Cuevas encantadas de Ávalon

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Power up magia' :


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#2 'Ataque' :


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#3 'Defensa' :

Catherine se protegió a sí misma de manera bastante habilidosa y rápida, incluso antes de que a Wthyr le diese tiempo a conjurar una barrera mágica para ella. El troll que quedaba no pudo ni tocarla, acabando herido y atravesado por aquellos pinchos de oscuridad. La escena que sucedió después fue bastante repugnante. La criatura no tardó ni cinco segundos en convertirse en caníbal, arrancando un pedazo de garganta del troll caído. Entre eso y el olor apestoso se le revolvió un poco el estómago, así que mejor que el monstruo se fuese lejos a comerse al otro. Lo importante es que ellos estuviesen a salvo, ya que el ser no tenía intenciones de regresar. Retiró a voluntad las escamas que había convocado en su brazo, volviendo a dejarlo normal.

- Nada. Que se vaya, no vamos a ir a buscarle. Probablemente acabe muriendo por las heridas...después de hacer el caníbal. - respondió en voz alta al cuestionamiento mental de Catherine, dejando de vigilar al troll cuando desapareció por la oscura galería por la que había venido. Fue directo hacia ella, subiendo los peldaños que faltaban hasta llegar a su altura. Una vez allí la repasó con una mirada de arriba a abajo, alzándole finalmente la barbilla con el pulgar y el índice para verle mejor la cara. Todo en orden, quitando la cantidad de sangre de troll de la que iban salpicados ambos. - Ahora nos quitaremos toda esta mierda de encima. Además, puede atraer a más alimañas. Conozco un lugar al que iremos en cuanto exploremos el templo. - Bajó la mano para ofrecérsela, y así terminar de subir los peldaños restantes que les separaban de las ruinas del templo de dragones. Había más como ese repartidos por el mundo, con el inconveniente de que algunos de ellos estaban en Ouroboros. Intercambió una mirada con Catherine para indicarle que podían separarse para investigar mejor, soltándola de la mano para comenzar a buscar...

Se arrodilló en el suelo para remover una losa medio resquebrajada, encontrando debajo una especie de libro antiguo con las tapas de cuero. Tenía pinta de diario...o algo de tipo personal. Estaba tan ajado por la humedad que temía romperlo, así que no lo miró muy a fondo por el momento. Un poco más allá se encontró con un cráneo humano, pero no le prestó mucha atención. Tal vez algún antepasado que había decidido ser enterrado junto a su dragón. - ¿Encuentras algo? - preguntó a Catherine, aunque sin dejar de buscar cualquier cosa que le llamase la atención. Al lado había una pequeña fíbula de hueso de dragón, hecha para sujetar la capa. La cogió sin dudarlo, su afición por saquear tesoros era intensa. Se la puso en la capa para sujetarla mejor. Merecía volver a ser utilizado.

Finalmente se puso en pie de nuevo, pasando la mano por la áspera roca del templo. Se detuvo al encontrar algo grabado, profundos surcos en la roca. Eran varias frases en lengua de dragones, aunque una especie de dialecto algo diferente al que utilizaban. Sabía que esas palabras podían ser utilizadas para invocar poderes, aunque eran bastante complejas y llevaba tiempo hacerlo correctamente. Frunció el ceño echándose hacia atrás para leerlo al completo, tratando de memorizar y pronunciar por lo bajo. - Quiero llevarme esto escrito, lo anotaremos en los papeles del mapa de las cuevas.

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Dado 10 para ver qué encuentra primero

1- Libros antiguos con escritos
2- Un antiguo diario...de autor desconocido
3- Daga ritual de hueso de dragón
4- Epitafios de tumbas de dragones enterrados con honores
5- Piedra de invocación espíritu de dragón
6- Grabados en la piedra con palabras de dragón que invocan poderes
7- Vasija con sangre de dragón
8- Fíbula de hueso de dragón

9- Cráneo humano
10- Crónicas de la guerra escritas por Charles Pendragon

El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

La idea esa de que muriera después de comerse a su amigo hizo que Catherine dibujara una mueca en su rostro, entre la escena que se imaginó en su cabeza y el olor que aún permanecía en su capa, cabello y rostro estaba a punto de vomitar en el sagrado templo dragón pero simplemente intento concentrarse en mantener la comida que tenía en su estómago. Aún así, por si acaso, la morena elevó un muro de oscuridad que tapara la cueva para poder investigar sin más contratiempos.

Volvió la vista hacia él cuando estuvo a su altura, dándose cuenta de que estaba revisando su estado -Ilesa- Le respondió cuando le levantó el rostro para mirarla, observándolo luego en silencio. Estaba segura de que podría decirle que había salido con una bendición de la nada y hasta que él no lo comprobara no iba a estar seguro -Sí… Apesta… Apesta demasiado- Tomó su mano para subir el resto de las escaleras, observando alrededor con curiosidad. ¡Qué cantidad de huesos!

Asintió al gesto y empezó a caminar con cierta tranquilidad, observando todo con malsana curiosidad porque ese tipo de cosas le encantaban. Se acercó a una zona donde había epitafios con explicaciones de ciertos honores pero no reconoció los nombres, quizás Wthyr sí, podía ser parte de su historia -Solían enterrar aquí a los dragones o, al menos, los que tenían honores...O venían aquí cuando sabían que era su momento- Mencionó leyendo más nombres y caminando con paso lento pero seguro, no quería resbalarse.

Se dio cuenta de que no muy lejos de allí había una especie de estante o… cofre así que se acercó a él y movió el báculo para que sus sombras levantaran la tapa. No solía tocar nada que no conocía así nada más y ese sitio tenía una corriente mágica particular que no lograba identificar. Vio dentro varios libros y escritos y los levitó, echándoles un vistazo por encima. Había uno de cuero que tenía las iniciales C. Pendragon que le llamó la atención y tras revisar que no estuviera maldito, lo cogió y se acercó al moreno al oír aquello que quería llevarse escrito -Hay libros, los he cogido…- Mencionó un poco ida mientras iba leyendo algunas cosas y al ver la fecha de la que databa el diario arqueó las cejas -Esto…- Dijo con cierto interés -Creo que esto lo escribió Charles- Musitó y se lo entregó a Wthyr antes de mirar hacia donde él había encontrado el cráneo.

Realmente no se fijo en lo que él quería llevarse sino que le dejó el diario y se acercó a esa zona. Catherine no tardó en descubrir qué era la fuente de magia que estaba buscando y por qué estaba allí -Hmmm- Con la base del báculo movió otros huesos y dio con lo que estaba buscando. Tenía un aspecto distinto, evidentemente, y supuraba magia negra. La levitó y la puso delante de sus ojos. Los grabados daban a entender que era muy antigua y, en su opinión, ritual. La evaluó un poco más y empezó a buscar algo en su bolsa pero después se detuvo -¿Tienes alguna bolsa de cuero extra? o algo…grueso en la que pueda envolver la daga?- Le preguntó a Wthyr mirándolo por encima del hombro.


Dado 10 para ver qué encuentra primero

1- Libros antiguos con escritos
2- Un antiguo diario...de autor desconocido
3- Daga ritual de hueso de dragón
4- Epitafios de tumbas de dragones enterrados con honores
5- Piedra de invocación espíritu de dragón
6- Grabados en la piedra con palabras de dragón que invocan poderes
7- Vasija con sangre de dragón
8- Fíbula de hueso de dragón
9- Cráneo humano
10- Crónicas de la guerra escritas por Charles Pendragon

OFF: Como salieron dos 10 paso al 1

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

La inspección del lugar les llevó más tiempo del esperado, pero los hallazgos fueron bastante interesantes y merecieron la pena. Prestó atención a Catherine cuando localizó varios epitafios dedicados a dragones relevantes en la historia de los Pendragon, leyendo sus nombres para después dedicar unas palabras de respeto en su idioma. - Muchos de estos nombres aparecen en las historias que se han recogido en nuestros libros durante generaciones. Algunos venían aquí cuando les llegaba su hora, mucho tiempo después de que sus compañeros Pendragon hubiesen muerto. Otros cayeron en batalla. - también había otros casos en los que se hacían rituales de cremación, pero no tenía caso explicarlo en ese momento. Volvió a lo suyo, guardando el diario en una bolsa de cuero para que no se estropease. El cráneo no tenía sentido llevárselo.

- Nos los llevaremos también. - mencionó interesado cuando Catherine le dijo que había encontrado libros. Podrían leerlos detenidamente al salir de allí. Tomó el diario que le tendía, pasando el pulgar por las letras grabadas en la superficie. - O Cedric Pendragon...- por la antigüedad del tomo sabía que no podía ser, pero le pareció curioso. Otra cosa a investigar más tarde, cada vez tenía más ganas de ponerse a ello. Él ya había terminado de inspeccionar casi todo, pero Catherine parecía haber encontrado algo más. Se aproximó a ella con cautela, observando la extraña daga que levitaba ante sus ojos.

- Creo que no hace falta decirte que no la toques, tú eres la experta en esto. - el objeto le causaba algo de desconfianza, pero también curiosidad. Por eso se afanó en buscar algo con lo que envolverla, usando otra pequeña bolsa de cuero que llevaba dentro de la principal. Esperó a que Catherine la introdujese dentro, volviéndola a cerrar antes de meterla a la bolsa grande. Más cosas para investigar, no hacían mal equipo de búsqueda. - No está mal, saqueadora. Nos vamos a quitarnos la mierda de encima. - aunque técnicamente no era saquear. Eran cosas de sus puñeteros ancestros. Suyas.

Le echó una mano para descender la escalinata, poniéndose de nuevo en marcha por otra de las grutas. Esta vez no tuvieron que descender demasiado desnivel, comenzando a seguir un pequeño curso de agua. Varios minerales brillantes salpicaban el camino, que iba ampliándose conforme se aproximaban a la zona del lago. Se detuvo finalmente cuando lo tuvieron a la vista, mirándola de reojo para fijarse en la cara que ponía. A él le había llamado bastante la atención la primera vez que había estado allí.

-Vuestro vínculo… Yo…No te he preguntado mucho porque te he visto en varios dragones. Sin embargo, Gwen siempre iba acompañada de Alud…Shyvanna tiene a ese de pelo blanco…Y los demás también siempre están escoltados por uno…Mi pregunta de hoy…- Terminó aquella frase con cierto escozor porque ella nunca había tenido un vínculo así de amistad. Tuvo a Sean, Ling, Adael, Gio y Mei…Pero empezaba a sospechar que aquello iba a más. Buscó la mirada de Wthyr un momento con algo de duda -¿Cómo…llevas lo de Thauren?-  Se fue acercando a él, porque Catherine había notado que Wthyr la superaba en ciertas cosas de formación en la antigua magia, también en política…Pero en la pérdida de seres queridos era ella quien realmente tenía la batuta -¿Te apetece que le hagamos un epitafio aquí?- Preguntó cogiéndole suavemente del antebrazo.

Después de eso, los libros y diarios decidieron llevárselos -¿Tu padre?- Preguntó con curiosidad cuando mencionó a Cedric y por un instante dudó. ¿Podría… Miró alrededor, observando el templo y analizando lo que sabía de las cavernas. No tenía sentido…Porque… Se volvería loco. Así se lo había dicho él. Que allí no podría encontrar paz porque después de cierto tiempo la locura se apoderaría de ella.

Pero no siguió indagando porque encontró aquella daga, ladeó la cabeza hacia él cuando le advirtió aquello  y Catherine dibujó una sonrisa sardónica -Te ves adorable cuando intentas protegerme de la magia negra-  Movió el báculo cuando terminó de observarla y ayudó a guardarla con el máximo cuidado, tenía que estudiar los grabados. Aún así se sorprendió del “insulto” de Wthyr y arqueó las cejas para luego levantar suavemente el mentón -Estas pertenencias están en territorio de Ávalon y yo soy su reina, técnicamente, son mías... Y decido compartirlas contigo…- Movió las cejas con un gesto que dejaba en claro la frase “Jaque mate”.

Bajaron de allí hacia el lugar que Catherine estaba ansiando porque bastante había mantenido el estómago en su sitio. Quería… ¿A dónde iban? ¿Habría otra casa por allí? Iba concentrada en unos minerales brillantes que cada vez aparecían con más regularidad -¿Son mágicos?- Le preguntó a Wthyr pensando que seguramente a Emerald le llamarían la atención. ¿Podría llevarle uno? No, mejor no. Cuando alzó la cara ya se encontraban ante el precioso lago que acabó robándole el aliento. Se quedó en silencio absorbiendo la escena y la serenidad que le daba aquel sitio. La luz de los cristales le confería una aspecto mágico que Catherine sintió que debía grabar…que debía pintar y guardar para siempre. Sonrió brevemente y se sintió, de nuevo, como la niña que veía el mundo lleno de color así que contempló y contempló por largos minutos -Es un lugar precioso- Acabó diciendo, embelesada antes de soltar el aire que había estado conteniendo. Al inspirar de nuevo olió el hedor del troll y soltó un “tsk”...

Y otro al caer en cuenta que no era una casa, ni un baño. Era un lago.

-Hmm…- No podía negar que el olor asqueroso necesitaba quitárselo pero la vergüenza estaba allí. Se removió un poco incómoda antes de mirar a Wthyr un momento -Bueno…- Sabía que tenía las mejillas encendidas pero estaba segura de que él estaba más que acostumbrado a ello y no era como si pudiera ocultar que le daba pudor la situación -Yo… voy a…quitarme la ropa. Sé un caballero y date la vuelta- Dijo forzando una sonrisa nerviosa y golpeándole suavemente el hombro con el báculo antes de irse ella hacia una de las rocas donde empezó a sacarse la bolsa y luego la pesada capa, pero dubitó…La puso más cerca del agua para poder lavarle la mugre igual que las botas. Se escondió un poco tras una columna rocosa y acabó de sacarse el resto de la ropa, quedándose con las bragas antes de fijarse que Wthyr estuviese viendo para otro lado y así meterse finalmente en el lago despacio para no resbalarse porque una caída en ese momento sería muy…muy peligrosa.

Cerró los ojos soltando un suspiro cuando avanzó hasta que el agua le llegara por encima del escote. Sintió un ligero escalofrío ante el cambio de temperatura pero también por el mismo afluente mágico de esa zona. Se hundió un poco para mojarse la cabeza y cuando salió se cogió el cabello para ponérselo hacia delante y taparse los pechos porque…sí, porque le daba vergüenza y punto. Cogió un poco de agua y se lavó la cara con suavidad antes de volver a apreciar la belleza del lago desde esa perspectiva. Luego cayó en cuenta de algo y se volvió hacia Wthyr un poco agitada -¿Aquí no viven criaturas, verdad?- Como llegara una sirena y la cogiera del tobillo para hundirla, Catherine iba a ponerse en modo supervivencia. Por si acaso, volvió un poco hacia la orilla.


Off: Lo ha dibujado? Éxito, sí. Fallo, no.

¿Nivel de...familiaridad? 2/10 xD

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#1 'Probabilidad' :


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#2 'Dado (10)' :

Fue fácil adivinar que la pregunta del día iba a tener que ver con los dragones y los vínculos, pues le mencionó a todos los de sus hermanos antes de interesarse por saber cómo llevaba lo de Thauren. El recuerdo del dragón muerto sobre la nieve aún le atormentaba, pero más aún lo que hicieron después con él. Ni siquiera sabía lo que había sucedido después con su cuerpo, era un círculo que no podía cerrar todavía. - Mal. No era su hora...fue asesinado por Ouroboros. Hasta ese momento no había sentido la pérdida de vínculo con ninguno de los dragones con los que había crecido. - había sido muy cercano a Thauren, aunque también a Goth. Sabiendo lo que sabía...ahora comprendía que su abuelo lo hubiese vigilado muy de cerca durante tantos años. Había otros dragones en su círculo, pero no era lo mismo exactamente. Negó con la cabeza cuando ella le cogió por el antebrazo, haciendo un esfuerzo para que en sus palabras no aflorase todo el odio que sentía.

- No. Ni siquiera puedo hacerle un epitafio porque el maldito nigromante lo profanó y no le ha dejado descansar. - Olvidarlo no lo había olvidado, pero durante las últimas semanas había logrado alcanzar algunos momentos de paz. Si seguían hablando de él acabarían discutiendo, por eso prefirió dejar el tema ahí. Era asunto para cuando saliesen del refugio. - Simple coincidencia de iniciales. - mencionó a lo de Cedric y Charles, no pensó que aquellos escritos fuesen de su padre. Sin embargo...los diarios que habían encontrado sí parecían más recientes. Aprovechó también para anotar rápidamente las palabras de dragón grabadas en la piedra, porque si lo dejaba para dentro de unas horas la transcripción no sería tan correcta. La miró con una ceja alzada al escuchar aquello de que le parecía adorable al defenderla de la magia negra. - Si por adorable quieres decir paranoico, sí, tal vez. Tenemos un historial con esto de la magia negra. - se señaló brevemente el pecho con el pulgar, entornando después la mirada cuando le entró el arranque de reina de Ávalon. - O yo compartirlas contigo. ¿Quién te ha traído a ver los tesoros? - le siguió el juego, con una sonrisa de suficiencia. El caso es que le gustaba oírselo decir, no se decidía si le atraía más la faceta reina o la faceta "saqueadora".

Tras todo aquello se encaminaron hacia el siguiente destino, aquel lago azul rodeado de minerales que desprendían magia a raudales. Por la expresión de Catherine supo que le había impresionado tanto como a él en su día, y no era para menos. El lugar lo merecía. - Sí, los minerales que brillan son una especie de potenciadores mágicos. Y el agua del lago es curativa. - se quedó en silencio junto a ella durante los siguientes segundos, deleitándose con las vistas que tenían ante ellos y la calma que transmitía el entorno. Apenas se escuchaba nada, excepto algunas gotas de agua que caían del techo rocoso, y el leve sonido del fluir del agua que alimentaba el lago. Inspiró profundamente antes de que ella volviese a hablar, evidentemente para pedirle que se girase mientras se cambiaba. En cierto modo no le sorprendió...se lo esperaba. Las cosas no habían cambiado tanto como para que se quitase sin más la ropa delante de él. Se giró con el toque del báculo en su hombro, no sin antes rodar los ojos hacia arriba con resignación.

- Pues entonces tú tampoco mires. - le dijo sólo para picarla, pues suponía que no lo iba a hacer. Se alejó unos cuantos pasos de ella, comenzando a quitarse el calzado y la ropa manchada de troll. Estaba para quemar, se pondría una limpia del equipaje al salir. - Ten cuidado al entrar. - la avisó sin girarse, por si acaso iba muy rápido y se resbalaba. Finalmente se quedó sólo con la ropa interior, dirigiéndose al agua una vez que ella ya estaba dentro de modo recatado. Entró poco a poco mientras se acostumbraba al cambio de temperatura, metiéndose hasta la cintura mientras se lavaba los brazos y el cuello la sangre oscura que le había salpicado. Después avanzó un poco más, terminando por meter también la cabeza. Soltó algunas burbujas antes de volver a la superficie, echándose el pelo hacia atrás con una mano. Su comentario de las criaturas le hizo gracia, aunque tenía fundamento teniendo en cuenta que acababan de encontrarse con dos. - No lo sé...- comenzó con tono misterioso, acercándose a ella lentamente. - Según lo que consideres una criatura. - fue rodeándola despacio hasta quedar a su espalda, apoyando la suya contra las rocas de la orilla. Desde ahí tenía una perspectiva bastante...interesante. - Podríamos derrotar a la criatura que apareciese. - alzó los hombros y apoyó los codos en el borde. - Además...sé que tus mayores miedos no son unas criaturas. Eso no te asusta.

-Me gustaría decirte que mejora pero lamentablemente no conozco mucho de vuestro vínculo. Aún así… - La negativa al epitafio hizo que frunciera el ceño, le parecía algo tajante tomando en cuenta que si había muerto en batalla se merecía cierto honor pero entonces dijo lo de Matvey y Catherine cayó en un profundo silencio. ¿Profanó? ¿Qué había hecho Matvey con Thauren que había herido tanto a Wthyr? ¿Y por qué decía que no lo dejaba descans…La respuesta le llegó en cuanto se hizo aquella pregunta y parpadeó sorprendida. ¿Lo había… revivido? ¿Como a un inferi o zombie? Tragó en seco. Los dragones eran seres mágicos y gigantes que requerían mucha energía y Matvey… Otra vez se sintió a orgullosa de su padrino, no podía evitarlo. Pero se sentía orgullosa de él como lo hacía de sí misma cuando lograba un objetivo en su rama de especialidad o como lo hacía con Wthyr aprendiendo  y desarrollando nuevas habilidades…En general, con cualquiera avance en la magia pero podía empatizar ahora, un poco más, con el resquemor del Pendragon contra Matvey. Lo entendía…

No supo qué decir así que se quedó en silencio.

-No, me refería a adorable- Advirtió y luego miró su pecho, al verlo señalarse el lugar donde tenía la marca. Tensó suavemente los labios pero luego, con sus dimes y diretes, acabó por relajar el gesto -El guía de la cueva- Soltó con rintintin recordando aquella vez en la que le había dicho que él era el chofer. Apartó la vista sonriendo para sí misma al encontrar aquel recuerdo en su mente. En ese momento, también había sido divertido molestarlo.

Las novedades del lago, sinceramente, no le sorprendieron. El hecho de que fuera curativo y que los minerales fueran potenciadores mágicos explicaba esa sensación de cosquilleo general en su piel.  Volvió a mirar la zona con curiosidad preguntándose si podría agregar alguno de esos minerales a su báculo -¿Te has llevado algún mineral alguna vez?- Preguntó antes de oír aquello de que no mirara, puso los ojos en blanco porque… bueno, ella no solía hacerlo.

Al final, dentro, sintió esa corriente de energía curativa de la que Wthyr hablaba. No es que tuviera alguna herida ni nada por el estilo pero la espalda sí que estaba tensa por el cargo de peso extra y las largas caminatas que habían hecho. Catherine creía que nunca en su vida había estado tan tonificada. Pero…el ejercicio era lo que tenía.

Se giró hacia Wthyr para preguntarle aquello de las criaturas mientras se metía agradeciendo que estuviese en ropa interior. Al final no era tan descarado como pretendía, o eso creía ella al menos. Mientras él se hundía ella también aprovechaba para lavarse un poco el cuello pero le preocupaba soberanamente su cabello pringoso. Le observó acercarse cual acechador y entrecerró los ojos ante su respuesta -¿A qué consideras tú una criatura?- Preguntó porque para ella el concepto era…bastante claro. Criaturas mágicas eran lo que podían conocerse como animales en el mundo humano pero con dones mágicos y que carecían de la inteligencia para comunicarse al mismo nivel de los humanos. Al menos ese era el concepto que ella tenía. Pero al analizarlo pensó que entonces las sirenas no eran criaturas porque tenían su propio idioma.

Perdió la vista un segundo en el techo como pensando sobre aquel detalle hasta que la voz le vino desde la espalda, giró un poco la cabeza para observarlo en esa pose tan…relajada, como si pudiese dominar el mundo, y sus palabras no distaban de aquello. Ego, soberbia pero también certeza, una que ella compartía. Le tiró un poco de agua en la cara - No seas soberbio…Igualmente me irritaría que me interrumpieran- Murmuró girándose hacia él antes de hundirse un poco y restregar los dedos sobre el cuero cabelludo. Salió acomodándose el cabello hacia delante y lo miró un instante, evaluándolo -Dijiste que era curativo… ¿Cuándo fue la última vez que viniste?- Inquirió acercándose un poco hacia él -Lo digo porque… tu espalda tiene tres heridas. ¿O la daga estaba encantada?-

Estaba seguro de que su fama de saqueador le hizo ganarse esa pregunta sobre los minerales de la cueva, si se había llevado uno de ellos en alguna ocasión. Hizo un gesto negativo, jamás lo había hecho, y no por falta de ganas. - Es aquí donde deben estar. - formaban parte del equilibrio mágico del lugar, sería casi como intentar arrancar trozos de Sanguis Ligno. La forma en que iluminaban el lago con tonalidades azules era consecuencia de la magia que fluía por toda la zona. Las aguas curativas le dieron energías renovadas en cuanto pasó algunos segundos en el agua, y le habrían curado cualquier herida de haberla tenido. Por suerte habían salido bien parados de lo del troll, o lo que Catherine consideraba "criatura". Le divirtió verla desconcertada con su enigmática pregunta, así que no contestó al instante. Se limitó a alzar brevemente los hombros, moviendo lentamente en círculos una de las manos que tenía dentro del agua. Alzó la otra mano libre para canalizar energía mágica hacia arriba, formando varias esferas luminosas de color rojo que se quedaron suspendidas en el aire. Las runas y líneas del tatuaje ahora se iluminaban cuando canalizaba magia, lo que no era muy discreto en caso de ir sin ropa.

- Si son seres peligrosos y horribles se les llama monstruos, pero si son de apariencia agradable, no peligrosos y poco listos se les llama criaturas. Es curioso que los clasifiquemos por su apariencia. - divagó mientras echaba un poco la cabeza hacia atrás, pensando que ya había perdido el factor sorpresa para asustarla fingiendo que había algún ser indeseable en el lago. Tal vez en otra ocasión, cuando no pudiesen salirle antes de tiempo los niños por el susto. Giró la cara hacia un lado cuando ella le tiró agua por aquel comentario soberbio, devolviéndole de inmediato la jugada para lanzarle más agua con un movimiento de su mano. - Te ha quedado muy de reina eso de "me irritaría que me interrumpieran".- replicó con sorna, aunque en tono distendido porque no estaban tratando ningún tema serio que tuviese que ver con la resignación de Catherine respecto a lo de ser reina.

Le hizo un gesto para que se acercase a él, por si quería que le echase una mano para terminar de limpiarse el pelo. Luego se quedó algo pensativo para recordar la última vez que había estado en las cuevas. - Hace años, pero fue una visita bastante breve. En realidad es la primera vez que paso dos meses aquí. - las anteriores habían sido cuestión de días, tal vez un par de semanas como mucho. Hasta ese momento no había necesitado disponer de tanto tiempo para entrenar y para poder recuperarse de esa racha de acabar medio muerto más de una vez en pocos días. Su pregunta sobre lo de la espalda tenía bastante sentido, pues se suponía que el agua debía curar cualquier herida. - Esas cicatrices no desaparecerán. La daga tiene un conjuro para que no puedan curarse y borrarse de manera definitiva. Si no, desparecerían con cualquier sanación sencilla. Recuerdo que te disculpaste el día de la boda por tu nombre largo cuando tuviste que grabarlo...- se separó del borde rocoso, acortando un poco más las distancias con Catherine sin apartar la mirada de ella. - No sé qué recuerdos tendrás tú de ese día, o lo que pensabas durante la ceremonia. - él tenía bastantes imágenes en mente, aunque las del final del baile...estaban algo enturbiadas. Alzó la mano hacia su rostro para apartar un mechón de pelo mojado, rozando levemente su mejilla con el pulgar.

Le pareció ciertamente curioso que no se llevara ninguno de esos minerales y… le miró con cierto interés -¿Recuerdas cuando me preguntaste cómo diferenciaba o cómo perdonaba a la gente?...¿Cómo decides qué puedes llevarte y qué no?- Preguntó porque le parecía una buena comparación para poder evaluar los términos con los que llevaba su código moral. No podía evitar, a veces, relacionarlo con ese rumor o mito, que ella no había confirmado en sí; de que los dragones solían acumular tesoros. Quizás podía ser su pregunta de mañana. Aunque…No era de él, era sobre las criaturas -¿Es cierto que los dragones coleccionan tesoros?- Cuestionó porque realmente ella no tenía mucha experiencia alrededor de las majestuosas bestias. Simplemente sabía ciertas cosas porque su padre se las había enseñado. Como la bendición escocesa de la que hablaba.

Sus pensamientos se distrajeron cuando el tatuaje de Wthyr empezó a iluminarse, Catherine recorrió las líneas que ella misma había tatuado y dibujó una leve sonrisa. Era hermoso… Y le daba una profunda envidia. Se le quedó mirando un poco más de lo necesario porque generalmente no canalizaba sin camisa y era...digno de admirar. Pero se concentró en alzar la vista hacia sus ojos cuando empezó a hablar -Precisamente estaba pensando en ello- Mencionó la morena nadando un poco -No estaba segura de catalogar a las sirenas como criaturas porque ellas tienen su propio idioma y también su jerarquía o sociedad. Quizás se les debería tratar de otra forma- Debatió. Era algo que no solía hacer con mucha gente porque…No tenía el tiempo o …No se sentía cómoda hablando de temas que podían considerarse banales o fuera de su propio ámbito de estudio. Y además no tenía la confianza con Sarah para hablarle. Quizás la trataba de estúpida. Pero con Wthyr había descubierto que cuando se trataba del mundo mágico siempre podían hablar sobre temas sin que menospreciara su desconocimiento o ideas.

Se tapó la cara cuando le respondió a lo del agua, sonriendo de lado -Vengativo- Le soltó como reprimenda antes de hundirse de nuevo e incorporarse, sacando el exceso de agua con los dedos -Mmm…No necesariamente, lo habría dicho incluso en mi niñez- Dijo alzando los hombros -Me irrita que me interrumpan en un momento de serenidad… Son míos. Me molestaba mucho que me interrumpieran cuando pintaba y los mellizos precisamente buscaban ese momento para nuestras bromas pesadas- Entrecerró un poco los ojos antes de mirar alrededor -Además… Hace mucho no me daba un baño así  y me apetecía. No sé qué tiene el agua… o quizás el hecho de estar sumergida, me ayuda a relajarme…- Y por eso es que adoraba sus baños.

Se acercó un poco más, moviendo el cabello hacia delante y revisándolo -Creo que ya no me queda mucho más- Murmuró distraída mientras se miraba los mechones bajo ambas luces, la azul del lago y la roja de las esferas de Wthyr. Volvió a mirarlo cuando le respondió sobre las cicatrices, asintiendo -Tiene sentido…- Luego entrecerró los ojos -¿Por qué con las mujeres es distinto?- Lo del recuerdo hizo que tensara los labios en una sonrisa avergonzada -Es que… Dana y Awen eran sólo cuatro letras. Supongo que acabaron rápido y yo… Nueve… más del doble. Además, no me gusta herir así por que sí. Es más…Aún no entiendo bien el ritual … ¿Por qué tenía que hacerte eso? ¿Es alguna...marca posesiva o algo? Si luego nos vinculamos con sangre-

Tuvo que alzar un poco la cabeza cuando se acercó y luego desvió la mirada a las rocas, tratando de recordar -Todo está un poco… mezclado y borroso pero lo que recuerdo patentemente es que estaba aterrada- Asintió suavemente antes de sentir la caricia en su mejilla, volvió los ojos hacia él con una leve sonrisa -Porque estaba teniendo una sobrecarga mágica, no sé si fue el Sanguis o los rituales.  O el suelo de Ávalon, Morgana me advirtió de él…Además tenía un lío de sentimientos. Temía…perder el control y que mi magia tomara las riendas e hiciera cosas que se podrían considerar un ataque o traición y matar a Aedan por ser incapaz de retenerla toda- Soltó un largo suspiro -Por eso…Cuando volamos y pude finalmente liberarla fue…- Cerró los ojos y relajó el gesto, sonriendo ampliamente -Placentero… ¿No te sucedió lo mismo?...- Preguntó abriendo los ojos para mirarlo percatándose entonces de que estaba…cerca. En su espacio personal. Sintió un leve escalofrío recorrerle la columna pero… No se sentía incómoda sólo…nerviosa.

Tal vez estuviese equivocado, pero le dio la impresión de que a Catherine le hubiese gustado llevarse algún fragmento de aquellos minerales mágicos, por las preguntas que todavía le quedaban. No es que él supiese a ciencia cierta si había una regla explícita o no al respecto, pero le parecía lo más sensato. - Decido lo que puedo llevarme en función de lo que pueda perjudicar al lugar o las consecuencias que tenga. Lo que hemos cogido antes no es como arrancar pedazos de la propia cueva. Sólo lo usaría en alguna situación excepcional, algo que lo hiciese imprescindible. - tal vez les hubiese venido bien durante al apagón mágico, pues algo así había escuchado que hicieron los de Ouroboros para tener pequeñas zonas en las que pudiesen seguir canalizando magia.

Reflexionó un instante sobre el resto de dragones y su afición a los tesoros, llegando a la conclusión de que ella lo había percibido de manera bastante acertada. - Muchos de ellos tienen esa obsesión por los tesoros, pero no todos los que conozco. - incluso se le pasaba por la cabeza que él mismo podía tener algo de eso, por su antigua afición a los saqueos y a quedarse con lo que encontraba a su paso. Quizás fuesen simplemente instintos primitivos, o algo más relacionado con el carácter egoísta de ciertos tipos de dragón. Le había despertado la curiosidad con ese planteamiento, y además le hizo pensar algo más sobre el modo en que clasificaban a los seres mágicos. Era agradable poder tener también ese tipo de conversaciones con ella de vez en cuando, más relajadas y alejadas de la tensión de cuando discutían por alguno de sus muchos motivos.

- Desde luego que no son como animales mágicos. Supongo que deberían clasificarse por su nivel de inteligencia y si tienen capacidad de desarrollar moral.- no profundizaron más en el tema después de "vengarse" el uno del otro lanzándose agua, dando paso a uno de esos momentos en que le explicaba algo de su pasado. En los temas de hermanos podía verse identificado, porque a él le habían pasado cosas similares. Hubiese comentado algo quejándose de Shyvanna y Darren de pequeños, pero era algo injusto porque ella ya no los tenía. Por eso prefirió asentir sin añadir nada al respecto, removiendo un poco el agua a su alrededor. Estaba bastante de acuerdo en lo del modo de relajarse, los dos eran muy de baños y en los meses que llevaban juntos habían tenido varias ocasiones de esas. Le echó un vistazo al pelo para darle el visto bueno a lo que dijo, ya se había terminado de limpiar todos los restos de la batalla.

Al comentar lo de las cicatrices de la espalda tuvieron también tiempo para hablar de lo que recordaban del día de la boda, comenzando por el ritual con la daga. Entre esa pregunta y las anteriores le pareció que Catherine cada vez se interesaba más por los asuntos de Ávalon, por saber más de aquel lugar y sus costumbres.  - Es una tradición. Significa que uno forma parte del otro, tanto en el interior con la sangre como en el exterior con las marcas. Es un acto simbólico, aunque es cierto que después la vinculación concluye con la unión de la sangre y el vínculo mágico bendecido por el Sanguis Ligno mediante aquel lazo luminoso. - porque el árbol sagrado había reaccionado claramente a su unión, de eso no había duda.

Su confesión sobre estar aterrada no le sorprendió en absoluto, tenía motivos para estarlo, y con todo lo que le explicó que le pasaba por la mente se entendía mejor. Bajó la mano tras haber acariciado brevemente su mejilla, negando con la cabeza. - En algún momento incluso pensé que saldrías corriendo de allí, pero no lo hiciste. Lograste aguantar y controlar el torrente de magia del ritual. - sabía perfectamente al momento al que ella se refería, cuando por fin liberó su magia en aquella onda expansiva. Los dragones habían rugido en ese preciso instante. Esa noche fue intensa en todos los sentidos. - Sí. Claro que lo sentí. Era poder desbordante. Incluso me pareció escuchar ecos y murmullos del Sanguis...no había sucedido antes. - recordaba también que las manos de ambos ardían al contacto durante la unión, y una sensación similar de calor se le extendió por el cuerpo cuando subió las manos por sus brazos en una lenta caricia.

Era consciente de la cercanía, pero no quería apartarse, aún no. Quién sabía cuándo sería la próxima vez que podrían estar así, en paz entre ellos y con el mundo. Cuando salieran no sabían lo que les esperaba. Ese pensamiento de que aquello no se repetiría hizo que se le acelerase un poco el corazón, como si temiese perder la oportunidad. Se mordió levemente el labio inferior durante un instante al mirar los de ella,  como si estuviese en lucha consigo mismo. Por su mirada penetrante parecía que quería grabarse la imagen que tenía frente a él.   - Catherine... - susurró quedamente, aún en conflicto entre lo que quería hacer y todos los motivos por los que no debería.  - Ojalá no tuviéramos que marcharnos todavía. No sé qué pasará a partir de ahora, pero este tiempo robado ha valido la pena. - tomó su rostro entre sus manos, inclinándose lo suficiente como para  apoyar su frente sobre la de ella.

I wanna love you but I better not touch (don't touch)
I wanna hold you, but my senses tell me to stop
I wanna kiss you but I want it too much (too much)

Finalmente dio el paso y rozó sus labios con los de Catherine, cerrando los ojos mientras la besaba como muchas veces había imaginado. Al menos aquello se lo llevaría.

La aclaración de Wthyr hizo que asintiera suavemente. Estaba claro que aunque la comparación podía hacerse, estaban hablando de situaciones muy distinta. Una “cueva” o unos “minerales” no tenían la voluntad y/o inteligencia de actuar contra otra persona así que mientras más lo analizaba, más sentía que su comparación era estúpida. Se mordió el labio apartando un poco la mirada y asintiendo vagamente -¿Y tienen algo en común?- Preguntó nuevamente -Algo me dijo mi padre una vez en mis estudios que los dragones de cierto color guardaban algunas similitudes- Dijo con suavidad frunciendo el ceño como si le costara recordar aquellas lecciones.

El tema de las sirenas hizo que asintiera suavemente y entonces comenzó a divagar un poco -Es que… Tratamos de esa forma a los licántropos y vampiros. Es más, Altair está en el Consejo- O no, porque no se le había visto el pelo en los últimos meses -No porque no hablen nuestro idioma deberían estar excluidas, aunque técnicamente Sarah les representa- Movió la cabeza de un lado a otro -Cuando di pinceladas a mi proyecto en tierra tenía la idea de armar un Consejo también, con representantes de todas las facciones y razas con el propósito de que todos tuvieran voz y voto. Pero nunca pensé en las razas que hacen vida subacuática. Si es que queda alguna…tras el apagón- Definitivamente, su cerebro estaba descarrilándose bastante con la conversación porque…Es que le parecía interesante.

Con el pelo limpio se quedó más tranquila y disfrutó un poco de la sensación de su cuerpo en el agua. Al tenerla cubriéndola hasta los hombros podía levantar un poco las piernas y …hace mucho que no sentía esa ligereza. Ese embarazo era realmente distinto al de Aedan. Prestó atención a la explicación de Wthyr y asintió con suavidad pero luego le vino otra pregunta -¿Por qué mi marca es distinta a la tuya?- La mención del Sanguis Ligno hizo que mirara hacia el techo en dirección hacia aquellas raíces que recorrían toda la isla. Tenía mucho que investigar y descubrir sobre ese árbol. Volvió la vista hacia él con una leve sonrisa -Mmm…- No, nunca había pensado en salir corriendo sabiendo que la vida de Aedan estaba en juego pero eso no quería decir que no hubiese sentido que iba a desvanecerse -Las rodillas me flaquearon en algún momento- Le dijo, o al menos eso creía recordar -¿No había sucedido antes? ¿Te refieres a tus bodas anteriores? ¿U otras bodas en general?- Preguntó porque sus dudas alrededor del árbol crecían cada vez más. ¿Por qué había pedido que fuera una Pendragon? ¿Por qué? Tenía vagos recuerdos de su primer encuentro íntimo y la conversación que habían tenido. Lo de la magia tampoco había sucedido en sus anteriores bodas.

Y en su otro encuentro él también había actuado sorprendido.

Por eso cuando subió las manos por sus brazos desnudos, Catherine sintió que el cosquilleo que había quedado en segundo plano al hablar de criaturas, de consejos y de la boda; se reavivó recorriendo todo su cuerpo. Recordó entonces su confesión, al verlo morderse el labio. Dudaba porque tenía miedo, de lo que podía suceder o hasta dónde podían llegar. Sabiendo lo que sabía, le hacía sentir extraña a su alrededor. Era tan raro verlo vulnerable o dubitativo, cuando generalmente no dudaba en nada de lo que hacía o al menos lo aparentaba -¿Mmm?-  Al escuchar su frase, no pudo más que sentirse identificada porque… Por mucho que las primeras semanas hubiesen sido difíciles, habían encontrado una forma de estar cómodos uno al lado del otro; de hablar, estudiar, debatir, investigar y aprender sin llegar a gritarse o pelear como lo hacían al principio.

Y ella también tenía miedo de salir y de enfrentar todo lo que habían dejado atrás. O más que miedo. Rechazo profundo. Había necesitado paz y tiempo y lo había obtenido allí en una forma que le había dado serenidad a su cabeza, a sus pensamientos… De una manera que le había aclarado la mente -Vamos a intentar construir esta paz afuera ¿No?- Preguntó alzando las manos hasta ponerla sobre las suyas, mirándolo a los ojos cuando apoyó su frente en la de ella. Porque ella, personalmente, había vuelto a tener la esperanza de saborear esos momentos de tranquilidad fuera de las cuevas. Y aunque sabría que el camino no sería fácil sino todo lo contrario, debía tener fe en que, quizás, en algún momento; lo lograrían.

E incluso cuando sabía que la cercanía era casi igual a esa que compartían cuando dormían juntos, aunque era consciente de que estaba en su espacio personal y la situación era distinta; se sorprendió cuando rozó sus labios. Y lo que realmente le sorprendió no fue que él lo hiciera, sino su carencia de rechazo. Así que cuando Wthyr la besó, Catherine se dejó llevar por la sensación cálida que le recorría. Era distinto…a todos los besos que habían compartido. Desde aquellos impulsados por un deseo incontrolable gracias al Sodoma a aquel roce de labios que ella misma se había obligado a darle cuando él se lo pidió. Era… sabía a victoria, como si hubiesen logrado vencer el miedo que los congelaba a ambos en su sitio por temor  a ver lo que podían alcanzar o quizás la certeza de que sabían que se podían llevar bien cuando estaban ellos dos solos.

Pero también era el vínculo que compartían y que en ese momento se avivaba. El contacto físico siempre había sido clave para la canalización de la magia juntos y la morena no podía evitar pensar en todas esas teorías en su cabeza que iban y venían pero de las que tenía demasiada vergüenza o pudor para exponer delante de él…Y de cualquiera. Demasiada “castidad” para sacar el tema con nadie además no todos entendían lo que era tener ese vínculo, no comprendían lo que era vivirlo y era TAN difícil ponerlo en palabras.  

Close my eyes, I'll fly right through that open door
Oh, I can hear it beckoning
So loud that it's deafening
I can feel something
Like a fire within

Apretó los dedos sobre los de Wthyr cuando sintió de nuevo aquella oleada de poder recorrerla. Sin duda, potenciada por toda el aura que en ese momento les rodeaba. Dio un paso hacia delante bajando las manos para luego apoyarlas en su abdomen. Realmente sólo quería mantener el contacto físico y… le daba curiosidad saber qué pasaría si mientras estaba sintiendo aquello tocaba el tatuaje con el que él canalizaba. En realidad era más instinto que otra cosa, así que subió las manos hasta tocar las líneas del tatuaje  que si no estaban brillando aún, pronto lo harían en cuanto ella comenzó a canalizar su magia hacia él.

If you never look, you'll never discover
This infinite world for you to uncover
I can hear a symphony
Weaving through everything
Calling out to you and me

Wthyr se tomó algunos segundos para explicarle un poco sobre los diferentes tipos de dragones, remarcando que los negros y los rojos eran los de carácter más difícil e independiente. Lo que dijo después sobre la representación de diferentes razas mágicas le pareció interesante, pues de ese modo les sería más fácil ganarse el apoyo de esos sectores. Aseguró que tendría en cuenta la idea, y tras eso se centraron más en el asunto de los rituales de la boda y lo que sintieron ambos.  

- En los libros de rituales no explica claramente por qué las marcas del hombre y la mujer son distintas. Puede que sea por convención social, o porque se considerase que son las mujeres las que deben verter sangre primero...al fin y al cabo son ellas las que se encargan del templo y todos los rituales. - era una teoría, pero podía ser porque se las considerase dignas en ese sentido. - Precisamente. - añadió a eso que mencionó Catherine sobre flaquearle las rodillas, porque también por momentos le había dado la impresión de que se desmayaría frente al Sanguis. - En las mías no, desde luego. Hubo algo...pero más débil. Distinto. Y no recuerdo ninguna boda más. - la de Shyvanna no contaba, puesto que el árbol sagrado engulló a su prometido. Se preguntaba si era algo muy común en las bodas sin la aprobación del Sanguis. Todas las teorías y elucubraciones quedaron atrás cuando Wthyr se atrevió a dar por fin el paso para tener un acercamiento.

El momento en el que apoyó su frente con la de ella le pareció casi tan íntimo como otros en los que el contacto físico había sido mayor, aunque en este gesto había un grado de confianza implícito que no tenía nada que ver con situaciones anteriores. Llegó a sentirse incluso esperanzado al escuchar sus palabras sobre intentar construir la misma paz cuando estuviesen fuera. Eso significaba que ella había recuperado el espíritu suficiente para no rendirse, para no volver a caer en la apatía de estar harta y darle todo igual.  - Sí, aunque haya que luchar sin descanso para lograrlo. - podía decirse que era una promesa, una a la que recurrir cuando los tiempos se volviesen difíciles y oscuros para ellos. Siempre podrían recurrir a aquellos recuerdos en los que estuvieron juntos y libres en aquellas cuevas.

Lo recordaría, igual que aquel beso que podía considerar como el primero real que se daban. Uno sin instinto animal exacerbado, uno sin medias tintas a modo de consuelo. Esa vez era diferente, y aquel fugaz pensamiento fue suficiente para acelerar más su pulso y robarle la respiración durante un instante. Casi le costaba creer que estuviese sucediendo, y por eso mismo quiso recrearse una vez pasada la sorpresa inicial. No lo había planeado, ni siquiera unos segundos antes de hacerlo. El principio fue lento y suave, pero suficiente como para notar el modo en que la magia de ella se metía bajo su piel. Realmente no necesitaba ninguna marca con el nombre de ella en ninguna parte, porque de algún modo ya la tenía "grabada" en muchos más sentidos.

Las líneas de los tatuajes comenzaron a iluminarse de manera tenue y progresiva, comenzando por el pecho desde el momento en que Catherine las tocó. Enseguida subió una mano por su espalda hasta enredarla en el cabello de su nuca, profundizando el beso para perderse en la calidez de su boca. Llevó la mano libre a la que ella tenía sobre su pecho, dejando fluir también la energía mágica de manera instintiva. Sabía que, de seguir así, el deseo le acabaría llevando más allá, y no quería echarlo a perder después de todo lo que les había costado dar ese primer paso. Por eso se obligó a refrenarse un poco, terminando por separar su rostro del suyo tras atrapar un instante  su labio inferior. Retrocedió muy poco, entrelazando su mano con la de ella y bajando la otra a la parte baja de su espalda. Buscó su mirada de manera inmediata, con la respiración estaba ligeramente agitada y todavía escuchaba sus propios latidos en los oídos. Curiosamente, y a pesar de eso, se sentía liberado de algunos temores. Se había quedado sin palabras, necesitaría aún algunos segundos más para recomponerse y expresar los pensamientos que se enmarañaban en su cabeza.

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Éxito: sigue un poco más
Fallo: no

El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Apuntó los detalles que le había dado Wthyr respecto a los dragones, sin duda, era más fácil y rápido aprender así que leyendo libros. Lo que le pareció curioso es que sus monturas siempre hubiesen sido negras. O Goth que era rojo. ¿Sería cuestión de personalidades? Podría preguntarlo mañana. Agradeció que tomara en cuenta sus ideas cuando sugirió la representación de varias razas, le parecía la mejor forma de mantener el equilibrio.

-Y las que damos a luz… - Y eso era particularmente sangriento. Pensó un poco en lo que dijo y aunque seguía sin entender porque era necesario dañar, respetaba que eran sus tradiciones y poco podía hacer para cambiarlos… bueno, no poco. Era su Reina. Pero antes de hacer cambios de ese estilo era mejor conocer realmente el trasfondo y, además, encargarse de los asuntos que si ameritaban una atención urgente. -Quizás el árbol estaba contento porque habías cumplido su deseo- O tal vez la cuestión era mayor, pero era algo de lo que aunque ya habían hablado, no habían elaborado ninguna teoría real más allá del visible vínculo que compartían cuando conjuraban juntos.

Le sonrió notando el leve cambio en su gesto pero sin llegar a saber a qué respondía exactamente. Paz era lo que quería, si llegaba otra cosa ya verían pero de momento convertir aquella alianza llena de comprensión y respeto en su día a día sería, sin duda, un cambio drástico en comparación con sus padres -No, no quiero madrugar- Bromeó un poco con una leve sonrisa cuando mencionó eso de "sin descanso" porque, sinceramente, era una de las cosas que iba a echar de menos… despertarse tarde, marcar sus horarios, tomar sus decisiones con calma y entrenar, aprender, investigar y crecer a su manera, en su propio tiempo… porque afuera todo pasaba tan rápido que a veces simplemente actuaba más por impulso que otra cosa. Pero ahora… ahora sabía que era posible, que podían llegar a ello y que quizás muchas de las cosas que los guiaban a enfrentarse tenían que ver más con sus cargos y títulos que con ellos mismos, que con las personas debajo de aquellas coronas.

Disfrutó de su contacto porque… una vez más, era él. Pero el hombre que había conocido allí en las cavernas, no el Rey, ni el líder de los Pendragon; sino la persona real que era capaz de reconocer cuando se equivocaba y aunque el orgullo y temple seguían siendo facetas suyas; no dejaba siempre que la soberbia le abordará. Así que ella también se recreó, en él, en el momento y en cómo las cosas habían cambiado para ambos. Se entregó, a las sensaciones, dejándose llevar por el fluir de la magia pero también por la suavidad con la que le besaba. Entrelazó sus dedos al sentir el cosquilleo de su magia entrar en contacto con la de ella y supo el momento exacto en el que todo su cuerpo pareció responder a aquel beso… pero aún no estaba preparada para ello.

Sonrió de lado cuando atrapó su labio y alzó la mirada hacia él cuando se separó, manteniendo el gesto y aunque el beso parecía haber sellado un nuevo inicio entre ellos, Catherine no detuvo la canalización de magia. No quería. Bajó la vista un momento hacia donde sus manos estaban entrelazadas y vio las líneas que ahora brillaban, otorgándole un aura aún más mística al cuerpo de Wthyr pero también al lago.

No quería alejarse realmente… y no lo hizo.

Volvió a mirarlo y acarició su nariz con la propia antes de bajar un poco la cabeza y apoyarla contra su pecho, disfrutando de las sensaciones y del fluir de la magia de ambos ante aquel contacto piel contra piel. Cerró los ojos, quedándose allí en silencio. Podía sentirlo todo… su corazón, tan acelerado como el propio, su respiración agitada y la forma en la que la magia bullía entre ellos hasta cargar la atmósfera alrededor una vez más con aquellos hilos de energía roja y violeta que eran tan hermosos como mortales.

Durante un momento estableció de nuevo un puente mental con él, como el que solía hacer cuando…intimaban. Y esto era… una especie de momento íntimo que les había costado muchas discusiones pero también mucha sinceridad. Pero no salió como esperaba… en cuanto conectó con él, una poderosa oleada telepática penetró su campo con gritos desquiciados. La sorpresa generó que Catherine se alejara bruscamente rompiendo la canalización que provocó una ola expansiva, pero el mismo lago o los minerales parecieron absorberla… como si siempre hubiese pertenecido allí.

Buscó la mirada de Wthyr momentos antes de elevar los escudos de oclumancia para ambos. La paz del momento fue borrada de un plumazo pero Catherine la recordaría -Gwen- Murmuró y apretó sus dedos contra los de él -No sabía que tenía poderes telepáticos- Le dijo antes de empezar a caminar hacia atrás para salir tirando de él. Debían irse, debían ayudarla.



Percibe a Gwen?
Éxito: si
Fallo: no

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Las miradas y el contacto entre ellos tras el beso bastaron para llegar hasta donde no podían hacerlo las palabras, porque en ese momento sobraban. Cualquier cosa que hubiese dicho no sería capaz de expresar lo que había supuesto ese beso para él, el paso que suponía después de todo lo que habían pasado para llegar a ese instante. Le bastaba aquello, había significado lo suficiente como para considerarlo un triunfo, para no necesitar convertirlo en algo más ni buscar la precipitación. Por la mente le pasó un pensamiento bastante fugaz, uno que le dio esperanzas y a la vez le aterró: fue consciente de que se había sentido feliz, de que podía volver a sucederle aunque hubiese renegado de ello tantas veces. No quiso pensarlo o le daría vértigo. También se dio cuenta de que había algo más a lo que no sabía ponerle nombre claro. Algo que no era únicamente la adicción mágica hacia ella, ni era el tormento del deseo que le quemaba por dentro cuando la miraba o tenía cerca. Era más bien como un lugar al que querer regresar, en el que encontrar lo que buscaba.

El roce de su cuerpo contra el suyo le pareció una necesidad vital. La envolvió en un íntimo abrazo cuando ella se apoyó sobre su pecho, dejando una mano en su espalda y alzando la otra hacia su cabeza para mantenerla cerca de él. Cerró también los ojos, acompasando poco a poco su respiración con la de Catherine mientras el incesante caudal de magia crecía entre ellos y a su alrededor peligrosamente. La conexión mental con Catherine apenas duró un instante, pero fue lo suficiente como para que aquellos gritos de dolor y desesperación se le clavaran en la cabeza. Ambos se separaron de manera inmediata en cuanto la onda expansiva de magia abandonó sus cuerpos, provocando que todo se iluminase de manera breve antes de desaparecer. No entendía lo que acababa de pasar...y ella tampoco, a juzgar por su mirada. Lo peor era que había reconocido la voz que gritaba...

- Le tiene que estar pasando algo a Gwen, tienen que estar torturándola. ¿Por qué ha conectado contigo? ¿Cómo ha podido llegar hasta aquí? yo tampoco sabía que podía comunicarse telepáticamente. - el corazón volvió a acelerársele, pero esta vez no era por un buen motivo. Su hermana estaba en peligro y estaba casi seguro de lo que podía ser. Estaba en Ávalon, supuestamente a salvo, pero ese desgraciado del Papa seguía teniendo la sangre de los Pendragon. Podría incluso localizarlos, además de torturarlos. - Tenemos que irnos ya. - la preocupación había reemplazado a todo lo anterior, no podían quedarse más allí sabiendo lo que estaba sucediendo fuera. De no ser así...se hubiese sentido tentado de quedarse un poco más, de pedirle que se quedaran los dos. No podía ser.

Ayudó a Catherine a salir del lago y después comenzaron a vestirse con rapidez, recogiendo sus pertenencias. Ya regresarían más tarde a por el resto o pedirían que se las trajesen. Por suerte tenían la ventaja de que el rato que les llevaría salir de la cueva no serían más que escasos minutos en el exterior. Recorrieron el camino que les llevaría hacia el exterior, de vuelta a la realidad. Dejaba recuerdos y muchas confesiones en aquellas grutas, pero se prometió a sí mismo regresar allí con ella alguna vez. Finalmente dejaron atrás las cuevas, alejándose del lugar en el que por primera vez en mucho tiempo habían encontrado tranquilidad.

Una serie de cuevas se abre paso entre las imponentes formaciones rocosas, cuyas paredes parecen susurrar antiguos secretos y promesas de curación. La atmósfera en este lugar es diferente, impregnada de una energía tranquila y sanadora que contrasta con la oscuridad y el peligro que acechan en otras partes del bosque.

Las cuevas, iluminadas por la luz tenue de cristales incrustados en las paredes, emanan una sensación de paz y serenidad. El suelo está cubierto de musgo suave y húmedo, y el aire está impregnado con el dulce aroma de hierbas medicinales y flores silvestres. A lo largo del camino, los aventureros encuentran pozos de agua cristalina que brotan de las paredes de la cueva, ofreciendo un bálsamo refrescante para el alma cansada.



Tal vez puedan considerar éste un buen refugio en el caso de necesitarlo.

Al fondo se puede observar algo brillante en la penumbra, una torre de cristal, con una figura imponente en lo alto. Una escultura de un jinete y su dragón a su espalda, ambos inclinándose y mostrando sus respetos hacia algo.


Una figura etérea emerge de las sombras, envuelta en un resplandor suave y etéreo. Su forma es apenas perceptible, como si estuviera hecha de luz y niebla, y su presencia irradia una sensación de antigua sabiduría y misterio.

La figura flota en el aire, con movimientos gráciles y delicados, mientras susurra el acertijo en una melodía suave y envolvente. Su voz es como el susurro del viento en la noche, un eco lejano de tiempos olvidados que parece resonar en el corazón del viajero.

Sus ojos, brillantes y luminosos, contemplan al intrépido buscador con una mirada penetrante, como si pudieran leer los secretos más profundos de su alma. A medida que la figura etérea entona el acertijo, su presencia parece llenar la torre con una energía mágica y misteriosa.



En el reino de la noche eterna,
donde las estrellas cantan su lamento,
se alza una torre de cristal y piedra,
guardiana de un antiguo secreto.

En lo alto de la torre, un guardián vela,
con ojos de fuego y corazón de hielo,
yace un cofre, envuelto en bruma y niebla,
protegido por el eco del deseo.

Para abrir el cofre y hallar el tesoro,
deberás enfrentar al guardián impasible,
resuelve su enigma, sácale del decoro,
y el tesoro será tuyo, un premio irresistible.

Dime, viajero, ¿qué es lo que pide,
el guardián de la torre, con su mirada ardiente?
Resuelve su enigma, sin que nada te impida,
y el tesoro oculto será tuyo, para siempre.


Puedes tirar dado de 20 para percepción o habilidades.
Así como explorar otros lugares de las cuevas o usar sus instalaciones.