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- Pues habrá que tenderle un cebo y cazarlo sin aliados. - comenté pensativo a eso del maestro, pensando que Reed no sería de fiar porque no sabíamos qué relación tenía con ese maestro suyo. No sabíamos si lo admiraba, si lo odiaba, si le tenía miedo...nada. Hice un sonido de disconformidad al escuchar la idea que estaba armando en su cabeza de utilizar a Gelion como reclamo para el ejército. Por mí lo apartaba por completo e incluso lo encerraba. - No me parece muy de renovar eso de incluir de nuevo al jefe de los Ejecutores. - supuse que la discusión daría para largo, aunque en parte entendía su estrategia. Lo miré un tanto mosqueado por aquello de que no me servía ser un tipo normal, no era eso. ¿Qué era exactamente lo que me molestaba?
- No me malinterpretes...me alegro mucho de que por fin hayamos logrado acabar con la máquina y todo lo que conseguimos contra la Alianza y contra los Ministeriales. Nuestra lucha ha servido de algo. Lo que pasa es que ahora ya no tiene sentido que existan los renegados...y llevo tantos años con eso que ahora no sé qué hacer o qué puedo aportar. - por eso me había molestado bastante lo que dijo Gelion de nosotros en la plaza, aunque no quisiese reconocerlo. El comentario de los recreacionistas vikingos dragones me hizo gracia, y algo menos lo de que el Consejo pudiese intentar hacerse con el gobierno mágico a gran escala. Según ellos no querían eso, pero a saber.
- Lo sé. Necesitamos organizar algo antes de que salgan oportunistas. Y necesitamos ideas de cómo hacerlo. Por eso veremos qué podemos lograr cuando echemos un vistazo con la misión de reconocimiento.
Al final resultó que la fuga de Gelion tenía un secuestro incluido. El idiota de su hermano no podía estarse quieto y encima sus líos iban a salpicar a otros. Supuse que era su vía de escape para salir de la isla, y que no había más interés en la mujer secuestrada. Muy idiota tenía que ser para matarla, eso iba en contra de su propia supervivencia ahora que estaba solo. - Lo único que tienen en común es el apellido, ¿qué va a saber Thalos de sus planes? deberíais contactar mentalmente a Arleen para que os diga dónde la ha llevado. El otro es muggle y ni se enterará de que tenéis la pista. ¿No tenéis un par de Descendientes con ese poder? es pensar un poco... - Dejé que fuese Thalos quien siguiese hablando con el guardia, pues él mismo se las apañó muy bien solo para darle puerta. Lo de cerrarle la puerta en las narices fue satisfactorio, lo habría acabado haciendo si él no se hubiese adelantado. Le miré de reojo cuando hizo aquel gesto de leerle la mente, asintiendo enseguida porque pensaba justo lo mismo.
"qué pesados..."
- Pues que la abran. Nosotros nos estábamos yendo. Me jode que venga visita cuando se tienen planes. - me encogí de hombros como restando importancia a lo que hiciese la guardia. Al final alcé la voz, para que supiesen que nos largábamos de allí. - Nos vamos a una misión de exploración, si de paso encontramos alguna pista os informaremos. Suerte - dicho eso agarré a Thalos por el hombro, desapareciendo de allí con él tras coger mi equipaje con la otra mano.
- No me malinterpretes...me alegro mucho de que por fin hayamos logrado acabar con la máquina y todo lo que conseguimos contra la Alianza y contra los Ministeriales. Nuestra lucha ha servido de algo. Lo que pasa es que ahora ya no tiene sentido que existan los renegados...y llevo tantos años con eso que ahora no sé qué hacer o qué puedo aportar. - por eso me había molestado bastante lo que dijo Gelion de nosotros en la plaza, aunque no quisiese reconocerlo. El comentario de los recreacionistas vikingos dragones me hizo gracia, y algo menos lo de que el Consejo pudiese intentar hacerse con el gobierno mágico a gran escala. Según ellos no querían eso, pero a saber.
- Lo sé. Necesitamos organizar algo antes de que salgan oportunistas. Y necesitamos ideas de cómo hacerlo. Por eso veremos qué podemos lograr cuando echemos un vistazo con la misión de reconocimiento.
Al final resultó que la fuga de Gelion tenía un secuestro incluido. El idiota de su hermano no podía estarse quieto y encima sus líos iban a salpicar a otros. Supuse que era su vía de escape para salir de la isla, y que no había más interés en la mujer secuestrada. Muy idiota tenía que ser para matarla, eso iba en contra de su propia supervivencia ahora que estaba solo. - Lo único que tienen en común es el apellido, ¿qué va a saber Thalos de sus planes? deberíais contactar mentalmente a Arleen para que os diga dónde la ha llevado. El otro es muggle y ni se enterará de que tenéis la pista. ¿No tenéis un par de Descendientes con ese poder? es pensar un poco... - Dejé que fuese Thalos quien siguiese hablando con el guardia, pues él mismo se las apañó muy bien solo para darle puerta. Lo de cerrarle la puerta en las narices fue satisfactorio, lo habría acabado haciendo si él no se hubiese adelantado. Le miré de reojo cuando hizo aquel gesto de leerle la mente, asintiendo enseguida porque pensaba justo lo mismo.
"qué pesados..."
- Pues que la abran. Nosotros nos estábamos yendo. Me jode que venga visita cuando se tienen planes. - me encogí de hombros como restando importancia a lo que hiciese la guardia. Al final alcé la voz, para que supiesen que nos largábamos de allí. - Nos vamos a una misión de exploración, si de paso encontramos alguna pista os informaremos. Suerte - dicho eso agarré a Thalos por el hombro, desapareciendo de allí con él tras coger mi equipaje con la otra mano.
Guardia de Ouroboros
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-Preferiría que no os sintáis obligados pero necesitamos la información- No respondió a aquello de que ya había una pista. Inteligente, el hombre. Pero luego dio tres lugares que podían ser de importancia para los tenientes Royden: China Town, EIE, Buckingham Palace... Vio a Johan cuando empezó a hablar y asintió brevemente -Ya se está trabajando en ello- No iba a añadir más información y entonces observó al moreno -Mientras estéis viviendo en Ouroboros, tendréis que responder a las órdenes, normas y leyes de la isla- Expresó, pensando que los refugiados eran cada vez más imbéciles. Y la segunda confirmación vino cuando le cerró la puerta en las narices. El guardia entrecerró los ojos. Malditos inmigrantes malagradecidos. Abrió la puerta con un torrente de magia pero en el momento en el que lo hizo alcanzó a oír aquello de "alguna pista os informaremos. Suerte" y verlos desaparecerse.
Definitivamente, se estaba jugando el sueldo.
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