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Recuerdo del primer mensaje :
Las cuevas encantadas son uno de los lugares más mágicos de Ávalon, casi a la par con el Sanguis Ligno. Cuenta la leyenda que tras la batalla con su hijo Mordred, Arturo, moribundo, fue llevado a Ávalon por Morgana, la hechicera y medio hermana del rey. Era un lugar de reposo. En esta zona de la isla el tiempo y las leyes naturales corren distintos a los acostumbrados por los mortales. No sigue las leyes físicas de la tierra corriente, sino que está regido por la magia y la brujería. El tiempo puede discurrir más lento o más rápido que fuera, dependiendo de la necesidad del momento. Un día fuera podría equivaler a un mes dentro, o viceversa.
Se accede a través de una cueva que pasa desapercibida en una zona de manzanos. Tras caminar un kilómetro por la gruta se accede a una zona más amplia y majestuosa. La puerta de piedra tiene una inscripción grabada que reza Hic iacet sepultus iclitus rex Arthurus in insula Avalonia. ("Aquí yace sepultado el Rey Arturo, en la isla de Ávalon"). Sólo el linaje Pendragon y sus leales pueden acceder al interior mediante pago de sangre.
En las cuevas interiores se encuentra un antiguo templo de las hadas en mal estado, una cueva de cristales mágicos y un lago de aguas curativas, unas dependencias secretas custodiadas por un monolito del linaje innombrable, y un antiguo templo de dragones con osario.
Las cuevas encantadas son uno de los lugares más mágicos de Ávalon, casi a la par con el Sanguis Ligno. Cuenta la leyenda que tras la batalla con su hijo Mordred, Arturo, moribundo, fue llevado a Ávalon por Morgana, la hechicera y medio hermana del rey. Era un lugar de reposo. En esta zona de la isla el tiempo y las leyes naturales corren distintos a los acostumbrados por los mortales. No sigue las leyes físicas de la tierra corriente, sino que está regido por la magia y la brujería. El tiempo puede discurrir más lento o más rápido que fuera, dependiendo de la necesidad del momento. Un día fuera podría equivaler a un mes dentro, o viceversa.
Se accede a través de una cueva que pasa desapercibida en una zona de manzanos. Tras caminar un kilómetro por la gruta se accede a una zona más amplia y majestuosa. La puerta de piedra tiene una inscripción grabada que reza Hic iacet sepultus iclitus rex Arthurus in insula Avalonia. ("Aquí yace sepultado el Rey Arturo, en la isla de Ávalon"). Sólo el linaje Pendragon y sus leales pueden acceder al interior mediante pago de sangre.
En las cuevas interiores se encuentra un antiguo templo de las hadas en mal estado, una cueva de cristales mágicos y un lago de aguas curativas, unas dependencias secretas custodiadas por un monolito del linaje innombrable, y un antiguo templo de dragones con osario.
- Día 2:
- Dormir sin golpes imprevistos en la puerta, sin el estrés de una misión y con el estómago lleno había hecho que descansará toda la noche, o día, ya no sabía bien en qué momento estaba. En los días siguientes empezaría a notar cierta diferencia leve en la forma en la que la luz bañaba ciertas cosas.
Cuando despertó Wthyr no estaba allí y empezó a extrañarse. Se incorporó con cuidado. ¿Y si todo lo de ayer había sido una ilusión? No… no, había desestimado la idea. Se incorporó con cuidado y fue al baño para atender sus necesidades antes de volver a la cama y meterse en las colchas. Se quedó mirando a todos lados pensando que eso de reposo absoluto iba a ser absurdamente aburrido. Soltó un suspiro y levito la bolsa con sus cosas, agradeciendo a Eretria que había traído algunos de sus libros. Muchos ya los había terminado pero tenían pasajes que le gustaría discutir con Wthyr.
Cuando llegó sonrió brevemente, levantando la mirada del libro, a modo de saludo. Aunque pronto se dio cuenta de que estaba mirándola en silencio lo que hizo que se removiera un poco -¿Pasa algo?- Preguntó cerrando el libro y entonces escuchó lo de sus padres. Se concentró en él para prestar atención a sus palabras. Así que Cedric, como el menor, aunque no creía que su padre fuera erudito. Parpadeó sorprendida cuando dijo que Agatha no era de allí -¿De dónde era?- De una extraña forma se sintió vinculada con ella y le habría gustado conocerla y saber cómo demonios había hecho las cosas allí. Aunque claro, tenía una leve ventaja: no era una Descendiente. Pero eso no quitaba que… el pueblo de Avalon ya había tenido una reina extranjera.
-Lo siento… incluso aunque ya fueses mayor seguro que fue una pérdida dura… además…- Alzó la mirada con el ceño fruncido -Los sacrificios del Sanguis… ¿Por qué pide sangre Pendragon? ¿Cada cuánto?- Y lo que realmente quería saber era… -¿Ese será nuestro destino?-
Las preguntas hacia ella hicieron que su rostro se contrajera en una mueca -Porque fue ganadora de uno de los torneos. No la eligió él, fue mi abuelo y sí, fue concertado. - Se le quedó mirando un momento en silencio y luego apartó la mirada hacia otro lado - Altair una vez me dijo que no siempre fueron así, que tras Layla simplemente cambiaron… ella me llevaba 10 años o así- Expresó -Y no, no quiero que nos parezcamos a ellos. La única vez que parecían normales es cuando abrían el baile de navidad de los Le Fay, de lo contrario, aunque estuviesen juntos podías ver la frialdad entre ellos. No se miraban cuando hablaban, no se trataban… no estaban nunca en el mismo salón juntos. A excepción de la cena, pero no había conversaciones durante la cena así que era más de lo mismo- Tomó una larga respiración -Y por eso papá nunca veía lo que Elise me hacía… a mí o a Rhaegar, Desmond y Layla fueron siempre sus favoritos. Pero a Desmond nunca se le subió a la cabeza- Mencionó poniendo los ojos en blanco
- Día 3:
Lo de las gachas ya le hacía un poco de gracia pero no iba a ser una caprichosa y negarse. Bien podría cocinar ella y acabarían de cenizas hasta la coronilla así que agradecía cada plato que le traía.
El descanso le estaba sentando bien a ambos, se le notaba a Wthyr hasta en la forma de caminar y el color de su piel pese a estar bajo aquella luz azulada se veía más viva. Tiempo… eso era lo que nunca tenían. Robando minutos u horas para ser "normales" antes de que algo o alguien los interrumpiera.
Le sonrió cuando vio el rollo -¿Crepe? ¿O como lo bautizas ? ¿Rollo bélico?- Bromeó antes de empezar a comer y escuchar su relato sobre Aelle. A esa señora tampoco la llegó a conocer y sabía que había fallecido en la víspera de su boda, por eso Shyvanna había estado fuera de sus cabales. La forma en la que la describía le recordó a Matvey, su padrino también podía ser estricto pero… cálido, en su propia forma. Recordar que estaba poseído le entristeció de nuevo. Quizás debería enviarle una carta a Khaled Svensson para saber si lo había intentado.
-Todos tienden a hacerlo y… quizás debáis tener cuidado con eso- Le indico respecto a Gwen -No será una niña por siempre. Bueno… ¿Niña? ¿Qué edad tiene? ¿25?- Preguntó porque aunque se veía joven, su saber estar y forma de hablar le añadía un par de años encima. Escuchó todo lo demás -¿Por qué no puede hablar? Me pidió que le enseñara habilidades telepáticas. Estoy segura de que le ayudará mucho- Lo que le despertaba interés tomando en cuenta que tenían el linaje de Hipatía. ¿Por qué no se lo había pedido a ellos?
Ignoró lo de Shyvanna porque ya lo sospechaba pero le parecía que era por temas de edad y no de cercanía o intimidad. La mención de Darren hizo que lo mirara de nuevo entre mordisco y mordisco -Mmm…- Negó cuando dijo que lo odiaba -No, no es odio… creo que… resiente tus decisiones- Por la forma en la que había hablado de él, lo poco que había captado -Es leal y respetuoso, me recuerda un poco a Gwen. Y… no he hablado mucho con él, pero se portó como un caballero conmigo cuando llegué… de vez en cuando se parecía a ti. Se cuadraba y ponía esa cara vuestra de … "estoy analizandolo todo para llegar a la respuesta más óptima"- Imitó el gesto poniendo una mirada intensa y el ceño levemente fruncido así como los labios tensos, así se quedó un momento y luego cambio el gesto a su cara normal -¿Le consultas tus decisiones? Quizás te ve un poco individualista como Rey y le molesta…- Ignoró también a Lake a grandes rasgos porque no la quería cerca de ella, ni volver a hablar de la situación con Ian.
-Casi lo hice- dijo levitando el vaso de agua y bebiendo un largo tragó antes de dejarlo -Con Desmond. No deje que nadie lo vistiera para el funeral porque su cuerpo no estaba en el funeral. Lo tenía reservado y mantenido para convertirlo en un revenant pero… No soy nigromante y necesitaba uno para traer su alma, Matvey me explicó un poco lo que sería Desmond al volver y desestimé la idea. Dudaba que él realmente quisiera eso- Alzó los hombros con suavidad -Desmond y yo somos …éramos … como Darren y tú, supongo. Peleábamos constantemente porque él era más protocolario respecto a las leyes del Consejo y yo… prf, yo hacía lo que me daba la gana. Así que él siempre me advertía que un día el Consejo iba a cansarse y blablabla- apartó la mirada y puso más manos sobre su vientre -Los extraño, a los dos… A Rhaegar la última vez que lo vi en persona fue en mi boda y… es un bonito recuerdo. Estaba siendo amable ese día- Sonrió de lado y luego lo miró -Sí, la respuesta es sí-
- Día 4:
Catherine volvió a despertarse sola pero tampoco le sorprendía. No sabía que estaba haciendo Wthyr pero seguro tenía que ver con entrenamiento. Conociéndolo, ni descansando le daba descanso a su cuerpo.
La respuesta del cumpleaños hizo que frunciera el ceño -Argh… ¿No celebráis los cumpleaños aquí? Me parece raro… sois mucho de celebrar cosas. Y…además era el cumpleaños del Rey…- Alzó suavemente las cejas y luego pensó en responderle.
-Yo en noviembre, el 02. Día de los muertos- Expresó mirándolo con curiosidad por su reaccionó -Otra bonita coincidencia que me hace preguntarme porqué no soy nigromante…Además de las leyes del Consejo. Creo que si no hubiese llegado a pertenecer al Consejo habría sido aprendiz de…nigromante- Se contuvo de decir el nombre de Matvey
- Día 5:
- Empezaba a estar hasta los santos cojones de estar en la cama todo el día. Daba igual la posición en la que se pusiera siempre acababa con la espalda doliendole. -Hoy necesitaré un masaje… estoy harta de la puta cama. Quiero caminar y… y hacer cosas…y ver esto y… ¿A dónde te vas todos los días?- Soltó de imprevisto después de terminar de comer y acomodarse de nuevo en la cama.
La explicación sobre Rodrigo hizo que tomara una nueva percepción de él -Rodrigo es muy amable, lo siento por los dos - Definitivamente, su primera esposa había sido importante para él. Recordó sus escasos momentos con Rodrigo y entonces algo cambió en su gesto -Ah… eso explica que…- Entonces acabó por reírse un momento y luego se llevó la mano a la cara para cubrirse tratando de controlarla su risa -Rodrigo estaba con nosotros, con Darren y conmigo, cuando les conté lo de Italia y… y cuando dije que me habías empujado, Rodrigo dijo que era poco caballeroso y Darren le chistó… o sea.. es que explica muchas cosas- Como porque había tomado decisiones que no le correspondían.
-Perdón…no pretendía… Reírme es que… Darren fue muy de…muy Pendragon y Rodrigo y yo tuvimos que cortarnos un poco- Su pregunta sobre sus amigos le hizo pensar en Sean, en Adael, en Ling…En Gio, en Azahar e Ian - Sean, Mei...Ling…y Adael me ayudaba con los tatuajes pero se ha vuelto muy… No nos llevamos bien últimamente- Luego lo miró un momento con algo de tensión y tras eso apartó la vista -Ian antes de ser mi pareja fue mi mejor amigo y sé que puedo contarle cualquier cosa. Con él…conocí a Azahar que es mi absoluto contrario pero es mi amiga también-
Entonces… lo de la decepción hizo que volviera la vista hacia él -No deberían…Se supone que no somos amigos, somos compañeros pero aún así: Sí. Es el riesgo que corres cuando confías en la gente o esperas algo de ella…la decepción está a la vuelta de la esquina-
- Día 6:
- Ese día había una nueva carta, escrita a Khaled de su parte, preguntándole si sabía algo del destino de Matvey o si había intentado algo. Pero cuando Wthyr llegó con las patatas fritas, Catherine no pudo evitar el gemido de satisfacción que se le salió al verlas -Las necesitaba…- Murmuró después un gracias y se llevó un par a la boca, cerrando los ojos con una sonrisa al oír el crujido de las patatas .
-¿Lo he comido?- Le preguntó cuando habló del guiso no sorprendiendose del color -¿Es el que prepara la cocinera?- Inquirió haciéndosele agua la boca -¿El que nos dieron la noche antes de irnos a Italia?- Soltó un pequeño ronroneo de gusto, esperando que fuera ese -Si es ese, es delicioso…
Al retomar otros temas, Catherine siguió comiendo un poco de patatas recordando el baile en el parlamento -Esa era la primera vez en años que bailaba algo con protocolo y coreografía- Dijo recordándolo y sintió un pequeño escalofrío al recordar toda la conversación. Mordisqueó otra patata pensando un poco más en ese baile, se había tropezado cuando le soltó toda la información de Urien. Lo del ajedrez no recordaba haberlo preguntado pero le daba igual, a ella no le gustaba. Prefería los laberintos.
Lo siguió con la mirada cuando fue a por algo y cuando regresó con el caballete se quedó mirándolo sorprendida. Era un… bonito gesto, pero le recordaba demasiado al regalo de navidad de Ian. Y una época de su vida feliz, pero… Volvió la vista hacia él ante su pregunta -Esa era la primera vez que levantaba un pincel en casi dos años- Le dijo mordiéndose la parte interior de la mejilla -Mi relación con la pintura es un poco… complicada- Luego entonces asintió -Pintaba a Ouroboros, en invierno. El bosque… Oh… joder, cómo odié cuando cogiste MI pincel…y toqueteaste- Dijo lanzándole una mirada irritada y después volvió a mirar al caballete.
Soltó un suspiro -Usaba la pintura, cuando era pequeña, para alejarme un poco de la realidad del castillo. El Castillo Le Fay, como el de Ávalon, estaba hecho de piedra oscura y había pocos colores que resaltar más allá del negro y del morado. Tenía un bosque alrededor pero era muy pequeña para ir a explorarlo así que pintaba lo que creía que podía haber allí… Mi cuarto siempre estaba lleno de pinturas fantásticas y llenas de color- Se humedeció los labios -Las destruí todas cuando reclamé el castillo como Descendiente Le Fay, y el poder que venía con ello…Así que…- Ladeó la cabeza hacia él -Entiendo lo de las esculturas…- Se apartó el pelo de la cara y volvió la mirada al lienzo en blanco con los labios tensos -Ahora generalmente puedo pasar horas frente al lienzo pero no pintar nada propio, sólo plasmo lo que veo-
- Día 7:
Los días anteriores habían logrado hablar de varias cosas y lo cierto es que le permitía conocerlo mucho más pero el deseo de… de salir, de conocer la cueva, estaba empezando a carcomerla por dentro. Quería saber qué más había emulado Morgana para su laberinto.
Aún así cuando Wthyr se sentó a su lado con ese rostro, le asustó un poco -¿Te sientes mal? ¿pasa algo?- Preguntó con el ceño fruncido pero al oír la primera frase cerró la boca de inmediato y guardó silencio, dejándole espacio para hablar. Dana era la hermana de Rodrigo…Se sorprendió de que ninguno fuese concertado, es más, parpadeo de sorpresa y se tomó el tiempo de digerirlo. Al verlo inspirar, Catherine se movió y alargó la mano para tomarlo del antebrazo y apretarlo con suavidad -No tienes que seguir si no quieres- Estaba claro que era un tema muy duro para él.
-Nunca hay tiempo suficiente y, sin embargo, creemos que tenemos todo el tiempo del mundo- Le respondió, pensando en la puta maldición y el daño que había hecho tanto para los Le Fay como para los Pendragon. Escuchó lo siguiente y comprendió que su segunda esposa era apreciada pero no del mismo modo que la primera. Y estaba, por supuesto, su responsabilidad -Lo siento mucho, en serio…Ojalá lo hubiésemos sabido antes- Movió el pulgar contra su antebrazo tratando de reconfortarlo.
Le sostuvo la mirada cuando volvió a observarla tras un rato y la pregunta la dejó anonadada…- Oh…- Apartó la mirada sintiendo que le daba un poco de vergüenza reconocer eso pero finalmente asintió. Quizás debía ser un poco más abierta aunque sabía que le odiaba -Ian fue el primero de muchas cosas, Wthyr. Y ya no a nivel romántico. Ya te dije que es un buen amigo… Y además, me entrenó en combate…No sé ni para qué porque soy torpe con ello. Em… también me ayudó a perfeccionar mi habilidad de control mental cuando entrenaba su control en la transformación. Fue la primera persona con la que compartí una cama…No a nivel de interacción…corporal, sólo que cuando lo rescatamos de la alianza humana estábamos en la base y…yo quería saber que era real después de tantos meses sólo con el contacto telepático- Luego alzó suavemente las cejas -Y cosas… tontas, como que fue el idiota que me hizo bañarme en duchas de agua fría…O el que me hizo darme cuenta de la realidad de tierra firme -
Después de hablar un tiempo volvió la vista hacia él -No sé cómo explicártelo…Desde que conocí a Ian y a los Knox es como si realmente hubiese empezado a vivir la vida y no sólo dejar que la vida me viviera a mí- Entrecerró los ojos -¿Tiene sentido?
Tensó un poco los labios y lo miró, apartó la vista un instante tomando una gran respiración y luego volvió a verlo. Tenía que decirlo -Yo no soy Dana y tú no eres Ian, pero eso no quiere decir que…No lo sé, no podamos compartir cosas o tener primeras veces o…intentar ser compañeros, amigos… Y ¿Quién sabe? Quizás podamos sentir aprecio por el otro, querernos de algún modo. No sé si como nuestros primeros amores pero… bueno, habrá que ver lo que nos depara el futuro-
- Día 2:
- Observó un momento el libro que estaba leyendo ella antes de que lo apartase para escucharle, pensando que tenían pendiente iniciar los entrenamientos cuando ella pudiese levantarse. Por el momento tenía que permanecer allí. Por su expresión supuso que no se esperaba que su madre fuese de fuera. - Era irlandesa, se conocieron en un baile que dio la nobleza mágica de su país. Fue todo elegido por ellos...nadie puso ningún inconveniente. - había sido algo bastante natural. El mismo Sanguis que les había visto casarse, había acabado con sus vidas.
- El árbol sagrado necesita magia, y, cada cierto tiempo, nuestra sangre para sobrevivir. Los deseos del Sanguis Ligno debían cumplirse sin ninguna otra opción, así como su necesidad de sangre de la familia. A cambio, el Sanguis levantaba las Nieblas de Ávalon y las hacía densas ocultándons del mundo. Nos proporcionaba valentía, coraje y protección; y nos guiaba en el objetivo principal: la venganza. - eran generaciones repitiendo lo mismo, por eso lo tenían tan interiorizado. - No se sabe cada cuánto la pide, pero las sacerdotisas tienen registros aproximados. - la miró a los ojos sin poder darle respuesta de cuál sería su futuro, inspirando lentamente antes de soltar el aire. Ojalá se equivocase, pero llevaba un tiempo asumiendo que sus destinos estaban unidos. - Tampoco lo sé, pero haría lo que estuviese en mi mano por cambiarlo. - resignarse era como aceptar una derrota. La historia del matrimonio de sus padres era la de un matrimonio concertado en toda regla, pero más por normas arcaicas que por obligación real. - ¿El nacimiento de la tal Layla les hizo cambiar? qué extraño. Como si no fuera su hija. - conforme más le explicaba más entendía su obsesión por conseguir una familia que no se pareciese en nada a sus padres, de no repetir aquello. También estaba empezando a entender el motivo de tantas inseguridades que tenía. La madre la había machacado desde niña. Era despreciable.
- Día 3:
- No esperaba que su comida de guerra tuviera buena acogida, pero al parecer Catherine tenía el hambre suficiente para comer los “inventos” culinarios que iba trayendo. - Es la comida que te haces cuando llegas a las cocinas de madrugada. - Lo del rollo bélico le hizo gracia, adoptaría ese nombre para la próxima. Al ponerse a hablar de los hermanos tuvo que rectificarle la edad de Gwen, le había echado bastantes más. - Nació en el 23. ¿Por qué dices que deberíamos tener cuidado con sobreprotegerla? - él mismo la había cuestionado cuando le dijo los designios del Sanguis, cosa que a su hermana le había molestado. Lo de Cedric era más complicado de explicar.
- Porque su voz es destructiva…similar al poder de una banshee. Se contiene por eso. Si pudieses ayudarle con la telepatía seguro que te lo agradecía, aunque no sea lo mismo que poder hablar en voz alta. - Notó que ignoró a Shyvanna, por razones obvias, y Lake probablemente por motivos similares. Estuvo de acuerdo con lo que dijo de Darren, aunque no terminasen de entenderse. Le puso cara a Catherine de desacuerdo, como queriendo decir que él no se parecía a Darren en los gestos. Al menos no se quedaba callado tan a menudo como el hermano. - Lo sé, confío en él. Hablamos muy poco, casi siempre dentro de lo protocolario. No le gusta mucho socializar. - por no decir que era prácticamente imposible separarlo de Shyvanna para poder tener una conversación a solas. Ahora entendía muchas cosas…
Quiso escucharla en completo silencio mientras le hablaba de sus hermanos muertos, quedándole claro que sí que haría lo que fuese por recuperarlos. Lo de los revenant le dio una especie de escalofrío. Sabía lo que eran, aunque no en profundidad. La idea podía resultar tentadora, pero tenía su letra pequeña. - ¿Y qué sería? ¿Por qué lo desestimaste?
- Día 4:
- Le llamó la atención que le extrañase lo de no haber celebrado su cumpleaños, pero era principalmente porque a él no le gustaba mucho esa fecha. - No solemos celebrar mucho los cumpleaños, pero sí otras festividades importantes y propias, además de rituales de todo tipo.- ya le había avisado algo sobre el bautismo de sangre que tenían que pasar los miembros recién llegados a la familia. Llegado el momento le explicaría mejor en que consistía. - Te dejaré con la curiosidad por ahora. - zanjó de manera enigmática, prestando después atención a su fecha de cumpleaños. Aquello le recordó a las palabras en latín que le recitó en una ocasión, cuando apenas comenzaban a experimentar el uno con la magia del otro. - "Et calidus cruor runs in vestri rufus venis. Mihi tacere tranquillitas et tenebrae decurrit. Tu enim vitae et mortis sum. Et nolite in cordibus nostris ad nos iubes, ac tenebras et genua ante nos. "
- latín:
- Tu sangre corre roja y caliente por tus venas. Mi oscuridad corre calma y silenciosa.
Eres vida y yo soy muerte.
Y hasta que ordenemos a nuestros corazones parar, la oscuridad se arrodillará ante nosotros.
- Día 5:
- No le extrañaba para nada que estuviese harta de estar en la cama guardando reposo, pues él tampoco era capaz de aguantar tanto a no ser que no pudiese ni moverse. Se sentó a los pies de la cama, haciéndole un gesto para que se colocase como quisiese para poder darle el masaje que necesitaba. - Reconozco que estás siendo paciente, pero tendrás que esperar un poco más para poder acompañarme a ver las cuevas. - no podían arriesgarse, era muy consciente de eso. - Me despierto temprano, así que he estado recorriendo la zona, para comprobar que todo esté en orden. Son varios kilómetros de cuevas.- y todavía le faltaban varios por revisar.
El comentario sobre el vasallo la llevó a contarle aquella anécdota sobre lo que le había dicho de poco caballeroso. Podía imaginarse perfectamente la situación, y también a su hermano Darren poniendo orden. Wthyr bufó por lo bajo, frunciendo levemente el ceño mientras cruzaba los brazos.
- Típico de Rodrigo. Es un poco pesado con esas cosas. A saber qué habría dicho si me hubiese visto la vez que te cargué al hombro para llevarte a la habitación. - el caso es que le agradó escucharla reír, aunque fuese por aquello. Ya le había dicho que no era muy habitual en ella, aunque se preguntaba si con sus amigos solía reírse de ese modo. La mención del descendiente de Merlín ya le dio bastante igual, había desaparecido del mapa como el cobarde que era, llevándose la espada con él. Ya se la arrebatarían. - ¿Tú sabes tatuar? - preguntó en referencia al amigo que le ayudaba con los tatuajes, percibiendo su tensión al ir a hablar de su Ian. Lo peor es que podía entender el tipo de relación que habían tenido porque también le había pasado a él. - Conozco ese camino, de amigos a amantes. - comentó en voz queda, alzando la mirada de nuevo hacia ella cuando admitió que sí que la habían decepcionado. - Si solo fuese la decepción…a veces la confianza acaba hasta en traición. Eso aún no te lo han hecho.
- Día 6:
- Por fin le había llevado algo diferente de comer, y Catherine parecía agradecer el cambio. - Ese mismo guiso es, el que comimos antes de partir.- no sabía prepararlo, pero podría aprenderlo si se ponía a ello. Cuando se pusieron a hablar del baile arqueó una ceja, sin creerse que llevase años sin bailar por protocolo. - No parecías estar oxidada. Eso sí, daba la impresión de que temías que te atacase en cualquier momento. Ahora que ha pasado el tiempo me he dado cuenta de que usaste tu habilidad de piel de ébano bajo el vestido. - entornó la mirada pensativo, recordando más detalles de aquel primer baile. Recordaba también el de la boda, en el el protocolo fue abandonado por completo por culpa de la atracción desatada de los rubíes de Sodoma, y también el baile en el que Catherine casi se cae al suelo al estar envenenada. Llevaban unos cuantos ya.
En lo de la pintura llevaba razón, en ese momento fue a molestarla a propósito, aunque también quisiese información sobre maldiciones. - Ya, me dijiste que no volviera a tocar nunca uno de tus cuadros. Normal, te dije que era un árbol negro retorcido de alma atormentada. Te hablé también de que había soñado contigo y el Sanguis. Fue cuando propusiste ser nuestra portavoz en el Consejo. - aquella conversación había acabado regular, por aquel entonces no sabían lo que les deparaba el futuro. La historia de destrozar las pinturas le resultaba familiar, por lo que hizo un sonido entre irónico y amargo. - Borrar recuerdos de un pasado y una época que ya no existen. - sonaba a que había perdido la inspiración, la capacidad de plasmar más allá de lo que veía. - Podrías pintar lo que ves cuando sueñas, para sacarlo de la mente. Lo haría si supiera.
- Día 7:
- Ya se había decidido a tratar de una vez por todas aquel tema de sus esposas, así que negó con la cabeza cuando le dijo que no hacía falta que siguiese si no quería. - Sí, tengo que hacerlo. No merecen el olvido. - ni que jamás las mencionase como si no hubiesen existido. Quería que Catherine supiese algo de ellas, estaba haciendo un esfuerzo por abrirse un poco, para contar al menos algunas pinceladas de su pasado con ellas. Agradeció internamente el contacto físico de Catherine sobre su antebrazo, pues le sirvió para seguir contando. Tras aquello logró aflojar un poco la tensión acumulada antes de empezar a hablar. Sabía que la pregunta sobre su primera vez era comprometida, y acertó al suponer que había sido con el licántropo. Daba la impresión, por como hablaba de él, que no habían tenido unos inicios difíciles y que siempre se habían llevado bien. Parecía que lo admiraba, y aquello le daba cierta envidia. Era difícil competir contra lo que él había supuesto para Catherine.
- Tiene sentido. Venías de un mundo que te asfixiaba y aquello te rompió los esquemas.- terminó por responder, de la manera más neutral que pudo. No sabría decir si su visión de futuro era esperanzadora o una especie de consuelo, pero al menos no se cerraba por completo a lo que pudiese suceder. - No deberíamos comparar esto con lo que tuvimos. Es muy opuesto. - lo de ser amigos…se le hacía extraño, teniendo en cuenta que no estaban de acuerdo en muchas cosas. Aliados, tal vez. Por el momento prefería no preguntarse si sentía hacia ella algo más que atracción física y mágica. - Quién sabe. Al menos hemos superado la etapa de “enemigos” sin saltar al cuello del otro. Te ha costado. - lo expuso como un logro, con una media sonrisa jactante.
- Día 2:
- Se sorprendió de que los Pendragon fueran invitados por la nobleza irlandesa y que su apellido no resonara tan fuerte que el Consejo lo escuchara. Pero aún así, sonaba a una romántica historia de amor que seguramente había perdurado. Seis hijos, ni más ni menos. Aunque supuso que eso tenia poco que ver, tomando en cuenta que sus propios padres habían tenido cinco.
Tras ello le contó del Sanguis pero parecía decirlo de modo tan automático que Catherine entrecerró los ojos -Eso es una letanía- Tras ello siguió sospechando con todo aquello de guiarlos a la “venganza” -¿Y si os guiaba, por qué me pidió a mi? Yo no os apoyo en vuestra venganza y estoy intercediendo por todo lo contrario- Tensó los labios y negó con la cabeza -No lo sé, creo que hay mucho de ese árbol que no conocemos y… yo voy a desentrañarlo- Lo observó cuando confesó que no sabía realmente si esos acabarian siendo ellos -Y lo haremos… Tiene que haber una forma de que paren los sacrificios… ¿Quién creó el árbol?-
-Eso me dijo Altair una vez, creo. Fue hace muchos años, tras la muerte de papá- Lo siguiente que dijo hizo que Catherine se le quedara mirando en silencio durante un largo rato para luego apartar la mirada con el ceño fruncido. Nunca había contemplado la posibilidad de que Layla no fuese su hermana realmente pero… Era la única rubia de los cinco, no había mostrado habilidades Le Fay ni un poder demasiado extravagante. Intentó ubicar algún recuerdo de su padre con ella pero no lograba encontrar alguno.
La piel de Catherine palideció un poco mientras apoyaba las manos en la cama y se acomodaba, pegando la espalda al respaldo y siguió en silencio un tiempo. Había muerto canalizando porque compartía un vínculo con su madre. Pero Stavron nunca la había entrenado incluso cuando era la segunda posible Descendiente -Por Morgana- Murmuró volviendo la vista hacia él -Papá nunca la entrenó-
- Día 3:
Frunció el ceño ante su mención sobre las comidas de madrugada -No te veo trasteando las cocinas del castillo en plena madrugada. Bueno…quizás ahora un poco sí- Murmuró antes de llenarse la boca con otro bocado e ir masticando mientras oía su pregunta. Alzó suavemente las cejas y luego los hombros -Tendemos a querer mostrarnos más fuertes y nos extralimitamos sólo para demostrarle a los demás que no somos unas niñas- Sabía que estaba hablando en plural e incluyéndose, pero era la realidad. Tras ello sacó las cuentas y arqueó las cejas -¿Tiene 19?- Abrió los ojos estupefacta -Es… Se comporta como alguien un poco mayor-
Tras eso escuchó lo que sucedía con Cedric y entendió porqué no podía hablar, era un impedimento total si no quería dañar a nadie. Joder…Ella se frustraría mucho -Cuando salga le diré de empezar el entrenamiento- Dijo asintiendo y añadiéndolo a su larga lista de tareas. La descripción de su relación con Darren hizo que lo mirara haciendo una leve mueca -Pedir y valorar su opinión sobre asuntos relevantes a Ávalon no tiene porqué llamarse socialización-
Soltó un suspiro cuando preguntó más sobre los revenant y tomó el vaso de jugo para beber un poco más y aclararse la garganta -Matvey dice que generalmente tienen desface de la realidad por el tiempo que estuvieron muertos. Y aquellos que son renacidos en cuerpos ajenos tienen problemas de adaptación porque hay retazos del alma anterior así que eso drena su energía…entre otras cosas. Además, Desmond nunca fue demasiado fan de la magia negra. ¿Ilustrado? Sí ¿Practicante? No…eso nos lo dejaba a Rhaegar y a mí-
- Día 4:
-Nosotros dejamos de celebrarlos cuando mi padre murió…Elise no era muy festiva y creo que ninguno de nosotros estaba muy por la labor. Lo único que seguía en pie era el baile Le Fay- Porque era la forma que tenía Elise de promocionar a su hermana con el resto de los Descendientes.
-¿Me vas a dejar con la curiosidad? Eso no se vale, me dijiste que ibas a enseñarme cosas de Ávalon- Además, con tal de que no tuviera que beber sangre iba a estar de lo más tranquila con casi cualquier ritual.
Al oírlo recitar esas palabras que ella misma le había dicho se le quedó mirando en silencio, sorprendida de su memoria y luego sonrió levemente -La muerte siempre ha sido…lo más constante en mi vida, era lo de menos- Mencionó antes de que le insistiera un poco, sin éxito, con el asunto de los rituales en el resto de la conversación.
- Día 5:
- -Ya…ya- Dijo ofuscada, ese día estaba un poco de mala hostia en general pero no sabía el porqué exacto. Se movió en la cama con cuidado para colocarse como la última vez que le había dado el masaje. En esta cama los pies también le quedaban colgando así que ni se esforzó por hacer puntillas. Se acomodó la túnica y fue bajándola por los brazos hasta dejar la espalda descubierta, apartándose el cabello poco después y procurando que le tapara los pechos -Quiero conocerlo todo- Le dijo con sinceridad aunque dudaba que él supiera el porqué, quizás algún día se lo diría.
-Pues te habría dicho bruto como te dije yo ¿O sólo lo pensé?- Preguntó cuando mencionó aquella escena en la que Catherine se había sentido una bolsa de patatas luego de que hubiesen canalizado juntos sin necesidad de que hubiese un encuentro sexual. Su mente divagó un poco pensando en las diferencias que había sentido en ambas situaciones. Con el rubí ese de por medio no se había sentido cansada después, sin embargo, sólo con el contacto físico… No pareció tan natural en ese momento.
-¿Hmm? Sí…Hago los diseños y luego los tatuajes. De forma tradicional, Adael los hacía distintos para mí…porque era una petición personal - Le explicó y escuchó lo que decía respecto a su relación con Ian, resumiéndola bastante bien así que sólo asintió. En cuanto a los amigos del Consejo tuvo que forzar una leve sonrisa -Aún…Parece una palabra clave con todo lo que nos viene encima-
- Día 6:
- La confirmación de que el guiso que le gustaba era el mismo que el de él la hizo sonreír ampliamente -Normal, está muy bueno- Dijo con profunda sinceridad pensando que…que podría comerse 10 platos en ese momento -¿Puedes pedir que preparen alguno para nosotros estando aquí?- Seguía sin comprender muy bien los temas del tiempo y el servicio pero no estaba demás preguntar.
-Ah… tengo buena memoria para los bailes. Me gustaba bailar, sólo que el spotlight siempre era de Layla- Alzó los hombros como restándole importancia aunque en el fondo siempre había sido algo que le molestaba. Volvió la vista de las patatas a él cuando mencionó lo de su piel de ébano -Así era. No sabía qué tan atrevidos podían ser vuestros movimientos y a medida que me contabas la historia se me iba poniendo la piel de gallina- Ladeó la cabeza -Ya habíais secuestrado a Sofía y la habían devuelto en una pira… Mi piel era lo único que tenía para defenderme sin que lo vieras-
-Ajam… tenías un don de palabra ese día- Soltó poniendo los ojos en blanco cuando mencionó lo del “alma atormentada”. Desvió la mirada hacia él cuando mencionó al Sanguis Ligno y sonrió brevemente cuando mencionó lo de ser portavoz -Bueno… parece que mis palabras se han cumplido, de una forma u otra… Y las tuyas- Dijo asintiendo con suavidad pensando en aquello que le había dicho y encontró adecuado el momento para añadir lo siguiente -Fui sincera ¿Sabes?... Cuando te dije que esperaba que consiguieras una felicidad como la mía.
Sí, en eso se resumía la destrucción de su arte y sospechaba que Wthyr lo sentía de la misma manera. Volvió la vista al lienzo cuando mencionó sus sueños y se quedó pensativa, en silencio -Podría pintar el resto de las visiones que vi. Me atormentan- Le confesó con la mandíbula un poco tensa y luego volvió la vista hacia él -¿No te atreves a tejer o volver a la escultura? ¿para sacártelas? Podría enseñarte a pintar… pero tampoco sabría cómo, yo no tomé clases-
- Día 7:
Entendía la resolución de Wthyr y ella misma había aprendido que hablar sobre los fallecidos le ayudaba a estar mucho más tranquila, quizás a hacer la paz con ellos y el dolor se apaciguaba un poco. Con los años había aprendido que no se iba, sólo aprendías a vivir con él y a tolerar la realidad de que no existían en ese plano. Era más duro para los humanos porque no tenían medios para conectarse con ellos, en cambio, ellos sí -¿Has pensado en invocarlas alguna vez?- Preguntó por curiosidad.
-Sí… en todos los sentidos- Resumió -Peleé tanto con Desmond en esa época- Dijo mordiéndose el labio antes de concentrarse en las palabras de Wthyr -Tienes razón… Lo nuestro es un matrimonio concertado…con la vida de mucha gente colgando de un hilo…Y esperando que…- Se llevó las manos al vientre, sonriendo brevemente -Que él sea la respuesta a todo…- Eso le recordó una cosa que le dijo Anteia y volvió la vista hacia él con una mueca -Anteia en su regaño soltó algunas cosas que no me gustaron sobre cómo veíamos a Zephyr… Como si…no lo sé… Como si le estuviesemos poniendo una carga tremenda y ni siquiera había nacido. Sé que no lo hacía con mala intención pero me hizo sentir… - No sabía bien cómo explicar -Como… como…si en vez de nosotros protegerle a él fuera él quien venía al mundo para protegernos- Era una forma de explicarlo pero no terminaba de convencerle.
-¿Me ha costado?- Preguntó parpadeando con cierta sorpresa por la forma en la que le había tirado el muerto -Será que tu tienes mucho temple y saber estar- Soltó con ironía antes de recostarse en la cama, acomodándose en ella y suspirando mientras veía el techo -Por… Morgana- Soltó con sorpresa y una leve sonrisa. Alguno de los mellizos había pateado con ganas y eso implicaba otro episodio de acción -Ven- Le llamó extendiendo las manos para tomar las de él y posicionarlas sobre su vientre donde los bebés empezaban a moverse y acomodarse
- Día 2:
- - No, no lo es. Es nuestra historia. - replicó algo molesto cuando le dijo que aquello era una letanía. Qué fácil era juzgar desde fuera. Se pasó la mano por la barbilla con gesto pensativo cuando le preguntó el motivo por el que el árbol la eligió a ella. También le parecía bastante irónico, pero juraría que el Sanguis y la maldición Pendragon-Le Fay no tenían nada que ver. Otra pregunta más que no podía responder con certeza, y eso le molestaba. - Eso le pregunté a Gwen al principio, cuando me dijo lo que había pedido el árbol. Tampoco lo sabía. Ni siquiera el modo en el que debía hacerte “Pendragon”. Si con matrimonio, con un hijo, uniéndote a mis filas…- recordó las opciones que había barajado, incluso lo que comentó sobre que eso era mejor opción que eliminar el linaje Le Fay del tablero para no convertirlos en mártires. Aquello se lo calló, porque en aquel momento ya quedaba muy fuera de lugar. - Pues te están poniendo muy difícil el interceder con todo lo que han hecho. Creo que no hace falta que te lo vuelva a enumerar. - entornó los ojos con fastidio, aunque no le gustaría para nada estar en la posición de Catherine.
Al menos pudo responderle sobre el origen del árbol, eso sí que estaba recogido en los antiguos manuscritos. - Igraine, la esposa de Charles, fue la que plantó la semilla del Sanguis en Ávalon. Enterró aquí a su marido, junto a la semilla que provenía del árbol original en Tintagel. Ella poseía la capacidad de vincular almas a otros seres vivos. Por eso el nuevo Sanguis es diferente del original. Cuantos más miembros de la familia fenecían, más poderoso se volvía el árbol. - siempre le había parecido una especie de simbiosis. Probablemente el Sanguis los necesitaba tanto como ellos a él. No sabía si el árbol sobreviviría en ausencia de sangre Pendragon, y si su linaje podía desligarse del árbol. Demasiadas preguntas sin respuesta.
Catherine también parecía haber encontrar su propia respuesta a lo de Layla, cayendo en la cuenta de que…podía ser una bastarda. - Eso explicaría muchas cosas. Podría haber heredado el puesto sin ser una verdadera Le Fay.-
- Día 3:
- Coincidió con ella en que ambas tendían a querer mostrarse más fuertes y a querer soportar todo de manera estoica. En eso era algo similar a Gwen. También era una constante que todos pensasen que era más mayor de lo que realmente era. - Ha sido educada de ese modo. Si te fijas… es la más correcta de todos los hermanos, la que no se deja llevar por sus impulsos prácticamente nunca. - incluso tenía asumido que debía sacrificarse por la familia en el caso de que el Sanguis reclamase sangre. Wthyr negó con la cabeza para sí mismo, no lo permitiría. Pensó también en su hermano Cedric y lo abatido que parecía diciéndole que él no quería guerra, pero que tampoco sabía qué hacer. - Podríais llevaros bien, espero que acepte.- en cuanto a Darren no consideraba que lo dejase fuera de asuntos, cuando había que tratar algo entre hermanos él siempre estaba incluido. Aún así lo tomó el consejo de Catherine en consideración. - Y se la pido, al igual que el resto. En cuanto salgamos de aquí nos reuniremos para lo del tratado. - y tal vez intentar ir un poco más allá para ver si lograba entender a su hermano y por qué parecía estar siempre tan amargado. ¿Sería por Shyvanna?
Estaba pensando en aquello cuando retomaron lo de los revenant, pareciéndole un tanto horrible esa forma de existencia. Casi parecía más egoísmo por parte de la persona que quedaba viva y echaba de menos a la que se había ido. Ahora entendía mejor que ella descartase esa opción. Se removió algo incómodo, pensando si él hubiese sido capaz de hacer algo así con sus esposas. - ¿Tú querrías que te trajesen de vuelta?
- Día 5:
- Esperó hasta que Catherine se posicionó sentándose en el borde de la cama, poniéndose él detrás para sentarse a sus espaldas. Cuando su espalda quedó al descubierto volvió a ver el tatuaje del lobo, aunque cada vez se iba acostumbrando más a él y no le irritaba tanto aunque supusiera el significado. Inspiró profundamente antes de apartarle el pelo hacia un lado y de comenzar a describir círculos con los pulgares a la altura de los músculos de los hombros y la parte baja de la nuca. Intentó liberar la tensión y la incomodidad por la falta de movimiento al estar en la misma posición tanto tiempo. - Por eso no quiero estropearte la sorpresa de descubrirlo por ti misma. En este lugar incluso potencia la capacidad mágica.- precisamente estaba notando en sus manos el cosquilleo de esa energía en contacto con la piel de Le Fay. Sus manos descendieron un poco hasta la mitad de la espalda, volviendo a subir de nuevo con movimientos firmes pero no bruscos.
- Se ve que solo lo pensaste, porque no lo recuerdo, y creéme que llevo un registro mental de todas las ofensas porque soy un poco rencoroso. - comentó con fingida seriedad a la pregunta de si ella le había llamado bruto cuando la cargó al hombro como un soldado caído en el campo de batalla. O así lo recordaba él. - En ese caso quisiera pedirte un diseño de tatuaje, uno con runas para favorecer la canalización mágica. Algo similar a lo que hice en el círculo de la cabaña para buscar protección con sangre. No recuerdo que tú lleves ninguno así…- porque desde luego se habría fijado cuando la tenía desnuda frente a él, tendrían que haberse activado y brillado en aquellos momentos en los que habían canalizado magia juntos. Continuó en silencio con el masaje algunos minutos más, pero esta vez evitó hacer algo similar a lo que estuvo a punto de hacer en el barco. No quería retroceder con un paso en falso.
- Día 6:
- Le confirmó que sí, que podían pedir la comida que quisiesen, aunque sospechaba que cuantas más cosas reclamasen del exterior, más gente se acumularía en la puerta por aquello de los diferentes tiempos. Asintió con suficiencia cuando le reconoció que se había protegido por si acaso. La noche del parlamento en Ourboros fue intensa. - Confieso que le añadí un tono más tétrico a la historia para impresionarte. La carta de presentación siempre debe ser intimidante, y esa noche tenía el objetivo de que supieses la verdad, entre otras cosas. - eso, y que le había dicho que abandonase el Consejo y les dejase vía libre. No tenía ni idea de cuánto se iba a acabar retorciendo todo. Ignoró que le recordase lo del secuestro de Sofía, eso había sido cosa de Shyvanna. Al menos no volvió a decirle que atacaron casas con los dragones y demás. Mejor.
Siempre tengo el don de palabra. - arqueó la ceja ante su gesto de poner los ojos en blanco, acabando por suspirar por lo bajo ante las palabras cumplidas de uno y de otro. Ella había sido su “portavoz” en la negociación para que trajesen a Gwen de vuelta, y él le había recordado que la felicidad no era permanente. - Presagios. Y sí, que fueras sincera lo hacía peor, sentí que lo decías con lástima y lo odié. Te llamé insufrible en cuanto desapareciste…- le echó un vistazo de reojo como esperando su reacción, aunque supuso que tampoco le sorprendería tanto teniendo en cuenta cómo había sido aquel momento.
La miró con interés al ver que se animaba a intentar plasmar en pintura aquello que la atormentaba. - Quiero saber qué es. Ya vi algunos de tus miedos cuando entré en tu mente sin querer, pero seguro que hay más. - y, secretamente, también quería ver si coincidían con los suyos, con algunas de las pesadillas que estaba teniendo últimamente. No sabía si achacarlo todo a lo vivido con demonios y demás, pero quería comparar. - Lo de tejer es más relajante que otra cosa. - y además lo haría porque tenía pendiente lo que le había dicho que haría para los recién nacidos. Luego puso cara de estar pensándose lo de retomar la escultura, se veía capaz de intentarlo en el tiempo que tenían. - Puede ser que acabemos con una colección de arte de galería de los horrores, pero lo intentaré. Recuerda que en lo de pintar me dijiste que nunca más tocase un cuadro tuyo.-
- Día 7:
- La simple idea de invocar a sus esposas le producía una mezcla de anhelo y dolor, una combinación compleja de sentimientos encontrados. Podría hacerlo, sabía que existían unas piedras para realizar invocaciones de espíritus, que también había médiums, y aún así…no se había atrevido. - Sí. Alguna vez se me ha pasado por la cabeza, pero al final siempre lo he descartado. No sé si es porque prefiero quedarme con el recuerdo de cuando estaban vivas, o si es porque temo descubrir que me culpan de sus muertes o… - eran muchos los motivos por los que no estaba seguro de que fuese una buena idea. Además, tenía la sospecha de que se quedaría peor después de hacerlo.
El modo en que habló de la responsabilidad de su matrimonio y de su hijo le puso algo de peso en el pecho, porque era cierto que dependían de él. En cierto modo estaba impaciente esperando su nacimiento para ver si realmente así desaparecía la maldición, si todas sus teorías eran acertadas y por fin quedaban libres de ella. - Zephyr tendrá una buena vida. Nosotros nos encargaremos de ello. - A pesar de eso le molestó lo que la sanadora pensaba sobre la manera en que veían a su hijo, ni que fueran a tratarle sólo como un objeto para romper maldiciones. Ahora le apetecía menos verla, sobre todo porque le tocaba venir al día siguiente.
El mal humor que le había puesto eso se disipó un poco al verla indignada con él, por aquello de acusarla de ser la que más había tardado en dejar las hostilidades. - Sabes que llevo razón. - añadió mientras ella se tumbaba, aunque solo fuese por llevar la contraria y mantenerla distraída un poco más. -¿Estás bien? - preguntó con el ceño fruncido al escucharla mentar a Morgana, comprendiendo enseguida cuando le tomó las manos para llevarlas a su vientre. No recordaba haber notado un movimiento tan notorio las otras veces que habían tenido ese tipo de contacto, que tampoco habían sido muchas. Alzó las cejas levemente con sorpresa, intentando seguir los movimientos que se sucedían por toda la curvatura. - ¿Ves? eso es que han percibido que íbamos a discutir.- no hablaba en serio, obviamente sabía no tenía nada que ver. Acabó esbozando una leve sonrisa antes de echarse a su lado, pero dejando todavía una mano sobre ella mientras conectaba con su mirada. Esa noche no quería irse a dormir al extremo de la cama.
- Día 2:
- Se dio cuenta de que sus palabras habían causado algo de molestia y frunció el ceño -No era mi intención ofenderte pero sonabas hasta mecánico- Se humedeció los labios pensando de nuevo en lo que había dicho del Sanguis y cómo lo había dicho -Es algo que se ha repetido por generaciones y generaciones ¿No?- Preguntó ladeando la cabeza -A nosotros también nos repitieron vuestra extinción u omitieron vuestra existencia y…aquí estáis- No sabía si estaba comunicando lo que creía que estaba haciendo, por ello guardó silencio escuchando su conversación con Gwen.
Alzó los hombros cuando mencionó que no se lo estaban poniendo fácil -No les queda de otra- Mencionó porque era la razón de peso que tenía para hacer su investigación. Escuchó la narración de la creación del Sanguis mientras lo miraba con cierta intensidad -Así que…- Se reacomodó en la cama con cierto cuidado y con el gesto realmente pensativo -Una viuda exiliada conjuró magia sobre un árbol…Durante el mismo tiempo que se desató nuestra maldición. Y lo hizo en Ávalon, terreno mágico por excelencia- Sí, estaba claro que estaba elaborando teorías a diestra y siniestra -¿En qué se diferencia realmente este Sanguis del que tenían en Tintagel? ¿Y dónde puedo leer sobre Igraine? ¿Ella está en el árbol?- Preguntó porque… Porque tenía dudas. Tenía demasiadas dudas.
Lo de la posibilidad de que Layla fuera bastarda le dejó un sabor amargo en la boca. Por un lado, le hacía entender tantas cosas y por el otro era… tan extraño concebirlo y le parecía hasta violento que su madre hubiese sido infiel, con lo correcta que se hacía ver -Hmm…- Murmuró -Realmente sólo hay una forma de confirmarlo y es ir a ver a mi madre. Pero… Va a ser que no me importa en este instante-
- Día 3:
- -Eso requiere mucha determinación- Mencionó a eso de no dejarse llevar por los impulsos. Ella en lo personal hacia trampa porque cuando algo le sobrepasaba hacía uso de sus ilusiones para ocultar su verdadera reacción porque no quería que la tomaran por débil, aunque lo fuera -¿Cómo lidia con sus sentimientos?- Preguntó mirándolo -Es decir…Entiendo que controle sus impulsos pero…¿Y después?-
Lo de Cedric, o la forma en la que Wthyr habló, le hizo recordar la última vez que habían hablado y cómo… habían quedado las cosas. Quizás ahora ya no quería ni verla. Decidió no darle vueltas, no ahora al menos…Tenía que enfocarse en lo que podía resolver en el momento y ya.
Asintió un poco en cuanto al tema del tratado porque era algo de lo que debían hablar sí o sí y aquello le hizo pensar de nuevo en la visión del “imperio” que había compartido Wthyr. Quizás había mejores maneras que conquistar territorios. Podían ser aliados sin responder necesariamente a la corona, como habían hecho con los vikingos.
Tuvo que parpadear para volver a la conversación y la pregunta le sacó un poco de onda porque no…estaba segura. Se llevó ambas manos al rostro, apretándose las mejillas un momento -Depende- Murmuró finalmente antes de bajar las manos -Si mis hijos son todos mayores y he logrado que sean un poco felices e independientes, entonces no. Por el contrario, si mi misión sigue vigente, sí que me gustaría- Volvió la mirada hacia él -Es decir…Ya sé lo que es vivir con una cabeza un poco… particular. No sería nada nuevo- Expresó con total sinceridad y luego lo miró con curiosidad -¿Y tú?
- Día 5:
- Antes de que Wthyr comenzara, levitó uno de los aceites esenciales que Eretria le había dado que olía a lavanda. Le gustaba el aroma, la ayudaba a relajarse y se lo pasó a Wthyr. En cuanto empezó a marcar esos círculos, Catherine cerró los ojos y se dedicó a disfrutar de la presión en los músculos que parecían tan tiesos como una roca. ¿Cómo? No sabía, si apenas tenía carne en los huesos.
-Ah…eso lo siento- Dijo con una sonrisa -Hay una fuente de poder muy antigua. Me es familiar- Porque tenía nociones o notas de lo que ella había podido experimentar con Morgana. Aún así, tenía miedo de que la expectativa sobre pasara la realidad así que intentó reducirlas. Aunque resultaba un poco imposible al sentir cómo, además de la presión física, la magia de su conexión parecía penetrar bajo su piel y hacerle vibrar los músculos.
-Entonces te lo digo ahora, fuiste un bruto- Dijo con una sonrisa que, por la posición, él no vio pero en su tono se podía percibir la gracia. Se le escapó el fantasma de una risa cuando dijo eso de la lista y que era rencoroso. La verdad, ya lo sabía. Incluso tenía buena memoria -No te lo puedo creer… ¿Wthyr Pendragon, rencoroso? Nunca en la vida lo habría imaginado- Ironizó que acabó en un sonidito de queja/satisfacción cuando pasó hacia la parte baja. Movió una mano para apretar su rodilla y llamar su atención -Allí…a lo largo, joder-
El aroma a lavanda empezó a relajarla un poco más y al escuchar su petición asintió -Recuerdo algunas, tendrás que enseñármelas para poder hacer todo el diseño. ¿Dónde quieres el tatuaje?- Preguntó pensando que no era mala idea que ella también se hiciera uno porque el primer día en las cuevas se había sentido desnuda al no tener los objetos. Pero si los llevaba en la piel…Aquello era muy distinto -No…no tengo, todos mis tatuajes son emocionales. Pero podemos hacer uno conjunto, para cuando canalicemos-
- Día 6:
- -No sé qué más tétrica podrías haberla hecho- Dijo con sinceridad porque lo que había hecho Uther era… una desgracia total y le daba vergüenza pertenecer a su linaje. Y sabía que no era el único Le Fay con comportamientos cuestionables pero eran cosa del pasado, ella tenía otra visión. O eso creía.
-Eso es una mentira. A veces abres la boca sólo para azuzar- Le dijo mirándolo con un gesto de “No me jodas” -Aunque sí esa es tu intención principal supongo que sí, es un don- Porque no siempre conseguía los argumentos para poder rebatirle y eso le odiaba, cuando le callaba la boca a diestra y siniestra. Era un jaque mate en toda regla y tenía que buscar maneras para devolvérselo.
-Oh… Insufrible- Miró hacia el techo de forma pensativa. Quería creer que era nuevo pero ese tipo de adjetivos le sonaba tanto a algo que diría Jack o Sayid, esos hombres que se escudaban en palabras para insultar sin ser soeces -Qué raro que no me lo dijiste en la cara, tú tampoco te cortas, aunque yo no soy tikismikis y llevo una listita de insultos- O, tal vez, es que había aprendido que el rencor no le servía de nada y por eso había dejado de guardarlo en cosas tan banales como los insultos.
-Mmmm…- Le miró un instante -Me las enseñó la piedra. Los de mi cabeza son complicados de plasmar y sí, hay muchos- Río breve pero tristemente del estado de su mente, tan complicada como era…En algunos momentos le susurraba que no se doblegaba ante nada y en otras sólo necesitaba un pellizco para volverla un desastre. Volvió la vista al lienzo de forma pensativa -Y una pesadilla que tuve en Italia- Frunció el ceño, estremeciéndose brevemente al recordarlo.
-¿Te imaginas?- Preguntó divertida con el tema de la galería porque sin duda sería así de evocadora: Horrores. Sí, sin duda. Aunque el gesto se le volvió serio cuando habló de su cuadro -No tienes porqué tocar mi cuadro para aprender. Es más… te toca con papel y lápiz. O carboncillo…Nada de pintura para ti, no tienes el nivel adecuado- Mencionó elevando un poco el mentón con un gesto claro de orgullo fingido.
-Empezamos ahora con tu primera lección- Levitó hacia ella varios de los implementos, empezando ella también con un lápiz para crear un breve boceto de la visión del parto aunque no fuese algo alegre. Le explicó brevemente que lo primero era imaginar en su cabeza lo que quería esbozar y que aunque al principio la percepción de las formas anatómicas sería complicado de hacer, podía empezar con cosas simples.
- Día 7:
-¿Y qué hay de ellas? ¿Crees que les gustaría verte de nuevo? No creo que te culpen, Wthyr. ¿Por qué habrían de hacerlo? Sé que…es difícil- Porque a ella misma le costaba dejar de disculparse con Ian por arrastrarlo a todo aquello -En el fondo…nos creemos culpables de la maldición, pero no es así. No hicimos nada nosotros para merecer esto y creo que es algo que debemos empezar a… incorporar- Buscó su mirada y repitió nuevamente -No somos culpables- Quizás lo decía más para ella que para él -No lo somos- Insistió y luego respiró con profundidad porque estaba un poco incómoda.
Una vez acomodada en la cama agradeció sus palabras sobre Zephyr, le aportaban un poco más de tranquilidad saber que estaba en la misma línea que ella. Sus hijos eran lo más importante y esperaba que para Wthyr también. Aún podía recordar la forma en la que había dicho el nombre de Zephyr cuando volvió de Italia y … la imperativa necesidad de decirle aquello de que iba a quererlo.
-No…- Se quejó poniendo los ojos en blanco cuando le dijo que llevaba razón - Sólo soy menos adaptable que tú. Son cosas de personalidad…No lo hago a propósito. Generalmente estoy en estado defensivo- No era nada personal en contra de él, quizás al principio sí, pero no a lo largo de los meses que llevaban conociéndose.
Sonrió abiertamente al ver su sorpresa. Siempre le causaba gracia ver los gestos que ponía, tanto Ian como él, cuando los sentía moverse. Aunque claro, esta quizás no era la primera vez con Wthyr ¿O sí? ¿Había estado tan inmerso en el embarazo de sus otras esposas? No quería preguntarlo, mejor enfocarse en este -Así como pelear pelear… Lo único que puedo hacer es tirarte otra almohada- Se acomodó en la cama con sumo cuidado cuando él hizo lo mismo y siguió con su mano sobre la de él, casi prediciendo algunos movimientos.
Buscó su mirada cuando hubo uno especialmente fuerte y se dio cuenta de que… más allá del masaje habían estado un poco alejados de forma física, aunque su aura mágica había estado allí, el subconsciente de Catherine no la había hecho abrazarlo en busca de la tranquilidad y seguridad de su murmullo mágico para poder descansar en paz.
Y sin embargo, se sentía mucho más cercana a él con todo lo que habían estado hablando y conociéndose. Eran pasos en lo que ella creía era la dirección correcta. Sabía que aún quedaban muchas cosas por discutir, sobre todo el tema del tratado pero quizás por ese día podía seguir pretendiendo que no era ni Reina de Ávalon, ni Descendiente, ni nada que no fuera ser madre de un par de niños con un futuro complicado frente al rostro que iba a ver al despertarse por el resto de su vida.
-¿Pretendemos esta noche también?-
- Día 2:
- Cualquier habitante de Ávalon conocía la historia y la afrenta hecha por los antiguos Descendientes, así que sí, asintió a aquello de que les habían repetido todo eso durante generaciones. Justo lo opuesto que habían hecho en Ouroboros, donde les habían borrado por completo. - Todo relato o su omisión tienen un propósito, por supuesto. Pero los tuyos fueron los primeros que nos juzgaron cuando pedimos volver a unirnos al Consejo. El plazo de admisión no fue más que una excusa porque nunca estuvieron dispuestos a admitirnos. - si seguían por ese camino tenía claro que iban a empezar a chocar más pronto que tarde, así que se centró en explicarle mejor todo el asunto de Igraine y el Sanguis.
- El árbol primigenio no exigía sangre, o al menos no hay registro de ello. Tampoco habitaban almas en él, ni estaba conectado a la familia Pendragon del mismo modo. En Tintagel ya no hay ni rastro de ese árbol, la guerra acabó con él. Se cree que potenciaba la magia en la zona en la que estaba, pero poco más se sabe. - hizo una pausa, quedándose con gesto pensativo unos segundos antes de proseguir. - En el libro de los reyes y reinas de Ávalon. Hay una copia antigua en la sección especial de la biblioteca. - en ese libro también se recogían datos de sus reinados, así como las habilidades mágicas que más destacaba en cada uno. Él lo había consultado en alguna ocasión, primero junto a su padre y después por su cuenta. - Debe estar en el árbol, al igual que todos desde Charles. Las almas anteriores no están vinculadas, así que no estarían ahí. No puedo decirte mucho más, no sin experimentar. - el problema radicaba en lo complicado que era comunicarse con esas almas, inmersas en un enjambre en el que incluso las sacerdotisas podían perderse.
Lo de no tener ganas de ir a ver el cuadro de su madre lo comprendió perfectamente, su prioridad en ese momento no era ir a recibir gritos. Además, saber o no si su hermana había sido una bastarda podía esperar. Hizo un gesto como de darle la razón, aunque en el fondo seguía elucubrando sobre el Sanguis. Por ese día las dudas que tuviesen se quedarían ahí…
- Día 3:
- Su hermana Gwen le preocupaba en cierto modo, y con las preguntas de Catherine se dio cuenta de que no tenía ni idea de cómo lidiaba ella con sus sentimientos o cómo se sentía por contener los impulsos que pudiera tener. - Nada. Ni siquiera sé si me lo diría, aunque le preguntase. - reconoció, pensando que aquello de no saberlo no era de muy buen hermano. Todos eran bastante esquivos entre sí, pero tenía la intención de ser capaz de hablar con ella de algo más que de designios del Sanguis, de misiones o de los templos.
La pregunta que le había hecho a Catherine sobre si querría volver como revenant era complicada de responder. Esperó a que explicase de qué dependería su decisión, de si sus hijos eran ya capaces de desenvolverse en el mundo o no. Con eso quedaba más que claro que los anteponía a sí misma. - Tal vez, pero no si se quedasen en buenas manos. Sería únicamente si me quedase algo importante por terminar. - o proteger, incluso una venganza. Era extraño pensarlo, pero sería el último recurso. Esperaba que nunca tuviesen que llegar a ello.
- Día 5:
- El aroma a lavanda iba expandiéndose por la habitación mientras seguía dándole el masaje en la espalda, buscando los puntos de tensión para relajarlos. Canalizó hacia ella una pequeña cantidad de energía mágica, por si de ese modo era más efectivo. Estaba bastante concentrado en el proceso durante los segundos en los que se quedaban en silencio, alternándolo con la conversación que mantenían. - De bruto nada, te estaba llevando a la cama, ¿no te acuerdas? no podías sostenerte después de drenarte la energía. - poco pudo agregar a lo de ser rencoroso, porque era cierto que no olvidaba las ofensas fácilmente.
Hizo un sonido de disconformidad pero siguió con lo que estaba, bajando con las dos manos a la vez para incidir en el lugar al que ella le guiaba con sus palabras. - Tampoco voy apretar mucho más, podría hacerte daño. - volvió a subir las manos desde su cintura hacia arriba, señalándole con los dedos en la zona de los hombros, omoplatos y clavículas para indicar por dónde quería el tatuaje. Inspiró profundamente antes de retirar despacio las manos, bajándolas para ponerlas en sus propias rodillas. Se había estado conteniendo bastante para mantener las distancias dentro de lo posible, y por ese día lo iba a dejar ahí.
- Más o menos por ahí. El diseño y distribución final te lo dejo a ti, yo pongo las runas que necesitaré. Tendré tiempo de probarlos en los entrenamientos. Hay que estudiarlo bien, sobre todo si queremos hacer uno que nos potencie a ambos si nos unimos. - además, ya tenía varias ideas de lo que quería experimentar. - ¿Mejor?
- Día 6:
- ¿Para qué negarlo? tenía cierta afición a azuzar y provocar, a veces la situación o el caos que se desataba con esas acciones era adictivo. Las reacciones a veces reusltaban impredecibles, incluso podía sacar ganancias y beneficio propio a río revuelto con ese tipo de cosas. Fue algo así lo que trató de hacer con la descendiente de Alighieri cuando llegó a Ouroboros, pero no salió demasiado bien. Aquello no se lo había confesado, y probablemente no se lo tomase demasiado bien si se enteraba, aunque hubiese pasado tiempo. - En ocasiones es una buena manera de descubrir cómo es alguien, ver ante que palabras se activa y cómo salta si das con la palabra adecuada. Puedes desestabilizar al contrario, y cuanto más lo haces, más puntos débiles descubres. - podía verlo de esa manera o no, le daba igual. Ella tendría sus métodos para calar a la gente, y él tenía otros.
- No te lo dije a la cara porque te marchaste con prisa. - omitió decir “con el chucho”, o apéndice, como le había llamado en aquella ocasión porque parecía que siempre tenía que aparecer en los momentos menos apropiados.
Lo que le explicó después sobre las visiones de la piedra le intrigó bastante, así como lo de la pesadilla de Italia. - ¿Es recurrente? estas últimas noches no te ha despertado ninguna. - él se habría dado cuenta, no dormía muy profundamente desde hacía días. Se indignó bastante cuando le relegó al carboncillo para intentar una práctica, pero igualmente lo tomó para ver si le salían aquellos encajes de boceto. Era distinto a intentar modelar en tres dimensiones, así que le costaba un poco trazar una figura básica en movimiento. Se ofuscó un poco con eso y se puso con un árbol, desviando la mirada para fijarse de reojo en su boceto. Por el momento no se entendía mucho. - ¿Qué es? - no sabía si querría compartirlo con él, o si se esperaría a que estuviese más avanzado. Sabía, por experiencia, que verbalizar aquellos miedos los hacía más reales.
- día 7:
- Si seguía hablando de sus esposas iba a tener que irse un rato de la habitación para ver si se le aflojaba el nudo que se le estaba haciendo en la garganta con cada pregunta de Catherine. Se limitó a negar con la cabeza, bajándola un poco y dando a entender que no quería seguir con aquel tema más. Por ese día ya había dicho suficiente. - No lo somos. - repitió también por lo bajo para ver si así se lo creía. Pudo dejar a un lado esos oscuros pensamientos cuando ella le invitó a sentir el movimiento de los bebés, relajándose un poco.
- Estado defensivo y estado ofensivo…habrá un término medio, pero lo tocamos poco. - comentó a lo que dijo ella, pareciéndole curioso que pensase que él era adaptable. - ¿A qué crees que me adapto? - se removió para terminar de colocarse a su lado, colocando mejor la almohada cuando dijo que tirársela era lo único que podía hacer. - Eso será si me la quitas…- respondió entornando los ojos con un media sonrisa retadora. Desvió la mirada desde sus ojos hacia abajo al notar un movimiento más fuerte, manteniendo allí su mano hasta que dejaron de dar patadas. Aquel momento compartido terminó de calmarle, aunque dudó con su propuesta. Se había estado separando las últimas noches para evitar confusiones, pero debía reconocer que le tentaba la idea de volver a aquello. Tal vez luego se arrepentiría, pero… - Ven aquí. - la invitó a acercarse más y a acomodarse junto a él, pasándole un brazo por encima. - Por esta noche.
- Día 5:
- Soltó un pequeño murmullo de satisfacción y relajación cuando la magia siguió deslizándose por sus músculos y huesos. Sabía que estaba usando su magia porque era un poco más fuerte que antes -Podrías…haberme llevado en brazos de forma normal…Era como un saco de patatas- Lo de la energía volvía a recordarle cosas y pensó que quizás…debía darle más estudio a ello, le preguntaría a él si había sentido la diferencia entre ambas sesiones aunque ahora no les pasara lo mismo exactamente.
Dejó escapar un pequeño sonido de reprobación cuando le dijo que no podría más pero no hizo nada más. Bastante le había ayudado de momento. Se estiró levemente para extender los músculos ahora un poco más relajados. Tras ello ladeó un poco la cabeza al sentir que marcaba ciertas zonas, terminó asintiendo aunque el tacto de sus manos cálidas y la magia habían despertado ciertos recuerdos que la hicieron estremecerse así que empezó a ponerse la túnica -Es grande- Le parecía una buena idea.
Ella pensó un poco en sí misma y se miró las manos un instante, alzando la izquierda donde tenía el anillo. Luego la derecha. Tenía tatuados ambos pero eran pequeños y le pareció un poco…artístico incluir el pentagrama de su mano derecha. Era la que generalmente le daba a Wthyr porque sostenía con la izquierda el báculo. Le mostró la mano derecha y volteó el rostro para mirarlo -Podría hacer el mío aquí y tenemos que elegir las runas que mejor funcionen entre nosotros- A él también podía hacérselo en la mano así que pasaron lo que restaba del día eligiendo las runas adecuadas y Catherine le contó lo que necesitaba para tatuarlo, para que pudiera pedirlo.
- Día 6:
- -Hacías eso conmigo- Le dijo entrecerrando los ojos al escuchar porqué le gustaba azuzar con su don de palabra -Ibas probando… en el Coliseo, poco a poco hasta que me hiciste perder la paciencia- Negó con la cabeza pensando que…aunque comprendía que era una forma de estudiar al enemigo le parecía atroz. Era…doloroso para la persona contraria enfrentarse a alguien así -No me lo hagas más- Lo de marcharse con prisa hizo que pusiera los ojos en blanco -Bastante que duré- Además, tenían prohibido reunirse con ellos porque había sido tras todo el tema de Giordano y Markus, pero eso no tenía que decírselo.
-No, no es recurrente. Me despertó en el barco y me dejó mal cuerpo- Le expresó pensando de nuevo en las sensaciones con las que se había despertado que la habían dejado rumiando cosas durante horas. Volvió la vista de su lienzo hacia él cuando mencionó que no le había despertado ninguna -Es la magia…Creo que de alguna forma, como estás aquí y estoy rodeada de esa fuente, mi cuerpo se relaja y mi mente desconecta- Pensó que podía ser la explicación pero luego negó con la cabeza como que no tenía claro porqué no se había despertado.
Paró de diseñar el boceto cuando le preguntó qué era, estaba trabajando en las luces y sombras de su propio rostro cuando lo hizo. Se quedó en silencio mirándolo durante un rato y luego volvió la vista hacia él con un gesto contrariado -El día del parto- Murmuró con un gesto serio y tenso antes de volver la vista hacia el cuadro -Estabais los dos, para mi paz, sin pegarse y sin querer arrancaros la puta garganta- Cogió el lápiz de nuevo, con los dedos tensos sobre él mientras miraba las formas y le daba cuerpo a su visión -Los bebés estaban bien, tú estabas con Zephyr en brazos, te reías. Ian con Aelin…Estabais tan concentrados que…no me oyeron cuando les pedí que no me dejaran dormir-
Se quedó en silencio de nuevo y volvió a mover el lápiz pero sin marcar nada en el lienzo -Y Morgana tomó posesión-
- Día 7:
Asintió con suavidad cuando repitió sus palabras. Tenían que pensarlo, meditarlo e incorporarlo. No eran culpables e Ian tenía razón en ello. Tenía que dejar de flagelarse con ello porque bastante estaba haciendo para resolverla.
-Hmmm…- Al oír aquella pregunta sobre la adaptabilidad se le quedó mirando -A…probar patatas fritas en tu exquisito paladar draconiano- Ladeó la cabeza buscando enumerar algunas cosas más en los meses que habían compartido -A que voy a tener mellizos. A que eres un cuarto de híbrido… Y a la insufrible de tu esposa destinada y maldita- Añadió con una leve sonrisa pensando que sí, que él también había tenido cosas que enfrentar y, la verdad, aún no sabía cómo lo hacía.
-Puedo pegarte con la mía- Le dijo entrecerrando los ojos al ver su sonrisa, mientras pasaba un brazo para alzar un poco su almohada pero luego accedió a eso de dormir abrazados aunque lo notó… dubitar un momento, lo que por un instante hizo que tensara los labios y estuviese a punto de darse la vuelta.
Pero finalmente, le dijo que se acercara y empezó a acomodarse entre sus brazos. Apoyó la cabeza en su pecho y le pasó un brazo por encima, escuchando lo de que era por esa noche. Decidió que no le gustó ese comentario y se movió hasta elevarse, apoyando su peso en el codo. Buscó su mirada y movió la cabeza como esperando una explicación -¿Por qué?-
- Día 6:
- - Sí. - para qué decir que no, si era lo que estaba haciendo desde el momento en que la conoció. - Digamos que te estaba tomando la medida. No fue solo en el coliseo…hubo más ocasiones. - era una especie de tira y afloja que habían mantenido, aunque a las alturas que estaban ya no le hacía falta porque sabía bastante de ella, conocía qué podía molestarle y qué no. - No te lo hice solo a ti, si te sirve de consuelo. En ese momento eras otra Descendiente más, aunque debo decir que me despertabas interés por encima de los otros. - luego hizo un gesto poniendo la mano en el pecho, como si jurase solemnemente que no volvería a usar esa táctica con ella.
Echó cuentas con lo del barco para saber cuándo había sucedido lo de la pesadilla, probablemente cuando él estaba poseído. Al no ser recurrente era más difícil analizarla. - Y...¿recuerdas lo que sucedía en ella? ¿quiénes estaban? - preguntó intentando sonar lo más desinteresado posible, como si no le inquietase el tema. Por suerte ella no se había despertado esas noches y, por tanto, no se había dado cuenta de que los sueños de él tampoco eran muy tranquilos. Le permitió tomarse su tiempo con el boceto y con la respuesta sobre lo que era, dejando de observarlo en cuanto le explicó que era el día del parto. Dejó el carboncillo que estaba usando y el boceto propio, centrando toda la atención en lo que le estaba contando.
La seriedad del rostro de Catherine era suficiente para saber que su sueño la perturbaba. La visión que describía le parecía inverosímil, estar los dos a la vez en la misma sala en ese día precisamente. Siguió escuchando con el corazón levemente encogido por la intriga de cómo terminaba aquella visión o sueño, porque sospechaba que acababa mal, aunque los niños pareciesen estar bien. Negó con la cabeza como queriendo decir que él no la ignoraría como para no escucharla, aunque sonaba como una de esas pesadillas en las que gritas y nadie te escucha. Su rostro se ensombreció a la mención de Morgana tomando posesión. Llevó la mano sobre la de Catherine, con la que estaba sujetando el carboncillo, dejándola encima para que se detuviera un momento.
- Eso no sucederá. Dijiste que habían solucionado aquello, después de que salieses del hospital cuando te envenenaron. No me contaste cómo, pero parecías muy segura. ¿Hay algo nuevo que no sepa? porque sería un buen momento para contármelo. - esta vez su seriedad no era para nada fingida, como cuando estaban en un tono más relajado o quería confundirla. Todavía recordaba el modo en que se había autoatacado cuando Morgana trató de poseerla, cómo le había implorado que no la dejase dormirse de nuevo.
- Día 7:
La enumeración de sus pequeños logros adaptativos le resultó hasta entrañable por su parte, como si hubiese reparado en aquellas cosas que no parecían mucho a simple vista. Ella le había enseñado sus extrañas comidas, y a pensar en los críos que venían como dos hermanos que tenían que crecer juntos. También le había ayudado en un momento de necesidad cuando no quería que se descubriesen sus orígenes de híbrido, y...poco a poco se había ido "acostumbrando" a tener a Catherine Le Fay cerca, por muy tortuoso e intenso que resultase. - Nos toleramos, a ratos. Doblemente malditos.- concluyó, los dos tenían sus cosas. Además...por su parte tal vez era algo más que tolerarla. Por eso la pregunta que le hizo le dejó bastante descolocado. ¿Se había dado cuenta? se había dado cuenta.
Ya estaban acomodados, con su brazo encima de él. Esquivar la pregunta iba a ser difícil. Desvió la mirada cuando ella la buscó, carraspeando un poco, visiblemente incómodo. Le ponía en un compromiso si tenía que explicar los motivos por los que había estado intentando guardar distancia. Podía inventarse algo, o dar rodeos, o simplemente decir que no se aclaraba ni él. Lo que fuese, pero tardar en contestar era peor. - Si me acerco demasiado...luego es más difícil. - sabía que estaba siendo un poco críptico, que aquella frase tampoco lo dejaba nada claro. - No ha salido bien otras veces. - se refería a otros acercamientos, o a otras mañanas en las que habían amanecido enredados y abrazados. Fijó la vista en el techo, pasándose la mano libre por la frente para echarse el pelo hacia atrás.
- Día 6:
- Al oír aquello de que no era la única, asintió…Era comprensible, imaginaba que lo había intentado con todos los miembros del Consejo para saber cómo jugar sus cartas en el “juego de tronos”. Supuso que ella, pese a todo, era más bien ignorante en el tema político. Supuso que Altair sí que había recibido ese tipo de educación. Aún así, se sorprendió de que dijera que le había llamado la atención pero entonces cayó en cuenta de algo -Ya…Le Fay, Pendragon, Morgana, Arturo, historia, blablabla. Normal- Dijo alzando los hombros como restándole importancia.
Al escuchar su pregunta sobre la pesadilla, Catherine se tensó visiblemente. Recordarlo aún le daba escalofríos tanto por la escena como por lo que había sentido -Tú- Murmuró -No recuerdo a nadie más… Pero había sangre, demasiada sangre y… Te morías…y decías algo, pero no recuerdo el qué- Apretó el lápiz entre sus dedos frunciendo el ceño -Sentí…- Subió la mano hasta su pecho y de allí a su garganta, recordando el agobio y la asfixia -El dolor y… lo rota. Me sentía tan rota. Era…desesperanzador- Sentía que el pulso se le había acelerado de sólo recordar cómo se había despertado -Desasosiego y… tanto dolor- Agitó un poco la cabeza para volver al presente, tratando de espabilarse y olvidarse de eso -Una pesadilla horrorosa- Resumió.
Y la cuestión no paraba allí, cuando le pidió que le explicara, la visión seguía poniéndole los pelos de punta así que cuando Wthyr detuvo su mano, volvió los ojos hacia él con un gesto serio -Ian llevó el dispositivo a la zona anti magia. No debería funcionar…- Le explicó a Wthyr y entonces soltó el aire en un suspiro exasperado -¿Pero qué pasa si dejó algo en mi? ¿Si sólo está esperando el momento en el que esté débil?- Eso era lo que realmente había pensado cuando despertó allí -¿Y si es tan poderosa que la anti magia no la detiene?-
- Día 7:
-Es una forma de decirlo, sí- Durante esa semana se había dado cuenta que, como personas, solían conversar y hablar con bastante facilidad. También en temas relacionados a la magia y asuntos de familia. El detalle venía cuando tocaba discutir temas de política, de expansión y de todo lo que tuviese que ver con el reinado. Allí es cuando su educación entraba en juego y también la escasa que tenía Catherine, más allá de todo lo que podía haber aprendido como Descendiente.
Era extraño verlo incomodarse con una pregunta de ella aunque durante esa semana había visto varias facetas de él de forma más natural. Se quedó en silencio, esperando que pudiera decirle exactamente lo que pensaba. Lo que le dijo hizo que frunciera un poco el ceño. A punto estuvo de preguntarle si era mucho problema porque él madrugaba y ella estaba un poco más soñolienta y pesada pero entonces la segunda frase hizo que captara mejor por donde iba.
Se quedó en silencio pensando un poco cómo reaccionar a ello. Wthyr nunca había sido cuidadoso de guardar sus deseos respecto a lo que sentía por ella. La atracción era mutua y tenían su propio acuerdo. A su… manera. Ella le había sido sincera desde el principio porque Ian era quien ocupaba su corazón pero tras las últimas conversaciones con él, la aceptación de que en el futuro su relación no sería nada como lo esperaba había cambiado la forma de pensar de Catherine. Se mordió el labio inferior y luego tomó una larga inspiración -Pensé que… habíamos quedado en ver qué podía ser esto- Se había puesto un poco nerviosa de repente. Se incorporó un poco más, hasta sentarse, para apartarse el pelo de la cara y ponérselo detrás de las orejas. Se sentía incómoda ahora tras haber pedido eso y más aún de cuestionarle cuando ella había puesto todos los impedimentos una y otra vez.
-No era algo personal, Wthyr… - Tensó los labios y luego soltó el aire despacho -Descubrí mis poderes telepáticos a través del tacto, cuando era muy pequeña y escuché muchas cosas de parte de mi madre que…me generaron que me diera repelús tocar a la gente o que me tocaran. Con el tiempo aprendí a controlar mis poderes pero mis…mi… forma de ser ya estaba moldeada- Luego frunció el ceño y le miró -La primera vez que me tocaste robaste mi energía mágica y entré en una desesperación horrible porque temía eso… Luego, cada vez que me tocabas sentía que iba a explotar por dentro con energía, con… poder y temía que pudieras leerme la mente. Que te dieras cuenta de que tenías razón y que sí…estaba atraída hacia ti, hacia tu magia… Y eso me confundía- Volvió la vista hacia él alzando los hombros -No me pasó con nadie nunca. No sabía cómo encajarlo en mi vida cuando todo se estaba cayendo a pedazos-
Acabó por guardar silencio un momento, tomando una profunda respiración y luego expiró lentamente -Sé que puse límites y que eso…ahora pasa factura pero… Pensé que había quedado claro que estaba abierta a… ver lo que podíamos llegar a ser- Llevó una mano a su pecho como deteniéndolo para que no hablar -Entiendo tu posición y la respeto y si te incomoda no lo hacemos, no es necesario...Tu me respetaste, es lo menos que puedo hacer- Volvió para mirarle a la cara y que entendiera que realmente comprendía lo que estaba sucediendo -Podemos seguir dando pequeños pasos, eso es suficiente. No tenemos que obligarnos ni pretender nada que no queramos.-
- Día 6:
- Al menos podrías fingir que te sorprende. - arqueó una ceja cuando le soltó que ya lo sabía, que era obvio por la historia de los apellidos. Sí, eso había sido importante, pero no fue lo único. Había otras cosas que le habían llamado la atención. El ambiente en la habitación se había vuelto más sombrío desde que comenzaron a hablar de visiones y pesadillas, sobre todo cuando le confesó qué era lo que la despertó aquella mañana en el barco. Wthyr palideció al escuchar que era él quien moría en el sueño, recordando una de las muchas imágenes que habían pasado por su mente mientras estaba medio inconsciente en el estanque de sangre. Parecía un presagio, aunque algunas de las cosas que había visto ya habían sucedido y otras simplemente no estaban nada claras.
- Estaba en el suelo en la sala del trono...en tus brazos. - murmuró como si continuara lo que ella decía, aunque en ese momento ni la estaba mirando. Se había quedado con la vista fija al frente. Tardó algunos segundos en reaccionar, retornando un poco al escuchar que aquella pesadilla le había resultado dolorosa. Finalmente suspiró, tratando de quitarle algo de importancia a pesar de que era muy paranoico con esos temas. - Eso quiere decir que en el fondo me echarías de menos. - intentó sonar como cuando la provocaba, pero no lo consiguió. Se sentía raro con aquello porque últimamente le pasaban mucho ese tipo de cosas. Si se ponía a contarle todo lo que había visto podría ponerla nerviosa, y no era la mejor idea precisamente cuando iba a aclararle el asunto de Morgana.
- Entonces se llevó el objeto que contiene su alma para que no pudiese activarse...supongo que a la zona antimagia de Londres, es la más cercana. - Wthyr también la conocía, había estado allí en la misión para destruir el núcleo de la IA. Esa solución parecía un simple parche, pero a largo plazo no serviría. - No, si está ahí no es posible que se active. Esa zona anula por completo la capacidad mágica. - la otra posibilidad era la que le inquietaba, que hubiese usado a Catherine como un segundo recipiente. Por eso no respondió de inmediato, solo tomó su mano entre las suyas, abriendo la palma de su mano con suavidad como si la estuviese examinando, centrándose en su esencia mágica. ¿Sería capaz de detectar una presencia que fuese ajena a ella, en caso de que hubiese algo?
- Aquella vez no pudo hacerse contigo, recuérdalo. La echaste. Incluso si de verdad hubiese dejado algo en ti...No te rendirás ni sucumbirás. Nos aseguraremos de que no te encuentre débil, aunque para ello necesites drenar mi energía y la del Sanguis juntos. - cerró su mano sobre la suya, con convicción. - Su tiempo ya pasó. Lo que tenemos que hacer es destruirlo de manera definitiva. - fue entonces cuando recordó el primer día en las cuevas, cuando Catherine despertó antes que él y se la encontró diciendo cosas extrañas sobre poseer y reina de Ávalon. La miró como si acabase de caer en la cuenta de repente. - Tú...creías que te había encerrado. Creías que estabas hablando con ella...¿por qué pensaste eso?
- Día 7:
Supo que había estropeado el momento en cuanto la vio incorporare para sentarse en la cama. Hubiese sido más útil quedarse callado, o fingir que se estaba durmiendo, pero no, tenía que responder. Al final él también se incorporó, con un quedo sonido de resignación. Sí, en teoría claro que habían quedado en ver cómo se desarrollaba todo, pero en cuanto él se dejaba llevar un poco se encontraba con aquella especie de muro.
- No es eso. - se apartó un poco las mantas porque le estaba dando calor, frunciendo el ceño incómodo mientras la escuchaba. Eso podía entenderlo, que le costase el contacto físico por su historia y sus poderes, y también el desastre del primer encuentro en el que se puso a absorber toda su magia. La atracción y la confusión la había experimentado él mismo, así que hasta ahí coincidía también, y le encajaba perfectamente con el tiempo que estuvo esquivándole después de los encuentros con el Sodoma. - Lo sé. No hace tanto que lo admitimos. Yo di el primer paso, porque no tenía sentido que actuase como si no pasara nada. No era fácil disimular ciertas miradas. - pero resultaba que los dos estaban cortados por el mismo patrón y les costaba demasiado reconocer lo que les sucedía. - Sí, algo así acordamos. - Iba a decir algo más, pero se detuvo cuando Catherine llevó la mano a su pecho como pidiéndole que le dejase terminar.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que le había malinterpretado por completo, lo que le dejó con cara de perplejidad total. ¿De verdad lo había tomado como que era él quien se sentía incómodo si se acercaba? ¿Creía que se sentía obligado? no sabía si echarse a reír por aquello o soltar un gruñido de frustración. Si en ese momento se hubiese puesto a leerle la mente, hubiese encontrado un gran "no te enteras de nada, Le Fay".
- Mira...da igual, déjalo. Se ve que no me he explicado bien. No es incomodidad, es...- hizo un gesto de no saber cómo terminar la frase, regruñendo después mientras se retiraba las mantas porque ahora sí que no se iba a poder dormir. Se fue a sentarse al borde de la cama, pensando que lo mejor sería volver más tarde. Por un lado era preferible que no hubiese leído entre líneas, pero por otro...la llevaba a pensar de manera errónea. - Duerme. Voy a preparar algunas cosas para la visita de mañana, vendrán temprano. - se puso en pie sin darse la vuelta, encaminándose hacia la salida de la estancia
- Día 6:
- Ladeó la cabeza con un gesto de confusión al oír aquello de que podría fingirlo -¿Por qué? Generalmente la gente se fija en mí por mi apellido- Alzó los hombros como restándole importancia -Umm.. - Luego sonrió de lado -Y luego me rehúye por la misma razón… Y mi cara- Así que realmente era más o menos como había sido su relación si no hubiesen acabado enredados gracias a la maldición.
Tras eso empezó a recordar la pesadilla, que seguía siendo produciéndole sentimientos encontrados porque nunca había conocido un dolor igual. No ayudó para nada que él completara aquello que ella no había dicho. Catherine sintió que se le encogía el corazón y se le helaba la sangre en las venas, pese a que su corazón latía con más fuerza -Sí…- Dijo en un hilo de voz -¿Cómo? ¿C-cómo lo sabes?- Empezaba a tener un mal presentimiento que la llevó a restregarse la mano en el corazón. Su comentario…No parecía del todo jocoso y Catherine no estaba para chistes -Rota- No sabía si estaba explicándose bien, frunció el ceño -Estaba rota- Repitió.
El tema del laberinto tampoco le ayudaba demasiado pero asintió a eso de que Ian se lo había llevado -Sí…Lo pensó después de que redujera la expansión de la maldición de Aedan- Wthyr sonaba bastante más seguro de que no se activaría pero Catherine empezaba a estar intranquila al respecto. Su silencio… no le ayudaba a calmar su miedo pero dejó que tomara su mano, sin saber muy bien que estaba haciendo.
Cuando comenzó a hablar, suspiró un poco pensando que ella nunca tomaría la energía de Wthyr pero la del Sanguis… -¿Crees que debería dar a luz aquí? Pensé que lo haríamos en Ouroboros…aunque…- Frunció el ceño negando con la cabeza -Aunque…será en unos pocos días al salir…Y está el tratado- Estaba empezando a entrarle un poco de ansiedad, sentía que la conversión del tiempo estaba jugando mucho con su cabeza -Sí…Pero no sé cómo, Sean tiene a Excalibur, así fue como maté a la serpiente-
Notó el cambio en el rostro de Wthyr y pensó que había encontrado una solución pero su pregunta hizo que cerrara los ojos, echando la cabeza hacia atrás para apoyarla en el cabecero, soltando un leve suspiro -Porque este lugar tiene la misma estética, luces…ausencia de sonido, poder mágico…al lugar donde me reúno con ella- Se llevó la mano libre a la cara, cerrando la otra sobre los dedos de Wthyr -Tenía miedo de que nos hubiese encerrado a los dos porque la mentaste en el templo… Como si la hubieses despertado, después pensé que tú eras una ilusión en el laberinto…
- Día 7:
Se percató de que lo había incomodado más cuando se quitó las mantas así que tensó los labios arrepentida de soltar toda esa retahíla pero… tenía que decírselo para que comprendiera parte de sus reacciones. Las otras eran, simplemente, que no se llevaban bien y muchas veces le había mirado los gestos sardónicos y quería cruzarle la cara con un cachetazo.
Se perdió un poco cuando dijo que no era eso. ¿Entonces qué? Quedó un poco confundida y lo que dijo después no le ayudó demasiado porque parecía que estaban en la misma página. Simplemente, ver qué sucedía. Y estar contentos con lo que fuese… Aliados, compañeros, padres, lo que fuese. No sabía si una relación romántica como la que él había tenido con Dana o ella con Ian pero eso no quitaba que se pudieran apreciar y cuidar el uno al otro.
Tras eso se quedó perplejo y Catherine seguía sin entender muy bien qué estaba sucediendo -¿Qué? ¿Qué es? No lo entiendo- Alzó las cejas como instándolo a responder porque si tenían un acuerdo…¿Por qué demonios se ponía de esa manera? Lo vio empezar a salir de la cama y fue su momento de quedarse asombrada por la forma en la que estaba huyendo…
Estaba huyendo.
Ignoró eso de que “durmiera” como si tuviera que seguir sus órdenes. Movió una mano para cubrir la puerta con oscuridad, convocando allí mismo sus elementales que se sentaron cual guardianes y clavaron sus pupilas moradas en Wthyr con un gesto muy claro: No vas a ninguna parte, amigo.
-Así se siente- Le dijo cruzando los brazos sobre el vientre con un gesto serio -Cuando tienes algo atrapado en la garganta y no sabes cómo decirlo sin sentirte vulnerable. Quieres huir para no enfrentar la situación que te hace sentir así…Y alguien te obliga a quedarte. No vas a ningún lado Wthyr, esta es la venganza que me pediste. Te vas a quedar y me vas a decir qué es lo que está pasando. ¿Quién es el cobarde ahora?-
- día 6:
La confirmación por parte de Catherine no hizo más que darle más importancia a aquellos sueños o visiones. De algún modo esperaba que lo que ella había visto no fuese exactamente igual, pero el modo en que respondió no dejaba lugar a dudas. - Porque yo también lo vi...cuando estaba en el templo. - no fue lo único que vio, pero eso junto con el llanto y la cuna vacía eran los que más le habían inquietado. Por eso mencionó a Zephyr nada más despertar. - Me estaba despidiendo de ti. - añadió en voz baja cuando dijo que estaba rota, notando él también una desagradable sensación de desasosiego en el pecho.
No soltó su mano mientras hablaban del tema de Morgana, quedándose pensativo porque hasta ese momento no se había parado a pensar dónde sería el nacimiento. Era cierto, estarían a punto de nacer en cuanto salieran de allí, debían empezar a plantearse ese tipo de cosas. - Estoy vetado en Ouroboros, no me permitirían ir contigo, no después de la batalla y todo lo que pasó. - no estaba seguro de si aquel lugar sería mejor en caso de que se presentase alguna complicación, pero tampoco las tenía todas consigo sobre quedarse en Ávalon. La energía del Sanguis podía ayudar, pero tampoco conseguía quitarse otra imagen de la cabeza. Al final no pudo callarse y tuvo que soltarlo. - Tuve otra pesadilla. Estabas frente al Sanguis, lejos de mí...parecías a punto de dar a luz. No pude llegar a tiempo, te engulló. - tragó pesadamente, negando despacio con la cabeza. - Sé que no tiene sentido y que probablemente sean temores infundados, pero debías saberlo. - como fuese, lo mejor sería que el parto se desarrollase más lejos del árbol, tal vez en el templo, aunque la última palabra la tendrían ella y la sanadora que la atendía.
- Ese desgraciado...- era mentarle al cobarde aquel y se cabreaba. De todos modos la espada no era imprescindible. - Te olvidas del fuego de dragón. Es suficiente para destruir ese tipo de artefactos. Además, qué mejor final que acabar con ella por medio de los dragones Pendragon. - la explicación de Catherine sobre las cuevas y su relación con Morgana le llamó bastante la atención, sonaba a que era un lugar que conocía y podía haber reproducido mediante ilusiones. - Tendría sentido que ambos lugares se pareciesen. Después de todo ella estuvo aquí...Arturo fue sepultado aquí. Podías haberme contado eso antes.- la palabra laberinto también captó su atención, porque eso era precisamente lo que parecían las cuevas, con cientos de galerías y cámaras. - Esto es como un laberinto. Conocerás cada uno de sus rincones y secretos, así sabrías salir incluso aunque te encerrase en su ilusión.- terminó soltando su mano, levantándose de la cama para coger el papel y el carboncillo que había usado. Lo puso sobre la mesilla de al lado, señalándolo con el dedo. - Aquí irás dibujando lo que recorramos cada día. Tendrás tu propio mapa. -
- Día 7:
Era evidente que la había confundido bastante con su reacción, que ella no entendía por qué estaba rehuyendo en dar explicaciones. Wthyr maldijo internamente por haber añadido aquello de "por esta noche", porque si no hubiese dicho nada ahora estarían tranquilos en la cama. Lo último que se esperaba era que le cortase el paso con sus elementales y un manto de sombras cubriendo la puerta, aquel movimiento no lo había visto venir ni lo había previsto de ninguna manera.
Pensó que simplemente se marcharía, que ella luego estaría distante, y poco más. Por suerte Catherine no pudo ver el gesto de sorpresa ante aquello, para cuando se giró ya había dominado un poco esa expresión. Lo hizo lentamente, inspirando despacio tras hacer un sonido de desdén hacia los lobos elementales que le miraban como perros de presa.
- Déjame salir. Ahora. - ordenó marcando bien cada palabra, entornando un poco los ojos. Su "así se siente" era la clave de que le estaba devolviendo aquellas veces que él la había retenido cuando escapaba. Empezó a temer que le estuviese leyendo la mente porque estaba describiendo detalle a detalle cómo se sentía él en ese momento, pero lo descartó porque ya sabía cómo era una intromisión mental, y no se lo estaba haciendo. Cerró los puños mientras desviaba la mirada hacia otro lado, todavía parado de espaldas a la salida. Soltó un sonido entre irónico y dolido cuando le recordó lo de la venganza y lo de cobarde.
- Bien jugado, Le Fay. Aprendes rápido. - replicó en tono arrogante, dando a entender que su maniobra había estado a la altura de las artimañas que había llevado a cabo él. Acabó enfrentando su mirada, sintiendo que el corazón se le aceleraba un poco. Maldita sea, ni siquiera era capaz de darse cuenta de que él se estaba conteniendo constantemente cuando tenían algo más de contacto. Se pasó una mano por la cara de arriba a abajo, como debatiéndose entre ser sincero y quedar expuesto o inventar alguna mentira que le permitiese seguir escudándose tras ella, al menos hasta que fuese capaz de confesar en voz alta lo que incluso le costaba confesarse a él en su fuero interno.
"¿Qué quieres que te diga? ¿Que no me basta con lo que acordamos? ¿Que detesto que me de rabia estar por detrás del otro? ¿Que temo acercarme a ti por si se convierte en algo más que atracción? y si eso pasa, no va a ser mutuo."
- Lo cierto es que...- comenzó como si no supiese el modo en que terminaría la frase, echando la cabeza hacia atrás levemente como si estuviese buscando la respuesta en el techo.
"No puedo hacerlo. No quiero necesitarte porque no puedo tenerte."
- Nada. No pasa nada. - volvió a mirarla, soltando el aire lentamente mientras se decidía por la mentira. Al menos tenía que ser una creíble, algo que pudiese encajar mínimamente. - Es por no molestarte. Últimamente me despierto varias veces por las noches...supongo que toda esa mierda de los demonios tuvo algo que ver.- vale, eso era cierto, podía servir. Hacía falta alguna cosa más para justificar la espantada. - Y...a veces también me viene algún que otro recuerdo de cuando llevábamos los rubíes...- dejó caer al final, esperando que eso colase y dejase de hacerle preguntas. - ¿Satisfecha?
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Probabilidad:
Éxito (es sincero)
Fallo (le miente)
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
'Probabilidad' :
- Día 6:
- Las palabras de Wthyr hicieron que le bajara un escalofrío por toda la columna. Eso…Eso no podía ser coincidencia. Pero…¿Qué era? Se había quedado sin palabras mientras lo miraba, escuchando aquello de que se estaba despidiendo de ella. La sensación de agobio no mermó, era un asunto que le ponía los pelos de punta. Más aún si… -Quizás…te lo…traspasé. Intentaba despertarte… Q-quizás mi campo telepático se abrió de alguna forma y al verte allí, como estabas…disparó el recuerdo- Dijo en un vano intento por tranquilizarlos pero no pareció surtir mucho efecto.
-Me importa una mierda que estés vetado de Ouroboros y me importa dos más el Consejo. Yo sigo siendo una Descendiente y no me van a impedir que el padre de uno de mis hijos esté ahí… Que lo intenten- Dijo frunciendo el ceño con un tono un poco más rebelde de lo que esperaba pero era la más pura realidad.
Al oír que había tenido otra pesadilla, ladeó la cabeza y escuchó sintiendo de nuevo opresión en el pecho. Era su miedo…era el miedo de ambos. El destino de sus padres con el peso de la maldición. Bajó la mirada pensativa -El hospital de Ouroboros está lejos de su Sanguis…No ocurrirá- Apretó su mano de vuelta tratando de darle fuerza a sus palabras.
Tras la explicación sobre Excalibur, cerró los ojos al oírle insultarlo, sobre todo porque su “pérdida” aún estaba muy reciente. Los abrió al oír aquello del fuego de dragón pensando que eso… sería hasta poético -Podemos intentarlo- Sí, había que hacerlo.
Ella había sacado las mismas conclusiones de Wthyr respecto a la inspiración de Morgana para crear el laberinto -No lo creí relevante- Murmuró respecto a lo del laberinto antes de oír que ese sitio también era parecido a uno. La idea de poder dibujar un mapa del lugar le parecía una nueva forma de sentirse más segura si es que alguna vez volvía a ver a la antigua bruja. Asintió levemente -Tenemos trabajo que hacer entonces- Murmuró y así se quedaron hablando sobre teorías, sueños y visiones mientras dibujaban.
- Día 7:
Le sostuvo la mirada cuando se giró hacia ella y al oír su orden no se inmutó en lo más mínimo porque… Ella no seguía sus órdenes. Apenas y seguía las de Matvey y, generalmente, cuando iban acompañadas de un golpe de báculo. Tampoco hubo un gran cambio en su expresión al oír el halago porque lo veía…pelear consigo mismo. Los puños, la mirada esquiva -Tengo un buen maestro- Soltó sin más.
Tensó los labios un poco al verlo estrujarse la cara porque no quería que se sintiera ahogado pero… A ella le había pasado y había empujado sus límites para ir a por más, para salir de su zona de confort y ser consciente de lo que iba a ser su realidad ahora. Él también debería.
Esperó que completara la frase pero entonces se quedó en el aire, Catherine entrecerró los ojos. ¿Estaba buscando las palabras o estaba inventándoselas? -Mentira- Le soltó de pronto cuando dijo que no pasaba nada porque no le creía ni un ápice. Desde el momento en el que le había besado en el barco se había vuelto más frío y distante, Catherine no lo comprendía. ¿Por qué cuando era ella la que se atrevía, él le rehuía?
Lo de las pesadillas hizo que ladeara la cabeza -No me lo contaste ayer- Mencionó porque lo cierto es que estuvieron hablando mucho de las visiones y de los sueños que habían estado teniendo. Es más, temprano en aquella conversación le había señalado que ella no se había despertado. ¿Por qué no le dijo que él sí?
Se quedó en silencio cuando dijo lo siguiente pero aunque le subieron los colores no apartó la mirada. Tampoco respondió durante un momento a su pregunta. No, no estaba satisfecha. Y no le creía tampoco. Lo de las pesadillas podría habérselo contado ayer… Y ambos habían concordado en que cuando dormían juntos era mucho más relajado y casi no tenían sueños.
Lo del rubí… Ella también tenía recuerdos. Claro que los tenía. Es más, tenía hasta dudas que preguntarle pero no había encontrado realmente la valentía para decírselo -No te creo- Respondió finalmente -Cuando dormimos juntos generalmente no tenemos sueños horrorosos y, además, podrías haberlo contado ayer cuando estuvimos hablando de las pesadillas. ¿Y lo de los rubíes? ¿Desde cuando te contienes al respecto? ¿Crees que soy estúpida y que no percibo la forma en la que me miras a veces? ¿Crees que porque soy bastante más reservada que otras mujeres no entiendo que un hombre puede despertarse con…- Bueno, no iba a decir la palabra erección así que frunció el ceño un momento mientras buscaba las palabras -...necesidades? Sé que no estamos allí aún, bueno…No lo sé- Dijo poniendo los ojos en blanco porque ella tenía preguntas que hacer y la atracción seguía ahí -¿Crees que eres el único que lo siente?- Por supuesto que tenía las mejillas coloradas y al decir esa frase acabó enfurruñada y apartando la mirada porque le costaba admitir ese tipo de cosas.
Acabó por chistar por lo bajo negando con la cabeza - Desde que te besé en el barco te estás comportando como un arisco. No lo entiendo- La verdad es que no debieron haber ido a Italia nunca, no juntos al menos. Él había sido el que peor parado había salido. Pero recordó que mientras para ella había sido todo un paso para él no había sido nada. Volvió a poner los ojos en blanco y se llevó las manos a los ojos, presionándolos un poco -Si no me dices qué es lo que pasa, no puedo solucionarlo porque es que no sé cual es el problema- Maldita inexperiencia en las malditas relaciones.
¿Le cree?: Éxito = sí. Fallo= no
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El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Día 7
Demasiado "buen maestro", en su opinión. Ahora se las devolvía. Claro que la culpa era suya por haberle dicho que se tomase la revancha. Se apartó un par de pasos de la entrada y de los elementales, asumiendo que aún quedaba conversación, una que no sabía cómo terminaría. - Claro que no te dije nada ayer. Ya eran demasiadas cosas, no iba a ponerme a contarte todas las de todas las noches. - hizo un sonido de hastío, el primer día fue el único que durmió entero, en parte por el cansancio y en mayor parte por la poción que se tomó. - No era tan importante como lo demás. Será cuestión de tiempo, supongo.- estaba claro que alguna huella debía dejar pasar por aquellas dos posesiones y el resto de cosas con las que había lidiado la semana anterior, por eso pensaba que lo de dormir mal era lo de menos.
Había esperado que el comentario de los rubíes la disuadiera de seguir preguntando, y creyó que lo había conseguido en cuanto la vio sonrojarse. Pero no, volvió a la carga. - Pues no me creas. Te estoy diciendo la verdad. Ya te he explicado por qué no te lo conté, y para tu información...todas las noches me iba al extremo de la cama. - así que de dormir "juntos" nada. Se cruzó de brazos, negando con la cabeza. No podía recordar el momento exacto en el que había comenzado a contenerse, porque había sido un cúmulo de gestos y ocasiones en las que él daba un paso y ella no le respondía como quería. - Desde hace bastante. Tal vez desde después de la coronación. Y sobre todo desde lo de hace unos días en el barco. - suspiró con exasperación cuando le preguntó si creía que era estúpida, obviamente sabía que no, y que las miradas no inocentes se notaban.
- No me puedo creer que estemos hablando de esto. - se quejó con incomodidad al escuchar que entendía que pudiese despertarse con "necesidades", el eufemismo que Catherine había decidido usar. Esperaba que solo lo supusiese y que no se hubiese dado cuenta nunca. Aún así le sorprendió la confesión de que él no era el único que lo sentía, dándole a entender que a ella también le pasaba. Hasta le había apartado la mirada y se le habían encendido aún más las mejillas. - Entonces también te pasa, pero lo reprimes, por todo lo que ya hemos hablado. - por el otro, principalmente, y porque le costaba bastante llegar a esa intimidad sin que hubiese nada de por medio empujándole a buscarla. Había avanzado otro par de pasos hasta la cama, quedando bastante cerca. Era tal y como estaba diciendo, desde el barco estaba más esquivo.
- Ya lo sé. Es por el bien de ambos. Por hoy no puedo decirte nada más. - añadió de manera escueta, casi enigmática. Notaba que la estaba desesperando a cada gesto que hacía, y él empezaba a sentirse un poco encerrado en aquella habitación. - Y que yo sepa no he dejado de hacer nada que no hiciésemos antes, excepto dormir cerca. - puntualizó, sabiendo que la iba a decepcionar con la respuesta. Aún así, no estaba listo todavía para ser más claro con ella. No era el momento...
Demasiado "buen maestro", en su opinión. Ahora se las devolvía. Claro que la culpa era suya por haberle dicho que se tomase la revancha. Se apartó un par de pasos de la entrada y de los elementales, asumiendo que aún quedaba conversación, una que no sabía cómo terminaría. - Claro que no te dije nada ayer. Ya eran demasiadas cosas, no iba a ponerme a contarte todas las de todas las noches. - hizo un sonido de hastío, el primer día fue el único que durmió entero, en parte por el cansancio y en mayor parte por la poción que se tomó. - No era tan importante como lo demás. Será cuestión de tiempo, supongo.- estaba claro que alguna huella debía dejar pasar por aquellas dos posesiones y el resto de cosas con las que había lidiado la semana anterior, por eso pensaba que lo de dormir mal era lo de menos.
Había esperado que el comentario de los rubíes la disuadiera de seguir preguntando, y creyó que lo había conseguido en cuanto la vio sonrojarse. Pero no, volvió a la carga. - Pues no me creas. Te estoy diciendo la verdad. Ya te he explicado por qué no te lo conté, y para tu información...todas las noches me iba al extremo de la cama. - así que de dormir "juntos" nada. Se cruzó de brazos, negando con la cabeza. No podía recordar el momento exacto en el que había comenzado a contenerse, porque había sido un cúmulo de gestos y ocasiones en las que él daba un paso y ella no le respondía como quería. - Desde hace bastante. Tal vez desde después de la coronación. Y sobre todo desde lo de hace unos días en el barco. - suspiró con exasperación cuando le preguntó si creía que era estúpida, obviamente sabía que no, y que las miradas no inocentes se notaban.
- No me puedo creer que estemos hablando de esto. - se quejó con incomodidad al escuchar que entendía que pudiese despertarse con "necesidades", el eufemismo que Catherine había decidido usar. Esperaba que solo lo supusiese y que no se hubiese dado cuenta nunca. Aún así le sorprendió la confesión de que él no era el único que lo sentía, dándole a entender que a ella también le pasaba. Hasta le había apartado la mirada y se le habían encendido aún más las mejillas. - Entonces también te pasa, pero lo reprimes, por todo lo que ya hemos hablado. - por el otro, principalmente, y porque le costaba bastante llegar a esa intimidad sin que hubiese nada de por medio empujándole a buscarla. Había avanzado otro par de pasos hasta la cama, quedando bastante cerca. Era tal y como estaba diciendo, desde el barco estaba más esquivo.
- Ya lo sé. Es por el bien de ambos. Por hoy no puedo decirte nada más. - añadió de manera escueta, casi enigmática. Notaba que la estaba desesperando a cada gesto que hacía, y él empezaba a sentirse un poco encerrado en aquella habitación. - Y que yo sepa no he dejado de hacer nada que no hiciésemos antes, excepto dormir cerca. - puntualizó, sabiendo que la iba a decepcionar con la respuesta. Aún así, no estaba listo todavía para ser más claro con ella. No era el momento...
Entendía que no quisiera añadir más peso al tema de las pesadillas con lo que le estaba pasando y sí, realmente, tenía que dejar pasar un tiempo porque le habían ocurrido varias cosas y su cabeza necesitaba procesarlas. Además, los demonios siempre encontraban la forma de retorcer todo usando los miedos en contra de sus recipientes.
Siguió escuchando cómo defendía su argumento, poniendo los ojos en blanco cuando mencionó que siempre se iba al extremo de la cama. Se sentía frustrada porque cuando ella daba un paso adelante él daba otros más hacia atrás. Al escucharlo que se había estado conteniendo bastante…Y la mención de la coronación recordó el instante en el dragón en el que él la había observado y… sí, había sido un momento íntimo que ella había cortado al darle un beso en la mejilla y luego habían discutido un poco. Seguramente, se había sentido como ella se sentía ahora.
-¡Es lo que te estaba diciendo!- Le espetó exasperada cuando dijo que a ella también le pasaba -No podía comprender cómo podía sentirme atraída hacia ti y… y… ¡CLARO QUE LO REPRIMÍA!- Terminó por explotar, moviendo las manos en un aspaviento de clara frustración. Se acordó de que… debía tranquilizarse, que ese tipo de situaciones no era lo que debía buscar en ese momento. Así que… respiró profundamente, cerrando los ojos, sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta de las ganas de gritar que tenía.
Las siguientes frases de Wthyr no le ayudaron en nada. ¿Por el bien de ambos? ¿De qué iba eso? ¿Qué quería decir? Pero estando tan cerca de salir de aquella cama de una vez no podía arriesgarse a que Anteia le dijera que bajara el estrés y mantuviera el reposo absoluto. Movió la mano con suavidad y la pared de oscuridad se fundió con el resto de sombras de la habitación. Los elementales se acercaron hacia la cama y se acostaron en el piso, uno con la mirada hacia Catherine y otro con la mirada hacia la puerta como vigilando la entrada -Ok- Dijo empezando a acomodarse en un extremo de la cama de peor humor que en toda aquella semana porque no entendía para nada en qué página estaban pero no iba a perder el tiempo hablándole a la pared. Se acomodó las mantas y metió el brazo debajo de la almohada antes de cerrar los ojos e intentar dormir.
Siguió escuchando cómo defendía su argumento, poniendo los ojos en blanco cuando mencionó que siempre se iba al extremo de la cama. Se sentía frustrada porque cuando ella daba un paso adelante él daba otros más hacia atrás. Al escucharlo que se había estado conteniendo bastante…Y la mención de la coronación recordó el instante en el dragón en el que él la había observado y… sí, había sido un momento íntimo que ella había cortado al darle un beso en la mejilla y luego habían discutido un poco. Seguramente, se había sentido como ella se sentía ahora.
-¡Es lo que te estaba diciendo!- Le espetó exasperada cuando dijo que a ella también le pasaba -No podía comprender cómo podía sentirme atraída hacia ti y… y… ¡CLARO QUE LO REPRIMÍA!- Terminó por explotar, moviendo las manos en un aspaviento de clara frustración. Se acordó de que… debía tranquilizarse, que ese tipo de situaciones no era lo que debía buscar en ese momento. Así que… respiró profundamente, cerrando los ojos, sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta de las ganas de gritar que tenía.
Las siguientes frases de Wthyr no le ayudaron en nada. ¿Por el bien de ambos? ¿De qué iba eso? ¿Qué quería decir? Pero estando tan cerca de salir de aquella cama de una vez no podía arriesgarse a que Anteia le dijera que bajara el estrés y mantuviera el reposo absoluto. Movió la mano con suavidad y la pared de oscuridad se fundió con el resto de sombras de la habitación. Los elementales se acercaron hacia la cama y se acostaron en el piso, uno con la mirada hacia Catherine y otro con la mirada hacia la puerta como vigilando la entrada -Ok- Dijo empezando a acomodarse en un extremo de la cama de peor humor que en toda aquella semana porque no entendía para nada en qué página estaban pero no iba a perder el tiempo hablándole a la pared. Se acomodó las mantas y metió el brazo debajo de la almohada antes de cerrar los ojos e intentar dormir.
La forma en que todo se torció sólo podía acabar de una manera, y una no precisamente buena. Le echó una mirada indignada, bastante molesto. - ¿¿Tan raro era que pudieses sentirte atraída como para no comprenderlo?? ¡Lo haces sonar como algo malo! - espetó con frustración mientras se acercaba un par de pasos, dejándolo ahí porque si seguían diciéndose cosas aquello iba a escalar a una discusión y eso iba en contra de lo que tenía que hacer ella, que era estar tranquila. Suspiró pesadamente antes de guardar silencio absoluto, sintiendo cómo se le clavaba en el pecho ese monosílabo que le dio por respuesta final.
Las sombras que le impedían el paso se desvanecieron, y los elementales se quitaron del medio. La observó mientras se daba la vuelta en la cama, pero lo que menos sentido tenía ahora era meterse él también. Lo había fastidiado, se había cargado el avance que habían hecho en esos últimos siete días, y todo por no ser capaz de decirle la verdad, de reconocer que tenía razón y que era, a su modo, un cobarde. Temía salir dañado si iba más allá.
Finalmente se dio media vuelta, abandonando la habitación. Esa noche no durmió allí.
.
.
.
.
.
Habían transcurrido tres semanas desde aquel momento, y desde entonces habían estado un tanto distanciados entre ellos. Con aquella situación tan extraña apenas se hablaban lo justo, y todo relacionado con asuntos cotidianos del día a día. Las preguntas que se habían prometido quedaron de lado porque no encontraban la suficiente comodidad entre ellos para hacerlas. Al menos Catherine ya no tenía que hacer un reposo tan absoluto y podía moverse por las zonas más cercanas a los aposentos. Anteia no había acudido durante el mes que llevaban ahí dentro, cosa que tenía sentido si se tenía en cuenta que para ella sólo habría pasado un día desde que vio a Catherine en Ávalon. Cuando la viese desde luego iba a sorprenderse, el vientre de mellizos había crecido mucho en ese mes. Si esperaban demasiado pronto no podría hacer el recorrido por las grutas que le había prometido, pero para eso primero tenía que romper el hielo de nuevo y aproximarse a ella.
No era el distanciamiento lo único que tenía de malas a Wthyr, sino también lo poco que estaba avanzando en sus entrenamientos para desarrollar nuevas habilidades mágicas, o potenciarlas. Se sentía estancado, y no terminaba de dar con el fallo por el que no mejoraba. Esa tarde decidió acercarse a Catherine mientras estaban comiendo en la mesa de las cocinas, junto al caldero. Al principio no sabía cómo empezar, pero decidió que lo mejor sería ir directo al grano.
- No quiero que sigamos así. Debemos aprovechar el tiempo aquí dentro. - hizo una breve pausa, estudiándola con la mirada para ver su reacción. - No sabemos lo que enfrentaremos cuando salgamos, tenemos que ir lo mejor preparados que se pueda. Y para eso hay que entrenar más. Necesitamos probar con los tatuajes canalizadores.
---------------------------------------------
Éxito/fallo: ¿Ha aprendido alguna habilidad ya? No
Dado 1d20 (nivel de incomodidad que han tenido XD)
Dado 1d10(situaciones):9
1-2- Tatuajes
3-4- Exploración
5-6- Entrenar
7-8-Lago
9-10- Osario
Las sombras que le impedían el paso se desvanecieron, y los elementales se quitaron del medio. La observó mientras se daba la vuelta en la cama, pero lo que menos sentido tenía ahora era meterse él también. Lo había fastidiado, se había cargado el avance que habían hecho en esos últimos siete días, y todo por no ser capaz de decirle la verdad, de reconocer que tenía razón y que era, a su modo, un cobarde. Temía salir dañado si iba más allá.
Finalmente se dio media vuelta, abandonando la habitación. Esa noche no durmió allí.
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Habían transcurrido tres semanas desde aquel momento, y desde entonces habían estado un tanto distanciados entre ellos. Con aquella situación tan extraña apenas se hablaban lo justo, y todo relacionado con asuntos cotidianos del día a día. Las preguntas que se habían prometido quedaron de lado porque no encontraban la suficiente comodidad entre ellos para hacerlas. Al menos Catherine ya no tenía que hacer un reposo tan absoluto y podía moverse por las zonas más cercanas a los aposentos. Anteia no había acudido durante el mes que llevaban ahí dentro, cosa que tenía sentido si se tenía en cuenta que para ella sólo habría pasado un día desde que vio a Catherine en Ávalon. Cuando la viese desde luego iba a sorprenderse, el vientre de mellizos había crecido mucho en ese mes. Si esperaban demasiado pronto no podría hacer el recorrido por las grutas que le había prometido, pero para eso primero tenía que romper el hielo de nuevo y aproximarse a ella.
No era el distanciamiento lo único que tenía de malas a Wthyr, sino también lo poco que estaba avanzando en sus entrenamientos para desarrollar nuevas habilidades mágicas, o potenciarlas. Se sentía estancado, y no terminaba de dar con el fallo por el que no mejoraba. Esa tarde decidió acercarse a Catherine mientras estaban comiendo en la mesa de las cocinas, junto al caldero. Al principio no sabía cómo empezar, pero decidió que lo mejor sería ir directo al grano.
- No quiero que sigamos así. Debemos aprovechar el tiempo aquí dentro. - hizo una breve pausa, estudiándola con la mirada para ver su reacción. - No sabemos lo que enfrentaremos cuando salgamos, tenemos que ir lo mejor preparados que se pueda. Y para eso hay que entrenar más. Necesitamos probar con los tatuajes canalizadores.
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Éxito/fallo: ¿Ha aprendido alguna habilidad ya? No
Dado 1d20 (nivel de incomodidad que han tenido XD)
Dado 1d10(situaciones):9
1-2- Tatuajes
3-4- Exploración
5-6- Entrenar
7-8-Lago
9-10- Osario
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Edad
Nacionalidad
El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Probabilidad' :
--------------------------------
#2 'Dado (20)' :
--------------------------------
#3 'Dado (10)' :
#1 'Probabilidad' :
--------------------------------
#2 'Dado (20)' :
--------------------------------
#3 'Dado (10)' :
No había sido tan difícil volver a comportarse como si no fueran más que dos personas juntas con un objetivo en común: Destruir una maldición. El hecho de que durmieran en la misma cama no cambiaba nada y Catherine tampoco había forzado a Wthyr a cualquier tipo de cercanía.
En las semanas siguientes aprovechó para poder estirar las piernas aunque siempre pendiente de cualquier cambio. Se dio cuenta de que los bebés estaban creciendo bastante y presionaban constantemente su estómago y pulmones por lo que se cansaba con más facilidad y también comía menos, pero más veces.
Se ocupó de escribir las teorías que tenía sobre el Sanguis y los puntos que tenía que estudiar. Cada vez que volvían de uno de los paseos se iba, en silencio, a dibujar el mapa de las cavernas. Definitivamente, Morgana se había inspirado mucho en aquel laberinto y explicaba tantas cosas que la curiosidad pugnaba por salir, por verla y preguntarle porqué, de todo Ávalon, había elegido ese.
Pero era peligroso y no podía pensar en situaciones así en ese momento.
Estaba ocupada leyendo un libro mientras comía cuando Wthyr se acercó. Tardó un poco en apartar la mirada del libro, cerrandolo luego de que dijera que debían aprovechar el tiempo allí. Recordó que habían hablado de conocerse mejor, todas esas preguntas que habían quedado en el aire porque simplemente no se atrevía a obligarlo a responder mierdas que no quería.
Pero no, él no se refería a eso. Era a sus habilidades mágicas…Claro -Ok- Respondió antes de meterse la última cucharada en la boca. Se incorporó tras eso y fue a la habitación para ir a buscar los diseños que había hecho. Wthyr le había dado las runas y ella las había incorporado en un diseño amplio que le llevaría algo de tiempo. Aquel era el boceto final tras algunos cambios. El suyo también era intrincado y tendría que trabajarlo con cuidado para tatuarse a sí misma con aquella tinta especial.
Salió de la habitación no sólo con los bocetos sino con los implementos para tatuar -Tendrás que sentarte en el piso o en un banco más pequeño- Le dijo mientras ponía todo sobre la mesa organizándolo con cuidado y le tendía el boceto para que lo mirara -¿Está bien? ¿Algún cambio de última hora?- Preguntó sin mirarlo mientras seguía preparando los implementos y luego observó el suyo, apartándolo hacia un lado porque ese lo haría después.
En las semanas siguientes aprovechó para poder estirar las piernas aunque siempre pendiente de cualquier cambio. Se dio cuenta de que los bebés estaban creciendo bastante y presionaban constantemente su estómago y pulmones por lo que se cansaba con más facilidad y también comía menos, pero más veces.
Se ocupó de escribir las teorías que tenía sobre el Sanguis y los puntos que tenía que estudiar. Cada vez que volvían de uno de los paseos se iba, en silencio, a dibujar el mapa de las cavernas. Definitivamente, Morgana se había inspirado mucho en aquel laberinto y explicaba tantas cosas que la curiosidad pugnaba por salir, por verla y preguntarle porqué, de todo Ávalon, había elegido ese.
Pero era peligroso y no podía pensar en situaciones así en ese momento.
Estaba ocupada leyendo un libro mientras comía cuando Wthyr se acercó. Tardó un poco en apartar la mirada del libro, cerrandolo luego de que dijera que debían aprovechar el tiempo allí. Recordó que habían hablado de conocerse mejor, todas esas preguntas que habían quedado en el aire porque simplemente no se atrevía a obligarlo a responder mierdas que no quería.
Pero no, él no se refería a eso. Era a sus habilidades mágicas…Claro -Ok- Respondió antes de meterse la última cucharada en la boca. Se incorporó tras eso y fue a la habitación para ir a buscar los diseños que había hecho. Wthyr le había dado las runas y ella las había incorporado en un diseño amplio que le llevaría algo de tiempo. Aquel era el boceto final tras algunos cambios. El suyo también era intrincado y tendría que trabajarlo con cuidado para tatuarse a sí misma con aquella tinta especial.
Salió de la habitación no sólo con los bocetos sino con los implementos para tatuar -Tendrás que sentarte en el piso o en un banco más pequeño- Le dijo mientras ponía todo sobre la mesa organizándolo con cuidado y le tendía el boceto para que lo mirara -¿Está bien? ¿Algún cambio de última hora?- Preguntó sin mirarlo mientras seguía preparando los implementos y luego observó el suyo, apartándolo hacia un lado porque ese lo haría después.
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