Bar

Me había separado de Erika, acordando que cada uno buscariamos en un lugar.  Yo había decidido ir al bar, a probar suerte. La ultima vez lo habia visto alli y algo me decia que era probable que esta vez tambien.

Ingresé al bar, que no estaba muy animado. Miré alrededor  y entonces lo vi: entero, de una pieza, vivo y coleando, sentado en una mesa muy a su bola. Sonreí y me acerqué a su mesa.

- Reed! - le aparté los pies de la mesa de un manotazo y luego me eché encima suyo, dandole un abrazo fuerte y corto. Luego de un culazo lo moví a un lado para moverlo y hacerme hueco sentandome a su lado.  Lo miré de arriba abajo. - Estás bien.

Teniendo en cuenta que lo ultimo que habia sabido de el era lo que me dijo el androide, y que luego conseguimos desmentirlo gracias a que Johan pudo establecer contacto mental con él, quizá mi abrazo habia salido algo efusivo de más pero.... que se jorobase.

Lo miré pensando en decirle que me habia tenido muy preocupado. Se notaba que iba a decirle algo, pero....no me sentía con derecho, como si tuviese mucha jeta si se lo decía.  En su lugar, asentí y me quedé mirando a su bebida.

Fruncí el ceño leyendo la palabra sangre. Joder, no era precisamente el modo en el que pensaba pringar con sangre. Notaba el cuerpo tenso pensando que tal vez me habría llamado por algo de acción de una vez. Crují mi cuello segundos antes de escuchar mi nombre y que mis pies se viesen desplazados hasta tocar el suelo de golpe.
Y ahí tenía al tuerto dándome un abrazo mientras mis propios brazos flotaban en el aire, con una sensación de extraña nostalgia recorriendo mi cuerpo. Mi ceño se frunció más y miré de reojo viendo su oreja. Los dedos se tensaron alrededor de mi cigarrillo y de no ser porque se apartó se lo hubiese apagado encima.
-¡¿Que mierda...
Me apartó y yo por mi parte arrastré mi culo mucho mas lejos mirándole sin creer todavía que me hubiese tocado. Apagué el cigarro en el cenicero y arrugué el papel en una bola antes de recolocarme la chupa de cuero sin dejar de mirarle de ese modo.
-Pues claro que estoy bien.
Me miraba extraño y yo también a él, y eso duró unos segundos hasta que apartó la vista hasta la jarra y yo hice lo mismo.
"¿Me quiere quitar el copazo?"
Tomé la jarra del asa arrastrándola hasta mi sin dejar de lado mi gesto de "¿que coño estás haciendo tuerto de mierda?".
-¿Que?
Mi voz sonó tajante y seria antes de beber un trago.

Se apartó de mi al extremo mas lejano de la mesa como todo buen hijo adolescente con muchos problemas habría hecho. No?  No hice mucho caso del papel que arrugó.

- Es por el abrazo? Lo siento, no soy mucho de abrazar, de hecho no soy para nada de abrazar, pero.... - hice un gesto raro, como queriendo decirle que me había salido asi, y punto.  - Ha pasado mucho tiempo desde que te vi. Y luego me dijeron que te habian apuñalado y....- con mi mano hice un gesto, señalandolo. - Estás bien. - sonreí absurdamente.

Nos miramos raro, él miro su jarra. Creyó que se la iba a robar? La atrajo hacia sí y lo miré, aquello me provocó la imagen mental de un cachorro de perro que cree que le vas a quitar su hueso y creyendose muy disimulado, lo acapara todo para él.

- Podemos beber juntos un rato?

Le pregunté, haciendo despues un gesto a los que atendian el lugar, pidiendo una ronda para ambos.

- Supongo que esto te va más ahora que las bebidas hiperazucaradas...que mirándolo bien tampoco eran muy saludables....

Negué con la cabeza, seguramente no le importasen esas cosas ahora mismo.

Extendí mis dedos en un gesto de obviedad cuando preguntó por el abrazo, aunque en realidad era por todo. ¿Que cojones hacía ahí?.
-Aja
Mi ceño seguía fruncido y me miré el abdomen un segundo cuando habló del apuñalamiento volviendo a mirarle de mal modo por esa sonrisa.
-Así que tu le dijiste a Johan que se metiese en mi mente...
Desvié la mirada a cualquier lado llevándome la jarra a los labios alzando ambas cejas.
-Casi me arruinas un polvo.
Murmuré aunque eso hubiese pasado antes de todo el tema, solamente por incomodar a mi...padre. Pegué un buen trago dejando la jarra sobre la mesa con fuerza volviendo a clavar la vista en él.
-En realidad no. Tengo asuntos que atender.
Cuando dijo lo de las bebidas azucaradas la imagen vino a mi mente y fruncí los labios en un gesto extraño mas que nada por recordar lo que sentí en ese momento en el que el azúcar entró en mi cuerpo. Un momento feliz. Supuse. Gruñí desviando la mirada incómodo mientras volvía a beber.
En realidad tenía que irme, eso era cierto, pero por otro lado algo me hizo ceder y quedarme.

- Sí. No me gustan demasiado ese tipo de intromisiones pero necesitaba saber que seguias vivo, porque el androide me dijo, el muy cabron, que te habia matado

"luego cambió el chip y dijo que no estaba seguro...personalidad multiple"

Lo del polvo arruinado me pilló muy, MUY por sorpresa y se me notó en la cara. Pero reaccioné rapido. Si tenía la mentalidad para llevar un arma y dispararla la tenia para fo-digo, para hacer +18.

- Qu-cómo? Con quién? - lo miré de arriba abajo algo consternado. Sabria de las ETS? Cosas necesarias que se tienen que saber? Quien se habia encargado de su educación sexual? Yo no, desde luego....

Me dijo que no tenía tiempo para quedarse a beber un rato, pero por otra parte, se quedó sentado hasta que llegaron las rondas, asi que eso queria decir que sí. Alcé una ceja, mirándolo. Es verdad. Se parecia demasiado a mi. Diciendo que no cuando en realidad quería. O diciendo que sí, cuando en realidad no. Me acordé del comentario de Erika, obviamente tenía razón. Pero esperaba que no en todo. No, no tenía nada que ver. En realidad no era para nada el mismo tipo de situación. Moví despacio su nueva jarra hacia él, y bebí de aquello. Estaba fuertecito. Dejé la jarra sobre la mesa con menos violencia que él.

-Que asuntos tienes que atender en Ouroboros? - volví a agarrar mi jarra, casi arrepintiendome de preguntar. - Polvos?

Eché un vistazo al reloj de mi muñeca, calculando el tiempo que llevábamos. Apenas cinco minutos.

"los unicos polvos que deberían interesarte son los polvos pica pica, maldita sea"

- polvos pica-pica?

-Y el muy cabrón casi lo hace.
Respondí secamente sin pretender darle mayor información. Le miré de reojo cuando se trabó en sus preguntas y alcé una ceja. No sabía que se pudiese interesar por mi vida en absoluto, mucho menos sobre con quien me acostaba o dejaba de acostarme.
-¿En serio quieres saber con quien?
"Porque ibas a flipar"
Resoplé una risa irónica antes de echarme atrás en el asiento recargando mi espalda. Metí la mano en el bolsillo de la chupa y saqué el paquete de tabaco dando unos toques para que asomasen unos cuantos cigarros, cogí uno pasándolo a mis labios y en un gesto absurdo extendí el paquete hacia él ofreciéndole. Hice una mueca por aquello y mientras dejaba el paquete en alto me encendí el cigarro con la otra mano.
-¿Ahora tengo que contarte todas las veces que me he tirado a alguien o como va esto?
Dejé el mechero sobre la mesa y solté el humo volviendo mirarle.Ahora estaba acercándome una bebida nueva que miré no muy convencido. Le estaba ofreciendo tabaco y además si aceptaba aquel trago era como dar mi brazo a torcer. Gruñí de nuevo en un pequeño conflicto interno.
Le iba a contestar que se metiese en sus asuntos y me iba a largar. Ahora parecía un interrogatorio para sacarme información. ¿era eso?¿acaso sabía algo?. Pero su pregunta me dejó un poco confuso.
-¿qu...
No terminé cuando soltó lo siguiente y primero no hice mas que quedarme en silencio mirándole de forma muy extraña.
"Pica pica?"
Y surgió, de algún modo brotó una risa que traspasó la barrera de mis labios apretados y llevé una mano a mi rostro en parte avergonzado por tener un padre tan paquete y por otro lado con una extraña sensación de estar disfrutando por tal gilipollez que había soltado el muy cabrón. Seguía riendo hasta que aparté la mano casi con alguna lagrimilla en los ojos.
-¿Polvos pica pica?¿En serio?...¿En serio?!
Volví a cubrir mis ojos sin poder parar de reír aunque ya se me iba pasando.
-¿Pero de donde has salido?

Un portal se abrió en el bar. Primero mi bastón tocó el suelo produciendo un fuerte sonido y mi cuerpo le siguió, cerrando el portal tras hacerlo.
Avancé a pequeños y costosos pasos, ayudado por la vieja madera, observando con hastío la calaña del lugar. Su risa me hizo encontrarle. No le había oído reir desde que era adulto, no así. Y a su lado estaba ese ser despreciable.
Caminé con calma hasta la mesa, subiendo con esfuerzo unos peldaños y quedé frente a la misma mirando con dureza al muchacho.
-Muchacho, sabes bien que no soporto cuando me haces esperar.
Desvié la mirada a Thalos y mis huesudos dedos se aferraron con fuerza al bastón de madera. Era peor de como lo recordaba y en ese mismo momento hubiese ordenado al chico que le arrancase el corazón si no tuviese otros asuntos que atender. Aunque sabía que algún día ocurriría. El gesto de asco al verle fue patente, el odio hacia ese muggle era irremediable.
Volví a mirar al chico y di un golpe con el bastón al suelo.
-Vamos, no hagas que pierda la paciencia.

- Claro que quiero saber con quien. - dije inclinandome un poco hacia delante sin poder ocultar demasiado el interes. - Es inteligente? Cabezahueca? Inteligente? Guapa? O guapo? - eh, que se yo.

Segui con la mirada el paquete de tabaco que sacó. No lo esperaba, pero sentí una grata sensacion cuando me ofreció uno. Estiré la mano y lo cogí. Con una sensacion de felicidad extraña porque mi hijo me hubiese ofrecido tabaco, me lo encedí y le di una calada que me supo a gloria.

"el mejor cigarro del mundo"

- Pues a cuantas personas te has podido tirar? - pregunté un poco.... preocupado. No muchas veces a la misma, si no muchas personas? Joder.... Lo mire con gesto de Obama retirandome el cigarro de los labios. - Sabes de las ETS verdad? - no pude resistirme, tuve que preguntarselo.

Despues me miró raro por la "bomba" de estupidez que le habia soltado con los polvo pica-pica. Y su cara cambió de golpe. Lo escuché reir de aquel modo y se me encogió el estómago al reconocer la risa de mi hijo. Pero en formato joven y no criaturo. Su risa, al fin y al cabo, y no me cabia duda alguna.

"Eh, sigues ahi....claro que sigues ahí...."

A mi la verdad casi me entraron ganas de llorar, pero exhibía una sonrisa algo triste, asi que bebí para luego reir un poco por su pregunta de de donde habia salido.
- La verdad no tengo ni idea...

Deje de reir cuando un mago (por las pintas) vejestorio de aspecto decrépito se plantó frente a nosotros, hablandole a Reed. Mi expresion cambió automaticamente y dejé la bebida.
- Y tu quien coño eres y por qué interrumpes. - le dije ni corto ni perezoso.

Sin embargo cuando me miró directamente de aquel modo, algo me hizo ponerme en pie de golpe y que mi mano fuese a mi cinturon, lentamente, donde estaba mi pistola, quedandose ahi por si tenia que desenfundar. Fue algo extraño, mi propia reaccion me sorprendió.

"Peligro"

Cada celula nerviosa de mi cuerpo parecia gritarme eso. No sabía de donde venía aquella repentina sensacion de .... aversión? miedo? de peligrosidad?

Sin embargo volvió a darle ordenes a Reed. Si a él le gustaba tan poco como a mi acatar ordenes....Aquello me hizo dar un paso al frente para colocarme entre ambos.
- No tengo ni puta idea de quien eres, pero resulta que yo soy su padre, asi que pírate y deja de mangonearlo.

Pasé una mano por mi pelo rascando un poco mi cabeza. No esperaba esas preguntas, tampoco esperaba estar tan relajado como para contestarlas. No le miré mientras daba alguna calada y trataba de hacerme el loco pero aquellas cuestiones me hicieron pensar en la peliazul. Sonreí de medio lado negando mientras miraba al techo.
-Es una belleza, bastante cabezota y un poco insoportable.
Terminé por decir sin saber muy bien la razón después le miré alzando ambas cejas por eso de cuantas personas. Encogí mis hombros.
-¿Cuantos refrescos azucarados me diste de pequeño?
Esa era mi respuesta mientras bebía de mi jarra tranquilamente ahora. Entorné los ojos cuando preguntó lo siguiente mirándole reprobatoriamente.
-No necesito una charla de esas.
Tras el incidente de los polvos pica-pica apareció el viejo y dejé de reír. Mordí mi labio mirando a la pared.
"Mierda el viejo"
Le miré ahora por un segundo y después bajé la mirada, por eso de que no le gustaba que le mirasen mucho y tal. Pero el estúpido del tuerto habló y desvié la vista hasta él.
"¿que haces puto loco?"
Me levanté a la par que mi padre haciendo un gesto con la mano para que se relajase sobre todo cuando dijo lo de que era mi padre.
-Bueno...tampoco nos pasemos con eso.
Miré al maestro inclinando mi cabeza.
-Disculpa la tardanza. Tenía que arreglar unos asuntos antes, no sabía que corriese tanta prisa.
Miré a Draven una última vez, como advirtiéndole que no debía pasarse de la raya. Puse una mano en su hombro apartándole para que no quedase en medio de ambos y volví a hacerle un respetuoso gesto al Maestro para poder marcharnos de allí.

El gesto del chico me hizo ver que se arrepentía de algo, evadiendo mi mirada. Cuando el asqueroso muggle habló simplemente posé la otra mano en mi bastón dispuesto a hechizarlo ahí mismo. No le respondí, tan solo mi anciano rostro marcado esbozó una siniestra sonrisa al ver como se levantaba.
Comencé a reír disfrutando cuando el muchacho renegó de su padre sin mostrar un ápice de miedo por el hombre que se había interpuesto entre mi alumno y yo.
Reed actuó educadamente e incliné mi cabeza aceptando sus disculpas. Cuando estuvo a mi lado abrí un portal y extendí mi brazo hacia él indicándole el camino, que siguió.
Miré al hombre de nuevo aún con aquella sonrisa.
-Oh...sabes muy bien quién soy.
Tras aquello le di la espalda y desaparecí junto a Reed por aquel portal cerrándolo tras nosotros.

La conversación de antes habia quedado atras, desgraciadamente, porqiue la estaba disfrutando e iba a preguntarle más cosas acerca de esa belleza terca de la que me estaba hablando.

Tras la llegada del anciano de voz y rara y aspecto aun mas raro, la actitud rebelde de Reed había cambiado muy subitamente, incluso me puso su mano en el hombro para....aplacarme? Advirtiéndome?

No me gustaba nada la siniestra sonrisa del anciano. Me provocaba nauseas.

- Eh, espera! - di un paso adelante, tratando de evitar que Reed se fuese con él por aquel portal, pero no pude hacer nada. Se fue sin mirar atrás.

- Tú que te crees que... - volví a mirar al anciano. Tenía una cicatriz muy llamativa en toda la garganta, alargada, de lado a lado. Como un corte mal cerrado, retorcido. La herida de un degüello? Además tenía la cara llena de tierra. Mas parecía un cadaver que....

Entonces dijo aquello y cuando se dio la vuelta, aprecié esa otra marca de su sien. Eso no era un corte. Era....un disparo, a bocajarro, en la sien. No me estaba costando nada identificar las cicatrices de las heridas, ni las armas que las habian causado. No me paré a pensar en el porqué, hasta que dijo aquella ultima maldita frase, y aun cuando lo dijo, la sensacion de irrealidad que causó era tal que mi cerebro no pudo reaccionar con razón o lógica, y los pensamientos se entremezclaron de modo caótico para dejarme sin poder pronunciar respuesta.

Se fue y me quedé solo. El encargado del bar y un par de clientes mas se habian quedado mirando, silenciosos, la escena.

Di un paso atrás, choque con la mesa y trastabillé. Me senté lentamente, con una pequeña taquicardia abriendose paso. Miré mis manos, que temblaban de modo incomprensible e imparable, mientras que un sudor frio me recorria toda la espalda. No entendía mi reaccion física, en este momento. Por mucho que mi cerebro hubiese pensado eso, por un instante.

Porque no tenía puto sentido, no era real, no era posible. No...no era posible para el Thalos de hacía 10 años. Pero el de ahora había visto cosas mas raras. Había cruzado el puto infierno.

Pero mi cabeza no era fiable. Mi memoria, no lo era. Era una paranoia? El terror, solo? Y si había sido un hechizo?

Volví a tener esa sensación extraña de irrealidad que me solía asaltar desde que salimos de los laboratorios de la Alianza humana, con sus experimentos de tortura mental en realidad aumentada. Parecia real, pero no lo era. Y eso? Y lo que hice?

Seguia sentado pero ahora tenia la cabeza agachada, sujeta entre mis manos por las sienes, en una espiral de duda constante acerca de todo, de la propia realidad de mis actos, incluso.
-JODER! - Grité alto y golpeé la mesa, volcando las jarras y haciendolas verter el contenido. Tan impotente.

Me levanté de nuevo y miré a mi alrededor, me habia ganado alguna mirada rara. Seguia temblando y estaba blanco como una hoja. Dejé algunas monedas en la barra y sali del bar.

Una vez fuera, eché a correr como alma que llevaba el diablo. Aún llegaría el primero al punto de encuentro.

En cuanto salimos del hospital me pillé del brazo de Thoren cual garrapata y la verdad, me encantaban las miradas que nos echaban porque yo las devolvía con otra de "ni hablar hermana, búscate tu propio ruso" que bonito era marcar territorio aunque ahora tenía que arar el terreno -¿Te parece si vamos al bar? ¿sabes lo que es una tapa? podemos comer y beber mucho- el ruso no presentó objeción así que simplemente nos desaparecía hasta el lugar.

Al llegar pillé una mesa relativamente apartada para los dos y tomé asiento llamando al camarero -tráeme hidromiel y una tapita, ya sabes... ¿Thoren qué te apetece comer o beber?- dejé que eligiera pero la verdad es que lo veía un poco de bajona, cuando el camarero se fue me crucé de brazos ylo miré fijamente -a ti te pasa algo ¿se han vuelto a meter contigo los niños malos?- eso era broma pero de verdad quería saber qué le pasaba porque ese no era mi ruso de siempre.

Al final me fui por ahí con el el elfo, que era el único que me hacía caso además de Yaroslav. Él me llevaba del brazo, y yo me dejaba guiar porque todavía iba bastante borracho, como buscando un kebab a las 5 de la mañana. También le dije que sí a lo de las tapas, sabía que eran comida. Me dejé caer en la silla del bar cuando por fin cogimos un sitio, pidiendo más vodka para beber y rica carne deshuesada.

- Pero vodka del bueno, no agua de esa de meado que tenéis aquí. - me quejé antes de que se fuese el camarero, mirándole ceñudo. Luego apoyé los brazos sobre la mesa, y la barbilla sobre éstos. Aldaron se había dado cuenta de que no estaba  de humor, pero no entendí eso de los niños malos. Empecé a sacar servilletas del servilletero, haciéndolas trocitos mientras suspiraba de manera lastimera.

- No es eso. Es que he estado pensando y me he dado cuenta de cosas. No pinto nada aquí. Todo ha sido un desprropósito desde que me fui de Rusia. Este no es mi sitio. - y tal vez nunca lo fuese. Eso de ponerse a rememorar errores pasados no sentaba bien. Por eso agarré el vodka cuando trajeron la botella, bebiendo más para atontar la cabeza. La carne aún tardaría un rato en salir de cocinas.  

- No importa. Hay otrros prroblemas en este momento. S.A.M...esos de los drragones... ¿Tú no tienes ningún prroblema?

Mierda, el ruso no iba por tapitas baratas, el cabrón iba por carnaza y vodka... tendría que haberlo visto venir pero bueno, acababa de cerrar una venta así que simplemente lo dejé que pidiera lo que quisiera -Va, tráele un buen Vodka que pago yo- le dije al camarero que me miraba con cara de circunstancia, me quedé mirando a Thoren un rato hasta que me dijo lo que le pasaba y la verdad, me quedé muy sorprendido y me dio pena porque no lo veía el tipo de persona preocupada por esas cosas y las veces que lo había visto borracho estaba muy arriba pero ahora parecía un pobre perrete grandote apaleado -No digas eso, aquí siempre hay lugar para todos, pero tu eres más...- macho de pelo en pecho y lomo plateado -libre... solo te cuesta adaptarte eso es todo- el camarero trajo la botella de vodka y mi hidromiel con unos rollitos de lechuga rellenos con más cosas de esas que comemos los come lechugas y que yo por supuesto sé, crucé una pierna sobre la otra pensando en la salud de ese ruso.

-Si, lo de la máquina es un problema, cuando empiece la misión el hospital será un caos pero es mi trabajo, me toca aguantarme, sobre los Pendragon tengo menos información, sólo sé que está la cosa tensa- me quedé pensando sobre mis propios problemas, la verdad es que no tenía nada importante, mi vida era bastante feliz en comparación a la de los demás -De momento mi único problema es preocuparme por la salud de mi amigo ruso que bebe vodka como si fuera agua... ¿hace cuanto no te haces un chequeo médico?.. da igual, te daré cita, a ver si te va a acabar matando el vodka y no SAM- le di un bocado a mis lechugas con cosas y entonces volví a preguntar -tu eras de los renegados, ¿verdad? ¿no han subido todos tus compañeros contigo?-

El elfo tenía razón en eso de pedirme un buen vodka, el que trajeron estaba bastante bien. Pegué un par de tragos más, poniendo cara de aprobación. Dejé de trocear servilletas para mirarle con expresión de desamparo.

- No es verdad. Aquí solo hablo contigo, y con Yarroslav. Nadie más me tiene en cuenta.

Se me puso más cara de pena aún al ver la comida que le trajeron a Aldaron, triste vegetal. Seguro que querría compartir carne conmigo cuando la trajesen.

- La misión...bajarré, aunque no me contaron nada. Supongo que hermano no debe ir. Vas a tener mucho trrabajo, pero tú erres muy buen médico.

Para cuando llegó la carne ya había bajado ya la botella un tercio de su capacidad, haciendo que la borrachera se reactivase aunque no fuese demasiado notorio por aquello de la costumbre. Cogí un trozo de carne con el cuchillo, pegando un buen mordisco mientras le miraba extrañado por lo que dijo del vodka.

- Tú crrees? Yo no me hago chequeos de esos, solo voy hospital cuando me apalizan mucho. Estoy perrrfectamente.

Me di un golpe con el puño en el pectoral, que sonó a músculo firme. Luego hice una de disgusto cuando habló de los renegados. Tampoco es que fuesen mis compañeros.

- Yo erra de la Resistencia rusa, pero desapareció. Algunos compañerros murrierron. Otrros...desaparecierron. No sé que fue de ellos. Ni siquierra de mi novia. Lo hice mal... Aquí solo vine a ayudar, y a llevar contrarria a Johan después. Intenté hacer prropio grupo, pero no funcionó.

Aquello no había prosperado, el grupo alternativo había quedado en nada. Volví a morder mi carnaza, bajando aquello con vodka. Después señalé al elfo con el cuchillo.

- A ti te quierren todos, se nota. Háblame de tus amigos.

Primer paso completado, le habían traído un buen Vodka... mierda, eso iba a ser caro pero es que tenía tanta carita de pena que no podía decirle que no al pobre Thoren -Pero antes tampoco estaba yo, algo has hecho bien- estar bueno, por ejemplo, eso era bueno, aunque claro, era yo el que me había acercado babeando por él así que contaba poco.

-Lo de la misión aún lo están debatiendo de forma interna, ni nosotros en el hospital tenemos mucha información, no te sientas mal por eso y si cuando llegue el momento no te han dicho nada vienes y te lo chivo- aunque para eso tendría que hacerle una visita a V y no eran nada desagradables -y no, tu hermano no debería bajar, no siquiera le dimos el alta, te lo llevaste del hospital- pinché un rollito de lechuga y le apunté con él -quiero la silla de ruedas- me comí el rollito mientras le traían la carnaza que había pedido.

Me dio un escalofrío cuando escuché ese golpe en el pecho de machote, lo habría disfrutado más si los ánimos no estuvieran tan abajo -pues muy mal, ya sabes, cuando me devuelvas la silla te haré unas cuantas pruebas- a ver si estaba de mejor humor y de paso podía meterle mano con el estetoscopio. Escuché su historia sobre sus andanzas, básicamente se había quedado solo muchas veces y ahora solo le quería dar por saco a Johan -Lo siento mucho Thoren, no lo sabía, la guerra es terrible, aquí arriba hemos tenido mucha suerte pero eso no implica que no perdamos gente siempre- a lo del grupo no sabía que decirle pero respecto a la misión... -Así que asegúrate de volver de esa misión o me voy a poner triste! no puedes dejar que tu amigo se ponga triste, eso está feo-

Pensé un momento en lo de mis amigos y la verdad es que todos eran del hospital -paso tanto tiempo trabajando que solo tengo un amigo - follamigo- fuera del hospital, no es que todo el mundo me quiera, seguro que hay alguna perra despechada por ahí que me envidia, por favor, soy maravilloso, pero eso me da igual, diría que uno de mis mejores amigos es Lucio, llevamos muchos años trabajando juntos ¡ooh! se va a casar! me a pedido que le ayude con su boda~ ¡tiene que ser por todo lo alto!-

- Si yo te contarra...- repliqué a eso de que algo habría hecho bien, aunque podía interpretarse tanto en sentido positivo como negativo. Di un hipido tras un trago más a la botella, aunque por alguna razón el vodka no terminaba de animarme como otras veces. Al menos el elfo tuvo el detalle de asegurarme de que se chivaría de todo lo que se enterase. - Spasiba - agradecí en mi lengua natal, asintiendo después a eso de Yaros. Ya me lo esperaba, tendría que quedarse por su bien. - Está en casa de Jo, es como estar en hospital. Ella le cuidarrá. - me di en la frente con la palma de la mano cuando me recordó lo de la silla, que había sido por la razón por la que fui al hospital y acabé disculpándome. - Ya, ya. Tendrrás que recordar, tengo mala cabeza. - seguí con mi rica carne deshuesada al estilo enano, y había que reconocer que en ese sitio les salía bastante bien. Parecía cocinada por enanos de verdad. Le ofrecí un poco de mi plato a Aldaron, que me daba cosilla verle comer esa cosa sin sustancia.

No me mostré muy conforme con eso de las pruebas, sonaba a que iba a ser un sujeto de experimentación y la verdad es que no me hacían excesiva gracia las agujas. Manías. Solté un 'vale' poco convencido, no pensaba ir a eso a menos que estuviese arrastrándome o con un ojo en la mano. Se me escapó un suspiro cavernoso cuando él mencionó que también habían perdido gente, lo que me hizo recordar con más intensidad a todos los que había perdido. Pensé en Irina irremediablemente. Todo el que no estuviese en la isla tenía muy pocas posibilidades de supervivencia. Di un buen trago a la botella hasta acabarla, dejándola con un golpe seco en la mesa. - No volví a por ella. Segurro que ha muerto. Por mi culpa. - murmuré con la mirada perdida en algún punto de la mesa, diciendo por fin en voz alta lo que me atormentaba. Me la imaginé esperando mi vuelta para nada, y aquella imagen me hizo ponerme más triste. No quería que Aldaron se pusiese también triste, había sido una mala idea decirle que sí quería cenar.

- Suena a buenos amigos. No los abandones. - puse mi mano sobre la suya al decir eso, sin saber qué más decir por lo emocionado que estaba por la boda de su amigo. Después aparté la mano, volviendo a mi plato para acabar lo que me quedaba. Había engullido como un animal.

- Yo no sé mucho de bodas. Segurro que lo haces bien, igual que sanar gente. - Era normal que se alegrase por aquello, pero todo eso me resultaba un tanto ajeno en ese momento. - Necesito ser útil, como tú. - me había quedado pensativo mirando a la botella vacía, terminando por dar forma a mis pensamientos.

-Es que eres un pelín... poco delicado, tu vas con todo, pero no eres una mala persona, eso o yo estoy un poco chalado.. puede ser un poco de ambas- dije finalmente a eso de hacer amigos y todo aquello. De ruso andaba más bien cortito, sabía vodka y Matryoshka por lo que me quedé con cara de circunstancia cuando me dio las gracias porque no había entendido nada.

-¡Oh! así que os quedáis en casa de Jo ¿Sois muy amigos? últimamente pasa poco por el hospital, bueno, no pasa directamente ¿está bien? si tiene a la niña no deberíais darle muchos problemas...- me quedé pensando en eso, mi cabeza empezó a atar cabos y a hacer un plan para mis oscuros propósitos -y no creo que tenga habitaciones para ambos... si no tienes dónde quedarte puedes venirte a mi casa-

-Bueno, mientras me la devuelvas está bien, yo te lo recuerdo- me negué a tomar un poco de su carne con un poco de asquito -lo siento, no como carne, soy vegetariano- claro, para los que no hablaban con ellos era más fácil pero yo que de vez en cuando los escuchaba... complicado .

De nuevo la cara del ruso reflejó tristeza y no sabía qué más hacer para animarlo, no era mi ruso de siempre, alegre y pegando gritos, estaba triste y encima por su ex, eso me dolió en mi corazoncito de elfo porque claro, que tu crush esté suspirando por otra como que no tiene mucha gracia -Si es tan fuerte como tu estará bien- subnormal, esa era la palabra que me definía ahora mismo, ¿pa que le digo eso si lo que quiero es chuscarmelo? pensando en su ex no lo iba a conseguir pero bueno, no podía hacer nada si parecía un perrete abandonado.

Me tuve que aguantar la sonrisa de quinceañera emocionada, porque en el mismo día me había dado un besito, habíamos ido del brazo y ahora me pillaba la mano de aquella forma... no hiperventilaba por mantener las formas pero si seguía así tendría que ir al baño a chillar o me reventaba algo por dentro -awww... eres un encanto, pero si, soy un buen médico, ¿ves como eres majo? te invitaré a la boda para que vengas conmigo, puedes beber y comer cuanto quieras - cuando dijo lo de ser útil me quedé pensando, no conocía sus habilidades, solo sabía que se le daba bien menear el martillo, era tan machote como V aunque no sabía si el tamaño de su "ego" era igual -¡Ya lo sé! tengo un amigo en la guardia, no creo que quieras unirte pero ¿que tal si ayudas con los entrenamientos de los nuevos reclutas? eres bueno luchando, has estado en misiones de tierra con los humanos, conoces a los centinelas y toda la pesca, ¿y si les echas una mano enseñando? ¿qué te parece? puedo hablar con él si quieres- era un puto genio, si aceptaba tendría dos hombres guapos y sudorosos enseñando músculo para mi deleite, no me besaba a mi mismo porque no podía.

Me quedé con eso de que él no me consideraba mala persona, aunque probablemente para otros si lo fuese. Incluso yo estaba pensando que había podido ser mala persona por omisión, por cosas que debía haber hecho y no hice. - Bueno, Yarroslav es su mejor amigo. Yo no tanto. - me encogí de hombros cuando me preguntó si Jo estaba bien, porque a mi no me constaba que le pasase nada. Tal vez la idea de apalancarnos los dos Tolstoi allí no fuese la mejor del mundo, y más si tenía también allí al niñato que decidió atarnos como si fuésemos delincuentes. Abrí mucho los ojos al escuchar que me invitaba a su casa, así, sin tener que allanarla ni nada. La verdad es que me había estado quedando en el edificio ese con habitaciones en el que se metía todo el mundo, pero puede que una casa estuviese mejor.

- ¿En serrio? ¿estás segurro de que me quierres como compañerro de piso? - pregunté por si acaso se arrepentía al pensarlo mejor, soltando un sonido de decepción cuando me dijo que era vegetariano. - Os coméis la comida de mi comida. - farfullé por lo bajo, lamentando no tener otro segundo plato de carne. Su intento por animarme con lo de Irina fue bonito, pero no creía ni de coña que ella estuviese viva. Si sabiendo luchar era difícil sobrevivir...mucho más sin tener ni idea de pelear. Le respondí con una leve sonrisa poco alegre, pero no dije nada más sobre el tema. Me tocaría lidiar a mi solo con el cargo de conciencia de no haber vuelto para impedir lo que debía haber pasado.

El caso es que el elfo me había calado, y entendió que lo único que me interesaría de una boda sería el comercio y el bebercio. - Trrato. - cogí su mano para estrecharla y sacudirla, soltándola después. En la mesa de al lado se habían dejado un chupito sin beber, así que lo levité hacía mi para llevarlo a mi boca y beberlo de un trago. Era horrible abandonar chupitos sin acabar. Aldaron siguió empeñándose en solucionarme los problemas. Lo del piso ya estaba más o menos resuelto. Lo del cargo de conciencia no. Y lo de sentirme inútil...tal vez lo arreglase. Me pasé una mano por la barbilla con gesto pensativo, imáginándome con uno de esos trajes de la guardia. Total...ya iba dando tumbos por todos lados, podía probar a dar tumbos por allí y si no funcionaba me piraba. Al final di un porrazo en la mesa con el puño cerrado, levantándome de golpe. Eso hizo que me tambalease un poco por la cogorza que llevaba, que acababa de notar en todo su esplendor al ponerme en pie.

- ¡Serré de la guardia y les enseñarré cómo se hacen las cosas en Rusia! ¡aquí no saben torturar en condiciones! - negué con la cabeza murmurando cosas para mí mismo, yendo hacia la puerta del bar haciendo eses. - Vamos a por mi uniforme, mañana mismo empiezo.

Al final Thoren no sabía nada de Josephine, pues nada, tocaba seguir dando por saco por la vía administrativa, aún así le ofrecí a Thoren quedarse conmigo con la excusa de no molestar -claro, ven a mi casa, vivo solo así que no hay problema, ¡pero hay dos normas! no se toca nada del cuarto de pociones y mantener el piso limpio-

Lo de comerme la comida de su comida me hizo entornar los ojos -si supieras lo que dice tu comida no te haría tanta gracia- dije cuando me acusó de aquello, las plantas al menos volvían a crecer, con los pobres animalillos era distinto pero bueno, tampoco iba a imponer mi filosofía a otros aunque....nah.

Por más que lo intentaba parecía que el ruso no levantaba cabeza, al menos aceptó a lo de la boda y lo sentí como una victoria, no tendría que ir solo como a la de Arleen, pero tenía que conseguirle un buen traje porque como me fuera con la cosa esa rusa del torneo... iugh, que le quedaba bien pero seguro un buen traje con corbata y pantalones ajustados que le realzaran e culo... -uf... me ha entrado un poco de calor- dije terminando mi plato y la hidromiel.

por fin pareció que había dado en el clavo con lo de la guardia, Thoren dio un golpe en la mesa decidido a unirse a la guardia -¡Bien! ¡se une ala guardia!- dije levantándome aplaudiendo pero el pobre podía moverse en todas las direcciones menos en línea recta -de momento tengo que hablar con mi amigo, así que ahora vamos a casa a por un baño calentito.... te daré un masaje para que mañana te despiertes como nuevo- y meterle mano de forma legal y consensuada. pillé mis cosas llevando a Thoren del brazo una vez más pero esta vez porque se me caía el pobre... aunque al ver la cuenta el pobre era yo, ¡el maldito Vodka costaba un riñón! pero ya me lo cobraría en especias. Pagué la cuenta y salí del lugar con mi ruso a cuestas hasta mi piso... nuestro piso.