Pisito de Jo Patterson

Hice un gesto con la mano mientras negaba. Era una mujer extremadamente agradable y precavida, demasiado precavida para lo que estaba acostumbrada yo.
-Oh, no te preocupes. Siempre es agradable tener visitas.
Cuando llegamos a la cocina estaba a punto de ponerme con el café cuando ella insistió y observé el pastel que parecía perfecto.
-Wow...tienes que enseñarme la receta. Quiero decir...no lo he probado pero por la pinta debe ser delicioso. Gracias Arleen, no hacía falta que trajeses nada...además de que me has ayudado estos días...
Lo que yo decía muy atenta. Mientras se encargaba del café unos platos descendieron hasta la mesa junto a sus respectivos cubiertos y corté la tarta, un trozo para ella primero y otro para mi después.
-Bien...ya casi no me duele, no creo que pase más de una semana con el brazo inmovilizado-Solté encogiendo un hombro sin aguantarme para esperar a probar la tarta. Hice un sonido de que estaba deliciosa, y lo estaba. No se me daban mal las recetas pero me faltaba práctica en lo que se trata de pastelería.
-Está riquísimo.
Comenté bastante alegre por ello cuando comenzó a hablar y alcé las cejas sin saber a qué se refería, hasta que desvié la mirada a la nota. LA NOTA. Entorné los ojos. Tenía razón, debí haber tirado esa nota, no tenía sentido tenerla ahí, aunque para mi si que lo tenía.
-No, está bien ahí.
Comenté como sin darle importancia y carraspeé cambiando de tema.
-¿Que tal lo de la investigación de los trastos de Sean?

Aquella respuesta de la rubia le gustó y sonrió de lado, asintiendo con suavidad.  En cuanto habló del pastel lo miró con cierto orgullo. Lo había hecho con mucho cariño pues era una de las pocas cosas en la cocina que se le daba muy bien. En sus ratos libres solía aburrirse mucho en su casa cuando no estaba estudiando o leyendo. Al menos  cuando estuvo en el I+D se había distraído. ¿Tomaría Lucio como ofensa que hiciera alguna especie de pasantía con Tesla, Newton o Da Vinci?. Se mordió la mejilla por dentro un tanto preocupada. No quería ofender al medimago pero sentía que…Necesitaba algo más.

-Canela- Mencionó como volviendo  con las tazas de café  y levitando el azúcar para que ella le pusiera lo que necesitaba -Me alegro. Las guardias se están haciendo un poco aburridas y… Y estoy viviendo aburridamente- Dijo haciendo una mueca antes de volver a mirar alrededor observando con algo de añoranza el lugar -¿Es muy difícil tener una casa propia?- Inquirió con un poco de duda pensando que en algún momento Vishous podría darle algún consejo. Aunque su madre seguramente le diría que sólo debía mudarse cuando se casara. Se pasó un par de bucles por detrás de la oreja pensativa.

Tomó un poco del pastel y fue comiendo antes de escuchar la siguiente pregunta, lo que la puso muy contenta. Dejó la cucharita perfectamente apoyada en el plato y la miró -Pues lo más impactante ha sido que es tecnomagia. Eso confirma que SAM ha trascendido más magos con conocimientos de lo que temíamos. Y que por eso es capaz de rastrear pequeñas muestras de magia. También que no necesitan una unidad biológica para moverse o funcionar. Incluso si se unen varios pueden crear una masa un tanto viscosa. Lo cierto es que…- Bajó la mirada. Mientras hablaba la había observado con un brillo especial en los ojos pero hacia el final de aquello desapareció. Tomó la cucharilla de nuevo y apartó un poco de manzana -Es cada vez más peligroso. Si no hubiésemos actuado rápido con el Descendiente no sé que hubiese pasado-

"Canela"
Alcé ambas cejas observando el trozo de pastel que tenía en el tenedor antes de llevármelo a la boca y al oírla....al oírla fruncí el ceño
-¿Como que aburridamente?
Me señalé a la boca abriendo mucho los ojos.
-Canela!
"Esto está muy rico o yo tenía mucho hambre"
Pinché otro trozo pero dejé el tenedor para agarrar la taza de café a la que eché un par de cucharadas de azúcar. Encogí el hombro sano (a ver pa que la desgracio yo el brazo¬¬) ante su pregunta mirando alrededor.
-Si sabes un par de hechizos útiles y te acuerdas de usarlo es bastante fácil.
Solté tranquilamente tomando un poco de café.
"También ayuda si en la casa no hay espíritus o elfos domésticos ancianos que son gruñones"
-¿Por?¿Estás pensando vivir sola?
Conforme hablaba de los descubrimientos sobre los minibichos esos parecía mucho más animada que antes, yo por mi parte me dedicaba a comerme el pastel mientras escuchaba con atención.
-¿No necesitan una unidad biológica?Eso quiere decir...¿y si se juntan muchos pueden hacer formas o algo?¿O simplemente son un mejunje viscoso amorfo?
Tenía muchas preguntas y ella volvió a parecer más apagada. Supuse que era por la preocupación y sin embargo me asaltó otra duda y la señalé con el tenedor por un segundo.
-¿Estás segura de que quieres ser sanadora?

Tomó un poco más de pastel, sonriendo de lado, mientras disfrutaba del sabor. A mucha gente le gustaba fresco, a ella le gustaba un poco caliente. Además, con el clima que estaba haciendo era mejor tomar las cosas calientes que enfriarse sin ser necesario. La pregunta de Jo la hizo pensar un poco, igual que la conversación que había tenido con Aldaron -No lo sé. Es una sensación que tengo desde hace unos meses…Desde que llegó el Ministro y me pidieron ayuda. En el hospital sé que ayudo mucho pero siento que pasamos más tiempo sin hacer nada que haciendo- Explicó pensativa mientras jugaba con otro pedazo de pastel, un gesto que su madre sin duda habría reprochado -Y no es sólo a nivel profesional… Quizás me estoy replanteando algunas cosas- Expresó, no muy convencida.

Anotó aquello sobre el piso pensando e ilusionándose con la idea de decorar su propio espacio, a su manera. Su madre era muy tradicional pero Arleen había desarrollado cierto gusto por lo moderno.  Asintió suavemente cuando le preguntó si estaba pensando en mudarse sola. Bebió un poco de café y se secó las comisuras con una servilleta, dando muestra de unos modales muy bien inculcados – Como decía Albert Einstein: La locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener diferentes resultados…- Sonrió de lado -Tal vez sea momento de hacer un par de cambios-

-No, es decir. Pensamos que se activaba el movimiento al incorporarse a un cuerpo pero no, se mueven, se activan y todo sin necesidad de estar dentro de un cuerpo. Los mantenemos encerrados por eso- Expresó con simplicidad – Pueden hacer formas, sí..-  En cuanto vino aquella pregunta sobre su profesión Arleen alzó ambas cejas -Sí- Respondió sin dubitar. Es decir, desde su infancia había sabido que su magia estaba destinada a curar y se había llevado por ello -Pero creo que puedo hacer más- Expresó con una mueca en la cara y volvió a bajar la vista, contrariada -Quiero…- Inspiró profundamente y después sonrió mínimamente -Quiero ayudar…Tengo muchas ideas en la cabeza para hacer de nuestro hospital el mejor del mundo. Quiero… Quisiera convertirme algún día en directora de un hospital pero no quiero suplantar a Lucio. Me ilusioné cuando crearon en el de tierra porque pensé que sería mi oportunidad pero … No fue muy bien- Dijo y paró un poco para beber café. Las ideas volaban por su cabeza rápidamente -Y… Este mes, investigando, aprendiendo de los mejores, no lo sé. Despertó algo en mí-  Añadió y alzó la mirada -¿Crees que Lucio se ofendería si pido ser aprendiz de Da Vinci o Tesla? Podría… Es decir, ellos se dedican a inventos en general… Pero si yo uno las necesidades del área de sanación con la tecnomagia y podemos… Podemos…- Movió las manos antes de soltar una risa bastante alegre -¡Ser los mejores! ¡Bajar la tasa de decesos! ¡Automatizar las consultoras e intervenciones...la creación de pociones! Sería… Sería… Es mi sueño- Terminó confesando antes de llevarse una mano a la cara un poco avergonzada.

Volví a tomar el café en mis manos calentándolas mientras escuchaba atentamente a Arleen. Parecía estar en una especie de búsqueda personal, en su mirada si que había cierto asomo de aburrimiento.
-Es cierto que en el hospital hay veces que estamos bastante liberados de carga de trabajo...
"Pero cuando la hay..."
Cuando asintió a lo de mudarse para mí estuvo mas que claro, la búsqueda del cambio, de avanzar. Sonreí alegrándome por ella.
-¿Y que esperas para hacerlo?Hay...millones de lugares geniales en esta isla para tener una casa!
Comenté pareciendo emocionada por ello, la verdad es que lo de llegar a un piso vacío y llenarlo de cosas mías era una de las sensaciones que más me habían gustado en los últimos meses.
-Yo podría ayudarte si quieres.
Comenté bebiendo el café de cuando en cuando después mientras ella se explicaba por mi pregunta. Poco a poco fui esbozando una sonrisa captando por donde iban los tiros y conforme se empezaba a animar con unas formas que pocas veces había visto en ella.
-Investigación Sanitaria
Comenté aún con esa sonrisa y alcé la taza hasta mis labios.
-¿Y que haces que no has ido ya a hablar con Lucio?Yo creo que estaría encantado.
Murmuré como haciéndole ver que por mi parte no veía ningún problema en ello.
-Vives en una isla mágica flotante...cumple tus sueños.
Lo de la isla para ella lo mismo era normal, pero yo aún siendo bruja viviendo en tierra jamás hubiese imaginado que de cuando en cuando esa isla sobrevolaba nuestras cabezas.

La emoción de Jo la hizo sonreír abiertamente y mucho más su proposición -Me encantaría. Tengo varias ideas pero nunca está demás tener algo de ayuda- Expresó con sinceridad mientras bebía un poco más de café y también comía del pastel. La combinación quedaba muy bien y le reconfortaba el corazón, tanto como la amistad de la rubia.

Después se emocionó cuando Jo resumió en dos palabras lo que quería hacer, algo que ella no había podido y sonrió aún más -Me emociona…Creo que esta es la primera vez después del maletin y el torneo que me siento así- Confesó con cierta ilusión en su tono de voz. Apoyó el codo en la mesa y el mentón en la mano de forma casi ilusionada.

-Lucio creo que dirá que sí. Más difícil son los genios… Son más excéntricos y aunque ya hemos trabajado juntos tal vez no les apetece hacer nada hacia el ámbito sanitario… Aunque Giordano ya creó el maletin. Creo que si le presento la idea con algún proyecto de esos que ya tengo en mente podré convencerlo- Indicó sonriente antes de terminarse el pastel y la frase de Jo lo determinó todo -Iré ahora mismo que sino después me pongo a pensar en cosas y cosas y termino no haciendo nada- Se acercó a ella y le echó los brazos al cuello con cuidado -Muchas gracias- Después se alejó para tomar unos dos pedazos de pastel y se desapareció de allí.

Tras despedirme de Arleen que se marchó muy emocionada y decidida, me dediqué a terminar de limpiar el desastre de casa y después de eso me puse a leer haciendo tiempo hasta que mi sobrino volviese con Nya.
Pero pasada como una hora y media recibí varios mensajes del hospital. Fruncí mi ceño pensando que si me llamaban era porque no estaba bien la cosa.
Estaba aún medio manca y me necesitaban, eso no era buena señal.
Tras contactar de nuevo con Justin para que se encargase de la niña un rato más salí de casa rumbo al hospital.

Al llegar a casa por la noche ni me había molestado en ver si estaba Johan por ahí, solamente había pasado al cuarto de Nya que ya estaba dormida para cuando llegué y tras arroparla bien y darle un beso me fui al mío para dormir.
No tenía ganas de tener una conversación en ese momento y varios pensamientos se cruzaron en mi cabeza durante la noche haciendo que me costase descansar en condiciones. Pero no podía sacar conclusiones precipitadas y de todas formas aunque fuera cierto aquello que rondaba como posibilidad en mi cabeza... tampoco podía hacer nada.

Por la mañana pude comprobar que el moreno no había venido a casa tal y como había prometido cosa que hizo que sospechase más aún, aunque por otro lado trataba de justificar aquello con su afán por conocer como había terminado la gente de la misión.

Pasé la mañana jugando con Nya, fuimos a los jardines y paseamos, además de ponerme en contacto con el hospital para preguntar por Yaroslav, Reiv y Arleen. Seguramente iría más tarde a visitarles, sobre todo a Yaros porque me habían dicho que Thoren había llegado y estaba siendo un poco ruidoso de más.

Volvimos a casa y tras comer intenté que Nya durmiese la siesta. Me costó como hora y media que cogiese el sueño y cuando por fin lo hizo salí de la habitación cerrando con cuidado la puerta. Bajé las escaleras y tras un rato dando vueltas a la cabeza de nuevo decidí concentrarme en hacer pociones usando mis nuevos y preciosos ingredientes.

Habían pasado ya varias horas desde que salí del hospital después de ver a los heridos, y después de la conversación con Victorya. Desde entonces me había pasado toda la mañana en un mar de dudas, yendo de acá para allá sin saber cómo abordar el tema. Aproveché para buscar a Lykaios, devolviéndole la piedra que me había prestado, esa que según él te transformaba en agua. Tal vez le habían timado. Después le mandé un mensaje a Thalos para preguntarle por Erika, y luego me pasé por el mercado a dar una vuelta rápida para llevarle alguna cosa a Nyara. Al final cogí una alfombra voladora de juguete, una versión pequeña para los críos. Luego me puse en camino hacia el piso de Jo, llevando el paquete de regalo.

Al llegar a la puerta me detuve, como si llegado el momento no pudiese hacerlo o no debiese estar allí. Ya tenía nervios desde hacía un buen rato, pero ahora más todavía. Darme media vuelta no me pareció mala opción durante algunos segundos. Al menos se evitaría el daño un tiempo. Respiré hondo un par de veces, pasando al final de llamar a la puerta porque eso de esperar me estresaba incluso más. Al final me aparecí en el interior del piso, tal vez fuera la última ocasión que pudiese hacerlo. Alcé la voz nada más hacerlo, para no asustarla de manera silenciosa ni nada de eso. Dejé el paquete en el sofá, pues parecía que Nya no estaba despierta en ese momento. De lo contrario estaría por allí jugando.

- ¿Jo? - avancé hasta llegar al salón, encontrándola en la zona de la cocina con asuntos de pociones. Eso solía hacerlo también cuando necesitaba distraerse, y puede que fuese el caso. - ¿Qué tal está tu brazo? ¿pudiste irte pronto a dormir? - comencé preguntando lo principal, que era cómo estaba. Me apoyé con ambas manos en la barra de la cocina, esperando a que se girase.

Me encontraba especialmente concentrada sacando de su frasco con la ayuda de unas pinzas un tallo de Nux Myristica cuando oí como me llamaban por mi nombre. Sabía que era Johan así que no me alteré más allá de soltar un suspiro mientras le escuchaba caminar por la casa.
-Bien, ya te dije que casi puedo moverlo por completo.
Murmuré clavando la vista en la nuez antes de alcanzar unas tijeras y cortar un pedazo del brote. Lo examiné con cuidado antes de depositarlo en el cuenco.
-Llegué tarde, ya sabes... mucho jaleo en el hospital. Fui a ver a Yaroslav y a Reiv.
Volví a meter la nuez en su correspondiente frasco con cuidado sin haberme girado para verle aún y después me giré por fin.
-¿Tú descansaste?
Sonreí dejando las pinzas y las tijeras a un lado alzando ambas cejas, era obvio que estaba con aquella pregunta decía "no viniste a casa".

- Vale, espero que puedas tomarte el día libre para que termine de recuperarse del todo. Había pensado llevarme a Nyara a dar una vuelta, cuando despierte. - miré hacia las escaleras, preguntándome si Justin también estaría por allí. La verdad es que prefería que no. Mejor que no escuchasen nada de la conversación ni él ni la pequeña. Aunque no se enterase de mucho sí que podría percibir algo raro.

- Sí...a mi también se me hizo tarde entre unas cosas y otras. Me pidieron ir a donar sangre para Reiv, y luego fui a cambiarme. Estaba bastante cansado, así que me quedé a dormir en el edificio de habitaciones. - no sabía si era cosa mía o no, pero acababa de empezar a hablar y ya notaba como un ambiente menos relajado que cuando estaba en la consulta con ella, cuando tuvimos aquel momento de acercamiento.  - A Yaroslav le vi esta mañana. Ya estaba Thoren con él. Espero que se recuperen pronto...- Asentí a su pregunta cuando se dio por fin la vuelta, aunque no había descansado como me gustaría. Muchas vueltas a la cabeza. - Claro, y mucho mejor gracias a las curaciones que me hiciste. - entendí que me estaba preguntando también por qué no vine a casa después de haber dicho que iría. Me entretuve unos segundos mirando hacia la poción que estaba preparando, aunque no identifiqué lo que estaba haciendo. Iba a preguntar algo de la poción, pero se notaría demasiado que estaba desviando el tema. No sabía cómo empezar aquello. La nota del frigorífico de hace un mes seguía allí. Pasaba de decir "tenemos que hablar".

- Veo que leíste la nota. - señalé con la cabeza hacia el frigorífico, pensando en todas las cosas que pudieron pasarle por la cabeza. Tal vez sospechase algo. No fui a dormir, pudo haber leído algún informe más en el tiempo que estuvo allí...la verdad podía doler, pero una mentira sería peor. Inspiré profundamente antes de hablar, soltando después el aire lentamente antes de soltar la pregunta directamente.  - ¿Tú me sigues queriendo?  - no tenía claro si era así. Sabía que de alguna manera quererme sí, pero probablemente no del modo en que lo hacía al principio, antes de que todo empezase a ir mal.

Mi gesto se arrugó al oir de nuevo aquello de tomarme el día libre, ayer había dicho lo mismo, que no debía trabajar y hoy hablaba sobre tomarme el día libre. Suspiré sin contestar a aquello.
-Claro!Seguro que le encantará.
Contesté con sinceridad aún dando vueltas sospechando que por alguna razón, o por una en concreto, no quería que fuese al hospital.
-Sí, lo sé, leí su informe, aunque pensé que no te pedirían sangre a tí teniendo una infección.
"Tal vez deberíamos comunicarnos mejor en el hospital para evitar este tipo de pérdidas de tiempo"
Alcé ambas cejas riendo cuando mencionó a Thoren y asentí.
-Sep, he llamado para ver que tal estaba Yaros y me han dicho que Thoren está siendo un poco escandaloso- Me levanté cogiendo el cuenco para añadir tras gotas exactas de algún líquido que tenía por encima del mostrador-Iré luego a verles.

Al tenerle por fin cara a cara y escuchar aquello de que durmió bien asentí sonriendo levemente, aunque hubiese sido en cualquier lado al menos no había estado por ahí dando vueltas, nunca solía tomarse tiempo para descansar.
-Puedes ir luego a que te curen o pasarte por la noche para que lo haga yo. Pero deberías pasar al menos un par de días descansando. ¿Has comido algo?- Giré como para ponerme en marcha para preparar algo para hacer-¿Quieres que te...
Justo señalé a la par que él el frigorífico y miré de reojo al mismo al escuchar aquello de la nota.
"La nota"
"no he tirado la nota ¬¬"
-Oh!Si, claro!-Solté muy despreocupadamente y caminé hasta el frigorífico tirando de la nota para agitarla y después dejarla por ahí tirada-Por eso te dije lo de hablar tranquilamente. Pero no me has contestado ¿Quieres que te prepare algo?-Abrí la puerta de la nevera asomándome al interior-Tengo poca cosa pero...
Entonces escuché esa pregunta. Por un segundo me vi a mi misma gritando que si, que obviamente le quería y lanzarme a darle un beso y luego, luego até cabos de la razón de esa pregunta. Suspiré cerrando la maldita puerta y crucé mis brazos mirándole.
-¿Me lo preguntas para decidir si contármelo o no?
Desvié la mirada arrugando mi nariz y luego llevé la mirada al techo de la sala tratando de contener la angustia que me estaba produciendo.

- Al final no se la pusieron, menos mal. Yo tampoco caí en avisar. - comenté sobre lo de Reiv, poniendo después cara de pasar del tema de Thoren. Era un cabezahueca si pensaba que podía escandalizar en un hospital, y no tenía interés ninguno en hablar de él.  - Creo que no hará falta que vuelva. Me tomé las medicinas que dijiste y estoy mejor. Un par de días de descanso tal vez, no hay mucho que hacer hasta que se resuelva lo del código, y la mayoría de gente tardará en recuperarse. - no podríamos volver a bajar de inmediato, eso estaba claro. Haría falta un plan muy bien pensado ahora que ya teníamos a James.  - Sí, tomé algo rápido esta mañana en el mercado, cuando cogí una minialfombra voladora para regalarle a Nya. - la frase sobre prepararme algo quedó a medias ante la  mención de la nota, que parece que había escrito hace mucho más del mes que había pasado.  -Eso es. Teníamos pendiente hablar tranquilamente, desde hace ya bastante. - no me moví del sitio, pero aparté las manos de la barra de la cocina. Estaba un tanto inquieto y no quería que se notase. - Tranquila, no tengo hambre ahora mismo. - respondí a lo de prepararme algo. No estaba la cosa como para ponerse a pedir nada.

El suspiro que soltó tras mi pregunta a bocajarro era el preludio de lo que imaginaba que estaba por venir. Lo sabía. Estaba claro que sabía algo. Puede que incluso la última noticia. Bajé la mirada un instante, pero para cuando volví a alzarla ella ya estaba mirando hacia el techo, con los brazos cruzados. - No...eso no tiene que ver. Te lo pregunto porque he tenido esa duda durante hace ya más de cuatro años. Porque todo quedó en pausa, sin saber qué había sido de lo nuestro, ni qué era exactamente lo que nos había sucedido para que las cosas no fuesen como antes. - tuve que hacer un esfuerzo para pronunciar aquellas palabras, mirándola con una mezcla de tristeza y culpabilidad. El que había hecho más daño a la relación era yo, de varias maneras.

- Al final ha pasado. - confesé de manera escueta, sin querer decir mucho más porque ya de por sí era una sinceridad que resultaba bastante dolorosa. En realidad no había excusa posible.

Encogí mis hombros haciéndole un gesto de que el vería como se encontraba, tampoco le iba a forzar a hacerse curas aunque no le vendrían mal a esa herida.
-Bueeeno, pero si ves que no mejora la herida ve al hospital.
Le señalé alzando mis cejas.
"Que te conozco"
Sonreí cuando habló de la mini alfombra para Nya echando un rápido vistazo al salón imaginando la que podría liar. Ya le había dicho con anterioridad que era su turno de darle caprichos así que no iba a oponerme a ello.

Para cuando ya estábamos en mitad de "la conversación", no supe si podía ser tan tranquila como había puesto en aquella nota. Por sus primeras palabras volví a entornar los ojos y me giré dando mi espalda para sacar del armario algo, lo que fuese para mantener las manos ocupadas, yo que sé, un tarro con...hierbas. Lo planté sobre la encimera con un sonoro golpe y volví a girarme apoyándome en el mueble agarrando el borde del mismo con ambas manos. Al contrario de su mirada la mía ahora mismo no reflejaba pena, le miraba como si no pudiese creer ESA pregunta.
-¿En serio tienes que preguntar si te...arfff
Volví a girar abriendo de nuevo el mueble para sacar otro bote que puse con el mismo golpetazo en la encimera.
-Claro que sabes lo que nos sucedió...
Pasé una mano por mi cara, frotándola y volví a girar suspirando.
-El...los abortos...
Me corregí y volví a llevar mis ojos al techo por unos segundos negando.
-Tú te refugiaste en la guerra y yo...yo me quedé sin refugio...mi refugio eras tú...eres tú.
Volví a corregir dando por contestada esa pregunta. Poco después soltó aquello confirmando mis sospechas y avancé para sentarme a su lado apoyando los codos en la repisa. Mis manos en forma de puño se apoyaron en mis labios y simplemente asentí.
-Lo sé.
Le miré de reojo encogiendo mis hombros.
-¿Y qué quieres que te diga Johan?
Pregunté totalmente calmada sin saber que más podía aportar a aquello.

Inspiré tensamente mientras cerraba los puños al escuchar ese golpe con el tarro en la encimera. Su cara de estar alucinando por la pregunta me dejó claro que no se la esperaba  para nada y que además la había molestado. Para mí no era tan obvio, por eso necesitaba saberlo. - Pasé tanto tiempo pensando que no querías saber nada de mí...que te habías hartado y que ya no sentías lo mismo. Todo era incertidumbre. Yo pensaba en ti todo el tiempo. - Muchas veces había pensado que ella prefería mantenerse alejada, que se había cansado de los problemas que le daba. Cerré los ojos un momento al escuchar el segundo golpe en la encimera con otro bote, suspirando con resignación cuando dijo que sí que sabía lo que nos pasó. No fue un único aborto. Fueron más.

- Aquello fue muy duro para ambos. Que no querías que volviese a pasar y por eso no...no nos acercábamos. Pero no fue solo eso. Antes de irnos a Estados Unidos siempre estábamos discutiendo. - Volví a desviar la mirada hacia un lado, mordiéndome levemente el labio inferior mientras la escuchaba decir aquello del refugio. No pude evitar que se me hiciese un nudo en la garganta por la confesión. Había sido un egoísta por pensar que fui el único que se sintió solo y por no darme cuenta de que ella también se sintió así, por no haber encontrado la forma de acercarme. Intenté encontrar su mirada, aunque aquello no sucedió porque ella volvió a desviarla hacia arriba.   - Lo siento mucho...siento mucho que te sintieras sola. No supe hacerlo. Creo que no sirvo para ser una pareja normal. - tampoco era suficiente con pedir perdón, el daño ya estaba hecho.

Guardé silencio tras la confesión final de lo que había sucedido con Victorya, esperando su reacción. No hizo ningún escándalo, ni me gritó. Vino a sentarse a mi lado en el taburete que había junto a la repisa, admitiendo que lo sabía. Tampoco me extrañaba, estando en el hospital pudo haberlo visto. La única diferencia es que yo acababa de confirmarlo. Me pasé una mano por la cara, agobiado por la situación y sorprendido por su reacción. - No quería hacerte daño al decirlo. Pero mentir era mucho peor. Yo qué sé...tienes todo el derecho del mundo a cabrearte, a echarme, lo que sea...pero di algo...- me giré en el taburete para mirarla de frente, a pesar de que ella siguiese de lado.

Volvió a insistir en aquello de que no sabía si le seguía queriendo, ya lo había dicho antes, cuando hablamos con anterioridad y ya le había contestado. Suspiré al sentirme poco escuchada o tal vez es que necesitaba que lo reafirmase de nuevo.
-Bueno...yo tampoco tenía noticias tuyas¿Crees que no me lo planteé?
Le miré sin creer mucho eso de que pensaba todo el rato en mí, al fin y al cabo me confesó que con Juliet había pasado algo, así que mucho no pensaría.
-No nos acercábamos porque cada vez que lo hacíamos me tratabas como si me fuese a romper y sí, discutíamos...
"eso no lo voy a negar"
Cuando comenzó a pedir perdón chasqué la lengua negando.
-Deja de pedir perdón, claro que eres una pareja normal....normal para el mundo en el que vivimos.
Le planté la mano en el hombro frotando un poco para darle ánimos. Pese a mi seriedad sonreí brevemente al escuchar que tenía derecho a cabrearme o a gritarle.
-¿Para qué?
Encogí mis hombros de nuevo suspirando y me giré para mirarle de frente.
-Ya te dije que comprendía tus dudas y que podía llegar a entender que al no tener noticias mías... pasase algo, por mucho que eso me doliese. No tengo derecho a recriminarte nada sobre lo que pasó antes de volver.
Ladeé mi rostro apretando un poco mis labios mientras sonreía, lo hacía para que no se me saltase la lágrima y permanecer serena. Tomé sus manos.
-Y fui yo la que me quité el anillo del dedo... tampoco puedo cabrearme contigo si fui yo la que te dejó libre para elegir.Y lo has hecho.
Mis cejas se alzaron separando nuevamente mis manos de las suyas levantándome del asiento para volver a guardar los frascos esos que había sacado hacía unos segundos porque notaba que como siguiese mirándole a a la cara al final lloraba.

- No entiendo por qué. Yo te escribí...pero no obtenía respuesta. ¿Qué querías que pensase? - repliqué confuso porque ya no sabía si había sido un problema de comunicación, ya que me pensaba que era ella la que no quería responder. Mil cosas pasaron por mi cabeza. Lo cierto es que no debería de haberme marchado dejándola allí, por mucho que pensase que era más seguro. Todo se terminó de torcer entonces, aunque llevásemos tiempo arrastrando discusiones casi constantes. - Al principio tenía miedo, lo admito. Tenía miedo de que volviese a pasar. Pero luego...- se me vino a la mente una vez que intenté un acercamiento a ella, que no llegó a nada más porque dijo que le parecía raro. Negué con la cabeza baja, mirando al suelo. - No sé. Tuvimos mucha suerte de tener a Nyara. - alcé la mirada al notar su mano en mi hombro, como si tratase de animarme con eso de que no era una pareja normal. Incluso en esa situación trataba de hacer que no me sintiese mal. No me la merecía.

- En realidad si podrías recriminarme...seguimos casados. No habíamos dado nada por terminado. Nunca hemos llegado a hablar en serio. ¿Por qué lo hemos evitado durante tanto tiempo? ¿por qué hemos estado haciendo como si no pasase nada...? - apreté levemente sus manos cuando tomó las mías, clavando ahí la mirada mientras inspiraba lentamente. Era cierto que ya no llevaba el anillo. Yo aún lo hacía, y era precisamente el que había sido infiel. Ni siquiera era consciente de haber elegido nada. - No lo hice. Ni fue premeditado. - El maldito nudo en la garganta no se iba, y menos todavía cuando al mirarla a la cara me di cuenta de que a ella también parecía estar costándole no llorar. Parecía mentira que estuviese pasando aquello, que al final hubiésemos llegado a ese punto. Me levanté también del taburete cuando ella lo hizo, con la incertidumbre de no saber qué iba a pasar a partir de ahora.

- ¿Y ahora qué? - en mi cabeza resonaba un 'se acabó', aunque intentaba acallarlo. Avancé unos cuantos pasos más hacia ella, aunque estuviese de espaldas recolocando cosas para evitar el contacto visual.

Resoplé cuando volvió a insistir en que me había escrito, eso ya lo habíamos hablado. Claro que me había escrito, no dudaba de ello, aunque el parecía que si dudaba de que yo hubiese intentado ponerme en contacto con él.
-Ni yo recibía tus cartas tampoco.Ya te lo dije EEUU cortó las comunicaciones conforme ganaba terreno la Alianza-Froté mi cara inevitablemente cuando preguntó aquello-No sé Johan...¿Que pensaste cuándo tampoco llegaban cartas de tu madre?
Esto me salió en un tono más cansino , me molestaba aquella insinuación o más bien aquella pregunta que parecía una justificación para sus actos.
"Pero luego cuando lo intentabas no me tratabas igual que antes"
No lo expresé en voz alta simplemente desvié la mirada tratando de no soltarlo, ya había quedado suficientemente claro con mis palabras anteriores como para seguir hurgando en ello. Sonreí al pensar en la pequeña cuando la mencionó, dormía tan tranquilamente mientras sus padres tenían una conversación tan seria.
-Ojalá hubieses podido disfrutar antes de ella.
Solté suspirando, aquello me hacía sentir mal, tal vez podría haberme atrevido a venir antes pero no quería arriesgarme siendo ella tan pequeña.
Mi nariz se arrugó ante sus preguntas, no por enfado, simplemente yo opinaba de otra manera.
-¿Hemos?Johan...yo al menos no he estado haciendo como si no pasase nada... - Le miré extrañada, como si el hubiese estado viviendo en una realidad paralela o algo así- Lo hablamos nada más llegar, te dije lo decepcionada que estaba  contigo, me quité el anillo y tu...-alcé mis cejas señalando hacia la puerta sonriendo para quitarle hierro al asunto, ya que en realidad no le estaba acusando de nada, solamente exponía hechos-Tenías cosas importantes que hacer y...y trataste de meterte en mi mente para que me pareciese bien.
Casi lo solté riendo sin dar crédito a eso de haber evitado una conversación. Antes de irme a por los frascos para evitarle soltó aquello de que no lo había hecho y mis ojos se entornaron dedicándole una mirada evidentemente acusadora.
"Por favor Johan...claro que lo has hecho"
Me dediqué a guardar los frascos y cerré la puertecilla del armario justo cuando preguntó de nuevo. Sacudí mis manos girándome para apoyarme en la encimera de la cocina  mirándole fijamente.
-No voy a decirte que tienes que hacer Bean.
Expliqué suavemente y con cariño.
-Si lo preguntas es que no lo tienes claro¿Lo tienes claro?¿Qué quieres hacer Johan?

Dejé el tema de las cartas porque ya lo habíamos hablado en otra ocasión y habíamos llegado a lo mismo, que las comunicaciones estaban cortadas. No quise ser terco y empeñarme en repetir que había otras vías. Ya no tenía caso seguir dándole vueltas, fallo mío insistir y enrocarme en aquello. Sí que merecía la pena decir algo sobre la niña y lo mucho que me hubiese gustado saber de su existencia antes.  - Lo sé. Me habría enterado si hubiese ido allí. Debería haber hecho ese viaje. - ya no podía cambiar nada al respecto, sólo aprovechar el presente. Suspiré, mirando hacia las escaleras que daban a la habitación donde dormía la pequeña.  - Ahora nos tiene a los dos. Creo que es lo mejor que hemos hecho. - añadí con sinceridad, tal y como lo sentía. Supuse que ella también sentiría lo mismo. En lo que no estuve de acuerdo fue en que la conversación que tuvimos fuese suficiente, a pesar de que ella se quitase el anillo aquel día.

- Y después de eso la situación fue rara, sí, pero como si no hubiese que hacer nada. Sin saber en qué quedaba todo, si podíamos volver, si se había terminado, nada. Dudas y más dudas. - sobre lo de meterme en su mente no tenía nada que rebatir, acepté aquello con cara de culpabilidad porque nunca debería haber intentado aquello. Ni siquiera aunque fuese una manipulación sutil para que pensase de otro modo, para que no sufriese cada vez que tenía que irme.  - No para que te pareciese bien aquello, sino lo de irme a las misiones. Reconocí que fue un error y te pedí perdón por aquello. Te lo vuelvo a pedir. Estuvo fatal. - eso, lo de la infidelidad, las discusiones...un cúmulo de cosas que se habían ido sumando para deteriorar lo que un día tuvimos.

Ella se giró cuando por fin acabó de guardar cosas. Me costó sostenerle la mirada, a pesar de que antes había estado buscando el contacto visual. No me respondió a ese 'ahora qué', tal vez porque no lo sabía, o no quería saberlo. El nombre que usó para interpelarme sirvió para hacerme recordar ese breve momento que habíamos tenidos en las consultas la noche anterior. ¿Lo tenía claro? ojalá fuese tan sencillo. Intenté serenarme para que tratar de responder con lo que sentía, aunque el agobio lo ponía difícil.

- Sé que te sigo queriendo. - y también era consciente de que ella había evitado una respuesta directa y clara a aquello, aunque había dejado entrever que todavía me quería. - Y que no creo que pueda dejar de hacerlo. He tenido miedo de perderte muchas veces, y no quiero que eso suceda.  - por fin salieron las palabras con más facilidad de la que habría pensado, aunque de un modo un tanto doloroso. - También sé que eso a veces no es suficiente, que no depende sólo de mí y que tampoco podemos borrar lo que ha pasado. - las cicatrices no se borraban, nunca se empezaba de cero.  - Quiero que seas feliz...conmigo o sin mí.

-¿como si no hubiese que hacer nada?
No paraba de preguntar poniendo mis caras más expresivamente confusas. Al parecer para él la situación había sido completamente diferente o tal vez esperase que...
-¿Querías que yo te dijese que teníamos que hablar?-nuevamente una pregunta incrédula se me escapó autoseñalándome al pecho-Yo también tenía dudas, ¡tengo dudas!Pero no sé si eres consciente de que no era yo la que estaba a punto de besar a alguien que no era mi esposo en esa habitación.
Aquello a pesar de parecer echarle en cara la situación lo dije tranquilamente como si fuese bastante obvio para mi.
-Te dejé tu espacio para decidir tus acciones y lo has hecho.¿Qué más querías que hiciera?
Crucé mis brazos haciendo un gesto como de que sabía para que había sido aquello de intentar entrar en mi mente y que lo dejase correr.
Mantuve el silencio conforme hablaba, sin apartar mi mirada de la suya. Me removí incómoda, porque era evidente que yo le quería pero dudaba de sus palabras, no habiendo confesado a medias lo que en realidad había sucedido.
-Te lo dije ese día y te lo repito. No he dejado de quererte Johan.
Mis palabras se escaparon serias de los labios. Tras ello suspiré y sonreí amargamente como si hubiese soltado algo que no debería haber hecho.
-Yo también quiero que seas feliz, sea con quien sea.
Alcé una mano acariciando su mejilla sonriendo brevemente , mi cabeza se ladeó y mis cejas se alzaron.
-Eras libre y te fuiste con ella...¿Y si te dijera que no pasa nada?Que vengas a casa y nos olvidemos de todo?¿Eso es lo que quieres que te diga?