Aposentos de Wthyr Pendragon

Recuerdo del primer mensaje :


Además de la habitación, como todo castillo, cuenta con salas anexas entre ellas: Un salón privado para comer, aseos y vestidor privado y además un área con una biblioteca y zona con un escritorio. También tiene un espacio con sofás alrededor de una chimenea.

- Porque debo comprobar en persona cómo van nuestros territorios por allí. También podíamos visitar algunos más lejanos, si estás dispuesta.- se quedó pensando unos segundos en otros posibles lugares que habían conquistado, que también requerirían que les echase un ojo. El caso es que no quería alejarse por demasiadas horas, y en caso de que lo hiciesen preferiría llevarse a Zephyr. Se reacomodó un poco cuando ella lo hizo, terminando de retirar la sábana que tenía por encima porque no hacía falta. Su falta de confianza respecto a los dragones le pareció lógica, pero ya haría que se sintiese a gusto con ellos. Después de todo iba a tener que acostumbrarse.

- Tienes tiempo de hacerte a la idea y de probar, ahora que vas a quedarte en Ávalon. Te enseñaré algunas palabras en la lengua de los dragones. Hoy vendrás conmigo y haremos algunas maniobras de vuelo. Algún descenso en picado, alguna barrena...esas cosas. - la última vez le había sorprendido lo mucho que le había gustado aquello y su risa espontánea, así que volvería a buscar esa sensación con ella. Al mencionar lo de las hadas no pareció muy convencido, le daba la impresión que seguían guardando rencor al linaje Le Fay.

- Apenas se dejan ver. Tendremos que ir a buscarlas a las cuevas. ¿Qué esperas que te digan?- probablemente estuviese tan desesperada con lo de Aelin que hasta se atreviese a recurrir a las hadas, pero no quería darle muchas esperanzas con eso. Veía más práctico el plan de debilitar el alma de Morgana atacando el objeto al que lo hubiesen atado. Arqueó una ceja en el momento en que, como de costumbre, empezó a llevarle la contraria. Lo de querer llevarle las cosas a su terreno le exasperaba un poco, pero en el fondo tenía que reconocer que era algo que había echado de menos.

- Te equivocas. Hay muchos más a los que no tolero. Hay gente de nuestra raza que es una auténtica amenaza. Y hay vulgares humanos sin magia que no suponen problema. Seguro que tú también quieres impedir que se hagan fuertes y quieran una revancha.- porque estaba seguro de que si les daban tiempo lo harían. Aún así era Ouroboros lo que más les estaba impidiendo avanzar en esos momentos, y por culpa de eso tenían algo parado lo de ir a por la capital inglesa. Era ahí donde debían meter mano. - ¿Qué ideas?- cuestionó con curiosidad, pues por lo general ella solía pensar a lo grande. Tuvo que guardar silencio mientras le hablaba del licántropo, sin sorprenderle que aún le guardase cierta lealtad al "defenderlo". Dejó que desfrunciese su ceño, pero le habló con seriedad para que supiese que no era un simple capricho o ganas de meterse con el otro. Ya había superado eso.

- Ya lo sé. Y precisamente porque reconozco esa oscuridad sé que te puede llevar a cometer muchos errores. Puede incluso traspasar ese odio a tus hijos, no sólo en contra de mí, sino de Zephyr. Por eso creo que al menos Aedan debería conocer a su hermano.- el impedirlo sólo lo complicaría todo más, y no le gustaría estar en el lugar de Catherine en esa situación. Entornó levemente la mirada por la defensa de la isla, pero ahí no lo comprendió tanto. Él solo veía a los otros oponiéndose frontalmente.

- Isla protegida e impedir que sigamos expandiendo nuestro territorio. Cortarnos las alas, igual que hace siglos.- podía imaginarse la rabia de Charles cuando le expulsaron por aquello, y cuando asediaron su castillo. Mucho más cuando acabaron con su hija. Era esa ira que aún debía tener el alma la que dominaba el Sanguis, la que pedía los sacrificios. Aquel ente sagrado era a la vez una bendición y una maldición para los Pendragon que vinieron después.

Negó de manera lenta al mencionar la posibilidad de que se pidiese el sacrificio de Zephyr. La sola idea de que sucediese aquello hacia que se le retorciese algo por dentro. - ¿Crees que no lo he pensado? Tampoco permitiré que eso suceda. No he dejado de investigar cómo anular esa parte, pero me temo que sin poder entender los mensajes no hay mucha más información que se pueda sacar.- suspiró algo frustrado, todo lo que obtenía eran frases sin sentido y no quería que el puñetero Matvey le sacase la delantera averiguando más sobre el Sanguis.

- Te has levantado muy utópica hoy. Me da que no van a verlo así. - comentó a sus divagaciones sobre el Consejo actuando como eso...un consejo que se mantuviese al margen. Al parecer le hizo gracia que hubiese definido así lo que pasó para que Catherine regresase. Muy pocas veces la había escuchado reír como lo hizo después, pero definitivamente quería oírla muchas más veces. Le dedicó una media sonrisa mientras se sentaba a horcajadas sobre él, acariciando sus piernas para subir a las caderas mientras ella le robaba un beso. - Lo de mi ego es un caso perdido. Pero tu vuelta...- inspiró su aroma antes de besar su cuello, deslizando las manos hacia su espalda antes de encontrarse de nuevo con su boca. - Aún no decido si le viene bien o no a mi cordura. - susurró antes de separarse, pensando que si seguían un poco más al final se les iba a hacer tarde para salir. Aunque merecería la pena.

Ya lo había supuesto pero accedió a ir con él a Irlanda, asintiendo con suavidad. Le daba curiosidad saber exactamente qué era el Imperio Pendragon, qué era lo que estaban compartiendo de Ávalon. No sabía realmente cuánto era el territorio que había ganado Wthyr pero se contuvo de hacer un gesto de sorpresa -Si podemos volver en el mismo día, sí… o llegar ahí, porque volver puedo abrir un portal-

La idea de los dragones seguía generándole cierta reticencia pero si algo le gustaba a Catherine era probar cosas nuevas…y aquello de las maniobras hizo que se le alojaran un par de mariposas en el estómago de la emoción, recordando cómo se había sentido en Thauren aquel día de la coronación -De acuerdo -

Sin embargo, el asunto de las hadas no era tan fácil - Entonces entraremos… - Se quedó un momento en silencio, pensativa ante su pregunta. Tenían que tener una forma de percibir la magia de Morgana porque lo hacían en ella -Mira… se supone que Morgana proviene de Ávalon y ellas son sus… están relacionadas con ella. Entonces… si pudieron reconocer en mí la esencia de Morgana, podrían quizás reconocerla en Aelin. ¿Tal vez sean capaces de ver la diferencia entre Morgana y Aelin? No lo sé, pero debo intentarlo - Alzó los hombros. No le quedaba otra opción. No quería que esa bruja se hiciera con su hija. Era un parásito que debía extirpar.

Entrecerró los ojos al oír ese "te equivocas" tan convencido. Le dieron ganas de tirarle el pelo pero dejo de lado ese arranque infantil y oyó. Ahora fue su turno de negar -Tanto como impedir… a ver…- Dijo tratando de poner todo en perspectiva - Aún hay mucho miedo después de la guerra anterior. No podemos seguir cultivando el odio. Tampoco podemos hacer a los demás doblegarse a nuestra voluntad porque no está bien… y lo sabes. Cuando a las personas no les queda otra opción que obedecer el rencor se cuece y todo acaba explotando. Dime qué eres consciente de eso- Le susurró con cara de "vamos, que eres tú el pesado con la historia antigua".

Tras ello preguntó por sus ideas y Catherine le sonrió brevemente -Algunas ya te las había dicho… Creo que lograrás más si en vez de mostrar tu poderío con dragones y amenazas, lo enfocas de otra forma. Ya tienes varios países bajo tu mando y tienes a tus vasallos. ¿Por qué no ayudas al mundo a estabilizarse después de la guerra? Viste Roma… podemos hacer eso en varios países más, Avalon tiene el poder para ello. Recuperar las ciudades, el comercio siempre desde un punto de vista tolerante con todas las razas- Agregó hablando con cierta ilusión en su voz. Si realmente pudiera hacerlo a su voluntad ese sería uno de los primeros pasos…borrar los estragos de la guerra y que sólo quedarán como un mal recuerdo.

El asunto de Ian, o mejor dicho sus palabras, le hicieron pensar en el día que le contó lo de Aelin. El punto de inflexión en su relación. Su rostro se oscureció un poco al recordar lo que le había dicho y también cómo le había contestado. Alzó la mano para rascarse la nariz incómoda -Ya lo hizo- Susurró decidiendo cerrar los ojos y apoyar la cabeza en el pecho de Wthyr brevemente -También quiero paz con las hadas porque quiero que Aelin y Aedan vengan aquí de vez en cuando. Quizás puedo tenerlos una semana sí y otra no- Quería proponérselo a Ian aunque sospechaba que la respuesta sería negativa.

El resumen de Wthyr con aquel gesto hizo que soltara un suspiro -No eres Charles- Musitó porque sentía que debía hacerlo -Puedes hacer las cosas de forma distinta - Añadió acariciando su pecho mientras oía su posición ante sus preguntas. Al menos en cuanto a Zephyr estaban de acuerdo -Entonces vamos ahí, hablemos con él. Ya me he conectado una vez, podemos hacerlo juntos de nuevo pero con cuidado. Ya te he dicho que el Sanguis es como una mente muy vieja…- Y no quería ser absorbida.

Le miró a los ojos cuando le dijo que se levantó utópica y sonrió brevemente, pensando que se parecía mucho a un comentario que su padre le había hecho cuando era pequeña -El mundo es de los soñadores - Le dijo como toda respuesta. Iba a pulir su idea, iba a conseguir como fuese que Ávalon y Ouroboros trabajarán juntos pero de forma independiente. Una alianza que no generará caos. Se mordió el labio. Hogwarts había sido destruido. Quizás Ouroboros podía ser un nuevo colegio para la raza mágica. No sabía en qué estaba el proyecto de Sean pero ella daría la idea. Podía… podía hacerlo.

Desde arriba lo vio sonreírle y le dieron ganas de borrarle la sonrisa a besos, pero esos instantes en los que parecía recrearse en su perfume, en ella… la hacían sentir tan deseada y querida que no sabía bien aún como gestionarlo. Sus mejillas la delataron cubriéndose de rojo y tampoco supo qué contestar pero bien sabía que si no salían de aquella cama… difícil sería hacer todo lo que querían hacer. Aún así se tomó su tiempo y se inclinó para besarlo, recreándose en la sensación de estar donde debía estar, sintiéndose como debía sentirse. Y dejando en el aire la promesa de algo más.

-Vamos, dormilón - Se alejó sonriendo un poco antes de bajarse de la cama para ir al armario donde habían algunas piezas que había traído en aquellos días. Acabo por ponerse unos pantalones negros con botas altas. Fue a por una camiseta negra pero en cuanto se la puso sintió que le entraban unos calores que hacían peor a sus náuseas así que se la quitó y optó por una blusa halter con la espalda al aire para que le entrará fresquito. Se miró en el espejo para terminar de arreglarse, agarrándose el cabello para hacerse una coleta.

- Sí, será una vuelta de reconocimiento rápida, de horas. - además siempre podía hacer eso de regresar ella un poco antes usando los portales. Estando juntos era más fácil encargarse del niño, eso estaba claro. Por eso mismo se planteaba lo difícil que sería para ella lo de no poder tenerlos a todos juntos, pero no podría ser hasta que solucionasen lo de Aelin. No sabía qué podía suceder si la traían a Ávalon, ni si las hadas les dirían la verdad. - Siempre piden algo a cambio. Son el llamado linaje "innombrable". Sirvieron a mis antepasados, y permanecen aquí desde entonces. Debemos ser cautelosos al mencionar el tema de Morgana, pero al menos sacaremos información. - de cualquier modo no harían nada hasta saber más sobre las posibilidades que tenían. No caerían en el error de Ian. Igual que no caería en el error que hacer todo como lo habían hecho sus antecesores...no del mismo modo.

- Soy consciente. No voy a ir por ahí azuzando con un látigo a la gente, si es lo que dices. Hay que encontrar un equilibrio. No son lo mismo temor y odio. De hecho, si no se puede ser amado y temido al mismo tiempo, se debe intentar, al menos, ser temido pero no odiado. Se fomenta el odio actuando de manera despótica, ejecutando sin justificación. El odio es el semillero de rebeliones. Hay que mejorar la vida de las personas, y también, mostrar firmeza y crueldad en los momentos precisos y puntuales.- recordó que eran algunas frases que había leído hacía bastantes años, en un libro de Maquiavelo que le regaló su padre cuando cumplió los 15. Por eso asintió compartiendo en buena parte la vision de Catherine de recomponer el mundo tras la guerra, aunque fuese una tareaque les llevaría tiemp. Ya encontrarían un punto a medio camino entre lo que decía uno y lo que decía otro, aunque les llevase muchas discusiones por el camino.

No dijo nada más sobre los planes que tenía que hablar con Ian, aunque sospechaba que no iba a tener demasiado éxito. Esperaba de corazón que de verdad pudiese traer a sus hijos a Ávalon, por el bien de todos. Ya le había dicho más de una vez que serían bienvenidos. La mención de Charles y su distinción con él hizo que hiciese una mueca, pues en cierto modo sentía que cargaba con sus responsabilidades. - Seguimos teniendo una deuda con nuestro pasado. - sólamente habían enmendado parte al romper la maldición trayendo al mundo a Zephyr. En cuanto a comunicarse con el Sanguis no tenía dudas, y menos si lo hacían juntos. - Hay unas palabras de llamada que pronuncian las sacerdotisas para abrir la comunicación. Una vez lo intenté, pero no conseguí más que un mensaje que repetía que uniésemos el Sanguis de ambas islas. Puede que sea como una gran mente, así que tal vez necesites conectarte también con mi mente para poder anclarte de algún modo. - resumió para que cogiese su idea de lo que podían hacer, algo más tarde cuando fuesen a intentarlo. Tal vez al atardecer cuando hubiese menos gente en los alrededores, cuando la guardia se marchase.

Su frase sobre los soñadores hizo que se quedase mirándola unos segundos como si una parte de él la admirase por ser así, como si quisiese ser un poco menos realista. Por otro lado sentía la necesidad de abrirle los ojos, aunque doliera. No tuvo tiempo de pensar mucho más porque se prodigaron con algunos besos que le supieron a poco antes de que ella se alejase para ir a cambiarse. La siguió algo a regañadientes porque se habría quedado un poco más, pero era cierto que no podían pasarse el tiempo ahí metidos. Se cambió poniéndose una camisa que se remangó hasta los codos porque hacía calor, unos pantalones de lino oscuros y unas botas para montar. Se fue después tras Catherine cuando terminó de vestirse, tomando buena cuenta de su espalda al aire con aquella ropa. Antes no se había detenido tanto tiempo a mirarla, por el tatuaje aquel. Por suerte ya no estaba. La tomó de la mano antes de ir a ver a Zephyr que seguía durmiendo, dejándolo al cuidado de la niñera. Tras eso se marcharon de allí, rumbo a la cúpula de dragones.

La punzada de dolor en la cabeza tras la desconexión con el Sanguis fue tan fuerte que provocó que se le nublase la vista un momento cuando reaparecieron juntos en los aposentos, todavía rodeándose el uno al otro con los brazos. Durante unos pocos segundos no fue capaz de separarse, moverse o decir nada, todavía tenía la respiración algo agitada y el corazón acelerado por todo lo que había escuchado, sobre todo aquel llanto que le había dejado paralizado.

Tenía mucho que procesar sobre lo que había sucedido al intentar comunicarse con las almas, pero no hacía falta pensar demasiado para saber que había sido una mala idea. Con la mirada todavía turbia buscó rápidamente la de ella, alzándole el rostro entre sus manos para comprobar que estuviese bien después del brusco corte en la conexión. Ahora temía por ella, Charles lo había dejado claro. Sólo estaba esperando el momento, tentándolos con poder mientras era él quien decidía cuándo y cómo. ¿Y si decidía vengarse del modo que había dicho Catherine? ¿Y si lo usaba a él como ya había usado a otros?

- No puedes quedarte aquí. - logró decir por fin, ofuscado y con demasiados escenarios desagradables desfilando por su mente. Volvió a negar con la cabeza para sí mismo, separándose de ella mientras le daba la espalda y se pasaba una mano por la cara de arriba a abajo. Habían obtenido algo de información, pero ahora no podría quitarse de la cabeza lo que había oído. El coste era no poder olvidarlo.

- ¡La única solución es acabar con todo de una maldita vez, cumplir con el puto objetivo! Si lo hacemos terminará, ya no habrá nada más que pedir. - cerró los puños con fuerza, intentando controlarlos para no temblar de pura rabia por lo que había descubierto y por verse como un simple peón en aquel juego que creía que más o menos controlaba. Y sus padres...no sabía si sentir decepción o lástima por ellos. Se habían resignado, al igual que su abuela.

Al aparecer se tambaleó un poco pero pudo sostenerse de Wthyr, se quedó abrazada a él en silencio tratando de procesar las últimas palabras que había oído. Los que realmente habían estado en el meollo del asunto. Alzó levemente el rostro cuando Wthyr se lo rodeó con las manos, notando su preocupación. Le cogió las muñecas con fuerza, tratando de transmitirle una tranquilidad que no tenía.

-Ni Zephyr. Ni tú. Ni nadie- Le hizo saber y por un instante sintió esa desesperación que había visto en Cedric cuando se enteró de que había un Sanguis en Ouroboros. No podía ir a la cabaña con Zephyr por respeto a Ian. Pero tampoco al campamento porque Leroy le molestaría. No tenía su castillo. No podía ir a la isla. Por un instante, Catherine se sintió sin un hogar en el que refugiarse. Suspiró brevemente al verlo alejarse y se llevó las manos a las caderas tratando de buscar una solución.

-¿Qué? - Arqueó las cejas sorprendida al escuchar el resumen de Wthyr, pensando que quizás estaba demasiado ofuscado para ver las cosas en perspectiva. Se acercó a él y le tomó de la mano para llevarlo hasta la cama y que se sentase, quedándose ella al frente y encontrándose con sus ojos -No va a acabar ahí porque Charles no quiere solo su objetivo. ¿No oíste a Ig.. iguanie? - Sabía que lo había dicho mal -Su esposa- Espetó exasperada -Dijo que lo hizo eterno. Y que conseguiría revivir. Charles quiere lo mismo que Morgana, Wthyr, quiere llevar a cabo su venganza… por mano propia… y todos vuestros sacrificios, toda vuestra sangre, toda nuestra magia la está acumulando para conseguirlo -

Inspiró profundamente cogiéndole las manos para que se centrará en ella, apretándole con fuerza - El Sanguis Ligno no es normal. Es una intervención mágica en el tejido del mundo. Es un plano… que… no es correcto. Es una prisión. Escuchaste a Asiain…- Tensó los labios con suavidad y subió las manos de él hasta su rostro - Adoro el poder y la magia, adoro nuestro vínculo… pero no estoy dispuesta a sentenciar a nuestros hijos por el deseo de venganza de tu antepasado, no estoy dispuesta a perderte a ti, ni a sacrificarme más… y sé que tú tampoco. Tenemos ambición pero no somos estúpidos -

Lo peor es que sabía que ella tenía razón, lo había sabido desde siempre aunque intentase no pensar en ello. No estaban a salvo. En cada generación se exigía un sacrificio. Era algo que Gwen tenía tan asumido que le hacía darse cuenta de lo sumisos que habían sido con los sacrificios de su propia sangre. Siempre se habían aceptado y al parecer nadie había buscado solución, o si lo habían hecho no había ni rastro en los registros. Qué ciegos habían estado, y además por voluntad propia. Tenía la suposición de que no solían pedir a los primogénitos y que por eso Zephyr estaba a salvo, pero no podía quedarse tranquilo sólo por absurdas teorías.

Trató de serenarse un poco cuando Catherine lo tomó de la mano para sentarlo en la cama y quedarse frente a él, pasando por alto lo mal que dijo el nombre de Igrainne. En otro momento la habría picado por eso, pero no estaba de humor. - ¿Y por qué no lo ha hecho ya? ¿Por qué no aprovechó cuando poseyó a tu hermano o a la loca aquella? Quiere venganza contra Ouroboros, pero quiere que lo hagamos nosotros.  - se calló un "y contra ti", porque la idea de lo retorcido que podía ser Charles era demasiado real.   - Las almas le dan más poder al Sanguis...pero la venganza no era su único objetivo. - suspiró pesadamente, bajando la cabeza un momento mientras sopesaba lo que iba a decir. Ya daba igual revelarlo, tenía que saberlo todo porque la iba a necesitar.  

- Su obsesión con los dragones antiguos le llevó a buscarlos durante muchos años, a querer despertarlos. No lo logró en vida. Por eso queríamos el acceso a los templos, para buscarlos, para saber más de ellos. - confesó mientras volvía a alzar la mirada algo más clara, un poco más centrado que cuando llegaron. Catherine tenía esa habilidad para ayudarle a poner algo de orden en su mente en momentos así. Mantuvo las manos en su rostro cuando ella las alzó, dejando una caricia con el pulgar en su mejilla. No, ninguno estaba dispuesto a cargar con más pérdidas, esa no era la idea que tenía de hacer el mundo a su manera. Después bajó las manos a sus muñecas, atrayéndola hacia él para sentarla en su regazo.

- Entonces debes asumir que habrá que hacer lo que sea para ser libres, aunque no te guste. ¿Eres capaz? porque no hay camino sencillo en todo esto. Siempre quiso cumplir sus juramentos y lograr lo que no pudo. - mientras hablaba seguía pensando en posibles modos de lidiar con toda la nueva información que tenían, rumiando ideas más o menos extravagantes.  - Si no lo hacemos por la vía de cumplir con los designios las opciones son enfrentarnos. Combatir a Charles. - no estaba seguro de si decirlo en voz alta era un error, pero ya lo había hecho. Hizo un gesto para que le leyese la mente, por si acaso.

"Tendría que ser en su terreno, en el plano del Sanguis, pero para eso...deberíamos estar en igualdad de condiciones. " -  y eso significaría abandonar el cuerpo físico, con los riesgos de no poder regresar a tiempo.  

"La otra opción sería "dejarle" revivir. Si fuese capaz de engañarle para hacerle creer que puede tomar mi cuerpo, ahí podrían atacarle y tratar de atar su alma a un objeto físico no mágico, como hicieron con Morgana."

Las preguntas de Wthyr hicieron que se parara a pensar un poco -Porque… ¿Gastó toda su reserva al hacer eso?-  Preguntó poco convencida pero le parecía lógico -Nadie puede revivir así nada más… Ya te hablé de los revenant. Aunque… Si el Sanguis es otro plano... ¿Se necesita un nigromante para traer el alma? ¿O...teneis algun linaje que trabaje con ello?- La mente de Catherine estaba trabajando cuan rápido podía para tratar de acostumbrarse a toda la información que habían obtenido.

Aquello de que la venganza no era su único objetivo le hizo fruncir el ceño, preguntándole sin palabras a qué se refería. La respuesta vino poco después y Catherine se quedó igual de ignorante que antes -Y… ¿Qué gana con despertarlos? ¿Cree que va a poder controlarlos y… y… no sé, hacer su propio Imperio? Estoy perdida- Inquirió porque no se estaba enterando con las cápsulas de información que le estaba dando Wthyr, aunque eso explicaba la obsesión que tenían con los templos.

Lo vio un poco más centrado y se tranquilizó, si los dos estaban estresados no iban a llegar a ningún lado. Sonrió brevemente a su caricia, aunque los sentimientos que ahora le evocaba estaban empañados por la amenaza de Charles. Había caído redonda. Se dejó caer sobre el regazo de Wthyr. Su pregunta sin embargo la hizo quedarse en silencio, incomoda, por la forma en la que lo ponía todo en perspectiva pero si había momentos en los que Catherine sacaba las garras era cuando amenazaban a su familia -Sí-

Lo de combatir a Charles… ¿Cómo combatías un alma? Entonces recordó a Matvey y parpadeó con sorpresa. Tenía que hablar con él, cuanto antes. Miró hacia Wthyr al reconocer su gesto y pese a su dolor de cabeza, hizo la conexión mental escuchando sus palabras.  “No me gusta la segunda. Y la primera…Tengo que hablar con Matvey. Aunque no te guste, sabe más de esto que nosotros juntos. Y tienes que hablar con tus hermanos, informarles lo que hemos averiguado… Hay que detener los sacrificios y bajar de su nube a Charles. Su vida acabó”

Aparecí sin llamar, impropio de mi y clavé la daga ceremonial en una de las mesas de madera de la estancia.-¿Cómo se os ocurre?-Supuse que no hacía falta explicar las razones de mi enfado. Vestía la túnica blanca, llena de sangre y los cortes aún sin curar pero con la sangre contenida surcaban mi cuerpo.

Clavé la mirada en mi hermano.-Es del todo inapropiado y un insulto para nuestro trabajo, Wthyr. Entiendo que Catherine no sepa las costumbres pero tú, hermano...-Negué apretando mis labios. Señalé hacia la ventana.-No sabéis tratar con él, no sabéis hasta dónde puede llegar por una simple palabra mal pronunciada y os atrevéis a...-Apreté los labios nuevamente, rabiosa.

-Juraste a tu pueblo como muchos antes que tú que los protegerías y acabas de romper tu palabra.-Solté señalando insistentemente hacia la ventana.-¡Está absorbiendo magia Wthyr!¡MAGIA!-Hice un aspaviento con la mano, molesta y después la planté en mi rostro apretando mis ojos a la par.-¿Por qué no me habéis consultado antes?-Suspiré mirándoles aún con rencor y cansancio dejando caer la mano y encogí mis hombros.-¿Os creéis tan poderosos como para no necesitar a nadie más o simplemente sois egoístas?-Eran las palabras de las hadas, una de las tantas cosas que habían susurrado.

Desclavé la daga de la mesa.-Las sacerdotisas siguen ofreciendo su sangre pero tardaremos días en llenar los charcos de las raíces de nuevo. Ellas al menos solo tienen que contentar a uno de ellos.-Me incliné en una reverencia exageradísima.-Muchas gracias por vuestra aportación, mis reyes. Ha sido de gran ayuda, estoy segura de que todos los linajes estarán deleitados.

Señalé a Catherine con la daga.-No sé si tu Consejo es más estúpido de lo que creía pero no puedo cumplir mi parte del trato para que vuestra isla no caiga en picado si me ocultáis el acceso.-La bajé de nuevo mirando a mi hermano con seriedad.-Céntrate Wthyr, tienes un pueblo al que proteger.-Comenté de malos modos antes de dar media vuelta.-No os acerquéis de nuevo al Árbol Sagrado.-Solté algo amenazante antes de abandonar la habitación.

- Lo desconozco. Puede que no lo hiciese porque por sí mismo no pudiese completar todos sus objetivos. - asintió a la pregunta del nigromante, porque eran unos de los que podían atar almas. - Aquí tenemos el linaje Hammurabi, que puede convocar espíritus, pero es algo distinto a lo que hacen los nigromantes comunes. - su gesto se quedó pensativo mientras cuestionaba los objetivos de Charles. No estaba en su cabeza, así que sólo podía elucubrar por qué lo quería. - Porque...cuando tenemos poder siempre queremos más. - reflexionó, pensando más por lo que le sucedía a él, por experiencia propia. - Él leyó mucho sobre ellos, y supongo que pensaba que con ellos sería invencible. Con suficiente poder podría controlarlos. Nadie se le opondría. ¿No te parece suficiente no tener enemigos nunca más? - dicho así sonaba bien, aunque era otra utopía. Los enemigos nunca se acababan, y el poder siempre estaba amenazado. Guardó algunos segundos de silencio cuando la sentó en su regazo, dándose cuenta de que por unos segundos dudaba en responder a si estaría dispuesta a todo. Se sintió orgulloso por su respuesta, porque dejaba claro que haría lo que fuese por proteger a su familia. Que metiese a Matvey en lo de las posibles opciones no le gustó porque ese se la tenía jurada, pero tenían que ver todas las posibilidades.

"Haz lo que debas. Yo les diré a mis hermanos lo que he descubierto. Y no descarto la opción que te he dicho. Quien no arriesga no gana."

Justo en ese momento la puerta se abrió de manera tan repentina que Wthyr estuvo a punto de conjurar un escudo mágico para ambos. La entrada de Gwen hecha una furia y el modo en que clavó la daga le hizo preguntarse qué demonios le pasaba a su hermana para mostrar esa falta de educación.

- La próxima vez llama a la puerta antes de entrar- replicó molesto por las formas en las que había entrado su hermana, no era propio de ella. - ¿De qué hablas? - preguntó de manera brusca mientras se ponía en pie y a Catherine con él. Enseguida empezó a entender por dónde iban los tiros. Inapropiado, insulto...tenía que ver con lo que acababan de hacer en el Sanguis. ¿Se ofendía tanto por haberle pisado su "terreno"? ¿Era eso? - ¿Por qué, por hacer lo mismo que vosotras pero con mensajes más claros? Necesitamos respuestas, actuar antes de que sea demasiado tarde. ¿Por qué no quieres verlo, Gwen? ¿Vas a esperar a que te reclame el Sanguis? Porque yo no voy a hacerlo. - avanzó unos cuantos pasos hacia su hermana pequeña, llevándose un dedo a la sien como queriendo decirle que pensase.

Parecía que había cometido un sacrilegio por dejar de permanecer a la espera, y no podía evitar mirar a Gwen como si se hubiese vuelto loca porque no comprendía a qué venía tanto drama por lo que habían hecho. - No me vengas con esas...- empezó a cabrearse desde que dijo que estaba poniendo en peligro a los suyos, parecía un sinsentido que el Sanguis se hubiese puesto a absorber magia de la isla sólo porque algún espíritu podía haberse ofendido con las preguntas o por contactar. Beltane había recargado todo Ávalon, era imposible que ellos hubiesen provocado lo que decía Gwen por haberse acercado al Sanguis.

- ¡No es una cuestión de ego! ¡Es buscar soluciones para lo que nuestros antepasados no fueron capaces! - le alzó la voz más de lo que pretendía, intercambiando después una mirada confusa con Catherine cuando Gwen aseguró que habían ocultado la isla. Lo habrían hecho después de lo de Shyvanna, estaba claro.

- Sé bien lo que tengo que hacer, no hace falta que me lo digas, hermana. Y acabaré con tu árbol sagrado antes de que acabe contigo o con cualquiera de nosotros. - hasta ese momento nunca había blasfemado de ese modo contra el Sanguis, al menos no de viva voz, pero estaba tan furioso por la reacción de Gwen que ni lo pensó.

-Y… ¿Habéis probado de convocar a Charles?- Inquirió con curiosidad porque… Era una forma más efectiva de conseguir respuestas -O sea…Si es convocado estará tanto como el mago lo mantenga, dentro del Sanguis él lleva las riendas. O podemos invocar a su esposa o Asiaín para que explique mejor qué es lo que ocurre allí dentro- La frase del peliblanco seguía dandole vueltas a la cabeza. “Ser jardinero de un verdugo”. ¿Era el Sanguis Ligno un asesino vestido de figura religiosa? Se mordió el labio inferior.

Al escuchar la justificación sobre el poder y los dragones, Catherine hizo una mueca, escuchando aquello de los enemigos -No lo sé, Wthyr. Lo sentiría falso- Expresó incómoda ante la idea -Creo que la contraposición de opiniones nos hace crecer. No somos dueños de la verdad ni la verdad es absoluta. Yo a veces he cambiado de opinión porque he escuchado a mis compañeros…Incluso a ti. Solíamos ser enemigos. Siempre hay una forma de hallar terreno común sin doblegar a los demás en una muestra de poder magnánima- Alzó suavemente los hombros, a ella lo del poder le gustaba pero no si era para dominar masas así como así.

“Quizás podamos incluso hablar con los Souls, pero dejaré que lo maneje Matvey. Ha estado inusualmente unido a ellos. Descartala por el momento, veámoslo como segunda opción…Jugar con almas…le ha costado una vida normal a mi hija, Wthyr”, le dedicó aquel pensamiento con pesar y esperando que comprendiera porqué no le hacía nada de gracia su propuesta.

La aparición de Gwen la asustó y soltó un gemido ahogado. Escuchaba sus palabras pero más le preocupaban los cortes que estaban recubriéndola, poniendose de pie junto a Wthyr. No sabía muy bien de qué hablaba hasta que empezó a señalar hacia afuera. ¿Estaba absorbiendo magia? ¿Lo mismo que estaba haciendo en Ouroboros? Es que el Sanguis Ligno no era un árbol, era un parásito que les había mentido a todos haciéndose pasar por una relación simbiótica cuando tenía objetivos mucho más egoístas -Gwen…Escucha- Quiso intervenir cuando inquirió porqué no le habían preguntado antes. Quería disculparse porque…tenía razón pero entonces soltó aquella otra pregunta que le sentó como una patada en el estómago y le calló la boca de cabo a rabo.

Tomó a Wthyr del antebrazo cuando hizo ese gesto hacia su sien. Estaba estresado por todo lo que había oído y Gwen preocupada por lo que podía ocurrir y…Y ambos tenían razón pero no era la forma de avanzar -Gwen, Asiaín se ha comunicado con nosotros y nos ha dicho que el Sanguis Ligno no es lo que creeis…- Vio su reverencia tan exagerada y…se ofendió un poco, mirándola con molestia hasta que le señaló con aquella daga.

¿Y si Charles o alguien le había dado alguna orden?

Se recubrió el cuerpo con su piel de ébano y lo hizo con Wthyr también mientras oía lo de la isla -No sé de qué hablas- Miró a Wthyr y negó con la cabeza porque no tenía ni idea de lo que decía -Y no me vuelvas a apuntar con una daga, Gwen- Le advirtió con un poco de molestia antes de oír eso de que se centrara. Aquello terminó por disparar algo en Catherine, pese a que Gwen ya se había ido -¡No quieren que te centres! ¡Quieren que OBEDEZCAS! - Soltó histérica, no para Wthyr sino como gritándole al puto cielo de Ávalon pero no debía perder los estribos así que intentó concentrarse -Está absorbiendo magia. Está reuniéndola de la misma forma que el de Ouroboros para poder hacer lo que sea que tiene que hacer para revivir. Lo dijo… El poder tiene un precio, pagadlo- Recitó a Wthyr con un gesto algo preocupado y empezó a negar con la cabeza -No podemos quedarnos… No… Mierda…- Se llevó las manos a la cabeza -Tiene razón Wthyr…-

“Si lo que pretendemos es enfrentarnos a Charles estamos poniendo en peligro a Ávalon. Nosotros evacuamos Ouroboros por ello… Para que no se comiera a nuestra gente. Consumirá la isla, sí, pero no a nuestro pueblo. ¿Qué vamos a hacer?... Las sacerdotisas no querrán parar de alimentarlo…Has visto a Gwen. Joder…Necesitas hablar con tus hermanos”

Miró hacia la puerta de la habitación de Zephyr con un nudo en el estómago y sólo por instinto se acercó, en el camino envió un mensaje por brazalete. Abrió la puerta y miró dentro. La niñera estaba con él, cambiándole el pañal. Catherine sonrió brevemente a modo de saludo y observó a su hijo un momento antes de pedirle que se lo diera, llevándolo en brazos de nuevo a su habitación y cerrando la puerta comunicadora.

-Puedo irme al campamento de las Highlands, pero Leroy estará allí- Le advirtió.

Tomó en cuenta todas las ideas que había ido sugiriendo Catherine, pues cuantas más tuviesen mejor. Al menos entre uno y otro iban sacando posibles maneras de lidiar con el problema, aunque  a veces sentía que daban vueltas en círculo. Convocar a un espíritu fuera del Sanguis era algo que todavía no habían probado, así que tendría que hablar con el vasallo de Hammurabi. No se esforzó en explicarle cuál era su visión del poder en ese momento porque ni siquiera estaban hablando de lo mismo, y se iban a dispersar demasiado cuando tenían algo más urgente que resolver. Hubiese dicho algo más sobre lo de "jugar" con almas en relación a lo de Aelin, pero la entrada de Gwen cortó en seco cualquier conversación.

Aquello acabó en una discusión que no llevó a nada, entre lo alterados que estaban ambos tras el encuentro con el Sanguis y  las malas noticias con reproche incluido que traía Gwen. Hasta Catherine acabó gritando justo lo que él pensaba.  - Obediencia ciega...sin cuestionar. Eso es lo que se espera. - se llevó una mano al puente de la nariz, cerrando los ojos un momento antes de descargar un sonido de frustración.  

- ¡Es que parece que tenemos que vivir con miedo constante por no contentar a un puto bonsái que se disgusta si  lo riegan poco con sangre o si le dicen una palabra más alta que otra!- estaba tan fuera de sí respecto a toda la información que acababa de recibir que no se estaba conteniendo lo más mínimo. Siempre había tenido esa relación de amor-odio con el Sanguis Ligno. Por un lado el poder que les daba era adictivo por lo que les potenciaba, era respeto por pensar que las almas de los ancestros vivían ahí para siempre en paz y participaban de ese poder. No era así. Ahora el odio ganaba la partida. El odio de que sus padres se entregasen para nada, y que la mayoría de almas estuviesen allí encerradas y subyugadas.

- Lo remediaré...compraré tiempo con sangre o como sea hasta que consigamos una solución. Pero primero voy a sacaros de aquí. La situación es impredecible.


"Está respondiendo por haberle cuestionado. No le encuentro más sentido. La única manera de que se detenga es fingir y actuar como lo harían las sacerdotisas, al menos hasta que sepamos cómo derrotarle. Mis hermanos no querrán hablar. Ya has visto a Gwen. Cedric tal vez...y Shyvanna."

Recibió un mensajero en la puerta mientras Catherine iba a recoger al niño. Era de parte de Lake, y algo que tenía que ver con el maldito Merlín. Valiente idiota. Soltó el aire por la nariz como un dragón cabreado, garabateando una nota rápida para su hermana. Que se pusiese a la cola de sus problemas.

Necesitaba mantener la mente fría a pesar de lo agobiante de la situación, y para eso tenía que sacar a Zephyr del lugar. Se acercó al pequeño cuando Catherine lo trajo en brazos hasta donde estaban, sintiendo una especie de nudo en el pecho al recordar el llanto que había escuchado en el árbol. No había podido
salvarlo, y no permitiría que sucediera lo mismo con Zephyr. Tomó al niño entre sus brazos, dándole un beso en la cabeza con cuidado antes de desaparecerse de allí con él y con Catherine, pero no rumbo a las Highlands, sino a la cabaña que un día visitó con ella y que estaba protegida mediante hechizos.