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El Palacio de Buckingham era la residencia oficial del monarca británico en Londres. Buena parte de la familia real huyó de la capital al poco de estallar la guerra, dejando el poder en manos del ejército, principalmente. Al menos así fue durante varios años, mientras que los políticos quedaron en segundo plano, hasta su relativamente reciente resurgir. Durante algunos años podría decirse que coexistieron dos monarquías en suelo británico. Por un lado el autoproclamado rey de la Inglaterra Mágica, Termeritus Jones (y posteriormente Alphonse Bertram) y por otro los exiliados monarcas de raza humana. El palacio se encuentra actualmente en manos de Frances Burkes, relacionada con la familia real y ministra de sabiduría. Cuenta con vigilancia en el perímetro, alarmas y francotiradores apostados en las zonas altas.
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Milton Capea
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Tras caminar un par de calles estaba llegando a mi destino. ME detuve a mitad de la acera y compre un hot dog. El tiempo de viaje me había provocado hambre, y como soldado que no gusta de streaptease, no tengo en nada más que gastar mi dinero.
Sabía a grasa comprimida, pura grasa.
"Tal vez con salsas mejore... "
Le hice una seña al vendedor y comencé a llenarlo con todas las salsa que tenía. Colores extravagantes y olores picantes. Cada salsa era más rara que la otra. Disfrute de una suave ventisca mientras comía la delicatessen, lo hice junto al vendedor durante cada mordisco, si de pronto empezaba a morir, me lo llevaría conmigo.
El tío me miraba raro. O era extranjero y no entendía el idioma, o era un imbécil. O ambas. Finalizo la comida y le pongo el papel en la mano al vendedor antes de seguir caminando. Era un buen día, un gran clima y problemas por delante.
Ahora que lo pensaba... Las nubes parecían anunciar problemas, pero claro, la vieja Frances lo había convocado. Algo malo necesitaba, o algo bueno que fuera malo para mí.
"Hagámoslo y ya"
Camine hacia la puerta del palacio y me anuncie. Esos guardias tenían menos aspecto amigable que yo. Y eso ya era mucho que decir. Aunque no me causa mucha gracia que ahora mismo estuvieran apuntándome cuatro lasers de francotiradores.
Uno de los guardias se dirige a una cabina y se comunica con el palacio, la voz del teléfono le da el ok y el guardia me señala para que continúe mi camino.
Hago todo el camino hasta el palacio, una calle larguísima decorada de miles de plantas y barras de metal, seguramente trampas y armas automáticas. Era la primera vez en muchos años que una persona realmente habitaba este palacio, luego de lo de Termitus o como se llamará nadie se había atrevido a quedarse aquí, o siquiera a pisar los terrenos por más de unas pocas horas.
Una nueva voz me saca de mi mente al avisarme que me están esperando, como si llegara tarde, yo nunca llego tarde.
Camino con decisión mientras me acomodo mi uniforme, no quiero que nadie me lo acomode, y ya sé a quien voy a ver. Golpeo la puerta doble de roble y al escuchar su voz respiro profundo y me abro paso hacia la oficina.
-Ministra Burke-Roche. Me presento a recibir sus órdenes.-
A pesar de que ella no es una militar, es de la realeza, y es una ministra, por eso la saludo firme y con la mano en la frente.
Sabía a grasa comprimida, pura grasa.
"Tal vez con salsas mejore... "
Le hice una seña al vendedor y comencé a llenarlo con todas las salsa que tenía. Colores extravagantes y olores picantes. Cada salsa era más rara que la otra. Disfrute de una suave ventisca mientras comía la delicatessen, lo hice junto al vendedor durante cada mordisco, si de pronto empezaba a morir, me lo llevaría conmigo.
El tío me miraba raro. O era extranjero y no entendía el idioma, o era un imbécil. O ambas. Finalizo la comida y le pongo el papel en la mano al vendedor antes de seguir caminando. Era un buen día, un gran clima y problemas por delante.
Ahora que lo pensaba... Las nubes parecían anunciar problemas, pero claro, la vieja Frances lo había convocado. Algo malo necesitaba, o algo bueno que fuera malo para mí.
"Hagámoslo y ya"
Camine hacia la puerta del palacio y me anuncie. Esos guardias tenían menos aspecto amigable que yo. Y eso ya era mucho que decir. Aunque no me causa mucha gracia que ahora mismo estuvieran apuntándome cuatro lasers de francotiradores.
Uno de los guardias se dirige a una cabina y se comunica con el palacio, la voz del teléfono le da el ok y el guardia me señala para que continúe mi camino.
Hago todo el camino hasta el palacio, una calle larguísima decorada de miles de plantas y barras de metal, seguramente trampas y armas automáticas. Era la primera vez en muchos años que una persona realmente habitaba este palacio, luego de lo de Termitus o como se llamará nadie se había atrevido a quedarse aquí, o siquiera a pisar los terrenos por más de unas pocas horas.
Una nueva voz me saca de mi mente al avisarme que me están esperando, como si llegara tarde, yo nunca llego tarde.
Camino con decisión mientras me acomodo mi uniforme, no quiero que nadie me lo acomode, y ya sé a quien voy a ver. Golpeo la puerta doble de roble y al escuchar su voz respiro profundo y me abro paso hacia la oficina.
-Ministra Burke-Roche. Me presento a recibir sus órdenes.-
A pesar de que ella no es una militar, es de la realeza, y es una ministra, por eso la saludo firme y con la mano en la frente.
Frances Ruth Burke Roche
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Había sido un día arduo. Muchos papeles, muchas discusiones, muchas peleas. La mayor parte del tiempo la gente actuaba como debía. O sea como yo lo deseaba. La otra parte del tiempo hacían las cosas mal, y esas cosas mal acarreaban perdidas de tiempo para corregirlas, y eso acarreaba más gastos de dinero.
Los desarrollos de nuevas tecnologías y la actualización de las ya existentes era un rompedero de cabeza en cualquier día normal. Pero durante la guerra, contra seres mágicos. No puedo expresar lo complicados que eran mis días.
El problema no residía en que hacer con lo que tenemos, sino en como hacer para conseguir lo que necesitamos con el poco dinero que tenemos.
Por suerte estaba rodeada de un equipo maravilloso. Muchos eran ya viejas carretas como yo, la mayoría de los jóvenes se encontraban cargando un arma como si no fueran nada más. Pero cada vez que podía rescataba a algún prodigio, lamentablemente mis excasos capitales solo me permitían salvar a uno o dos de esas mentes brillantes cada mes, mientras que otros tantos perdían al vida, o perdían el interés en fomentar su mente.
Tome una gran bocanada de aire al entrar a mi despacho. Cerré las puertas detrás de mí y por primera vez en la semana estuve sola. Es increíble lo agobiante que puede ser estar rodeada de gente todo el tiempo. Y además no podía quitarme de la mente todo ese asunto del no-humano dirigiendo a mis pequeños jovenes.
Ahí fue que recordé, el día de hoy había hecho una cita. Necesitaba a alguien de confianza dentro de las filas, alguien que se encarga de hacer lo necesario para salvar a los jóvenes. Matar al drow si era necesario. Deshabilitar a Javert si no quedaba más opción. Cada día los magos reclamaban más y más territorios, y nuestras fuerzas parecían débiles, sin rumbo totalmente a la deriva.
¿A quién podría elegir para una tarea así?
Pasé demasiado tiempo analizando la situación. Había muchos hombres buenos en el ejercito, y muchos leales a la alianza, pero no servían. Necesitaba a un hombre malo. Alguien que no tuviera nada que perder, pero sí algo que ganar.
Lo recordé. Hace muchos años hubo un atentado, murió mucha gente tras el ataque de un mago desquiciado. Uno de ellos era un ex miembro de las fuerzas especiales para misiones en el exterior. Un hombre condecorado en multiples ocasiones, y que había sido dado de baja con honores, una accion normal para cualquier soldado luego de cierta cantidad de misiones en tierras extranjeras. Si mal no recordaba, el hombre había perdido a su hijo en el ataque, y no tenía a nadie más. Había sobrevivido de casualidad, aunque había perdido su pierna.
Frances nunca le había dicho nada, pero ella se había encargado de mover influencias para que recibiera el mejor tratamiento y una pierna de la mejor claidad y tecnología.
Ahora era que lo recordaba. Era el hombre perfecto. No dudaría en seguir mis instrucciones, y tenía mucho que ganar. Con mis contactos, seguramente podría conseguir información sobre el mago que causo el ataque. Y tal vez... comentarle sobre el archivo secreto que se había abierto sobre aquel "atentado".
Tocaban a la puerta, el soldado había llegado.
-Adelante por favor.-
Mi dulce voz atravesó la madera y tras ella un hombre de contextura mediana y musculosa se hizo paso. Llevaba su uniforme completo, bien arreglado y acomodado. Sentí mucho orgullo de mi elección. Fui a su encuentro y lo salude en señal para que bajara su mano.
-Puede descansar soldado. Me alegro que llegara bien... y a tiempo. Y bien vestido-
Le di una tierna palmadita en su mejilla y rodeandoleel codo con mi brazo lo lleve hasta unos comodos asientos.
-Tenemos mucho de que hablar.-
Los desarrollos de nuevas tecnologías y la actualización de las ya existentes era un rompedero de cabeza en cualquier día normal. Pero durante la guerra, contra seres mágicos. No puedo expresar lo complicados que eran mis días.
El problema no residía en que hacer con lo que tenemos, sino en como hacer para conseguir lo que necesitamos con el poco dinero que tenemos.
Por suerte estaba rodeada de un equipo maravilloso. Muchos eran ya viejas carretas como yo, la mayoría de los jóvenes se encontraban cargando un arma como si no fueran nada más. Pero cada vez que podía rescataba a algún prodigio, lamentablemente mis excasos capitales solo me permitían salvar a uno o dos de esas mentes brillantes cada mes, mientras que otros tantos perdían al vida, o perdían el interés en fomentar su mente.
Tome una gran bocanada de aire al entrar a mi despacho. Cerré las puertas detrás de mí y por primera vez en la semana estuve sola. Es increíble lo agobiante que puede ser estar rodeada de gente todo el tiempo. Y además no podía quitarme de la mente todo ese asunto del no-humano dirigiendo a mis pequeños jovenes.
Ahí fue que recordé, el día de hoy había hecho una cita. Necesitaba a alguien de confianza dentro de las filas, alguien que se encarga de hacer lo necesario para salvar a los jóvenes. Matar al drow si era necesario. Deshabilitar a Javert si no quedaba más opción. Cada día los magos reclamaban más y más territorios, y nuestras fuerzas parecían débiles, sin rumbo totalmente a la deriva.
¿A quién podría elegir para una tarea así?
Pasé demasiado tiempo analizando la situación. Había muchos hombres buenos en el ejercito, y muchos leales a la alianza, pero no servían. Necesitaba a un hombre malo. Alguien que no tuviera nada que perder, pero sí algo que ganar.
Lo recordé. Hace muchos años hubo un atentado, murió mucha gente tras el ataque de un mago desquiciado. Uno de ellos era un ex miembro de las fuerzas especiales para misiones en el exterior. Un hombre condecorado en multiples ocasiones, y que había sido dado de baja con honores, una accion normal para cualquier soldado luego de cierta cantidad de misiones en tierras extranjeras. Si mal no recordaba, el hombre había perdido a su hijo en el ataque, y no tenía a nadie más. Había sobrevivido de casualidad, aunque había perdido su pierna.
Frances nunca le había dicho nada, pero ella se había encargado de mover influencias para que recibiera el mejor tratamiento y una pierna de la mejor claidad y tecnología.
Ahora era que lo recordaba. Era el hombre perfecto. No dudaría en seguir mis instrucciones, y tenía mucho que ganar. Con mis contactos, seguramente podría conseguir información sobre el mago que causo el ataque. Y tal vez... comentarle sobre el archivo secreto que se había abierto sobre aquel "atentado".
Tocaban a la puerta, el soldado había llegado.
-Adelante por favor.-
Mi dulce voz atravesó la madera y tras ella un hombre de contextura mediana y musculosa se hizo paso. Llevaba su uniforme completo, bien arreglado y acomodado. Sentí mucho orgullo de mi elección. Fui a su encuentro y lo salude en señal para que bajara su mano.
-Puede descansar soldado. Me alegro que llegara bien... y a tiempo. Y bien vestido-
Le di una tierna palmadita en su mejilla y rodeandoleel codo con mi brazo lo lleve hasta unos comodos asientos.
-Tenemos mucho de que hablar.-
Milton Capea
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Bajo la mano mientras me deja un par de palabras. Estoy firme en mi puesto, pero la escucho con atención. Sabía que le fascinaban el orden y los modales, en parte esa era la razón por la que había ido con mi uniforme completo. La otra parte era que quería hacer alarde de mi pasado militar para ver si le podía sacar algo de información. Pero no soy tonto, ella también busca eso de mí. Porque demonios habría de llamarme una jodida ministra e la realeza a su despacho un jueves por la tarde, siendo yo, un soldado dado de baja a tareas pasivas, por mucha guerra que haya, no creo que así sea como se recluta ahora.
“Tan dulce es la vieja esta… me desespera su bondad”
-Así lo imagino. Su secretaria no tenía nada más en su agenda para las próximas cuatro horas.-
Intento no prestar atención a su reacción. La gente suele aterrarse cuando les dejo saber que estoy atento a… bueno, a todo. Me siento justo frente a ella. La espalda recta, los hombros atrás, las manos entrelazadas sobre mis muslos. Sin embargo, no lo puedo evitar, el sofá es muy cómodo, siento que me hundo en una nube. La tela debe ser alguna especie de seda, y el relleno no lo sé, pero se amolda perfecto a mi culo. Debe ser la idea, que la gente se relaje para soltar chorradas.
-No sé de cuanta ayuda pueda serle… -
Intento volver al tema. El palacio no es mi lugar favorito, sus fachadas me recuerdan al monumento donde asesinaron a mi hijo, eso produce cierto malhumor en mí, nunca me preocupo en esconderlo.
-Estoy en tareas pasivas, se me designo como perito de logística y aplicación para las investigaciones internas. A menos que necesite de mis conocimientos para algo relacionado… -
No continuo la frase, pero espero que ella se de cuenta. No puedo hacer una puta mierda para la bendita ministra de la sabiduría. Quiero ser educado, que ella lo comprenda por si misma me sería mucho mas comodo.
Pero sé que no va a ser tan fácil escaparme. La famosa momia de Londres, el renacer de la peste negra, la vieja Frances… Una mujer que tiene a medio Londres aterrado de escuchar tacones no se va a rendir tan fácilmente, es una mujer que consigue lo que quiere.
¿Pero qué es lo que quiere?
Lo admito, esa pregunta es la que me trajo hasta aquí. La que me mantiene aún aquí.
“Tan dulce es la vieja esta… me desespera su bondad”
-Así lo imagino. Su secretaria no tenía nada más en su agenda para las próximas cuatro horas.-
Intento no prestar atención a su reacción. La gente suele aterrarse cuando les dejo saber que estoy atento a… bueno, a todo. Me siento justo frente a ella. La espalda recta, los hombros atrás, las manos entrelazadas sobre mis muslos. Sin embargo, no lo puedo evitar, el sofá es muy cómodo, siento que me hundo en una nube. La tela debe ser alguna especie de seda, y el relleno no lo sé, pero se amolda perfecto a mi culo. Debe ser la idea, que la gente se relaje para soltar chorradas.
-No sé de cuanta ayuda pueda serle… -
Intento volver al tema. El palacio no es mi lugar favorito, sus fachadas me recuerdan al monumento donde asesinaron a mi hijo, eso produce cierto malhumor en mí, nunca me preocupo en esconderlo.
-Estoy en tareas pasivas, se me designo como perito de logística y aplicación para las investigaciones internas. A menos que necesite de mis conocimientos para algo relacionado… -
No continuo la frase, pero espero que ella se de cuenta. No puedo hacer una puta mierda para la bendita ministra de la sabiduría. Quiero ser educado, que ella lo comprenda por si misma me sería mucho mas comodo.
Pero sé que no va a ser tan fácil escaparme. La famosa momia de Londres, el renacer de la peste negra, la vieja Frances… Una mujer que tiene a medio Londres aterrado de escuchar tacones no se va a rendir tan fácilmente, es una mujer que consigue lo que quiere.
¿Pero qué es lo que quiere?
Lo admito, esa pregunta es la que me trajo hasta aquí. La que me mantiene aún aquí.
Frances Ruth Burke Roche
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Guio al joven con delicadeza y despacio hacia als butacas, son mi zona de reuniones, el lugar de confort donde arreglo todos los detalles que necesiten arreglarse. Nadie nos escucha allí, yo misma me encargue de eso. Le muestro su asiento y me siento en el mío, cruzando los tobillos y juntando las rodillas, como una dama debería. Los modales no se pierden, ni en la guerra, ni en el infierno, y yo ya he sobrevivido a ambos.
Escucho sus palabras sobre mi secretaria apenas tomo asiento y no puedo sino soltar una delicada risa y una sonrisa amable. Con cada segundo, me demostraba que había tomado una buena elección. Este era el hombre correcto para ayudarme a salvar el ejército.
“No pude haber tenido más de 3 segundos para ver la agenda, y entender todos esos garabatos que Silvya llama “su escritura”. Muy bien.”
- Una gran cualidad que pocos poseen, por mucho que miren, nunca ven. Es usted un hombre muy atento Capea… -
Me acerco a la mesita ratona que nos separaba y comienzo a servir dos tazas de té. Algo para calmar la garganta, porque pienso hablar mucho. Le pregunto si desea una taza, y ante su aceptación silenciosa le preparo la de él, acercándosela cuando acabo.
-¿Me permite llamarlo Milton? Creo que su nombre dice más de usted que su apellido, y posee usted un nombre bellísimo.-
Tomo un poco de mi té. Sin hacer ruido por supuesto, y lo coloco delicadamente en su platillo. Coloco mis manos sobre mis piernas y alzo mi mirada hacia el joven. Había leído su archivo unas cien veces antes de convocarlo a una reunión, necesitaba conocerlo antes de verlo. Había leído sobre toda su vida, su niñez, sus notas escolares, su primer amonestación, su entrada al ejercito, sus estudios, sus misiones. Todo. No puedo decir que me conozcan por hacer cosas sin pensarlas antes. Si mal no recuerdo, la última vez que actue por instinto fue en 1962. Y no me quedo opción, esa joven duquesa de Gales creía que podía coquetearle a mi novio y salirse con la suya, pero no.
-Suelo ser una mujer de muchas palabras Milton. ME gustan los discursos. Las charlas, las discusiones. Pero el asunto que nos acontece es grave y basto. Y la necesidad de usted es imperiosa.-
En ese momento me doy cuenta de que mi pollera tiene una arruga y mi saco una pelusa, casi puedo sentir mis mejillas coloreándose hasta el fluorescente. ¡Que escandalo! Si alguien me viera, un paparazzi o una chismosa. Por la corona, como pudo pasar algo así escapa de mi comprensión.
“Debo ser sutil… que no se dé cuenta… ”
Disimuladamente comienzo a planchar mi pollera con las manos, como si lo hiciera solo por costumbre y no por necesidad. Comienzo a calmarme cuando mi ropa está bien, había quitado también la pelusa con mi mano, actuando que me acomodaba el cabello. Todo está bien, la crisis fue superada.
“Madre mía, si me hubieras visto me desheredabas”
-Creo que ya sabe que, un no-humano fue elegido para ser capitán junto Javert. Esta situación, a pesar de mis intentos, no pudo ser evitada, al parecer Javert ya había logrado conseguirle los votos al ser mucho antes de la votación, aunque luego produjo una actuación de lo más interesante. A decir verdad, escapa de mi comprensión que eslo que realmente deseaba haciendo elegir al ser como co-capitan o diciendo que él podía ser el único capitán. Pero todo este circo a dejado en ridículo el liderazgo de Javert, y al ejército mismo, al tener ilegalmente a un no-humano como líder en las fuerzas armadas. Pero el pasado pisado.-
Topmo otro poco de té, esa era la parte de la historia, ahora venía la parte de las repercusiones.
-Por mi parte, no pienso permitir que los jóvenes de nuestra nación combatan sin líderes, o con líderes malintencionados. Es por eso, que lo he reactivado como miembro de las Fuerzas Armadas de Su Majestad. A partir de hoy mismo… -
Me inclino para darle una carta. Era la orden firmada por mí en la que se lo daba de alta nuevamente en el ejército.
-Y con fecha indefinida, queda reintegrado a las Fuerzas Armadas. Felicitaciones.-
Escucho sus palabras sobre mi secretaria apenas tomo asiento y no puedo sino soltar una delicada risa y una sonrisa amable. Con cada segundo, me demostraba que había tomado una buena elección. Este era el hombre correcto para ayudarme a salvar el ejército.
“No pude haber tenido más de 3 segundos para ver la agenda, y entender todos esos garabatos que Silvya llama “su escritura”. Muy bien.”
- Una gran cualidad que pocos poseen, por mucho que miren, nunca ven. Es usted un hombre muy atento Capea… -
Me acerco a la mesita ratona que nos separaba y comienzo a servir dos tazas de té. Algo para calmar la garganta, porque pienso hablar mucho. Le pregunto si desea una taza, y ante su aceptación silenciosa le preparo la de él, acercándosela cuando acabo.
-¿Me permite llamarlo Milton? Creo que su nombre dice más de usted que su apellido, y posee usted un nombre bellísimo.-
Tomo un poco de mi té. Sin hacer ruido por supuesto, y lo coloco delicadamente en su platillo. Coloco mis manos sobre mis piernas y alzo mi mirada hacia el joven. Había leído su archivo unas cien veces antes de convocarlo a una reunión, necesitaba conocerlo antes de verlo. Había leído sobre toda su vida, su niñez, sus notas escolares, su primer amonestación, su entrada al ejercito, sus estudios, sus misiones. Todo. No puedo decir que me conozcan por hacer cosas sin pensarlas antes. Si mal no recuerdo, la última vez que actue por instinto fue en 1962. Y no me quedo opción, esa joven duquesa de Gales creía que podía coquetearle a mi novio y salirse con la suya, pero no.
-Suelo ser una mujer de muchas palabras Milton. ME gustan los discursos. Las charlas, las discusiones. Pero el asunto que nos acontece es grave y basto. Y la necesidad de usted es imperiosa.-
En ese momento me doy cuenta de que mi pollera tiene una arruga y mi saco una pelusa, casi puedo sentir mis mejillas coloreándose hasta el fluorescente. ¡Que escandalo! Si alguien me viera, un paparazzi o una chismosa. Por la corona, como pudo pasar algo así escapa de mi comprensión.
“Debo ser sutil… que no se dé cuenta… ”
Disimuladamente comienzo a planchar mi pollera con las manos, como si lo hiciera solo por costumbre y no por necesidad. Comienzo a calmarme cuando mi ropa está bien, había quitado también la pelusa con mi mano, actuando que me acomodaba el cabello. Todo está bien, la crisis fue superada.
“Madre mía, si me hubieras visto me desheredabas”
-Creo que ya sabe que, un no-humano fue elegido para ser capitán junto Javert. Esta situación, a pesar de mis intentos, no pudo ser evitada, al parecer Javert ya había logrado conseguirle los votos al ser mucho antes de la votación, aunque luego produjo una actuación de lo más interesante. A decir verdad, escapa de mi comprensión que eslo que realmente deseaba haciendo elegir al ser como co-capitan o diciendo que él podía ser el único capitán. Pero todo este circo a dejado en ridículo el liderazgo de Javert, y al ejército mismo, al tener ilegalmente a un no-humano como líder en las fuerzas armadas. Pero el pasado pisado.-
Topmo otro poco de té, esa era la parte de la historia, ahora venía la parte de las repercusiones.
-Por mi parte, no pienso permitir que los jóvenes de nuestra nación combatan sin líderes, o con líderes malintencionados. Es por eso, que lo he reactivado como miembro de las Fuerzas Armadas de Su Majestad. A partir de hoy mismo… -
Me inclino para darle una carta. Era la orden firmada por mí en la que se lo daba de alta nuevamente en el ejército.
-Y con fecha indefinida, queda reintegrado a las Fuerzas Armadas. Felicitaciones.-
Milton Capea
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Ignoro su comentario sobre que soy atento. Claro que lo soy, si no lo fuera habría muerto hace ya demasiado tiempo. Aunque de admitir algo es el hecho de que sonría ante mi afirmación. Una actitud que poca gente tomaba, pero eso solo me confirma, tiene algo planeado, una especie de jugada de ajedrez, y tiene muchas movidas en la mente ya.
Asiento en silencio cuando me ofrece un té. Aprovecho la oportunidad y analizo el lugar. No veo nada fuera de lugar, no consigue localizar ningún micrófono, y soy bueno en hacerlo. Lo que si llego a ver es un bloqueador de señales con ampliación revertida. Herramientas de gente que de verdad no quiere ser escuchada. Esta situación cada vez me gusta menos.
-A… -
Abro mi boca para responderle que soy el sargento Capea, pero continúa hablando, en realidad no me había preguntado. Si lo hubiera hecho habría escuchado lo que pienso de mi puto nombre y su significado de mierda y su procedencia patética. Es solo un nombre, algo que ya no soy, ahora solo soy el Sargento Capea.
Mi mente sonríe cuando me dice que a ella le gusta hablar, no me sorprendo, es mujer. Y para colmo es una política, y de la realeza, me sorprendería el hecho de que no le gustaran los discursos, con sus características, los discursos eran parte de su vida al mismo nivel que la comida y la bebida. Pero hay algo en sus palabras que alerta todas mis barreras de protección.
“La necesidad de usted es imperiosa? Pero que carajo significa eso… ”
Se toma unos segundos antes de continuar, está haciendo algo raro, pero sus palabras retumban tanto en mi mente que no puedo prestarle atención. Ya es definitivo, me arrepiento de haber venido.
Cuando vuelve a hablar me cuenta sobre los sucesos ocurridos en el ejército, no era necesario, yo estuve presente, y la vi a ella como dijo antes, dar un gran discurso, y fallar. Era obvio que todo había sido planeado de antemano, pero no entiendo que tengo que ver en todo esto.
No toco el té, la situación me tiene agarrado a la butaca. Mis nervios comienzan a tensarse.
“Por su parte… blablabla… el ejército blablabla… ”
Me quedo mudo cuando finalmente muestra el filo. Estoy seguro de que he abierto mi boca y tengo cara de estúpido, pero no puedo recuperarme.
“¿Qué? Pero yo… no puedo… es que…”
Tartamudeando ligeramente, aún sorprendido, comienzo a responderle
-Yo... fui dado de baja… y no solo eso… mi pierna… -
No se por donde comenzar, hay un millón de razones por las cuales no quiero volver, la principal, tengo mi propia agenda.
-Escuche ministra. Esto se lo digo con todo el respeto que merece, y la obediencia que le debo por mi juramento. -
No olvido mi juramento a la bandera y a la corona. No podría hacerlo.
-Llevo una pierna prostética, soy entrenador de combate… llevo años sin combatir… Y tengo otros asuntos que ocuparme, a pesar de que comprendo qque estamos en guerra, hay asuntos más apremiantes que requieren de mi atención, y no puedo dejar todo para volver a recibir órdenes de cómo usted dice, un debilucho y un mugroso bicho mágico… -
“Carajo, que puta mierda es esto… por que volvería… es que… ”
Estoy bastante conmocionado, tanto que casi le digo que uso recursos del ejército para buscar venganza.
Asiento en silencio cuando me ofrece un té. Aprovecho la oportunidad y analizo el lugar. No veo nada fuera de lugar, no consigue localizar ningún micrófono, y soy bueno en hacerlo. Lo que si llego a ver es un bloqueador de señales con ampliación revertida. Herramientas de gente que de verdad no quiere ser escuchada. Esta situación cada vez me gusta menos.
-A… -
Abro mi boca para responderle que soy el sargento Capea, pero continúa hablando, en realidad no me había preguntado. Si lo hubiera hecho habría escuchado lo que pienso de mi puto nombre y su significado de mierda y su procedencia patética. Es solo un nombre, algo que ya no soy, ahora solo soy el Sargento Capea.
Mi mente sonríe cuando me dice que a ella le gusta hablar, no me sorprendo, es mujer. Y para colmo es una política, y de la realeza, me sorprendería el hecho de que no le gustaran los discursos, con sus características, los discursos eran parte de su vida al mismo nivel que la comida y la bebida. Pero hay algo en sus palabras que alerta todas mis barreras de protección.
“La necesidad de usted es imperiosa? Pero que carajo significa eso… ”
Se toma unos segundos antes de continuar, está haciendo algo raro, pero sus palabras retumban tanto en mi mente que no puedo prestarle atención. Ya es definitivo, me arrepiento de haber venido.
Cuando vuelve a hablar me cuenta sobre los sucesos ocurridos en el ejército, no era necesario, yo estuve presente, y la vi a ella como dijo antes, dar un gran discurso, y fallar. Era obvio que todo había sido planeado de antemano, pero no entiendo que tengo que ver en todo esto.
No toco el té, la situación me tiene agarrado a la butaca. Mis nervios comienzan a tensarse.
“Por su parte… blablabla… el ejército blablabla… ”
Me quedo mudo cuando finalmente muestra el filo. Estoy seguro de que he abierto mi boca y tengo cara de estúpido, pero no puedo recuperarme.
“¿Qué? Pero yo… no puedo… es que…”
Tartamudeando ligeramente, aún sorprendido, comienzo a responderle
-Yo... fui dado de baja… y no solo eso… mi pierna… -
No se por donde comenzar, hay un millón de razones por las cuales no quiero volver, la principal, tengo mi propia agenda.
-Escuche ministra. Esto se lo digo con todo el respeto que merece, y la obediencia que le debo por mi juramento. -
No olvido mi juramento a la bandera y a la corona. No podría hacerlo.
-Llevo una pierna prostética, soy entrenador de combate… llevo años sin combatir… Y tengo otros asuntos que ocuparme, a pesar de que comprendo qque estamos en guerra, hay asuntos más apremiantes que requieren de mi atención, y no puedo dejar todo para volver a recibir órdenes de cómo usted dice, un debilucho y un mugroso bicho mágico… -
“Carajo, que puta mierda es esto… por que volvería… es que… ”
Estoy bastante conmocionado, tanto que casi le digo que uso recursos del ejército para buscar venganza.
Nuestra entrada en el espacio aéreo de Buckingham es glorioso. Porque llegamos a lomos de un dragon rojo. Porque la idea es hacer ruido y llamar la atención. Somos la Brigada y si vamos a algún lugar es para armar escandalo.
-HORARIO DE VISITAS CERRADO, MOTHERFUCKEEEEEEEEEEEEEEEERS!
Voy subido a su lomo, sujetando una bandera que ondea al aire, un trozo de tela blanco con nuestro emblema convenientemente pintado en rojo atado a un palo, a modo de estandarte. La tela se mueve furiosamente y yo echo la vista atrás. Llevo a Vanessa tras de mi. Los dos pelirrojos convenientemente situados en las patas traseras del dragon deben tener una visión interesante de lo que nos espera abajo. El palacio de la señora reina. Muy bonito. No nos interesa tener un plan muy elaborado. No nos interesa quedarnos ese territorio. Lo único que nos interesa….
[….]
-Nosotros daremos el primer golpe! –y golpee la mesa de reuniones con firmeza y una lobuna sonrisa en el rostro. –Y os haremos de distracción. Las alarmas sonaran primero en palacio. Haremos mucho, mucho ruido….Nery… -busco al dragon con la mirada. –Cabron! No ha venido! Bueno, iremos en dragon. Hay una fuente allí, justo en frente…Vanessa será mejor que tu te bajes con Merida y con Ben un poco más atrás. Nery se encargará de los posibles francotiradores que hayan en las alturas, se lo diré cuando lo vea.
[….]
En cuanto diviso la fuente, y tras un rápido descenso para acercarnos, me pongo en pie, y salto, estandarte en mano. Desaparezco con aquel angel en la cabeza como destino, y reaparezco junto a la estatua dorada, enganchado uno de mis brazos a sus alas. Planto ahí en un hueco de la estatua el estandarte, liberando mis brazos. Los levanto y toda el agua de la fuente se levanta con mi movimiento, al menos aquella que esta en superficie y no metida en tuberías. La elevo y la hago descender derramándola por la placeta y congelándola para atrapar a unos cuantos guardias en su interior. Narya, el anillo del rubi rojo, reluce en mi dedo indice. A parte de aquello, un par de pociones, algunas de ellas de naturaleza explosiva y un brazalete de cuero mas mi adorada katana son las armas para esta batalla. El dulce sonido de las alarmas llena mis oídos…entonces saco mi galeón y mando unas siglas a todas las demás monedas.
[…]
-En cuanto suenen las alarmas os llegará un mensaje mio. LOL! Esas siglas serán la clave de que hemos empezado. Benjamin, Merida, Vanessa, daréis cobertura de fuego. No nos separamos, vamos en bloque, y para delante!
[…]
-BRIGADA!!!!!!!!! HOY VOLVEMOS A HACER HISTORIA!!!
Hablo con voz atronadora, haciéndome oir por encima de las alarmas. Bajo del angel de un salto a la fuente ahora vacia. Escucho un par de balas zumbar cerca de mis oídos y espero que nuestro tanque aéreo se encargue pronto de ello, yo por lo pronto conjuro una explosión contra las puertas de palacio. El hielo sigue teniendo a unos cuantos atrapados.
-TOC TOC MAJESTAD!!!!!!!!!
-HORARIO DE VISITAS CERRADO, MOTHERFUCKEEEEEEEEEEEEEEEERS!
Voy subido a su lomo, sujetando una bandera que ondea al aire, un trozo de tela blanco con nuestro emblema convenientemente pintado en rojo atado a un palo, a modo de estandarte. La tela se mueve furiosamente y yo echo la vista atrás. Llevo a Vanessa tras de mi. Los dos pelirrojos convenientemente situados en las patas traseras del dragon deben tener una visión interesante de lo que nos espera abajo. El palacio de la señora reina. Muy bonito. No nos interesa tener un plan muy elaborado. No nos interesa quedarnos ese territorio. Lo único que nos interesa….
[….]
-Nosotros daremos el primer golpe! –y golpee la mesa de reuniones con firmeza y una lobuna sonrisa en el rostro. –Y os haremos de distracción. Las alarmas sonaran primero en palacio. Haremos mucho, mucho ruido….Nery… -busco al dragon con la mirada. –Cabron! No ha venido! Bueno, iremos en dragon. Hay una fuente allí, justo en frente…Vanessa será mejor que tu te bajes con Merida y con Ben un poco más atrás. Nery se encargará de los posibles francotiradores que hayan en las alturas, se lo diré cuando lo vea.
[….]
En cuanto diviso la fuente, y tras un rápido descenso para acercarnos, me pongo en pie, y salto, estandarte en mano. Desaparezco con aquel angel en la cabeza como destino, y reaparezco junto a la estatua dorada, enganchado uno de mis brazos a sus alas. Planto ahí en un hueco de la estatua el estandarte, liberando mis brazos. Los levanto y toda el agua de la fuente se levanta con mi movimiento, al menos aquella que esta en superficie y no metida en tuberías. La elevo y la hago descender derramándola por la placeta y congelándola para atrapar a unos cuantos guardias en su interior. Narya, el anillo del rubi rojo, reluce en mi dedo indice. A parte de aquello, un par de pociones, algunas de ellas de naturaleza explosiva y un brazalete de cuero mas mi adorada katana son las armas para esta batalla. El dulce sonido de las alarmas llena mis oídos…entonces saco mi galeón y mando unas siglas a todas las demás monedas.
[…]
-En cuanto suenen las alarmas os llegará un mensaje mio. LOL! Esas siglas serán la clave de que hemos empezado. Benjamin, Merida, Vanessa, daréis cobertura de fuego. No nos separamos, vamos en bloque, y para delante!
[…]
-BRIGADA!!!!!!!!! HOY VOLVEMOS A HACER HISTORIA!!!
Hablo con voz atronadora, haciéndome oir por encima de las alarmas. Bajo del angel de un salto a la fuente ahora vacia. Escucho un par de balas zumbar cerca de mis oídos y espero que nuestro tanque aéreo se encargue pronto de ello, yo por lo pronto conjuro una explosión contra las puertas de palacio. El hielo sigue teniendo a unos cuantos atrapados.
-TOC TOC MAJESTAD!!!!!!!!!
No voy a negar que venía necesitando algo así desde hace bastante tiempo, esa tensión frente a una batalla importante y esa adrenalina que pronto comenzaría a correr por todo mi cuerpo, en cuanto pusiéramos un pie en tierra. Aunque eso de ir montados en un gran dragón ya es un buen comienzo, más cuando vas en una de sus patas traseras, con una escasa estabilidad. - ¡Y lo primero que voy a hacer cuando llegue es quemarles el sombrero a los guardias, que dicen que no se pueden mover ni hacer caras cuando les pegas! - grito mientras le explico a mi compañera Mérida lo que haría en cuanto bajásemos. Enseguida comenzamos a divisar Trafalgar Square, y cómo no, el palacio que se encuentra en ese mismo sitio y al que vamos a atacar. En lo poco que tardamos en llegar me pongo a tararear (no llega a cantar porque canto fatal) la canción de God Save The Queen, de los Sex Pistols, que viene muy a cuenta para la ocasión.
- God save the queen
She ain't no human being
There is no future
In England's dreaming....
"allá vamos. No podemos fallar, ya les dijimos en la reunión cuál sería nuestro cometido"
El plan va según lo previsto, Lykaios se aparece en la fuente, clavando de manera jodidamente épica la bandera en la estatua. Después comienza a hacer sus mierdas esas de agua, quitando de en medio de ese modo a varios soldados. Hago lo propio en ese momento, desapareciendo de la pata del dragón para aparecer en el suelo de la plaza, que ya teníamos justo bajo nosotros. Nada más pisar el suelo pego un resbalón por culpa del hielo de Lykaios, cayendo de culo y fastidiando mi heroica puesta en marcha. No hay tiempo de quejarse ni de lamentarse por el dolorido trasero, así que uso el fuego para deshelar un poco el lugar en el que piso, comenzando a dar cobertura a Lykaios para que no le disparen mientras va hacia las verjas del palacio. Por mi parte me encargo de usar mi control de fuego a nivel de tierra, yendo tras el jefe para cubrirlo mientras va hacia la puerta. Obviamente los guardias se han puesto en formación rápidamente, y nos esperan en la
Ayudo a Lykaios con otra explosión, que aunque no la abre del todo consigue que se caiga uno de los dos escudos que adornan la verja. En el interior ya comienzan a preparar las armas para dispararnos, y quién sabe si también los francotiradores estarán en ello, aunque no me preocupa demasiado porque tenemos a Nery. - Joder Lykaios, nos han mentido, sí que responden los jodios. ¡Que os estéis quietos! ¡Que vuestro trabajo es quedaros con cara de pasmaos!
- God save the queen
She ain't no human being
There is no future
In England's dreaming....
"allá vamos. No podemos fallar, ya les dijimos en la reunión cuál sería nuestro cometido"
- Flashback:
- Acudo a la reunión de la base con otra resaca, últimamente me las pillo demasiado seguidas, pero no he querido perderme esta reunión porque va a hablarse de algo muy gordo, algo importante. Y efectivamente, un ataque se está cociendo. Sonrío de manera entusiasta a la aportación de Lykaios, alzando la voz de manera escandalosa, como es costumbre en mí. - ¡Exacto! el palacio no es que sea muy importante, pero atraerá toda la atención hacia allá, querrán salvar a sus politicuchos. Y nosotros seremos esa mosca cojonera que irá a molestarnos. Además, tenemos experiencia en asaltar palacios, como el de Versalles. - paso los brazos por encima del cuello de mis compañeras para cogerlas de manera amistosa, echándolas un poco hacia delante. - Y tenemos un buen equipo, podemos hacerlo.
El plan va según lo previsto, Lykaios se aparece en la fuente, clavando de manera jodidamente épica la bandera en la estatua. Después comienza a hacer sus mierdas esas de agua, quitando de en medio de ese modo a varios soldados. Hago lo propio en ese momento, desapareciendo de la pata del dragón para aparecer en el suelo de la plaza, que ya teníamos justo bajo nosotros. Nada más pisar el suelo pego un resbalón por culpa del hielo de Lykaios, cayendo de culo y fastidiando mi heroica puesta en marcha. No hay tiempo de quejarse ni de lamentarse por el dolorido trasero, así que uso el fuego para deshelar un poco el lugar en el que piso, comenzando a dar cobertura a Lykaios para que no le disparen mientras va hacia las verjas del palacio. Por mi parte me encargo de usar mi control de fuego a nivel de tierra, yendo tras el jefe para cubrirlo mientras va hacia la puerta. Obviamente los guardias se han puesto en formación rápidamente, y nos esperan en la
- Puerta:
Ayudo a Lykaios con otra explosión, que aunque no la abre del todo consigue que se caiga uno de los dos escudos que adornan la verja. En el interior ya comienzan a preparar las armas para dispararnos, y quién sabe si también los francotiradores estarán en ello, aunque no me preocupa demasiado porque tenemos a Nery. - Joder Lykaios, nos han mentido, sí que responden los jodios. ¡Que os estéis quietos! ¡Que vuestro trabajo es quedaros con cara de pasmaos!
Volamos a lomos del chico dragón que, visto así de cerca, es mucho más impresionante. Estoy nerviosa, probablemente como los demás, aunque Lykaios siempre sabe llevar la confianza y seguridad a todos. Los chicos se adelantan y yo le doy unas palmadas al dragón, comprobando mi revólver nuevo, las granadas, los guantes y el pequeño botiquín que siempre llevo.
-Nery, a mí vas a tener que acercarme más.
Cuando estamos a suficiente altura salto al suelo y ruedo sobre mi espalda para amortiguar la caída. Limpio un poco mi chaqueta y sigo a Ben hasta la puerta, donde los soldados empiezan a reorganizarse.
-¡Mérida cúbreme!
Me situo a uno de los lados del portón que los chicos intentan abrir, fuera del alcance de los guardias que hay de frente, y busco a los soldados que están apostados en la azotea listos para dispararnos. Lástima que yo también.
-Nery, a mí vas a tener que acercarme más.
Cuando estamos a suficiente altura salto al suelo y ruedo sobre mi espalda para amortiguar la caída. Limpio un poco mi chaqueta y sigo a Ben hasta la puerta, donde los soldados empiezan a reorganizarse.
-¡Mérida cúbreme!
Me situo a uno de los lados del portón que los chicos intentan abrir, fuera del alcance de los guardias que hay de frente, y busco a los soldados que están apostados en la azotea listos para dispararnos. Lástima que yo también.
- FlashBack:
- Hemos sido convocados a reunión. Yo estoy emocionada, acabamos de bajar de Ouroboros y nos han preparado una gran sorpresa: un ataque separado a la Alianza. Somos unos cuantos en aquella sala, pero no suficientes. Los soldados son fuertes, sus máquinas, sus armas, sus sistemas antidesaparición...
Miro a Johan atenta, incluso con un punto de envidia. Él esta aquí, dirigiendo la Resistencia, coordinando ataques y misiones que llevasen a un mundo donde pudiésemos vivir todos, y aún tenía una persona que le esperase al volver y con quien compartir ese sueño. Yo...Ni siquiera soy capaz de mantener a alguien a mi lado por mucho tiempo.
Escucho a Lykaios hablar y Ben apoyando al jefe, como debía ser. Me libero de su brazo con una sonrisa y me acerco a la mesa junto a Lykaios, un poco más seria. Dejo mis manos sobre la superficie de forma suave, mi mano aún está vendada, quiero tenerla totalmente recuperada para la batalla.
-La Brigada puede encargarse de la distracción, pero Thalos, deberíais esperar a que salte la alarma, los refuerzos llegarán desde allí. Os quitaremos a unos pocos soldados y centinelas para que tengáis el camino más fácil.
- Flashback:
- ¿Yo? Yo estaba durmiendo, como un campeón. Tras aquella fiesta no tuve mejor cosa a hacer. Estaba rebentao. Hecho polvo. Molío. Así que no dormí, si no que prácticamente hiberné como un oso cavernario. Y para cuando me despertaron -después de dejarle la gorra bien puesta a Mérida- me contaron no se qué de un ataque al palacio y que tendría que llevar a gente de encima. Y yo, pues… -¡Me alegro de no haber ido a la reunión! Ya sabéis, yo pego pero me aburren las charlas. ¿Servicio de transporte, pedís? ¡No se hable más!
Y así es como acabé con toda la brigada posible encima mía o en mis patas. Lykaios y Vanessa encima mía, los pelirrojos en mis patas. Y yo, volando la mar de tranquilo. Escuchaba las conversaciones muy divertido con poder hacer de nuevo lo que mejor se me daba: Liarla. No estaba nervioso. Vivía siendo un nervio. -¡Abróchense los cinturones! Porque creo que pronto encontraremos turbulencias- Les avisé en cuanto avisté finalmente el palacio, desde la distancia. Mi visión en forma de dragón era bastante superior a la normal. Y probablemente ellos no se hubieran dado cuenta. No estaba yendo demasiado rápido -en el fondo me daba mucho miedo ir a mi velocidad normal cuando llevaba gente encima-, así que iba planeando.
Mi función era llevarlos allí. La mayoría se desaparecerían al suelo sin problema alguno. Escuchaba el ruido del estandarte a mis espaldas. Y yo sonreía macabro, como cualquier dragón. Tendría que bajar a Vanessa. Y luego subir y cubrirlos con los francotiradores, a los que planeaba dejar fritos de una buena llamarada. No tenía especial interés en atacar el palacio, pero lo hacíamos a modo de distracción. Y me tentaba la idea de agenciarnos aquel edificio. Si los de la brigada no estaban de acuerdo ya me lo quedaría yo. Un buen dragón ha de tener su castillo… Aunque aquello era palacio y no era lo que la mayoría de aventuras de princesas y dragones describía.
-Próxima parada: ¡Palacio de Buckrhrhnmasdnaestrelladam!- Anuncié con mi cavernosa voz mientras empezaba a perder altura para que cada uno pudiera ir bajando. -Me quiero apuntar a eso de quemar gente, ¡Déjame alguno!- Respondí a Ben en cuanto hizo tal comentario. Y lo oía cantar, él la mar de feliz. Lykaios se tiró para desaparecerse y estampar de muy buena manera la bandera brigadiense. Los otros le siguieron, primero Ben, dejándose él también desaparecer aunque no siguió a Lykaios con la misma soltura. Yo descendí hasta el suelo apoyando todo lo que pudiera el lomo a este, para permitir que Vanessa también descendiera, pues me había comunicado que bajara un poco más.
-Ahora os cubro- Anuncié. Y solo una vez libre de gente alcé bien el vuelo, observando un poco el panorama. Habían soldados raros intentando reorganizarse por todos lados. Me tentaba lanzarme y dar a tantos cuantos pudiera, pues en esa ocasión éramos pocos y tenía a todos los de la brigada localizados, así que debería haber sido fácil pasar la escoba. Pero ya se me había dicho que era de vital importancia que me encargara de los francotiradores, que estaban demasiado lejanos como para que el resto pudieran hacer algo. Me alejé del palacio lo suficiente para poder dar media vuelta y descender sobre el techo, donde ya empezaba a ver a algún cabrito.
Con la boca ardiente y gotas de saliva hirviendo hablé un poco más. -SOOOOOOORPRESA! ESTOY DE VUELTA- Las últimas palabras me salieron muy atropelladas. Porque ya lo siguiente que salió de mi boca fue una buena bocanada de fuego, que pretendía freír un poco a aquellos cobardes francotiradores.
Estaba tomando un café tranquilo mientras ajustaba algunas cosas de Lucy cuando repentinamente entró en los barracones y un tipo gigante gritando, la mitad de las cosas no las entendí así que seguí al resto para unos preparativos que desconocía.
- Oye ¿Qué pasa? ¿Simulacro? .
No...no era precisamente un simulacro...aquello era real...nos estaban atacando y por mi expediente me tocaba luchar en aviación "Genial ¡A morir explotado se ha dicho!"
Decir que estaba cagado era poco, incluso me temblaban las manos hasta para ponerme un caso y unas enormes gafas con las que suponía que iba a pilotar un caza de la alianza, lo cual me obligaba a separarme de los cascos...y de Lucy.
- Volveré a por ti más tarde, desconéctate. -le ordené a la psp antes de salir de la sala, pareciendo una persona muy distinta. No se me reconocía entre el sombrero redondo que cubría mi cabello y las mencionadas lentes oscuras que tapaban la mitad de mi rostro.
El mismo tipo gritón nos aviso que estuviéramos atentos a todo lo que se nos ordenara, tanto mi nombre como mi destino estaba ligado a ese artefacto que surcaría los cielos ahora en unos instantes.
- Mierda, mierda, mierda .
Se suponía que sabía en lo que me había metido pero no pensaba en que mi existencia fuera a depender de un hilo tan pronto,
"Por favor que mañana esté descansando tranquilamente en una cama...por favor"
Fueron despegando en fila, era mi turno y como si se tratase de un máquina hice lo que se me había enseñado en la practicas. Percibí un breve temblor en mi cuerpo a medida que el avión se separaba del suelo, Londres se abría frente a mí...creo que verlo de tal manera me concedió algo de valía que me separó del nerviosismo, ya no pensaba simplemente me limitaba a seguir a los otros tres aviones que me precedían.
Poco a poco nos fuimos acercando al palacio...me pregunto si la reina se encontraba allí...lo importante es que mis ojos no se esperaban lo que se mostró ante mí.
- NO...NO...NO PUEDE SER -musité- Eso es...un dragón.
Si me lo hubieran contado nunca lo habría creído pero lo tenía delante, era innegable...allí desplegando sus alas...y nosotros tras él.
MANTENER LA FORMACIÓN
Escuché por los auriculares con los que me comunicaba con los otros dos que nos separaríamos, mis compañeros irían contra el dragón mientras que yo los rodearía para ir contra los de la puerta.
La lucha contra un dragón era más legendaria pero una orden era una orden por lo que pulsé un botón con lo que salió la ametralladora "Misiles no, eso es muy bestia y abre la puerta"
Dude un segundo ¿y si lo mataba? Sólo tenía que pulsarlo pero...nunca había acabado con alguien "Vamos, vamos, vamos...si no lo hago ya, no tendré tiro".
Mi dedo descendió...y pulsé aquel botón.
Daño contra Ben: 18+ 10 hb especial+ 15 dados= 43
- Oye ¿Qué pasa? ¿Simulacro? .
No...no era precisamente un simulacro...aquello era real...nos estaban atacando y por mi expediente me tocaba luchar en aviación "Genial ¡A morir explotado se ha dicho!"
Decir que estaba cagado era poco, incluso me temblaban las manos hasta para ponerme un caso y unas enormes gafas con las que suponía que iba a pilotar un caza de la alianza, lo cual me obligaba a separarme de los cascos...y de Lucy.
- Volveré a por ti más tarde, desconéctate. -le ordené a la psp antes de salir de la sala, pareciendo una persona muy distinta. No se me reconocía entre el sombrero redondo que cubría mi cabello y las mencionadas lentes oscuras que tapaban la mitad de mi rostro.
El mismo tipo gritón nos aviso que estuviéramos atentos a todo lo que se nos ordenara, tanto mi nombre como mi destino estaba ligado a ese artefacto que surcaría los cielos ahora en unos instantes.
- Mierda, mierda, mierda .
Se suponía que sabía en lo que me había metido pero no pensaba en que mi existencia fuera a depender de un hilo tan pronto,
"Por favor que mañana esté descansando tranquilamente en una cama...por favor"
Fueron despegando en fila, era mi turno y como si se tratase de un máquina hice lo que se me había enseñado en la practicas. Percibí un breve temblor en mi cuerpo a medida que el avión se separaba del suelo, Londres se abría frente a mí...creo que verlo de tal manera me concedió algo de valía que me separó del nerviosismo, ya no pensaba simplemente me limitaba a seguir a los otros tres aviones que me precedían.
Poco a poco nos fuimos acercando al palacio...me pregunto si la reina se encontraba allí...lo importante es que mis ojos no se esperaban lo que se mostró ante mí.
- NO...NO...NO PUEDE SER -musité- Eso es...un dragón.
Si me lo hubieran contado nunca lo habría creído pero lo tenía delante, era innegable...allí desplegando sus alas...y nosotros tras él.
MANTENER LA FORMACIÓN
Escuché por los auriculares con los que me comunicaba con los otros dos que nos separaríamos, mis compañeros irían contra el dragón mientras que yo los rodearía para ir contra los de la puerta.
La lucha contra un dragón era más legendaria pero una orden era una orden por lo que pulsé un botón con lo que salió la ametralladora "Misiles no, eso es muy bestia y abre la puerta"
Dude un segundo ¿y si lo mataba? Sólo tenía que pulsarlo pero...nunca había acabado con alguien "Vamos, vamos, vamos...si no lo hago ya, no tendré tiro".
- Flashback:
- -¡Wil!
Una risa dividió mi mente por un segundo ¿era ella? No la veía con claridad y sin embargo sabía que esa vocecita correspondía a la suya.
Mi dedo descendió...y pulsé aquel botón.
Daño contra Ben: 18+ 10 hb especial+ 15 dados= 43
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El miembro 'Wilhem Scheider' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque Tecnológico' :
'Ataque Tecnológico' :
Robot Centinela
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Las ordenes van saliendo del centro de mandos y soy la primera unidad en llegar. Mis roboticos propulsores me hacen descender cerca de la plaza justo delante de la metalica puerta protegiendo a los soldados que hay detras.
Lo primero que hago es activar mi area de antidesaparicion. Pero ya no lo digo en voz alta porque las reprogramaciones sirven para algo, ni tampoco saco esas balizas de los hombros, que eran tan vulnerables. Siguen en mi interior.
Tras aterrizar escaneo a todos los individuos y reconozco en las bases de datos a algunos de ellos. Tenemos al pelirrojo, tenemos al dragon, al del pelo azul y a la humana. A la otra bruja, Mérida, no la tenemos (pero como aun no ha posteado me sabe mal atacarla)
-NEUTRALIZAR.
No vamos a pedir rendiciones. Transformo mi brazo en un cañón disparandole al mago del pelo azul.
_______________
25 dado+20 base= 45 PS a Lykaios
Lo primero que hago es activar mi area de antidesaparicion. Pero ya no lo digo en voz alta porque las reprogramaciones sirven para algo, ni tampoco saco esas balizas de los hombros, que eran tan vulnerables. Siguen en mi interior.
Tras aterrizar escaneo a todos los individuos y reconozco en las bases de datos a algunos de ellos. Tenemos al pelirrojo, tenemos al dragon, al del pelo azul y a la humana. A la otra bruja, Mérida, no la tenemos (pero como aun no ha posteado me sabe mal atacarla)
-NEUTRALIZAR.
No vamos a pedir rendiciones. Transformo mi brazo en un cañón disparandole al mago del pelo azul.
_______________
25 dado+20 base= 45 PS a Lykaios
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El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Robot Centinela ' :
'Robot Centinela ' :
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La teníamos que liar, y siempre que la líabamos parda salíamos ganando. Así era la Brigada. No les puedo contar el flipe total de mi rostro cuando me enteré de que el ganador del disfraz era un dragón de verdad y que por eso se veía tan pero tan mono; lo que luego me llevó a pensar que tal vez no debió haber ganado pero no importa, lo que realmente importa es que me devolvió mi gorra.
En fin, la cosa es que íbamos la mar de bien a volandas de nuestro -mi- nuevo mejor amigo, Nery, el lanzallamas; me agarraba con fuerza de sus patas por miedo a resbalarme desde tanta altura pero la vista de la ciudad era sin duda hermosa pese a los estragos de la guerra. Oh, lástima que habría que incendiarla. Al igual que Ben me desaparezco y reaparezco a su lado yendome de culo por lo resbaladizo del hielo.
-JEFEEEE… A VECES HACEMOS MALA COMBINACIÓN-
Le digo riéndome mientras me levanto observando a Vanesa cuando me grita que la cubra.
-A TUS ÓRDENES-
Le digo sonriendo con mucha simpatía y me calo mejor la gorra de los Yankees al pelo, debajo de esta solo se ven inmensos rizos rojos y una gran melena. Ajusto mi carcaj y muevo el arco, pero con la llegada del Centinela hago una mueca.Iba a tener que optar por mi otra habilidad, una que Ben conocía bien y en la cual mi amigo volador tenía maestría. No dudo un segundo en levantar una barrera de protección de fuego para salvarle un poco el pellejo a Lykaios aunque no sé si de verdad lo hago, tal vez, no logro quemar las balas del Centi.
Y aunque sabía que teníamos que entrar, los Centinelas siempre tenía prioridad porque daban mucho por culo, así que muevo la mano con presteza y le lanzo una bola de fuego al visor esperando que eche chiribitas y que fallen un poco sus sensores así se le dificultara apuntar -creo-
Defensa: 15 + 5 (C) + 8 = 28 de defensa para Lykaios.
Ataque contra centinela: 20 + 5 (C) + 14 = 39 de ataque.
En fin, la cosa es que íbamos la mar de bien a volandas de nuestro -mi- nuevo mejor amigo, Nery, el lanzallamas; me agarraba con fuerza de sus patas por miedo a resbalarme desde tanta altura pero la vista de la ciudad era sin duda hermosa pese a los estragos de la guerra. Oh, lástima que habría que incendiarla. Al igual que Ben me desaparezco y reaparezco a su lado yendome de culo por lo resbaladizo del hielo.
-JEFEEEE… A VECES HACEMOS MALA COMBINACIÓN-
Le digo riéndome mientras me levanto observando a Vanesa cuando me grita que la cubra.
-A TUS ÓRDENES-
Le digo sonriendo con mucha simpatía y me calo mejor la gorra de los Yankees al pelo, debajo de esta solo se ven inmensos rizos rojos y una gran melena. Ajusto mi carcaj y muevo el arco, pero con la llegada del Centinela hago una mueca.Iba a tener que optar por mi otra habilidad, una que Ben conocía bien y en la cual mi amigo volador tenía maestría. No dudo un segundo en levantar una barrera de protección de fuego para salvarle un poco el pellejo a Lykaios aunque no sé si de verdad lo hago, tal vez, no logro quemar las balas del Centi.
Y aunque sabía que teníamos que entrar, los Centinelas siempre tenía prioridad porque daban mucho por culo, así que muevo la mano con presteza y le lanzo una bola de fuego al visor esperando que eche chiribitas y que fallen un poco sus sensores así se le dificultara apuntar -creo-
Defensa: 15 + 5 (C) + 8 = 28 de defensa para Lykaios.
Ataque contra centinela: 20 + 5 (C) + 14 = 39 de ataque.
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El miembro 'Mérida Pyro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Defensa Mágica' :
--------------------------------
#2 'Ataque Mágico' :
#1 'Defensa Mágica' :
--------------------------------
#2 'Ataque Mágico' :
Ben se une rapidamente a mi, y Nery no duda en hacer lo que mejor sabe. Tanto Merida como Vanessa estan listas tambien. Alzo la cabeza, pues acabo de oir el ruidaco de aquel avion de caza...y sonrío. Alzo mi puño, aquel en el que brilla mi anillo del rubí, infundiendo calor al espíritu de mi equipo.
"Nery, fúndelos"
-VIVA LA BRIGADA, CABRONEEEEEEEEEEEES!
Y entonces, a mi grito, descongelo parte del agua congelada antes, la voy a necesitar...pero antes de que pueda atacar, aquel centinela que acaba de plantarse ahi me ataca. Una bola de fuego convenientemente lanzada por la pelirroja de cabellos alocados y una rapida voltereta mia por los suelos evitan que acabe agujereado. Oigo disparos, confiando en que puedan defenderse entre ellos o asi mismos, ahora tengo que lanzar un ataque al centinela este. El agua descongelada la arrojo contra su brazo en forma de cañon, y vuelvo a congelarla en forma de estaca tan pronto llega ahi. Oigo la voz de Cat en mi cabeza, recordandonos ciertas cosas.
"de momento no huiremos. Estamos atrayendo algo de atencion sin duda...."
-Fuego y hielo, mala combinacion? Eso nunca!
Derrito el resto del hielo, salvo aquel que apresaba a los guardias, y todo el suelo queda algo encharcado. Pero es que no quiero que mis compañeros sigan resbalando.
____________________________________________________
defensa 11 mias+0 dado+38 merida= 49 PS
49 vs 45 supera el ataque del centinela
ATAQUE 15 BASE+15 DADO+10 HAB+5 CANAL+5 NARYA= 50 PS daño A CENTI
+5 A LA TIRADA DE ATAQUE (CUALQUIERA) PARA EL RESTO DE LA BRIGADA.
"Nery, fúndelos"
-VIVA LA BRIGADA, CABRONEEEEEEEEEEEES!
Y entonces, a mi grito, descongelo parte del agua congelada antes, la voy a necesitar...pero antes de que pueda atacar, aquel centinela que acaba de plantarse ahi me ataca. Una bola de fuego convenientemente lanzada por la pelirroja de cabellos alocados y una rapida voltereta mia por los suelos evitan que acabe agujereado. Oigo disparos, confiando en que puedan defenderse entre ellos o asi mismos, ahora tengo que lanzar un ataque al centinela este. El agua descongelada la arrojo contra su brazo en forma de cañon, y vuelvo a congelarla en forma de estaca tan pronto llega ahi. Oigo la voz de Cat en mi cabeza, recordandonos ciertas cosas.
"de momento no huiremos. Estamos atrayendo algo de atencion sin duda...."
-Fuego y hielo, mala combinacion? Eso nunca!
Derrito el resto del hielo, salvo aquel que apresaba a los guardias, y todo el suelo queda algo encharcado. Pero es que no quiero que mis compañeros sigan resbalando.
____________________________________________________
defensa 11 mias+0 dado+38 merida= 49 PS
49 vs 45 supera el ataque del centinela
ATAQUE 15 BASE+15 DADO+10 HAB+5 CANAL+5 NARYA= 50 PS daño A CENTI
+5 A LA TIRADA DE ATAQUE (CUALQUIERA) PARA EL RESTO DE LA BRIGADA.
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El miembro 'Lykaios Knox' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Ataque Mágico' :
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#2 'Defensa Física' :
#1 'Ataque Mágico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Física' :
Robot Centinela
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Mi ataque contra aquel mago es totalmente infructuoso debido a la combinacion de defensas.
-SOLICITO REFUERZOS
Tras un rapido analisis estadistico de la situacion a velocidad de grandiosa CPU decido que no soy suficiente. Me atacan al cañon y con una bola de fuego, todo en uno. Consiguen impactarme pese al escudo tecnologico que levanto empleando mi otro brazo, me hacen tambalear y retrocedo un paso. Ahora es momento para la bruja pelirroja, Mérida, a la cual apunto disparando un cañonazo electrificante.
Grabo todo con mis ojos camara, enviando todos los datos de la situacion a la base militar y a los mandatarios, informacion en tiempo real para que sepan lo que está ocurriendo aqui.
__________________
50+39= 89 daño
1. defensa: 20+20= 40
89-40= 49
200-49= 151 PS
2. ataque
20+30= 50 DAÑO a merida
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