Bosque helado [junto a Torre de la Alta Hechicería]

Nada más llegar hasta el pie de la torre no dudo en sentarme en el suelo, aunque fuese sobre la nieve y con la espalda apoyada contra el muro del territorio enemigo. Estando tan reventado no pongo demasiados reparos, necesito un buen descanso. El pequeño e improvisado grupo que hemos formado no está mal, bastante variopinto a decir verdad, aunque todos parecen buenos luchadores. Lo que no me convence es lo de la niña. Si la rubia es su madre me parece un tanto irresponsable por traerla hasta aquí. Lo que empezó siendo una misión del mago y mía ha acabado siendo una especie de asalto a la torre. O esa es mi intención, no sé si los que están aquí tendrán algún interés más "colaborativo" con los que quiera que habiten el lugar ahora mismo. Pamela al menos parece que vela por nuestra integridad física, sugiriendo que descansemos.

Vor se va encargando de curar a Kosuke, dirigiendo también a Bastet para que venga a atenderme a mí. Ella bien podría haberme mandado a la mierda por mis malos modos en el bosque, aunque supongo que ya ha quedado aclarado todo tras las presentaciones anteriores al momento inferi. Putos muertos, de haber sido más habríamos acabado devorados por ellos, si nos hubiesen triplicado en número, por ejemplo. Cuando se acerca la peliazul me quedo un tanto perplejo por el modo con el que procede a curar, haciéndose un corte para dejar que su sangre contacte con la mía, en todos los puntos en los que hay mordedura.

Al principio tengo mis dudas porque la sensación es extraña y escuece bastante, pero conforme van pasando los minutos parece que da resultado. No sé si habrá conseguido curar por completo la infección, lo que si va mejorando de manera visible son las heridas. - No vamos mal.- hablo por fin después de un buen rato, alzando la voz para que Vor pueda escuchar la respuesta. - Tal vez podamos ponernos en movimiento antes de lo previsto. ¿Cómo está Kosuke? - me intereso por mi compañero de odios nigrománticos y manqueces, que eso une y tal, estirando un poco el cuello para ver lo que están haciendo con él. Le doy las gracias a Vor cuando se acerca para traer la típica infusión que se le da a la gente cuando está pocha, aunque lo otro de las setas la verdad es que no me apetece mucho. Después murmuro también un gracias para Bastet por la cura que ha hecho utilizando su propia sangre, aunque no me atrevo a preguntar qué es ella, puede que suena algo descarado ahora que nos acabamos de conocer. - De acuerdo, Bastet. Yo soy Adramelech, aunque...no recuerdo si nos hemos presentado ya antes en el bosque. - frunzo el ceño con extrañeza, teniendo un lapsus de memoria respecto a lo sucedido antes del ataque zombie ese. La amabilidad de Bastet me confunde un poco, normalmente no suelo moverme en círculos donde la gente sea tan sonriente, así que cuando mi mirada se cruza con la suya en el momento en que me sonríe miro hacia un lado, un tanto cortado por eso de no saber qué cara poner o cómo sostenerle la mirada más rato. Acabo carraspeando antes de sacar algún tema, como por ejemplo lo que íbamos a hacer ahora o si va a venirse con nosotros. Alzo un poco la voz para dirigirme al grupo en general, el mensaje va para todos.

- Para los que habéis llegado después...si queréis  nuestros caminos pueden separarse aquí, no es necesario que entréis a la torre, ahora estáis a tiempo de volveros. No sé qué motivos tendríais los demás para andar por este bosque, pero los nuestros están más o menos claros. Creo que podemos aguardar unas horas antes de intentar entrar, mientras se prueba eso que ha dicho Kosuke del bastón. Tampoco merece la pena complicarnos buscando entradas secretas, si os habéis fijado hay unas cuantas ventanas, con el único inconveniente de que están lo suficientemente altas como para hacerte puré si te caes. O ser atacado antes si te pillan. Si se os da bien escalar...podríamos intentar hacerlo así. Y también tenemos que pensar exactamente lo que queremos hacer dentro. No vendría mal robar algún artefacto o libro útil. - mi afición por las reliquias y objetos ancestrales tiene mucho que ver con mi condición de Soul, no en vano obtuvimos nuestro poder por medio de unos objetos especiales. - El objetivo final de todo esto es acabar con la amenaza de los nigromantes. Y por mi parte...también hay un tema personal.

Jodidos desagradecidos. Mi estofado de setas y yo fue olímpicamente ignorado por todos excepto por Kosuke. Y la infusión solo él. Me sentía una abuela inútil en su intento de conseguir engordar a sus nietos. Miré a todos los presentes con unos fulgurantes y brillantes ojos como quien quiere decir que irían a recordar aquel feo. En general el ambiente fue de relax general. Un poco de tranquilidad, descansar las piernas… Yo iba comiendo con algo de timidez y no dudaba en dejar medio plato para el bicho. Por eso de que nadie más quería.

Una vez acabé de comer me metí bien en mi bufanda más que concentrado en curar a Kosuke. Dejé que Bastet se encargara de sus curas a la forma más… bestia posible. La observaba muy de reojo, como si quisiera comprobar que no iba a cortarle el cuello al paciente al sacar la daga. No. Solo le echó sangre. -... Dudo que sea lo más higiénico del mundo. ¿Tu no tener sida ni nada, no?- Miré muy atentamente la sangre regalimar. Por eso de que daba grimilla y otra cosa no, pero comprendía la importancia de la higiene. Y eso de intercambiar sangre era de lo peorcito. Ella decía que si, que curaba, y que ella también se curaría. -Pues parece poco práctico, cielo- Suspiré o gruñí yo.

La cura de Kosuke fue bastante bien. Gruñía como todo el mundo solía gruñir cuando le metían aguardiente y de repente, al pensar en gruñidos, se me cruzó un nombre por la cabeza. Y al pensar en él casi que notaba un calorcillo en el cuerpo como… si realmente tuviera algo encima que estuviera así como calenturro. Le hice un pat pat en el hombro a Kosu. -En Ebay te venderían “como nuevo”. Nadie notar heridas, nope- Canturreé casi más que decir, como respondiendo a la pregunta de Adramelech el margi. -No partir antes de hora. Yo acabar de curar herida y sacar infección, ¿Sí?

Casi que me apetecía más dormir. Los escuché haciendo sus presentaciones. La peliazul era Bastet. Es decir, que iba a seguir llamándola peliazul. El japo era ahora Karasu. Fruncí el ceño y lo miré de reojo. Adramelech seguía siendo Adramelech. -Vor’Kalth Sygdom. Y el bicho, Roäc. Pajarraco. Bicho. Pollo. Palomo. Todo vale.- Miré al avecillo como si quisiera demostrarle que hacía por picarle, ahora que tan indefenso estaba. Señalé al bastón. -Y Zer’tath es Zer’tath, mejor llamar así.- Empezaba a acostumbrarme a que el palo fuera uno más de la familia.

Notaba al… Bastón como muy ensimismado con el otro palo, ese que parecía ser su primozumosol. Mucho más grande que él. Claro que es que aquello no era un bastoncillo, era una torre. ¿Es que acaso le tenía miedo? La rubia decía que sí. Que descansáramos, que me hicieran caso. -Y haced el favor de comer. Si no coméis no hay torre.- Les desafié muy serio yo. Entonces recordé la moneda y la saqué. Me sorprendió el mensaje que encontré ahí. “ey, que tal van las cosas por ahi? Dyos.” Pestañeé un par de veces, le di con el dedo donde un pájaro debiera tener el hombro como diciendo “mira”.

-¡Por las tetas de Lloth! ¡Tiene whats, bicho! ¿Qué le decir?- Y aleteó e hizo un ruido raro de bicho urraco. Pensé un poco el mensaje. Suspiré, descartando ideas más pícaras, creyendo que lo mejor es que supiera la verdad. En drow, escribí un “Estamos… delante de una torre con nigromantes. Por Osten. Tendremos cuidado. Tu?” Y guardé la monedilla. Miré de nuevo al bicho y en voz muy baja le dije -Me… dijo que tuviéramos cuidado. Mira, mira a dónde te he traído… ¿No deberíamos realmente dar vuelta atrás?- No tenía miedo. Pero no quería que le hicieran daño.

Kosuke entonces me pidió que me encargara de rastrear la zona. Y ya si eso descansar algo más. Mientras tanto Adramelech invitaba a los presentes a que se fueran si querían, y si no, a que esperáramos. Entrar por las ventanas. Y pensar que hacer dentro, robar… ¡Robar! Me levanté para acercarme a Adra y mirar la heridilla de su cuello. Sin decir nada eché otra curilla, muy concentrado, que surgió bastante bien y debía ser suficiente para cerrar la herida. Y con suerte para menguar la infección pasado el rato. Notaba el anillo empezar a arder en mi dedo, así que antes de que pasara nada malo, me senté a su lado para dejarlo margi. Miré al bastón una vez más.

-Ve, Zer. Di si tu ver algo. Ya apañar.- Dudó unos instantes antes de salir a dar vueltas alrededor de la torre. No iba a entrar pasara lo que pasara. -Yo… Me apunto a robar. Quiero cosas. O vender, o usar yo. Pero quiero cosas, así que yo robar. Yo no tener interés en… molestar demasiado si no contratar nigromante. U obligar. Yo colaboro con vosotros. Pero tened eso en cuenta. Mi hermano no salir de su sitio sin ayuda.- Me acurruqué un poco más en el sitio por una extraña bajada de tensión debido a las curas y falta de sueño.

-Pero preferir descansar un rato…- No fue hasta pasado un rato que Zer’tath regresó. -¿Tu ver algo interesante, Zer? ¿Hay ventana accesible?- Nos dimos cuenta muy de inmediato que algo fallaba ahí. Y es que el palo no hablaba. Casi se me ocurrió preguntarle que me respondiera a brillos, cuando despegó dos trozos de su estructura y los hizo tomar una forma similar a manos. Y gesticuló, a lo drow. Con nuestro idioma personal de signos. Articuló un muy rudimentario “Sí.” -Dice que si ver ventana accesible…- Con más velocidad hizo una serie de movimientos, lentos pero… Pero muy acertados, con una exactitud casi perfeccionista. -... Y que creer que es mejor lado. No ver mucho a través de ella. ¿Todos poder trepar? Dice que… ¿Ayuda? Sí, eso…

Me quedé unos instantes totalmente parado. Me veía reflejado en el cristal y los gestos, la forma de actuar de esas manos de vidrio, me resultaron tan próximas y familiares que por un momento, solo unos instantes, sentí que yo ya conocía a Zer’tath. Que había visto esos gestos y esa lentitud tan precisa. Y sin embargo, era la primera vez que me comunicaba así con el bastón. Retrocedí un poco de este, casi como si estuviera asustado. Y no sabía porqué.

El miembro 'Vor'Kalth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 8

El curar, observar el paisaje, la torre, las cosas del diablo, etc. La mañana se ponía tranquila, por suerte mi presentación hizo que los demás se presentaran, pero Kosuke dijo un nombre muy raro "Karasu" observe a las dos sombras y estas tenían una cara de "Te hubieras inventado un nombre mejor" ademas no sabia si mentía o no, pero preferí no decir nada ya que si miente tiene sus razones y no lo juzgare. Luego de una forma rara observe al rededor, mas que nada el bosque y el miedo que apareciera algo era grande, así que mande a las dos sombras a que observaran el lugar y que me avisen si algún peligro se acercaba, estas rápidamente se fueron y es obvio que ya les dije que NO SE ACERCARAN A LA TORRE SIN MI PERMISO o si alguien me daba el "Si" para mandarlas, pero mientras tanto estábamos tratando de respirar un poco y recuperar fuerzas. Mas que nada Kosuke o Kasaru y Adramelech necesitaban descanso, Vor ya veía que estaba curando mucho y de seguro eso le afectara en algo así que uno más para el descanso.

Adramelech se presento, a la vez me murmura diciéndome un gracias, y cuando pregunto si ya nos habíamos presentado negué con la cabeza, me hubiera acordado su nombre si se hubiera presentado. Frunce el ceño y lo observo como trata de recordar, pero bueno aun que sea ya nos presentamos, cuando me miro este giro la cabeza rápidamente sospecho que no estaba nervioso, tal vez soy muy amable y ahora que recuerdo me hablo mal en el bosque así que me acerque un poco. -Por como me hablo en el bosque...- digo con un tono tranquilo y rasco mi nuca -No se preocupe, ademas ver a alguien hablar con sombras no es normal- ante esto último dicho solté una pequeña risa, el Drow se presento también junto con la urraca que llevaba y el palo, algo muy peculiar para ser honesta, de seguro tiene una conexión con ese bastón.

Cuando me pregunta si tengo sida lo observe, -Si tuviera Sida, creo que no sería bastante loca para hacer esto. Pero entiendo su preocupación- respondí de una forma amable tratando de que este no me odie más de lo que ya me odia. Luego dice que si no comemos no hay torre, eso me causo risa obvio que trate de no soltarla y guardarla, no sabía si me iba a convidar o algo por el estilo así que me quede observando la comida y suspire. -Permiso Vor, ya que invitas quiero probar que has hecho de rico- me arriesgue a ver si me pegaba o algo agarrar la comida, pero por suerte pude probar y la verdad que estaba rico así que me serví y comí bastante bien para llenar el estomago y tener fuerzas.

Kosuke o Karasu, le pidió a Vor que use su bastón o algo para ver si había alguna entrada, justo en ese momento Adramelech nos dice que si queremos nos podemos ir o esperar haber que pasa, ya que nos agregamos último con la niña y la rubia. Lo mire fijamente y pensaba si contarle que la alteración de las sombras me preocupa mucho, así que me acerque más a él para contarle entre murmuro -Mire a las sombras, ellas están muy alteradas y eso es extraño ya que son muy tranquilas, y desde que mi sombra vio la torre a estado como loca, solo necesito saber que sucede pero si necesitas apoyo por si atacan o algo cuenta con migo- no soy de pelear, es más si puedo evito las peleas o las arreglo de otra forma pero en este caso si pasa algo peleare, luego de comentarle a Adramelech me aleje un poco, las sombras estaban bastante locas ahora así las puse en su lugar para que estas descansen.

"Ya demasiado me han ayudado".

Luego el bastón vuelve y tiene una comunicación muy peculiar con Vor, algo muy extraño pero hermoso a la vez, este nos dice que hay ventanas disponibles y si sabemos trepar, trepar no soy tan buena pero las alas me ayudan a subir bastante así que asentí con la cabeza. Ahora de seguro cuando entremos la cosa se pondrá bastante fea. Pero mientras tanto estaba aburrida y comenzaba a acordarme de una canción que había escuchado en Argentina cuando fui una vez para allá, así que en voz un poco baja comencé a tararear y luego a recordar la letra. -Un pacto para vivir, odiándonos sol a sol revolviendo más- (Es en castellano, no nose muchos idiomas, solo que uno se aprende una canción y bueno no importa el idioma te la sabes) con esa parte comencé a cantar un pedazo de la canción para distraerme un poco.

Observo en silencio como el resto del grupo hace sus curas y demás, hablando entre ellos, haciendo planes. Moth y yo nos mantenemos un poco alejadas, disfrutando de la hoguera y cómo el cielo se va clareando con la luz del sol.
Comienzan una especie de reconocimiento con ese bastón animado del drow, y mientras tanto este último nos insta a comer lo que ha ido recogiendo. Ahora comprendo por que la pequeña no se fiaba de mí la primera vez, yo tampoco estoy convencida de que esta gente y sus setas sean lo más seguro del mundo.
Por reponer fuerzas más que nada cojo un par de ellas, le doy un bocado a una y miro a Vor, intentando no poner una cara desagradable. "Yo cocino mejor". Le doy la otra a Moth y asiento, diciéndole que es seguro y que le viene bien comer.
Escucho a los demás diciendo que si escalar, que si entrar silenciosamente…

-No es por nada, pero un nigromante que viva en esa enorme construcción y rodeado de sus criaturas semi-muertas es difícil que no haya adivinado ya que tiene visita. Si aún no se ha dado cuenta adelante, tiene que ser entonces un mago penoso.

Dejo ahí mi opinión y sigo comiendo, mirando al manco número 1 dar un pequeño discurso. "Claro que quieres, los Souls no podéis resistiros a ello…" No lo digo en alto, pero me encojo de hombros y levanto mis manos terminada la comida, hablando después de Vor.

-Nosotras solo vamos a ver quién hay, si no están los nigromantes que buscamos os dejaremos a lo vuestro, si se encuentran allí bueno, los matamos y os dejamos a lo vuestro.

Sencillo, ¿verdad? No voy a poner la mano en el fuego por ninguno de estos si no salgo ganando. Miro la conversación entre el drow y su bastón, no los entiendo pero escucho la traducción y asiento a su pregunta de que podamos trepar. ¿Ya es hora de irnos? El olor a muerto aún me dura en la nariz, y es asqueroso.

Tal y como pedí, el drow color "hostiaputamefaltaaire" mandó a su bastón a buscar vías de entrada mientras yo accedí a comerme alguna seta preparada por Mamá Vor, no estaban nada mal para haber sido preparadas en un momentito. Adramelech se presentó a Bastet y procede a darles un comunicado a los demás que se nos encalomaron en en ésto de la torre chunga, diciéndoles que si quieren marcharse, que lo hagan (aunque habiendo pasado por todo ésto, dudo que esta gente hayan venido de picnic...) y... cawen todo Adramelech, me había presentado con otro nombre, ¿para qué leches dices el verdadero? me había llevado la mano a la cara, haciendo un epic facepalm.

En fin... el mano metálica éste dice que entradas secretas... como que poco, que la forma más viable de entrar es por la ventana, el cual el bastón de Vor encuentra y nos señala, desde luego está alta y el tipo manco eléctrico nos aconseja el escalar, que es lo que va a tocar, también nos sugiere mangar algún libro o artefacto de allí, dicha idea tiene también el apoyo del drow, e incluso colaborará con el tema éste de mangar cositas -Pero con cuidado, no tocarlos sin guantes, no vaya a ser que os de un chungo por poner un dedito en el libro -que me conozco las trampas éstas antirrobo.
-Entraremos en completo sigilo, nada de espectáculos, no se luchará a menos que sea necesario, queremos llegar a los nigromantes al 100% de nuestras capacidades, a menos que el propietario de la torre tenga visión compartida o sea capaz de sentir a través de sus guardianes... como mucho como mucho, podría darse cuenta de que estamos aquí solo cuando estemos dentro de la torre, no creo que nos haya detectado estando en el bosque. Lo que haremos es lo siguiente, como dijo mi compañero, intentaremos llevarnos algo de allí -que hay que promover la cultura chicos, y con promover la cultura, me refiero a saber combatir a estos demonios que invocan los malnacidos estos... -lo siguiente será investigar la zona y dar con los nigromantes, en el momento en el que estén ejecutando sus planes, procederemos a intervenir, simple, pero de fácil solo tiene el entendimiento.

Las dos personas restantes nos cuentan los motivos por lo que los movieron hasta aquí, a Bastet que las sombras estaban alteradas porque sintieron la torre y lo que posiblemente pudiese estar ocurriendo, ¿joder, cuanto rango de sensibilidad tienen? quiere saber que está ocurriendo y que nos ofrece su apoyo para atacar. En cuanto a la rubia... parece que ha venido a ver si se encuentra el nigromante que busca para matarlo, pero en caso de que no esté se irá, así tan pancha, como si el salir fuese a ser la cosa más fácil del mundo, desde luego va a ir más por su cuenta que otra cosa, no parece colaborativa -Mientras no te pongas en medio, haz lo que te de la gana.

Continuando un poco lo que es el descanso, me acomodo la ropa que me tuve que quitar para que Vor me curase la herida, poniéndome las hombreras y enganchando la chaqueta aquella andrajosa que conservo de lo sucedido hace 7 años, me enciendo un cigarro y observo a la gente comer, felicito al chef levantando el pulgar arriba en señal de aprobación por las setas. Creo que ya lo dije antes pero lo diré otra vez, estaban buenas.
Una vez acabado el cigarrillo me sitúo frente a la torre y cojo algo de distancia -Ah sí, escalar... bueno, yo tengo alguna que otra... "particularidad" por la cual no necesito escalar, y va a ser más rápido por mi lado, Vor'Kalth, si puedes sube a los demás, yo me adelanto -miro hacia la ventana para calcular más o menos la altura a la que está y ahora que se más o menos la distancia, comienzo a cargar algo de magia de potenciación en mis piernas, ¿sabiaís que Superman en vez de volar iba a dar saltos pero en plan gigantescos? pues bueno, yo voy a hacer una cosa similar. Una vez cargada la magia potenciadora necesaria pego el salto lo suficientemente grande como para llegar a la torre, clavo mi garra en la pared de la torre para quedarme enganchado justo al lado, si lo hubiese hecho en dirección a la ventana, si está cerrada (que es como debe estar normalmente... depende, no creo que un nigromante abra la ventana para airear ésto...) no estrellarme contra ella y acabar entrando rompiendo cristales y clavármelos.
Con la mano libre, envuelta por el guantelete, caliento la punta de la garra del mismo artilugio hasta ponerla al rojo vivo y hago un círculo sobre el cristal para hacer un hueco por el cual cuelo la misma mano y abro la ventana. Ahora que ya está abierta, me asomo un poco desde mi posición, al no ver a nadie o "nada" entro y me aseguro que esta parte al menos está libre, miro a los demás y les indico que suban. Espero desde mi posición, en guardia, vigilando de que no venga nadie para interrumpirnos. Ya estamos dentro de la torre.

Aquello habia sido como la mejor excursion de mi vida en mucho tiempo. Habian habido zombies, licantropos infectados, mucha gente haciendo muchas cosas, ¡y hasta estuve a punto de ser devorado por un inferi o algo por el estilo! Me lo habia pasado muy bien picando ojos, revoloteando por ahi, pegando graznidos, vigilando y explorando. Tambien tuve una breve conversacion con Zer, el tiempo que estuvimos apartados de los demas, cuando nadie podia vernos u oirnos.

Cuando terminaron la batalla y llegó la calma me acerqué al hombro de Vor y ahi me quede, escuchando conversaciones, viendo curas sanitarias, oyendo nombres...y picoteando setas guisadas. El bosque aquel estaba medio muerto, yo tenia dificultades para comunicarme con él, y con los animales que alli habitaban. No me era sencillo encontrar el vinculo con aquella naturaleza, habia algo oscuro que me apartaba de ella.

Pero no me preocupaba, como tampoco lo hacia aquella oscura torre. Las curas terminaron, la gente empezó a sentirse con mas energías... hasta me enteré de que mi amigo Dyospiros por fin tenia una moneda para comunicarse con nosotros. Que podriamos decirle? Que si se encontraba bien, basicamente. Era capaz de no encontrarse bien, por supuesto.

Zer volvio de buscar una entrada a la torre, e hizo algo que no entendi. Se comunico con gestos con su hermano. No entendi nada pero parece que Vor lo entendia, claro, lenguaje drow. Asi que se quedó muy rayado. La gente comenzó a marcharse hacia la torre, pero el seguia ahi empanado mirando al baston que le habia hecho retroceder unos pasos. Salte de su hombro y con gracilidad el aleteo de mis alas dio paso al hechizo que me devolvió a mi forma de semielfo. Posé los pies en el suelo y mire a Zer y luego a Vor.

-Eso ha sido muy bonito, os entendeis a la perfeccion...no lo mires asi, es un gran mensajero.... ¡Se han ido todos! Yo queria decir hola....

Me acerqué a el y le di un fuerte abrazo de semielfo, en parte para desempanarlo y que dejase de pensar. Luego le tironeé de las mangas para moverlo un poco, quedando frente a el cara a cara.

-¿vamos? No quiero quedarme atrás, este bosque es muy silencioso. Aunque aun tienes cara de cansancio, no podemos rezagarnos.

-En tiempos de guerra no se sabe. Tu come, que perder sangre es malo.- Le había gruñido a Bastet aún cuando estábamos allí esperando. Porque hablaba a gruñidos muy por herencia del drow grandote. Más arisca fue mi respuesta con la rubia. Que cogió seta y pareció morirse por dentro por ello. Aunque luego, muy hipócrita, le dio de comer a la renacuaja. -Oye. ¿No estarás pensando, por ningun casual, en criticarme mi arte culinario, no?- Le pregunté con una sonrisa muy psicópata y amplia, enseñando todos esos afilados dientecicos míos. -Porque llevar demasiado tiempo preparando lo mismo como para que una teñida me pongar en duda mis artes culinarias.

Abandoné aquella expresión demente para escuchar también sus posteriores quejas. Que debía saber que estábamos ahí. -Tss… Cuando entrar a torre igual si. Pero no deber saber que estamos aquí. No confundir nigromantes con telépatas ni nada por estilo.- “No todos son como Yden”, pensé. Otros se limitaban a liar una raveyard y ya. Me importaba poco la ayuda que nos pudiera prestar la rubia, sin embargo. Que dijo que solo iban a mirar si estaba ahí cierto nigromante.

Finalmente Kosuke habló de tener cuidado de cómo debíamos robar. Con guantes. -Yo siempre. Y si no Zer’tath encargar de ello. Es multiusos, el chaval.- Y más adelante típico discurso de los suyos sobre planes, como actuar, como dejar de actuar… Que no actuáramos como locuelos, ni fuéramos liándola, ni armáramos escándalo, ni peleáramos si no era necesario… -¡Entendido! Si interrumpir yo secuestrar a uno, el que más majo ser. Me lo llevar y hacer tratos. ¿No problema, no?- No admitiría un “si que hay problema” de respuesta.

Pero antes que todos esos planes, tenía cosas más urgentes de las que preocuparme, como por ejemplo, que Zer’tath tuviera aquel comportamiento… tan… No lo sé. Me quedé muy en silencio yo casi tembloroso. Y el bastón reflejaba esa imagen, y... El resto había empezado a ir ya hacia la torre. Y yo estaba ahí puesto como muy acojonado como quien tiene un monstruito en sus narices. No sabía exactamente porqué me había dejado tan raro el cuerpo. Como si realmente supiera la respuesta a eso de a quién me recordaban esos gestos. Pero a su vez, como si no quisiera siquiera pensar en ello…

Sin embargo echó a volar el pollo. Unos metros escasos y… Bueno, no era pollo. Es decir. Seguía teniendo mucha pluma, pero no literal. Empezó a decir cosillas como quien no quiere la cosa. Ahora, desde un punto de vista más objetivo, igual puedo decir que me estaba intentando entretener. Pero en aquel momento me lo tomé muy en serio: Que me acababa de decir que era Zer un buen mensajero, que se habían ido todos y que quería decir hola. -Oh, bueno… Sí, sí. Nos entender, y eso me chocar, porque esos gestos, yo… ¿Querer ir allí, a decir…

No pude acabar la frase. Toda su esponjosidad peluda y espigado elfo (en ese orden: era cosa de 90% pelo) acabó así como muy apurruchada a mi. Me quedé unos momentos más en silencio y luego me pegué mucho y casi que gruñí. Pero muy majamente devolví abrazo. Luego se separó y me dijo que fuéramos, que no le gustaba el bosque. -¿No oyen nada tus orejas de elfo?- A mi no me decían ni pío los mierdahierbajos esos. Me recalcó que tenía careto de cansancio. -No… No he dormido en… venticuatro horas. Ya poder haber acampado, o…

Gruñí de nuevo. Porque no era la mejor idea. Lo tenía muy así en frente mía y me dije, “pues habrá que aprovechar”. Y lo espachurré así muy mucho y luego hice la cosa más mía que pude: Refregarme contra sus cantidades indecentes de pelo cual gato, la mar de maravillado ante esa masa multicolor y brillante tan extensa y abundante. Una vez así sonreí, con todos los dientes brillando con energías renovadas. Zer’tath había vuelto a su forma natural. -¡Venga, vamos!- Con mucho pesar me desenganché de su melena y fui hacia la torre, con intención de alcanzarlos.

La aparición no me aleja demasiado de la torre, no quiero dejarla sin vigilancia durante demasiado tiempo. El demonio que mandé antes a destruir pueblos cercanos ya está de vuelta, le pedí que regresara de nuevo por si era necesario. La mayoría de los intrusos de la torre se han largado, pero tengo que asegurarme de que no regresen. Y tengo que esperar al menos un día más para que se consuma el fuego de la sala de los portales. Nada más aparecer arrojo a Moth al suelo con desdén, la verdad es que no me interesa para nada. Como mucho para ver si la otra decide seguirla, ya que tan maternal parece con ella.

- Incordio de criatura... no sé cómo alguien puede querer protegerte.- le gruño mirándola ceñudo desde mi altura, alejándome después unos cuantos metros de ella. Ni siquiera si fuese mi hija intentaría protegerla. Lo sé porque a lo largo de los años he tenido por ahí algún que otro bastardo, y siempre me ha dado bastante igual. Ni siquiera con los aprendices que trataban de asemejarse a mí, aunque algunos lograsen ser buenos representantes de los Túnicas Negras.

Hace por lo menos 40 años que no tengo aprendices decentes, aunque de todos ellos hay constancia en un libro de registros que tengo en la sala de archivos de la torre. Todos los que han pasado por allí, o todos a los que alguna vez he transmitido enseñanzas. La lista es bastante larga, pero de esos destacaría como mucho 5 o 6, que a lo largo de tantos años son realmente pocos. La última aprendiz que tuve, Aleera Knox, resultó francamente decepcionante, desapareció al poco de empezar. Vuelvo a mirar a la extraña muchacha, su insignificancia hace que el único final que veo para ella sea el de ser devorada por los inferis. La horda que atacó al grupo a su llegada sigue por aquí, dispersa, pero a mi llamada comienza a acercarse al lugar. Los desagradables sonidos gorgoteantes comienzan a escucharse en las inmediaciones. No hace falta que ordene que la devoren, lo harán ellos solos. Ni le dirijo la palabra a la cría, comienzo a alejarme de allí, perdiéndome en la espesura del bosque para ir al encuentro del demonio, desapareciendo así de escena antes del inminente final.

Puto viejo de los huev... ¿Dónde se ha metido? Miro por las lindes del bosque más cercanas a la torre, pero no veo nada. Estoy muerta, el cuerpo de Pamela no va a aguantar mucho más, entre los golpes y que me estoy haciendo pis no sé cuánto me queda antes de desmayarme o algo. Entonces escucho unos ruidos muy feos: más muertos andantes.

-Aaarrrgggg.

Gruño desesperada y doy la vuelta a la torre buscando a los inferis, es cuando veo a Moth en el suelo, tendida. Me acerco a ella "corriendo" para comprobar que está bien, cansada y con algunos golpes pero bien. No como yo, que ya me tiemblan hasta las piernas del esfuerzo y tengo varias heridas sangrantes.

Cojo la manita/garra de Moth y la ayudo a levantarse del suelo, llevándola hacia la torre de nuevo porque realmente no había ningún lugar seguro aquí. El viejo debe tener alguna habitación en la torre con cosas útiles, una habitación secreta o con un caldero donde pueda guardar pociones reponedoras (que es más viejo que la pera) y alguna que otra forma de salir rápido de aquí si no es pedir mucho.

-Moth, ¿sabes si el viejo malvado ha dicho algo? ¿A vuelto a la torre?

Si lo ha hecho de todas formas no nos queda más remedio que entrar o intentar desaparecernos lo más lejos de los inferis posible, y yo estoy un poco para el arrastre así que busco la puerta (no, más escaladas por paredes verticales no) y espero que las escaleras no me cansen demasiado, que tengo que reponer fuerzas para hacer alguna cura después y conseguir largarnos de este maldito lugar.

Un silencio mortal envuelve el bosque helado desde que fui expulsado de mi propia torre, sin posibilidad de regresar por el momento. Gran parte de los intrusos se marcharon hace tiempo, pero algunos de ellos debieron permanecer atrincherados en el interior, arrebatándome lo que por derecho me pertenece. Yo he custodiado la torre durante años, protegiéndola de los inútiles seres humanos, preservando sus secretos que alberga. Ahora ni siquiera puedo acceder a ella, una poderosa magia de sangre realizada por un nigromante me impide la entrada, a pesar de mis numerosos e inútiles intentos por recuperar el sitio.

Los días fueron transcurriendo, no sin antes intentar algunas veces más el deshacer o revertir el hechizo de protección realizado con sangre. Sé bastante bien lo complejo que resulta burlar algo así, y ni siquiera tengo claro a cuál de todos los nigromantes que había en la torre ha sido. Tengo mis sospechas con el demonio-nigromante Khaled, pero no he podido confirmarlo. Conforme pasa el tiempo voy pareciendo cada vez más un anciano mendigo, más encorvado, más sucio, con las ropas más raídas. Incluso llego a robar comida de las aldeas cercanas debido a la falta de alimento en el bosque. El demonio que invoqué, el que permaneció conmigo en el exterior, continuó haciendo estragos en los lugares cercanos durante algunos días más, pero después fue debilitándose progresivamente.

Llegado el momento actual lo único que puedo hacer es tratar de enviarlo de vuelta a su plano, o dispersar su esencia demoníaca de tal manera que ésta se desvanezca y reintegre en el medio de algún otro modo. El demonio ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Extiendo mi báculo hacia la cabeza del derrotado y debilitado demonio, ha permanecido demasiado tiempo en este plano. El ritual que voy a realizar lo vi en tierras escandinavas hace ya muchos años, cuando apenas comenzaba mi aprendizaje. Toda la población a la que afectó acabó desapareciendo en misteriosas circunstancias, según los lugareños. Yo sabía que habían tenido que acabar matándolos a todos, pues prácticamente dejaron de ser humanos. Realizar este ritual no me ayudará a recuperar mi sitio, o tal vez sí, las consecuencias pueden ser imprevisibles.

Comienzo a recitar con voz gutural, versos en lengua negra se pierden en el viento que corre entre los árboles. El tono resulta cada vez más imponente, más inhumano. Un resplandor rojizo emana del báculo, comenzando a envolver al demonio en una espiral que gira cada vez más rápido. Su cuerpo comienza a desintegrarse poco a poco en esa espiral, oscuras partículas se unen a los vertiginosos giros. Los ojos del demonio se apagan cuando prácticamente todo su cuerpo ha desaparecido, quedando para el final la cabeza. Lo único que queda ahora de él es una densa masa oscura que gira alrededor de mi báculo, cargado con la esencia del demonio. Tras unos versos finales la bruma negra se desprende de mi báculo, moviéndose como si tuviese vida propia. Ni siquiera hace falta que susurre orden alguna, la propia maldad del ente hará lo propio de manera descontrolada, desde lo que tenga más próximo hasta lo más lejano. Lo dejo ir, quedando agotado tras semejante uso de mis poderes. Después me alejo apoyado en mi báculo, abandonando el bosque definitivamente. La vida del exiliado me espera, por ahora.

Un ser dado por desaparecido, aterriza con suma suavidad dentro del bosque, prácticamente no se le podía distinguir de los árboles blancos que le rodeaban. La piedra de sangre estaba brillando más intensamente a cada paso, la aguamarina, ahora más oscura, proyectaba imágenes en su mente. Las imágenes eran claras, y eso le daba más determinación.

Prosigo mi camino. Después de casi un año, la respuesta estaba aquí, de nuevo. Sólo avanzo, el destino aguarda. Acabaré lo que otros no se han atrevido. Es el momento perfecto para actuar -pensaba-, los demonios están debilitados, no son una amenaza. Ahora no hay nadie que pueda detener el porvenir.

El momento por fin se acercaba. Conforme veía el último copo de nieve caer sobre la rama del árbol al que me había subido. Conforme la veía unirse al blanco de los otros copos. A morir entre ellos como uno más.

"No eres especial ni único. No eres diferente de los demás. Da igual lo que te hayan hecho creer"

Finalmente pasó. Al tiempo que aquello se fundía en el hielo de sus compañeros, Vakuum finalmente puso sus pies nuevamente sobre el bosque. Lo había visto en mis sueños, tan claro como había visto donde iba a caer exactamente aquel copo. Blanco sobre fondo blanco. No sabía por qué lo había visto. Mis visiones no habían desaparecido con mis alas, no era algo que pudiera arrancarme. Pero en mi sueño, era negro sobre fondo blanco. Solo una corona lunar sobre la cabeza me hicieron ver que se trataba de él. Antaño el clan me habría prohibido contactar directamente con él para interpretar mi visión pero ya no estaba Unido a ellos. Ya había fracasado y probablemente alterado el rumbo de su destino. Para mal, seguramente, pues siempre era para mal, tal es la naturaleza de las realidades, tienden inevitablemente al desorden.

Él avanzaba hacia la Torre sin temor. Los horrores que habia visto ahí dentro solo tenían comparación en mi imaginación ya.  Lo vi acercarse al punto en el que yo estaba. Parecía un hombre absolutamente normal, salvo por el lugar en el que estaba subido: vestido con pantalones negros un tanto elegantes, una gabardina marrón oscura y una bufanda negra de lana gruesa que llevaba al cuello y por encima de la cabeza cual capucha para cubrirme del frío.

- veo que entras a la torre pero no veo por qué. - hablé desde mi árbol. - Dante, es un camino de descenso al infierno. No tienes un Virgilio ni te espera una Beatriz. -no le dirigí la mirada mientras le hablaba - que pensará de ti la noche si lo haces?

Una voz me detiene. Tras de mí, un gran árbol, y en él, un alado. Aunque su apariencia no es la misma, le reconozco. Hacía ya mucho desde nuestro último encuentro, justamente, fueron estás tierras las que nos junto por primera vez, pero con un propósito distinto al que nos ha traído de vuelta.

- Mi lucha no es contra ti, alado. Haré lo que tú no puedes. -digo de espaldas a él- La noche es demasiado oscura para caminar con los ojos cerrados.

Este encuentro estaba destinado, ironías dulces y verdades amargas son las armas que emplearían para convencer al otro de su propósito. -La esperanza, no pondrá fin a este conflicto. -Cada uno con su idea de bien y orden- Ahora han echado al nigromante de la torre, es el momento perfecto para acabar con la guerra.

Mis luminosos ojos se estrecharon por la inesperada respuesta de Vakuum y me incorporé un poco, despegando mi espalda del frio tronco y mirandolo por fin a él mientras lo dejaba terminar de responderme.

- Al ciego no le impresiona un apagon, al igual que a la noche no le impresiona la oscuridad. ¿De que lucha hablas? He visto tu corona rota, Vakuum...por eso he vuelto.

Bajo del árbol entonces, y no puedo hacerlo con la elegancia o gracilidad de antes. De hecho caigo en la nieve,  no tan pesadamente como lo habria hecho un humano, pero si es cierto que aun me estaba acostumbrando a esas cosas y mi caida no es nada grácil. La oscuridad que la "capucha" cierne sobre mi rostro oculta una mueca de vergüenza. - No, la esperanza está muerta.

Caminé un poco hacia él, interponiendome en su camino. ¿Debía detenerlo? ¿Dejarle que fuese allÍ? Daba igual que hubiese nigromante o no. Pero podía sentir lo que estaba ocurriendo allí adentro....
- ¿Tú solo? Grande te consideras si crees que donde yo fallé tu vas a triunfar. ¿Que ha cambiado? Piensas que vas a traer salvacion pero solo acabarás en el infierno.

Dejo que hable, veo como cae torpemente del árbol, como se interpone entre mi destino y yo. Hablando con preguntas, intentando entender dar una forma más sólida a su abstracta visión.

- La luna ha sido testigo de mis noches más frías.. -Haciendo una pequeña pausa y alzando la mirada al cielo, empieza hablar, como pensando en voz alta- Me dirigía a stonehenge, me informaron que habían una serie de jeroglíficos que ayudarían con las posesiones. Entonces, escuche un ruido, pero no sé de donde venía. Busqué respuestas en la piedra aguamarina, pero no lo encontré. El sonido me llamaba, lo conocía, eran almas humanas, pero, ¿dónde?

Fui a varios lugares, allí donde viven los humanos, pero las almas no me llamaban desde allí. Recorrí todo el planeta en busca de aquel sonido, siempre aquel sonido. Entonces lo comprendí, en la torre de la hechicería, donde se encontraba antaño la piedra del mundo. -Baja la mirada nuevamente, mirando, ahora sí, al alado- Las almas se retuercen, ahora conozco la verdad de los mortales. Todos los caminos conducen a la muerte, a pesar de sus triunfos y derrotas, siempre mueren, esa es la sabiduría.

Avanzo hacia él, mientras hablo, quedando a escasos centímetros, mirándolo fijamente -La torre, es el arma idónea, la guerra, acabará. Pronto, la sangre de demonio desaparecerá de la creación.

- Y aun podrá ser testigo de tus noches mas oscuras. - advertí con semblante oscuro. Lo habia visto tan claro como el amanecer . Pero una vez mas corria el riesgo de equivocarme. Pero presté oidos , pues él se había ganado ese privilegio no en vano. Asi que escuché todo lo que tenía que decir. Que este lugar le llamase solo podia indicar y coincidir en cuan oscuro se tornaria su futuro a partir de ahora si obedecia a la llamada de su interior.

- La muerte es la renovacion, y la renovacion es necesaria. No hay que detenerla.

Él avanzó impertérrito hacia mi. En principio no me aparté, no iba a apartarme...sus intenciones eran las de actuar fuese como fuese. Lo observé desde lo mas profundo de mi ser, mi expresion no transmitía enfado ni tristeza ahora.

- Tan fervientemente lo deseas... poner tu primer pie en unas escaleras resbaladizas por la sangre, en una rampa...no es una torre, es un pozo. Te he entregado mi mensaje, te he advertido .Nunca he intervenido más alla, por cuestionables que los resultados hayan sido, no es mi mision hacerlo. Incluso ahora si ya no pertenezco a los que aun pertenecí...no lucharé contra ti, Vakuum, para impedirte lo que deseas hacer.

Me eché a un lado, despejandole el camino de nuevo.
- Solo recuerda que si entras ahi, quiza no vuelvas a salir, o si lo haces, no serás el mismo. La guerra no va a acabar. No está escrito aun. Sacrificios serán necesarios. Quizá el tuyo sea uno de ellos.

No se aparta e intenta avisarme . de la amenaza que supone la torre, el mensaje era claro. Las dos miradas se cruzaron, miradas con intenciones y determinaciones muy diferentes por un momento. Entonces se aparta y me advierte que voy a entrar, pero no a salir, no de igual manera a la que soy ahora.

Ahora se encuentra a mi lado, sin moverme del sitio alzo un poco la mirada, los ojos empiezan a brillar de un color violeta claro, un lavanda blanquecino. Aunque no es visible, la luz al rededor de Heraldo empieza a solidificarse atrapandole por el pecho, como si una mano le estuviera sosteniendo y elevandolo lo justo para que le queden los pies flotando. Lo acerco ante mí - Deberías saber.. -Me quedo unos instantes mirando el rostro de aquel que reniega lo que es antes de lanzarlo en la misma dirección en la que le había cogido. Cae rápido, pues colisiona con un árbol cercano.- Que..

Los ojos vuelven a su estado normal, giro la cabeza hacía él - Nada.. detiene.. a la muerte.. -Con cada palabra, el eco de su voz se torna más oscuro, haciendo evidente el tormento de su interior, de su alma. Después se giró y siguió su paso dirección la Torre.

Mi rostro sereno e impertérrito muda a uno de furia cuando comienza a decir lo que deberia saber, cuando siento el poder del contrario oprimirme el pecho y ejercer una violenta presion sobre el mismo. Sus ojos brillan, antinaturales, la luz en manos de la oscuridad. Examino su rostro en los breves segundos que me mantiene cercano a él antes de tirarme contra un arbol, contra el cual me golpeo de espaldas para volver a caer pesadamente sobre la nieve, de bruces.

- ¡LO SÉ, LO SÉ! - grito desde el suelo reincorporandome. Lo veo alejarse y como he decidido, no iba a impedirle su camino de descenso. Si algo ha de alzarse, para ello, antes ha de caer y conocer el foso mas profundo de su alma. Quizá para perderse ahi. Quizá para resucitar como algo mejor. Ese desenlace, permanecia oculto y vedado para mi, tras una cortina de perlada niebla en mi cabeza. - ¡LA MUERTE SE DETIENE CON MUERTE, VAKUUM! DEL VACÍO, AL VACÍO, EL TIEMPO A LAS CENIZAS Y LAS CENIZAS AL TIEMPO! Solo tú puedes invertir tu nombre...

"...pero quizá necesites ayuda..."

Lo perdó de vista. Con una mueca de dolor, me senté en la nieve, espalda contra el tronco. Y suspiré con pesar.... el tiempo y la soledad habían robado otro corazón, otro alma, una que debía ser completa y buena. ¿Dónde estaba su corazón? ¿Dónde su lealtad? ¿Tenía acaso un amigo que estuviera dispuesto a estar con él hasta el final? Poco conocía de ese individuo. No me iría lejos de allí. Quizá esperaba volverlo a ver salir de alli, derrotado. O escuchar sonidos de batalla, la lengua de los demonios, y entender que habia caido presa. Fuera como fuera, un heraldo podia ejercer tambien de centinela, aun sin sus alas...Así que me refugié en el bosque, y deambularía por los alrededores, hasta recibir la siguiente señal

Había salido del burdel de Inglaterra hace algunos días, pensaba volver de una vez por todas a la torre de hechicería a ver si necesitaban algo. Las chicas del burdel me habían regalado aperitivos y algunas botellas de vodka y whisky para el viaje.

En lo que llevaba de viaje ya me tome 3 de las 6 botellas que me habían dado… Y algún que otro cigarrito ‘’medicinal’’ que me habían dejado en los bolsillos de la campera. Creo que en una buena sociedad esto seria bastante ilegal. Ya había bajado del barco y volví a emprender mi viaje el motocicleta hasta llegar al bosque fuera de la torre de hechicería.

-Creo que estoy un poco, bastante volada para entrar…

Dije haciendo fondo blanco con la media botella que tenia en la mano, aparque la moto a unos laaaargos metros de la torre de hechicería de los soul.

- Tio… Que buena hierba!!

Dije recordando el porro que me había fumado en una de las paradas que había hecho, mientras que agarraba uno de los sándwiches que me quedaban en el bolso, deborandolo con ganas, la bajona ya me había pegado… Y duro…

-Que ganas de follar...