Piso 7 | Pareja Evans-Pyro

Después de buscar a todos los críos que, sin duda, sorprendieron a Mérida le pareció buena idea ir hasta su casa. Estaba segura de que mantenerse ocupada y con buena diversión ayudaría tanto  a Nicho como a ella a distraerse. Lo primero que hizo fue bloquear las escaleras con un mueble para evitar que subieran al segundo piso y luego se lanzaran por las escaleras, aunque a ella le parecía la mar de divertido los niños eran...eso, niños.

Entonces fue a buscar algunos de los snacks de Kyllian que, esperaba que no la matara, y sirvió chips para todos. También había bebidas de chocolate y demás cositas así que no dudó en servir aunque ella ya había comido. A los más pequeños no supo muy bien qué hacerles porque a fin de cuentas no tenía muchos juguetitos pero creyó que Nicho habia traido algo para ellos.  También puso algo de música de fondo porque no le gustaba mucho el silencio.

A los más grandes los sentó alrededor de una mesa y las explicó fácilmente el juego de la guerra de naipes. De esa forma, era un juego fácil  y que podian sentirse incluidos. Mérida repartió el mazo y comenzó sacando su carta mientras los demás lanzaban las propias -¡Venga! a ver quien tiene más suerte!-

El campamento de 4 críos, abrigados muy adorablemente, salió de la casa en la que estábamos refugiados en la isla. Cogidos de la mano enguantada, llevaba a Joram y a Helen, mientras que los otros dos iban con Mérida. Habíamos comido (y destrozado la casa en el intento) y ahora mi padre sería el que se encargarse de recogerla. Memoria no tenía, pero habilidades como amo de casa, sí. La batalla campal de la comida había hecho desconectar a Nicho de todo el tema de la campaña y de la máquina. Suficiente tenía con que no le tiraran el puré a la cabeza.

Por lo que decidimos ir a merendar a casa de Mérida, que era más grande, y los niños podrían desfogarse mucho más… pero antes los cansaríamos en el parque. Llegamos a la casa y Mérida empezó a preparar las cosas, sacando pica-pica para todos, mientras tanto, Nichollas retiraba con cuidado los abrigos y los perchaba.

¡Hora de merendar! Todos sentaditos alrededor de la mesa, decidimos jugar a cartas. Joram ya tenía la edad suficiente como para hacer equipo solo, de modo que yo me quedé con Iberio. Le hice un hueco entre mis piernas y le senté ahí, mientras se tomaba un batido de chocolate. La otra melliza, Sofía, se entretenía sola, con su juguete, paseándolo por las paredes. Todos sacaron la carta a la vez. Calcularon y fue Helen la que ganó -Bien esta ronda es mía- -Venga otra ronda, que quiero revancha- -Oid, ¿creéis que Belle también tendrá suerta? No se ha llevado las cartas... No quiero que pierda si juega a naipes-

Nicholas parecía muy enteradito de todo el tema de los críos, Mérida no supo en qué momento comieron pero se unió a la fiesta de la pelea de la comida con todas las de la ley y tuvo que pasar por el lavabo para sacarse restos de pure del pelo. Ya se bañaría a fondo luego, en su piscina jacuzzi gigante y calientito. Pensar en ello le dieron ganas de irse a bañar porque el frío que hacía afuera se calaba en los huesos.

-Pues se te da muy bien todo- Le dijo a Nicho con respecto a los chiquillos y le sonrió a Joram y luego a los demás. Cuando ganó la primera ronda, Mérida entrecerró los ojos y alzó un dedo pidiendo silencio -Que sepais que el que haga trampa...- Apareció una llama grande en su mano -Será perseguido por esta llama hasta que le queme los pantalones!- Bromeó, con una sonrisa gigante antes de apagarla de nuevo. Tras ello vino la pregunta de la chiquilla y Mérida miró a Nicho, decidió que respondería ella -La suerte es para los tontos. Los astutos como Belle siempre tiene éxito. Así que recuerda, pequeñaja, busca siempre el éxito y no la suerte- Le guiñó un ojo y después se atiborró a papitas.

-A ver, ahora le toca a Joram sacar....¡1,2,3!- Gritó la pelirroja y en seguida todos sacaron la carta del mazo. En ese instante, tras hacer cálculos Mérida ganó y soltó una risa socarrona llevándose las cartas hacia sí misma. Luego miró a Nicho -Esto es mejor con dinero- Se rió un poco y bebió un poco de agua para bajar las patatas -A ver a ver... Quien será el fiel vencedor de la siguiente ronda? - Preguntó galantemente y después miro a la chiquilla -Oye...que es lo que más te mola hacer? Voy a tener un bebé y no sé que les mola a los bebés-

-Bueno, he tenido que aprender por la fuerza- Bromeó, quitándole importancia. Era un buen hermanoprimo y ya está, las cosas como son. El pequeño Iberio saltó de entre mis piernas ante la amenaza de la quema de sus pantalones y salió corriendo, llorando, diciendo que él quería mucho sus pantalones y que no le gustaba el fuego. Con mucha resignación fue a por él y le explicó que era una broma de su amiga y que no le iba a perseguir ningún fuego -Juega con Sofía, anda-

Y se volvió a sentar alrededor de la mesa justo cuando Mérida respondía a la pregunta. De mordió el labio y se acomodó -Todo va a ir bien- Mintió, pero no quería preocupar a su hermana ni a sus primos. Esta ronda la ganó Mérida y sonrió a lo del dinero -¡Podríamos hacerlo con caramelos! Nueva norma entonces, hay que poner un caramelo y quien gane, se lo lleva todo- Explicó, repartiendo un puñado equitativo a cada participante. Repartió las cartas para una nueva ronda cuando preguntó Helen. Ella se puso colorada, miró a Nichollas y luego respondió -Me gustan las flores. Y correr por el campo con los pies descalzos. Y me gustaba jugar en la nieve. ¿En Ouroboros nieva? También me gustan los regalos de Navidad...-

Cuando el chiquillo salió llorando Mérida hizo un gesto de incomodidad con la boca que se convirtió en uno de disculpa hacia Nicho -Oye, perdón... Es que... bueno el fuego es parte de mi- Citó a Elsa e hizo un gesto dramático hacia sí misma, llevándose la mano hacia el corazón porque últimamente estaba muy distraída y no muy bien de la cabeza. La propuesta de los caramelos le pareció buena idea y se incorporó para ir a buscar algunas chuches que tenía de Kyllian porque éste le había moderado la ingesta se azúcar por eso de la diabetes pre natal o algo así que había dicho Anteia.

Volvió con un par de pastelitos y cosas varias -Caramelos de esos de...sonidos...¡Apuesto una caja a que gano esta ronda!- Le dijo a los chicos, poniendo la caja en el medio -Si no gano yo, el ganador tiene que comerse uno porque.... es justo...- Mintió mirando a Nicho y guiñándole un ojo antes de soltar una de sus risitas de cerdito. Miró a los chiquillos que estaban jugando al pilla pilla muy entretenidos.

La respuesta de las flores la dejó un poco KO. ¿Flores? ¡OH POR MERLIN! ¿Y si le salía una niña muy femenina? ¿Qué iba a hacer? Ahora sí que tenía decidido que prefería un niño. Sería más fácil -Ohhh a mi también me gusta correr descalza- Le dijo y empezó a sacarse las botas con una sonrisa, invitándolos a todos a sacarse las propias -¿Y el beisbol no te gusta? Es un deporte guay...Lo de nevar en Ouroboros ni idea... Supongo que sí, creo. No sé, no llevo mucho tiempo viviendo en esta isla- Le explicó a la chiquilla antes de sacar las cartas y que ganara la chiquilla. La miró alzando las cejas varias veces -Venga....Elije, quiero oír ese súper caramelo- Se río

Intenté quitarle importancia con las manos alzadas, haciendo un aspaviento -No te preocupes. A veces son así de impresionables. Eso sí, cuando ello son los que te tiran el desayuno a la cabeza, no piden perdón- Dije en tono jovial, para reforzar el hecho de que Iberio saliera llorando no era nada de importancia. Total, ya estaba jugando tan tranquilamente con Sofía y les dejarían un rato en paz o, al menos, hasta que se durmieran.

Siguió con la mirada a Mérida mientras esta iba a por los caramelos, para felicidad de Joram y Helen. A ambos les pareció una buena idea el hecho de que pudieran comerse un caramelo si ganaban. Repartieron un puñado para cada. Y en esa ronda ganó Nichollas, pero como habían apalabrado que todos comerían caramelos, todos lo hicieron, aunque Nichollas dudó si por su condición de vegano debía o no comer caramelos, de modo que estudió la etiqueta

La pequeña pelimorada miró con extrañeza a la pelirroja cuando le habló de beisbol y tras ello, al resto de su familia -No, no sé qué es. En casa no jugamos a eso, sino a tirarnos pelotas a la cabeza. Es un juego divertido si aciertas en Joram- Y se rio muy infantilmente. Nichollas tampoco sabía muy bien qué era el beisbol, porque la última vez que se vieron ella le iba a explicar qué era pero al final no hubo ocasión -A mi padre le encantaba el quidditch, de modo que cuando vivíamos en Bastion Hollow jugábamos allí. Pero luego, bueno, luego se fue todo al garete- Y se encogió los hombros con resignación. Tantas cosas… Y en la base él se las pasaba las horas jugando con los gusanos ya las carreras de ranas, pero no sabía su a Mérida le gustaba mucho eso, de modo que decidió cerrar la boca. Helen ganó la partida y eligió un caramelo rosado que al morderlo hizo un grito muy agudo y desesperante -¿Tú has jugado a quidditch, Mer? A veces en casa jugamos a futbol, pero poco más. No hay mucho con lo que entretenerse, salvo piedras y muñecos roñosos- Dijo con cierto tono apesadumbrado. Arrugó el labio y prefirió cambiar de tema -¡Pero este año hemos sido unos chicos buenos y San Nicolás traerá muchos regalos a los niños de Ouroboros!-

//Área de invasion 1.2....en proceso. Recopilacion de información y almacenado. Cribado, limpieza del área 1.2...en curso.....//

//data_upload_error//imposible cargar los datos a la nube//


/intentar de nuevo más tarde/

Los Centinelas sobrevuelan la zona residencial.

4 de ellos se dividen del destacamento, localizando un inmueble que registra habitantes ahora mismo en su interior.

El modus operandi es ataque exterior aéreo, con metralletas de gran calibre desde el exterior, con el objeto de crear destrozos mayores y aniquilar convivientes.


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35+30= 65
65x4= 260
130 a Justin
130 a Mérida

1. rojo oscuro
2. rojo
3. naranja
4. marron

El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Centinela ataque' :

Mérida se rió respecto a lo del desayuno pensando que ella seguramente, y Kyllian, se unirían a la guerra de comida. Qué lío iban a ser las comidas en esa casa, se mordió el labio pensando en aquella escena.  Cuando ganó Nicho, ella igual se comió uno de aquellos caramelos con sonidos de animales y en cuanto abrió la boca le salió un cacareo de gallina que la hizo hipar de la risa.

-Ohh pues en este se tiran pelotas pero tienes que batearla por el campo para correr hacia las bases y anotar carrera. Puedo enseñaros luego, podemos ir al bosque o los jardines. No tengo un bate pero un palo de escobar servirá- Le indicó Mérida a la pequeña mirando a Joram por su reacción a pegarle en la cabeza. Cuando el tema del quidditch surgió ella asintió con la cabeza – Claro, soy golpeadora…Se me da bien, tengo puntería- Le guiñó un ojo al muchacho pensando que sin duda extraña pegarle a cosas. Poco sabía que en aquel momento SAM estaba entrando en la isla.

Lo de San Nicolás se lo perdió porque recibió un mensaje de Leila -Eh…- Le pareció raro y se incorporó para ir a mirar por las ventanas. Aquello apenas le dio tiempo de reacción pero fue corriendo al salón para coger la vara ardiente -¡LLÉVATE A LOS CHICOS ARRIBA NICHO!- Gritó histérica mientras se ponía la chaqueta, estaba todo regado  en el armario porque había hecho revisión con Kyllian para equiparlo por si le faltaba algo. Con la vara invocó a su elemental que la acompañó en seguida y cogió a los dos criajos para ponerlos detrás del sofá poco antes de que el Centinela descargara sus armas contra ellos. Mérida levantó un muro de fuego azul, de alta altísima temperatura, para cubrirse a ella y a los dos más pequeños que empezaban a chillar. Metió la mano en el bolsillo y saco el espejo "Kyll.. ¡KYLLIAN ESTÁN ATACANDO LA ISLA Y LA CASA", gritó antes de meterselo de nuevo en el bolsillo y coger la moneda.

Escribió con rapidez en la moneda “Ataque isla. Centinelas”, y buscó su orbe, convocando al grifo -Calmaos… ¡NICHO, INTENTA DESAPARÉCERTE CON ELLOS  O TOMA EL GRIFO!- No sabía a dónde pero estaba bastante preocupada por los pequeños. Se incorporó para ir a atacar al Centinela DARK RED y de camino miró a su elemental atacar recibir parte del ataque que iba hacia ella, desapareciendo luego,  y luego la lastimó en el hombro. Soltó un gemido para luego atacar con sus bolas de fuego a la cara del primer centinela que vio, al que el grifo lanzó su ataque también.


Ataque mágico al Centinela DARK RED:  10 dado  + 10 hab +5 cana + 5 vara de fuego + 29 stat + 25 elemental +5 grifo:  89
1/5 grifo

Defensa del elemental: 30
PS del elemental: 50
El elemental se atraviesa y consume parte del daño:  30 def + 50 ps:  restan 50 Ps de daño.

Defensa mágica propia:  0 + 10 hab + 5 cana + 11 stat + 5 chaqueta: 31 - 50: 19 - 150: 131 PS. Sangrado fuerte siguiente post.

El miembro 'Mérida Pyro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Defensa Mágica' :

Markus es de los que tienen una casa en la zona residencial del Ouroboros, pero no tiene tema porque por el momento no lo ha visto necesario. Estaba Markus haciendo el canelo en su domicilio OFF ROL cuando empezó a escuchar barullo. ¿Acaso habían vuelto los pregoneros de la misión? ¿Todo serían vítores? El vuelo de los centinelas por encima de la zona residencial hizo caer en la cuenta a Markus que las cosas no estaban bien, y que alguien había desatado el mal en la isla de Ouroboros…. Otra vez -DEJEN DE ESTROPEAR LA PAZ DE OUROBOROS. Esto solo pasa por inmiscuirse en las tramas en las que no nos llaman- Se sentó de un salto en la silla, arrancó el motor y salió escopetado mientras gritaba a todo pulmón -Madre de Markus PNJ, debe poner a toda la familia a buen recaudo!-

Con la silla tuneada no le fue difícil poder llegar rápidamente a la casa que estaba bajo ataque. Markus pudo ver a los centinelas desde varias casas atrás, mientras le llegaba un mensaje de Anteia al que le respondió: “Zona residencial bajo ataque. No hay…” Markus espera no corras tanto, pensó “LA ACADEMIA. ¡No hay reportes de ataques allí todavía!” Convocó a su colibrí mensajero y le mandó con la reseña a todo el Consejo usando el comunicador que tenían todos los descendientes. Frenó la silla en seco, con un chirrido de neumático y gritó a los centinelas desde el suelo - ¡DEJAD DE DESTRUIR COSAS! Lo único que hacéis es aumentar la entropía de la isla, y eso genera en Markus ansiedad. Y la ansiedad aumenta la entropía del aire, creando un feedback positivo muy malo. Como cuando das IgM en las pruebas CoVID19- Markus consiguió desviar parte de la munición que estaban mandando a la casa para, con sus poderes de magia de metal rotarlos y mandarlos sobre los propios centinelas. Salieron de la casa un par de jóvenes, a los que Markus no reconoció, pero como tenían cuenta no los podía ignorar por no ser PNJ (de lo contrario se hubieran quedado ahí). -A la Academia. Usad los sótanos para refugiaros. Y el anillo ese de la tienda que protege ubicaciones. Markus os dará un post más para que podáis salir de esta zona corriendo, como han hecho otros en sus respectivos temas-

Giró la silla y se encaró a los centinelas. Tras eso, desplegó las ruedas de las sillas como si fueran las alas de un aerodeslizador y empezó a levitar, impulsado por el magnetismo que el propio Markus controlaba.


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DM (a Nichollas porque Mérida ya ha posteado): 20 dado + 26 stat + 10 hab + 5 canalz = 61
AM (A CENTI DARKRED): 5 dado + 33 stat + 10 hab +5 canal + 5 colibrí = 58

El miembro 'Markus Tesla' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Defensa Mágica' :

Los niños escucharon atentamente la descripción de Mérida sobre cómo se tendría que jugar al baseball mientras iban comiendo caramelos que emitían ruidos, cada cual más raro. Que Mérida comiera uno que le sonó a pollo le hizo tener sensaciones contradictorias, así que, finalmente, rechazó comer caramelos y se los guardaría para Helen para más tarde. Caramelos con sonido de gallinas, a saber a qué monstruo se le ocurrió semejante tortura animal… Rodó los ojos, absorto en sus pensamientos, mientras los apartaba de su vista con la mano. -Mi posición favorita era la de la quaffle. Podríamos jugar un partido cuando vuelva Belle, y la tía Mónica y Setelah- Porque van a volver, era algo que ya se había dictado y se prometió a sí mismo que así sería.

El nuevo comportamiento de Mérida puso en tensión a todos los presentes, e incluso al propio pelirrojo, que se puse de pie dejando a Joram en el suelo. -¿Arriba? ¿Arriba para qué?- Siguió con la mirada a Mérida mientras se equipaba, sin entender qué es lo que estaba pasando hasta que se empezaron a escuchar los primeros disparos. Cogió de forma instintiva a Joram y a Helen, que los tenía al lado y los protegió con su propio cuerpo, mientras, a la vez, conjuraba una barrera de protección para todos los que estaban en la casa. Sintió un pinchazo, que le hirió en el costado derecho, pero no supo qué era. La adrenalina del momento eclipsaba todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor. En ese momento daba igual arriba o abajo, lo único que quería era salir de allí y lo más rápido que pudiera. -¡Vámonos! ¡Salgamos de aquí!- En ese momento el instinto de protección de la manada se apoderó de Nichollas y ni capacidad mental tuvo para atacar. Cogió a Sofía a cuestas. Agrupó a los canijos y salieron de la casa, cogiendo a Mérida del brazo para arrastrarla fuera de la casa, manchándome las manos con la sangre -Te han herido, mierda mierda, te han herido, qué hago… qué hago…- Intentaba pensar el pelirrojo mientras su único objetivo era salir de allí, pudo canalizar algo de magia hacia la herida de Mérida. Cuando bajaron a la calle, se toparon con el señor del bigote, el descendiente de los rayos que les indicaba que fueran a la academia -Desaparecerse. Sí, eso. Desaparecerse- Repetía una y otra vez Nichollas como un autómata -A la academia. Sí a la academia- Y entonces el llanto de Sofía, que estaba pegada a su pecho, toda ensangrentada por culpa de la sangre de Nichollas le hizo despertar de una pesadilla que estaba ocurriendo delante de sus ojos. Había corrido con los niños, a la velocidad que sus piernas le daban, cargando con Joram a la espalda. Helen estaba con Mérida e Iberio con ellos. -¡LA ACADEMIA!- Se percató en ese momento, cogió de nuevo a Mérida por la manga y desapareció a los 6.5 hasta allí


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DM: 61 Markus + 5 dados + 10 hab +5 canalz + 16 stat = 97
PS: 150 – (130 – 97) = 117 (SB al siguiente post)
Curación Merida = 8 stat + 10 dado + 10 hab + 5 canalz = 33

El miembro 'Nichollas Simon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Defensa Mágica' :


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#2 'Curación' :

Robot Centinela Rojo oscuro, Rojo, Naranja, Marrón

De poco sirvieron los ataques dirigidos a darkred
, pues él mismo se protegió con un escudo tecnológico y los demás sumaron sus defensas a la suya. Los cuatro Centinelas permanecieron intactos, preparándose para lanzar un nuevo ataque contra los objetivos. Finalmente no pudo ser así, pues aprovecharon la falta de activación del campo antidesaparición, marchándose de allí.

Los Centinelas dieron la orden al resto de unidades, activar de inmediato todos los campos antidesaparición. También se pusieron a escanear todos los posibles lugares en los que podían haberse escondido, abandonando ese lugar en busca de otro.

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defensa: 25+25= 50*4 centinelas= 200, cubre ataque y todos mantienen PS
daños: 58 Markus + 89= 147

El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Centinela defensa' :

Desde que abandoné el laboratorio el día del ataque me dediqué a ayudar a todos lo s que podía, los civiles (que así sueno a proh) estaban sufriendo las consecuencias de la batalla y me ocupé de trasladar a todos los que pude a lugares seguros como la biblioteca o el hospital, también dejé los cuerpos de mis dos compañeros abatidos para que sus familias pudieran llorarlos si es que no acabábamos todos muertos.

Cuando todo acabó me reencontré con Mérida, ella estaba bien y al parecer la alubia también por lo que respiré tranquilo antes de volver al trabajo, ya que por suerte o por desgracia había acabado muy enterito y me había tocado pringar por órdenes de arriba, sobretodo de la dragona secuestradora que ligaba con Ben el día de la misión en el núcleo.

Los días pasaron y la reconstrucción de la isla estaba en un punto tan avanzado que incluso nos permitimos celebrar la navidad, era mi primer día libre desde el ataque y tenía muchas cosas que contarle a Mérida pegado a su vientre que ya empezaba a estar abultado, la alubia estaba bien y creciendo fuerte mientras yo me dedicaba a hablarle a ambos . Dejé que la pelirroja se pusiera el casco y viera todas las fotos que hice en el núcleo pero sin duda la más divertida era la de los androides chuscando, era maravillosa y saqué una copia para enviársela a mi compitruenos, por lo que me habían dicho era un Soul no sé que y se llamaba Adrián o algo así... que se encargaran los de correos.

Había estado un poco desconectado de todo pero no me olvidaba de los amigos, Mérida y yo habíamos decidido cenar en casa pero me sabía un poco mal que no estuviera con la brigada por mi... aunque me cayeran un poco mal. Respecto a los míos, pues tenía dos y ya les habíamos comprado los regalos, una par de chupas de cuero a juego, era bonito eso de ser un asalariado y tener oros para esas cosas, además no se me olvidaba que le debía una piñata a Juliet y Mérida tuvo una idea genial, cupones de hacer cosas el uno por el otro! y claro, los íbamos a escribir nosotros así que iban a ser poco cristianos.

A medida que avanzaba el día parecía que no tenía manos suficientes para todo pero con ayuda de la pelirroja la casa estaba preciosa y la mesa llena de comida que a lo mejor era mucho para cuatro -Oye...¿ si apuñalo el pavo sería como matarlo y hacer que se convirtiera en pollo fantasma para que Raeghar pueda comer? - dije a Mérida mientras terminaba de poner la mesa.

Mérida, sinceramente, desde que supo que Kyllian estaba bien y el resto de la Brigada había sobrevivido la cruda misión…Durmió como una desgraciada. El estrés que pasó en la biblioteca era algo que no le deseaba a nadie. ¿Cómo podía Anteia tener tantos críos? Tenía dos…y venía uno en camino. ¿Cómo podía cuidarlos a todos?  Y mientras Kyllian ayudaba a toda la isla, ella ayudó en lo que pudo en sus momentos despiertos. No había conseguido el empleo en las cocinas y llegó un momento en el que simplemente dejó de buscar porque el ingreso del gato era suficiente.

Jugaba con su perrito, se cuidaba, comía bien y entrenaba un poquito para no sentirse tan…”nada”. Lo de mantener la casa lo llevaba un poco regular, el sentido de que sentía que siempre iba recogiendo por allí por miedo a rallar algo o romper algo. No la sentía muy propia aún pero con su pequeña barriguita ya empezaba a pensar que debían elegir una habitación para la alubia. Los momentos con Kyllian, mientras le contaba la misión y le pasaba las fotos, eran los mejores porque le hacía sentir que había estado allí abajo. E incluso le parecía profundamente adorable que hubiese pensado en ella durante la misión.

-¿Y Rhaegar come pavo? Yo creí que comía arañas y serpientes y cosas chungas- Se rió mientras se relamía una cuchara de madera llena de la masa para tortas mientras el bizcocho se hacía al horno. Tenía la cara sucia de quien sabe cuántos ingredientes pero ella estaba feliz, con su[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] “sexy” porque ahora que tenía pancita ya no era TAN sexy pero para que Kyllian no olvidara lo bella que era se había comprado uno especial que le llegaba a mitad de muslo. Y abajo, nada más allá de las bragas y unas medias gruesas que le llegaban hasta la rodilla.

Arrugó la nariz oliendo algo en el aire. Definitivamente, el embarazo había desarrollado demasiado su olfato -Huele tan rico…Huele a navidad, hace tiempo que no olía cosas así- En el salón ardía un fuego azul fuerte, cortesía de Mérida, que mantenía la casa calientita. Se volvió a llevar la cuchara a la boca para terminar de lamer y luego la puso a lavar con el encantamiento que estaba cumpliendo perfectamente sus funciones -Esto de poder comer…Es la gloria- Dijo echándose hacia atrás en el banco y recordando de pronto que no tenía espaldar, reaccionó rápido y se cogió de la isla soltando una risita -¿Crees que tarden mucho en venir? Necesito verles la cara-  Dijo con un gesto divertido  y diabólico en el rostro.

Me reí por el comentario de Mérida sobre la dieta de nuestro fantasma favorito, nuestro único fantasma, solo decía que era el favorito porque la casa antes era de su familia porque en verdad era un rancio -Que mala leche pelirroja- dije entre risas terminando de poner todo a punto, volví a la cocina y pillé a Mérida con las manos en la masa chupando la cuchara ante lo cual puse cara de indignado -¿¡Pero qué haces!? has chupado la cuchara.... ¡y no me has dejado nada! ahora verás- la pillé por la espalda para abrazarla con fuerza y así impedir que pudiera mover los brazos empezando a chuparle la cara que la tenía toda llena de cosas de las que habíamos cocinado -La próxima vez ya sé dónde ponerme masa de bizcocho para que chupes a gusto- dije con un movimiento de cejas sugerente antes de soltarla entre risas.

Me quité el mandil para cocinar y lo dejé en la cocina mientras echaba un vistazo a la hora -Reiv no llega... que raro... ¡Mer, te pillo la moneda!- ahora que vivíamos en comunismo había aprendido a usar el aparatejo aquel y la verdad es que era muy útil, yo también quería uno y ya me las apañaría para conseguirlo.

"¿Dónde estáis? como se me enfríe la cena te parto las piernas y te hago tragarte tus regalos"

Dejé el mensaje escrito escuchando a Mer decir aquello del olor a navidad, lo cierto es que era mi primera vez desde hacía mucho tiempo, viviendo solo no es que tengas muchas ganas de preparar todo un banquete y decorar. La cuchara ya había cumplido su función así que la pelirroja la dejó en su sitio casi matándose cuando se echó hacia atrás, me dio un microinfarto al ver que casi se la pega pero por suerte pudo sujetarse a tiempo -pues no sé lo que tarden pero intenta no matarme de un disgusto- me senté a su lado pensando en la piñata que habíamos preparado con unos cupones divertidos y algunos caramelos, había pensado en trampas para ratones por si le caía alguna en la cabeza a Reiv pero también estaría Juliet así que no, solo dulces y cupones y mucho confeti -Espero que le guste a Juliet, que se lo prometí en el torneo, eso y un fular, pero para otro día-

-¿Yoooooooooo? Si el de la cara de rancio es…ÉEEEL- Gritó a ver si Rhaegar aparecía por algún lado. Pero nada. Supuso que las festividades no eran lo suyo, pero lo cierto es que había sido una rara compañía mientras Kyllian estaba trabajando -¡Me doy un gustazo que flipas!- Le gruñó a Kyllian entre risas antes de sentirse aprisionada y sentir que le empezaba a lamerle toda la cara, hizo varias muecas pero al final terminó riéndose. Lamentablemente, no podía deshacerse de la fuerza de Kyllian y su prisión de brazos así que se dejó hacer -Bah. Eso lo chupo con gusto las veces que quieras, no me lo tienes que sazonar- Cuando la soltó le mordió la línea de la mandíbula con suavidad, rápido, como haciéndole saber que ella también tenía “garras”.

-Okiii- Le dijo con respecto a lo de la moneda y boludeó un rato en la cocina mientras miraba el temporizador del biscocho y vigilaba la cobertura. Le metió un dedo y después se relamió con gustito con el chocolate. Después volvió a meter el dedo y luego en el otro bol con  la lluvia de colores y se lo llevó a la boca, soltando un gemido bajo de lo rico que estaba pero se fue rápido a lavar las manos y un poco la cara, se secó y fue a la silla para que Kyllian no la pillara.

-No te mató SAM y te voy a matar yo con esta sonrisa preciosa- Le sonrió abiertamente antes de sacarle la lengua mientras se sentaba a su lado. Sin embargo, sí que pensaba en una cosa -¿No podemos comprar sillas con respaldo? Así me puedo echar hacia atrás…O vayamos al sofá, el temporizador lo vamos a oír- Murmuró alzando los hombros y bajándose de la silla para ir hacia el salón que encima estaba más calientito. Se dejó caer en el sofá y levantó las piernas para apoyar los pies en la mesa e instintivamente se llevó las manos a la panza y empezó a acariciarse pensativa -¿Un fular? Pero…ella no es calientita? Digo, es una dragona…- Tensó los labios en una muequita como con boca de pato, como sospechando -Uuuuuhhhh Tal vez Reiv no le da todo el calor que quiere…Al menos le hemos dado los bonitos cupones, eso encenderá más la llama- Bromeó, mordiéndose el labio inferior.