Cuevas encantadas de Ávalon

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'Dado (20)' :

Cuando vio el pedazo de la estatua reconstruirse con su secreto... y no hacerlo con el propio, se sintió plenamente decepcionada. Buscó a su esposo con la mirada. Él había entendido de dónde venía su deseo, pero quizás la estatua no. Estaba fallando la misión y ni siquiera habían comenzado a pelear.

Escuchó de nuevo al Guardián y volvió a asentir. Tenía que dar con algo nuevo, pero estaba comenzando a sentirse extraña. Por supuesto, su guapo marido entró en modo guerra y, de cierto modo, la hizo querer refugiarse en sus brazos a que la protegiera, y otras cosas, pero el momento adecuado no era. Pero su voz tan dictatorial imponía deliciosamente. Pero la misión...

Dejó que Adael se adelantara y, si bien se quedó boquiabierta, también se llevó la mano a la cara. No era vergüenza lo que sentía, sino...- Adael, te disculpaste por meses cuando me besaste por accidente.- Murmuró cerrando los ojos por un momento. En realidad no se imaginaba al moreno buscando provocar a la multitud, y estaba luchando por no llevar esa imagen en la mente. Aunque ahora que lo aceptaba, quizás sería otra cosa de él y le agradaba pensar que estaría menos tenso, pero era como saber que tu hermanito era de Magic Mike. Pero eso le dio una idea. Después de todo, también Vishous había creído que se trataba de algo soez al principio. Empezaba a frustrarse por no poder continuar con la misión y que el resto de sus compañeros ya estuvieran en medio de la lucha, que quizás actuó con imprudencia.

Entonces... ¿necesitas más de mi? ¿Mis aventuras con hombres mayores? Me casé con uno, por cierto, con el más lujurioso y salaz de todos. ¿De que soy quizás la miembro más inútil del Consejo? También, pero es que la gente no entiende nada de la naturaleza y se asustan de rituales que nos traen a este plano, por ejemplo. O quizás de como no me siento amada por nadie y por eso trato de ser perfecta, de verme perfecta, de darlo todo por todos...-Suspiró profundamente e hizo una larga pausa antes de continuar, aunque ya sin desesperación y con mucha más sensatez. Ella solía ser más tranquila, pero el árbol, el Sanguis Ligno la tenía con los nervios de punta desde hacía meses.- No... No es verdad. Si soy amada. Soy solo yo la que me obligo a la perfección, por atenerme a un protocolo que no existe para tratar de encajar donde no encajo. Y donde no quiero encajar.- A pesar de su animado berrinche, decir todo aquello que alguna vez le causó nudos en la garganta se sentía como un peso menos en los hombros. Sus preguntas eran sinceras y terminó aquello en un susurro.- Quizás me estoy quedando muy corta conociéndome a mí misma.

Algo la atrapó en sus pensamientos antes de que siguiera diciendo tonterías. Levantó entonces la mirada, con cierto temor en su interior, pero también con una resolución. Adael había dicho algo que lo avergonzaba profundamente. Vishous había dicho algo que lo limitaba. Cedric también dudaba mucho de lo que debía decir. Algo que la hiciera temer de decirlo en voz alta como ellos, solo había una cosa...- A... Acepté dejar a mi hija en manos del destino con tal de restaurar el equilibrio de Gaia.- Decirlo en voz alta... no. Quería callarse pero ya lo había soltado. Solo Vishous sabía por qué aquel día había llorado hasta dormirse con su hija en brazos.- Seguí la instrucción al pie de la letra. Hice una tormenta imposible de sobrevivir y dejé que tocara tierra cerca de mi hija. Yo...- Su voz se quebró, tuvo que aguardar unos segundos para respirar profundo. Había aceptado asesinar a su hija, pero no podía revivirlo y hacerlo más real al ponerlo en palabras. No podía. Se llevó las manos al rostro y se concentró en no dejarse llevar por el llanto. Pero... no pudo continuar.

El miembro 'Sofía Dioscórides' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

Con las palabras de Adael la estatua reconstruyó sus piernas hasta la cintura, una aparentemente de mujer y con ello también parte de las alas laterales. No eran alas como las de los alados, ni las de los dragones. A pesar de ser roca se intuían mucho más finas, redondeadas en varios puntos.

Junto al secreto de Sofía de nuevo se completó parte de la figura, el torso, los brazos se estiraban hacia el frente, como si portasen algo que no estaba ahí por el momento. Además otras figuras aparecieron al lado de la principal, dejando a ésta en el centro de ellas, todas con alas eso sí, con los brazos recogidos en lo que parece un profundo rezo.

Vishous ve un edificio de cristal aparentemente normal, tras la figura hay un pórtico que lleva al interior, unas escaleras más allá. Si mira a través de los cristales puede ver que hay muebles esculpidos en roca, plantas que cubren prácticamente todo el lugar. Nada reseñable.


Habéis sacado un 10 entre los dos, lo daremos por válido.

Vishous miro todos los detalles de la puerta e intentó ver si había alguien. De alguna forma le recordaba a Sofía. Demasiada naturaleza por todos sitios, pero también a él mismo por la roca. ¿Sería así como se vería su casa si alguna vez construían una?

Se distrajo momentáneamente hasta que escuchó los pasos de Cedric, por lo que se giró hacia él. Era quizás la primera vez que lo veía inseguro. Empezaba a sospechar que no se debía solo a hablar.

-No eres inmune a tu poder. Puedo moldear el escudo y…- Miro hacia la estatua -Quizás redirigir la onda sonora con un portal - Volvió la vista hacia él con seriedad, alargó una mano y apretó su hombro con firmeza-Tienes que hacer que valga la pena. Sabes lo que estamos apostando y la probabilidad de éxito de esto…- Y estaba allí… en un momento de sinceridad y apoyo total, de bonding cuando empezó a escuchar el secreto de Adael y se le descompuso el rostro de sorpresa.

Parpadeó varias veces tratando de ubicar la situación porque no lo veía a modo de bailarín erótico…y tampoco haciendo que lo pintarán. Pero… ¿Quién era él para juzgar? Volvió el rostro a Sofía con un gesto de “¿Te lo crees?” Y luego a Cedric sonriendo picaronamente -Dudo yo que me vayas a sorprender tanto- Le dio una palmada y volvió con él hacia el grupo mientras Sofía iba a lo suyo.

La dejó hablar y frunció muy suavemente el ceño cuando dijo que no era amada. Lo del perfeccionismo lo tenía clarísimo. Demasiado. Lo de la inutilidad no le sorprendió pero le irritó. A ver qué hacia el Consejo sin ella y como habrían conseguido un nuevo árbol. Ya lo charlaría. La figura empezó a cobrar bastante vida y V miró a sus acompañantes aún sin entender mucho de quienes eran.

Lo que si no se esperó… fue lo de Aura. Esta vez el rostro se le descompuso pero de sorpresa y, finalmente, de decepción. Bajó la mirada un momento entendiendo entonces el porqué de aquella noche pero… la sensación en su pecho era pesada y difícil de quitar. Se rasco la cabeza con algo de brusquedad mientras iba con Sofía y le ponía un brazo sobre los hombros -Ya pasó. Recomponte- Apretó su hombro -No es el momento de llorar. Extiende tus poderes. Hay muchas plantas en esa torre de atrás. Úsalas para proteger también la estatua y a nosotros. Cedric va a hablar - Explicó mientras movía su mano libre y preparaba los escudos de todos así como esperaba el gesto de Cedric para abrir el portal y derivar parte del daño.

Efectividad del escudo

El miembro 'Vishous Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

Efectividad portal

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'Dado (20)' :

Eso servirá

Escribí cuando hizo sus propuestas, con las correctas medidas no tendríamos por qué acabar allí sepultados. Pero tuvo que ir más lejos y darme ánimos, poniendo su mano en mi hombro, a la cual mi vista se desvió un momento. De detestarme a mi y mi apellido a darme ánimos.

"Tiene razón, debo hacer que cuente"

Le asentí, escuchando entonces... La cara de V mutó y no fue para menos. El secreto de Adael resultaba curioso, y a él parecía avergonzarle lo del baile erótico. Levanté un poco las cejas al oirlo reconocer que su deseo era que yo y todos los pendragon desaparecieramos. Si, ni el malo es tan malo como lo pintan, ni el bueno es tan bueno.

Pero funcionó, porque la estatua...

"Es un hada, no un alado. Son... Muchas hadas. Morgana?"

El de Sofía provocaba menos ganas de reir, era tirando a oscuro. Pero funcionó igualmente. Observé al matrimonio apoyarse, era mi turno.

"Espero que el tesoro que guarda sea merecedor de estos secretos porque... Siempre cabe la posibilidad de que no lo sea"

Era cierto. Avance hasta el guardián, iba a susurrar apenas, para causar el menor temblor posible. Mire la solemne figura. Visualicé las palabras, callé mis nervios y hablé. No iría solo uno, no.

- por mis venas corre sangre de dragón, la de nuestro abuelo... Es un secreto guardado entre hermanos. He asesinado, sin querer, a la mujer que me cuidaba de niño, por no controlar mi voz.

"Controla, Cedric. Apenas un susurro"

- le tengo miedo. Nunca he estado con nadie, por eso. Y de estarlo, creo que preferiría que fuera con un hombre.

-Si porque eso es distinto.- Replicó rápidamente ante las palabras de Sofía aún de espaldas al grupo. -Nosotros somos compañeros y “donde se come, no se caga”.- Recitó el refrán que dice no tener relaciones sentimentales en el lugar de trabajo.

Se pasó la mano por la cara al escuchar el arrebato de la experta en pociones pero se giró para mirarla ante su confesión, el dolor en su voz era palpable. Al alzar la vista pudo comprobar que la escultura en lo alto de la torre de cristal estaba más completa.

No entendía mucho por qué las precauciones y las preparaciones pero lo comprendió cuando Cedric habló. Las mínimas ondas sonoras hicieron que el lugar entero vibrara, eso fue mucho más sorprendente que sus secretos los cuales no escuchó por su sordera parcial.

El joven maestro quedó con la boca abierta pero tuvo que recomponerse rápido porque le llegó información a la mente. -Lo que pasa en las cuevas, se queda en las cuevas.- Sentenció. -Catherine está preguntando dónde está el salón vikingo y dice que hay que ir allí.- Informó antes de mandar el mensaje de que el grupo del Oeste se encontraba bien.

Meses.- Repitió a Adael, aunque ya no tan sorprendida, mientras le brindaba una suave sonrisa. Cuando conectó su mirada con V, encogió los hombros, pues no tenía idea de qué pensar de aquella confesión. Ciertamente, la estatua la había tomado como verdadera y aquello había funcionado. Le pinchó uno de los cachetes a su compañero y continuó.

Cuando terminó de sacar todo durante su turno, la estatua... ¡también se restauró! Había aceptado su secreto, pero a qué costo. Si aquel era el lugar seguro que decían, entonces su secreto estaba a salvo. Pero dentro del Sanguis Ligno no podía asegurar que no lo usarían en su contra. Por eso, se tomó sus segundos para recomponerse detrás de sus manos. Trató con todas sus fuerzas y no llegó a llorar, aunque sí sentía mucho pesar; ya había llorado por días enteros después de la prueba. Tenía que ser tan fría como pudiera, porque el Sanguis no dudaría. Cuando sintió la mano sobre su hombro, supo que era de Vishous antes de escucharlo hablar. Supo al instante que por más que lo tratara de reprimir como ella, el secreto le había molestado. Pero no había momento de explicarle todo. Se aferró con una mano a la de él y le obligó a mirarle por un segundo, tomándolo de la mejilla. Habló con intensidad, pero en palabras que eran solo para él.- Hay una razón detrás de todo. No habría podido estar aquí sin pasar antes esa prueba; no habría pasado del bosque. Cuando volvamos te contaré todo, palabra por palabra. Confía en mí hasta entonces, al menos a base de fuerza de voluntad. Seguimos en el mismo equipo.- A pesar de todo, sabía que Gaia le brindaba favores a Aura y la prefería. Eso aliviaba mucho su pena. Después de aquello, soltó al Teniente del rostro para que pudiera continuar con el trabajo encomendado por Cedric. Ella misma aceptó la tarea que le encomendaban y buscó manipular los materiales y la tierra debajo de sus pies para hacerla más resistente.

Los secretos de Cedric cayeron como gotas. Poco a poco se fue dando cuenta de lo que significaba. Sangre del dragón... no sonaba a un eufemismo de los que hacían para implicar que poéticamente eran dragones, sino que la estirpe realmente llevaba sangre de dragón. El asesinato era algo que ya se había esperado, como el miedo a su propia voz. Y el no estar con nadie... eso podía entenderlo. Quizás ahora que él y Vishous eran amigos, podrían sincerarse también en esos aspectos. Le hubiera gustado abrazarle, pero había estado muy ocupada tratando de no caerse con las vibraciones del suelo y aferrándose a su esposo para mantenerse firme.

Lo aceptará.- Susurró suavemente cuando terminó de escuchar la voz de Cedric. Sabía que lo haría, pues era algo que mucha gente se había llevado a la tumba. No se inmutó ante el pacto de Adael. No quería aceptarlo, porque quería mantenerse liberada de lo que había sacado; no quería volver a meter todos los secretos a su jaula, pero respetaba que Adael y el resto sí quisieran mantenerlos privados. Se concentró entonces en todo detalle de la estatua. Había algo en ella que era muy muy hermoso, y a la vez era una sensación de estar vislumbrando algo que no debería estar viendo. Algo que no había sido hecho para sus ojos.- ¿Qué significa? - Preguntó al aire, mientras absorbía todo el panorama para tratar de responderse a sí misma.

Con el secreto de Cedric la tierra tiembla, el tintineo del palacio de cristal resonó por toda la cueva y a pesar de las defensas que los presentes habían añadido, la roca de la estatua, la tierra y el cristal se resquebrajó. Incluso parte del edificio añeja alejada de ellos, se derrumbó junto a la arenilla de roca que llovió desde el techo de la cueva.

La estatua por fin se completó, el rostro de la mujer apareció, tenso y con ojos molestos. Sin embargo no apareció el objeto que portaba en sus manos.

Repentinamente un velo mágico bañó a los presentes y a las estatuas para poco después manifestarse como una visión de tiempos pasados en movimiento.

El jinete postró la rodilla en el suelo ante las mujeres aladas antes de alzar la mirada a la que las comandaba.-Mi señora lady Morgana.-Presentó sus respetos.-Agradezco el gesto que ha tenido con mi buen amado rey.-Se incorporó mientras la morena sujetaba un cofre entre sus manos y asentía con el rictus serio. -Vuestro rey, mi querido hermano, fue un justo gobernante y a pesar de nuestras desavenencias no puedo negarle el descanso que merece. -Bajó la mirada al cofre al que dedicó una suave caricia.-A pesar de todo mi corazón guarda un lugar para él.

Repentinamente, el dragón tomó forma. Morgana alzó la vista y la fijó en la mujer en la que se había transformado, la cara de desprecio de la morena fue evidente mientras la mujer se aproximaba y se inclinaba en un saludo más que protocolario.-Por favor, cuidad de él.-Imploró aquella mujer. Morgana estiró su espalda, manteniendo los ojos clavados en ella.-Buscaré un lugar seguro para que descanse.

-El manzano sagrado-Murmuró una mujer alada junto a ella.-O el lago junto al jardín.-Añadió otra.-Nada de lagos.-Exclamó Morgana, molesta. Volvió a observar el cofre y apretó sus labios. -Conozco un lugar, más cercano al cielo. Llevaré un pedazo de Avalon a él y ahí reposarán sus restos, junto a los de mi estirpe. -Las hermanas aladas asintieron y la morena alzó la vista cuando la mujer, antes dragón, se acercó a ella con intenciones de tocar su mano. Morgana se apartó.-No os atreváis, madre.-Advirtió con gesto sombrío mientras la oscuridad se retorcía tras ella.

El velo volvió a cubrir la escena y a los presentes. Las estatuas volvieron a ser simples estatuas. Las manos de la estatua de Morgana continuaban vacías.

Vishous se concentró en Sofía cuando hizo que la mirara y asintió con el ceño fruncido. La verdad es que no podía decirle lo que pensaba en ese momento porque temía que se viniera abajo y a él no le servía tenerla de carga, necesitaba usar sus habilidades. Asintió a lo que dijo Adael.

Se giró entonces y pudo sentir no solo la vibración y presenciar la destrucción sino también como sus escudos se iban debilitando con cada envite. La marca en su piel se encendió mientras más mantuvo la canalización y pudo percibir el ardor de la advertencia marcándole el límite.

“Cómo puto odio esta mierda”

Escuchó a Cedric por encima del leve pitido en los oídos y se sorprendió de la parte de dragón, del asesinato, del temor y… de todo. Temor, eso era lo que no había percibido del todo. Temía tanto su poder que no había entrenado. Arleen podría ayudarlo. Estaba seguro. Podría construir algo.

“Hmmm”

No pudo evitarlo, en cuanto escuchó que era virgen ladeó la cabeza y lo evaluó de arriba a abajo. ¿Por qué era virgen? Tenía todas las de… parpadeó y agitó la cabeza tratando de centrarse y desviarse de esos pensamientos que había tenido más de una vez estos meses. Se centró entonces en la estatua y entrecerró los ojos ante la mirada del jinete pero sus sentidos se vieron abrazados por otra cosa.

V escuchó y atendió a todo, pensando que… Morgana estaba para encamar también. Sería cosa de… abrió los ojos y alzó las cejas cuando la dragona se transformó y, además, la otra le llamó madre. Pero entonces…

“Incesto. Joder. Esto… esto a Aldaron le daría vida”

Todo volvió a la normalidad y la verdad… V se quedó en silencio, y sintió que todos igual. Stunned into silence. -Eh…- Recordó que estaban en una misión -Entonces Morgana se lo llevó al cielo. ¿Con un pedazo de Ávalon?- Frunció el ceño y alzó la cabeza hacia la alta torre, pero no estaba seguro de si sería buena idea avanzar, se pasó una mano por la barba lentamente -Pasarle la información a la Descendiente Le Fay, creo que la mejor opción es ir hacia el salón vikingo y unirnos. Pero antes… dijiste que estás aguas tenían propiedades curativas. Estamos cortos de sanadores. Deberíamos llevarnos algo… descendiente, podéis hacer vasijas? - Inquirió a Adael aunque su mirada seguía en la torre.

“Y si nos estamos dejando algo? Es demasiado peligroso”

-Volved- Dijo empujando suavemente a Sofía desde la parte baja de la espalda -¿tú también podrías crear algo para llevar agua?- Le pregunto a su mujer en voz baja.

Pese a todas las medidas puestas por parte de V, aquellos susurros causaron sus destrozos. Afortunadamente, no lo suficiente como para comprometer la estructura pero...cómo fiarse? Alcé la mirada a los altos techos, rogando mentalmente porque no se vinieran abajo. La expectativa al menos por aquello, me evitó pensar en el efecto de mis palabras sobre los demás.

Pero ahi estaba, el secreto que se nos ofertaba a cambio de los nuestros, pues lo habiamos logrado. La estatua desconocida era Morgana, y ante nosotros se desplegó una gran historia.

"Sin duda esos son los huesos de Arturo. Un lugar más cercano al cielo...podría referirse a Ouroboros. Llevar un pedazo de Avalon con él? Que habia en Ouroboros que viniera de Avalon? Algun templo? Algun manzano sagrado?"

"Da lo mismo porque aunque asi fuera y lo tuvieramos ubicado, las islas se habian fusionado...el caso es que...si antes estaba en Ouroboros...ahora podía estar en Avalon perfectamente debido a la union y..."

"...el hecho de que los huesos estuvieran en Ouroboros, y no en Avalon como se nos hizo creer, puede que tuviera algo que ver en los deseos del Sanguis por fusionarse, y no con la historia que se nos ha contado de ser nuestro legitimo hogar? Si es asi, por qué?"

TRaté de buscar la conexión mental con Catherine para informar de todo lo que habiamos descubierto, pero encontré que se había desvanecido. V expuso sus dudas y me giré hacia el grupo.

Creo que los llevó a Ouroboros.

Aparecieron las letras doradas con un gesto de mi mano.

¿Qué habia de Avalon en vuestra isla? Debia ser algo muy viejo. Quizá ya olvidado.

Toqué mi sien con el dedo indice y negué.

No hay conexión telepatica. Deberiamos reunirnos con ellos en los templos. O en el salón vikingo. Dividir este grupo para informar a los dos restantes.

Emprendí el camino para abandonar la torre, esperando que los demas hicieran lo mismo mientras cumplian con el cometido de tratar de llevarse algo de aguas curativas. No estaba seguro de que fueran a funcionar fuera de las cuevas.

Iré a los templos.

Decidí, dejandoselo saber, antes de seguir caminando para abandonar las cuevas
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tirada de perspicacia, sospecha el por qué que hay algo turbio tras la ubicación de los huesos de arturo y el hecho que las islas se fusionen a causa del sanguis?

El miembro 'Cedric Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

Tensó los labios en una fina línea y elevó la mirada hacia el techo de la cueva ante la insistencia de la pelirroja sin embargo le dedicó una mirada interrogante al sentir el dedo en su mejilla. ¿Lo miraría de la misma forma ahora que sabía todos esos secretos de él? En ese momento se le ocurrió algo en lo que necesitaba su ayuda y, ahora que sabía todo eso de él, no le daba tanta vergüenza pedirla. -Las mujeres en las que me fijo, tienden a verme como un amigo en el mejor de los casos y la verdad es que me vendría bien un poco de ayuda ¿Serías mí celestina?- Le preguntó tomando con gentileza su mano entre las suyas y mirándola expectante.

La ilusión inundó sus sentidos y prestó atención fijándose en el cofre que antes no estaba en las manos de la mismísima Morgana. Ahí parecían estar los restos de un rey ¿serán los de Charles Pendragon?. La cuestión es que, según la visión, Morgana había dejado los restos en un lugar cercano al cielo, en un pedazo de Avalon junto a los restos de su familia. Se tapó la boca sorprendido ante la última revelación, en la sangre de Catherine corría sangre de dragón.

-Estoy de acuerdo.- Asintió ante las sugerencias del teniente sobre pasar la información a Catherine y sobre ir al salón vikingo. -Claro.- Por supuesto que podía hacer envases en los que almacenar el agua. Alzó las cejas cuando leyó las especulaciones de Cedric ¿Todo ese tiempo los huesos habían estado en Ouroboros? Frunció el ceño pensativo, tratando de identificar algo muy viejo de Avalon en la Isla Flotante, sin embargo no recordó nada por el estilo. Buscó en su mente la conexión con la experta en maleficios pero todo lo que encontró fueron sus propios pensamientos así que asintió corroborando lo que decía Cedric sobre la red mental.

Ya estaba cerca de uno de los pozos así que se giró, se puso en posición y con un pistón hizo que una gruesa placa de piedra se separe de las profundidades del pozo. Al tiempo que subía lentamente, en la piedra se hicieron dos agujeros en los que fue entrando el agua ante los movimientos del joven maestro. Cuando al fin salió, el agua sobrante desbordó y con unos movimientos secos del cuerpo partió la placa en dos, cada parte tenía su respectivo agujero lleno de agua y las acercó a él levitando para moldear un poco la piedra con la idea de cerrarlas con una tapa a rosca cada una. -Yo voy al salón vikingo.- Le entregó al teniente una vasija rectangular de piedra llena de agua con tapa de piedra a rosca y el joven maestro se quedó con la otra vasija antes de emprender el camino de vuelta. Mientras caminaba detrás de Cedric abandonando las cuevas, lo miró largamente como si fuera la primera vez que lo veía detenidamente.

Dado de 10 para ver cuantas vasijas hace

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'Dado (10)' :

Escuchó a Adael con cuidado, sonriendo, pero a la vez negando un poco su solicitud.- En realidad, no tengo amigas qué presentarte. Pero debes dejar el "hábito". Pareces un monje en general, y los monjes no toman mujer. Eres guapo, pero pareces... innaccesible.- Informó el por qué ninguna mujer le tomaría como cualquier cosa excepto a un amigo. Debía cambiar la actitud primero, lo demás vendría solo.

Tomó el sí de Vishous como más que suficiente. Podía con eso, podía avanzar. Solo necesitaban salir de aquella situación como un equipo. El sonido del cristal haciéndose añicos le sentó mal. Era como escuchar de nuevo su invernadero. Debía ser un manojo de raíces rojas y sangrientas en vez del lugar de vida que antes fue. Se centró en solidificar de nuevo el techo de las cuevas, y la tierra en general, pues la arenilla que caía no le daba tan buena espina, pero la estructura se sentía estable aún.

Ante la visión, no tenía ningún tipo de palabras que valieran. Tal y como lo había pensado, estaba presenciando un secreto que no era suyo. ¿Habría pasado por ahí Morgana a vender ese mismo secreto? ¿Qué secreto había obtenido a cambio? Morgana, un gesto con el rey del jinete. ¿Los restos de la estirpe de Morgana? ¿Los restos de la familia de Catherine? Madre... ¿¿¿Madre??? El cofre volvía a faltar ahora que la ilusión se había desvanecido.

Escuchó al grupo después de un gran silencio, leyendo con cuidado las letras de Cedric. Estaba tan distraída repitiendo las imágenes en su mente que tuvo que leer varias veces.- ¿Aparte de los templos del dragón? Suya también era la casa en las montañas, ¿no había un árbol ahí, en el centro? Y... ¿no decían los poemas que el cofre estaba en la torre? Pero ya tenemos el tesoro...

Soltó un suave suspiro al sentir cómo V la tocaba y empujaba suavemente, asintiendo. Claro que podía llevar el agua, aunque cargar vasijas de piedra era mucho para ella.- Si, con las hojas de las plantas se puede.- Susurró. Un envoltorio más ligero. No tardó en apartarse del grupo y coger algunas para luego dejarlas caer sobre el agua. Las hojas comenzaron a rodear el agua y la atraparon en bolas selladas. Levantó un par con las manos, se sentían como globos. Solicitó un poco más de las plantas y creó una especie de bolso para llevarlas. Se colocó el bolso sobre el hombro, que aunque era un poco pesado, podía con él. No quería agregarle peso a Vishous, sobre todo desde lo de su pierna, así que no se lo pasó como habría hecho si estuviera completamente recuperado. Cuando vio a Adael, y a todo el grupo listo, comenzó a caminar para salir de aquellas cuevas tan hermosas y tan pacíficas. Extrañaría mucho ese lugar en el gran camino que les esperaba.