Sanguis Ligno

-¿Qué? ¡Shyvanna no está matándome!-Pero por mucho que tratase de explicarle a mi hermana lo que aquello significaba ya era demasiado tarde. Entre ella y los de Cleopatra estaban atacando al Sanguis Ligno. Algo impensable, profano.

Me quejé por su agarre y cuando empezó a dibujarse runas. -Shyvanna basta. Mamá quería que me protegieras para luego sacrificarme al Sanguis Ligno. Vete y saca a los demás de aquí.-Solté mientras trataba de borrar sus runas y alcé la vista a ella cuando tuvo esa idea tan loca.-No va a parar, no va a tranquilizarse y no tiene que morir todo el mundo. Por favor Shy, saca a nuestra familia de aquí.-Rogué para que me hiciese caso.

Pero Shyvanna era terca como ella sola. Noté su agarre fortalecerse y comenzó a recitar palabras de algún conjuro. Tardé un poco en darme cuenta de que había conseguido librerarme. No sentía dolor porque la pierna de mi hermana era la que había resultado herida. -Eres una testaruda.-Murmuré acercándome a ella para comenzar a levantarla.

Miré alrededor para situarme, las sacerdotisas estaban siendo atacadas, rezando o atacando. Los de Cleopatra no parecían tener mayor suerte que el resto y su líder estaba prácticamente atrapado. Tiré de mi hermana abriéndonos paso entre raíces que se movían por todos lados.

Al fondo la ciudad parecía caos y el castillo no había corrido mejor suerte. Escuché la voz de mi hermano y pude ver como varias personas liberaban a Kafele y lo alejaban de la base del Sanguis Ligno. Cuando Wthyr llegó a nuestro lado negué.-No. Sí....-Entorné los ojos.-No quería responder así que he presionado para que lo hiciese y estaba castigándome cuando ha aparecido Shyvanna y se ha puesto a atacarle y..y...-Señalé hacia la ciudad, justo cuando algo explotó de nuevo.-Supongo que lo ha tomado como una declaración de guerra.

La tierra bajo nuestros pies perdió el color y frescura agrietándose por la sequedad y todo el brillo mágico de nuestro alrededor desapareció.-Debemos abandonar Avalon.-Comenté al percatarme de que lo que estaba haciendo era condenarnos de nuevo al exilio.-Y avisar a Ouroboros.-Murmuré ahora mirando hacia las raíces que se alzaban y entrelazaban en el cielo alejándose de nuestro hogar.

La verdad es que no había prestado mucha atención a Gwen hasta que mencionó lo que querría su madre, enfureciendose un poco de que dispusiera de sus hijos con tanta facilidad. Era…era un poco cruel.

“no tiene que morir todo el mundo”

Con el corazón en la boca, estuvo a punto de hacerle caso y dejarla pero… Sus hermanos sabían lo que hacían, sabían defenderse. No eran idiotas. Bueno sí, pero no siempre. Al menos instinto de supervivencia tenían, debía tener fe en ellos. Alzó la vista hacia Gwen al verla caminar tranquila y suspiró un poco, relajándose. Por hoy no se la iba a comer…Eso creía ella. Se incorporó con su ayuda observando  las paredes y luego a Kafele, que estaba siendo liberado por sus vasallos.

Pero ese era sólo una de las desoladoras escenas que ocurrían a su alrededor, Shyvanna observó cómo el Sanguis Ligno había destruido gran parte de la isla en cosa de un minuto y… Se sintió responsable, porque lo era, pero al mismo tiempo se percató de que aquella cosa simplemente estaba esperando ALGO para demostrar su poder y dejarlos en ridículo.

Se apoyó en Wthyr cuando llegó hasta ella mientras su magia surtía efecto lentamente en ella misma y empezaban a alejarse de las raíces -Es mi culpa. Pensé que iba a matarla porque…- Porque nada, porque ese secreto era de ellas. Miró a Gwen un momento pero no dijo nada, desvió la vista hacia la isla escuchando lo que decía su hermana. Negó suavemente, sin entenderlo la verdad…

-Es surrealista que nuestra propia sangre nos eche, nos sacrifique y nos ataque…- Miró a Wthyr con el ceño fruncido observando cómo empezaban a llegar el resto de los linajes y con ello el resto de sus hermanos -Me encargo de Hammurabi y la partida- Dijo Shyvanna que en ese momento era ayudada por Cedric a alejarse de las raíces mientras Wthyr se encargaba de Atila que venía con muchas ganas de bronca. Al menos los Lothbrock no estaban allí.

Durante ese día se hizo un balance de daños y con los portales de Hammurabi se logró evacuar a gran cantidad de personas, el templo no daba mucho abasto para los heridos sobre todo porque las sacerdotisas estaban poco dispuestas y no contaban con la ayuda del Sanguis Ligno. A duras penas lograron salir adelante porque las peleas estaban a la orden del día. Gran parte de Ávalon partió hacia las tierras nórdicas, otras hacia Irlanda y el resto de vasallos se dividieron entre los otros territorios del imperio. Los ánimos para nada calmados, pero de momento no podían dedicarse enteramente a la política porque tenían otra preocupación más alarmante.