Participantes del pasado
La mayoria de las personas que se encuentran ahora mismo inmersos en esta edición del Torneo Ouroboros han de estar cuestionandose su presencia en el mismo y el objetivo de los Descendientes. No han sido muy claros en sus instrucciones, pero eso forma parte del torneo y de la prueba. No hay victorias sin dudas previas, no hay triunfo sin desconfianza ni tampoco sin fé.
Este no es el primer Torneo Ouroboros. El nombre de este torneo toma la palabra Ouroboros, que simboliza el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo. Este torneo se repite cíclicamente cada cierto tiempo, y su objetivo es el de encontrar a posibles magos de calidad para entrenarlos tomandolos como discipulos y si es el caso que formen parte del círculo de élite en algún momento. Generalmente, el Consejo elige magos y brujas con habilidades que les resultan interesantes a cada uno en particular, los cuales pueden tomar o no como discipulos. Los Observadores localizan a esos individuos y transmiten sus datos al Consejo, y ellos eligen aquellos que les interesa que participen. ¿A quien ha elegido cada descendiente y por qué? Para saber eso aun habrá que esperar un poco más.
En 1700 se realizó el primer Torneo. El último, el anterior al que se está celebrando actualmente, fue en 1930. Ese es el que atrae nuestras palabras ahora mismo, puesto que aquel que resultó victorioso aun camina entre nosotros, aunque los años han llenado de nieve sus cabellos y el tiempo ha encorvado sus hombros.
El por aquel entonces descendiente de Darwin, Xavier (el bisabuelo de Sarah Darwin), había puesto su interés en un mago de 17 años llamado Fizban que parecía haber demostrado ciertas aptitudes para el druidismo asi como otras cualidades que el Darwin de por aquel entonces valoraba. El joven Fizban consiguió hacerse con la victoria y pasó a ser discipulo de Charles, el cual le enseñó todo lo que sabía sobre druidismo. Fizban resultó ser un buen discipulo y estableció una buena relación con su maestro Xavier hasta el día de la muerte de éste, la cual aceptó tranquilo sabedor de que habia aportado su parte en el desarrollo del arte del druidismo. Muchas cosas habrán ocurrido en su vida desde entonces sin duda, pero a bien seguro su mente no ha olvidado aun a aquel que lo guío durante su aprendizaje ni las cosas acaecidas durante aquel torneo, pues es posible que determinaran el curso de su vida en muchos aspectos. Ahora la palabra Ouroboros vuelve a estar en el aire, algo que sin duda traerá recuerdos a más de una mente..
Ab aeterno, el periódico de Ouroboros
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