Cantina de Chalmun

Se había sentido tan presionada por el súbito acercamiento de Rick, que había explotado en un comportamiento un tanto… Irreflexivo y luego lo vio alejarse. Lo saludo viendo cómo se dirigía a otra zona pensando tal vez que lo podría encontrar luego por la torre y preguntarle cómo le había ido con su admisión porque se mostraba muy entusiasmado por entrar en el ejército.

Ahora se encontraba sola. Suspiro y dio otro sorbo a su vaso. Iba tomando de a sorbos esa cosa, pero aun no sentía ningún malestar que la llevara a una borrachera/mareo y, aun así, debería comer algo. Así que mientras miraba a las parejas que se divertían un poco más allá, se levantó de donde estaba sentada para agarra un pedazo de pastel envenenado de ese del que habían predicho que tenía veneno y lo probo. Tonterías, tenía un sabor agradable, pero si iba al caso, ¿Se notaría luego que el veneno ya estaba circulando por su sistema? La teoría le había importado bien poco porque volvió a comer otro bocado.

-Tu pareces aburrido.- Comento a Johan acercándosele, con un trozo de dulce entre sus manos, lo que podría ser su tercer pedazo que prefirió darle al moreno. - ¿Quieres un poco? - se lo tendió con toda confianza. -No tiene veneno, te lo prometo. -

Asintió a la respuesta de Johan, hacían buena pareja y eso era genial saberlo porque podía secuestrarlo y llevárselo cuando quisiera a bailar. Dijo que podía contar con él para todo. ¿Verdad? Se lo tomaría al pie de la letra.

Cuando estuvo en brazos de Yarik, se alegró de que no se pusiera a gritar algo de que ahora era una súbdita de SAM y que no podía confiar en ella aunque… quizás había sido el escenario mental y la posible reacción de Yaroslav lo que le había hecho resbalarse, pero la verdad es que había aceptado el regalo sin preguntar si quiera las consecuencias. Tendría que solucionarlo luego… y hackear aq…

“¿Qué hace?”

-No..-Su cerebro hizo un poco de cortocircuito cuando Yarik se puso a pasar el pulgar por la unión de la prótesis y su brazo. No sabía porque exactamente. Quizás porque era la primera vez en mucho tiempo que alguien la acariciaba así, con tanto mimo. Sin incluir, por supuesto, el abrazo de Gelion de hace unos días. O tal vez porque la zona en sí era algo que la había avergonzado y dado asco hace apenas unos minutos. El tema es que se sentía íntimo de una manera que no esperó y si estómago respondió rápidamente al gesto, igual que sus mejillas coloradas. Con suerte, lo último, podía ser a causa del baile.

Retomaron el baile aunque Arleen sospechaba que la música estaba por acabar, Yaroslav aprovechó para hacerle una pregunta que hizo que el sonrojo de Arleen pasará del acaloramiento a la vergüenza. Desvío la vista hacia la pelirroja -Sí - Dijo en voz baja -Ehm…- La música, en efecto, empezó a bajar antes de acabar. Todos empezaron a aplaudir y Arleen hizo lo mismo aunque se encontraba incómoda. ¿Podía contarle a Yaroslav? ¿O lo haría huir? Miró hacia Johan y deseó tener telepatía.

“La sinceridad es buena… y si no le gusta lo que fui, no puedo hacer nada al respecto. Solo sé que hoy por hoy intento ser mejor”

Ese pequeño pensamiento hizo que, envalentonada por el mismo subidón de la música, enganchará su brazo a él mientras volvían a la barra -Después del aborto… caí en un espiral de alcoholismo muy severo. Así que sí… tengo lagunas de días o semanas que nada tienen que ver con mi amnesia actual- Mencionó aquello fijándose en la copa de vino en la barra. Era una sola. Más la cerveza. Más el chupito. Pero se sentía bien. No tenía ganas de perder la consciencia solo de disfrutar…

-Prometí no volverlo a hacer- Añadió mientras llegaban a la barra y cogía la copa para beber un trago largo, dándose cuenta entonces que cierta persona ya no estaba ahí. Por supuesto. No sabía que hacía allí en primer lugar, en el cumpleaños de una histriónica. Bebió otro trago de vino porque lo necesitaba y luego se pidió otra copa.

Decidió que era momento de centrarse en sí misma, que era lo que había decidido tras esos días metida en su departamento -Quiero… hmm… quiero cantar- Le dijo a los tres mientras veía a Yvonne con un pedazo de tarta, sonriendo de lado -¿Está buena? Me perdieron las fresas - Se rió un poco y agradeció al bartender cuando le dio la copa, bebiendo un trago corto.

La chica parpadeó confusa cuando dijo lo de confundirlo con su hermano, poniendo después cara de estar molesta por la reacción de Yaroslav. - Y encima no te acuerdas de mí. Sinvergüenza. - se cruzó de brazos enfadada después del cambio de pareja, mirando mal también a Johan por no haberla cogido para seguir bailando. Tras eso se fue a decirle algunas cosas en privado al pelirrojo que había estado hablando con Yvonne, mirando de reojo los dos al grupito del cumpleaños. Después se separó de él para seguir sirviendo copas por el bar. Ya les tiraría alguna encima.

Acabó apoyando el codo en una mesa alta y la cara en la mano mientras miraba alrededor un tanto empanado, bebiendo de vez en cuando de su jarra. Tenía curiosidad por saber qué se estaban diciendo Yaroslav y Arleen durante el baile, aunque a juzgar por sus caras parecía que iba bien. Eran muy distintos, y no estaba seguro de si Arleen podría quitarse de la cabeza al otro Draven en algún momento. Echó una mirada de reojo al reloj de la pared antes de que Yvonne se le acercase con la tarta y esa afirmación tan clara. No se andaba con indirectas.

- ¿Lo parezco? - se irguió un poco para sentarse bien, dejando a un lado la jarra ya vacía. - Puede ser, con esa pinta de estar aquí bebiendo solo como un borracho. - le hizo gracia el comentario de que la tarta no estaba envenenada, justo lo que había dicho Yaros antes. - Gracias, me vendrá bien para no acabar demasiado alcoholizado. - Cogió el plato que le ofrecía para comer un poco, señalándole con la cabeza hacia el chaval que había estado antes con ella. - ¿Te ha molestado ese? me pareció ver que antes se alejaba muy rápido. - y ahora hablaba con la otra tipa que había bailado con Yaroslav. Tal vez se conocían. Le dejó hueco a Arleen mostrándole el taburete de al lado cuando se acercó, dando un par de golpes con la palma de la mano.

- Pues canta, hoy decides tú. Pide una canción y te la ponen. Y...no sé, ¿qué más hacías en tus cumpleaños?

"Si? Sí sin mas?"

Yo la miré asi como muy insistentemente, para que soltara prenda, porque adivinar los pensamientos ajenos y ser paciente no era lo mio. De vez en cuando miraba de soslayo a la pelirroja malvada. Tenia que buscar testigos de si alguien me habia visto irme con ella o algo, porque de verdad me sonaba cero.

Terminó la canción y nos fuimos a la barrra. Aborto? Había tenido un aborto? ...Me lo habia contado ya? Por qué me sonaba que si? O no? Maldita sea! Era uno de esos momentos en el que no sabia si me lo habian contado ya o no, si fingia sorpresa se veria raro sobre todo si lo habia dicho ya, y si no, pareceria un ser insensible. Por eso no se me daba bien tener citas con mujeres!

"al final mi primera ex iba a tener razon y resulta que soy un insensible egoista"

- Días...semanas? Tanto? - a lo que íbamos - y no te preocupa lo que pudieras haber hecho durante esas lagunas? Imagina que adoptases un elefante y luego cuando te lo trraen es un, mira no, ya no lo quierro, no sé en qué estaba pensando, esa no fui yo. - se pidió otra de vino y yo no me quedé corto, pero seguí con cerveza. Resulta que Arleen era mas alcoholica que yo. Maldita sea. Habia pasado demasiado tiempo en inglaterra y me habia reblandecido cual inglés. Aunque visto lo visto, estos ingleses...son muy, muy alcoholicos. Y lo pensé mirando a Johan, que tampoco se quedaba corto cuando le daba a la mecha. Pero no, lo de Arleen era diferente, porque ella habia bebido por depresión. - Mmm, ya lo entiendo. Si.

Contento con mis procesos mentales, sonreí y bebí.
- Que quierres cantarr? Pues ve! El escenarrio es tuyo! - le puse la mano en la espalda animandola a irse al escenario.

Asintió con la cabeza a su pregunta porque cuando se le había acercado parecía aburrido estando solo y luego sus otras palabras lo terminaron por confirmar. Después de todo eso era exactamente lo que le había llamado la atención. Entrecerró los ojos cuando acepto el pedazo de pastel que le tendía, sentándose luego en una de las sillas vacías. –Eso quiere decir que si lo estas. Borracho quiero decir o bueno, un poco borracho porque no lo pareces. – A lo mejor ya se le estaba yendo la cabeza y no lo aparentaba. ¿Cómo lo iba a saber ella?

Ahora negó con la cabeza. Sabia de quien estaba hablando. Echo una mirada hacia donde se había alejado el chico y luego volvió su mirada a Johan. –Creo que más bien fui yo la que lo molesté. - Y lo reconocía. Reconoció que le había gritado y luego, se alejó, lo que le había parecido con rapidez hablando cosas que no alcanzo a entender del todo.

La música parecía que llegaba a su fin, notándolo por los últimos acordes y por las parejas que comenzaban a dispersarse de la pista de baile. ¿Qué si el pastel estaba bueno? Ella no podía decir que no porque, había comido más de lo que tenía que ser lo estrictamente necesario, pero eso no lo diría. - ¿Tu ya has comido? – Si decía que no, podría traerle un pedazo. Con las idas y venidas de todo, no recordaba haberla visto darle un mordisco al dulce que prepararan en su honor.

Alzó un hombro de forma suave cuando Yaroslav hizo la primera pregunta -Creo que he exagerado con lo de semanas, pero pasaba mucho tiempo encerrada o dormida. No creo que hiciera nada loco o alguien se habría dado cuenta- Murmuró pensando en sus hermanos y compañeros. No, las locuras las había cometido dentro -Liberé a mis pájaros en un arranque de rabia y alcohol - Le confesó recordando aquel momento de forma clara. Se había sentido horrible por tenerlos encerrados en una jaula preciosa, porque ella se sentía así en la casa de Sayid. Era bella pero no tenía escapatoria. Una jaula de barrotes de oro seguía siendo una jaula.

Acarició la base de la copa, pensativa por un momento, sobre el resto de recuerdos patentes que tenía y con quien los tenía. Pero salió del empane bastante rápido porque la música seguía sonando y hoy…hoy sentía que debía permitirse recuperar a la Arleen que dormía en su interior. Que amaba la música, que amaba las flores y las cosas bonitas de la vida. Que a veces bailaba en vez de caminar y que tenía gafas de color rosa.  Hoy era la primera vez en mucho tiempo que se sentía un poco como ella y por respeto debía seguir intentando hacer espacio seguro para que ella retornará. Ni siquiera Gelion la conocía, no realmente. Ya había estado inmiscuida con Sayid por aquel entonces.

Pero ahora, rodeada de sus amigos, quizás volvía. Y volvían las sonrisas y las bromas, las risas y los momentos inolvidables. Volvían los fuegos artificiales a su alma. Y quizás hasta el flirteo.

-Sí, sí… - Miró a Yvonne -Comi fresas y nata pero no pastel, lo haré luego - Mencionó mientras se bebía la copa de vino en tres tragos y miraba a Johan y Yaroslav que la instaban al escenario -Espero que os guste-

Se alejó buscando el micrófono y habló con el androide sobre la canción que quería. Cuando la ubicó sonrió y asintió con suavidad. Las luces bajaron hasta colocar el bar en penumbras.  Mientras caminaba hacia sus amigos recitó las primeras líneas de la canción en un tono que era mucho más grave que el de ella, pero que ponía algo de ambiente. Se detuvo un instante para quitarse la sandalia que le estaba matando desde la caminata y el baile irlandés.

Tras ello retomó el camino, golpeó con el hombro a Johan, luego tocó el abdomen de Yvonne de forma juguetona para llamar su atención  y finalmente cogió la mano de Yaroslav con la libre para ir hacia la pista de baile. Básicamente les había dicho que le acompañarán.

Al llegar al centro cambió al tono correspondiente y dejó que cada palabra estuviera impregnada con el deseo claro que expresaba la canción mientras bailaba al ritmo con sus amigos.


I wanna feel the heat, I wanna own the night
I wanna feel the beat, I wanna dance tonight
I wanna lose myself, I wanna come alive
I wanna feel the love, I wanna go into overdrive
Into overdrive (oh)
Mm
It doesn't matter where I go (go)
I feel the music in my soul (mm-mm)
I love the way the rhythm makes my body go
Mm
There's a dance floor in my dreams
And I've been movin' in my sleep (my sleep)
Love the way the bass sound makes me lose control

La camarera siguió hablando con el otro pelirrojo un poco más, como si estuvieran discutiendo. Al final él acabó asintiendo varias veces entre resignado y enfadado, saliendo del bar. Ella se fue hacia la cocina del bar para preparar un cóctel "misterioso" y de aspecto agradable en el que trituró con la batidora un puñado de insectos que habían quedado atrapados en las trampas para insectos. Que se jodieran por haberla rechazado, no haberla reconocido y haberla dejado sin baile. Dejó que fuese otro camarero el que sacase las bandejas para ofrecer esos cócteles al grupo de Yaroslav por si sospechaban de ella. Luego se movió entre la gente que estaba acercándose a ver a Arleen bailar, sacándose un chicle de la boca para pegarlo de manera disimulada en la melena de Yaroslav al pasar detrás de él.

Alzó un poco la copa y puso la mano libre en el pecho con cara de "me has pillado" al escuchar de estar un poco borracho. No mucho, pero se notaba la falta de costumbre después de tiempo sin beber. Al estar en relativa "paz" podía permitirse no estar en alerta permanente. - Algo, pero no se lo cuentes a nadie. Además, como tu bien has dicho...no se nota. - apuró lo que quedaba de la bebida que tenía ahora entre manos, soltando un hmmm con lo del tipo ese que se había ido molesto con ella. - Será de esos que llevan mal el rechazo. Claramente tenía pinta de querer ligar contigo.- en ese momento se acercaron a ellos Yaroslav y Arleen después de bailar, así que miró como interrogándole con la mirada. Bueno, y mentalmente.

"¿Qué tal ha ido? yo creo que le ha gustado, parece feliz y no deseando huir"

Al levantarse del taburete notó esa ligera sensación de inestabilidad borrachil, pero eso no evitó que cogiese uno de los cócteles que les ofreció uno de los camareros. No iban a dejar sola a Arleen cantando si quería que la acompañasen, aunque no tuviese ni puta idea de la canción que estaba poniendo.

"Uhh te ha cogido de la mano, Tolstoi"

Se rio por lo bajo al ver el gesto de Arleen con Yaros, bebiendo después el cóctel. Hizo una mueca tras pegar un buen trago, notándolo algo extraño. - Qué fuerte está, seguro que esto sube. ¿Nos acompañas?- comentó a Yvonne antes de alejarse de ella para unirse a Arleen en su canción. Tenía que reconocer que no cantaba mal, se le notaban los años de karaoke.


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1- d10 nota algo raro en el cóctel?
2- d10 perjudicial para consumo humano?

El miembro 'Johan Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado (10)' :


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#2 'Dado (10)' :

Lya escribió:Había tenido que salir, con la excusa del baño, porque no soportaba los gritos de Yaroslav y la canción que estaba cantando. De verdad que no sabía cómo permitían que semejante gritón estuviera dándolo todo en un karaoke en un sitio cerrado.

Si a eso le sumas que Arleen había rechazado sus avances, no de forma tajante pero suficientemente clara, Lya necesitaba un respiro. Un poco de aire puro.

Fuera de la cantina habían varias personas y androides, hablando, bebiendo y compartiendo. A ella le parecía surrealista. Demasiado surrealista. Y esperaba que en cualquier momento algún androide se girara y la atacará.

Se terminó de comer lo que quedaba del sándwich de Nocilla número 7 que se había robado de la tarta y se rechupeteo los dedos cuando vio al capitán Draven salir a encenderse un cigarro. Lo recorrió con la mirada… perro. Estaba… estaba de buen ver. Por alguna razón esos pantalones le abrazaban la retaguardia de una forma que hacia que Lya quisiera hincarle el diente con fuerza.

Volvió a alzar la mirada y se acercó a él con una sonrisa -¿Los gritos de Yaroslav te han espantado también?- Se rió antes de cruzarse de brazos para mirar hacia dentro paradose frente a él -Arleen dijo que ahora cantaría ella - Le soltó pues sabía que algo se conocían, hasta donde Lya tenía información Arleen había vivido en la base antes de la casa de Johan pero no estaba segura de si aquello había acabado bien. No sabía cómo la bruja había logrado hacerlo. Pero a veces hasta ella misma se sorprendía de lo mucho que podía soportar y pretender. Volvió la vista hacia él -A ella si podemos oírla sin querer arrancarnos las orejas… creo-

Según salí del local paré a poco menos de un metro y busqué el paquete de tabaco, sacando un cigarro y encendiéndolo. Aspiré el humo y lo solté al cielo antes de volver a posar el cigarro en mis labios y buscar el teléfono. Empecé a teclear un mensaje y al escuchar que alguien me hablaba ni siquiera miré quién era. E

Esbocé una media sonrisa con el cigarro en los labios enviando el mensaje y por fin, despegué el pitillo con una mano mirando a mi interlocutora.-Digamos que no me van las personas alegres.-Contesté, aunque los gritos del ruso no habían sido la cosa más agradable apenas le había escuchado, estaba más atento a otra persona a través de aquel espejo de la barra. Gruñí algo por lo bajo. ¿Acaso todo el mundo me iba a hablar de Arleen? Chasqueé la lengua y negué sonriendo vagamente.-No dudo de que será mucho más agradable.-Y sin embargo no pretendía volver a entrar.

Simplemente esperaría ahí fuera solo por comprobar...¿Comprobar el qué? Gruñí de nuevo porque estaba siendo bastante estúpido.-Creo que no nos conocemos. Gelion Draven.-Colgué el cigarro de los labios de nuevo para ofrecer mi mano.

SAM era eficiente. Y además tenía acceso a la nube y a los contactos de Arleen, por lo que no era extraño que contactará a su familia sobre aquella fiesta de cumpleaños. Por esa razón, fuera del bar, se abrió un portal y una pareja la cruzó.

Ella llevaba el pelo rubio suelto en ondas suaves, vestía de forma delicada y elegante, en tonos rosas. Su rostro en forma de corazón tenía rasgos finos y suaves, con pequeñas arrugas al final de los ojos como si fuese alguien que sonriera mucho. Iba del brazo de un hombre que le llevaba, como mínimo, una cabeza y cuya fornida forma daba a entender que entrenaba como si se le fuera la vida en ello. Y se le iba, como militar que era.

El Teniente Royden, y el mayor de ellos, llevaba un gesto serio mientras evaluaba amenazas fuera de aquel bar. La cicatriz en su rostro, regalo de los vasallos de SAM en la misión final contra él, le daba un aspecto fiero que estaba algo lejos de la tranquilidad y política con la que solía manejarse.

Fred no tardó en ubicar a Gelion y se acercó a él para saludarle, pese al gesto tenso de su esposa, Aurora cuyo último recuerdo de aquel hombre era verlo secuestrar a Arleen ya que, cuando los habían refugiado en la base, no le había visto ni un pelo. Pero había oído de él, y si Fred podía confiar ella podía hacer el intento.

-Draven- Extendió la mano en un formal gesto de saludo pero se detuvo a mitad de camino cuando Aurora soltó un grito ahogado -Es ella…- Dijo la rubia con una sonrisa renovada, llevándose una mano al corazón -Está cantando una de nuestras canciones- Añadió y miro a los presentes como haciendo un rápido saludo y después se fue corriendo dentro a por Arleen. Fred se quedó viendo a su mujer con un gesto pensativo que poco a poco se convirtió en una taimada sonrisa.  Volvió los ojos azules hacia Gelion con agradecimiento -Bien hecho - Le dio una palmada fuerte en el hombro e ingresó al bar.

Cuando entro Aurora ya estaba al lado de Arleen y cantaba con ella como lo hacía siempre. La imagen infló el corazón de Fred y le dio esperanzas de que si V tenía éxito… quizás podían volver a ser la familia de antes. Se acercó a su hermana y le dio un beso en la frente antes de alzarla y abrazarla con fuerza -Feliz cumpleaños, Arlequín - La depositó en el piso y miró alrededor reconociendo a algunas personas -Black, Euclides- A ella la conocía porque era compañera de cuarto de Arleen y si dormía con Arleen, Fred tenía que saber quién era. Luego de fijó en Yaroslav -No tengo el placer, encantado, yo soy Fred y está preciosura es Aurora- Presentó a Aurora con una sonrisa de enamorado.

-Hmm entonces te va muy bien este nuevo mundo. Somos pocas- Respondió a su comentario sobre las personas alegres. Ácidos, tristes, enojados, etc… de eso había por montones. Ahora, los alegres, los de verdad. No siempre. Ella no se consideraba una de “verdad” pero lo intentaba. Quizás porque todo le daba igual. Cualquier cosa que le hubiese importado se la habían quitado. Ahora iba por la vida con una mochila llena de mierda para sobrevivir, si la perdía siempre podía volver a rehacerla. Vamos, hasta rehacerse a sí misma. ¿Cuántas veces había cambiado de identidad ya?

-Prf eso espero, si no la voy a joder toda la noche- Miró hacia dentro riéndose -Total, ya me cortó la nota con los libros- Volvió la mirada hacia él cuando se presentó -Ah, yo te conozco. Tienes tu fama. Mala, regular, intento de arco de redención y bueno, ahí estamos- Extendió la mano hacia él y estrechó con firmeza -Puedes llamarme Lya- decir que “era Lya” digamos que no siempre era ¿cierto?

Después de sostenerle la mano un segundo más del necesario lo soltó y camino un par de pasos hasta apoyarse en la pared de espaldas con los pies cruzados por los tobillos - Yo…- Iba a comentar que ella lideraba la otra misión cuando un portal se abrió y una pareja salió de alli, Lya alzó la ceja -¿V?- había conocido al teniente previo a la misión, apenas unos minutos y le desilusionó verlo con una rubia. Había querido… Bajó la vista hacia su zona sur un instante con curiosidad.

Alzó la vista cuando se acercó a Gelion y toda la interacción le pareció de lo más… rara. Miró a la pareja cuando se fue adentro y luego volvió la vista a Gelion con una mirada de cuestionamiento -Ehhh… ¿Qué coño? - Soltó una risa porque es que no sé aguantaba -¿Por qué te ha dicho bien hecho? ¿Qué tienes tú que ver con nada? -

La llamada de SAM le había sacado un susto de muerte hasta que entendió por qué la requería. Se la pensó un largo rato. Tenía que bañar a Ryder, dejarlo con alguien... aunque encontrarle niñera ya no era tanto problema. Había acogido a la que fuera otrora la bruja posadera estelar de la Posada de los Muertos, que la había cuidado bien durante el embarazo, y aunque era una huraña, desconfiada y renegada, hacía reír a Ryder y lo mantenía fuera de peligros. Así que con aquello arreglado, se dirigió con tranquilidad al encuentro.

Ganas de socializar... no tenía muchas. Pero sí le urgía una copa y le resultaba muy, muy entretenido ver borrachos felices, y también a los que no lo estaban tanto. Así que sin esperar un segundo, entro a la cantina, se agenció una de las mesas que estaban cerca de la pared y pidió una cerveza, que decían que servía para la lactancia. O eso decía Greta. Nadie debía creerle nada a Greta... Llevaba puesto un par de botas que iban hasta encima de la rodilla con tacón delgado, shorts negros de cuero y una blusa plateada de tirantes que le iba larga, suelta y brillaba con el movimiento. Tenía frío en los hombros pero por el look estaba dispuesta a suufrir un poco.

Si tenía que calificar el ambiente, la verdad es que se lo estaban pasando bien. Muy festivo, buena música, la bebida se veía bien. Se habían organizado algo bien, al más puro estilo de los renegados cuando seguía vivo el tugurio aquel que frecuentaban en Londres. Oh, la nostalgia... Se dedicó entonces a buscar conocidos con la mirada. Si bien, era una mujer un poco inexpresiva, se quedó bastante sorprendida cuando encontró y reconoció a la cantante principal de aquella melodía. Joder, ¿era Arleen? ¿Verdaderamente? ¿Era de las que necesitaban beber para atreverse? La casa habría sido más entretenida de haber descubierto antes aquel talento de la morena. Y de haber sabido que Yaroslav bailaba como lo hacía. Parecía ser la noche de los talentos ocultos.

Me la quedé mirando con cara de tortolito, la mejilla apoyada en la mano, mientras ella se distraia pensando en cosas despues de confesarme lo de su alcoholismo. Lancé un suspiro de enamoramiento del que no se dio ni cuenta porque estaba mirando su copa y relflexionando esas cosas de mujer lista que pensaba ella. En ese entonces debió ser cuando me pegaron el chicle, pero yo ni cuenta.

Capté la mirada de Johan y oi su telepatia, el muy maruja!

"No sé! Creo que le gusto como puede gustarte un jersey al que no le salen pelotillas!"

- jah, estas borracho. - me rei de Johan al verlo tambalearse.

Aluego de eso vino el coctel que yo miré muy mal, no, nada de mezclas.

- Solo voy a beberr cerrveza que haya visto salirr de ese barril del que estas ...eh...dirria sirrviendo a todos perro son andrroides....

Ya hasta se me habia olvidado lo de la pelirroja loca, que por cierto, ya no la veia por ahi. Luego interrogaria a Johan, hoy no. Total si habia sido padre ausente años podía serlo una noche mas. La responsabilidad no es lo mio! Pero vamos, que no, que debia ser una treta...

Me estaba emparanoiando de nuevo y bien se veia en mi cara cuando Arleen comenzó a cantar con aquel tono, y me llevé una mano al pecho, con cara de dolor

"canta como los angeles"

Me tomó de la mano, el color se me subio a la cara, y nos llevó con ella a cantar, por suerte tambien a Johan e Yvonne.

-que no me se la cancion! - dije no tan alto como solía. Eso si, bailar si podíamos. Como la cancion tenia un toque maquineto se podían sacar los pasos prohibidos de los botellones rusos.

Luego llegó un señor a robarme a Arleen pero resulta que era su hermano y no tenia que cometer homicidio. Fred Royden, uno de los superiores de la Guardia de Ouroboros.

- Camarrada Yaroslav Tolstoi. - les dediqué un saludo a ambos. Y el chicle seguia ahi, pues porque no me iba tocando el pelo por la vida. Miré a Johan, que tenia mala cara. - Se te ha revuelto el estomago? Te llevo al exxxcusado?

El androide James había estado colaborando estrechamente con SAM desde la llegada de los refugiados a la Ciudadela, ayudando a ubicar en la torre a los pocos que se habían salvado. Ya llevarían allí cosa de tres meses, así que se suponía que el período de adaptación había terminado. Por eso acudió al evento convocado que se había difundido como comunicación interna, preparándose para registrar varios datos sobre los huéspedes.  En la puerta hizo un saludo militar a Gelion Draven, entrando después al bar. Allí analizó a los individuos al entrar, localizando en primer lugar a SAM y a Alice en modo ahorro. Todo en orden, sin amenazas aparentes. Se dirigió al grupo que estaba en la zona central, donde se encontraban Arleen, Yvonne, y los demás. Desplegó un panel holográfico en la palma de su mano con aspecto de encuesta.

- Buenas noches, huéspedes de la Ciudadela. Instamos a que participen en la encuesta de satisfacción sobre su experiencia durante este tiempo. Su opinión es muy importante. Valoren del 1 al 5 los siguientes parámetros, siendo uno la menor puntuación y 5 la máxima. También se realizarán algunas preguntas de respuesta abierta.


Dejó que los humanos procesaran la información, porque por lo general eran más lentos entendiendo instrucciones, y después comenzó a realizarles varias preguntas con pausas de segundos entre ellas para que respondieran.

- ¿Considera que la Ciudadela es segura? ¿Piensa establecer aquí su residencia de manera permanente? ¿Qué es lo que más le gusta de vivir en la Ciudadela Alpha? ¿Y lo que menos? ¿Qué puntuación le da al servicio de limpieza y gestión de residuos de la torre? ¿Qué puntuación le da a la atención sanitaria? ¿Considera adecuada la climatización? ¿Qué mejoraría?

Regresó al bar después de encargarse un poco a regañadientes de lo que le había pedido su hermana. La verdad es que era insoportable cuando se ponía en modo ofendida, pero tampoco quería discutir con ella. No la encontró entre la gente cuando volvió a entrar, así que supuso que estaría en las cocinas. Prefirió no ir a buscarla, y mucho menos cuando apareció en su campo de visión una mujer morena que llevaba una camiseta brillante. No la  había visto antes en el bar, pero también le sonaba su cara de verla por la torre.

Decidió probar suerte, acercándose a ella después de observarla un poco más. Parecía que iba sola, aunque seguramente formase parte del grupito de antes por cómo miraba en esa dirección.  - Buenas noches. - le dedicó una sonrisa claramente flirteante al ponerse frente a ella.  - No he podido evitar fijarme en ti nada más entrar. Deberíamos poner remedio a eso de no conocernos. Te invito a una copa, ¿quieres?

Mientras su mirada se paseaba por los presentes, seguía el ritmo de la música con la cabeza y la punta del pie. Se había encontrado relajada bastante rápido a pesa del tumulto, a pesar de que la gente alrededor pasaba de ella. Lo prefería. Ser invisible era lo que mejor hacía.

Fue justamente aquella invisibilidad la que le permitió encontrar entre la variopinta multitud a cierto moreno bailando. ¿Bailando Johan? ¿Le sorprendía? En realidad... no recordaba la última vez que lo había visto bailar, divertirse con una amplia sonrisa. Verlo la hizo sonreír a la par, pues le gustaba verlo disfrutar de la noche. Y también le gustaba ver que la gente conocida había sobrevivido tanto frenesí, y que a pesar de todo estaban allí, viviendo la vida.

Ellos y un mozo encantador que la obligó a perderse unos momentos del baile para mirarlo mientras le hablaba. Mira que estaba acostumbrada a propuestas peores, grotescas, así que no le molestó tanto su presencia. No respondió al "buenas noches", pero sí ahogó una pequeña risa cuando escuchó como lo había atrapado tan solo entrar por la puerta. Cuando pudo poner el gesto serio (raro en ella era que le costara), se aclaró la garganta y respondió.- Te harían falta diez vidas más para llegar a conocerme...- Aseveró con una sonrisa en los labios. No se veía como alguien que estaba dispuesto a esperar más de una noche.- ¿Qué estás tomando hoy? Pedí una cerveza, pero no parece haber apuro en que llegue.

La risa de ella le confundió un poco porque no sabía si se reía de su modo de entrar a ligar o de qué. En cualquier caso siguió mirándola con interés, incluso disminuyó un poco el espacio personal. La frase de la morena seguramente era una sobrada, pero le siguió el rollo. - Qué enigmática. Podemos jugar a adivinar cosas el uno del otro. ¿O prefieres bailar? - le dio un repaso con la mirada de arriba a abajo, desviándola después hacia la zona de la barra cuando dijo lo de las bebidas. Su hermana ya había salido de la cocina, así que le hizo un gesto para que le trajese un par de cervezas. Más le valía no espantarle a la chica como había hecho ella antes con el peliblanco. En el fondo le daba pena por ellos, se iban a ganar las "bromas" pesadas de su hermana durante toda la noche.

- Invita la casa. - le dio una de las jarras que trajo su hermana, bebiendo él primero un poco mientras se colocaba cerca de una mesa alta.  - Empiezo adivinando yo. Dos frases cada uno, puedes contestar o beber. La primera es...hace mucho tiempo que no sales de fiesta. - esa era fácil, si era una refugiada en la torre estaba claro que casi todos llevaban tiempo sin salir de fiesta por motivos lógicos. - No estás casada. - se fijo en que no llevaba ningún anillo de matrimonio en la mano, aunque el hecho de tenerlo tampoco le habría impedido seguir con el plan.

Casi se atraganta con su propia saliva con lo de querer ligar con ella, y negó con la cabeza raticente sin creelo. -¿Es una broma? - Porque si eso era lo que era, lo único que había conseguido sacar de ella era que casi moría por ahogamiento. En ningún momento había sentido algo parecido viniendo de ese pelirrojo. Pero tampoco era una experta en eso y el poema en el que se había convertido su cara tras las declaraciones de Johan, lo decían todo. -No fue divertido. - Se amurro consciente del asecamiento de la cumpleañera y su acompañante.

-Si no comes pastel, te quedaras sin. - Indicó hacia la mesa donde se encontraba reposando dicho dulce. ¿Era su idea o quedaba menos? Por un momento se dedicó a observar los alrededores como un buscador,

Antes de dejarse arrastrar por el grupo, tomó esa copa qué le estaban sirviendo e iba a hacer eso de su costumbre de olfatear lo que fuera que tuviera, no haciéndolo al final cuando escucho las palabras de que estaba fuerte. ¿Cual era el propósito? De todas maneras lo quiso comprobar ella misma, dándole un pequeño sorbo. El sabor le supo a algo rancio y asqueroso por lo que decidió dejarlo sobre la mesa, caminando detrás de los demás y unirse a la comitiva.

Considero que estaba haciendo el ridículo fuertemente con la cantada y la bailada. La llegada de más gente la hizo alejarse un poco, sobre todo por la chica guapa que prácticamente se tiró a saludar a Arleen. Solo reconoció al hermano de esta ya que, lo había visto antes en uno de los tantos accidentes de la morena y esa vez, se habían encontrados todos en la enfermería de la base... Una familia muy unida a su juicio, por lo que saludo al teniente Royden, mientras hacía su retirada y un seño fruncido en su cara al observar a Yaroslav... Por supuesto, considero el decirle que había algo extraño en su cabello, pero tambien se planteo en dejarlo con la ignorancia para que se dirá cuenta el solo. - Tienes algo pegada en tu cabello. Y es algo pegajoso. - Había ganado lo primero, porque si aquella cosa reptaba hasta hacerle un enredo pegajoso allí... No quería ni imaginarselo.

Camino rápidamente hacia otra parte de la cantina, algo cerca del androide qué llego con sus mil preguntas. - Creo que no es apropiado en estos momentos que hagas una encuesta. - Ya que en esos momentos y con la algarabía qué había, difícilmente alguien le prestaría atención.

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se da cuenta de algo?