Jardines Dioscórides

Asintió a lo de su nariz, haciendo que se esfumara un poco más el concentrado del perfume con sus ligeros poderes atmosféricos. Quería evitar que se mantuviera en la distracción del momento atrás, pero tal vez ya era algo tarde para eso. Miró su café de reojo, que lo había dejado en un tronco no muy lejano. Quizás le hubiera gustado quedárselo y bebérselo. Soltó un suave suspiro casi imperceptible, hasta que algo le llamó la atención en un grito desesperado.

Cuidado ahí, te estás desesperando. Mantén la calma. ¿Recuerdas el experimento que hicimos con la música al inicio del curso? Las plantas reaccionan de mala manera a los estímulos negativos. Tienes que estar serena en todo momento.- Murmuró, preocupándose ahora sí por la chica. No le soltó, si acaso las enredaderas lo único que hacían era detenerla, pero no la estaban asfixiando ni mucho menos. Lo que si era que ya cubrían casi la mitad de su cuerpo en diferentes ángulos.- Mantente en calma. Responderán mejor las plantas. Lo verás. Vamos, Savannah, yo sé que puedes.

Ataque: 32
Defensa: Supera el ataque.

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Defensa Mágica' :

¿La música? ¡¿QUÉ MÚSICA?! Cuando siguió escuchándola comprendió a lo que se refería. Cerró los ojos e intentó aclarar su mente de todo el estrés que de pronto había explotado en su interior, con la ayuda de Sofía sacando los últimos resquicios del aroma, Savannah pudo respirar en paz. Empezó a sentir la calma porque había practicado meditación con continuidad para poder hablar con los espíritus. Y precisamente, estos respondieron incluso sin que ella los buscara.

La loba abrió los ojos, pero ya no eran del color del oro, sino grises - Estar sola es una decisión. Ser solitaria no, pero en cada latido otras palabras dicta tu corazón Aquellos a los que anhelas te llevan consigo pero tu ya has partido. Tu destino está en otra dirección. Sofía. Sofía. Sofía- Parecía la voz de Savannah, pero en ella hablaban mil voces a la voz. Giró bruscamente la cabeza para mirarla a ella, atravesándola con sus ojos de plata - Ya no estás sola- Se quedó mirándola mientras las nieblas que cubrían las orbes de Savannah empezaban a disiparse. Los espíritus habían hablado a través de ella para desestabilizarla y, con suerte, podría finalmente usar sus poderes para defenderse de sus enredaderas.

Pensando en ello, decidió que debía deshacerse sí o sí de aquella enredadera y se concentró en reducirla y reducirla para poder liberarse de ella, convirtiendo su naturaleza en sólo helechos que eran más fáciles de romper y finalmente lo logró. Se alejó del lugar con rapidez para que no volviera a usarlo en su contra. Es más camino para irse hacia un lado y que no volviera a agarrarla con la enredadera, aunque parte de ella se le quedó en la pierna pero era más bien poca. Se sacudió un poco, disfrutando de su nueva libertad.


Ataque mágica: 25 + 10 hab + 12 stat: 47 de ataque a Sofía (profecía pa desestabilizar psiquicamente)

Defensa mágico:  10 + 10stat + 10 hab: 30 de defensa  a Sofía - 32 = 2 - 101 = 99 + 5 reg licántropa = 104 PS

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Defensa Mágica' :

Se dio cuenta de que la chica comenzó a calmarse cuando relajó el cuerpo enredado entre las plantas. Le dio unos momentos de descanso para que concentrada, pero lo que resultó fue algo bastante diferente a lo que había pensado que pasaría. Tuvo que dar un par de pasos al frente porque algo en la chica le hacía sentir que no estaba bien. Cuando vio sus ojos, se mantuvo donde había quedado, creyendo que estaría bien, hasta que la voz comenzó a salir de los labios de la chica.

La hubiera callado si no hubiera comenzado a hablarle de aquella manera tan profunda y tan... poseida. ¿La había llevado a alguna clase de punto sin retorno? No pudo responderse siquiera, pues estaba demasiado preocupada porque la chica hablaba cosas que le estaban haciendo removerse por dentro, aunque por fuera se mantenía lo más serena que podía. Sobre todo la frase final, el ya no estás sola, le caló en lo más hondo mientras los ojos de la joven le miraban de manera directa. Soltó al final un aliento que no sabía que había contenido. Le hubiera gustado parar el entrenamiento en aquel momento, pero cuando la chica volvió a sí misma, comenzó a mostrar un diferente control de la naturaleza, esta vez más tranquila y dominante. Lo suficiente como para permitirle salir de aquellas enredaderas.

Se detuvo un momento frente ella, tomando de vuelta el aliento o al menos la palabra. Eso quería, pero sí había calado hondo. Para ocultar su perplejidad, los árboles bajaron sus ramas más largas, procurando darle a la chica de manera rápida, aunque sin la fuerza suficiente para hacerle daño.

Ataque: 32
Defensa: Supera el ataque.

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Defensa Mágica' :

Ya de mañana, luego de pasar la madrugada explorando y el amanecer bañándome en el lago despidiendo a las estrellas, vuelvo al área donde hay un poco más de densidad de vegetación llevándole los restos de mi comida al lobo que dispuse para vigilar a Altaïr. En eso, un aroma llega a mí, un olor agradable, fresco, con el sabor de una brisa de verano, lo cual es extraño ya que estamos en otoño.

Parece venir de un lugar algo lejano a donde yo estoy, pero mis sentidos están especialmente sensibles y es distinto al olor de las plantas que me rodean, así que lo sigo para explorar. A medida que me voy acercando, otros olores van apareciendo, se escuchan voces y, finalmente, llego a un un lugar cerrado dotado de una cubierta exterior translúcida de vidrio por la que sobresalen enredaderas por unos huecos de cristal roto.

Miro por uno de los agujeros, veo muchas plantas de todos los colores en el interior y a dos personas. Parecen estar enfrentadas, espero que estén peleando, en cuyo caso quiero participar, un par de golpes al menos para divertirme un poco y para pasar el mal trago de otra luna llena sin poder convertirme.

Savannah observó que Sofía no le dirigió la palabra y se sintió mal -Lo siento...De verdad. No sé porqué...Es decir, sí sé, cuando calmo mi mente los espíritus suelen hablar a través de mi- Expresó y fue a acercarse a ella para disculparse profundamente por lo que había sucedido -Y como me has dicho que me calmara...soy chamana del clan Fenrir- Apretó las muelas, observando que seguía sin dirigirle la palabra. Sus instintos en seguida respondieron cuando sintió algo moverse en su dirección y se agachó poniendo las manos en el piso, pero la rama le golpeó la cabeza y la hizo perder el equilibrio cayendo al frente y en efecto clavándose varios vidros.

-Mierda...- Dijo con poca educación y le dio más impulso a las ramas para que golpearan a la Descendiente esperando que con su mente más clara pudiera responder de mejor manera. Y eso parecía pero no se fijo demasiado, se incorporó para ver los vidrios que tenía ahora en las manos. Empezó a sacarse los más grandes con mucho cuidado para colocarlos sobre una mesa. Si su olfato no hubiese quedado jodido del primer ataque de Sofía habría percibido que tenían algo de compañía pero tenía las fosas nasales demasiado irritadas.

Entre siseos fue sacándose los pedazos mientras pensaba en las palabras de los espíritus. -No era una profecía. Sólo...querían decírtelo. No es nada malo ¿No?- Preguntó mirándola por encima del hombro y atenta a lo que le decían sus sentidos si tenía que esquivar, o intentarlo, nuevamente.

Ataque mágico:  30 + 10 hab + 12 stat: 52 de ataque a Sofía.
Def: 10 + 5 lican + 10 de stat: 25 - 32 = 7 - 104 = 97 PS

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Defensa Física' :

Déjalo estar, Savannah. Solo me ha sorprendido, no sabía que eras chamana. Parece que yo también tengo cosas que aprender de tu.- Murmuró, sin detener el ataque, que era más fastidioso que doloroso, dándole oportunidad de defenderse también de eso, al menos hasta que la vio de nuevo en el suelo, que por las ramas era algo que no visualizó en primera instancia.

Detuvo el ataque en seco y se acercó a ella hasta acunclillarse junto a ella, ayudándole a levantarse. Tomó las manos de la chica, ayudándole también a quitarse los trozos de vidrios que se habían clavado en sus manos.- Disculpa, a esto es lo que me refieron con que hay que estar calmada. Las plantas reaccionan negativamente o de manera agresiva según estes tu. Oh, cariño, vamos a llevarte al hospital. Parece que te curas rápido pero no quisiera que te quedara algo dentro para cuando se cerraran tus heridas.- Caminó apresurada a su oficina, sacando de ahí su bufanda y un encargo que tenía para el hospital en hierbas y plantas, escuchando cuando volvía su cuestión con la profecía.- Pues si no es una profecía, no hay nada que temer, cariño. Lo mejor será que...- Una vibración en su muñeca le hizo girar la vista hasta ella. La tomó, la observó y su rostro se puso de un color blanco que poco había visto con anterioridad. Sintió por un momento que la sangre la abandonaba y que terminaría desmayándose por ver aquellos símbolos en la pantalla que ocultó de Savannah cuando regresó el mensaje.- Debemos irnos. Te llevaré al hospital, tengo... tengo algunos encargos de... Hay algunas cosas que tengo que llevar. Me siento un poco mareada, debe ser que estoy muy acostumbrada al oxígeno y la cosa del techo... ¿Te importaría?- Susurró, colocando la mano sobre el hombro de la chica. Entre la profecía y aquella gran revelación, no podía evitar sentirse mal.

Ataque: 32
Defensa: Supera el ataque.

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Ataque Físico' :

Sofía seguía insistiendo en eso de estar calmada para ver el tema de las plantas y ya le gustaría a ella tener la templanza de su maestra pero no había manera de que sus instintos, tan estresados por la cercanía de la luna llena no respondieran con prontitud y de forma agresiva. Había pasado demasiado tiempo vinculada a su naturaleza licántropa y ahora que debía dar rienda suelta a la magia le estaba costando mucho aunque las claves que Sofía le había dado eran importantes. Vio un par de plantas que le mostró que podrían ayudar a curarla pero al ver que la sangre empezaba a ser escandalosa decidió ir al hospital.

-Tal vez la próxima vez no sea necesario combatir. Creo que debo mejorar mi forma de conectarme con ellas como practiqué con los espíritus. Creo que es la misma forma sólo que no sé cómo llevar a cabo ambas. Cuando medito asciendo a otro plano y acá debo meditar y quedarme en tierra. Es como...Es una división- Inspiró profundamente, algo agobiada mientras veía cómo había varios pequeños pedazos de vidrio que no lograba -¿me ayudarías la próxima vez? Tengo que aprender a canalizar sin ser canal. Sino... Eh...- Cerró los ojos para luego sorprenderse al ver a Sofía palidecer, porque de todo lo que le había intentado hacer no se le había movido ni un pelo y ahora de la nada estaba mareada.

Una parte de ella se frustró y la otra asintió  levemente, uniendo su brazo al de ella y desapareciendo de allí con rapidez.

7/7

OFF: Como no hemos visto a Kiana ni ha habido interacción hemos finalizado la clase. Sry!

Había decidido ir a los jardines a pasear. Llevaba unos días encerrada en una de las habitaciones intentando consolar a Lykaios, saliendo solamente para conseguir comida y poco más. El pobre estaba devastado y por mucho que lo intentase, tendría que pasar tiempo para que volviese a ser el mismo General de siempre.

Esa noche sería luna llena y no quería volverme loca con Lykaios dado como me ponía yo durante aquellos días con su presencia. No era el momento. Además, para mi desgracia no podía transformarme, por aquello de tener el cacharro ese en la nuca. Aunque estuviese desactivado no era buena idea transformarse sin saber como podía afectar a aquello.

Así que caminaba tranquilamente entre aquellas plantas, bueno...iba murmurando por lo bajo algo cabreada, porque a decir verdad, disfrutaba la sensación al día siguiente de la luna llena, cuando me transformaba. Era como si relajase tensiones, tal vez a Lykaios le hubiese venido bien, aunque el era más pro-matalobos.

Entiendo que no habrá diversión cuando se ponen a ayudarse entre ellas. Finalmente desaparecen dejando vía libre para explorar el lugar. Entro esquivando los vidrios rotos y olfateo por aquí y por allí mientras camino entre las plantas hasta localizar el origen del olor que me atrajo hasta aquí en primer lugar.

Con el cuchillo corto sus raíces, saco la planta de la tierra haciendo fuerza y la lanzo contra un vidrio lateral que se rompe con el impacto, enviándola fuera de aquella tienda de cristal. Huh. Destruir cosas es divertido… pero no tanto como destruir la vida de inocentes. Caminando más encuentro una tela donde limpiar el cuchillo.

No muy lejos, encuentro un líquido oscuro con tintes marrones así que pongo a remojar el cuchillo en ése liquido para terminar de quitarle la tierra. Al sacarlo, huele rico ¿Qué clase de liquido es ése? Hablando de liquido, necesito el matalobos, por lo que me pongo a buscarlo, no sé si hay aquí, pero, ya que estoy, voy a aprovechar.

Froté mi cara pensando que sería mejor no volver todavía, no iba a hacer ninguna locura si le dejaba un rato a solas¿verdad?. Además, el frescor de los jardines era calmante a su manera y últimamente necesitaba...calmarme demasiado. La agresividad en durante las lunas era normal pero tras varias de ellas sin poder transformarme me estaba costando bastante controlar mi buen humor.
Al escuchar un claro ruido de cristales rotos giré el rostro con rapidez, no era difícil descubrir el lugar del que venía, tanto por los sentidos aumentados como porque seguramente ese era la única construcción de cristal en todo ese lugar. Fruncí el ceño al olerlo, era un licántropo sin duda alguna pero no olía a ninguno que conociese.
Aproximé mis pasos al invernadero con curiosidad, había escuchado que varios clanes habían subido a la isla. No tenía ni idea de que existían clanes hasta que lo escuché de pasada en el comedor. La verdad que tenía poca idea de todo el tema de los licántropos en general, menos por mi propia experiencia, la cual fue bastante confusa.
Al entrar caminé con tranquilidad y prudencia asomándome donde los ruidos más fuertes se escuchaban. Una mujer, haciendo cosas raras... con un cuchillo. Carraspeé para que se diese cuenta de mi presencia, aunque supuse que ya lo habría hecho si había olido el ambiente.
-Hola...esto...¿buscas algo?

Tras olfatear, el horrible olor del matalobos llega a mí. Me sorprendo por encontrarlo, pero no lo dudo y voy por él. Al abrir un gabinete ahí está, me detengo cuando huelo a alguien cerca, si el olfato no me falla, huele a licántropo que no es Hijo de Fenrir, ni Luna Roja.

Dirijo la vista a ella cuando se asoma. Su pelo morado es llamativo, es algo baja para ser licántropo, pero es de estatura normal para ser humana. La miro fijamente cuando saluda para luego girarme y agarrar el brebaje. Vuelvo para mirarla y mostrarle el frasco.

-Ésto, matalobos.- Le enseño acercándome. -¿Quieres?- Le ofrezco. Quiero dilucidar si prefiere controlarse, como los Fenrir, o dar rienda suelta a sus instintos más salvajes, como los Luna Roja. Si es rebelde u obediente. Yo, personalmente, no me siento inclinada hacia ninguno de los dos por las limitaciones de los extremos.

Al ver que se me quedaba mirando crucé mis brazos alzando una ceja, era una mujer algo brusca por lo que parecía a primera vista. Miré alrededor, no había nadie más en el invernadero y no tenía claro si estaba permitido rondar por el lugar o no. Volví a prestar atención cuando me ofreció la poción.
-Oh...
"no sabía que tenían aquí"
Si que había olido el acónito, bastante desagradable, pero desconocía que éste fuese el lugar donde fabricasen pociones. Negué dando un par de toquecitos a mi chaqueta.
-Compré el otro día en el mercado. -Sonreí como expresando agradecimiento por aquel ofrecimiento y suspiré-Lo tomaré en un rato...primero quería disfrutar de la sensación.... ya sabes, antes de que empiece la transformación.
Los instintos, los olores, los ruidos, la fuerza, todo aquello que se potenciaba durante aquellos días incluso sin la poción y sin embargo al tomarla me daba la sensación de que cortaba algo que debía pasar naturalmente.
-Sabes que en el hospital te la dan si la pides¿verdad?

Aquella noche era luna llena, por lo que tocaba hacer ronda con la lista de lycans y ferales que todavía no controlaban la transformación. Desde la sobrepoblación de la isla había ocurrido varios problemas de diferente índole, pero me negaba a que ocurriese nada con alguno de mi especie.

Entré divido como un lobezno blanco en los jardines, rastreando el olor de Kiana. En mi espalda colgaba una riñonera a modo de cinturón, pero que me venía demasiado grande debido a mi pequeño tamaño y daba saltitos mientras me movía dirección a las licántropas. -Buenas tarde a ambas- Dije mientras me sentaba, mirando lo que estaban haciendo en aquel momento. -Vaya, justamente venía a comprobar si habíais tomado ya la poción, no nos podemos permitir más desmadres con el enemigo en casa… ¡Putos pendragón!- Levante mi patita cerrada, como si formaba un puño mientras maldecía. -Por cierto, soy altaïr, descendiente de Lyacón. ¿Tú eres…?- Pregunté a la pelo colorido.

-Si queréis utilizad esta poción y os podéis guardar las que ya tenéis para alguna emergencia - Dije mientras me quitaba la riñonera, la habría y sacaba la botellita, solo que aquella parecía de mejor calidad que las que tenían ellas. - Es más, quedárosla entera, todavía me toca mucha zona que peinar- Acerqué el morrito a la botella y la empujé con la nariz como símbolo de ofrecimiento.

Empecé a olisquear el ambiente, reconocía el olor de Savannah. - Creo que en aquella dirección también hay otra que puede tener problemas esta noche- Moví la cabecita en la dirección que venía el aroma. -¿Te puede ocupar de recordarle que se tome la poción? Aún me queda mucho trabajo y la luna se acerca.- Me acerqué a la pierna de kiana para darle un pan de lametoncitos con la lengua. -¡Nos vemos en casa!- Sin esperar respuesta, mi cuerpo se convirtió en humo negro, dejando la riñonera en el suelo.

Claro, en el mercado de la ciudad, eso tiene lógica, me doy cuenta cuando me lo dice. Asiento cuando habla de la sensación. -Si, la conozco pero, una vez que empieza, nunca tengo suficiente, quiero más y más... pero, no va a poder ser.- Digo mirando el líquido del frasco resignada. Poso la mirada en ella e inclino un poco la cabeza, pensativa cuando me dice que también puedo conseguirla en el hospital.

-No, no sabía... yo no tomo matalobos habitualmente y hasta ahora siempre lo habían conseguido por mí... me llamo Kiana, por cierto.- Presentarme es una buena manera de empezar, aunque ella sea de los que prefieren controlar su parte animal. Me pongo alerta cuando percibo el aroma de Altaïr acercarse… tintineando? El lobezno blanco llega y entiendo qué era lo que sonaba. -Hola Altaïr.- Lo saludo a su vez.

Miro a la licántropo esperando que se presente. Lo que trae me interesa así que lanzo el envase que yo llevo en mis manos por sobre mi hombro sin preocuparme si se rompe o algo así y agarro el frasco que el descendiente de Licaón ofrece para ingerir una dosis de su contenido y hacer una mueca de disgusto por su sabor. Sabe mejor si viene de plato ajeno. Miro a la mujer y le ofrezco nuevamente, por si quiere también.

Miro en la dirección que indica y me sorprendo cuando me da la tarea de recordarle que tome la poción. -No.- Respondo secamente, pero no puedo evitar ablandarme cuando lame mi pierna así que rasco su cabeza peluda. -¡Bien! Lo haré.- Digo algo exasperada para luego verlo desaparecer, momento en el que me cruzo de brazos y miro a la mujer. -¿Eres licantropo de nacimiento o fuiste mordida?- Le pregunto comenzando a caminar para salir de la tienda de cristal.

Asiento varias veces, manteniendo mis brazos cruzados con cara de resignación. Eso de querer más...era algo conocido para mí. La observo con curiosidad cuando dice que no podrá transformarse, no me daba la sensación de que fuese uno de esos licántropos que se toman la poción todas las lunas y por sus palabras lo acababa de confirmar.
-Esta vez tampoco será una de esas lunas para mi.
Comento intentando hacer ver que la comprendía.Relajo por fin la postura dejando mis brazos libres y sonrío haciendo que mi nariz se arrugue.- Yo soy Gen.¿eres de la isla? o... he oído que había clanes que han venido por todo el jaleo de abajo.
Por lo poco acorde que parecía el aspecto de la mujer en comparación con el resto de habitantes del lugar seguramente fuese de los segundos. Giré el rostro al escuchar el tintineo, para mi sorpresa aparece un pequeño lobo blanco. El olor que desprendía no era el de un pequeño cachorro, cosa que me extraña pero lo más extraño es que comienza a hablar.
"un metamorfomago?pero huele a lican... pero...arg...que es esto?"
-Gen.
Contesté con evidente confusión mirando a la mujer que parecía conocerle. Vale...era un descendiente y un licántropo pero la verdad es que no me sonaba de nada.
"¿Comprobar que nos hemos tomado la poción?"
Seguía observándole extrañamente mientras la mujer y él hablaban. ¿Acaso se encargaba él de los licántropos en la isla? tal vez, pero por sus palabras entonces...en la isla no podíamos transformarnos.Volví a rechazar, con un gesto de mi mano y expresión amable la poción que me ofreció Kiana, mirando al lobezno parlante.
-Tomaré la mía más tarde, gracias.
Cuando el tipo se desapareció o algo parecido miré a la mujer alzando ambas cejas ante su pregunta.
-Bueno... - La verdad es que mi conversión a licántropo había sido algo confusa-No de nacimiento pero tampoco se puede decir que me mordieran..., es un poco extraño.
Murmuré entre algo rara mientras caminábamos al exterior.
-Fue un zarpazo.
Terminé por decir sabiendo que no era nada común y que en realidad no tenía mucho sentido que hubiese acabado siendo un licántropo por un zarpazo sin más. Miré al cielo observando la luna.