Oslo - Noruega

Para Wthyr aquello era un primer paso bastante importante, pues habían conseguido aliados en un tiempo relativamente corto y sin tener que mermar las tropas Pendragon en el intento. Era el primer territorio para su futuro imperio, y se aseguró de que en el documento mágico quedase reflejado que no era precisamente una relación entre iguales, a pesar de que los otros obtuviesen bastantes ventajas al asociarse con ellos.

Mientras esperaba a la firma se dedicó a intercambiar algunas miradas con Freyja y con Asiaín, que tenía bastante peor aspecto que cuando llegaron a Oslo. Se notaba que había estado esforzándose por aparentar, pero debía seguir haciéndolo si no quería que la vikinga lo considerase débil como para casarse con él. El líder Pendragon le dedicó una mirada de advertencia a Asiaín, como queriendo decirle que fingiese lo suficiente como para no parecer un debilucho. Ahora era capaz de comprender cómo podía sentirse su primo, especialmente teniendo tan reciente el puñetero mal del híbrido que lo había tenido en cama durante varios días. Aún así no podían permitirse parecer menos ante sus nuevos "socios".

Aguardó a que Haraldson hablase a los suyos, observando que parecían aceptar aquello sin grandes tumulto. Una cosa menos de la que ocuparse. Esperó al momento de la firma, aunque cuando llegó su turno aparecieron varios hombres de su guardia informando sobre lo que había sucedido en el campamento. El imbécil aquel había tratado de tirar por tierra todo el acuerdo, dejando claro que habían estado en lo cierto al sospechar que les daría problemas.

- Esa acción hostil no quedará impune, acaba de atentar contra la alianza de sangre mágica que acabamos de firmar. Erik Haraldson pasa a ser un enemigo a partir de ahora, y como tal se le juzgará. Sirva como advertencia a quienes quieran impedir lo inevitable del resurgir del Imperio Mágico. - Freyja se encargó con rapidez de tratar de ir tras él, aunque dudaba mucho que fuese a encontrarle. Había que cortar por lo sano con acciones como aquellas, antes de que acabase en revueltas contra lo  que el linaje Pendragon se disponía  a hacer. A la hermana no pareció importarle, daba la impresión de que se quitaba un peso de encima con la desaparición del hermano. El padre disimuló un gesto de decepción, no había logrado hacer entrar en razón a su hijo.

Después de aquello se dedicaron a atar algunos cabos sueltos, como por ejemplo quién se quedaría de manera temporal en Oslo. Freyja por el momento estaría ocupada, y Asiaín no podía quedarse. Finalmente se hizo cargo un capitán de la guardia con una guarnición de soldados. A partir de ahí reclutaría nuevos soldados para las filas Pendragon, para llamarlos llegado el momento. Se acordó también que Gunnhild viniese a Ávalon, para así seguir conociendo a Asiaín de cara a su acuerdo matrimonial. Al día siguiente, tras solucionar lo del campamento, abandonaron el lugar.