La Posada de los Muertos

Recuerdo del primer mensaje :



Si tienes un anuncio, aparte de rolear que lo cuelgas aquí, envía un mp a Admin con el contenido de dicho anuncio para que editemos y aparezca aquí. Cuando encuentres lo que andabas buscando, ¡mandanos otro mp o avisanos para que retiremos el anuncio y no se acumulen papeles en el tablon!

Septiembre 2037

Se busca técnico para misión peligrosa. La recompensa será todo aquello que el interesado pueda conseguir.

Preguntar por Rose.



Septiembre 2037

Se buscan mercenarios para diferentes labores, tales como defensa, infiltración, espionaje y realización de nuevos contactos y redes. Se pide discreción. Buen pago, tanto en dinero como en objetos. Se ofrecen también los servicios de un alquimista, desarrollador mágico y con conocimientos que fusionan el uso de la magia y la tecnología. Trabajo para cualquier bando que lo solicite. Los honorarios han de ser de acuerdo al trabajo realizado.

Interesados, para cualquiera de las dos propuestas, contactar aquí con T.G.S

© HARDROCK

Septiembre 2037

"Se buscan mercenarios/cazarrecompensas para mision de búsqueda y captura. Pagamos bien. Basta con que no te caigan bien los soldados del ejército."

Preguntad por Rybar Dvorak

© HARDROCK

-¡NO TENEMOS TIEMPO QUE PERDER!- Había gritado a Dyospiros al saltar. Y es que era cierto. Teníamos que salir de allí, de inmediato, fuera cual fuera el precio. Me podría reventar una pierna. Pero el corazón me iba a tope, y en aquel momento, prefería la muerte a ser capturado. Cualquier cosa menos estar en manos de la Alianza una vez más. Era libre. No sé en qué punto empecé a pensar como el típico personaje romántico, pero sentimientos como la obediencia y la sumisión se habían vuelto aborrecibles.

Los segundos que pasé en el suelo sin ver a mi hermano caer del tejado fueron los peores. “Tal vez lo haya alcanzado. Tal vez lo haya…” Intenté levantarme a la fuerza dispuesto a subir por aquel maldito tejado así me acabara de romper una pierna, pensando que aquello se podía reemplazar. Pero no si él… Si él moría, no… Pero escuchar los disparos acercarse y, finalmente, ver una figura saltar, devolvió algo de fuerzas a mi ya destrozado cuerpo.

Un disparo le alcanzó. Cayó de su “grácil” vuelo al suelo. Pero pudo aún así aterrizar con más gracia y, desde luego, salir casi ileso. Vino hacia mí y me asaltó a preguntas e información que apenas podía descifrar. -Ten, ¡Ten, joder!- Más disparos, más disparos… Arranqué las llaves de un tirón del bolsillo y se las di, intentando arrastrarme al lado de Morgana. No iban a dispararme si estaba con ella. No se iban a arriesgar. No, no..

Otra figura. Un maldito soldado, allí, persiguiéndonos. Y ante sus gritos Dyospiros alegó rendirse. Le miré como si tampoco yo hubiera comprendido que debía mentir, como si aún tuviera el chip (BADUMTSS) de malo cutre que cae ante engaños estúpidos. Era ganar tiempo. Yo me pegué a Morgana y la cogí como pude para juntar su cuerpo con el mio. No podían dispararme así. Y no podía hacer más estando completamente hecho polvo. -... Soy responsable de lo ocurrido.- Hablé con gravedad. Levanté mi visor y descubrí un rostro familiar tanto para el centinela como para el soldado. Esperaba poder confundirles.

-¡Si queréis matar a alguien, acabad conmigo! ¡Nadie más tiene la culpa!- En cierto modo era verdad. Bajé el visor de inmediato y me esperé lo peor. Lo prioritario, en aquel momento, era que Dyospiros pudiera huir con vida, en caso que uno tuviera que morir. Saqué la cuchilla del brazo y la llevé al cuello de Morgana medio tirada por el suelo, apuntando directamente a la garganta. -Si disparáis una sola vez acabaré con ella. Y si acabáis conmigo, la gravedad hará ese trabajo.- Caía algo de veneno de la hoja.

De hecho, no había dicho una sola mentira en todas aquellas palabras. Estaba dispuesto a matarla.

El centinela siguió disparando. El síndrome Stormtrooper provocaba que fallara la gran mayoría de los proyectiles. Pero para cuando bajaba logró darle uno, que sin embargo, no provocó serios daños. Tuvo que parar el fuego de inmediato para analizar una situación peliaguda: Disparar una ráfaga podría provocar daños serios en Morgana.

Lo que hablaran o lo que dejaran de hablar los hermanos no incumbía al centinela. Calculaba cuales eran las posibilidades de herir a la cabo. El drow que había herido seguía pareciendo el objetivo más claro, pero… Entonces dijo rendirse. El centinela, ante esa respuesta, abandonó el cañón de metralla como era típico… Solían usar otros métodos.

Otro soldado ayudaría a controlar la situación: Su intervención había sido más que conveniente. Aunque más información confusa se acumuló en la pobre máquina, que descendió del tejado para obtener mejor ángulo de tiro. El tercer hombre individuo acababa de confirmar su identidad. Ailanthus. Envió de inmediato la información. La traición era un crimen temible, pero…

Las amenazas de acabar con la cabo eran dignas de considerar. Pero ya había preparado la “respuesta” para la rendición. El cañón paralizador. Lo disparó directamente hacia ambos: Cabo y capitán. Estando la cabo inconsciente no debía afectar mucho, pues aquel no hacía daño. Y con ello estaría seguro de que Ailanthus no podría efectuar el golpe final, lo que dejaría la situación congelada. No era inconsciencia, no era matarle, era una parálisis a modo de petrificación.

Si todo iba bien el soldado podría acabar la faena como él creyera más conveniente. El otro drow supondría una amenaza menor.

Tuve la última conversación con alguien que podía responderme hace cosa de un mes o más, y desde entonces no he establecido contacto con nadie más allá de gruñidos hoscos o golpes cuando los gruñidos y las malas caras no servían de nada. Tampoco puede decirse que lo haya echado demasiado en falta, la compañía de mi marmota es todo lo que necesito la mayoría de las veces. En otras ocasiones la soledad se hace tan pesada como una losa, aunque ya me haya acostumbrado a ella. El tipo del hámster con el que hablé me amenizó un poco aquella noche, aunque luego regresé al parque y ya no me volví a topar con él.

También es cierto que he estado borracho la mayoría de los días, así que el tiempo ha transcurrido de manera extraña para mi, perdiendo la noción de éste. Para no perder la costumbre (llevo dos o tres días ebrio) acudo a un bar a reponer existencias de alcohol de mala calidad, el más barato. He conseguido algo de dinero gracias al encargo de un camello, que me ofreció recompensa por realizar un ajuste de cuentas con otro tipo, algo para no mancharse las manos directamente. A mí no me importó mucho, realicé el trabajo de manera autómata y sin mucho problema, cayendo con sigilo sobre él en un oscuro callejón. Un corte limpio en el cuello realizado desde atrás. Y mi marmota remató la escena con un grotesco eructo de mascota borracha, porque él lo vale. De esta empresa la bolsa de monedas que llevo dispuesta a gastar, aunque hay algo en el camino que tuerce mis planes.

Al llegar a la posada me encuentro con uno de esos malditos robots, insistentes hasta decir basta. También hay algún que otro soldado cerca del muro, no por la entrada principal. Además de dos ejemplares de mi especie, que para colmo conozco. Tienen suerte de que esté ebrio, porque si no me habría descojonado de ellos por verse en esta situación. Rápidamente analizo la escena. Robot y soldado amenazando al que en su día conocí como un pez gordo de la Alianza, el drow. Amenazando a una soldado. Qué irónicas son las vueltas del destino. Sonrío con ese mismo deje irónico, fijándome después en el otro drow que conozco, ese que iba con el pequeñajo de color peculiar. En ese momento me atrevo a alzar la voz, interviniendo.

- ¿Ves como no te mentí, idiota? Por suerte encontraste a tu hermano. Y mandaste a la mierda a esta panda de descerebrados que seguías por convicción propia. - ahora que estoy metido en medio de la pelea la única opción es actuar, me atacarán a mi en cuanto me detecten, que será en unos segundos. No queda otra que pelear. Canalizo mi poder mágico para utilizar mi habilidad de control de tierra, realizando un par de movimientos precisos con los brazos para elevar las rocas del suelo que pisa el centinela, haciendo que suban hacia arriba todo lo posible, tratando así de inmovilizarlo. - Corred, insensatos.- suelto con gravedad al girarme un instante para mirar a ambos, esperando que aprovechen que estoy reteniendo (o intentándolo) al bicho.

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dado para ver nivel de atrapamiento del centi

1 a 10

El miembro 'Szyraenk Baenre' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 2

A Rhylaonar no le gustaba permanecer en silencio y no poder hablar de sus cosas. Quería pelear, quería dinero, quería hacer cualquier cosa. Disimulaba sus ansias asesinas con una sonrisa convencional, mordisqueando un tenedor como forma de entretenimiento. Pero en ningún momento se habían apartado sus ambiguos ojos del soldado que quedaba allí debajo. Fuera cual fuera el asunto que se cociera fuera, el pobre no había podido intervenir.

-Mientras esté el centinela allí no podremos hacer nada.- Eso era una verdad como una casa. Y Rhylaonar lo sabía. Acarició el mango de la espada sin inmutarse demasiado, natural. Tranquilo. Sin perder de vista los detalles de la sala. Algunos seres mágicos se habían puesto nerviosos ante la presencia de la Alianza. Otros estaban muy borrachos. Otros quizás querrían dar guerra. Rhylaonar necesitaría al menos dos o tres jarras más como para pasar al segundo grupo. Estaba en el tercero.

-Qué… conveniente.- Susurró. Fue el primero en darse cuenta del movimiento repentino del centinela. Disparos. Gritos de pánico ahí dentro por algunos, otros buscando cualquier rincón por el cual escaparse. Rhylaonar sonrió ampliamente al soldado como quien no notaba nada. Esperó con prudencia a escuchar al centinela distanciarse, disparos más lejanos… Y para colmo, el otro soldado salió disparado hacia fuera -Una pena, ¿No te parece?- Perdió la expresión simpática y casi pareció esbozar compasión.

Dos metros de elfo oscuro se alzaron. Embutido en su armadura, con un arma más grande que la mayoría de los de su raza… Lo cierto es que el drow era un experto en la intimidación. -No… No vas a matarlo, ¿No?- Pregunté. Rhylaonar quería sacar provecho de todo aquello, pero las peleas en los bares podían anteponerse al dinero. Y tenía el orgullo herido. Esa era su posada, su bar de preferencia, y lo habían amenazado…

-Dejaré eso a votación popular. Si quieren que lo mate, morirá. En caso contrario lo venderé al mejor postor.- A cualquiera le sorprendería la velocidad del coloso. No dejaba de ser un elfo y tener agilidad de uno. De un par de zancadas se puso al lado del soldado y le asestó un corte limpio con la espada, encendida en luz, que teñía su armadura y sus ojos de un dorado tan intenso que cegaba incluso a seres nacidos bajo el Sol. No a él, por ser portador del arma. -¡UNA AUTÉNTICA PENA!- Chilló. La sonrisa en su rostro se había tornado macabra. Por eso prefería que luchara con casco, como solía hacerlo. Hacía el paladinesco aspecto un poco menos mórbido.

Encañono a Dyospiros, aproximandome a él. El Centinela lo ha identificado ,es un criminal mas que fichado, con una fuga en su haber, y varios asesinatos. Deberiamos disparar a matar....eso es lo que yo opino, pero el protocolo dicta que si el enemigo se rinde hay que hacerlo prisionero.

"el protocolo se deberia cambiar"

Me quedo boquiabierto cuando mis sospechas se confirman al ver al elfo oscuro levantarse el visor del casco y mostrarnos su cara, la del segundo capitan. Rapidamente dejo mis emociones a un lado y abro comunicaciones.
-Atencion, a todos los sectores...vean las imagenes de la unidad Centinela de la Posada de los Muertos para confirmar mis palabras. El segundo Capitan de la Alianza Humana nos ha traicionado, Ailanthus.- ante esta noticia, no tardarian en aparecer mas efectivos. Mas centinelas...mas de todo.

Y para imagenes mas claras, las que nos ofrece amenazando a la cabo Wolf poniendo un arma en su cuello. YO apunto al otro drow....y el Centinela hace su trabajo, como bien sabe. Dispara los paralizadores tanto al capitan como a Morgana.

-Como pudiste. Algunos confiaron en tí- yo no me contaba entre ellos, pero algunos buenos compañeros si....

Me dispongo a ir a pegarle otro tiro al segundo elfo oscuro para neutralizarlo del todo pero entonces llega uno mas viejo (wtf menuda plaga) y ataca al centinela. No lo dudo y disparo a Szyraenk apuntando a sus costillas. Un solo tiro. Rapidamente muevo mi cañon apuntando nuevamente a Dyospiros.

-Ni te muevas. Como te acerques a la Cabo, le pego un tiro a Ailanthus. Ya no puede defenderse. - y me aproximo a la cabo, lentamente, apuntando al drow. Mi prioridad es poner a salvo a la compañera-

Todos los datos me van llegando por el pinganillo y yo mientras se encargan de lo de los fugados, me encargo de mantener la seguridad ahi abajo. Todo pasa de castaño a oscuro cuando las cosas parecen indicar una traicion....

Apunto al drow altisimo de la armadura que se levanta.

-Permanece en tu silla. No me obligues a.... -tarde. La noticia de la traicion de Ailanthus llega a mis oidos al mismo tiempo que otro drow se abalanza sobre mi. Lo tenian todo comploteado, seguro!!!! Disparo al elfo a bocajarro, porque me esta amenazando de muerte, sin duda, y no me voy a andar con tonterias. Disparo de seguido, apuntando a lo que puedo, su vientre y su pecho en este caso.

Ha sido muy rapido y aunque retrocedi me ha alcanzado partiendo la armadura de mi traje por el pecho y causandome un corte.

"bien, ahora que has atacado a la autoridad no hay problema en hacer contigo lo que queramos."

-cometeis un error. Los refuerzos vienen en camino. A todo aquel que se alíe con este energumeno, le haran correr su misma suerte. - digo costosamente, sangrando y comunicando mi situacion al compañero del exterior y a los coordinadores de la mision. El puto bicharraco me habia hecho retroceder hasta la puerta pero aun sujeto mi arma....la unica que me defiende ahora mismo de la muerte.

-Espera, ¡Rhylaonar!- No hubo esperas que valieran. Se lanzó a por el ser y yo no podría asistirle a no ser que absorbiera energía a aquel humano o… que lo matara. El soldado no llegó a tener tiempo de hacer demasiado. Se escuchaba algo dentro de su comunicador. Y eso permitió confundirlo lo suficiente como para que el coloso le cortara por detrás.

-¡Calla y lucha! ¡No me estoy dando de ostias para nada!- No tuvo que pedirlo tampoco. Empezó a disparar contra él. La armadura pudo parar alguno de los tiros, aunque otros llegaron a perforarla e incluso uno se incrustó de pleno a través de la cota de malla. Rhylaonar sonrió asesinamente, más que feliz de poder vivir algún tipo de emoción después de tanta inactividad.

-Va a traer refuerzos. Ten cuidado.- Advertí. Él asintió levemente. Le daba igual que no se le uniera nadie, aunque estaba seguro que más de uno debía querer defender el derecho a beber sin que la Alianza entrara a hacerles registros. Lo que más desagradaría a Rhylaonar es quedarse sin lucha. -¿No estarás pensando en escapar, verdad?- Dijo con voz casi tierna al verlo cerca de la puerta. La espada brillaba cada vez más y más.

-Voy a matar a este, cielo. A partir de ahí necesitaré tu ayuda. Esta será una noche larga.- No quería muertes. No quería sangre. Pero el drow era demasiado instintivo y, en el fondo, veía en sus acciones una forma de proteger a los débiles. Odiaba a la Alianza tanto como odiaba a cualquier otro bando extremista. Era consciente de su asesinato y exterminación sistemática.

-No perdamos nuestro tiempo, entonces.- Rhylaonar esgrimió una expresión furibunda y se acercó de un salto al soldado. Con la espada brillando hasta un punto incómodo para los ojos normales, intentó reventarle la cabeza. Lo consiguiera o no poco le importaba. La idea era cegarlo. Y una vez ciego acabaría con él como le diera la gana. Rhylaonar no comprendía la compasión y no solía jugar con gente moribunda, su diversión estaba en la propia batalla, pero prefería acabarla antes. Como asesino y ladrón a sueldo había aprendido que un corte en el cuello a tiempo hacía maravillas.

-Si quieren venir, que vengan. Sería útil que hicieran algo por una vez en sus cobardes vidas.

Cojo las llaves que me da rapidamente, sin tiempo de examinar su pata rota, o mi hombro herido, nada. Tras nuestra supuesta rendicion al menos el Centinela no nos vaporiza pero no deja de apuntarnos.... Ail se autodescubre asi mismo, cosa que  supongo ha de sorprender al soldado.

"o no...."

Gruño muy levemente, esperando que la amenaza de él de matar a la mujer soldado funcione. Con la cuchilla en su cuello...pero el jodido centinela sabe y les lanza un rayo a ambos, que supongo que no es mortal ni nada, pero puto paralizante debe de ser, por los chisporrotazos que crea. La luz ciega mis ojos momentaneamente. Maldigo y me levanto de golpe, ignorando las amenazas del soldado que apunta a Ail....si logro ser mas rapido que el evitare que lo mate. Lanzo un globo de oscuridad a su cabeza y desenvaino mi daga.

Esperaba recibir un balazo pero milagrosamente, no me dispara. Gracias a Szyraenk que ha aparecido en escena y entretiene al centinela. Empujo al soldado DarkRed atacandolo con mi daga a su cuello y me zafo de el con agilidad, sin detenerme a ver si lo he herido, matado, o si no le he hecho ni mierda. El globo de oscuridad sigue ahi y ademas lo hago arder en llamas violetas... para que se espante un poquito si eso.

-Viejo! No te quedes atras!


"joder, que oportuno... tengo que regalarle una botella de alcohol"

Le grito en mi carrera hacia la moto, que estaba pegando a la pared de la posada. Me monto en ella rapidamente usando las llaves que me dio Ailanthus para arrancarla. No tenia intenciones de dejar a Ailanthus atras, asi que ahora debia volver a por él. Ese maldito centinela....aquellas maquinas siempre me hacian sentir indefenso, no importaba lo que hiciese.

Ahí estaba. Arrinconado contra la pared exterior de la posada, agarrando a Morgana como si me fuera la vida en ello. Y es que me iba. La cuchilla tocaba ligeralmente su cuello y debido al estrés no dejaba de soltar más o más veneno con esta, pensando que si le abría una herida realmente podría ser peligroso. Podía controlar la cantidad que soltaba como si fuera una extremidad más. El centinela había bajado. La máquina tenía una inteligencia limitada. Y ante la duda, no podía dispararme, no podían poner en peligro la vida de la cabo…

Esperaba ganar tiempo con haberme descubierto. El soldado, pero, no parecía en absoluto impresionado. Se limitó a dar la noticia. Pensé en los funcionarios, que tendrían que mover fichas, y quitarme de donde estaba, y ponerme en criminales… -Algunos… abrirán sus mejores botellas ante esa noticia…- Sonreí muy levemente, casi amargado. Habían más que me querían fuera que no dentro. O esa era la sensación que me daba.

Sin embargo, todo se fue al traste con el ataque del centinela. Vi como preparaba el cañón. “No será capaz…” Pero disparó uno de los malditos rayos paralizadores. Tanto había centrado mi vista en aquel gesto que la luz emitida por el cañón me cegó. Siquiera el casco, con su cristal tintado, pudo evitar que mis ojos ardieran. Los cerré con fuerza mientras notaba lágrimas caer, como respuesta al daño recibido. Apenas podía respirar. Apenas… Escuché sus palabras. Entreabrí los ojos, sin ver apenas nada. Manchas confusas. Me preguntó que como pude. -No…- Fue un gorgoteo confuso. No podía hablar. Todos y cada uno de mis músculos estaba totalmente entumecido.

Pude ver a Dyospiros atacarle en cuanto este soltó la amenaza. Fue algo bastante despiadado e hizo gala de toda su habilidad. Aunque otra cosa distrajo mi atención, mientras trataba de recuperar algo mi visión. Llevaba treinta años o más en la superficie, ya debía estar acostumbrado a la luz. Pero pasó a un plano secundario al reconocer una voz en la lejanía. Recriminaciones. Por parte del… Del Baenre. Como drow seguía imponiéndome aquel apellido más que la propia persona. Me insultó, y… me echó la bronca, y… No lo sé. El corazón se debatía por seguir palpitando, la parálisis hacía respirar algo complicado

“Me gustaría poder agradecérselo, pero…” Abrí los ojos muy de repente al pensar que Szyraenk no tenía nada que ver con ello y que si había hablado, había entrado a rango de tiro. Atacó al centinela con intención de dejarlo encerrado, aunque con un éxito más bien escaso. Todo me daba vueltas. Dyos había cogido la moto. Y yo seguía ahí, sin poder moverme. ¿Y si mataban al soldado? O… ¿Y si hacían algo a Szyraenk? No, él no tenía nada que ver. “Corred, insensatos.” Soltó.

“¡Pero no puedo”, pensé. Y todo quedaba en eso. Pensamientos. Tardaría unos minutos hasta poder hacer movimientos más consistentes. -Ngh…- Emití un gruñido como única respuesta. Y ahí me quedé. Tieso, inmóvil, como un mero espectador en una función que empezaba a amenazar con acabar, para bien o para mal.

El centinela no dejaba de recibir nueva información respecto qué hacer con Ailanthus. Como traidor declarado, ahora estaba puesto como criminal. Ya no había nada que pudiera retener sus disparos. Pero algo interrumpió la situación ventajosa para los de la Alianza: Un tercer miembro. La tierra atrapó a medias al Centinela, aunque su éxito podría clasificarse de escaso. Le llevaría un tiempo librarse del agarre de las rocas para poder moverse del lugar, pero tenía línea de tiro.

Szyraenk -aunque no disponía de su nombre- era otro enemigo de la Alianza. Y colaboraba con los criminales. Casi parecía que hubiera de dispararle, pero el soldado hizo aquello en su lugar. Y algo más urgente provocó que el Centinela cambiara una vez más de objetivo… El otro drow, en un descuido, había atacado al soldado -que debía mantener controlado al otro paralizado- y lo había envuelto en un globo de oscuridad.

-La petición de rendición ha sido anulada. Iniciando protocolo de aniquilación.- Dijo con voz mecánica y acento catalán.

Y cambiando el cañón a modo de metralla, una vez encima de la moto, empezó a disparar al pobre y desgraciado drow (ME CAGO EN VOSOTROS DADOS DEJADLE EN PAZ ES UN BEBÉ), sin un foco concreto. Sencillamente con la intención de derribarlo ahí mismo. La prioridad en aquel momento era acabar con ellos, y la supervivencia de estos era irrelevante. Quizás, el protocolo cambiaría si en un momento u otro tuvieran mejor control. Habían refuerzos en camino.

El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 4

Mi escaso éxito a la hora de inmovilizar al robot me arranca un gruñido de fastidio, tan sólo le he pillado parte de las piernas y no tardará en liberarse. El soldado (darkred) habla por su comunicador para informar de la traición de Ailanthus, que se ve en una situación para la que no habrá vuelta atrás. Sólo le queda huir, si lo consigue. La otra vez él me permitió a mi huir, gracias a la información que yo poseía.

Esta vez seré yo el que le permita huir. Trato de mejorar el aprisionamiento del centinela, pero en ese momento recibo un tiro en las costillas, por parte del soldado. Retrocedo varios pasos hasta acabar chocando con el árbol más cercano por el impacto. Hago una mueca de dolor, llevando la mano hacia la zona herida. Parece que el disparo no me matará, al menos no por ahora. El soldado amenaza a Dyospiros con pegar un tiro a Ailanthus, así que no me queda otra que intervenir cuanto antes, porque ese infame esbirro no dudará en cumplir su amenaza. Ordeno a mi marmota que corra hacia el humano, para que haga el truco que le tengo enseñado, morderles las pelotas. Y mi buen amigo va y lo hace, salta para pegarle un mordisco justo ahí.

Alzo la mano que me queda libre para indicar a Dyospiros que lo he escuchado, pero sigo metiéndole prisa. - Ya, ya... no me quedo atrás, pero tú mueve ese cacharro infernal y saca de aquí el negro culo de tu hermano.- el centinela lanza uno de esos rayos extraños hacia Ailanthus, que a partir de ese momento queda casi inmóvil como un muñeco de trapo, con la rubia incluida.

Lo único que puedo hacer para ganar más tiempo es tratar de usar de nuevo mi poder para moverlo del sitio, acercarlo a la moto como sea. Necesito mover ambos brazos para realizar un movimiento más efectivo, así que aparto una mano ensangrentada de la herida para agacharme y plantar ambas palmas en el suelo. Golpeo la tierra de tal manera que se eleva de manera brusca desde mi posición hasta la de Ailanthus, recorriendo el suelo como una especie de grieta hasta llegar bajo el drow paralizado.

La superficie bajo él se eleva, como una especie de bloque o columna, haciendo que las dos personas que hay salgan despedidas hacia arriba. No sé si caerá en algún sitio interesante, pero mi intención es que caiga cerca de la moto, algo difícil de dirigir en pleno empujón.

- ¡Agarra eso que vuela, vamos, vamos!

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¿quedarán cerca de Dyospiros o sólo vuelan absurdamente?

1-2- dyospiros puede engancharlos casi al vuelo
3-4- caen cerca de dyos, pero en el suelo
4-5- quedan a unos cuantos metros
6-7- se caen en la copa de un árbol
8-9- caen al lado del soldado
10- sobre el centinela

El miembro 'Szyraenk Baenre' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 8

Dyospiros no me hace ni caso y se abalanza sobre mi. Va a por mi cuello, y yo OMG me cago en mi vida, no quiero palmarla. He comprado gofres para esta noche. Cubro mi cuello con mi antebrazo, voy bien protegido. Aunque corta la armadura, no llega a dañarme...pero una oscuridad, llamas violetas y un dolor intenso en las pelotas me hacen caer al suelo. Me golpeo en la entrepierna pues tengo un ser avernal ahi, y una marmota sale despedida de mis doloridas partes nobles. La oscuridad ha cesado, pero sigo en llamas...grito asustado hasta que me doy cuenta que no queman.

"trucos infames!"

-DONDE COÑO ESTAN ESOS REFUERZOS!? SE OS ESCAPA UN TRAIDOR MALDITA SEA!!!

"luego me bajaran el sueldo a mi, no te jode"

Centinela hace lo suyo....y Szyraenk tambien. Miro los cuerpos de Ailanthus y Morgana volar por los aires.... boquiabierto...como a camara lenta. Morgana! La atrapo al vuelo, evitando que se ahostie. La agarro y acompaño su caida al suelo. Me quedo mirando su estado unos instantes y tomo una decision rapidamente.

-Unidad Centinela! Llévese a la cabo Wolf de aqui y pongala a salvo!!! no pares hasta dejarla en la base militar!

"ella es mas importante"

Estaba dispuesto a prescindir del centinela, arriesgar mi vida y todo por salvar a una superior. Joder, como muera y no me deis una medalla, me indigno. Espero que el centinela me obedezaca, y me pongo a gritar en plan Rambo disparandole a Szyraenk, ya que al otro se habia encargado el centi.

El drow siniestro no se muere ni aunque le dispare.

-Negativo. No estoy huyendo. Estoy bloqueandote la salida.
Preparo una bomba de gas lacrimogeno. Se iban a enterar estos putos insurrectos de mierda, elfos oscuros incluidos.

"y los refuerzos? t.t"

El maldito drow vuelve a la carga, esa espada brilla de un modo jodidamente extraño. Menos mal que no llevaba las gafas del casco en vision nocturna, porque si no me habria dejado fritos los ojos. Si que me molesta, pero no me ciega, gracias a que voy protegidito. Esquivo su golpe para que no me reviente la cabeza, pero me revienta el hombro. Grito de dolor y suelto la bomba de gas lacrimogeno, que empieza a soltar su asqueroso humo. Que mas le puedo hacer a ese elfo mas alto que yo? Darle un puñetazo es mala idea. Asi que le golpeo con mi arma en su cabeza, que es lo unico que no lleva cubierto de chapas.

Me aproximo en un Jeep militar a la zona, armado con torretas de estas que disparan to guapas. Y en Centinela de refuerzo que habian pedido no se haria esperar. Iba hablando por el walkie talkie, emocionadisimo.

-Si joder! Menuda bomba!! Que exclusiva!! Crees que podremos vendersela a los periodicos? Cuanta pasta crees que nos daran...? oh si tio, me voy a ir a Ibiza de vacaciones con esa pasta...oye te dejo, llego ya a la zona del conflicto.

Paro el jeep a una distacia prudencial viendo a un soldado alli, un centinela....mi compañero esta agachado, hay una moto...gente por los suelos.... y se oyen gritos dentro de la posada. Me comunico con el compañero del interior.

-necesitas a pollo? JA-JA. Lo pillas?

Me subo mientras a la torreta de ametralladora del jeep, usando los prismaticos para ver en el interior...aunque no se ve una mierda.

"peticion de rendicion anualda? Y que con ese acento, que demonios le pasa?"

Eso pienso mientras arranco la moto vigilando al centinela, oyendo a Szyr de fondo.

-ESO HAGO!!!

Me habria reido por lo de negro culo en otra ocasion pero en este caso...simplemente no podia. Vi lo que hacia Szyraenk, a Ailanthus volando por ahi....cayendo lejos de mi. Mire a el viejo con mi cara mas gruñona posible. Te has lucido, borrachillo.... vale, pero en el fondo aprecio su ayuda muy mucho.

Pero el centinela moscardon que vuela sobre mi cuando he arrancado y me dirijo hacia el re-estampado Ail se agarra a dispararme con la jodida metralleta. Intento esquivar. Me duele el hombro... consigo evitar la mitad de sus disparos, pero me como la otra mitad. Aprieto los dientes y estoy a punto de perder el control de la moto...no se ni como logro mantenerla hasta llegar donde ha caido ailanthus. Paso de Morgana. La tiene el otro. Y yo estoy sangrando como un cerdo, no puedo perder el tiempo. Afortunadamente el Centinela parece haber cambiado de objetivo y ya no me quiere disparar mas, y Szyr esta ocupandose del otro...no...ocupandose no...lo estan friendo a tiros, que es distinto. Bajo de la moto para cargar a mi hermano e intentar subirlo, pero los disparos que he recibido me hacen doblar las rodillas. Al parecer son mas serios de lo que pensaba.

"solo espero que la moto este bien"

Tiro del uniforme de Ail intentando moverlo y logro apoyar su espalda en la moto, pero me apoyo yo sobre el respirando entrecortadamente con mis manos sobre sus hombros. Empiezo a creer que la cosa ha llegado a donde iba y con el ceño fruncido y un gesto digno del diablo en mi cara miro mi daga. Moriria antes que dejarme atrapar.

"no"

Cambio de parecer. Agarro mi daga, si, y me vuelvo lanzandola contra el soldado, cortando el aire con precision. Al menos le daria una pequeña oportunidad al Baenre.

El miembro 'Dyospiros' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 5

-No te va a valer la pena, imbécil- Gruñó Rhylaonar con un marcadísimo acento que solamente solía relucir cuando se ponía agresivo.

No le gustó en absoluto no lograr cegarle. A mi tampoco. El soldado pareció poder resistir el brillo que habría debido molestar a cualquiera que observara demasiado la pelea. La confianza de Rhylaonar se tornó en una furia animal al fallar su ataque y solamente conseguir golpear su hombro. Los ojos empezaron a brillarle con ansia asesina. Siquiera se percató de la bomba de buenas a primeras. Suerte que era “solo” una lacrimógena.

-Rhylaonar, hay una bomba debajo tuya. Deberías… procurar alejarte de ella. Y cerrar los ojos.- Los entrecerró como medida preventiva. Cosa que no duró en exceso al recibir el golpe del arma. No era especialmente dañino, ni iba a provocarle nada serio: Un disparo habría sido muchísimo peor. Pero un hilillo de sangre bañó el rostro del colérico ser, que prontamente enseñó todos los dientes cual bestia. Enfundó muy rápidamente a Viento de oro y decidió patear la bomba fuera del local. Y agarró muy brutalmente al soldado, como si fuera un muñeco escuchimizado, y lo llevó de vuelta hacia dentro.

Lo estampó contra la primera pared que pilló, le metió un puñetazo en la herida que había logrado abrirle y luego trató de meter su mano en esta, con toda la enguantada mano. Los ojos le seguían llorando y la sangre se le mezclaba. Pero le daba igual. Empezó a drenar energía tal y como pudo. Usando mi propia magia. Y yo colaborando. Teníamos un trato para esas ocasiones: La mitad de lo que chupara era para curarse él sus heridas (que siempre, SIEMPRE tenía) y la otra mitad para poder yo alimentarme. Rhylaonar no se contenía. Hurgaba en la herida como si ese fuera su conexión con la energía vital del ser, y con ello, pretendía cerrar el balazo que había recibido antes. E incluso matarlo si podía, a base de mal.

-Qué, qué jodida pena… Que has venido al sitio equivocado y… mira, mira que te has encontrado… ¿Qué esperabas, eh? ¿Ser un héroe? ¿Una medallita? No, no… Me temo que no…- Lo murmuraba con ansia asesina y con la voz rasposa. Pero en su expresión aún se intuía una sonrisa extraña, casi encantadora. Y yo odiaba a Rhylaonar más que nunca en aquellas ocasiones.