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Recuerdo del primer mensaje :
Rodeado de cristales por el gran número de plantas que hay en el salón y terraza, consta de dos baños y tres habitaciones además de una gran cocina, una de las habitaciones está dedicada a la elaboración de pociones.
Robot Centinela
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Llegan desde Terraza de AltairRojo oscuro, Rojo, Naranja, Marrón , Indigo y Violeta
Se unen a centinela yellow y centinela green
El nuevo escuadrón de Centinelas volvió a proteger de nuevo al robot atacado, una vez más con aquellos escudos de energía. Las flechas mágicas no les afectaron, ni tampoco los burdos intentos de ataque de Thoren. Sus gritos indicando vía de huida no servirían de mucho. La transformación en pájaro fue captada y registrada, y se prepararon para seguirle después de terminar el trabajo.
Escanearon la vivienda en busca de más gente, pero no había nadie más. No tendrían que perder mucho más tiempo ahí.
La eliminación del herido fue limpia y rápida, otro rayo láser le atravesó el pecho, calculando la altura exacta a la que estaba el corazón. El último tuvo un final peor, uno de los Centinelas lo apretó en su puño, asfixiándole y rompiéndole los huesos hasta matarle. Cuando ya no hubo más que hacer alzaron el vuelo, saliendo de allí para buscar nuevos puntos de ataque o para localizar el lugar al que volaría la lechuza.
--------------
Ataque: 30 dado + 35= 65*6 centis (los que llegan nuevos)= 390 (120 a GUARDIA OLIVE, 270 a GUARDIA CYAN) (los elimina aunque saquen máxima defensa)
Defensa: 20 dado + 25= 45*6 centis (los que llegan nuevos) centis= 270, cubre ataque a centi yellow
OFF: Salen del ático CENTINELAS Rojo oscuro, Rojo, Naranja, Marrón , Indigo y Violeta , centinela yellow (121PS) y centinela green (140PS)
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Guardias Ouroboros green, olive, cyan ELIMINADOS (no post de defensa porque mueren de todos modos. No ataque final porque cubrirían igualmente.
Se unen a centinela yellow y centinela green
El nuevo escuadrón de Centinelas volvió a proteger de nuevo al robot atacado, una vez más con aquellos escudos de energía. Las flechas mágicas no les afectaron, ni tampoco los burdos intentos de ataque de Thoren. Sus gritos indicando vía de huida no servirían de mucho. La transformación en pájaro fue captada y registrada, y se prepararon para seguirle después de terminar el trabajo.
Escanearon la vivienda en busca de más gente, pero no había nadie más. No tendrían que perder mucho más tiempo ahí.
La eliminación del herido fue limpia y rápida, otro rayo láser le atravesó el pecho, calculando la altura exacta a la que estaba el corazón. El último tuvo un final peor, uno de los Centinelas lo apretó en su puño, asfixiándole y rompiéndole los huesos hasta matarle. Cuando ya no hubo más que hacer alzaron el vuelo, saliendo de allí para buscar nuevos puntos de ataque o para localizar el lugar al que volaría la lechuza.
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Ataque: 30 dado + 35= 65*6 centis (los que llegan nuevos)= 390 (120 a GUARDIA OLIVE, 270 a GUARDIA CYAN) (los elimina aunque saquen máxima defensa)
Defensa: 20 dado + 25= 45*6 centis (los que llegan nuevos) centis= 270, cubre ataque a centi yellow
OFF: Salen del ático CENTINELAS Rojo oscuro, Rojo, Naranja, Marrón , Indigo y Violeta , centinela yellow (121PS) y centinela green (140PS)
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Guardias Ouroboros green, olive, cyan ELIMINADOS (no post de defensa porque mueren de todos modos. No ataque final porque cubrirían igualmente.
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El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Centinela ataque' :
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#2 'Centinela defensa' :
#1 'Centinela ataque' :
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#2 'Centinela defensa' :
Aparecí lo mas cerca que pude del atico del aldaron ese, donde me habia dicho Thoren que estaba él. Al llegar me eche las manos a la cabeza al ver esas columnas de humo y destrucción.
- NOOO, Thoren! - lo raro es que no habian centinelas, habia acabado todo? -NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
Grité mas fuerte. Me desaparecí apareciendo en lo alto del atico, que se veia desde aqui porque estaba rotisimo. Pero alli solo habian cadaveres, lo sé porque busqué la muñeca de uno para tomarle el puslo, no tenia pulso, era de esperar porque la mano estaba separada del cuerpo.
-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
Dije de nuevo, poniendome a buscar a mi hermano entre los caidos, pero no estaba alli. Maldije en ruso, que habia pasado? Saqué el galeon escribiendo por el general a ver si alguien lo habia visto. Luego me desaparecí de nuevo, en el suelo, y me convertí en rata, correteando para salir de alli en busqueda del Thoren perdido.
- NOOO, Thoren! - lo raro es que no habian centinelas, habia acabado todo? -NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
Grité mas fuerte. Me desaparecí apareciendo en lo alto del atico, que se veia desde aqui porque estaba rotisimo. Pero alli solo habian cadaveres, lo sé porque busqué la muñeca de uno para tomarle el puslo, no tenia pulso, era de esperar porque la mano estaba separada del cuerpo.
-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
Dije de nuevo, poniendome a buscar a mi hermano entre los caidos, pero no estaba alli. Maldije en ruso, que habia pasado? Saqué el galeon escribiendo por el general a ver si alguien lo habia visto. Luego me desaparecí de nuevo, en el suelo, y me convertí en rata, correteando para salir de alli en busqueda del Thoren perdido.
Lástima no haber podido ver la cara de bobo que se le habría quedado al hermano de Shyvanna al largarnos. Me habría reído mucho, pero tenía cosas mejores que hacer. Nos marchamos en el ya reparado piso de Aldaron, lugar en el que me quedaba cuando no estaba con Yaros en el piso de Jo. Supuestamente era mi piso, o eso le había dicho a Shyvanna. No tenía pensado hacerle un tour por la casa, íbamos a lo que íbamos, ya en cueros y con el calentamiento hecho gracias a ella. Lo del secuestro ya era lo máximo, lo último que necesitaba para tener más ganas. Aparecimos ambos en el salón, ella con sus piernas alrededor de mi cadera y yo sujetándola con los brazos. Le di un pasional mordisco en el cuello nada más afianzarme en el suelo, girando hacia un lado para buscar un punto de apoyo. El caso es que el apoyo no era el que buscaba...
- ¡AGH! ¡MI CULO! ¡PUTO CACTUS DEFENSOR DE LOS VEGANOS! - me había clavado unas cuantas espinas en el culo, pero eso no se iba a interponer en mi objetivo. No lo había hecho el hermano cara de perro, pues menos una planta. Seguro que Aldaron les había susurrado que me atacasen si traía alguna compañera al piso. - Un contratiempo...sigamos. - ni caso, unas espinas no eran rival para un culo de acero, y se lo hice saber besándola con la fuerza de los mares y el ímpetu del viento (xDD). A la segunda fue la vencida, y giré para ponerla de espaldas contra la pared. La elevé lo suficiente como para poder entrar en ella, iniciando por fin el anhelado y prometido empotramiento salvaje al grito de comunismo o libertad.
- ¡AGH! ¡MI CULO! ¡PUTO CACTUS DEFENSOR DE LOS VEGANOS! - me había clavado unas cuantas espinas en el culo, pero eso no se iba a interponer en mi objetivo. No lo había hecho el hermano cara de perro, pues menos una planta. Seguro que Aldaron les había susurrado que me atacasen si traía alguna compañera al piso. - Un contratiempo...sigamos. - ni caso, unas espinas no eran rival para un culo de acero, y se lo hice saber besándola con la fuerza de los mares y el ímpetu del viento (xDD). A la segunda fue la vencida, y giré para ponerla de espaldas contra la pared. La elevé lo suficiente como para poder entrar en ella, iniciando por fin el anhelado y prometido empotramiento salvaje al grito de comunismo o libertad.
Shyvanna Pendragon
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El grito sobre su culo, de la nada, la trajo a tierra y, al mismo tiempo, la desequilibró -Thoren…Thoren…- Intentó poner un stop momentáneo. Algo estaba pasando en Avalon pero de pronto la besó, con tanta potencia, que Shyvanna se sorprendió y, al mismo tiempo, todo su cuerpo respondió. Le devolvió el beso con la misma lascivia. Soltó un gemido cuando entró en ella, sintiendo un ramalazo de placer, poseerla y se arqueó contra él pero…Lo mordió. Con fuerza, porque cuando había ese tipo de ímpetu habían pocas cosas que lo detuvieran y sus palabras parecían pasarle desapercibidas.
-Tengo…que volver- Le explicó y se alejó un poco, con la respiración agitada, lo cierto es que sentirlo tan cerca de ella, dándole exactamente lo que quería y no tener la capacidad de disfrutarlo como debería…porque no podía, tenía la cabeza en otro lado -El tatuaje…No es normal…Thoren, algo no está bien- Murmuró y la sostuvo la cara con las dos manos para que comprendiera la gravedad de sus palabras. Empezó a bajar una de sus piernas para poder ponerla en el piso, empujándolo suavemente con las manos para que se apartara -Lo siento...Te lo compensaré…Te lo prometo-
Siguió empujando para alejarlo de ella y poder poner los pies en el piso, revisándose entonces el seno izquierdo con creciente preocupación. Tenía que tranquilizarse un momento antes de desaparecerse. Esperaba que no estuvieran muy lejos -Te lo prometo… Te lo compensaré por dos- Murmuró, pero en su rostro no había nada pícaro, estaba evidentemente preocupada y, quizás, con algo de miedo. De ese que no había mostrado ni siquiera en la misión. Tras una despedida fría, desapareció. Ni un beso al aire.
-Tengo…que volver- Le explicó y se alejó un poco, con la respiración agitada, lo cierto es que sentirlo tan cerca de ella, dándole exactamente lo que quería y no tener la capacidad de disfrutarlo como debería…porque no podía, tenía la cabeza en otro lado -El tatuaje…No es normal…Thoren, algo no está bien- Murmuró y la sostuvo la cara con las dos manos para que comprendiera la gravedad de sus palabras. Empezó a bajar una de sus piernas para poder ponerla en el piso, empujándolo suavemente con las manos para que se apartara -Lo siento...Te lo compensaré…Te lo prometo-
Siguió empujando para alejarlo de ella y poder poner los pies en el piso, revisándose entonces el seno izquierdo con creciente preocupación. Tenía que tranquilizarse un momento antes de desaparecerse. Esperaba que no estuvieran muy lejos -Te lo prometo… Te lo compensaré por dos- Murmuró, pero en su rostro no había nada pícaro, estaba evidentemente preocupada y, quizás, con algo de miedo. De ese que no había mostrado ni siquiera en la misión. Tras una despedida fría, desapareció. Ni un beso al aire.
Darren Pendragon
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La mente de Darren estaba totalmente obnubilada. Había perdido la razón, ni recordaba la presencia de la Descendiente en Avalon, ni que sus guerreros se habían despertado, ni que Wthyr estaba ya en pie. El dolor de la runa se transformó en rabia, y era aquello lo que alimentaba la vorágine violenta en la que se habían transformado sus pensamientos. Humillar. Le habían humillado, un simple bastardo de baja cuna, y aquello no iba a quedar así. No se lo perdonaría. Le haría pagar las afrentas con las que le había tratado a su hermana y a ella. ¿Con quién creía que estaba tratando? ¿Con una mujerzuela cualquiera?
Apareció en el salón de aquella casa de un habitante cualquiera de la isla de Ouroboros. Ni le importaba, ni sabía si la casa era del hombre de pelo cano. Cuando apareció en el salón el hombre estaba allí, empalmado, pero solo. Darren dudó por un segundo cómo era posible que la rubia ya no estuviera allí. Pero no le importó pues su objetivo ya no era ir a Avalon. Aquello había pasado a un lejano plano. Se giró despacio en la dirección del hombre, hinchando su pecho con una respiración fuerte y conjuró una espada de sangre, la misma que había empezado a brotar al abrírsele la herida al golpear la mesa de la habitación de Shyvanna -Vas a pagar tus humillaciones- Le señalé con la punta del arma, primero a su cara, luego a su miembro. -¿Crees que puedes tratar a Shyvanna como si fuera una furcia cualquiera? Pagarás tu deshonra- Aquello era una declaración de intenciones, por supuesto. Tiempo suficiente para que se preparase, porque la pelea estaba por empezar. Podría pararle el corazón con un golpe. Podría matarlo de una sentada, como hiciera con Viggo. La isla entera conocería el poder de un Pendragon furibundo, si es lo que querían. Mandó a la mierda el protocolo, el pasar desapercibido. Le cortaría la virilidad. Y luego se la haría comer.
Apretó con fuerza aquella espada, usando para ello la mano sangrante y embistió, lanzando el tajo al bajo vientre, con un objetivo muy claro: aquel trozo de carne que no dejaba de señalarle.
AM: 15 dados + 10 habilidad + 53 stat + 20 capucha sangre + 10 colgante Pendragon = 108
Apareció en el salón de aquella casa de un habitante cualquiera de la isla de Ouroboros. Ni le importaba, ni sabía si la casa era del hombre de pelo cano. Cuando apareció en el salón el hombre estaba allí, empalmado, pero solo. Darren dudó por un segundo cómo era posible que la rubia ya no estuviera allí. Pero no le importó pues su objetivo ya no era ir a Avalon. Aquello había pasado a un lejano plano. Se giró despacio en la dirección del hombre, hinchando su pecho con una respiración fuerte y conjuró una espada de sangre, la misma que había empezado a brotar al abrírsele la herida al golpear la mesa de la habitación de Shyvanna -Vas a pagar tus humillaciones- Le señalé con la punta del arma, primero a su cara, luego a su miembro. -¿Crees que puedes tratar a Shyvanna como si fuera una furcia cualquiera? Pagarás tu deshonra- Aquello era una declaración de intenciones, por supuesto. Tiempo suficiente para que se preparase, porque la pelea estaba por empezar. Podría pararle el corazón con un golpe. Podría matarlo de una sentada, como hiciera con Viggo. La isla entera conocería el poder de un Pendragon furibundo, si es lo que querían. Mandó a la mierda el protocolo, el pasar desapercibido. Le cortaría la virilidad. Y luego se la haría comer.
Apretó con fuerza aquella espada, usando para ello la mano sangrante y embistió, lanzando el tajo al bajo vientre, con un objetivo muy claro: aquel trozo de carne que no dejaba de señalarle.
AM: 15 dados + 10 habilidad + 53 stat + 20 capucha sangre + 10 colgante Pendragon = 108
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El miembro 'Darren Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque' :
'Ataque' :
Lo bueno duró muy poco, aunque no supe entender el motivo. - ¿Volver? no... - Tal vez había ido demasiado rápido y no me había entretenido como ella quería, o tal vez no lo estaba haciendo bien. Separé mi rostro de ella, mirándola confuso intentando comprender. - Podemos ir más despacio, si no te gusta así...- sugerí, aunque no era esa la impresión que me había dado con los primeros compases de nuestro brevísimo encuentro. Bajé el rostro para observar su tatuaje, demasiada preocupación por algo que no sangraba ni nada. Suspiré realmente frustrado cuando me cogió la cara para explicarme, terminando por dejarla en el suelo a la par que nos separábamos definitivamente. Aquello era imposible, nunca en la vida me había costado tanto acabar lo que empezaba.
No hizo falta que siguiese retirándome con sus manos, yo mismo retrocedí varios pasos hacia atrás porque no quería que se sintiese incómoda. - Ya...sí...bueno. Pues adiós. - respondí sin saber muy bien qué decir, era la primera vez que se me iba alguien de esa manera. Bufé realmente molesto cuando al final se desapareció, quedándome allí plantado sintiéndome bastante idiota y con un problema que tendría que terminar de solucionar de alguna manera. Creía que el día no podía empeorar más, pero la aparición de Darren en el piso de Aldaron me dejó petrificado. - ¡Tú! ¿¿Cómo has llegado hasta aquí?? - grité indignado al verle, estaba empezando a odiar a ese tipo. - Erres un maldito psicópata... tu obsesión con Shyvanna es enfermiza. La persigues, le haces marcaje. - solté con desprecio al verle conjurar aquella espada extraña, maldiciendo el no tener a mano mi martillo ni estar vestido con nada. - ¿Qué humillaciones? ¡Es una mujer librre, déjala en paz y vete a machacarrtela con una piedrra, reprimido! Tú eres el que la deshonra llamándola furcia por acostarse con quien quierra. - retrocedí varios pasos con la intención de conjurar mi golem de hielo para atacar y defenderme a la vez, pero él fue mucho más rápido con aquella espada. El objetivo del psicópata quedaba claro, así que traté de protegerme como pude. Giré un poco hacia un lado, dando una patada al cactus de antes para que se metiese en medio y amortiguase un poco el daño. Algo hizo, pero no fue suficiente. Su arma cortó la planta y después me hizo daño a mí. Grité a pleno pulmón al sentir que la punta de la espada rajaba en diagonal desde el lateral de la cadera, pasando por el bajo vientre hasta llegar a lo que él quería cortar. No llegó a partirla en dos por completo gracias al giro y al cactus. Aún así aquel dolor había sido suficiente como para hacer que me desmayase, cayendo al suelo sangrando como un cochino.
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DF: 5 dado + 30 stat= 35
daño: 108 - 35= 73
PS: 150 - 73= 77 (sangrado brutal de -20 al siguiente post)
No hizo falta que siguiese retirándome con sus manos, yo mismo retrocedí varios pasos hacia atrás porque no quería que se sintiese incómoda. - Ya...sí...bueno. Pues adiós. - respondí sin saber muy bien qué decir, era la primera vez que se me iba alguien de esa manera. Bufé realmente molesto cuando al final se desapareció, quedándome allí plantado sintiéndome bastante idiota y con un problema que tendría que terminar de solucionar de alguna manera. Creía que el día no podía empeorar más, pero la aparición de Darren en el piso de Aldaron me dejó petrificado. - ¡Tú! ¿¿Cómo has llegado hasta aquí?? - grité indignado al verle, estaba empezando a odiar a ese tipo. - Erres un maldito psicópata... tu obsesión con Shyvanna es enfermiza. La persigues, le haces marcaje. - solté con desprecio al verle conjurar aquella espada extraña, maldiciendo el no tener a mano mi martillo ni estar vestido con nada. - ¿Qué humillaciones? ¡Es una mujer librre, déjala en paz y vete a machacarrtela con una piedrra, reprimido! Tú eres el que la deshonra llamándola furcia por acostarse con quien quierra. - retrocedí varios pasos con la intención de conjurar mi golem de hielo para atacar y defenderme a la vez, pero él fue mucho más rápido con aquella espada. El objetivo del psicópata quedaba claro, así que traté de protegerme como pude. Giré un poco hacia un lado, dando una patada al cactus de antes para que se metiese en medio y amortiguase un poco el daño. Algo hizo, pero no fue suficiente. Su arma cortó la planta y después me hizo daño a mí. Grité a pleno pulmón al sentir que la punta de la espada rajaba en diagonal desde el lateral de la cadera, pasando por el bajo vientre hasta llegar a lo que él quería cortar. No llegó a partirla en dos por completo gracias al giro y al cactus. Aún así aquel dolor había sido suficiente como para hacer que me desmayase, cayendo al suelo sangrando como un cochino.
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DF: 5 dado + 30 stat= 35
daño: 108 - 35= 73
PS: 150 - 73= 77 (sangrado brutal de -20 al siguiente post)
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El miembro 'Thoren Tolstoi' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa' :
'Defensa' :
Shyvanna Pendragon
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Apareció directamente en el mismo lugar donde había desaparecido antes y la escena que observó le robó un grito, antes de taparse la boca. Fue corriendo hacia donde estaba Thoren con aquella herida, le preocupaba soberanamente su estado al verlo desmayado -¿QUÉ HACES?- Le preguntó a Darren con un estridente grito, moviendo una mano para deshacer la espada de sangre.
No lo miró, no quería mirarlo. Cuando se arrodilló al lado de Thoren los pantalones se le llenaron de sangre y observó la herida en su abdomen, tomó la sangre del piso y se dibujó las runas en la poca piel que tenía al descubierto, con muchísima cautela empezó a absorber la herida soltando un pequeño siseo mientras su cuerpo efectuaba su magia -No iré a Avalon- Espetó, esperando que comprendiera que iba a ignorar su orden directa. Ya pagaría las consecuencias después. Tenía que llevarlo al hospital y temía que si se desaparecía tanta distancia podía ponerlo peor, lo mejor era hacerlo al hospital de Ouroboros.
Inspiró profundamente, sintiendo el dolor en su costado, por el corte pero el de Thoren ya estaba limpio. Lo otro…Oh por Arturo…-¿Creías que necesitaba que me rescataras? ¿Crees que no sé cómo manejarlo? Llevo follando con extraños durante años, Darren...Thoren...Comprendió que debía volver... Te excediste- Joder…Se quitó una de las cintas que adornaban el traje de protocolo y con cuidado envolvió el miembro de Thoren, no podía absorber eso. No podía curarlo. Tragó en seco y miró a Darren por encima del hombro, apenas un instante, con un gesto confuso antes de desaparecer de allí.
No lo miró, no quería mirarlo. Cuando se arrodilló al lado de Thoren los pantalones se le llenaron de sangre y observó la herida en su abdomen, tomó la sangre del piso y se dibujó las runas en la poca piel que tenía al descubierto, con muchísima cautela empezó a absorber la herida soltando un pequeño siseo mientras su cuerpo efectuaba su magia -No iré a Avalon- Espetó, esperando que comprendiera que iba a ignorar su orden directa. Ya pagaría las consecuencias después. Tenía que llevarlo al hospital y temía que si se desaparecía tanta distancia podía ponerlo peor, lo mejor era hacerlo al hospital de Ouroboros.
Inspiró profundamente, sintiendo el dolor en su costado, por el corte pero el de Thoren ya estaba limpio. Lo otro…Oh por Arturo…-¿Creías que necesitaba que me rescataras? ¿Crees que no sé cómo manejarlo? Llevo follando con extraños durante años, Darren...Thoren...Comprendió que debía volver... Te excediste- Joder…Se quitó una de las cintas que adornaban el traje de protocolo y con cuidado envolvió el miembro de Thoren, no podía absorber eso. No podía curarlo. Tragó en seco y miró a Darren por encima del hombro, apenas un instante, con un gesto confuso antes de desaparecer de allí.
Darren Pendragon
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Darren no respondió a las preguntas e insultos que Thoren le propinaba. Estaba enajenado, fuera de sí, como si una bestia le hubiera poseído. La furia de un dragón, la mirada verde de una poderosa bestia ancestral. Entrecerró los ojos, de color verde reptiliano, sobre aquel mortal. Sus palabras no le herían, pero le enfurecían. Aquella voz, ¿cómo se atrevía a tratarlos así? ¿A llevarse a su hermana de aquella forma? El patético ataque con el cactus no consiguió frenar la espada, cargada de odio y resentimiento. Atravesó la carne e hirió la virilidad de aquel. El grito del hombre cano le supo como un caramelo dulce, lo disfrutó estando en aquel estado de enajenación. La siguiente vez que se acercara a la rubia se lo pensaría dos veces. Podría eviscerarle allí si quisiera, solo tendría que seguir con el tajo en dirección ascendente. Pero aquel hombre trataba de perder la consciencia y era algo que no se permitiría, escucaría las palabras del rubio. Le cogió por el cuello con la mano libre y estampó la espalda desnuda sobre la pared manchándola de sangre. Apretó el cuello del mago y Darren sus dientes, con fuerza. Como siguiera así se rompería sus propios dientes. Dirigió la sangre del cano hacia su cerebro, antes de que se desangrara y quedara inconsciente, para que le escuchara en aquel estado de semiinconsciencia. Acercó su cara a la oreja de Thoren y bajó el tono de voz. -Puede follar con quien le plazca, como la domadora de dragones que es- Respondió Darren apretando las muelas, tratando de ocultar los sentimientos contradictorios que aquello le producía -Estás hablando de una mujer de alta alcurnia, no una de tus mujerzuelas con las que puedas jugar a hacer el payaso. Si insultas a un Pendragon insultas a todo su linaje, vigila tu lengua de rata- Le escupió las palabras, perdiendo la concentración del flujo de la sangre del hombre -Tu estupidez casi acaba con ella una vez. Piénsalo mejor la siguiente vez que creas que puedes hacer con ella lo que a ti te plazca- Apretó el puño que cargaba la espada mientras se alejaba. El golpe iba a ser certero, al centro del pecho de aquel varón, donde seguía palpitando aquel corazón. Lanzó la estocada, pero la espada desapareció y el puño vacío chocó con el pecho desnudo de Thoren.
Darren se volteó confuso hacia su espalda. ¿Cuándo había regresado Shyvanna? Ni tan siquiera le había escuchado llegar. No iría a Avalon. Aquella frase fue lapidaria. Por un segundo se sintió confuso, pero la molestia de la marca, la actitud provocativa del mago le hizo recordar qué es lo que estaba haciendo allí. Apretó los dientes y exhaló aire con fuerza por la nariz. Lanzó al mago desnudo e inconsciente a los pies de su hermana -Bien. Pues ahí lo tienes- Escupió la bilis que se le estaba acumulando, usando el mismo tono cortante que ella había usado con él. Permaneció impasible observando a su hermana atender con sus runas a Thoren sin decir nada, solo arqueando el labio con disgusto. El mellizo avanzó hasta quedar a la altura de la hermana, después de que haya acabado de hablarle. Sabía más que de sobra el placer de su hermana por el sexo ajeno y no ajeno ya que escuchaba los comentarios de los vasallos, de Aric vanagloriándose y presumiendo delante del clan de los vikingos, la de los sirvientes. La mayoría se callaba cuando le veían aparecer, pero escuchaba sus cuchicheos en la lejanía. Y a aquellos todavía no podía arrancarles la lengua por la posición que tenían, pero a Thoren… a ese no le debía nada. No compartía con Shyvanna el placer del sexo por el sexo, y el hecho de pensar en su hermana de aquella forma, tomada y deshonrada de aquella manera. No, ella era Shyvanna Pendragon… no una cualquiera. Su mente trató de luchar contra todos aquellos pensamientos que le despertaban pensamientos contradictorios, entre la rabia, el asco y los celos. Aquel tormento se dibujó en su gesto, arrugando el ceño y el labio. Apartó la mirada de la hermana y la alzó al frente, sin prestar mayor atención a la curación -Jamás permitiré la deshonra hacia nuestra familia, hacia tus deberes, hacia tu persona. Haré lo que haga falta para protegerte a ti y a nuestra familia, aunque eso implique hacer explotar el corazón de una sucia rata pestilente. Fóllate a quién quieras, Shyvanna Pendragon, pero no permitas que se edulcore con sexo lo que con desprecio ejerce- Se justificó hablando alto, claro. Quería que ella le escuchara, aunque aquello le terminara por doler más a él que a ella. Tras aquello avanzó un par de pasos y quedó de espaldas a ella y a Thoren, clavando la mirada en la casa decorada con tantas plantas
Su rictus era serio. Tenía los puños todavía apretados, pues seguía sin saber cómo era posible que ella no se diera cuenta. No entendía cómo podía estar tan ciega, por un miserable que no era nada. La ira fue dejando paso al dolor punzante del pecho, que le penetraba la carne. Habló despacio pues pretendía que su hermana entendiera, sin girarse a mirar a su hermana -Me voy a a Avalon. A ver a tu hermano, a Goth, a ver a tus vasallos y a tu gente que acaba de despertar por estar en peligro por una misión que ni siquiera les concierne. No olvides quiénes son los tuyos, no olvides cuáles deberían ser tus prioridades, Shyvanna, porque yo no lo haré- Hubo un silencio que no duró mucho, roto por el chasquido de la desaparición. El piso, lleno de sangre en ese momento, quedó en un silencio casi mortal. Darren bajó la cabeza, sintiendo todo el peso de todos sus sentimientos, de su familia, de la responsabilidad, de su lugar en el linaje. Se mordió el labio y apretó de nuevo los puños, ya no era rabia lo que sentía, era frustración, era dolor… eran palabras que se le atragantaban en un nudo en la garganta. -…Porque, para mí lo más importante, por encima de mi persona, eres tú- Si ella se iba… si la perdía… no sabía cómo reaccionaría. Un mueble pagó aquel sentimiento doloroso: la estantería cayó al suelo y se rompió todo su contenido. Respiró con fuerza y velocidad, notando humedad en los ojos. Se frotó la cara con el antebrazo con la mano llena de sangre y se manchó la cara, sin darse cuenta. Respiró, tratando de calmarse, pero estaba aquella maldita molestia profundizando en su pecho, y no solo era aquella runa.
Necesitó unos segundos. Recobró la compostura, y salió de aquella casa, impasible. Llegada a la calle contactó con Alwaid y su dragón no tardó en presentarse en la plaza de aquella vivienda. Se encaramó a su reptiliano amigo y alzó el vuelo, en dirección a Avalon.
Darren se volteó confuso hacia su espalda. ¿Cuándo había regresado Shyvanna? Ni tan siquiera le había escuchado llegar. No iría a Avalon. Aquella frase fue lapidaria. Por un segundo se sintió confuso, pero la molestia de la marca, la actitud provocativa del mago le hizo recordar qué es lo que estaba haciendo allí. Apretó los dientes y exhaló aire con fuerza por la nariz. Lanzó al mago desnudo e inconsciente a los pies de su hermana -Bien. Pues ahí lo tienes- Escupió la bilis que se le estaba acumulando, usando el mismo tono cortante que ella había usado con él. Permaneció impasible observando a su hermana atender con sus runas a Thoren sin decir nada, solo arqueando el labio con disgusto. El mellizo avanzó hasta quedar a la altura de la hermana, después de que haya acabado de hablarle. Sabía más que de sobra el placer de su hermana por el sexo ajeno y no ajeno ya que escuchaba los comentarios de los vasallos, de Aric vanagloriándose y presumiendo delante del clan de los vikingos, la de los sirvientes. La mayoría se callaba cuando le veían aparecer, pero escuchaba sus cuchicheos en la lejanía. Y a aquellos todavía no podía arrancarles la lengua por la posición que tenían, pero a Thoren… a ese no le debía nada. No compartía con Shyvanna el placer del sexo por el sexo, y el hecho de pensar en su hermana de aquella forma, tomada y deshonrada de aquella manera. No, ella era Shyvanna Pendragon… no una cualquiera. Su mente trató de luchar contra todos aquellos pensamientos que le despertaban pensamientos contradictorios, entre la rabia, el asco y los celos. Aquel tormento se dibujó en su gesto, arrugando el ceño y el labio. Apartó la mirada de la hermana y la alzó al frente, sin prestar mayor atención a la curación -Jamás permitiré la deshonra hacia nuestra familia, hacia tus deberes, hacia tu persona. Haré lo que haga falta para protegerte a ti y a nuestra familia, aunque eso implique hacer explotar el corazón de una sucia rata pestilente. Fóllate a quién quieras, Shyvanna Pendragon, pero no permitas que se edulcore con sexo lo que con desprecio ejerce- Se justificó hablando alto, claro. Quería que ella le escuchara, aunque aquello le terminara por doler más a él que a ella. Tras aquello avanzó un par de pasos y quedó de espaldas a ella y a Thoren, clavando la mirada en la casa decorada con tantas plantas
Su rictus era serio. Tenía los puños todavía apretados, pues seguía sin saber cómo era posible que ella no se diera cuenta. No entendía cómo podía estar tan ciega, por un miserable que no era nada. La ira fue dejando paso al dolor punzante del pecho, que le penetraba la carne. Habló despacio pues pretendía que su hermana entendiera, sin girarse a mirar a su hermana -Me voy a a Avalon. A ver a tu hermano, a Goth, a ver a tus vasallos y a tu gente que acaba de despertar por estar en peligro por una misión que ni siquiera les concierne. No olvides quiénes son los tuyos, no olvides cuáles deberían ser tus prioridades, Shyvanna, porque yo no lo haré- Hubo un silencio que no duró mucho, roto por el chasquido de la desaparición. El piso, lleno de sangre en ese momento, quedó en un silencio casi mortal. Darren bajó la cabeza, sintiendo todo el peso de todos sus sentimientos, de su familia, de la responsabilidad, de su lugar en el linaje. Se mordió el labio y apretó de nuevo los puños, ya no era rabia lo que sentía, era frustración, era dolor… eran palabras que se le atragantaban en un nudo en la garganta. -…Porque, para mí lo más importante, por encima de mi persona, eres tú- Si ella se iba… si la perdía… no sabía cómo reaccionaría. Un mueble pagó aquel sentimiento doloroso: la estantería cayó al suelo y se rompió todo su contenido. Respiró con fuerza y velocidad, notando humedad en los ojos. Se frotó la cara con el antebrazo con la mano llena de sangre y se manchó la cara, sin darse cuenta. Respiró, tratando de calmarse, pero estaba aquella maldita molestia profundizando en su pecho, y no solo era aquella runa.
Necesitó unos segundos. Recobró la compostura, y salió de aquella casa, impasible. Llegada a la calle contactó con Alwaid y su dragón no tardó en presentarse en la plaza de aquella vivienda. Se encaramó a su reptiliano amigo y alzó el vuelo, en dirección a Avalon.
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