Villa Black

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'Dado (10)' :

Escuchar de Johan aquello de que no había sido su culpa fue… un alivio. Nadie se lo había dicho. Ni siquiera sus hermanos, lo lamentaban y estuvieron allí después pero nadie le había dicho una frase tan simple. Quizás porque no sabían que se culpaba o porque consideraban que sí era así. Asintió con suavidad para hacerle ver que lo entendía.

Con aquel capítulo cerrado, el de Gelion generó más discusión y cuando la llamó obtusa, Arleen arqueo las cejas con indignación y… le salió del alma -¡¿Y yo qué voy a saber si no le conozco?!- ¿Cómo se supone que iba a sospechar que la trataba diferente? No sabía cómo trataba a las mujeres a su alrededor porque nunca le veía con nadie. Sin embargo, Johan lo había resumido de forma tan espectacular que Arleen movió las manos como indicándole que allí estaba el problema, justo después de que dijera que "pasó de su cara".

El gesto que soltó después hizo que tensara los labios y le frustró un poco -Lo he evitado- Confesó y al oír aquello de que él no sabría cómo comportarse… le hizo mirar todo desde una nueva perspectiva. Pero antes que nada… Debería…¿Mostrarle? Quizás…sí, debería hacerlo. Pero se detuvo un momento y le miró -No deberías sentirte culpable… ¿Lo sabes todo, verdad? ¿Todo lo que nos hizo?- Murmuró con un gesto triste más no avergonzado.

El recuerdo de Gio en seguida le dio un poco de fortaleza, la suficiente para guardarse eso para sí misma y pasar a otros asuntos… peores. La pelea le hizo mirar a Sayid largamente, recordando su última conversación, esa en la que le había dicho payasa. Sin embargo, cuando Johan le soltó que lo mandara a la mierda le miró a la cara con un gesto de "te has vuelto loco, es un Descendiente". Volvió la vista hacia el recuerdo… en ese momento se había sentido una estúpida. Se mordió el labio porque… la verdad sea dicha, quería decirle cuatro cosas. Pero algo así como mandarlo a la mierda…

Dio un paso pero titubeó después. Se detuvo y pensó un poco mejor qué decir. Quería decirle que no necesitaba a ningún Descendiente… pero esa era una mentira. Necesitaba a Gio y extrañaba a Lucio. Frunció el ceño porque la cuestión era que sentía que Sayid tenía razón y por eso le costaba tanto. Pero… no tenía la razón, no en todo. Caminó hacia él -Ni temeraria, ni estúpida. Si no estás dispuesto a tener una esposa que está preparada para tomar decisiones por el bien de Ouroboros por encima del suyo propio, entonces esto se acaba aquí- Frunció el ceño irritada -Soy y siempre seré Arleen Royden, el apellido que lleve no va a mejorar ni a cambiar la enfermedad que tengo. Una que descubrí hace poco y con la que no contaba, Sayid. No es mi culpa- Repitió y de pronto apretó los puños con rabia -¡NO ES MI CULPA!- Gritó finalmente e inspiró profundo para alejarse de él, volviendo con Johan.

Le temblaban las manos así que se cruzó de brazos para evitar que se notara demasiado -Necesito mostrarte algo- Murmuró en un hilo de voz porque… es que no podía sacarselo de la cabeza. Esta vez no tardó mucho en ubicar el recuerdo en el que Gelion le preguntaba por la hija de Eámon… Luego, aquel diálogo en la base en la que le aseguraba que estaba protegida entre sus tropas y luego a Thalos informándole de los traidores… por último…abrió las compuertas de la represa de sus recuerdos respecto a las torturas de Eámon y la insistencia con respecto a su hija… así como su propio hilo de pensamientos sobre el capitán Draven -Esta es la razón… por la que no puedo verle a la cara, Johan-

Le hizo gracia la indignación de Arleen con lo de Gelion, lo que corroboraba su teoría por cómo se ponía. Soltó un "boh" como queriendo decir que no la creía. - Pues claro que lo conoces, eres la que más tiempo pasa con él por lo que parece. Ya te digo yo que si me encuentra a mí desangrándome en medio de la calle no me ayuda ni corre detrás de mí para darme unas botas, ni me pone mantitas. Eres pava...porque no captas las señales. Te lo digo yo que he visto al otro Draven ligar con una que era mucho más difícil que tú.- soltó un "ajá" como si anotase mentalmente eso de que ella le había estado evitando, imaginándose al par de idiotas haciendo lo mismo.

- Estáis perdiendo el tiempo. Mira que Gelion no es santo de mi devoción, pero...en realidad no hay nada que os impida estar juntos. Estáis solteros, nadie de por medio...sólo vuestras movidas mentales de "oh, me odia porque hago magia". - teatralizó un poco poniendo voces, aunque se quedó más serio cuando le preguntó si sabía todo. Asintió despacio, dándole a entender que así era. - Vishous me lo dijo. Me preocupé cuando abandonó la misión para buscarte. Supe que debía ser grave si él se iba. Por eso me siento culpable...por todo lo que se habría evitado si hubiese matado a ese hijo de puta. A ti, a Chloe...a ella la conozco desde que era una cría, la he visto crecer...- hizo un sonido de frustración porque las últimas noticias que tenía de ella eran por medio de Anteia, que decía que estaba como ausente y apenas hablaba. Se martirizó mentalmente por aquello antes de que fuesen a lo de Sayid, donde acabó aplaudiendo a Arleen por el modo en que le gritó al recuerdo todo aquello, desahogándose en condiciones.

- Muy bien, así se hace, Royden. Jamás dejes que nadie te pisotee. Nadie te va a defender mejor que tú misma. - dejó que le llevase directo a un nuevo recuerdo en lugar de esperar a seguir hurgando él mismo, hasta que llegaron a la conversación de Gelion sobre la hija de Éamon. Entornó los ojos empezando a atar cabos con lo de los traidores que dijo Thalos, y después...aguantó como pudo el trago de las torturas, apretando la mandíbula con impotencia porque eso ya había sucedido y no podía actuar. Lo único que hizo fue partir a Éamon en dos con un haz de luz dirigido, eliminándolo de la visión. Tras eso se giró a Arleen, comprendiendo qué era lo que pasaba por su cabeza. La sacó del recuerdo, volviendo a la realidad porque no quería que se recrease más en ella.

- ¿Estás pensando que...que él envió a Éamon? es absurdo. Éamon no tenía ningún poder para infiltrar traidores, simplemente estaba obsesionado con recuperar a esa niña. Si Gelion te preguntó probablemente fue porque sabía que los de Ouroboros se habían quedado a la niña, y a lo mejor pensó que debía estar con su padre. Pero de ahí a pensar lo otro...definitivamente no. ¿Qué puto sentido tiene que él quiera hacerte daño? en serio, dame una razón de peso que no sea "que odia a las brujas".

-No. Lo que más tiempo pasa con él es su trabajo- Le corrigió pero en su tono no había ninguna indignación, sino una clara realidad. No apoyaba que cayera enfermo por ello pero si le gustaba su trabajo…ella lo comprendía. Tanto como comprendía a Giordano. Arrugó el ceño cuando dio aquel ejemplo sobre él desangrándose -No lo sé, Johan- lo de las mantitas hizo que lo mirara con los ojos entornados -O sea que si me quedo a dormir hoy en tu sofá… no espero un mínimo de cordialidad del anfitrión? Yo me quedé ese día a su lado, sin esperar nada a cambio, porque había tenido que enterrar a su familia. Yo soy así, habría hecho lo… bueno, no lo mismo. No- porque ella habría dado calzado a su huésped. Pero ella no era su huésped. Era su rehén. Igual que él fue el suyo. ¡Pero ella quiso lavarle el uniforme! Aquello le hizo recordar el beso y se calló de pronto, cruzándose los brazos frustrada mientras le subían los colores.

Iba a responderle a eso de que no era "difícil" cuando le soltó que estaba perdiendo el tiempo. El gesto se le desencajó y recordó que, en efecto, su vida iba contrarreloj (no, nadie le ha dicho que era una falsa maldición). Miró hacia las ventanas de nuevo escuchando de fondo el cambio de voz de Johan y decidiendo ignorarlo. Tenía que… concentrarse. En el hospital.

La confirmación de que lo sabía todo hizo que Arleen bajará un poco la barbilla. Chloe… quería verla. Le escribiría una carta y la enviaría con su mecapajaro. Estaba sucumbiendo al miedo de muchas maneras, pero hoy había dado varios pasos al frente.

"Nadie te va a defender mejor que tú misma"

Tampoco podía esperar que a la Descendiente Le Fay le diera por prestarle atención -¿Sabes algo de maldiciones?- preguntó de la nada, volviendo a prestar atención a lo que estaban haciendo pero como luego quiso mostrarle lo que había sucedido y el hilo de pensamientos que había acabado en ella evitando a Gelion. Sin embargo, Johan no la apoyaba en lo más mínimo -No, estoy pensando que él tenía contacto con él - Advirtió pero su pregunta hizo que se removiera incómoda, apartándose un par de pasos como si aquel escenario le ahogara. -¿Si? ¿Y como pretendía devolvérsela si Eámon estaba en búsqueda y captura por Ouroboros y sus soldados?- Le preguntó a Johan con un tono un poco vehemente. La siguiente pregunta hizo que empezara a formular la respuesta hasta que Johan le quitó su excusa de un plumazo.

Se le quedó mirando con intensidad durante un largo rato antes de darle la espalda y cruzarse de brazos tratando de controlar, sin éxito, las lágrimas que ya le habían empañado la mirada -No sé - Susurró y finalmente todo lo que habían visto empezó a pasarle factura. Cerró los ojos tratando de controlar el nudo que tenía en el pecho -Pero Eámon tampoco tenía razones para hacernos todo eso a nosotros. La maldad existe. Todos tenéis razón- Susurró porque a fin de cuentas ellos eran inocentes de todo pero habían sufrido como auténticos culpables. Se limpió las lágrimas con los pulgares lentamente para luego buscar una servilleta y secarlas con más rapidez.

Puso los ojos en blanco un momento por lo mucho que se empeñaba Arleen en llevarle la contraria con el tema del Draven. Parecía una adolescente negando las evidencias. Luego soltó una risa breve por su comentario de las mantas y la cordialidad del anfitrión. - Yo lo haría con cualquiera, pero porque soy un buen anfitrión y no voy por ahí despreciando a todo el mundo. A él no me lo imagino haciendo eso con nadie a no ser que tenga interés en esa persona. En el fondo lo sabes. - el cambio de tema con lo de las maldiciones le pilló un poco de sorpresa porque no tenía nada que ver con lo que estaban hablando, pero trató de ser lo más sincero que pudo.

- Poca cosa. Si tienes dudas es mejor que le preguntes a Catherine. Conozco las que han afectado a los nuestros en alguna ocasión, las que provocan que alguna parte del cuerpo comience a ponerse negra y se tenga que cortar un brazo, pierna...- recordó el caso de Jarkko, que había sido culpa de Rybar. Arleen no parecía tener nada así en su cuerpo, así que le dio curiosidad. - ¿Por qué lo dices? - entornó un poco los ojos antes de encogerse de hombros con la conjetura de que Gelion y Éamon tenían contacto.

- Lo dudo. El tipo ese estuvo encerrado mucho tiempo antes de que obligaran a Chloe a sacarlo, y eso al parecer fue cosa de Tobías. No creo que estuviesen en contacto. A lo mejor no preguntó porque quisiera devolverla. Tal vez sólo quería saber que habían hecho en Ouroboros con ella. Sea lo que sea...es una paranoia un poco retorcida esa, así que olvidala. Gelion tal vez fue su perrito faldero en una época, pero no ahora que es él quien tiene el poder. Estaba y está de tu lado, no del de Éamon. - intento que se quitase de la cabeza esa idea que parecía estar carcomiéndola por dentro, aunque en parte entendía que desconfiase después de todo lo que le había sucedido. Se sintió mal por ella al ver que empezaba a llorar, queriendo acercarse para consolarla pero dudando por si su proximidad la ponía nerviosa.

- Escucha...Éamon nunca dio ninguna muestra de bondad en ningún momento. El hombre del que desconfías ahora sí, y está claro que le importas. No sé si tenemos razón o no, pero sí que es cierto que muchas veces hemos tenido que aprender a base de golpes. Seguirás adelante, y acabarás sabiendo quién merece una oportunidad y quień no. - le tendió otra servilleta para que pudiese limpiarse las lágrimas, apoyando después una mano sobre su hombro para apretar un poco en señal de apoyo silencioso. - Además, te seguiré entrenando para que estés preparada. ¿Quieres que vayamos a ver tu hospital? puedo pedir que lo vigile una patrulla del Concilio, para no depender del ejército.

“En el fondo lo sabes… ¿Lo sé?”, se le quedó mirando contrariada porque…¡PORQUE TENÍA RAZÓN! Claro que lo sabía pero… ARGH. Tenía que aprovechar el tiempo que tenía, sí o sí. La respuesta de Johan sobre las maldiciones hizo que tensara un poco los labios -Ya se lo dije pero no he recibido respuestas, no pasa nada- Negó suavemente con la cabeza, eso no era lo que debían trabajar ahora…

Aunque la verdad estaba agotada.
Y estaba nerviosa.

Le miró un poco capciosa -Pensé que no te caía bien Gelion, aparentemente a ningún resistente lo hace- Murmuró y la verdad es que al inicio de aquella conversación cuando debatieron sobre Thalos le había parecido percibir cierto rintintin. Cogió la servilleta que le daba y se limpió las lágrimas, tratando poco a poco de tranquilizarse.

“Pero ayudó en la misión igual que su hijo…”

Suspiró brevemente y cerró los ojos, recordando que Andreas también había estado allí haciendo la vista gorda. Quiso decirle que estaba hasta las narices de los golpes. Que no podía soportar más pero se mordió la lengua -No…- Susurró respecto al hospital -No quiero que me vean así. Además, no tengo autorización para autorizar ningún otro grupo de protección al hospital. Tienes que hablar con los capitanes al respecto- Le explicó brevemente -Es por una razón que no está allí la guardia de Ouroboros, al menos cuando no está Gio- Le explicó -Prefiero que lo hables con ellos y yo… yo estoy agotada, quiero ir a descansar…Gracias, por todo-

O eso creía.

Terminó ayudando a recoger y tras eso se desaparecieron a la base, no sin antes pedirle a Johan un hechizo de impermeabilidad porque a ella no se le daban muy bien.

Tras hacer aquellos "trabajos" en la zona de China Town había regresado de nuevo a casa, encargándose de Ryder porque Victorya había salido. El caso es que ya habían pasado más horas de las que dijo y no llegaba, ni siquiera le respondió a eso de que el niño no dejaba de llorar. Esperaba que solo fuese que necesitaba despejarse, y no que le hubiese sucedido algo o que de repente le hubiese dado por marcharse. Mientras se paseaba por la casa con el niño en brazos decidió contactar con Arleen para decirle eso de que la maldición era mentira, que estuviese tranquila.

El caso es que sí que se había quedado un poco más en la cabeza de Arleen tras aquel mensaje, en parte porque quería comprobar su teoría y en parte porque necesitaba distraerse un poco de los llantos del crío. Ya no sabía qué hacer para que se durmiese. Se detuvo un momento mientras se comunicaba mentalmente con ella,

"Ya lo he visto, te está evitando claramente. Está cagao."

La poca reacción de Gelion o la negativa a verse con ella fuera del trabajo podía parecer un desplante o falta de interés, pero no era así. Qué rara era la gente. Esos ni complicaciones de amor libre ni nada, se ponían trabas a ellos mismos.

"A ver, Arleen...estáis los dos a la defensiva. Tú modo princesa ofendida y él modo tengo un palo metido por el culo y no puedo permitirme sentimientos. Habla claramente, sin formalismos."

Se acabó sentando en el sofá mientras daba consejos como si fuese un experto en el tema. La cosa es que había empatizado con ella y quería ayudarla a ser feliz, más después de lo que había pasado. Luego decidió
divertirse y ser un poco puñetero, comunicándose también mentalmente con Gelion.

"Thalos tiene algo que contarme, supongo que tú sabes algo como su nuevo amigo favorito. Ah, es posible que os empecéis a encontrar asesinatos extraños por Londres...y otra cosa. Arleen cree que la odias por ser bruja, pero está colada por ti, imbécil."

Al final se hartó de las gilipolleces de ambos, y cortó la conexión en cuanto Arleen salió detrás de él detrás de él después de ese corte que le metió. Un poco de dignidad, chica. Al poco rato se desapareció de allí,  llevándose a Ryder y a Nyara para encasquetárselos a su hermano. Tenía cosas que hacer en la ciudad.

Ryyyydeeeer. Mamá está en caaaasa.- Victorya Blanc nunca había sido una persona ruidosa, pero había extrañado a Ryder horrores durante los últimos días. Se levantó los lentes de sol a la cabeza y dejó las bolsas que cargaba sobre los sillones de la sala. Había conseguido hasta bolsas que parecían recién salidas de una tienda de lujo. La gente rica guardaba las cosas más extrañas. Cosas que ya no valían nada en el nuevo mundo, pero que necesitaba. Como ropa de bebé. Había saqueado todas las casas que había encontrado por su camino. Si tenía que jactarse de algo, era muy buena criminal. Sus poderes la hacían poder colarse a las casas como si nada y recorrerlas en segundos hasta encontrar lo que necesitaba. Y su ex-negocio en la posada de los muertos había sido un éxito rotundo. Aún preguntaban por ella varios meses después.

¿Ryder? ¿Johan? Hooola.- No esperaba que la esperaran sentada, pero nadie contestaba. Decidió entonces sacar la moneda del bolsillo y enviarle un rápido mensaje a Johan. A saber donde andarían. Mientras esperaba la respuesta, comenzó a probarse las botas altas que había encontrado por el camino. Había sido un buen botín.

Había ido a recoger a Ryder después de recibir el mensaje de Victorya, deteniéndose lo justo con su hermano y Juliet para que le explicasen lo del vuelo, el bosque y demás. No le pasó desapercibido que Reiv no parecía muy conforme con lo sucedido en el palacio real, y por eso mismo no se detuvo a hablar mucho más porque no quería discutir y porque tampoco había logrado localizar a los reyes. Podía haber sucedido cualquier cosa, y tenía que actuar rápido, si es que los lentos de los Draven movían el culo para aprovechar la situación.

Llegó a la casa cargando al bebé en brazos, atravesando el portal creado con la piedra. Por lo silenciosa que estaba la casa Nyara tampoco estaba allí, así que buscó directamente a Victorya en la sala. Se la encontró probándose unas botas como si viniera de compras, con otro montón de bolsas en el sofá.  - ¿Y todo esto?  - sabía que a veces Victorya desaparecía unos días con sus negocios y demás, se entendían y no eran agobiantes en ese sentido, pero esa vez se había preocupado porque no le contestaba a los mensajes. Sería una relación abierta, pero no hasta el punto de ignorarse.

 - Podías haberme dicho dónde estabas. Han pasado muchas cosas en la ciudad...era peligroso.  - sonó a reproche, aunque no lo era. Después se acercó a ella, con el niño cerrando y abriendo los puños en su dirección mientras le sonreía.  - Diría que te ha echado de menos. Cógelo. Hoy se lo han llevado a volar y todo. - se lo pasó para que lo tomase ella, sentándose a su lado mientras esperaba que le pusiese un poco al día.

Al final, las botas iban a ser lo mejor de lo robado. Le quedaban tan bien que no se las quitaría jamás. Entre el silencio sepulcral que había en casa, se dio cuenta bastante rápido de cuando llegaron Johan y Ryder con aquella cara de sorpresa.- ¡Hola! -Se levantó de inmediato, extendiendo los brazos hacia Ryder, aunque terminó abrazándolos a ambos y dejándole a Johan un beso en los labios para luego pasar a la mejilla del pequeño.- Traje regalos.- Sonrió abiertamente, abrazando a Ryder fuertemente cuando Johan se lo pasó. Le dio un par de vueltas antes de regresar directamente a las bolsas para sacar un elefante de peluche con una trompa que se jalaba y regresaba como resorte. Se lo entregó directamente a Ryder, viendo su carita de emoción por aquello tan sonoro que tenía entre manos.

Ahora que tenía al niño entretenido, podía atender las preguntas de Johan, aunque seguía muy emocionada por lo que había conseguido.- ¿Cómo que a volar? ¿Me estás diciendo que voló en Juliet? ¿Volar así? - Pensó durante un momento, sin saber si estaba deleitada u horrorizada, solo para levantar los hombros al final. Seguía en una pieza, así que parecía que lo habían cuidado.- Después de montar un dragón, lo que le traje seguro que es muy poco divertido.- Bromeó soltando una risilla mientras se sentaba de nuevo junto a Johan.- No estaba en la ciudad. Me llegó un rumor de que mi madre estaba en Irlanda y tuve que correr. Pero aproveché para ir de "compras".- Le pasó entonces una bolsa y dentro de ella algunos juguetes de niña, muñecas y cosas rosas y coloridas. Nyara no era una niña normal, así que le había colado por ahí un par de juguetes más rudos, palas de playa y cosas de ese tipo.- Allá hay algo de ropa para tí también y un par de botas nuevas. Amo ir de compras, extraño tanto gastar dinero en tonterías... ¿Qué ha ocurrido aquí? Escuché rumores de que los reyes salieron en televisión.

Le sorprendió lo efusiva y animada que venía Victorya cuando les dio el abrazo a ambos y a él un beso, algo que le pilló un poco desprevenido porque no solía hacerlo a menudo. - Se nota que vienes de buen humor. - se alegró por ella, tal vez irse fuera unos días era lo que necesitaba después de estar tan dedicada al crío desde que nació. - ¿Todo eso es robado...o comprado? - le cuadraba más lo primero. Dudaba que hubiese tiendas de ropa abiertas en condiciones, o incluso si las había que hubiese conseguido dinero para comprarlo todo. Sonrió al ver la cara del pequeño cuando le dio aquel peluche de elefante, alzando la mirada hacia ella cuando se aseguró de que no parecía enfadada por eso de que el niño hubiese ido a volar en dragón.

- Pero lo llevaba Reiv bien sujeto. Era seguro. Lo estuvieron cuidando unos días, mientras estuve ocupado. - puso cara de extrañarle mucho eso del rumor sobre su madre en Irlanda, pero tampoco iba a cuestionarlo. - No sé, pero al menos podías haberme avisado de que estabas bien. Te escribí preguntando, estaba preocupado. - admitió finalmente, mirándola de reojo un momento al sentarse a su lado. Le pareció un detalle que se hubiese acordado también de traer otros juguetes para niños más mayores, para Nyara, aunque ella era más de entretenerse con una caja y cuatro palos haciendo fuertes. - Gracias, cuando la vea se lo doy. Ahora después me pruebo lo que me has traído. - porque primero tenía que ponerla al día. Había mucho...y no sabía si la miraría raro como había hecho Reiv o si entendería por qué lo había hecho.

- De eso precisamente quería hablarte. Es un poco largo de explicar. - hizo una pausa, sentándose un poco más cerca de ella. - El que apareció en las pantallas era yo, usando magia de transformación. Quería desmovilizar a lo que quede de los reales esos o misericordiosos. Estuve moviendo hilos...manipulé a un par de esos para que atacasen la entrada de la base, todo de manera controlada. Ese ataque sería la excusa para que el ejército moviese pieza de manera más contundente de una maldita vez. Sería la excusa. Lo utilicé para que dos pilotos fueran a bombardear el palacio real. Eso acabó con muchos de ellos, pero no se ha encontrado a los reyes. -

Comprar me pone de buen humor.- Admitió mientras le mostraba las botas nuevas que había conseguido.- Robado. Deberías ver lo bien que se me da. Nadie sospechará nada en semanas.- Dijo divertida, jugando con el niño y el pequeño elefante que parecía haberle gustado. Se dedicó entonces a escuchar el relato de cómo Ryder había montado en un dragón. Ahora le parecía un poco menos impresionante porque Reiv lo llevaba, pero al menos parecía que se habían divertido con él y que lo habían hecho de manera segura.- Suena divertido. Ryder se ve muy entero, así que podríamos dejárselos alguna vez después. Además, con el nombre que le pusimos sería un poco hipócrita de nuestra parte que no monte su primer dragón antes de su primer año.- Era broma, por supuesto, pero también tenía sentido. No podían esperar poca cosa de él. Al contrario, esperaba que pudieran hacerlo consciente pronto de su magia, fuera cual fuera.

Me embebí mucho en lo que hacía. La próxima vez me acordaré de responder, y de avisarte con antelación.- Susurró, aunque... ¿preocupado? Sí lo parecía, así que terminó por sonreírle y acercarse a él para dejarle un beso antes de que las noticias llegaran a ella. La sorpresa se hizo presente de manera súbita. Tenía entendido que había sido el rey quien había aparecido; sin embargo, la explicación le sonaba plausible. Cuando terminó de decirle sus acciones, se quedó en silencio un momento para pensar un poco en lo sucedido.- ¿Quién más sabe que todo lo hiciste tú? - Preguntó mirando al elefante, pero en realidad estaba pensando profundamente en lo que aquello implicaba.- No te estoy juzgando, a mi también me exaspera la situación, pero alguna vez hablamos de un gobierno multi-racial. Creo que ese tipo de cosas serían lo primero en prohibirse. Moviste mucho los hilos, Johan, y no te ves tranquilo. ¿Cuál es el problema ahora?

- Ya, eso suponía. Eso de robar y delinquir se ha quedado como hábito. ¿Qué ejemplo le vamos a dar a nuestro hijo? - comentó claramente en tono de broma, porque sinceramente ni le molestaba ni importaba que hubiese robado cuatro ropas y juguetes. Cuando dijo lo del nombre del niño se quedó pensando que tal vez deberían haberle puesto un segundo nombre, pero se le pasó al acordarse que el de Thalos ni siquiera tenía uno. Bastante lío tenían ya con Reed y lo de Erika. - De acuerdo, avísame cuando vuelvas a salir por ahí, así si pasa algo ya sé dónde encontrarte. - con eso aclarado ya pudo centrarse en lo de ponerla un poco al día, había demasiado por contar.

- Por ahora lo sabe Yaroslav, Reiv...y tú. - confesó en tono confidencial, aunque no hiciese falta porque en ese momento estaban solos en la casa. Se removió incómodo en el asiento, asintiendo después a eso de no estar tranquilo. - Y no lo estoy. Está el cabo suelto de los reyes que no hemos encontrado. También Thalos...creo que no va a entender por qué lo he hecho. Ni siquiera mi hermano lo ha entendido. Precisamente lo hago por eso, para que puede haber un gobierno como se debe. Que desaparezcan esos indeseables. Es la única manera de lograr lo que dijimos. - se quedó mirando al niño mientras jugaba con la trompa del elefante, echando después un vistazo al móvil por si Thalos le había respondido algo más. Nada por el momento.

- ¿Y bien? ¿Cuál sería el siguiente movimiento según tú? - guardó de nuevo el móvil, esperando por su punto de vista en todo eso. Necesitaba verlo desde otro prisma, o que le ayudase a sacarse un poco el embrollo mental que tenía en ese momento.

Cuando uno encuentra su verdadera vocación, la familia debería estar ahí para apoyar. Ryder sabrá apoyar a su madre.- Renegó, entendiendo perfectamente la broma en la que estaba enredada. No le molestaba. En realidad le daba bastante gracia, que la acusara de lo que quisiera, pero si le servía para picar a Johan, qué mejor. Asintió a lo de dejarle en claro a dónde iba, por lo menos cuando pronosticara salir más de un par de horas de la ciudad.

Se puso cómoda para recibir las noticias de los eventos recientes, colocándo a Ryder sobre su regazo y sus brazos para darle estabilidad. Eran pocos los que sabían lo que había sucedido. Al menos eso era bueno, estaba controlado y en manos de "amigos". Había dado en el clavo con lo de no estar tranquilo, pues no solo era el semblante lo que lo delataba, sino también el lenguaje corporal, incluso su voz.- Quizás... tienes demasiado invertido en esta revolución, Johan, por eso te cuesta dejar de pelear... Quizás no quieres perder lo que se ha avanzado hasta ahora porque la gente es estúpida. Pero la naturaleza humana les lleva a necesitar algo en dónde poner la fé. Algo que los haga tener esa sensación de seguridad, y fue lo primero que trató de llenar ese vacío que dejó la Alianza de alguien que lucharía por ellos. Se necesitaba revolución y se las diste. Ahora necesitan esperanza. Si solo quitas a los reyes, el vacío sigue ahí.- En voz baja, dio todas sus observaciones sobre lo que había que construir en la nueva sociedad. Ya no necesitaban más guerra, sino unión. Era cuestión de que no se unieran al bando equivocado.

Escuchó la pregunta del contrario, aunque le sentó un poco mal. ¿Y si no le gustaba la respuesta que iba a darle? Podría haber otros caminos, pero tal vez llevarían solo a más segregación.- Ya los lideraste a la guerra, Johan. Falta que los lideres hacia la paz. Thalos no va a hacerlo; no nos retrasaría, pero no va a ser el líder que la gente necesita. Están asustados, necesitan... orden. Necesitan... dejar atrás los horrores de la guerra. Darse cuenta de que ya terminó. ¿Entiendes lo que te digo? - Al final del día, soltó un largo suspiro, pues no sabía si Johan sería buen político o si sería lo que terminaría por romperlo.

- ¿Demasiado tiempo invertido dices? llevo más de la mitad de mi vida metido en esto. - preguntó con ironía al principio, pero poniéndose serio al final. Hizo un gesto después como queriendo decir que había dado en el clavo. - Exacto. No quiero que volvamos de nuevo a la mierda de antes. No puedo permitirlo...ni quedarme de brazos cruzados mientras que veo repetirse patrones, historias...- estaba cansado de todo eso, de que fuesen tan imbéciles y desagradecidos como para no darse cuenta de quiénes les habían salvado de todo el asunto de los satélites antimagia, y después de la IA cuando se salió de control. Lo que decía Victorya de la esperanza sonaba muy bien, pero hacía algún tiempo que había perdido la capacidad de ver las cosas de ese modo. En algún punto, o en muchos, había acabado dándose cuenta que los ideales no lo eran todos.

- No lo sé. La verdad es que estoy bastante desencantado. Ahora sólo pienso en hacer las cosas de modo práctico, de modo que den soluciones. Y para eso a veces hay que actuar de maneras que antes ni se me habrían ocurrido. Cosas cuestionables, pero que si las piensas y te fijas en el fin...pueden tener su lugar de ser. ¿Crees que eso está mal?- tardó algunos segundos en formular la última pregunta, poco seguro de querer conocer la respuesta por su parte. Apenas hizo contacto visual con ella unos segundos, echándose después hacia atrás para apoyar la espalda en el respaldo del sofá. Luego la miró de reojo cuando mencionó a Thalos, poniendo cara de contrariedad porque no estaba de acuerdo en lo que decía.

- Thalos es mi amigo, y si no fuese por él, probablemente yo no estaría aquí ahora. Los dos estamos haciendo lo que podemos, cada uno a nuestra manera. Y ninguno somos ese líder perfecto que la gente necesita. Hemos acumulado muchas taras por el camino. Si lo que estás sugiriendo es que intente ponerme de líder por encima de él...- negó con la cabeza, terminando por levantarse del sofá porque empezaba a estar incómodo. - Sólo quiero obligar a dejar de joder a los que se nos opongan. Que nos permitan hacer unas malditas elecciones de una puta vez. ¿Tan difícil es eso?-

Conduje bastante rapido hasta llegar a Bastion Hollow, las carreteras no estaban en un estado maravilloso a decir verdad.... habria que anotarse eso a la lista de tareas del ejército y del concilio. Arreglar infraestructuras viales de esta zona no habia parecido una prioridad para SAM, cuando entró en modo dios restaurador. Vaya un capullo.

Lo bueno era que conducir (rápido, sí) siempre me despejaba un poco la mente. Aunque en mas de una ocasion pegué un volantazo para esquivar algo porque me habia acostumbrado demasiado rapido a ver al 100% y ahora volvia a ir con un 50%, hasta que Yvonne me reparase el ojo.

Aparqué el jeep frente a la puerta de la casa de Johan, y crucé su jardincillo y la valla. No llamé a la puerta, entré directamente....me habia dado tiempo a pensar como abordar el asunto un poco mejor. Le iba a dejar hablar...iba a dejarle que me dijera la verdad sin preguntar. Y si no lo hacia, entonces...

"entonces no hay nada que hacer"

A tomar por culo, eso habia pensado. No más allá de eso. Ingresé en el salon encontrandomelo con el bebé y un monton de bolsas de ropa, sentado en el sofá junto con Victorya.

- Buenas noches. - saludé un tanto incómodo, aun de uniforme, tal como había salido de la base.

A eso justamente me refiero.- Susurró, pensando en que Johan debía estar ya desesperado por encontrar una resolución al conflicto. Y que, a la vez, esa desesperación lo podía llevar a hacer cosas que no fueran correctas.- Excepto que los patrones no se repiten. La historia no es la misma. Ya pasamos por una guerra que acabó con la mitad del mundo, y que la mayoría de la gente aún no sabe qué ocurrió. Se van a aferrar con uñas y dientes a cualquier indicio de normalidad que les den. Se van a alistar en el ejército, van a iniciar guerrillas por controlar territorios para tratar de tener una sensación de seguridad, van a agruparse y a pelear con quienes traten de quitárselo.- Dejó al niño sentado en el sillón para poder acercar su mano al cabello del moreno.- Tienes que dejar de pensar en destruir para pensar en reconstruir.- Dicho aquello, dejó que hablara. Dejó que preguntara mientras ella se quedaba en silencio. En realidad ya tenía una opinión formada, pero a Johan le costaría oirla.- En el fondo, tu sabes tu propia respuesta. Por eso estás intranquilo. Creo que... el fin no siempre justifica los medios.- Dejó un momento de silencio antes de continuar, pensando en cómo podía poner el panorama para que entendiera a lo que se refería.- La gente va a equivocarse de cualquier modo, está en la naturaleza humana. Nada de esto es sencillo, pero en medio de su desesperación no puedes esperar que no velen por su propia necesidad.- No cualquiera seguiría a alguien a una guerra, menos habiendo terminado una con consecuencias tan fatales.

Al escucharlo molesto, apartó la mano de él para darle el espacio que necesitaba.- No te estoy pidiendo que lo mates, no me veas así; ni que seas tú ese líder perfecto nadie lo es. Pero la gente voltea a verte, está bajo tu influencia de cierta manera. Esa es una responsabilidad. Tienes que mostrarte con la verdad. Thalos tiene una gran carga con la que lidiar, pero estoy segura que pueden seguirse ayudando. Si lo que hay que hacer es preparar las urnas, hagamos eso. Enfócate en lo que vaya a ser constructivo.

Unos momentos más tarde, sus sombras comenzaron a alertarle de que tendrían compañía en breves. Se levantó, viendo pasar a Thalos como si lo hubieran invocado, soltando un gran suspiro porque tenía cara de que no estaba ahí solo de visita social. Miró de reojo a Johan y luego al recien llegado antes de saludar.- Thalos, buenas noches.

El análisis de la situación que hizo Victorya era la realidad pura y dura, gente idiota que se aferraba a lo que fuese y que no aprendía. Lo de destruir en vez de reconstruir no le sentó demasiado bien, aunque en cierto modo era lo qu e había hecho, destruir un grupo, su sede de poder. - No se puede reconstruir sobre podrido. Hay que eliminar primero. - le desvió la mirada porque sabía que llevaba razón, que si estaba inquieto era por algo. No dejaba de tener conflicto interno por haber llevado a cabo acciones radicales y de manera unilateral. - Ya es tarde para arrepentirse. Ya está hecho. - negó con la cabeza antes de acercarse un momento al sofá, rodeando al crío de cojines porque su madre había decidido dejarlo ahí sin más y podía rodar hacia un lado.

Con el tema de Thalos se había creado un silencio incómodo porque para nada quería competir con él, era su amigo y aliado. Al menos estuvo de acuerdo en que todo pasaba por que la gente pudiese votar de una vez. - Exacto. Necesito que me ayudes para preparar el terreno a votaciones, para que dejen de haber gobiernos autoimpuestos. - iba a sentarse de nuevo en el sofá para coger al niño, pero la repentina aparición de Thalos hizo que se quedase de pie en el sitio. Venía de uniforme y estaba más formal y serio de lo habitual. No le extrañaría que hubiese estado investigando todo lo sucedido en la base, sobre todo porque la orden de volar y bombardear no la habían dado los Draven. Lo miró un tanto tenso, sospechando que la conversación no iba a ser fácil.

- Te mandé mensaje para reunirnos, por lo del mensaje que se difundió el otro día, y...una propuesta que tenía que hacerte. Siéntate y tomamos algo. ¿Ha habido alguna novedad desde el otro día?

El suspiro borrascoso de Victorya me hizo mirarla levantando una ceja, muy sarcásticamente.

- Qué te pasa? Se ha muerto alguien?

"a decir verdad, sí, mucha gente"

Aquel pensamiento me llevó directo a mirar a Johan. Los dos se habian quedado de pie cuando yo habia entrado, como dos conejos a los que les das las largas en la carretera. Cualquiera diría que esto era una visita amistosa y distendida. Joder, si se cortaba la tensión con un cuchillo.

"menuda puta mierda"

- Leí el mensaje, vi el comunicado. Hemos estado muy liados en la base militar, entre el ataque y los soldados insubordinados.  - me ofreció sentarme y miré el sofá. Y si hacía como que no sabía nada, y lo dejaba correr? Y si olvidaba mis sospechas y me hacía creer que podía seguir confiando en Johan?

Sería fácil.

Me senté finalmente, él preguntaba por novedades.

- Pues....nada desde que te fuiste. Los tíos que atacaron la base acabaron abatidos en su huida antes de que pudieramos interrogarlos. - improvisé. Quería que fuera él.... - No sé a qué coño vino una taque tan estúpido por parte de los de la misericordia estos. Luego un par de cazas se nos escaparon y bombardearon Buckingham Palace. Supongo que os habéis enterado. - los miré brevemente. - ¿Qué propuesta? No será que te tragas el mensaje que ha retransmitido el rey de pacotilla?

No puedes eliminar la mala hierba a bombazos. La tienes que trabajar de la manera adecuada para que no vuelva a salir. Eso lleva tiempo.- Dijo extendiendo un poco la metáfora. Sentía que no le había salido del todo bien la comparación, pero que era adecuada.- Ya está hecho. Tienes razón. Pero el tiempo tiene una cualidad interesante. No importa lo que ya pasó, sino lo que haces en el aquí y el ahora.- Esperaba que entendiera que no porque había hecho algo así una vez se justificaría siempre que lo hiciera. El valor de una persona tenía mucho que ver con cómo lidiaba con las consecuencias de sus acciones y con el presente de cada momento. Aún así, arqueó una ceja al ver a Johan tan protector con el bebé después de dejarlo volar en dragón con no más seguridad que los brazos de su hermano menor. Bueeeno...

Asintió lentamente a lo de preparar el terreno para las votaciones. Iba a ser cuestión de comenzar a ayudar, aunque fuera así. La realidad era que ella también tenía cierta magia para manipular, por lo que creía poder convocar a la gente a pesar de todo. Cuando Thalos llegó, con aquella pregunta tan retadora.- A decir verdad, si, mucha gente.- Dijo, arqueando la ceja, invitándolo a pasar a la sala mientras sacaba de en medio las bolsas que había traído para los chiquillos. Thalos también tenía hijos, pero su situación era muy complicada.

No se metió de buenas a primeras en la conversación, pero a medida que el recién llegado hablaba, sus sentidos se alertaban. Lo sabía. Lo sabía todo. Su mirada se paseó entre la de Thalos y la de Johan. Joder, necesitaban alinearse. Johan tenía que decir la verdad, tenía que salir limpio de esta o iban a joderse en ese puto momento. Todo iba a joderse en ese momento.- Se sentó lentamente, justo al lado de Ryder. No planeaba alejarse de su lado por un rato. De su parte, le faltaban datos. Recién se enteraba de todo y no sabía qué le ayudaría a Johan y qué le perjudicaría, por eso solo se dedicó a escuchar.