Cuevas encantadas de Ávalon

Ignoró su primera pregunta porque no venía al caso. Sin embargo, lo que no se esperó fue lo de la hipnosis. Frunció el ceño con suavidad. ¿La había hipnotizado? ¿Era eso por lo que ahora dubitaba tanto sobre todo lo que hacía? -¿Quién te dijo que me avergüenzo? Me irrita-

“Porque no debería buscar ni tu respeto ni placer de parte de ti”

Entrecerró los ojos cuando dijo que, al final, aquello había sido mérito suyo. Lo cierto es que los celos estaban ahí, sí y una parte de ella se preguntaba. ¿Y si priorizaba a otros antes que a Freyja? Eso podría ser útil. Muy útil. Sin embargo, no acababa de hacerlo. Asesinar… Incluso cuando era por omisión, cuando había sido criada para curar, no terminaba de casar bien con ella.

-No. Eso viene de antes- Negó con la cabeza con el tema del respeto - Cuando me tenías contra la pared, una parte de mí sólo quería enrollar mis piernas en tu cadera y restregarme contra tu cuerpo- Alzó brevemente un hombro, sentir deseo por un hombre no era algo nuevo para ella. Había gente con la que tenía más química que con otra. Pero no se esperaba que su cuerpo respondiera tan vivamente a un Descendiente. Y menos a uno que les había antagonizado desde el inicio.

“Así como Catherine”

El pensamiento voló a su cabeza y Shyvanna se quedó momentáneamente sin palabras ni línea de pensamiento, mientras Matvey se acercaba a ella. Shyvanna le siguió con la mirada sintiendo cómo se le erizaba la piel bajo la armadura, y otras parte de su cuerpo se despertaban de forma casi dolorosa. Maldito deseo. Le vio mover los labios y escuchó sus palabras pero su mente ya se había ido a otra cosa - No me des órdenes, Matvey- De un movimiento rápido le cogió de la barbilla y se la subió un poco -Porque tienes vibras de dominante en la cama y a ti te concedería el placer de hacerlo conmigo, por ende, me pones puto cachonda- Entrecerró suavemente los ojos y luego miró el espacio entre ellos -Es más, estás a la altura perfecta para mostrarme si esa lengua está al nivel de las petoratas de lecciones morales que siempre me estás dando- Alzó suavemente las cejas en una silenciosa invitación que, en el fondo, sabía que negaría.

“La magia… tu…habías venido por la herida”

Le plantó una mano en la frente y lo empujó mientras inspiraba profundamente tratando de volver a centrarse en el asunto. Estaba orgullosa de sí misma. Menuda fuerza de voluntad. -Dime qué es y cómo puedo replicarlo-

La calidez de las aguas curativas envolvía mi cuerpo, proporcionando un alivio temporal al dolor y al agotamiento que sentía. Metí la cabeza bajo el agua, dejando que su efecto sanador me rodeara por completo. Intentaba concentrarme, encontrar una solución para las raíces que estaban intentando romper el sello que me protegía. No podía permitir que las raíces lo consiguieran, temía lo que podría hacer a mis hermanos y al resto si perdía el control tal y cómo temía que pasaría.

Cerré los ojos, buscando claridad en mis pensamientos. El sonido opacado gracias al agua me calmó bastante e incluso pude sentir cómo el cuerpo cedía y las escamas iban desapareciendo progresivamente de mi piel. De repente, una imagen se formó en mi mente. Era el corazón de raíces rojizas que emanaba poder. Un latido fuerte, como si me llamara. Apenas duró un segundo.

Sobresaltada, abrí los ojos y saqué la cabeza del agua. El entorno a mi alrededor estaba tranquilo, pero mi corazón latía con fuerza. Me palpé la nuca, sintiendo las raíces que intentaban penetrar más profundo. La preocupación se asentaba en mi pecho, mientras comprobaba que no parecían haber avanzado más.

Independientemente de si estaba completamente sanada o no, salí de la bañera de roca y me sequé rápidamente. Mi ropa estaba manchada de sangre, pero con un simple gesto y un murmullo de magia, limpié la camisa y los pantalones. Me vestí apresuradamente, el material aún ligeramente húmedo contra mi piel.

Salí de la habitación y me dirigí hacia las escaleras bajando a toda prisa con el gesto serio. Aparentemente habían llegado los del otro grupo. -Necesitamos poner información en común.-Busqué primero a Catherine con la mirada que parecía aún...muy dispersa. Apreté mis labios mirando alrededor, tal vez Rasputín tuviese alguna idea.-Apresuraos con las curaciones.-Comenté aún mirando distraída a otros lados para dar con Cedric que estaba... le señalé mirando a Wthyr y encogí un hombro mientras negaba. ¿Qué le pasaba?


Dado de curación --Me curo to rápido

El miembro 'Gwen Pendragón' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

- ¿Y por qué te irrita?

¿No me había dicho a mi mismo en aquella pirámide que el caos mental de esa Pendragon no era asunto mio? Lo único que debía hacer era control de daños. Prevención, para ser ideales. Por más que ahora colaborasemos, intenté recordarme la batalla de las montañas del dragon. El ataque al joven Tepes.

Pero...era capaz de ver el dibujo entero, ahora. La perspectiva que me habia dado....todo, desde aquellos eventos. Asi que si, me encontré a mi mismo entablando una conversación con Shyvanna, o intentando hacerlo. Ella no era el monstruo que creía.

¿De antes? La observé cuando describió aquella explícita escena. Sabía que ella era muy física, que tenía esa necesidad,  y entendía que le cabrease el hecho de que un enemigo en principio, como yo, le despertara esos deseos.

- ¿Y no te ha pasado antes algo asi con otras personas? Seguro que no soy el primer enemigo que te pone...entre la espada y la pared. - el agua se había ido entibiando y por aqui y por alla, habian pequeñas llamitas caldeando la estancia. Todo un homenaje sin duda al elemento del fuego. Arreglaban las extremidades entumecidas y ayudaban al flujo de la sangre.

Por desgracia, me gustaban las mujeres que no obedecían órdenes mías. Era una especie de maldito castigo y un puñetero dolor de cabeza. Porque me gustaba mucho dar órdenes tambien y...

Endurecí las facciones cuando me tocó por la barbilla y la apuñalé con la mirada. Me recordó a Lyosha. Igual de demandante en ese aspecto. Lyosha, la persona a quien le había confiado mi vida, mi corazón. Literalmente.

Pero físicamente, más a Anteia. Quiza por el pelo. Quizá por sanadora.

Después pareció hacer una especie de petición velada y mi expresión cambió sutilmente, una ceja levemente elevada, la comisura de los labios no tan tensa como antes, una tenue inclinación de cabeza hacia abajo...

"no te haces a la idea"

Y recordé esos instantes con Lyosha, en la que la habia hecho gruñir de placer en esa exacta misma posición. Tenía que dejar de pensar en esas escenas, o mi cuerpo iba a responder en consecuencia, ademas me estaba dando indicios de empezar a hacerlo. Ella me empujó hacia atras por la frente, mostrando fuerza de voluntad por su parte.

- Muy bien. Estoy orgulloso de tu autocontrol. Ya se que no quieres mi aprobación pero... - dejé la frase a medias, puse las manos en forma de cuenco para coger agua entre ellas y las llevé a mi cara, limpiandola. Suspiré con cierta sensación de bienestar. Repetí lo mismo pero pasando las manos y el agua desde la frente hasta la nuca, limpiando un poco tambien las greñas del pelo. Por lo demás, las aguas parecían no querer tener nada más que ver conmigo, porque las pocas heridas que quedaban habian detenido por completo su cicatrización. Cuando me di por satisfecho, me puse en pie, dejando escurrir el agua y mirando a Shyvanna, aun dentro de la bañera pero sin ocultar nada.

- No se puede replicar, es algo ligado a mi linaje. Tendrás que buscar otros modos de proteger a tus hermanos- su curiosidad comenzaba a resultar molesta. Avancé hacia ella pero me detuve un momento a su lado. - ¿No te sabes la historia de cuanto costó asesinar al monje loco, el primero de mi apellido? - confesé en voz baja, antes de...poner una mano sobre el broche de su armadura, desengancharla habilmente para que la coraza cayera al suelo, y empujarla hacia el estanque.
- Date un baño, te vendrá bien. - caminé hacia la cama, viendo que ademas, no faltaban toallas para secarse. Secarse, limpiar el resto de la ropa...vestirse... Vigilé a la Pendragon, comprobando si se estaba sanando o no

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ultimo healing

mardisio

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'Dado (20)' :

Le miró un momento confundida -¿No te irritaría sentir deseo por mí? Lo único que hemos hecho es hacernos daño desde que nos conocemos- Explicó con sinceridad, con un tono que dejaba entrever que era la raíz del problema. Debían odiarse, mucho, y ahora…

Movió levemente los ojos hacia una esquina, pensativa -Enemigo no, eres el segundo. Pero Gio es una bestia en la cama. Pero…- Alzó suavemente los hombros -Gio nunca hizo lo que tú sí, además, ambos sabíamos dónde nos metíamos y porqué. Era puramente físico, responder a tus instintos no tiene porqué ser pecado pero la gente es muy mojigata y cerrada de mente- Dijo con tranquilidad porque no podía pensar en otros enemigos.  Volvió la vista a él y sonrió de lado, encantadoramente -Interesante elección de palabras, por cierto-

El cambio en su rostro de ¿ira? a … -Oh…- Shyvanna sonrió abiertamente al reconocer el gesto totalmente y se rió, esta vez, con total y absoluta picardía - Eres bueno ¿eh?- Era el gesto de alguien que sabía bien lo que hacía. Vamos, que ella se lo conocía de memoria porque lo había replicado varias veces.

Las palabras de Matvey generaron un tirón de estómago porque…No sabía quién le había dicho, si es que se lo habían dicho alguna vez, que estaban orgullosos de ella. Se quedó en silencio tratando de digerir lo que acababa de ocurrir pero, para su suerte, Matvey le dio un espectáculo que calentó su centro y Shyvanna lo disfrutó, guardando memorias que podría llamar después para sus noches largas y solitarias.

Cuando se levantó, la rubia ladeó la cabeza. ¿Eran mensajes contradictorios? ¿Estaba coqueteándole? -¿Quieres una felación?- Preguntó abiertamente porque ella se la podría dar totalmente. Joder, era una de las cosas que más le encantaba hacer en la vida. En su opinión, los hombres solían creer que tenían todo el poder en esa posición pero Shyvanna sabía perfectamente que no era así.

-No, pero sé otras cosas sobre él ¿Su Descendiente también lo heredó? - Le siguió la mirada cuando se detuvo a su lado y su parte más instintiva quería morderle el trasero, clavar los dientes en la tersa carne de su glúteo y luego ir hacia delante y complacerlo ¿Era ella? ¿Era su dragona? Empezaba a pensar que el nigromante estaba despertando a su dragona por el bajo ¿ronroneo? que nació en su garganta cuando le desarmó la coraza. Si creyó que tirarla a la bañera iba a servir de algo, estaba muy equivocado.

Salió lentamente apartándose la trenza hacia un lado y mirándolo con la cabeza ligeramente ladeada.

Y los ojos con rendijas verticales.

Se quitó la coraza y las protecciones mientras él se vestía, tras ello la camiseta y el sostén deportivo, ideal para batallas, lo que dejó su prominente escote al descubierto. Con un gesto leve de la mano separó algo de la sangre del agua antes de que se fuera y se marcó una runa en el centro del pecho para, acto seguido, ir absorbiendo más de las heridas de Matvey, ignorando deliberadamente su orden. Su cuerpo empezó a mostrar la herida del pecho que le robó un gruñido  de dolor y luego las menores,  mientras la rubia se quitaba los pantalones, las botas y el resto de la ropa interior - Quédate y disfruta del espectáculo- Sugirió mientras intentaba concentrarse pero parecía que su cuerpo, simplemente, no podía más. Tensó los labios mientras su habilidad básicamente decía: No.

-Necesito follar- Se masajeó la cara con cierta frustración, sabía que eso le vendría bien


Sanación a Matvey
Sanación laguna

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'Dado (20)' :

El momento de quedarse a solas con el hermano de Catherine no resultó tan mal como cabía esperar, parecía dispuesto a colaborar con aquello de dar información en vez de desaparecer y negarse a ello. Lo que contaba le sonaba a algo así como que se había creado una nueva realidad allí dentro cuando se unieron los dos Sanguis, haciéndolo todo mucho más real. - Nos reuniremos cuanto antes para que nos des toda la información que dices que tienes. Nosotros también hemos descubierto algunas cosas hasta llegar hasta aquí. - dejó que se marchara, aunque impaciente porque les aclarase todo eso que sabía. - Desmond. Sus verdugos fueron Charles y los propios Descendientes que lo atacaron en aquella sala. - comentó a Shyvanna antes de que se marchase, pero no lo dijo delante de Rhaegar. Aunque tal vez él si se estaba refiriendo claramente a los Descendientes.

No tuvo apenas tiempo de quedarse solo porque enseguida regresó Lucio con más gente, aunque no con su esposa. Eso le hizo torcer el gesto, al menos hasta que recibió ese abrazo sorpresivo por parte de Cedric y esas muestras de cariño. Al principio se quedó tieso porque no se lo esperaba, pero luego le devolvió el abrazo. Vale que él era el cariñoso de los hermanos, pero estaba muy...intenso, beso en la mejilla incluido. - ¿Estás bien? ¿Te ha molestado alguno de los del otro grupo o te han dado algo de beber? - lo miró arqueando una ceja, porque lo veía raro. No parecía herido, sólo feliz y raro.

El grito mental de Catherine lo sacó de sus averiguaciones sobre lo de Cedric, volviéndose con gesto hosco hacia Wthyr cuando por fin apareció para entregarle a una Catherine pasada por agua. La conocía de sobra para darse cuenta de que estaba avergonzada por lo del otro cargándola como princesa. Por culpa del idiota del galeno se la habían llevado sin permiso. - Claro que estará más cómoda. La próxima vez preguntas. - le soltó un tanto seco, cargándola de nuevo más bien como si estuviera raptándola de los brazos del otro. Al girar se encontró con Gwen, ya con pinta de estar más recuperada. - No sé qué le pasa. - miró de reojo a Cedric, y después con desconfianza a Vishous y Sofía. - Pero esa es la de las plantas, le habrá dado algo de fumar. A ver si le sacas algo. - tras eso se fue a la habitación más grande que encontró, que para eso era el palacio de Morgana.

- ¿Te ha funcionado la curación del lago? - se metió a la habitación, cerrando la puerta para tener algo de tranquilidad para los dos. - Son demasiado entrometidos. - El lugar se había renovado y tenía todo lo necesario para poder lavarse y descansar un poco. Acercó a Catherine hasta el borde de esa especie de piscina pequeña que había en el suelo, ayudándola a quitarse las botas para empezar después con la ropa de combate. - Tu hermano...dijo que iba a llamar también a Desmond. Debe remover mucho por dentro verles de nuevo. - lo entendía de sobra, porque podía ponerse en su lugar. Se imaginaba ver allí a personas que le habían importado.

Se quedó más tranquila en los brazos de Wthyr y después miró a Cedric, frunció el ceño y miró mal a Wthyr. Sofía no le daba cosas a la gente porque sí, ni les obligaba. Podría haberle ofrecido algo pero era decisión de Cedric tomarlo.

“Sofía no le hizo nada, no seas así”

Estar en la habitación y escuchar la puerta cerrarse fue como si de pronto pudieran dejar todo atrás. Emitió un leve suspiro y relajó el cuerpo mientras se dejaba acercar. No prestó ni un mínimo de atención a su alrededor.

“Buscan lo mejor, Lucio siempre me ha cuidado, Wthyr”

Le excusó aunque estaba totalmente en contra de lo que había hecho y ya se lo comentaría más adelante. No obstante, sabía que su intención era buena y no haría drama innecesario. Ayudó a Wthyr a quitarse su propia ropa, quedando desnuda más rápido de lo que esperaba y se dejó deslizar en las aguas. Ya las conocía pero parecía que no eran tan efectivas como las otras, no percibía aquella gran sanación o aura mágica de antes…Pero al menos podía limpiarse así que empezó con ello.

Las palabras sobre sus hermanos hizo que le mirara de soslayo un momento antes de continuar con su tarea en silencio pero antes de darse cuenta estaba llorando, se percató por la lágrima que cayó en la bañera -Lo más duro es saber que no podrán volver conmigo. Rhaegar murió buscándome, a Desmond lo abandoné… Fui…- Paró y se corrigió -Soy una matriarca horrible, se supone que debía cuidarlos... Y además, le tengo miedo a Morgana, le tengo miedo a mi poder…- Movió las manos señalando todo el sitio -Y todo lo que representa…Pero lo que más me afecta es que todos dicen que soy muy poderosa…¿Pero de qué me sirve si no puedo proteger a la gente que quiero?-

Soltó un suspiro largo y dejó el jabón de lado para lavarse la cara con agua y tratar de detener las lágrimas. Tenía que centrarse. Estaba haciendo lo posible para que el destino de sus hijos no fuera el mismo que el de sus hermanos. Sorbió un poco la nariz y miró a Wthyr -¿Estás herido?... Ven- Murmuró mientras se movía, haciendo espacio para él.


Curación Catherine

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

SALA DEL TRONO
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Le había negado con la mano a Wthyr sobre sus preguntas, y enseguida me habia puesto a lo mio, que era dar pasos de baile girando, alrededor de la sala del trono. Era uno con la luz y el mundo, y el universo.

Me giré hacia V con una sonrisa cuando me agarró del codo, aunque la sala seguia girando, y girando....en un torbellino de formas y colores. Era tan amable por ofrecerme su habitación esa noche. Le cogí la cara con las dos manos, apreté un poquito sus mejillas por el simple placer de hacerlo, y asentí dos veces. Claro que si. Solté su cara, luego le signé algo con las manos y saltaron chispitas de magia naranja a mi alrededor.

Escuché la voz de Gwen y giré buscandola con la mirada. Fui hacia ella y la rodeé con mis brazos pero a ella no la levanté como habia hecho con Whtyr, solo la estreché con mucho amor y le acaricié el pelo repetidas veces. Estaba tan contento de verla. Tenía el pelo mojado...me empezó a dar fresco en la cara que tenía apretada contra su cabeza en aquel abrazo de oso. Inspiré fuerte, exhalando muy despacio. La sala parecía que empezaba a moverse menos, y cuando volví a abrir los ojos y mirar hacia arriba las hadas de las vidrieras ya no bailaban. Pero todo seguia brillando mucho, mucho, y seguia escuchando la cancion en mi cabeza, aunque ahora era mas lejana...

"...uff....qué...."

Solté un poco a Gwen y miré hacia abajo, hacia el bolso de tela improvisado que portaba, donde me habia guardado lo recolectado. La abrí un poco dejando ver la culpable de mi estado, aquella planta deliciosamente nutritiva y...divertida.

Le señale el estomago a Gwen dandole unos toquecitos con el indice en el mismo, y luego le hice el gesto de comer, y luego las plantas. Finalmente me encogí de hombros.

La habitación estaba envuelta en una atmósfera cálida y resplandeciente, con llamas mágicas bailando suavemente en los candelabros de cristal y reflejándose en las paredes decoradas con motivos ardientes.

De repente, un sonido espectral, casi etéreo, comenzó a resonar en la habitación. Era un susurro del más allá, una mezcla de lamentos y murmullos que parecía provenir de los rincones más oscuros del universo. La temperatura en la sala pareció bajar un par de grados, y la atmósfera se tornó inquietante.

Las dos cabezas de las sacerdotisas, que Matvey había mantenido a su lado, empezaron a reírse de forma macabra. La risa era chillona y desconcertante, un eco espeluznante que se extendía por la habitación, llenando el aire con una sensación de desasosiego. La risa duró apenas unos segundos, pero fue suficiente para dejar una marca indeleble en el ambiente.

Entonces, tan rápido como había comenzado, la risa cesó y la sensación inquietante se desvaneció. La temperatura volvió a su calidez habitual y el susurro espectral se disipó, dejando tras de sí una tranquilidad inquietante en la habitación de la Dama del Fuego.

SALA DEL TRONO
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Ya estabamos todos en el sitio. O casi todos. Empecé a sentir un desagradable hormigueo recorrerme el cuerpo desde la base de la cabeza, como cuando se te ha dormido una extremidad y empieza a despertarse. Punzante, bajo la piel.

No era nada grave, ni raro. Eran los canales de mi magia abriéndose de nuevo, una vez desaparecidos los efectos secundarios. Hice una leve mueca ignorando temporalmente mis alrededores y cerré los ojos, buscando.... ah, por ahi estaba. Ordené retornar a mi mucielago mecánico, antes de que vagabundeara más lejos. Wthyr se había marchado con Cath, y  me fijé en Adael que estaba encargado de Neftis.

- En las escaleras de arriba hay unos dormitorios. Llevatela alli y descansáis. - la ultima vez que vimos a la peliblanca fue escabulléndose del salon vikingo. Pues parecia que no le habia ido tan bien, no.

- Sofía, tu...- iba a pedirle ayuda para con las raices de Gwen, justo cuando apareció la susodicha, con ...mucho mejor aspecto que antes. Pero sospechaba que el problema persistía.  Total, ya estaba enfadada conmigo. - Sofía, tú controlas las plantas. A la sacerdotisa se le han colado unas raíces del sanguis bajo la piel y están intentando llegar al sello que nos protege contra las posesiones de Charles. - observé brevemente a Gwen entornando la mirada como retándola a llevarme la contraria.  - Quizá puedas ayudarla con ese problema.

Porque a mi, por el momento, no se me habia ocurrido ninguna brillante idea donde mi magia pudiera sacarla del apuro. Necesitaba de otros. Fue en ese momento cuando el murcielago volvió, y se me enganchó colgando boca abajo del brazo.
- Estoy de acuerdo. Que vayan bajando. Freyja ...creo...dijo algo de unas cocinas antes, voy a ver si... - terminé la frase para mi mismo y me escapé en cuanto pude de la sala del trono, buscando las cocinas. Me sorprendí del buen estado de la comida de alli. Los fogones estaban encendidos, habian utensilios, la despensa.... ajos! Podría hacer lentejas? Habría café? No, no, dudaba que las hadas tomasen café. Como mucho podría encontrar achicoria. Pero menos daba una piedra. Tenian vino? Una buena bodega?

Comencé a preparar un sofrito a base de ajos, pimientos y tomates secos que había encontrado, que serviria de base para cualquier cosa, mientras buscaba otros ingredientes y algo bien fuerte con lo que aderezarlo. Eso de medio morirme me habia abierto el apetito de modo impensable. Y lo cierto es que cada vez que me acordaba, me ponía mas nervioso...no me borraba de la cabeza aquella imagen.

Aunque ese tenebroso recuerdo se esfumó poco a poco cuando me pareció encontrar en las paredes lo que parecía ser un armario oculto. Toqueteé un poco la pared y...bingo. Abri una puerta que daba a un armario-bodega....surtido de los mejores vinos...

Ahí había suficiente para levantar los ánimos de todos. Y por supuesto, se cocinaba mejor con una copa de vino. Pero como no habian copas iba a conformarme con un vaso.
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¿Cuanto vino encuentro? BUSCAR SUMINISTROS DE CAMPAMENTO sjfsifgdlfhg
vamos a tener nuestra ultima bacanal!!

El miembro 'Giordano Da Vinci' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

Grandes barriles de vino mágico estaban alineados ordenadamente, cada uno marcado con runas antiguas que indicaban sus propiedades únicas. Algunos vinos eran conocidos por sus efectos rejuvenecedores, otros por inducir visiones proféticas, y algunos ofrecían una sensación de euforia y relajación profunda.

Botellas de cristal oscuro, resplandeciendo con un leve brillo interno, contenían variedades raras y exóticas de vino. Había vino de luna plateada, destilado bajo la luz de la luna llena y conocido por su sabor etéreo y su capacidad para otorgar calma y claridad mental. El vino de estrellas doradas, con diminutas motas de luz suspendidas en su interior, ofrecía un sabor celestial y una sensación de ligereza y elevación del espíritu.

En un rincón oscuro de la despensa, se encontraba una caja de madera antigua sin inscripciones claras. Dentro, yacían botellas de vino selladas con cera roja, emanando un aura de misterio y magia desconocida. Estas botellas prometían descubrimientos para los valientes que se atrevieran a descorcharlas.

as estanterías estaban repletas de frascos de cristal que contenían ingredientes raros y maravillosos: polvo de hada brillante, pétalos de rosa cristalizados, y hojas de menta eternamente frescas.Cestas llenas de frutas encantadas, como manzanas doradas que restauraban la energía y peras azules que otorgaban sueños serenos, adornaban una sección. Los panes, dispuestos en bandejas de plata, siempre estaban calientes y crujientes, gracias a un hechizo de preservación.

Había también tarros de miel encantada, conocida por sus propiedades curativas, y frascos de mermeladas hechas con bayas silvestres que cantaban cuando se abrían, ofreciendo una sinfonía de sabores. Entre los quesos mágicos, envueltos en hojas encantadas, algunos tenían un leve brillo, indicando su capacidad para otorgar vigor y fuerza.

Había carne de grifo ahumada, rica en nutrientes y con propiedades regenerativas. Filetes de wyvern, conocidos por su capacidad para aumentar la fuerza y la resistencia, y huevos de fénix, cuya yema dorada era famosa por revitalizar el cuerpo y curar heridas rápidamente. También había tiras de jerky de unicornio, con un sabor delicado y la capacidad de otorgar energía y vigor durante días.

- No sé si estamos debajo de las cuevas o dónde. Al parecer era una casa de las nueve hermanas hadas o algo así. Eso ha dicho Gwen. - aclaró a Sofía cuando le preguntó qué era el sitio donde estaban. Tampoco tenía todos los detalles. Escuchó un poco lo del asunto de Cedric, acercándose a él un instante para sugerirle que bebiese mucha agua. Típico consejo de médico, pero para lo que le parecía pasarle era lo único que podía hacer en ese momento.

- Ah, sí. Lo que dice Gio sobre las raíces...creo que tú podrías intentar algo. No sé si funcionará porque es verdad que esas cosas en el exterior resultaban no comportarse como plantas, ¿no? y al final sólo te hacía caso el árbol en el que está Jack. Menudo lío. Yo se las sacaría de otro modo si tuviese aquí mis utensilios médicos, pero aquí poco puedo hacer. - se separó de Sofía para ir a sentarse al círculo central cuando Gwen dijo lo de la reunión. No quería hacerla esperar, él no necesitaba curarse y podía descansar sentado. Además, ya se limpiaría la sangre cuando acabase esa reunión.
- Estoy listo. ¡Eh, id bajando a la reunión! - alzó la voz para que le escuchasen los de las habitaciones, cruzándose de piernas a lo indio.

HABITACION 1 (FUEGO)
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- Te entiendo. Me irrita cada vez que veo algo positivo que hace Wthyr por Catherine. - habia respondido asi a lo que ella expresaba de que le irritase sentirse atraida por un enemigo. Pero lo de Wthyr y Cath era mas....protector, que otra cosa. - Pero ahora que Avalon y Ouroboros no existen como tal, tampoco lo hace el motivo de nuestra guerra. El camino que se recorre otorga perspectiva, al alejarte del foco del problema.

De pronto apareció el nombre de Giordano en la conversacion y me enteré que él habia estado con Shyvanna de aquel modo. Cuando? Fue cuando lo de su matrimonio? No si...cuando le deciamos que pasaba demasiado tiempo con las Pendragon, no ibamos desencaminados. El muchacho tenía fama en Ouroboros y por un lado, no me sorprendí tanto. Puse cara entonces de estar entendiendo unas cuantas cosas al respecto de él.

- Ya decía yo...que se le veía cómodo en vuestra compañía. - la eleccion de palabras, sin duda. - La lengua es una de las herramientas de trabajo mas poderosas de un nigromante. - no habia sido aleatoria, como tampoco lo habia sido esta otra frase.

Después me habia levantado y salido del agua, me habia vestido con una toalla mientras limpiaba el resto de la ropa como podía con una piedra de jabon. Lo justo y necesario.

- No voy a darte más informacion, ya sabes suficiente. Es un secreto bien guardado de mi familia que a la tuya no le servirá de nada. Nada más.

Luego la puse cerca de una fuente de calor para que secara. Me senté a los pies de la cama, notando que Shyvanna volvía a ejercer su sanacion sobre mi. La miré serio, aquello era desobediencia solo por el mero hecho de hacerlo. Además, me percaté de su mirada. Reptiliana. Como las escamas de su hermana, y las alas de Wthyr. Sus rasgos draconianos se expresaban a menudo, relacionados con sus emociones. La observé, evidentemente ella tampoco era pudorosa. Era una mujer hermosa, y las llamas danzaban de modo incitante sobre su piel mojada. Iba a quedarme, pero porque...esa era mi habitación. A ella algo pareció no salirle bien del todo.

- si quieres, aviso a Giordano. - indiqué alzando una ceja por su comentario final.

Pero algo hizo que me levantase, poniendome en guardia al instante. Aquel eco espectral. Miré a Shyvanna, ella lo oia tambien, o era solo yo?

La bajada de temperatura me preocupó. Pero...no, Valqar estaba bajo control. No era yo, no era el demonio.

¡Las cabezas! Las observé mientras reian, avanzando hacia ellas en un par de rapidas zancadas. Pero para cuando quise llegar, cesó. Todo volvía a ser como antes salvo por el recuerdo de aquella horrible advertencia.

- Sabia que hice bien en apuñalaros los ojos, pero tambien debí coseros las bocas y arrancaros las cuerdas vocales....si no fuera porque aun necesito que habléis....

"que ha sido eso? Una treta para asustarnos...?"

Mire alrededor, quizá el lugar no fuera tan seguro como pensaba.

- No me gusta nada lo que acaba de pasar. Las interrogaré y me desharé de ellas. - terminé de vestirme, ya me daba igual que se hubiera secado o no la ropa. Recuperé mis armas y me equipé nuevamente. Tomé una cabeza y la llevé al centro de la habitación, y me arrodillé frente a ella. Tracé unas runas protectoras a su alrededor para sellar posibles espiritus malignos dentro. Y luego recité el hechizo para obligar a un muerto a hablar conmigo y revelarme información, susurrando extrañas palabras.

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uso hablar con los muertos con cabeza 1 xd
preguntas: ¿Como retirar las raices del sanguis de Gwenivere?
¿Cómo se llega hasta Charles?
¿Qué hay dentro del corazón de raices que ellas cuidan?
¿Donde está Arturo?
¿Arturo responde ante Charles?

El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

Catherine Le Fay escribió:Se quedó más tranquila en los brazos de Wthyr y después miró a Cedric, frunció el ceño y miró mal a Wthyr. Sofía no le daba cosas a la gente porque sí, ni les obligaba. Podría haberle ofrecido algo pero era decisión de Cedric tomarlo.

“Sofía no le hizo nada, no seas así”

Estar en la habitación y escuchar la puerta cerrarse fue como si de pronto pudieran dejar todo atrás. Emitió un leve suspiro y relajó el cuerpo mientras se dejaba acercar. No prestó ni un mínimo de atención a su alrededor.

“Buscan lo mejor, Lucio siempre me ha cuidado, Wthyr”

Le excusó aunque estaba totalmente en contra de lo que había hecho y ya se lo comentaría más adelante. No obstante, sabía que su intención era buena y no haría drama innecesario. Ayudó a Wthyr  a quitarse su propia ropa, quedando desnuda más rápido de lo que esperaba y se dejó deslizar en las aguas. Ya las conocía pero parecía que no eran tan efectivas como las otras, no percibía aquella gran sanación o aura mágica de antes…Pero al menos podía limpiarse así que empezó con ello.

Las palabras sobre sus hermanos hizo que le mirara de soslayo un momento antes de continuar con su tarea en silencio pero antes de darse cuenta estaba llorando, se percató por la lágrima que cayó en la bañera -Lo más duro es saber que no podrán volver conmigo. Rhaegar murió buscándome, a Desmond lo abandoné… Fui…- Paró y se corrigió -Soy una matriarca horrible, se supone que debía cuidarlos... Y además,  le tengo miedo a Morgana, le tengo miedo a mi poder…- Movió las manos señalando todo el sitio -Y todo lo que representa…Pero lo que más me afecta es que todos dicen que soy muy poderosa…¿Pero de qué me sirve si no puedo proteger a la gente que quiero?-

Soltó un suspiro largo y dejó el jabón de lado para lavarse la cara con agua y tratar de detener las lágrimas. Tenía que centrarse. Estaba haciendo lo posible para que el destino de sus hijos no fuera el mismo que el de sus hermanos. Sorbió un poco la nariz y miró a Wthyr -¿Estás herido?... Ven- Murmuró mientras se movía, haciendo espacio para él.


Curación Catherine

La defensa que hizo Catherine de sus compañeros no le sorprendió, y en ocasiones anteriores había sido motivo de enfrentamiento entre ellos por las rivalidades entre ambas islas. Se limitó a hacer un sonido condescendiente, no iban a ponerse a discutir sobre eso ahora. Terminó de ayudarla a quitarse la ropa, teniendo especial cuidado con la zona del abdomen en la que la habían herido. Al descubrirla comprobó que ya no había herida, pero la zona aún parecía sensible como si faltase un poco para terminar de curar. Pasó el pulgar por la zona de alrededor, comprobando que no sangrase más al presionar levemente.  - Será mejor que no te muevas demasiado hasta dentro de unas horas. - le dio la impresión de que las aguas no habían curado lo suficiente, y que la de la bañera tampoco estaba haciendo gran cosa a juzgar por lo lento que desaparecían el resto de cortes y moratones de la piel de ella.

Se arrepintió de haber mencionado a sus hermanos cuando se dio cuenta que esas palabras habían provocado sus lágrimas, sacando a la luz todo ese sentimiento de culpabilidad. Por desgracia también lo conocía y sabía que frases como "no fue tu culpa" no eran suficientes. - No, no van a volver, y verles de nuevo sólo te recuerda cómo murieron. Pero tienes una oportunidad de decirles todo aquello que no pudiste, de intentar quedar en paz. Seguro que ninguno de ellos te culpa. La elección fue de Rhaegar, tú habrías hecho lo mismo por él. Y lo de Desmond...puedes vengarlo acabando con Charles, su posesión lo mató. Tal vez lo que hicieron los del Consejo no lo habría matado si no hubiese estado débil por la posesión. - no estaba seguro, pero quizás esa teoría la dejase más tranquila sobre lo de abandonarle. Buscó su rostro, alzándolo por el mentón con su mano mientras le giraba ligeramente la cara hacia él para que le mirase.

- ¿Y que te crees que estás haciendo ahora con ese poder? ¿No estás usándolo para proteger a todos los que están dentro y fuera de este maldito sitio? nuestros hijos, tus hijos...ten miedo a no poder elegir por ser débil, no por ser poderosa. - y aún así tenía razón en algo, incluso teniendo mucho poder no siempre se podía proteger a quien se quería. Había cosas que ya no tenían remedio. Bajó su mano del mentón de ella, limpiándole alguna lágrima de paso.

Luego se sacó la camisa rota, la cota y el resto de la ropa para deslizarle a la bañera con ella, atrayéndola hacía él para abrazarla por detrás y acomodarla contra su pecho. En comparación con los demás había salido bastante bien parado, sólo con golpes, cortes y algo de fuego amigo. - Bueno, tengo esto gracias a tu puntería. - respondió de manera irónica señalando algunas heridas hechas por los zarcillos de sombra de ella, aunque no eran gran cosa.  - Pero ya encontrarás formas de compensarme. - susurró en su oído en un tono que dejaba claro en qué formas estaba pensando, aunque no sería allí. Para eso tendrían que volver y celebrar. Escuchó de fondo la voz del galeno llamándolos para la reunión, haciendo un sonido de fastidio porque se le estaba subiendo a la cabeza eso de organizar y mandar.  - Puedes quedarte un rato más hasta que funcionen las aguas, ya voy yo primero.