Moulin Noir

Estaba aburrido. Incluso las almas solitarias como la de William necesitan relajarse en un sitio lleno de idiotas y borrachos, siendo invitado por alguien o simplemente huyendo sin pagar al no tener dinero. Es por eso que tras mucho tiempo entre ruinas y bosques silvestres, Will decidió asomarse por el barrio donde quedaba el tan reconocido bar Moulin Noir. Los licántropos no pueden emborracharse con facilidad, pero eso no quita que no sea divertido el ambiente y siempre se puede conocer a alguien interesante (que pague tu cuenta). Claro, Malek decidió no acompañarlo porque no le gustaban los escándalos de los humanos al ver un animal salvaje entre ellos.

Subiendo por la escalinata a su destino, sus sentidos captaron varias circunstancias caóticas en las afueras del bar. El zumbido que parecía de un cable de tensión liberando electricidad al haberse roto, gritos y caos en general.... El olor a quemado de la carne y madera, así como el de la sangre. Parecía que su esperada noche de juerga se había ido al caño antes de empezar siquiera.

─¡Oh vamos! ¡Si van a montar una pelea en el bar al menos esperen a que llegue  yo!─

Gruñó, terminando de subir la escalinata para ser recibido por una vista inusual. Se trataban de un hombre colapsado en el suelo, otro adulto picoteando el rostro del primero con un dedo como si se tratara de un niño pequeño pullando un bicho con una rama para ver si se mueve y una mujer inclinada sobre el tipo en el suelo, vaya dios a saber haciendo que.

─¿Eh? ¿No pudo con el alcohol o que?─

Preguntó mientras se acercaba a ellos, solo para percatarse que el aroma a sangre y a quemado provenia del tipo en el suelo.

─Oh...este es el muerto. ¡Me pido la billetera y el reloj!─

Anunció en voz alta mientras se acercaba a la escena, pues lo que a sus ojos ocurría era que el par se encontraban hurtándole las pertenencias al borracho/herido/muerto. En este mundo, ya no se sabe que es quien con solo verlo.

-Ah, no, pero si Tesla está muy tranquilo, ¿No ves qué tranquilo está Tesla? Testa tiene la situación bajo control, aunque parece que los remedios de Tesla hoy no quieren funcionar. Qué raro, porque siempre funcionan-

Mentira, pero es una excusa de lo más buena. En realidad muchos de los cachivaches que invento terminan por explorar hasta que logro dar con  el que funciona. Ensayo-error. Pero eso ella no lo tiene porqué saber. No aún. Ya veremos en el futuro… en cualquier caso dejo que haga, quedándome con la copla de la boca y el cuello, me lo apunto en la memoria, siempre viene bien saber cosas de resucitación de casi-muertos. Es útil y aún estamos a tiempo, porque admin no ha cambiado el rango.
Cuando me ordena que me quede vigilando asiento y me retiro un poco, porque Tesla es un chico obediente, cuando le da la gana de obedecer claro, dejando que la otra siga haciendo cosas que por supuesto no entiendo. Le miro con cierta reticencia cuando me dice que es la original, sin llegar a terminar de creerla pues todos los alternos decían que eran los originales. Pero eso lo hacían para confundir a Tesla, hasta que Tesla les descubría en sus cochinas mentiras. En cualquier caso, la muchacha parece que sabe lo que hace y que sus intenciones son arreglar a Lucio y eso a Markus le gusta. Y mucho.

-Oye oye oye oye, los juguetes de Markus no se tocan. Lucio es mío mío mío mío mío. Y su billetera también. Todo es de Markus: la billetera y el reloj también-

Parece que la paz y la tranquilidad no duran mucho pues, cuando llega el nuevo tipo, Markus lo ve como un ataque a sus posesiones y se lanza encima del comatoso Lucio para protegerle, tapándole todo lo que su espigado cuerpo da para cubrir. Nadie toca los juguetes de Markus si Markus no deja que se los toquen. La chica termina por irse a negociar con el tipo cosas que a Markus le dan igual, porque él ahora quiere probar las nuevas técnicas de salvación aprendidas: coloca la mano sobre el cuello de Lucio, apretando, y pega la oreja en la boca del caído. Si la técnica funciona, Markus la usará siempre que pueda.

No ha faltado mucho para que la tropelía cometida contra mí me mande al otro mundo, un poco más y sería un fiambre tirado en medio de la calle. Por fortuna no ha sido así, gracias a la rápida intervención de Tesla y la  ayuda de la recién llegada Alayne. Comienzo a recobrar el conocimiento poco a poco tras varios minutos, aunque mi pulso sigue siendo bastante débil y mi respiración muy superficial. Todavía no consigo abrir los ojos, aunque me llegan fragmentos de conversaciones un tanto lejanos e ininteligibles.

Lo único que escucho más claro es algo así como que se van a quedar con mi reloj y mi cartera. Lo que me faltaba, encima de medio muerto, robado. Trato de removerme un poco, emitiendo un leve quejido al notar el peso de algo sobre mí. Al abrir los ojos me doy cuenta de que es una persona que se me ha tirado encima, nada más y nada menos que Tesla. Tardo unos segundos en reubicarme y recordar lo que ha pasado, por eso me alarmo al pensar que todavía hay peligro. Además la boca me sabe a sangre y no creo que eso sea muy buena señal.

- ¿Tesla...? ¿qué...? - trato de incorporarme lentamente para sentarme, aunque todo me da vueltas y me siento tremendamente débil.  También veo por allí cerca a la chica que se presentó como nuevo miembro del consejo hace unas semanas, hablando con un hombre que desconozco.  -  ¡Alayne! ¡Tenemos que marcharnos de aquí! puede que ellos sigan cerca, los que me han atacado.- miro alrededor con gesto de desasosiego, pensando que ahora mismo estamos en una situación de emboscada perfecta. Tres del grupo de los Descendientes juntos.

- ¿Han atacado a alguien más? Nunca había visto un ataque como ese...creí que...que iba a morir. - murmuro con la mirada perdida al frente, recordando el momento en el que aquella extraña calavera absorbía mi energía hasta casi hacerme fenecer. El simple hecho de recordarlo me produce un escalofrío que recorre todo mi cuerpo.

─Tenemos un trato.─

Vaya vaya. ¿Dos mil libras por llevar un cadáver? Ojalá todos sus trabajos fueran así de fáciles y bien remunerados. Una sonrisa expectante se apoderó del rostro del licánropo, toda vez que pasó de la idea de robar a un cadáver a tener un prospecto de bastante mayor ganancia.

Con pasos pesados se acercó, notando como el hombre delgado junto al "muerto" se le tiraba encima para...¿protegerlo? Y momentos después el cadáver revivía cual comatoso de cuento de hadas. Definitivamente, hoy en día no se sabe que es quien hasta que se lo ve. Los ladrones pasan a ser amigos, los muertos a vivos en un abrir y cerrar de ojos.

─Hmm...ya no es un muerto y no puedo quedarme con sus cosas. Cobraré más.─

Se acercó, sus pesados pasos aproximándose a la situación bizarra frente a sus ojos, sin hacer preguntas de quienes eran o que había pasado. Es la actitud más "profesional" (en realidad es porque no le importaba un bledo mientras le pagaran). Lo único que entendía es que querían salir de ahí, que estaban persiguiéndolos y que ese tal Tesla estaba algo loco pero era divertido. Una resoplido entretenido escapó a sus labios al oírlo hablar, pues entre más hablaba más preguntas le hacia pensar. Oh, pero trabajo es trabajo.

─Ehm... ¿Tesla?...─ repitió al determinar el nombre del hombre más delgado de los dos─...Si, la billetera y todo es tuyo. Pero debo llevarlo a un lugar seguro por ordenes de la "jefa".─

Anunció con burla y se inclinó ante el par de hombres en el extraño abrazo, sujetando a Tesla del cuello de la camisa como si fuera un gato para usar su fuerza superior y levantarlo para separarlo del hombre yaciente. Le dedicó una mirada a su contratista, indicándole que como no sabia lidiar con ese hombre demente, dejaría que alguien que lo conocía lo convenciera.

─Señor Zombie, supongo tienes ganas de contarles que hay del otro lado del túnel pero puedo entender que este no es el mejor lugar para hacerlo.─

Sujetó sin mucha consideración del cuello de la camisa al hombre-cargamento (a este por el pecho) y se giró a si mismo girando para intentar posicionarlo sobre su espalda cual costal de papas. Debido a su naturaleza lycan, el peso de un adulto era juego de niños para él.

─"Jefa", dígame a donde le llevo el equipaje.─

Tesla no se puede callar y por eso Tesla postea. Me siento encima de Lucio cuando por fin se recupera, aplaudiendo feliz porque he conseguido salvar a Lucio de la luz del más allá, la misma que se llevó a Caroline. No sé quién es esa tal Caroline o si es prima lejana de Catherine, pero parece que sí ya que se llaman igual. Está clara que mi sistema de salvación de personajes funciona a la perfección y que por tanto voy a implementar en mi día a día. Me voy a apuntar a una ONG, estos conocimientos deben pasar de boca en boca
“Tesla es un genio. Y Tesla lo sabe”

- ¡Juguete digo…. Lucio! Qué bueno que estés bien. Yo te he salvado sabes, aprendí la técnica que me enseñó la Flamel original (porque me ha dicho que no era la alternativa) y te he curado, evitando que administrador te cambiara el rango. Qué susto. Pero ya estás bien. Aquí no hay más nadie que señor extraño, Flamel original y Tesla.-

Siento como me agarran del cuello de la camisa para levantarme del encima de Lucio y así dejar que se levante. Escucho lo que me dicen, desconfiando y entrecerrando los ojos, especialmente cuando me tratan como si fuera tonto. Porque Tesla es muy listo y ha entendido claramente el tonito con el que me hablan.

-Tesla no confía en los espías, porque Tesla no espía. Solo cotillea o pega la oreja cuando otros hablan. Yo conocí a la Descendiente de Matahari. Se la cargaron por meter la nariz donde no debía. A nosotros no nos va a pasar eso porque sabemoz lo que va a ocurrir porque somos muy listos-

Me doy unos golpecitos en la frente para demostrar cuán inteligentes somos. Pero a pesar de desconfiar un poco termino por ceder porque creo que tienen razón en eso de proteger a Lucio. Asiento, me suelto del agarre de Will y me acerco a Lucio, cogiéndole de la manita, que en realidad es una mano más grande, morena y velluda que la mía, pero para Tesla es 'manita’.

-Muy bien. Tesla protegerá a Lucio para que no le hagan pupa. Si le cojo de la manita no se va a perder, y así en el camino le cuenta a Tesla qué es eso del túnel que dice ese señor tan raro…-

Y así nos vamos, interrumpiendo la cháchara de los cuatro con canciones infantiles, así hasta que llegamos a Ouroboros.

Por cercanía, habíamos acabado en el Moulin. Y porque ademas, yo no quería ver la Posada de los Muertos ni en pintura. No aun. Aunque tambien fuese un tugurio para criaturas magicas y ademas con contratos de vez en cuando para mercenarios...pero no.

Asi que llegamos hasta este lugar en relativo silencio, Crasulaceo, Neylan y yo. Yo por mi parte, miraba para varios lados de vez en cuanto, un tanto nervioso por tener compañia, a decir verdad. Estar con gente de nuevo a la que no tenía que cargarme o que no eran enemigos potenciales...aun asi tenia los reflejos afilados hasta el punto de ser molesto. Crasulaceo parecia incomodo. Neylan demasiado cómoda.

Y yo...con las manos enterradas en los bolsillos, y pegando caladas compulsivas a aquel cigarro, y luego al siguiente. Al menos tenia algo de alchol que habia intercambiado a la mujer por tabaco.

La entrada al Moulin siempre suponia un cambio drastico con lo referente al exterior. Musica, gente algo mas relajada, voces.... la ultima vez que estuve en un sitio asi fue en el burdel y acabó mal para todos porque apareció un humano de la Alianza.

- No os distraigais demasiado...allá, esa mesa estará bien.

Chasqueé los dedos para llamar la atencion de la camarera y que nos trajera algo.
- A mi lo mas fuerte que tengas, por favor. Y...y....y ya está. ¿gracias?

"deberias haberte limpiado la sangre de la cara"

Me di cuenta del detalle y me forté la mejilla con la manga, esperando conseguir algo. Miré a mis dos compañeros de modo alternativo en lo que tardaban en traernos la bebida, pero acabé concentrandome en la mujer por una pregunta obvia.
-No se te hace raro ver... elfos oscuros como nosotros en la superficie?

Y así, sin comerlo ni beberlo, había acabado siendo arrastrado hasta una taberna por un par de desconocidos. Cierto es que el drow no es completamente desconocido, al menos no lo era hace ya bastantes años. Lo que es ahora no parece que tenga nada que ver con lo que fue, pues no creo que sea muy normal reencontrarte con tu primo al lado de una pila de cadáveres y cubierto de sangre. Me gustaría saber qué le ha pasado, pero a la vez también me da algo de miedo tratar con él. Al final no me queda otra que acompañar al par de dos a beber como borrachos, cosa que parece hacerle más ilusión a la marmota que a mi. Entro en la taberna con timidez, mirando alrededor como un pueblerino llegando a la capital. Tanto tiempo viviendo en el metro sin casi salir me ha pasado factura.

Obedezco sin chistar a las órdenes de Dyospiros, sentándome torpemente en la mesa que él propone. El banco es incómodo y estoy algo estrecho. Cuando yo ponga mi propio local será mucho mejor que este sitio con pretensiones. Pido un zumo de calabaza para mí, haciendo gestos con la mano a la marmota cuando se pone a chupetear el alcohol que hay en el suelo.

- ¡Ground, no! ¡tienes que desintoxicarte!- la pobre sigue triste por la falta de su amo, que fue el culpable de engancharla al alcohol. Un par de viejos borrachos, solitarios y amargados. Suelto un leve suspiro, mirando alternativamente a la rubia y al primo sin saber muy bien qué decir o de qué hablar. No, los tipos que ha matado antes no son una opción de tema de conversación, y esta situación es rara a más no poder. Pego un pequeño respingo en el momento en que ella se dirige a mi como Crustáceo, tartamudeando al principio al responder. - E-en realidad es Crasuláceo. Los crustáceos son lo de las sopas. Hace mucho que no como unos, pero podría prepararos cualquier comida con ellos. Nelyan...¿no? - carraspeo al intentar seguir un poco la conversación con ella, pensando como podría aprovechar esta situación a mi favor para poder cumplir mi objetivo. - Es raro ver drows en la superficie, en realidad casi no salgo del metro. Pero estaba preparándome para montar un negocio, y necesitaré gente que lo vigile para que nadie moleste a los clientes. ¿Conocéis a alguien de confianza para ese trabajo? - pueden ofrecerse ellos, si quieren, aunque por ahora me dan más miedo que otar cosa. Ya veremos.

Cojo el vaso de zumo de calabaza cuando me lo traen, dando un trago mientras Nelyan nos insta a ponernos al día. Miro con cierta reticencia a los pies que ha subido a la mesa, pensando que mi madre le diría un par de cosas sobre aquello. Después alzo la mirada hacia Dyospiros, pensando un 'no me mates'.

- Bueeeno, ponernos al día...no sé. Es que creo que él ha cambiado mucho. Y...creo que ha tenido malas compañías en la vida. Tal vez le vendría bien llevar una vida más sana.

"y ese pelo que lleva, es de maleante"

La camarera vino rapido con nuestras bebidas: un zumo de calabaza para Crasuláceo, una jarra de cerveza fría para Nelyan y una botella oscura acompañada por un vaso para mi. Dejó a cada uno nuestras bebidas, a mi me llenó el vaso e iba a llevarse la botella con la que me lo habia llenado cuando sujeté su muñeca de modo raudo  einesperado, como solo un drow podría moverse.

-No, deja eso aqui. - dije con un aire muy sepulcral. La muchacha dejó tambien la botella y se marchó. Arrugué la nariz cuando nos llamó "fosforo" y "crustaceo" respectivamente.
- Tan difíciles son los nombres drow para la gente de la superficie...? - le dije llevandome el vaso a los labios, y, sin oler si quiera, pegué un trago de aquello que me habian traido. Era alcohol puro. Absenta. Lo reconocí en seguida. El trago fue bastante grande, lo cual me hizo carraspear porque aquello quemaba por donde pasaba. Contemplé con cierta curiosidad como la mujer apagaba el cigarro en su lengua...evidentemente eso tenia que quemar...
me cuestioné el por qué de hacerlo de esa manera. - Aunque...ni si quiera son nombres drow, que coño digo? Y tú, deja a la marmota que al menos sea feliz

Le gruñí a mi primo para que dejase beber a Ground lo que  quisiese. Ya le habia arrebatado al dueño, no le iba a arrebatar tambien el vicio...miré a Nelyan de reojo cuando subió los pies a la mesa tan despreocupadamente y me acabé de una mi vaso de abseta, rellenándolo de nuevo y bebiendo otra vez. Lo dejé vacío de nuevo, con fuerza, sobre la mesa, exhalando.
- Asi que has estado viviendo en el metro? Chico listo.  Que clase de negocio? - pregunté de modo un poco brusco, rellenando por tercera vez mi vaso de absenta. No se por qué. Habría sido mas facil beber de la botella.

Nelyan ofreció su paciencia para que nosotros conversásemos y nos pusiesemos al dia sobre que habian sido nuestras vidas hasta ahora, pero el primo me salió con que yo habia cambiado mucho, y que habia tenido malas compañias.

-Que?!- le dije, inclinandome hacia delante. Menos mal que la mesa nos separaba porque si no me habria echado encima suyo. - Que insinuas? Que estoy loco? Cómo que he cambiado mucho? Es eso lo que insinuas, no? - parecía muy ofendido, pero lo de las malas compañías...pegué un trago más a la absenta, se me habian puesto los ojos brillantes, pero lo miré fijamente. Cuando dejé el vaso, ya lo habia fulminado...otra vez. - Mis compañías...no te metas con mis compañías. Fueron buenas. Demasiado buenas. - agarré la botella y ahora si bebí de ahi directo. A la mierda todo. Solo paré cuando no quedaba nada. - Ni Szyraenk ni Roäc tuvieron culpa...ninguno... - farfullé, señalandolo a él. Luego me vino una arcada que tuve que contener. ¿Habría sido por tragarme una botella de absenta en tan escasos minutos?  Veia los pies de Neylan sobre la mesa y parecia que hubiesen cuatro en lugar de dos.

-Vuelvo en...vuelvo ahora. - gruñí levantandome de mi asiento, conteniendo otra maldita arcada. Mi organismo simplemente estaba rechazando todo lo que me habia metido. Le di una palmadita  a Nelyan en la pierna y pasé de largo, caminando de modo apresurado hasta que encontré los aseos, que no estaban limpios del todo, pero me daba lo mismo. Me abracé a la taza del vater y me puse a vomitar casi todo lo que habia bebido. Me tiraría asi algun rato mas todavia.


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off: ey! Dejo a Dyos apartado un momento, asi podeis seguir posteando vosotros sin mi, que me voy de viaje y estaré semana y pico sin poder postear!!

Voy dando sorbitos a mi zumo mientras alterno la mirada entre mis acompañantes y la mesa, sintiéndome un tanto incómodo en la situación actual. Siempre que salgo del metro acabo metido en líos, no sé cómo lo hago. Dyospiros parece más malhumorado que cuando lo encontré con...bueno, con toda esa gente que había matado. Me cuesta tanto asimilar eso como el hecho de que beba como un borracho. - Yo le dejo que sea feliz, pero es que tiene un problema de alcoholismo, y...tú vas por el mismo camino. - advierto por lo bajini, sin atreverme a decirlo muy alto por si se le cruza el cable. Hago un gesto a la marmota para que venga a beber el zumo de calabaza que tengo, pero en lugar de eso salta para subirse a mi regazo y acurrucarse como si tuviese complejo de gato. Es una mascota que está muy confusa con su identidad, o que quiere dormir la mona.

El primo sigue bebiendo una copa tras otra mientras me interroga sobre mis negocios, a lo que sonrío como un ingenuo emocionado. - ¡Quiero abrir un restaurante! la comida hace feliz a la gente, y eso es necesario hoy día. Además, pondré buenos precios para que puedan permitírselo. Todavía debo pensar nombre al local... - me encojo un poco en el asiento , asustándome cuando se pone tan agresivo con los otros comentarios que hice sobre las compañías. Sí que ha cambiado, y sí que está un poco loco, o traumado. Me da entre miedo y pena, está claro que necesita ayuda. No sé quién es Röac, pero sí conocí a Szyraenk y sé que no era una mala compañía, a pesar de ser un gruñón y estar algo amargado. - Lo siento, no quería decir que tus amigos fuesen malas compañías...- choco los índices como avergonzado, alzando la cabeza con los ojos un poco llorosos. Enseguida sale corriendo hacia el baño, algo que no me extraña por la cantidad de alcohol que se ha metido en un momento. - Ais...- me levanto del taburete para ir tras él, excusándome con Nelyan. - Voy a acompañarlo, no está bien. - camino hacia los aseos, localizando rápido a Dyospiros al escucharlo vomitar. Me acerco a él despacio, inclinándome un poco para darle unas palmaditas en la espalda y sujetarle las greñas con la otra mano. - Tranquilo frimo, echa todo ese alcohol baratero. - ahí me quedo esperando a que termine para ayudarlo a levantarse. Tendré que llevarlo conmigo al metro abandonado donde vivo para hacerle una manzanilla ahora después. Y de paso hablar más tranquilamente, que esté perturbado no quiere decir que ya no sea ese primo al que apreciaba tanto.

Seguí potando  como si no hubiera un mañana, mi estomago en privacion de comida parecia haber entrado en huelga de ingesta tambien de alcohol. Pensé que seguiria alli hasta expulsar las tripas, sufriendo arcadas, era curioso como podia llegar a convulsionar un pobre estomago, tantas veces seguidas.

Supongo que era todo culpa de la absenta, que era veneno.

Ni llegué oir a mi primo y no supe que estaba a mi lado hasta que me habló y me dio unas palmaditas en la espalda. Estaba demasiado jodido como para quejarme por eso.

- Déjame.... -  le gruñí cuando se dedicó a evitar que mis greñas acabasen pringadas de vomito abséntico. Me tambaleé y me apoyé en el, que era redondo y grande, y ocupaba casi todo el cuartucho del retrete, asi que tampoco podia sujetarme en otra cosa que no fuera él. - Quiero morirme...ugh.... -  barrunté por lo bajo, con la voz extremadamente rasposa por una garganta quemada. No se sabia si lo decía en serio o porque en esos momentos estaba hecho unos zorros, todo tembloroso por el agotamiento. - No puedo ni emborracharme...


Aunque la realidad es difusa y me cuesta encontrar la puerta de salida del retrete, la cual abro, e intento cruzar, pero me apoyo en el marco de la puerta temiendo que mis piernas no me sujeten de nuevo otra vez. Me entra una nueva arcada pero esta vez la contengo. Intento avisar a mi primo pero mi amenaza queda patética.

-Yo que tu no me acercaría mucho a mi...te recuerdo... eras un buen tipo...asi que con mas razón...

El pobre primo sigue su vomitera borrachil durante un rato más, mientras lo único que puedo hacer es quedarme ahí sujetándolo por la frente y poco más. Lo ayudo a levantarse cuando termina de una vez, hecho un desastre y quejándose por lo bajo. - No, de eso nada. ¿Cómo voy a dejarte así? ven conmigo, nos vamos a otro sitio en el que puedas dormir la mona. - lo agarro bien mientras salimos del cuartucho del retrete y después de los aseos, que como lo suelte un poco parece que se cae al suelo. Por suerte soy robusto y bien alimentado, así que no me pesa demasiado. Miro a Dyospiros con penilla cuando me advierte que no debo acercarme a él por eso de ser un buen tipo, parece que tiene la necesidad de apartar a la gente de su lado por miedo a hacerle algo. Bueno, no es de extrañar que lo diga, después de lo que he visto en la calle. Me recorre un escalofrío al pensar en la faceta asesina de mi primo, aunque no sea una faceta tan extraña en la sociedad drow. Fui yo el que salí raro, me dio por la cocina.

- Ea ea, eso lo decidiré yo. La familia está para ayudarse, primo. - es cierto que nada más verlo y reconocerlo me dio bastante miedo, y me sigue dando, pero sería bastante rastrero darle la espalda si lo necesita. - Además, no soy tan buena persona como piensas...- confieso un poco avergonzado, porque tengo bastantes defectos, como no ser lo suficientemente valiente como para pelear y defender a otros que estén en apuros. He sobrevivido hasta ahora, pero porque tampoco me he arriesgado en exceso. Eso me convierte en cobarde. - Si te pones tonto con lo de matar te doy un sartenazo y se acabó. - le advierto intentando parecer autoritario, aunque no me sale demasiado la expresión de cara que debería acompañar a esa frase, me queda más bien cómico. Me dirijo un momento a Nelyan cuando llegamos a la altura de la barra, avisando de que nos marchamos. No la conozco mucho, pero debo ser educado y despedirme de ella.

- Ey...¿Nelyan, no? nosotros nos retiramos por hoy. Mi primo se encuentra bastante mal, no le ha sentado bien la bebida. Me lo llevo a casa para que descanse, será lo mejor. Ya nos veremos por ahí. ¡Háblale a la gente de mi futuro restaurante! ¿vale? - salgo del bar tras despedirme de la mujer, marchándome de allí para ponerme a caminar con Dyospiros por las calles de Londres, rumbo a mi hogar en el tramo de metro abandonado.

OFF:

Había llegado mucho antes de la hora acordada, atardecía y el sol molestaba sin llegar a quemar mi piel. Observé el lugar lugar en busca de el asiento que siempre suelo estar, justo en la ventana donde me permitía ver todo el local y observar el comportamiento de los humanos en su momento de embriagadez.

Hacía mucho que no veía a Shinobu, al parecer había estado ocupada en unos asuntos del grupo ese, incluso había cancelado nuestras clases por ese tiempo y a penas se alimentaba. Eso sí, entendía que ella podía tener su propia vida y estaba contento de volver a verla.

En lo que esperaba observé el suelo del lugar, en busca de alguna rata con la que entretenerme en lo que esperaba, pero nada. Tenía que entretenerme viendo a las cuatro personas que había y dado que no quería que me molestasen estaba oculto en mi Ofuscación, pero por puro aburrimiento la rompí, siendo ahora visible para todos los del bar.

El camarero se dió cuenta, pero ya estaba acostumbrado a que apareciese de esa forma. Es sí, siempre, muy cordialmente me ofrecía algo para servir, por lo que le respondí, como siempre y con una sonrisa -Me serviré yo mismo, muchas gracias-.

Llegué exactamente a la hora acordada, la puntualidad es algo que debe cumplir, o ese ha sido siempre mi pensamiento. Por eso me molestó tanto que al llegar no viese a Corvo, iba con la apariencia de un señor que maté hace unos años para evitar ser reconocida. Corvo me conocía lo suficiente para saber lo que pienso de la puntualidad, y de cuán crueles pueden llegar a ser mis castigos, pero decidí esperar un poco más por pura cortesía.

Al los poco minutos escucho su voz, y al girarme lo veo sentado en una mesa como si nada, hablando con el camarero con esa sonrisa bobalicona. Rápidamente comprendí lo que había pasado y mientras me acercaba hacia él me transformé otra vez en mi apariencia origina.

-¿No te das cuenta que si estás en Ofuscación no puedo encontrarte?-
Dije con un tono de voz medio riñendo medio riendo. Y antes de que me pudiese contestar cogí con mis dos dedos su mentón y le aparté la cabeza a un lado mientras clavaba mis colmillos en su cuello.

Tenía muchísima hambre, tanto trabajo con los Blood me había mantenido ocupada, y ahora que tenía unos días de libertad que yo misma me había dado estaba disfrutando ese bocado. Una vez terminé me limpie la boca con la lengua y me senté para empezar la conversación

-Y bueno, ¿qué tal?

Mis pasos desorientados me llevaron, finalmente, al lugar en el que habia acabado otras tantas veces. Mis operaciones de buscar una residencia en condiciones por aqui junto a Monica no iban del todo mal pero yo era un maniaco perfeccionista y todo tenia que estar bajo las caracteristicas de seguridad adecuadas.

El caso es que mientras caminaba, habia ido hablando conmigo mismo todo el rato. O no tan conmigo mismo, puesto que tras aquel incidente en el que me pasé meses de mi vida poseido por una entidad mas maligna que yo mismo, me habia quedado lo que yo llamaba "colateral secuela" y era que iba oyendo voces. No decian nunca nada interesante, solo cosas sádicas o que daban pena, o a veces susurros que ni si quiera era uno capaz de entender.

Asi que entré al bar, sumido en mi conversacion imaginaria, puesto que mi interlocutor seguia siempre parafraseando las mismas frases sin sentido sobre muerte y oscuridad.

-Joe ya te lo he dicho mil veces! Si tu no solucionas tus propios problemas, el señor de los infiernos no lo va a hacer por ti. Y ahora vete a decirselo a Charlie, cabrón. Eso, ve y díselo.

Hice "fus fus" con la mano hacia el aire, di unos cuantos pasos hacia el interior del recinto y me detuve al ver a una mujer rubia con su cabeza hundida en el cuello de un hombre. Al principio crei que fue un apasionadisimo beso, hasta que se retiró y vi sangre...

"oh, vampira"

Llevaba tiempo sin ver vampiros, no? Me aproximé a la pareja, el camarero por algun motivo no parecia muy espantado con lo cual, deduje que aquello debia ser algo de ver habitual para ver. Sin embargo, no para el resto de las personas....una pareja pagó y se fue disimuladamente. El otro grupo se apartó a la otra punta de la sala y siguió a lo suyo pero sin quitar ojo de encima. Yo me apoyé en la barra junto a ellos y los miré con un ojo entornado. El caso es que el chico me sonaba.

- Perdonand que interrumpa vuestro vampírico frenesí, pero tú, si...tú, el chico de los ojos bonitos, nos conocemos, verdad?

"me suena su cara...."

Reí cuando Shino me dijo eso, dado que era cierto. Estaba tan acostumbrado a la habilidad que se olvidaba que no me podía ver ni siquiera ella, pero antes de que pudiese decir nada que tenía la cabeza ladeada y sentí el pinchazo al que estaba tan acostumbrado.

Una vez sientes el pinchazo ya no sentía nada, no me dolía, así que me quedé disfrutando de la escena que acababa de provocar Shinobu. La gente alejándose y sus caras de asco no las llegaba a comprender, cuando yo les veo comerse un filete para mi me sabría a un puñado de tierra.

Una vez terminó me puse la mano en los dos piercings que me había hecho mi compañera mientras respondía su pregunta -Bien, me aburro un poco por el tiempo libre de no tener clases...-


Un hombre me interrumpió amablemente, y cuando hice contacto visual y le reconocí. Aquel fué uno de los hombres poseídos a los que ayudamos hace un tiempo - ¡Claro! Nos conocimos hace un tiempo, pero tú no estabas en condiciones para presentaciones - Le ofrecí mi mano, pese a querer abrazarlo dada la alegría que me daba verlo en buen estado -Soy Corvo, encantado, y si dices que mis ojos son bonitos es que no los has visto en su máximo esplendor- Reí sutilmente, dado que estaba alagado pero me gustaba que mi mejor arma fuese también “bonita”

-Ah, por cierto, esta es Shinobu, es mi profesora y amiga, por supesto- Dije mientras me apartaba para señalarla con los brazos.

La respuesta de Corvo fue interrumpida por el hombre que había entrado hacía unos instantes. Lo analicé, y me pareció percibir algo de magia en él. No sabía si provenía de su propio ser o del arma envainada que tenía en su costado, pero dada la amabilidad con la que le trataba Corvo no parecía una amenaza.

Supuse que el incidente que comentaba Corvo era el del ser que poseía los cuerpos. Al parecer Corvo dejó un señuelo de piel de serpiente (dejar un señuelo con la piel de la persona, pareciendo un cadaver o alguien en coma) cuando llegaron los de la Alianza y se desvaneció para no ser visto. Lo hizo perfectamente dado que no se dieron cuenta, ya tenía bastante con los de Uroboros rondando.

Corvo se apartó haciéndole un gesto hacia mi como presentación, me levanté de la silla he hice una seria reverencia sujetando los extremos de mi vestido e inclinándome un poco. Ya que sabía que estaba a favor de la magia no iba a ser descortés como para negarle el saludo, pero tampoco tenía ganas de tocarlo lo más mínimo. Por lo que aposté por la distante reverencia.

-Muy buenas, ¿y tú eres…?-

El muchacho confirmó mi sospecha acerca de conocerlo, si a eso se le podia llamar conocer. Lentamente estiré mi mano hacia la suya y la estreché, momento en el que pude notar su piel fría como la piedra.

"el también? Hum"

- Fue durante aquello? Vas a disculpar mi memoria tambien pero aquellos sucesos estan presentes en mi memoria, de modo algo difuso, asi que no recuerdo bien que males pude causarte. Me disculpo ahora por ellos.

Y le dediqué una reverencia juntando las palmas de mis manos a la altura de mi barbilla, aunque no aparté la vista de él. Viejas costumbres. Lo que habia dicho, por todo lo demas, era cierto. Recoradaba batallas, sangre, golpes, caos, asesinatos.... sabia que eran reales, pero habia otra parte mas onírica que se entrelazaba con la realidad. Vi que me presentaba a su "maestra" y observé su graciosa reverencia, asi que se la devolví moviendo mi cabeza en una natural inclinacion.

- Setelah Barrett, mercenario, a su servicio, señorita. Disculpe, camarero, me puede poner... no sé, que tiene? Té? Un té negro. - interrumpi momentaneamente la conversacion con Shinobu para pedir y luego volvi con ellos, apoyando un codo en la barra y mirandolos con tranquilidad. - Entonces, los dos sois vampiros? Digo, por lo del cuello...y lo de que es tu maestra.

Nunca se sabia como podian terminar las cosas. Pero por ahora, no habia ningun motivo para ser hostil o tener miedo. Que va. Puse los ojos en blanco al volver a oir esos susurros, un tanto aburrido, y farfullé algo mirando hacia un lado
-Benett, ahora no! - me pasé una mano por el pelo y volví a mirarlos. - Y...cómo trata Londres ultimamente a dos individuos tan peculiares como vosotros?