine estaba con Ian- Dijo un hecho que sí conocía -No lo entiendo- Si solo había un bebé de por medio… es que ni siquiera debía haberse casado aunque estaba claro que su hija, a veces, era muy legal.
La sonrisa de Stavron al oír la confesión de Matvey se ensanchó y acabó riéndose con él -Ah, seguro lo tiene merecido. No es que lo estés describiendo de la mejor manera pero quizás fuera necesario recordarle que no está jugando con dragones de madera. Aún así… me tiene intrigado la reacción de Catherine. ¿Los has visto interactuar juntos? ¿Este hombre la respeta? ¿La trata bien?-
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Asintió, dándole la razón -Yo también he sido polizón en el mundo de los vivos- Expreso con tranquilidad, como si fuera una cosa común -Lo cierto es que tampoco eres el único nigromante del mundo que se pasea por aquí, Matvey- Dejó caer para que supiera que tampoco era tan raro. No se trataba de un unicornio que permite que lo traten de mascota.
-Ah la claridad mental después del caos. Es comprensible que tú mente ahora presente respuestas que antes estaban ocultas- Dijo dándole la razón a su farfullo y entonces se dedicó a escuchar. Su rostro se transformó en un gesto de irritación cuando soltó aquello de que habían comenzado una guerra civil - Estupendo- La ironía marcaba cada letra. Se quedó más tranquilo al saber que Catherine seguía viva así que simplemente escuchó todo los detalles desde la llegada de los Pendragon hasta ese mismo día -Soberbios en su poder han sabido aprovechar la muerte de Snagov- una oportunidad de oro -Astutos y oportunistas. También aprovecharon la debilidad del Consejo a su favor. No puedes negar que han usado bien sus cartas políticas, Matvey, pero parece que su líder es más impulsivo que inteligente- Eso estaba claro.
La cuestión más complicada venía después con la información de la maldición que ataba ambos linajes, aquello hizo que su expresión se relajara a una especie de gesto de entendimiento. Miró hacia Altair un momento, intercambiando una larga y silenciosa mirada con él -Perdido no, Urien mató a ese bebé- Fruto del amor, en el vientre de su madre. Terminó cruzándose de brazos mientras escuchaba que su yerno ya no era Ian sino el crío que lideraba los Pendragon y que ahora su hija era reina de Avalon y Descendiente. Se quedó en silencio, analizando la situación. Avalon era más territorio Le Fay que Pendragon, pero seguramente lo habrían conquistado a base de repetir la historia de Morgana llevando a Arturo allí y esa retahíla se habría pasado de generación a generación, doblegando a cualquiera. Además… los Le Fay se habían mantenido alejados de la isla.
-Pero algún Descendiente tiene una especie de convicción de justicia que no incluye el asesinato ¿No es así?- Arqueó suavemente las cejas -¿Merlín? ¿Xian?- se acercó un par de pasos hacia él -Podría darte una charla moralista sobre por qué si los matas acabarás convirtiéndote en ellos. Pero no estoy vivo y tampoco delante del Consejo- Sonrió levemente -¿Catherine está embarazada esperando al heredero, no? Si la maldición sigue avanzando aún cuando está embarazada puedes usar tu magia negra para impulsar la maldición. Algún demonio seguro lo hace… te lavas las manos y culpas a ese antiquísima maldición- Asintió suavemente pensando que era una forma de hacerlo -A menos que quieras protagonismo y decir que los mataste tú. Pero lo dudo… una vez más, el Consejo marca su límite-
Aún así cuando mencionó que Catherine se había "vinculado" con él, Stavron ladeó la cabeza con curiosidad, Altair se acercó a ambos -¿Vinculado?- Para él esa palabra significaba algo en específico y por eso su tono fue muy particular al decirlo -Pero Catherine estaba con Ian- Dijo un hecho que sí conocía -No lo entiendo- Si solo había un bebé de por medio… es que ni siquiera debía haberse casado aunque estaba claro que su hija, a veces, era muy legal.
La sonrisa de Stavron al oír la confesión de Matvey se ensanchó y acabó riéndose con él -Ah, seguro lo tiene merecido. No es que lo estés describiendo de la mejor manera pero quizás fuera necesario recordarle que no está jugando con dragones de madera. Aún así… me tiene intrigado la reacción de Catherine. ¿Los has visto interactuar juntos? ¿Este hombre la respeta? ¿La trata bien?-
Matvey Rasputín
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- Ya estamos. -le respondí con una ceja alzada cuando me dijo que no era el unico nigromante que habia visto por aqui. Yo comiendome la cabeza por la situación, y el quitándole importancia. No me molestó, al contrario. - Pensaba en el Sanguis de Ouroboros. En que quizá sea una fracción de esto en nuestro mundo, nexo de espiritus.
"ahora tengo un modo de controlarlo. Solo debo regresar"
-No....si no lo niego. Han jugado bien sus cartas. Renunciaron al puesto en el Consejo pero reclamaban control sobre los templos del dragon...tienen muchos vasallos, antiguos linajes que estuvieron en Ouroboros. En general, son poderosos. Tanto, que debieron pensar que sería facil aplastar Ourorboros y tomar el control. - sonreí de lado. - No les dejamos.
Observé el intercambio padre hijo...Stavron recalcó que no se habia perdido, si no que fue asesinado. Un término mucho mas correcto ante el cual asentí.
- Charlas moralistas...? Si llega el momento en el que no me dejan mas remedio...lo haré..... Merlin, Xian, Cohen, Galenus...mas de uno se opusieron. No te creas, yo también he abogado por la paz en ultima instancia. Lo contrario solo nos llevará a destrucción mutua. Pero habia que defenderse y de paso darles una lección. Y sí...lo está, está embarazada. De momento la maldición los ha dejado tranquilos . Aedan, tu nieto, se salvó. - poder hablar con Stavron de todo esto era sumamente necesario para mi. Poder contar con su punto de vista, su opinión, todo. Pues bien era cierto que mi brujula moral se habia visto sacudida recientemente, y estaba a ratos mas cerca de desatar un caos irremediable, también podía volver a poner las aguas en calma.
- Se divorció. Yo tampoco lo entendí al principio, si bastaba con un heredero, por qué toda la boda, los rituales en el Sanguis, la coronación.... ? Temía por Catherine, por que la quisieran para ostentar su poder, acceder a Ouroboros a través de ella.... Por qué tenia que dejar la felicidad de su familia por ese matrimonio? - negué con la cabeza. - Un vínculo mágico. Juraron unos votos ante ese arbol de almas sagrado suyo. El puto espíritu de Charles Pendragon. - ahora iba a enterarse.
Preguntas de padre. Logico que las formulase.
- La protege, por la cuenta que le trae. Y ella se ha resignado a vivir en ese matrimonio y esa situación, con tal de vivir en paz con sus hijos. Y él parece importarle, porque si no no me habría pedido tan a la desesperada que lo sacara de aquel laberinto en Roma. Ni que lo exorcizara después. Hay algo. Algo... - suspiré y dejé caer los hombros....estaba cansado. Pero no lo suficiente como para no cruzar otra pequeña línea de las mías.....
- Vuelve conmigo, volved los dos conmigo. Ahora tengo el poder necesario para traeros de vuelta.
"ahora tengo un modo de controlarlo. Solo debo regresar"
-No....si no lo niego. Han jugado bien sus cartas. Renunciaron al puesto en el Consejo pero reclamaban control sobre los templos del dragon...tienen muchos vasallos, antiguos linajes que estuvieron en Ouroboros. En general, son poderosos. Tanto, que debieron pensar que sería facil aplastar Ourorboros y tomar el control. - sonreí de lado. - No les dejamos.
Observé el intercambio padre hijo...Stavron recalcó que no se habia perdido, si no que fue asesinado. Un término mucho mas correcto ante el cual asentí.
- Charlas moralistas...? Si llega el momento en el que no me dejan mas remedio...lo haré..... Merlin, Xian, Cohen, Galenus...mas de uno se opusieron. No te creas, yo también he abogado por la paz en ultima instancia. Lo contrario solo nos llevará a destrucción mutua. Pero habia que defenderse y de paso darles una lección. Y sí...lo está, está embarazada. De momento la maldición los ha dejado tranquilos . Aedan, tu nieto, se salvó. - poder hablar con Stavron de todo esto era sumamente necesario para mi. Poder contar con su punto de vista, su opinión, todo. Pues bien era cierto que mi brujula moral se habia visto sacudida recientemente, y estaba a ratos mas cerca de desatar un caos irremediable, también podía volver a poner las aguas en calma.
- Se divorció. Yo tampoco lo entendí al principio, si bastaba con un heredero, por qué toda la boda, los rituales en el Sanguis, la coronación.... ? Temía por Catherine, por que la quisieran para ostentar su poder, acceder a Ouroboros a través de ella.... Por qué tenia que dejar la felicidad de su familia por ese matrimonio? - negué con la cabeza. - Un vínculo mágico. Juraron unos votos ante ese arbol de almas sagrado suyo. El puto espíritu de Charles Pendragon. - ahora iba a enterarse.
Preguntas de padre. Logico que las formulase.
- La protege, por la cuenta que le trae. Y ella se ha resignado a vivir en ese matrimonio y esa situación, con tal de vivir en paz con sus hijos. Y él parece importarle, porque si no no me habría pedido tan a la desesperada que lo sacara de aquel laberinto en Roma. Ni que lo exorcizara después. Hay algo. Algo... - suspiré y dejé caer los hombros....estaba cansado. Pero no lo suficiente como para no cruzar otra pequeña línea de las mías.....
- Vuelve conmigo, volved los dos conmigo. Ahora tengo el poder necesario para traeros de vuelta.
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052042
STAVRON LE FAY
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
-Es una opción. Esto no deja de ser una especie de…- Movió la mano de forma vaga - dimensión con su propio espacio-tiempo para las almas-. El análisis sobre los Pendragon hizo que asintiera. Le gustaría saber qué linajes acompañaban al de Arturo Pendragon y cómo se organizaba su estructura interna dado que hablaban de Reyes ¿Tendrían su propia mesa redonda? Si era así, Wthy tenía unos consejeros que dejaban mucho que desear.
-Te han dado una charla tras vencer. Muy típico. Si hubieseis perdido te habrían dado otro tipo de charla, también moralista pero más destinada a evaluar cuál es el limite a pasar y cual no- Paz… ¿Cómo conseguir la paz cuando tenías a dos gallos de pelea? -Sigo sin entender qué tiene que ver el Consejo con el imperio de los Pendragon, sinceramente. Nunca metieron las narices en tierra…Me extraña-
Asintió a lo de Catherine embarazada. Menudo niño milagro. Lo siguiente le pareció aún un poco más enrevesado y frunció el ceño sin llegar a comprender nada, vamos, igual que Matvey -¿Qué rituales frente al Sanguis? ¿Por qué quieren coronar a una Descendiente como Reina? ¿Por qué quieren volver a poner en el trono a una Le Fay que puede cuestionar, con argumentos sólidos, toda la autonomía del linaje Pendragon en Avalon?- Las preguntas seguían y seguían formándose en su cabeza y Altair intervino en ese momento -Alianzas políticas. Los hijos de Catherine seguirán siendo Descendientes, tienen acceso al Consejo aunque el primogénito sea Aedan, seguirán unidos a Ouroboros- Stavron lo observó en silencio, analizándolo todo -Catherine no se mueve por alianzas políticas. Se casó con un licántropo, Altair- Resaltó recordándole el curriculum vitae de su antiguo yerno. No, ella no le vería beneficio a eso.
-Un vínculo mágico- Stavron tenía que hablar con su hija. Sí… Al menos a través de Matvey -Rituales ante un árbol… Asumo que hubo sangre de por medio- El Le Fay apartó la mirada hacia el horizonte pensando en lo que podría significar -Quizás necesitaban la sangre de Catherine para volverse más poderosos en Ávalon- Soltó, elaborando teorías varias -Y les venía como anillo al dedo el tema de la maldición. ¿No percibes como si hubiese…- Movió otra vez las manos como queriendo atrapar algo pero se deslizaba entre sus dedos como la arena -...Demasiadas coincidencias?- Explicó -Todo encaja-
¿Destino?
No era muy fanático de esa palabra.
Escuchar ese “hay algo” hizo que Stavron le mirara y sonriera -Probablemente, algún sueño infantil de construir una familia diferente a la que tuvo- Bien sabía cómo había crecido Catherine…y todos sus hijos. No le extrañaba.
Sonrió, finalmente, de forma amplia ante la última frase de Matvey -Estamos listos cuando tú lo estés. Llevamos esperando algo de tiempo…- Miró a su hijo y luego a Matvey -Aunque pensamos que lo haría Catherine, supongo que ha estado ocupada como para estudiar lo necesario del ritual-
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
-Es una opción. Esto no deja de ser una especie de…- Movió la mano de forma vaga - dimensión con su propio espacio-tiempo para las almas-. El análisis sobre los Pendragon hizo que asintiera. Le gustaría saber qué linajes acompañaban al de Arturo Pendragon y cómo se organizaba su estructura interna dado que hablaban de Reyes ¿Tendrían su propia mesa redonda? Si era así, Wthy tenía unos consejeros que dejaban mucho que desear.
-Te han dado una charla tras vencer. Muy típico. Si hubieseis perdido te habrían dado otro tipo de charla, también moralista pero más destinada a evaluar cuál es el limite a pasar y cual no- Paz… ¿Cómo conseguir la paz cuando tenías a dos gallos de pelea? -Sigo sin entender qué tiene que ver el Consejo con el imperio de los Pendragon, sinceramente. Nunca metieron las narices en tierra…Me extraña-
Asintió a lo de Catherine embarazada. Menudo niño milagro. Lo siguiente le pareció aún un poco más enrevesado y frunció el ceño sin llegar a comprender nada, vamos, igual que Matvey -¿Qué rituales frente al Sanguis? ¿Por qué quieren coronar a una Descendiente como Reina? ¿Por qué quieren volver a poner en el trono a una Le Fay que puede cuestionar, con argumentos sólidos, toda la autonomía del linaje Pendragon en Avalon?- Las preguntas seguían y seguían formándose en su cabeza y Altair intervino en ese momento -Alianzas políticas. Los hijos de Catherine seguirán siendo Descendientes, tienen acceso al Consejo aunque el primogénito sea Aedan, seguirán unidos a Ouroboros- Stavron lo observó en silencio, analizándolo todo -Catherine no se mueve por alianzas políticas. Se casó con un licántropo, Altair- Resaltó recordándole el curriculum vitae de su antiguo yerno. No, ella no le vería beneficio a eso.
-Un vínculo mágico- Stavron tenía que hablar con su hija. Sí… Al menos a través de Matvey -Rituales ante un árbol… Asumo que hubo sangre de por medio- El Le Fay apartó la mirada hacia el horizonte pensando en lo que podría significar -Quizás necesitaban la sangre de Catherine para volverse más poderosos en Ávalon- Soltó, elaborando teorías varias -Y les venía como anillo al dedo el tema de la maldición. ¿No percibes como si hubiese…- Movió otra vez las manos como queriendo atrapar algo pero se deslizaba entre sus dedos como la arena -...Demasiadas coincidencias?- Explicó -Todo encaja-
¿Destino?
No era muy fanático de esa palabra.
Escuchar ese “hay algo” hizo que Stavron le mirara y sonriera -Probablemente, algún sueño infantil de construir una familia diferente a la que tuvo- Bien sabía cómo había crecido Catherine…y todos sus hijos. No le extrañaba.
Sonrió, finalmente, de forma amplia ante la última frase de Matvey -Estamos listos cuando tú lo estés. Llevamos esperando algo de tiempo…- Miró a su hijo y luego a Matvey -Aunque pensamos que lo haría Catherine, supongo que ha estado ocupada como para estudiar lo necesario del ritual-
Matvey Rasputín
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- Eso ha cambiado mucho, Stavron. Tomamos parte en la guerra. Pero no es por eso.... - negué con la cabeza, para tratar de explicarselo. - Aunque tras la boda de Catherine con Wthyr renuciaron a su peticion formal de puesto en el Consejo... - porque si, evidentemente, al nacer su hijo, tendrían a un Pendragon para acceder en heredad a dicho puesto. - ...querian permanecer en la isla como ciudadanos de Ouroboros. El Consejo no permite que sus ciudadanos, o que los propios miembros del Consejo nos dediquemos a impulsos imperialistas o de conquista, imponiendo criterio y poder sobre los pueblos a los que van. Es simple. Si quieres ser de Ouroboros, Ouroboros tiene esas reglas. Es como si quieres unirte a la puñetera union europea, hay unas normas que cumplir... es como si Rusia hubiese pedido unirse a ella en el 2022...cómo iban a dejarles? No cumplen con los requisitos. No estaban dispuestos a cumplir. - no se lo había explicado así a nadie hasta ahora. - Es lo que no lograron entender cuando les dimos el ultimatum para marcharse.
"pero estoy desvariando...."
- Sangre, votos, juramentos. El Sanguis Ligno lo aprobó. Se mueven por lo que les dicta ese árbol dios. - justamente, lo que decía Stavron. Coincidimos en lo mismo. - No es solo política. Su interés en los templos antiguos de Ouroboros...
Ante mi propuesta final, Stavron sonrió y aceptó sin titubear un solo instante. Mentiría si dijera que no me sorprendió la velocidad con la que aceptó, como si lo hubiese estado esperando, cosa que afirmó habia sido asi. Al final...despacio, esbocé una sonrisa leve, pero que se intuía bien en los ojos.
- Disculpe usted, señor muerto. Eres muy exigente con eso de que te mate y luego te resucite. - una cosa más. - ni una palabra de lo del demonio. El Consejo no se lo tomaría bien. Tengo que hacer los preparativos. Con el poder de Valqar puedo traer vuestros espíritus al mundo de los vivos...solo necesito encontrar los recipientes aptos para vosotros. Y de donde vengo, con lo que he presenciado, no creo que me falten. Cuando los tenga, haremos el ritual.
Ahora debía usar los poderes del demonio para sacarnos de alli. Sabía que con la piedra de los tres mundos, podia irme yo. Pero no llevarme a esos espiritus conmigo, para portar pasajeros deberia recurrir a los saberes del Halaku. Ligarlos a algun objeto de momento, sabía que tenia esa capacidad.
- Si me descontrolo de nuevo... - miré las lineas que habia trazado a sangre y heridas en la piel. Si Catherine no me odiaba después de todo esto, tendría que pedirle algunos tatuajes. - tendréis que ayudarme.
"pero estoy desvariando...."
- Sangre, votos, juramentos. El Sanguis Ligno lo aprobó. Se mueven por lo que les dicta ese árbol dios. - justamente, lo que decía Stavron. Coincidimos en lo mismo. - No es solo política. Su interés en los templos antiguos de Ouroboros...
Ante mi propuesta final, Stavron sonrió y aceptó sin titubear un solo instante. Mentiría si dijera que no me sorprendió la velocidad con la que aceptó, como si lo hubiese estado esperando, cosa que afirmó habia sido asi. Al final...despacio, esbocé una sonrisa leve, pero que se intuía bien en los ojos.
- Disculpe usted, señor muerto. Eres muy exigente con eso de que te mate y luego te resucite. - una cosa más. - ni una palabra de lo del demonio. El Consejo no se lo tomaría bien. Tengo que hacer los preparativos. Con el poder de Valqar puedo traer vuestros espíritus al mundo de los vivos...solo necesito encontrar los recipientes aptos para vosotros. Y de donde vengo, con lo que he presenciado, no creo que me falten. Cuando los tenga, haremos el ritual.
Ahora debía usar los poderes del demonio para sacarnos de alli. Sabía que con la piedra de los tres mundos, podia irme yo. Pero no llevarme a esos espiritus conmigo, para portar pasajeros deberia recurrir a los saberes del Halaku. Ligarlos a algun objeto de momento, sabía que tenia esa capacidad.
- Si me descontrolo de nuevo... - miré las lineas que habia trazado a sangre y heridas en la piel. Si Catherine no me odiaba después de todo esto, tendría que pedirle algunos tatuajes. - tendréis que ayudarme.
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STAVRON LE FAY
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
Evidentemente, tenía la información a medias porque en cuanto Matvey le informó que querían mantenerse como ciudadanos de Ouroboros entendió la oposición al Imperio. No dijo nada, simplemente asintió haciéndole entender a su amigo que había comprendido perfectamente a lo que se refería -O no lo habéis explicado bien- Señaló con tranquilidad -Pero es posible que hayan tenido un arrebato de orgullo y quieran, simplemente, tenerlo todo. Lamentablemente, no se puede. Es como lidiar con un niño en un berrinche Matvey- Indicó y aquello le robó una sonrisa a Altair porque sabía perfectamente que se refería a él.
-La vinculación con Catherine es, en todo caso, lo que más me preocupa. Necesito hablar con ella. Y con él- De repente también podía traumatizarlo un poco, como buen suegro. Conocía a los revenant, no de primera mano, pero cuando contemplas la idea de morir… bueno, también contemplas como escabullirte.
-Ah, soy exigente con todo. Altair estaba de camino a gestionar la situación pero Elise decidió jugar con algo más grande que ella. Y Catherine, bueno, parece que ha tenido mucho en su plato últimamente. ¿No te preguntó nada sobre los revenant? - Resumió y luego le observó escuchando aquello del demonio -Y yo preferiría que no supieran de mi regreso por el momento - Ambos asintieron y Stavron hizo una reverencia exagerada y dramática, intercambiando luego una sonrisa con Matvey -Como nuestro nigromante ordene-
-Por supuesto- No había lugar a dudas. No podían dejar que el demonio y menos aquel que parecía poseerlo y tener poderes sobre el ámbito de las almas en un nivel superior a Matvey estuviera haciendo de las suyas porque entonces bien podía enviarlos de nuevo allí.
Espíritu ~ Miembro del Linaje Le Fay
Evidentemente, tenía la información a medias porque en cuanto Matvey le informó que querían mantenerse como ciudadanos de Ouroboros entendió la oposición al Imperio. No dijo nada, simplemente asintió haciéndole entender a su amigo que había comprendido perfectamente a lo que se refería -O no lo habéis explicado bien- Señaló con tranquilidad -Pero es posible que hayan tenido un arrebato de orgullo y quieran, simplemente, tenerlo todo. Lamentablemente, no se puede. Es como lidiar con un niño en un berrinche Matvey- Indicó y aquello le robó una sonrisa a Altair porque sabía perfectamente que se refería a él.
-La vinculación con Catherine es, en todo caso, lo que más me preocupa. Necesito hablar con ella. Y con él- De repente también podía traumatizarlo un poco, como buen suegro. Conocía a los revenant, no de primera mano, pero cuando contemplas la idea de morir… bueno, también contemplas como escabullirte.
-Ah, soy exigente con todo. Altair estaba de camino a gestionar la situación pero Elise decidió jugar con algo más grande que ella. Y Catherine, bueno, parece que ha tenido mucho en su plato últimamente. ¿No te preguntó nada sobre los revenant? - Resumió y luego le observó escuchando aquello del demonio -Y yo preferiría que no supieran de mi regreso por el momento - Ambos asintieron y Stavron hizo una reverencia exagerada y dramática, intercambiando luego una sonrisa con Matvey -Como nuestro nigromante ordene-
-Por supuesto- No había lugar a dudas. No podían dejar que el demonio y menos aquel que parecía poseerlo y tener poderes sobre el ámbito de las almas en un nivel superior a Matvey estuviera haciendo de las suyas porque entonces bien podía enviarlos de nuevo allí.
Matvey Rasputín
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Era posible que no se lo hubiese explicado bien a Wthyr y que no lo hubiese entendido? Lo dudaba mucho...veía más factible la versión del orgullo, de la incapacidad de recular y aceptar un error o desdecirse en una decisión tan importante como lo era su campaña de expansión.
De cualquier modo, entendía que las preocupaciones de Stavron fueran mas para con su hija que para con el Consejo.
- Con él también. - aquello iba a ser interesante.
- Sabes, habría sido mucho más facil si me hubieses dejado instrucciones sobre como querias que fuera tu funeral, Stavron. - le reproché, porque si me habia estado lanzando indirectas acerca de su vuelta al mundo de los vivos....antes de que lo matara yo, lo habia hecho fatal. La verdad. - Claro que me lo preguntó. Y en parte se lo quité de la cabeza.
Entonces, guardaríamos los secretos, mutuamente. Tanto de su regreso como del hecho de que yo seguiría portando a Valqar sellado en mi interior.
Me aparté de ellos un par de pasos, concentrándome. Debía invocar los poderes de Valqar, pero me valí del uso de la piedra de los tres mundos para no ser tan dependiente de su poder. Resultó complicado al principio, usar sus poderes, comunicarme con él sin llamarlo del todo pero...con los sellos de contención dibujados, fue mas seguro. Al final logré abrir una brecha. En teoria solo el demonio podría salir de ahi pero...tal era mi voluntad de transportar pasajeros. Ligué sus espíritus a mi daga y a mi báculo, uno en cuada cual, abandonando por fin el reino de los muertos para retornar al de los vivos...
Un regreso que cambiaría las cosas para más de uno, ya fuera para bien...o para mal. Solo el destino lo sabía.
De cualquier modo, entendía que las preocupaciones de Stavron fueran mas para con su hija que para con el Consejo.
- Con él también. - aquello iba a ser interesante.
- Sabes, habría sido mucho más facil si me hubieses dejado instrucciones sobre como querias que fuera tu funeral, Stavron. - le reproché, porque si me habia estado lanzando indirectas acerca de su vuelta al mundo de los vivos....antes de que lo matara yo, lo habia hecho fatal. La verdad. - Claro que me lo preguntó. Y en parte se lo quité de la cabeza.
Entonces, guardaríamos los secretos, mutuamente. Tanto de su regreso como del hecho de que yo seguiría portando a Valqar sellado en mi interior.
Me aparté de ellos un par de pasos, concentrándome. Debía invocar los poderes de Valqar, pero me valí del uso de la piedra de los tres mundos para no ser tan dependiente de su poder. Resultó complicado al principio, usar sus poderes, comunicarme con él sin llamarlo del todo pero...con los sellos de contención dibujados, fue mas seguro. Al final logré abrir una brecha. En teoria solo el demonio podría salir de ahi pero...tal era mi voluntad de transportar pasajeros. Ligué sus espíritus a mi daga y a mi báculo, uno en cuada cual, abandonando por fin el reino de los muertos para retornar al de los vivos...
Un regreso que cambiaría las cosas para más de uno, ya fuera para bien...o para mal. Solo el destino lo sabía.
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