ENTRADA

Me estaba empezando a acostumbrar a ir a los sitios encima de Sayo. Por su parte no había ninguna queja, así que no había razón para dejar de hacerlo.
"Cómo se iba a quejar, con la fuerza que tiene en las patas debo de pesarle tanto como una pluma".
A lo lejos empiezo a ver una forma distinta a la del resto del paisaje, por lo que deduzco que estábamos llegando a la base. Sin embargo, de repente Sayo para de una forma tan brusca que casi me tira.
—¡Hey, avisa cuando vayas a hacer eso! No es la primera vez que me lo haces—Sayo se toma unos segundos antes de contestar, lo cual me impacienta aún más.
—Hay algo peligroso ahí delante. Están los dos centinelas disparando a una zona cubierta por lo que parece ser una bomba de humo.
"¿Acaso los magos tienen el mismo cerebro que un pez? Mucho no piensan si atacan así de frente a toda la base".
—Bueno, no hace falta que corramos riesgos innecesarios. Tu no puedes ver a través del humo, así que dispara a lo que sea que salga de ahí y represente una amenaza.
"Seguro que tendré mejor relación con los militares si les ayudo a capturar a algún ser mágico."
Aunque el cañon de Sayo disparase proyectiles más rápidos que el sonido, necesitaba darle al objetivo para que hiciera algo. La criatura de acero entierra parcialmente sus grandes patas en la tierra para poder apuntar mejor y observa toda la zona de humo dispuesto a dispararle a la primera criatura mágica que viera salir. Yo por supuesto, me había bajado de él y me alejé un poco tapándome los oídos, su cañon hacía un ruido infernal y no quería quedarme sorda.
"Sin embargo, la víctima siente el proyectil en sus carnes antes que poder escuchar el sonido de disparo".

Todavía mucho tiempo después sin escucharla llamarme chucho me sigue fastidiando un poco el apodo, así que gruño un poco, queriendo replicar aunque admito que lleva razón, acercarme a las puertas es bastante estúpido. De todos modos necesitaba contactar con ella y no sabía como hacerlo, aunque eso tampoco es excusa. Recibo el golpe de la culata de la pistola en la mejilla, dejando escapar una queja casi a la par que la llave con la que me lanza al suelo. Si no hubiese sido porque me ha hecho caer al suelo, no me habría librado de los rayos que acaban de lanzar los otros dos centinelas. Obviamente tiene que reaccionar así si no quiere que sospechen de que no quiere matarme. ¿O sí quiere y el que se está equivocando soy yo?. Sea como sea decido seguirle el juego, haciéndome el indignado, pareciendo incluso un poco loco.

- ¡¿Qué mierdas haces?! ¡suéltame de una vez, imbécil! ¡tú y todos los tuyos sois escoria! ¡Voy a acabar con todos vosotros!

Alzo la cabeza para mirarla de lado todo lo que la llave que me está haciendo me lo permite. A decir verdad no esperaba que fuese tan efectiva tirándome al suelo de una manera tan rápida, me ha pillado desprevenido. Corroboro definitivamente que me está dando tiempo y una oportunidad para marcharme, teniendo en cuenta que me han pillado y que estoy solo no creo que sea buena idea tardar demasiado en seguir las instrucciones que me da Sigrid.

Además, si toman acciones para impedir que realice magia estaré realmente jodido, no podré escapar. De la misma manera que ella, sin hablar y vocalizando para que me entienda al leer los labios, trato de darle un breve mensaje. Si decide o no hacerme caso ya es cosa suya. -[Posada Muertos]- tras esto cierro los ojos para concentrarme en la medida de lo posible, desapareciéndome de allí. En lo que no me fijo es si ella ya ha aflojado la llave y me ha soltado o no, porque de ser así, si está todavía tocándome, me la habré llevado conmigo.

Voy a lanzar un dado de dos caras
Exito= desaparecida
Fracaso= me quedo aquí to pringuer

El miembro 'Sigrid Miller' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Probabilidad' :

Estoy un buen rato esperando a que Sayo dispare, pero nunca llega a hacerlo y consigue que me desespere todavía más. Dado que yo no tenía muy buena vista a distancia, tenía que fiarme de lo que viera mi compañero.
—¿Qué ocurre Sayo? No quiero estar aquí parada todo él día—En el momento que digo esto el humo ya se había disipado.
—Al parecer se ha escapado lo que sea que haya atacado. Solo están los dos centinelas y una soldado—Mientras Sayo me comentaba lo ocurrido no podía evitar partirme de la risa.
—Huy si, esos centinelas son muy fuertes capaces de hacer frente a cualquier situación, menos mal que nos protegen a todos.
Luego de eso, volvemos a dirigir nuestros pasos hacia la base al haber desaparecido el peligro. Pero no podemos caminar mucho dado que unos de los centinelas nos ordena deponer las armas.
—Sayo las tiene equipadas, no las puede deponer chatarra enlatada.
"Por favor, no quiero tener que hablar con estas máquinas sin cerebro".
Sin embargo, pude acercarme lo suficiente como para ver a ambos centinelas y a la mujer.
—¡Hey tuu! Eres una soldado, ¿no? No me hagas tener que hablar con esos robots sin cerebro por favor, no tengo tanta paciencia. He recibido un email en el que me daban permiso venir a la base.

La información de altercados en la entrada hace que se movilice a algunos soldados, entre los que voy, para comprobar la magnitud del incidente. al llegar fuera nos percatamos de que no hay ningún enemigo, o al menos si lo había ya se ha ido. Del asunto de Sigrid ya se están encargando los centinelas, así que yo me separo del grupo que está analizando el terreno para ir hacia la muchacha que se estaba dirigiendo a Sigrid. Me acerco a la joven con el rifle bajado, de tal manera que no interprete mi acercamiento como un ataque. Al verla más de cerca la identifico como la chica que se había acercado hace una semana, según los archivos del centinela y las imágenes de las cámaras de vigilancia. Se supone que debemos hacerla pasar, según el mensaje de Siderón y que nos había retransmitido Morgana después.

- Sasha, ¿cierto? según nos han informado debemos hacerla pasar al recinto. Pero antes deberá cumplir unas condiciones. Debe dejar sus armas y el robot será analizado a parte. Si es tan amable de dejar todo lo que lleve encima en el suelo...

"vamos, que se porte bien, que esta semana he cacheado a tres locos y dos de ellos llevaban bombas encima"

Me quito el casco para parecer algo más cercano, después de todo sólo parece una muchacha, nada peligrosa. Mantengo el arma baja todavía, esperando a que haga lo que le he dicho para poder coger sus pertenencias.

Al parecer la mujer estaba ocupada con los centinelas dado que no nos hace ni caso. Pero por suerte aparece un soldado para recibirnos amablemente.
—¡Hola! Gracias por darnos esta cálida bienvenida, eres mas comprensivo que la mujer que nos ha recibido hace una semana.
"Me lo temía, no van a dejar algo peligroso como Sayo andar libremente por ahí conmigo."
Sin embargo, para mi sorpresa, mi compañero metálico no da ninguna queja y simplemente se queda en su sitio.
"Aunque ahora que lo pienso, ha dado mala imagen la semana pasada cuando ha hablado sin permiso. Los militares tienen sus cosas y para ellos las ordenes son sagradas, hace bien en aparentar ser manso."
Me quito mi mochila y pongo en ella tanto el cuchillo como la pistola, para luego tirarlo al suelo a los pies del soldado. Veo como el soldado se quita el casco, para parecer más amigable supongo, aunque a mi verle la cara me importa entre poco y nada.
—Ni se os ocurra revisar mi mochila, eh. Llevo cosas privadas ahí dentro.— Le digo al soldado con una cálida sonrisa en el rostro.

"si es sólo una chiquilla, ¿por qué quiere entrar en el ejército?"

Como no me han especificado mucho más sobre el caso no tengo ni idea de lo que pretende la muchacha ni de las intenciones de los mandos superiores, simplemente cumplo y obedezco órdenes, no estaría bien visto que me las cuestionase. Sasha parece dispuesta a colaborar, así que cuando me lanza las armas a los pies no tengo más que agacharme a recogerlas, tal y como me han pedido que haga. Cojo también la mochila, aunque no meto en ella las armas.

- Ese es el robot del que nos han hablado, ¿no? ordena que camine delante nuestro para entrar al recinto. Hay muchos soldados en la puerta, así que procura que no haga nada extraño, podrían alarmarse al no haber sido informados de la maniobra. Tu mochila no será examinada más que por los cargos pertinentes, los jefes necesitan saber todo lo que entra aquí.


Meneo la cabeza para hacer un gesto de que se mueva, de tal manera que vaya el robot delante, después ella y luego yo, de modo que no quede nadie a mis espaldas. Tras esto entramos al recinto militar los tres.

Aparezco en la moto con Thalos, en las inmediaciones de la base militar del ejército de la Alianza, alrededor de 1 kilómetro de distancia. Con esto es suficiente para organizarnos un poco antes de la incursión, además de quedar  todavía algo alejados del radio de acción de detección de sus malditos chismes. También esperamos de esta manera al resto de compañeros que faltan por unirse, terminando además de trazar los últimos detalles del plan trazado un par de días antes.  Para la ocasión voy pertrechado con mi espada, el revólver de mi padre, unos guanteletes de acero negro que actúan de canalizador y el chaleco antibalas que conseguí en la misión en Irlanda.
Bajo de la moto, inspeccionando un poco el entorno. El lugar nos es más que conocido a ambos, tanto por dentro como por fuera. En el caso de Thalos por haber trabajado aquí como soldado durante algún tiempo, además de haber venido con nosotros en otras ocasiones. Por mi parte lo tengo visto también por dentro y por fuera, especialmente por aquella ocasión en la que vinimos a salvar a Erika. En aquella ocasión no tuvimos ningún éxito, ya la habían reeducado y no quiso venir con nosotros. Suerte que después el tiempo (y nuestra ayuda) lo puso todo en su lugar.

Por todos esos motivos el estar aquí de nuevo es como enfrentarse a un viejo conocido,  en una situación incierta y probablemente desagradable, aunque a la vez también es una situación a la que tenemos muchas ganas de enfrentarnos. Nuestra supervivencia está en juego, y no sólo eso,  no es sólo una batalla por sobrevivir, sino por vivir. Luchar por conseguir de una vez por todas un modo de vida digno en el que nadie tenga que temer caer bajo el fuego enemigo sólo porque ‘los otros’ han decidido que deben localizarnos, señalarnos y eliminarnos.  Los recuerdos de hace un par de días vienen a mi mente con nitidez, aunque esté con la vista puesta al frente, en la base militar, mi cabeza está en otro sitio ahora mismo...

Flashback:

Vuelvo a la realidad del momento presente,  apoyando la espalda contra el tronco de uno de los árboles entre los cuales nos hemos aparecido.  Miro a Thalos en silencio durante un par de segundos antes de hablar, preguntándome si ahora que es padre tendría más miedo de entrar ahí. Tal vez no debería haber venido.  – ¿Seguro que tienes ganas de volver de excursión a tu antiguo trabajo? Dudo  que te reciban con una cesta de navidad. Y tampoco creo que les gusten tus fuegos artificiales. – comento de manera irónica mientras reviso por enésima vez la moneda comunicadora, para ver si el ataque había comenzando ya en otros sitios. En teoría debe ser más o menos simultáneo, aunque iba a adelantarse un poco en el palacio. – Va, vamos a prepararnos, según lo acordado.

Y aquí estábamos, otra vez. Mismo lugar, diferentes responsabilidades, similares amenazas…mas peligrosos ahora. Me ajusto la cazadora, cerrando la cremallera hasta lo alto del cuello. El chaleco antibalas va debajo de dicha cazadora, encima de una camiseta de algodón negro. Y varios cinturones en mis vaqueros, con la pistola en la cartuchera correctamente sujeta, varios cargadores de dicha pistola y del rifle, todos a mano, asi como las pequeñas minas que había fabricado para la ocasión y algunos botes con liquido de origen mágico en su interior. El rifle, a mi espalda sujeto por una correa. En los bolsillos de la cazadora guardo la empuñadura de una espada bastante interesante. Me ajusto los guantes de cuero, mientras escucho a Johan. Miro hacia el frente con mi típico gesto adusto, pero cuando me pregunta sonrio de lado.

-¿Qué si tengo ganas? No me apetece para nada meter mi culo de vuelta en ese sitio…pero….por otro lado…estoy deseando de ver las nuevas sorpresitas que nos han preparado. ¿Crees que me recibirán de brazos abiertos como al hijo prodigo?

Saco una capsula blanca de mi bolsillo y la abro tras colocarla en el suelo. Bendito invento del ejercito que me había llevado antes de darles el carpetazo. Surge un robotijo mas bien cochambroso, pero con cámaras. Pequeño. Cojo la pantalla que lleva a la espalda y se la saco, encendiéndola.

FLASHBACK:

Enciendo el robot y en la pantalla que tengo en mis manos aparece lo que ve por sus cámaras. Entonces le meto unas coordenadas que podre ir variando puesto que es a control, y hago que comience a desplazarse en dirección a la base, para ver que puede ir mostrándonos. Le paso los mandos a Black y saco la moneda al sentirla recalentarse en mi pantalon. Leo ese "LOL" sabiendo que ya han comenzado en palacio.
-Han empezado. En breves...nosotros. Me dejas tu moto?

Apareci entonces junto con Desmond en aquel lugar que nos había marcado Johan.  Un poquito apartados de los dos mas mayores, algunos metros mas atrás, y ahí los veo, con sus preparativos. Miro a Desmond, esperando que lleve todas las armas necesarias en su sitio

“no ha peleado nunca antes…seguro que no es una locura?”

“todo esto lo es”

Yo por mi parte voy pertrechada con algunos bienes que me he podido agenciar (todo lo que hay en mi inventario, vamos, que tampoco es mucho, espada estatuilla e hilos). Ademas voy provista de una mochila de piel que llevo en la espalda atada con correas, cruzada al pecho y no con asas. Va llena de agua y tiene un tapon accesible para que lo destape cuando lo necesite. Si iba a manejar agua necesitaba agua….Me agacho para ajustar mis botas, teníamos que esperar la señal. No se como había acabado aquí, apartada de mi padre y apartada de Ian….

FLASHBACK:

-Desmond, listo? No te despegues de nosotros. Ni por asomo. Dejemos que Johan y Thalos sean los que nos dirijan.

Me aproximo a Johan, simplemente, a la espera de ordenes. Mentiria horrorosamente si no dijese que estoy bastante nerviosa. Ojalá Erika estuviese a mi lado ahora mismo, ella siempre rebosa confianza y mala hostia.

-Esto…Johan, unas palabritas de animo?

La oscuridad de la noche nos ampara en cierto modo para iniciar la maniobra, aunque de poco servirá una vez que estemos dentro. Permanezco unos segundos más con la vista al frente, en dirección a la base, contemplando la figura del edificio recortada contra el cielo nocturno, con todas esas luces artificiales alrededor. Las casetas de vigilancia debían estar activas, todas ellas marcadas con unas cuantas luces rojas y probablemente ocupadas por francotiradores. Esperemos que no demasiados. Apoyo una mano enguantada sobre el manillar de la moto, volviendo a prestar atención a Thalos en cuanto saca la cápsula de guardar objetos. Podría servirnos más tarde para guardar ahí la moto, en caso de que sea necesaria una salida rápida. - No, más bien van a querer petarte en cuanto te vean. Aunque...¿quién sabe? Tal vez ya se hayan olvidado de ti, seguro que han renovado la plantilla. Los que no se olvidan de nosotros son los jodidos robots. Me reconoció uno nada más llegar, por culpa de la que liamos en Irlanda. Por suerte tuve la ayuda de un drow, uno de los que estaba en la reunión...

flashback:

El pistoletazo de salida que indica el inicio de la batalla llega en forma de mensaje a la moneda comunicadora. No me molesto en mirarla, ya que Thalos es el que me informa de ello. La Brigada ha comenzado a atacar, a bastante kilómetros de aquí, en el palacio de Buckingham. - Nos toca.- separo la mano del manillar de la moto, mirando mal a Thalos cuando me la pide, soy muy acaparador con mi moto, además, desde que alguien me la rayó y estropeó estoy más paranoico que nunca. - Si es para guardarla en la cápsula o porque tenemos que salir por patas, sí. Que todavía recuerdo cuando te la dejé para lo del dragón. - a punto estuvo de acabar churrascada. La moto, y bueno, Thalos también, pero él no era LA MOTO. Cojo los mandos que me pasa, los del robot explorador, para hacer una primera exploración del terreno a través de las cámaras. Enseguida llega Azahar acompañada del tal Desmond. No sé mucho de él, excepto lo poco que me ha contado Azahar, como que vive en la isla Ouroboros y es hermano de la chica que vi allí inconsciente, Catherine, la que atacaron el día que se llevaron a Ian. Espero a que se acerquen hasta nosotros, dando una palmada en el hombro de Azahar a la par que sonrío levemente. A ambos se les ve algo nerviosos. - Podemos hacerlo. Sobre todo tratad de controlar dentro de lo posible esa sensación de miedo. Sé que es fácil decirlo, pero cuanto más tranquilos estéis menos errores cometeréis. Además, nos cubriremos las espaldas. Y sobre todo, recordad por qué hacemos esto...

flashback:

-Soy perro viejo ya. Y Raymond....es agua mas que pasada.

"Igual que James. Todos muertos. El ejército ha cambiado. Todos lo hemos hecho"

-No, no se acordaran. Para ellos debo ser un expediente fallido cogiendo polvo en alguna estanteria abandonada.

El tio se muestra receloso cuando le pido la moto y lo miro autenticamente mal -Que cojones Black? Quieres que vaya alli corriendo? Haré lo que tengo que hacer y te la guardaré en la capsula.

"oh, si, lo del dragón...."


Miro la pantallita del robot explorador, que se ha acercado ya bastante a aquel area. Veo lo tipico. Pero nada fuera de lo comun, no se han dado cuenta que estamos alli. Eso si....el despegue de dos centinelas desde alla no nos pasa desapercibido.
-Perfecto, no hay tiempo que perder.

Y me subo a la moto de Johan, mirando a los chavales recien llegados. El chico me ofrece entre cero y ninguna confianza, por su gesto siento que se va a desmayar de un momento a otro. Y la chica....bueno, como le pase algo, Erika me mata.
-Eh, si dudáis, estáis muertos.

Arranco la moto de Johan, la cabrona hace un ruido maravilloso. Giro y conduzco a toda hostia hacia la entrada del complejo militar. Se que los radares de magia no me van a detectar, pero....igual tampoco me lo ponen facil.

FLASHBACK:

La moto gruñe por la velocidad a la que la someto. Freno a cierta distancia y me bajo, guardando la moto en la capsulita. He parado al lado del robot explorador, que me mostro la zona limpia. A él tambien lo meto a la capsula, y la capsula, a mi bolsillo. Los 400 metros restantes, los haré a pie. Mientras camino, voy colocando algunas bombas tipo mina fabricadas por mi, en posiciones estrategicas, conforme me acerco a aquella muralla. Intento esquivar aquellos focos que alumbran el terreno en plena vigilancia, pero en cierto momento, inevitablemente, los sensores de movimiento saltan. Aunque para entonces ya estoy bastante cerca. Sé muy bien que las balas no se harán de esperar. Algo a mi favor es que no me habran identificado como mago asi que eso evitará una muerte instantanea al menos por parte de los sistemas automaticos....Sonrio de lado, levantando mis manos en actitud pacifica y hasta de rendicion....pero lo unico que hacen es elevarse, la una para coger una bomba y lanzarla contra la entrada, y la otra para volver a sacar la moto de la capsula y alejarme de alli para evitar los posibles tiros, volviendo por donde vine pero esquivando las minas que he dejado. Tengo que devolverle la moto a Johan, como he prometido. Y atraer un poco a los posibles centinelas fuera de la muralla.