Habitaciones de la base

Aquella pequeña orden hizo que lo mirara con gesto de molestia. “Espera un momento”, como si tuviese potestad de ordenarle cosas. Quiso pegarle un poco pero se abstuvo, no quería empeorarle las heridas pero su frase de después hace que sonría. Una sonrisa igual de cansada, pero rodó los ojos con gracia -Tienes un problema de ira interna ¿Lo sabías? Es como...Quieres ir por ahí pegándole a la gente. O te falta entrenamiento físico o te falta sexo. Pero esa energía tienes que gastarla, no te hace bien ahí encerrada- Señalo su pecho con un dedo, moviéndolo en círculos para enseñarle el corazón.

Al sentarme, me limpio un poco los pies frotándolos el uno con el otro y después los subo en la cama sentándome en forma india. Al preguntar por Max me quedo en silencio. ¿Quién demonios era Max? -Fue… Fue un aprendiz de mi padre, vivió con nosotros por… unos cuatro años.Su entrenamiento terminó antes de que mi padre…- ¿Muriera? Eso iba a decir? Ahora estaba segura de que había sido asesinado, ese verbo ya no funcionaba. Dejo escapar el aire, tratando de controlar las lágrimas y poder hablar con más tranquilidad. Apoyó la cabeza en el hombro de Ian cuando le pasó el brazo por los hombros agradeciendo el gesto, sobre todo, porque viene de él...Que es como yo con eso.

Sus preguntas me apabullan y bajo la vista mirandome las manos que por culpa de las lágrimas empiezan a humedecerse y a remover la sangre. Asiento, luego alzo los hombros, niego...Mi cabeza se mueve de un lado para el otro porque no tengo las respuesta -No lo sé. Estoy muy confundida, Ian… Es… Es…- No encontraba las palabras para explicarle y aquello le frustraba un poco. Sin embargo, aquello de que es un cerdo la pilló desubicada. Movió la cabeza hacia él, y dándose un poco cuenta de la cercanía se inclinó hacia atrás observando el gesto en su rostro que decía todo lo que estaba pensando. Alcé las cejas con sorpresa y las mejillas se me colorearon -No...No, no no eso. Me toca en general… No..- Me muevo en la cama para imponer cierta distancia porque el tema de pronto me puso nerviosa. Era bastante chula cuando hablaba de los demás, pero si el tema rondaba sobre mí, me hacían cortocircuitos las neuronas -Me tomó el rostro y me limpió la nariz. No...No me… Me tocó…- Digo bajando la mirada avergonzada y diciendo las últimas dos palabras con énfasis para que sepa a que me refiero.

-Es que...El contacto físico...No es lo mío. No me gusta que gente que no con… Que no me gusta- Arrugo la nariz cuando no encuentro las palabras que decir porque vamos, Azahar me había abrazado, Ian también, Adael un par de veces, mis hermanos. Miro a Ian con un gesto confundido -Hay pocas personas a las cuales le acepto que me muestren afecto a través del contacto físico. Max...Max no es una de ellas. No aún. Pero… Él… Es familia y…- Muevo las manos de manera nerviosa sin saber cómo explicar la forma que tiene Max de ser. Es como si él fuese un planeta y yo una luna, girando alrededor de él por culpa de su gravedad -Agh… Nada, no...No es nada. Ya lo solucionaré. No...No te preocupes. Hallaré la forma- Tomo un evidente respiro profundo para después exhalar -¿Hay algún lugar donde pueda quitarme toda esta sangre?...Y puedo volver aquí? ¿Esta es tu cama? Me da verguenza tomar otra. A ti te conozco... O la de Azahar. Después de todo, si te metes en la cama después corro el riesgo de que me despiertes con un golpe en la cabeza. Brusco. Eres un niño muy brusco- Le dijo un poco en broma, no quería meterlo en más problemas -Pero... Si ves que estoy murmurando cosas o estoy rara. Despiertame...No quiero hablar con Max ahora-

No me molesta que me diga eso de la ira interna porque en parte sé que es cierto, soy impulsivo y con un temperamento un tanto complicado, la paciencia no es una de mis virtudes. Eso sí, suelto un '¡eh!' de protesta cuando insinúa que me falta o entrenamiento o sexo, extrañándome que haga referencia a lo último porque la creía como mucho más 'recatada' o esa es la impresión que me ha dado hasta ahora. - Puede ser...ni idea. Igual simplemente soy ya bruto de nacimiento. Qué se le va a hacer.- bajo mi brazo de sus hombros cuando empieza a darme frío en la parte que no está cubierta por la manta, con la que sólo tengo liada la parte de abajo del cuerpo. Cojo otra de las mantas que hay sobre la cama, para echarla sobre mis hombros. Le ofrezco una tercera manta a Catherine, por si tiene frío también. Después presto atención a la explicación sobre el tal Max, que no es que me esté cayendo precisamente bien por lo poco que sé hasta ahora.

- Que fuese aprendiz no quiere decir que sea de confianza. Y lo digo porque lo sé. En el último torneo, en el que participé yo, había unos cuantos gilipollas. Por ejemplo contra el que luché yo, el tal Astaroth. O también estaba Rybar. Por culpa de ese imbécil casi no salimos con vida de la fortaleza de Bastión de Magos. No sé qué criterio se sigue para coger a la gente, pero aunque sean buenos magos...muchos tienen una dudosa calidad moral. Un poder fuerte en manos inadecuadas es jodidamente peligroso. - me extraña que los descendientes no tengan eso en cuenta, pero bueno, no es culpa de ella que lleva poco tiempo en el consejo, sino de los que llevan más tiempo y no han corregido algo así. - A no ser que intentéis reformarlos o algo así. ¿Es eso? Hay gente que no se puede reformar.

Observo cada gesto de Cate hasta que uno me llama la atención, cuando se ruboriza al hablar de él y de eso de que le 'toca'. Arqueo una ceja ahora que parece que ha pillado a qué me refería y por qué lo he llamado cerdo. Al menos aclara que no la ha tocado de esa manera, sino que fue más bien una invasión del espacio personal, tocando sólo su cara. - Muchas confianzas para un recién llegado, ¿no? - chasqueo la lengua un tanto contrariado al verla tan confusa por lo del tipo ese, queriendo dejarle claro una cosa. - Pues haz que lo sepa. Marca distancias. Si no te gusta no tiene por qué acercarse. A no ser que...- hago una pequeña pausa, pensando en otra posibilidad, ya que si estuviese completamente segura de que le desagrada no estaría tan confundida.

- Que te interese de algún modo. O que sea simplemente vergüenza porque te da corte que se te acerque tanto un tío. - la miro directamente a los ojos como con cierto reto, esperando que esta vez no me esquive la mirada. Me he dado cuenta perfectamente de que se ha ido alejando conforme hablábamos del tema. - No sé si yo te he llegado a incomodar alguna vez, pero supongo que me lo habrías dicho. Bah...sea como sea. Ya le echaré el ojo y te diré lo que pienso después de verlo. No olvides que los perros tenemos un sexto sentido para estas cosas. - hago una breve pausa sobre este tema para tratar asuntos más prácticos, como lo de ir a limpiarse y dormir. Yo debería hacer ambas, además de visitar la enfermería. - Sí, hay unos servicios comunitarios. Puedo acompañarte, y así me ducho también. En mi ducha, claro. - aclaro por si ha habido malentendido, aunque creo que aclarar es peor. Lo dejo pasar, negando después a lo de la cama. - No, no es la mía. Me habrán dejado aquí porque no pertenece a nadie, ni esta ni la de arriba. La mía es la del fondo, compartida con Chloe. Puedes quedarte en esta si quieres, además, al haber dos libres puedes elegir. - me levanto del borde de la cama, sujetando la manta alrededor de la cintura, dejando caer la que me había puesto sobre los hombros. Todavía me lleva unos segundos estabilizarme al ponerme de pie después de tanta droga y tanta mierda. Me saca una pequeña sonrisa por eso que dice del golpe en la cabeza, no me extrañaría porque me muevo bastante durmiendo. - De acuerdo. Me ocuparé de que te despiertes, aunque no sea de modo suave. Es de mala educación meterse en los sueños de otros.

Sonrío de lado cuando dice que es bruto de nacimiento porque...Lo veo posible, pero eso no sale de mis labios más allá de aquella sonrisa que vuelve a borrarse lentamente mientras Ian habla. La verdad, me siento un poco bipolar. Me roba sonrisas, me las saca, me las vuelve a poner. Estar con él era como una montaña rusa de sentimientos. Subía, bajaba, volvía a subir. Tal vez se tratase de eso mi comodidad con él, que entendía aquel humor negro que corría por sus venas y me hacía gracia. Si mi relación con todo el mundo fuera así de fácil… Sería… Más… ¿Feliz?

Alzo la vista hacia él cuando habla de Max sintiendo que sus palabras le dan un poco de sentido a mi confusión, porque tiene razón. Que haya vivido con nosotros, que mi padre le enseñara...Yo apenas recordaba nada de él. Era un borrón en mi infancia. Cuando menciona a Rybar hago una mueca, me había elegido a mí para entrenarlo y las palabras que salían de la boca de Ian empezaban a darme una imagen más profunda de él. Una imagen que no me gustaba. ¿Qué haría entonces con lo que yo le enseñaría? -No, no lo intentamos. Al menos yo no, me parece una tontería. Si mi madre no me cambió a mí, como voy yo a cambiar a alguien más?-  Me remuevo incómoda de pensar en Rybar y empiezo a anotarme mentalmente evaluarlo antes de decidir enseñarle algo.

-Sí...Eso. Demasiada confianza… Confianza que compartía con Layla, no conmigo. No...no soy mi hermana. Es obvio que no soy ella-  Cuando dice que le marque distancias frunzo un poco el ceño porque estoy poco clara en como hacerlo bien, que me entienda; ya que evidentemente el lenguaje corporal mio no había funcionado -Voy a tener que pegarle si me toca de nuevo…- Le menciono y noto que deja alguna palabra colgando y  lo miro como esperando a que me diga eso, negando con la cabeza casi de inmediato sin apartar mi mirada de él. No se sentía atraída ni sentimental ni físicamente hacia él. No ahora al menos -Que se me acerque él- Puntualizo -Me da corte que se me acerque él- Dejo en claro porque es con Max con quien me he sentido extraña. Pero claro, no es como que nadie más se me haya acercado.

Cuando pregunta o menciona si él me ha incomodado, arrugo un poco el ceño pensando en ello un poco -Bueno, aparte de despertarme a los golpes o lanzarme al agua. O pegarme…- Le digo mirándolo con una ceja alzada al recordar el golpe en la playa -No..No creo. Tampoco es que has hecho cosas como Max como para incomodarme- Cuando dice aquello de perro alzo una ceja con un gesto tosco -No te llames perro, no me gusta. Es despectivo. Eres un licántropo- LE advierto al recordar que Jean lo había llamado así y había querido golpearlo.

Finalmente parece que hablamos de algo un poco menos intenso, más banal. PEro cuando dice que se ducha no puedo evitar sonreír y sacarme una risa corta -Claro, y el cerdo es Max- Le bromeo porque sé que después ha corregido pero no quita que me haya salido una risotada muy sincera y espontánea. Después observó las camas y miró hacia el fondo un par de segundos -¿No puedo estar más cerca de ustedes? ¿O dormir con Chloe y tu acá? No conozco a nadie y...Me siento un poco intrusa. Tal vez debería hablar con Johan...- Le confieso llevandole una mano al torso porque me parece que está por perder el equilibrio y me levanto parándome a su lado cuando habla de mala educación meterse en los sueños de los otros -Es que.. aparentemente yo...Lo llamo o algo así. Pero yo no controlo mi sueños. La ultima vez se metio en la playa, sabes? En nuestra playa- Le dijo con un deje amargo en la boca, aquello le había molestado y dolido porque era SU zona de paz. No debía interferir, no era para él.

Tuerzo el gesto un tanto contrariado al saber que no es que eligiesen a los de dudosa moral para tratar de corregirlos, simplemente parece que no se lo plantean. Decido llevarle la contraria porque a mí no me parece que sea una tontería, aunque ella es libre de creer lo que quiera. - No estoy de acuerdo. La educación no consiste  sólo en enseñar o transmitir conocimientos, también deberían transmitirse valores. Lyran al menos lo cree así. Y creo que tiene razón, aunque en este caso seamos todos adultos. Pero bueno...también admito que debe ser algo complicado cambiar a alguien a estas alturas. - me pregunto por un momento qué habrá sido de los otros participantes del torneo, especialmente sobre los que estamos hablando. Miro alrededor buscando algo de ropa que pueda servirme, para llevarme a la ducha y dejar de ir en cueros de una vez. Me fijo en unos pantalones vaqueros y una camiseta negra que hay doblados sobre un pequeño baúl, junto a la que he dicho que es mi cama. No pienso ir  hacia ellos andando, me gustaría atraerlo usando magia, pero no tengo claro si ya puedo hacerlo. A juzgar por la herida que tengo en la nuca (en proceso de curarse por la regeneración) diría que mi padre o Lyran debieron hurgarme para sacarme aquella cosa que me pusieron nada más entrar, la que me daba descargas cada vez que trataba de usar magia.  Decido hacer la prueba e intento atraerlos hacia mi usando magia, un sencillo hechizo de atracción de objetos. Extiendo la mano hacia lo que quiero conseguir, dejando que la magia fluya por primera vez en mucho tiempo, y por suerte sin dolor por las descargas. La ropa llega por fin hasta mi mano, con alguna que otra dificultad en la que casi cae al suelo, pero llega. - Ya echaba esto de menos.- comento con cierto alivio al no sentir ninguna descarga de una vez por todas. - Los muy desgraciados nos castigaban cada vez que queríamos usarla- finalizo con tono de rencor, tratando de apartar esos pensamientos de mi mente al menos por ahora.

La mención de su hermana en relación el aprendiz me hace pensar que el tipo pretende trasladar la relación que tenía con la otra, lo que no sé es por qué. Demasiado confuso todo por ahora, hasta que no tenga más datos y pistas no sabre decir. - ¿Pegarle? Tal vez, pero con eso pueden pasar dos cosas, creo yo. O que se lleve un buen corte y deje de hacerlo, o que se pique y lo haga todavía más. Me parece que la indiferencia puede funcionar mejor a veces. No sé, sin conocerlo es difícil, pero prueba con lo otro primero. Y si se pone muy pesado, le sueltas una hostia, pero sin vacilar. - si sólo es él el que la da corte que se acerque...puede significar muchas cosas, pero ya se verá.

Frunzo el ceño un poco más, con un fingido gesto de indignación cuando me recuerda lo del tirarle agua en la playa, lo de tener mal dormir, o...no, lo último del golpe no me hace gracia, porque fue cuando me transformé en licántropo y ella no pudo controlarme. Y eso no es un buen recuerdo ni creo que debamos hablar de ello ahora. - Ah, eso. Parece que fue hace tanto...pero pondré todos los medios para que no vuelva a suceder. - acompaño estas palabras de un gesto más serio, negando después con la cabeza a lo que dice sobre la palabra perro, que no le agrada. Es cierto que es algo despectiva, pero en el fondo es un poco lo que siento hacia esa forma mía. Desprecio, aunque trate de vestirlo de aceptación. El ambiente se aligera un poco por el comentario a modo de broma por el malentendido de la ducha, que creía que no había pillado en el momento, pero resulta que sí. - ¡Ya no puedo ser tantas cosas! cerdo, licántropo...un bicho por persona, por favor.- bromeo de manera irónica, aunque doy el malentendido por bien empleado si al menos la ha hecho reír. - Quédate con Chloe si quieres, yo puedo quedarme aquí, en la litera de arriba. Así no te molestaré si doy vueltas. De hablar con Johan ya me encargo yo. - agradezco que me eche una mano a eso de no perder el equilibrio, comenzando a caminar después hacia la puerta de las habitaciones - Invade sueños, playas...¿qué será lo próximo? - y así hablando salimos de las habitaciones, rumbo hacia los aseos.



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PS: 140 + 5 ps de regeneración= 145

-Que yo conozca a un chico llamado Ian, lo verias en la pelea de Londres, moreno y ojos claros. Después a otros que pudieron ayudar en el camino, pero no se cuantos exactamente.

Sigo a Mike en direccion a las habitaciones, evitando un poco a los que nos encontramos por los pasillos, pues la gente comienza a levantarse. Parece que venga yo de una fiesta privada, toda sucia y con mareos. "Necesito una ducha después de dormir un rato".

-Jaja, he conocido locos que harian mas que mirarme dormir.

Pienso un momento en el otro Pyro, llamandome filete y lamiendome la cara, brrr. Un escalofrío me recorre la espalda y me acerco más a Mike, llegando por fin a las habitaciones. Como supuse, vacias. Lo llevo hasta la cama que estoy utilizando, dejando mi revolver con su municion en la bolsa que tengo bajo la litera, y tambien la chaqueta de Wil.

-Ponte cómodo, mi cama es tuya.

Le sonrío y me siento en ella, echando las manos por detras de mis caderas y disfrutando por fin de algo blando, no las camillas de la enfermería.

Entramos a las habitaciones, una estancia bastante grande, llena de literas, macutos, cosas variadas...sep, muy comunal todo. Vanessa me habla de la gente que ella conoce que hayan rescatado. Aunque no tiene muchos datos. Ian, chaval moreno de ojos claros, que estuvo en la batalla de Londres. Si, vi un chaval, aunque no llegué a fijarme en sus ojos, obviamente...al contrario que ella, al parecer.

-Eres tú muy observadora, entre tanto barullo te dio tiempo a enterarte del color de ojos del chico?

"locos que harían mas que verla dormir?"

-Prefiero no preguntar por tus amistades. O enemistades. Pero que sepas que eso suena un poco rarito. Y perturbador.

Ella se acerca a la que es su litera, y observo el revolver que guarda en la bolsa. Me dice con sencillez que su cama es la mia tambien, y no me lo pienso mucho, sentandome a su lado, mirando a la chica a la cara.

"si, es jodidamente guapa. Y tengo su numero de telefono!"

Pero mi vista se desvía al techo de la litera de arriba, me encojo un poco de hombros y niego brevemente, volviendo a mirarla a ella. Tomo aire, resoplando. Por que tiene que ser todo tan putamente estrecho? Esa litera ahi de arriba, estorbando y nada mas. Y las paredes y el techo, todo tan junto y agobiante. No. No es momento para agobiarse por eso. Me concentro en los ojos azules de Vanessa, que pese a transmitir cansancio siguen siendo bonitos.

"eso, concentrate, no es para tanto, en realidad si lo miras bien, es amplio, si, muy amplio..."

-Hay algo de mi que no sabes.

Ruedo mis ojos mirandolo divertida.

-El chico me ayudó a levantarme del suelo, y estaba oscuro asi que sus ojos destacaban un poco. Queria que me fuese, ¡como si la brigada abandonase una situacion asi!-Digo exasperada recordando sus palabras.

Me alegro de que este bien ahora, pero tendria que hablar con él y enseñarle que nosotros no dejamos a andie atras si hay alguna otra opcion loca y suicida que hacer. Asiento a lo que dice sobre Hades, pensando lo mismo.
Mike se sienta a mi lado y mira alrededor y arriba, observando todo, como analizando las vias de escape en caso de que hicieran falta.
Lo miro a los ojos fijamente respondiendo a su mirada, profunda y brillante; luego suelto una risa y me acerco para besarlo, sintiendo sus labios calientes bajo los mios. Estoy cansada, me duele el brazo y aun siento los puntos que Chloe me ha dado en la espalda, y por supuesto sigo pensando en Wil. ¿No habia ocurrido esto antes? ¿No habia besado yo a un chico que apenas conocia y habia resultado ser un enemigo? "Estas perdiendo la cabeza, Vane". Me reprendo a mi misma, pero es que no quiero pensar ahora, no puedo.
Me tumbo en la cama esparciendo mis cabellos largos y algo enmarañados por la almohada, mirandolo desde abajo con una sonrisa.

-Si vas a decirme que te gustan los tios, ya puedes hacerlo.

Bueno, tampoco puedo esperar mucho, despues de mi metedura de pata con Johan no he estado especialmente receptiva a otros... "¿A quien se le ocurre intentar semejante estupidez con un hombre casado y estando borracha? A mi, por supuesto".

-Oye…en tu brigada esa… -no, quita, la ultima vez que había intentado unirme a algo había salido mal. Descarté la idea con un movimiento de mi cabeza. Me iba bien asi, por el momento.

Me quedo momentáneamente encandilado por sus ojos azules, hasta que se rie y se acerca a besarme. Vale, es un beso breve, pero es en los labios, y por unos instantes hace que se me cortocircuite el pensamiento y que me quede sin respiración. Se me había olvidado lo agradable que podía llegar a ser eso.

Ella se separa de mi y se tumba en la cama, mirándome desde ahí. Yo me he quedado en pause unos instantes, no me lo había esperado. Es decir, yo estaba intentando charlar, hacer conversación…se ve que esas cosas no se estilaban? O que yo no tenia ni zorra?

Me suelta esa frase y la miro con las cejas alzadas. Estoy a punto de farfullar algo sin sentido, pero mejor me callo. ¿Qué si me gustan los tios?

-Yo…iba a decirte que soy… -miro a mi alrededor, intentando concentrarme, aunque da la sensación que de verdad quiero salir pitando de ahi. Tomo aire, y cierro los ojos, pero me acerco un poco a ella, apoyando mis manos a ambos lados de su cabeza para agacharme sobre sus labios y dejarle un beso ahí. Luego me separo, soltando una risa algo nerviosa y mirándola como si aquello fuese una broma, pero es jodidamente serio, aunque da palo admitirlo en un momento asi. -…que soy claustrofóbico. Odio muchas cosas, y las literas de abajo son una de ellas. Estoy batiendo mi record de aguantar en una de ellas. De aguantar en una base bajo tierra, de hecho.

“estar bajo tierra es otra cosa que odio”

-Un momento, por qué te has pensado que me gustan los tios?- le pregunto de pronto confundido

El empieza a decirlo, pero se pone nervioso y no termina la frase. En cambio se acerca a mi, poniendo una mano a cada lado de mi rostro y dandome otro beso. Aunque se rie no parece muy cómodo ... Y luego sé porqué. Lo miro con los ojos muy abiertos y recojo algo de su cabello con una de mis manos, enredando mechones entre mis dedos.

-Solo tenias que decirlo, yo tengo... Miedo a muchas cosas tambien.

Me quedo callada un momento pensando en qué decirle, en qué hacer. Lo mio con el agua bien, mas o menos puede controlarse, pero lugares pequeños hay en todas partes. Él me pregunta entonces por lo que le he dicho y sonrio un poco.

-No tengo muy buena suerte con los chicos ultimamente... Asi que espersba que dijeras algo asi o que tienes novia o yo que se ...

"Definitivamente no es tu dia." Lo miro un poco mas y vuelvo a ponerme más seria.

-¿Quieres salir? El aire te vendrá bien...

-Eh, no es tan facil admitirlo, vale? Es ridículo

Ella me dice que tambien tiene miedo a muchas cosas. Cualquiera lo diría. A mi me habia dado la impresion de ser impávida, de estar tan loca de ir con su grupo a atacar el corazon de londres. Pero sin embargo bajo esa chaqueta de aviador habia parecido rota y desprotegida. Asi que no me queda mas remedio que creerla...

-¿Que no tienes suerte con los chicos? Pues no entiendo por qué

Le sonrío de lado, dando por zanjadas sus dudas sobre mi. La verdad es que la chavala me gustaba. Habia empezado a hacerlo pronto. Su fisico me habia llamado la atencion en Trafalgar, pero era hablando con ella y viendola actuar que habia creado mas interes en mi. Y no iba a quejarme de que ella lo tuviese en mi, aunque no entendiese muy bien por qué

"si hasta hace cinco segundos pensaba que me gustaban los chicos ¬¬"

-Nah, estoy intentando superar lo de la claustrofobia. ¿Me echas una mano? - decido probar otra vez, acercandome de nuevo para besarla en los labios, pero en esta ocasion haciendolo durar mas. Me separo un poco, aun inclinado sobre ella. - Ademas te dije que te ayudaria con lo de no dormir sola

Sonrío cuando dice que no entiende de mi suerte, pero no digo nada, me quedo mirandolo hasta que me dice que lo ayude con la claustrofobia... Y se agacha a besarme de nuevo, más tiempo, más profundo. No es para nada lo que esperaba de alguien más joven que yo, pero me gusta. Lo miro entrecerrando los ojos, aun pensando en lo que ha pasado esta noche.

-¿Y qué tienes pensado?

Le pregunto, bajando mi mano de su cabello hasta su hombro acariciando la piel del cuello que queda a mi vista.

No tardó mucho en seguir el camino por el cual Ian y ella habían ido hacia los servicios. Por todo el camino sólo miró el piso pensando en muchas tonterías producto de las hormonas propias de su edad y del contacto físico, por mínimo que sea. Nunca pensó en sentirse así, le gustaba salir de Ouroboros. Definitivamente, le encantaba. Apretó un poco más la ropa cuando entró a las habitaciones dándose cuenta de que no estaban tan solitarias como antes. Observó a un chico encima de una chica en aspecto bastante cercano, una cercanía que incluso a una Cat ruborizada y hormonada le parecía demasiado íntima e incómoda. Pero ellos parecían muy a la suya, muy cómodos, hablandose en susurros y ella acariciándole el cuello.

Bajó la vista con tal vergüenza que sintió calor de pronto, el rubor de las mejillas se le fue hasta el cuello y se debatió en si salir o seguir caminando. Su cuerpo se movió hacia delante y hacia atrás porque no sabía qué hacer, pero al no conocer la base y seguir descalza prefirió seguir caminando hasta la cama que le había mostrado Ian. Hizo como si no los había visto y siguió caminando hasta tirarse en la cama, dejando la ropa a un lado se envolvió en una de las sábanas dándole la espalda a la escena.

Cerró los ojos con fuerza, esperando no escuchar de fondo besuqueos ni nada, si no conseguir el silencio que siempre tenía en su casa para dormir. Algo le decía que no iba a tenerlo. Ante la luz de la habitación se echó la sábana encima de la cabeza para apaciguarla. Aquella escena se le había quedado grabadita en el cerebro y dudó que se fuese a dormir en algún momento. Malditas hormonas, maldita mente, malditas ilusiones.

-Se me ocurren unas cuantas cosas para conciliar mejor el sueño

Le respondo a Vanessa, sonriendo de modo sugerente, o al menos eso intento. Si, ciertamente se me ocurren varias cosas, pero en realidad son todas las mismas. Ella baja su mano de mi cabello a mi cuello, acariciando esa sensible zona, y yo no puedo resistirme a llevar una mano a su cintura... colándola por debajo de su camiseta para acariciar la calidez de su piel.

Me acerco a ella otra vez, pero en vez de besarla en los labios beso su cuello muy suavemente, disfrutando de su aroma más de cerca. No es el tipico de perfumes y productos quimicos. Es simplemente cuando el olor particular de una persona te llama de un modo que no puedes entender ni explicar. No creia estar siendo demasiado atrevido, pero tampoco queria pasarme... tras rodear con el indice la piel de alrededor de su ombligo mi mano sube por su costado, y no puedo evitar darle un pequeño mordisco en el cuello antes de volver a sus labios.

Para entonces, escucho unos pasos en las habitaciones, y levanto la mirada. Una chica morena ha entrado...haciendo como que no nos ve.

"joder"

Me parece reconocer a la chavala, pero no estoy seguro. Su cara sin embargo me suena. Suelto un bufido mezclado con una risa y me tumbo en la cama al lado de Vanessa, abrazandola por la espalda para apoyar mi barbilla en su hombro, diciendole en voz baja algo.
-La privacidad hoy dia es un lujo eh?

Mike sigue mi juego y acaricia mi piel bajo la ropa, a la vez que sus labios van recorriendo mi cuello despacio. Cierro los ojos y aparto de mi mente a Wilhem, a Johan y a cualquier otro indeseado, aunque me ayuda bastante cuando él muerde mi piel antes de volver a mis labios. No soy una muñeca triste que necesite ser consolada, soy una luchadora que necesita desahogarse.
No lo dejo separarse, profundizando el beso mientras mis manos van acariciando poco a poco su espalda hacia abajo, entonces los dos escuchamos pasos. Catherine, la chica de la batalla en Londres, una de los Descendientes, aparece por la puerta de las habitaciones y nos mira un momento antes de apartar la vista y vacilar en entrar o no. Al final se dirige hasta una de las camas y se tumba alli, de espaldas y cubierta hasta arriba. Subí a la isla si, pero no pude contactarla, aunque me dijeron que se había recuperado ya del todo. Me pregunto el porqué de que decida estar aquí abajo, sola, cuando podría estar con sus amigos arriba, pero no me parece bien molestarla y... Menos después de la situación en que nos ha cogido a Mike y a mi.
Él se medio ríe medio suelta un ruido parecido a una resignación, con la que me identifico, y se tumba a mi lado abrazándome por detrás. Nos cubro a los dos con las mantas que hay, que no son muchas, y entrelazo mis dedos con los suyos.

-Diría que hasta respirar lo es.

Me acerco más a él y me pongo cómoda, espero dormir unas horitas para recuperar fuerzas que ni la magia ni las pociones pueden regenerar.

-Solo... quedate hasta que duerma, luego puedes irte si estás agobiado aquí.

Le digo algo preocupada por su claustrofobia, yo sé lo que es tener un miedo dificilmente superable.

Han sido unos momentos breves e intensos. Ahi tumbado tras Vanessa viendola echarnos una mantita por encima y entrelazando mis dedos con los suyos, me da por ponerme a pensar como habria seguido la cosa de no ser por la aparicion de una persona despierta que seguro que ahora finge dormir pero nada de eso.

"uh, imaginaciones ahora no, que si no si que no puedo dormir"

Y es que mi cabeza va bastante rapida, pero ya tengo bastante calor ahora como para seguir dandole vueltas.
-Besas muy bien- le digo al oido, apretando algo mas fuerte su mano. Me acomodo tras ella cerrando los ojos, notando como mi cuerpo entero despide calor, muchisimo, quiza demasiado, cual estufa.

Yo mismo siento que mi temperatura es demasiado elevada y me da por pensar en lo bien que me vendria ahora mismo una ducha de agua fria, por mas de un motivo...

"eehm..."

-Tranquila, tranquila, solo cierro los ojos y pienso que estamos en un desierto o algo asi con mucho espacio y con poca gente.

Y es que me he propuesto quedarme con ella hasta que se duerma y más. Tomo aire y lo echo lentamente, aun a ojos cerrados. La verdad es que ahi se esta bien. Tener cogida su mano me relaja en cierto modo. Poco a poco consigo regular mi respiracion, centrandome tan solo en ella, en su cintura, y en el sonido de su respiracion y el lento subir y bajar de su pecho. Es probable que yo tambien termine quedandome dormido, en aquellas circunstancias.

Recorro los pasillos de la base con Lyran tras salir de la enfermería, hablando durante el trayecto sobre lo del asalto para rescatarme de aquella prisión. No me he equivocado al contar mediante lunas el tiempo que he estado atrapado, aunque realmente me ha parecido más. Al preguntarle por la otra gente de la enfermería me explica también que el ataque a los campos no fue el único, que hubo en más lugares. Luego le pido que me cuente un poco más de cómo fue el proceso hasta que consiguieron sacarme de la celda, además de la batalla de después. Llegada a la parte de mi transformación también quiero saber si llegué a atacarlos mucho, aunque más o menos me acuerdo. Además, en la enfermería pude ver el zarpazo que le metí a mi padre en la espalda. Lo que no menciono por ahora es la parte esa de la alucinación, es un tema del que prefiero no hablar ahora. Más tarde le contaré lo que me pasó y lo que vi, que puede que fuese producto de todas aquellas drogas para dormir que me habían estado metiendo. Pasamos también por el comedor para coger algo, por lo menos yo, que estoy hambriento y necesito reponer fuerzas después del largo encierro.

Cuando por fin llegamos al pasillo de habitaciones entramos en la que solemos dormir siempre, una de las varias que hay por la base. Acompaño a Lyran hasta su litera, dejándolo allí para que descanse en condiciones. Después me dirijo hacia la mía, no sin antes echar un ojo a la litera en la que dijo Cate que se acostaría, para comprobar que ha vuelto ya. Supongo que estará durmiendo ya, así que no me acerco para no despertarla. Aunque no es Cate la única que está ya acostada, en otra litera hay una pareja, hablando en voz baja. Como Cate se ha quedado con la camisa que me iba a poner antes, cuando llego a mi cama saco una camiseta de manga corta del pequeño baúl para guardar la ropa que tengo debajo de la cama. Tras ponérmela subo la escalerilla para ir a la litera de arriba, mi cama habitual. Me tumbo primero de lado, aunque al no dormirme comienzo a dar vueltas a los pocos minutos, como si no estuviese cómodo de ninguna manera. Termino tumbado boca abajo, con la barbilla sobre la almohada, resoplando con resignación. Tal vez sea que me han tenido tanto tiempo durmiendo que ahora no quiero hacerlo, o puede que tenga demasiadas cosas en la cabeza como para conseguir dormirme fácilmente. Si no consigo dormirme saldré al exterior a que me de un poco el aire, que también lo echo en falta.

Los chicos seguían hablando en voz baja, pero si hablaban por lo menos no se estaban besando. Eso era una buena idea. No me había dado cuenta de quienes eran porque no había fijado mi atención más de dos segundos y en la situación de la guerra no había vinculado su mente con las mías, por ende, no las reconocía. Metida en la cama con los pies aún fríos, llevo las manos debajo de mis brazos para empezar a calentarlas. Extrañaba mi casa, mis hermanos y mi cama, mis duchas calientes y mi ropa, mi privacidad...Pero a veces había que sacrificar lo que más se quería para poder poner las cosas en perspectiva.

Perspectiva... Tal vez era eso lo que me ofrecía Max, un nuevo punto de vista. Algo radical, sí, pero aún así un panorama que seguramente estaba aprobado por mi padre. Recordar su figura en mis sueños me había hecho sentir segura, pero aún así Max me causaba desconfianza. ¿Quien se iba por 13 años y volvía de la nada? ¿Cómo es que papá tenía un plan para mí? ¿Acaso sabía que Altair y Layla morirían? Aquello le hizo sentirse especial y miserable al mismo tiempo. Sacó las manos de los brazos para darse vuelta en el colchón de la litera. Había elegido la parte de abajo porque se sentía más segura con algo de hierro alrededor.

Un par de minutos más tarde puedo sentir a Ian y a Lyran ingresar, digamos que al último después del puente telepático estaba bastante sensible a su presencia. Pero me interesa el último, sé que se va a dormir pero está agitado como yo. Asumo que el cansancio hará que se duerma más rápido así que vuelvo a moverme en la cama para no molestarlo, pero me saco la sábana de la cabeza porque empezaba a ahogarme. Abro los ojos fijandome en la parte de arriba de la litera, el hierro que en algunas partes estaba oxidado, el colchón aparentemente limpio y demás detalles que hacen que mi mente vuele a todos lados y a ninguno en particular. Después de que pasa al menos media hora también noto que Ian sigue despierto. Su mente chilla como una chicharra. No dudo mucho y me levanto de la cama enredandome la sábana en las piernas y esperando no despertar a nadie.

Sé donde está y que duerme en la parte de arriba lo que me dice que tal vez no es buena idea hacer lo que estoy haciendo porque me puedo caer, pero Chloe no termina de llegar. Si es que llega, y no me siento bien. Subo las escaleras con un poco de torpeza debido a las "faldas" de mi "vestido" improvisado. Termino deslizandome en la cama también boca abajo, él ocupa gran espacio pero soy delgada -Aquí pasan cosas muy raras- Le murmuro acomodandome y golpeandolo con la cadera para que me abra más espacio -La privacidad es un privilegio - Le comento en voz muy baja.

Los minutos siguen pasando y nada, algo tan sencillo como parece dormirse me resulta imposible. Lo curioso es que sí que estoy cansado, tanto física como mentalmente, pero mi mente ha decidido continuar como un hervidero inquieto en el que no hay calma. Dejo de intentar dormir al cabo de un rato, removiéndome de vez en cuando hasta acabar otra vez en la misma posición que antes, boca abajo. Ya sé que las imágenes que vi por culpa del gas no son reales, por mucho que en ese momento lo pareciesen, pero eso no quita para que me resulte difícil apartarlas de mi cabeza cuando me quedo en silencio. También repaso mentalmente las escenas reales que sucedieron en los campos, como por ejemplo la entrada en el lugar, cuando me instalaron el chisme ese en la nuca, o el altercado que monté en el sector de trabajos forzados. También recuerdo la torura, el encierro en cuarentena o la visita de Javert, aquella en la que no me preguntó nada en absoluto, así que no tengo ni puta idea de lo que quería. Tal vez sólo quería venir a joder, por molestar. Todavía recuerdo las ganas que me dieron de lanzarme a su yugular, en ese momento no me hubiese importado transformarme para arrebatarle la vida de ese modo. No sé si es preocupante o no pensar así, rechazar a la bestia para unas cosas pero quererla para otras. Puede que sea un tanto hipócrita por mi parte, o que sea una mala persona por tener ese pensamiento, pero lo cierto es que sigo pensando que si pudiera lo habría hecho. Sin remordimientos. ¿O tal vez no?.

Tan metido estoy en mis pensamientos que apenas me doy cuenta de que alguien se acerca a mi cama, además apenas hay algo de luz que se cuela de la puerta que da al pasillo y casi no se puede ver. Todavía boca abajo me levanto un poco sobre los codos, alzando la cabeza como un animal en estado de alerta. Doy un pequeño respingo al notar que alguien se ha colado en mi cama así de repente, aunque al principio sólo distingo el cabello oscuro y largo de Cate, seguido de su voz. Bajo un poco mi estado de alerta, volviendo a dejarme caer boca abajo, hablando de cara a la almohada de modo que no se entiende demasiado lo que digo.

- Te cuelas a modo ninja en mi cama para vengarte por haberte despertado antes, es eso...- recibo el golpe en la cadera que me da para hacerse espacio, girando para apoyarme en un costado y poder mirarla de frente. Cosas raras y privacidad. Creo que sé a lo que se está refiriendo, y me hace hasta gracia porque me imagino lo que habrá pensado Cate. Esto consigue que se me escape una pequeña risa por lo bajo, que trato de disimular para que no nos escuchen. - Aquí la privacidad no existe, su majestad Le Fay. Y eso que todavía no has escuchado el sonido de los muelles de las camas. - añado de manera confidencial, modo cotilla. Después me quedo algo más serio, bajando más la voz si cabe. - ¿Tampoco puedes dormir?

Se detuvo en el sitio cuando Ian pego aquel brinco pensando que tal vez se había equivocado, pero no, claro que no; la mente de Ian la tenía muy presente. Termino de acomodarme un poco mientras le oigo hablar contra la almohada sin entenderle mucho que dice. Apenas escucho un "ninja" y "venganza" lo que de alguna manera me lleva con Ling y me roba una sonrisa. -Tal vez...- No sabía muy bien a qué iba pero era una respuesta neutral, ni un sí ni un no; por ende, venía genial.

Me doy cuenta de que no iba a poder acomodarme como tenía pensado, osea, los dos boca abajo así que cuando se pone de lado, lo hago yo también procurando que la sabana se quede bien enredada en las piernas para que no se me salga y queden mis piernas al descubierto. Intento conseguir una posición cómoda metiendo un brazo edetrás de mi cabeza para apoyarla. Presiento que le veo la cara aunque él es un poco más alto y hay poca luz. Cuando me dice Su Majestad le pego en el hombro por aquello  pero el resto de la frase me hace pensar y desencadenar el final de aquella cadena de besos de la pareja que vi -¿Mue...? ¡¿En serio?!- Me quedo mirandolo con cara de sorpresa y no dudo un segundo en moverme brusca y ritmicamente para darme cuenta de que sí, suenan, y mucho  por lo que me detengo y me llego la mano a la boca para reirme en voz baja, un poco por verguenza y un poco porque es gracioso. Saco la otra mano de mi cabeza y le tapo la boca también cuando se ríe.

-Shhh, hay gente que duerme, creo- Después pregunta lo evidente y suelto un pequeño suspirito -Tengo completo de Ian- Le respondo con una sonrisa en la boca pero que evidentemente no se nota -Tengo que pensar muchas cosas...Tal vez demasiadas y mi mente no descansa. En cuanto creo que veré algo banal... todo deriva a lo que no es. Sólo... me gustaría...- Me quedo pensativa pensando en qué es lo que me gustaría de verdad y la imagen del castillo Le Fay viene a mi mente, las palabras de Max lo sobrevuelan con claridad. Sólo necesitaba la soledad de mi hogar, para reencontrarme con mis recuerdos y mi familia; para recordar porqué hacía todo esto. Aunque la Base también ayudaba -Creo que haré un viaje...Y probablemente no vuelva a Ouroboros. Al menos por un tiempo-

Le abro la manta de la cama para que pueda meterse si quiere, que si se queda fuera mucho rato le va a dar frío. Además, tampoco pasa nada porque compartamos cama, esta sería la segunda vez que dormimos juntos. La diferencia es que la primera vez fue tras una luna llena, justo tras uno de los intentos de dominio del licántropo que hizo ella. Y eso nos dejó exhaustos a ambos. Hoy estamos algo más enteros que en aquella ocasión. Sonrío con picardía al ver la cara que pone por lo de los muelles, asintiendo lentamente cuando ella hace la prueba para que suenen. - Precisamente. Y porque la mayoría son discretos, pero otros...de discretos no tienen nada. Veamos si estos siguen o qué. - por suerte me tapa la boca para que no me ría más, porque la situación realmente me ha hecho gracia, tanto por estar de 'stalkers' de los otros como por la reacción de Cate.

Al menos está ayudando a que me distraiga un poco, ya que parece que ninguno de los dos podemos dormir hoy. - Ya, ya...gente que duerme, aunque entre nosotros y la parejita no creo que tarden en despertarse.- apoyo la cara sobre la palma de la mano, elevando un poco la cabeza al apoyar el codo sobre el colchón. Por lo que cuenta Cate le está pasando un poco como a mí, demasiadas cosas en la cabeza. - Tener control mental, o algo parecido, y no poder usarlo con tus propios pensamientos...qué putada.- comento reflexionando sobre lo poco que le sirven a Cate sus propios poderes para crearse algún tipo de 'ilusión' para dormir o algo así. Puede que lo mejor en estos casos sea cansarse lo suficiente como para no pensar nada al acostarse, de puro agotamiento.

- Bah, deberíamos dejar de pensar en mierdas de estas profundas o trascendentales, pero profundas para mal. Que las profundas para bien si me gustan. Bueno, yo me entiendo. - finalizo cuando creo que me he hecho un lío porque en mi cabeza se entiende todo mejor que así expresado - Mejor nos desvelaremos juntos hablando de gilipolleces, de cualquier tontería. Así hasta que nos entre el sueño. Cuéntame lo que sea...- entonces me comenta eso del viaje, extraño en ella porque que yo sepa no solía moverse mucho del sitio. Más sorprendente todavía es su idea de querer dejar Ouroboros. - ¿ A dónde quieres ir? Lo de alejarte de Ouroboros creo que te sentaría bien, ir por libre por primera vez en tu vida. Pero creo que ellos no se quedarán quietos. Te buscarán si te vas.- y de eso estoy seguro, no creo que la dejen dimitir sin más. Seguro que tienen algo pensado para casos de deserciones. Además, por otro lado puede que ella se arrepienta de tomar la decisión de manera precipitada.